Dialnet TurismoYVino 6890336
Dialnet TurismoYVino 6890336
Dialnet TurismoYVino 6890336
TURISMO Y VINO
Un estudio formativo sobre la evolución de las rutas del vino en Chile
*
Jorge Zamora
**
María Eugenia Barril
Universidad de Talca – Chile
Resumen: Este estudio pretende realizar una reflexión crítica sobre las relaciones
existentes entre el negocio vitivinícola y el turismo a fin de obtener conocimientos para el caso
chileno. Primero se comparan las diversas acepciones del concepto ecoturismo que se
analizan a luz de los expertos australianos, españoles y franceses. Luego se describen las
rutas del vino de Chile y se muestran los resultados de una investigación realizada reciente
sobre las mismas explorando su potencial para la oferta y de demanda. Se concluye con el
efecto en la formación de lealtad a la marca del vino. Se identifican brechas teóricas y se
formulan sugerencias a investigadores y empresarios tanto del turismo como del vino.
Abstract: Tourism and Wine: A Study on the Evolution of Wine Routes in Chile. This paper
attempts a critical review of the relationship between the wine business and tourism in order to
draw lessons for Chile. At first, different case studies on wine tourism based on French, Spanish
and Australian experiences are discussed. This provides a framework for the outline of Chilean
wine routes, which are discussed, based on the results of a recent study. The potential of the
said routes is explored and finally a contribution towards brand loyalty formation is made.
Theoretical gaps are identified and specific needs for entrepreneurs and researchers on wine
and in tourism are outlined.
INTRODUCCIÓN
La actividad turística evolucionó durante los últimos 20 años en torno a temas específicos
para satisfacer así la creciente demanda de un amplio rango de viajeros que van desde el
curioso, el desinformado y el aficionado hasta los conocedores y expertos. De esta manera se
da inicio -en el caso de la industria vitivinícola- a lo que se conoce como Enoturismo o Turismo
del Vino, que es una de las variantes del turismo temático.
*
Ingeniero Agrónomo por la Universidad Chile, MSc en Marketing Agrícola por la University of Wales (Reino Unido) y Doctor en
Estudios del Consumidor de Greenwich University (Reino Unido). Se desempeña como profesor asociado en Marketing e Investigación
de Mercados en la Universidad de Talca donde es Director del Centro de Investigación y Desarrollo del Turismo, CIDETUR. Email:
jzamora@utalca.cl
**
Técnico Universitario en Turismo de la Universidad Técnica del Estado y es Consultora de CIDETUR en gestión del turismo y
producción de eventos. Email: mariaeugenia_bv@yahoo.es
173
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
El vino es un producto emblemático que concita cada vez mayor interés y, sin duda, los
medios de comunicación han contribuido a ello aunque, paradójicamente, su consumo ha
disminuido tanto en Chile como en los países que son los mayores productores (Zamora y
Bravo 2005). En este contexto, el enoturismo cumple el rol de dar a conocer la cultura del vino
mostrando la actividad vitivinícola en el medio rural y ofreciendo el territorio como un todo
(cultura, paisaje, servicios). Asimismo, la práctica del turismo del vino contribuye a valorar el
consumo diario moderado del vino y brinda, además, conocimientos específicos que son
reconocidos y valorados socialmente. La expectativa es que el turismo del vino y las
exportaciones del mismo deberían reforzarse mutuamente. Sharples (2002) sugería que la
reputación (reconocida calidad) y las exportaciones de vino incentivan el turismo hacia el país.
Los consumidores que han experimentado experiencias vivenciales en una región productora
de vinos, con mayores posibilidades podrían llegar a convertirse en clientes leales y
recomendar esos vinos. Lo que se desconoce son las dinámicas de esta interacción y los
modelos resultantes de las preferencias y opciones de viaje (Brown y Getz 2005).
El enoturismo también está siendo objeto de creciente atención por parte de investigadores
de diferentes países del mundo. Dodd (1995) y Fuller (1997) han demostrado los beneficios
que este tipo de turismo aporta tanto a las viñas como a las comunidades aledañas. Pero
llegado a este punto es importante preguntarse qué es el enoturismo. Hay diferentes
definiciones y conceptualizaciones al respecto, las que varían tanto en su foco, contenido y
propósito. Entre ellas podemos mencionar las siguientes:
b) Un concepto más amplio es proporcionado por Pastor (2006:11). El turismo del vino son
los viajes y estancias dirigidas a conocer los paisajes, las labores y los espacios de elaboración
del vino, al igual que las actividades que acrecientan su conocimiento y adquisición y pueden
generar desarrollo en las diversas zonas vitivinícolas.
d) El énfasis en la producción del vino es indicado por la organización Viñas de Chile A.G.,
que define a la Ruta del Vino como un circuito de viñas en donde se observa el proceso
productivo de los distintos tipos y variedades de vinos, su tecnología, el ambiente campestre e
174
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
industrial. El turismo necesita crecer y explotar nuevas opciones para cautivar a los visitantes y
las rutas del vino son una alternativa que atrae (Asociación de Viñas de Chile 2006).
Sin duda, el turismo asociado al vino es un servicio que le da valor agregado al vino. Si bien
el turismo y la venta de vinos son actividades de orígenes absolutamente diferentes, se postula
aquí que ambos pueden potenciarse a través de la imagen país. Para competir con vinos
Premium franceses los productores tienen que promoverse con un origen ya conocido. Esto lo
pueden lograr a través del turismo, como un arma para vender el entorno.
Estas concepciones tan diferentes entre sí, tienen su impacto variado sobre la forma en que
se estructura, organiza, opera y se evalúa el desarrollo de esta actividad. Por ejemplo, en
Australia, estudios de investigación de mercado del turismo vitivinícola, han demostrado que no
existe un turista vitivinícola puro (Shaw 2005). La decisión de visitar una región vitivinícola, es,
la mayoría de las veces, posterior y secundaria a la decisión de viajar a un destino en
particular. Sin embargo, frente a una oferta de turismo vitivinícola adaptada a las necesidades /
expectativas de los distintos tipos de turistas, es posible cautivar su atención y lograr que
visiten alguna zona vitivinícola del país. La clave en este proceso es conocer el
comportamiento, los objetivos y las necesidades de los turistas potenciales y emplear dicho
conocimiento en el desarrollo de una propuesta de valor que logre cautivar el segmento
deseado.
ENOTURISMO EN CHILE
175
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
habilitó al interior de sus predios casas de huéspedes u hoteles boutique (Grand Cru
Consultores 2006). Por ende, los viñateros también han comenzado a invertir en turismo más
allá de las inversiones en infraestructura y procesos productivos que siempre han dominado en
esta industria. El caso del empresario Carlos Cardoen – con larga trayectoria en el negocio
vitivinícola – es emblemático ya que desarrolló todo un concepto turístico en la ciudad de Santa
Cruz, en el valle de Colchagua. Dicha Ruta contiene viñedos gestionados por viñateros
europeos y norteamericanos, un hotel cinco estrellas, un museo antropológico, un teleférico y
un observatorio astronómico. Todo contribuye a complementar las actividades del visitante
tanto en variedad como con detenimiento, llegando al lugar en un tren de principios del siglo
pasado con personajes en trajes de época.
En la actualidad hay 96 viñas chilenas comprometidas con este tipo de turismo, de un total
de más de 700 que exportan. Ellas están distribuidas desde el Valle de Elqui hasta el Maule (19
en el Valle del Maipo, 18 en Colchagua y 15 en el Maule. Elqui, Limarí y San Antonio
recientemente se han abierto también al turismo del vino). Estas viñas esperan a través del
turismo capitalizar el apoyo hacia marcas prácticamente desconocidas, pero con un producto
que ha ganado premios internacionales en pruebas ciegas. Las rutas se conforman mediante
un grupo de viñas de una misma zona. En ellas es posible apreciar las variedades del vino, su
elaboración, las vides y bodegas con su historia al igual que disfrutar la gastronomía, la
artesanía local y los atractivos naturales y culturales del lugar.
Las rutas del vino comenzaron a aparecer en los años 1990 como un intento para aumentar
las ventas en la viña mientras intentaban estabilizar y diversificar sus ingresos. A pesar de los
esfuerzos públicos y privados hubo varios intentos iniciales, tanto locales como regionales, que
no fructificaron. Sobre la partida en falso inicial resurgieron en la presente década con nuevos
176
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
bríos y con enfoques más focalizados sobre el visitante a la viña que en el comprador de vinos.
Así, las Rutas del Vino han logrado despegar después de una década de búsqueda de su
identidad y su vínculo entre el negocio del vino y del turismo.
Los pioneros en Chile fueron las viñas “boutiques” en las cuales es más evidente el vínculo
entre localidad, producción de uva, procesamiento del vino y desarrollo del “terroir” oficializado
con el Sistema Nacional de Denominación de Origen administrado por el Servicio Agrícola
Ganadero (SAG.). No obstante, las grandes viñas también se han plegado gradualmente al
turismo del vino, aunque en ellas es difícil y compleja la aplicación del terroir. La producción de
uva utilizada en la vinificación de estas grandes corporaciones proviene de diferentes
proveedores y predios propios ubicados a lo largo de una amplia diversidad de zonas
geográficas a lo largo del Valle Central del país y que se procesan con mucha frecuencia en
localidades alejadas del lugar de producción. Así, San Pedro S.A., una de las más grandes
corporaciones y exportadores de vino chileno, basa su turismo del vino en su plantel de 3.000
hectáreas de viñedos que se extiende a un costado de la Carretera Norte-Sur, al sur de Curicó.
También sus mostos provienen de varias otras localidades y regiones. Similarmente actúa
Concha y Toro S.A. el principal productor y exportador de vinos de Chile. Sin embargo, estas
corporaciones en vez de desarrollar el “terroir” o denominación de origen de los franceses
vinculando la localidad de producción de la uva con su procesamiento y vinificación, utilizan un
enfoque llamado “High Tech” en Chile y que se basa en la aplicación de alta tecnología para
producir vinos de calidad. En este sentido cobra fuerza la observación de los procesos de
ensamblaje (mezcla de vinos de diferentes variedades) sumado a la severa aplicación de
control de calidad durante todos los procesos de fabricación del vino: producción de uva,
vendimia, fermentación, envasado y almacenaje.
Así ha sido difícil el inicio de las Ruta del Vino en Chile ha sido difícil. Después de los
esfuerzos constantes y persistentes de pioneros como la Viña Miguel Torres en Curicó, quien
desde hace dos décadas abrió las bodegas y restaurante para visitas guiadas, promovió
activamente la Fiesta del Vino de Curicó. Además, varios PROFOS o proyecto de fomento
subsidiados por el gobierno a través de CORFO no sobrevivieron. Sin embargo, hay casos muy
exitosos como la Ruta del Vino del Valle de Colchagua, primer circuito turístico corporativo del
vino creado en Chile en el año 1996, que obtuvo el reconocimiento Wine Star Wine Region of
the Year Award 2005, otorgado por la revista estadounidense Wine Enthusiast. Dicha distinción
la consagra como la mejor región vitivinícola del mundo de ese año, compitiendo con regiones
como Champagne y Burdeos en Francia, Priorato en España y Santa Bárbara en Estados
Unidos de América (Sernatur2005www.sernatur.cl).
177
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
Cru Consultores (2006)- el 80% de las viñas entrevistadas decidió vincularse al turismo para
promocionar su marca. Un 10% de los establecimientos lo hicieron para vender vinos en forma
directa, mientras que el 3% para promocionar la Denominación de Origen.
Flujos de enoturistas
De los 2,1 millones de extranjeros que llegaron a Chile en 2005, el 8% visitó algunas de las
96 viñas abiertas al turismo (Garzón 2006). La mayor parte de estas 237.225 visitas se
concentraron en el Valle del Maipo (49%), seguido por Casablanca (21%) y Colchagua (14%)
(Grand Cru 2006). Estas estadísticas confirman que el actual comportamiento de los flujos de
turistas del vino hacia las regiones vitivinícolas está determinado por la cercanía a los nichos de
mercado y/o redes de distribución. El 67% de los visitantes fueron de origen extranjero,
principalmente de los EEUU, Brasil, Inglaterra, Alemania, España, Francia y Argentina. Se
estima que un 75% de los visitantes tiene un bajo nivel de conocimiento sobre el vino, el 23%
tienen un conocimiento elevado y sólo el 2% muy elevado. Según lo informado por 29
empresas, entre el 75% al 100% de los visitantes adquiere vinos en la viña. El 62% que compra
vinos durante su visita adquiere 1 o 2 botellas, el 35% compra 3 o 4 botellas.
Las motivaciones de los visitantes no fueron incluidas en el informe de Grand Cru. Sin
embargo, Brown y Getz (2005) encontraron que en Canadá, en la ciudad de Calgary, los
consumidores de vino ya habían visitado o tenían la intención de visitar lugares relacionados
con el tema con el objeto de conocer más sobre el vino e, incluso, degustarlo. Carlen (2004)
señala que el 80% de las viñas australianas integran rutas del vino.
Esto implica una gran transformación en la gestión del viñedo tradicional y su vínculo con el
mercado de servicios turísticos. Reflexionando sobre dicho proceso, Carlen (2004) formuló un
valioso paradigma que intenta vincular evolutivamente la génesis de Rutas de Vino, desde el
proceso de producción de vinos hasta la actividad turística (Cuadro 1).
178
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
179
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
La cata debe ser necesariamente muy limitada ya que, a diferencia de la cata en Francia,
por lo general en las viñas chilenas no se le permite al visitante botar el vino catado debiendo
beberlo obligatoriamente después de la experiencia sensorial. La cata muchas veces no está
incluida en el precio inicial de la ruta y debe ser solicitada especialmente por el visitante lo que
reduce la calidad y se generan condiciones para que se pierda la oportunidad para profundizar
más el interés en el vino con experiencias sensoriales personales intransferibles. Además, a las
rutas del vino se han agregando gradualmente otros atractivos turísticos. Gaete (2002) exploró
el potencial de las rutas del vino hacia el secano interior en la Región del Maule basado en el
atractivo del vino orgánico obtenido de la cepa país.
Sin embargo, los resultados obtenidos no han sido todo lo exitoso que se esperaban,
generando preocupación entre sus asociados. Ha habido controversia sobre los componentes
que debería integrar la ruta, el grado de involucramiento de actividades que no son turismo del
vino y de la comunidad local. También hay poca claridad sobre cómo deberían gestionarse
estos proyectos y cómo deberían evaluarse sus resultados. Hay empresarios asociados que
creen que la ruta no ha despegado debido a las menguadas ventas de vino obtenidas en las
etapas iniciales. No obstante, ellos mismos estarían dispuestos a desembolsar millones de
dólares en inversiones productivas (por ejemplo, infraestructura para aumentar y mejorar sus
viñedos e instalaciones muy sofisticadas para la elaboración de vinos, tecnología de
procesamiento y envasado). Sin embargo, son escasos aquellos que priorizan oportunidades
de inversión en la creación de lealtad del consumidor, ya sea a través del enoturismo o
mediante campañas para generar y mantener imagen (Zamora et al. 2005).
180
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
Aquí entonces hay una oportunidad para estudiar casos de éxito y para transferir
experiencias en buenas prácticas logradas en otras partes del mundo. El desarrollo de una
estrategia de turismo vitivinícola es un proceso complejo, en el sentido de que se trata de un
servicio y no de un producto tangible. Por otra parte, el proceso de creación de valor en el
turismo vitivinícola es responsabilidad de un conjunto de participantes donde la coordinación,
coherencia, sinergias y compromiso de las partes son piezas clave para el éxito de la estrategia
(Goodman 2005).
Política de Gobierno
181
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
Grand Cru (2006) estima que el 62% de los turistas que compran vino en las viñas durante
las visitas por enoturismo adquieren una o dos botellas de vino y el 35% adquieren entre tres y
cuatro botellas. La mitad de los empresarios está conforme con este nivel de ventas, el 36% lo
considera muy importante y sólo el 14% restante señala que es poco importante.
Las viñas australianas y norteamericanas se han planteado objetivos más profundos y han
recurrido al turismo basado en el vino como una oportunidad para contribuir a la formación de
lealtad hacia la marca del vino. En los valles de Napa, en California, (EEUU) han identificado el
turismo como una herramienta activa de marketing. Estas visitas permiten enfrentar a los
consumidores cara a cara y genera la oportunidad de levantar el perfil de los productos en las
mentes de los consumidores. Los clientes, entonces, pueden desarrollar una conexión a largo
plazo con un producto que ellos han probado en el lugar de origen (Oyarzún 2004).
182
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
Esta visión del enoturismo es particularmente relevante en el caso de Chile, ya que el vino
chileno comenzó a ser conocido en los mercados extranjeros como un producto barato, aunque
bueno. Entonces, el establecimiento de servicios de turismo rural notables con base en la
producción de vinos sería la estrategia para romper el paradigma actual de estos exportadores
emergentes. También hay que agregar que en varios casos las marcas chilenas que son
exitosas en el exterior, son prácticamente desconocidas en el país donde se produce. Dicha
situación sería inaudita para las viñas europeas que postulan que la fama del vino debe
construirse desde la viña y localidad de origen. Sin embargo, esta situación es el resultado de
la focalización por rentabilidad de los esfuerzos comerciales, pero que según los entendidos
debe corregirse para pasar a las fases de vino “premium”.
Como en la mayor parte de las iniciativas turísticas, el éxito de la acción está muy
relacionado con la calidad del servicio manifestada a través del personal de contacto. Aquí
hubo problemas. Es fundamental que en las viñas este personal cuente con alguna preparación
específica sobre el mundo del vino para poder responder a las consultas de los visitantes,
además de la obvia comunicación en idiomas comunes.
En cuanto al grado de satisfacción de los visitantes de las rutas del vino, éste se encuentra
en directa relación con los conocimientos que cuentan sobre el vino. Quedarán más satisfechas
las personas con bajo conocimiento. No ocurre así con los visitantes que son avezados
conocedores, quiénes siempre esperan más de la visita y “todo se lo saben” de antemano. Esto
debería ser preocupante dado que los expertos, reconocidos en sus comunidades como tales,
cuando regresen sólo tendrán recuerdos débiles o más bien mediocres de las rutas del vino
chilenas. En todo caso y reflexionando sobre el tema se podría considerar que fueron atraídos
erróneamente hacia una experiencia para la cual la administración de la ruta no estaba
preparada.
No obstante la relevancia de poder contar con evidencias para medir el grado en que las
rutas del vino cumplen -o no- con las expectativas que tenían los visitantes antes de entrar a
las viñas y la calidad del servicio esperado al parecer tampoco fue incluida en el estudio de
Gran Cru. Muy deseable sería entonces poder aplicar modelos validados en este tema, como el
Servqual de Parasuraman et al. (1985).
183
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
Las 96 viñas estudiadas por Grand Cru sólo significan un 14% de las 700 que exportan.
Esto significa que no más una de cada siete viñas participa en esta iniciativa. Esta tasa de
participación es particularmente baja en comparación con Australia (80%) y Alemania (60%)
(Garzón 2006). En todo caso existe un amplio espacio de crecimiento para intensificar y
diversificar la oferta. De todas formas ya están apareciendo indicios de diversificación. Además
de los recorridos por bodegas y viñedos se han agregado catas o degustaciones, cursos
breves de cata, gastronomía de calidad, viajes en tren del recuerdo, cultura vinculada al vino y
vinoterapia en spas. Por ejemplo, Tabón Tinaja en el valle del Maule, Playa Winery & Hotel en
Colchagua y Casa Marín en la zona de San Antonio lideran los aspectos relacionados con el
vínculo entre el vino, la relajación y los tratamientos de belleza con baños de orujo de barril y
masajes con vino para efectos exfoliantes (Cabernet Sauvignon) y relajantes (Merlot). Un
museo antropológico de estándar europeo, un observatorio astronómico y el tren del vino son
componentes de otra apuesta exitosa.
Arias (2005) describe las rutas más innovadoras y notables actualmente en operación. En
las cercanías de Requínoa se encuentra Chateau Los Boldos que con su construcción de
campo recuerda a las bodegas de antaño y es un lugar donde la tecnología y la modernidad se
mezclan con la tradición (www.chateaulosboldos.com). Cinco kilómetros hacia la Cordillera de
los Andes desde el kilómetro 124 de la Ruta Panamericana, la Hacienda Los Lingues tiene
infinitos rincones para descubrir. Se encuentra en el Valle de Colchagua y dista 125 kilómetros
de la ciudad de Santiago de Chile, manteniendo el aire Colonial a pesar de las comodidades
modernas disponibles. Cuenta con 18 habitaciones, una capilla construida en 1650, un
comedor principal, diversos salones con decoración de época e incluso la cava de vinos;
además de una muestra de gastronomía regional (www.haciendaloslingues.cl). También en el
Valle de Colchagua, Casa Silva ofrece visitas a la bodega y viñedos durante todo el año y
cuenta con hotel y restaurante en el Fundo Angostura de San Fernando. Antiguas instalaciones
y una cava subterránea como laberinto, le dan un atractivo especial (www.casasilva.cl).
184
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
Merlot o el drenaje linfático con pepita de uva) degustaciones guiadas, cursos de cata, etc.
(http://www.tabonko.cl/abc_esp/ y www.tabonko.cl).
El visitante gasta directamente en la viña U$S 12, además de U$S 64 en otros consumos
en la región visitada (Grand Cru Consultores 2006). Se detecta así un posible efecto
multiplicador que lleva a dinamizar las economías de las regiones por la operación de las rutas
del vino a razón de 1 a 5,3.
Los visitantes actuales detectados por el estudio de Grand Cru indican que sólo un bajo
porcentaje de turistas nacionales (33% contra 67% de turistas de origen extranjero) visitan las
viñas (Grand Cru 2006). La gran discusión actual es sobre la identificación del mercado meta
para las rutas del vino. Ni la infraestructura, organización o personal están listos para recibir a
grandes flujos de catadores profesionales ni a los expertos en vino. Por lo tanto, la alternativa
es recurrir inicialmente al segmento de visitantes menos exigentes y menos conocedores del
vino. Aquí el mercado nacional y aquellos provenientes de países vecinos parecen prioritarios.
Una orientación sobre el potencial del mercado nacional la proporcionan Zamora et al.
(2006). En una encuesta realizada 400 personas en ciudades de zonas productoras de vino se
encontró que el 59% indicó que no conoce ninguna ruta del vino. Sin embargo, el 80% afirmó
que viajaría a alguna de las rutas que se ofrecen en la zona central. Sus intenciones de viaje
están motivadas por una amplia variedad de factores tales como culturales (84%), placer
(68%), diversión (65%), histórico (65%) y gastronómico (57%). En síntesis, estas cifras revelan
que en el segmento del mercado nacional no existe una distribución y promoción eficiente del
servicio ruta del vino. Muchos desconocen su existencia, pero una vez informados claramente
manifiestan intenciones de vivir esta experiencia. Así las viñas chilenas pueden agregar valor
con un turismo del vino que en Francia llega al 23% y en el Valle del Napa en EU a 25% de las
ventas de las bodegas (Garzón 2006).
NECESIDADES DE INVESTIGACIÓN
Las rutas del vino se desarrollarán exitosamente sólo si sus gestores orientan sus
decisiones estratégicas sobre un profundo conocimiento de la racionalidad del visitante. Las
motivaciones de compra e intenciones de viaje son parte del comportamiento que es preciso
dilucidar.
Por ejemplo, en Canadá los compradores de vino indicaron que el país de origen del vino
influencia fuertemente sus preferencias e incluso su conducta e intenciones de viaje con fines
turísticos (Brown y Getz 2005). Por otro lado, en el sur de Australia, Alant y Bruwer (2004)
determinaron que las motivaciones para visitar las rutas del vino están influenciadas por
factores geográficos (lugar de residencia) y por la conducta previa. Aquellos que repitieron su
185
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
visita a las rutas del vino tenían motivaciones radicalmente diferentes de aquellos que las
visitaron por primera vez. La repetición fue provocada para probar y comprar vino como parte
de una experiencia que con seguridad ya se sabe será agradable. El grado de conocimiento
previo de la zona y de las viñas y sus vinos es crucial para estos visitantes.
El turismo del vino es una nueva área de investigación tanto para apoyar el desarrollo
balanceado del esfuerzo exportador chileno, como para diversificar el turismo temático en
zonas de producción. A partir del paradigma comprehensivo de Carlen (2004) es posible
derivar algunas necesidades:
a) ¿Cómo las viñas exitosas han logrado efectuar la transición de orientación desde la
producción y oferta hacia la demanda y el mercado?
b) ¿Cómo las viñas logran transformarse en el turismo del vino de seguidores a ser líderes
en el precio?
e) ¿Hasta qué punto el enfoque “High Tech” compensa la ausencia del “terroir” en el
turismo del vino de las grandes corporaciones?
Discusión
186
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
envejecimiento, salas de envasado, bodegas de guarda entre otros han sido otros
componentes naturales de las fuertes inversiones en este negocio. Las políticas comerciales
apuntan hacia las exportaciones: mientras a más países se vende, mejor. Esto evidencia una
superficial gestión comercial en los mercados finales ya que no se profundiza en el desarrollo
de canales propios para llegar a nichos mejores del mercado. Así, el negocio de los vinos es de
los transportistas y de los traders, antes que de las viñas. Las marcas de los vinos chilenos
proliferan en un amplio rango de países pero son irrelevantes para el consumidor,
prevaleciendo el país de origen y/o los premios distintivos para los expertos. No obstante, la
mayoría se guía por el precio.
CONCLUSIONES
El turismo vitivinícola crea valor a la industria sólo si el turista vitivinícola, independiente del
tipo o segmento que sea, percibe el servicio entregado por la industria como una experiencia
excepcional que justifique el viaje, gastos y su posterior recomendación a terceros. Este
objetivo básico y fundamental dentro de una estrategia de turismo vitivinícola se logra en la
medida que los distintos participantes de la industria trabajen en forma conjunta y sinérgica.
Así, los atributos más valorados por los compradores e imágenes de marcas desarrollados por
los distintos participantes se capitalizan en una estrategia conjunta, coherente y verdadera.
Para conseguir desarrollar un auténtico turismo del vino es necesario aprovechar todos los
recursos turísticos relacionados con la vitivinicultura, pero incorporando en la oferta las diversas
actividades que se pueden desarrollar en el ámbito de la cultura del vino y del turismo.
Importantes recursos turísticos locales son el folklore (música, danzas y leyendas), naturaleza y
ecología, historia y artesanía, etc.
187
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
Son muchas las iniciativas que surgen con relación al vino. La mayoría se centra en
recorridos y participación en diversas actividades que demandan la existencia de relaciones
especiales entre bodegas y viñas. Notables esfuerzos de diversificación son proyectos de
recuperación etnográfica, vinoterapias y termas, entre otros. Su implementación con los medios
adecuados pueden atraer al público que cada día está más interesado en conocer el mundo del
vino.
Las denominaciones de origen más conocidas y con mayor prestigio son, indudablemente,
las mejor preparadas para ofertar servicios turísticos. No obstante, paulatinamente se van
incorporando otras iniciativas menos conocidas al turismo enológico. Por otro lado, es
necesario evaluar hasta qué punto el enfoque “High Tech” efectivamente compensa la
ausencia de un “terroir” ortodoxo en la operación de las grandes corporaciones.
Existe una incipiente pero creciente oferta y una abundante demanda potencial para acudir
a conocer el mundo del vino. Para satisfacer esa demanda se debe tener ya preparada la
infraestructura (adecuando la bodega para la actividad turística), formación del personal, diseño
de actividades complementarias, restauración, entre otros.
Una posible política que contribuya hacia dicho propósito sería una fuerte focalización
inicial hacia visitantes menos exigentes (chilenos, argentinos y brasileños), quienes proveerán
la base operativa para el fortalecimiento de las organizaciones, creación o adaptación de
infraestructura y preparación y prueba del personal de contacto. Las rutas del vino estarán en
mejores condiciones para atender eficientemente a otros segmentos más rentables una vez
lograda la consolidación en este segmento, pero éstos son a la vez más exigentes como
turistas y como conocedores del vino.
Uno de los vacíos del turismo del vino en Chile es que aún no se dispone de herramientas
concretas para focalizar las acciones de promoción y comercialización de los productos
turísticos de las viñas basadas en estudios de mercado. Luego, preciso realizar màs y mejores
investigaciones de mercado que permitan diseñar políticas eficaces para realizar la promoción,
distribución y ventas de sus productos enoturísticos. Una alta prioridad es la medición de la
calidad de los servicios, por ejemplo bajo el modelo Servqual, y la influencia de la experiencia
en la formación de lealtad a la marca. Otra tarea es la gestión sistemática sobre cada una de
las brechas de calidad de servicio.
188
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
No obstante, será pertinente sólo y cuando ya exista una oferta creíble en cantidad y
calidad para este tipo de enoturistas. Una publicidad bien orientada, puede advertir al visitante
sobre el nivel de profundidad de la experticia del personal de contacto y anticipar la necesidad
de acceso a expertos durante la visita.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Arias, A.
2005 Turismo de viñedos y copas. Nº2, Diciembre
http://www.chilevinos.com/chilevinos/revista/articulos_detalle.aspx?idnoticia=489fc223-fa09-
4527-bd48-7b0d5cd86ecc]
Alant, K. and Bruwer, J.
2004 Wine tourism behaviour in the context of a motivational framework for wine region and
cellar doors. Journal of Wine Research 15(1):27-37
Asociación de Viñas de Chile
2006 Rutas del vino [http://www.vinasdechile.cl/visita/rutas.php]
2005 Linking wine preferences to the choice of wine tourism. Journal of Travel Research
43(Feb.): 266-276
Carlen, J.
2004 A review of global wine tourism research. Journal of Wine Research 15(1):5-13
CORFO - Programa Innova Chile
2006 Perspectiva Chile 2010. Producción y exportación de vinos [www.innovacion.cl]
Dodd, T.
1995 Opportunities and pitfalls of tourism in a developing wine industry. International Journal of
Wine Marketing 7(1): 5-16
189
Estudios y Perspectivas en Turismo Volumen 16 (2007) pp. 173 - 194
Fuller, P.
1997 Value adding the regional experience. Australia and New Zealand Wine Industry Journal
12(1):35-39
Gaete, L.
2002 Prospección de un prototipo de ruta turística integral del vino para la ciudad de
Cauquenes. Memoria de Grado, Carrera de Ingeniería Comercial, Facultad de Ciencias
Empresariales, Universidad de Talca. Chile
Garzón, L.
2006 La fuerza turística del vino. Suplemento Economía y Negocios, El Mercurio, 17/09
Goodman, S.
2005 Atributos necesarios en una estrategia de turismo vitivinícola. 1er Seminario del Turismo
Asociado al Vino como Agregador de Valor, organizado por CPT y Chile Vid, Santiago, Chile,
Octubre
Grand Cru Consultores
2006 Diagnóstico del turismo del vino en Chile. Resumen país. Estudio comisionado por
Sernatur y Corporación de Promoción Turística, CPT, Abril
Kotler, P.; Armstrong, G.; Cámara, D. y Cruz, I.
2004 Marketing. Editorial Pearson
Lawrence, K.
2000 How to Profit from Customer Complaints. The Canadian Manager, p. 19
Mancha, P.
2005 Enoturismo. La Rioja tiene un plan. Suplemento Vino La Rioja. Diario La Rioja, 20 /11 /
05 en [http://servicios2.larioja.com/vino/2005/enoturismo.html]
Oyarzún, S.
2004 Estudio de caso. Estrategias de marcas de Viña Concha y Toro. Tesis de Magíster,
Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile. 100p. 4 de Junio
Parasuraman, A.; Zeithaml, V.A, and Berry, L.L.
1985 A conceptual model of service quality and its implications for future research. Journal of
Marketing 70(3)Fall: 201-230
Pastor, E.
2006 El turismo del vino. Otra experiencia del ocio. (Breve Reseña), p.11, Universidad de
Deusto, Bilbao, España
Sharples, L.
2002 Wine tourism in Chile … A brave new step for a brave new world. International Journal of
Wine Marketing 4(2):43 - 53
Shaw, R.
2005 ¿Existe realmente un turista vitivinícola? 1er Seminario del Turismo Asociado al Vino
como Agregador de Valor, organizado por CPT y Chile Vid, Santiago, Chile, Octubre
Ulwick, W.
2002 Turn customer input into innovation. Harvard Business Review. January, pp 91-97
190
J. Zamora y M. E. Barril Turismo y vino en Chile
Zamora, J. y Bravo, M.
2005. Wine, product differentiation and tourism: The case of Chile and the Maule Region.
Revista Universum, Universidad de Talca 20(2):299 - 315
Zamora, J.; Vásquez, A.; Morales, F.; Guibert, N. y Arce, O.
2006 ¿Existe lealtad en las compras de vino? Un estudio exploratorio de la racionalidad del
comprador. Ponencia al VII Seminario Iberoamericano: Viticultura y Ciencias Sociales,
organizado por la Universidad de Talca, Talca, Chile, 3 y 4 de Enero 2006
www.innovación.cl
www.vinasdechile.cl/visita/rutas.php
www.sernatur.cl/scripts/sitio/destino_atractivo.php?destino=155
www.puc.cl/agronomia/dinvestigacion/TesisMagister/PDF/Oyarz%FAnSergio.pdf
www.chilevinos.com/chilevinos/revista/articulos_detalle.aspx?idnoticia=489fc223-fa09-4527-
bd48-7b0d5cd86ecc
www.servicios2.larioja.com/vino/2005/figuerola.html
191