Ensayo Historia. El Efecto Mozart.

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El efecto Mozart.

Mozart, famoso compositor nacido en Salzburgo y viajero por las principales


Cortes europeas. Fue un gran músico del siglo de las Luces que logró evolucionar
a su época y pasar a la Historia como el mayor creador de música de todos los
tiempos, a pesar de haber tenido una corta pero productiva vida.
Música para el Despotismo Ilustrado.
Era considerado un compositor austriaco, pero no es así. Como dije antes, el nació
en Salzburgo, una ciudad cuyo nombre provenía de la proximidad de unas salinas
y cuyos orígenes se remontaban a un monasterio fundado en el Mönschber por
Ruperto, obispo de Worms. Salzburgo fue un principado eclesiástico y alemán a
lo largo de la vida del compositor. En 1815, hubo una remodelación del congreso
de Viena, lo que significaba su incorporación a Austria, además del
restablecimiento de su arzobispado. Es así como Mozart resulta ser súbdito de
un soberano vecino de las Cortes de Viena y Praga.
En el año que nació Mozart (1756) se suscitaba la guerra de los siete años. Hasta
que en 1763, se firmó un tratado de paz. Fue así que Mozart regresó a su tierra
natal después de haber viajado por varios países del continente Europeo. A su
regreso, Carlos Teodoro de Salzbach, lo contrató para componer una ópera
llamada Idomeneo, rè di Greta, estrenada en 1781, siendo una victoria personal
para el compositor.
José II, durante su gobierno personal (1780-1790) hizo del alemán la lengua
administrativa de un imperio donde coexistían numerosos espacios idiomáticos,
dividió territorio y forzó por lograr el control riguroso de la Iglesia Católica. La
vida cultural de este imperio alcanzó su máxima expresión. Se multiplicaron
iglesias, escuelas, teatros y paseos. En este marco la música alcanzó un
excepcional desarrollo, liderado por Gluck, representando su ópera Orfeo et
Euridice, además de ser nombrado en compositor oficial de la Corte. Le siguieron
Kozeluch, Ditterson, Salieri y Haydn, mientras que Mozart no logró abrirse
camino y solamente lo nombraron músico de cámara. Su salvación fue el
mismísimo emperador José II, quién le encargó su primera ópera en Alemán Die
Entführung aus dem Serail, estrenada en 1782. Después le siguieron múltiples
operas, que hoy en día son muy conocidas, Le nozze di Fígaro (1786), Don
Giovanni (1787), Cosí fan tutte (1790) y La clemenza di Tito (1791) siendo esta
última estrenada en Praga. Mozart obtuvo múltiples seguidores en esa ciudad, y
tras su muerte, la orquesta del Teatro Nacional le programó una misa solemne
en “señal de su ilimitada veneración y estima” por el compositor.

Las tribulaciones de un niño prodigio.


Los actos de Mozart en sus primeros años de vida están ligados a las de su
hermana María Anna, mejor conocida como Nannerl Mozart. Su relación fue muy
estrecha, y la figura de su padre estuvo omnipresente en la vida de ambos. Se
dice que el padre, Leopold Mozart, se aprovechaba del talento natural de sus
hijos, en especial el de Wolfgang, para poder obtener ganancias monetarias. En
el futuro al pequeño Mozart, le resultó positivo la formación musical estricta por
parte de su padre. En las familias de músicos, era muy común que los hijos
empezaran en ese mundo a corta edad. Fue así que Nannerl, inició en el
clavicémbalo a la edad de siete años, mientras que Wolfgang a los tres años
intentó imitar a su hermana mayor en el teclado, haciéndolo muy bien. A los
siete años ya componía piezas cortas para clave y dominaba el violín. Siendo
Nannerl y Wolfgang, los alumnos predilectos de su padre. Leopold no dudó ni un
segundo en mostrar a la sociedad de Munich y Viena a su dúo prodigio. Ya que
decía que sus hijos serían el sustento para su vejez. Fue así que Mozart y su
familia empezó una gira de tres años por los grandes enclaves musicales de
Europa occidental para poder mostrar su virtuosismo. Cuando esta gira finalizó,
ya tenía diez años, y contaba con múltiples vivencias y un bagaje musical muy
importante que lo llevó a abrirse camino hacia la originalidad. Desde su niñez
le encantaba los elogios y atenciones de la gente, pues fue consciente de la
admiración que provocaba.
El paso a su adolescencia fue muy crítico, pero su predecible destino se remontó
gracias a su creatividad, mostrando de forma fehaciente que él era más que un
simple ejecutor de obras difíciles. Entre 1770 y 1773 tuvo oportunidad de viajar
a Italia en tres ocasiones distintas, las cuales aprovechó para ampliar sus
conocimientos musicales.
En la Corte de Salzburgo, Mozart tenía el cargo oficial de primer violín suplente,
empleo el cual despreciaba ya que decía era mediocre y mal remunerado. Él decía
que en otros países lo respetaban y ganaba mucho más, también decía “Salzburgo
no es lugar para mi talento” “En Salzburgo no sé quién soy, lo soy todo y a veces
nada” entre otras cosas que lo llevaban a una crisis de identidad.
En sus últimos años de vida, también tuvo recurrentes depresiones, por el
distanciamiento con su hermana Nannerl y el sentimiento de culpa por no
haberse reconciliado con su padre antes de morir. A pesar de estas situaciones,
compuso varias obras, pues utilizaba la composición como terapia a su
melancolía.

Una revolución musical.


En 1781, Mozart fue despedido de su cargo en Salzburgo, así que viajó a Viena
consiguiendo un triunfo increíble, recibió un encargo por parte del Emperador a
cargo, de componer una ópera, El rapto del Serrallo cuyo estreno presenció la
división de gustos, pero con muchos aplausos y silbidos, justo como le encantaba.
En algunas obras fracasó un poco, algunos decían que era porque su música
gustaba a la gente de las calles y no a la aristocracia, otros decían que era porque
en su mayoría hacia música de cámara y obras sinfónicas, y otros que era por
envida. Pero lo que podemos encontrar en Mozart sin miedo a equivocarnos es
que es una maravillosa inspiración, con capacidad de componer piezas de alta
calidad. Su música no es pesada, y quizá por esa razón no cansa y suena etérea,
transparente y luminosa. Mozart supo ajustarse a las reglas del juego entonces
vigentes, sin sacrificar su espontaneidad o su fantasía. Contaba con buen gusto
y en una ocasión dijo que “la música, incluso en las ocasiones terribles, nunca ha
de ofender el oído, sino cautivarlo, y seguir siendo siempre música”. Mozart
tenía la capacidad de combinar motivos, imitando una conversación. También
rimaba sus frases con una coherencia impecable. Una vez el compositor Sibelius,
dijo que “Mozart era el instrumentador más oportuno de la Historia” teniendo
facilidad para hacer sonar a cada instrumento en el momento preciso.
Aunque hoy en día es difícil de creer, el instrumento favorito de Mozart era la
Viola, y la elegía cuando tocaba en cuartetos de cuerdas. Mozart también
manejaba con maestría las maderas y combinaba de la forma más conveniente
flautas y oboes, fagotes y trompetas; haciendo esta labor un acierto supremo.

Padre de ópera moderna.


Hace algún tiempo, la gente adquirió un gusto por la variedad de estilos y forma
de las óperas. Hoy en día hacer una ópera de Mozart resulta complejo y caro. Se
pensaba que las únicas personas que degustaban una ópera era un grupo selecto
y refinado, peo ya no es así. Se ha considerado a Mozart como el Padre de la ópera
moderna, teniendo un espectáculo en el que la música y el texto van ligados para
crear un verdadero teatro y experiencia musical única. Desde los orígenes del
género, en la Academia del Conde di Bardi en Florencia a finales del siglo XVI,
hubo un debate para saber que era más importante, si el texto o la música, ya
que las primeras óperas presentaban grandes discursos sonoros con un pequeño
acompañamiento instrumental en función de bajo acompañante o continuo. Fue
hasta finales del siglo XVII y durante la mitad del XVIII, que la ópera basculo
hacia el lado contrario de lo cotidiano, porque el público pedía escuchar
exhibiciones vocales virtuosas. Y es así como se indujo a la creación de una ópera
pensada exclusivamente desde el punto de vista sonoro y no textual.
Mozart nunca renegó a la ópera seria tradicional, pero siempre mostró su
preferencia por la bufa, pues encajaba bien con su carácter y sentido teatral.
La ópera bufa había surgido primeramente de forma breve, en intermedios de
las óperas serias. El intermedio más famoso es La serva padrona de Pergolesi,
vista una vez en clase. El género bufo poco a poco de independizó hasta alcanzar
mayores dimensiones, representaban situaciones de la vida cotidiana y real con
la cual los espectadores se identificaban.
La maduración de la teatralidad de la música se comenzó a detectar en la
creación mozartiana durante un viaje que realizó Mozart junto a su padre
Leopold en 1774, se contactaron con el superintendente de los Teatros de la
Corte, quién le encargo a Wolfgang una ópera bufa dándole un libreto de
Giuseppe Petrosellini. La ópera tuvo como título La finta giardiniera, que
trataba de un enredo entre tres parejas de amantes. Aunque no era el género
preferido de Mozart, nunca dejó de lado a la ópera seria, componiendo la ópera
Idomeneo, rè di Creta, vista en la primera hoja.
Dentro de la cabeza de Mozart, un día surgió la idea de romper la estricta
separación entre un recitativo y el aria y del estatismo del aria da capo con una
estructura A-B-A. Además Mozart demuestra haber asimilado y perfeccionado
las lecciones del maestro Gluck quién fue percusor de la ópera.
Wolfgang tenía una peculiar frase donde decía que “en la ópera, la poesía debe
ser siempre la criada sumisa de la música”, una frase un poco rara y ofensiva
para mi parecer.

Mozart como terapia musical. Quise dejar al último el subtema: la terapia musical,
aunque pertenecía al tema Una revolución musical, pero se me hizo súper
interesante. Este famoso efecto terapéutico es utilizado comúnmente entre las
mamás que quieren dormir y relajar a sus hijos, pero ¿en qué consiste? En 1993,
la psicóloga Frances Rauscher y el médico neurobiólogo Gordon Shaw, realizaron
una investigación sobre los efectos que causa la música de Mozart en el sistema
nervioso central humano. Se obtuvieron como resultados la mejora del equilibrio
interior, mayor capacidad de asimilación, una captación más aguda de la
realidad, habilidad para abstracción y el cálculo. El pedagogo Gordon Campbell
se unió a experimentar tal efecto y obtuvo resultados notables en el progreso
escolar de sus alumnos. Algunos Psiquiatras reconocieron las cualidades de la
música mozartiana como musicoterapia. Se les sumó el Doctor Alfred Tomatis,
quien descubrió un método para mejorar la capacidad sensorial se unió con
entusiasmo a la teoría de la música mozartiana. A todo esto se le llamó “efecto
Mozart”, un efecto que puede experimentarse con otros compositores. Este efecto
se ha discutido en la sociedad hasta en los últimos años.
Sería genial seguir descubriendo la capacidad de la música de calidad como lo es
la de Wolfgang Amadeus Mozart.

María Belén Maldonado Zambrano. 5° Semestre


Historia y Filosofía de la Música: 1750 - 1820.

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