Memoria Del Espacio Interiores
Memoria Del Espacio Interiores
Memoria Del Espacio Interiores
MEMORIA
DEL ESPACIO
Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Gema Rocío Guzmán Guerra
(Coordinadores)
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ
Memoria del espacio / Coordinadores Fausto Enrique Aguirre Escárcega, Gema Rocío Guz-
mán Guerra.– Primera edición. -- Ciudad Juárez, Chihuahua, México: Universidad Autóno-
ma de Ciudad Juárez, 2021.-- 173 páginas; 22 centímetros.
ISBN: 978-607-520-414-7
Contenido: Prólogo / Ramón Rispoli.— Prefacio.— La naturaleza poética del espacio: un modelo de memoria sensible/
Aurosa Alison.— Abandono y soledad en el objeto arquitectónico/Blanca Ruiz Esparza Díaz de León, Alessandro Bone-
sini.— Hacia una propuesta para considerar la cultura materialy el patrimonio arquitectónico y urbano como parte de
la sostenibilidad en el plan de estudios de la carrera de arquitectura del Tecnológico Nacional de México/Mirko Mar-
zadro.— La qreuitectura emocional y la filosofía como constructor de la memoria del espacio interior/Fausto Enrique
Aguirre Escárcega, Laura Mesta Torres.— El edificio público habitado:la cárcel/Marella Santangelo.— Trascendencia e
interiorización del espacio doméstico:memorias de lo cotidiano/Mario Ernesto Esparza Díaz de León.— La represen-
tación de la memoria como alternativa de solución en los espacios interiores/Silvia Margarita Cotera Ortega.— Hotel
Parque México:de la restauración a la rememoración/Pedro Tlatoani Molotla Xolalpa.— Gema Rocío Guzmán Gue-
rra.— Procesos de la memoria en el centro de Ciudad Juárez, el caso del café La Nueva Central/Lizette Vaneza Chávez
Cano.— La publicidad como discurso de remembranza y su apropiación del espacio arquitectónico en Ciudad Juárez,
Chihuahua México/José Roberto Tovar Herrera, Claudia Ivette Rodríguez Lucio.
Prefacio
Prólogo
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Ramón Rispoli
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de hoguera y que por razones análogas se usa el adjetivo cálida para definir
a una persona sociable y amistosa, como recuerda Richard Sennett (2009).
Igualmente fascinante es aquello relacionado con el elemento tierra: la
cueva como “concavidad arquetípica” —cavidad, nicho, burbuja— que re-
mite al vientre materno, una idea que también guarda analogías con lo que
afirma otro filósofo alemán, Peter Sloterdijk, en torno a la noción de esfera
como espacio matricial e “inmunológico” de reparo y protección (Sloter-
dijk, 2003). El escrito se concluye con la descripción de dos obras paradig-
máticas de Le Corbusier —la iglesia de Notre Dame du Haut en Rochamp y
el nido-refugio Le Cabanon de Roquebrune-Cap-Martin, en la Côte d’Azur
francesa— que bien ilustran las ideas de Bachelard: dos espacios “indes-
criptibles”, cuyo espesor semántico y poético se hace accesible únicamente
a través de la experiencia vivida.
La segunda contribución, firmada conjuntamente por Blanca Ruiz
Esparza Díaz de León y Alessandro Bonesini, trata el tema de los edificios
en ruina y en abandono. En la interesante argumentación de los autores pa-
rece resonar la reflexión de Heidegger mencionada al principio: una arqui-
tectura aislada y abandonada, desprovista ya de sus funciones concretas,
deja de ser mero objeto para revelar su naturaleza de cosa: algo inagotable,
cuyo “ser” siempre excede las funciones y los significados de los que pueda
hacerse cargo en un momento determinado y con relación a un determina-
do individuo o colectivo. En esta perspectiva, el hecho de que un edificio
pierda sus funciones tradicionales no constituye una verdadera pérdida,
sino más bien una oportunidad en la medida en que significa “hacer es-
pacio, abrir vacíos dentro de los cuales colocar momentos de sentido adi-
cionales y renovados”: otras formas de ser y significar. Esta es la razón más
profunda por la que los dos autores defienden una especie de “derecho de
la ruina a ser ruina”, y ven la acción de demolición —aunque a veces inevi-
table— casi como un asesinato.
El tercer texto, firmado por Mirko Marzadro, constituye una reflexión
sobre la relación entre la conservación del patrimonio arquitectónico-ur-
bano y la idea de sostenibilidad. Recorriendo algunas de las etapas fun-
damentales que han marcado el desarrollo de la teoría de la restauración
desde finales del siglo xix hasta la actualidad, Marzadro centra su atención
en la idea de “conservación integrada” —surgida en 1975 en la Carta de Ám-
sterdam— en la que objetos de preservación no son solo los monumentos
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Referencias
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Prefacio
l presente libro está dirigido a estudiantes de licenciatura y
posgrado, profesionistas del interiorismo y la arquitectura. La
principal motivación para su realización es proporcionar visio-
nes heterogéneas de los signos de la presencia del hombre en la
interacción: espacio, tiempo y memoria.
Es un manifiesto sobre las perspectivas contemporáneas
del interiorismo arquitectónico en México y el mundo, da a conocer diversas
posturas que abarcan aspectos filosóficos, sociales, culturales y emociona-
les de la habitabilidad y del impacto que tiene en la memoria del usuario.
En la memoria habita el pensamiento del espacio de la vida humana,
ese que trasciende y queda como vestigio de la relación hombre, arquitec-
tura y contexto. Construcciones tanto mentales como físicas de lo que fue,
de lo que es y de lo que será, posicionando al espacio como objeto de la
memoria.
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Aurosa Alison
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Imagen poética
Percepción
sensible de la
realidad
Actividad de la
Psiquismo activo imagen poética
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Para terminar la parte teórica sobre la memoria sensible del espacio, que-
ríamos exponer dos pasajes fundamentales de La Poétique de l’espace de
Gaston Bachelard.
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Ambos íntimos siempre están listos para invertirse. El ser se dispersa hacia
el centro, allá donde el dentro y el fuera lo constituyen.
Al final de este capítulo, el filósofo ofrece una posibilidad al ser de
tener una denominación más exacta del carácter fuera-dentro, o sea, la del
entornado. El ser quiere manifestarse y esconderse, los movimientos de
apertura y de cierre son tantos que, escribe Bachelard: “El hombre es un ser
entornado” afirmando así un carácter teóricamente ambiguo de él mismo.
La inmensidad íntima
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Tal como afirma Le Corbusier (1948), el hombre feliz es el que realiza todos
los actos de su vida doméstica en 15 metros cuadrados, haciendo alusión a
que no se trata del tamaño del espacio sino a las cualidades y característi-
cas que lo conforman.
La estructura del Cabanon representa las condiciones ideales del
proyecto arquitectónico. Su estructura sintetiza la idealización y el uso
personal, ideado como regalo y perseguido como refugio de una vida. La
estructura del Cabanon representa las condiciones ideales del proyecto ar-
quitectónico, su estructura sintetiza la idealización y el uso personal.
Dentro de este macro-objeto a réaction poétique, Le Corbusier usa el
modulor con el fin de ilustrar la fuerte cohesión entre funcionalidad esen-
cial y pura estética.
Dos camas de madera, una mesa-escritorio, dos taburetes, un arma-
rio, una estantería y un retrete hacen de la superficialidad una necesidad
donde las necesidades fundamentales se convierten en formas y objetos
de uso.
La armonía de los colores y de las sensaciones del paisaje exterior, en
el que encontramos este “nido”, se repiten y se hacen eco en una riqueza
abrumadora que se encuentra en el interior. Mirando el paisaje del Medite-
rráneo que protege y envuelve (χώρᾳ) el Cabanon, se perciben los fenóme-
nos de composiciones complejas que se reconectan a las soluciones descri-
tas por Le Corbusier.
Gracias a los ejemplos de Le Corbusier hemos ilustrado cómo la ma-
teria plástica corresponde únicamente a una formalización del espíritu y
2 Las tonalidades empleadas son aquellas del “Clavier des couleurs II”- Salubra 1959.
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Referencias
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Alessandro Bonesini
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30 Fausto Enrique Aguirre Escárcega • Gema Rocío Guzmán Guerra (Coordinadores)
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3 Un agradecimiento especial a Amelie Tancredi, ciudadana de dos mundos, por sus valio-
sas sugerencias en los matices del idioma español (A. B.).
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Son diferentes las concepciones que existen sobre la soledad. Se puede en-
tender como un rasgo positivo cuando dicho estado permite a una persona
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Silentes son los espacios donde las relaciones se han parado. El espacio se
vuelve silente cuando no se le ofrece más la dimensión hermenéutica. Al
ser silente, el espacio hace exhibición de sí mismo en lo que es, y se hace
esencia de sus memorias. Cuando permanecen solamente memorias, y
cuando el tiempo solo añade desvanecimiento, el espacio silente existe. Di-
cho espacio es el rostro de la soledad cuando, tras el proceso de abandono,
se halla en el centro mismo de la existencia del objeto arquitectónico. En el
espacio silente no hay más existir, y se hace lugar gracias a lo existido. Den-
tro de estos espacios en soledad resaltan las historias, sucesos y motivos
que los han llevado al progresivo abandono.
En un trabajo sobre la formación urbanística de la Lisboa metropo-
litana, Morgado (2008) introduce el concepto de espacio silente en el aná-
lisis de un fenómeno urbano en conexión con el espacio desocupado. Es
interesante cómo la idea de espacio silente tiende un enlace con la idea de
recreación en las formas de vivir, incluso surgiendo de un vacío.
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4 “Und diesen Zustand produziert die Gesellschaft nun auch mit Hilfe der, akustischen Un-
terwerfung”. In demjenigen Augenblick, in dem ein Individuum dazu verurteilt ist, in einer
Welt zu leben, in der es, weil ihm kein stiller Platz übrigbleibt, hören muß, bleibt ihm auch
nichts anderes übrig, als dieser Welt zuzugehören, ihr gehorsam oder gar hörig zu werden”
(Trad. A.B.).
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Finalmente, hay una memoria material que imprime al objeto los cambios
que el hombre y la naturaleza le han aportado en diferentes fases. Estas son
las huellas del devenir y de la erosión física, que inevitablemente agotan el
objeto mismo hasta su salida definitiva del círculo de la apariencia. Desde
el punto de vista de la presencia estética del objeto, ninguna de las fases
de su descomposición es menos legítima, menos portadora de contenido
perceptivo preservable. La categoría de funcionalidad no tiene nada que
ver con la legitimidad estética y con el reconocimiento de su valor.
Normalmente, el hombre pasa sus días en el mundo, pero las noches
dentro de una arquitectura. La noche más que el día necesita de arquitec-
tura. Mientras que durante el día nos trasladamos de una arquitectura a
otra, pasando a menudo por espacios con menos densidad arquitectónica,
en la noche nos detenemos en el corazón de una de ellas. Durante el día so-
mos espectadores del objeto, por la noche nos convertimos en su corazón.
Por la noche nos desnudamos y nos vestimos de arquitectura. Acercarse a
la noche, a su propio atardecer, es un pasaje diario que ninguna arquitec-
tura debería entorpecer. El hombre y su trabajo deben experimentar juntos
el color del atardecer.
La fase de abandono de un objeto correspondería a la larga espera de
su propia noche. Un atardecer a veces muy lento, que se cuenta en gene-
raciones de hombres. El hecho de que muchos hombres nazcan y mueran
en el tiempo extenso del atardecer de un objeto arquitectónico lo hace, por
un lado, perteneciente a un gran número de generaciones, y por el otro, lo
destina a ser de alguna manera extraño para todos. El abandono de una
arquitectura es una de las medidas del límite humano. Y lo es más que la
naturaleza, porque el objeto es el resultado de las manos humanas y de la
imaginación humana: un hijo que mata a muchos padres.
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[…] tiene que existir este intervalo de abandono, tiene que ha-
ber discontinuidad: es religiosa y artísticamente esencial. Esto
es lo que quiero decir cuando me refiero a la necesidad de las
ruinas: las ruinas proporcionan el incentivo para la restaura-
ción y el retorno a los orígenes. (p. 101)
Parece que el objeto tuviera que atravesar su noche oscura para po-
der proponerse otra vez para el futuro. El reavivamiento del objeto arqui-
tectónico se asemeja a una especie de reencarnación de objeto, que lo hace
excesivo en comparación con la medida de la existencia humana. En este
sentido, la ansiedad de lo nuevo a toda costa puede ocultar un terror fun-
damental a la muerte.
El olvidar tiene muchas naturalezas. Se puede olvidar quién constru-
yó un objeto, como con la mayoría de los artefactos de la antigüedad. Uno
puede olvidar a las personas que usaron un artefacto, así como la función
para la cual fue originalmente diseñado. Poco a poco, la cancelación de los
planos de memoria va configurando el olvido de un objeto, que consiste
precisamente en permanecer solo objeto. El plano relacional, el sistema
original de los significados concretos y simbólicos, funcionalidad y destino,
abandonan el campo de las propiedades del objeto, que se va empobre-
ciendo de aquello que se había pensado para él. Lo que queda al final es un
tipo de forma pura.
Esto no significa que la esencia del objeto sea su ruina. El desvane-
cimiento de la memoria a través del tiempo, en realidad, es el don de sí
mismo que el objeto hace a los tiempos que vendrán. La propiedad ina-
lienable del objeto arquitectónico, de salvarse a sí mismo aun en el hun-
dimiento de sus significados, es exactamente lo que permite la reiteración
de su vida sensible. El papel propulsivo del abandono en la reactivación de
una construcción está bien expresado por Margherita Vanore (2016), ya que
el “abandono (...) en muchos casos anula el cierre originario o autorrefe-
rencialidad de ciertos elementos o complejos de producción, para abrirlos
a una apropiación no planificada del contexto y de la naturaleza” (p. 16).
Perder significados denota hacer espacio, abrir vacíos dentro de los
cuales colocar momentos de sentido adicionales y renovados. La erosión de
un objeto arquitectónico comienza desde los elementos delicados —colo-
res, telas—, materiales que son más perecederos o destinados a interiores.
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Imagen 3. Isla Madonna del Monte (Venezia), casa solariega ubicada en Laguna.
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Conclusiones
Del análisis aquí realizado surge una mejora del fenómeno de la caída en
el abandono de objetos arquitectónicos. La investigación sobre el proceso
de descomposición del todo que constituye a un objeto complejo, muestra
signos de continuidad comunicativa. La pérdida de las funciones originales,
la desaparición de los elementos detallados y, finalmente, el compromiso
de las estructuras no es equivalente a una pérdida de significado definitivo.
La misma condición de espacio silente aparentemente solo coincide con un
epílogo. La fenomenología de la ruina evoluciona hacia una especie de ma-
nifestación de contenidos que, en algunos casos, puede exaltarse incluso
por la desolación de un edificio sometido a los estragos del tiempo. Por lo
tanto, parece muy importante aprender a decodificar el lenguaje del aban-
dono y la soledad. En esta escucha, se abren espacios para la creatividad,
la reutilización y la generación de nuevos significados. El objeto arquitec-
6 Los autores del texto son nueve: A. Bellini, G. Carbonara, S. Casiello, R. Checchi, M. Dezzi
Bardeschi, P. Fancelli, P. Marconi, G. Spagnesi Cimbolli, B. P. Torsello.
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tónico de esta manera cae otra vez dentro del círculo de la relación, expre-
sando nuevas sugerencias de él y más allá de él. En conclusión, la ruina es
una condición esencial para la renovación y comprensión de la historia. No
hay que quitar de la soledad de la ruina la posibilidad de permanecer ella
misma, o continuar contando el tiempo y los acontecimientos a la luz de
interpretaciones inéditas.
Referencias
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Mirko Marzadro
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Introducción
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7 Para profundizar sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y su cumplimiento visitar
la página de las Naciones Unidas http://www.un.org/es/millenniumgoals/ (recuperado el
30/09/2018).
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Figura 2. Síntesis gráfica de los valores estéticos, históricos, de uso y de los tres
congresos.
Carta de Venecia, 1964
II Congreso Internacional de
Arquitectos y Técnicos de
Monumentos y Sitios
VALOR DE USO
la restauración arquitectónica”.
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El valor histórico
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El valor de uso
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Referencias
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La arquitectura emocional y la
filosofía como constructor de la
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Fausto Enrique Aguirre Escárcega
L
Laura Mesta Torres
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Debemos recordar que toda obra hecha para el ser humano debe
contemplar el efecto visual y emocional que le generará, así como la inter-
pretación que dé al espacio; en este sentido señalamos que “La percepción
es el encuentro de nuestro cuerpo con el mundo. El cuerpo, que aún no sa-
bemos bien de qué manera funciona como un todo en la mente, parece ser
un tejido de emociones”. (Aldrete, 2007, p. 99). Juhani Pallasmaa (2014a)
hace referencia a la obra Philosophy in the Flesh, de George Lakoff y Mark
Johnson, en la que se apunta hacia una exigencia compresiva de los actos
y lecciones cotidianas, señalando que debemos ser capaces de otorgarle
sentido a nuestra vida en las diferentes situaciones a las que nos enfrente-
mos como personas, sosteniendo que:
22 Nuestro amor por el hogar es, a la vez, un reconocimiento al grado en que nuestra identi-
dad no es autodeterminada. Necesitamos un hogar en el sentido psicológico tanto como lo
necesitamos en el físico: para compensar una vulnerabilidad. Necesitamos un refugio para
apuntalar nuestros estados mentales porque demasiadas cosas en el mundo se oponen a
nuestras alianzas. Necesitamos nuestras habitaciones para alinearnos con versiones desea-
bles de nosotros mismos y para mantener vivas nuestras caras más importantes y evanes-
centes. (Traducción propia).
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23 Según Luis Barragán “[…] nuestra percepción no es neutral, como tampoco lo es nuestra
acción, incluyendo la creación arquitectónica. Se trata de expresiones de nuestro mundo
interior, es decir, son mayormente autobiográficas. Están informadas por la memoria, tanto
por la personal (recuerdos de infancia y de juventud) como por la que compartimos, aquélla
que denominamos cultura” (Aldrete, 2007, p. 98).
24 “[…] un aspecto muy importante de la percepción es la experiencia motora (un intercam-
bio físico activo en el ambiente). La interacción con el ambiente proporciona al individuo
una gran variedad de señales sensoriales o retroalimentación (por ejemplo, visuales, auditi-
vas y táctiles) acerca de la naturaleza del ambiente” (Holahan, 2014, p. 47).
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25 “Mientras el arte pop estadunidense de principios de la década de 1960 tenía como mar-
co de referencia el mundo de los medios de comunicación que le rodeaba, el arte minimalis-
ta de mediados y finales de la década de 1960 parecía aludir al interior del cubo de la galería
de arte como el destino final de referencia de la obra. Dicha referencia sólo era compositiva;
en lugar de una lectura compositiva interna, la estructura formal del arte se presentaría en
relación con la estructura arquitectónica interior de la galería de arte. Que la obra se equipa-
rara al contenedor arquitectónico provocaba que ésta se tomara en su sentido literal. Tanto
el contenedor arquitectónico como la obra contenida pretendían ser vistos como algo no
ilusionista, neutro y objetivamente fáctico; es decir, simplemente como material. Literal-
mente, la galería de arte funcionaba como parte del arte” (Graham, 2009, p. 6).
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Imagen 8. Estado actual del estudio de Diego Rivera construido por O’Gorman.
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Referencias
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Marella Santangelo
26 Este texto es la síntesis de una investigación iniciada hace mucho tiempo en Italia, cuyos
resultados a lo largo de los años han tenido espacio en diversas publicaciones.
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hoy, en el que solo tienen que esperar hasta el final del castigo.
[...] el riesgo es que las situaciones de privación de libertad ter-
minen convirtiéndose en un conjunto de restricciones que van
más allá del contenido intrínseco del castigo: la privación de
libertad. El principio que mantiene estos últimos aspectos jun-
tos es que la privación de la libertad no es la “condición” para
el castigo, sino el “contenido” de la pena. Este principio fun-
damental destaca además cómo la ausencia de arquitectura
en el proyecto de cárceles, que implica la ausencia de calidad
del espacio, puede haber pesado sobre la vida cotidiana y el
destino de los prisioneros. El espacio tiene y debe desempeñar
un papel central en el proceso de rehabilitación, un campo real
de aplicación de la pena, manteniendo siempre el dictamen
constitucional en el centro, según el cual “nada puede autori-
zar al Estado a eliminar, además de la libertad, la dignidad y la
esperanza”.
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abierta, con jardines, huertos para cultivar, etc., luego recibí el programa
preciso lleno de reglas estrictas, separaciones entre hombres y mujeres y
una serie de restricciones que me producen náuseas. Entonces rechacé la
tarea y se sintieron ofendidos de que un joven rechazara un trabajo tan im-
portante, pero entonces no tenía dudas, me repelía, era físicamente impo-
sible hacerlo.
Alberto Magnaghi, profesor en IUAV de Venecia, en su libro sobre su
experiencia como preso político, cuenta su “vida de preso en el interior”
como lo puede hacer un arquitecto, utilizando las figuras de la arquitectura
y de la ciudad para explicar una vida difícil de entender para los que están
fuera. En este sentido, él sostiene que el espacio, el paisaje y el entorno,
están totalmente identificados y reconstruidos a partir de los movimientos,
expresiones y posiciones de cuerpos y caras; siendo así los cuerpos los que
representan el diseño del entorno y de la arquitectura.
El espacio arquitectónico debería ser configurado a partir de las ne-
cesidades del ser humano y la interacción de este con el entorno; aun si
se trata de una cárcel. Debemos recordar que un espacio mínimo que se
convierte en “mundo”, cuyo centro es la celda, una especie de elemento
básico que la ley italiana querría usar solo para dormir; hace poco tiempo
salió una circular del Departamento de la Administración Penitenciaria en
Italia, que requiere un cambio del léxico de la cárcel a empezar por la celda
que se llamará dormitorio; en la mayoría de los casos este sigue siendo el
espacio donde los presos transcurren días enteros, tanto para la ausencia
de espacios colectivos como para la inexistencia de una oferta de activida-
des laborales.
Las celdas tienen una medida promedio de 2.76 x 3.90 metros, o 3.75
x 3.90 metros incluido el cuarto de baño, los muebles ministeriales incluyen
una mesa de plástico, taburetes (en la cárcel no se permiten sillas), camas
de hierro y el número correspondiente de colchones de espuma ignífugos,
armarios de diferentes tamaños, un televisor y su estante; la dotación siem-
pre es la misma, si la cantidad de personas aumenta solo las camas y los
taburetes aumentan, si hay espacio, todos los muebles son del mismo color
naranja. Pero también la unidad de medida cambia, en la cárcel es el paso:
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28 Desde julio de 2015 hasta diciembre de 2016, el ministro de justicia italiano, Andrea Or-
lando, convocó los Estados Generales de la Ejecución Penal, identificando 18 temas fun-
damentales que se han convertido en tantas mesas de trabajo, con la participación de 200
expertos en Italia que han prestado su trabajo intelectual para lo que se considera una emer-
gencia en Italia. La mesa 1 fue dedicada, después de décadas de silencio ensordecedor, al
espacio del castigo: la arquitectura y la cárcel, y yo formé parte de ella.
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Referencias
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Trascendencia e interiorización
del espacio doméstico: memorias
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Mario Ernesto Esparza Díaz de León
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Fuente: www.moma.org
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Imagen 10. Postales de mi interior doméstico: Casa Esparza Díaz de León (2017).
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31 Proceso intelectual que consiste en establecer una asociación o vínculo para recordar
una cosa abordado de manera muy interesante por los Doctores Carles Méndez y Hortensia
Mínguez (2017) en el texto “La construcción mnemotécnica del hogar. Del vivir en cápsulas
del tiempo” sobre el papel de la memoria a través de la imagen y la comprensión de la casa
como extensión de la conciencia experiencial.
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Imagen 11. Reinterpretación del espacio interior doméstico: Casa Esparza Loera.
(2018).
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Conclusiones
Referencias
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propuesta teórica para comprender la vinculación entre las personas
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R
Silvia Margarita Cotera Ortega
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Introducción
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mación acerca de las actividades que conforman la vida del ser humano y
su contexto, ya sea este artificial o natural (Norberg-Schulz, 1975).
En este sentido podemos decir que no se puede separar al hombre
del espacio, la relación del ser humano con los diferentes lugares es parte
de su existencia humana y esta existencia se traspasa al espacio físico, sien-
do la residencia la esencia de la existencia del espacio (Heidegger, 2015).
El espacio, lugares o ámbitos en que se desarrolla el ser humano es-
tán dotados con características cualitativas y cuantitativas, no se puede se-
parar la unidad de la concepción del espacio, el sólido y el vacío se integran
para ser el recipiente del ser humano, el lugar posee la totalidad; siendo
esta los sucesos importantes que se registran en su atmósfera, así como los
objetos que lo componen y son organizados y dispuestos en un orden que
reflejan al sujeto que en ellos habita (Bollnow, 1969).
Cuando se entra a un espacio interior observamos la disposición de
objetos como sillas, cómodas, sillones, comedores, aparadores, mesas,
cerámicas y muchos accesorios que complementan las diferentes disposi-
ciones de estos elementos en el espacio, pero vemos que en su totalidad
reflejan la personalidad e identidad de quien los disfruta, es un lugar viven-
cial. A través de estos objetos se manifiesta su actividad de vivir, donde se
va impregnando de una serie de significantes estructurados a partir de una
ordenación que exterioriza su identidad a un grupo social y estatus.
Los lugares interiores en los cuales se desarrolla la vida del ser humano son
espacios donde se sienten una gran variedad de emociones y experiencias
que hacen de estas el eje de su vida, donde desarrollan un grado tal de sig-
nificado que los hace centro de su existencia. Estas emociones y sentimien-
tos se vuelven a experimentar en cuanto el ser humano identifica un olor,
algún sonido, un mobiliario, un elemento que funciona como estímulo para
propiciar o activar esos recuerdos almacenados y, aunque no presentes, se
reinicia la experiencia y se vuelve a disfrutar y presentar nuevas sensacio-
nes (Holahan, 2012).
El espacio donde el ser humano se establece puede ser variado en
cuanto a tamaño y región donde esté, o puede ser un espacio construido
seriado con las mismas funciones espaciales, pero es ahí que, a partir de
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las costumbres del usuario, la cultura y nivel social lo hace único. La distri-
bución de estos espacios se da a partir de jerarquizaciones en función a las
necesidades tanto fisiológicas como psicológicas del usuario que lo habita.
Estos lugares están conectados a partir de corredores y accesos, de acuer-
do con las diferentes actividades sociales o privadas. A estas distribuciones
les corresponden las diferentes tipologías de muebles y objetos de uso que
puedan necesitar de acuerdo con su función, estos elementos tienen una
relación entre el espacio y el ser humano, son conectores que llevan a que
se identifiquen y apropien del lugar.
Existen elementos que pueden servir de focos en la casa, la chime-
nea, el fuego es el centro del hogar; la mesa es el lugar donde la familia se
reúne. La cama representa de modo aún más convincente el centro por ser
el lugar desde que el hombre empieza su día y al que regresa por la noche
a la cama queda cerrado el círculo del día y de vida (Norberg-Schulz, 1975).
Al analizar y reflexionar el espacio con relación al ser humano de for-
ma holística no podemos centrarnos en un solo aspecto como la función, la
relación es más amplia y profunda. El ser humano es un ser social, sus ne-
cesidades también son psicológicas, no nada más fisiológicas, expresa su
espiritualidad, su comportamiento; los espacios privados son su interiori-
dad como ser, la relación tiempo-espacio se expresa en estos lugares. Cada
lugar limitado por muros es el escenario donde se guardan las emociones
experimentadas en el transcurso de su vida. Consecuentemente, estos es-
pacios están envueltos en un cúmulo de significantes para el ser humano.
No importa el tamaño del lugar, sino las variadas acciones y vivencias del
hombre; los mobiliarios y los objetos no le dan sentido al espacio, les da
sentido el hombre a partir de los significantes que le proporciona a los ele-
mentos y objetos que lo rodean, al mismo tiempo que las experiencias de
vida que tiene con ellos, es una relación que va y viene entre espacio, hom-
bre y objeto, como lo señala Perrot (2012).
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Olores Música Objetos decorativos Mobiliario
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0
Nuevos Recuerden De los dos
18-25 años 26-35 años 36-45 años 46-65 años
Fuente: Elaboración propia, 2018.
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Los objetos han sido a través del tiempo significantes para el ser hu-
mano en el registro de narrativas en su devenir histórico, como en la ce-
rámica de Grecia donde la pintura fue un medio para representar en los
objetos la vida cotidiana de su cultura, las costumbres, representaban sus
leyendas, su filosofía, eventos que marcaban parte de su historia. La rela-
ción del ser con los diferentes objetos del interior del espacio, sean estos
mobiliarios, cerámicas, textiles, los frescos pintados en los interiores. Usa-
ban estos elementos y eran también un medio de relación para sentirse có-
modos, apreciaban su abrigo y así se quedaban en estos espacios.
Una de las características para proyectar cualquier diseño, trátese
este de un espacio, objeto, mobiliario, accesorio, pintura, escultura, es el
aspecto de los sentidos del usuario que se deben de tomar en cuenta, pero
no solo un sentido, sino todos los sentidos, la función debe ser inherente al
diseño del espacio y el objeto (Munari, 2004).
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Referencias
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L
Gema Rocío Guzmán Guerra
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Imagen 14. Imágenes del trazo de la colonia Hipódromo Condesa plano atribui-
do a la Compañía Fraccionadora y Constructora del Hipódromo de la Condesa
S.A. circa 1926. A la derecha una foto aérea donde se aprecian las primeras cons-
trucciones de la recién inaugurada colonia. En ambas imágenes es posible ob-
servar que el predio marcado con el número 133 de la Av. México fue construido
desde las etapas más tempranas.
El edificio Metropol
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des de 56 m2 más la oficina de las mismas medidas. Además, cada uno tenía
una bodega de aproximadamente 4.4 m2 en un tercer nivel que incluía una
pequeña área cubierta con lavaderos comunes.
Por su partido arquitectónico (Imagen 15) se logra apreciar que los
espacios comunes significaban lugares de reunión tanto para actividades
recreativas como domésticas, lo que representa que estos fueran una parte
fundamental para el buen funcionamiento de cada una de las unidades ha-
bitacionales. Estas áreas conformaban casi una tercera parte de la totalidad
del área construida.
Sin demeritar en lo absoluto la calidad material del edificio, sí se
debe reconocer que nunca tuvo rasgos sobresalientes del art déco, mani-
fiesto en edificios vecinos que son un referente del estilo no solo de la zona,
sino de la ciudad entera, sin embargo, la sobriedad de sus proporciones y lí-
neas que conforman su fachada se integraron armónicamente a su contex-
to inmediato. Las escasas intervenciones lograron mantener casi intactos
los espacios, incluyendo sus sencillos acabados que se limitaban a muros y
techos con finos aplanados y pisos de madera sobre bastidores.
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El proceso de intervención
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Imagen 17. Diseño de canéfora y teocinte (firma y rúbrica) para el proyecto del
Hotel Parque México. Obra original de Jorge Cejudo Heredia.
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La fábrica original del edificio (Imagen 19) fue realizada con sistemas
constructivos basados con mano de obra artesanal que sirvió como funda-
mento para afianzar la propuesta del servicio del hotel. De esta manera se
continuó la tendencia en el proceso de intervención del inmueble. Mate-
riales como la piedra, tabique, mosaicos, etc., fueron materiales y sistemas
constructivos que se observaron al momento de realizar la obra. Las técni-
cas artesanales se convirtieron en el eje fundamental para la consolidación
del concepto del producto final.
Imagen 19. Imágenes del proceso de la obra que muestran parte de los materiales
originales de la fábrica del edificio. Además, la intervención realizada con técnicas
o sistemas constructivos que requerían mano de obra “artesanal” fue fundamen-
tal para el desarrollo de la construcción debido a las condiciones del contexto
inmediato ya que el inmueble está enclavado en una zona 100% habitacional.
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Imagen 21. Obras pictóricas de los artistas María Antonieta Canfield y Julio Ca-
rrasco Bretón significaron la integración plástica al proyecto de intervención del
edificio que, además, mediante técnicas artesanales transformaron el contexto
inmediato hacia el interior de la manzana, generando una nueva espacialidad a
un lugar que no tenía mayor significado.
La restauración y la memoria
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Referencias
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Procesos de la memoria en el
Centro de Ciudad Juárez, el caso
del café La Nueva Central
L
Lizette Vaneza Chávez Cano
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Introducción
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Rememoración y memoria
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la memoria, sin duda ligadas a algún momento del pasado, aunque lo que
realmente está en juego es el futuro.
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34 Centro Histórico, derribaran más negocios para construir un Zócalo. La obra se extendería
desde el Muref hasta la Catedral; propietarios de comercios se oponen al proyecto. “La cons-
trucción de un zócalo es lo que se pretende edificar en la manzana 14, razón por la cual se
debe despejar el área de inmuebles aun cuando sean negocios emblemáticos de la ciudad
debido al tiempo que llevan ahí”. Por Beatriz Corral.
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Conclusiones
Fueron muchas las personas que hacían alusión a hechos de su vida coti-
diana, acontecidos en el interior del café La Nueva Central. Recuerdos cons-
truidos con personas cercanas. Los recuerdos que son parte de un proce-
so que surge de lo individual para convertirse en colectivo, formularon un
escenario en el que fue posible que el restaurante sea un lugar. Sin duda,
las características físicas del edificio no son la razón principal, pues el inte-
rior carece de elementos que le hagan sobresalir de entre otras cafeterías..
Se puede pensar en una estética en el sentido que presenta Katia Mandoki
(2008), que la estética forme parte del mundo cotidiano no significa que
todo sea estético. Al contrario, se asume que ninguna cosa es estética, ni
siquiera las obras de arte o las cosas bellas. La única estesis está en los su-
jetos, no en las cosas.
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Referencias
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A
Claudia Ivette Rodríguez Lucio
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35 Según Hess (2006) nos dice que “la contaminación visual se refiere al abuso de ciertos
elementos tales como cables, carteles, chimeneas, antenas postes, etcétera, que alteran la
estética y aunque no provocan contaminación de por sí; se convierten en agentes conta-
minantes mediante el manejo abusivo del hombre (cantidad, tamaño, colores) y generan
a menudo una sobreestimulación visual agresiva, invasiva, simultánea e indiscriminada, y
contra las cuales no existe ningún filtro de defensa” (p. 1).
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Contaminación visual
Aspectos culturales
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ejes de efectos, por lo que puede traer consigo problemas en distintos sec-
tores como, por ejemplo, el sector turístico, cultural y de salud.
Los espacios que en las fotografías se observan forman, sin duda, un
legado histórico de años de gloria de una localidad que a través del tiempo
ha tenido múltiples funciones, son signo de años de abundancia, de una
fama internacional y de un pasado que ha prevalecido en la memoria de
quienes lo vivieron y de quienes aún lo recuerdan.
Conclusión
Referencias
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