Sintonizando Con El Medio
Sintonizando Con El Medio
Sintonizando Con El Medio
con el medio
la radio como medio de comunicación
SINTONIZANDO CON EL MEDIO
La radio como medio de comunicación
Argentina fue uno de los primeros países donde comenzó a escribirse la historia de la
radio.
Hoy en día, casi 100 años después de aquella primera trasmisión y a pesar de la enorme
presencia de la televisión y las nuevas tecnologías digitales, la radio está más viva que
nunca y continúa interpelando con fuerza la imaginación del oyente.
La radio además de acompañar cumple una clara función social. En muchos casos es el
único espacio de comunicación con el que se cuenta. Este medio construye lazos y perte-
nencia dentro de una comunidad, de un barrio. Nos comunica y construye puentes, cami-
nos y recupera la palabra y la hace colectiva.
Economía. En relación a los medios gráficos y audiovisuales, la radio tiene bajos costos de
producción y consumo. No se necesitan grandes recursos técnicos para generar conteni-
dos de primera calidad, lo que convierte a este medio en un espacio democrático de
producción. A su vez, la escucha de radio es gratuita para cualquiera que cuente con un
aparato receptor.
Participación. Por sus características la radio permite abrir fácilmente canales de interac-
ción y participación con los oyentes. Junto con el préstamo de libros, una biblioteca popu-
lar puede hacer radio prestando el micrófono a su comunidad, convirtiendo a los recepto-
res en emisores y multiplicando las voces en cada barrio y en cada localidad del país.
EL LENGUAJE RADIOFÓNICO
Sin un código compartido no hay comunicación posible. Los libros que tenemos en la
biblioteca, por ejemplo, nos proponen un código hecho de trazos gráficos, que constru-
yen letras, números, puntuaciones, etc. Estos signos se combinan y forman a su vez pala-
bras, oraciones y frases.
Al igual que los libros, la radio también tiene su propio código, su propia manera de pro-
ducir sentido. El lenguaje de la radio está formado por cuatro elementos: La música, la
voz, los efectos sonoros y el silencio. Aspectos que se mezclan y se combinan entre sí
para crear “imágenes auditivas”. La identidad de nuestras producciones sonoras tendrá
que ver con el modo en que nos apropiemos de estos elementos del lenguaje radial.
La Voz
De la mano de la voz llegan las palabras a la radio: la presencia humana tras el micrófo-
no. La voz de cada persona es particular: “tenemos una voz”, que nos caracteriza y distin-
gue como una marca indeleble de nuestra identidad. Pero si las voces son variadas y
diferentes ¿Vale cualquier voz? ¿Hace falta engolar la voz para hablar por radio?
Está claro que hay modas de la voz: el mercado impone “modelos de voces”. “Con esa voz
tenés que ser locutor” o al revés … ¿Con esta voz de lija querés que sea locutor? Lo cierto
es que, si ponemos en primer plano el derecho de todos a la comunicación, no existen a
priori voces más habilitadas que otras para la radio: todas las voces tienen el derecho a
expresarse y ocupar su espacio en el aire. Obviamente existen locutores que se forman
para entrenar y educar su voz de manera intensiva, convirtiéndola en su herramienta de
trabajo. Pero la existencia de profesionales de la voz no es incompatible con que cual-
quiera pueda analizar, explorar y trabajar su propia voz, aprovechando al máximo sus
posibilidades expresivas.
Por otro lado existen en el país distintos modos de hablar, acentos, ritmos y cadencias
que forma parte de la identidad de una región o localidad. No es lo mismo interpelar a
los oyentes del sur de Río Negro que a los del norte del Gran Buenos Aires. Cada lugar
construye a nivel local una cultura propia, hecha de sus propias costumbres, hábitos y
prácticas cotidianas que se traducen en un modo de expresarse. Las bibliotecas popula-
res, presentes en cada rincón de la Argentina, acompañan esta diversidad.
De todos modos, y más allá de las particularidades, a través del uso de la voz se produ-
cen sentidos climas y sensaciones. Una voz puede exaltarnos, seducirnos, divertirnos,
emocionarnos, tranquilizarnos y hasta aburrirnos. A veces no se trata solo de hablar
sino del modo en que hablamos: cómo decimos lo que decimos. A la hora de colocarnos
en el rol de productores radiofónicos es necesario estar atentos a las cualidades y las
potencialidades expresivas de la voz.
Cada vez que una voz suena, lo hace con determinadas cualidades:
Los tonos más graves tienden a producir sensación de madurez, confianza, seriedad, segu-
ridad. A una velocidad lenta pueden transmitir tristeza y congoja. Por el contrario los tonos
más agudos tienden a asociarse con el universo infantil, con el juego y el humor.
Un volumen alto puede transmitir “Fuerza”, Euforia, excitación, enojo, pero también alegría
produciendo una sensación de optimismo así como un volumen bajo puede sugerir “debi-
lidad”, pesimismo y tristeza, pero también serenidad y calma.
La Música
“¿Y vos que música escuchás?”, suele ser una pregunta muy común entre jóvenes
que empiezan a conocerse y quieren obtener información de la otra persona. Esto
ocurre porque la música resulta ser un elemento muy importante para traducir
nuestro carácter, nuestro modo de ser. En el mundo de la radio, buena parte de la
identidad de una emisora o un contenido se construye desde lo musical.
Para construir ambientes, climas y estados de ánimo. Una pieza musical puede “transpor-
tarnos” hacia una selva africana, o hacernos viajar hacia un futuro hipertecnificado. Puede
generar un ambiente divertido y distendido o emocionarnos hasta las lágrimas.
Los efectos especiales, los ruidos naturales o artificiales permiten al igual que la música
construir imágenes, objetos y situaciones. A su vez también pueden utilizarse para separar
y segmentar los contenidos.
Los efectos sonoros poseen un enorme poder narrativo. Esto significa que pueden “contar-
nos cosas”, muchas veces reemplazando la voz en un relato. A veces un efecto sonoro
puede más que cien palabras: pensemos por ejemplo en el clásico sonido de una puerta
al abrirse. No necesitamos más que percibir el rechinante ruido para que la escena se
construya en nuestra mente.
Aprovechar el potencial descriptivo de los efectos sonoros nos lleva a enriquecer enorme-
mente nuestras producciones radiales.
De todas maneras, resulta importante saber que el abuso o exceso en el uso de efectos
sonoros puede producir ruido o distracciones excesivas que afectan a la comunicación.
Parte del trabajo de producción es dosificar los efectos: no todos los componentes del
relato tiene que estar acompañados de su sonido.
El Silencio
Una pausa en el habla genera suspenso, tensión, misterio y expectativa por lo que está por
venir. El juego con las pausas y las interrupciones produce un incremento de la atención
del oyente. A veces el silencio permite subrayar una idea. Por ejemplo silenciar la música
y los efectos sonoros dejando solo la voz “en seco” le otorga un protagonismo y un peso
mayor al contenido de la locución.
Aprender a usar y dosificar el silencio en la radio puede resultar muy útil en términos
expresivos, no obstante es muy importante que los silencios sean voluntarios, producto de
una decisión consciente. Los silencios involuntarios en la radio se conocen con el nombre
de “baches” , errores que incomodan la escucha y producen sensación de inseguridad.
GÉNEROS Y FORMATOS
En el mundo de la radio, los géneros y los formatos son guías para la producción de nues-
tros contenidos. Pensar la radio a través de las reglas de los géneros nos permite contar
con una estructura previa dentro de la cual será más fácil organizarnos.
De todas maneras es importantísimo aclarar que los géneros no son algo cerrado. Se trata
de “convenciones”, y como tales pueden ser modificadas, alteradas y puestas “patas arriba”
siempre que lo consideremos necesario. Los géneros son siempre útiles como punto de
partida, pero no hay ninguna obligación de respetarlos a rajatabla. Nuestra tarea de
producción puede llevarnos cambiarlos, mezclarlos y variarlos imprimiendo nuestro
propio estilo en nuestros mensajes radiales.
Género Dramático
Género Periodístico
Género Musical
La campaña radiofónica implica una toma de posición frente a una problemática y tiene
un interés pedagógico: busca educar, informar, concientizar y generar cambios tendientes
a mejorar la calidad de vida de las personas. Se trata de breves piezas sonoras que remiten
a la misma temática y guardan una unidad estética y artística. Estos audios circulan en
forma rotativa por la programación durante un tiempo acotado.
La campaña se propone:
El spot es un formato que permite explorar al máximo las posibilidades expresivas del
lenguaje de la radio. Creando imágenes auditivas, ambientes y escenarios sonoros, inclu-
yendo escenas dramatizadas, testimonios e información presentada por distintas voces.
Habitualmente estas piezas de campaña recurren al humor para generar atracción y esti-
mular la reflexión acerca de una cuestión.
Sobre el final los distintos spots de una campaña necesitan un “remate” que permite unifi-
carlos y reforzar la cuestión planteada. Se puede pensar en frases como slogans, rimas o
juegos de palabras. El cierre de cada spot incluye además la firma de quien lo produce, en
este caso el nombre de la biblioteca popular y el lugar geográfico donde se encuentra
ubicada.
Un buen spot es definido por la regla de las 4 “C”: tiene que ser
“Corto” , “Completo” “Concreto” y “Creativo”.