Castración en Rumiantes Parte I y Ii
Castración en Rumiantes Parte I y Ii
Castración en Rumiantes Parte I y Ii
IGNACIO CABEZAS
Objetivos de la castración: ordenamiento de las condiciones de reproducción tanto en rumiantes mayores como
menores. Se pretende una relación entre las curvas de crecimiento de pasto con la parición; por lo que con la
castración se busca evitar que individuos contemporáneos estén preñando hembras que (pueden ser incluso sus
hermanas) vayan a generar pérdidas en la generalidad del rebaño desde el punto de vista genético y además,
provocar complicaciones en madurez zootécnica y posterior distocia. Al generar la castración se busca disminuir
la agresividad por parte de los individuos que, normalmente, van a provocar problemas por traumas en grupos
de animales que podrían terminar en fractura. El individuo castrado genera aumento en el marmoleo de la carne
(infiltración grasa) mejorando considerablemente el sabor. El proceso de castración NO genera un incremento
en la ganancia de peso debido a que se elimina el factor tasa de crecimiento, la cual se traduce en eliminación
de niveles basales de la testosterona (hormona con efecto anabolizante) todo animal castrado va a tener un
efecto en feminización para machos. Las castraciones de hembras que se desarrollan para procesos de
producción exclusiva de carne, en Chile no son común; se realiza solo en contadas ocasiones.
Dentro de las técnicas definidas para castración, las hay de dos tipos:
Cruentas: asociada a la castración de tipo quirúrgica, generando una solución de continuidad (herida). El
abordaje (zona de preparación y post operatorio) debe ser bien considerado para evitar repercusiones
(principalmente tétano)
Incruentas: no generan heridas.
Ambas tienden a buscar la disminución de la capacidad de reproducción por parte de los machos, sobre las
contemporáneas. Indistintamente de la técnica utilizada, se debe tener la separación de los individuos de las
contemporáneas, incluso luego de la castración; hay una ventana de 96 horas donde igualmente se puede
realizar una monta efectiva por acúmulo de material en glándulas anexas. Respecto del dolor, se evalúa mediante
pérdida de peso en tiempos muy cercanos al procedimiento y la medición de cortisol que se relaciona
directamente con el estrés. En un animal que ha sido transportado en manga se encuentra en valores que oscilan
30 – 40 mcg/dL y, en el caso de la castración, puede estar en el orden de 40 – 80 mcg/dL; este es el efecto que
tiene la castración entre los días 1 – 5 de realizado el procedimiento
Dentro de las escalas de dolor, la herramienta que más malestares provoca es el uso del elastrador, ya que genera
disminución del flujo de sangre en los testículos, inflamando hasta que se forma la línea necrótica y caen los
testículos, proceso que puede tardar hasta 15 días. El segundo es la técnica quirúrgica. En tercer lugar y
empatados se encuentran la pinza Burdizzo y la utilización de sustancias esclerosantes, que serán abordadas más
adelante.
En la primera imagen se puede ver la liga (en rojo)
contenida en la pinza del elastrador. Se debería
considerar, en bovinos, NO utilizar en ejemplares que
tengan un peso superior a 100 kilos para que el
deterioro sea menor en el proceso doloroso. Con el
elastrador se busca una avascularización completa del
testículo hasta generar necrosis y posterior caída de la
estructura. Esta técnica está limitada por el tamaño
testicular, en individuos que pesen más de 200 kilos es
casi imposible realizar este procedimiento, el dolor es
exponencialmente mayor y esto influye en la condición
general (pérdida de peso) y en el “bienestar” que se
intenta promover con técnicas de tipo incruentas
Considerar que en el esquema las túnicas no se encuentran representadas de la mejor forma, ya que en
la realidad, las túnicas corresponden a estructuras muy finas que incluso pueden ser desgarradas con los
dedos
Una persona que tiene experiencia y se dedica a la castración de animales, demora máximo dos minutos
en realizar la intervención