El Diario de Christopher - Secretos de Foxworth
El Diario de Christopher - Secretos de Foxworth
El Diario de Christopher - Secretos de Foxworth
ANDREWS
El diario de
Christopher:
Secretos de Foxworth
AGRADECIMIENTOS:
Quiero agradecer a Virginia Andrews por compartir su talento e inspiración,
por entregarnos esta magnífica historia que se ha convertido en una parte de
nosotros. Gracias por hacer que el misterio, la oscuridad, la perseverancia y la
fortaleza formaran parte de nuestra vida. Gracias por esta interesante y
maravillosa saga.
Gracias a la familia de Virginia por ayudar a que la magia continuara.
Gracias a Andrew, el nuevo autor, por contribuir para que la familia Foxworth
siguiera con vida.
Finalmente, quiero agradecer a mi familia, también a Atzhiri, L. Brennlet,
Karla y María, por escucharme siempre y adentrarse a esta brillante saga. Y a
todas aquellas personas que alientan mi gusto literario.
Quiero aclarar que la traducción de este libro no es oficial, la hago con el fin
de entretener y dedicarla a todos los lectores que conocen el enigmático
mundo Foxworth.
Atte. Yzard.
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Sexta entrega de la saga Dollanganger, de la autora Virginia Andrews. Luego
de su muerte, el escritor Andrew Neiderman fue contratado por la familia de
Virginia para continuar con el manuscrito encontrado y mantener la historia
viva.
En el 2014 salieron nuevos libros que llevan por título Christopher's diary:
secrets of Foxworth y Christopher's diary: echoes of Dollanganger. Libros
que no han sido traducidos y hasta el momento no se espera que lo haga
alguna editorial. Por lo tanto, he decidido traducir la historia. Aclaro que no
pretendo quedarme con los derechos de la obra, lo hago sólo por para los
seguidores del mundo Foxworth y por mí. No es una continuación de Jardín
sombrío o de Semillas del ayer. Es la historia contada desde el principio a
través del diario de Christopher Dollanganger.
Agradezco a las personas que supieron del proyecto desde su inicio,
apoyaron y tuvieron paciencia para esperarlo. Al igual que quienes han
brindado sus buenos comentarios para que este proyecto se siga llevando a
cabo. No olviden que es importante para el desarrollo y pervivencia de la
industria editorial que compren los libros, es una manera de apoyar tanto a
autores, como a las personas que hacen su trabajo para que el mundo literario
no se pierda.
PRÓLOGO.
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—En realidad, no has dicho mucho acerca de nada esta mañana,
papá. Tuviste tu nariz en el periódico la mayor parte del tiempo, olfateando
las palabras en lugar de leerlas —le recordé.
Él dijo que eso era de lo que mi madre también se quejaba. Ella
usaba exactamente la misma expresión. Le dijo que comer el desayuno con
él era como sonambulismo a través de una comida. Mi confianza en
cualquiera de las expresiones de mi madre, ya fueran vagamente
recodadas o procedentes de las descripciones de mi padre, siempre hacían
aparecer una amplia sonrisa en su cara. Como si tuviera pequeños
reguladores de voltaje detrás de ellos, sus ojos color avellana se aclaraban.
Tal vez, debido a su constante tiempo en el sol, o la preocupación y
la tristeza, las líneas de su frente se profundizaron y oscurecieron más
cada año. Su, estrechamente recortada, barba marrón-rojiza también
había estado mostrando un poco de gris prematuro últimamente. Papá
sólo tenía 46 años e irónicamente, no había gris en su cabeza llena de
cabello grueso que conservaba algo largo, pero bien cuidado. Lo llevó del
mismo modo mientras mamá estaba viva. Él dijo que ella estaba celosa de
lo naturalmente abundante y espeso que era, y le prohibió regresar al corte
estilo militar que tenía cuando se conocieron por primera vez.
—Tengo que ir a inspeccionar esta mansión que se quemó por
segunda vez en el 2003. Herm Cromwell me llamó a la oficina justo antes
de irme ayer, le prometí hacerlo hoy y volver con él a pesar de que sea fin
de semana. Hoy el banco sólo está abierto la mitad del día. —Ha estado
trabajando duro en la toma de la propiedad entre los pasivos del banco
desde que un lunático la abandonó y se marchó para predicar el evangelio
— . Herm me quiere para estimar el retiro y ver si el sótano todavía está
intacto.
El banco cuenta con uno vivo.
— ¿Uno vivo?
—Un cliente considerando comprar y construir en la propiedad, la
cual, después de dos incendios y toda esa extraña historia, no ha sido fácil
de vender. ¿Por qué?, ¿qué harás hoy?, ¿qué es lo que olvidé hacer? ¿se
supone que haría algo contigo, ir a algún sitio? —sacó sus labios como
alguien que anticipaba una racha de malas noticias o críticas.
—No, no voy a hacer nada especial. Iba a recoger a Lana y pasar el
rato en el centro comercial.
Últimamente, Lana y yo nos habíamos vuelto inseparables. Era
cercana con muchas de mis amigas, pero los padres de Lana eran
divorciados y en ocasiones sus problemas parecían los míos, aun si el
divorcio no fuera lo que hizo a mi padre un padre soltero. Se relajó sonrió y
sacudió su cabeza con suavidad.
—¿’Pasar el rato’? Me hace pensar en la lavandería2 de la Sra. Wheeler.
Ella todavía no tiene secadora en su casa. ¿No sabías que llaman a los
niños “ratas del centro comercial” 3
estos días? He oído que vienen con un
spray o algo—. Me reí, pero asentí con la cabeza. Desde que conseguí mi
permiso para conducir el año pasado, busqué sitios para salir, para nada
más excepto el paseo. Mientras miraba a papá preparándose para salir,
pensaba un momento en lo que él había dicho. Y entonces se me ocurrió:
“¿inspeccionar los cimientos de una mansión que había sido incendiada
una segunda vez?”
—Esta propiedad a la que vas, ¿no será Foxworth Hall, verdad? —se
detuvo como si no estuviera seguro de lo que debería decirme, luego
asintió con la cabeza.
—Seguro, lo es —dijo.
Foxworth, pensé. Había visto la propiedad sólo una vez y realmente
no de cerca, pero todos sabíamos las leyendas que comenzaron con la
primera construcción antes del primer incendio. Más importante, mi
2 En inglés Hang Out que significa salir, pasar el rato o tender, colgar sobre. 3
“Mallrats”: joven que frecuenta centros comerciales con fines sociales. En la década de los
80’s y 90’s se convirtieron en una molestia para los vendedores.
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madre había sido la prima tercera de Malcolm Foxworth, lo que me hizo
prima lejana de los niños que, supuestamente, habían sido encerrados con
llave en el ático de la mansión durante años. Gran parte de esa historia
fue cambiando y exagerando con el tiempo, así que nadie sabía realmente
toda la verdad. Al menos eso fue lo que mi padre dijo.
El hombre que había heredado, Bart Foxworth, era raro y nadie tuvo
mucho que ver con él. En todo caso, la forma en la que había vivido en la
mansión restaurada sólo había reforzado todas las historias extrañas de la
familia Foxworth. Tuvo poco que ver con cualquiera de la comunidad,
siempre tenía a alguien entre él y cualquier persona que empleara. Le
llamaron “otro fantasma de la ópera”.
Tenía a su familia viviendo con él, pero ellos tenían apellidos
diferentes y la gente creía que también eran primos. Uno de ellos, que sólo
vivió unos años antes de morir en un accidente automovilístico, trabajó en
un laboratorio de la universidad de Charlottesville. Excepto por él, la
sensación era que la locura corrió en la familia como el agua del grifo. Por
lo menos, esa fue la forma en la que mi padre lo expuso cuando fue
empujado a decir algo, lo que lamentó hacer.
—Me gustaría ir —dije.
Tres años antes de que mi mamá muriera, Foxworth Hall se había
incendiado por segunda vez. Yo apenas tenía cinco años y cinco meses en
el momento de su muerte. Realmente no sabía mucho sobre el lugar hasta
que tuve los 12 años y una de mis compañeras de clase, Kyra Skewer,
descubrió de chismes que había oído cuando su madre estaba hablando
por teléfono con un amigo, que yo era prima lejana de los Foxworth. Ella
comenzó a decírselo a otros en mi clase y antes de que yo lo supiera, me
miraban de una manera rara. Cada uno asumió que la familia Foxworth
estaba loca, muchos creyeron que su locura había sido heredada a través
de la sangre de generaciones y posiblemente podría haber infectado la mía.
Las historias sobre el legendario Malcolm Foxworth y otros en la
familia eran de las que se contaban alrededor de una fogata en la noche
cuando el mundo se desafiaba a contar un cuento terrorífico. Uno de los
padres, o el tío, o el hermano mayor de alguien juró que había visto
fantasmas e incluso inexplicables luces de linterna en la noche. Pocos
cuentos eran más aterradores para mí o para mis compañeros, que esta
historia sobre cuatro niños encerrados en el ático durante más de tres
años.
Todos ellos se pusieron muy enfermos y uno de ellos, el muchacho
más joven, murió. Algunos creían que su madre o su abuela no quisieron
llevarlo al doctor o a un hospital. A partir de esto, otros concluyeron que,
bien pudieron ser ambas, o quizá la abuela sólo los quería muertos. Parte
de la historia era que el joven muchacho podría haber sido sepultado en la
propiedad.
En Halloween, siempre había alguien que se proponía ir a Foxworth
Hall porque la leyenda decía que esa noche, el espíritu del niño vagaba por
el jardín buscando y llamando a su hermano y a dos hermanas, aún
después del segundo incendio. Algunos de mis amigos realmente fueron
allá, yo nunca lo hice, ni Lana o Suzette, mi otra amiga íntima. Las
historias de quienes habían ido, solamente habían mejorado la leyenda y
mantenido el misterio vivo. Algunos juraron que habían oído a un pequeño
muchacho llorando y gimiendo por su hermano y hermanas; otros
afirmaron que, sin dudas, habían visto un pequeño fantasma.
Cualquiera que sea la verdad, las historias y distorsiones, la habían
hecho una propiedad bastante indeseable desde entonces. Desde que Bart
Foxworth abandonó la propiedad, se había descuidado completamente,
finalmente cayó en la ejecución bancaria. Por lo tanto, era muy curioso
que alguien considerara comprarla. Quien fuera, obviamente no tenía
miedo de las leyendas y maldiciones.
Se dice que Bart Foxworth, de hecho, creía que su reconstrucción del
edificio original todavía contenía el mal, por eso dejó la mansión y no quiso
conservarla. También se dijo que él creía que Dios no quería que
permaneciera en la casa. Era como si una nube oscura nunca dejara la
propiedad. La gente aceptó la maldición. ¿Dónde más se podría encontrar
una casa con ese tipo de historia, una que había quemado la tierra dos
veces?, ¿quién quería desafiar la maldición?
—Bueno, si quieres venir, Kristin, muévete. Ponte unas botas y quizá
una bufanda. Tengo muchas cosas que hacer, hay que llegar a casa para
el almuerzo y ver el juego de baloncesto esta tarde —dijo papá y dio
palmadas con sus manos juntas enguantadas en cuero negro—. Chop,
chop —añadió, era su expresión favorita para conseguir que alguien se
moviera.
Capítulo 2
12
dijo que no sólo se movieron en distintos círculos desde el clan Foxworth,
también vivieron en planetas diferentes.
—Está bien —dije— espérame.
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esnobs4 en segundos y esparcir los restos a sus pies “como alimento para
aves.”
—Oh, bueno. ¿Qué hay de Kane y Stanley? Se suponía que íbamos a
pasar el rato con ellos, yo con Stanley y tú con Kane. Sé que es un hecho
que él te está esperando.
—Nunca dije nada seguro. Y él fue bastante descuidado al respecto.
—Pero nunca dijiste que no. Sé que te gustaba antes, cuando
estábamos fuera. Emily Grace me contó que su hermano habló con él y
Kane le dijo que él piensa que te has convertido en una chica guapa.
—Estoy tan agradecida por su aprobación —ella rió.
—También te gusta. No te hagas la inocente.
—Eso está muy bien. Yo nunca quise salir con algún muchacho, tú
lo diste por hecho —dije—. Es bueno decepcionarlo de vez en cuando.
Ella tenía razón en todo, aunque realmente quería estar con Kane,
quería más ir a Foxworth y no sabía explicar por qué. Sólo había venido
sobre mí y cuando yo tenía estos fuertes sentimientos, generalmente ponía
mucha atención en ellos.
—¿Qué?, ¿quién te dijo eso?, ¿has estado leyendo consejos para
enamorados o algo?, ¿no escuchas a Tina Kennedy, o sí? Ella está
simplemente celosa, celosa de todo el mundo.
—No, por supuesto que no. Nunca he escuchado algo sobre Tina
Kennedy. Tengo que irme —dije— papá está esperándome, te llamo
después.
—No vayas a tocar nada —me advirtió— te vas a infectar de locura.
—Olvidas que tengo la inyección.
—¿Qué inyección?
—La vacuna que previene la locura. Si no, ¿cómo podía salir contigo?
—añadí y colgué antes de que pudiera decir otra palabra. Además, sabía
4 Esnob, es una persona que imita a las clases altas y trata de modo despreciativo a la clase
“inferior”.
que quería estar en el teléfono al instante para difundir la noticia.
Yo volvía a algún antiguo cementerio ancestral y seguramente la
experiencia me iba cambiar de forma dramática. Todos podrían incluso
sentir más temor hacía mí, pero probablemente Kane no. En todo caso,
estaba segura de que él lo encontraría divertido, podía ser un bromista
fabuloso y era uno de los motivos por los que le temía un poco.
Riendo, bajé las escaleras. Tenía mi cabello rubio sujetado en una
coleta y debido a su longitud, los extremos rebotaron por encima de mi
hombro. Tanto mi madre como yo teníamos ojos azul claro y parte de la
leyenda sobre los niños del ático dice que todos ellos tenían ojos azules y
cabello rubio. El hecho de que supuestamente me parecía a ellos, sólo
mejoraba la teoría de que había heredado la locura familiar.
Nunca vi una foto de ellos, papá me dijo que él y mi madre tampoco
habían visto una. De hecho, nadie ha visto una foto de cuando fueron
encerrados en el ático o incluso poco después. Había algunos dibujos en
historias del periódico, pero su exactitud siempre estuvo en duda, como
los hechos de las historias. Supuestamente, los niños que sobrevivieron a
la experiencia nunca hablaron de lo sucedido, pero eso no impidió los
cuentos de horror.
En Halloween siempre eran impresos grotescos dibujos que
representaban a los niños rasguñando ventanas cerradas con llaves. Sus
caras eran parecidas a las del famoso cuadro El grito de Edvard Munch,
haciendo todo esto parecer la pesadilla de alguien. En pocas semanas, las
historias y las imágenes desaparecían de nuevo. Años después, tres de los
niños, según cuenta la historia, volvieron a Charlottesville justo antes del
incendio. Papá me dijo que él y mi madre nunca conocieron a ninguno de
ellos.
Algunas personas creen que la hermana mayor comenzó un romance
con el abogado, marido de su madre y que su madre, conducida por la
locura, fue realmente la responsable de iniciar el incendio en el que murió
Olivia Foxworth, esposa de Malcolm, que para entonces ya era inválida.
Los detalles siguen siendo vagos y ninguno de los hechos ha sido
justificado. Aún después de que la mansión fue reconstruida, cuando otro
Foxworth se mudó muchos años más tarde, sólo hizo todo más
interesante.
Nunca pude entenderlo. Si era cierta la historia de los niños
encerrados en el ático, ¿por qué querrían volver a Charlottesville, por no
hablar de Foxworth Hall? Era como si un preso quisiera regresar a su
celda en la cárcel. ¿Por qué revivir recuerdos tan dolorosos? A menos que
la historia fuera producto de una imaginación salvaje, ¿por qué el esposo
de su madre querría tener un romance con alguien tan joven? Quizá más
importante, ¿por qué ella querría tener un romance con él? Nadie sabía
dónde estaban los hermanos mayores ahora. Algunos dicen que cambiaron
sus nombres y abandonaron el país. Los primos que se mudaron a la
segunda mansión nunca dijeron nada a nadie, incluso si Bart Foxworth
hubiera dicho algo, nadie le habría creído.
Parecía ese juego de la fogata, donde alguien dice un secreto al oído
de otro y ese hace lo mismo, así hasta que el secreto forma un camino de
regreso. Para entonces, el secreto original está tan deformado que apenas
se parece a lo que la primera persona dijo. Era como tirar de los dientes a
papá para que me dijera algo. Si traía a casa algún otro rumor y
persistentemente le preguntaba sobre ello, él finalmente diría “Yo no
juraría que algo de eso sea cierto. Como tu madre solía decir, las
exageraciones crecen más rápido que el moho en un húmedo ático por
aquí. Ya te lo dije, Kristin, olvida todo esto. Sólo pensar en ello puede
envenenar tu mente” ¿Sólo pensar en eso podría envenenar mi mente? No
era de extrañar que Foxworth Hall fuera un punto de reunión ideal para
Halloween, poblada de fantasmas, lamentos y gritos, pero ¿cómo evitar mi
curiosidad por saber más?
No le quería decir nada a papá, porque sabía que se molestaría, pero
en muchas ocasiones cuando algún nuevo compañero era presentado en la
escuela o en una fiesta, había alguien que decía “¿sabías que Kristin está
relacionada con los famosos niños Foxworth, al igual que su madre?”
Inevitablemente, el nuevo chico preguntaría “¿quiénes son los niños
Foxworth?, ¿por qué son famosos?” Entonces, alguien le iría con una de
las versiones de la historia y todos me verían para que les contara más.
Eran muy escépticos cuando decía “no sé más que ustedes y la mitad de lo
que están diciendo, sin duda, es producto de la retorcida imaginación de
alguien”. Me alejaba antes de que dijeran más sobre mí. No era como si
quisiera ocultar algo, pero actuaba más bien como si me aburriera el tema.
Por supuesto no lo estaba, ¿quién lo estaría? Todos están interesados en
sus antecedentes familiares. Es natural.
Había estado en muchas de las casas de mis amigas a la hora de la
cena, cuando sus padres habían traído recuerdos de sus abuelos, tíos, tías
y primos. Fotos de familiares estaban colgadas en las paredes. No puedo
imaginar a mamá colgar alguna vez fotos de Malcolm u Olivia Foxworth, ya
que no había tenido alguna. Ella tenía muchas fotos viejas de parientes,
pero para este día, no sabía quién era quién y si le preguntaba a papá
sobre alguno de ellos, me afirmaba que no podía recordar. Quizá estaría
diciéndome la verdad, tal vez sólo estaría evadiéndome.
Cada familia tenía una oveja negra, pero también parientes que
están orgullosos de mencionar. Mis antecedentes familiares por parte de
mi madre tenían este enorme y negro agujero lleno de terror y horror.
¿Era buena idea intentar llenarlo o era mejor cubrirlo y olvidar?
Simplemente olvidar todo esto no era fácil, al menos no para mí. Era como
si todos supieran que su primo lejano fue Jack el destripador. A pesar de
la distancia en la relación, siempre estarían buscando un signo, alguna
indicación que lo llevara al germen del mal. En lugar de María Tifoidea 5
sería Kristin Locura. Si alguien se acercaba demasiado a mí, se convertiría
en un idiota charlatán.
5 Typhoid Mary en inglés, fue una cocinera, la primera persona en EE.UU a la que
se identificó como portador sano de los patógenos asociados con fiebre tifoidea.
17
Capítulo 3
18
día en el trabajo. No murió inmediatamente. Durante años, papá tuvo un
tiempo difícil para hablar de ella, pero cuando lo hizo, pude ver que él
había estado sorprendido de lo bien que ella lucía en la cama de hospital.
“Por eso no podía creer en los médicos” me dijo, “estaba ahí sentado,
pensando que en cualquier momento despertaría y gritaría hacía fuera
para ponerla en el hospital para comenzar con lo que fue tu madre”
agregó. Añadía casi a cualquier cosa que me decía sobre ella “esa fue tu
madre.” Lo que significaba que en su mente y en la mía era una persona
muy especial.
Tenía buenos recuerdos sobre ella, pero una niña de casi cinco años
y medio, ciertamente no había conocido a su madre lo suficiente como
debería. Sin ella ahora, no podría oír nada más de su familia. Ella era hija
única. Mi abuelo paterno murió muy joven por un paro cardiaco y mi
abuela materna, quién también tenía problemas de salud, murió cuando
yo sólo tenía siete; por lo que tampoco llegué a conocerlos bien. El único
tío y tía que tuve, fue por parte de mi padre.
El hermano menor de mi padre, mi tío Tommy, vivió en California,
donde trabajó como un agente en una agencia de talentos. Él nunca se
casó o tuvo un hijo. Papá tiene una joven hermana, Bárbara, quien era
soltera y trabaja en un banco en Nueva York. Su papá había muerto en un
accidente de coche. Estaba en sus tempranos cincuenta años en aquel
entonces. Mi abuela paterna vivía con la hermana menor de papá,
Bárbara. Ella eventualmente sucumbió al enfisema y la neumonía. Había
sido una gran fumadora, como su padre. Papá no permitía que cualquiera
que trabajara para él, fumara en su oficina o en cualquiera de sus
espacios de trabajo. Realmente los hizo firmar un acuerdo y despidió a un
joven que fumó en su sitio.
Hablé con mi tía Bárbara ocasionalmente y la visité en Nueva York
en verano pasado, fue uno de los mejores viajes sin papá. Ella
contantemente me invitaba para que pudiera llevarme a espectáculos y
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restaurantes maravillosos. Por supuesto, también invitaba a papá, pero él
odiaba las grandes ciudades. “Sólo soy un muchacho de pueblo pequeño,”
decía, “se puede sacar al niño del país, pero no el país del niño.” Le
tomaba el pelo a menudo por quedarse atascado en sus caminos. Él nunca
lo dejó. “Soy el que soy,” decía, “Burt Masterwood, talla única. Además,
haremos todo el viaje y descubrimientos en esta familia, Kristin. Lo hice
bastante cuando estuve en la Marina.”
¿Viajar y hacer descubrimientos? Me gustaría ir a la universidad,
pero todavía no tenía ninguna idea definida de lo que quería ser. Por
ejemplo, pensé en ser maestra. Últimamente, estaba considerando entrar
en medicina, quizá investigación. Tal vez, fuese porque había perdido a mi
madre cuando era tan joven o quizá debido a la leyenda de los Foxworth
que se cernía sobre mí, a veces me sentía perdida en la niebla, la cosa más
difícil para saber mi futuro. Yo soñaba con casarme y tener hijos propios,
era más bien un sueño vago, algo que en algún momento, de alguna
manera, como un príncipe guapo que monta a caballo y viene de un
misterioso lugar.
—Tiempo del encuentro —dijo papá cuando salió de casa y cerró la
puerta—. Vamos.
Cerró la capota del carro con la misma delicadeza que empleaba
cada vez que hacía algo con él. Realmente lo trataba como a un viejo
amigo, lleno de mecánica artritis, pero todavía ambulatorio. Algunas veces
lo había atrapado mirándolo y acariciándolo cariñosamente, perdido en la
memoria o sólo recordando a mi madre sentada junto a él.
—¿Qué está mal con Belleza Negra 6 hoy? —pregunté cuando abrí la
puerta para entrar. Los asientos negros de cuero estaban arrugados y
descoloridos, pero no había en ellos un rasgón; la alfombra del suelo
siempre era mantenida o sustituida.
6 Black Beauty hace alusión al negro y hermoso caballo de una novela del año
1877. El auto de los Masterwood era negro.
—Tenemos que cambiar sus bujías, me recuerda todas las mañanas
al igual que una mujer —dijo y puso en marcha el motor. Lo escuchó y
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asintió con la cabeza—. Bujías —repitió, entonces salió de nuestro
estacionamiento.
Teníamos una modesta casa de dos pisos estilo reina Ana, con
revestimientos de aluminio recientemente reformado, persianas negras y
ventanas de panel en la bahía que papá había incorporado en la sala de
estar. Todos los dormitorios estaban arriba, el revestimiento de madera de
la pared rehecho. Papá reemplazó la barandilla de la escalera con una rica
caoba oscura, diciendo que era algo que a mi madre le habría gustado.
Todavía hacía cosas que sabía le habrían complacido.
Estaba acostumbrada a que él fuera capaz de arreglar y renovar todo
lo que había en nuestra casa que crecí con la idea de que todo hombre
puede hacerlo. Sonreía incrédula cuando los padres de mis amigas
llamaban a alguien para reparar una ventana o a un fontanero para que
arreglara el inodoro. Además de ser un contratista general con licencia,
papá era un plomero y electricista. “Soy un hombre práctico,” me decía con
orgullo, “tu madre no estaba por encima presumiendo a sus amigos acerca
de mí, haciéndome parecer Mr. Fix-It 7. Pero así es como era.” Nuestra casa
estaba en una calle lateral junto a una granja de caballos y explotación
ganadera. Estábamos casi doce millas fuera de la ciudad de
Charlottesville, en las faldas de las montañas Blue Ridge.
Todos mis amigos estaban dentro de lo que mi papá llama
“distancia”, por lo que nunca me sentí aislada de alguien, en especial
disfrutaba pasar el tiempo con Missy Meyer, cuyo padre, Justin Anthony
7 Mr. Fix-It, personaje de promoción para una compañía de servicios de reparación.
21
Meyer, fue un importante abogado que vivió en una clásica casa vitoriana
de ladrillo del 1900 situada en el barrio Belmont de Charlottesville. Estaba
sólo una cuadra lejos de la alameda peatonal. Papá había hecho algunos
trabajos de renovación para el Sr. Meyer, estableciendo nuevos pisos y
renovando un cuarto de baño.
—¿Cuántas personas murieron en el primer incendio de Foxworth,
papá? —le pregunté una vez estando en camino, con la esperanza de que
comenzara a hablar más de ello.
—Hasta donde yo sé, sólo dos, la vieja señora y su yerno.
—¿Ese abogado que tuvo romance con una de las nietas? —él me
miró. Pude ver que tomaba una decisión. Hasta ahora, era evidente que no
quería contribuir más a los detalles oscuros que rodearon a los primos de
mi madre y los acontecimientos que habían ocurrido en esa gran mansión.
Me había asustado cuando dijo que el sólo hecho de pensarlos
podría envenenar mi mente, pero ahora era más grande, tal vez no era tan
peligroso.
—Eso es lo que me dijeron —explicó— pero yo no considero a nadie
que sé que es algo de una autoridad. Los Foxworth eran gente muy privada
y cuando las personas son privadas, la única manera de saber algo es de
segunda o tercera mano. No vale nada.
—¿Tú realmente crees que la abuela quisiera que sus propios nietos
murieran y de alguna manera fuera responsable por la muerte del niño
pequeño?
—Nadie, que yo sepa, ha probado algo como esto —él dijo—. Es una
historia desagradable, Kristin, ¿por qué insistir en ella?
—Ya sé, pero probablemente no mucho más desagradable de lo que
muestran en el cine —asintió con la cabeza.
—Te concederé eso.
—También hay un montón de historias como ésta en la noticias de
hoy, papá.
—Mira, soy como muchas de las personas de aquí, Kristin. Lo que sé
sobre las tragedias de Foxworth son poco más que chismes y los chismes
son sólo una cabeza vacía que contempla una lengua ejercitarse.
—¿Crees que el cuerpo del niño esté enterrado en algún lugar de la
propiedad? Algunos creen eso.
—No voy a aventurarme a hacer una suposición sobre esto y no voy
a ser uno de los que propaguen la historia, Kristin. ¿Sabes lo difícil que es
vender una propiedad en la que alguien murió? La gente se asusta. Mira
cuánto me ha llevado mover esta propiedad y no hay ninguna razón para
esto, a pesar de que la casa se quemó dos veces. Es tierra privilegiada.
—¿Cómo se quemó por segunda vez? He oído que fue un problema
de cable eléctrico
—Eso es todo —dijo— fue abandonada, por lo que nadie se percató
hasta que fue demasiado tarde.
—También oí que el hombre que vivió ahí inició el incendio porque
creía que tenía el diablo dentro de ella —papá sonrió.
—No hay prueba de incendio provocado. Todo esto sólo se añade al
molino del rumor.
—¿La misma casa se incendia dos veces? —dije. Él me miró y luego
miró hacia adelante.
—El mismo rayo puede caer dos veces en el mismo sitio. No hay gran
misterio.
Hizo un giro y nos inició en el, ahora infame, camino hacia
Foxworth, pasando por granjas de vacas en el camino. Ha habido varias
ocasiones en las que estuve tentada de utilizar mi nueva licencia de
conducir e ir yo y uno o dos de mis amigos hacia Foxworth, pero de alguna
manera el aura de terror oscuro flotaba delante de mí cuando lo consideré,
incluso en plena luz del día. Y yo no quería que ninguno de mis amigos
supiera que tenía un interés en las leyendas de Foxworth. Esto sólo
animaría sus insinuaciones que podría haber heredado la locura.
—¿Mamá nunca te habló sobre lo qué pasó, papá?
—¿Te refieres al primer incendio?
—No, a todo esto, especialmente los niños del ático.
—Sus amigas estaban siempre tratando de averiguar, ya lo sé, pero
les decía algo como, "no es correcto hablar de los muertos", como si fuera
cuento de hadas de los hermanos Grimm o algo y que eventualmente
terminaría. Pero eso no significa que no siga tratando. Un entrometido se
tiene que mantener ocupado.
—¿Ella habló sobre esto contigo? —él me dio esa mirada otra vez, la
expresión que me dijo que estaba considerando mi edad y lo que debía
decir.
—Te lo dije, Kristin, es todo rumores, incluso lo que tu madre sabía y
lo que se nos dijo años más tarde.
—Soy toda oídos —contesté. Sacudió su cabeza.
—Voy a lamentar esta conversación.
—No, no, papá. No seré una de las que cuentan historias en la
escuela —añadí, era una de sus expresiones favoritas. Sabía que él amaba
usarla y lo recordé.
—Tu tío Tommy dijo una vez que había conocido a uno de los
criados de la casa original en el tiempo en que los niños, supuestamente,
fueron encerrados en el ático. Salió a Hollywood a lanzar la historia para
una película, y Tommy lo oyó. Nos llamó inmediatamente después.
—¿Qué dijo?
—Dijo que el hombre afirmaba que estuvieron ahí por más de tres
años. Una chica, que tenía aproximadamente doce cuando los encerraron,
un muchacho de catorce y unos gemelos, niño y niña, tenían cerca de
cuatro. Su padre murió en un accidente automovilístico y supuestamente
no les dejó suficiente dinero ni para arreglar los tacones de sus zapatos.
Malcolm Foxworth estaba bastante enfermo para entonces, pero aguantó
durante unos años más. La historia era que él no pondría a su hija en su
testamento si tuvo hijos con su marido.
—¿Tú sabes por qué? ¿Él no lo dijo?
—Era muy vago sobre ello. Tommy, que oye muchas historias, dijo
que estaba seguro que el hombre arreglaba la mayor parte de la historia, lo
suficiente como para vender una película.
—¿Concuerda con todo lo que habías escuchado o sabías ya?
—Te digo, realmente nunca supe lo que era verdadero y que no. Lo
que sé de lo que me dicen los abuelos 8 es que Malcolm Foxworth fue un
aficionado real de la Biblia, uno de los que creen que Satanás está por
todas partes, así que él era muy estricto. Cualquiera quien fuese su hija le
hizo enfadar, el perdón era una parte del cristianismo que él descuidó. Eso
es lo que tu madre diría. Incluso, nunca le gustó ser reconocida como
pariente lejano, y te digo la verdad, ella se estremecía cada que alguien lo
sacaba a flote. Estaría enojada conmigo por decirte tanto rumor.
—¿A sí? —le pregunté, ignorándolo—. Al menos dime también qué te
dijo mi tío Tommy —a pesar de su renuencia, yo creía que él tenía un rollo.
Ya había dicho diez veces más de lo que jamás había dicho antes sobre la
historia de la familia Foxworth.
—Según la historia que el hombre contó, los niños estaban ocultos
allí, así que Malcolm no sabía que existían —¿Así que eso es realmente
cierto?
—Ya te lo dije, el hombre estaba intentando vender la historia para
la película.
—Pero incluso en su historia, ¿por qué esa cuestión, sin saber que
existían?
—Supongo que Malcolm pensaba que eran hijos del diablo. De todos
modos, tu tío dice que este criado, que era la fuente principal para la
historia, jura que el anciano sabía y disfrutó con su sufrimiento.
—¿Su propio abuelo? Ugh9 —dije.
—Sí, de hecho. Así que ya no hablemos de él. Está lleno de
distorsiones, mentiras y un montón de ugh.
Me quedé quieta. ¿Cómo se hizo la verdad tan torcida? ¿Por qué
nadie estaba seguro de nada sobre esto?
—Es todo un lío —murmuré finalmente.
26
Capítulo 4
28
—Empezaremos en el extremo este, aquí —contempló todo esto un
momento y luego asintió con la cabeza—. No construyen propiedades como
ésta ya. Es la original. ¿Quién construiría algo como esto ahora? Está la
generación de la satisfacción inmediata, incluida la casa instantánea
abofeteada con la lengua y brillo.
—Amén a eso —dijo Todd.
Decía Amén a cualquier cosa que papá pronunciaba, pensé. Él no
tenía mucho de un mentor en su propio padre, quien papá dijo que era tan
inútil como un tornillo sin cabeza. Él pasó la mayor parte de su tiempo de
enfermería como un bebé en una botella de cerveza y era uno de los
accesorios del bar de Hymie, al sureste de la ciudad.
Papá me miró con esos ojos expectantes. Ahora que estaba aquí, él estaba
anticipando mi decepción. No había nada sensacional para ver; no había
pistas sobre lo que había pasado aquí la primera o segunda vez. No había
manera de entender o imaginar lo que la mansión había sido alguna vez.
Vi las patas de mesas y sillas, piedras desparramadas; pero los restos de
bellas imágenes, estatuas, cortinas y lámparas se quemaron y quedaron
carbonizadas, eran irreconocibles. Ciertamente no había mucho para mí.
—Estaré bien —dije— tomaré ese paseo por el lago.
—Ten cuidado —dijo papá.
—Cuidado con los fantasmas —dijo Todd.
—Cuídate tú mismo —le dijo papá y Todd se rió.
Comenzaron en la mansión y primero caminé alrededor de todo. Yo seguía
mirando hacia arriba, tratando de imaginar la forma en que la mansión
era, cuál es en realidad, y dónde se encontraría exactamente el ático en el
que los niños pasaron más de tres años. ¿Habrían tenido alguna opinión?
Tal vez podrían haber visto el lago. ¿Y si tenían, habría hecho que las
cosas fueran más fáciles o más difíciles, mirando sitios a los cuales no
podían ir y disfrutar? El bosque de los alrededores era espeso, desde mi
opinión los árboles eran tan altos, apenas podía distinguir algunas colinas
a lo lejos y hasta eso sólo las tapas de las mismas. Pero habían pasado
décadas desde que habían estado aquí. Los árboles no estaban tan altos
en aquel entonces.
Vi que papá y Todd comenzaron a medir partes de la estructura restante,
moviendo la madera carbonizada e inspeccionando las paredes de la
mansión con cuidado, como si esperaran que algo grotesco saltara sobre
ellos. Ahora mismo, era difícil imaginar algo aterrador sobre Foxworth.
Parecía una de las estructuras devastadas en bombardeos durante la
segunda guerra mundial que hemos visto en el cine en clase de historia.
Sin embargo, sabía que existían adultos quienes creían que, si estaban
dentro de los restos en la noche, oían gritos y llantos, incluso risas y
susurros. ¿Todas las casas mantienen los sonidos de los que han vivido en
ellas, absorben en sus paredes como una esponja absorbe el agua y luego,
en la tranquilidad de la noche, después de que son abandonadas o
dejadas, esperando la bola de demolición, libera los recuerdos para
deambular por las habitaciones y resucitar los momentos felices o los
tristes?
Comencé a hacer mi camino hacia el bosque y luego caminé
lentamente por éste. La mayoría de las hojas se habían caído por el
reciente viento y la lluvia, pero algunas se aferraban decididamente a sus
ramas, las demás inundaban el bosque con sus brillantes colores amarillo,
marrón y ámbar. Donde había pinos gruesos, había sombras. Vi conejos y
creí ver un zorro, pero no estaba segura, ya que se movió rápidamente
fuera de mi vista. Aproximadamente, quince minutos más tarde, llegué al
borde del lago que mi padre había descrito.
Los patos habían ido ya al sur. Había pocas aves, de hecho, ni
siquiera los cuervos que había visto. De todos modos, el lago estaba
solitario y plateado, con nubes reflejadas en los círculos pequeños de la
superficie, creados aquí y allá por las moscas. Casi a mitad de camino
alrededor del lago, vi lo que pareció un muelle derrumbado, la mayor parte
de él bajo el agua. Me acerqué buscando signos de peces o tortugas en el
agua mientras caminaba, de repente, me paré y estremecí. Las rocas y la
hierba debajo de la superficie del estanque en un punto habían tomado, de
alguna manera, la forma de un pequeño niño. Sabía que no era real, pero
se parecía tanto a un cráneo y un esqueleto que abrió la boca y se alejó.
Un niño muerto muy bien podría estar en el lago. ¿Por qué no? Un lago
sería un lugar perfecto para ocultar a un niño muerto, colocarlo ahí y
dejarle hundirse hacia la oscuridad de abajo. Cuando cerré los ojos, lo
imaginaba mirando hacia arriba desde el fondo, con sus ojos vidriosos.
El clima estaba repentinamente mucho más frío. Me pareció
escuchar un búho, pero era poco común en el día. ¿Qué era esto? Me
abracé, girando, y emprendí el viaje de regreso, moviéndome más
rápidamente ahora, realmente trotando y luego reduciendo la velocidad.
Cuando salí del bosque, pude ver que papá y Todd se habían desplazado
tres cuartos de la propiedad, haciendo su evaluación. Papá alzó la vista,
me vio y llamó con señas.
—¿Encontraste el lago? —preguntó al acercarme
—Sí, pero parece tan frío y abandonado con tanta maleza alrededor
de él. Estoy segura que alguna vez fue muy bonito —no quise mencionar el
sonido extraño que había oído. Todd podría comenzar a embromarme otra
vez.
—Probablemente sea buena la caza de patos en primavera —dijo
Todd—, pero la tierra ha sido publicada por años.
—Encontramos algo —dijo papa cuando los alcancé—. Por lo que
parece, pensamos que era parte de la casa original. Cuando el segundo
Foxworth Hall fue construido, no hicieron mucho sobre el sótano original.
—Nadie puede leer lo que pasó en una casa como tu padre —dijo
Todd—. Sabes que ha sido llamado para evaluar algunas propiedades que
se incendiaron dónde podría haber ocurrido un asesinato o algo.
—Muy bien, suficiente de eso —dijo mi padre.
Yo no sabía de esas cosas, pero ahora mismo no estaba tan curiosa
sobre otras casas o historias como estaba de ésta. ¿Qué encontró?
¿Habían encontrado los restos del niño? Probablemente no. No parecería
tan ocasional sobre esto.
—Todd movió algunas placas que tuvieron que haber estado en el
sótano original y cambió unas cosas, y esto apareció —papá asintió con la
cabeza hacia una caja metálica marrón oscuro, aproximadamente siete u
ocho pulgadas de largo y seis pulgadas de ancho—. Está cerrada con llave
—siguió— Podría significar algo valioso lo que esté dentro.
Me arrodillé junto a ella, tenía un montón de moho.
—Mira lo que fue rayado en el costado —dijo Todd y volví a mirar.
—Es una fecha: 11/60. Es de noviembre de 1960. Más de cincuenta
años —dije. Todd asintió como si nos hubiéramos encontrado con algo que
perteneció a un museo y estuvo junto a las ruinas egipcias.
—Tal vez hay millones de dólares en joyas en su interior —dijo.
—Viejas joyas valen más, ¿no es así? —preguntó mi padre—. Tal vez
un cameo de cien años o algo —ofreció mi padre. Alcé la vista hacia él.
¿Era en serio? ¿Realmente?
—O miles en efectivo. La gente solía guardar el dinero debajo del
colchón, especialmente alguien como el anciano Foxworth, oí que fue un
verdadero tacaño a menos que fuera para la Iglesia, —dijo Todd, deseando
que nos encontráramos con dinero. Papá le sonrió.
—Bueno, no es malo. Las personas aún esconden dinero en sus
hogares. Temen que los bancos encuentren alguna forma de robar. De
todos modos, Kristin, te esperamos que para abrirla. ¿Lista?
—Seguro.
Sacó un martillo de su cinturón de herramientas y se arrodilló junto
a mí. A continuación, puso la espalda del martillo bajo el cierre y comenzó
a la fuerza hacia arriba. Cedió rápidamente porque estaba tan oxidada.
Me dio la caja.
—Ábrela tú —dijo.
Capítulo 5
L
entamente, levanté la tapa y miré fijamente el fondo de la
caja. No había joyas, y no había dinero. Sólo había lo que
parecía un diario encuadernado en cuero. Lo arranqué
con cuidado y se lo
Hice una pausa para tomar aliento. ¿Es esto lo que creía que era? La
conjetura del papá sobre quién fue Christopher podría ser era correcta,
pero lo que es más importante, esto no era un senderismo tonto como
había dicho. Estaba tan bien escrito. Estaba emocionada y me pregunté si
debería llamar a Lana o Suzette. A todos mis amigos les gustaría saber
sobre esto. Alcancé el teléfono y luego me paré. No. Creía que había algo
sobre el diario que exigía el respeto. Aunque Christopher escribiera bien
porque había llegado al punto donde quiso que su opinión fuera conocida,
me sentí muy especial siendo la primera en leerlo. Debería leer todo esto
primero y no decir a cualquiera sobre ello hasta que lo hubiera terminado,
decidí. Era casi una misión sagrada. Tal vez yo estaba destinada a ser la
que lo descubriera, porque era un pariente lejano. Tal vez, otros no lo vean
así, pueden verlo como algo sensacional, y decirme que lo envíe a un
supermercado como un trapo o algo parecido.
Ya podía escuchar a Missy Meyer diciendo: "Quizá puedas obtener
una gran cantidad de dinero por él. Yo le pido a mi padre que lo estudie. El
periódico local podría pagarte y serializarlo. ¡Podrías ser famosa y ganar
mucho dinero! ". No gracias, pensé. Esto era muy especial. Regresé al
diario, ahora determinada a leer todo lo que pudiera antes de irme a
dormir.
41
Mi padre me dio un Manual Merck11 este año, y lo devoré. Él me
lo compró porque incluso en esta edad temprana, estaba haciendo
preguntas sobre padecimientos, enfermedades y cirugías que existían.
"Tenemos un potencial médico en nuestro medio, Corrine", declaró en
una cena, y luego me entregó el manual. Parecía usado, pero eso a mí
no me importaba.
Los libros se pueden mojar y arrugar, y las viejas páginas del
libro se pueden hacer amarillas, pero las palabras no desaparecen
durante un largo tiempo. Una vez papá dijo, “Un buen libro es como
un buen vino. Su sabiduría envejece y se vuelve más valiosa con el
tiempo.” Él me guiñó un ojo cuando lo dijo porque sabía que yo creía
demasiado. Mamá sólo sacudió la cabeza como si papá y yo
viviéramos en nuestro propio mundo, Cathy hizo una mueca y dijo,
"Ugh, el olor de los libros antiguos"
Sé que los otros niños de mi edad estaban extasiados con
nuevas motos, juguetes de construcción, trenes eléctricos, nuevo
trineos y guantes de béisbol, pero este manual es el regalo más
emocionante que papá nunca me había dado, y es mi posesión más
preciada. Él incluso escribió dentro de la cubierta: "A nuestro futuro
Dr. Dollanganger. Para sanar y proteger a las personas en su dolor.
Con amor, papá."
Yo leí y releía la dedicatoria cada noche. Para mí se trata de
una especie de oración. Probablemente al hombre que más respeto
después de mi padre es el médico de cabecera, el Dr. Bloom. Tiene
una oficina en su casa y vive con su madre. Él no es un hombre viejo,
pero es más viejo que la mayoría de los hombres cuando se casan. No
creo que sea porque no le gustan las mujeres ni nada. Yo creo que es
porque está muy dedicado a su trabajo sagrado de la curación. Sin
Capítulo 6
M
e detuve para tomar aliento. No recuerdo que mi padre
me hubiera mirado incómodo cuando estaba desnuda.
Hasta cuando enfermó mamá me ayudaba a bañarme.
Una vez que
tuve edad suficiente para bañarme o ducharme, incluso se quedaba en el
cuarto de baño. Y por supuesto, mi padre ahora se avergonzaba hasta de
verme en ropa interior. De hecho, fue la madre de Suzette quien me llevó
por mi primer sujetador. Cuando ella se ofreció para el trabajo, papá
parecía visiblemente aliviado. La Sra. Osterhouse siempre me ofreció
ayuda para hacer las cosas cuando vinieron las necesidades de mujer,
pero hasta ahora era bastante independiente. Papá ha confiado en mí para
hacer las cosas, de todos modos. Aun así, no podía pensar en la familia
Dollanganger, especialmente en la madre desfilando desnuda delante de
un hijo que tenía casi diez. ¿Fue Christopher tan maduro sobre esto a tan
temprana edad? ¿Era la forma de pensar de hombres y mujeres jóvenes,
sobre los miembros de la familia desnudos, cuando estaban destinados a
ser médicos?
Yo me debatía entre el rubor ante la idea de esta desnuda y tratar de
pensar como estarían ellos, obviamente cerca uno del otro, pensaba que no
había nada entre de ellos y por lo tanto no deberían sentir vergüenza.
Quería admirar eso, pero no pude evitar pensar en Suzette cuando le dijo a
Lana y a mí cuando vio a su hermano mayor, Jason, explorándose a sí
mismo y lo que sucedió como resultado. Nunca pude ver a Jason de la
misma forma después de saber esto. ¿Hasta dónde llegaría Christopher
cuando todas las cuestiones sexuales estuvieran obligadas a venir? Ahora,
parecía tan… indiferente. ¿Fue capaz de dar amor? ¿Alguna vez tuvo
novia?
Volví a las páginas, ahora sintiéndome más como una fisgona, como
alguien aficionado a observar a través de una ventana y ver los momentos
más íntimos de la vida de una familia. Había una parte de mí que quería
cerrar el diario, que se sentía culpable por leerlo y pensé que quizás mi
padre estaba en lo correcto, pero una mayor parte de mí quería ir hasta
donde yo supiera y entendiera lo que había ocurrido realmente.
…El trabajo de mi padre le lleva lejos de casa durante un largo
tiempo, cinco días a veces. Cuando esto sucede, mamá me dice que
soy el hombre de la familia, hasta que mi padre viene a casa. Cepilla
mi cabello de atrás, sonríe, besa mi mejilla y me dice, "Siempre y
cuando te tenga a ti, Christopher, habrá un hombre en la casa. Como
te dije, algunas mujeres no necesitan a los hombres, pero yo no soy
una de ellas." De reojo puedo ver a Cathy mirándonos. No está
sonriendo. Siempre se muestra molesta sobre esto. Si le digo que tiene
que hacer algo después, ella me dice “no eres mi padre, Christopher”,
pero al final lo hace. Así es Cathy.
Siempre es la primera en saludar a papá cuando él regresa a
casa. Estalla delante de mí tan pronto como le oye llamarnos cuando
llega. Sé que es importante para ella, así que siempre le dejo llegar
primero. Él me guiña un ojo y la levanta, le cubre el rostro con besos,
diciéndole cuánto la ha echado de menos. Ella echa un vistazo hacia
atrás, hacia mí, con esa mirada superior, satisfecha para mostrarme
que papá la ama más. Como infantil, eso es lo que pienso, pero nunca
se lo diría. Papá me abraza y también sacude mi mano.
“¿Todo está bien aquí, Christopher?" me pregunta inclinado la
cabeza ligeramente y con sus ojos un poco estrechos. Por supuesto,
Cathy teme que mencione algo malo que hubiera hecho, algún pedido
de mamá que ella no siguiera, pero no lo hago nunca. Yo no tengo que
hacerlo. Papá entiende. Casi tenemos telepatía. Una vez se lo dije a
Cathy, ella entrecerró los ojos y levantó la nariz como si algo oliera
mal. Si intentara explicárselo, me echaría lejos y me diría que tiene
cosas más importantes que hacer, aunque no las tuviera. Siempre se
opone más y más a esto. Huyendo de cualquier cosa que ve
complicada o desagradable a la vista.
Mientras papá nos saluda y nos da los regalitos que ha traído,
mamá espera detrás de nosotros. A veces ella está sonriendo,
disfrutando del amor que papá nos muestra, pero últimamente noto
que se molesta por el tiempo que papá gasta especialmente en Cathy.
Creo que papá ya sabe o lo siente, también. Ayer, cuando él puso a
Cathy abajo y fue a abrazar a nuestra madre, la sostuvo como si
hubiera creído que nunca podría hacerlo de nuevo.
Mamá siempre sabe exactamente cuando él volverá, y ella está
siempre perfectamente arreglada, aunque él jura en voz alta que no
necesita maquillaje o finge sorprenderse cuando se entera que está
usando un poco. Ella siempre usaba algo especial. Como un vestido
que hubiera comprado con anterioridad o alguno que él le hubiera
regalado en su cumpleaños. Si ella usaba algo nuevo que se hubiera
comprado con el dinero que secretamente recolectaba, papá nunca se
quejaba o le preguntaba cómo y cuándo se lo había comprado. Él
simplemente la complementa.
No sé si hay alguna esposa en otra parte que sepa cómo
complacer a su marido así como mamá sabe complacer a papá.
Adivino que querrían tener una esposa así también. Ella no es tan
inteligente como yo. Tampoco es tan inteligente como papá, pero sé lo
mucho que a él le agrada, y supongo que un hombre necesita ese tipo
de comodidad. Es una forma segura para saber quién y qué lo espera
en casa.
—Eres más hermosa cada día, Corrine —él le dijo hoy—. El no
verte me hace pensar que estoy en la oscuridad, todo el tiempo
nublado, como todo el tiempo que viví sin ti.
Nunca había pensado en cosas así para decirle a una chica. No
soy lo suficientemente romántico. No sé si alguna vez lo seré. Supongo
que estoy esperando a que la chica con la que contraiga matrimonio
no necesite que sea romántico. No sé si existe tal muchacha.
Cuando papá le dijo que estaba más bella cada día, la cara de
mamá se iluminó, y el resplandor era tan grande como el sol para
todos nosotros. Bueno, tal vez no tanto para Cathy. La he visto
cuidadosamente durante sus bienvenidas a papá. Sé todo sobre
complejos de Electra12 y las rivalidades de hermanos. Cada vez que
leo algo nuevo sobre psicología infantil o algo médico, me fijo en los
síntomas. Me parece que Cathy los tiene, creo que está celosa del
amor que papá le dedica a nuestra madre.
Es como si ella quisiera absorber todo su amor, capturar todo lo
que él es capaz de dar a cualquier persona, incluso nuestra madre. Y
sin embargo, Cathy siempre es la primera en decirme a mí o alguien
más lo bella que es nuestra madre. Si hay una cosa que quiere en su
vida, es seguramente ser tan hermosa como nuestra madre. Cada vez
que mamá hace algo para mejorar su aspecto, Cathy está allí
escuchando, viendo y aprendiendo.
—La belleza no es algo que se puede crear con maquillaje, ya
sabes —le dije ayer cuando ella estaba fingiendo delante de su espejo
—. Puede mejorar, tal vez, pero no creo que se trate de algún polvo o
lápiz labial.
—¡Sí lo hace! —disparó hacia mí con sus ojos—. Mamá dijo que
una simple mujer puede ser muy atractiva si alguien le enseña a
maquillarse y cómo acomodar su cabello —entonces añadió
rápidamente—, pero ella dijo que yo no soy simple —le sonreí.
—A veces, la belleza es una cuestión de opinión.
Ella entrecerró los ojos y arrugó la nariz.
—No lo es. No sabes nada al respecto. Eres demasiado…
51
inteligente —dijo y corrió con mamá para quejarse de mí.
Cathy puede gemir y llorar mejor que cualquiera que conozco.
Cuando regresó a su cuarto, le dije que iba a ganar los Juegos
Olímpicos de chirrido y llanto. Más tarde, trajo a mamá a la sala de
estar para que me dijera que estaba equivocado, pero yo sabía que
sólo estaba tratando de conseguir que dejara de quejarse.
—El hombre de la casa no se burla de su mujer —intentó
parecer enojada conmigo, pero no lo hacía demasiado bien. Cathy
estaba parada ahí con sus brazos cruzados, asintiendo con la cabeza
hacia mí. Sabía que mamá realmente dependía de mí para ser el
hombre de la casa y debía mantener mi conducta infantil al mínimo.
Cuando me miró así, incluso fingiendo, me hizo sentir culpable.
—Lo siento. No quería molestarte, Cathy. Mamá sabe mucho
más de lo que yo sabré respecto a si serás hermosa.
—O guapo —mamá dijo, sonriéndome—. Tengo a los niños más
hermosos, ¿Cómo podría no ser así, con un hombre tan guapo como su
padre?
Cathy estaba radiante. Su estado de ánimo cambia
rápidamente. Se queja de mí cuando la corrijo todo el tiempo y le
demuestro que tengo razón de las cosas, porque ella ama tener la
razón, aún más que yo. Sé que ganar es muy importante para ella y a
menudo cuando jugamos, la dejo ganar. Lo hago bien, porque
realmente cree que ha ganado. Cada que hago esto, le echo un vistazo
a mamá, que generalmente está mirándonos, y veo su suave y
angelical sonrisa en los labios, entonces sé que ella me ama más de lo
que podría amar a nadie ni nada.
Recuerdo que cuando papá me dio los libros de medicina, mamá
dijo, “No hay duda, tendremos un famoso y maravilloso doctor en
nuestra familia. Se encargará de nosotros cuando estemos viejos y
débiles, y nunca dejara que su hermana enferme demasiado, aun
cuando ya esté casada y tenga su propia familia”. Cathy entrecerró
los ojos, parecía que regurgitaría13. Ella aún era demasiado joven para
pensar en sí misma casada y con hijos, especialmente cuando la hice
a un lado y le expliqué cómo realmente los niños llegan a ser, no sólo
las crías de los animales, la gente también. “Lo estás inventando, eres
tan repugnante como la caca,” dijo y escapó.
Tal vez, me equivoqué al explicarle ésto siendo ella tan joven
Cometo ese error a menudo con ella y otros niños de mi edad. Sólo
supongo que son tan listos para aprender lo que es real y lo que es
fantasía. Siento que tengo la obligación de proteger a Cathy y su
medio, enseñándole cosas importantes. ¿Qué es más importante que
saber sobre el sexo? A veces... sólo a veces pienso que Cathy cree que
nunca va a cambiar; que nunca envejeceremos; nunca seremos nada
más que los niños Dollanganger.
No le diría esto a nadie, pero escribir en el diario ahora mismo
me hace sentir bien. A veces, me voy a dormir fantaseando sobre ésto,
imaginándonos por siempre y para siempre, la pequeña familia
perfecta que no podrá ser cambiada por el tiempo, por el mal clima,
por la enfermedad, o por nada, en realidad. Pero casi tan pronto como
hago esto, vuelvo mi espalda hacia la realidad y me repruebo. ‘No
puedes ser un niño, Christopher, no ahora ni nunca’. ¿Es bueno o
malo?
Todavía no estoy seguro.
53
recordar la manera en que él reaccionó a cualquiera de las preguntas que
hice cuando tenía nueve y diez. No fue hasta que estuve once que le
preguntó a mi tía Bárbara si podía tener una conversación más íntima
conmigo. Lo
escuché hablando con ella por teléfono. “He visto varias de las otras chicas
de su clase, Bárbara. Tal vez algo cambia en el aire o no sé, pero algunas
de estas estudiantes de sexto grado tienen los cuerpos de niñas
adolescentes mayores. Kristin no puede estar muy lejos. Creo que ella y
sus amigas ya están hablando sobre ‘turkey’ 14
, si sabes a qué me refiero.
Quiero decir, yo sé que a ellos les enseñan cosas en la escuela, pero no
puede ser lo mismo que lo que pasa fuera de ahí, ¿no? Me gustaría que
fuera alguien en la familia".
Mi papá no es un mojigato, pero es bastante tímido cuando se trata
de lo que sucede entre los hombres y las mujeres. Hubo muchas veces en
las que lo vi enrojecerse después de que uno de sus trabajadores o alguien
hizo un comentario considerado clasificación R, especialmente cuando
ocurría delante de mí. Por lo general, era algo que sólo pasaba por mi
cabeza. De todos modos, debo decir que él impresionó bastante a la tía
Bárbara con la necesidad de mi charla especial, incluso a mi edad ella hizo
un rápido viaje a Charlottesville para vernos.
Fingió que sólo venía a visitarnos, pero sabía y anticipaba nuestra
tête-à-tête15. Pasó la segunda noche que estuvo aquí. Después de la cena,
cuando me fui a mi habitación a hacer tarea, golpeó la puerta y entró. La
tía Bárbara no era una mujer poco atractiva por cualquier medio. Se había
comprometido cuando estaba en sus veinticinco años, pero su prometido
estaba en el ejército y fue enviado a Afganistán, donde fue herido
fatalmente a causa de la explosión de una bomba en el camino. Sé que le
tomó años superarlo y, por la forma en que mi padre hablaba de ella,
también pasó problemas con cada cita que tuvo después. Ninguno de los
hombres que salían con ella querían ser comparados con su prometido,
aparentemente, les dejó creer que lo eran. Realmente, tuvo un novio
54
dos años, pero rompieron cuando él la engañó. Después de esto, la mayor
parte de su energía se concentró en trabajo y en el cuidado de mi abuela.
Se sentó en mi cama y me sonrió.
—Estás creciendo rápidamente —comenzó—, tu padre dice que estás
pensando en muchachos ya —me encogí de hombros—. ¿Tienes novio?
—Realmente no —dije.
—¿Pero te gusta alguien? —asentí—. Yo era mayor cuando mi madre
comenzó con todo esto, ¿sabes cómo empezó? —sacudí mi cabeza. —Ella
dijo, “Voy a contarte cómo será cuando te acerques a un chico, pero
¿sabes qué, Bárbara? Vas a hacer lo que yo quiera de todos modos.” Cada
niña y cada madre piensan diferente, creen que engañarse a sí mismas es
preocuparse menos. Así que déjame contarte cómo fue la primera vez que
besé a un muchacho…—comenzó.
No creo que alguna vez haya puesto estricta atención a lo que
alguien decía. Cuando miré hacia esa noche y el modo en que ella había
seguido a menudo conmigo, me hizo pensar que, aunque Cathy tuviera
una madre y un hermano brillante, yo era la más afortunada para esta
parte de la vida. Al menos, eso era lo que creía, pero sabía que tenía que
seguir leyendo para ver si estaba en lo cierto, para ver si Cathy prestó
atención a la información de su hermano sobre hombres y mujeres, o si su
madre le dio la educación que la mía no podía.
Capítulo 7
56
—Hay mucho movimiento en tu matriz.
—¿Qué es una matriz? —preguntó Cathy.
—Es la habitación del feto— dije mirando a mamá. Ella sonrió.
—Muy bien, Christopher. Escuchamos dos latidos de corazón.
—¿Gemelos?
Miré a Cathy, quien estaba actuando muy extraño ahora. Ella
comenzó a retroceder como si mamá pudiera explotar. Se veía
enojada, también.
—¿Entiendes, Cathy? Mamá va a tener gemelos. Espero que los
dos niños —dije—. Los gemelos idénticos y no simplemente fraternal.
—Serás un hermano maravilloso, no importa lo que sean —
mamá dijo y miró a Cathy—. Y tú serás una maravillosa hermana
mayor.
Cathy no dijo nada. Continuó retrocediendo y sacudía su
cabeza como si mirara un fantasma. Me levanté.
—¿Qué tiene de malo? —le pregunté.
—¡No quiero gemelos! —gritó—. No me interesa ser una buena
hermana mayor. No quiero más bebés.
—¿Cathy? —dijo mamá cuando mi hermana giró y salió
corriendo de la habitación y se fue a la suya—. ¿Qué está mal con
ella? —mamá me preguntó.
—Rivalidad entre hermanos —declaré y mamá me vio como si
estuviera hablando en chino. Se levantó poco a poco.
—Esto es ridículo —murmuró y se fue al cuarto de Cathy para
hablar con ella. Yo fui a la mía para empezar mi tarea.
Por la manera en como actué después, Cathy pensó que estaba
molesto sobre la idea de mamá embarazada. Debo admitir que no
estaba contento. Lo describiría más como decepcionado de ambos,
sobre todo de papá. Creía que papá era un hombre muy inteligente,
aunque no fuera alguien a quien se podría describir como rico o el
mejor hombre en su campo en este momento. En realidad, tenía la
impresión de que él se estaba preparando para hacer algún
movimiento muy brillante.
Siempre que estábamos solos, tal vez viendo las noticias, que
generalmente aburrían a mamá o Cathy, y había una historia sobre
alguien que había hecho algo muy importante o hecho un montón de
dinero, decía cosas como "Eso va a ser para nosotros algún día,
Christopher. Algún día vamos a vivir en una casa muy agradable, una
casa grande, y tu madre tendrá todas las cosas que pasa horas
admirando en revistas o leyendo en sus novelas de romance. Cathy
entrenará con lo mejor para ser una bailarina, y vas a asistir a una de
las mejores facultades de medicina. No tendrán que preocuparse por
el costo de nada. Vamos a viajar mucho, demasiado. Siempre quise
hacer un montón de viajes. Tú tienes curiosidad sobre mi vida, ya
sabes, aunque nunca me interesé en la medicina yo siempre he
respetado a los doctores y lo sigo haciendo, pero quiero que nosotros
viajemos por Europa, Asia, que tomemos safaris en África. Los más
agradables, por supuesto. Tu madre no soportaría quedarse a
acampar en tiendas. Nada como eso. Siempre vamos en primera
clase. Incluso, iremos en el ‘Queen Mary’16.”
A veces, cuando me sentaba con él y lo escuchaba hablar, me
parecía que sólo pensaba en voz alta. Ni siquiera me miraba la cara.
Iba sólo sin cesar sobre la posesión de un barco o un coche muy caro
y un guardarropa de la ropa más fina hecha a la medida. Nunca
podría pensar en él como un soñador. Creía que estaba hablando de
planes reales. Pronto, él vendría caminando a la casa y anunciaría
que lo teníamos. Tendría una propiedad más grande, lo que es más
importante, una posición ejecutiva de paga muy alta o que había
hecho una inversión sabia y seríamos muy ricos.
58
¿Por qué no podía pensar esto sobre mi padre? Hasta ahora,
nunca había cometido un error tan tonto, al menos en la medida de lo
que sabía. Así que, aunque tenía mis sospechas, cuando Cathy y yo
regresamos de la escuela hoy, jamás pasó por mi mente que mamá
nos diría que estaba embarazada. Tal vez, había sofocado mis
sospechas porque no quería creerlas.
¿Entender? No importa lo que Cathy diga de mí, no soy el señor
Perfecto y reconozco cuando cometo un error. No tengo que ir a un
terapeuta para saber por qué apagué la verdad que era tan clara
como el día, y no es debido a la rivalidad entre hermanos. Estoy muy
por encima de eso. En primer lugar, no quiero pensar en mi padre que
es tan descuidado; en segundo lugar, no quiero ver a mamá
desgastada por el cuidado de los bebés. Tengo casi diez años y Cathy
tiene ocho, es un largo tiempo entre los niños. Mamá ya no está
acostumbrada a levantarse en la noche, cambiar pañales, hacer
comidas, y con el horario de viajes de papá, no le será de mucha
ayuda. Lo que sé en mi corazón es que, si mamá empieza a ser
arrastrada y ve su belleza sacrificada, será una mujer muy, muy
infeliz.
Papá también cuida su tiempo privado. Le encanta ir con sus
amigos a jugar tenis o jugar al golf con sus socios de negocios. No
tiene mucho tiempo. Ha habido muchos fines de semana en los que
sus viajes le han llevado a trabajar hasta los domingos, también. No
es difícil imaginar a mamá diciéndole que trabaja siete días a la
semana, por lo que cuando tenga día libre, va a tener que echar algo
más que una mano de ayuda. Él va a tener que darle su tiempo libre
para que ella se vaya a sus escaparates o almorzar con sus amigas,
sin dejar de mencionar que nos tendrá que llevar de compras.
En este punto en sus vidas, ¿por qué decidieron tener más
niños? No creo que tuvieran accidentes sexuales. Pensé que papá
sería más cuidadoso, si él no lo era, sin duda lo sería mi madre. Hay
algo que está sucediendo aquí y no sé. ¿Papá prometió a nuestra
madre algo si ella estaba de acuerdo en tener más hijos? Nuestras
vidas son demasiado desordenadas, llenas de secretos, y no me
gusta pensar en eso, y sean lo que sean, están siendo
deliberadamente guardados de mí.
Voy a dejar de escribir en el diario por un tiempo. Tengo miedo
de las cosas que pudiera escribir. Creo que sólo estaría tan molesto y
enojado como Cathy, y no me gusta…
Mi celular sonó. Odié la interrupción, pero contesté porque sabía quién
estaba llamando…
— ¿Y? —comenzó Lana— ¿cómo te fue en tu visita a la casa del
horror?
Divertido, había leído sólo una pequeña parte del diario, pero ya
estaba empezando a sentir un apego hacia Christopher y Cathy, a pensar
en ellos como personas que realmente había conocido. Era como si el
diario nos volviera parientes más cercanos. De repente, no me gustó la
idea de alguien pensando en ellos como gente enferma o loca, capaces de
hacerse cosas horrorosas el uno al otro.
—Eran sólo un montón de escombros, nada remotamente alarmante
acerca de ella. Creo que cualquier persona que dice que escuchó gritos,
lamentos o vieron fantasmas, está loca.
— ¿Así que fue una pérdida de tiempo?
—No. Mi padre hizo lo que tenía que hacer, y él está ayudando a
mover la propiedad de los rollos del banco. Obtendrá un montón de trabajo
fuera de ella.
—Yo no mencioné a tu padre, yo te mencioné a ti, tonta.
—Vi y caminé por un bonito lago. Será de nuevo una propiedad muy
bonita. Realmente lo es ahora, en un estado natural, algo primitivo…
—Aburrido —canturreó—. Kane estaba muy decepcionado, por
cierto.
Le dije que te llamaría para ver si querías ir al cine. Nos encontrarán ahí.
— ¿Cuándo?
—Esta noche, tonta. ¿Cuándo más?
—No puedo esta noche. Y no vuelvas a decirme “tonta” ni una vez
más.
—De acuerdo, de acuerdo. Lo siento. Así que, ¿por qué no vamos al
cine esta noche?
—Tengo que hacer algo muy importante para… —¿Para
quién?
—Mi familia —dije.
—¿Qué?
—Te llamo mañana. Tal vez hagamos algo en el día.
—¿Va en serio? ¿No vas a soplarnos todo? —miré el diario de
Christopher, ¿realmente iba a renunciar a una cita debido a esto? Quizá
era algo muy loco.
—No es nada grave, es importante —dije.
—Bueno, ¿qué es?, quizá podría ayudarte.
—¡No! —dije sofocando una risa —pero gracias por la oferta. Te
llamaré —agregué y colgué antes de que pudiera decir otra palabra. Y
luego le di vuelta a la página.
—Ve lo que puedes hacer con ella —mamá me dijo después de que
ella y papá hablaran con Cathy, asegurándole que su amor no sería
menos sólo porque habría nuevos niños en nuestra familia.
—Ella puede hacer pucheros mejor que yo. Va a hacer puré al
hombre con el que se case.
Por supuesto, yo estaba feliz porque mamá vino a mí en busca
de ayuda con Cathy, pero me di cuenta de algo que yo no había
notado hasta ahora durante los días que siguieron. Mamá parecían
tener menos tolerancia para Cathy. La criticaba cada vez más en la
mesa. Cathy se enfurruñaba sobre los gemelos que venían, ya no era
mona o comprensible.
—Tu hermana es simplemente egoísta —mamá me murmuró un
día—. Debes saber que no es fácil para una mujer estar embarazada.
Mira mi figura. Mira cuán difícil es para mí poder moverme. Me
siento... como un camión. No sé por qué me molesto incluso con mi
maquillaje o mi cabello. Tu padre dice que estoy tan hermosa como
siempre, pero sé que sólo está tratando de complacerme. Eres el único
que sabe la verdad y no teme decirlo, Christopher. Serás un médico
maravilloso, porque siempre dices lo que es cierto y no lo que alguien
quiere escuchar. Vamos, dime.
Me encogí de hombros. Ella tenía razón. No quiero mentir o
distorsionar los hechos. Lo verdadero era verdadero, y fingir no lo
cambiaría. Las personas que viven con eso son débiles y tontas.
Postergando la realidad sólo vuelve más difícil hacerle frente. Sé que
esta actitud no va bien con mis compañeros, pero no hay ninguno
cuya opinión importe mucho para mí.
—No te puedo ver de la misma forma en que te veía antes de
estar embarazada, mamá. Por supuesto, no tienes la misma figura,
pero tu tez es color rosa. Te ves más sana que nunca —le dije—. Es
característico de las mujeres embarazadas cuidar de sí mismas,
tomar sus vitaminas prenatales y hacer lo que sus médicos les dicen
que hagan. Las mujeres se hicieron para estar embarazadas —mamá
me vio y medio sonrió.
—Espero que no siempre acompañes tus elogios con un poco de
observación médica. Cualquier novia que tengas no creerá que eso sea
muy romántico, Christopher, pero gracias de todos modos —dijo.
Entonces ella pensó un momento y sacudió la cabeza—. Creo que
prefiero escuchar a tu padre decirme que no soy diferente. Las
…Me he dado cuenta de que había algo que hacer cuando papá
comenzó a quedarse en casa cada vez más a cuidar de mamá durante
las últimas semanas de su embarazo. ¿Por qué no necesitaba estar
más en el trabajo? ¿Estaba usando el tiempo de sus vacaciones?
Mamá estaba más irritable que nunca, impaciente, quejándose de
que el Dr. Bloom le había dado la fecha de parto equivocada. Él quería
trasladarla, pero ella resistió algunos días tumbada en la cama la
mayor parte del día. Le dije que no era bueno, lo que yo había leído
sobre embarazo indicaba que debía mantenerse activa. Incluso se
quebró delante de mí.
—No estás llevando este peso, Christopher. Ve a buscar treinta libras,
átalo alrededor de tu cintura y luego dime cómo te sientes, y déjame
ver tu nivel de actividad —dijo. Estoy de acuerdo que era demasiado
pesado, pero cada vez que comentaba sobre todo el dulce que comía o
todas las copas de helado que bebía, ella me miraba y comenzaba a
llorar.
—Va a salir rápidamente —le aseguró papá. Me miró para
asegurarse de que no lo contradijera. Finalmente, una noche antes de
la cena, nuestra vecina Bertha Simpson vino a prepararnos la comida
a Cathy y a mí. Yo sabía que algo estaba pasando, pero la puerta del
dormitorio de papá y mamá había estado cerrada durante horas. De
repente se abrió, y él prácticamente se la llevó, advirtiéndonos que
fuéramos buenos.
—¿Se le rompió la fuente? —le pregunté cuando iba por la puerta
principal, asintió y salieron.
—¿Qué fuente? ¿Cómo se le puede romper una fuente? Tú no puedes
romper una fuente. Eso es estúpido —la señora Simpson parecía tan
interesada como Cathy cuando le expliqué lo que significaba.
—Nunca vi a un niño tan joven como tú y que supiera tanto —dijo.
Ella sacudió la cabeza como si eso significara que era brujería o algo.
—Christopher no es un niño pequeño. Él es un genio —Cathy elevó la
voz. No importaba qué tan celosa estuviera de mí o qué tan enojada
estuviera conmigo por algo que le hubiera dicho o hecho, ella nunca
dejaba de defenderme si alguien, fuera de nuestra familia, se atrevía
a criticarme o culparme por algo. No podría pedir un mejor perro
guardián o guardaespaldas.
Intenté mantener Cathy ocupada después de la cena. A pesar de que
existían graves complicaciones con los bebés, las entregas de gemelos
no eran tan comunes. No pude evitar estar un poco preocupado
conforme pasaban las horas. Tal vez uno o ambos de gemelos habían
muerto. Incluso no quería pensar en mamá muriendo.
Cada vez que Cathy me preguntaba por qué tomaba tanto tiempo
traer dos pequeños bebés al mundo, actué como debía; le dije que
tomaba el doble de tiempo, que debía estar tranquila. Siguió viendo la
televisión hasta que sus ojos comenzaron a cerrarse, sabía que no
lucharía en contra de ir a la cama. La señora Simpson quería
ayudarme a dormirla, pero le dije que no la necesitaba. Ella me miró
extrañamente y me siguió al cuarto de Cathy.
—No creo que debas estar haciendo esto —dijo cuando comencé a
desvestir a Cathy, quien por ahora estaba inconsciente.
—Sólo le estoy poniendo su pijama —ella se mantuvo de pie con los
brazos cruzados, no dejó la habitación hasta que Cathy estuvo debajo
de las cobijas y dormida
—Yo también me iré a la cama —le dije— No tiene que quedarse,
señora Simpson
—Por supuesto que debo, ¿debería irme y dejar a dos niños solos en
la noche?
—No hay nada que usted pueda hacer que yo no pueda hacer por mí
y Cathy —le dije. Se encogió de hombros y me dejó de pie en el
pasillo. Estuve casi toda la noche esperando oír que papá llegara o
que sonara el teléfono, pero no lo hizo. Justo antes del amanecer, me
quedé dormido. Desperté con sorpresa y lavé mi cara antes de salir de
mi habitación apresuradamente.
La casa estaba tan tranquila. Cathy estaba puliendo el sueño de sus
ojos y se aventuró en el pasillo; ella todavía estaba en pijama.
—¿Mamá ya trajo a los bebés a casa? —preguntó.
—Ella no puede traerlos rápidamente —dije, aunque estaba muy
preocupado. Me siguió hasta la sala de estar. Podíamos escuchar a la
señora Simpson trabajar en la cocina. Cathy y yo nos miramos el uno
al otro, luego la puerta delantera de abrió y papá entró. Parecía que
había dormido con esa ropa, pero su rostro estaba radiante —
¡Gemelos, todo hecho! —anunció. La Sra. Simpson vino a la sala de
estar
— ¿Niños o niñas? —le preguntó a papá.
— Niños— dije.
—Sí —apoyó Cathy. Yo sabía que ella estaba esperando esa, no
quería competir con otra hija.
—Increíble —dijo a la señora Simpson, y entonces él nos miró—
Tenemos uno de cada uno. Y son perfectos, tan perfectos como
ustedes dos. Permítanme subir a cambiarme, tengo que regresar a ver
a su hermano y hermana. Cathy sonrió con satisfacción
—¿Han pensado ya en nombres? —le preguntó la Sra. Simpson.
Nunca había escuchado que hablaran de nombres. Yo tenía todo tipo
de ideas, pero nunca me habían preguntado.
—Cory y Carrie, — respondió papá—. Todo el mundo importante para
mí tiene un nombre que empieza con C... Corrine, Cathy, Chris y ahora
Cory y Carrie.
—Todos tendremos las mismas iniciales —dijo Cathy, lo que me
sorprendió. Ella había pensado en eso tan rápidamente—. No se nos
podrá dar cualquier cosa con sólo nuestras iniciales. Papá se echó a
reír.
—No te preocupes por eso ahora, tu nombre completo será escrito en
todo que te regale —la cargó, la besó, y la hizo girar alrededor; luego
se dirigió a su dormitorio para prepararse.
—Los dos deberían comer algo y vestirse —dijo la Sra. Simpson.
—No quiero ir —dijo Cathy, haciendo pucheros.
—Deja de pensar en lo quieres y empieza a pensar sobre lo que es
bueno para mamá —le dije—. Vamos a desayunar —la tomé de la
mano y tiré de ella hacia la cocina, mientras ella gritaba que se le caía
el brazo.
Más tarde, en el hospital, vimos a nuestro nuevo hermano y hermana.
Vi a Cathy cuidadosamente, la resistencia en su cara se desvaneció,
sus ojos bailaban con alegría. Ella me miró y luego volvió a ellos.
Estaba seguro de que sus celos iban a menguar y desaparecer…
Había llegado a una página con sólo un borrón. Parecía que Christopher
había empezado a escribir algo y luego se había detenido. Hacia la parte
inferior de la página, era algo que parecía un garabato; no tenía ninguna
forma o significado que yo pudiera ver. Me volví rápidamente, con miedo de
que este fuera el final, de que él no hubiera escrito nada más.
Capítulo 9
—¡Hey! —Kane Hill dijo tan pronto como tomé mi teléfono—. ¿Qué te pasó
anoche? Pensé que teníamos una cita.
—No recuerdo que fuera definitivo —dije—. Estaba cansada. Sentí que me
vendría abajo por cualquier cosa, así que decidí descansar.
—Sí, estás decayendo por el aburrimiento que hay por aquí, ¿qué hay de
salir hoy?
—Tengo que ir de compras con mi padre y llegar a hacer mi tarea.
Lo dejé todo de último minuto.
—¿Tú? Eres la principal candidata para el mejor estudiante, ¿no?
Tienes toda clase de honores…
—Como sea, no estoy preocupada por ello, Kane —se rió
—Seguro. De todos modos, tengo una fiesta la noche del viernes para
empezar el fin de semana de tres días. Mis padres van a Richmond —
Teníamos libre el lunes debido a reuniones de los profesores. La mayoría
de nuestros maestros, sabiendo que teníamos un día extra, normalmente
nos llenaban de tarea para compensarlo.
—¿Tus padres saben de la fiesta?
—Más o menos —dijo—, quise estar seguro de decirte a tiempo para
obtener el día en tu apretada agenda.
—Puedo exprimirla —dije y rió de nuevo.
—Lana dijo que has paseado por Foxworth.
—A penas he estado ahí. Acompañé a mi papá a hacer una
evaluación para el banco.
—Bien, y ¿cómo fue?
—¿Cómo fue qué?
—El estar ahí.
—Tomé un lindo paseo cerca del lago de la propiedad y después sólo
observé a papá y a Todd Winston inspeccionar los cimientos de la
mansión.
Es muy original. Alguien quiere comprar la propiedad y construirla de
nuevo.
—Mi padre siempre jugó con esa idea, pero mamá se sacudía de sólo
pensar en ello.
—No hay porqué asustarse. Es sólo una gran extensión de tierra con
escombros.
—Un lugar seguro para los amantes del parque en la noche, tal vez,
¿eh? —preguntó, yo estaba segura que su mente estaba llena de
escenarios imaginarios.
—Me tengo que ir, Kane. Escribiré “viernes” en grandes letras en mi
agenda. Te veré en la escuela.
—Principio del formulario.
—Está bien —dije y colgué.
Había mucho sobre Kane que me gustaba. Era uno de los mejores
chicos en nuestra escuela, creo que lo que más me gustaba de él era su
manera casual y relajada. Rara vez lo vi histérico o molesto. Era famoso
por su encogimiento de hombros de James Dean. Aproximadamente hace
dos años, hubo un resurgimiento de James Dean en una de las salas de
cine y muchos de los muchachos estaban tratando de imitarlo, pero Kane
realmente tenía esa sonrisa poco convencional y relajada que ya era parte
de él.
Cuando me sonreía, especialmente desde la última vez habíamos
pasado tiempo juntos en el centro comercial y me llevó a casa, era como si
él y yo estuviéramos compartiendo un gran secreto. Yo sabía que la
mayoría de mis amigas, especialmente Lana y Suzette, estaban un poco
celosas y morían por saber lo que había sucedido entre nosotros. No dije
nada, porque sabía que resultarían decepcionadas. No pasó mucho entre
nosotros como para complacerlas.
No sería difícil mantener una relación con Kane. Mantenía su cabello
castaño claro desde la parte central hasta la base del cuello. Tenía un
flequillo que le caía por la frente, siempre amenazando con bloquear la
visión
de sus suaves ojos avellanas. A veces, creía que su autoconfianza estaba
un poco más cargada de arrogancia de lo que parecía, pero parte de eso
también era lo que todo el mundo asumía que, el hijo de uno de los
hombres más ricos en Charlottesville, poseería. Al contrario de su
hermana mayor, Darlena, él no presumía por ningún medio. Kane era un
estudiante por encima del promedio, atlético y, como Lana le nombraba,
también un Drop dead gorgeous17. Dijo que era la expresión favorita de su
madre para cada “persona de adorno” que veía en la vida real o en la
televisión.
No importaba lo que pasara, sin embargo, no quería dar por
supuesto a cualquier niño. En realidad, me parecía que lo que había
atraído a Kane hacía mí era mi notable indiferencia. Así lo desafiaba a
luchar un poco más, y por ahora, era la cosa más interesante acerca de
nuestra nueva relación. Hice todo lo que le dije a Kane que haría. Papá y
yo fuimos de compras al supermercado. Cada vez que lo hacíamos, no
podía decirme cuánto había dependido de mi madre para hacer las
compras.
—Ya sabes, puedo hacer todo por mí misma ahora, papá —le dije—.
Yo conduzco.
—Está muy bien, pero no tengo muchas oportunidades de pasar
tiempo contigo, Kristin.
—Esto no es pasar el tiempo conmigo, papá. Es pasar el tiempo con
carne y papas picadas —le dije y sonrió. Creo que el hacer las compras
conmigo mantenía la memoria de mamá más viva para él. Sobre todo en
estos días, no dejaba de repetir cuánto estaba pareciéndome a ella. Dijo
que cualquier padre desea que su hija luzca más como la madre que como
él. “Después de todo, es ella la que hace caer al enamorado ¿no?”. Eso me
hizo pensar en la hermana de Christopher, Cathy, quien dijo que no quería
17 En español Muérete, bonita es una comedia oscura americana del año 1999,
dirigida por Michael Patrick Jann
83
más que parecerse a su madre.
Estaba claro, de lo que había leído hasta ahora, me parecía que su
madre realmente debió ser muy hermosa y ella estaba muy consciente de
ello. De la manera en que él la describe, cualquiera creería que estaba
obsesionado con ella. La implicación era que ella pasaba mucho tiempo en
su maquillaje, cabello y ropa, empujando sus responsabilidades tanto en él
como en Cathy. Tal vez, Cathy sí amaba más a su padre, pero no más que
la idea de ser tan hermosa como su madre. No estoy segura de cómo se
sentía Christopher, ¿quería que ella fuera tan hermosa como su madre?,
¿creía que realmente podría serlo?
Noté que cada vez que alguno de mis amigos felicitaba a otro sobre lo
guapo o bonita que eran sus hermanos o hermanas, parecían
sorprendidos. ¿Existe algo acerca de ser un hermano que te haga sentir
extraño o culpable si tu hermana te parece bonita, o viceversa? Nadie
negaría que su madre es bonita. Mi madre era muy atractiva, pero de una
manera más natural. Tenemos el mismo cabello y los ojos, pero cada vez
que me comparo, pienso que ella tenía los labios más llenos y sus pómulos
más definidos. Me gustaría tener su foto al lado y estar frente al espejo.
¿Fue algo que Cathy Dollanganger hizo? Mi madre no usaba mucho
maquillaje, creo recordar. Según papá, ella no iba al salón de belleza tan a
menudo como la mayoría de sus amigas.
84
—Pero ella podía embellecerse18 —me dijo—. Lo hacía cada vez que
teníamos que asistir a alguna ceremonia de lujo. Dijo que la expresión
embellecerse era algo que se le había pegado de su abuela.
—Todo lo que tengo que hacer es utilizar esa expresión en mi escuela
y quedaré marcada de por vida —le dije.
—Decirlo te haría entrar en onda, chica—replicó y ambos reímos.
Más de una vez, había deseado nacer en otra época. Tal vez, papá
exageraba o veía mejor las cosas de cuando era joven porque quería pensar
en ellas de esa manera. Uno de mis profesores de inglés, el Sr. Stiegman,
una vez nos dijo que la nostalgia era nada más que la insatisfacción con el
presente. Nada parecía mejor que ahora, incluso en los tiempos más
difíciles. Era una fantasía que la gente acepta. Sin embargo, mi padre no
estaba de acuerdo. Además, insistía en la lealtad y continuamente se
quejaba de cómo los adolescentes desperdiciaban su juventud, parecía
realmente satisfecho con todas las vueltas que había dado su vida.
Tomó un par de horas ir a la tienda y conseguir que todo estuviera
en su sitio. Mientras papá preparaba nuestra cena y veía un juego de
baloncesto, subí a mi habitación a hacer mis deberes. No importaba en lo
que estuviera trabajando, mis ojos siempre se desviaban al diario de
Christopher. Era como si realmente estuviera diciendo: “Léeme. Necesito
que me lean”. Pero resistí. Necesitaba concertarme en mi tarea. Kane
estaba en lo cierto, yo estaba cuello a cuello con otro muchacho de nuestra
clase para ser el mejor estudiante y yo quería complacer a mi padre, en el
fondo de mi corazón, también quería complacer a mi madre. Irónicamente,
ese pensamiento me dio otra pausa y me atrajo a mirar el diario.
Me sentí orgullosa de los logros de Christopher y la forma de
complacer a sus padres. Él quería ser un médico casi más por el bien de
ellos que por el propio, Cathy me parecía mucho más egocéntrica. ¿Sería
18 En inglés “gussy up” significa cambiarse de ropa especial para parecer particularmente atractivo.
De forma exagerada.
porque aún era tan joven? Por otro lado, los niños siempre están buscando
la aprobación de sus padres. Esa fue la razón por la que ella estaba tan
asustada con el nacimiento de los gemelos. Ella pensó que podría perder
esa aprobación o ser diluida. Después del nacimiento de los gemelos, ella,
según Christopher, se fue convirtiendo cada vez más en quien ayudaba a
su madre y a su padre antes de su muerte. Tal vez, quería que los gemelos
la amaran más de lo que podrían amar a su madre. Quizá esa era su dulce
venganza. ¿Ellos eran una familia complicada o todas las familias lo eran?
Papá y yo sólo nos tenemos el uno al otro. Ahora éramos una familia
simple.
Después de leer sólo la primera parte del diario de Christopher, hice
una nota mental para prestar más atención a mis amigos y su relación con
sus familiares para ver si había algún tipo de semejanza con los
Dollanganger. De una manera extraña, el diario de Christopher fue
tomando
poco a poco mis pensamientos todos los días. ¿Había algo mágico en este
libro, algo sobrenatural tal como Foxworth era a los ojos de las personas?
Por un largo momento, me preguntaba si realmente me cambiaría de un
modo dramático. Tuve la fuerte impresión que mi padre ya lo sospechaba o
lo temía. Tal vez, sólo tal vez, él ya sabía lo que yo estaba a punto de
descubrir cuando siguiera leyendo el diario, y por eso no quería que
continuara haciéndolo. Si mi madre viviera, ¿me dejaría leerlo? Si había
algo, y papá lo sabía, que me detendría leer el diario sería el decirme “tú
madre no querría que lo leyeras”, pero él nunca lo dijo. Nunca usó a mi
madre o su memoria para obligarme a hacer algo.
Tomó todo mi autocontrol acabar mi tarea e ir a dormir sin abrir otra
página del diario de Christopher, pero fue la primera cosa en mi mente la
mañana siguiente y cuando llegué a la escuela, supe que sería la primera
vez que me comportaría diferente.
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
D primera clase del día , inglés con el Sr. Stiegman, pero mi ebí
estar más preocupada por llegar tarde a la escuela y a mi
mente estaba totalmente absorbida por lo que leí en el
diario. Casi me sorprendió encontrarme en el estacionamiento para
estudiantes. Tenía que ir directamente a la oficina del director y obtener
un pase para entrar en la escuela. Nuestro director, el Sr. Market, era un
hombre muy tolerante de cuarenta y cinco años de edad. Era director de
nuestra escuela desde hace casi ocho años, me caía muy bien porque él
siempre era justo. Sentía que yo le agradaba y estaba impresionado por mi
promedio.
No me gustaba ser tratada diferente respecto a cualquier favor, sólo
porque perdí a mi madre a una edad temprana, pero a veces sí lo sentía.
Había muchos otros estudiantes que vivían con uno de sus padres, pero
eso era a causa de divorcio. Muchos de ellos tenían problemas de
comportamiento, y pocos estaban haciendo lo necesario para tener buenas
calificaciones. Mi padre nunca estaba sobre mi espalda para entregar
cualquier trabajo escolar. Estaba muy orgulloso de mis logros, pero nunca
me presionó de la manera en que algunos padres presionaban a sus hijos.
Creo que lo que me hizo trabajar arduamente fue mi miedo a
decepcionarlo, incluso aunque él siempre me dejó claro que me amaría
pasara lo que pasara. Tal vez, fue por eso he trabajado tan duro. Se
preocupaba mucho por mí. ¿Corrine se preocupaba lo suficiente en sus
hijos? Ella no pensó en el futuro y se preparó para el desastre. Eso era lo
que hacían los adultos, ¿no?
La señora Grant se levantó soprrendida de su escritorio cuando
entré en la oficina. Era secretaria del Sr. Market, y, como él, ella tomaba
un interés personal en muchos de los estudiantes.
—Llegué tarde —anuncié. Ella me miró un momento como para
confirmar lo que había dicho y que yo realmente estaba allí.
—
¿Qué pasó? —preguntó ella, su rostro estaba plegado y arrugado
como si estuviera hecho de papel de aluminio.
—Me quedé dormida. Mi padre pensó que estaba enferma o algo,
pero me olvidé de poner mi alarma. No me había pasado desde hace
mucho tiempo —ella asintió con la cabeza y zumbó el teléfono para hablar
con el Sr. Market.
—Retraso —dijo—, Kristin Masterwood. No, no hay excusa por
escrito. Ella dice que se quedó dormida —escuchó y luego colgó el receptor
—. Tengo que darle un demérito y una papeleta rosa de advertencia —dijo,
como si ella tuviera un dolor de muelas—. La próxima vez, será detención
de la semana
—Lo sé. No habrá una próxima vez —sonrió y me dio el demérito, fui
a mi primera clase. Todo se detuvo cuando entré y el Sr. Stiegman me
entregó mi reporte. Él sacudió la cabeza, me miró sombríamente y tomé mi
asiento. No miré a nadie, a pesar de que sabía que todos los ojos estaban
sobre mí. Me di cuenta rápidamente dónde estaban en la lectura de
Macbeth y di la vuelta a la página de mi libro de texto. Cuando la campana
sonó menos de quince minutos más tarde, a penas me moví de mi asiento
antes de que Lana y Suzette se abalanzaran. Detrás de ellas estaba
Theresa Flowman regodeándose. Ella era mi competencia para el mejor de
la clase. Si estuviéramos parejas después de este semestre, el
comportamiento desempeñaría un papel muy importante en la selección
de la facultad.
—¿Qué te pasó? ¿Por qué te dieron una papeleta rosa? —preguntó
Lana rápidamente.
Sabía que se preguntaba por qué no había llegado con una excusa
por el retraso, excusa que habría evitado un demérito. Todo el mundo
lograba que sus padres a inventaran algo. Nadie parecía creer que mi
padre no lo hacía. Las pequeñas mentiras son como placas en las arterias,
—
irían una tras otras hasta que mi reputación estuviera arruinada. En su
negocio, donde la confianza era fundamental, papá dijo que equivalían a
un ataque al corazón.
Me quedé dormida —dije lo más casual que pude
—Tal vez, te estás esforzando más de lo que puedes para ser la mejor
estudiante —dijo Theresa, con la intención de que sus palabras hirieran un
poco mi autoestima.
—Theresa, tienes que dejar de pensar que todo el mundo es como tú
—repliqué. Lana y Suzette sonrieron y Theresa desapareció.
—Esa chica siempre parece andar en fuego que yo no le prestaría ni
un lápiz —dijo lana.
—Para —ordené, aunque no pude evitar sonreír bajo mi
desaprobación.
—Hablando de eso, Kane te estaba buscando en el salón —dijo
Suzette—. Cada vez que volteaba y veía tu escritorio vació parecía que
hubiera perdido a su mejor amigo o algo así. En realidad, nunca lo había
visto así. Parecía un perrito perdido, ¿sabes de su partido, verdad?
—Sí —cuando comenzamos a andar por el pasillo para nuestra
próxima clase, Kane apareció detrás de mí.
—¿Dónde has estado, forastera? —susurró— ¿Foxworth?
—¿Qué? —me detuve y giré alrededor de él. Fue aterrador por un
momento, era como si, de alguna manera, hubiera encontrado algo sobre
el diario.
—Sólo bromeo. Vi que faltabas en el aula.
—Me quedé dormida. Parece que son las principales noticias de hoy.
—Eso muestra lo aburrido que es aquí —respondió y se encogió de
hombros. Caminaba junto a mí.
—Mi papá nos dijo que Foxworth se vende.
—¿Cómo te enteraste tan rápido?
—
—Él estuvo en la junta de directores del banco, es uno de ellos. Tu
papá va a hacer un montón de trabajo allí.
—Sí me dijo —hicimos una pausa afuera de mi próxima clase. Mis
amigas estaban mirándonos y riéndose.
Ya sabes, nunca he estado allí durante el día —dijo Kane—. Quizá
me puedas dar un recorrido esta semana después de la escuela, antes de
que desaparezca.
—No sería un gran recorrido —dije.
—Cualquier excusa para estar contigo me funciona —él contestó,
dándome una de sus deslumbrantes sonrisas, y entró a su propia clase. Lo
vi alejarse y pensé cómo me sentiría volviendo a Foxworth ahora que me
estaba conectándome tan profundamente en el diario. En todo caso, hacia
parecer todo más prohibido. Si bien, había leído cómo Corrine llevó a sus
hijos a través de la oscuridad de la parada del ferrocarril, imaginé el
camino que tomaron que los llevó a la parte trasera de la mansión. Ahora
que estaba abandonada, la ruta podría estar cubierta, pero ya estaba
jugando con la idea de caminar por ahí, llevar toda esa escena a mi vida.
¿Podría hacerlo?
Me apresuré a entrar en el aula. Lo que menos necesitaba hacer
ahora era llegar tarde a mi siguiente clase. Antes de que terminara el día,
Kane sugirió otra vez ir a Foxworth, tal vez para ver un poco el retiro de
escombros.
—Estoy seguro que tu papá va a pensar que es bueno que estés
interesada en su trabajo
—¿Por qué es esto de repente tan importante para ti?
—Sólo estoy interesado en lo que le interesa —dijo.
—¿Cómo sabes que me interesa?
—Podría decirlo. ¿Qué tal mañana? Podría pasar por ti antes de la
escuela, para que no tengas que preocuparte de tu coche después.
—
—Te aviso después —dije.
—¿Qué es tan complicado que me avisas después? —repitió con más
firmeza. Otra vez me dio ese famoso encogimiento de hombros y caminó.
¿Cómo podría explicar por qué dudaba? No era sólo porque yo
estaba leyendo el diario. Tenía miedo de que mi padre pensara que estaba
tan obsesionado con él que le había hablado a Kane sobre ir a Foxworth
para ver el trabajo. Él también podría creer que lo había desobedecido y
hubiera
dicho a Kane algo sobre el diario. Tenía que trabajar sin hacer que Kane
sospechara demasiado. Había grabado en mi mente antes de salir de casa
para ir a la escuela, que no iba a tocar el diario hasta el final del día, si
podía en todo el día. Pensé que debía hacerlo para aliviar a mi padre sus
preocupaciones. Además, tenía mucho que hacer en la casa, tenía más
deberes que de costumbre. Cuando papá llegó a casa, me encontró
aspirando la sala.
—¿Qué pasó en la escuela? —fue su primera pregunta.
—Me advirtieron sobre una detención. Voy a poner alarma, no te
preocupes.
—¿Tienes mucha tarea?
—Sí, ¿Por qué?
—Herm Cromwell quiere llevarnos a cenar.
—Él quiere llevarte a ti, papá, no a nosotros. No te preocupe por ello.
Voy a hacer un sándwich de pavo y papas fritas. He visto cómo lo haces
otras veces —él asintió con la cabeza—. Oh, Kane Hill sabe acerca de la
venta de Foxworth. Su padre…
—Está en la junta del banco.
—Él quiere ir conmigo a la propiedad cuando comiencen a trabajar
en la extracción de escombros —dije—. Yo no le dije sí o no. No le he
mencionado nada más —añadí rápidamente—. Él nunca ha estado allí
durante el día, y tiene la loca idea de que algún famoso sitio local está a
punto de desaparecer.
—¿Qué significa, en el día?
—Probablemente ha hecho algunas visitas en Halloween —papá
asintió con la cabeza.
—Puede venir cuando él quiera.
—¿Mañana?
—Estamos a partir de mañana, sí.
—Dijo que me recogería antes de la escuela. Pero iremos después de
clases —papá me miró un momento— ¿Podrían eliminar algo famoso?
—No es considerado un sitio histórico —dijo entre dientes—. Lo
mejor que se ha hecho para esta comunidad es deshacerse de eso restos y
vender la propiedad —agregó con tanta firmeza y rabia que sostuve mi
aliento—. Vamos a sacarlo de nuestras vidas una vez por todas —dijo y fue
arriba a bañarse y cambiarse para la cena. Lo vi subir, ya había terminado
de limpiar con la aspiradora y comencé a preparar mi cena.
Raramente veo a papá rojo de ira. A veces, sé que le gustaría traer a
casa alguna frustración debido al trabajo para compartirla, pero él
usualmente la olvida rápidamente cuando me ve o, probablemente, el
recuerdo de mi madre lo hace aún más.
—Tu cena huele bien —dijo desde la puerta una vez que ya había
bajado cambiado. Su tono era más tranquilo.
—También tendrás una buena cena, papá, estoy segura.
—Sí. Lo siento, exploté por esta cosa de Foxworth. Estoy cansado de
oír hablar de él hasta en los restaurantes. Empiezan hablando de la
empresa que había reconstruido y todo eso. Casi me hace desear no tomar
el trabajo. Intentaré llegar temprano —dijo y me besó antes de irse.
Después de que comí, me senté durante un tiempo a pensar en las
últimas páginas que había leído en el diario. Esto era como un misterio
envuelto en un misterio, pensé. Eran sólo niños, ¿por qué era tan
importante para mi padre que lo dejara y olvidara? Cambié mi
pensamiento. Me apresuraría con mi tarea, me gustaría estar de vuelta en
el diario esta noche. Una hora y media más tarde, después de hacer
algunos ajustes con mi alarma, me instalé nuevamente contra mi
almohada y abrí el diario donde lo había dejado. Me sentí como Alicia
cayendo en el oscuro país de las maravillas.
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
128
—No me distingo por ser una Sandra Dee.19
—¿Quién?
—¿Qué nunca has visto Grease? —meditó un momento y luego
sonrió.
—¡Ah sí!, ya recuerdo, “Mírame, soy Sandra Dee, pésima con la virginidad”
—le dediqué una sonrisa y él la devolvió—. Así que, ¿qué significa eso de
“pésima con la virginidad, tú eres o no?
—No se trata de eso —declaré.
—Creo que una mujer protesta demasiado —bromeó. Me aparté y pensé
en mí durante un momento. ¿Era tan virginal como Christopher y Cathy
eran? ¿Tenía virtud de adolescente porque estaba dedicada a mi padre, era
responsable y buena estudiante?
Era tan responsable como Christopher tuvo que ser, nosotros dos
fuimos empujados a envejecer durante la noche. Miré fijamente alrededor
de la cafetería y me pregunté cómo mis compañeros de clase realmente me
veían. Por lo que había leído hasta ahora, Christopher no pareció haber
tenido muchos amigos. No mencionó a nadie al inicio del diario, durante el
tiempo antes de que fueran a vivir a Foxworth. Seguramente, no pudo
haber hecho nuevos amigos mientras estaba allí. Yo tenía amigos,
realmente no me parecía a él y, por la razón que fuera, aunque estuviera
fascinada con él, me dio cierto alivio. Extrañamente, ese alivio me hizo
sentir culpable. No quería verlo de cualquier forma extraña. Los
sentimientos y revelaciones acerca de sí mismo que yo había leído,
seguramente eran normales. Un día se dio cuenta de que su hermana se
estaba convirtiendo en una mujer.
Desafortunadamente, estaba sucediendo bajo extrañas circunstancias,
pero me imaginaba que cualquier muchacho habría tenido reacciones
similares cuando se encontró en el mismo tipo de situación, ver el cuerpo
S
doble de los treinta y tres años que tenía. Mi corazón
se e abrió la puerta y mamá entro luciendo como si
tuviera el
hundió. Algo terrible había sucedido o estaría sucediendo,
pensé. Yo creía que los gemelos celebrarían por su regreso, pero
explotaron con gritos y lloriqueos, se quejaron de estar encerrados,
culpándonos a nosotros por estarlo. Mirando cómo le dolía hacerlo,
mamá puso ambos en su regazo y casi en un susurro intentó
calmarlos. Ella se obligó a sonreír y nos preguntó cómo realmente
habíamos estado.
Los gemelos eran incesantes, especialmente Carrie, quien sólo
se volvía más exigente y estridente, jaloneaba a mamá y, a
continuación, saltó de su regazo para golpearme a mí por haberlos
mantenido encerrados tanto tiempo. Nunca diría que no estaban
mimados, pero no podía culparla a ella o Cory por estar tan enojados.
Se sentían traicionados. De repente, apareció nuestra abuela mirando
por encima, parecía más grande y meneaba la cabeza, exigiéndole a
mamá que callara a los gemelos
—¡Disciplinalos ahora! —exclamó. Tanto a Cathy como a mí nos
sorprendió; los gemelos la provocaron sin temor. Carrie fue aún más
fuerte y Cory la respaldaba con sus propias palabras.
Nunca esperé lo que a continuación hizo nuestra abuela. Ella
agarró el cabello de Carrie y la levantó literalmente del suelo. Mi
hermana aullaba de dolor y cuando Cory intentó darle patadas, la
abuela intentó golpearlo. A diferencia de cómo había imaginado un
adulto haciéndole frente a un niño, nuestra abuela se abalanzó sobre
él y lo abofeteó tan duro que cayó a su lado y luego, probablemente
todavía con dolor, se arrastró junto a su gemela lamentándose, ambos
ahora abrazándose unos a otros. Miré a mamá para ver lo que haría.
Ella simplemente miró hacia abajo, pareciendo aún más derrotada.
Nunca olvidaré la forma en que Cathy me miró entonces. Parecía
alguien que se había dado cuenta que el último trozo de esperanza,
para salvarse a sí misma, para salvarnos, había muerto. Estábamos
a punto de descender en el hoyo del infierno más oscuro que
pudiéramos imaginar. Ambos volteamos hacia mamá, con la
esperanza de que pondría fin a esto. Sin embargo, cuando ella
amenazó con llevarnos fuera de la casa, nuestra abuela sólo sonrió y
se atrevió a echarnos. Mamá parecía desmoronarse. Quería ir con ella
y decirle que lo hiciéramos, pero me detuve, no quería ser una carga
más. Poco sabía de lo que sucedería después.
Olivia, la abuela, le ordenó a nuestra madre que se quitara la
blusa. Mamá rogó, suplicó no hacerlo, pero nuestra abuela era
despiadada e implacable. Poco a poco, mamá se levantó y desabrochó
la blusa. Ya que no estaba usando su sujetador, en un principio,
pensé que era lo que quería demostrar nuestra abuela, sentí mi
corazón detenerse y volver a latir. Desde el cuello hacia abajo, mamá
estaba llena verdugones, algunos sangrando en rojo intenso. Miré a
Cathy y los gemelos. Que, literalmente, contenían la respiración por la
vista. Vi lágrimas en sus ojos. Mi cuerpo entero se tensó y apreté mis
puños. ¿Por qué lo había hecho? Este tipo de castigo era medieval.
Luciendo más superior que nunca, y con mamá a sus pies, la
abuela explicó la razón de los azotes; parecía orgullosa de ello. Treinta
tres azotes por su edad, quince extras para representar los años que
había vivido en pecado con papá. El abuelo le había ordenado hacerlo
y mamá había sido sometida a semejante castigo. Todavía
regodeándose, la abuela advirtió que seríamos castigados si no
seguíamos sus reglas.
Ella empujó la llave de la puerta en manos de mamá y caminó
hacia fuera, con los hombros levantados, haciéndola parecer un
halcón gigante. ¿Qué tipo de una criatura era ella? No sólo había
castigado a su hija brutalmente, estaba ansiosa por mostrarlo como si
fuera un logro. No podría ser cualquiera de su genética en mí, o de mi
abuelo, pensé. Yo detestaba cada célula de su cuerpo miserable y
esperaba que mi abuelo sufriera de dolor en algún lugar abajo, en su
propio infierno.
144
también había una buena docena de comedores retro hechos de fórmica 20.
El piso era como un tablero de ajedrez; aunque algunos de ellos no
funcionaban, había tocadiscos de miniatura en las cabinas y en el
mostrador. En consecuencia, siempre había música pero nada que alguien
de mi edad agradecería.
Charley Martin era el propietario original. Lo inauguró a sus setenta años,
aunque parecía diez años más joven, con su cabello entrecano, peinado
hacia atrás como si él simplemente se hubiera puesto una toallita
húmeda, quizá con un poco de loción. Él era fuerte, con los antebrazos de
un carpintero, ambos brazos con tatuajes que había conseguido en las
Filipinas cuando estaba en la marina. Papá lo llama "Popeye". Él fingió
estar molesto por el apodo, pero pude ver que le agradaba. Amaban
intercambiar historias de la Marina. Por ahora, mi padre se relacionaba
con la estrecha comunidad de trabajadores de la construcción, eléctricos,
empleados de plomería y quienes trabajaron en la maderería de Deutch.
Papá era reconocido, todos sabían acerca de "el proyecto del entierro
Foxworth," qué rápido había sido etiquetado. Cuando pensaba en él, me di
cuenta, ¿qué más podía ser etiquetado?
Era inevitable, supongo, que el nuevo trabajo en la propiedad reviviera las
leyendas y agitara las historias, algunas muy exageradas sobre los años en
los que se había incendiado la segunda vez. Otros hablaron de un anciano
Foxworth que construiría una iglesia privada en la mansión que rivalizara
con la iglesia su antepasado, el evangelista que había construido una
capilla para predicar ahí mismo21.
Ray Pantel, cuya empresa familiar hizo mucho del trabajo eléctrico y
reparaciones en la primera mansión, dijo que su padre había dicho que,
Olivia Foxworth mandó poner tela sobre las patas del piano porque creía
que las patas desnudas eran muy sugerentes. Todos tratando de superarse
unos a otros con historias que describieran el fanatismo de los Foxworth
Capítulo 19
…No fue hasta que mamá nos reunió, todos aturdidos, tuvimos que
calmarnos para que Cathy y yo entendiéramos quiénes “éramos”. No
me atrevo a escribir "lo que fuimos”. Todo lo que sabía y entendía
sobre el bien y el mal en este mundo, me impidió aceptar la forma en
que la abuela nos veía, como semillas del diablo, criaturas del mal.
Como si las palabras vinieran desde sus intestinos, regurgitando
como leche agría, mamá comenzó a contarnos su historia. Ella habló
casi en un susurro. Primero, describiendo cuán horrorosa había sido
su juventud, no sólo para ella, también para sus hermanos que
habían muerto. Sus padres no les permitieron ser personas normales,
no podían nadar porque podrían mostrar sus cuerpos. No podían
bailar porque eso requeriría estar cerca del sexo opuesto.
Los ojos de Cathy se ampliaron con cada ilustración que mamá nos
daba.
—Tú y tus hermanos eran como prisioneros —le dije, intentando
ignorar la ironía de la situación en la que nos encontrábamos ahora.
—Peor. A los prisioneros se les permite tener pensamientos propios.
Mi madre me miraba y preguntaba si estaba teniendo pensamientos
pecaminosos, sucios. Escuchaba mis llamadas telefónicas, leía notas
que escribía en mis cuadernos para la escuela, leía cualquier tarjeta o
carta que llegara a la casa dirigida a mí antes que yo, y si no le
gustaba una palabra o algo, la quemaba antes de que lo leyera. Me
enteraba tiempo después que alguien me había enviado una tarjeta de
cumpleaños o de vacaciones. Puedes estar seguro de que si cualquier
chico lo hizo, nunca recibí los mensajes. No me estaba permitido tener
amigas en mi cuarto sola y si cualquier muchacho se atrevía a venir a
nuestra casa, él y yo teníamos que sentarnos en la puerta de entrada.
No podía incluso llevarlo en la sala de estar
—¿Y tu padre qué hizo con todo esto? —le pregunté.
—¿"Mi padre"? —ella se rió—. En primer lugar, él nunca pondría en
entredicho cualquier cosa que mi madre nos dijera o hiciera; y en
segundo lugar, mi padre era cruel incluso con su propia esposa, tomó
el control de raíces cuando murió su padre y cortejó a la segunda
esposa de su padre, dejó al hijo de la mujer fuera de la herencia.
Cuando su madre murió años después, él vino a vivir con nosotros.
Garland Christopher Foxworth IV, pero mis padres no me permitían ni
siquiera llamarlo Christopher o Chris —sonrió y colocó su brazo
alrededor de mí—. ¿Sabes de quién estoy hablando?
Mi mente empezó a trabajar. Finalmente había venido con detalles.
Por supuesto, Garland Christopher era medio tío de mamá. Siempre
serían considerados parientes cercanos. La palabra gritó e hizo eco en
mi mente: incesto. ¡Era verdad! Éramos hijos del incesto.
Todas las insinuaciones y comentarios tenían sentido ahora. Ese fue
el horrible pecado que mis abuelos vieron a nuestra madre y padre
cometer. Miré a Cathy. Ella no lo captaba tan rápido como lo oía o
bien, simplemente no quería entenderlo. Mamá continuó, describió la
llegada de nuestro padre a Foxworth Hall, nos dijo que se enamoraron
a primera vista. Los dos lo sabían. Su cara se iluminó cuando ella
describió esa sensación.
—Dios sabe que hacía falta amor en nuestra casa. Yo necesitaba
sentir amor, cierta felicidad. Mis hermanos ya habían muerto en
accidentes. Ninguno de mis padres sonrió por mucho tiempo. Todo
cambió cuando su padre vino a vivir con nosotros —nos contó que sus
padres trataron a papá como un hijo por los hijos que habían perdido.
Entonces, me di cuenta que esto soló consolidó e intensificó la furia de
los abuelos sobre el romance que tendría ella con mi padre. Para mis
abuelos, no era sólo su mitad-tío; se había convertido en un hijo, en
sus mentes, un hermano para ella.
—¿No te diste cuenta de que se molestarían, mamá? —le pregunté.
—Por supuesto, ambos lo sabíamos, pero algún día podrán ver y
entender cómo el amor verdadero puede cegarlos ante cualquier cosa,
excepto hacia la persona que amas; nada más importa, sólo tú y tu
felicidad. Por favor, traten de entender, aunque sé que son demasiado
jóvenes para comprender el poder del amor. Por favor, no piensen en
nosotros de otra forma más que dos enamorados. No sólo no
pensamos en el pecado que mis padres nos acusaron de cometer,
ninguno de nosotros podría decir nunca esa palabra. Nunca
pensamos que nada malo podía venir de un amor tan fuerte y puro.
Pude ver de la manera preocupada en la que me estaba mirando,
estaba preocupada, sobre todo si le condenaba, no desde un punto de
vista bíblico sino de uno científico. Por lo que había leído, los hijos de
relaciones incestuosas podrían sufrir efectos secundarios. Quizá
habría cosas que pasarían con nosotros conforme fuéramos creciendo,
pero por ahora, ninguno de nosotros parecía menos que perfecto. Con
mamá en un punto tan bajo, yo ni siquiera me puse a pensar en ello.
Sabía que lo haría, no inmediatamente, más adelante cuando tuviera
tiempo para considerarlo todo.
Otra vez, miré a Cathy. Ella parecía que estaba oyendo una historia
de Romeo y Julieta actual. El dolor, el sufrimiento y toda la
inmoralidad de lo que nuestros padres hicieron fue idealizado. Vi su
mirada soñadora, ¿era la característica de una niña? Mamá realmente
no prestaba atención a las historias que Cathy traía de la escuela,
pero yo sabía que ella ya hablaba de novios. Quizá la historia de
mamá fue más de Cenicienta que de Romeo y Julieta. Papá era como
el príncipe que llegaba a la casa, teniendo en cuenta cómo trataban
los abuelos a mamá. Su amor era ese carro mágico que se convertiría
en una calabaza si lo dejaban pasar. Supongo que nuestra madre vio
en el romance y el matrimonio con nuestro padre un escape de su vida
horrible.
Nunca se había permitido imaginar que ella tendría que volver a esa
vida y llevarnos consigo. Estaba equipada con un par de lentes color
rosa desde su vida temprana, y ahora, podía ver que nunca se las
había quitado. Una vez que se enfrentó al desastre, ella elaboró un
plan para que su padre la perdonarla y revirtiera su desheredación.
Ella se comprometió a hacer todo para quedar en buenos términos. Yo
quería creer que no era tanto por sí misma más que para nosotros.
Entonces, ella me miró otra vez, sospechando de mis "ojos pensativos”
como los llamaban a veces. Insistió en que no había nada malo del
matrimonio con nuestro padre, y a pesar de las predicciones de su
padre, resultamos ser tan hermosos y perfectos. Sí, pensé, tanto como
las muñecas de Dresden. Nuestros padres siempre lo creyeron. Le
aseguré que no teníamos pensamientos contrarios y que si Dios la
hubiera condenado a ella y nuestro padre, no estaríamos tan sanos.
—Tal vez tu madre está enojada porque no somos feos ni deformes —
dije. Ella sonrió.
—Sí, tiene problemas para aceptar que los cuatro son el resultado de
nuestro amor. Murmura que el diablo siempre hace al mal de aspecto
atractivo, pero puedo ver que está teniendo problemas para creer a sí
misma.
—Y no haremos nada malo, para que le sea fácil darse cuenta —dije
— Puedo prometerlo —ella me abrazó y besó, agradeciéndome por ser
tan comprensivo y darle fuerzas para hacer lo que tenía que hacer por
todos nosotros.
Mis palabras parecieron darle fuerza. Es como si ella ya no sintiera
ningún dolor de latigazos. Incluso los gemelos parecían impresionados
con la rapidez que se había recuperado. Ella nos hizo unir nuestras
manos y prometer que nunca de pensaríamos en nosotros mismos
como feos o malos, pero me preguntaba por qué ella nos había llevado
a un lugar terrible con una mujer tan horrible que gobernada sobre
nosotros. Podríamos estar viviendo mejor en la semi-pobreza. Ella
sabía cómo eran sus padres, lo rígidos y crueles que podrían ser.
—¿Cómo no previste todo esto? —sabía que no era de ayuda, pero
necesitaba preguntar, ella sonrió.
—A veces suenas mucho como tu padre, Christopher. Por supuesto,
sabía cuán crueles podían ser, pero pensé que, después de todos
estos años, de soledad y sin ninguna otra familia, se darían cuenta de
lo que habían perdido y habrían cambiado —ella empezó a explicar
cómo la carta de su madre la había llenado de optimismo, pero dijo
riendo hacia mí— yo sé lo que realmente la está desgastando.
—¿Qué? —exigió Cathy. Tal vez, esperaba que algo literalmente la
estuviera desgastando y así ella desaparecería completamente. Mamá
sostuvo su sonrisa como un foco de luz.
—Cada vez que mira a Christopher, ve en él a su guapo padre y cada
vez que te mira a ti, Cathy, ella me ve a mí y su ira cae como un
trueno sobre las colinas.
—Entonces ella siempre va a odiarnos —dijo Cathy, levantando sus
manos—. ¡Vamos! ¿Por qué molestarse? —mamá asintió a
regañadientes.
Por un momento, pensé que iba a empacar nuestras cosas y sacarnos
de este infierno. Pude ver que Cathy pensó lo mismo, nos veíamos
entusiasmados, esperanzados, pero en cambio, mamá siguió con su
plan. Ella decidió que debía ir a la escuela de secretariado y
aprendería todas las habilidades que necesitaba para conseguir un
trabajo decente y comprara un apartamento bastante grande.
Entonces, podríamos mudarnos y tendríamos aunque sea las cosas
básicas. Mientras tanto, quería que nos divirtiéramos, entretuviéramos
a los gemelos y respetáramos las locas normas de su madre.
Como el soñador que era mi padre cuando estaba vivo, mamá moldeó
visiones del futuro, un futuro donde todos cumplíamos nuestros
sueños. Por supuesto, yo sabía que, aunque consiguiera un buen
trabajo y un lugar digno para vivir, cumplir todo lo que queríamos
requería de mucho más dinero. Sin embargo, estaba feliz de saber que
quería llevarnos de aquí. Por un momento, temí que ella no viera todo
lo difícil que era esto para nosotros o que lo ignorara y fingiera. No
pude evitarlo. Quería soñar lo mismo que ella, pero Cathy se puso
repentinamente más realista, preguntándole cuánto tiempo tomaría.
—No espero llevarme mucho tiempo, tal vez un mes —miré
rápidamente a Cathy. ¿Un mes atrapados aquí? Le di mi mejor
mirada de “guarda la calma” y ella no empezó a despotricar y delirar.
Mamá prometió que mientras tanto, conseguiría suficiente dinero para
comprarnos cosas y traérnoslas.
Justo antes de irse, nos dijo que ella estaba igual o más presa que
nosotros, que era peor por estar con su padre, bajo el cercano
escrutinio de la madre.
—Si a penas respiro mal, ellos ya están protestando —conocía tan
bien su técnica. Confiaba en que si sentíamos lástima por ella, no
sentiríamos tanta por nosotros mismos. No dije nada. Mamá era quién
era, pensé. Yo la quería mucho más que cualquier niño podría amar a
su madre, pero no estaba ciego ante su debilidad. Tenía que tolerarla;
me necesitaba para ser fuerte para ella y para todos nosotros, ahora
más que nunca.
Cuando nos fuimos a dormir esa noche, convencí a Cathy de tener
sólo buenos pensamientos. Bromeé con ella de la manera que solía
hacerlo y le prometí que sería la bailarina que soñaba ser. La llamé
“Cathy Doll”, era el nombre artístico que ella esperaba tener. Y
funcionó.
Sí, era como mamá. Sabía cómo hacer que mi hermana cooperara, y
juntos, pensé que podríamos manejar a los gemelos. Yo empezaría por
enseñarles cosas que deberían aprender en la escuela. Me gustaría
que lo hicieran a través de mí. Daríamos a mamá el tiempo que
necesitaba. Finalmente, pensé que todos ya se habían dormido, pero
cuando miré a Cathy, vi que sus ojos estaban todavía abiertos. Ella
estaba pensando demasiado.
—¿Qué? —le pregunté— ¿Sobre qué estás pensando tan duramente?
—Pudimos haber nacido con cuernos y colas.
—No, eso es ridículo —ella se sentó y me miró.
—Pero es por eso que todos tenemos ojos azules y cabello de oro. —
Hay razones científicas para el color de pelo y ojos basadas en la
genética, la herencia. La información científica no es perfecta todavía
— dije. Ahora mismo estaba cansado, muy cansado. Pensar me
agotaría aún más.
—Todavía —dijo Cathy, empujando la esperanza en sí misma—. Si
seguimos sus reglas y ella piensa que somos buenos, tal vez empiece
a tratarnos como sus nietos.
— Por supuesto —dije. Se acostó otra vez.
—Todo estará bien —murmuró, más para sí que para mí.
Miré la puerta y luego a mi pequeño hermano y hermana acurrucados
en posición fetal, teniendo buenos sueños que los niños de su edad
debían. Yo también quería susurrar “todo estará bien”, ero mis labios
no me dejaron. Ni mi corazón.
Capítulo 21
171
hizo algunos pucheros a sí misma, lo que me hizo llamear y luego
preguntó— ¿Cómo ha podido dejarnos aquí todo este tiempo? —No
sentía ganas de explicarle una y otra vez, diciendo que esto puede
significar mucho para nosotros.
—Mamá está haciendo todo esto para garantizar nuestro futuro
—fue todo lo que respondí.
Luego pasaron semanas sin que mamá nos visitara el domingo.
En mi interior, estaba empezando a entrar en pánico, pero hice todo lo
posible para mantenerme tranquilo. Finalmente, ella apareció vestida
con un traje de navegación hermoso y de aspecto caro. Yo había
estado arriba examinando cuidadosamente los libros que quería leer y
oí los gritos abajo. Cathy estaba reclamándole. Cuando bajé, vi a
mamá al borde de las lágrimas; tuve que ayudarla, me miró
desesperada. Estaba entusiasmado con lo hermosa que se veía.
—¡Qué cambio desde que llegamos aquí! —resalte mirando a
Cathy. —Se ve que estás teniendo éxito.
—¡No! —gritó Cathy—-. Esto tiene que parar, odio estar aquí.
Tienes que hablarle a tu padre acerca de nosotros —de repente,
mamá se inclinó hacia adelante, cubrió su rostro con sus manos. Puse
mi mano sobre su hombro, pero ella sacudió la cabeza, y cuando miró
hacia arriba, lo único que vi fue puro terror en su cara. Cathy reunió a
los gemelos con ella y me senté a su lado.
—¿Qué pasa, mamá? —Le pregunté. Ella admitió que no había
sido completamente honesta con nosotros. Pensé no iba a decir por
qué, pero Cathy le exigió.
—La carta que mi madre me escribió cuando le supliqué
ayuda...
—¿Sí? —preguntó Cathy—. Bien, ellos dijeron que podíamos
tomar su ayuda. Después de lo que hemos vivido aquí, podríamos
tomar cualquier cosa.
—Cathy —susurré. Ella me miró apagada y luego volteó
glacialmente hacia mamá.
—Mi padre escribió una nota en la parte inferior de su carta.
—¿A sí?
—Dijo que estaba contento por la muerte de su padre.
—¿Qué? —pregunté.
—Él dijo que la gente malvada y pecadora obtiene su propia
recompensa —estaba a punto de maldecirlo cuando mamá añadió
fríamente— Y que lo único bueno de nuestro matrimonio es que no
habíamos sembrado semillas del diablo.
—Se refiere a los hijos —le dije a Cathy.
—Lo sé, ¿qué no he estado leyendo la Biblia?
—Él considera a su papá malvado y corrupto únicamente
porque se casó con su media sobrina. ¿Cómo podría considerarlo? Su
padre era un hombre maravilloso, bueno —su rostro se volvió amargo
por la rabia—. Sólo su abuelo podría encontrar algo malo en un ángel
—ella prácticamente comenzó a vociferar cada vez que hablaba de él.
Luego se suavizó y nos contó cómo era su plan original para llevarnos
a él, tenía la esperanza que cuando viera lo brillantes que éramos, y lo
talentosa y hermosa que Cathy era, desparecerían sus horribles ideas
sobre la cuestión del diablo en nuestro ser.
—Pero ese fue mi sueño, mi fantasía. No sé qué estaba
pensando cuando lo planeé.
—¿Entonces no vas a hablarle sobre nosotros? —cuestionó
Cathy— ¿Nunca? —bajó la cabeza— Vamos… ¡genial!
—No, no te preocupes —dijo mamá—. Él va a morir pronto —
rogó a Cathy ser paciente. Las lágrimas por su rostro empezaron a
correr— Estamos cerca —decía—, tan cerca —me levanté y la abracé.
Mirando a Cathy, le dije:
—No te preocupes. No estás pidiendo demasiado de nosotros,
no cuando consideramos todo lo que vamos a ganar —Cathy me
observó y sacudió la cabeza, pero mamá estaba complacida y dejó de
llorar. Los gemelos seguían sentados allí, todavía atónitos por la
escena ante ellos. Mamá los abrazó y trató de abrazar a Cathy. Ella
no le devolvió el abrazo, sólo veía el suelo y negaba con la cabeza.
Encaminé a mamá a la puerta.
—No te preocupes —susurré—, cuidaré de ellos.
—Eres tan parecido a tu padre —me dijo mamá—. Tan maduro
y tan fuerte —no hice nada más, me dio la espalda y sólo quedó en mí
la tranquilidad de la suave dulzura de sus labios. Luego giró a la
izquierda y cerró la puerta detrás de ella.
Giré para ver a Cathy. Me contemplaba de un modo que nunca
había notado. Era como si acabara de descubrir quién era yo
realmente.
Qué extraña fue Corrine, pensé. ¿Qué forma de confortar era esa de
besar en los labios a su hijo? ¿Y qué madre podría querer que muriera su
padre hasta el punto de orar para que eso pasara? Esto realmente me
estaba molestando ahora. ¿No pudo encontrar otra manera para
mantenerlos seguros? Una vez que se dio cuenta de lo que realmente iba a
ser para sus hijos y para ella, ¿por qué no abandonó su plan? ¿Cómo
podría dejarlos sufrir así?
No podía dejar de imaginar a esos pobres niños ingenuos, hasta
Christopher, que estaba tan cegado por su devoción a ella, creyendo que
no les tomaría mucho más tiempo. Incluso unas especies inferiores de
animales tenían más instinto para proteger a sus crías. Era antinatural
para una madre poner en peligro a sus propios hijos. Por lo que había
leído hasta ahora, a Corrine, cuyos padres fueron tan fanáticos y crueles,
no le bastaría un cirujano que le arreglara el cerebro para ser lo
suficientemente inteligente como para ver el peligro. Esto era
desesperante.
Me senté allí, hirviendo, pensando sobre ella tanto tiempo que me
sorprendió cuando miré el reloj y vi que ya casi eran las seis; no me había
bañado, cepillado el pelo, ni siquiera sabía qué usar. Salté como si tuviera
resortes debajo, jalé mi ropa y me metí al cuarto de baño. Mis amigos me
habían convencido de que, porque era la novia de Kane, prácticamente mi
existencia dependía de esta fiesta. A pesar de mi actitud ocasional sobre lo
que llevaría, sabía que tenía que lucir especial, saber hacer mi papel. Esto
no era sólo alguna fiesta cualquiera. El dinero y la influencia los hizo una
reconocida familia en América, no de nacimiento, ni de sangre. Los Hill
eran donantes principales a las campañas del alcalde, el congresista,
ambos senadores estatales y el gobernador. Si comprabas un vehículo en
uno de los concesionarios Hill y tenías un problema político que se pudiera
solucionar, el padre de Kane, Crosby Hill, haría una llamada por ti.
Por siglos, no han existido auténticos castillos en América. Sin
embargo, había enormes casas y fincas que rivalizaban con viejos castillos
debido a sus materiales de construcción costosos, piscinas, canchas de
tenis, jardinería y tecnología. La casa de Kane era uno de esos “castillos
novedosos” la gente soñaba con ser invitada. Por unas horas de la noche,
sería como la señora Hill. Mi padre no había hecho ningún trabajo para la
casa. Conocía a los constructores que tenía, y él nunca pasaba delante de
ella sin hacer algún comentario sobre la casa que fue “prácticamente
construida en oro sólido”. Él caminaba y hablaba sobre la calidad de las
tuberías o los nuevos materiales para techos. Hasta ahora, prácticamente
caí dormida escuchándolo, a pesar de que hablaba con pasión. Él era
como un artista que admiraba los logros de otro. Sonreía para mis
adentros, pero no estaba exactamente fascinada con la casa, al menos, no
hasta ahora. Tenía miedo de preguntarle si se comparaba con la
reconstrucción de Foxworth Hall, pero sólo con ver el terreno y la cantidad
de escombros, concluí que Foxworth Hall había sido mucho más grande y,
por supuesto, tenía mucha más superficie cultivada.
Aunque los padres de Corrine no fueron populares y aparentemente
estaban más preocupados con la religión que su estatus social y la
influencia política, no pude evitar creer que llegaron a ser muy
importantes en un momento u otro. Tal vez, Corrine soñó con todo eso, se
vio a sí misma asumir algún tipo de trono, una vez que sus padres se
hubieran muerto, ella heredaría todo. Quizá no fue egoísta, pero tuvo
ambiciosa frialdad después de todo. Realmente probé alejar el diario de mi
mente mientras continuaba mis preparativos. No fue fácil.
No podía dejar de pensar que niños de trece y quince, actualmente,
no hacían más que socializar y eso me hace volver a los niños
Dollanganger, que fueron encarcelados en ese mundo de ático, pero los
niños en aquel entonces también querían ir a fiestas y tenían
pensamientos románticos. Aunque Christopher aún no había escrito
románticamente acerca de cualquier persona, sólo hizo mención a la chica
que le gustaba presionar su cuerpo contra el suyo. Sentí que él había
mirado una chica u otra e imaginado algún tipo de romance. Según como
imaginaba su apariencia, estaba segura de que las niñas estaban
interesadas en él. Cathy ya soñaba con ser tan hermosa como su madre.
¿Qué bien le haría verse así, si estaba encerrada y lejos de otras niñas y
los niños de su edad? Seguramente, Corrine, después de haber caído tan
bajo con las reglas de hierro de sus padres, podía apreciar todo lo que su
hija estaba haciendo.
Desesperadamente, intenté disipar esos pensamientos de mi mente.
Estropeaban mi estado de ánimo, arruinando mi entusiasmo por la fiesta y
estar con Kane. Prácticamente arranqué del armario los pantalones
vaqueros con pedrería de diseñador que había decidido utilizar. Seguí
echando un vistazo al diario abierto en mi cama, murmurando mi rabia
hacia Corrine, sus padres, todo en uno. Iba a añadir algún color con mi
blusa, pero yo estaba en un humor oscuro y decidí usar mi blusa de cuello
tres cuartos, con una sobre tela que se adhería fuertemente a mi torso y
mis caderas. Había pasado un tiempo desde la última vez que la había
usado, y estaba un poco ajustada, especialmente alrededor de mi pecho.
Normalmente no vestía así, pero no me sentía normal de momento. El
maquillaje, sólo decidí que tenía tiempo para ponerme correctamente mi
lápiz labial. Añadí un par de aretes largos con amatista de mi madre, que
tenía imágenes de cisnes. Entonces, justo antes de que tomara mi
chaqueta de cuero negro, decidí ponerme un collar de perlas. Como si una
voz me llamara, cerré el diario y lo lacé debajo de mi almohada. Pude
ahogar el libro, pero las voces estaban pegadas en mi cabeza.
Capítulo 22
con las molduras en las paredes del pasillo y el cuidado con las esquinas
redondeadas, que formaban parte de los acabados cuando se construyó.
Probablemente, otra chica no se fijaría en ello, después de todo era hija de
alguien muy peculiar. Los pisos eran un azulejo español color beige. A lo
largo del camino habían cosas de arte, pequeñas estatuas y figuras que
reconocí eran costosas figuras de porcelana Lladró y Herend.
—No, ella trae a sus tres sobrinas dos veces a la semana —dijo Kane
— . Papá tiene un jardinero que tiene un equipo pequeño, están cinco días
a la semana, pero todos salieron este fin de semana. Me aseguré de que
dejaran un montón de platos, tazas, cucharas de plástico, tenedores y
cuchillos. Habrá poco para limpiar después.
—Espera —dije, él me llevó a la cocina—, no recuerdo que alguien
hablara sobre una fiesta aquí antes.
—Tuve algunas pequeñas reuniones, pero nada de esto —dijo—.
Cuando yo era pequeño, teníamos fiestas de cumpleaños, para mi
hermana y para mí. Sobre todo familiares, tenemos muchos parientes —
agregó— como papá se volvió cada vez más y más exitoso, varias personas
“salieron del maderaje”, como él dice. ¿Qué hay de ti?
—Sólo un tío y una tía. Va a visitarnos el lunes, es el hermano
menor de papá.
—¿Ningún Foxworth sobrante? —preguntó, pero se dio la vuelta
cuando no respondí—. Quiero decir… ¿acaso ninguno ha intentado
ponerse en contacto con tu familia?
—No —se encogió de hombros.
—Probablemente sea una buena cosa —dijo—. Si consideramos la
loca historia sobre los niños en el ático que salieron deformados o algo.
Las palabras estaban en la punta de mi lengua. Quería decirle que
tal acontecimiento, el de los niños en el ático no había sido por su culpa.
Tuve el impulso de defenderlos y decirle que yo no tenía inconveniente de
su parentesco conmigo, pero callé. Seguramente le gustaría saber por qué
tenía esa opinión, y me podría llevar accidentalmente a mencionar el
diario. Comenzamos a sacar los platos, tazas, servilletas y vajillas de
plástico para armar los mostradores donde todo el mundo iría a conseguir
comida y bebida más tarde.
—¿A cuántos has invitado? —le pregunté.
—Unos treinta, creo.
—¿Crees?
No recuerdo. Lo descubriremos cuando comience la fiesta.
Cuando terminamos, me llevó por el pasillo a lo que él llamaba “la
cueva más grande.” Era más como un gran salón de baile en un hotel de
lujo. Dijo que sus padres lo utilizan para sus fiestas, algunas de las cuales
eran recaudadoras de fondos para los candidatos políticos.
—Treinta personas se perderán aquí —dije— ¿Las mesas y sillas
siempre están alrededor de la habitación aquí?
—No, antes de que él y su equipo se fueran para el día, hice que
Curtis mandara ponerlas en el modo que se hace para fiestas. Curtis es el
gerente de la casa y el encargado de jardinería. Conseguiremos que todo
esté guardado en su sitio otra vez antes de que mis padres vuelvan.
—¿Hay un encargado? —sólo sonrió—. Así que por lo que estás
diciendo, ¿tus padres realmente no saben sobre la fiesta?
—Oh, ellos saben. Es su manera de ponerme a prueba, estoy seguro,
—dijo.
—¿Por qué decidiste hacer la fiesta? No puede ser únicamente
porque estás solo en este... palacio —dije.
—Porque quería impresionarte, ¿por qué más? —dijo sonriendo. Yo
lo miraba con escepticismo, pero eso no rompió su sonrisa.
—No necesitas una fiesta para impresionarme, Kane.
—Lo sé, pero quiero cubrir mis apuestas —bromeó, o tal vez no—.
Déjame mostrarte un poco más de la casa —tomó mi mano y me condujo
—
por el pasillo para mirar la sala, el comedor y una guarida más pequeña
con una mesa de billar y paredes llenas de estantes y estantes de libros.
—Rivaliza con la biblioteca escolar —dije.
—Lo creas o no, mi padre sabe cuándo uno falta. Muchos de estos
libros son primeras ediciones. A mi madre le encanta el arte, a papá las
antigüedades. Hay demasiado para mostrar en un solo día, y además, no
quiero compartir tu atención con mucho más. Vamos, todavía tenemos
una hora antes de que lleguen nuestros invitados.
—¿Nuestros invitados?
—Ahora son tus invitados, también —insistió. Él me llevó a la
serpenteante escalera con su barandilla de caoba pulida y alfombra
marrón en los escalones. Todas las habitaciones estaban en la planta de
arriba. Su habitación estaba a la derecha, y la de su hermana estaba justo
abajo.
—Esto es embarazoso —dijo en el momento que entró en su
dormitorio—, mi madre la diseñó para un príncipe.
—¡No es broma! —dije—. Aunque un príncipe podría no tener un
cuarto tan bonito —si tuviera que medir contra todo lo que teníamos, yo
diría que su habitación era tan grande como nuestra sala de estar y
comedor juntos.
La izquierda era un área totalmente separada de su escritorio,
estantes y algunos aparatos electrónicos, incluyendo altavoces para su
propia música. Los pisos se realizaron en un azulejo azul oscuro con
alfombras. Todas las luces eran poco intensas. A la derecha estaba la
puerta de entrada a su cuarto de baño. A través de la puerta abierta, pude
ver una ducha probablemente tres veces el tamaño de la mía. Imaginé que
la puerta conectada al cuarto de baño era su armario. Su cama king-size
estaba hecha de arce oscuro, tenía una cabecera decorada con árboles y
aves, algunas en vuelo, algunos posando en las ramas.
—Una verdadera cabecera
—Mi madre mandó hacerla. Es una ilustración de un libro infantil
que me encantaba cuando tenía cerca de cuatro. Dijo que siempre le
mencionaba que quería dormir en el bosque representado en el libro.
Ahora lo hago. En la parte superior, ¿excesivo, no crees?
—Todo en esta casa está muy por encima de otras, Kane, pero tu
padre ha trabajado duro por esto. Estoy segura que se siente orgulloso por
lo que ha logrado.
—Tienes un montón de compasión en ti, Kristin, incluso para los
ricos.
—¿Por qué los ricos necesitan nuestra compasión?
—Recuerdo lo que dijiste cuando estábamos en el lago de Foxworth.
¿Qué dije?
—Que si yo pensaba que el dinero podía hacerme feliz, cuando te dije
que ellos de seguro lo habían sido por cuánto tenían.
—Eso fue diferente. No todos usan su riqueza para ayudar a otros —
ladeó su cabeza hacia un lado y me miró, mitad bromista, mitad serio.
—¿Por qué tengo la sensación de que sabes mucho más sobre ellos
de lo que has confesado? —no respondí—. Quiero mostrarte algo —dijo y
me internó profundamente en su habitación. Había dos grandes ventanas,
una a cada lado de su cama. Me llevó a la ventana derecha y abrió la
cortina más amplia—. Nosotros estamos mirando al oeste —dijo. Miré en
las hectáreas de árboles, salpicadas aquí y allá con casas, y una carretera
que serpenteaba a lo largo y desaparecía sobre una pequeña elevación.
Había oscurecido, así que las ventanas se encendieron en los hogares y las
linternas del coche parecían ojos de criaturas robóticas deslizándose en la
oscuridad.
—Entonces… ¿qué estamos viendo?
—No lo recuerdo, por supuesto, pero podíamos ver Foxworth Hall
desde aquí antes del último incendio. Los árboles no habían crecido. Había
muchas menos casas entre la mansión y aquí, la mansión se cernía por
—
L
a mayoría de los invitados a la fiesta de Kane lo trataban
como una invitación muy especial. Muchos de sus amigos
cercanos en la escuela, los chicos del equipo y algunas de
las chicas de la
clase también habían estado aquí para eventos mucho más pequeños,
como él había dicho, pero siempre con sus padres en casa. Esta era su
primera vez sin el ama de llaves. Sin embargo, Kane era muy bueno para
proteger su casa, declarando lo que estaba fuera de límites. Quería que
todo el mundo se limitara a lo que libremente llamaba yo el salón de baile.
Las chicas que eran mis amigas también querían ayudar a sacar los
alimentos y bebidas. Kane fue firme en su negativa sobre el alcohol o
drogas y no sólo porque su padre lo hubiera establecido. Recientemente,
Don Hudson, un mayor, tuvo una fiesta que sus padres desconocían, y
uno de los chicos, Ryan Bynes, bebió demasiado y se metió en un
accidente de automóvil cinco minutos después de dejar la casa. Una
anciana resultó gravemente herida y la policía estuvo en la casa de Don en
menos de media hora. Sus padres necesitaron a un abogado.
Una vez que pasó la novedad de estar en una fiesta en la finca más
grande de la ciudad, muchos de los niños se volvieron aburridos y fueron
vagando sin rumbo. Tina Kennedy se me mantuvo con su molesta frase
“¿así que cuándo va a comenzar la verdadera fiesta?" Escuché algunas
quejas de meter alcohol libremente o que alguien pasara “algo”, decían que
era "como una fiesta de la escuela, vigilados”. Ni la música ni la comida
estaban sosteniendo su atención. Una hora después, algunos se fueron a
buscar emoción en otra parte. Antes de las once, la muchedumbre fue
disminuyendo. Unos ya se las habían arreglado por sí mismos. Oí a Steve
Cooper sugerir que un grupo de ellos subieran a Foxworth a dar patadas.
Intervine rápidamente.
—Mi padre ha estado trabajando en la demolición y están retirando
los restos que quedan. Está cercado ahora. Hay un montón de material
peligroso ahí —todos me miraban extraño.
—Lo que sea —dijo Steve.
—Ella debe saber bien lo peligroso que es ahí —dijo Tina. Lana ya
me había dicho que estaba muy celosa de mi relación con Kane
—¿Qué se supone que eso significa? —preguntó Kane saliendo de la
nada y prácticamente se abalanzó hacia ella. Ella retrocedió rápidamente.
—Nada, por Dios —dijo ella—. Iremos a algún lugar divertido
mientras la noche todavía es joven —ella y sus amigos fueron los únicos
que salieron sin dar las gracias a Kane.
—El infierno no tiene tanta furia como una mujer despreciada —
murmuró Kane después de ellos—. Ni siquiera lo preguntes —me dijo
inmediatamente—, ni tenía interés en llegar a primera base con ella.
Lana y Suzette se quedaron para ayudar con la limpieza. Después se
fueron y quedamos solos, Kane dijo que Curtis tendría lista la sala
mañana antes que llegaran sus padres.
—Creo que lo hicimos bien —añadió—, nada roto —vi que estaba un
poco desanimado.
—Fue una gran fiesta, Kane.
—Bien, yo no sé cómo algunos se hacen llamar mis amigos,
esperando que las muchachas les bailaran. Tampoco iba a abrir el bar de
mi padre, lo dejé claro todos los días. No viste, pero el idiota de Barsto
trajo algo que estaba pasando alrededor. Lo invité a irse —Oh, cómo me
perdí eso.
—Probablemente, ha sido la fiesta que ha terminado más temprano
este año.
—No para nosotros —dije y por un momento miró extrañado hacia
mí, entonces sonrió.
—¿Cuál es tu toque de queda?
—Mi padre nunca declaró uno. Él depende de mi responsabilidad. Sé
que estará esperando arriba no importa qué, por lo que no quiero
empujarlo a desconfiar, pero otra hora no hará ningún daño.
—En ese caso... —Comenzó a apagar las luces y tomó mi mano para
guiarme a “la cueva”, donde había la mesa de billar, libros, y otro de lo que
debe ser al menos una docena de televisores. Había un sofá de cuero muy
cómodo, suave. Nos sirvió algo de gaseosa de jengibre, que era lo que
habíamos estado bebiendo toda la noche y se sentó a mi lado —no debí
molestarme con la fiesta —dijo—. Lo único que quería aquí era a ti
—No todo el mundo fue un asco, Kane. La mayoría pasó un buen rato
—Pasé demasiado tiempo siendo un anfitrión. Creo que ni bailamos
tres veces.
—Tienes razón, fueron dos —tomó su gaseosa y me miró.
—Creo que me di cuenta de lo que es diferente en ti, Kristin.
—¿Y qué es?
—Eres más madura. No en una especie de ponerte a ordenar. Eres
más estable y segura. No eres arrogante sobre ello, pero estás a cientos de
millas por encima de tus amigas, por encima de cualquier otra chica en la
escuela, de hecho. Eso me intimidaba, pero ahora lo encuentro fascinante.
Me siento más maduro estando contigo —bajó su bebida—. Dah, ahora me
escucho estúpido.
La primera cosa que vino a mi mente fueron sus palabras y pude
imaginarme a cualquier chica diciéndole lo mismo a Christopher.
—Suceden cosas que te obligan a ser más maduro de lo que uno
quisiera, Kane.
—Sí, ya sé. Tienes razón. Lo lamento por esto, pero siento que no
eres quien dices ser. Pienso que puedo confiar en ti, depender de ti, estar
seguro de estar contigo, y no puedo decir sobre cualquier otra persona en
nuestra escuela.
Tomó el vaso de mis manos y me besó con tanta pasión que pude
sentir un zumbido viajando hacia mi espina dorsal y despertar la energía
sexual en mí, abriéndome como una flor que tiene muchas ganas de
florecer, una flor al deleitarse con la luz del sol. Sus manos se movieron
por mi cuerpo gentilmente. Nos tumbamos y entonces empecé a deslizarme
debajo de él. Fue besando mis mejillas, mi cuello antes de volver otra vez a
mis labios, como si ese beso le diera combustible, la energía, el permiso
para volver a mi cuello y mis hombros, con sus manos suavemente levantó
mi blusa y sus labios trazaron una línea a lo largo de mi estómago y hacia
arriba, sobre mis pechos.
—Kristin —susurró—, no puedo dejar de soñar contigo.
Sus dedos desabrocharon mi sujetador y lo levanto lentamente de
mis pechos, tocando mis pezones con la punta de su lengua. Pude
sentirme cayendo más y más hacia abajo en el lugar donde la resistencia
se debilita. ¿Iba a ser esta mi primera vez? Su dedo fue a los botones de
mis vaqueros. No lo detuve, pero no pude evitar el sollozo pequeño, la
tensión que entró en mi cuerpo y simplemente me congeló. Se detuvo.
—¿Hasta dónde quieres ir? —preguntó suavemente. Tenía la
sensación que era una pregunta que no se había molestado en hacerle a
otras chicas con las que había estado—. Estoy preparado —añadió.
—No tan rápido. Todavía no —dije.
Murmuró algo, me besó con rapidez en los labios y me miró
pensativo.
—¿Qué? —pregunté.
—¿Qué hace más fácil para una muchachas tomar esta decisión?
—¿Nunca es un problema para los hombres?
—Es que si no pensamos en el futuro y conseguimos ambos
problemas.
—Las mujeres no siempre entran en tal dilema, Kane.
—Lo sé, pero el riesgo es mucho más grande, ¿no crees?
—Te has contestado tu propia pregunta.
—No realmente. Entiendo que algunas muchachas no quieran
hacerlo con sus novios porque no se sienten preparadas, pero eso no
responde todo. —Tal vez, deberías asistir a sesión de la clase de salud de
las chicas —dije.
—No estoy seguro que la Sra. Kirkwood me dejaría.
—Hay muchas respuestas, supongo. Cómo están educados es una.
Algunas chicas piensan de ello como un logro, un paso a la madurez o
algo. —¿Tú no?
—Lo veo como un compromiso. No, no quiero que me des un anillo
de compromiso, pero no quiero solo “conectar”. Conozco a algunas chicas
que piensan que ser ocasionales al respecto las hace igual que los hombres
—él asintió con la cabeza.
—Supuse que tendrías una respuesta inteligente. No —dijo,
sosteniéndose en sus manos y se levantó—, no pediré que lo intentemos
otra vez o que te quedes —nos miramos el uno al otro, y luego nos reímos
de la tentativa de la psicología inversa obvia. Al menos no era tan ordinario
e inmaduro como la mayor parte de los muchachos que conocía en la
escuela.
—Adivino que debería irme —dije. Me arreglé, me registré en el baño
más cercano y le acompañé en la cocina.
—¿Te puedo llevar algún sitio mañana por la noche? ¿A comer o ver
una película?
—Comprobaré mi agenda —pareció atontado—. Sólo es broma, Kane.
Sí me gustaría —asintió.
—Tenía razón acerca de ti. Eres diferente.
Tomó mi mano y me llevó hacia fuera al garaje. Me abrió la puerta
del coche y entré. Retrocedimos y comenzó por el largo camino de la
entrada. Tal vez yo sí era diferente, pensé. Quizá, era porque estaba tan
fascinada con el diario de Christopher. Pensaba demasiado. Analicé todo y
siempre tuve miedo de que mis fantasías me hicieran muy vulnerable. No
estaba dispuesta a perdonar a las personas, especialmente los hombres,
sus pocos defectos, sus pequeñas faltas. ¿Estaba bien esto, o terminaría
sola en algún cuarto tan desanimada como Christopher en el ático?
Capítulo 24
P
incluyendo los espacios dedicados a cables y tuberías. La
necesidad de una gran cantidad de espacio en el ático no se
consideró cuando construyeron la casa y poca gente
realmente utiliza sus áticos para algo más que almacenamiento.
Sólo porque las cosas de mamá siguen ahí, papá mantiene cuidado
del espacio. Él no permite que se convierta en "una reserva de insectos o
murciélagos", ni permite que haya demasiado polvo. Una vez al mes, sube
(a menudo voy con él) y abre las dos ventanas, limpia el piso y los muebles
almacenando el varío, se asegura que las cosas de mi madre no sean
"comida de polilla". Todo se mantiene tan limpio y organizado como lo
habría estado en su dormitorio.
Me preguntaba por qué la familia Foxworth guardaba todas sus
cosas ancestrales, cuadros, ropa, viejos tocadiscos y cosas similares. De la
manera que Christopher había descrito la condición, incluyendo los libros
plagados de insectos, estaba claro que no había lazos emocionales a
cualquier cosa. Quizá los fanáticos religiosos pensaban de esa forma, que
era pecaminoso tirar cualquier cosa. O tal vez, se aferraban a esos
recuerdos agonizantes; es lo que mi padre dijo, la mayoría de la gente
ahora se encargaba de reformarlo.
Abrí el armario grande y comencé a examinar cuidadosamente los
vestidos de mi madre. Los más caros estaban a la derecha. Sólo tengo muy
vagos recuerdos de cuando los usó, pero para mí, sólo destacó uno. Sabía
que era un negro clásico, algo que parece nunca pasará de moda. Tenía un
escote asimétrico, sin mangas, con una falda lápiz. Me despojé de mi
sujetador y bragas, y me lo puse. Mis pechos eran tan grandes como
habían sido los de ella, y mi cintura y las caderas eran casi idénticas.
Tenía una cremallera oculta. Pensé que nuestra talla de zapato sería
dramáticamente diferente, pero cuando me resbalé en sus plataformas las
encontré bastante cómodas. Entusiasmada con el vestido, me lo quité,
volví a ponerme mi ropa y bajé a colgarlo en la ventana, para que tomara
un poco de sol y aire, para darle cierta frescura.
Realmente no necesitaba nada más. Reflexioné sobre qué joyas
usaría, qué bolso me gustaría tener, y cómo llevaría mi pelo, y luego
intenté volver a mi tarea. Era casi imposible hacerlo. El subir a mi ático y
pensar en todo, sentí un deseo aún mayor por volver al mundo de
Christopher. Pensé que sería bueno llevar el diario a la planta baja, comer
algo y leer por unas horas en la sala de estar. Cuando me senté en la mesa
de la cocina, vertí limonada en un vaso, le mordí a mi sándwich de jamón
y queso, y di vuelta a la página.
..Mamá estaba emocionada acerca de mi plan para arreglar el
ático, pero no tenía ilusiones acerca del por qué. Supongo que ella lo
vio como otra forma de mantenernos ocupados y distraernos de la
situación en la que estábamos todavía revolcándonos. Cada vez que
ella venía a vernos después de sus clases de escuela de secretariado,
traía más materiales, crayones, pinturas, algo que nos animara a
seguir con "este importante proyecto".
Como siempre, añadía el hecho de que lo que estábamos
haciendo impresionaría a nuestra abuela, y no sólo le ayudaría a
recuperar el afecto de sus padres, también para convencer a su madre
de que no éramos "engendros del diablo." ¡Oh, cómo odiaba Cathy
cuando ella pronunciaba esas palabras! ¿Cómo podía nuestra propia
madre dejar que su madre nos dijera así y describirnos como tal? ¿Es
que alguna vez habíamos hecho algo pecaminoso? "Sobre todo
Christopher —mamá replicaría— ¡Él no haría trampa incluso en un
examen escolar!”
Ella tomaría esa mirada triste, simpática apariencia y
describiría que era más doloroso para ella que para nosotros.
—Lastima mi corazón y también la memoria de tu querido
difunto y maravilloso padre cuando ella pronuncia esas feas
palabras. Deberías ver la manera que me mira a veces. Es suficiente
para que a cualquiera se le rompa el corazón en pedazos.
Cathy era muy escéptica. Preguntando siempre por qué vestía
ropa nueva y hermosa, quién la compraba, que si ella tenía una gran
variedad de zapatos. “¿Cómo podrían odiarla tanto y aun así gastar
en ella?”
—Es sólo porque me estoy adaptando a mí misma —nos dijo—.
Mi padre respeta el trabajo duro y la ambición. Por supuesto, yo odio
el trabajo escolar, pero lo soporto todo por ustedes.
—¿Tienes un buen profesor? ¿Estás encantada con él? —
pregunté. Por la manera en que ella describía algunas cosas de sus
clases, me hizo pensar que él coqueteaba con ella.
—Oh, tengo una mamá gallina como profesora. No es que ella
piensa de sí misma como tal. Tiene un seno que entra en la habitación
dos minutos antes de que ella lo haga enteramente, y no es tímida a
la hora de ponerlo en las caras de sus estudiantes masculinos,
especialmente de un hombre en particular. Creo que le molesta que él
me mire más a mí que a ella con todo y su alarde. Ella es en realidad
un poco desordenada acerca de su apariencia. Yo podría enseñarle
una cosa o dos acerca de maquillaje y peluquería, si me dejara.
Cathy estaba sorprendida de que tomara clases con los
hombres. “¿Por qué los hombres quieren ser secretarios?” Mamá
explicó que estaban ahí como escritores, periodistas, que necesitaban
dominar la mecanografía. Describió cómo algunos de ellos se
inclinaban sobre ella para ayudarla, mientras yo me preguntaba
cuánto se iba a concentrar en su propio trabajo. Si había algo que
capturara la atención de mamá era que un hombre se fijara en ella. A
menudo me pregunté por qué a papá no le molestó. A mí sí.
—¿Y estás pensando en tener citas con alguno de ellos? —las
palabras salieron bruscamente y Cathy me miró sorprendida por un
momento, pero luego asintió.
—No, no, por supuesto que no.
Luego describió a uno de los hombres, que era tan pequeño y
delgado que ella sola podría llevarlo fuera de la habitación. Después
habló sobre papá de nuevo, acerca de cuán guapo fue y cómo todavía
estaba tan vivo en su memoria. Ella me dijo que pasó la mayor parte
de las noches llorando y pensando en él y cuán cruel había sido su
temprana muerte
—Debió ser más cuidadoso y haber proporcionado una red de
seguridad de financiación. Él debió pensar en mí —ella gimió. Nos
miró fijamente y se dio cuenta de lo que había dicho—. Quiero decir,
de todos nosotros.
—Él no sabía que iba a morir —dijo Cathy airadamente.
—Nadie realmente —dijo mamá—. Yo no estoy culpándolo, es
sólo que... estoy molesta por lo que he tenido que hacer. Pero no se
preocupen, lo tengo todo bajo control. Vamos a estar bien. Todos
estaremos bien.
Ninguno de nosotros dijo nada. Se puso su máscara de sonrisa
que yo odiaba ver en su rostro y luego de girarse y besar a los
gemelos, besarme y abrazar a Cathy, nos mantuvo abrazados con
ambos brazos. Por unos momentos, no pude decir nada alentador
después de que se marchó. Cathy me miró.
—¿Qué?
—Nada, Christopher. Yo no tengo algo que decir que quieras
escuchar —dijo y continuó arreglando el ático.
Pronto dejaríamos todo esto atrás. Para volvernos aún más
entusiasmados con nuestro trabajo de decoración, mamá comenzó a
traer libros de arte y oficios. Era mi responsabilidad ejecutar el trabajo
como si estuviéramos todos en un aula del jardín de niños, con Cathy
como mi asistente y yo como profesor de los gemelos. Al principio, los
gemelos comenzaron a rebelarse. No les gustaba sentarse durante
mucho tiempo en el escritorio y recibir instrucciones. Entonces, con
todo el material adicional y sugerencias de mamá para hacer los
animales, se volvió un poco complicado. Empecé a pensar que
podríamos continuar con todo esto, dando a mamá el tiempo que
necesitaba para dominar las habilidades secretariales y conseguir un
buen trabajo después de todo.
Pero Cathy comenzó a cuestionar más y más acerca de su
propio progreso escolar, su escepticismo comenzó a infiltrarse en mi
muro de la esperanza y colocó agujeros en mi optimismo. Yo sabía que
algo no estaba bien, pero no iba a sugerirle tal cosa a Cathy. Ella
estaba colgando de un hilito. Además de la imposibilidad de estar
fuera, en una escuela donde ella podría mezclarse con otros
estudiantes, amigas y ligar con chicos, tenía que ser una madre de
alquiler con los gemelos y unirse a mí para cumplir con nuestras
tareas.
El último viernes de cada mes teníamos que desvestir la
habitación y limpiar el baño al amanecer; a continuación,
arrastrábamos a los gemelos soñolientos al ático y ahí teníamos
nuestro desayuno, cereal frío, mientras las criadas estaban abajo
obedeciendo órdenes que ladraba la abuela. Cathy preguntaba por
qué ellas nunca se daban cuenta de que habíamos estado allí.
—¿No nos sienten? Hay olor a nosotros, supongo que nos han
oído. Es como si no existiera nadie más —dijo—, como si fuéramos
fantasmas.
En realidad, pensé que era una idea interesante. Después de
todo este tiempo solo con mi hermano y hermanas, yo no podría seguir
mis propios intereses del modo que solía, incluso cuando estábamos
luchando después de la muerte de mi padre, estaba por encima de
fantasear un poco. Nada de esto existía en el mundo real, me dije. ¿Y
si cuando entramos Foxworth esa noche, nos habíamos cruzado en la
pesadilla de alguien más? Es que, prácticamente, éramos invisibles
para los demás. Nuestra abuela era una bruja poderosa que agitaba
sus manos sobre nosotros y nos convertía en sólo la sombra de lo que
habíamos sido. Tenía poder de vida o muerte sobre todos nosotros,
incluyendo a mamá. Habíamos caído en un túnel mucho más oscuro
que Alicia en su país de las maravillas.
—¿Sobre qué piensas tanto? —Cathy me preguntó. Por un
momento, sentí que me había pillado haciendo algo que no debería.
Luego sonreí.
—En todas las cosas maravillosas que tendremos y hagamos
una vez que estemos fuera de aquí —dije. Me miró decepcionada por
un momento y luego dijo algo que me dolió más de lo que ella podría
imaginar.
—Si había algo que creía seguro, Christopher, era que tú no eras
un soñador como yo. O más importante, como mamá. Dependía de ti.
Ahora me siento sola.
Qué triste para ella, pensé, pero la fantasía de Christopher sobre ser
invisible fue interesante, no porque yo era una fan de ciencia ficción o algo
por el estilo. No lo tomaba literalmente, pero podía entender por qué los
niños, especialmente los niños que una vez fueron objeto de tanta
atención, sintieran que desaparecían en tal aislamiento impuesto
severamente. Lo único que podían hacer, era intentar mantenerse felices
en su mundo hecho de esperanzas, un ático viejo sofocantemente
decorado, lleno del olvido de las cosas y personas. No era difícil de creer
que estaban empezando a sentir que podrían ser olvidados. En cierto
sentido, estaban viviendo en un cementerio.
Mis profundos pensamientos fueron golpeados por el sonido del
timbre de la puerta. Sabía que no era mi tío Tommy, él no llegaría hasta el
lunes. Me incliné, separé las cortinas y pude ver a Lana y Suzette. Por
unos instantes, pensé que podría hacerles creer que no estaba en casa.
Apretaban el botón una y otra vez. Estaban golpeando también. Sabía que
ambas podían ser como bulldogs cuando estaban decididas. Me levanté,
miré el diario y rápidamente lo escondí debajo de una pila de revistas
antes de ir a la puerta. El teléfono ya estaba sonando.
—Oh, pensamos que estarías en casa —dijo Lana—. Vimos Kane con
Ryan en el centro comercial almorzando y nos preguntamos por qué no
estaba contigo.
—Les dije que saldríamos esta noche —dije, sonando un poco más
irritable de lo que quería. Sonrieron.
¿Por qué de repente veía a mis amigas tan inmaduras y sin
importancia para mí? Ahora, salir con ellas era una distracción, una
pérdida de tiempo. Nada que pudiéramos hacer juntas tenía algún
significado. ¿Qué sabían ellas acerca de verdadero sufrimiento? Para ellas,
los niños encerrados en un ático era sólo otro cuento de Halloween.
—Lana dijo que pensó que te volverías un poco esnob —declaró
Suzette. Yo todavía no había retrocedido para invitarlas a pasar.
—¿Por qué?
—Por algún motivo te apresuraste a colgarme el teléfono —dijo Lana
— . Siempre nos decimos todo y nos preocupamos por las opiniones de las
demás, ¿De repente, Kane Hill está fuera de los límites? Nunca hubo nada
fuera de los límites entre nosotras.
—No quise dar esa impresión. Yo tenía cosas que hacer —ni sonreían
ahora y tampoco me creyeron.
—Bueno, ¿pasaste o no la noche en casa de Kane después de la fiesta?
—Ya dije. Eso es una mentira estúpida de Tina Kennedy que se está
extendiendo
—Bien, si no hablas con nosotras y nos dices lo que realmente
sucedió ayer por la noche, ¿cómo seremos capaces de defenderte? —
preguntó Suzette, como si yo fuera la que estaba difamando.
—Entren —dije con un largo suspiro—, no estén ahí paradas
haciendo pucheros como niños pequeños —me miraron, se echaron a reír
y entraron.
—
Me estoy muriendo de sed —dijo Suzette, deshaciendo la capa de
hielo que se había formado entre nosotras.
—Y estoy muriendo de hambre. No comimos nada en el centro
comercial.
—Una vez que vimos a Kane pasar el día con Ryan en lugar de ti,
pensamos que mejor debíamos comprobar todo este asunto —Suzette
añadido y se apresuró a la cocina.
Siempre hacíamos así en casa de la una y otra, abrir neveras,
encontrar cosas para comer en los gabinetes, mirar cualquier revistas que
estuviera en la mesa, inspeccionar las habitaciones, actuando como si
todas viviéramos en la casa que nos encontrábamos en ese momento. A
menudo, podríamos ser más como hermanas. Nos habíamos probado la
ropa de la otra, prestado casi todas las cosas y compartíamos secretos e
historias que podrían, al menos en su caso, no complacer a sus padres si
se enteraban. Hasta ahora, nada parecía demasiado personal para
compartir, especialmente nuestras pocas experiencias románticas. Me
ayudó a hacer bocadillos para ellas y entonces hice una taza de té con una
galleta para poder sentarme y comer algo con ellas.
—¿Y bien? —preguntó Lana después de darle un mordisco al
sándwich—. Investiguemos lo que la mente quiere saber.
215
—
—Siento decepcionarte —dije— fue un PG-13 27 todo el camino. No
estuve mucho tiempo ahí después de que todos se fueron —ambas
parecían desilusionadas.
—Con su reputación, pensé que seguramente querría “cruzar el río”
—dijo Suzette
—Quizá esta noche —añadió Lana, sonando esperanzada.
—¿Y eso es en lo único que piensan? —dije.
—¿Y tú no? —Dijo Suzette repeliendo el ataque—. De repente tienes
ocho años otra vez
Lo pienso, pero no es todo lo que abarca mi mente.
—Tampoco es lo único que pensamos, Kristin, pero no hace mucho
tiempo que hablamos sobre ello.
—¿Qué tan lejos llegaron anoche? —preguntó Lana, más como una
exigencia.
Ella tenía razón. Las tres lo habíamos hablado a menudo. Estaba
segura de por qué estaba siendo tan defensiva. Me miraban fijamente, en
silencio.
—Creo que hablábamos de ello todo el tiempo porque no éramos
realmente serias acerca de cualquiera de los muchachos. Era algo
abstracto.
—¿Eh? —exclamó Lana—, vuelve a hablar inglés —ella tiró del lóbulo
de su oreja.
—Supongo que lo que intento decir es que cuando te gusta alguien,
me refiero a realmente alguien como él, te sientes diferente al hablar de los
detalles íntimos, incluso con tus mejores amigos. ¿Eso tiene sentido?
Ellas sólo me miraron.
—No —declaró Lana finalmente—, no es así. Hemos compartido
cosas que no les decimos a nuestras propias madres. Nada es sagrado
227
—Sí, Madame Valedictorian28 —dijo bromeando.
Hablamos durante unos minutos en su automóvil antes de estar en
la entrada de mi casa. Le agradecí por la cena otra vez, pero él insistió en
agradecerme a mí, diciéndome que yo había hecho que la cena valiera la
pena, no el restaurante.
Nos besamos, fue un beso largo, pero suave, cálido y lleno de
promesa, luego me llevó a la puerta y me besó otra vez; susurró "Buenas
noches. Sueña conmigo, por favor. Sé que yo soñaré contigo”.
Seguí viéndolo hasta que llegó a su carro. Hizo una pausa, me dio
esa sonrisa tentadora y se deslizó detrás del volante con gracia. Abrí la
puerta y entré. Allí estaba mi padre esperando en la sala de estar,
haciendo su usual actuación pretendiendo estar demasiado interesado en
algo en la televisión como para ir a la cama.
¿Bien? —dijo, girando hacia mí— ¿Todo estuvo tan bien como
parecía?
—Sí, al menos para mí.
—¿De verdad? —me miró pensativo—. Bueno, me alegro por ti,
entonces, Kristin. Te mereces cosas buenas.
—Y tú, papá.
—Oh —dije— no está lloviendo. Al parecer, fue sólo una pequeña
llovizna y el cielo está despejado. Kane quiere llevarme de picnic mañana.
—Clima loco. He oído que estaremos diez grados por encima de lo
normal mañana. Picnic a principios de noviembre… supongo que lo
disfrutarán. ¿A dónde irán?
—Pensábamos ir al lago Foxworth, si está bien para ti.
—¿El lago de Foxworth? Hay varios tipos de maleza.
—Es interesante. Kane piensa así. Supongo que yo también, ¿está
28 Estudiante con el más alto rango académico en una clase que entrega el discurso de
despedida en la graduación
—
bien?
—Sólo se alejan de la obra y los restos. Hago separar con una cerca
todo esto, pero hay todavía mucho para hacer alrededor de ello.
—De acuerdo —dije, besándolo y deseándole buenas noches. Subí
con prisa para ir a la cama.
Sin embargo, el pensamiento de volver a Foxworth, me llevó al diario
de Christopher segundos después de que me había cepillado los dientes y
deslizado debajo de la manta. ¿Era un desafío? Era casi como si llegara a
donde había estado mi familia, familia perdida, casi como si fueran
atrayéndome hacia ellos con este diario y lo que habían dejado atrás, sobre
todo los secretos.
…Tal vez, porque no tenía muchos desafíos intelectuales que
hacer o cómo hablar con los adultos, comencé a pensar más acerca de
nuestra abuela. ¿Qué la había convertido en el monstruo que vimos?
¿Fue simplemente el casarse con un hombre muy duro, fanáticamente
religioso? ¿Cómo fue su juventud? ¿Cómo llegó ella a casarse con un
hombre? ¿O fue ella quien le indujo?
Varias veces, Cathy y yo la atrapamos espiándonos. Ella abría un
poco la puerta y nos observaba como si estuviera esperando
encontrarnos haciendo algo impío que nos hubiera prohibido.
Entonces, comencé a pensar que tal vez ella realmente ahora tenía
curiosidad sobre nosotros, no pensando en hacernos mal, pero
preguntándose cómo podíamos ser niños atractivos e inteligentes y ser
nacidos de lo que ella llamaba “un acto pecaminoso”.
Incluso me preguntaba si ella no creía que cambiaríamos de
forma o algo, que nos convertíamos en otras criaturas, una vez que la
puerta estaba cerrada. Raramente nos espió cuando estuvimos en el
ático. Un día, mamá nos dijo por qué su madre no estaba interesada
en subir la estrecha escalera hasta el ático. Dijo que era claustrofóbica
ya que ella había sido encerrada en un armario cuando era una niña.
Al parecer, fue una forma de castigo que sus padres habían utilizado.
Entonces, nuestro encierro no le era tan desconocido.
Cuando ella se enfrentaba a nosotros, estaba obsesionada con
preguntas sobre nuestra sexualidad. Había llegado a ser casi un
canto religioso para ella. ¿Tocamos nuestras partes íntimas? ¿Nos
miramos el uno al otro desnudos? ¿Niños y niñas usan el baño
juntos? Hacía las preguntas como un interrogador de la policía,
pidiendo respuestas rápidamente con la esperanza de atraparnos en
la mentira o que uno de los gemelos confesara algo pecaminoso que
estuviéramos cubriendo. —Apuesto a que su marido nunca la ve
desnuda —le dije a Cathy—, no creo que él quisiera.
—¿No comparten una habitación?
—No lo sé, pero si lo hacen, probablemente ella se pegue la ropa
interior.
Los ojos de Cathy se iluminaron. Por fin teníamos algo ridículo.
—No, la tiene clavada —ella dijo.
—¿Cómo tendrían hijos? —reflexioné.
—Con los ojos vendados —sugirió. Pensé que era una idea
inteligente. Los gemelos pensaban que habíamos enloquecido. No
tenían idea de lo que nos hacía reír mucho. Una vez, mientras estaba
pintando, necesitamos agua y Cathy bajó las escaleras corriendo por
ellas. Cuando regresó, describió cuán enojada estaba nuestra abuela
sobre que ella me obedeciera.
Olivia le advirtió acerca de ser tan obediente y seguir mis
órdenes. Cathy dice que la abuela le comentó que yo sabía más sobre
el mal que mi hermana, porque el macho de la especie nació sabiendo
mal, y sólo le llevaría a la condenación.
—Ja —dije—, tanto para su estudio de la Biblia. Adán no fue el
que escuchó al diablo en el paraíso, fue Eva. Obviamente nunca leyó
Macbeth de Shakespeare, fue Lady Macbeth quien consiguió a matar
al rey. Nuestra abuela es completamente opuesta a la verdad. Las
mujeres tienen una influencia mayor en los hombres que los hombres
sobre las mujeres. ¡Mira cuánto consiguió mamá gracias a papá!
—Tú podrías decirle todo eso, yo no —dijo Cathy—. Si ella dice
qué es bueno para mí, lo hare —Cathy asintió con la cabeza, pero
pensé que su mirada era un poco diferente. ¿Ella lo creía así?
¿Esperaba que algo malo vendría de mí? Cuán fácil es sembrar
sospecha, pensé. Tal vez nuestra bisabuela había hecho lo mismo con
nuestra abuela Olivia, y ahora ella lo estaba pasando a nosotros.
Bajé el diario y pensé en las ideas que la abuela le había puesto en la
cabeza a Cathy sobre Christopher y los hombres en general. Ella me
parecía demasiado joven para comprender, y aún de la manera que
Christopher lo describió, pensé que fue en ese momento donde se volvió
más consciente de su propia sexualidad incipiente. Seguramente fue difícil
para una niña de su edad, estando tan limitada y rara vez teniendo
oportunidad para hablar con su madre en privado.
A pesar de que Christopher había dejado claro que ni él ni Cathy se
avergonzaban de su desnudez porque su madre no estaba avergonzada de
ella, tenía que llegar un punto donde se sintiera diferentemente.
¿Christopher lo revelaría? ¿Cathy diría algo para avergonzarlo o hacerle
sentir culpable?
Lana, Suzette y yo nos revelábamos cosas muy íntimas acerca de
nosotras mismos unas a otras. A las tres nos hacía sentir mejor sobre
nuestra persona, nuestros cuerpos y nuestros sentimientos para saber que
todos tenemos pensamientos y experiencias similares. No maduramos al
mismo tiempo, pero los cambios nos comenzaron a ocurrir a cada una de
forma casi igual. Lana fue la última de las tres en tener su primer período,
pero Suzette y yo habíamos descrito lo suficiente para que ella supiera
exactamente qué esperar. Entre las madres de Suzette y de Lana, la de
Lana parecía ser la más mojigata y reacia a responder preguntas y discutir
las cosas. Lana dijo que ella prácticamente de había cerrado a decir “vas a
aprender sobre esto en la escuela.” Yo le dije más cosas que mi tía Bárbara
me había dicho. Ella comparó notas y reveló fantasías sexuales, sonriendo
sobre el tiempo.
El punto era que, tenemos cierta confianza acerca de nosotras
mismas. Nunca tuvimos miedo de lo que estaba sucediendo. Nunca
sentíamos que estábamos colgando por ahí en algún tipo de salvaje
montaña rusa de emociones. ¿Cómo habría sido estar en un ático con mi
hermano, un hermano mayor y hermana, una madre que prácticamente
nunca estaba y una abuela que quería creer que su propio cuerpo era un
vaso del pecado? Nadie que no hubiera estado allí con los niños,
especialmente con Cathy y nadie que no tuviera este diario tendría alguna
idea de lo que provocaría su madre al encerrarla en un ático justo cuando
estaba a punto de volar su feminidad.
Había diferentes clases de lágrimas en mis ojos cuando recogí el
diario otra vez, lágrimas de compasión y piedad y lágrimas de rabia, tantas
que no creía poder leer otra página, pero tomé aliento, limpié mis ojos y di
vuelta a la página. Desde las primeras líneas, parecía que tal vez había
algo de esperanza.
Capítulo 27
D sorpresa cuando la abuela Olivia entró en la espués de
esta tarde, todos nosotros miramos con
habitación. Excepto para espiarnos, ella rara vez
aparecía en cualquier momento, casi siempre en el desayuno,
almuerzo o cena. Ninguno de nosotros se quejaba de no verla, pero no
pude evitar preguntarme si no estábamos siempre en su mente de una
manera u otra. Creo que ella estaba convencida de que nos había
escondido bien, pero incluso si uno de sus sirvientes sospechaba algo,
yo dudaba de que él o ella alguna vez se atrevieran a cuestionarle
acerca de ello. Parecía tener control de todo y de todos los que
estaban relacionados a esta mansión. Por supuesto, eso hacía que yo
mismo me hiciera preguntas, preguntas que nunca diría en voz alta
frente a Cathy.
Si nuestra abuela tenía mucho poder, ¿Por qué no simplemente
le decía a su marido que nosotros estábamos aquí y que de ese modo
sería? ¿Cómo podría un anciano enfermo presentar mucha oposición?
A mí me parecía sana y fuerte. Seguramente depende de ella para
cada bocado que come y todo asunto que tiene que ser hecho
legalmente para la familia Foxworth. Probablemente todo fuera cierto,
me dije, pero quizá quería vernos sufrir, castigar a mamá y probarnos
para ver si éramos tan malos como sospechaba. ¿Cuánto tiempo
necesitaría para satisfacerse?
¿Qué no había pasado ya bastante tiempo? ¿Qué más quiere
ella de nosotros y de mamá? ¿Era su manera de asegurarse que
seríamos condenados después de todo? ¿Qué niños en nuestro apuro
no habrían roto una o varias de sus reglas preciosas ya? ¿Siempre
está ahí afuera, al otro lado de esa puerta esperando para saltar?
Ella no nos puede odiar, no nos conoce, pero seguramente odiaba la
idea de nuestra existencia. Yo realmente creía todo esto, razón por la
cual me quedé asombrado cuando ella entró en la habitación en este
momento.
Llevaba cargando una vasija de barro con crisantemos
amarillos, ¡crisantemos amarillos reales! Ella caminó hacia Cathy y
puso la olla en sus manos. La boca de Cathy cayó abierta. Los
gemelos estaban fascinados. Dio un paso adelante, debatiéndose
entre agradecer o preguntar por qué ella nos lo estaba reglando.
—Aquí hay algunas flores verdaderas para su jardín falso —
declaró. Cathy me miró, indefensa por un momento. Articulé un
"Gracias", y ella comenzó a darle las gracias. Nuestra abuela miraba
cómo titubeaba agradecimiento tras otro.
Ella estaba estudiándola, para ver si Cathy era capaz de
agradecer por algo, si tenía modales. ¿Eso fue todo, un experimento,
otra prueba? Me sorprendió tanto como Cathy, que la abuela tomara
nota de lo hacíamos en el ático.
Ella dio vuelta para mirarme, y por un segundo, pensé que
había alguna señal de bondad humana en ella. Era como si el amor
hubiera subido a su garganta como un eructo y tuviera que sacarlo,
quizás era porque ella no quería estar aquí. Tal vez, se odió a sí
misma por tener siquiera un ápice de sentimientos hacia nosotros. Se
marchó sin decir otra palabra.
Capítulo 28
C
uando regresé a casa, vi que papá aún no regresaba, pero
no invité a Kane a pasar. Alguien me esperaba arriba en mi
habitación. Incluso lo imaginé mirando entre las
cortinas. Él sabía dónde había estado. Pensé que podría ser capaz de
leer una docena de páginas antes de que mi padre volviera a casa.
V. C. Andrews
Una de las autoras más populares de todos los tiempos, V.C.
Andrews ha sido un fenómeno best seller desde la publicación
de Flores en el ático, encabezando la famosa saga de la familia
Dollanganger, que incluye Pétalos al viento, Si hubiera espinas,
Semillas del ayer y Jardín sombrío. Hoy en día, más de setenta
novelas de V.C. Andrews han sido vendidas en el mundo y
traducidas a veinticinco idiomas.