Diatriba de Amor Contra Un Hombre Sentad
Diatriba de Amor Contra Un Hombre Sentad
Diatriba de Amor Contra Un Hombre Sentad
La actriz fue
LAURA GARCÍA,
la música la compuso
JUAN LUIS RESTREPO,
y la dirigió
RICARDO CAMACHO.
Antes del tercer llamado, aún con el
telón bajo y encendidas las luces de
la sala, se oye en el fondo del
escenario el estropicio de una vajilla
que está siendo despedazada contra
el suelo. No es una destrucción
caótica, sino más bien sistemática y
en cierto modo jubilosa, pero no hay
duda de que el motivo es una rabia
inconsolable.
GRACIELA:
Larga espera.
¡Mira!
¡Carajo!
Sigue desmaquillándose.
No-es-to-y-ha-blan-do-con-ti-go.
Enciende un cigarrillo.
Gracias, Brígida.
Reflexiona:
Cambio.
Enciende un cigarrillo.
Furiosa de pronto:
¡Pobre huérfana!
Reanuda el monólogo:
Mira al marido:
¡Gallinas!
Nunca aprendiste que cuando una mujer
amanece callada no hay que mirarla siquiera. Tú
haces lo contrario: te asustas tanto que te vuelves
más amable que nunca. En cambio, nada los
vuelve tan valientes como los celos. Porque el
colmo del descaro es ése, que no hay nadie más
celoso que un marido infiel. Figúrate. Se pasan la
tarde con la otra, y vuelven a la casa enloquecidos
por saber con quién hablábamos por teléfono en
tantas horas que estuvo ocupado. Y tú más que
nadie. Imagínate, tú, que nunca te he preguntado
dónde estabas, ni para dónde vas, ni a qué hora
vuelves, sino que te vas sin decir ni aquí voy, y en
cambio regresas de tus gatuperios haciendo
preguntas con emboscadas, diciendo mentiras
para sacar verdades, y tratando de enterarte de
paso dónde voy a almorzar, con quién, a qué
hora, para saber adónde puedes ir con ella sin
tropezarte conmigo.
Pausa larga.
Pues bien:
¡No-me-acosté-con-él!
No porque me faltaran disposición y ánimos,
sino porque también él resultó igual que todos:
¡gallina!
Maliciosa:
Cambio.
En crescendo vehemente:
Yo tengó,
yo tengó para hacer cría, una po,
una pollita en mi casa,
cantandó,
cantando no más lo pasa, y no pó,
y no pone todavía. Etcétera.
Desesperada de no encontrar
fósforos en las cajas, se aproxima
por primera vez al marido, como si
fuera un mueble más, y le saca un
encendedor del bolsillo del saco.
Después de encender el cigarrillo, le
dice:
¡Déjenme hablaaaaar!
ISBN: 84-253-2757-1
Depósito legal: B. 18.038-1995