MICROENTORNO

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MICROENTORNO

Las micro finanzas bolivianas tienen muchas experiencias que compartir, buenas y malas. Se ha tenido la
oportunidad de pasar por etapas muy interesantes que muy pocos sistemas similares han vivido. Si bien
en la actualidad se atraviesa por algunas dificultades, principalmente debido a un entorno económico
negativo para el desarrollo de cualquier actividad económica, indudablemente las micro finanzas han
sido y siguen siendo un éxito en Bolivia, a tal punto que se ha convertido en un ejemplo a nivel mundial
para gobiernos e instituciones de muchos países. ¿Y a qué se debe ese éxito? Entre otros factores, se
pueden citar principalmente a la existencia de:

 Varias instituciones privadas que han encarado muy seriamente esta tarea, las cuales son
totalmente auto sostenibles operando en franca competencia y en condiciones de mercado.

 Altos niveles de cobertura de demanda, por lo menos en los principales centros urbanos y en las
zonas rurales con mejores condiciones para la producción, si bien queda como tarea pendiente
alcanzar una mayor cobertura en zonas rurales, lo cual se dificulta por la amplia extensión
geográfica del país y la alta dispersión demográfica.

 Un mercado dinámico con instituciones permanentemente preocupadas por el desarrollo de


productos y perfeccionamiento de las tecnologías financieras utilizadas, así como por ampliar los
segmentos de mercado atendidos.

 Un marco regulatorio que en general es adecuado para el desarrollo de las entidades reguladas
de micro finanzas.

De esta forma, se podría seguir enumerando otros factores que han contribuido a brindar mayores
oportunidades económicas a un sector de la población que ha sido tradicionalmente relegado por el
sistema financiero formal, pero creemos que estos son suficientes para tener una banca totalmente
virtual la cual podría generar una idea de un futuro éxito.

LAS ETAPAS DE LA EVOLUCIÓN DE LAS MICROFINANZAS EN BOLIVIA

La situación actual de las micro finanzas en Bolivia es producto de un largo proceso que se puede dividir
en las siguientes cuatro etapas:

Etapa I: El inicio del microcrédito con las ONGs

Etapa II: La formalización de las entidades de micro finanzas

Etapa III: El ingreso al mercado de las entidades de crédito de consumo

Entraremos ahora a describir un poco más en detalle cada una de estas diferentes etapas para detallar
como virtualizar dichas etapas:
Etapa I: El inicio del microcrédito con las ONGs.

A principios de la década de los 80, surgieron las primeras iniciativas para crear entidades sin
fines de lucro (ONGs) como una forma de brindar acceso al crédito a los sectores con menores
posibilidades económicas.

Estas instituciones cumplieron un rol muy importante en la incorporación al sistema financiero


de microempresarios que nunca habían tenido acceso a otras fuentes de fondos que no fueran las
informales (familiares, amigos, prestamistas, etc.), siendo el principal objetivo lograr una
cobertura amplia y profunda en los sectores sociales de bajos ingresos. La auto sostenibilidad no
fue en esta época un aspecto muy importante, ya que los recursos provenían de donaciones y
fondos subsidiados. Por tanto, las ONGs eran entidades crediticias más que intermediarios
financieros.

Etapa II: La formalización de las entidades de micro finanzas.

A partir de 1992, con la creación del Banco sol, comienza el proceso de “formalización”
entendido
como la constitución de entidades financieras reguladas dedicadas a las micro finanzas, que
surgen a partir de ONGs ya existentes.

Este proceso es facilitado por el Gobierno en 1995 con la emisión del Decreto Supremo
Nº24000, el cual norma la creación y funcionamiento de los Fondos Financieros Privados (FFP)
como intermediarios financieros especializados en brindar servicios a micro y pequeños
prestatarios. En julio de 1995 comienza sus operaciones la Caja Los Andes como el primer FFP
constituido en el país sobre la base de la Asociación Pro-Crédito.

Posteriormente, se crean otros FFPs originados también en ONGs (Fie, Prodem, Ecofuturo) y por
iniciativas empresariales totalmente privadas (Fassil, Fondo de la Comunidad y Fortaleza).

¿Cuál ha sido el motivo para que las ONGs adopten la decisión de “formalizarse”? ¿Será que han
visto a las micro finanzas como un negocio altamente lucrativo y que su fin es el logro de altas
ganancias para sus accionistas? No parece que así sea, ya que las entidades reguladas mantienen
la misión institucional de las ONGs que les dieron origen, donde el objetivo social de brindar
mayores oportunidades económicas a la población de bajos ingresos es el que prevalece y por
esta razón es factible el crear una banca digital por completo.

Esto es lo que buscan los accionistas de las entidades de micro finanzas, que en su gran mayoría
son instituciones sin fines de lucro y entidades internacionales, con participaciones todavía
minoritarias de inversionistas privados. Lo particular está quizás en que ahora se busca alcanzar
este objetivo de virtualización de manera sostenible y permanentemente, no como un logro
efímero que dependa del subsidio y muera cuando éste se acabe.

Las oportunidades que brinda la banca virtual giran principalmente en torno a un mayor espectro
de fuentes de financiamiento posibles (tanto por financiadores institucionales como a través de
instrumentos de captación directa de recursos del público), una consecuente posibilidad de
reducir los costos financieros y acceso a información de la Central de Riesgos de la
Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras.

Si ponemos en la balanza las ventajas y desventajas de la banca virtual, estamos convencidos que
la formalización de dicho proyecto ha sido una muy buena decisión, ya que traerá numerosos
beneficios para los microempresarios.

En conclusión, los servicios financieros virtuales dejaron de ser en Bolivia un privilegio de unos
pocos, para ser una oportunidad de desarrollo para los sectores mayoritarios de la población.

Etapa III: El ingreso al mercado de las entidades de crédito de consumo.

Un análisis especial merece el ingreso al mercado de entidades privadas con fines exclusivos de
lucro dedicadas principalmente al crédito de consumo, algunas de ellas como entidades
financieras independientes y otras como un departamento especializado dentro de bancos
tradicionales.

Esta situación ocasionó, principalmente entre los años 1996 a 1998, una excesiva oferta de
crédito destinada a un mismo segmento de mercado que fue compartido, tanto por entidades que
tradicionalmente han trabajado en el crédito a la microempresa, como por instituciones que
comenzaron ofreciendo inicialmente créditos de consumo a asalariados, pero que posteriormente
pasaron a colocar crédito a los trabajadores independientes sin salario fijo (microempresarios).
En estos casos al no contar con metodologías adecuadas ni personal capacitado para evaluar la
capacidad de pago y de endeudamiento de las microempresas, se incurrió muchas veces en el
error de otorgar un monto demasiado alto de crédito.

Además, estas instituciones aplicaron políticas muy agresivas para ganar mercado, estableciendo
mecanismos de incentivos a su personal que promovían el crecimiento de la cartera sin cuidar la
calidad de la misma, obteniendo como resultado niveles de morosidad muy superiores a los
presentados por las entidades “tradicionales” de microfinanzas. Esta explosión de la oferta
crediticia provocó que muchas personas cayeran en la tentación de obtener crédito en diferentes
instituciones financieras por montos muy superiores a sus reales posibilidades de pago. Es ahí
que surge el fenómeno conocido como “sobreendeudamiento”.

Además de este aspecto que afectó la capacidad de pago de los clientes, se ha notado que
también en algunos casos la moral de pago y la prudencia financiera de éstos ha cambiado, a
consecuencia principalmente de la gran oferta de crédito destinada al mismo sector de mercado.
De esta forma, si la gente percibe que hay excesiva oferta y fácil acceso al crédito se pierde el
interés por pagar puntualmente sus deudas pensando que si queda mal con una institución
financiera siempre habrá otra dispuesta a prestarle dinero.

Por esta razón de manera virtual se podrá controlar mejor dichos créditos y las moras
establecidas por cada acreedor para que no sea afectada la capacidad de pago de los clientes y se
mejore la moral de pago y tener una mejor prudencia financiera.
LOS EFECTOS DE LA CRISIS EN LAS ENTIDADES DE MICROFINANZAS Y SU
RECUPERACIÓN POSTERIOR

Es evidente que la crisis ha afectado al sistema de microfinanzas de Bolivia debido a la


pandemia, las principales consecuencias las veremos a continuación.

Se ha producido desde el año 2020 al 2021 una notoria disminución de los clientes atendidos por
el sistema micro financiero, como producto del refinanciamiento y la reprogramación crediticia
de la cartera de clientes con mal comportamiento de pago o sobre endeudados y de un deterioro
en la cantidad y calidad de la demanda de créditos.

Es importante tener en cuenta que en el período 2020-2021, el sistema financiero boliviano en su


conjunto disminuyó en 221.000 el número de prestatarios, que representa una caída del 32%. Sin
embargo, cabe destacar que a partir de ese año vuelve a crecer el número de clientes de las
entidades de micro finanzas.

La calidad de la cartera de las entidades de micro finanzas se ha deteriorado principalmente en la


gestión 2020, presentándose una mejora a partir del año 2021.

CONCLUSIONES

En conclusión, la coyuntura económica adversa indudablemente afectó a las instituciones de


microfinanzas, pero según se ha demostrado, el efecto negativo podría ser mucho menor al
sufrido por el sistema financiero tradicional esto gracias a la banca virtual en su totalidad. Se
podría ver de forma virtual una significativa mejora de las instituciones bolivianas en cuanto a la
diversificación y a la calidad de los servicios ofrecidos a sus clientes, con lo cual se podrá
fortalecer y hará madurar en muchos aspectos, lo cual no sólo beneficia a los clientes sino
también a la sostenibilidad de las mismas instituciones, que están mucho mejor preparadas para
enfrentar un mercado competitivo. Por todo ello es evidente que las entidades de microfinanzas
por medio de la banca virtual podrán alcanzar un mayor protagonismo dentro del mercado
boliviano, tanto en su rol de intermediarios financieros como en la prestación de otros servicios.

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