Etica, Corrupcion de La Administracion Pública
Etica, Corrupcion de La Administracion Pública
Etica, Corrupcion de La Administracion Pública
Es la ciencia de la conducta humana, que estudia la forma de actuar que tenemos todos
los hombres frente a nuestros semejantes y la manera en la que nos desenvolvemos en
nuestras actividades diarias. Se dice que la Ética es una ciencia, porque es una disciplina
racional ya que parte de los actos humanos y los transporta hasta llegar a sus principios.
Diversos autores coinciden en señalar que las virtudes o valores básicos del ser
humano son: la prudencia, la fortaleza, la templanza, la Justicia, la solidaridad, la
autenticidad, la fidelidad, la bondad, el agradecimiento, la responsabilidad, la libertad, la
amistad, la belleza, la paz, la laboriosidad.
Corrupción
La corrupción, se define, como el uso ilegitimo del poder público para el beneficio
privado, Todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de
consideraciones de beneficio personal o político, o simplemente como el uso arbitrario del
poder. Se define a la corrupción como un fenómeno social, a través del cual un servidor
público es impulsado a actuar en contra de las leyes, normatividad y prácticas implementados,
a fin de favorecer intereses particulares. La corrupción también ha sido definida como el
comportamiento político desviado (falta de ética política); conducta política contraria a las
normas jurídicas (falta de ética jurídica y política) y usurpación privada de lo que corresponde
al dominio público. Cabe destacar que el interés personal no es un elemento que
necesariamente debe incluirse en una definición, pues los actos de corrupción no siempre
benefician únicamente intereses particulares.
La corrupción se define como un acto racional ilegal, ilegitimo y no ético por parte de
servidores públicos, en perjuicio del interés común de la sociedad y del gobierno, y en
beneficio de un interés egoísta o solidario de quien lo promueve o lo solapa directa e
indirectamente.
Sin embargo mucho se ha intentado hacer para combatir este mal que desquebraja la
sociedad de una manera voraz, dando resultados poco notorios.
Consecuencias de la corrupción
Así llegamos al campo de la ética, la cual, al ser aplicada al ámbito público, pasa a
denominarse “ética pública” o “ética para la administración pública”. La ética, al referirse al
ámbito público, implica necesariamente relacionarse con la política, no se limita a los
funcionarios públicos. Un buen gobierno no sólo requiere funcionarios responsables sino
también políticos responsables, puesto que son éstos últimos principalmente quienes gozan
del máximo margen de autonomía en las decisiones y de estas decisiones depende a su vez la
actuación de los principios. La ética pública es un elemento importante para hacer contrapeso
no sólo a la corrupción sino a las distintas actitudes antiéticas al inyectar un conjunto de
principios y valores y así revitalizar por un lado a las instituciones públicas y por otro a los
servidores públicos, entendiendo como tales a aquellas personas que ocupan un cargo público
y sirven al Estado, políticos y funcionarios. La ética no pretende ser la solución a los
problemas que enfrenta la administración pública, ni la varita mágica para acabar con la
corrupción, sino un instrumento más para combatirla.
La ética en los servidores públicos es un elemento que auxilia para lograr concientizar
en sólidos principios de conducta ética y así generar una mayor excelencia en la calidad y
gestión de los intereses colectivos, los funcionarios y equipo técnico, al trabajar para los
políticos y ser los operadores de las instituciones públicas, se convierten en corresponsables
de la función de gobierno
En cualquier caso los efectos que conlleva la corrupción son negativos, turbulencia,
confusión, incertidumbre, anarquía, desconfianza de la población en el gobierno, lentitud
deliberada en los servicios, derroche de recursos, desaprovechamiento y perdida del
patrimonio, uso indebido de las funciones, negligencia en el personal público, tráfico de
influencias, malversación, inadecuado uso del patrimonio público, etc.
Ante los escándalos de corrupción en el mundo han comenzado a surgir acciones para
fomentar la Ética Pública. Sin embargo, algunos gobernantes y funcionarios aún se
encuentran lejos de vivir con ética. Para que sean eficientes, los gobiernos y administraciones
públicas, deben contar con individuos íntegros. Aquí es donde entra la ética al formar y
seleccionar a los servidores públicos y reiterarles que es necesario hacer bien las tareas y
actuar con responsabilidad y eficiencia. Por el sólo hecho de hacer una acción buena o
hacerla bien ya se está cumpliendo con los preceptos éticos. Sin embargo, esta premisa, por
sencilla que parezca, es difícil de alcanzar y no todos los que participan en el ámbito público
realizan bien sus tareas, pero lo peor no es que realicen mal sus tareas o las omitan sino que
obtengan ganancias adicionales mediante la corrupción. La Ética aplicada a la función pública
es de vital importancia porque tiene como eje central la idea de servicio, es decir, las tareas y
actividades que realizan los funcionarios públicos están orientadas al bien común.