Historias Locas XXX
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HISTORIAS LOCAS
• Lectura que psiquiatriza signos y síntomas de enfer-
medad, lo que se traduce en la desatención o escasos
cuidados que se provee a problemas somáticos.
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8 • Índice
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Prefacio
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a producirse un cambio fundamental en las políticas de parte del usuario en lo que hace a su divulgación. Asimismo,
abordaje de la niñez, cuando la Convención de los Dere- se usan seudónimos para proteger la identidad de cada una
chos del Niño fue ratificada por la Argentina por medio de las personas que figuran en la HC.
de la sanción de la Ley 23.849 e incorporada a la Consti-
tución Nacional en 1994. La Declaración de los Derechos
del Niño aprobada por la Asamblea General de las Nacio-
nes Unidas en 1959 instauró una nueva legalidad: el niño
como sujeto de derecho, merecedor de respeto, dignidad y
libertad, no ya como objeto pasivo de intervención de la
familia, el Estado y la sociedad. Nuestro país adhirió así a
un nuevo paradigma en el cual el niño comenzaba a ser
considerado como sujeto de derecho. Este posicionamiento
plantea un cambio cualitativo en el abordaje de la infancia
que se relaciona directamente con las garantías que debe
ofrecer el Estado en derechos sociales. Asimismo, debemos
tener en cuenta que las transformaciones legislativas no se
corresponden necesariamente con transformaciones socio-
culturales inmediatas, puede llevar mucho tiempo modifi-
car las prácticas en el abordaje de la infancia, por lo que
se hace necesario una constante reflexión acerca de lo que
las determina.
Al respecto, el recorrido realizado sobre la historia
reciente habilita la necesaria reflexión y discusión sobre lo
que ocurre en la actualidad en torno a la niñez: las polí-
ticas públicas implementadas en el campo de la infancia,
la influencia de la lógica de institucionalización, el fenó-
meno de patologización del padecimiento de los niños/
as, la invisibilización de las determinaciones sociales, entre
otros aspectos, pueden ser disparadores de la reflexión.
Dejamos abierta la pregunta: ¿qué tipo de políticas se defi-
nen, quiénes las definen, a qué niños/as van dirigidas?
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a la asistencia de mujeres, el Hospital Nacional de Alie- el Servicio Social de Casa Cuna, en otros casos por la madre
nadas (HNA) –actual Braulio Moyano–, donde fueron o el padre. De los diagnósticos que les fueron asignados,
trasladadas todas las mujeres “dementes” del Hospital de no podemos decir que hubiera uniformidad, sí que se tra-
Mujeres (Ingenieros, 1920: 79). ta, en algunos casos, de enfermedades con un componente
Debido a la sobrepoblación y hacinamiento que orgánico causal definido. Entre los diagnósticos asignados,
se produce en pocos años, en 1908 se inaugura en la algunos de ellos combinados, encontramos: epilepsia par-
ciudad de Lomas de Zamora el “Asilo de Alienadas”, cial yaksoniana; oligofrenia; parálisis espástica congénita;
como un anexo del HNA (Ablard, 2008), que responde hipotonía generalizada de agresividad manifiesta; eviden-
a la necesidad de contar con un establecimiento sub- te deficiencia mental (IDIOCIA); profundo síndrome oli-
urbano o rural que permita albergar a las enfermas gofrénico; parálisis cerebral infantil; encefalitis crónica. El
consideradas “crónicas” y “discapacitadas”, que obstacu- diagnóstico de Héctor es realizado a partir de una evalua-
lizaban la asistencia de las “agudas”. La atención en la ción médica previa en el Hospital Vecinal Bariloche, de Río
institución estaba a cargo de una congregación religiosa: Negro. Esta refiere que sus padres “a los tres meses con-
las Hermanas de la Caridad. Esta institución en 1946 sultan un facultativo a raíz de notar una gran indiferencia
alcanza autonomía del HNA y en 1958 pasa a depender y apatía en el niño, así como gritos y llanto y acentuada
del Instituto Nacional de Salud Mental (Sy et al., 2014). inafectividad. Hasta esta edad no había padecido enferme-
Es hacia 1976 cuando el asilo adquiere su designación dad alguna”. Héctor presenta:
actual: Hospital Interzonal José Esteves.
En ese sentido, la mayor parte de las historias Desarrollo psíquico inferior a su edad cronológica. No habla,
clínicas que analizamos, especialmente las más antiguas, audición abolida, trofismo conservado, permanece constan-
tienen su inicio en otras instituciones que las derivan al temente acostado contrariándose cuando es levantado. Es
incapaz de mantenerse en posición sentada, se alimenta
Esteves, donde fallecen.
exclusivamente de leche, papillas y puré.
El análisis se basa en un acervo documental de
4 058 historias clínicas correspondientes al periodo Esta evaluación agrega que Héctor nació a término, por
1895-1987 que se encuentran en el Archivo Interme- parto normal, y concluye con el diagnóstico de oligofrenia,
dio del Archivo General de la Nación, provenientes del forma paradigmática de la patología mental de principios
Hospital Neuropsiquiátrico de mujeres José Esteves de del siglo XX (Rossi, 2009).
la Provincia de Buenos Aires (Argentina). Estos diagnósticos, pensándolos en conjunto con el
A continuación, presentamos una descripción socio- tiempo de internación y fallecimiento en el hospital, nos
epidemiológica de las principales características de las dan una idea del perfil de patologías que presentaban los
personas internadas durante un periodo que abarca niños/as internados en el Esteves y la ausencia de un trata-
casi un siglo, situándolo en su contexto sociopolítico miento. Probablemente se tratara de aquellos que no tenían
e institucional. asilo en ninguna otra institución o de los cuales no se
esperaba una recuperación. Posiblemente, en relación con
esto, llaman la atención los registros de “tratamientos”. En
4 de las 9 historias clínicas, encontramos registro de lo que
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Según los datos de HCL analizadas, vemos que hacia “solución fisiológica”, “Redoxon”, “terramicina”. La siguien-
1914 recién comienza a aparecer un número significa- te evolución es del día después: “Enfermo amarillo, afebril
tivo de ingresos de población extranjera, respecto de […] bolsa de agua caliente en ensilladura lumbar, enema
años previos (gráfico 1). evacuante. Steclin 100 mg. IM”. “12 hs: se recupera la diu-
resis. Se continua la hidratación con solución glucosada 5%
EV”. “14:30 hs: Se comprueba el fallecimiento del enfer-
Gráfico 1: registro de ingreso de población inmigrante y argentinos mo”. Causa de defunción, “insuficiencia renal aguda”, el 7
para el periodo 1895-1987, en archivo de historias clínicas
del Hospital Esteves de octubre de 1963.
Este caso nos sirve de ejemplo para ilustrar la situación
de estos niños/as que llegaban al hospital. En total, dentro
del fondo documental del archivo, encontramos nueve his-
torias clínicas que pertenecen a “menores” (cinco niños y
cuatro niñas) cuyas edades oscilan entre los 2 y 12 años de
edad. Fueron internados y fallecieron en el Hospital Este-
ves entre los años 1959 y 1965. Este hallazgo nos resul-
tó muy llamativo por tratarse de una institución que se
creó, como hemos visto, con el fin de albergar a mujeres
con padecimiento mental. Una de las primeras hipótesis
que pensamos fue que se trataba de hijos/as de mujeres
que estaban internadas. Habíamos leído historias de muje-
res que estaban embarazadas, que parían sus hijos/as en
Fuente: Archivo historias clínicas para el periodo 1895-1987. el hospital, de los que después nada se mencionaba sobre
sus destinos. ¿A dónde iban esos niños/as? ¿Quedaban en
En ambos censos (1869 y 1965), se toman datos de la internación con sus madres? ¿Eran puestos/as a cargo de
la población considerada “según sus defectos físicos y algún familiar? ¿Eran trasladados/as a otras instituciones?
psíquicos”, tal como queda expresado en la publicación ¿Dados/as en adopción? Nada se nos dice sobre ello. Otra
del censo. Inicialmente, los datos censales muestran el de las hipótesis acerca del origen de las historias clínicas de
número de enfermos en cama al momento del censo, niños/as era que se trataba de adolescentes de edad cercana
luego se proporcionan los datos de la población sor- a la mayoría de edad. Quizá sus cuadros psicopatológicos
domuda, sigue “idiotismo” y, por último, aparecen los de gravedad ameritaban una internación allí por ausencia
datos para los “alienados”. de otras instituciones donde pudieran tratarlos/as. Esta es
una situación que no le es ajena a cualquier trabajador/a
de salud que transite un hospital público de la provincia de
Buenos Aires en esta época –de otras provincias es probable
que también–, y sería tanto más probable en aquella época
en que no abundaban los efectores de salud mental.
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Reconoce que debe “respetar las indicaciones médicas Tabla 2: número de alienados registrados para la Argentina según el Censo
en lo que se refiere al aislamiento de la enferma y a su de 1895 y su proporción por cada 100.000 habitantes
salida del Hospital”.
En la primera evaluación del niño, podemos leer: Nacionalidad y sexo Número absoluto de Proporción por
alienados 100000 hab.
Según confiesa su padrastro adoptó accidentalmente al niño Argentinos
ya que este lo poseía la mujer que más tarde fuera su esposa, Varones 833 57
teniendo el niño 6 meses de edad; en cuanto al padre propio 878 58
Mujeres
del niño son pocas las referencias que se tiene pero, según Extranjeros
la madre del niño, dice que ha sido un hombre sano, actual- Varones 587 92
mente fallecido, no sabiendo de qué enfermedad. En cuanto Mujeres 349 94
a los padres por parte de la madre, viven y son sanos, no
Argentinos varones y 1 711 58
así una tía por parte de la madre del niño que era sordo- mujeres
muda, actualmente fallecida. […]. La madre del niño posee Extranjeros varones y 936 93
tres hermanos vivos y sanos; niega antecedentes psicóticos. mujeres
[…]. Declara su padrastro que se hizo cargo del niño a los
Varones argentinos y 1 420 68
6 meses y que nada anormal pudo notar en él hasta más o extranjeros
menos los 8 meses de edad en que por algunas característi- Mujeres argentinas y 1 227 65
cas que no puede explicar, resolvió llevarlo a un facultativo extranjeras
quien lo puso en tratamiento; situación que llamó la atención
Total general 2 647 67
del padrastro al llegar el niño a su época de ambulación y
locuela, actos fisiológicos estos que el enfermito no los llevó
a cabo, además, a partir del año se hicieron más evidentes sus Fuente: Segundo Censo de la República Argentina (1895).
anomalías: ataques convulsivos, crisis nerviosas, llantos con-
tinuos con gestos de dolor acompañados por flaccidez más
o menos generalizada de grupos musculares, en especial del
cuello. […]. La enfermedad actual es consecutiva al proceso
desarrollado hace más o menos un par de años, en que sus
males fueron aumentando en forma paulatina y progresiva;
en la actualidad el niño tiene tres años de edad, presentando
un cuadro oligofrénico”.
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1 Ingenieros destaca que la población total de Santiago del Estero fue adulte-
rada con fines políticos, lo que explica su escasa proporción de alineados
(Ingenieros, 1880).
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Además, señala que hacia 1869 había más alienadas La Prensa (23 de diciembre de 1970). “La situación en el
(1,54 por mil) que alienados (1,37 por mil). Asimismo, pabellón modelo de un hospital neuropsiquiátrico”.
destaca que la población de alienados por nacionalida- La Prensa (23 de diciembre de 1970). “Realiza paros el per-
des ha sido y es proporcional a la población adulta, y sonal del Hospital José Esteves”.
que es por haber computado en el cálculo de pobla- Ley Comunismo Represión N° 17.401 de 1967. Disponible
ción total a los menores la razón por la que aparecen en https://bit.ly/2SjztRg (15-6-16).
desproporcionadas las cifras de extranjeros. Ingenieros Stolkiner, A. I. (2003). “Nuevos enfoques en Salud Mental”.
destaca que a partir de 1870 los cálculos por provin- Ponencia en 14.º Congreso Latinoamericano de Arqui-
cia son difíciles ya que se establece “la costumbre de tectura e Ingeniería Hospitalaria; 8-11 de sep. de 2014;
enviar sus alienados más incómodos a los asilos de Sanatorio Güemes, Buenos Aires.
Buenos Aires”; señala que “la nacionalización de los hos- Sy, A., Pierri, C., Granda, P., Strasser, G., Visciglia, K. y
picios y colonias de alienados” regularizó esa situación García, C. (2014). “Continuidades y cambios en la aten-
(Ingenieros, 1880). ción de personas con sufrimiento psíquico. Una apro-
Otra cuestión que señala es que la inmigración, ximación a través del análisis de noventa años de Serie
mayor desde 1870 a 1910, es un factor de aumento en Historias Clínicas (1897-1987)”. Ponencia en XI Con-
el índice de alienación, pues la mayoría de los inmi- greso Argentino de Antropología Social; 23-26 de jul.
grantes son adultos. En cambio, el aumento vegetativo de 2014; Universidad Nacional de Rosario, Rosario.
de la población argentina muestra que el número de Sy, A., Pierri, C., Barrio, A. L., Gutiérrez, M. y Naszewski,
menores había aumentado proporcionalmente más que M. (2015). “El aporte de los datos epidemiológicos
el de adultos en esos años. a la comprensión de la historia de la Salud Men-
Si analizamos en los datos del Hospital Esteves los tal en Argentina. El caso del Hospital Esteves entre
picos de ingresos, observamos que se inician en 1914, 1959-1973”. Ponencia en IV Jornadas Interdisciplina-
pero que son especialmente pronunciados en los años rias Territorios, memoria e identidades; 5-6 de nov. de
1932 y 1938 (ver gráfico 2). El promedio de años total 2015; Instituto Multidisciplinario de Historia y Cien-
de estada (permanencia) en el hospital es de 19,4, y por cias Humanas, Buenos Aires.
años oscila entre los 12,6 para 1948 y 37,2 en 1982. Vainer, A. (2005). Sociedad de locos. Topía.
Fuentes documentales
Archivo General de la Nación, Departamento Archivo
Intermedio, Base de Serie Historias Clínicas del Hospi-
tal Esteves, s/f, Disponible en AGN.
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Algunos plantean que en ese momento volvió Es en este contexto en el que emerge como propuesta
el manicomio, tal vez podamos plantear que en ese de defensa social crear una red de instituciones para los
momento el manicomio volvió a fagocitarse al pabellón individuos considerados peligrosos, de allí que se planeaba
del hospital que había logrado transitar otra experien- crear asilos para vagabundos, alcohólicos y colonias agríco-
cia, otro hospital. las para niños abandonados. Todas ellas eran consideradas
Ahora bien, hay una pregunta incómoda para noso- conductas predelictivas, lo que suponía que debían recibir
tros/as, trabajadores/as de la salud y de la salud mental. algún tipo de tratamiento estatal por falta de adaptación
Sin duda, para quienes participan de las experiencias social: “Se buscaba realizar una defensa social preventiva
alternativas al manicomio la marca de esa posibilidad respecto de la futura delincuencia” (Dovio, 2014: 97). Ade-
es quizás un rayón que torció su destino de internación más, se buscó adecuar la legislación penal a tales objetivos
manicomial; ahora bien, ¿qué ocurre con los otros, los de control de la peligrosidad.
que no ingresan a estos dispositivos si continúa existien- La peligrosidad también designó a individuos que se
do un lugar donde ubicar lo otro, lo que no encaja, lo encontraban en condiciones sociales y económicas desfa-
que no es posible “resocializar” debido a su cronicidad? vorables; en este período se habían multiplicado en Buenos
¿Qué ocurre con aquellos que no pueden ingresar a Aires las “villas miserias”, donde los individuos vivían sin
estas experiencias y son derivados al “otro hospital”? servicios (cloacas, luz, gas), descriptos como focos de los
Nos preguntamos por “lo alternativo”, por sus enormes peligros más diversos y como parte de un proceso de migra-
posibilidades en los recorridos concretos y sus contra- ciones internas. Apareció una fuerte relación construida
dicciones en relación con los pacientes que se aceptan y entre peligrosidad y pobreza material.
los que se dejan por fuera de estas posibilidades. Tal es El Instituto de Criminología mantuvo comunicaciones
el caso de Gabriela: ingresó al CP, pero al tiempo fue regulares con otros Institutos de Medicina Legal reconoci-
derivada al Pabellón 9, donde dos en Europa. Estas dependencias aparecieron con la fun-
moriría meses después. ción de realizar detallados diagnósticos clínicos criminoló-
Esta pregunta esconde algunas anteriores. ¿Es posi- gicos en la específica articulación entre el campo médico,
ble la desmanicomialización en un solo servicio? ¿En judicial y penitenciario. Sus historias clínicas (elaboradas
un solo país? ¿Qué ha ocurrido con las experiencias bajo el modelo psicopatológico y, más tarde, interdiscipli-
aisladas o piloto en salud mental? ¿Qué destino tienen nario) sirvieron de insumo a jueces y agentes penitencia-
las propuestas alternativas al manicomio que conviven rios para tomar decisiones sobre la vida de detenidos en
con él? ¿Es posible que dejen de existir espacios con prisión. Las clasificaciones sobre peligrosidad elaboradas a
lógica manicomial dentro de un sistema de producción partir de los diagnósticos particulares se presentaron como
cuyo núcleo vertebrador es la mercantilización de las una novedad y como útiles para la proyección de una red
distintas facetas de la vida humana? de instituciones para distintas “peligrosidades sociales” en
casos de semialienación, alcoholismo o “parasitismo social”
(entendiendo por tal “vagancia crónica”).
Otro aspecto clave para la época fue la relación entre
inmigración e insania, que se convirtió en uno de los prin-
cipales temas sociales del discurso psiquiátrico argentino
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adentrada la década de 1940. La inmigración no regula- hecho generó un gran impacto en la opinión pública,
da estaba íntimamente vinculada a un problema mayor, la que se plasmó en las numerosas críticas y cruces de acu-
modernidad (urbanización, intensificación de la economía saciones de índole política, terapéutica, moral y admi-
de mercado, cambio en los roles femeninos), lo que ope- nistrativa, dirigidas a las comunidades terapéuticas y a
ró como explicación de la creciente incidencia no solo de los profesionales a cargo aparecidas en la prensa gráfica
la insania, sino también del retraso mental, el abuso del (Grimson, 1972; Carpintero y Vainer, 2005; Golcman,
alcohol, el crimen, la prostitución y la “desviación sexual” 2012). El diario La Prensa nombraba a los trabajadores
tanto en hombres como en mujeres. Los médicos argu- en paro activo como “los quejosos”, como “dignos de
mentaban que existían factores inherentes al proceso de un colegio nacional” o como “histerizados”(La Prensa,
inmigración, especialmente la miseria, el aislamiento y el 23-12-1970; 24-12-1970). Se acusaba al centro de reali-
alcohol, que, según ellos, favorecieron el desarrollo de las zar orgías sexuales, de que sus miembros eran “subver-
enfermedades mentales (Ablard, 2008). sivos” y “comunistas” (Carpintero, Vainer, 2005).
Este contexto permite comprender, considerando las Por aquellos años, la dictadura de Onganía era
concepciones de salud/enfermedad mental para la época, famosa por su alianza con sectores clericales y por
que resulta más probable la patologización de aquello que llevar adelante “el reordenamiento del orden moral”
se sanciona moralmente, catalogado como lo peligroso y la para enfrentar la subversión marxista. Asimismo, en
perversión (al respecto ver Foucault, 2000). 1967 había aprobado la Ley 17.401 sobre Represión
Si nos remitimos a los datos del gráfico 2, observamos de Actividades Comunistas, en las que se prohibían las
que cada uno de los picos de ingresos coinciden con el esta- actividades consideradas de tal ideología, se definían
blecimiento de gobiernos militares: 1930-1932, 1962-1963, rangos de año de cárcel para quien violara dicha ley y se
1966-1970, 1970-1971, y 1971-1973. El golpe de Estado prohibía el ejercicio de funciones públicas para personas
encabezado por Félix Uriburu lo estableció en la presiden- que fueran definidas como comunistas.
cia entre marzo de 1930 y febrero de 1932, cuyo sucesor Cabe construir un saldo de interrogantes que deja
fue Agustín P. Justo, desde febrero de 1932 a febrero de esta experiencia: ¿qué implicancias tienen los discursos
1938. Su época se denominó la Década Infame debido a científico-morales sobre las vidas y sobre las experien-
la corrupción que imperó en el país y el fraude recurrente cias de transformación de relaciones de poder? ¿Por qué
en las elecciones a cargos públicos. Durante la década de se eligen temas sexuales y de política para desprestigiar
1930, se asistió en Argentina a un proceso de militarización una experiencia? ¿Por qué tanto interés en un efector
del aparato de control social tal como lo hemos descripto de salud mental? ¿Qué de la regulación de lo sano y
previamente. Dentro de las imágenes que aparecieron en lo enfermo se pone en juego? ¿Qué implicancias para
Buenos Aires, estuvo la de crear una ciudad “corporativa” las relaciones civiles/patrimoniales? ¿En un solo hospi-
como sistema político biológico en el que se definiera el tal? ¿Qué ocurre cuando existe un lugar donde ubicar
tamaño máximo y deber productivo de la ciudad, en el que aquello que no encaja?
cada parte debiera cumplir con su función, naturalizando
desigualdades sociales parangonadas a las que existían entre
distintos tipos de células y tejidos del organismo biológico,
en el marco de un régimen de facto (Vallejo, 2010: 84).
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Lo que más quiero destacar es la necesidad de equipos, Stagnaro (2006) plantea que el dispositivo psiquiátrico
de profesionales, supervisores, para poder construir y que se estableció en las primeras décadas del siglo XX se
sostener dispositivos de externación. Crear una políti- estancó en un funcionamiento definitivamente manicomial
ca desinstitucionalizadora requiere presupuesto, recursos. del que no salió más. Sin embargo, ya a comienzos de los
Diferenciar esto de intenciones deshospitalizadoras y ajus- años 30, el balance fue desastroso y el escándalo provoca-
tadoras en la actualidad es la espinosa tarea que nos toca do por su funcionamiento manicomial alcanzó la denuncia
como trabajadores de la salud mental. que hizo pública Bosch en 1931, “El pavoroso aspecto de
la locura en la República Argentina” (Bosch, 2004), donde
plantea la preocupación sobre el aumento en las últimas
Represión en el Centro Piloto del Esteves décadas de “enfermos mentales”. Ello da cuenta del estado
crítico del espacio asilar. Volviendo a las cifras, encontra-
“En febrero de 1971 las autoridades…
mos que los picos que siguen, aunque menores, también
volvieron a autorizar el uso de chalecos de fuerza. coinciden con gobiernos militares de 1962 (José María Gui-
El mismo día una enfermera arrojó un balde de agua fría do asume la presidencia en lugar de Arturo Frondizi) hasta
sobre una paciente excitada para calmarla. 1963, cuando asume Illia, hasta 1966, cuando tras un golpe
El manicomio había vuelto al Esteves” de Estado se suceden en el poder tres dictadores milita-
(Carpintero, Vainer, 2005, p. 159) res: Juan Carlos Onganía (1966-1970), Marcelo Levingston
(1970-1971) y Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973).
A mediados de 1970, se intervino el INSM, que pasó Al respecto emerge la pregunta: ¿será que las políticas
a estar a cargo de Augusto Badano, médico cirujano represivas y la moralidad que caracterizan a estas formas
del Hospital Churruca. Semanas después, en septiem- de gobierno inciden sobre un mayor número de ingresos, o
bre, intervinieron el hospital con Juan Ramón Rodríguez será el clima de agitación social e inestabilidad que precede
Lonardi a la cabeza. Con él se trazó un plan de disper- a estos gobiernos lo que incide favoreciendo la producción
sión, traslados y cesantías de los trabajadores del centro de malestar y sufrimiento psíquico?
piloto (Grimson, 1972). La reacción de pacientes y traba- No podemos generalizar una respuesta más allá de la
jadores del hospital hizo que la situación se mantuviera indagación sobre lo ocurrido en cada periodo particular.
hasta diciembre. En los capítulos que siguen, seleccionamos un periodo,
En noviembre se solicitó la prescindibilidad de la tema y/o problema particular para desarrollar a partir de la
encargada de hospital de día del CP Dra. L. Edelman. El presentación de un caso. Es así que, con base en el análisis
equipo del centro piloto respondió. Los primeros días de minucioso de las historias clínicas, reconstruimos una tra-
enero de 1971, mediante la aplicación de la ley de pres- yectoria de internación cuyo recorrido serviría como caso-
cindibilidad y como castigo, veinticinco trabajadores del ejemplo de otros similares.
CP fueron dejados cesantes y la policía no los dejó En el primer capítulo, presentamos la trayectoria de
ingresar al hospital (Grimson, 1972). La reacción tanto “Ella”, respetando en lo posible el formato y organización
de la asamblea como del personal especializado fue opo- original de las historias clínicas analizadas, para que el lec-
nerse a estas disposiciones (ver notas periodísticas en el tor se haga una imagen de los documentos con los que se
diario La Prensa en la última semana del año 1970). Este trabajó. Esta construcción nos permite ilustrar sobre las
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múltiples miradas y lecturas –en su mayoría masculinas– En el CP había un equipo de terapia ocupacional
que dan forma y atraviesan a los cuerpos de las mujeres (entrevista a Vayo y Grimson, 2013). Este último equipo
internadas, mostrando cómo Ella –singular y genérica– se tenía lectura de diario todas las mañanas con las personas
convierte en “loca”. En este mismo capítulo, se esboza algo internadas con la intencionalidad de mantener la relación
sobre cuestiones de género que también hablan de todas con la vida cotidiana (Grimson, 1972). También había sali-
las mujeres internadas, más allá del periodo que estemos das a recorrer la ciudad, la costanera, el obelisco (Grim-
analizando. Sin embargo, este tema se desarrolla con mayor son, 1972).
profundidad en el siguiente capítulo. Asimismo, y tal como postulan las comunidades tera-
En el segundo capítulo, la presentación de los casos péuticas, había asambleas de trabajadores y pacientes que
de Audra y Angélica nos permite hablar sobre el perio- llegaron a ser de 300 personas (Grimson, 1972), y cada tres
do correspondiente a los años 1895 y 1940, marcado por meses aproximadamente hacían alguna celebración de pri-
una enorme afluencia de población migrante. En esos años, mavera, fin de año, 25 de Mayo (Grimson, 1972).
ser mujer y migrante era considerado un riesgo para la El CP, al centralizar la admisión, cambió los recorridos
salud mental; es así que dilucidamos cómo construcciones de internación en relación con admisión y derivación a
de género estereotipadas conducían a diagnósticos y tra- clínicas privadas. Antes del CP la monjas (hermanas del
tamientos que poco han hecho por los sufrimientos que huerto) cobraban un bono de internación del paciente en
efectivamente aquejaban a dichas mujeres, al mismo tiempo la cooperadora antes de la admisión y se derivaba a clí-
que se alejaban del ideal de objetividad científica que pre- nicas privadas de la zona (pertenecientes a los mismos
gona la ciencia médica. profesionales), a quienes consideraban que podían pagar
En el capítulo 3, Marcela Naszweski examina las comu- (entrevista a Vayo y Grimson 2013): “invertimos el reco-
nicaciones que se mantienen por correspondencia entre las rrido de la admisión” y “les cortamos el negocio de las
internas y el “mundo exterior”, entre los trabajadores de la clínicas privadas”.
institución, especialmente los médicos y el ámbito judicial, En cuanto al contraste con el resto del hospital, los
y entre los familiares de las mujeres internadas y el personal entrevistados planteaban: “Vos entrabas y no lo podías
de salud. Mediante un análisis del discurso de las cartas creer. Primero que no diferenciabas el que era profesio-
enviadas a propósito de un caso, el de Josefina, podemos ver nal del que era paciente. Porque todos estábamos de jean
el potencial de estos documentos como fuentes de infor- y remera” (entrevista a Vayo y Grimson, 2013). Agregaron
mación sobre lo no dicho de manera explícita que también que lo “increíble” era que estaban todos bañados, limpios, a
circula en los diagnósticos, tratamientos y cuidados que diferencia de los pacientes de otras salas, que tenían barbas
recibieron estas mujeres. “de dos o tres semanas”. Cuando Gabriela fue trasladada al
En el cuarto capítulo, Carla Pierri desarrolla los even- Pabellón 9, justamente lo que cambió no fue la mampostería
tos ocurridos entre 1968-1971 en la institución, con la de su sala, sino la institución y sus prácticas: allí pasó a ser
instalación de un Centro Piloto de Comunidad Terapéu- “pueril”, “desorientada en tiempo y espacio”, la medicación
tica, buscando comprender la emergencia y ocaso de una comenzó a serle administrada vía inyectable. Los cambios
experiencia y propuesta de tratamiento innovadora para en las palabras, en las miradas, en los registros se entraman
la época. con el ingreso a otra institución donde morirá luego de
meses de registros de diarreas.
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Este dato da cuenta, por un lado, de la diferencia abis- El quinto capítulo remite a un grupo poblacional nove-
mal en el número de profesionales con relación al de per- doso: niños y niñas internados en la institución. Aquí, Ana
sonas internadas entre un asilo de crónicas y un “hospital”. Laura Barrio desarrolla, a partir del caso de Héctor, sobre la
Asimismo, se visibilizan otras condiciones precarias de tra- corta vida de otros niños y niñas a quienes se alojó, por un
bajo, como el salario bajo o la falta de recursos. breve periodo de tiempo, con algún tipo de diagnóstico y
El “centro piloto” (CP) en dos años atendió aproxi- tratamiento psiquiátrico que aún hoy plantea interrogantes
madamente de quinientos a seiscientos pacientes. Según y dilemas éticos importantes.
los Dres. Vayo y Grimson (Grimson, 1972), desde el cen- Por último, cerramos este libro con algunas conclusio-
tro piloto se realizó “una experiencia de transformación nes, conjeturas e hipótesis que nos conducen a interrogar-
del hospital desde el manejo de los agudos”. El Pabellón nos sobre el presente y abrir una discusión para reflexionar
Ayerza fue el centro de admisión. Allí debió haber ingre- sobre la atención a la salud mental hoy.
sado Gabriela, allí debió haber asistido a las “entrevistas”
donde la vieron “llorosa”, “triste”, y donde registraron con
espacios de pocos días la evolución de ella con relación a Referencias
su medicación.
Ablard, Jonathan D. (2008). Madness in Buenos Aires: Patients,
Fotografía del SUM del Pabellón Ayerza en 2013 Psychiatrists and the Argentine State, 1880-1983. Calgary,
Estados Unidos: University of Calgary Press and Ohio
University Press.
Bosch, G. (2004). “El pavoroso aspecto de la locura en la
República Argentina”. Temas de Historia de la Psiquiatría
Argentina. 19. Recuperado de https://bit.ly/2SClowt.
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1895. Tomo 2. Recuperado de https://bit.ly/2PGP0bZ.
Dovio, M. (2014). “La peligrosidad en la Revista de Cri-
minología, Psiquiatría y Medicina Legal”. Buenos Aires,
1924-1934. Revista de Derecho Penal y Criminología,
44-56.
Foucault, M. (2000). “Clase del 15 de enero de 1975”. En
Los Anormales (pp. 39-59). Buenos Aires: Fondo de Cul-
tura Económica.
Ingenieros, J. (1920). La locura en la Argentina. Primera edi-
ción. Buenos Aires: Cooperativa Editorial Limitada.
Stagnaro, J.C. (2006). “Evolución y situación actual de la
historiografía de la psiquiatría en la Argentina”, Frenia,
VI, pp. 9-37, p.12.
28 • Historias locas Historias locas • 73
Sy, A.; Pierri, C.; Granda, P.; Strasser, G.; Visciglia, K. y Gar- almuerzos a las 10:30 de la mañana y cenas 15:30 por conve-
cía, C. (2014). “Continuidades y cambios en la atención niencia del personal; prácticas pseudoterapéuticas utilizadas
de personas con sufrimiento psíquico. Una aproxima- como castigo (electroshock, shock insulínico, chalecos de fuerza
ción a través del análisis de noventa años de Historias y absceso de fijación) (Vainer, 2005).
Clínicas (1897-1987)”. En Actas XI Congreso Argentino de
En el Esteves de estos años, convivieron dos institucio-
Antropología Social. GT. 38. Rosario [en línea]. Disponi-
nes con sus respectivas prácticas inscriptas en paradigmas
ble en https://bit.ly/2ZlggQg [visitado el 6/07/2015].
divergentes en salud mental: el manicomio y la comunidad
Vallejo, Gustavo (2010). “Roma-Buenos Aires: un eje para la
terapéutica. Cada uno tenía sus lógicas, y, debido a que
expansión de la biotipología y el fascismo”. En Vallejo,
estas eran profundamente contrapuestas y se cuestionaban
G. y Miranda, M. Derivas de Darwin. Cultura y política en
mutuamente, se produjeron tensiones destacables.
clave biológica (p. 84). Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
La experiencia de la comunidad terapéutica comenzó
concretamente en julio de 1969 y su equipo contó con
“veinte médicos, doce psicólogos, cuatro sociólogos, dos
psicopedagogos, cuatro terapistas ocupacionales, cinco
asistentes sociales, doce enfermeras y numerosos volun-
tarios” (Vainer, 2005). Para las tareas que se proponía el
centro piloto, remodeló un pabellón donde poder realizar
internaciones breves incorporando la atención de pacientes
varones. Así las áreas de trabajo eran: sala de varones, sala
de mujeres (ambas salas sumaban un total de setenta y dos
camas), admisión y hospital de día (para veinte personas). La
estructura de trabajo con la que contó el CP incluía a ocho
profesionales: dos supervisores de psicólogos clínicos, tres
de psicoterapia de grupo, un supervisor de terapia familiar,
un supervisor de pedagogía y un supervisor del proceso
institucional (con un colaborador), con reuniones de ocho
horas de trabajo periódicas (Grimson, 1972).
En cuanto al personal del hospital y posibles disputas
o resistencias al centro piloto, los entrevistados mencionan
que en el Esteves había antes de su llegada solo diez médi-
cos, mientras que el centro piloto tenía muchos más profe-
sionales mejor pagos, ambulancias, camionetas y residentes
médicos. Notable diferencia para poder pensar proyectos
terapéuticos en salud mental.
72 • Historias locas
29
30 • Historias locas Historias locas • 71
A los tres meses de su ingreso, hacia principios de 1970, En la segunda página de la historia clínica, puede
fue trasladada al Pabellón 9. El tipo de registros y palabras observarse que lo que aparece completado por el médico
se modificó a partir de este traslado. A los dos días de ingre- que realiza la admisión es que la paciente no tiene ante-
sar al Pabellón 9 se registró que se había presentado al “inte- cedentes de locura –según dice su esposo–. “No se ocupa
rrogatorio” con “ropa escasa […] no valorando tal situación”, de sus quehaceres domésticos”, “desafectivizada con su marido y
era “pueril”, estaba “mal orientada en tiempo y lugar”, y hasta con sus hijos”.
“reclamaba su externación”. El médico interviniente des- Ella cuenta que fue despedida por sus patrones y desde
tacó una “imposibilidad de establecer una conexión”. Dos entonces “por las cosas que se tejen en la sombra” no ha podido
días después le aplicaron una ampolla de Halopidol I-I-I encontrar ocupación. “Relaciona su estado con la angustia que le
(antipsicótico neuroléptico). Todo ello contrasta claramente produce el no hacer lo que ella quería (estudiar, ser útil)”. Por la
con lo descripto en el párrafo anterior para los primeros calle la gente la mira “en forma significativa”. Oye que le dicen
meses de internación. A los tres meses aproximadamente, “en voz alta, María la loca, María la loca” sus “mismos están
fue “encontrada en el patio obnubilada” con una infección confabulados con sus enemigos” y han pretendido hacerla pasar
facial. Le pusieron hielo y se inició un tratamiento con Ami- por loca. Internándola en el Hospital Nacional de Alienadas, le
tripcilina 1-1-1. Tres días después comenzó con deposicio- han dado muerte a su propia hijita, “etc., etc.”
nes diarreicas muy frecuentes y dolor que se mantuvieron Ingresa con una orden de la policía de la capital por
hasta que hacia junio de 1970 tuvo una “sepsis médica” y “se lesiones en la vía pública. “Desprecian a su hija, la insultaban
constató su deceso” a las 7:30 a. m. por una “insuficiencia y le decían palabras ofensivas”.
cardíaca aguda” con una enterocolitis como antecedente clí- A continuación aparece la siguiente descripción
nico. Entre su internación y su fallecimiento, pasaron ocho médica:
meses. Su cuerpo fue retirado por sus familiares.
Mujer pequeña estatura. Buen esqueleto. Regular panículo adiposo.
Piel blanca tinte rosada. Músculos bien desarrollados. Motilidad
¿Cómo se comprende el brusco cambio en los tipos activa y fuerzas conservadas. Reflejos plantares en flexión. Los
de registros al ser trasladada desde el pabellón de admi- demás presentes e iguales a ambos lados. Audición y visión conser-
sión hacia otro? ¿Qué cuestiones referidas a los discur- vadas, pupilas iguales reaccionan a la luz y la acomodación MOP
sos científicos, a las discusiones en salud mental se vis- [movimientos oculares de persecución] normal. Encías rosadas
lumbran en este recorrido? ¿Qué formas institucionales y dientes muy bien conservadas. Lengua húmeda y saburral [capa
coexistían en el hospital en ese momento? fina de color blanquecino formada por bacterias que puede
recubrir la superficie de la lengua. En la mayoría de los casos,
la lengua saburral no tiene importancia y no provoca pro-
blemas de salud]. Tiroides tamaño normal. Pulmones sonoridad
La Comunidad Terapéutica en el asilo de alienadas: normal. Respiración vesicular no se oye. Corazón tonos muy fuertes
el Centro Piloto en las entrañas del manicomio en todos los focos. Soplo sistólico en el foco pulmonar de muy escasa
propagación, ritmo normal, pulso regular igual mediano frecuencia
“… el impacto fue enorme… yo creo que fue lo más importante
140. Tensión MX 180 Mn 100 (la enferma está intranquila y con
que hicimos en nuestra vida…”
aspecto de terror). Abdomen: plano, paredes blandas, no se palpa
(Vayo en Entrevista a Vayo y Grimson, 2013)
32 • Historias locas Historias locas • 69
nada anormal ni se despierta dolor. Orina D 1013 nada anormal. Llegó al Esteves acompañada por su hija, derivada
Urea en suero: 0,43%0 Glucemia: 0,74%0 Reacción Wassermann y desde el servicio de Psicopatología e Higiene Mental del
Kahn: eritrosedimentación: 5 Hospital Piñero, donde había permanecido por dos meses
Diagnóstico: nerviosidad Eretismo cardio vascular [actividad muy y medio.
intensa, y limitada en el tiempo, de un organismo o parte de
Desde aquel hospital informaban que solo atendían
él] taquicardia sinusal. Aumento de la tensión diferencial.
Colesterol: 2,10%o […] internaciones agudas y breves, y, como tenían falta de
camas, solicitaron el ingreso de la paciente al neuropsiquiá-
Continúa la descripción de aspectos somáticos o trico de la Provincia de Buenos Aires. Según ellos, Gabriela
biomédicos sin advertir “anomalía” o malfuncionamiento presentaba “síntomas de alienación mental” con diagnóstico
orgánico o fisiológico alguno. “tipo hebefrénico (parafrenia) 300.1”.
A continuación aparece adjunta la siguiente nota: En el Esteves su ingreso es refrendado por una médica
psiquiatra (hecho poco frecuente, con anterioridad solo hay
Buenos aires, noviembre de 1925 registro de varones), quien consignó que Gabriela había
Me dirijo al ……… solicitándole se sirva autorizar al pie de la sido internada en el Piñero debido a una “serie de activi-
presente a esta dirección, si es o no de su agrado, disponga se dades raras entre las que predominaban conductas antiso-
proceda a cortarle el cabello, en forma de uso actual, (melena) ciales de tipo exhibicionismo erótico”, que habían aparecido
a su enferma …………… puesto que ello resultaría para mayor un año y medio atrás. Tenía “pérdida total de la autocrítica”,
facilidad de mantenimiento en condiciones higiénicas.
estaba poco comunicativa y respondía a las preguntas casi
Saluda atentamente
El médico director
exclusivamente con monosílabos y “haciéndose evidentes
Doctor Julio G. Nogues fallas en la evocación”. Su diagnóstico fue “demencia”. La
hoja preimpresa de registro de su ingreso incluía un espacio
Buenos aires, ………………. para el “examen psicológico”. Ese ítem resulta novedoso en
Señor médico Director relación con plantillas preimpresas de años anteriores, don-
El que suscribe en carácter de Tía de la enferma de referencia, de solo registraban los médicos y no incorporaban a otras
(comunica, autoriza) a la Dirección del Hospital Nacional de disciplinas. Ahora bien, curiosamente aunque en la HC de
Alienadas que … se proceda a cortarle el cabello en la forma Gabriela existía el espacio para la anamnesis psicológica y
indicada en la solicitud que precede.
de historia social, estos fueron dejados en blanco.
Firma Tía de Ella.
Durante los primeros meses de su internación en el
Luego comienza el registro que da cuenta de la situa- Esteves, se registró que asistió a “entrevistas”, que estaba
ción de la paciente durante la internación: triste por la muerte de su esposo (“llorosa”, “parcialmente
orientada”, “con conciencia de situación pero no de enfer-
Enferma tranquila – durmió cuatro horas – se levantó bien – medad”). Fue medicada con tres Stelazine (neuroléptico),
buena orientación en tiempo y lugar – memoria conservada -. Dice dos Artane (antiparkinsoniano) y dos Nozinan (neurolépti-
estar afónica desde hace meses, niega tener alucinaciones auditivas. co) por día. Tales indicaciones se fueron modificando con
observaciones, agregados y cambios de medicación.
68 • Historias locas Historias locas • 33
Mapa del centro de la Provincia de Buenos Aires A casi un año de su ingreso en el hospital, vuelve a
con la localidad de Balcarce, Argentina, marcada registrarse algo sobre Ella: “A eso de las 12 se puso en extremo
agresiva golpeando brutalmente a la enferma María A, siendo
necesaria la aplicación del restraint”.
A los pocos días:
El 30 de abril de 1932:
En 1933:
Es mejor tener el pelo libre
… levantada se excita con suma frecuencia tornándose agresiva,
que la libertad con fijador
revoltosa, coprolálica obscena y obligando al uso del restraint
(Pedro y Pablo, “La marcha de la bronca”)
[…] presta escasa atención, desorientada, respuestas incoherentes –
memoria con fallas -… es visitada de vez en cuando desafectiva
– déficit de sus facultades psíquicas – duerme con hipnóticos –
se alimenta poco y merced a los reiterados esfuerzos del personal Un periodo novedoso: 1968-1971
del pabellón.
67
66 • Historias locas Historias locas • 35
Referencias En 1966:
y caracteriza claramente los supuestos epistémicos y para- cuenta del tiempo, un malestar que avanza, unos síntomas
digmas vigentes. Emiliano Galende (1990) plantea que los que se repiten, un tratamiento ausente, una escucha y pala-
saberes en salud mental son encubridores y legitimadores bras anuladas y un cuerpo que se adelgaza hasta perder el
de prácticas que en realidad no responden a un saber fun- último aliento que le queda para salir. Es clave la expresión
dado científicamente, sino política e ideológicamente. Es final “Ya no tengo alucinaciones ni ilusiones”, que alude a
decir, respondiendo a una construcción que en lo social la claridad de haber hallado que, para salir, cualquier vin-
responde a la pugna de intereses en juego. culación con el orden de la fantasía o el deseo por ser algo
La locura por sus características propias tiende a ocu- o alguien diferente debieran eliminarse. Y cuando desde lo
par ese lugar de desconocido o incognoscible que, por lo discursivo Ella está dispuesta a apagar el deseo, la fantasía
tanto, las sociedades tratan de significar de acuerdo a sus o la ilusión, también se apaga el cuerpo, aun pareciendo
valores, sentidos y significaciones predominantes. Dado evidente la conexión entre ambos eventos, Ella muere de
que tanto la definición de “salud” como la de “enfermedad” un “paro cardio-respiratorio”, el deseo que se apaga no es
son problemáticas de por sí y aún más en lo relativo a lo más que el registro de una voz que no se escucha. La pro-
mental, “el loco”, por exclusión, funciona socialmente signi- pia categoría diagnóstica condensa una nulidad y borradura
ficando lo enfermo y por contraste con lo sano. de una trayectoria de vida en el hospital densamente sig-
En el presente análisis, resulta evidente que Josefina no nificativa que es eliminada por completo en el certificado
era una persona peligrosa, nada sabemos de su historia ni de de defunción que pasa a engrosar la historia clínica de un
por qué emigró desde España. Nada de esto es consignado. cadáver que, irónicamente, será “útil” como deseaba Ella,
Tampoco hubo intento alguno de recomponer o investigar “ser útil” entre los estudiantes de Medicina, condenada a
sus lazos familiares. Solo se dirigieron a su hermana para ser observada eternamente, nombrada, descripta como un
transmitir el saber médico y finalmente a su familiar lejano cuerpo sin voz que no tiene nombre (o no el suyo al menos)
para que contestara (y él sí debía hacerlo en forma inmedia- ni historia. Quizá lo más vivo que hallamos sean las palabras
ta) si se hacía “cargo del cadáver”. que gritan por salir, atrapadas en esta historia cínica.
El aislamiento fue el único “tratamiento” que se le Estos aspectos son una constante en gran parte de
dio ¿a Josefina?, ¿a la sociedad? por ser “inadaptable a la las historias clínicas de mujeres, que ingresan hasta que su
vida social”. deterioro psicofísico, y en este caso también la edad, las
También podemos remarcar un rasgo que el médico conduce a la muerte.
describe en la HC respecto a Josefina que la aleja de lo que
se espera de “una buena mujer”: nos dirá que
De generaciones
siendo casada y con hijos ha dejado a éstos y a su esposo en España
no revelando al recordarlos síntomas de emoción ni manifestacio-
nes afectivas finalmente también les dirá a su familia que no los La historia clínica condensa diversas construcciones de
recuerda, que no se preocupa por ellos. la enfermedad y de la enferma, cada uno de los relatos
transcriptos registran la descripción de Ella a partir del
ojo clínico del médico, de la capacidad de penetración psí-
quica del psiquiatra, de la búsqueda por el mantenimiento
38 • Historias locas Historias locas • 63
citando un informe policial, pero las hace propias, “Des- Davies, K. (1996). “‘Sexing the mind’? Women, Gender and
órdenes en la vía pública”, “Detenida por la policía”, “Pasa Madness in Nineteenth-Century Welsh Asylums”, Lla-
a este asilo”. fur, 7 (1), pp. 29-40.
Es sintético, pareciera que no fuera una decisión médi- Kromm, J. E. (1994). “The Feminization of Madness in
ca sino policial el motivo de internación. Visual Representation”, Feminist Studies, 20 (3), pp.
Describe a la paciente como alguien que no tiene regis- 507-535.
tro de la realidad, de dónde está, como si todo le diera Lock, M. y Scheper-Hughes, N. (1990). “A critical-
igual y no sufriera los pesares que describen: “Desorientada, interpretative approach in medical anthropology:
habla sola, ríe sin motivo, no recuerda a sus familiares, cuida rituals and routines of discipline and dissent”. En John-
poco su aseo”. “No recuerda a sus familiares”, por un lado, son, T. M. y Sargent, C. F. (ed.). Medical Anthropology:
neutraliza la preocupación y pedido de cuentas de la familia, Contemporary Theory and Method (pp. 47-72). Nueva
a la vez que reafirma la idea de su estado mental. York: Praeger.
Termina con el enunciado “buen estado físico”. Aquí Ruiz Somavilla, M. J. y Jiménez Lucena, I. (2003). “Género,
habla de una posición teórica no explicitada en la que divi- mujeres y psiquiatría: una aproximación crítica”, Frenia,
de lo físico de lo psíquico. Y además puede que intente Vol. 3, (1), pp. 7-29.
justificarse, demostrando que la institución cuida del esta- Scott, J. (1993). “El género: una categoría útil para el análisis
do de la paciente, siendo la enfermedad psíquica y no las histórico”. En Lamas, M. (comp.). El género, la cons-
condiciones ambientales de la institución las que deterio- trucción cultural de la diferencia sexual. México: PUEG,
ran su salud. UNAM.
Showalter, E. (1985). The Female Malady: Women, Madness,
La carta de un pariente lejano and English Culture, 1830-1980. Nueva York: Pantheon.
Smith-Rosenberg, C. (1972). “The Hysterical Woman: Sex,
Si bien inicia con un tono de respeto y cortesía (“Muy Roles and Role Conflict in 19th Century America”,
señor mío, el agrado de dirigirme a Ud.”), pasa a pedir Social Research, 39 (4), pp. 652-678.
explicaciones en forma muy directa. Explicita que quiere Sy, A. (2015). “De la Literatura a la Historia: Cuando la
sacarla de ahí. Sin embargo, también él se refiere a Josefina locura se convierte en desviación social”, Estudios Filo-
como “la enferma”. lógicos, (55), pp. 129-141. Recuperado de https://bit.ly/
Aclara que escribió cartas previamente que no fueron 2rdBTWc.
contestadas, lo cual da cuenta de que el lugar de los fami- Taussig, M. (1992). “La reificación de la conciencia del
liares no es relevante, a la vez que coloca a esta carta en un paciente”. En Un gigante en convulsiones. El mundo
lugar de mayor “obligación de dar una respuesta”. humano como sistema nervioso en emergencia permanente
(pp, 111-143). Barcelona: Gedisa.
El telefonograma
El análisis textual
La carta de la hermana
La respuesta médica
Fairclough (1998) afirma que el discurso es el uso del Mujeres, migrantes y “locas” entre 1895 y 1940
lenguaje como práctica social. Propone un análisis del
discurso crítico tridimensional, que incluye tres niveles: Audra, de nacionalidad lituana, es internada en el hospital
el 7 de junio de 1931, según consta en su HC, “colocada por”
1. el análisis textual del discurso (análisis lingüístico); su patrón después de dos meses de trabajar como cocinera,
2. el análisis del discurso como práctica discursiva “como sus síntomas se habían vuelto cada vez más ruido-
(análisis de la producción e interpretación del tex- sos, decidieron internarla”, “abandonada en los quehaceres
to); y de la casa. Indiferente por los suyos”. Desde su ingreso se
3. el análisis del discurso como práctica social (análisis registra que se encontraba “excitada”, “erótica”, que “daba
de las circunstancias sociales e institucionales en gritos”, permanecía “inquieta a las preguntas que se le for-
las que se produce ese texto, para develar la ideo- mulaban” y “respondía invariablemente ‘no estoy enferma’”;
logía en juego). dijo “haber sufrido” en sus empleos como sirvienta y haber
“pasado hambre”; se “expresaba deficientemente en caste-
Es en estas tres dimensiones de análisis, es decir, llano”. Como “ella no podía satisfacer los deseos sexuales de
los niveles antes mencionados, en las que basamos su esposo, éste la abandonó”.
nuestro análisis. Al mes de esa primera internación, concurren el esposo
y el patrón. Solicitan el alta. Se les informa que “la asilada
se halla a disposición del juez”. En 1932 sale con un alta
a pedido del esposo, con quien ella se había “disgustado
muchas veces por no haber apurado los trámites para hacer
venir a sus dos hijas que estaban en Lituania”.
41
42 • Historias locas Historias locas • 59
Su esposo señala que durante un tiempo su comporta- historia de la medicina basada en el punto de vista de
miento fue “bueno, siendo trabajadora y cariñosa”. los enfermos. Según Huertas (1996), en esos años fueron
Audra reingresa al hospital el 9 de septiembre de 1936, publicados varios artículos que también apuntaban a des-
“colocada por la Policía Federal” (se consigna con tinta roja centrar el lugar de la enunciación que hasta ese momento
la leyenda “INTERDICTA” en la primera hoja de su HC), solía basarse en los dichos y escritos oficiales o, en todo
aunque esta vez el nombre que se registra a su ingreso fue caso, en lecturas críticas de esos dichos. Sin embargo, es
“Adela”, asignándole una nacionalidad “polaca”. Con diag- necesario reflexionar sobre la particular dificultad de acce-
nóstico de “excitación maníaca”, “no exterioriza alienación so al punto de vista de los llamados “enfermos mentales”
ni ilusiones”, “se muestra lúcida y coherente pero no muy (Huertas, 2016). Es un hecho que los “locos” escriben y reci-
interesada”. Se expresa “con entonación ligeramente monó- ben correspondencia. Escriben y reciben cartas cuando los
tona y con dificultad de dicción debido a la falta de domi- encierran, escriben diarios, escriben poesías, literatura.
nio del idioma castellano”. Demuestra “ideas persecutorias Podemos nombrar las memorias del presidente Schre-
que objetiva en su esposo ‘me pega’, ‘es malo’”. Durante un ber, las cuales no solo pudieron lograr su libertad, al dar
tiempo permanece “agitada, llorosa, solloza por momentos, testimonio de que él no era más que una víctima de una per-
espetaba en todas las direcciones”. Es “enchalecada”. secución divina encarnada en su psiquiatra, el Dr. Flechsig,
Consignándose que “la enferma no presenta variación sino que también le sirvieron a Freud (1981) para realizar su
de su estado mental” y sin visitas desde 1936, el 21 de famoso estudio psicoanalítico respecto a la paranoia, moti-
diciembre de 1939 pasa al pabellón 4 del Asilo de Lomas. vo de estudio hasta el día de hoy.
A casi diez años de internación, en 1948 se registra que Entre las historias clínicas con las que trabajamos,
está “excitada, dice incoherencias, grita con frenesí”, y le encontramos varios de esos escritos de las personas que
aplican electroshock. fueron internadas. Cartas que no fueron despachadas, car-
Durante su internación, aunque especialmente en los tas que no fueron entregadas, notas que dejaban constancia
últimos años de vida en la institución, presenta múltiples de deseos, denuncias o pedidos. Cartas escritas por pacien-
problemas clínicos, como: otitis aguda, forúnculos, dolores tes, cartas escritas por familiares, por médicos. Escritos que
abdominales, lesiones cortantes, estados febriles y orzue- las más de las veces nos hamacan desde nuestra posición
los, entre otros. de voyeur a la de detectives, y desde la impotencia triste de
En mayo de 1953, se registra que participa de un epi- los certeros finales hasta las mágicas varitas de poder dar
sodio en el que agrede a otra interna con una lata, de for- testimonio de lo ocurrido, con la idea (¿loca?) de dar voz,
ma que le provoca una herida en el cuero cabelludo. En dar letra y repensar en ese mismo acto nuestra inserción en
1965 es diagnosticada con “tuberculosis”. El 23 de marzo el campo de la salud mental actual.
de 1968 es encontrada “desmayada y caída”, con vómitos, Estas notas, cartas y escritos suelen ir abrochados
sudoración profusa y afebril; cuando recobra el conoci- dentro de la historia clínica, y se corresponden no solo
miento, “refirió precordialgia” (dolor en la parte delantera con intentos de las pacientes de ser escuchadas o de
del corazón) y se registran “ruidos cardíacos apagados y trasmitir un pedido al exterior o al interior de la ins-
bradicardicos”, se indica penicilina, digitalina y realizar un titución, sino también con otras figuras que están en
examen en el servicio de clínica médica. Tres días después, juego y que van variando a través del tiempo: la familia,
instituciones de algunas comunidades, instituciones del
58 • Historias locas Historias locas • 43
Carta escrita por un pariente lejano. Escrita a mano, fallece a consecuencia de una “insuficiencia cardíaca agu-
con letra algo desprolija, los párrafos están separados irre- da”. Su cuerpo es retirado por el Hospital Borda como NN.
gularmente, fechada en mayo de 1934. En esta carta se hace (AR-AGN.DAI/HNE).
referencia a que anteriormente se habían enviado otras 2 Angélica ingresa el 9 de mayo de 1922, con 39 años
cartas que no fueron contestadas. Estas no se encuentran en de edad al pabellón Bosch del Esteves. Al ingreso se regis-
la historia, y no figura que hayan sido contestadas. tran sus datos: “quehaceres domésticos” como ocupación,
“religión católica”, “color blanco” y “nacionalidad española”,
Sr Médico Interno del Asilo de Lomas aunque lleva “14 años de residencia en el país” casada con
Muy Señor Mío Manuel, quien la acompaña. Este señala que hacía un mes
Tengo el agrado de dirigirme a Ud. para saber el estado de salud de notaron “los primeros síntomas de la enfermedad”: “excita-
Josefina Cuñaz, que se encuentra internada en ese establecimiento.
ción psico-motriz, alucinaciones visuales, fugas, persegui-
Estimaría que Ud. me diera explicaciones cómo se encuentra la
enferma, quien es pariente mía en segundo grado. da”, era “violenta” y “agresiva”, estaba “constipada” y tenía
Para sacarla del referido Establecimiento y llevarla para España “menstruaciones irregulares”. Se refiere además que un her-
conmigo. mano estaba “afectado de enajenación mental”. Finalmente
Es la tercera carta y de ninguna tuve contestaciones así que ruego me el diagnóstico registrado es “delirio”.
conteste. Según consta en la historia clínica, ingresa “sumamente
Manuel Rodríguez excitada, gritando y promoviendo escándalo. Facies de
Dirección: Ilegible Capital expresión cambiante”. De “atención móvil, idiorreica y
logorreica. Incoherente, exterioriza algunas concepciones
Nota en un papel mal cortado. Nota escrita en forma delirantes persecutorias e ilusiones visuales”.
desprolija, aparenta ser el borrador de un telefonograma
que fue enviado, pero hay un formulario impreso con fecha No se prestó al examen somático. Cuando se la interrogó,
29/3/59 –es decir, un día después que Josefina falleció– con prestó atención y respondió sin retardo, mostró ideas deli-
la leyenda “TELEFONOGRAMA NO RECIBIDO”. rantes de persecución, de daños y algunas hipocondríacas.
Se quejó de su marido, que le había producido la equimosis
Dirigido al Sr Manuel Rodríguez que presentaba en los miembros “Tengo el corazón lastimado,
Falleció Josefina Cuñaz. Conteste si se hace cargo del cadáver. me hace así” (hacía señas con las manos, como apretando
fuertemente), no tiene noción de su estado mental, dice que el
marido es el loco “Mi esposo me dejó salir de mi propiedad y
Las cartas sobre la mesa me trajo acá”, “Me trajo engañada”, “Yo no sé por qué me trajo,
En este capítulo, nos interesa tomar como objeto para el bien a él le pueden preguntar; poco puedo saber; él sabrá por
análisis las comunicaciones antes citadas. Consideramos qué me trajo”, “Mi esposo me llevó al curandero y este me
dijo que este era un daño”, “Yo antes era fuerte como la roca;
que, como se detallará más adelante, estos “anexos” son una
que no me encuentro tan fuerte como antes; pero estoy bien”,
vía para descubrir lo no dicho explícitamente en la historia “Nunca estuve enferma doctor”. Le preguntamos si la habían
clínica acerca del tratamiento que se le da “a la locura”. querido envenenar y contestó “quién sabe”.
El historiador británico Roy Porter (1985) escribió
un influyente artículo titulado “The Patient’s View: Doing
Medical History from Below” en el que propone hacer una
44 • Historias locas Historias locas • 57
“Muchas veces hasta el mismo marido es el enemigo”. Adjuntas a la HC, encontramos correspondencia que
“‘Antes cuando estaba en mi propiedad me peleé con la de evidencia los intercambios entre sus familiares y el per-
al lado, con mi vecina y me insultó tanto’. Durante todo el sonal del Hospital.
interrogatorio no ha mirado a su interlocutor, en ningún Carta escrita por la hermana de Josefina con fecha de
momento”. Al mes se registra que es “emotiva” y suele llorar. enero de 1935. Está escrita a mano, resalta una letra espe-
“Caprichosa” y, en ciertos momentos, presenta “negativis- cialmente prolija y algo rebuscada.
mo para las órdenes que se le daban”. Suele tener “solilo-
quios en voz natural” y “a veces a gritos”. No es “agresiva Señor Director del Asilo:
ni destructora”. Dice: Muy Distinguido y Poderoso Señor:
Salud y largos años de vida le desea la que cariñosamente le saluda.
“Yo no tengo que estar acá; porque no soy de acá”, “Estoy acá Yo, humildemente paso a pedir de su bondadosa persona un grandí-
porque no soy de acá; estoy acá porque me habrán tirado”, simo favor que voy a suplicarle.
“Usted sabrá mejor que yo porqué estoy acá, pues yo no tengo Pues Señor, tengo por noticias que una hermana llamada Josefina
motivo para estar acá”, “Usted ya lo sabrá”. Reticencia mar- Cuñaz, asiste en ese Asilo. Yo, como no conozco a nadie, me dirijo,
cada. Exteriorizó ideas hipocondríacas “No me siento bien para quitarme la ansiedad, a su persona para que pueda sacar-
como antes” “Siento mareos en la cabeza” “Parece que me han me de dudas.
lastimado el corazón”. Me tomé esta libertad, estimado, sepa disculpar el atrevimiento.
Dígame si la referida, mi hermana, se halla ahí, qué enfermedad
le acomete, por quién fue conducida y si alguna persona espa-
Para fines de 1922, se registra que Angélica se encon-
ñola la visita.
traba levantada, “protestaba contra su esposo adjudicándole Esperando con ansia su digna contestación
tener queridas y le llamaba babosa, no lo quería ver. Risas Antonieta Cuñaz Nava
inmotivadas. ‘¿Por qué traen a una al manicomio sin estar Mi dirección de España Ilegible
loca?’”. Cuando la visitaba su esposo, “le profesaba golpes de Hágame el favor de entregarle esta esquela a mi hermana.
puño, puntapiés y le decía de todo”. Solía “excitarse después
de la visita de su esposo, tirándose al suelo, golpeando con Borrador de la carta en la que el médico ensaya su con-
pies y manos”. Decía que quiere “‘salir de este manicomio, testación a la hermana. Está escrito al dorso de la anterior.
‘quiero ir a mi casa a Flores, para ver a mis nenitos’”. Esta- Con fecha de febrero de 1935, en la historia clínica se regis-
ba “bien orientada en tiempo y de lugar”. “‘Mi esposo me tra que se envió una carta a un familiar de la paciente.
trajo, no sé por qué, yo era buena’”. “eufórica”, “expansiva”,
“comunicativa”. Contaba “con lujo de detalles todo lo que le La enferma está internada en este asilo desde el día 6/2/32. Habien-
había acontecido”. En 1923 es trasladada al Asilo de Lomas, do sido remitida del Hospital Nacional de Alienadas.
demostró “tener desprecio por su marido, a quien acusó Motivo de Internación: Desórdenes en la vía pública, siendo deteni-
da por la policía el 25/8/31, pasa a este asilo el 6/2/32.
de ser el causante de su asilamiento”. Sus sentimientos de
Afección: Demencia Precoz.
afectividad a sus hijos “estaban conservados normales, en En la actualidad se encuentra tranquila, desorientada en tiempo y
cuanto a su afecto por el marido estaba disminuido”. “Se lugar. Habla sola. Ríe sin motivo.
ocupa en algunas costuras”. Tres años después “la enferma No recuerda a sus familiares. Cuida poco de su aseo. Buen estado
insistía en obtener el alta: ‘si no quiere venir mi marido que físico.
me saquen sus parientes’”. En el asilo “no se ocupaba en
56 • Historias locas Historias locas • 45
aquella pronunciaba frases incoherentes como: “en busca de nada desde hacía una temporada”. “Protestaba por la comi-
San Antonio”, haciéndole presumir que tuviera las facultades da”. En los años siguientes se registra que “persistía en el
mentales alteradas. mismo estado mental y físico”.
TRASTORNOS DE LA IDEACIÓN: presenta ideas incohe- Con fecha del 22 de abril de 1924, aparece una carta
rentes de base persecutoria. Oye voces insultantes, ve al dia-
del esposo dirigida al director del hospital, solicitando que
blo diariamente con la virgen. Oye voces de individuos con-
ducidos subterráneamente por el diablo. le describa la situación de su esposa para enviar a los fami-
DESÓRDENES DE LA AFECTIVIDAD: siendo casada y con liares de España, quienes pedían el alta.
hijos ha dejado a éstos y a su esposo en España no revelan- En 1930 se registró que era “trabajadora” y tenía “soli-
do al recordarlos síntomas de emoción ni manifestaciones loquios” y “a veces solía excitarse”. Dijo que “quería irse, que
afectivas. Está excitada, se mueve de un sitio a otro, presta no estaba enferma”. Veinte años después se continúa con
atención forzada a las voces que dice oír poco y mal. registros similares que muestran cierta mejoría: “atiende”,
DESÓRDENES DE LOS ACTOS: impulsión defensiva frente “lúcida”, “se entablaba fácil diálogo”, si bien aún manifestaba
a supuestos perseguidores. “ideas delirantes de carácter persecutorio”. Tenía un “exce-
Es inadaptable a la vida social. Signos morfológicos. Mal
lente estado de nutrición” y “se adornaba con cuentas de
desarrollo esquelético con groseros estigmas de degenera-
ción mental. madera e hilos”. “Cuidaba su aseo”. “Obesidad”.
DIAGNÓSTICO: delirio persecutorio de tipo religioso a base En 1956 se registra que trabaja en la escobería y que
de alucinaciones con ideas delirantes. ya no era visitada.
El primer evento clínico se registró en 1943, con una
Sin embargo, según consta en su historia clínica, Josefi- infección en la mano derecha, y continuó hasta 1961 con
na no presentó jamás conductas agresivas, ni impulsivas, ni síntomas de fiebres de 40º C, estados gripales, cefaleas, tos
contrarias a las normas de la institución; por el contrario, con mucha expectoración, vómitos, diarreas de tipo disen-
ella misma fue agredida por diversas pacientes en varias teriforme. El 7 de marzo de 1961 estaba “muy hipertensa”.
oportunidades, y fue descripta de esta manera: “Tranquila, Se medicó con Somnifene y digitalina, Saligram, Ampliactil.
mutismo absoluto frente al interrogatorio, sucia y aburrida, Al día siguiente presentó una hemiplejia izquierda.
con risas inmotivadas, no se ocupa de nada, con escasa aten- El 9 de marzo falleció a los 78 años a causa de “una falla
ción, desorientada, con buen estado físico y sin novedad en brusca del ventrículo izquierdo”. El certificado de defun-
cuanto a su estado mental”. ción establece que falleció a consecuencia de insuficiencia
Con el correr de los años, empeoró su estado físico y cardíaca aguda. El cadáver pasa a la Facultad de Medicina
psíquico y falleció en marzo del año 1959, es decir, 28 años (AR-AGN.DAI/HNE).
después de su ingreso.
Durante ese período casi no fue visitada. Solo figuran
2 visitas de un conocido de la familia de origen español. Y Las historias, ¿una cuestión de género?
el tratamiento médico fue el aislamiento, ya que al menos
no figura intervención profesional de psiquiatría alguna, ni Las trayectorias que presentamos condensan múltiples
de otro especialista, salvo vacunaciones anuales y algunas puntos recurrentes en las HC del periodo analizado.
intervenciones de enfermería o del médico para curarla a
causa de las agresiones recibidas.
46 • Historias locas
55
54 • Historias locas Historias locas • 47
Sy, A. (2015). “De la Literatura a la Historia: Cuando la locu- se marcaba mes a mes el periodo de menstruación. Otro
ra se convierte en desviación social”, Estud. filol. 55, pp. aspecto consignado es la conducta “erótica”: “Abandonada
129-141. Recuperado de https://bit.ly/2rdBTWc. en los quehaceres de la casa. Indiferente por los suyos”,
Talak, A. M. (2005). “Eugenesia e higiene mental: usos de la “afectividad conservada” o “desafectiva”, lo cual se asocia
psicología en la Argentina (1900-1940)”. En M. Miran- a estereotipos socialmente establecidos para la mujer: ser
da y G. Vallejo (ed.). Darwinismo social y eugenesia en esposa-madre-cuidadora-ama de casa. El incumplimiento
el mundo latino (pp. 563-599). Buenos Aires: Siglo XXI o apartamiento de los atributos establecidos para su géne-
Editores. ro: lo afectivo, lo débil, lo reproductivo, lo emocional, lo
Vallejo, G. (2010). “Roma-Buenos Aires: un eje para la delicado, lo romántico, lo maternal-cuidador y lo domés-
expansión de la biotipología y el fascismo”. En Vallejo, tico; producen ciertos procedimientos, acuerdos y trata-
G. y Miranda, M. Derivas de Darwin. Cultura y política en mientos que se cuelan en las teorías, registros, prácticas
clave biológica (p. 84). Buenos Aires: Siglo XXI Editores. y modos de pensar médicos. Ello coincide con la llamada
Vezzetti, H. (1985). La locura en Argentina. Buenos Aires: “feminización de la locura”, esto es, el proceso que llevó a
Paidós. finales del siglo XIX a considerar los trastornos mentales
Weiner, D. (1995). “Les femmes de la Salpetriere: Trois sie- asociados a ciertos “atributos femeninos”, lo cual condicio-
cles d’histoire hospitalaire parisienne”, Gesnerus. 52(2), na las respuestas terapéuticas de los psiquiatras (Showalter,
pp. 20-30. 1985; Smith-Rosenberg, 1972; Chesler, 1972; Wood, 1973;
Wood, A. D. (1973). “The Fashionable Diseases: Women’s Kromm, 1994; Weiner, 1995; Davies, 1996). Como Señalan
Complaints and Their Treatment in Nineteenth Cen- Ruiz Somavilla y Jimenez Lucena (2003):
tury America”, Journal of Interdisciplinary History. 4 (1),
pp. 25-52. Las mujeres tenían más probabilidad de ser etiquetadas de
enfermas mentales, debido a lo que Chesler llama “doble
estandar” de la enfermedad mental, ya que la salud mental no
se valoraba de la misma forma, con los mismos parámetros,
en hombres y mujeres, pues los parámetros de una persona-
lidad sana: independencia, autonomía y objetividad no eran
los parámetros de una mujer mentalmente sana: dependencia,
sumisión y sentimentalismo. (p. 10).
contrario, como muestras de mejoría (“Se ocupa en algunas Marquiegui, D. N. (2010). “Inmigración y control social:
costuras”, “Colabora”, “trabajadora”, “Trabaja en escobería”. nuevas perspectivas de análisis de los procesos de inte-
Además, diversos modos de contención como el “chaleco” o gración y represión del ‘fracaso’ a partir de los libros de
“restraint”, el electroshock, shock cardiazólicos o inyecciones historias clínicas de la Colonia Nacional de Alienados
de leche subcutánea se orientan a controlar los cuerpos y ‘Dr. Domingo Cabred’ (Argentina) a principios de siglo
corregir conductas. XX”. Jornadas Bicentenario: perspectivas, debates y desafíos
para las ciencias sociales. Universidad Nacional del Cen-
tro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, Argentina.
Dónde se curan “los vicios” Michalewicz, A., Obiols, J., Ceriani, L. y Stolkiner, A. (2011).
“Usuarios de servicios de salud mental: del estigma de
la internación psiquiátrica a la posibilidad de hablar en
Los asilos alejados de las ciudades, con parques y espacio
nombre propio”. III Congreso Internacional de Investiga-
al aire libre, son producto de la aplicación en la Argentina
ción y Práctica Profesional en Psicología. Facultad de Psi-
del sistema “Open Door”, que propuso e instaló el médi-
cología de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
co psiquiatra y sanitarista Domingo Cabred (1859-1929).
Pacecca, M. I. y Courtis, C. (2008). Inmigración contem-
En sintonía, el Asilo de Lomas estaba por fuera de la gran
poránea en Argentina: dinámicas y políticas. Santiago de
ciudad asociada por los alienistas a una de las causas de la
Chile: CEPAL 84.
locura: el hacinamiento, el dinero, los vicios, etc. (Vezzetti,
Scott, J. (1993). “El género: una categoría útil para el análisis
1985). Dichos espacios se caracterizaban por una ilusión de
histórico”. En Nash y Amelang (eds). Historia y Género:
libertad, trabajo y su carácter rural (Vezzetti, 1985; Mar-
las mujeres en la Europa moderna y contemporánea (pp.
quiegui, 2010). Así, el trabajo se convirtió en uno de los ele-
23-56). Valencia: Alfons el Magnànim.
mentos más importantes del “tratamiento moral”. Vezzetti
Showalter, E. (1985). The Female Malady: Women, Madness,
(1985) va a señalar que el objetivo de la reintegración social
and English Culture, 1830-1980. Nueva York: Pantheon.
del loco comienza por esa reforma del manicomio que lo
Smith-Rosenberg, C. (1972). “The Hysterical Woman: Sex,
aproxima a una pequeña comunidad rural. La centralidad
Roles and Role Conflict in 19th Century America”,
del trabajo al aire libre se sostiene en una serie de razones;
Social Research. 39(4), pp. 652-678.
es inmediatamente higiénico, devuelve al “alienado” signos
Ruiz Somavilla, M. J y Jiménez Lucena, I. (2003). “Género,
de su utilidad social y, finalmente, contribuye a reducir los
mujeres y psiquiatría: una aproximación crítica”, Frenia.
costos del establecimiento.
3(1), pp. 7-29.
Es claro que, desde esta concepción, “la locura” no es
Stagnaro, J. C. (2006). “Evolución y situación actual de la
tanto una afección de la razón como una desviación de la
historiografía de la psiquiatría en la Argentina”, Frenia,
conducta, a partir de causas que remiten tanto a factores
6(1), pp. 9-37.
corporales, como a condiciones socioeconómicas y crisis
Stepan, N. L. (1991). The Hour of Eugenics. Race, Gender and
morales que atraviesa especialmente la población migrante.
Nation in Latin America. Ithaca, Estados Unidos: Cornell
Las HC que analizamos dejan constancia, con los años
University Press.
de internación, del traslado de las internas al Asilo de
Lomas. Este fue construido con esta lógica, si bien llegaban
52 • Historias locas Historias locas • 49
Chesler, P. (1972). Women and Madness. Nueva York: Avon las mujeres consideradas “crónicas”, a quienes se las ter-
Books. minaba aislando de sus lugares de origen, dejaban de ser
Davies, K. (1996). “Sexing the Mind? Women, Gender and visitadas y, conforme pasaba el tiempo, los registros sobre
Madness in Nineteenth-Century Welsh Asylums”, Lla- su evolución eran cada vez más breves y se realizaban cada
fur 7(1), pp. 29-40. vez con menor frecuencia, ligados a procedimientos clíni-
Devoto, F. (2009). Historia de la Inmigración en la Argentina. cos, hasta su fallecimiento.
Buenos Aires: Sudamericana. El final de la vida en la institución de la mayoría de
Dovio, M. (2014). “La peligrosidad en la Revista de Cri- las mujeres transcurría en soledad o, al menos, lejos de sus
minología, Psiquiatría y Medicina Legal, Buenos Aires, familiares o allegados. Dejaban de preguntar por ellas, hasta
1924-1934”, Revista de Derecho Penal y Criminología, pp. que, luego de fallecidas, sus cadáveres no eran retirados
44-56. y se los enviaba al Borda para ser investigados (como en
Freidson, E. (1978). La profesión médica. Barcelona: Penín- el caso de Audra) o a la Facultad de Medicina (como en
sula. el de Angélica).
Foucault, M. (1987). El nacimiento de la clínica. Una arqueo-
logía de la mirada médica. Buenos Aires: Siglo XXI Edi-
tores. No soy de aquí ni soy de allá…
Foucault, M. (2000). “Clase del 15 de enero de 1975”. En
Los Anormales (pp. 39-59). Buenos Aires: Fondo de Cul-
Durante la primera mitad del siglo XX, los procesos socio-
tura Económica.
políticos y económicos que atraviesan a nuestro país, como
Foucault, M. (2002). Historia de la locura en la época clásica.
la inmigración no regulada, la creciente urbanización e
Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
intensificación de la economía de mercado, van a colo-
Goffman, E. (2001). Internados. Ensayos sobre la situación
car el foco en la necesidad de atender a “la salud de la
social de los enfermos mentales. Buenos Aires: Amorror-
Nación”. Las concepciones de la psiquiatría para la época
tu Editores.
no quedaron exentas de ello, hemos visto cómo las ideas
Instituto Nacional de Estadística y Censos (1973). Anuario
vigentes sobre el trabajo, la familia y el género permea-
Estadístico de la República Argentina. Buenos Aires:
ron la mirada y prácticas médicas y tuvieron una profunda
INDEC.
influencia en las experiencias de las mujeres internadas,
Ingenieros, J. (1957). La locura en la Argentina. Obras comple-
así como en las conductas y recomendaciones de los psi-
tas. Buenos Aires: Elmer.
quiatras y el personal médico en general. Coincidimos con
Kromm, J. E. (1994). “The Feminization of Madness
Ablard (2008), quien también trabaja con historias clínicas
in Visual Representation”. Feminist Studies, 20(3), pp.
de la época, cuando señala que los médicos y el equipo
507-535.
eran proclives a considerar el testimonio familiar e ignorar
Miranda, M. (2012). “Buenos Aires, entre Eros y Tánatos.
las aseveraciones de aquellos confinados que podrían haber
La prostitución como amenaza disgénica (1930-1955)”,
hecho comprensible su extraño comportamiento; se toma-
DYNAMIS. 32(1), pp. 93-113.
ban importantes decisiones médicas basadas en breves che-
queos superficiales y altamente rutinarios. Los diagnósticos
50 • Historias locas Historias locas • 51
o etiquetas psiquiátricas no tenían una valoración neutral. o contraespejo a aquello que la relega. En este sentido, la
Ablard (2008) señala que la distancia social entre el profe- línea de separación entre locura y razón persistirá mien-
sional y los sujetos (definidos por estatus socioeconómico, tras continúe la episteme dentro de la cual el discurso del
raza, género, etnicidad, comportamiento e ideología políti- “loco” (“la loca” en este estudio) es un discurso rigurosamen-
ca, entre otros) fue un determinante principal al declarar a te excluido, como ocurre desde una perspectiva biomédica
una persona “insana”. Los médicos consideraban que pre- (Foucault, 1987, 2002).
disponían a la locura factores socioculturales y económicos,
incluyendo el estrés de la migración y los roles no tradicio-
nales que adoptaban las mujeres inmigrantes a su llegada Referencias
a Buenos Aires. Subyace a ello cierta moralidad estableci-
da para la época que, en el caso de las mujeres, adquiere
Ablard, J. D. (2008). Madness in Buenos Aires: Patients, Psychia-
valores singulares asociados a estereotipos de género. Así,
trists and the Argentine State, 1880-1983. Calgary, Estados
la psiquiatría legitimó el encierro de mujeres que se apar-
Unidos: University of Calgary Press and Ohio Uni-
taban del modelo establecido para ellas, de lo productivo
versity Press.
y de lo esperable, por lo tanto, de la razón; se trata de un
Archivo General de la Nación, Departamento Archivo
cuerpo al que hay que mantener dentro de ciertas normas
Intermedio, Fondo Documental del Hospital Esteves,
y orden social.
Serie Historias Clínicas, “Audra”.
La “locura” terminaba siendo diagnosticada a través de
Archivo General de la Nación, Departamento Archivo
juicios moralizantes antes que desde lo que podría llamarse
Intermedio, Fondo Documental del Hospital Esteves,
desde una perspectiva biomédica “observaciones científi-
Serie Historias Clínicas, “Angélica”.
cas”. Desde esta perspectiva, la palabra y subjetividad de
Bosch, G. y Ciampi, L. (1998). “Clasificación de las enfer-
la mujer quedaban absolutamente anuladas o desoídas, la
medades mentales (1930)”. Boletín del Instituto Psiquiá-
categoría de “enferma” que la nombraba parecía no dar
trico. 2(5), pp. 5-25.
lugar a la consideración sobre la legitimidad de su pala-
Bosch, G. (2004). “El pavoroso aspecto de la locura en la
bra. Por el contrario, sus voces muchas veces eran leídas
República Argentina”. Temas de Historia de la Psiquiatría
como síntoma de enfermedad antes que causa de su sufri-
Argentina. 19. Recuperado de https://bit.ly/2twzdUl.
miento. Frente a ello, por un lado podemos visualizar el
Burin, M. y Meler, I. (2010). Género y familia: poder, amor
rol del médico como “empresario moral” (Freidson, 1978;
y sexualidad en la construcción de la subjetividad. Buenos
Sy, 2015), la medicina resultaba así análoga al derecho y
Aires: Editorial Paidós.
a la religión, proponiéndose descubrir y controlar aquello
Censo de la Nación Argentina. Segundo Censo Nacional 1895.
que consideraba indeseable (Foucault, 2000). Por otro lado,
Tomo 2. Recuperado de https://bit.ly/2PGP0bZ.
como plantea Foucault (1987, 2002), podemos observar que
Ciafardo, E. y Espesir, D. (1992). “Patología de la acción
la locura es un problema “epistemológico”, un problema que
anarquista. Criminólogos, psiquiatras y conflicto social
solo tiene sentido dentro de una determinada episteme. La
en Argentina, 1890-1910”. Siglo XX. Revista de Historia,
separación de la locura respecto de la razón no quiere decir
segunda época, 12, pp. 23-40.
que la locura sea completamente independiente de esta,
sino que es una forma relativa a la razón, sirve de espejo