Video 42 - Los Dos Tiempos Del Trauma

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Video 42 - Los dos tiempos del trauma.

(16:21)

Gabriela Basz
https://www.youtube.com/watch?v=8jqSpFq-mYo
El video se refiere al concepto de trauma en Freud, acentuando la lógica retroactiva de los dos
tiempos respecto de la etiología de las neurosis

Hola, soy Gabriela Basz, profesora adjunta de la cátedra. Quiero referirme en este clip de
video a la noción de trauma en Freud, y especialmente enfatizando la idea de los dos
tiempos en el trauma, en la formación del trauma que plantea Sigmund Freud, en un
recorrido, por supuesto muy breve, de unos pocos minutos.

Trauma, según el diccionario de la Real Academia, es una palabra que proviene del griego:
herida, lesión, lesión física o golpe emocional que genera un perjuicio persistente. El acento
que pone Freud en una de sus definiciones, en la que quiero tomar en este sentido, en
cierta comparación, con lo que propone el diccionario, (por fuera del campo del
psicoanálisis) está ligada al quiebre de la defensa, ya que él habla de un rompimiento de la
barrera contra estímulos,- rompimiento de la barrera contra estímulos-, es una de las
nociones de trauma que toma Freud. Tratándose, digamos, para Freud, del trauma de
origen sexual o de el trauma de otro origen que no es exclusivamente sexual, tal como lo
va a plantear más adelante en su obra. Porque las primeras, digamos, versiones freudianas
respecto del trauma, tienen que ver efectivamente con la sexualidad, con la sexualidad
infantil. De hecho, tomo como punto de partida una referencia conocida: “La del proyecto
de una psicología para neurólogos”, de 1895, donde en relación a la etiología del síntoma
histérico, en relación al síntoma en la histeria, Freud propone justamente al trauma en dos
tiempos, propone que el trauma en sí mismo requiere dos tiempos. Son dos los tiempos
necesarios para la producción de un efecto traumático: 1) El momento de la escena
traumática, y 2) El momento en que dicha escena puede provocar un displacer nuevo. Es
decir, que no estuvo en su momento a través del recuerdo, de la representación que evoca y
produce el trauma. Es decir, que Freud aquí nos plantea un mecanismo muy interesante,
ligado a una temporalidad retroactiva, una especie de diacronía hacia atrás, lógica
freudiana entonces, en que dos momentos separados por un tiempo, son necesarios para
que se constituya un trauma. Se une, (lo digo de otra manera, para que esté más o menos la
misma idea), un acontecimiento reciente, que puede no ser necesariamente sexual, con
uno anterior, donde sí Freud habla de seducción o atentado sexual en esta época, donde el
tiempo actual, despierta retroactivamente, en esta temporalidad que señalaba hacia atrás,
la potencialidad traumática del recuerdo, de ese recuerdo que quedó reprimido.

Él se refiere en “El proyecto de una psicología para neurólogos”, a una paciente, Emma,
probablemente han escuchado, han estudiado este ejemplo. Emma le cuenta que no puede
entrar sola a una tienda. Esto sería el síntoma. Lo explica como un recuerdo de sus 12
años, es decir, del comienzo de la pubertad, en el cual ella misma le cuenta a Freud (en ese
recuerdo de los 12 años) que entra en una tienda, allí hay dos empleados que se ríen, y ella
sale corriendo se habrían, según los dichos de Emma de su recuerdo, se habrían reído de su
vestido y además uno le habría gustado. Pero para Freud esto no explica del todo la
determinación del síntoma de Emma y la invita a continuar. (5:15)
Aparece así un segundo recuerdo de los 8 años, donde ella dice, fue dos veces a una
pastelería, suponemos a comprar algo rico, y en la primera de esas veces, de las dos veces
que fue a la pastelería, la primera de esas veces el pastelero le pellizcó los genitales a
través del vestido, con una sonrisa, una mueca parecida a una sonrisa. Ella vuelve a la
tienda, también esto aparece en el recuerdo, lo que le trae mala conciencia.

Bien, ahora sí, entonces dice Freud, se comprende la escena 1, él llama escena 1 a la de los
12 años, la que sucede posteriormente, al relacionarlo con la escena 2, es decir la del
Pastelero. El eslabón asociativo es la risa, la risa. Podríamos pensar también el vestido,
etcétera, pero lo importante acá es que en la pubertad, es donde el recuerdo provoca
despierta, dice Freud, un desencadenamiento sexual. Ese desencadenamiento sexual se
transforma en el afecto de angustia, por eso se escapa corriendo. Es decir, que ahí, en la
pubertad, se torna, en palabras de Freud, comprensible, posible la comprensión de lo
recordado. Se reprime, entonces, un recuerdo que posteriormente se convierte en trauma.

Freud plantea algo muy importante cuando ubica que en el tiempo infantil, no se dispone
de medios para tratar, para traducir de alguna manera aquello que sucede, pero que los
restos, los restos justamente no traducidos de esa experiencia, son fuente de excitación
pulsional. El efecto traumático, entonces, como decimos, se produce en ese momento de
otorgamiento de sentido retroactivo de aquella primera experiencia.

Bien, sabemos que Freud abandona un poquito más adelante la teoría de la seducción, es
decir, abandona la idea de un atentado sexual efectivamente acontecido. La
determinación del síntoma, entonces se desplaza en su obra, en sus elaboraciones, va a
estar más bien pensada desde la sexualidad infantil, los puntos de fijación, las fantasías, la
represión y el retorno de lo reprimido, perdiendo de alguna manera, o disminuyendo, el
poder del trauma como tal. Pero una consecuencia muy interesante de esta lógica de dos
tiempos que Freud plantea ya en el proyecto respecto del trauma es, por ejemplo, cuando
en 1905, en “Tres ensayos de teoría sexual”, Freud va plantear la sexualidad humana en
dos tiempos: la acometida en dos tiempos de la sexualidad. (09:02)

Ustedes recordarán que hasta Freud se pensaba que no había pulsión sexual en la infancia,
no había sexualidad infantil, que en todo caso esta se despertaba en la pubertad. Freud va a
plantear sexualidad infantil perverso polimorfa, un largo período de latencia y luego la
metamorfosis de la pubertad. En la metamorfosis de la pubertad se va a referir a este
enorme trabajo de reactualización de los restos de las primeras elecciones de objeto, de las
fantasías, prohibiciones de la sexualidad infantil, es decir, si la latencia la pensamos como
una suerte de adormecimiento, (algo de esto plantea Freud) la pubertad la planteamos
entonces del lado del despertar, el despertar sexual traumático, más o menos traumático,
según la experiencia de cada quien, pero habiendo algo del orden de lo traumático en este
despertar sexual, ahí donde no hay objeto sexual predeterminado, no hay instinto, no hay
ningún saber inscripto, no hay algo para saber hacer con eso que despierta. Momento,
entonces, más o menos traumático y de aparición de síntomas. De hecho, es Freud mismo
quiere, por ejemplo, en “Inhibición, síntoma y angustia”, ya en 1925, va a plantear que el
momento de ocasionamiento de los síntomas en la neurosis obsesiva, es la pubertad. Y
justamente por esa emergencia que acabo de describir respecto de lo sexual. (11:04)
Entonces, lo que me parecía sí muy importante, es cómo lo traumático en la pubertad tiene
una estructura parecida a la que Freud plantea en “El proyecto de una psicología para
neuróticos”, respecto de los dos tiempos del trauma. Podemos pensar en la pubertad
como un tiempo dos, respecto de la sexualidad infantil.

Bien, avanzando un poco en el tiempo, los dos tiempos del trauma, los reencontramos
también en una conferencia de Freud de la serie de la “Conferencia de Introducción al
Psicoanálisis” que da entre 1915 y 1917, en la conferencia que se llama “La fijación al trauma
inconsciente”, donde se refiere a una primera fijación erótica ocurrida en la infancia, que
parece transcurrir sin daño, extinguirse y mucho tiempo después manifestarse en los
síntomas. Aquí también en esa conferencia está tomando como ejemplo síntomas de la
neurosis obsesiva. Ya en 1920, Freud va a desarrollar el trauma en las neurosis traumáticas,
dando lugar, entonces, a la idea de experiencias traumáticas, no de índole sexual, de otra
índole que lo sexual, por ejemplo, accidentes graves vividos por el sujeto. De hecho, por
ejemplo, allí Freud específicamente se refiere a las neurosis de guerra. (13:02)

Es interesante destacar que en general se sostiene una doble temporalidad en el


ocasionamiento de los síntomas, más o menos variable, pero los síntomas no surgen en lo
inmediato del acontecimiento traumático.

Bien, para finalizar, me voy a referir a un ejemplo de la literatura, vinculado a este último
punto, un trauma no de índole sexual, estuve leyendo recientemente una novela cierta de
Jorge Consiglio “Gramática de la Sombra”, uno de los protagonistas que se llama Abadi,
tiene un fuerte tic en la cara, que consiste en mover bruscamente el labio y el ojo izquierdo.
Nos cuenta la novela en un momento que de niño, alrededor de los diez años, vivió un
tiempo con su padre. Y les leo lo que aquí está indicado, como un ejemplo entonces de la
literatura está hablando el padre, Abadi está viviendo durante un tiempo en el campo con su
padre a los diez años, dice el padre: “Vamos a traer por lo menos tres animales, tres
animales gran... dijo el padre, y sucedió algo breve y atroz, antes de que terminase de
pronunciar la última sílaba, se le torció la cara y comenzó a agitar el brazo derecho con
movimientos cortos y repetidos. Así quedó, tildado con ese gesto durante algunos segundos.
Pasaron quince días y otra vez se repitió la situación. En esa oportunidad no hubo testigos. El
tercer episodio se produjo antes de los dos meses. Resultó definitivo. Abadi se levanta,
encuentra al padre tirado en el establo, con el pecho apoyado en una bolsa de cereal y la
cabeza colgando, inerte. Tenía los ojos abiertos, la comisura izquierda de la boca doblada
hacia el sur. Un tiempo después, Abadi llegó a Buenos Aires y le dio a su madre un abrazo
larguísimo. Cuando se separaron empezó con el tic nervioso que lo acompañaría durante
toda su vida. Lo que sucedió con su padre lo fue entendiendo de a poco y recién en la
adolescencia pudo fijar en su memoria, las tres o cuatro palabras con que la medicina
nombró a la muerte. El TIC entonces pasó a ser la rúbrica espasmódica de su apellido. La
huella de un muerto al que jamás borraría el olvido. “

Bien, me detengo entonces con este ejemplo tomado de la literatura para dar una vuelta a
través de la idea de trauma y de los dos tiempos del trauma en Freud. Hasta muy pronto.
(16:21)

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