Ensayo Pobreza

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La Pobreza en los

tiempos actuales
Profesor: Herón Gómez Eddy 

Alumno: Jesús Joaquín Rafael


Martínez Díaz
Matricula: 1965166
Grupo: 1B

03/Marzo/2021

Contenido
Introducción....................................................................................................................... 1

Desigualdad Economica en mexico .........................................................................3

Pobreza ................................................................................................................................ 5

Como diferenciar la pobreza,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,.7

Exclusion Social .............................................................................................................. 7

Que Factores Provocan la Exclusion Social ................................................................................ 8

Educacion................................................................................................................................................. 9

Salud ........................................................................................................................................................ 11

Aspectos sociales……………………………………………………………………………………………. 12

Grupos Vulnerables ..................................................................................................... 13

Hogares Vulnerables………………………………………………………………………………………………..... 15

Conclusiones…………………………………………………………………………………..17

Propuestas……………………………………………………………...……………………………………………18
Información utilizada para este ensayo……………………………………………………………………….20

Desigualdad socioeconómica en México


En las últimas décadas a nivel mundial ha existido un creciente interés por
el estudio y la erradicación de las disparidades en salud. En el año 2008 la
Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial
de la Salud publicó el reporte Subsanar las desigualdades en una generación, en
el cual se ejemplifico can las diferencias socioeconómicas entre y al interior de los
diferentes países seleccionados.

Es bien reconocido que entre los rasgos característicos de la sociedad


mexicana se encuentra la concentración de la riqueza y que la mayoría de su
población vive y ha vivido en situación de pobreza. La población en situación de
pobreza de patrimonio (es decir, con insuficiencia de ingresos para cubrir
necesidades de alimentación, salud, educación, vestido, vivienda y transporte)
pasó de 53.1 % en 1992 a 69.0 % en 1996, para descender a 42.7 % en 2006 y
tener un repunte a 51.3 % en el año 2010.3 La pobreza alimentaria (que se refiere
a la insuficiencia de ingresos para cubrir necesidades de alimentación) en el 2010
era experimentada por el 18.8 % de la población, y la pobreza de capacidades (la
insuficiencia de ingresos para cubrir necesidades de alimentación, salud y
educación) por el 26.7 %. Esta elevada tasa de pobreza se debe en gran medida a
la concentración del ingreso: el 10 % de los hogares más ricos del país concentran
el 34.6 % del ingreso monetario corriente, mientras que al 60 % de los hogares
más pobres les corresponde el 26.6 % del mismo.4 En México varios grupos de
académicos iniciaron el estudio de las desigualdades sociales desde la década de
los setenta; sin embargo, las aproximaciones fueron metodológicamente
deficientes debido a que no utilizaron muestras representativas. Los criterios de
inclusión de los estudios fueron que estos tuvieran entre sus objetivos abordar
empíricamente la relación entre estratificación socioeconómica y salud, y reportar
datos representativos de un área geográfica bien definida (municipio, estado o
nacional) de México.

En cada base de datos se realizó una búsqueda con las siguientes palabras
clave: salud, enfermedad, trastornos mentales, nutrición, alimentación, clase
social, estrato social, desempleo, empleo, ocupación, ingreso, salario, pobreza y
socioeconómico. Adicionalmente, se revisaron las referencias bibliográficas de los
artículos para identificar otros que no se hubieran encontrado en las bases de
datos consultadas. Posteriormente, los estudios fueron clasificados de acuerdo al
grupo de edad estudiado, formándose tres grupos: niños y adolescentes (menores
de 18 años); adultos (18 a 49 años) y adultos mayores (50-60 años o más). Los
límites de edad fueron difíciles de establecer, pues en cada estudio se utilizaron
diferentes criterios; por ello, cuando se incluía a menores de 49 años, el estudio
fue ubicado en el de los adultos (aunque se incluyeran personas de 60 o más
años), pero cuando se incluyó a personas mayores de 50 años, estas se ubicaron
en los estudios de adultos mayores. Los estudios que incluían a personas de 12
años o más, sin presentar subgrupos de edad, se ubicaron en los estudios de
adultos. De cada estudio se extrajo la siguiente información: población, medición
de los eventos de salud, medición de la posición socioeconómica o estatus
socioeconómico y resultados en términos de diferencias en las tasas de
prevalencia o medidas de asociación. Los cuadros con la información detallada de
cada estudio fueron enviados como material suplementario para la evaluación del
artículo y pueden ser solicitados a los autores. Por las restricciones de espacio,
aquí se presenta una síntesis de los hallazgos de los estudios. Se realizaron tres
cuadros (niños y adolescentes; adultos, y personas mayores de 50 años) que
resumen los resultados de 48 estudios. En los cuadros de resultados, la
asociación se señaló como negativos

Pobreza
¿Qué es la pobreza?, de acuerdo a la Organización Nacional de la Salud (ONU),
es la condición de vida que se caracteriza por la privación extrema de las necesidades
humanas, esta misma incluye, entre otras condiciones, el acceso a la alimentación, al
agua potable, instalaciones sanitarias, de salud, vivienda, educación, así como el derecho
a la información. De carecer de estas condiciones o derechos se considera como
pobreza, en otras palabras toda persona que no tenga derecho a unas condiciones
mínimas para el desarrollo de su vida se considera como una persona pobre, en general
la pobreza se presenta más en países con poco desarrollo o en vías de desarrollos.

La pobreza ha estado mayormente ligado al estudio de la desigualdad económica


en la sociedad, dividiéndolo en niveles sociales, los cuales han cambiado a lo largo de los
años, haciéndose de índole económica y social, llegando a marginar y aislar a las
personas que se encuentran en los niveles más bajos de la sociedad en una especie de
exclusión social que cada vez se está haciendo más notoria, hablar hoy en día de este
tema es tratar de abarcar realidades que van más allá de la desigualdad económica,
como el rechazo de la sociedad, casos como el simple hecho que sentir una gran presión
a la hora de salir a las calles siendo una persona de este grupo vulnerable, ya que
constantemente están expuestos hacia la discriminación, al rechazo, el negar trabajos,
maltrato, ya sea físico y psicológico, ignorando los derechos con los que cuenta la
persona.

Se ha relacionado a la pobreza con los niveles de bajos ingresos el tema siempre


presente es el de determinar a partir de qué umbral o nivel específico de renta se puede
empezar a hablar de pobreza. Así, pueden adoptarse distintos parámetros o formas de
medir la pobreza, aunque existen ciertas fórmulas básicas que gozan de mayor
aceptación que otras. Al margen de este criterio general, a lo largo del tiempo, se han ido
elaborando otras formas de aproximación al fenómeno de la pobreza en todas sus
dimensiones. En este sentido, existen índices de pobreza que no sólo tienen en cuenta
los ingresos, sino también el gasto, el consumo.

¿Cómo diferenciar la pobreza?


Como acabamos de comentar, detrás de las situaciones de exclusión social es
muy frecuente encontrar la falta de recursos económicos aunque no es éste, muchas
veces, el elemento determinante que ha generado o genera la desconexión, la
desvinculación social. Nuestras sociedades se han ido haciendo complejas, menos
ordenadas y estructuradas socialmente. Para determinados segmentos de la clase
trabajadora es más fácil ahora que antes escalar en la pirámide de posiciones
sociales, o cambiar en pocos años situaciones de carencia o de falta de recursos
económicos que se habían prolongado por generaciones. Pero también es cierto lo
contrario, es decir, que personas o grupos sociales que tradicionalmente habían
gozado de buenas condiciones de vida, o que por estudios y puesto de trabajo se
sentían muy seguros en su posición, vean ahora crecer las sensaciones de
incertidumbre, de vulnerabilidad, o entren coyuntural o estructuralmente en
situaciones de exclusión y de falta de recursos para sobrevivir dignamente.

Esas nuevas incertidumbres y dinámicas de exclusión se abren todavía más en


relación al alargamiento de los ciclos vitales, y las situaciones de dependencia que se
generan en edades avanzadas. Asimismo, también surgen de los grandes
movimientos migratorios que afectan a muchísimos países y que generan situaciones
de precariedad en las condiciones de ciudadanía más allá de las concretas
condiciones de formación o incluso de recursos económicos de que se disponga

No toda exclusión social deriva de la falta de recursos económicos, aunque


siga siendo cierto que toda persona que sufra una situación de pobreza presenta
muchas más posibilidades de caer en una espiral de desconexiones y déficits de
ciudadanía que una persona cuya situación económica sea desahogada. En este
sentido, el término exclusión social resulta útil para expresar un conjunto plumiforme
de situaciones de carencia económica, relacional, habitacional, administrativa, que
son cada vez más habituales en nuestras sociedades, y que nos hablan de recuperar
un sentido integral de la humanidad, de la condición de persona, de ciudadano.

Las personas en pobreza extrema, es decir, las que al menos ven tres de
seis derechos sociales incumplidos (rezago educativo, carencias de alimentación,
de servicios de salud, de calidad y espacios de la vivienda, de servicios básicos de
la vivienda o de seguridad social) y tienen ingresos menores a $1,060.24 en zonas
rurales o $1,477.31 en las urbanas (a precios de agosto de 2017), han disminuido
continuamente en términos porcentuales y absolutos desde 2010. Al inicio de la
década, cerca de 13 millones de personas (11.3 por ciento de la población)
estaban en estas condiciones.

¿Qué es la exclusión social?


Como hemos visto, con el término de exclusión social se quiere describir
una situación concreta, resultado de un proceso creciente de desconexión, de
pérdida de vínculos personales y sociales, que hacen que le sea muy difícil a una
persona o a un colectivo el acceso a las oportunidades y recursos de que dispone
la propia sociedad. Un conjunto de factores, de combinaciones y solapamiento de
causas, de pequeños y grandes fracasos, de conflictos y carencias que ha podido
conducir a ello. Estamos pues, hablando de proceso. No de algo derivado del
lugar donde se nace, de la edad que uno tiene, o fruto del poco o mucho dinero
que se posea. Con el concepto de exclusión social queremos abarcar y recoger
aspectos de desigualdad propios de la esfera económica, pero también de muchas
otras que pueden ser tan o más importantes que ésta en la determinación de los
procesos de exclusión observados.

La exclusión social hace, además, que las personas se sientan al margen a


pesar de estar ahí; que no se sientan plenamente ciudadanos aun a pesar de
tener sus papeles o documentos oficiales en el bolsillo. Sin embargo, la exclusión
social no es una situación estática e inamovible sufrida por los segmentos de
población menos favorecidos. La sensación de vulnerabilidad aparece y se
expande con más fuerza que nunca al conjunto de la población debido a la
creciente precariedad en las condiciones de trabajo, la degradación o debilidad de
los lazos familiares y comunitarios, las dificultades de acceso a la vivienda y las
deficientes condiciones de habitabilidad de muchos edificios e incluso barrios.

Por lo tanto, cuando hablamos de exclusión social, queremos reflejar una


manera distinta de describir los problemas de siempre, que parte del intento de
conceptualizar las nuevas formas de desigualdad y desajuste social que se
escapan de los parámetros o definiciones convencionales.

Casos personales que me han tocado vivir, son conocidos que sienten que
merecen ser tratadas como si no fueran personas, que sienten que es un privilegio
ser tratadas dignamente es un privilegio que solo los ¨ricos¨ pueden tener, por el
simple hechos de ser de este grupo, es algo que poco a poco se está
normalizando y que no muchas personas se están dando el tiempo para ponerse a
pensar, lo que trato de hacer a la hora de escribir esto es, dar una visión más
amplia acerca de lo que este tema conlleva, al hecho de la exclusión social.

¿Qué factores provocan exclusión?


Hemos ya argumentado que la falta de recursos económicos, la
pobreza o la absoluta dependencia de la ayuda oficial, no pueden considerarse
como elemento explicativo único de la vulnerabilidad y la exclusión social, aunque,
como hemos dicho, sigue siendo un factor esencial y muchas veces determinante.
Ya que muchas veces solo por tu nivel social estas prácticamente condenado a
caer en los estigmas que se han ido formado y marcado lentamente en la
sociedad. La falta o insuficiencia de los recursos económicos que encontramos,
los problemas derivados de la mejor o peor conexión con el mercado de trabajo.
En gran parte de las veces estos procedimientos solamente sirven para
transformar un desempleado en un trabajador en precario endémico, que va
transitando de parado a precario y vuelta a empezar, poniendo en diferentes
fechas, situaciones de vulnerabilidad que finalmente generarán personas
excluidas y dependientes. Algunos de estos

Educación:
Por otro lado, esto no solo afecta laboralmente a las personas, los
problemas de calificación educativa, el bajo dominio de la lengua, la falta de
experiencia, el exceso de edad, la edad fértil en las mujeres, las situaciones de
discapacidad parcial o cualquier combinación de éstos u otros elementos, acaban
simplemente convirtiendo en una aventura heroica el encontrar un trabajo con
mínimas condiciones de dignidad y estabilidad. Si a esa situación se añaden otros
factores de los que aquí comentamos, los riesgos de exclusión se multiplican.
Actualmente lo que se presentó el pasado 14 de marzo del año 2020 como
medida para mitigar los casos de la nueva enfermedad Covid-19 que se pensó
que solo duraría unas cuantas semanas, Uno de los principales retos que enfrenta
la educación en el país hoy en día y de cual emanan y subyacen los demás, es el
de las desigualdades sociales-educativas que imperan en el país. Una situación
que pareciera en su momento no fuera del todo considerada por los altos mandos
de la educación. Tan sólo en 2018 el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social, (CONEVAL) afirmaba que en México existían 52.4
millones de personas que se encontraban en situación de pobreza y otros 8.6
millones en pobreza extrema. Prácticamente la mitad de la población estaba y muy
probable sigue en un estado de vulnerabilidad que ha condicionado las nuevas
formas de llevar la educación a las familias mexicanas.

Con todo esto ya mencionado se empezó a realizar una pregunta que tenía
mucho peso, ¿Cómo llevar educación de calidad a todos los hogares? La
alternativa de querer llevar la educación a través de plataformas y programas
educativos sólo fue resultado de atestiguar las grandes brechas de desigualdad
social que existen en el país, pues no todos han tenido las condiciones para poder
trabajar de esa manera, y los que las tienen, se las han visto duras, pues no sólo
es el hecho de contar con los medios y recursos, sino también saber utilizarlos. He
aquí otro de los retos a los que se han enfrentado principalmente maestros y
alumnos, el uso, manejo y acceso a las TIC

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía


(INEGI), en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes
(SCT) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), se afirma en la Encuesta
Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los
Hogares (ENDUTIH) 2019, que el 76.6% de la población urbana es usuaria de
Internet, mientras que en la zona rural la población usuaria se ubica en 47.7 por
ciento y aunado a esto sólo el 44.3% dispone de computadora en sus hogares.
Ante esta contingencia sanitaria se han tomado medidas y decisiones por los
diferentes órdenes de gobierno. Se habló de la creación de correos electrónicos
para millones de maestros para que pudieran trabajar con toda la paquetería de
Google for Education, alternativa muy atractiva en su momento pero que ha
resultado poco factible para la mayoría del alumnado por lo antes mencionado.
Con esto, no se trata de descalificar esta estrategia de educación a distancia, sino
más bien de cuestionar hasta qué punto ha sido adecuado esta medida para
impulsar el aprendizaje de los alumnos. Otra de las acciones implementadas y que
ha buscado enmendar este tema de la brecha digital y de desigualdad ha sido la
“Estrategia Nacional de Educación a Distancia”, mejor conocida como “Aprende en
casa” que se enfoca principalmente en la difusión de programas educativos a
través de medios como la televisión y la radio. Desde mi punto de vista, me parece
una buena alternativa para aquellos que no cuentan con internet en casa, ya que
se diversifican los canales para poder llevar las clases a distancia.

En mi caso personal he llegado a conocer a familias que no tienen ese


acceso y es realmente duro ver que hay personas que tienen ese deseo de
aprender pero solo por su nivel económico se les niegue ese derecho, ya sea
porque sea una familia que varios integrantes que tengan que compartir el mismo
dispositivo electrónico o directamente por no tener ningún aparato electrónico o
contar con algún servicio de internet, esto es algo a lo que no se le había dado la
importancia que se debería de dar hasta el día de hoy.

Salud
Las condiciones de salud y la capacidad de acceso a los recursos socio
sanitarios (no siempre fáciles para ciertas dolencias crónicas o difícilmente
reversibles) generan asimismo situaciones y riesgos de desvinculación,
desconexión y rechazo social muy claros. Igualmente, el acceso y las condiciones
de la vivienda, junto con el entorno en que se habitan, y son cada vez más,
elementos críticos para explicar la existencia de situaciones, colectivos o personas
que van quedando fuera de los flujos de interrelación social habitual. Barrios o
incluso ciudades se etiquetan como entornos peligrosos, irresolubles y ello, en una
espiral temible, estigmatizando a las personas que habiten en ellos.

México tiene niveles promedio de salud inferiores a los esperados para su


etapa de desarrollo y, aunque en general han mejorado con el tiempo, lo han
hecho a un ritmo menor al adecuado Estos indicadores son reflejo de la
desigualdad en la acción pública, ya que el gasto público en salud no es
progresivo y ha mantenido a cerca de 50% de la población fuera de los sistemas
de seguro públicos. Iniciativas como el Programa de Desarrollo Humano
Oportunidades y más recientemente el Seguro Popular está orientadas a reducir la
desigualdad y mejorar el acceso a la salud de la población pobre. Sin embargo, en
ciertas zonas del país subsisten la desnutrición y mortalidad materno-infantil
todavía muy altas. La salud es también uno de los principales determinantes de la
pobreza y de su persistencia en el tiempo: las trampas de pobreza. Las trampas
de pobreza asociadas a deficiencias en la salud ocurren porque los niños
malnutridos son más susceptibles de padecer enfermedades y tienen un desarrollo
cognitivo menor, lo cual resulta en menor productividad e ingreso cuando son
adultos, dando origen al mismo ciclo en la generación siguiente. Los hogares
pobres están impedidos de romper este círculo vicioso por la presencia de fallas
de mercado.
Las fallas de mercado pueden ocasionarse por diversos factores como la
inexistencia o restricciones de los mercados de crédito y seguros para la población
más pobre; paternidad imperfecta debido a la ausencia de uno o ambos padres;
padres que no cuentan con la salud, nutrición o conocimiento adecuados, o bien,
que no dan prioridad al bienestar de sus hijos; una alta tasa de impaciencia o
excesiva aversión al riesgo asociada a la pobreza o, también, la falta de inversión
en bienes públicos (en salud y educación).

En México, por ejemplo, la falta de protección ante riesgos idiosincrásicos


de salud se estima que provocó en 2004 que alrededor de 900 mil hogares
mexicanos incurrieran en gastos catastróficos y poco más de cuatro millones de
familias sufrieran un gasto empobrecedor, es decir que los llevó o los mantuvo por
debajo de la línea de pobreza.

La bibliografía económica, teórica y empírica, analiza y documenta este tipo


de trampas de pobreza. También analiza el efecto negativo que éstas tienen en el
crecimiento económico. Para el caso de México se han encontrado pruebas de
una trampa de pobreza ocasionada, a su vez, por una trampa de baja inversión en
capital humano en los hogares pobres. Los estudios empíricos indican que existen
rendimientos crecientes a la educación (o sea, un aumento más que proporcional
en el ingreso potencial asociado a una mayor escolaridad) a niveles donde la
proporción de la población que los detenta es baja

Aspectos sociales
Los aspectos de participación social y política como un último factor de
exclusión a destacar. Es especialmente significativo en el caso de los inmigrados o
las personas recluidas como situaciones más extremas, pero no únicas en la
medida en que se trata de un fenómeno que se autoalimenta con la presencia más
o menos fuerte del resto de factores considerados . Y ello es especialmente
significativo en el caso de los inmigrados o las personas recluidas como
situaciones más extremas, pero no únicas en la medida en que se trata de un
fenómeno que se autoalimenta con la presencia más o menos fuerte del resto de
factores considerados un análisis que relacione situaciones, de nivel de pobreza,
degradación urbanística o de vivienda, y porcentajes de participación política, nos
sorprendería por la contundencia y la facilidad con la que hallaríamos lugares en
estas condiciones. Por todo esto insistimos, una vez más, en que no conviene
aislar unos factores de otros como de hecho se hace muchas veces al tratar de
responder con instrumentos sectoriales a situaciones complejas e
interrelacionadas. La riqueza y la dificultad del concepto de exclusión, viene
precisamente de ese entrecruzamiento de miradas y factores.

Esto demuestra que hay una subinversión en educación. Asimismo, los


resultados indican que la permanencia escolar es mayor para niños con mejor
nutrición y salud y que los rendimientos a la inversión en salud en la etapa
temprana son significativos. Es decir, un gran número de hogares pobres no
puede aprovechar los rendimientos que obtendría de invertir en mayor escolaridad
porque no tiene los recursos ni el acceso a pedirlos prestado y porque la falta de
salud y nutrición en edad temprana asociada a la falta de recursos pone a los
niños de dichos hogares en desventaja insuperable. Dados estos resultados,
invertir en salud y nutrición infantil puede tener resultados muy importantes para
liberar a los hogares de las trampas de pobreza y contribuir al crecimiento de la
economía en su conjunto. Este es un ámbito clave para las políticas públicas ya
que las fuerzas del mercado no corregirán la subinversión en salud o lo harán de
manera extremadamente lenta.

¿Hay personas o colectivos más vulnerables?


Lamentablemente siempre hay personas más vulnerables que otras,
actualmente está el caso de la pandemia, para las personas más pobres del
mundo, la pandemia de COVID-19 representa una doble crisis, Que, si antes de
esta misma había mucha falta de oportunidades para estas personas o grupos
vulnerables, esta solo llego para intensificar los problemas ya que el ingreso
laboral registro una disminución del 2.5% entre el cuarto trimestre de 2019 y el
cuarto trimestre de 2020. Esto mismo como ya he mencionado aumento la
pobreza laboral de la población del 37.3% a 40.7% en este periodo, esto mismo lo
arrojo el Índice Laboral de la Pobreza (ITLP) . El porcentaje de la población en
pobreza laboral, es decir, las personas que no pueden adquirir la canasta
alimentaria con su ingreso laboral, se trata del más alto desde el cuarto trimestre
de 2017, cuando la pobreza laboral abarcó a 41% de la población.

Además, las últimas estimaciones indican que este año la pandemia podría
sumir en la pobreza a 115 millones de personas. Las mujeres corren más riesgo
porque tienen más probabilidades de perder el trabajo y menos probabilidades de
gozar de protección social. Las personas que viven en la extrema pobreza, a
menudo por pura necesidad, son las primeras en actuar de manera concreta
dentro de sus comunidades contra el cambio climático y los desafíos
medioambientales.

Sin embargo, sus esfuerzos y su experiencia suelen pasar desapercibidos y


no se aprecian; no se toma en consideración su capacidad para contribuir
positivamente a la búsqueda de soluciones; no se les reconoce como impulsores
del cambio y sus voces no se escuchan, especialmente en los órganos
internacionales. Según la ONU, esto tiene que cambiar. La participación, los
conocimientos, las contribuciones y la experiencia de las personas en situación de
pobreza y a quienes se deja atrás deben ser valoradas, respetadas y se deben
reflejar en los esfuerzos por construir un mundo equitativo y sostenible en el que
haya justicia social y medioambiental para todas las personas.
Hogares Vulnerables
Las personas que pertenecen a estos tipos de hogares, que representan un
3,8% del total de la población vulnerable, sufren dificultades económicas en el
hogar con mayor incidencia que ningún otro factor. Es decir, que se trata de
personas que viven en hogares que han sufrido retrasos en el pago de servicios
básicos, o alquileres. Sin embargo, también se aprecia una ligera presencia de
otros elementos importantes. Algunos muy relacionados con lo anterior, como la
precariedad económica asistida en el hogar, y otros como el aislamiento relacional
y la falta de experiencia laboral por trabajo doméstico, no tanto. Por sexos, el
grupo está compuesto por hombres y mujeres en proporción similar, aunque por
poco son mayoría estas últimas con un 54,3% de la población. Destaca el hecho
de que en este grupo, si bien el porcentaje de hombres se acerca al del total de la
población –un 47,3%–, es significativamente superior que la proporción registrada
entre los más vulnerables: un 33,9% ante un 45,7%. Por edades, el grueso de
personas que componen el grupo con precariedad económica en el hogar son
jóvenes: un 42,4% tienen entre 17 y 29 años, y un 35,4% están entre los 30 y los
44 años. Así, el grupo de mayores de 65 años es el que menos representado
queda.

En relación con la composición del hogar, la mayoría de personas –un


57,4%– pertenecen a hogares formados por varios adultos y uno o dos niños,
mientras que sólo un 24,3% convive con uno o dos adultos más, sin niños. En este
aspecto es conveniente notar que la proporción que representa la tipología de
hogar predominante sobre el total de hogares con dificultades económicas, así
como las que se observan para los monoparentales y las que pueden
considerarse familias numerosas (dos adultos con tres o más niños), es
significativamente superior a los porcentajes registrados para estos grupos en el
conjunto de la población, así como entre los más vulnerables. De forma similar
ocurre con la procedencia: si bien las personas extranjeras representan tan sólo
un 4,4% de los individuos que pertenecen a hogares con dificultades económicas,
esta proporción resulta mucho mayor que la hallada en el análisis de la población
vulnerable un 1,7% y la total un 1,2%.

Finalmente se ha constituido un último grupo que, si bien constituye


solamente un 1,1% del total de la población vulnerable, presenta unas
características muy particulares y bastante homogéneas. El factor de exclusión
que interviene en mayor medida sobre el grupo de personas que sufren exclusión
social en la vejez es el aislamiento relacional. Sin embargo, el colectivo de las
personas mayores tiende a acumular toda una serie de factores que,
interrelacionados, condicionan su situación de exclusión. Estos factores son, por
orden de importancia, los siguientes: el bajo nivel formativo, la enfermedad o
discapacidad, el analfabetismo, la pobreza severa y, en menor medida, el
desempleo desprotegido y la falta de experiencia laboral por trabajo doméstico.

Un 70% son mayores de 65 años, porcentaje muy superior al 23,3% y


28,1% registrados entre el total de la población y los más vulnerables
respectivamente. Sin embargo, también se observa una existencia destacada –un
22%– de personas entre 30 y 64 años. Por sexos, los porcentajes son similares
aunque con una presencia ligeramente mayor de mujeres con un 56%. De nuevo,
los hombres representan un porcentaje significativamente mayor en este grupo –
un 44%– que el que puede observarse para el conjunto de la población vulnerable
–un 33,9%– aunque no respecto a la totalidad de la muestra, donde los hombres
son un 47,3%.

En cuanto a la composición del hogar, la mayor parte de personas que


componen este grupo –un 66,4%– pertenecen a hogares formados por dos o más
adultos sin niños, mientras que un 25% son de hogares donde conviven varios
adultos con uno o dos niños.
Conclusiones:
Hacer esto me ha ayudado tener una visión más amplia acerca de lo que
pasa en los lugares más marginados y con menor calidad de vida, en otras partes
del mundo y sobre todo en nuestro país, ya que, no muchas veces necesitamos
irnos a extremos poniendo como ejemplos a otras países muy comunes y
recurrentes tales como el caso de Venezuela, sino que, podemos ver aquí cosas
igual o mucho peores que en otros países y no le damos la importancia o tal vez
si lo hacemos pero no la que se debe poner a estos problemas, ya que es algo
que muy probablemente no hemos vivido o que algunos prácticamente nunca
vivirán, el saber que prácticamente una gran parte de la población vive con estos
estándares de vida, con esta discriminación y presión social es algo que realmente
nunca me puse a pensar mucho, dadas mis experiencias personales he vivido
prácticamente bien la mayor parte de mi vida, aunque no puedo decir que fuera
así toda ella, he podido ver de cerca situaciones realmente difíciles que si bien no
afectaron directamente a mí, es algo de lo cual realmente no puedo decir que se
olvida fácil, ver personas que prácticamente no pueden tener ningún ingreso para
poder cubrir sus gastos básicos como el agua, gas o electricidad es duro, peor aun
cuando no se pueden dar el lujo ni siquiera para poder comprar comida, o para
poder costearse algún servicio médico y no es como si ellos puedan decidir si lo
quieren hacer o no, sino que simplemente no tienen ese derecho de poder
escoger, y es algo que no se dice, simplemente alguien podría llegar y decir que el
pobre es pobre porque quiere, pero no, no se trata de eso ya que como he
mencionado a lo largo de este ensayo, las personas en esta situación ni siquiera
están preparadas en el tema de la educación y las oportunidades que se tiene
para poder conseguir almeno un trabajo con el sueldo mínimo es complicado, y
mayor mente cuando se consigue terminan siendo explotados y deteriorando más
su calidad casi nula, rozando con lo inhumano, y esto es algo que realmente
necesita tiempo para poder solucionarse, pero con la ayuda necesaria y las
propuestas que quiero mencionar se podría hacer más rápido y ameno el intentar
ayudar a estas personas y grupos más vulnerables

Propuestas:
Algunas propuestas que quiero plantear son las ayudas a las personas que
no cuentan con los estudios o que simplemente no han podido terminarlos, uno de
estos es el programa de desarrollo humano y oportunidades: El cual su principal
menta es ayudar en la lucha contra la pobreza combinando de manera simultánea
apoyos en las tres áreas críticas y complementarias para la formación básica de
un ser humano: y estos serían la educación, salud y alimentación. Es una forma
de operar la transferencia de ingresos de manera inmediata creando un gran
impacto en las condiciones de vida de estas personas o grupos vulnerables. Con
la familia, también se generan oportunidades amplías para los alcances de los
beneficios de los sectores de escasos recursos al estimular el desarrollo de sus
proyectos, estudios, de vivienda, de empleo y ahorro.

Programas Compensatorios: Los ya conocidos talleres que son programas


orientados a mejorar el acceso, la permanencia y el logro educativo de los
alumnos de educación básica en zonas rurales e indígenas rezagadas;
específicamente son:

Programa de Raciones Alimenticias: Complementar la alimentación de los


niños de preescolar y en los primeros años de primaria.

Programa de Abasto Social de Leche: Venta del producto a precio


subsidiado y complementado con acciones de medición de peso y talla a las que
se les da seguimiento anualizado.

Programa Tortilla: Apoya a las familias pobres que habitan en las colonias
marginadas de localidades urbanas con 15 mil y más habitantes, en la adquisición
de un kilogramo diario de tortilla.
Programa de Abasto Rural: Garantiza el abasto de productos básicos y
complementarios a precios competitivos, a la población rural en situación de
pobreza.

Programa para la Superación de la Pobreza Urbana: Se centra en la


perspectiva de barrios y colonias populares en condiciones de pobreza en el
sector urbano. Designa como su población objetivo personas mayores de 16 años
que habitan en zonas urbano-marginadas en pobreza de más de 100 000
habitantes, y cuyos ingresos no son superiores a los 3.5 salarios mínimos
mensuales de la zona de residencia. Incide fundamentalmente a través de:
dignificación del barrio, educación y capacitación, creación de Centros de
Desarrollo Comunitario y participación en proyectos OSC (organizaciones de la
sociedad civil).

Con el apoyo de las personas esto cada día se convertirá más en una
realidad, ya que poco a poco más personas están aceptando la ayuda de estos
programas, y poco a poco podrán re insertarse en la sociedad y dejaran esa
marginación y presión social que cargan día a día
Páginas Web Utilizadas

https://www.eltrimestreeconomico.com.mx/index.php/te/article/view/383/580

https://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2015/im153o.pdf

https://www.paho.org/mex/index.php?
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