El Establecimiento
El Establecimiento
El Establecimiento
Realizar el respectivo entrenamiento acerca de las bombas de infusión para el personal de nuevo
ingreso, antes y durante el desempeño de sus funciones.
Todos los responsables del cuidado de salud del paciente deben reportar inmediata y
oportunamente daños del equipo en el caso de su identificación.
Cuando se usan dos o más bombas de infusión en un mismo paciente, se rotula o se usa el
instructivo de las bombas de infusión de los medicamentos que se administra.
Cumplir con las recomendaciones técnicas del fabricante de las bombas de infusión.
Desinfectar las bombas de infusión con alcohol isopropílico al 70% de concentración, luego de su
uso.
Aplicar las medidas de bioseguridad antes, durante y después del uso de estos dispositivos
médicos.
La higiene de manos es el término genérico referido a cualquier medida adoptada para la limpieza
de las manos -fricción con un preparado de base alcohólica o lavado con agua y jabón, con el
objetivo de reducir o inhibir el crecimiento de microorganismos en las manos. Constituye en gran
medida el núcleo de las Precauciones Estándar y es indiscutiblemente la medida más eficaz para el
control de las infecciones. (46)
Más de 1,4 millones de personas en todo el mundo sufren de infecciones adquiridas en el hospital.
El riesgo de infecciones asociadas a la atención sanitaria en los países en desarrollo es de 2 a 20
veces mayor que en países desarrollados (47).
Los programas de prevención y control tienen como punto fundamental la higiene de las manos,
que a su vez es la medida de prevención de infecciones menos costosa y más efectiva.
46
Todo el equipo de salud que se encuentra en contacto directo o indirecto con los pacientes, debe
practicar esta medida de prevención de infecciones, para lo cual tendrá en cuenta los 5 momentos
según la Organización Mundial de la Salud (Anexo 7) (46):
Para lo cual se requiere educar al personal de salud, familiar, paciente y a todos aquellos
relacionados con su cuidado, en las técnicas apropiadas y momentos de la higiene de manos.
La higiene de las manos puede realizarse frotando las manos con un preparado de base alcohólica
o lavándolas con agua y jabón. Usando la técnica y el producto adecuado, las manos quedan libres
de contaminación potencialmente nociva y segura para la atención al paciente. Existen dos formas
para llevar a cabo la higiene de manos (47):
Lavado de manos
(Anexo 9)
La forma más efectiva de asegurar una higiene de manos óptima es realizar una fricción de las
manos con un preparado de base alcohólica (PBA). Según las Directrices de la OMS, cuando haya
disponible un PBA éste debe usarse de manera preferente para la antisepsia rutinaria de las
manos. La fricción de manos con un PBA presenta las siguientes ventajas inmediatas:
Hay que lavarse las manos con agua y jabón cuando estén visiblemente sucias o manchadas de
sangre u otros fluidos corporales, cuando existe una fuerte sospecha o evidencia de exposición a
organismos potencialmente formadores de esporas, o después de usar los servicios higiénicos.
47
Además se debe tener en cuenta que el jabón y el preparado de base alcohólica no deben
utilizarse conjuntamente y que para seguir las recomendaciones sobre la higiene de manos
rutinaria, lo ideal es que los profesionales sanitarios la lleven a cabo dónde y cuándo prestan la
asistencia, es decir, en el punto de atención y en los momentos señalados. A menudo esto
requiere utilizar un PBA.
La realización de una higiene de manos eficaz, ya sea por fricción o por lavado depende de una
serie de factores:
La calidad del preparado de base alcohólica (su conformidad con los estándares europeos y
norteamericanos);
Es importante que se sigan una serie de pasos a la hora de realizar la higiene de las manos para
que éstas sean seguras para la prestación de asistencia. En el Anexo 6 se describe el
procedimiento.
5.5.2 La higiene de las manos y utilización de guantes para usos médicos (48)
La higiene de las manos deberá practicarse siempre que sea apropiado, con independencia de
las indicaciones respecto al uso de guantes.
Quítese los guantes para proceder a la higiene de las manos cuando lleve guantes puestos y se
dé la situación apropiada.
Quítese los guantes después de cada actividad y límpiese las manos: los guantes pueden ser
portadores de gérmenes.
Colóquese guantes sólo en los casos indicados en “Precauciones habituales y en casos de
aislamiento de contacto” no hacerlo, podría entrañar un riesgo importante de transmisión de
gérmenes.
La pirámide sobre el uso de guantes (Anexo 10) le ayudará a decidir cuándo deberá (o no)
colocárselos. Deberán usarse guantes siempre que así lo aconsejen las precauciones habituales y
en casos de aislamiento de contacto. El esquema contiene varios ejemplos clínicos en que no está
indicado el uso de guantes, y otros en que si está indicado el uso de guantes estériles o de manejo.
1. Institucionalizar la higiene de manos como política interna del establecimiento de salud sujeta a
vigilancia y control por la entidad que corresponda.
48
2. Dar a conocer la Estrategia Multimodal de la OMS para la Mejora de la Higiene de las Manos
que consiste en (49):
c) Ofrecer acceso a una fuente continua de agua corriente en todos los grifos y a todos los
servicios para lavarse las manos.
d) Elaborar programas educativos regulares respecto a las técnicas más adecuadas para la higiene
de manos.
e) Proveer los recursos necesarios para la disponibilidad de agentes de limpieza, de ser posible
debe ubicarse lo más cerca que sea posible del lugar en donde se tiene contacto con el paciente.
Según informe de la OMS (50) en el 2012, las caídas son la segunda causa accidental o no
intencional en el mundo en la atención en salud, y define el término de caída como, “la
consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite al individuo al suelo en contra de su
voluntad”. Se estima que 37,3 millones de caídas suceden cada año, de ellas 424.000 derivan en
muerte. Esta situación pone en alerta al sistema de salud por cuanto quienes sufren las caídas
requieren atención médica y dependencia a ésta por secuelas asociadas a la discapacidad.
La Escala de caída de Morse (Anexo 11). Es una herramienta rápida y simple para evaluar la
probabilidad de que un paciente adulto sufra una caída (51).
49
2. Comorbilidades
Se califica con 0 si el paciente camina sin ningún dispositivo de ayuda (aún siendo ayudado por una
enfermera/o), se encuentra en silla de ruedas o está en reposo y no se levanta de la cama para
nada. Si el paciente utiliza muletas, bastón o andador se asignan 15 puntos. Si el paciente sólo
camina apoyándose en los muebles se asignan 30 puntos.
4. Venoclisis
Se asignan 20 puntos si el paciente tiene una vía IV, en caso contrario el puntaje es 0.
Con una marcha débil (puntaje 10) el paciente camina encorvado pero es capaz de levantar la
cabeza mientras camina sin perder equilibrio. Los pasos son cortos y puede arrastrar los pies. Con
una marcha alterada (puntaje 20) el paciente puede tener dificultades para levantarse de la silla,
pudiendo realizar varios intentos apoyando sus brazos en los de la silla o "tomando IMPULSO"
ejemplo. (Realizando varios intentos por incorporarse. La cabeza del paciente está baja, mirando al
piso. Como tiene muy poco equilibrio, el paciente se agarra de los muebles, de una persona de
apoyo o de bastones/andadores y no puede caminar sin esta asistencia).
Cuando se utiliza esta escala, el estado mental del paciente es valorado chequeando la propia
evaluación que hace el paciente acerca de su capacidad para caminar. Se le pregunta al paciente:
"¿Puede ir al baño sólo o necesita ayuda?" Si la respuesta del paciente es consistente con sus
reales posibilidades se le asigna 0 punto. Si la respuesta del paciente no es realista, se considera
que el mismo sobreestima sus propias capacidades y no es consciente de sus limitaciones,
asignándose entonces 15 puntos.
Se suman los puntajes de los 6 ítems y se documenta en la historia clínica. Se identifica así el nivel
de riesgo de caídas y las acciones recomendadas según el riesgo
1. Edad: recién nacido, lactante menor, lactante mayor, pre-escolar y/o escolar.
4. Compromiso de conciencia.
50
Los resultados de la aplicación de esta escala se evalúan según el puntaje obtenido para cada
riesgo: a mayor puntaje, mayor será el riesgo de sufrir caídas.
Identificar al paciente que presenta riesgo de caídas (por ejemplo: colocación de una señal de
riesgo en el brazalete de identificación).
Asegurar que el paciente tenga accesible en todo momento el timbre de llamada o un teléfono y
comprobar su funcionamiento. Por turno.
Promover el uso de calzado cerrado con suela antideslizante. Por turno. Relacionadas con el
equipo de salud y mobiliario: Verificar frecuentemente que la cama y camillas estén en posición
baja, con el freno y barandales puestos, por turno. Mantener la habitación libre de mobiliario
innecesario que pueda producir caídas (cables, maletas). Revisar cada 12 horas. Recomendar
utilizar armarios, para guardar las pertenencias del paciente en el caso de disponerlos. Verificar
que la lámpara de cabecera se encuentre en buen funcionamiento y que de disponer una silla se
encuentre cerca del paciente. Verificar que las camas, camillas y sillas de ruedas presenten los
frenos funcionales y cinturones de seguridad durante su uso. Asegurar que los dispositivos de
ayuda (si precisa) estén al alcance del paciente (bastones, andador, lentes, audífonos etc.). Revisar
cada 12 horas. Mantener una buena iluminación tanto diurna como nocturna.
Arreglar y limpiar la unidad de estancia del paciente cumpliendo con las normas definidas por el
establecimiento de salud y las que correspondan con la bioseguridad. En casos de barreras
arquitectónicas identificar las mismas con señalética. Facilitar que el baño esté accesible y con
barras de apoyo.
Disponer de una cama y/o cuna en posición lo más baja posible, con los frenos puestos, y
barandales laterales levantados.
51
Evaluar los espacios de los barandales laterales de la cama o cuna, para evitar que las
extremidades del niño u otra parte de su cuerpo queden atrapadas.
Comunicar a los cuidadores del paciente pediátrico acerca de la vestimenta y calzado adecuados
para evitar caídas.
Asegurar que el entorno se encuentre libre de equipos fuera de uso y mobiliario en su lugar.
Relacionadas con el equipo de salud, paciente, familiar y personas encargadas del cuidado de
salud
Fomentar la comunicación entre el personal de salud con el paciente y su familia para disminuir
las preocupaciones y/o expectativas sobre el estado de salud durante su ingreso
Educar al paciente y su familia en relación a los cuidados de salud durante su estancia. Por
ejemplo: mantener al paciente incorporado en la cama durante unos minutos antes de levantarlo,
para evitar caídas por hipotensión ortostática.
Mantener una comunicación adecuada con el paciente explicándole todo lo referente a cómo
evitar caídas.
La Alianza Mundial para la Seguridad de los Pacientes de la OMS ha definido las “aptitudes,
capacitación y habilidades” cómo una de sus diez prioridades de investigación respecto a la
seguridad de los pacientes. (53)
Baker and Norton ha identificado tres tipos de inversiones que son necesarias para que las
organizaciones de cuidado de la salud mejores la seguridad; una de ellas es incrementar el
conocimiento de las “habilidades para analizar eventos y detectar las vulnerabilidades que existen
en los sistemas de cuidado de la salud” entre el personal, tanto a niveles gerenciales como entre el
equipo de salud de primer mando. (53, 54)
La Guía Curricular de Seguridad del Paciente planteado por la OMS (55) es un programa integral
destinado a lograr un aprendizaje en seguridad del paciente con resultados efectivos, mediante el
cual se promueve la incorporación de este temáticas en las carreras de la salud.
Australia ha diseñado programas educativos en torno a la seguridad del paciente que resaltan
entre otros, el trabajo con seguridad como equipo, comunicación eficaz, identificación prevención
y manejo de eventos adversos y cuasi eventos, uso de evidencia e información y conducta ética.
(56)
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