Titulación
Titulación
Titulación
donde:
Por lo tanto, es necesario medir el pH obtenido en equivalencia. Son dos los métodos más
utilizados:
Titulación redox: En la titulación redox se deja reaccionar la solución de prueba con una
solución volumétrica oxidada o reducida. Se añade la solución volumétrica hasta que todas
las sustancias que puedan reaccionar en la solución de prueba hayan sido oxidadas o
reducidas. Solamente se consiguen resultados si el punto de saturación de la solución de
prueba no se sobrepasa añadiendo más solución volumétrica. Por tanto, es imprescindible
conocer el punto de saturación para determinar con precisión el valor de medición. Esto se
consigue de forma muy precisa mediante indicadores químicos o potenciométricos.
Titulación por precipitación: La titulación por precipitación combina muy bien sustancias
muy solubles con sustancias que no se diluyen tan bien. Se consigue obtener el resultado
una vez que la reacción química se ha completado y sea claramente visible la caída de la
sustancia que se diluye con dificultad.
Se llevan a cabo normalmente en disolución de ambos reactivos. Las bases más frecuentes
son los hidróxidos y las reacciones que dan con los ácidos son del tipo general:
NA x VA = NB x VB (Ec.1)
Bureta
Mesa o soporte de fondo blanco – se emplea para apreciar el cambio de color de la
disolución.
Pipeta
Indicador de pH o Indicador ácido-base (se emplean muchos diferentes, según la
reacción))
Matraz Erlenmeyer (matraz cónico)
Disolución estándar (una disolución de concentración conocida, como la de Na 2CO3
en agua)
Disolución o muestra cuya concentración queremos conocer.
En otros casos las propias sustancias que intervienen experimentan un cambio de color que
permite saber cuándo se ha alcanzado ese punto de equivalencia entre el número de
equivalentes de ácido y de base.
En otras valoraciones o volumetrías, se registra la concentración de una sustancia en
función del volumen de sustancia valorante añadida, para determinar el punto final.
En una valoración ácido-base se prefiere medir el pH como una medida de cómo transcurre
la transferencia de hidrones, H+, entre el ácido y la base. Para ello se emplean electrodos
específicos conectados a un potenciómetro. Cerca del punto de equivalencia o punto final
de la valoración se observa un cambio muy brusco de dicho potencial.
Clases de Valoración:
El punto final de la valoración se alcanzará cuando la disolución, que en medio básico era
de color violáceo, pasa a color amarillo.
Concluida la valoración anotamos de la bureta el volumen exacto de ácido
sulfúrico utilizado en la neutralización (VA).
Una vez conocido el volumen consumido del ácido sulfúrico, calculamos la normalidad de
la disolución problema de hidróxido sódico (NB) aplicando la ecuación 1, y teniendo en
cuenta, el volumen real de disolución problema inicial que hemos valorado.
Curva de valoración
Lo más frecuente es que sólo estemos interesados en saber cuánto ácido o base hay en una
muestra. Sin embargo, al analizar una curva de valoración podemos deducir no sólo las
cantidades de los componentes ácidos y básicos que hay en la mezcla, sino cuáles son los
valores de sus constantes de equilibrio y lo que es aún más importante, nos permite
seleccionar el indicador adecuado para una valoración determinada.
A medida que se agrega agente valorante se producen variaciones de las concentraciones de
las sustancias reaccionantes, la representación gráfica de estas variaciones en función del
volumen del agente valorante se llama curva de valoración. En una reacción entre un
ácido y una base (reacción de neutralización), la variación de concentración que se
representa es la concentración de protones. Debido a que estas variaciones son números
pequeños se emplea en lugar de la concentración la función:
pH = -log[H +]
Al valorar un ácido fuerte con una base fuerte, el punto de equivalencia tiene lugar a un pH
de 7:
En la valoración de un ácido débil con una base fuerte, o una base débil con un ácido fuerte,
el punto de equivalencia se sitúa a un pH distinto de 7, debido a la hidrólisis del ion que
procede del ácido o base débil:
Cuando se valora un ácido poliprótico, se producen tantos saltos como protones tiene el
ácido:
En general, las curvas de valoración de un ácido empiezan con pH claramente por debajo de 7 y lo
aumentan suavemente al principio. En la zona intermedia el pH cambia bruscamente y
posteriormente vuelve a cambiar suavemente. El punto de inflexión de la zona intermedia coincide
con el Punto de Equivalencia, es decir, con el momento en que se el ácido ha sido
estequiométricamente neutralizado por la base añadida.
En el caso de la valoración de un ácido fuerte con una base fuerte la curva empieza con un pH muy
bajo y es bastante simétrica, teniendo el punto de equivalencia a pH=7. A medida que se añade la
base fuerte al ácido fuerte se produce una sal (que no se hidroliza) y resta cada vez menos
cantidad de ácido (fuerte) que valorar, por ello es razonable que el pH permanezca bastante bajo
durante gran parte de la valoración. Cuando se está próximo al punto de equivalencia el pH
cambia bruscamente en 8 o 9 unidades. Eso ocurre porque al sobrepasar el punto de equivalencia,
en el medio está presente una disolución de la base fuerte utilizada en el valoración. Como
corresponde a este tipo de sustancia, el pH será muy alto.
Cuando valoramos un ácido débil (p.e. ácido acético) con una base fuerte (o una base débil con un
ácido fuerte) la evolución del pH es diferente. Por ejemplo el punto de equivalencia está
claramente en la zona básica (en este ejemplo, es pH=8,72).
Reacciones de neutralización
La neutralización es una reacción entre un ácido o una base que conduce a la formación de
una sal y de agua:
Cuando la neutralización tiene lugar entre dos disoluciones, una de carácter ácido y otra de
carácter básico, se puede establecer la siguiente igualdad:
Equilibrio á cido-base de la
fenolftaleína
Si se añade un ácido a la fenolftaleína, el equilibrio se desplaza hacia la izquierda siendo
visible la forma molecular (InH) incolora. Sin embargo, si en el medio abunda suficiente
cantidad de iones hidroxilo, reaccionarán con los iones hidronio eliminándolos del medio y
desplazando el equilibrio hacia la derecha siendo visible la forma iónica (In-) rosa.
Uno de los dos colores del indicador es apreciable cuando la concentración de esa forma
del indicador es aproximadamente 10 veces mayor que la otra: [InH]>10[In-] o
[In-]>10[InH]. Por tanto despejando la concentración de iones hidronio de la ecuación
anterior y aplicando logaritmos obtenemos una ecuación semejante a la de Henderson-
Hasselbalch. Esta ecuación nos indica cuál es la zona de viraje de un indicador: entre una
unidad abajo y arriba de su pKa. Es decir, la zona de viraje de un inidcador tiene una
anchura de dos unidades de pH centrada en el pKa. Cuando el pH es igual al pKa, las
concentraciones de las formas molecular e iónica del indicador son iguales.
Ejemplo: el naranja de metilo es una sustancia con Ka = 4,0·10-4 (pKa=3,4), por tanto, es
esperable que el cambio de color entre rojo y amarillo se realice entre pH=2,4 y pH=4,4.
Referencias
0120-2804, P. v. (12 de junio de 2019). Revista. Obtenido de http://www.scielo.org.co/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0120-28042019000100026