El Simbolismo Gnóstico Del Murciélago

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EL SIMBOLISMO GNÓSTICO DE LOS ANIMALES

EL MURCIELAGO

I – Introducción.

El murciélago es el único mamífero que vuela, medio ratón medio pájaro es un animal
extraño, nocturno, capaz de guiarse por los sonidos.

El murciélago es un símbolo de renacimiento y simboliza  la profundidad, ya que


el  murciélago vive en el vientre de la madre (la tierra) en sus cuevas más profundas.
Desde el vientre de las cuevas  se desprende cada tarde, al anochecer. Y así de la
matriz renace cada noche.

Entre los mayas la palabra que significa murciélago es “Zotz”, el murciélago era
considerado una deidad.

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Los Mayas trazaban una línea muy tenue entre nuestro concepto del bien y del mal, por
ello el murciélago era adorado tanto por sus cualidades de luz, como de oscuridad,
apareciendo asiduamente en los glifos mayas, por lo cual se deduce un gran respeto por
este animal icono de la dualidad eterna. 

Los Mayas, también utilizaban a esta Deidad en sus rituales de iniciación, en las que
tenían que pasar terribles pruebas.

Los indios nativos de América del norte, desde tiempos remotos ya vieron  en el
murciélago un ser muy  sensible a su entorno y por lo tanto, fue considerado un
símbolo de la intuición, los sueños y la visión. Esto hizo que el murciélago se
convirtiera en un poderoso símbolo de los nativos americanos y los chamanes.

En China, los murciélagos son un símbolo de la felicidad y el provecho, la misma


palabra “fu” significa a la vez felicidad y murciélago, el murciélago en China lo
asocian al número cinco.

En Europa el murciélago simboliza la noche, el misterio, el inframundo, es el animal de


las cuevas de la tierra que representa lo más profundo del subconsciente.

Veamos más referencias sobre el simbolismo del murciélago:

II – Referencias del maestro Samael al simbolismo del murciélago.

En el libro “Los Misterios Mayas”, el maestro Samael nos habla del Dios murciélago
con poder sobre la vida y sobre la muerte, de los templos Nahuas dedicados al culto del
Dios murciélago, de los rituales de iniciación donde los candidatos tenían que superar
las pruebas, pero veamos que más nos dice:

También se le llama Tzinacan, que quiere decir murciélago o zotz.

Está muy bien representado, con un pectoral maravilloso que simboliza el alma, el
hombre causal, el hombre verdadero, el hombre real.

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El pectoral hacia arriba, que llega a conectarse con los oídos, nos indica que el hombre
verdadero debe aprender a escuchar al Verbo, a la Palabra, al Logos. La figura nos dice
que es un deiduso, un Verbo encarnado.

Las gónadas están muy bien formadas, indicando claramente que el poder está en el
sexo. En lugar de un phalo aparece un rostro, como para recordar que el hombre causal
se forma con el mercurio -que es el alma metálica del esperma sagrado- y que el hombre
verdadero es, precisamente, el resultado de la transmutación sexual.

El dios Murciélago tiene poder sobre la vida


y sobre la muerte. Está parado sobre un
piedra que, aunque no es cúbica del todo,
nos da a entender el trabajo para adquirir la
piedra filosofal. El dios Murciélago es un
deiduso, un ángel de la muerte que vive en el
plano causal. Lo encontramos dibujado en
estelas, códices y vasijas mayas, con la librea
del dios del aire.

En Chiapas existe el pueblo de Tzinacatlán,


habitado por Zotziles (gentes del murciélago
de la familia maya) y en el valle de Toluca el
pueblo de Tzinacantepec.

En el Popol Vuh el murciélago es un ángel


que bajó del cielo a decapitar a los primeros hombres mayas hechos de madera, el
murciélago celeste que aconsejó lo que debían hacer Ixbalanqué y Hunab Kú para salir
victoriosos de la prueba de la caverna del dios Murciélago.

Los templos nahuas en forma de herradura estaban dedicados al culto del dios
Murciélago, sus altares eran de oro puro y orientados al Este.

Los Maestros nahuas lo invocaban para pedirle curación para sus discípulos o para sus
amigos profanos, pues el dios Murciélago tiene poderes sobre la vida y la muerte.

A la invocación asistían solamente los iniciados, los cuales, en el interior del templo
formaban cadena, alternando en ella hombres y mujeres sin tocarse las manos ni el
cuerpo. Los extremos de la cadena comenzaban a ambos lados del altar y todos
permanecían sentados en cuclillas, con la espalda contra la pared.

Ponían en el altar flores recién cortadas y a sus lados, sobre dos pequeñas columnas
talladas en basalto, sendos braseros de barro pintados de rojo, símbolo de la vida y la
muerte. En los braseros ardían leños de ciprés (símbolo de la inmortalidad), cuyo aroma
se mezclaba con el del sahumerio de Copalli, resinas olorosas y blancos caracoles
marinos molidos.

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El Maestro vestía la librea del dios del aire y maxtlatl alrededor de la cintura. De frente,
levantando las manos con las palmas extendidas, vocalizaba tres veces el Mantram
ISIS, dividido en dos largas sílabas, así:

IIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSS

IIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSS

Después, con un cuchillo de obsidiana con empuñadura de jade y oro, bendecía a los
concurrentes y en silencio hacía la invocación ritual: Señor de la vida y la muerte, te
invoco para que bajes a sanar todas nuestras dolencias.

Silencio imponente, sólo interrumpido por el crepitar del sahumerio. De súbito, batir de
alas y un aroma a rosas y nardos que se extendía por todo el templo. De los braseros
salía una flama que quería alcanzar el cielo y el Maestro y los asistentes se postraban
hasta poner sus frentes en el suelo.

El dios Murciélago bajaba ataviado con la


librea del dios del aire o en forma de búho, a
las pruebas funerales del arcano 13. Trece
peldaños tenían las escalinatas de entrada a los
templos y trece mechones tiene en la barba el
Anciano de los Días.

Dentro del recinto donde se levantaba el


templo mayor de Tenochtitlán, existió un
templo circular dedicado al sol. Entre las
cámaras secretas de este templo de misterios
existió el Tzinacalli (casa del murciélago).
Espacioso salón con aspecto interior de
sombría caverna, donde tenían lugar los rituales de iniciación para alcanzar los altos
grados de Caballero Ocelotl (tigre) y Caballero Cuauhtli (águila).

Sobre el dintel de la pequeña puerta, disimulada en el muro interior del fondo de la


caverna, la cual daba paso al templo, colgaba un espejo grande de obsidiana y, frente a
esa pequeña puerta, ardía en el suelo una hoguera de leña de pino.

El candidato era llevado al tzinacalli, donde era dejado hasta altas horas de la noche. Se
le había indicado que caminara a través de la oscuridad hacia la luz de una hoguera y
que frente a ella hablara al Guardián del Umbral: Soy un hijo de la Gran Luz. Tinieblas
apártense de mí.

Sobre la cabeza del candidato los murciélagos comenzaban a chillar y revolotear. La


leña del pino se iba apagando poco a poco, solo quedaba de ella el rescoldo, cuyo fuego
se reflejaba en el espejo.

De repente, ruidoso batir de alas, un alarido aterrador y una sombra, con alas de
murciélago y forma humana, con alas de murciélago y maxtlatl alrededor de la cintura,

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emergía de la oscuridad y con su pesada espada amenazaba con decapitar al intrépido
invasor de sus dominios.

¡Hay del candidato que retrocedía aterrado! Una puerta, que hasta entonces había
permanecido hábilmente disimulada en la roca, se abría en silencio y en el quicio
aparecía un extraño señalando el camino del mundo de los profanos de donde el
candidato había venido.

Pero si el candidato tenía la presencia de ánimo suficiente y resistía impávido la


embestida de camazotz, el dios de los murciélagos, la pequeña puerta, oculta frente a él,
se abría suavemente y un maestro se adelantaba a su encuentro para descubrir, oculta
entre las sombras de la caverna, la esfinge del candidato modelada en papel de amate, la
cual era incinerada mientras los demás maestros daban al candidato la bienvenida, y lo
invitaban a entrar al templo.

Este ritual simboliza la muerte de las pasiones, de la personalidad del iniciado, en su


paso de las sombras a la luz. A través de las pruebas de la ordalía, a que eren sometidos
los candidatos a iniciados en los antiguos misterios, el alma animal de estos se retrataba
a veces como murciélago, porque, como el murciélago, el alma de ellos estaba ciega y
privada de poder, por falta de luz espiritual, de sol.

Como vampiros, los depravados y avaros se arrojan sobre sus presas para devorar las
substancias vivas que hay en ellas. Y después, deambulando perezosamente, regresan a
las sombrías cavernas de los sentidos, donde se ocultan de la luz del día como todos los
que viven en las sombras de la ignorancia, la desesperación y el mal.

El mundo de la ignorancia está gobernado por el temor, el odio, la codicia y la lujuria.


En sus sombrías cavernas vagan los hombres y mujeres que solo se mueven al vaivén de
sus pasiones.

Solo cuando el hombre realiza las verdades espirituales de la vida, escapa de ese
subterráneo, de esa maldita caverna de murciélagos donde camazotz, que muchas veces
mata solo con su presencia, permanece oculto acechando a sus víctimas.

El sol de la verdad se levanta en el hombre, ilumina su mundo, cuando este eleva su


mente desde la obscuridad del a ignorancia y el egoísmo, hacia la luz del altruismo y la
sabiduría. Símbolo de ese estado de conciencia en el hombre son los ojos de águila, que
sobre los tarsos de los pies de coatlicue, tratan de ver hacia el infinito.

“Los misterios Mayas” Samael Aun Weor

En este capítulo, el maestro Samael nos presenta al Dios murciélago, que si estamos
enfermos o queremos sanar a alguien, debemos concentrarnos, meditar, orar y suplicar
al Dios murciélago; pero veamos que más nos dice:

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Recordemos las palabras del gran Kabir Jesús: "Los milagros que yo he hecho los
podréis hacer vosotros, y aún más..."

El orden angélico del mundo de las causas naturales o mundo de la Voluntad


consciente, es el de los Malachim o Reyes de la Naturaleza, que ciertamente
constituyen, por sí mismos, los legítimos principios espirituales de los elementos.
Esos Dioses, inefables y terriblemente divinos, son Hombres perfectos en el sentido más
completo de la palabra. Tales Seres están mucho más allá del bien y del mal.

El asceta iluminado se llena de


asombro y místico terror cuando
experimenta, en todas las partes de
su Ser, la presencia del Dios
murciélago, poderoso Señor de los
misterios de la Vida y de la Muerte.

No está de más recordar que aún se


conservan cantos a Huitzilopochtli,
a la Madre de los Dioses, al Dios
del fuego, a Xochipilli, el Dios de la
música, de la danza y del canto, a
Xochiquetzal, a Xipetotec, el
bendito Señor de la primavera, etc.,
etc., etc.

En instantes en que escribo estas


líneas surgen en mi mente algunas reminiscencias insólitas.
Ha muchos años, cierto huésped no grato moraba en mi casa; parecía no tener afán de
partir.

Consulté el caso a Ehecatl, el Dios del viento, y es obvio que el sujeto apresuradamente
abandonó mi casa. Afortunadamente tuve en mi poder la suma que Ehecatl me exigió
por el servicio; nada se nos da regalado, todo cuesta.
A estos Dioses elementales se les paga con valores cósmicos. Quien tiene con que pagar
sale bien en los negocios.

Nuestras buenas obras están representadas con moneda cósmica. Hacer siempre el bien
es un buen negocio. Así acumularemos capital cósmico mediante el cual es posible
hacer negociaciones de esta clase.

En el mundo causal o mundo de la Voluntad consciente es, esencialmente la región del


misticismo religioso.
El gnóstico que aprende a combinar la meditación con la oración, incuestionablemente
puede establecer contacto, objetivo y consciente, con los Dioses de la naturaleza.

El mundo causal es la esfera de los Maestros, es el Templo eterno en los cielos que
mano alguna ha construido, es la gran Morada de la Fraternidad Oculta.
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¿Estáis enfermo? ¿Queréis sanar a alguien? Escoged entonces como motivo de
concentración, meditación, oración, súplica, etc., al famoso Dios murciélago de aztecas
y mayas. Indubitablemente este gran Ser es un Maestro de los misterios de la Vida y de
la Muerte.

Cuando el fuego chisporrotea abrasadoramente amenazando vidas, casas, haciendas, que


sea entonces Huehueteotl, el Dios viejo del fuego, el objeto básico de vuestra
concentración meditación y súplicas.
Bien saben los kabalistas hebráicos rabínicos que el mantram del mundo causal ha sido,
es y será siempre: Aloah Va Daath.

“Doctrina secreta del anahuac” Capitulo XV, Samael Aun Weor.

El maestro Samael, nos habla en el libro “Misterios


mayores” nuevamente del Dios murciélago, como
un Angel de la Muerte, con poder para matar y
también para sanar y continua diciéndonos:

En el edificio de bellas artes en México D. F.,


encontramos una escultura Azteca del Dios
Murciélago, (véase lámina) vamos a hablar de él
aunque los tenebrosos nos calumnien y califiquen
de magos negros.

Esta escultura es un precioso símbolo Azteca de


uno de los principales jerarcas de la muerte. Los
Ángeles de la muerte, trabajan bajo la influencia de
Saturno y desencarnan las almas de acuerdo con la
ley del Karma, tienen como símbolos al
murciélago, la lechuza y la hoz; ellos sacan el alma del cuerpo y rompen el cordón
plateado que une el alma al cuerpo.

Las almas durante el sueño pueden viajar a cualquier parte y volver al cuerpo gracias al
cordón plateado. Los Ángeles de la muerte cuando están oficiando asumen la apariencia
esquelética, después de su trabajo asumen hermosa presencia, realmente son Ángeles.

El Dios Murciélago mora en el centro del Edem. Es un Ángel de la muerte, así como
tiene poder para matar, también para sanar.

El mantram ISIS era vocalizado por todos en dos sílabas y alargando el sonido de cada
letra así: Iiiii Ssssss Iiiii Sssss, sosteniendo el sonido de cada letra lo más posible; la S
suena como el grillo (chapulín), ó como los cascabeles de la serpiente, tan sagrada entre

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los Aztecas, esa es la sutil voz con que pueden hacerse maravillas y prodigios; el
mantram era vocalizado muchas veces seguidas.

El sacerdote echaba entre un bracero un sahumerio de caracoles marinos reducidos a


polvo blanco; los caracoles y el fuego sagrado se hallaban asociados internamente. Los
bracerillos se colocaban sobre una mesa, en el altar ardían dos lumbres símbolos de la
vida y de la muerte; el sacerdote vuelto el rostro hacia los asistentes bendecía con un
afilado cuchillo, y con su corazón llamaba al Dios Murciélago; así asistía el terrible
Jerarca de la muerte: este rito puede practicarse hoy en los santuarios gnósticos.

El Dios murciélago puede sanar a los enfermos si la ley del Karma lo permite,
cualquier grupo de personas puede practicar este rito para sanar enfermos graves. Este
rito lo practicaban los Aztecas en un templo de oro macizo el cual existe aún en Jinas.

A las pruebas funerales del arcano 13 asiste el Dios murciélago; cuando Jesús llegó al
arcano 13 vagó entre los sepulcros de los muertos, los terribles espectros de la muerte lo
asediaron entre los terrores de la noche horrible, los cadavéricos fantasmas de la muerte
le recordaron cosas horribles del pasado.

“Los Misterios Mayores” Samael Aun Weor.

En Chiapas existe el pueblo de Tzinakatlán habitado por los tzoktziles (gentes del
murciélago) de la familia maya y en el valle de Toluca el pueblo de Tzinakantepek. En
el Popol Vuh (la Biblia Maya) el murciélago es un ángel que bajó del cielo para
decapitar a los primeros hombres mayas hechos de madera, el murciélago celeste que
aconsejó a Ixbalanke y a Hunab Ku lo que debían hacer para salir victoriosos de la
prueba de la caverna del Dios Murciélago.

Encontramos al tzinakan (murciélago) dibujado en estelas, códices y vasijas mayas con


la librea del dios del aire. Se le ven el apéndice nasal y los dientes triangulares saliendo
hacia abajo desde las comisuras de los labios. En los códices aztecas se le dibujaba en
braseros, vasos y silbatos, siempre como los vampiros de tierra caliente del sur de
México.
La boca se caracteriza por los caninos y los incisivos inferiores tapados por la lengua
que, en las urnas zapotecas, siempre aparece hacia afuera; las orejas grandes y bien
formadas, saliendo de las orejas, en forma de hojas, el tragus en jade; dedos cortos con
garras hacia arriba para poder utilizar las ventosas de las palmas de las manos (las que le
sirven al murciélago cuando se cuelga de superficies lisas) y su apéndice nasal en
forma de silla de montar u hoja.

Los templos nawas en forma de herradura estaban dedicados al culto del Dios
Murciélago. Sus altares eran de oro puro y orientados hacia el Este.

El Dios Murciélago tiene poder para curar cualquier enfermedad, pero también poder
para cortar el cordón plateado de la vida que une el cuerpo al alma. Los Maestros nawas
lo invocaban para pedirle curación para sus discípulos o para sus amigos profanos. A la
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invocación asistían solamente iniciados que, en el interior del templo, formaban cadena
alternando en ella hombres y mujeres sin tocarse las manos ni el cuerpo.

Entre las cámaras secretas de este templo de misterios existió el tzinakalli (la casa del
murciélago) espacioso salón con aspecto interior de sombría caverna donde tenían
lugar los rituales de iniciación para alcanzar los altos grados de Caballero Ocelotl (tigre)
y Caballero Kuauhtli (águila). Sobre el dintel de la pequeña puerta disimulada en el
muro interior del fondo de la caverna, la cual daba paso al templo, colgaba un gran
espejo de obsidiana y frente a esa pequeña puerta ardía en el suelo una hoguera de leña
de pino.

El candidato a la iniciación era llevado al tzinakalli donde quedaba solo a altas horas de
la noche. Se le había indicado que caminara a través de la oscuridad hacia la luz de una
hoguera y que, frente a ella, hablara al guardián del umbral:
"Soy un hijo de la Gran Luz; tinieblas apártense de mí"

Los murciélagos comenzaban a revolotear y a


chillar sobre la cabeza del candidato. La leña de
pino se iba apagando, sólo quedaba en ella el
rescoldo, cuyo fuego se reflejaba en el espejo. De
repente, ruidoso batir de alas, un alarido aterrador
y una sombra humana, con alas de murciélago y
maxtlatl alrededor de la cintura, emergía de la
oscuridad amenazando con su pesada espada
decapitar al intrépido invasor de sus dominios.

¡Ay del candidato que retrocedía aterrado! Una


puerta, que hasta entonces había permanecido
hábilmente disimulada en la roca, se abría en
silencio y en el quicio aparecía un extraño
señalando el camino del mundo de los profanos de
donde el candidato había venido.
Pero si el candidato tenía la presencia de ánimo
suficiente y resistía impávido la embestida de
Kamazotz (el dios de los murciélagos), la pequeña puerta, oculta frente a él, se abría
suavemente y uno de los Maestros se adelantaba a su encuentro para descubrir e
incinerar a la efigie del candidato, modelada en papel de amate y oculta entre las
sombras de la caverna, mientras los demás Maestros daban al candidato la bienvenida y
lo invitaban a entrar en el templo. Ritual que simboliza a la muerte de las pasiones de la
personalidad del iniciado en su paso de las sombras a la luz.

A través de las pruebas de la ordalía a que eran sometidos los candidatos a iniciados en
las antiguas escuelas de misterios nawas, el alma animal de éstos se retrataba a veces
como murciélago porque, como el murciélago, el alma de ellos estaba ciega y privada
de poder por falta de luz espiritual del Sol.

“Magia Cristica Azteca” Samael Aun Weor.

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III – Referencias del murciélago en el “Popol Vuh” Biblia Maya:

En el libro sagrado del “Popol Vuh”, también nos habla de la mansión de los
murciélagos, del murciélago de la muerte, de las pruebas de Xibalbá, y también nos
habla de los jaguares y de los murciélagos como animales simbólicos de los mundos
subterráneos, del país de los muertos.

Pero veamos que más nos dice:

El llamado Cavador de Rostros


vino a arrancarles los ojos:
Murciélago de la Muerte, vino a
cortarles la cabeza: Brujo-Pavo
vino a comer su carne: Brujo-
Búho vino a triturar, a romper sus
huesos, sus nervios: fueron
triturados, fueron pulverizados, en
castigo de sus rostros, porque no
habían pensado ante sus Madres,
ante sus Padres, los Espíritus del
Cielo llamados Maestros Gigantes.
A causa de esto se oscureció la faz
de la tierra, comenzó la lluvia
tenebrosa, lluvia de día, lluvia de
noche.

La segunda, llamada Mansión de los Calofríos, en la cual un frío muy insoportable, un


frío muy picante, llenaba el interior. La tercera, llamada Mansión de los Jaguares, donde
no había más que jaguares entremezclándose, atacándose, enseñando los dientes,
mofándose, jaguares encerrados en la mansión.

Mansión de los Murciélagos, nombre de la cuarta mansión; en el interior de la mansión,


solamente murciélagos que gritaban, que aleteaban, que revoloteaban en la mansión,
murciélagos encerrados sin poder salir. La quinta. Mansión de Obsidiana; no había más
que vencedores, con sus flechas, en silencio, en lucha, en la mansión. Éstas son las
primeras pruebas de Xibalbá, pero Supremo Maestro Mago. Principal Maestro Mago,
no entraron; basta con mencionar los nombres de las mansiones de pruebas.

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Entraron después en el fuego, en una Mansión de Fuego. Solamente fuego en el interior.
No fueron quemados por él, aunque asase, aunque ardiese. También [estaban] buenos
sus rostros cuando vino el alba. Sin embargo, mucho se deseaba que muriesen allá por
donde pasaban todavía; esto no sucedió, y por eso desfalleció el corazón de Xibalbá.
Entraron después en la Mansión de los Murciélagos.

Solamente murciélagos en la mansión, una Mansión de los Murciélagos de la Muerte,


grandes animales que tenían el mismo aparato mortal que Punta Victoriosa, acabando al
instante a aquellos [que llegaban] ante sus fauces. Estuvieron allá adentro, pero
durmieron en sus cerbatanas; no fueron mordidos por los dientes que estaban en la
Mansión.

Se entregaron en seguida, pero a un Murciélago de la Muerte que vino del cielo a


manifestarles lo qué debían hacer. Los murciélagos se interrogaron, celebraron consejo
una noche, aleteando. “Brujo Abatido, Brujo Abatido”, decían lo dijeron una noche:
cesaron sin embargo un poco. Los murciélagos no se balancearon ya más,
permanecieron en una punta de las cerbatanas. Brujito dijo entonces a Maestro Mago:
“El alba blanquea. Mira”, “Quizás blanquea. Voy a mirar”, respondió. Cuando quiso
mirar desde la boca de la cerbatana, cuando quiso, ver salir el alba, al instante su cabeza
fue cortada por Murciélago de la Muerte99 ,

Numerosos sabios vinieron del cielo. Los Espíritus del Cielo, los mismos Maestros
Gigantes, vinieron a cernerse, vinieron encima de la Mansión de los Murciélagos.
Aunque la cabeza de Maestro Mago no se terminó en seguida, estuvo bien hecha,
apareció con una bella cabellera y también habló.

Entonces un hombre se mostró a la faz de Brujo del Envoltorio, Brujo Nocturno.


Guarda-Botín, Brujo Lunar. Aquel mensajero de Xibalbá les dijo: “En verdad, he aquí a
vuestro dios, he aquí a vuestro sostén, he aquí al sustituto, al recuerdo, de vuestros
Constructores, de vuestros Formadores. No deis su fuego a las tribus hasta que éstas den
a Pluvioso, vuestro jefe, lo que ellas deben daros, Preguntad pues a Pluvioso lo que ellas
deben darle para coger fuego”; [así] dijo aquel Xibalbá. Su ser era como el ser de un
murciélago.

Sin embargo, una fracción [de las tribus] sacó [por fricción] el fuego de la madera.
Serpiente de la Fertilidad de la Mansión de los Murciélagos, [era el] nombre del dios de los
Cackchequel: su imagen: solamente un murciélago. Cuando obtuvieron la madera
[friccionable] la frotaron [todos] juntos hasta que el fuego hubo prendido. Los Cakchequel
no pidieron luego, no se dieron por sometidos.

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Un autor, obsesionado por el Infierno cristiano, se pregunta si ese pedernal no es la
“piedra de fuego” de ese lugar un poco ardiente. — Xuxulim Ha: Mansión de los
Calofríos (R). — Balam Ha: Mansión de los Jaguares. — Zotzi-Ha [Escrito Zotzim-Ha
en el párrafo 20]: Mansión de los Murciélagos. Jaguares y murciélagos eran muy a
menudo animales simbólicos [Cf. diversos códices] del mundo subterráneo, del país de
los Muertos.

30. Zotzila Chamalcan, escrito más adelante Zotzilha


Chimalcan, Zotzila, Zolzilha: [Gran] Mansión de los
Murciélagos. El texto y las representaciones [cerámica,
Códices, etc.] del dios Murciélago indican bien que su
imagen, su símbolo, es este quiróptero habitante del mundo
subterráneo, del mundo de la noche; gran número de sus
glifos contienen el signo Akbal “Noche, Casa, Casa de la
Noche”; aquellos en los cuales Akbal está reemplazado por
Kin “Sol, Día”, ¿se relacionarán con este Murciélago de la
Muerte enviado por los celestes” Maestros Gigantes?
Puesto que el primer nombre significa “[El de] la [Gran]
Mansión de los Murciélagos”, parece que el segundo
debería concordar con él. Una hipótesis casi inadmisible,
que no se apoya sino sobre el paralelismo, consistiría en
suponer que se trata aquí de dos dioses distintos.

99 Este Murciélago de la Muerte es un enviado de los


dioses luminosos; ha advertido a los engendrados. La
muerte de éstos no es sino aparente; es necesaria para que
revivan plenamente fuera del mundo de los muertos; es una
trampa para Xibalbá.

Ateneo Litelantes
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IV – Referencias en la conquista del Reino de Valencia al murciélago:

El empleo de la figura de animales en los escudos


de ciudades o regiones es muy común. Hay
escudos con osos, dragones, leones, águilas y
todo tipo de animales feroces, majestuosos o
simplemente mitológicos.
Pero aquí en Valencia tenemos un animal muy
peculiar como emblema. El murciélago. Son
varias las leyendas sobre el porqué de este
peculiar y entrañable animal en nuestro escudo.
El murciélago es el animal heráldico de Valencia
por antonomasia. Según la leyenda los árabes lo
domesticaban y lo empleaban para mantener a
raya a los mosquitos de los terrenos pantanosos
cercanos a la ciudad de Valencia.

Historia del escudo de Valencia:

El origen del actual escudo de la ciudad de Valencia, se remonta al siglo XIV, cuando se
adoptó como divisa las propias armas reales: un escudo en cairó, con cuatro palos de
gules sobre campo de oro.

Pedro el Ceremonioso, en reconocimiento a la resistencia opuesta por Valencia a Pedro


el Cruel de Castilla durante la Guerra de los dos Pedros (1356-1365), le concede a la
Ciudad de Valencia el derecho a utilizar sobre sus armas la corona real. Se hace

Ateneo Litelantes
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referencia a este privilegio en un documento del Manual de Consells de 1377 (Archivo
Histórico Municipal de Valencia, años 1375-1383, n. 17, sig. A)

Así, por tanto, se trataría inicialmente de una enseña heráldica que fue evolucionando
hasta adoptar la forma de una bandera, con una corona sobre las barras de los reyes de la
Corona de Aragón.

En época moderna se añadió una “L” a cada lado del escudo, simbolizando la lealtad de
la ciudad en los dos asedios que sufrió en la guerra con Castilla.

En el siglo XVII, el dragón alado que aparecía en algunos escudos reales, dio lugar al
murciélago, que ya había sido utilizado en algunas representaciones heráldicas. Existen
numerosas leyendas que explican el porqué de la aparición del murciélago en el escudo,
todas ellas relacionadas con el asedio de la ciudad por las tropas de Jaime I el
Conquistador.

Escudo de la ciudad de Valencia

. La leyenda del murciélago está relacionada con la conquista del reino de Valencia y
tenemos que viajar en nuestra máquina del tiempo hasta el atardecer del día anterior a la
toma de Valencia, en septiembre de 1238, de las tropas de Jaime I, el Conquistador, tras
dos meses de asedio. En aquel campo, entre Sagunto y Puzol, se encontraban las tropas
cristianas con las armas y enseñas listas para el ataque.

De repente, un murciélago se posó en el mástil del pendón que estaba sobre la tienda
del rey. Un símbolo de mal augurio para todos, hasta el punto que el rey Jaime tuvo que
arengar a sus tropas para tranquilizarlas.

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Les explicó aquella profecía árabe que auguraba que mientras el murciélago pudiera
volar todas las noches Valencia se mantendría en poder musulmán. Ahora ese
murciélago posado sobre la tienda del rey auguraba el triunfo cristiano y debían dejarle
tranquilo y no le asustasen.

En realidad, el rey Jaime era consciente de la


superioridad numérica de sus tropas y del deseo
del príncipe Abul Zamalek en capitular y
negociar  la rendición. Las palabras del rey
tranquilizaron a sus soldados.

Una noche, el silencio del campamento fue roto


de repente por un extraño ruido que despertó a
los centinelas. La guardia  se dirige a avisar al
rey y este ordena a sus capitanes que diesen
orden de extremar la vigilancia. En ese
momento se descubre que las tropas moras se
hallan muy cerca a punto de atacar a las tropas
de Jaime I por  sorpresa. Con toda rapidez, los
soldados cristianos toman las armas y presentan
batalla al ejército moro. Tras varias horas de
lucha terrible, las bajas producidas entre los
musulmanes les obligan a retirarse. El ataque
sorpresa había sido rechazado por las tropas
cristianas y el camino hacia Valencia quedaba  expedito para su conquista.

En medio de la euforia por el triunfo, el rey quiso premiar al que había dado la voz de
alarma y preguntó cuál había sido el origen de aquel ruido que había despertado a su
ejército y le había permitido presentar batalla. 

Nadie pudo contestar a su pregunta hasta que advirtieron que  había sido aquel
murciélago que había anidado sobre la tienda del rey, el cual se había estado 
golpeando estrepitosamente contra un tambor y arrojado al suelo algunas armas,
produciendo aquel salvador ruido en mitad de la tranquila y silenciosa noche.  

Jaime I entró Valencia  el 28 de septiembre de 1238 y el reino pasó a manos cristianas.


No hubo saqueos y la conquista se realizó de manera ordenada y pacífica.

En la entrega simbólica de las llaves de la ciudad, el 9 de octubre del mismo año, por
parte del rey Zayan, este pidió al rey cristiano que: “En la ciudad de Valencia conviven
musulmanes, gente noble de mi pueblo, junto a cristianos y judíos. Espero que sepa
gobernarlos para que continúen viviendo en la misma armonía y para que trabajen esta
noble tierra conjuntamente. Aquí, durante mi reinado, salían procesiones de Semana
Santa y los cristianos profesaban su religión con toda libertad, ya que nuestro Corán
reconoce a Cristo y a la Virgen. Espero que usted conceda el mismo trato a los
musulmanes de Valencia”.

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 Por motivos meramente políticos, Jaime I no anexionó Valencia al reino de Aragón,
sino que respetó la identidad del reino de Valencia y le dotó de nuevos fueros, que
Jaime I juró en 1261, haciendo ondear su propia bandera, formada por la cuatribarrada
de Aragón, banda azul al asta y coronada y el rey ordenó colocar a un murciélago en la
parte superior del escudo de la ciudad, en agradecimiento a aquel que había salvado sus
vidas y había permitido la conquista de Valencia.

 Escudo heráldico de Valencia sobre el edificio del Ayuntamiento.

El murciélago figura también en los escudos de otras ciudades como Palma de


Mallorca, Barcelona, Fraga, en el escudo de armas de la ciudad de Albacete y también
en la ciudad francesa de Montchauret.

El nombre de la asociación cultural Lo Rat Penat («el murciélago») está basado en este
animal heráldico. Fue fundada en 1878 por iniciativa de Constantí Llombart, Teodoro
Llorente y Félix Pizcueta, con la intención de defender la cultura y lengua valencianas e
impulsar un movimiento parecido al del Renacimiento en la región.

El murciélago se encuentra también a algunos escudos de organizaciones deportivas,


como el escudo del Valencia Club de Fútbol, el Levante Unión Deportiva, el Club
Deportivo Alcoyano, el Albacete Balompié, el Club de Baloncesto de Benimaclet y el
Club Deportivo Mallorca, entre otros. También figura en los escudos de la mayoría de
asociaciones falleras de Valencia. Aparte de éstos hay un murciélago en medio de la
bandera del Real Club Náutico de Valencia.

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