Semiología Del Gesto Expressivo
Semiología Del Gesto Expressivo
Semiología Del Gesto Expressivo
Abstract: The anthropology of the ex- Aprende con los mudos el secreto de los gestos expresivos.
pressive gesture is approached. This Leonardo da Vinci
method was created and developed by
the French anthropologist and linguist Se dice que el hombre del pueblo
Marcel Jousse. Jousse’s work is virtu- con las manos amarradas se queda mudo.
ally unknown among anthropologists Luis da Câmara Cascudo
and other Spanish-speaking social sci-
entists. The gesture is an omnipresent ...conocemos el mundo por los gestos que le infligimos al recibir los suyos.
fact, as is the reasoning based on the Es, por así decirlo, una suerte de duelo trágico.
metaphor. Some examples of expressive El mundo nos invade por todas partes
gestures, from ancient Mayan art and y nosotros conquistamos el mundo con nuestros gestos.
from the Latin American population of ...todo pensamiento es gestual.
e
contemporary times, are examined. Marcel Jousse
Keywords: anthropological gesture,
mimicry, expressive styles, Mayan art,
Latin American culture.
*
Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam. Correo electrónico: <bourding@
prodigy.net.mx>.
La Cátedra Extraordinaria Miguel Alemán Valdés-Sorbonne me ha permitido realizar
la difusión, en Francia, de mis investigaciones en materia de antropología del lenguaje.
Siempre agradeceré esta oportunidad, brindada por la Fundación Miguel Alemán Valdés,
Postulado: 08.01.2020 en asociación con la Coordinación de Humanidades y el Instituto de Investigaciones An-
Aprobado: 23.10.2020 tropológicas de la unam.
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gía de la recitación, titulada El estilo oral, rítmico y gesto y el mimismo floreció, se amplificó con su pre-
mnemotécnico de los verbo-motores (París, 1925). cursor estilo transdisciplinario, y finalmente hubo de
El método joussiano es muy apropiado para in- opacarse, hasta casi desaparecer del escenario aca-
vestigar un amplio conjunto de productos de la cultura démico francés e internacional. Durante la segunda
tradicional, verbal, gestual o tecnológica, en diferen- mitad del siglo pasado y lo que va del presente, la
tes tiempos y geografías. Como adelanté, a lo largo del obra escrita por Jousse ha estado casi ausente de la
presente artículo me referiré al mismo como antropo- literatura de las ciencias humanas.
logía del gesto y el mimismo. Las investigaciones de Sus discípulos directos más destacados no conti-
Jousse fueron formuladas y publicadas hace más de nuaron la investigación iniciada por Jousse. Algunos
noventa años, pero han permanecido hasta hoy des- de ellos fueron prominentes hombres de la política y
conocidas para los lectores especializados, particular- las humanidades, procedentes de países en procesos
mente los de habla hispana. El método propuesto por de descolonización, tuvieron destinos y preocupacio-
Jousse está referido a un objeto que puede describirse nes alejados de la actividad académica. Otros aplica-
con parámetros científicos. Los gestos humanos son ron sus enseñanzas acerca del estilo oral tradicional
eventos registrables, de algún modo cuantificables y a la investigación de objetos bien focalizados, como
siempre cualificables, comunicables. los orígenes orales de la literatura homérica, sin de-
Se trata del fenómeno del gesto expresivo. El gesto sarrollar otros aspectos de la antropología del gesto y
es un hecho permanente, omnipresente, como lo es el mimismo, cual es el caso de Millman Parry. E in-
también el razonamiento basado en la metáfora, fi- cluso, se ha dicho que ciertos investigadores, que no
gura discursiva que se despliega adherida al gesto o han sido alumnos directos de Jousse, se han atribui-
movimiento corporal. La metáfora constituye —en el do la autoría de varias partes o piezas de su método, a
plano del significado o contenido— la pareja semioló- veces sin siquiera citarlo.
gica de la expresión gestual. En el presente escrito se La primera traducción de El estilo oral, rítmico y
examinan, se analizan y se presentan con perspectiva mnemotécnico de los verbo-motores, obra fundacional,
etnológica y semiológica, unas pocas de estas mani- publicada en francés en 1925, ha aparecido en inglés
festaciones mímico-gestuales. Las mismas son carac- recién en los años noventa del siglo pasado (Jousse,
terísticas de pueblos, lenguas y culturas indígenas, 1990). La traducción al español latinoamericano de
campesinas y populares de la región latinoamericana. esta obra se encuentra aún en proceso editorial y será
Pienso que esta propuesta forma parte de un campo de publicada por la Universidad Nacional Autónoma de
investigación mucho más amplio, abierto a la proteica México (Jousse, en prensa).
gestualidad humana y al fenómeno del mimismo. En el presente artículo desarrollaré una breve
También se presentan, como apoyo teórico del pero sustancial explicación de los principios, méto-
estudio de los gestos expresivos, algunos principios dos y objetivos de la antropología del gesto y el mi-
generales de la antropología del gesto y el mimis- mismo, desarrollada por Jousse. Luego abordaré dos
mo. Junto a los aspectos teórico-metodológicos de la repertorios gestuales relacionados, respectivamente,
cuestión, he puesto especial énfasis en el estudio de con Mesoamérica y con Iberoamérica. En primer
los gestos del área cultural mesoamericana. lugar enfocaré la descripción de algunos signos ex-
Entre los años 1925 y 1957, sin notables inte- presivos gestuales —gestos— de los mayas anterio-
rrupciones, aunque experimentando diversas adver- res a la Conquista. Luego me referiré a algunos gestos
sidades, momentos de notable auge y reconocimiento, que forman parte de la expresión global en hablantes
por parte del mundo académico, intelectual y ecle- de español latinoamericano, estableciendo distincio-
siástico, como también resistencias, controversias y nes entre diversos países e incluyendo gestos de ha-
tácitas proscripciones, la antropología joussiana del blantes del portugués del Brasil.
La antropología del gesto y el mimismo Jacquignon, Jousse trató de alcanzar la unión inter-
disciplinaria de las fuerzas científicas:
¿Qué es el mimismo? Es el universo frente Sobre todo, está su obra fundacional El estilo
a un espejo viviente, y este espejo viviente oral rítmico y mnemotécnico de los verbo-motores, es-
intususcepciona el universo y lo replica. Eso es el
crita en 1925. Este libro pone en marcha su carre-
Hombre y ese es el abismo que trataré de penetrar.
Marcel Jousse ra científica. Se compone de citas extraídas de 500
libros. Jousse las sintetiza y las orienta de acuerdo
Una parte de la realidad de los grupos está hecha con su propia lógica; por medio de este método sin-
de imágenes, materializaadas bajo forma de gular, Jousse quiere demostrar que su tesis, tan origi-
dibujos, de estatuas, de monumentos, de herra- nal como es, se apoya sin embargo en las disciplinas
mientas y de máquinas, y también de giros del científicas y en las observaciones de su tiempo. Tam-
lenguaje, de fórmulas como los proverbios, que
bién quiere demostrar la conveniencia de vincular
son verdaderas imágenes verbales (comparables a
los slogans) estas imágenes aseguran la continui-
entre sí los trabajos de especialistas muy diversos a
dad cultural de los grupos, y son perpetuamente fin de comprender al “compuesto humano” en toda su
intermediarias entre su pasado y su porvenir... complejidad. Una sola ciencia no basta y la división
Simondon, Imaginación e invención (2015: 25). de las fuerzas es una debilidad, un error epistemológi-
co y metodológico. Así, toda su vida, Jousse, el oficial
La antropología joussiana se basa en la observación de artillería (14/18) investigará la vinculación de las
de las dinámicas de interacción entre el ánthropos armas, con el fin de conquistar un saber más vasto
y el cosmos, del que aquél constituye la única parte y más profundo, que la especialización a ultranza es
autoconsciente. Con gran acierto, E. Sienaert ha pre- incapaz de alcanzar. (Jacquignon, 2011: 33-34)
sentado dicha conexión antropo-cósmica como el Jousse impartió su enseñanza a lo largo de casi
campo factual donde opera la ley antropológica del treinta años, dictando una gran cantidad de cursos
mimismo. De este modo, los conceptos fundamenta- en la Universidad de París - La Sorbona. En 1932
les del método de Jousse pueden describirse como se incorporó a la Escuela de Antropología de París,
modalidades parciales del lazo global entre el llama- asociación científica de gran prestigio en su tiempo,
do compuesto humano (el ánthropos) y el orden cós- donde ocupó, hasta 1951, la cátedra de Antropolo-
mico “natural”. gía Lingüística. Simultáneamente dictó Historia del
Jousse publica, en 1925, su memoria Études de Cristianismo en la Escuela Práctica de Altos Estu-
psychologie linguistique. Le style oral rythmique et dios (entre 1933 y 1945). Entre 1932 y 1940, dirigió
mnémotechnique chez les verbo-moteurs. Será su obra el Laboratorio de Ritmo-Pedagogía de París, del que
escrita más importante, donde expone, en forma an- fue fundador. A lo largo de su vida publicó un pe-
ticipada, su futuro programa de investigaciones, el queño conjunto de alrededor de diez memorias cien-
que continuó hasta su retiro de la enseñanza, alre- tíficas. Su obra más conocida es La antropología del
dedor de 1957. Se trata de una obra fundadora, que gesto, que nunca ha sido traducida a nuestra lengua.
inaugura su carrera científica. Es una obra singular, Se trata de una selección y sistematización de algu-
compuesta empleando una gran cantidad de citas nos de los cursos orales inicialmente taquigrafiados y
provenientes de artículos y libros especializados en posteriormente tipografiados por su colaboradora G.
dominios científicos muy diversos. Dichas referen- Baron, junto a varias de las memorias publicadas por
cias bibliográficas se presentan hilvanadas por Jous- Jousse. La obra de síntesis fue publicada años des-
se, generando un discurso consistente, aunque nada pués de la muerte de Jousse, en 1969.
fácil de seguir, a modo de esbozo del método psicofi- El hombre, al que Jousse llama ánthropos, es un
siológico de la antropología del gesto. De acuerdo con compuesto humano, ser singular hecho de materia y
ANTROPOLOGÍA. Revista Interdisciplinaria del inah 148 año 3, núm. 7, julio-diciembre de 2019
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forma, cuerpo viviente y espíritu, en una asociación introspección, ya que él mismo formaba parte de
tan única, íntima y homogénea que sus componen- una antigua cultura de la memoria oral gesticulante
tes dejan de existir como tales cuando finalmente se (Jousse, 2018a: 19).
separan. La antropología joussiana concibe la reali- El hombre global, compuesto psicofísico dinámi-
dad como un decurso permanente de acciones e in- co, gestualidad viviente, es la sede de todas nuestras
teracciones energéticas concretas. En la antropología experiencias. Nos empapamos de lo que sucede en
del gesto el hombre es, como para Aristóteles, el más nuestro entorno desde la etapa intrauterina. Luego
mimético de los animales (Poética, libro IV). Está respondemos a las impresiones expresándonos,
dotado de la capacidad de engendrar y producir en dando a conocer nuestro interior. La riqueza en mi-
sí mimemas o gestos proposicionales partiendo de su memas, gestos derivados de la experiencia, es un
interacción con el medio que lo rodea. Atesora la ex- tesoro personal, un capital inconsciente. Es nuestra
periencia en su memoria, la recrea recombinándola memoria que bien podría calificarse de preconscien-
en su imaginación y expresando su sentir y su pensar te, pues casi siempre se encuentra allí, disponible
de acuerdo con diferentes estilos expresivos (corporal para un examen a la luz de la conciencia. Jousse cita
global, manual, verbal, escrito). a su maestro, el gran psicólogo Pierre Janet, quien
El ánthropos es capaz de recrear (rejouer) las im- decía: “La acción depende a la vez del cerebro y del
presiones sensoriales nacidas de la permanente inte- músculo. En realidad, el hombre piensa con todo su
racción con el mundo. Las mismas son almacenadas cuerpo; piensa con sus manos, sus pies, sus orejas,
en su memoria psicofísica, sensorial y rítmica me- tanto como con su cerebro” (De Monvallier, 2008: 1).
diante formas mimismológicas, que Jousse llama mi- El tema del cuerpo ocupa de hecho un lugar com-
memas o gestos proposicionales trifásicos. Asimilamos pletamente central en el trabajo de investigación y
las impresiones sensibles en la intimidad de nuestro enseñanza del autor de Antropología del gesto; como
ser íntimo singular, irrepetible, nuestro inalienable él mismo señaló en varias ocasiones. En uno de sus
microcosmos personal. Según la terminología jous- cursos de la Escuela de Antropología de París opina:
siana, el hombre conoce intu-suscepcionando —es “Cuando se estudia el pensamiento humano, nunca
decir “recibiendo dentro”— la actividad externa de se menciona lo que constituye su centro de irradia-
lo real, poniendo en juego la actividad mimética del ción: el cuerpo” (Conferencia EA, 03-03-1933).
espíritu capaz de reflejar inteligentemente el uni- El ánthropos es un ser vivo, y se encuentra bajo
verso y de hacer visible lo invisible. La conciencia la ineludible influencia de leyes que rigen diferentes
o inteligencia es la capacidad humana de registrar y esferas, leyes físicas, biológicas y antropológicas. El
asimilar las interacciones energético-materiales del hombre es capaz de percibir, de concebir, de atesorar
medio circundante, los interminables movimientos y de expresar las formas, propiedades, movimientos
del macrocosmos. e interacciones de los objetos de la realidad que lo
El hombre es un ser global, psicofisiológico, un rodea, por más ilusoria que esta pueda parecernos,
compuesto íntimo y singular de cuerpo y espíritu. La mediante fórmulas mimismológicas. Esto se debe a
musculatura humana alberga un ensamblado o mon- que el humano es un ser en cuya composición resulta
taje de sus gestos, los ha incorporado y encadenado indispensable la presencia de un corto conjunto de
unos tras otros mediante procesos de aprendizaje. Se leyes antropológicas. Éstas son: el globalismo; el mi-
trata de un tesoro gestual de mimemas y de una me- mismo; el ritmismo; el bilateralismo; el formulismo.
moria mimismológica. El ánthropos es una muscula- En lo que sigue, para dar por terminada esta sucinta
tura inteligida, piensa Jousse. muestra y no saturar de información, más o menos es-
Al estudiar el fenómeno de la memoria en las pecializada, al amable lector que me ha acompañado
tradiciones de estilo oral, Jousse echa mano de la hasta aquí, me ocuparé solamente del mimismo y del
formulismo, sin dejar de comentar que ninguna de las El elemento esencial del cosmos es una Acción
mencionadas leyes antropológicas puede funcionar que actúa sobre otra Acción. Es lo que hemos llama-
en ausencia de las demás. do el trifasismo. El paquete de energía que llamamos
agente actúa de cierta manera sobre otro paquete
Jousse concibe la realidad como manifestación de de energía que llamamos el actuado (Jousse, 1974
una misma y única energía cosmológica, cuyos innu- [2008], 46).
merables movimientos se consolidan en tres esferas [...] es allí donde radica la gran creación huma-
interconectadas: la física, la biológica, la antropológi- na: Debo ser capaz de apropiarme del mundo como
ca. La ley del mimismo es el principio antropológico totalidad para luego reutilizarlo en forma de fragmen-
fundamental: en el comienzo fue el mimismo (Sienaert, tos proposicionales. (Jousse, 2011 [Conferencia en
Escuela de Antropología, 03-12-1933]).
2014). La esfera de la vida inteligente o conciencia
está regida por esta ley del mimismo antropológico.
El ejemplo paradigmático del mimaje —que es la
En ella, los movimientos o interacciones de las cosas
puesta en función o proceso, del principio del mimis-
y los seres vivientes son aprehendidas en un sistema
mo— es el juego infantil. El juego infantil espontáneo
que es exclusivo del compuesto humano. Ese meca-
es un comportamiento de mímesis activa, mediante
nismo, que Jousse llama mimaje, puede capturar el
el cual el pequeño ánthropos va conociendo las cosas
juego (jeu) cósmico en la intimidad del ánthropos,
del mundo que lo rodea, sus contornos, movimientos
por intususcepción (“recibir dentro”), puede almace-
y gestos característicos. Como puede, movido por el
nar miméticamente los rasgos esenciales caracterís-
impulso mimismológico, incontenible, el infante capta
ticos de estos movimientos, traduciéndolos a gestos
el gesto inconsciente de las cosas y los seres transpo-
del individuo humano y de inmediato puede permitir
niéndolos a movimientos de su propio ser global-ges-
exteriorizar esas impresiones recibidas (que Jousse
tual, deviniendo, poco a poco, a través del aprendizaje
también llama recepciones) por medio de la expresión
o “montaje de los gestos”, en un ser expresivo, capaz
gestual de lo que el ánthropos piensa y siente (rejeu).
de emplear sus gestos consciente y deliberadamente
Mimar es expresar, replicar hacia afuera las impre-
para comunicar su pensamiento. “[...] jugar, es decir,
siones, esas recepciones del mundo externo que han
intususcepcionar y expresar lo real. [...] El juego es lo
penetrado antes en nuestro ser interior. El pincipio
exterior desconocido que se inflige en nosotros, que
del mimismo describe la relación del hombre con el
se inserta en nosotros y después de haberse impreso
mundo. Por el mimismo, las interacciones del mundo
nos fuerza a que lo expresemos. El juego es lo que
se transforman en gesto antropológico. Las impresio-
recibimos y lo que nos modela” (Jousse, 2011 [Confe-
nes, captadas como interacciones, son transformadas
rencia en Sorbona, 18-02-1954]).
y expresadas como gestos (gesto mimístico, rítmico,
La antropología joussiana es una teoría transdis-
bilateralizado, formulaico, gesto global, facial, ma-
ciplinaria, sus conceptos proceden y pueden apli-
nual, laríngeo-bucal o verbal, etcétera).
carse en diversos campos de la investigación, entre
Fuera de nosotros, sólo hay acciones. Pero estas accio- ellos la pedagogía. La pedagogía del gesto, que Jous-
nes devendrán gestos en el humano que las recibe y se desarrolló en el Laboratorio de Ritmo-Pedagogía,
las replica (Jousse, 2011 [Conferencia en Escuela de teniendo como discípulas a maestras de educación
Antropología, 01-02-1939]). preescolar e inicial, considera al juego infantil como
¿A qué llamo gesto? Específicamente, a todo la forma primaria de toda ciencia humana. La actitud
movimiento en el compuesto humano. Pequeño
o grande, microscópico o macroscópico, total o
espontánea del infante humano hacia el mundo es
parcial, incoativo o completo, yo llamo gesto a todo científica, quiere ver, tocar, manipular, saborear, oler,
movimiento humano (Jousse, 2011 [Conferencia en para conocer las cosas. Una educación precozmen-
Escuela de Antropología, 06-12-1943]). te libresca ha convertido a los pueblos e individuos
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del occidente urbano moderno en seres “disociados”, La ley antropológica del formulismo
para decirlo con la expresión de Marcel Mauss, quien
fue uno de los célebres maestros de Jousse: E l mimaje (manifestación actual del principio del
mimismo) es un mecanismo basado en una fórmula
Cuando al niño pequeño, ávido por verlo todo, por interaccional de tres fases. Se trata siempre de un
agarrarlo todo, por saborearlo todo, por jugar a todo, lo actuante —actuando sobre— un actuado, algo que
tomamos y lo ponemos junto a otros niños pequeños,
lo tendremos allí sentado a perpetuidad y ocupado
Jousse denominó gesto proposicional, o mimema. Un
en aprender a escribir y a leer. Ahora bien, vamos a mimema es una unidad observable de gesto humano.
ver el enorme papel del Juego. En todas partes del Es un “ladrillo” o bloque constructivo, cuyo conjunto
mundo, el hombre es un ser que juega, que todo lo constituye al ánthropos, que es el compuesto humano
mimifica, que juega a todo porque piensa en todo. El consciente. El fluir de la vida humana es un complejo
niño trata de ser científico frente a las cosas, pero, por
recitativo individual, singular e irrepetible, forma-
la existencia de una pedagogía ignorante de las leyes
antropológicas, arrancamos al niño de las cosas y pre- do por la innumerable sucesión de nuestros gestos
tendemos ponerlo como ustedes, tranquilo [dócil], proposicionales:
como lo están ustedes, inmóviles, impecablemente in-
móviles como lo están ustedes. Y entonces se pone en El gesto proposicional es las transposición antropo-
la mano de este niño pequeño un bastoncito, y luego lógica de la actividad interaccional cósmica. (Jousse,
un pequeño trozo de papel. Y se acabó, este niño 2011 [Conferencia en Hautes Études, 05-11-1941]).
nunca volverá a ver lo real... a menos que se rebe- De lo que está fuera de nosotros, sólo sabemos lo
le contra la pedagogía que se le ha infligido. (Jousse, que se replica [rejoue] en nosotros y que podemos ex-
Conferencia Escuela de Antropología 07-11-1932) presar. ¿Qué es el humo? El niño que traje aquí hace
pocos años para hacer una experiencia me dijo: “El
humo es algo que hace esto (gesto de giro)”. Y efec-
El auténtico aprendizaje es el montaje o ensam-
tivamente, hablamos de las volutas de humo. (Jousse,
blado de los gestos en la musculatura expresiva de 2011 [Conferencia en Laboratorio de Ritmo-Pedago-
ánthropos. La educación “libresca”, en las culturas gía, 08-12-1937]).
de estilo escrito, como era la Francia urbana de co- Siempre hay un actuante —actuando sobre— un
mienzos del siglo xx, atrofia la facultad de la memo- actuado: como pan, bebo agua. Cualquiera sea nuestra
ria y la capacidad de observación: forma de escritura y cualquiera sea nuestra forma de ha-
blar, las expresiones humanas tomarán siempre la forma
del gesto proposicional, en espejo y eco de la actividad
Hay allí un abuso extremadamente grave para la for-
interaccional cósmica. Siempre vemos el mundo exter-
mación psicológica y, como también veremos, para la
no diseminado en gestos humanos trifásicos, y esto es
formación de la memoria. De modo que el niño no va
la estructura básica de la ciencia humana, la memoria
a ser más que un ojo que comienza por ver palitos,
humana y la lógica humana. (Jousse, 2011 [Conferencia
que flexibiliza sus palitos y que de inmediato trata de
en Escuela de Antropología, 06-03-1933]).
poner estos palitos en forma de letras, de palabras y
de frases.
[...] El lenguaje no se ha considerado más que La experiencia humana es un espontáneo y con-
en la forma de página impresa. Por lo que, hace al- creto flujo de sensaciones e imágenes intususcepcio-
gunos años, cuando dije “En el comienzo fue el gesto nadas, esto es, “recibidas-dentro”. Los eventos se
rítmico”, han chillado: “¿Pero qué es lo que quiere suceden en el tiempo, como lo hace el fluir permanen-
aquel con su gesto?”. ¡El lenguaje era considerado te de los gestos expresivos que entabla con las cosas
como una cosa muerta en tal medida, que traerle vida
y los eventos del mundo un diálogo mimismológico.
a dicha momificación parecía un sacrilegio! Entre
nosotros, el niño está sometido a esta momificación y Por principio, este mundo es un perpetuo fluir, pero es
es obligado a sufrir esta momificación (Jousse, Confe- también fijeza y permanencia. De acuerdo con Jousse,
rencia EA 7-11-1932). el fluidismo tiene su contraparte en el formulismo:
ANTROPOLOGÍA. Revista Interdisciplinaria del inah 152 año 3, núm. 7, julio-diciembre de 2019
d i v e r s a
y su fundamento en la fidelidad a las tradiciones. En gráfico en el arte maya. A pesar de ello, el estudio
el estilo oral, las fórmulas estereotipadas se adaptan sistemático de los gestos mayas, con el objeto de de-
flexiblemente a la realidad concreta, ya que las fórmu- terminar su significado y función, es muy reciente
las tradicionales pueden ser yuxtapuestas de nuevas (Miller, 1983: 17).
maneras, en combinaciones más o menos originales,
aunque Éstas dependerán de las leyes físicas del cuer- Miller aborda la interpretación de algunos ges-
po del que hayan surgido. Estas tres leyes antropoló-
tos presentes en la escultura y la pintura mayas, que
gicas apuntalan el estilo oral, que está profundamente
enraizado en el cuerpo, de ahí su gran eficacia desde el suelen denominarse gestos de sumisión. El presente
punto de vista mnemotécnico, porque en el movimiento apartado es un apretado resumen del citado artícu-
y en la voz, el cuerpo contribuye a la conformación del lo, que presento acompañado de algunas reflexiones
pensamiento con formas memorizables. Jousse estudió propias sobre el tema. En el artículo de referencia,
en particular las leyes antropológicas del estilo oral y la autora elige los gestos que, en la escasa literatura
sus múltiples relaciones con el medio étnico del Anti-
del tema, se relacionan especialmente con la actitud
guo y Del Nuevo Testamento (Sienaert 1990: 97).
sociocultural de “sumisión” de un individuo hacia
otro, esto es, de jerarquía y subordinación a un su-
El gesto de sumisión en el arte maya
perior, hacia quien el subalterno debe guardar, expre-
del Clásico y el Posclásico
samente, un comportamiento social de obediencia y
Me referiré inicialmente a este grupo de gestos plas- respeto. El individuo jerárquicamente inferior debe
manifestar su actitud mental mediante gestos expre-
mados en el arte maya, por ser un verdadero nodo en
sivos con un significado conocido. Un mismo gesto
el que se concentran y desde el cual se difunden nu-
puede expandirse en direcciones divergentes.
merosas conexiones y extensiones polisémicas, tanto
Los gestos de sumisión identificados por Miller
hacia diferentes regiones de la cosmovisión tradicio-
nal maya como en procesos que podrían representar en la cerámica, la escultura y la arquitectura monu-
préstamos interculturales o calcos, pues reaparecen mental maya son los siguientes:
en formas y versiones peculiares en lenguas y en
culturas gestuales muy alejadas de la maya. A partir 1. Cruzar los brazos sobre el pecho;
del siglo xvi irrumpirán, en la escena histórica, los 2. colocar una mano sobre el hombro opuesto;
numerosos cataclismos socioculturales, locales y re- 3. colocar una mano debajo del brazo opuesto, y
gionales, que siguieron a la llegada de los conquista- 4. poner la mano en la boca o cerca de ella.
dores y colonizadores europeos.
En un magnífico artículo sobre el tema del gesto Para referirse a la equivalencia semántica entre
maya de sumisión, la arqueóloga Virginia Miller ex- estos diferentes gestos, la autora afirma que “estos
plica la importancia de estudiar los gestos en el arte gestos ocurren en contextos similares y con fre-
maya clásico: cuencia se representan en la misma escena, se cree
que compartían un papel similar. En la mayoría de
A lo largo de todo el desarrollo del arte clásico los casos, los que hacen los gestos son los partici-
maya (aproximadamente, del 250 al 900 de la era pantes secundarios en lugar de la figura o figuras
cristiana), la forma humana está caracterizada por dominantes” (Miller, 1983: 17). A pesar de la an-
un movimiento moderado, posturas gráciles y ges- terior definición, la autora sostiene que el término
tos expresivos realizados con las manos. Dado que
sumisión, empleado para nombrar el gesto expresi-
ciertas posiciones de los brazos y ciertos gestos de
las manos se presentan repetidamente a lo largo del vo en cuestión, es una etiqueta engañosa, por ser
tiempo y del espacio, frecuentemente se sugiere la muy estrecho, demasiado específico. Piensa que
posibilidad de que éstos tuvieran un papel icono- las sociedades maya clásica, posclásica e incluso
colonial pueden haber dado a este gesto significa- cruzados; finalmente, el gesto comienza a ser repre-
dos y funciones más amplias, distintas de la sim- sentado en otros medios, como las esculturas de re-
ple expresión de un vínculo social de sumisión. A lieve, destacándose las de los sitios de la región del
continuación presentaré una descripción algo más Usumacinta. La posición de las manos y los brazos
detallada de las variantes de este gesto, siempre si- parece variar de acuerdo con el medio en el que se
guiendo a Miller (1983). representa la postura. Como hemos mencionado, exis-
ten también variaciones regionales. Suelen presen-
Cruzar los brazos sobre el pecho tarse, además, variantes de este gesto en una misma
localización. La mayoría de los personajes que hacen
La postura de los brazos cruzados constituye, sin duda, el gesto de brazos cruzados están sentados, arrodilla-
el más común de los gestos de sumisión del arte maya dos, o de pie en posiciones de perfil. También pueden
clásico. Tiene, a su vez, variantes. Por ejemplo, los bra- hallarse representaciones en vista frontal y posterior.
zos pueden estar bien presionados contra el pecho (fi- En la siguiente figura se aprecia una escultura
gura 1a) o mantenerse paralelos al piso (figura 1b). en relieve hallada en Bonampak, donde se representa
una ceremonia de ofrenda de aves. El personaje cen-
tral, un alto dignatario maya, está sentado a la dere-
cha sobre un trono o petate elevado; recibe la ofrenda
de un ave de manos de una mujer sentada a una al-
tura notoriamente inferior. Detrás de este personaje
femenino, en el extremo izquierdo de la representa-
ción (viéndola de frente) otras dos mujeres, todas ata-
Figura 1 a y b. Postura de brazos cruzados. Fuente: Miller (1983: 18). viadas de manera muy semejante, exhiben el gesto de
los brazos cruzados sobre el pecho:
El gesto en el que los brazos se cruzan sólo a la
altura de las muñecas es menos frecuente que las va-
riantes anteriores. La representación de individuos
humanos con los brazos cruzados es poco frecuente
en los testimonios del periodo Preclásico. En cambio,
durante el Clásico y especialmente en el Posclásico,
ese gesto se transforma en un motivo muy generali-
zado en toda Mesoamérica. Las representaciones de
este gesto han estado más asociadas al arte de los Figura 2. Colocar una mano
en el hombro opuesto.
mayas que al de cualquier otro pueblo mesoamerica- Fuente: Miller (1983: 18).
no, al menos hasta el Posclásico tardío.
Las primeras representaciones de figuras con los Colocar una mano en el hombro opuesto
brazos cruzados aparecen en la cerámica de las Tie-
rras Bajas del sur del área maya. Especialmente en En esta variante del gesto maya de sumisión se co-
vasos trípodes que combinan el estilo maya con el de loca una mano en el hombro o en la parte superior
Teotihuacán, un centro, este último, donde, sin em- del brazo opuesto. Puede emplearse una u otra mano,
bargo, las representaciones del gesto de brazos cru- pero en las figuras de perfil la tendencia es colocar la
zados son infrecuentes (Miller, 1983: 19). mano sobre el hombro visible en la representación,
Durante el Clásico tardío, aparecen en el arte considerando que, usualmente, el personaje secun-
monumental maya figuras en la actitud de los brazos dario se sitúa del lado izquierdo.
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A diferencia de la postura de brazos cruzados, ese gesto en posición sentada. Se halla representada
que está ampliamente difundida en toda Mesoamé- en un vaso cilíndrico procedente de un enterratorio
rica, la representación del gesto de la mano sobre de Tikal. Llama la atención el hecho de que en el
el hombro opuesto es poco frecuente fuera del área lado opuesto del recipiente se encuentra la misma fi-
maya. Esta variante del gesto de sumisión aparece en gura, pero esta vez con el gesto de la mano sobre el
monumentos mayas desde el Clásico temprano; por hombro, lo cual refuerza la idea de que son variantes
ejemplo, en un mural de Uaxactún, aunque la mayo- formales con un mismo significado. Puede observarse
ría de los ejemplos datan de época más tardía, como en la figura 4 que no sólo cambian los gestos de los
las esculturas y las pinturas de Chichén Itzá en época personajes con rostro de ave, sino también las postu-
tolteca (Miller, 1983: 18). ras corporales de sus respectivos interlocutores:
hacia alguien de jerarquía superior, pero no existe A pesar de un deficiente uso del término “ren-
evidencia concreta de esto. Los únicos testimonios de dimiento”, en lugar de la glosa correcta, que sería
este gesto son textos españoles del siglo xvi. “rendición”, este diccionario describe adecuada-
mente, en español, los diferentes usos del sustantivo
submission. Con cierto juego de desplazamiento se-
mántico, podría decirse que los gestos de sumisión
son al mismo tiempo, gestos de “presentación”, se
trataría de un gesto que pone en evidencia que acep-
tamos ser inspeccionados, sometidos a examen.
Los gestos de sumisión se han agrupado bajo el
mismo rótulo porque el arte maya los representa aso-
ciados estrechamente con los personajes secundarios
de las escenas representadas. Existen, sin embargo,
algunos ejemplos en los que estas posturas corres-
ponden a personajes que no pueden definirse como
secundarios. Se han hallado figuras cerámicas de
Jaina, Campeche, con el gesto de brazos cruzados o
Figura 5. Personajes demostrando sumisión a un señor.
la mano sobre el hombro. Otras representaciones en
Dintel 12 de Yaxchilan. Fuente: Miller (1983: 28). cerámica, figuras sentadas o de pie, con los brazos
cruzados, donde no puede verse una relación jerár-
quica entre los personajes. No se enfatiza a ningún
personaje principal, de estatus superior, recibiendo
gestos de sus subalternos. Algunas veces estos per-
sonajes semejantes entre sí, son representados en la
actitud de mirar todos en una misma dirección. Tam-
bién se presentan parejas de personajes con rasgos
animales o sobrenaturales, sentados frente a frente y
realizando los mencionados gestos. Por supuesto, en
Figura 6. Gesto de llevarse la mano las escenas donde se presenta explícitamente una re-
a la boca. Fuente: Miller (1983:18).
lación jerárquica, los gestos en cuestión los adoptan
solamente los personajes subordinados.
La discusión, planteada por Miller, en torno a la Los personajes representados con gestos de su-
clasificación de ese grupo de gestos, representados misión corresponden a dos categorías, algunos son
en el arte maya bajo el rótulo común de la “sumisión” prisioneros de guerra, los otros son concurrentes o
es por demás pertinente. Llama la atención al lector asistentes. Los cautivos son fácilmente identificables
de habla española, en primer lugar, la diversidad de por los siguientes rasgos: van semidesnudos, amarra-
usos del término inglés submission. De acuerdo con dos, yacen a los pies del guerrero victorioso que los
el Simon and Schuster’s International Dictionary: ha tomado presos. En ciertos casos aparece el nom-
bre del captor por medio de un glifo, grabado sobre
Submission [...] s. 1, sumisión, *rendimiento. 2. su-
la figura del prisionero. A pesar de lo que podría su-
misión, obsequiosidad, obediencia. 3. sometimiento,
presentación (a examen, inspección, etcétera). 4. Propo- ponerse, sólo una minoría de los prisioneros repre-
sición, parecer, teoría. 5. (der.) sometimiento a arbitraje. sentados en el arte maya realiza alguno de los gestos
(Simon and Schuster’s International Dictionary, s. f.: 745) de sumisión (la mayoría de los ejemplos proceden
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de Bonampak, Yaxchilán y Piedras Negras). En con- pueblos vecinos, que incluían la toma de prisione-
traste, la mayoría de ellos lleva las manos o los pies ros. Las ciudades mayas se hallaban conectadas por
atados o yacen maniatados, tendidos de espalda a los vínculos dinásticos y políticos, lo que daba motivo a
pies de sus captores. frecuentes visitas de gobernantes y embajadores de
En el arte maya de los periodos Clásico y Posclá- otras ciudades. La necesaria consecuencia de esa
sico hay una segunda clase de personajes que ejecu- clase de relaciones es la generación de un protocolo
ta gestos de sumisión; son los que Miller denomina ceremonial más o menos generalizado, ritualizado y
“asistentes” (attendants): compartido entre los distintos centros, fueran éstos
aliados o enemigos. Un pequeño conjunto de gestos
[...] en la escultura maya de las tierras bajas del sur. expresivos, a modo de lenguaje ceremonial.
Algunos de los relieves en muros pueden ser compa- Algunos gestos de sumisión han sido registrados
rados, en estilo e iconografía, con las llamadas “esce-
a partir del siglo xvi por los cronistas europeos. La
nas de palacio”, características de la cerámica maya.
En estas escenas, se muestra a un entronizado acom- mayor parte de las descripciones se refieren a los azte-
pañado por otras figuras, que se ubican, sentadas, cas. Mencionan distintas posturas y gestos codificados
arrodilladas o de pie, frente a él, a menudo hacien- que formaban parte de la etiqueta social y ceremonial
do gestos de sumisión [...] Otro evento representado de aquella época. Se trata de textos breves, repetiti-
son la confrontación entre dos personas o grupos (figs. vos, poco precisos y parciales, pues los cronistas se
6, 13) y la procesión de figuras de pie (fig. 14). Para
interesan en mencionar únicamente los gestos que se
distinguir estas figuras de los cautivos, emplearé el
término asistentes. Éstos integran la categoría más nu- diferenciaban notoriamente de los propios, dejando de
merosa de personajes asociados con el gesto de sumi- lado todo el contexto en que éstos se presentaban. En
sión (Miller, 1983: 30). cuanto a los gestos de sumisión propios del arte maya
precolombino, sólo dos de ellos aparecen menciona-
Además de sus gestos, los asistentes llevan ves- dos en las crónicas de época colonial: el gesto de la
timentas y joyas más sencillas que las figuras princi- “mano sobre el hombro” y el gesto de “comer tierra”.
pales. En muchos casos, aparecen haciendo ofrendas Respecto del gesto de colocar la mano sobre el
a las figuras principales: les presentan tejidos, plu- hombro opuesto, la única fuente es un informe acerca
mas, cerámicas, otros recipientes, animales; como en de un evento sucedido en la población de Tipu, en el
la ofrenda de pájaros de Bonampak, antes menciona- Petén, a inicios del siglo xvii. Se trata de un repor-
da. El señor entronizado suele explicitar su reconoci- te, ahora perdido, citado en la Historia de Yucathan
miento de la presencia de los asistentes y las ofrendas de Diego López de Cogolludo, publicada en 1688, y
por medio de algún gesto, como extender una mano también en la Historia de la conquista de la provincia
hacia ellos o colocar una mano sobre su propio pecho. del Itzá de Juan de Villagutierre Soto-Mayor, fechada
Tras analizar un amplio repertorio iconográ- en 1701. El informe original fue escrito por uno de
fico, Miller llega a la conclusión de que el así lla- los frailes españoles que viajaron a la zona central
mado gesto de sumisión se utilizaba como un saludo, del territorio de los itzá, en el de Petén, en 1618.
dirigido a los señores mayas y que a menudo era Dos frailes dispuestos a visitar a los temibles
acompañado por un regalo o tributo. Ello no puede itzá del sur de Yucatán, con el fin de convertirlos al
parecernos más que la muestra evidente de que las cristianismo, solicitan, antes de internarse en terri-
artes visuales, por así llamarlas, del periodo maya co- torio peligroso, la presencia de embajadores de ese
lonial daban cuenta de ceremonias emblemáticas del pueblo, con quienes parlamentar acerca de sus in-
mecanismo central de una forma de organización eco- tenciones pacíficas. Los embajadores de Canek, rey
nómico-política tributaria, fuertemente jerarquizada, de los itzá, residente en Tayasal, llegaron a Tipu, la
con frecuentes conflictos armados entre jerarquías y más cercana ciudad limítrofe dentro del territorio
cristiano. Al presentarse, su saludo consistió en el de Tipu, entre frailes e itzáes, como un hecho pos-
gesto de la mano sobre el hombro. El cronista Villa- terior a la derrota militar de estos últimos (ocurrida
gutierre lo describe del siguiente modo: “Tan pronto a fines del siglo xvii) a manos de los conquistadores
como llegaron, los dos capitanes saludaron a los reli- españoles. Sobre esta base errónea interpreta el gesto
giosos de acuerdo con su uso (que es echar el brazo como signo de sumisión y pretende distinguir las fi-
derecho sobre el hombro como un signo de paz y guras mayas en actitud sumisa, de los toltecas victo-
amistad)” (Miller, 1983). riosos en Chichén Itzá.
Puede observarse que este saludo no era, en
modo alguno, un gesto de sumisión, ya que los capi- El gesto de “comer tierra”
tanes itzá, en su papel de embajadores, no estaban
sometiéndose, ni rindiéndose, ni rindiendo pleitesía Como puede apreciarse, la interpretación de los
alguna a los católicos. Al igual que otros grupos in- gestos nos conduce inevitablemente al nebuloso, a la
dígenas americanos, los itzá nunca llegaron a some- vez que fascinante, problema de la multiplicidad de
terse al proceso usual de conquista, evangelización significados, inherente a los signos culturales.
y colonización. Pudieron ser doblegados únicamente El gesto indígena descrito con mayor frecuencia
por la fuerza, recién a fines del siglo xvii. por los cronistas en la época de la conquista es el
En su artículo sobre una pieza cerámica de de “comer tierra”. Se han dado del mismo numerosas
Chama, E. Seler describe ese gesto como “saludo ha- descripciones y varias interpretaciones. En fuentes
bitual entre los mayas paganos, o, más bien, signo coloniales tempranas se lo interpreta como “reveren-
de humildad y sumisión”, y argumenta que el gesto cia” ante un ídolo, como “juramento”, como “salu-
está dirigido a mostrar que la mano que normalmente do” y como signo de “sumisión”. Si bien la mayoría
debe portar el arma, está vacía (Seler, 1908: 661). de las descripciones se refieren a los aztecas, puede
De modo que su interpretación del significado de las suponerse que era practicado en toda Mesoamérica.
figuras oscila entre el saludo habitual que connota Consistía, como hemos dicho, en colocar las palmas
una actitud pacífica y el gesto de sumisión ante un de las manos en el suelo para luego llevárselas a la
superior. En un artículo posterior Seler vuelve a ocu- boca, besándolas “en señal de paz y saludo”.
parse de tales gestos. Al estudiar algunas pinturas En resumen, la variedad de significados y usos
de estilo tolteca ubicadas en Chichén Itzá, donde de este gesto permite hacer las siguientes genera-
aparecen las variantes de la mano sobre el hombro y lizaciones: primero, que se trata de un conjunto de
la de los brazos cruzados, Seler emplea la expresión signos de saludo, básicamente respetuosos, que invo-
“actitud de respeto” para explicar lo que significan lucra distintos matices y que no se restringe a la acti-
(Seler, 1915: 328-329). tud de sumisión; segundo, que debido a la polisemia
Pero una actitud respetuosa no es forzosamente y a la difícil traducción del significado de los gestos
un gesto de sumisión, ya que este último hace refe- culturales a términos lingüísticos, el estudio debe
rencia a una distinción jerárquica entre los persona- proceder examinando un determinado motivo en toda
jes, basada en una relación de señorío y obediencia. la gama de sus contextos de uso, antes de pasar a la
La interpretación del gesto de la mano sobre el hom- interpretación de su significado.
bro como signo de sumisión se debe al eminente ma-
yista estadounidense Alfred Tozzer (1877-1954). En Gestos de respeto
un artículo sobre las imágenes maya y toltecas de en contextos hispanoamericanos
Chichén Itzá, Tozzer (1930), retoma la descripción de
Villagutierre sobre el gesto en cuestión, incurriendo A continuación haré una breve ejemplificación de
en un error cronológico, pues considera al episodio otro tipo de objeto que la antropología del gesto es
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capaz de examinar, describir científicamente e inter- principal, de hecho un rey, y dos figuras secundarias,
pretar con visión antropológica comprensiva. Conti- una pareja de gobernantes menores, que entregan al
nuando el motivo del apartado anterior, examinaremos primero preciosos tributos. Tres de los niveles princi-
algunos gestos de respeto que son o han sido practica- pales de la escala social maya de tiempos precolom-
dos en distintos países de la región iberoamericana, binos se encuentran allí representados, transportando
en época moderna. Anticipando la siguiente descrip- una escena del espacio social e introduciéndola en
ción, parece pertinente observar el hecho de que cada una representación artística, monumental, a escala
cultura gestual se distingue de las demás, entre otras sintética, con intención simbólica, ideológica.
cosas por las partes y regiones utilizadas para realizar
posturas y movimientos y gestuales. Por ejemplo, entre
los mayas de los periodos Clásico y Posclásico, se em-
plea principalmente manos, brazos y torso. También,
de modo secundario se usan las manos acercándolas
o cubriendo la boca, significando de modo ostensible
la actitud de estar callados. Los mayas de tiempos
coloniales hacen con manos y boca el gesto de comer
tierra, besando la tierra en las palmas de sus manos.
Resulta ingenuo, metodológicamente hablando, pre-
guntarse en qué condiciones psicológicas y sociales el
respeto mutuo se transforma en sumisión y obediencia.
La historia tiene siempre en esto la última palabra.
Los gestos hispanoamericanos de respeto invo-
lucran principalmente la parte superior del cuerpo,
especialmente la cabeza, sus movimientos de incli-
nación, el hecho de que ésta se presente descubierta,
cubierta, o tenga que ser descubierta para ingresar Figura 7. Tablero de los Esclavos. Fuente: gentileza Calcografías mayas.
a algún lugar con actitud respetuosa. En forma real
o figurada, gran parte de esos gestos implica el uso En la escena del tablero no aparece, a primera
corriente del sombrero. Saludos de respeto típicos, vista, el gesto de sumisión; sin embargo, vemos que
como “hacer una reverencia” inclinando la cabeza y los esclavos ubicados debajo del rey adoptan el típico
el torso hacia el frente, o “quitarse el sombrero” en gesto de los brazos cruzados y son, en efecto, los an-
señal de respeto y consideración, cuando no de admi- tebrazos y los codos, además de las pantorrillas, los
ración, se practican siempre estando de pie. Ésta es verdaderos puntos de apoyo del peso de tres cuerpos
un contraste distintivo entre los gestos de sumisión o así dispuestos. Por lo demás, si diéramos al térmi-
saludo de paz de los mayas precolombinos, que apa- no sumisión una acepción corporal, esto es, gestual,
recen frecuentemente en figuras que están sentadas como “meter debajo”, no encontraríamos mejor ilus-
sobre esteras, petates, tronos u otros asientos, a veces tración de la relación humana en cuestión.
ornados con pieles de animales. Y aquí me permi- De acuerdo con el Diccionario de usos del español
tiré la siguiente digresión referida al Tablero de los (Moliner, 1992): “Sumisión (fem.) 1. acción de some-
esclavos de Palenque. Se presenta en esta pieza una ter[se]. 2. actitud sumisa. El calificativo ‘sumiso’ es
insólita escena de sumisión donde cuatro figuras hu- un participio con el significado de sometido: alguien
manas, en condición de esclavos, son usados a mane- que por imposición o propia voluntad permite que
ra de bancas humanas por sus señores, un dignatario otro, el sometedor, dirija sus actos. Etimológicamente
La reverencia es, a comienzos de los ochenta del Santo D. (Meo-Zilio y Mejía, 1983: 141).
siglo xx, un saludo de respeto. Para Argentina, Bolivia
y Colombia se determina su empleo de modo más es- Quitarse el sombrero (descubrirse)
pecífico, como saludo del hombre ante la mujer o ante
otro hombre de categoría superior. En Costa Rica, Éste es otro saludo respetuoso muy difundido.
Ecuador, España, Guatemala, Honduras, México, Involucra el protagonismo de la parte superior de la
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Puerto Rico es cabeza en contacto con una pieza de indumentaria,
“sólo saludo por parte de ancianos”. En El Salvador, el omnipresente sombrero, propio de la indumentaria
Santo Domingo, Uruguay y Venezuela es saludo ante tradicional y el folklore latinoamericanos. De acuerdo
los padres para pedir su bendición. El saludo reveren- con el Diccionario de gestos:
cial se realiza estando de pie. Se trata, exclusivamen-
191.94 Se levanta el sombrero tomándolo de la parte
te, de un comportamiento apropiado en individuos de
antero-superior y se lo vuelve a colocar enseguida
género masculino. en la cabeza. Es saludo de respeto del hombre ante
El Diccionario de gestos cataloga y describe la mujer o ante superior jerárquico [Normalmente, ade-
reverencia del siguiente modo: “[gesto] 191.92 Se in- más de quitarse el sombrero, se le cede, a la vez, la
clina levemente el cuerpo hacia adelante mientras los acera a la mujer o al superior...] Cuanto mayor es el
brazos quedan normalmente caídos. Representa un grado de respeto o de admiración ante la persona que
se saluda, tanto más suele alejarse el sombrero de la
saludo de respeto...” (Meo-Zilio y Mejía, 1983: 141).
cabeza; se parte de unos centrímetros. Y se puede lle-
Una variante de la reverencia es un gesto teñido de gar hasta unos 20-30 centímetros (Meo-Zilio y Mejía,
connotación teatral: es igual al anterior, pero simul- 1983: 142).
táneamente a la inclinación se realiza un movimiento
de los brazos donde la punta de los dedos de ambas La anterior cita alude al uso de este gesto en Ar-
manos queda colocada sobre el pecho, seguido de un gentina, Bolivia y Colombia. En otros países se tipi-
movimiento inverso de manos y brazos, abriéndose y fica el saludo como propio de los hombres de edad de
descendiendo extendidas hasta quedar ambas palmas la clase alta y de los campesinos, porque los demás no
hacia arriba. Reproduzco la descripción y las fotogra- llevan sombrero. Es considerado saludo de hombres
fías del Diccionario de gestos: de edad y campesinos en Costa Rica, Cuba, Chile,
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Ecuador, España, Guatemala, Honduras, México y cuenta, donde los gestos de urbanidad, las “buenas
Nicaragua. Se lo utiliza, no sólo para expresar respeto maneras”, aparecían fuertemente influenciados por
a otras personas, sino también con relación a deter- las imágenes del cine hollywoodense. La influen-
minados objetos y lugares venerables, iglesias, cru- cia gestual del cine estadounidense sobre las téc-
ces u ofrendas que conmemoran muertes violentas. nicas y usos del cuerpo en la población francesa ya
Se lo cataloga como saludo campesino en Panamá, había sido señalada por el célebre antropólogo fran-
Paraguay, Perú, El Salvador, Santo Domingo, Uruguay cés Marcel Mauss en la primera mitad del siglo xx
y Venezuela. (Mauss, 1936). El gesto se adquiere por imitación de
Otra variante del gesto es la siguiente: un modelo ideal de movimiento y figura. Como lo ha
señalado Marcel Jousse, el hombre es un complejo
191.96 Como 191.94 pero quitándose completamente de gestos mimísticos, es decir, ensamblados en su
el sombrero, manteniéndolo en la mano y quedando comportamiento por imitación.
con la cabeza descubierta. Lo emplean los hombres
al entrar en una casa ajena, en una oficina pública,
El Diccionario de gestos de España e Hispa-
etc.; también suelen emplearlo en los ascensores noamérica describe numerosas variantes de aquel
cuando en los mismos viaja una mujer o una persona gesto de respeto, incluyendo algunos que solamente
de respeto. Las mujeres en caso de usar sombrero no evocan la presencia de un sombrero o visera a tra-
se lo quitan; al contrario, en las iglesias si no lo lle- vés del movimiento de una mano que se lleva a la
van, pueden cubrirse la cabeza con un pañuelo: Arg.
cabeza o a la frente haciendo el ademán de quien se
(ya está en desuso en los ascensores; en cuanto a las
oficinas públicas, se usa sólo en los despachos, no en quita esta prenda o imitando un saludo militar, con la
ventanillas, pasillos, etc.), Bol., Col., Costa R., Chile, punta de los dedos cerca de la sien o de la frente. Si
Ec., Esp., Hond., Mex., Par., Salv., Santo D. (como bien el Diccionario... es de gran valor para los estu-
Arg.), Urug., Ven. (Meo-Zilio y Mejía, 1983: 142). diosos del comportamiento gestual, puede suponer-
se que las descripciones allí contenidas ameritan un
La anterior descripción de esos gestos, prac- nuevo estudio del mismo tipo, que permita actualizar
ticados en España y los distintos países de Hispa- y ampliar su información.
noamérica y registrados a comienzos de la década
de 1980, tiene un dejo de nostalgia. Muy probable- Gestos y mímica del Brasil
mente, si hiciéramos hoy en día un relevamiento de
los repertorios gestuales de los mismos países en el L a História dos nossos gestos. Uma pesquisa na mí-
momento presente, casi cuarenta años más tarde, nos mica do Brasil (1976), del folklorólogo y antropólogo
encontraríamos con una realidad muy cambiada. En Luis da Câmara Cascudo, ofrece una interesantísi-
primer lugar, el uso del sombrero, una prenda que ma reflexión acerca del gesto expresivo. Al igual que
en la actualidad ha sido reemplazado mayoritaria- Jousse, da Câmara plantea el indudable origen ges-
mente, en el medio rural y urbano, por la gorra de tual del lenguaje articulado:
beisbolista, visera o cachucha, según los nombres
dados a esta prenda en las distintas hablas locales. Discutimos el origen de la palabra articulada y el mo-
Nuestro ejemplo del ascensor hace referencia a la in- mento de su aparición. ¿Hablaría el Homo Musterien-
dumentaria de época y al estilo de vida urbano. En se, el infra-hombre de Neanderthal? La mayoría de
el presente es raro en nuestras ciudades observar a los etnólogos está por la afirmativa, atribuyéndoles un
lenguaje rudimentario. Ninguna base anatómica ofre-
un individuo ensombrerado descubriéndose al en-
ce apoyo a esta posición. Más probablemente [estos
trar a un elevador, si en el mismo viaja una mujer homínidos] tendrían su propio lenguaje, un medio de
o alguna otra “persona de respeto”. Esta escena pa- comunicar sus pensamientos, algo que no es privativo
reciera más bien surgida del cine de los años cin- de la especie humana (Câmara, 1976: 5).
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los plásticamente. La descripción es, por elección del considerarse prácticamente instintiva. Para apoyar
autor, puramente verbal. Continuando con la temática esta idea presenta la siguiente argumentación, en
de los anteriores apartados, describiré a continuación tono de reconstrucción de los gestos en una hipotéti-
un par de gestos de respeto, conforme las descripcio- ca comunidad de cazadores prehistóricos:
nes de la mencionada obra. Tomemos por ejemplo el
gesto número 33: 60. Bajar la cabeza
Parece ser uno de los más instintivos en la mí-
mica básica de las declaraciones asertivas, [gestos]
33- La mano en la boca
que niegan el “tal vez” y el “quién sabe”, que son
Es una actitud de contención respetuosa, que
dubitaciones o modulaciones de las asertivas. ¿No ha-
evita el hablar inoportuno y ayuda a mantenerse en
brán sido éstos los gestos iniciales de la convivencia
actitud de esperanza y veneración. No se trata de re-
grupal? ¿Estar de acuerdo o no con la dirección de la
primir un exabrupto verbal [...] Reaparece entre las
marcha o con el ímpetu de las enmarañadas partidas
ancianas mendigas tímidas, ajenas a la locuacidad de caza? Serían señales de aproximación comunica-
patética y en las personas del pueblo, cuando están tiva, utilizando las manos y los dedos de modo elo-
esperando una respuesta difícil. ¡No nos recuerda la cuente, desde cierta distancia perceptible. El cráneo
modestia cristiana, sino una figura litúrgica greco- era la sede del poder de mando y en él convergían
rromana, del auténtico paganismo! Era la posición los ornamentos distintivos de la realeza, atractivos
religiosa legítima, originada en la adoración, de ad amuletos de la abundancia cinegética. Las lesiones en
orare, la palabra retenida pero pronunciada mental- la cabeza inutilizaban la sagacidad y fortaleza del ca-
mente, in adorando dextram ad osculum, como regis- zador-guerrero. La cabeza era el nido de la voz. ¡Allí
tra Plinio, el Antiguo. La mano en la boca, siempre nacía el pensamiento, señor del mundo! (Câmara,
dispuesta a arrojarle un beso al ídolo, basia jactare, 1976: 60).
en un santo homenaje [...] Rezaban de pie. El eru-
dito Samuel Pitiscus informó: Ils portaient aussi la
El tamaño físico, la estatura, simboliza superiori-
main á leur bouche, d’ou vient le mot d’adoration.
Evidente, la mano en la boca es una supervivencia dad social. Así, un rey sobresale sobre su pueblo. Los
del recato y la compostura de los fieles, en Atenas y tocados de partes de animales, que dan a su presen-
Roma, nunca recomendado por la catequesis católi- cia mayor altura que la natural, son signos de supre-
ca. Y es [también] un gesto instintivo popular, con- macía y autoridad. El respeto por el semejante, puesto
temporáneo, aunque haya nacido cuando la historia frente al poder jerárquico, suele convertirse en señal
todavía no vivía en el tiempo. Cronos sin Clío (Câma-
de sumisión, voluntaria, negociada, o forzada. La di-
ra, 1976: 39-40).
ferencia de dimensiones es la base de la jerarquía.
El tamaño del cuerpo, lo visible, evoca y define, fi-
El gesto maya de la mano en la boca, que vimos
gurativamente, la “grandeza” de la etérea (nebulosa)
en el arte de tiempos clásicos y posclásicos, parece
personalidad.
replicarse, con un significado semejante, aunque no
idéntico, entre los habitantes de los sectores popula-
Constituirá el nivel de la gradación jerárquica. Los
res del Brasil del siglo xx. Más significativo aún es iguales se hermanaban en unidad poderosa. Hombro
ver que se atribuye a este gesto —que emerge de la a hombro, con la cabeza más alta, dirigiendo. Para
gestualidad espontánea del pueblo brasileño— un elevarla más, plumas, dragones, grifos, águilas, leones
origen pagano, antiguo, grecolatino, precristiano, in- en el casco. La sumisión era el desnivel, la inferio-
cluso muy antiguo, anatolio-hitita. ridad en la estatura. Arrojarse al suelo, prosternarse,
arrodillarse, doblar las espaldas, curvar la cerviz,
Un segundo ejemplo de gesto de respeto empleado
fueron lógicas expresiones de homenaje al semejante
en Brasil es el de bajar la cabeza. De acuerdo con da que el poder agigantaría. Evidenciaba la notoria des-
Câmara, es un movimiento tan espontáneo asociado a proporción física. ¡Era el mayor!. Una excelencia de
la afirmación o la negación, que su naturaleza pude Saúl para llegar a ser el primer rey de Israel fue que
“¡sobresalía de todo el pueblo, de los hombros hacia accesible al público no iniciado en los aspectos teóri-
arriba!” (I-Samuel 9, 2) (Câmara, 1976: 60). cos de esta corriente de la antropología.
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Moliner, María (1992), Diccionario de uso del español, Simon and Schuster’s International Dictionary, En-
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Seler, Eduard (1908), “The Vase of Chama”, Bureau of Prentice Hall.
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