Los 5 Modelos Pedagógicos Fundamentales
Los 5 Modelos Pedagógicos Fundamentales
Los 5 Modelos Pedagógicos Fundamentales
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Modelos pedagógicos
La dinámica de una clase de escuela puede variar mucho dependiendo del modelo pedagógico
usado.Wikimedia Commons.
Educar y aprender son conceptos comunes, relativamente fáciles de identificar y que vemos
reflejados en nuestro día a día a menudo y en casi todo lo que hacemos. Sin embargo, comprender
que significa el aprendizaje y que debe pretender inculcarse con la educación tanto formal como
informal (especialmente en niños y personas en desarrollo), así como el cómo llevarlo a cabo, es
más complejo de lo que aparente.
Las diferentes maneras de ver la educación han ido generando que a lo largo de la historia hayan
ido surgiendo y aplicándose diferentes modelos pedagógicos. En este artículo vamos a observar
algunos de los principales modelos al respecto.
Estos modelos son la representación del conjunto de relaciones que permiten explicar un
fenómeno concreto, en este caso el aprendizaje. Tener un modelo pedagógico nos permite no solo
tener una explicación al respecto, sino también elaborar una serie de pautas que nos lleven a
educar y potenciar determinados aspectos en función del tipo de modelo elegido. Existen gran
cantidad de modelos pedagógicos, entre los cuales destacan los que os mostramos a continuación.
1. Modelo tradicional
El modelo pedagógico tradicional, el más empleado a lo largo de la historia, propone que el papel
de la educación es la de transmitir un conjunto de conocimientos. En esta relación entre alumno,
educador y contenido el alumno es únicamente un recipiente pasivo, absorbiendo los contenidos
que el educador vierte sobre él. El rol protagonista recae sobre el educador, que será el agente
activo.
Asimismo, se evaluará el nivel de logro de los aprendizajes a través del producto del proceso
educativo, calificando al alumno en función de que sea capaz de replicar la información
transmitida. Se le da una elevada importancia al concepto de disciplina, siendo el docente una
figura de autoridad, y el conocimiento se transmite sin espíritu crítico y aceptando lo transmitido
como verdadero. Se basa en la imitación y el desarrollo ético y moral.
2. Modelo conductista
El modelo pedagógico conductista considera también que el papel de la educación es la de
transmisión de saberes, viéndola como una manera de generar la acumulación de aprendizajes. Se
basa en el paradigma conductista en su vertiente operante, proponiendo que a todo estímulo le
sigue su respuesta y la repetición de esta se ve determinada por las posibles consecuencias de
dicha respuesta. A nivel educativo se pretende el aprendizaje por modelamiento de la conducta,
fijando la información a través del refuerzo.
El rol del alumno bajo este paradigma es también pasivo, si bien pasa a ser el foco principal de
atención. El maestro sigue estando por encima del alumno, en un rol activo en el que emite las
situaciones e informaciones que sirven de estímulo. Abunda el uso de metodología memorística y
imamitivo-observacional. Los procedimientos técnicos y las destrezas suelen ser bien aprendidos
bajo esta metodología a un nivel procedimental, considerándose el aprendizaje como cambio de
conducta.
Se trabaja a través de una evaluación sumativa en que se tienen en cuenta los niveles de conducta
esperada y el análisis de los productos elaborados a lo largo de la evaluación (como los exámenes).
3. Modelo romántico/naturalista/experiencial
El modelo romántico parte de una ideología humanista que pretende tener en cuenta al educando
como parte protagonista y activa del aprendizaje y centralizado en el mundo interior del menor. Se
basa en la premisa de no directividad y máxima autenticidad y libertad, suponiendo la existencia
de suficientes capacidades internas por parte del aprendiz para ser funcional en su vida y
buscando una metodología de aprendizaje natural y espontánea.
Bajo este modelo se promueve que el desarrollo de los menores debe ser natural, espontáneo y
libre, centrando el aprendizaje en la experiencia libre y en los intereses del menor, siendo
únicamente el educador un posible auxilio para este en caso de necesidad. Lo importante es que el
menor desarrolle sus facultades internas de manera flexible. No es teórico sino experiencial: se
aprende haciendo.
En este modelo, se propone que el sujeto no debe ser evaluado, comparado ni clasificado,
señalando la importancia de que se pueda aprender libremente sin interferencias. Como mucho se
propone una evaluación cualitativa, dejando de lado la cuantificación para observar como se ha
ido desarrollando el sujeto.
4. Modelo cognoscitivista/desarrollista
Basado en la concepción piagetiana del desarrollo, este modelo se diferencia de los anteriores en
que su principal objetivo no es el de cumplir con el currículo, sino contribuir y formar al sujeto de
tal manera que adquiera habilidades cognitivas suficientes para ser autónomo, independiente y
capaz de aprender por sí mismo. La educación se vive como un proceso progresivo en el que se
van modificando las estructuras cognitivas humanas, modificaciones que pueden alterar la
conducta indirectamente.
El papel del docente pasa a evaluar el nivel de desarrollo cognitivo y orientar a los alumnos de cara
adquirir la capacidad de otorgar sentido a lo aprendido. Se trata de un facilitador en la
estimulación del desarrollo del aprendiz, siendo la interacción maestro alumno bidireccional. Se
trata de generar experiencias y ámbitos donde poder desarrollarse, evaluando cualitativamente al
sujeto aprendiz.
5. Modelo educacional-constructivista
El modelo educacional constructivista es uno de los que mayor utilización y aceptación tiene en la
actualidad. Basado como el anterior en autores como Piaget pero también junto con las
aportaciones de otros autores destacados como Vigotsky, este modelo centra su atención en el
alumno como principal protagonista del proceso educativo, siendo un elemento activo
imprescindible en el aprendizaje.
Un elemento fundamental para esta perspectiva es que el aprendiz pueda atribuir sentido al
material aprendido y también al propio proceso de aprendizaje, actuando el docente como guía
del aprendizaje y teniendo este último en cuenta la necesidad de proporcionar una ayuda ajustada
a las necesidades del aprendiz.
Se trata de optimizar al máximo posible las capacidades de éste, de tal manera que se acerque al
máximo nivel potencial en vez de limitarse a su nivel actual real (es decir, que alcance el nivel al
que puede alcanzar con ayuda). El control se va cediendo progresivamente al alumno según va
dominando el aprendizaje, de tal manera que se va logrando una mayor autonomía y capacidad de
autogestión.
Referencias bibliográficas:
Castells, N. & Solé, I. (2011). Estrategias de evaluación psicopedagógica. En E. Martín e I. Solé
(Coords). Orientación educativa. Modelos y estrategias de intervención (Cap. 4). Barcelona:
Graó.
De Zubiría, J. (2006). Los modelos pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante. Bogotá,
Magisterio.