Criminologia Grupo 3

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MODELOS TEÓRICOS EXPLICATIVOS DEL CRIMEN

CAPITULO X: ORIENTACIONES BIOLÓGICAS: ANTROPOLOGÍA CRIMINAL,


BIOTIPOLOGÍA CRIMINAL

1. El modelo “biológico”

En el panorama biologico miran al sujeto delincuente tratando de localizar e


identificar en alguna parte de su cuerpo el factor que diferencia y explique la
conducta delictiva. Esta supone un transtorno o patologia a nivel organico.

Las orientaciones biológicas tienen un muy elevado nivel de empirismo. La


búsqueda de un trastorno, patología, disfunción, etc., es una característica común
a todos los enfoques biológicos y el riesgo más acusado al que los mismos
propenden confundir lo distinto, lo diferente, y lo patológico. El código biológico
constituye el punto de partida del continuo proceso de interacción en el que se
inserta la conducta del hombre.

2. Investigaciones en el área de la antropología

La criminología en un comienzo estaba estrechamente ligada a la


antropología. Y la antropología a su vez con la antropometría ya que querían
fundamentar una correlación existente entre las características o medidas
corporales y la delincuencia. Siendo LOMBROSSO el que diversifica esta óptica
llegando a abarcar muchas más perspectivas como: aspectos fisionómicos,
organoscópicos, biográficos, étnicos, genéticos. No obstante, en la antropología
predomino el enfoque antropométrico, así como el estudio de las costumbres y
hábitos de los criminales, así como de los factores físicos que pueden asociarse
al comportamiento delictivo.

a) A. BERTILLON (1857 – 1914), a quien se le atribuyen los principales


progresos en el campo de la antropometría. Ideó un complejo sistema de
medidas corporales, que, unidas a la fotografía de los delincuentes, pretendía
servir como instrumento de identificación de este. Siendo este método
adoptado por el cuerpo policial y presidios de todo el mundo. Según este
autor, midiendo la estatura, la longitud de la cabeza, la del dedo medio, la
máxima de los brazos, etc. pudieron ser identificados muchos delincuentes
que, en su otro caso, hubieran escapado a la acción de la justicia.

b) Las investigaciones llevadas a cabo en la antropología son muy influenciadas


por Lombroso, ciertamente no todos los antropólogos posteriores fueron
lombrosianos o neolombrosianos. Pero incluso quienes discreparon con él, no
escaparon de su influencia.
CH. B. GORING, se le atribuye la dirección de un valioso estudio Biométrico-
estadístico: “The English convict: A Statistical Study”. Es conocido como el
antropólogo que refuto la metodología y tesis lombrosiana. Potenció el empleo
del método estadístico y mantuvo “teoría de la criminalidad” en perfecta
sintonía con las preocupaciones actuales.
El resultado de esta investigación fue doble: por un lado, desmentía la doctrina
lombrosiana del delincuente como tipo físico, sui generis, en el sentido
antropológico, y por otro lado el sustrato empírico de su teoría de la
inferioridad del criminal, de base hereditaria.

3. Investigaciones en el ámbito de la biotipología

La biotipología es la ciencia del tipo humano poliédrico, concebido como


unidad vital, con varias facetas: Morfología, Fisiología y psicología.

De las innumerables tipologías, cabe resaltar las siguientes, partiendo de una


clasificación por escuelas:

a) Escuela Francesa
Aquí destaca SIGAUD (1862 – 1921), quien distinguió cuatro tipos humanos
según el sistema que predomine en el mismo: El respiratorio, el digestivo, el
muscular y el cerebral.
b) Escuela Italiana
Sobresalen tres autores: PENDE, VIOLA Y BARBARA.
- VIOLA afirma que la constitución humana descansa en dos sistemas. El
visceral y el de la vida de relación, de donde extrae dos tipos: El brevilineo
y el longilíneo.
- BARBARA afirma que el tronco expresa la vida vegetativa y las
extremidades la de la relación. De donde extrae tres tipos: El braquitipo, el
longitipo y el normotipo.
- PENDE considera factores endocrinológicos en el que distingue los tipos:
longilíneo-estenico, el longilíneo-asténico, el brevilineo-estenico y el
brevilineo-astenico.
c) Escuela Alemana

Destaca Kretschmer (1888-1964), elabora una clasificación tipológica, de la


cual concluye que los leptosomáticos (cuerpo alargado y delgado, cabeza
pequeña, nariz puntiaguda) son de difícil tratamiento y proclives a la reincidencia,
y son ladrones y estafadores; los atléticos (gran desarrollo del esqueleto y
musculatura, tórax y cabeza grande) son violentos y representan los cocientes
más altos de delincuencia.

d) Escuela Americana
Donde se distingues a W. SHELDON Y S. S. STEVENS, del matrimonio
GLUECK y de JUAN B. CORTES.

- SHELDON, afirma que las características somáticas o estáticas darían lugar a


tres tipos: el endomorfo (o viscertónico es cómodo, lento, glotón, amable), el
mesomorfo (o somatotónico es firme, aventurero, enérgico) y el ectomorfo (o
cerebrotónico es rígido, rápido, desordenado). Finalmente, su teoría fue
criticada por razones metodológicas
- El matrimonio GLUECK afirmaron que los individuos mesomórficos exhiben
unos rasgos especialmente idóneos para la comisión de actos violentos.
- J. CORTES afirma que los criminales y no criminales difieren en lo físico, los
delincuentes son más mesomórficos, dotados de mayor energía, son
potencialmente más agresivos y exhiben una necesidad más elevada de éxito
y poder.
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4. Teorías de la criminalidad Surgidas en el ámbito endocrinológico

Las explicaciones endrocrinológicas difieren de las tesis lombrosianas:


- No suelen mantener el carácter hereditario de los trastornos glandulares.
- Consideran viable la curación de quien padece tales disfunciones, mediante
el oportuno tratamiento hormonal.
- Afirman que la influencia eventualmente criminógena no es directa, sino
indirecta, pues causa un sentimiento de incomodidad que provoca
agresividad y otras reacciones emocionales compensatorias.

CAPITULO XI: ORIENTACIONES BIOLÓGICAS: GENÉTICA CRIMINAL,


NEUROFISIOLOGÍA CRIMINAL, INVESTIGACIONES SOBRE EL SISTEMA
NERVIOSO AUTÓNOMO, SOCIOLOGÍA Y BIOQUÍMICA

1. Investigaciones procedentes de la genética: la herencia criminal

Con los progresos de la genética se llamó mucho la atención con las teorías
de la criminalidad, suscitándose el problema de la “herencia criminal”. De esa
forma aparecen dos datos, que estadísticamente comprobados, impulsan las
investigaciones: el significativo porcentaje de personas unidas por un parentesco
consanguíneo entre los enfermos mentales y la presencia del gravamen
hereditario morboso o degenerativo muy superior en individuos criminales que en
no criminales.

Así mismo, no todos los defectos biológicos se le atribuyen a la “herencia”,


pues existen también mutaciones que se producen en el momento de la
concepción, durante el embarazo o en el momento del nacimiento, o a lo largo de
la vida del hombre.

a) Familias criminales: Genealogías de delincuentes.

Desarrollan su teoría a partir del seguimiento de la descendencia de una sola


parte o línea, dejando sin considerar el influjo hereditario de los demás
descendientes, se concentran en el análisis de una familia concreta y
determinada. Fuertemente criticado bajo el argumento de que la dotación genética
condiciona la conducta humana y también la conducta criminal, pero no es el
único factor, ni el decisivo.
b) Estudios sobre gemelos

Operan con dos datos: la mayor o menor semejanza de la carga genética


(gemelos univitelinos o gemelos bivitelinos).

Lange, en su obra “El delito como destino”, concluye del estudio de gemelos
que ambos son delincuentes, en un porcentaje alto, sin embargo, esto podría ser
por la común influencia del medio o entorno. Y su estudio en mellizos, resultó en
que menor porcentaje era delincuente en comparación a los gemelos, esto debido
a que su carga genética no es idéntica.

c) Estudios en Adopción

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Una de las primeras investigaciones sobre la adopción fue la de L.
KUTTNER, en 1938, quien llegó a la conclusión de que los hijos de criminales
delinquen con mayor frecuencia a que en los hijastros de los mismos, siendo el
factor genético y no el ambiental el único que podría explicar dicho hallazgo.

Pero el trabajo más reciente sobre la materia de HUTCHINGS y MEDNICK


según los estudios si ninguno de los padres del adoptado es criminal, el joven
sólo se convierte en delincuente en un 10,4 % de casos; porcentaje que se eleva
a un 11,2 % si el padre natural no es criminal, pero sí el adoptivo, y al 21 %
cuando es el padre biológico y no el adoptivo el que tiene antecedentes delictivos;
cuando tanto el padre biológico como el de adopción tienen antecedentes
penales, en un 36,2 % de casos el joven adoptado deviene delincuente.

d) Malformaciones cromosómicas
a. Las principales anomalías genéticas (síndrome de TURNER Y
KLINEFELTER
En cuanto al “síndrome de Turner” (XO), parece afectar sólo a una de
cada cinco mil mujeres; y presentaría, entre otros, los siguientes síntomas: baja
estatura, cuello corto, pecho ancho, útero pequeño, etc.

El «síndrome de Klinefelter». (XXY), parece asociarse a bajos coeficientes


intelectuales, alcoholismo; homosexualidad y esterilidad. Los varones que
padecen está a anomalía a cromosómica a presenta una caracterización
femenina.

b. La trisomía XYY
Fue descubierta, en 1961, por SANBERG y sus colaboradores; GOURT y
P. JACOBS, JACOBS y sus colaboradores definieron a los varones XYY como
“peligrosos, violentos y con propensión al crimen”.

El Simposio celebrado durante 1969, en Cambridge, admitió como


verificado que los internos con esta anomalía cromosómica XYY son menos
violentos y agresivos que otros reclusos, y que los portadores del XYY parecen
más propensos a la comisión de delitos contra el patrimonio que a la de delitos
contra las personas.

2. Aportaciones de la moderna neurofisiología

a) En Reino Unido, los estudios electroencefalográficos han pretendido


verificar dos hipótesis concretas:
- Que muchos de los “crímenes sin motivo aparente” responden a
anomalías cerebrales graves que detecta el EEG.
- Que existe una determinada conexión entre ciertos hechos delictivos
cometidos por jóvenes, producto de personalidades inmaduras y
dependientes.
b) Resultados Obtenidos con relación a las principales anomalías y
disfunciones cerebrales.
- Disfunción cerebral mínima: Una manifestación específica de tal
anomalía serían las “reacciones explosivas” que explican numerosos
comportamientos eventualmente delictivos: malos tratos al cónyuge e
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hijos, abuso sexuales en niños, suicidio agresividad, homicidio sin
motivos aparentes, etc.
- Anomalías electroencefalografías: algunos autores realizaron
investigaciones EEG sobre niños, quienes observaron significativas
disfunciones neurofisiológicas en niños con dificultades de aprendizaje o
comportamiento en comparación con el resto de la población infantil.
Padecían tales disfunciones, atribuyendo a éstas la escasa capacidad de
control, inadaptación social, hostilidad, mal genio y destructividad.
- Otras disfunciones cerebrales: Diversos estudios clínicos parecen
haber demostrado que incluso personas pacíficas afectadas por procesos
tumorales en el cerebro se tornan violentas por los cambios profundos de
personalidad y problemas psicológicos que aquellos conllevan:
alucinaciones, irritabilidad, depresión, e incluso ataques homicidas.

3. Estudios sobre el sistema nervioso autónomo

a) El funcionamiento del sistema nervioso autónomo puede predisponer a la


persona a un comportamiento antisocial y, en su caso, delictivo.
Las psicopatías o “sociópatias, se ha investigado, si los psicópatas
experimentan de otro modo o no experimentan la sensación básica de
ansiedad cuando anticipan mentalmente la posibilidad del castigo (como lo
hace la persona normalmente socializada) y si, en consecuencia, son
sensibles a la amenaza de la pena.
b) Es crucial el tiempo que invierte el organismo en distender la sensación de
ansiedad, puesto que el miedo y, en concreto, la reducción de éste es el
más poderoso refuerzo conocido por la Psicología. El psicópata tiene
incapacidad para aprender del castigo, de modo que no forma una
conciencia social.

4. Aportaciones de la moderna biologia criminal y de la sociobiologia,


particularmente la bioquímica

a. La incidencia de los factores bioquímicos

Para la moderna sociobiología, el hombre es un organismo biosocial, de modo que


su comportamiento se halla influenciado por condiciones físicas y por factores
ambientales. Mientras los criminólogos tradicionales suponían que todos los hombres
nacen con un idéntica o potencial de aprendizaje y realizaciones (equipotencíalidad) y
que , por tanto, la conducta es controlable por fuerzas sociales (padres, escuela, etc.,
seguirían su posterior desarrollo), la moderna Biología Criminal mantiene que no
existen dos personas idénticas, y que es los diversos modelos y pautas del
comportamiento humano son producidos por la combinación del código genético y el
medio o entorno.

b. La influencia en la conducta de ciertas sustancias:


- Déficit de minerales y vitaminas: L. HIPPCHEN ha mantenido la tesis de
que una insuficiencia de Vitamina B, B3 y B guarda una estrecha relación, a
menudo, con el comportamiento antisocial. Según el autor, la dependencia
de la vitamina B3 es la causa a principal de “hiperactividad” entre la
población juvenil.
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- Hipoglucemia: Criminológicamente, la hipoglucemia interesa por cuanto
suele traducirse en comportamientos agresivos, violentos, y en atentados
contra a la libertad sexual. Relacionan la hipoglucemia con el asesinato,
creyendo haber podido demostrar que cierto asesino delinquía cada a vez
que padecía un brusco descenso de la tasa de glucosa en la sangre.
- Alergias: Sabido es que en las alergias pueden producir en ciertas personas
sensibles reacciones de hostilidad. Pero la ecuación alergia-agresividad no
es fácil de verificar científica mente, por muchas razones: se trata de
afecciones frecuentísimas, con un amplio y difusa marco sintomatológico,
de enojosa diagnosis, que pueden tener su origen en un sin fin de factores o
agentes alérgicos (polen, inhalantes, drogas, etc.)
- Componentes ambientales: Como el plomo, el cadmio, mercurio. Según los
estudios, se ha puesto de relieve la influencia del plomo alojado en el
torrente sanguíneo en la conducta de muchos jóvenes antisociales,
determinando, al parecer, índices preocupantes de hiperactividad.

c. La criminología biosocial: el modelo de Jeffery

La conducta a de reflejar tanto las variables ambientales como las genéticas.


Tres elementos tiene roles destacados:
- La orientación preventiva: a su juicio es necesaria una óptica preventiva o
prevencionista, que existan opciones alternativas gratificadoras como
trabajo, servicios sociales para todos los ciudadanos.
- La potenciación del ambiente físico: existe una clara relación entre
determinados espacios físicos y específicas conductas criminales.
- Tratamiento del delincuente: Propugna un control ambiental (físico) y la
simultanea intervención sobre las condiciones biológicas relevantes en los
procesos de aprendizaje.
5. La conducta humana agresiva y sus fundamentos bio-psico-sociales

Dos grupos de teorías han tratado de explicar la agresividad humana: las


instintivitas y las ambientalistas.

Las teorías instintivitas refieren la conducta agresiva del hombre a un instinto


innato, condicionado filogenéticamente cuya presentación es natural y espontánea.

Las teorías ambientalistas, por el contrario, ven en la agresividad no un


instinto primario, filogenéticamente programado, sino el producto de las
influencias del medio, de factores psicológicos, culturales o sociales; no tiene,
pues, naturaleza innata, sino adquirida.

CAPITULO XII: EXPLICACIONES PSICOPATOLÓGICAS (PSIQUIÁTRICAS


DEL DELITO)

1. Psicología, psicopatología y psicoanálisis: tres distintos enfoques

- Psicología: Es una de las ciencias que estudia el comportamiento humano,


la conducta, estudia el comportamiento criminal como cualquier otro.

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- Psiquiatría: Rama de la medicina que se ocupa del hecho psíquico
morboso, del hombre psíquicamente enfermo. A la Psiquiatria, mejor aún a
la Psicopatología, corresponde delimitar el concepto de «enfermedad» o
«trastorno mental» y sus muy diversas manifestaciones, formulando, previa
verificación, la correlación que pueda existir entre determinadas categorías
patológicas precisamente definidas (psicopatía, neurosis, etc.) y concretas
manifestaciones delictivas (homicidio, robo, violación, etc.).
- Psicoanálisis: Ve en el crimen un comportamiento funcional y simbólico,
expresión de conflictos psíquicos profundos que sólo introspectivamente,
ahondando en el inconsciente del individuo puede desvelarse.
2. Fundamentos psicopatológicos de la conducta delictiva: enfermedad
mental, trastornos mentales y criminalidad.

a) La supuesta anormalidad del crimen


Se define como el individuo normal que se atreve a cuestionar un orden
social perfecto. Se equipará los conceptos “conducta acorde con la norma” (en
sentido sociológico o jurídico) “normalidad”; y a su vez “normalidad” y “salud”.
Dicho razonamiento como es lógico conduce identificar, también, “conducta
desviada” y “anomalía”.

A partir del siglo XIX comienza a distinguirse entre delincuente y enfermo


mental, y es contemplado este último como cualquier otro enfermo. En dicho
proceso de diferenciación aparecen dos teorías:

- Teoría de la Insanity y de la inferioridad o degeneración mental.

HENRY MAUDSLEY (1835-1918), pionero de esta teoría, estableció una


correlación directa entre la enfermedad mental y el delito, afirmando el carácter
hereditario de los rasgos psicológicos que determinarían la degeneración
mental causante del crimen.

- Teoría de la personalidad criminal

Tuvo la hipótesis de que existe un conjunto de rasgos, es decir una


personalidad específicamente criminal, un entramado o estructura psicológica
delictiva in se.

b) Psicopatología criminal
Se ocupa de los signos y síntomas que constituyen la enfermedad mental,
dicotomizando y estudiado al hombre delincuente en sus diversas funciones
psíquicas, mediante una serie de categorías como:

- Trastornos de pensamiento y el leguaje: sucede por alteraciones


cuantitativas (pensamiento inhibido, acelerado) y alteraciones cualitativas
que alteran el contenido, así como las ideas delirantes, ideas obsesivas.
- Psicopatología de la memoria: apreciándolo en alteraciones
cuantitativas (por exceso: por defectos, amnesias globales o parciales) y
alteraciones cualitativas (casos de confabulación).

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- Psicopatología de la voluntad: también se examinan alteraciones
cuantitativas como la abulia(apatía) y alteraciones cualitativas como
sucede en los cortos circuito, la denominada obediencia automática.
- Psicopatología de la percepción: Pertenecerían a las alucinaciones
(visuales, auditivas, olfativas gustativas, táctiles, motrices, etc.);la
alucinosis (el sujeto es consciente de las mismas) y las
ilusiones(falsificación de percepción real).
- Psicopatología de la afectividad: Sucede en el caso de las disforias
(maniaca, depresiva angustia, etc.).
- Psicopatología de los impulsos: Que incide bien en el de conservación
del “yo” (trastornos de alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia,
y trastornos en el instinto de defensa como la autoagresividad, instinto de
conservación de la especie).
c) Nosologías psiquiátricas y relevancia criminológica de las diversas
anomalías, alteraciones, trastornos y enfermedades psíquicas
Existen varias clasificaciones de trastornos psíquicos y enfermedades
mentales, dos merecen especial mención: la del CIE. 10, de la organización
mundial de la salud y la del hoy DSM.IV, de la asociación de psiquiatría
americana.

i. Retraso Mental (Oligofrenia)


La relevancia criminológica del retraso mental, esto es del déficit
congénito precoz del desarrollo de la inteligencia depende de su mayor o
menor gravedad. Se distingue entre:
- Retraso Leve: 85% de casos de retraso, CI entre 50-55 y 70. Realizan
actividades no cualificadas.
- Retraso moderado: 10% de casos, CI entre 35-55.Son personas
adiestrables, aprenden hábitos de higiene; criminalidad impulsiva,
irreflexiva y no planificada, delitos como homicidio, lesiones,
violaciones.
- Retraso grave: 3 y 4% de casos, IC de 20 a 45, sólo pueden aprender
a hablar y realizar tareas elementales; iguales a los delitos de retraso
moderado.
- Retraso profundo: representa el 1 y 2%, CI menor de 20 o 25,
necesitan asistencia permanente; difícilmente delinquen, sus delitos
serían robos mal ejecutados, violaciones casi no consumadas y delitos
de incendio por diversión.

ii. Trastornos orgánicos cognoscitivos


Entre estas destacan el delirium (los delitos asociados son contra la
persona, sobre todo las lesiones) y la demencia (se manifiestan a través de
trastorno de conducta, con desinhibición de tipo sexual como abuso,
agresiones, etc. Y comportamiento irregular: agresividad verbal y pequeños
hurtos).

iii. Trastornos relacionados con el consumo y dependencia del


alcohol y drogas
- Alcohol.- Ocasiona trastornos somáticos, psíquicos y sociales. Perturba
las facultades de elección, juicio y raciocinio del sujeto, y potencia la

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agresividad de este. La delictogénesis de alcohol depende de la
naturaleza aguda o crónica de la intoxicación etílica. En la intoxicación
aguda, predomina los delitos de injuria y los delitos contra la persona, en
la crónica episodios reiterados de violencia.
- Drogas.- Desde un punto de vista criminológico la delictogénesis inducida
o asociada a la droga, hay que distinguir la criminalidad instrumental
que se orienta a la obtención y financiación de la droga, hechos criminales
que el adicto lleva a cabo para pagar el mercado clandestino la droga
ejemplo: hurtos, robos, estafas; y la criminalidad inducida, por los
efectos directo de la droga misma, es decir trastorno psicóticos inducidos
por sustancias, reacciones de ansiedad, estados de agresividad, etc.,
suele traducirse en delitos contra la vida e integridad, libertad sexual, etc.

iv. Esquizofrenia y otros trastornos psicópatas


Es la enfermedad mental por excelencia, la más frecuente de las psicosis
endógenas. La esquizofrenia incapacita al sujeto para valorar la realidad y
para gobernar rectamente su propia conducta, esto implica disfunciones
cognoscitivas y emocionales que afectan la percepción, el pensamiento
inferencial, el lenguaje y la comunicación, la afectividad, la fluidez y
productividad del pensamiento.

La sociedad teme al psicótico más por la imprevisibilidad e


incompresibilidad de su comportamiento que por la peligrosidad real del
mismo.

El delito, esquizofrénico, debe ser considerado como un síntoma más, de


su enfermedad. Se trata siempre de un crimen “sin historia” y sin “sentido”,
inútil. El esquizofrénico delinque, sólo, sin cómplices. Sus delitos más
usuales son los delitos contra la integridad (lesiones y amenazas y luego
siguen los delitos contra el ´patrimonio.

v. El trastorno delirante o paranoia


La paranoia constituye un sistema delirante de desarrollo insidioso,
inconmovible irreversible a las argumentaciones lógicas, incurable. El delirio,
crónico, sistematizado y no extravagante, es el núcleo central de la paranoia.

En la temática del delirio, sin embargo el paranoico se convierte de


perseguido a perseguidor. Se cree en posición de la única verdad y
legitimado para infringir las normas, absurdas y artificiosas, legales, que solo
rigen para los demás mortales.

Los expertos consideran que el comportamiento criminalidad del enfermo


puede predecirse en parte, aparenta normalidad, su inteligencia siempre al
servicio de un delirio lógico y sus artes simulatorios propicias el fatal exceso
de confianza de la víctima.

vi. Trastornos del estado de ánimo y del humor. los trastornos


“bipolares (psicosis “maniaco – depresiva) y las depresiones.

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Los hoy denominados “trastornos bipolares” (psicosis maniaco –
depresiva), se describen por primera vez como entidad propia, y bajo el
nombre de “locura circular”, por FALRET. La psicosis maniaco – depresiva
es una enfermedad fásica. Puede darse un único cuadro maniaco, o bien
depresivo, o la alternancia a estos. Clínicamente, la fase depresiva y la
maniaca presentan síntomas distintos y en consecuencia, una diferente
vocación o proclividad criminógena.

- Fase Depresiva. - la tristeza se corporaliza y la inhibición afecta a los


movimientos y al lenguaje. Igual dificultad se manifiesta en la esfera
ideativa, fluyendo el pensamiento de forma lenta. Las racionalizaciones
del depresivo se impregnan de nihilismo y autoculpabilizacion.

Puede dar lugar a diversas conductas delictivas. No puede olvidarse que


el depresivo y el paranoico son los pacientes que más disimulan,
aparentando una mejoría inexistente.

- Fase Maniaca. - se caracteriza por la sintomatología inversa; euforia,


irritabilidad, exaltación, sentimientos de grandeza, disminución de la
necesidad de dormir.

Es más delictógena que la depresiva, la clase de delitos depende de la


naturaleza e intensidad de la manía. El comportamiento criminal es poco
elaborado, no se esconde o excusa después de llevarla a cabo. Se han
descrito, durante la fase maniaca, delitos de homicidio, de lesiones, de
estafa, delitos sexuales (por exaltación de la libido) y usurpación de
títulos y honores (en la creencia imaginaria de su posesión).

vii. Trastornos de ansiedad («neurosis»), somatomorfos, y


disociativos.
La neurosis es un trastorno menor. A diferencia de la psicosis, la
neurosis no provoca una ruptura de la realidad. Se inicia durante la infancia,
al crear el niño de personalidad débil e insegura, un mundo exterior incierto y
amenazante, si bien el conflicto neurótico puede tener otra génesis la
angustia constituye su núcleo fundamental. Las neurosis suelen exhibir una
muy limitada delictogénesis. El neurótico no entra fácilmente en conflicto con
la legalidad penal ya que su propia naturaleza insegura, angustiada e
inestable conspira contra el mismo. De hacerlo, es más autoagresivo que
heteroagresivo.

Especial interés tienen los «estados disociativos», seguidos de posterior


amnesia, durante los cuales el neurótico puede realizar hechos delictivos sin
posible control de sus actos. Cabe señalar que los rasgos de la personalidad
del neurótico (inseguridad, inestabilidad emocional, elevados niveles de
ansiedad, etc.) predisponen a aquel a la comisión de delitos de imprudencia
y de omisión.

viii. Trastornos sexuales: parafilias.


Son los trastornos de mayor relevancia médico-legal y criminológica.
Constituyen fantasías sexuales, repetidas e intensas, de tipo excitatorio, de
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impulsos o de comportamientos sexuales. De las parafilias, y por su
delictogénesis, destacan:

- La pedofilia, es el deseo intenso y recurrente de mantener relaciones


sexuales con impúberes, tanto de tipo heterosexual como homosexual.
- La necrofilia, es la conducta sexual de la persona que tiene relaciones
sexuales con cadáveres humanos; Desde un punto de vista criminológico, el
necrófilo puede cometer delitos de inhumaciones ilegales.
- El sadismo, como el masoquismo, provienen de una patológica
«erotización del dolor» y según las teorías psicodinámicas se explicaría
como consecuencia de una mala identificación sexual con los padres
durante la infancia. Esto es, una regresión a placeres arcaicos.
- El exhibicionismo, es más detectado por la justicia criminal. Se trata de un
trastorno, por lo general, varones casados y con relaciones sexuales
normales, pero, a veces, también mero síntoma psicótico (demencias,
esquizofrenias, etc.) o compatible con otros tipos de personalidad
(neurótica). El exhibicionista no se siente angustiado ni culpable, usa
precauciones premeditadamente para no ser detenido y obtiene más placer
cuanto mayor sea el escándalo de su conducta y peligro, que asume al
realizarla.
ix. Trastornos en el control de los impulsos: especial referencia a la
cleptomanía, a la piromanía y a la ludopatía (o juego patológico)
Los trastornos de mayor interés criminológico son:
- El trastorno explosivo intermitente, se caracteriza por la aparición de
episodios aislados en los que el individuo no puede controlar los
impulsos agresivos, puede ser desencadenado por un fracaso laboral,
académico, por problemas familiares, por accidentes, hospitalización,
etc. Puede explicar algunos delitos contra la vida y la integridad en
forma preterintencional.
- La cleptomanía, se caracteriza por una dificultad recurrente para
resistir el impulso de robar objetos que no son necesarios para el uso
personal o por su valor monetario. Suele temer su arresto, y se siente
deprimido o culpable del delito. Actúa sólo. Experimenta una sensación
creciente de tensión antes del robo, seguida de bienestar una vez
ejecutado. (Se da más en la mujer).
- La piromanía, se caracteriza por un patrón de comportamiento que
lleva a provocar incendios por puro placer o liberación de tensión. El
pirómano ejecuta múltiples incendios, siempre de forma deliberada y
meticulosa. Provocan el fuego, por placer no por móviles lucrativos, ni
políticos; ni por venganza, ni para ocultar una actividad delictiva previa.
(La piromanía es un trastorno más usual en el varón).
- El juego patológico (ludopatía) se caracteriza por un comportamiento
de juego desadaptado. Sólo al aumentar sus apuestas o incrementar
los riesgos consiguen producir y mantener los niveles de excitación
deseados. Cuando su dinero y crédito no le permiten financiar el juego,
surgen los comportamientos antisociales de carácter instrumental
(falsificación, fraude, estafa, robo, etc.). En efecto, en un principio el
jugador compulsivo delinque para solventar sus deudas y financiar el

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juego. Para ello explota a su familia, a sus amistades, a la empresa,
etc.
x. Las psicopatías o trastornos de la personalidad
Los psicópatas son incapaces de una lealtad relevante hacia individuos,
grupos y valores sociales. El psicópata es un manipulador nato, engaña con
convicción, e incluso sin necesidad. Y padece un déficit muy relevante de
afectividad, le incapacita para sentir de modo profundo y sincero las
emociones humanas: ni siquiera muestra su organismo respuestas
psicofisiológicas asociadas al miedo o la ansiedad, son incapaces de
sentirse culpables y de aprender de la experiencia del castigo. Tienden a
culpabilizar a los otros o a racionalizar su “propia conducta”.

Se ha concluido que existen dos rasgos distintivos de la personalidad


psicopática (primarios): una incapacidad de responder emocionalmente en
situaciones en las que esperaría una respuesta tratándose de un individuo
normal, y una irresistible tendencia a actuar impulsivamente. De
características primarias se derivarían otras secundarias: agresividad,
ausencia de sentimiento de culpa, etc.

Es necesario distinguir la psicopatía de otros trastornos psiquiátricos y


enfermedades mentales: La diferencia entre psicopatía y neurosis, el
neurótico es consciente de que padece una enfermedad, y sufre por ello. Por
el contrario, el psicópata no sufre por su condición de tal, ni manifiesta la
ansiedad y la angustia tan características de las neurosis. Psicopatía y
esquizofrenia difieren, el psicópata está libre de las alucinaciones y delirios
típicos de la esquizofrenia, aunque, precisamente por ello, su máscara de
cordura le hace más difícil de descubrir, y más peligroso. No debe
confundirse el psicópata con el delincuente habitual. El psicópata típico rara
vez se aprovecha de los beneficios que genera por el delito, y casi nunca se
implica de modo consistente en lo criminal; el delincuente habitual persigue
objetivos comprensibles, aunque con medios y procedimientos rechazables.

Como apuntan los autores la mayor parte de los psiquiatras definen al


psicópata como persona sin sentimientos: no experimenta complejo alguno
de culpa, ni vergüenza o mala conciencia. Es incapaz de aprender, de modo
que la amenaza de la pena, o la imposición de ésta, no le hacen modificar su
conducta en el futuro. No puede controlar sus impulsos, ni prever las
consecuencias de sus actos anticipadamente.

CAPÍTULO XIII: EL MODELO PSICODINÁMICO: EXPLICACIONES


PSICOANALÍTICAS DEL CRIMEN

1. El modelo “psicodinámico” y su función mediadora

La psicopatología (criminal) parte de la hipótesis de que determinadas


disfunciones, anomalías o enfermedades psíquicas explican otros tantos
comportamientos antisociales y delictivos. La psicología, analiza el
comportamiento delictivo como cualquier otro comportamiento humano, por
estimar que no existe diferencia cualitativa.

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El psicoanálisis, representa un puente o instrumento de comunicación entre el
enfoque psiquiátrico o el psicólogo, el psicoanálisis ha ejercido una poderosa
influencia en la criminología.

2. El pensamiento de Sigmund Freud (1856-1939)

Freud apenas se ocupó del crimen, en pocas ocasiones como en el pasaje


que relaciona ciertos comportamientos delictivos con un poderoso sentimiento de
culpa (sense of guilt), sentimiento inconsciente derivado del complejo de Edipo,
explicando así la causa del hecho criminal.

a) Para Freud, todo acto humano tiene un sustrato y connotación sexual


profunda. Asimismo, potencia el papel de los instintos, propone la existencia
de dos instintos contrapuestos: el eros (fuerza positiva y sexual) y el tanatos
(fuerza negativa de destrucción).
b) Según Freud, la personalidad sigue una evolución paralela al instinto sexual,
hasta el punto de que la libido se va localizando progresivamente en diversas
partes del cuerpo humano (zonas erógenas), divide estas fases en etapa oral
(en el primer año, relacionada a delitos de expresión verbal y alcoholismo),
anal (segundo y tercer año, relacionada a delitos contra el patrimonio), fálica
(tres a cinco años, relacionada a delitos sexuales), de latencia (seis a la
pubertad) y genital (desde la adolescencia y significa la plenitud sexual del
individuo).
En la teoría psicoanalítica, el complejo de Edipo tiene un rol importante, según
Freud, muchos delincuentes jóvenes lo son porque no han resuelto su
problema edípico, tienen un sentimiento de culpa y persiguen un castigo de
manera inconsciente.
c) La aportación más significativa de Freud reside en la división topográfica del
psiquismo (preconsciente, consciente, inconsciente), así como el
descubrimiento del aparato intrapsíquico y sus tres instancias (yo, ello, súper
yo).
Filosóficamente, la importancia que otorga Freud a las fuerzas inconscientes,
va contra la concepción clásica del libre albedrío, y habla a favor de tesis
deterministas.
Criminológicamente, parece resolver el problema de los crímenes absurdos,
sin motivos e irracionales.
d) El aparato intrapsíquico o división dinámica de la personalidad, distingue tres
instancias mentales: el ello (es la estructura básica y primaria, integra
componentes naturales e involuntarios), el yo (se rige por el principio de la
realidad y su actividad puede ser consciente y preconsciente) y el súper-yo (se
desprende del “yo”, capitaliza los valores morales inducidos socialmente a
través de la identificación con los padres, se rige por el principio del deber). El
equilibrio de estas instancias asegura la estabilidad psíquica del individuo. El
crimen sería una consecuencia del fracaso de la interiorización de las normas
y valores convencionales (triunfo del ello), una mala estructuración del “yo”
(incapaz de controlar las fuerzas instintivas del “ello”) y las exigencias sociales
del “super yo”.

3. Aportación a la criminología de otros psicoanalistas


a) Franz Alexander y Hugo Staub

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Con la publicación de su libro “El delincuente y sus jueces” en 1929,
establecen tres cuestiones que resuelven mediante el psicoanálisis: explicación
del comportamiento criminal (su génesis), tipología (clases de delincuentes) y
terapia en cada caso.
Asumen la teoría freudiana del complejo de Edipo, afirman que no hay
diferencias congénitas y la diferencia entre el delincuente y el no delincuente son
factores educacionales. Distinguen dos grupos de delincuentes: crónicos y
situacionales (subdividida en: delincuentes neuróticos, delincuentes normales y
delincuentes enfermos), cada subgrupo tendría su respectiva terapia.
b) Theodor Reik
Con su publicación “El impulso a confesar” (1925) y “Psicoanálisis del crimen”,
le da un rol importante al sentimiento de culpa, mediante el cual explica que el
delincuente realiza el hecho criminal para ser castigado, que concurren en el
delincuente dos impulsos de signo contrario: uno consciente (busca borrar todo
rastro del delito) y otro inconsciente (que lo induce a delatarse para expiar su
culpa).
En el ámbito político criminal, Reik rechaza la pena como mecanismo
disuasorio y preventivo del crimen, por encontrarla incapaz de acceder al mundo
de lo inconsciente y neutralizar la culpa.
c) August Aichorn
En su obra “Wayward Youth” (1925), la aportación más destacable es el
concepto de “delincuencia latente”. Aichorn afirma que la predisposición delictiva
no es un producto determinado en el momento del nacimiento del individuo, sino
que se configura por una relación emocional a través de las primeras experiencias
vitales y el impacto que ejerce sobre el niño. Plantea que nacemos como seres
asociales, reclamamos satisfacción de los instintos sin atender al mundo exterior,
y con el tiempo nos volvemos sociales, algunas personas no desarrollan este
curso y continúan con conductas asociales o la disimilan mediante un estado de
“delincuencia latente”.
d) Healy y Bronner
Healy y Bronner (inicios de la década de 1930), plantean la hipótesis de la
“sublimación” de ciertas frustraciones emocionales, concluyen que la conducta
criminal es el resultado de deseos frustrados y de privaciones causantes de una
profunda insatisfacción en el niño.
e) J. Bowlby
Concede una especial relevancia criminógena a la experiencia infantil de
separación de la madre, esto tenía como consecuencia una incapacidad para
establecer relaciones interpersonales con los demás.
4. El pensamiento psicoanalítico postfreudiano heterodoxo o revisionista
a) A. Adler
Su psicología individual, gira en torno a tres principios que determinan la
conducta humana: el sentimiento de inferioridad (condicionado por razones
genéticas, orgánicas o meramente situacionales), la ambición de poder (que trata
de compensar el complejo de inferioridad) y el sentimiento de comunidad
(moderador de ambos).
Política-criminalmente, establece que la causa del crimen reside en el
“desaliento social” y que la pena no protege a la sociedad, sino que exalta al
delincuente con el “honor de la retribución”.

b) C.G. Jung
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Propone una tipología psicológica que distingue entre “introvertidos” (más
probables a estados de ansiedad y neurosis obsesivo-compulsivas) y
“extrovertidos” (más probables a rasgos histéricos).
c) E. Erikson
Propone que existen ocho etapas en el desarrollo evolutivo del individuo, estas
etapas son: sensorio oral, anal, locomotivo-genital, de latencia, pubertad y
adolescencia, adultez joven, adultez y madurez, cada etapa se concreta una
cualidad esencial que hace posible el tránsito a la siguiente.
d) E. Fromm
Plantea el problema de la crisis de la civilización occidental, cuyas
manifestaciones serían formas colectivas de evasión, es decir, se ha liberado de
cadenas de esclavitud pero, a la vez, ha cobrado clara conciencia de sus
limitaciones como persona y una sensación de soledad moral que le incita a
alienarse subordinando su vida a poderes exteriores y superiores.

CAPÍTULO XIV: EXPLICACIONES DEL COMPORTAMIENTO CRIMINAL DE


ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA. MODELOS CONDUCTIVISTAS, TEORIA DEL
APRENDIZAJE, TEORÍA COGNITIVA, RASGOS O VARIABLES DE LA
PERSONALIDAD

1. Los modelos psicologicistas

a) Conductismo versus psicoanálisis

Para el modelo psicodinámico, los determinantes del comportamiento criminal


son fuerzas motivacionales que operan por debajo del umbral de la consciencia,
infiere sugestivamente de la conducta misma sus determinantes internos.

Para el conductismo las motivaciones son influencias externas: estímulos y


refuerzos; busca claves del comportamiento del hombre delincuente, con rigor
científico-experimental.

b) Conductismo (radical) versus teoría cognitiva y aprendizaje social

Para el conductismo radical, el comportamiento humano se explica


dinámicamente como una mera concatenación de estímulos y respuestas.

La teoría cognitivo ha puesto especial énfasis en la percepción del mundo por


el delincuente a los efectos de comprender el propio comportamiento criminal,
ponen el acento en el aprendizaje vicario-observacional u observación de
modelos.

La teoría del aprendizaje social, el individuo no comete el delito debido al


impulso de fuerzas internas o de estímulos externos sino de una compleja y
recíproca interacción continua de determinantes personales y ambientales en los
que ciertos procesos simbólicos, vicarios y autorregulatorios juegan un papel
predominante.

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2. Modelos biológicos-conductuales (modelos de condicionamiento del
proceso de socialización)

- El proceso de condicionamiento de Eynsenck

Según Eynsenck, el comportamiento social se adquiere a través de un proceso


de condicionamiento, que involucra tres variables: la condicionalidad del individuo,
grado de condicionamiento y modelo de este.

Afirma que la genética juega un papel importante en la conducta criminal del


individuo, pero, el proceso de socialización es fundamental y esencial en la
génesis de la conducta delictiva. Para explicar el proceso de socialización, el
psicólogo explica que existen dos tipos de aprendizaje como mecanismo de
disuasión, el clásico y el instrumental, siendo el clásico más efectivo, por el hecho
de ser autónomo que internaliza el ser humano desde que tiene memoria, y el
instrumental, menos efectivo, referido a la intimidación penal. El proceso de
socialización forma y desarrolla en el individuo una conciencia duradera y sólida
que actuará, en lo sucesivo, como poderosa instancia de control interno de los
actos no deseados sirviéndose de implacables agentes punitivos: los sentimientos
de ansiedad y culpa.

La hipótesis de la necesidad de estimulación como rasgo de la personalidad:


necesidad de estimulación y actividad cortical.

Esta hipótesis fue postulada por Pérez Sánchez, quien criticaba la teoría de
Eynsenck. Para Pérez la relación entre la extroversión y psicoticismo con la
delincuencia, encontraba su base en la necesidad de estimulación. Tal tesis
expuesta parece ser corroborada en múltiples trabajos, al constatar elevadas
exigencias de estimulación en delincuentes y personalidades antisociales. Pérez
sostiene la premisa de que “a menor sensibilidad al castigo, mayor probabilidad
de comportamientos delictivos”. Pues el proceso de socialización y la formación
de la conciencia moral dependen, sin duda, del grado de condicionamiento del
individuo y respuestas de éste a la anticipación del castigo.

- El modelo de Trasler

Para Trasler lo importante es no es investigar por qué el delincuente aprendió


el comportamiento criminal sino por qué fracasó el condicionamiento socializador,
por qué no supo o pudo inhibir la realización de una conducta prohibida que los
demás ciudadanos sí consiguen evitar. Según Trasler, tal fracaso del
condicionamiento puede producirse bien por la inadecuación de las técnicas de
entrenamiento aplicadas, bien por la pobre condicionalidad del individuo o la
interferencia de factores exógenos que perturban la eficacia de aquél.

3. Modelos socioconductuales: el aprendizaje social

La premisa de este modelo es que la adquisición de pautas y modelos


criminales se lleva a cabo a través de un proceso de aprendizaje evolutivo que
descansa en la observación y en la imitación del comportamiento criminal de
otros. Este modelo teórico se ha utilizado, a menudo, para explicar la génesis de
la criminalidad violenta.

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a) El aprendizaje social en Bandura

Según Bandura, el comportamiento criminal es comportamiento aprendido.


Si exceptuamos los reflejos elementales, las personas no están equipadas con
un repertorio innato de conductas, tienen que aprenderlas. Las pautas de
respuesta nuevas pueden adquirirse por experiencia directa o por observación.
Para Bandura, los aspectos biológicos son fundamentales en el proceso de
aprendizaje. Para Bandura es obvio que la conducta no se regula por sus
consecuencias inmediatas, la teoría del aprendizaje de BANDURA descansa
sobre el mecanismo del modelado, observación o aprendizaje vicarial.
La naturaleza de la teoría de Bandura está en que el individuo al comprobar,
en la vida diaria, las acciones ajenas, observando cómo son recompensadas,
castigadas o ignoradas, incrementará la tendencia a actuar en el mismo sentido.
El aprendizaje vicario, el refuerzo vicario y el castigo vicario complementan la
teoría de Bandura.

b) Modelo de aprendizaje social de Feldman

La teoría de Feldman se basa en la intervención de tres factores: genético,


situacional y conductual. Estos factores se manifiestan en tres variables, la
predisposición individual, que incide fundamentalmente en la adquisición de
pautas criminales; la variable situacional, que afecta el mantenimiento o
perpetuación de la conducta infractora; y la variable de aprendizaje, que son
factores criminógenos por excelencia, e interactúan con los anteriores.

La teoría del aprendizaje de Feldman distingue dos supuestos: se puede


aprender a delinquir y se puede aprender a no delinquir. El individuo aprende a no
delinquir debido a la socialización temprana, cuyo poder restrictivo es mantenido
por consecuencias positivas derivadas del cumplimiento de las normas, y por
refuerzos negativos que proceden de su ruptura. El individuo puede aprender,
también, a delinquir, por el efecto directo del refuerzo diferencial, modelamiento
social e inducciones situacionales. La conducta delictiva se mantendrá después
como consecuencia de ciertos procesos cognitivos auto justificadores que
acompañan la conducta criminal: fenómenos de auto persuasión, cambios de
valores, etc., que se potencian en su caso por la falta de contacto del delincuente
con la víctima y ponen de relieve un dato significativo: el individuo, a menudo,
acomoda sus pensamientos y actitudes, a sus líneas de actuación, de modo que
los cambios cognoscitivos se producen después de la conducta criminal, en lugar
de precederla y motivarla.

4. Teoría cognitiva del desarrollo moral (variables cognitivas)

Para la teoría cognitiva, el comportamiento humano se rige por claves mucho


más complejas y organizadas que lo que supone el conductismo (radical), pues el
hombre no es una máquina de reflejos y hábitos, ni la conducta de éste puede
explicarse, sin más, como una concatenación de estímulos y respuestas.

Afirma que la acción es inseparable de ciertos procesos mentales del


individuo; de cómo percibe y se representa el mundo en el que vive; de sus
propios valores y normas; de su desarrollo moral y el de las restantes variables

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cognitivas; del contexto subjetivo del infractor y el significado que éste asigna a
las diversas situaciones, etc.

La teoría cognitiva encuentra tres suborientaciones:

a) La psicología de Gestalt.- Para la teoría de la Gestalt todo fenómeno


psíquico es una unidad inescindible o estructura que no puede
descomponerse analíticamente sin perder su esencia. El delincuente no
reacciona a estímulos específicos, sino a la configuración u organización
total de objetos que los rodean.
b) Teoría del desarrollo moral y cognitivo.– Según esta teoría, el individuo
desarrolla su capacidad de razonar a lo largo de un proceso en el que se
pueden distinguir una serie de etapas o estadios, que se inician con el
nacimiento y culminan a los doce o trece años; un proceso evolutivo cada
uno de cuyos momentos matiza el grado de desarrollo moral del individuo
y las características singulares de su razonamiento y respuestas.
c) Valores y actitudes específicamente criminales.– La infracción de una
norma jurídica, puede significar el rechazo de los valores sociales que
dicha norma simboliza y tutela. Son muchas las concepciones
criminológicas que acentúan el valor expresivo de la conducta desviada,
atribuyendo a la misma una función simbólica: el delito reflejaría los
particulares valores del criminal, del subgrupo al que éste pertenece;
encarnando, en todo caso, una actitud de rebeldía y rechazo intencionado
hacia los de la saciedad oficial, hacia los valores dominantes.

5. Análisis factorialista: rasgos de la personalidad

El denominado “modelo factorialista” se caracteriza por la pretensión de


identificar rasgos de la personalidad que expliquen la consistencia de ciertas
conductas. En particular, trata de verificar hasta qué punto el comportamiento
criminal se halla asociado a determinadas características estables de la
personalidad del infractor. En la actualidad, el modelo de rasgos, desvinculado de
sus antecedentes ideológicos, es más consciente de sus propias limitaciones y
perspectivas. Busca el respaldo metodológico de instrumentos de medición
objetivos.

Son innumerables los rasgos de la personalidad cuya relevancia etiológica han


tratado de verificar unos y otros autores (extraversión, neuroticismo, autocontrol,
impulsividad, ansiedad, inteligencia).

6. Teorías psicológicas de la criminalidad: Valoración final

La aportación de la moderna Psicología empírica a la Criminología tiene unos


diversos ámbitos de incidencia u operatividad. En primer lugar, elabora y formula
las correspondientes teorías y modelos sobre la génesis del comportamiento
criminal; un segundo cometido de la psicología empírica consiste en clarificar y
desmitificar ciertos procesos reales que sirven de soporte a la más importante
institución jurídica relacionada con el crimen.

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