Espíritu Santo Desde La Creación
Espíritu Santo Desde La Creación
Espíritu Santo Desde La Creación
No es extraño que algunos de nosotros pensemos que el Espíritu Santo se revelo en el día
de pentecostés; pero si nos fijamos en la Sagrada Escritura podemos darnos cuenta que
siempre se ha manifestado desde el primer día de la creación.
La primera vez que aparece el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento fue en el rol de
crear: “La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y
venía sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1,2). También fue incluida la creación de
los Humanos: “El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del
Todopoderoso.” Job 33, 4.
No solo es creador sino también enseña y lo podemos ver en Nehemías 9, 20 donde revela
el rol de enseñar del Espíritu: “Con tu buen Espíritu les diste entendimiento. No les quitaste
tu maná de la boca; les diste agua para calmar su sed”. También lo podemos ver en Job 32,
8. Y el Salmos 143,10.
El Antiguo Testamento también revela que el Espíritu Santo fue una manifestación de la
presencia de Dios. Cuando David confesó su pecado, le suplicó a Dios: “No me alejes de tu
presencia ni me quites tu santo Espíritu.” (Salmos 51, 11).
El último rol del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento es su relación al Mesías. (Isaías
42, 1). Mucho antes de la llegada de Jesucristo, los profetas hablaban del Mesías como Uno
que tendría el Espíritu sobre Él. Cuando Jesús fue bautizado en el Rio Jordán, claramente
revelando que Jesús era el Mesías Lucas 3, 22.
El Espíritu Santo puede actuar en diferentes roles o papeles en diferentes tiempos, pero,
como la tercera Persona de la Trinidad, su naturaleza es siempre la misma. El mismo
Espíritu involucrado en la creación del universo vive con aquellos que siguen a Cristo hoy
en día.
Y esto lo podemos ver de una manera más clara en el momento que recibimos el
sacramento del bautismo, ya que gracias a él recibimos los dones del Espíritu Santo
(sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, y temor de Dios), y no sólo
eso nos invita a que seamos miembros de la Iglesia.
El Espíritu Santo esta siempre con nosotros en todo momento, todo es cuestión de que lo
dejemos actuar en nuestras vidas (aquí puedes dar ejemplos de la vida cotidiana), en
nuestra familia, escuela, comunidad, en donde andemos. Así como lo estuvo desde la
creación, así lo ha estado desde siempre en toda la vida e historia de todo creyente, en
muchas ocasiones no podemos dar cuenta que en la mayor parte de nuestras actividades es
él quien nos ayuda e impulsa a descubrir cuál es la voluntad de Dios en nuestra vida
cotidiana, dirá el papa Francisco: “el Espíritu Santo es el agua viva que sacia la sed del
hombre, porque le permite participar de la vida divina y porque le permite vivir como el
mismo Cristo vivió”.