Escuela de Agentes de Pastoral - La Familia
Escuela de Agentes de Pastoral - La Familia
Escuela de Agentes de Pastoral - La Familia
Diócesis de Plasencia
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
FORMACIÓN BÁSICA
DESTINATARIOS
Todas aquellas personas que, por iniciativa propia o envia-
das por su parroquia, arciprestazgo u otras asociaciones
e instituciones diocesanas, quieran profundizar en el co-
nocimiento de la fe; descubrir y alimentar el compromiso
socio-político; y/o asumir la responsabilidad de animar y
coordinar las acciones pastorales en sus diversos niveles.
PROYECTO DE FORMACIÓN
FORMACIÓN BÁSICA
Las materias a desarrollar son:
• Sagrada Escritura
• Cristología
• El Dios de Jesucristo
• Eclesiología
• Antropología teológica
• Moral cristiana
• Doctrina social de la Iglesia
• Teología de los sacramentos
• Teología del laicado y de la acción pastoral
• Síntesis teológica
FORMACIÓN ESPECÍFICA
Las materias a desarrollar serán las ofrecidas por las dele-
gaciones y secretariados diocesanos para la capacitación
teórico-práctica de responsables de las diversas acciones
pastorales.
INFORMACIÓN
Dirigirse al sacerdote de tu parroquia, o a la Secretaría de
la Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral. Obispado
de Plasencia. C/. Plaza de la Catedral, s/n. 10600 Pla-
sencia (Cáceres). Teléfonos: 927 41 16 12; 659 83 32 22;
email: escuelaagentes@diocesisplasencia.org.
FORMACIÓN BÁSICA
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
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Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Siglas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Anexo I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Anexo II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
Anexo III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Vocabulario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Calendario de sesiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Calendario diocesano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 7
Pág. 8 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
INTRODUCCIÓN
El Plan Pastoral Diocesano 2018-2021, que, durante estos años, trabajaremos de una manera coordinada
en nuestra Diócesis, tiene como tema central la Pastoral Familiar siguiendo el marco y las orientaciones
de la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia”, del Papa Francisco. Y lleva como título: “La alegría
del amor compartido en el matrimonio y la familia”. Con un objetivo general: “Anunciar con nuevas
energías, con audacia y con lenguaje renovado el Evangelio en la familia teniendo en cuenta las
diversas situaciones”.
La pretensión del Papa y de la Iglesia es “enseñar y cuidar el amor” en la familia:
“El amor matrimonial no se cuida ante todo hablando de la indisolubilidad como una obligación, o
repitiendo una doctrina, sino afianzándolo gracias a un crecimiento constante bajo el impulso de la
gracia” (AL 134).
Por una parte, para evitar confusiones, clarificamos, desde el principio, algunas cuestiones:
1. Hay que tener en cuenta el contexto de esta formación –Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral– y
el objetivo de la misma: iluminar desde la Doctrina Social de la Iglesia la situación “social” por la que
está pasando la familia actual, tratando de analizar las causas –sistemas políticos, culturales, sociales,
y económicos que están influyendo “negativamente” en la institución familiar, para iluminar desde la
fe: Palabra de Dios, Magisterio de la Iglesia, Doctrina Social, esas situaciones– y preparar nuestras con-
ciencias para actuar pastoralmente en consecuencia. Se trata de un análisis “sociológico” con mirada
cristiana.
2. El Plan Pastoral Diocesano recoge muy bien ciertos aspectos que hacen referencia al acompañamien-
to antes de la celebración del sacramento, a la liturgia, la celebración, actuación pastoral ante las nuevas
situaciones de la familia actual, al discernimiento de las llamadas situaciones “irregulares”, a la lógica
de la misericordia pastoral, a la ética y la moralidad, etc..., pero no tiene suficientemente en cuenta
otros, que son los que se trata de asegurar en este contenido formativo.
3. Es necesario analizar las causas, partir de la realidad, tomar conciencia de cómo influyen en las
personas y el tipo de persona y familia que están haciendo. Eso hay que tenerlo en cuenta si queremos
acompañar, ayudar a crecer y evangelizar la familia actual. Con estos ojos hay que “ver” este trabajo de
Doctrina Social de la Iglesia.
4. La DSI está formada por “principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción” (SRS
8). Es decir, el campo propio de la DSI es el de los principios generales y de los juicios y orientaciones
basados en ellos. No la corresponde constituir un modelo de organización de la sociedad determinado,
que pueda enfrentarse como alternativa a otros modelos, ni tampoco un programa de actuación políti-
ca, económica o social. Ni es tercera vía, aunque sus principios puedan ser fuentes de inspiración y de
orientar la acción humana, demandando la aplicación práctica de esos principios.
5. No es misión de la Iglesia responder técnicamente a los problemas y situaciones sociales, políticas,
económicas y culturales por las que, en concreto, está pasando la familia hoy. Esas, tienen que venir
desde el compromiso de los cristianos para transformar esas realidades, presentes en los campos de la
política, la economía y la cultura actual.
6. La DSI tiene como objetivo: “interpretar esas realidades, examinando su conformidad o diferencia
con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y de su vocación terrena y, a la vez, transcendente
para orientar en consecuencia la conducta cristiana” (SRS 41). Por eso “partimos de la realidad que su-
fre la familia en el campo social, económico y cultural”. Esta realidad nos puede parecer “pesimista y
sin esperanza en muchos campos”, pero es la que es y es desde ahí, desde donde tenemos que construir
la familia según el Evangelio y los principios y valores de la DSI.
Por otra parte, tendremos presente en el contenido de nuestra formación la Exhortación Apostólica
postsinodal, “Amoris laetitia”, “La alegría del amor”, del Papa Francisco. Esta nos ayuda a compren-
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der la Familia desde algunas imágenes bíblicas, desde algunas alegrías compartidas y desde algunos
criterios básicos que ayudan a su aplicación concreta, que el mismo Papa, ha compartido en distintos
lugares y con diferentes personas.
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hemos hecho bien y manifiesta la necesidad de recomponer todo este campo de trabajo desde las claves
de la humildad y el realismo. (cf. AL 36-38).
Segunda alegría: “La misericordia”. Toda la presentación que se hace de los temas de la exhortación
se enmarcan en el lenguaje entrañable de la misericordia y en la actitud misericordiosa, como eje com-
pasivo de la acción de la Iglesia con los matrimonios, la familia y, de manera especial, con las situa-
ciones complejas y difíciles por las que pasa la familia y que tenemos que abordar en nuestra pastoral
familiar. (cf. AL 49,78, 79 y todo el capítulo VIII).
Tercera alegría: “¡Qué importante es el trabajo!”. Ha sido una alegría grande comprobar que el Papa
recoge la experiencia y el sentido de la centralidad del trabajo humano para la vida de las personas y
las familias (cf. AL 23-25, 40, 44). Algo que la Pastoral Obrera viene constatando desde hace mucho
tiempo, empieza a adquirir carta de naturaleza en el Evangelio de la familia que estamos llamados a
anunciar. Lo que pasa con el trabajo humano es esencial a la hora de plantear una pastoral familiar, por-
que afecta inexcusablemente a la realización digna y posible de cualquier proyecto personal y familiar.
También para quienes queremos plantear nuestro proyecto familiar en clave cristiana es importante
considerar cómo afecta el trabajo, o su precariedad, o su ausencia, a multitud de dimensiones de la vida
matrimonial y familiar. La exhortación ayuda a tomar conciencia de que este aspecto es fundamental y
hay que tenerlo en cuenta en una correcta pastoral familiar. (cf. AL 201, 252).
Cuarta alegría: “La espiritualidad de la familia” (AL 29). Esta propuesta recoge dimensiones hasta
ahora olvidadas y que son imprescindibles si se quiere, de verdad, conformar un proyecto familiar que
sea iglesia doméstica, por ejemplo, las necesarias dimensiones de la apertura familiar a los pobres, de
comunión, de gratuidad (cf. AL 183) y una vida familiar construida desde la fe, como llamada a vivir la
comunión.
3. Algunos criterios
El Papa reconoce que la caridad pastoral entendida como búsqueda continua de los alejados es fatigosa,
ya que se trata de una pastoral de “cuerpo a cuerpo” que no puede reducirse a “mediaciones progra-
máticas, organizativas o legales, aunque estas sean necesarias”. Y señala cuatro actitudes pastorales:
acoger, acompañar, discernir e integrar.
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Pág. 12 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
SIGLAS
AA Apostolicam Actuositatem, Concilio Vaticano II, 1965.
AG Ad Gentes, Concilio Vaticano II, 1965.
AL Amoris Laetitia, Exhortación Apostólica de Francisco, 2016.
CD Christus Dominus, Concilio Vaticano II, 1965.
CDSI Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Pontificio Consejo “Justicia y Paz”.
CEC Catecismo de la Iglesia Católica, 1992.
DH Dignitatis humanae, Concilio Vaticano II, 1965.
DIM Dives in misericordia, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1980.
CIC Código de Derecho Canónico, 1983.
ChL Christifideles Laici, Exhortación Apostólica de San Juan Pablo II, 1988.
EG Evangelii Gaudium, Exhortación Apostólica de Francisco, 2013.
EN Evangelii Nuntiandi, Exhortación Apostólica de San Pablo VI, 1975.
FC Familiaris Consortio, Exhortación Apostólica de San Juan Pablo II, 1981.
GE Gravissimum educationis, Concilio Vaticano II, 1965.
GS Gaudium et Spes, Concilio Vaticano II, 1965.
HV Humane vitae, Carta Encíclica de San Pablo VI, 1968.
LE Laborem exercens, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1981.
LG Lumen Gentium, Concilio Vaticano II, 1964.
LS Laudato Si’, Carta Encíclica de Francisco, 2015.
MD Mulieris dignitatem, Carta Apostólica de San Juan Pablo II, 1988.
OA Octagesima Adveniens, Carta Apostólica de San Pablo V, 1971.
OT Optatam totius, Concilio Vaticano II, 1965.
PP Populorum Progressio, Carta Encíclica de San Pablo VI, 1967.
PT Pacem in Terris, Carta Encíclica de San Juan XXIII, 1963.
RH Redemptor Hominis, Encíclica de San Juan Pablo II, 1979.
RM Redemptoris Missio, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1990.
RN Rerum Novarum, Carta Encíclica de León XIII, 1891.
SRS Sollicitudo Rei Socialis, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1987.
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MÉTODO DE TRABAJO DE
CADA SESIÓN
1. El material de los talleres, que cada persona ha recibido con antelación, puede ser leído y trabajado
antes de la reunión de forma individual o en grupo, dependiendo de las posibilidades de cada persona.
a. Leer el punto 1 “Nuestra realidad”. En este punto se hacen algunas afirmaciones y/o pregun-
tas que intentan sugerir, provocar, animar el diálogo en grupo. Se trata de reflexionar sobre
estas afirmaciones y/o preguntas para compartir nuestro parecer en la reunión de grupo.
b. Leer el punto 2 “Iluminación de nuestra realidad” y señalar las cuestiones que no quedan
claras, y las cuestiones que más te llaman la atención.
2. La sesión de trabajo en grupo tiene las siguientes partes y sigue el orden que a continuación se
indica:
a. Nuestra realidad
Comunicamos nuestro parecer o valoración sobre las afirmaciones y las preguntas ofrecidas
con el fin de partir en cada sesión de nuestra vida.
c. Contraste Pastoral
Compartimos las respuestas a las preguntas que se plantean con el objetivo de hacer realidad
los aspectos, actitudes, acciones que vamos descubriendo.
d. Oración
Este espacio pretende que a través de la oración, en sus diferentes formas, vayamos uniendo
la fe con la vida. Acoger lo que vamos descubriendo como un regalo de Dios que es posible y
realizable con la experiencia de la fe.
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La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
1ª SESIÓN
La familia. Noción y naturaleza
(1ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 17
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Partiendo de la realidad de tu pueblo, ciudad o barrio:
• ¿Cómo viven las familias?
• ¿Qué necesidades tienen?
• ¿En qué ponen empeño especial?
• ¿Por qué luchan?
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2.1. Elementos personales. Son el padre, la madre, los hijos y las demás personas, parientes o amigos,
que eventualmente conviven en la familia.
El padre y la madre, los dos conjuntamente, son los que fundan la familia. Su pertenencia a ella tiene
su presupuesto en la naturaleza biológica, sexualmente distinta y complementaria de los dos, y se basa
en un acto voluntario, el matrimonio, por el que ambos se entregan y reciben mutuamente a sí mismos,
como esposos, con el fin de establecer la familia y una comunidad de vida plena.
Los hijos son traídos a la vida o engendrados por los padres y, por tanto, entran a formar parte de la
familia de forma natural, donde son cuidados y tutelados.
Las demás personas, que eventualmente forman parte de la familia, lo hacen por lazos de sangre o por
solidaridad de la familia con otras personas, aunque no sean de la misma sangre. Son las personas que
conocemos como familiares y amigos.
2.2. Elementos espirituales. Son los vínculos que existen entre sus miembros, con el fin de compartir el
mismo proyecto de vida, a través del amor, que da sentido a la entrega matrimonial y anima toda la vida
familiar y las relaciones dentro de ella.
“Este amor... entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas, entre parientes y familiares, está
animado e impulsado por un dinamismo interior e incesante que conduce la familia a una comu-
nión cada vez más profunda e intensa, fundamento y alma de la comunidad conyugal y familiar”
(FC 18).
2.3. Elementos culturales. Son las creencias y los valores vigentes, las normas jurídicas que la regulan,
los usos sociales practicados en su ambiente social.
2.4. Elementos sociales. Son los diversos tipos de relaciones entre sus miembros, es decir, las relaciones
conyugales –entre marido y mujer–, paterno-filiales –entre padres e hijos– y fraternales –entre herma-
nos–. La DSI pone de relieve la decisiva función de la madre en la familia como centro del hogar y su
insustituible labor en la educación de los hijos.
“El criterio moral de la autenticidad de las relaciones conyugales y familiares consiste en la
promoción de la dignidad y vocación de cada una de las personas, las cuales logran su plenitud
mediante el don sincero de sí mismas” (FC 22).
“Estas relaciones exigen un gran espíritu de sacrificio y una pronta y generosa disponibilidad de
todas y de cada una, a la comprensión, a la tolerancia, al perdón, a la reconciliación” (FC 21).
2.5. Elementos económicos. Son los ingresos suficientes para tener una vida digna, disponer de una
vivienda confortable, disfrutar de un entorno ecológico aceptable alrededor de la vivienda.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 19
humana. Aunque esto no evita reconocer que la familia es insuficiente por sí sola para una vida social
plena.
“La familia es una sociedad imperfecta, porque no posee en sí misma todos los medios para el
logro perfecto de su fin propio” (Pío XI, encíclica Divini illius Magistri 8).
En la familia está también la institución cultural más importante de la sociedad, en ella se guarda y se
transmite el lenguaje, los valores, las normas y pautas de conducta.
Y, por último, la familia cristiana participa del carácter sagrado de la Iglesia. En el libro del Génesis
aparece su origen divino, Jesucristo la eleva a la categoría de sacramento y el Concilio Vaticano II la
llama “Iglesia doméstica” (cf. LG 11).
Pág. 20 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
3. CONTRASTE PASTORAL
La familia, se ha afirmado en NUESTRA REALIDAD, es una necesidad esencial para la vida de las
personas y de la sociedad. Está llamada a ser “Célula vital de la sociedad”, “Semilla primera y natural
de la sociedad humana”. Sin embargo, muchas familias no pueden llegar a alcanzar esa realidad a la
que están llamadas.
1. ¿Conoces alguna familia de tu parroquia que pase por situaciones que no la permitan desarro-
llarse como familia? ¿Por qué ocurren esas situaciones?
2. ¿Qué respuestas se dan, en esos casos, desde la parroquia, desde el arciprestazgo, desde la dió-
cesis?
3. ¿En qué crees que se debería implicar más la parroquia, el arciprestazgo y la diócesis?
4. ORACIÓN
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Pág. 22 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
2ª SESIÓN
La familia. Noción y naturaleza
(2ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 23
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Decimos que el matrimonio es el fundamento de la familia. ¿Por qué?
También vamos a afirmar que la institución familiar es anterior al Estado y a la sociedad civil, ¿qué
crees tú que queremos decir con esa afirmación?
Pág. 24 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
y adquiere primacía sobre las demás sociedades que componen la sociedad global (cf. GS 47; PT 16; FC
42; SRS 33; CIC 2207).
A través de la familia se integra la persona en la sociedad y en la Iglesia.
• Los hombres entran a formar parte de la sociedad civil a través de la familia en la que fueron
engendrados (cf. RN 11).
• El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido al bienestar de la comunidad
conyugal y familiar (cf. GS 47).
• La primera estructura fundamental a favor de la “ecología humana” es la familia, en cuyo seno
el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad, y el bien, aprende qué quiere decir amar
y ser amado, es decir, qué quiere decir en concreto ser persona (cf. CA 39).
La familia es la primera escuela de las virtudes sociales que la sociedad necesita.
• La familia es la “iglesia doméstica” (LG 11), ya que en su seno han de ser los padres los prime-
ros que han de anunciar a sus hijos la fe con su palabra y con su ejemplo, fomentar su vocación
personal y, en particular, su vocación a la vida consagrada (cf. CIC 1656). Así se convierte el
hogar en la primera escuela de vida cristina, además de ser la escuela del más rico humanismo,
“la primera y fundamental escuela de sociabilidad” (FC 37 y 43), donde se aprende la paciencia
y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso... (cf. CIC 1675).
• La familia constituye el “lugar natural y el instrumento más eficaz de humanización y de perso-
nalización de la sociedad” (FC 43).
• Hay que educar, por eso mismo, a los hijos en la justicia, la dignidad personal, el amor (cf. FC
37 y 43).
• La autoridad, la estabilidad y las relaciones familiares constituyen los fundamentos de la liber-
tad, de la seguridad y de la fraternidad en el seno de la sociedad (cf. CIC 2207).
• Es un lugar apropiado para la “educación de las virtudes”, para la iniciación de la persona en la
sociedad y en las responsabilidades comunitarias (cf. CIC 2223 y 2224).
7. Familia y sociedad
La familia constituye una verdadera sociedad, la más cercana al individuo, anterior aunque no indepen-
diente, sino complementaria, de la sociedad civil, de la que debe recibir apoyo, sobre todo en la promo-
ción y defensa de la vida.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 25
7.3. Pero ambas complementarias
• La familia es la escuela del más rico humanismo y ella constituye el fundamento de la sociedad
(cf. GS 52).
• La familia punto de armonía entre las personas y la sociedad (cf. PP 36).
• Cada hombre asume en la familia los contenidos y valores que componen la cultura de una de-
terminada nación (cf. LE 10).
• La familia y la sociedad desempeñan una función complementaria en la defensa y promoción del
bien de los individuos y del bien común.
• La familia debe abrirse y participar en la sociedad, en la Iglesia y en su desarrollo, también la
sociedad debe respetar y promover a la familia (cf. FC 44 y 45).
Pág. 26 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.
a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
3. CONTRASTE PASTORAL
Teniendo en cuenta esta sesión:
• ¿Qué contenidos habría que introducir en las catequesis –de niños jóvenes y adultos–?
• ¿Qué aspectos tendría que tener en cuenta, en su programación, el Consejo Pastoral de tu Pa-
rroquia?
4. ORACIÓN
Señor Jesús, la familia actual atraviesa
una crisis cultural profunda,
como todas las comunidades con vínculos sociales.
En el caso de la familia,
la fragilidad de los vínculos
se vuelve grave porque se trata
de la célula básica de la sociedad,
el lugar donde se aprende
a convivir en la diferencia
y a pertenecer a otros,
y donde los padres transmiten la fe a sus hijos.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 27
Pág. 28 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
3ª SESIÓN
Los derechos de la familia
(1ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 29
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. “¿Por qué nos acostumbramos a ver cómo se destruye el trabajo digno, se desahucia a tantas familias,
se expulsa a los campesinos de las tierras que ellos trabajan, se hace la guerra y se abusa de la natura-
leza?” Son preguntas del Papa Francisco. ¿Por qué te parece a ti?
1. Introducción
La realidad actual por la que pasa la familia nos puede ayudar a comprender algo que es muy importan-
te: las personas no somos individuos aislados, sino seres singulares y comunitarios, y nuestro yo se va
forjando y desarrollando en nuestras relaciones con los demás. El cuidado de la vida, tan esencial para
todo ser humano, nos llama a cuidar las relaciones y los ámbitos de vida en común en que se hace posible
el desarrollo de la vida, el desarrollo de nuestra humanidad.
Por eso es tan importante mirar los derechos de las personas, que son expresión de la dignidad del ser
humano, no desde una perspectiva individualista –como si fuéramos individuos aislados– sino desde
nuestro ser unos con otros. En concreto, por eso es tan importante mirar los derechos de las personas
también desde la perspectiva familiar y eclesial como el ámbito más básico para el desarrollo de nuestra
humanidad.
Si miramos así la realidad, podemos darnos cuenta mejor de que el cuidado de la vida significa, entre
otras cosas que las personas, por el mero hecho de serlo, tenemos unos derechos familiares y las familias
unos derechos sociales. Unos y otros son los que hacen posible las condiciones básicas de desarrollo de
la vida humana, que las personas podamos realizar nuestra humanidad.
¿De qué estamos hablando al referirnos a los derechos familiares de las personas y a los derechos socia-
les de las familias? Estamos hablando de la necesidad de las personas de tener un entorno familiar que
les permita su desarrollo como personas y de la necesidad de las familias de unas condiciones sociales
que hagan posible realizar su vocación al servicio de las personas. Esas necesidades se nos plantean
como derechos y, por tanto, como responsabilidades. Si son derechos vinculados a la dignidad de las
personas reclaman su reconocimiento y, por tanto, son responsabilidades. Tenemos la responsabilidad
de hacerlos posibles y efectivos. Son, por ello, responsabilidades para las personas, para la sociedad y
para el Estado como servidor de la sociedad. Sin asumir esas responsabilidades los derechos no pueden
hacerse efectivos. Es muy importante que no olvidemos esto.
2. ¿Cuáles son los derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las
familias más importantes?
Pág. 30 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
2º. El derecho a la propiedad, es decir, a poseer los bienes que permiten el desarrollo de la vida
familiar y que hacen posible una vida libre, digna y que permite desarrollar un proyecto de vida.
3º. El derecho a ser lo que cada persona es en la familia: madre, padre, hijo/a, abuelo/a.
4º. El derecho a educar a los hijos y el de los hijos a la educación. Según sus propios valores.
5º. El derecho a cuidar a los ancianos y el de los ancianos a ser cuidados.
6º. El derecho a cultivar las relaciones de pareja y todas las demás relaciones familiares.
7º. El derecho a cultivar la propia vocación, la singularidad de cada persona.
8º. El derecho a un trabajo y su remuneración compatible con la vida y la situación familiar.
9º. El derecho a desarrollar un compromiso en la vida social y política, a contribuir a la construc-
ción de la vida social.
10º. El derecho a no ser penalizado de ninguna manera por el ejercicio de estos derechos.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 31
3. CONTRASTE PASTORAL
¿Cuáles de los derechos familiares de las personas están más lesionados en tu pueblo, ciudad o barrio?
Pon un hecho.
¿Cuáles de los derechos sociales de la familia más se lesionan en nuestra sociedad? Pon un hecho con-
creto que conozcas.
4. ORACIÓN
Queremos actuar con verdad, hacer frente a la mentira y luchar por la justicia. Amén.
Pág. 32 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
4ª SESIÓN
Los derechos de la familia
(2ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 33
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Se trata en tu comunidad parroquial, grupo o movimiento, de los derechos familiares de las personas
y de los derechos sociales de las familias? ¿Por qué? ¿Cuándo se habla? ¿Cómo se tratan estos temas?
Pág. 34 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
para acoger la permanente llamada del Evangelio de Jesucristo al cuidado de la vida. Como lo es para
acoger la invitación del Papa Francisco a ser:
– “Una Iglesia en salida” (EG 20-24).
– “Una Iglesia de puertas abiertas, casa de todos, en particular de los pobres” (EG 48).
– Una Iglesia que “se primerea, se involucra, acompaña, fructifica y festeja” la vida cotidiana de
todas las familias especialmente de las trabajadoras.
– Una comunidad evangelizadora que “se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los de-
más, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana,
tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo” (EG 24).
– Una Iglesia, en definitiva, que, porque escucha a Jesús, el Cristo, escucha el clamor de los pobres,
el clamor de la justicia, y se empeña en construir justicia y solidaridad según el proyecto del
Reino de Dios (cf. EG 187-188).
Hay tres aspectos que son especialmente importantes para avanzar en ser comunidades eclesiales cada
vez más y mejor al servicio de las personas y familias:
a. Proponer la visión cristiana de la familia y de su servicio al cuidado de la vida. Aprender vital-
mente a mirar y valorar la realidad de las familias a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social
de la Iglesia, compartiendo con otros esa manera de mirar y valorar.
b. Crear y cuidar espacios abiertos en nuestras comunidades eclesiales donde podamos compartir,
reflexionar, orar... la realidad concreta de las familias.
c. Ofrecer un testimonio comunitario de entrega y servicio a las necesidades de las personas y fa-
milias, de servicio a la causa de la justicia que reclama la situación de los pobres, de tantas fami-
lias empobrecidas. Y en ello es fundamental, también, el testimonio de las familias cristianas:
La familia cristiana está llamada a ofrecer a todos el testimonio de una entrega generosa y desinteresa-
da a los problemas sociales, mediante le “opción preferencial” por los pobres y marginados (cf. FC 47).
Por ello es también llamada, desde la Doctrina Social de la Iglesia, a formar su conciencia sociopolítica
como dimensión esencial de la vivencia de la fe en Jesucristo, a conocer e implicarse en la realidad.
Nuestras parroquias, grupos, comunidades, movimientos eclesiales... necesitamos responder más y me-
jor a las llamadas como las que nos hacen estas afirmaciones del Magisterio de la Iglesia:
“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre
todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez, gozos y esperanzas, tristezas y angustias de
los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”
(GS 1).
“La familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor... La familia fundada y vi-
vificada por el amor, es una comunidad de personas... Su primer cometido es el de vivir fielmente
la realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de
personas” (FC 18).
“No se entiende que el amor a los pobres está en el centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo,
eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la Doc-
trina Social de la Iglesia” (Francisco: Discurso a los participantes en el Encuentro Mundial de
Movimientos Populares, Roma, 28 de octubre de 2014).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 35
1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.
a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.
3. CONTRASTE PASTORAL
• ¿Se entiende en tu comunidad parroquial, grupo o movimiento al que perteneces, que luchar por los
derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las familias, es evangelizar?
• ¿Esa tarea pertenece a la misión de la Iglesia?
• ¿Por qué?
4. ORACIÓN
Pág. 36 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
5ª SESIÓN
Los derechos familiares de las personas
(1ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 37
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Comenta esta frase del Papa Francisco: “La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel
que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia”.
¿Qué quiere decirnos?
¿En tu comunidad parroquial se cuenta con la mujer, se la valora, participa?
1. Introducción
La familia actúa como caja de resonancia social: de ahí que sea una de las instituciones que más trans-
formaciones ha sufrido tanto en el ambiente histórico como en el cultural.
La mujer ha ido consiguiendo mayores cuotas de participación social, mayor presencia en la vida públi-
ca. El problema más acuciante de los jóvenes quizás estribe en lograr encontrar el puesto adecuado que
le corresponde en la sociedad sin que ésta le mate sus ilusiones. La ancianidad conecta con la madurez
y la sabiduría, y reclama respeto y veneración.
En cada una de las revoluciones más importantes –demográfica, urbana, científica, tecnológica...– están
presentes la familia y cada uno de sus miembros, ya que son los primeros que se sienten afectados. En
medio de las transformaciones que experimenta nuestro mundo, debe cobrar más sentido la “llamada
imborrable” que toda familia descubre en sí misma: “Familia, ¡sé lo que eres”! (FC 17). Pues ella misma
puede ser también un agente insustituible de transformación social:
“De cara a una sociedad que corre el peligro de ser cada vez más despersonalizada y masifi-
cada, y por tanto inhumana y deshumanizadora, con los resultados negativos de tantas formas
de “evasión”, como son, por ejemplo, la droga, el alcoholismo y el mismo terrorismo, la familia
posee y comunica todavía hoy energías formidables capaces de sacar al hombre del anonimato,
de mantenerlo consciente de su dignidad personal, de enriquecerlo con profunda humanidad y de
inserirlo activamente con su unicidad e irrepetibilidad en el tejido de la sociedad” (FC 43).
2. La mujer
En el Mensaje del Concilio Vaticano II a las mujeres, la Iglesia señala:
“Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora
en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzado hasta
ahora” (8 de diciembre de 1965).
La incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo ha aumentado la población activa, aunque
dista aún mucho del 50% en el que está Europa.
Alrededor de 2 millones de mujeres trabajan como empleadas del hogar, la rama de menor prestigio y
Pág. 38 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
salario –empleadas de hogar, dependientes, temporeras agrícolas...–, son más del 60%. Sin embargo la
incorporación de la mujer en puestos técnicos y profesionales, empresarias, aunque ha subido, aún es
insuficiente.
Por otra parte la crisis económica y el incremento del paro juvenil afectan de modo especial a la mujer.
En nuestra región de Extremadura la pobreza tiene “rostro de mujer”.
Persisten discriminaciones salariales, posibilidades de acceso y promoción de la mujer, a pesar de que
nuestra Constitución garantiza la igualdad de oportunidades. El salario medio de las mujeres se sitúa en
20 puntos por debajo del de los hombres. Esta discriminación salarial es menor en las jóvenes y en las
trabajadoras no cualificadas, mientras que aumenta en las categorías profesionales más elevadas.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 39
su libertad, sin discriminación psicológica o práctica, y sin dejarla en inferioridad ante sus com-
pañeras. Es un honor para la sociedad hacer esto posible (cf. LE 19).
• FC hace tres afirmaciones, apoyándose en la renovada teología del trabajo:
– Reconocimiento y estima, por su valor insustituible, del trabajo de la mujer en casa.
– Estructuración de la sociedad de manera que las esposas y madres no se vean de hecho
obligadas a trabajar fuera de casa.
– Superación de la mentalidad según la cual el honor de la mujer deriva más del trabajo exte-
rior que de la actividad familiar (23).
• Aunque el hecho de ser padres pertenece a los dos, la contribución de la madre es decisiva y
básica para la nueva personalidad humana, porque establece una comunión con el misterio de la
vida que madura en su seno (18).
Pág. 40 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
5. “La Virgen María era más importante que los Apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes.
La mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los sacerdotes; el cómo es lo que debemos
intentar explicitar mejor” (Conferencia de Prensa del Santo Padre Francisco durante el vuelo de regreso
a Roma, 28 de julio de 2013).
6. “Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la
solución del “machismo con faldas”, porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los
discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista. Las mujeres
están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar... La Iglesia no puede ser ella misma sin
la mujer y el papel que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia” (entrevista que el
Papa Francisco concedió al P. Antonio Spadaro, director de la revista La Civiltà Cattolica, 19 de agosto
de 2013).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 41
3. CONTRASTE PASTORAL
¿Está la Iglesia avanzando al mismo ritmo que nuestra sociedad en la igualdad?
¿Qué pienso sobre la postura que tiene el Papa Francisco ante esta cuestión?
4. ORACIÓN
Pág. 42 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
6ª SESIÓN
Los derechos familiares de las personas
(2ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 43
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. “¡Hagan lío! Pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen”, dice el Papa.
¿Los jóvenes de tu comunidad, grupo o movimiento, están en esta actitud de “hacer lío”? ¿Lo hacen?
¿Qué tipo de lío?
3. Los jóvenes
Los jóvenes son un segmento social que siempre ha sido seguido, querido y apoyado por la Iglesia.
¿Cómo ve hoy la Iglesia a los jóvenes? ¿Qué características se dan en ellos hoy?
Pág. 44 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
y paz. Un mundo más justo y equilibrado. (Discurso de san Juan Pablo II a los jóvenes universitarios y
obreros, en Gabón, 1982).
San Juan Pablo II señala como los males contra los que el joven debe ver, juzgar y actuar a la luz del
Evangelio: el soborno y la corrupción, la malversación gubernativa, los gastos extravagantes, la os-
tentación de la riqueza, el descuido de los pobres, el tribalismo, el nepotismo, el antagonismo político,
el aborto y la contracepción. (Discurso de san Juan Pablo II a los jóvenes universitarios y obreros, en
Gabón, 1982).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 45
3. Europa. Los jóvenes tienen que comprometerse en la construcción de la nueva Europa, una
Europa que se reencuentre con todo lo que la originó (Ib).
4. El trabajo. Este no es solo una vocación humana, sino también participar y colaborar en la cons-
trucción de un mundo mejor para hacer real “los nuevos cielos y la nueva tierra” (Ib).
5. Emigración. La doctrina de la Iglesia reitera la necesidad de apoyar a los jóvenes, especialmen-
te a los que por cualquier causa abandonan su país de origen y tienen que vivir en el extranjero
(cf. PP 14).
Junto a los pobres, los jóvenes son una parte de la sociedad que necesitan de la solidaridad y del apoyo,
sin paternalismos. Es de justicia apoyar la opción por la juventud que, junto con los pobres es la opción
preferencial de la Iglesia.
Pág. 46 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
lindas, cosas que, aunque parezcan cotidianas, son cosas que engrandecen el corazón”. (Palabras impro-
visadas en el encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción, 12 de julio de 2015).
9. “Por el contrario, tenemos a Jesús, que nos ofrece su jugada. No nos vende humo, no nos promete
aparentemente grandes cosas. No nos dice que la felicidad estará en la riqueza, el poder, el orgullo. Por
el contrario. Nos muestra que el camino es otro”. (Discurso preparado para el encuentro con los jóvenes
en la Costanera de Asunción, 12 de julio de 2015).
10. “Entonces, yo te pregunto a vos, joven: «¿Cómo esos ideales los amáis, día a día, en lo concreto?
Aunque te equivoques, ¿te corriges y vuelves a andar?». Pero lo concreto”. (Discurso en el estadio León
Condou, Paraguay, 11 de julio de 2015).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 47
3. CONTRASTE PASTORAL
Después de la reflexión sobre este tema:
Comparte lo que habría que cambiar en tu comunidad parroquial, grupo o movimiento, para con-
tar con los jóvenes, para que de verdad participen.
4. ORACIÓN
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La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
7ª SESIÓN
Los derechos familiares de las personas
(3ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 49
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Sabemos que en nuestras comunidades parroquiales participan “personas mayores y ancianas” y más
ellas que ellos. ¿Por qué?
¿Se valora en tu pueblo o ciudad la ancianidad y la vejez? ¿En qué se nota?
4. Los ancianos
Pág. 50 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
4.2. Vejez: tiempo de sabiduría
La Doctrina Social de la Iglesia valora “la sabiduría” que se ha podido atesorar a lo largo de los años
y enfoca la vejez como un tiempo en el que se cosecha todo lo aprendido y experimentado. (San Juan
Pablo II, Viaje Pastoral a Alemania, 1980).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 51
inevitablemente, aunque no pensemos en ello. Y, si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos
tratarán a nosotros”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 4 de marzo de 2015).
2. “¡Que importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de huma-
nidad y de fe que es esencial para toda sociedad!”. (Reflexión antes del rezo del Ángelus, JMJ Río 2013,
26 de julio de 2013).
3. “Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha
a los abuelos es un pueblo que muere”. (Encuentro Mundial de las Familias, Roma, 27 de octubre de
2013).
4. “¡Es un gran don para la Iglesia, la oración de los abuelos y de los ancianos! La oración de los ancia-
nos y abuelos es un don para la Iglesia, ¡es una riqueza! Una gran inyección de sabiduría también para
la entera sociedad humana: sobre todo para aquella que está demasiado ocupada, demasiado absorbida,
demasiado distraída”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11 de marzo de 2015).
5. “Los abuelos tienen una capacidad para comprender las situaciones más difíciles: ¡una gran capaci-
dad! Y cuando rezan por estas situaciones, su oración es más fuerte ¡es poderosa!”. (Encuentro con los
ancianos, Ciudad del Vaticano, 23 de septiembre de 2014).
6. “¡Qué bello es el aliento que el anciano logra transmitir al joven en busca del sentido de la fe y de
la vida! Es verdaderamente la misión de los abuelos, la vocación de los ancianos. Las palabras de los
abuelos tienen algo de especial para los jóvenes. Y ellos lo saben. Las palabras que mi abuela me dio por
escrito el día de mi ordenación sacerdotal, las llevo todavía conmigo, siempre en el breviario, y las leo
a menudo, y me hacen bien”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11 de marzo de 2015).
7. “Los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar, porque esta civilización seguirá adelante sólo
si sabe respetar su sensatez y su sabiduría”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 4 de
marzo de 2015).
Pág. 52 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.
a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.
3. CONTRASTE PASTORAL
Teniendo en cuenta esta sesión:
• ¿Qué esperan los ancianos de sus hijos y familiares?
• ¿Qué respuestas se dan en tu comunidad parroquial, grupo, asociación, movimiento...?
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 53
4. ORACIÓN
Hoy Señor, te pido por sus corazones, su salud y todos sus caminos.
Restablece sus cuerpos enfermos,
dales salud y largos años entre sus hijos;
fortalece sus almas y dales tu gracia
y bendición para que disfruten
de sus años en familia.
Cólmalos de alegrías siempre nuevas
y sana aquellas heridas del corazón,
que con el paso de los años han quedado
como huellas del tiempo en sus recuerdos.
Danos a nosotros la gracia:
de amarlos también sin medida,
de entender sus silencios, sus “caprichos” y “vueltas”.
Que nunca falte nuestro corazón agradecido.
Que nuestras manos se conviertan
en sostén, caricia y también abrigo.
Que nunca sientan la soledad
mientras tengan sus hijos,
más descubran que el amor que han dado,
hoy es tesoro que sus hijos
guardan como herencia aquí y en Cielo.
Que el amor no les falte, tu bendición y cariños.
Que se sientan felices de haber recorrido
parte del camino, sostenidos siempre por tu Mano
que fue Misericordia y Providencia en su destino.
Abrázalos Padre Dios,
y hazlos sentir felices,
fuertes y llenos de tu amor divino,
y a nosotros danos vida y amor
para retribuirles, de alguna manera,
tanta vida, y tanto amor
que nos han dejado
marcado a fuego en nuestros corazones
como sostén e incondicional ayuda
en este camino.
Bendíce hoy Señor
a todos los abuelos.
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La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
8ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(1ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 55
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Elegimos nuestro proyecto de humanización en el marco de una cultura. Señala los rasgos que te pa-
recen más importantes de la actual cultura dominante.
¿Cuáles de esos rasgos más se dan en tu pueblo o ciudad?
1. Introducción
La familia, núcleo fundamental donde se crece y se desarrolla el ser humano, es actualmente el más
castigado y en el que repercuten de manera directa los problemas que está generando el actual sistema
económico –neoliberal y neocapitalista– y la actual cultura dominante que lo defiende y que se manifies-
ta en: la ausencia prolongada de los padres del hogar familiar, la falta de atención a los hijos, el cuidado
de éstos por los abuelos, la excesiva preocupación por lo económico y las altas cotas de consumismo, la
incomunicación, las rupturas matrimoniales, el alcoholismo, el fracaso escolar, las falta de transmisión
de valores éticos, culturales, religiosos, la agresividad y la violencia, el estrés.
Este sistema productivo se ha convertido en un sistema cultural y en un modelo de organización social,
que genera condiciones de trabajo deplorables, con horarios infames, salarios de miseria y dignidad
pisoteada. Todo ello constituye un modelo de realización humana que consiste en ganar, gastar y gozar,
radicalmente contrario al Plan de Dios sobre el hombre y el mundo, en el que Dios y la Iglesia aparecen
más como un estorbo que como la posibilidad de realización y felicidad a la que todo ser aspira.
2. El proyecto de humanización
La Iglesia está siempre preocupada por el hombre, varón y mujer, pues el hombre, “es el camino primero
y fundamental de la Iglesia” (RH, 14). La Iglesia sabe que de la forma que se le dé a la sociedad depende
el bien o el mal de la persona y de la familia y no puede permanecer callada cuando las condiciones
sociales dificultan que el hombre pueda vivir con arreglo a su dignidad de hijo de Dios (cf. GS 35).
Para nosotros, que nos identificamos por ser seguidores de Jesucristo en su Iglesia, el Proyecto de Huma-
nización tiene un contenido y significado muy concretos, que pertenecen a la Fe de la Iglesia. Dicho en
pocas palabras: para nosotros el Proyecto de Humanización es Jesucristo como origen, camino y meta
del hombre.
“En la comunión de amor que es Dios, en la que las tres Personas divinas se aman recíproca-
mente y son el único Dios, la persona humana está llamada a descubrir el origen y la meta de su
existencia y de la historia” (CDSI 34).
“La persona humana tiene una nativa y estructural dimensión social en cuanto que es llamada,
desde lo más íntimo de sí, a la comunión con los demás y a la entrega a los demás: Dios, que
cuida de todos con paterna solicitud, ha querido que los hombres constituyan una sola familia
y se traten entre sí con espíritu de hermanos. Y así, la sociedad, fruto y señal de la sociabilidad
Pág. 56 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
del hombre, revela su plena verdad en el ser una comunidad de personas. Se da así una inter-
dependencia y reciprocidad entre las personas y la sociedad: todo lo que se realiza en favor de
la persona es también un servicio prestado a la sociedad, y todo lo que se realiza en favor de la
sociedad acaba siendo en beneficio de la persona” (ChL 40).
Siendo así, llamamos Proyecto de Humanización al proceso mediante el cual el hombre, varón y mujer,
se descubre como hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza y se decide a vivir su vida en coherencia
con la nueva identidad personal-comunitaria que le ha sido revelada en Jesucristo. Esto le lleva a vivir y
construir unas nuevas relaciones de comunión entre los hombres y de estos con las instituciones y con la
naturaleza que manifiesten la relación de hijos de Dios y hermanos en Jesucristo. Pues:
“Creada por Dios, amada y salvada en Jesucristo, la persona humana se realiza entretejiendo
múltiples relaciones de amor, de justicia, de solidaridad con las demás personas, mientras va
desarrollando su multiforme actividad en el mundo” (CDSI 35).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 57
3. CONTRASTE PASTORAL
Confesar que “todos somos hijos de Dios” es afirmar que tenemos un Proyecto de Humanización.
4. ORACIÓN
En el caso de la familia,
la fragilidad de esta vivencia y experiencia,
se vuelve grave porque se trata
de la célula básica de la sociedad,
el lugar donde se aprende
a convivir en la diferencia
y a pertenecer a otros,
y donde los padres transmiten la fe a sus hijos.
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La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
9ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(2ª parte)
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1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Elegimos nuestro proyecto de humanización en el marco de una cultura. Señala los rasgos que te pa-
recen más importantes de la actual cultura dominante.
¿Cuáles de esos rasgos más se dan en tu pueblo o ciudad?
Pág. 60 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
consideradas como fuerzas humanizadoras, carecen de importancia porque no son objeto del mercado.
Esto implica que la naturaleza humana ha sido manipulada, se potencia una dimensión, las necesidades
materiales, y se atrofian las que son más importantes, las culturales y espirituales.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 61
Además, todo esto por encima de la contemplación, la política, la gratuidad, la sociabilidad...
• Este individualismo y hedonismo se oponen a cualquier tipo de humanismo y se convierte
en valores de la existencia, porque son necesarios para que el proceso productivo funcione,
que es lo que importa y vale.
c. La orientación del IMPULSO VITAL. El impulso vital consiste en una triple necesidad de
carácter psicológico que toda persona debe satisfacer:
• Necesidad de seguridad,
• Necesidad de reconocimiento y valoración social y,
• Necesidad de gozo y disfrute.
A estas tres necesidades la sociedad consumista responde con:
• el poseer –a la seguridad–,
• el poder –al reconocimiento y valoración– y,
• el consumo –al disfrute y gozo–.
Construyendo así un tipo de persona: HOMBRE-PRODUCTOR-CONSUMIDOR.
La conversión del hombre en productor-consumidor exige una profunda transformación de la na-
turaleza humana. Por ejemplo, antes el impulso vital era orientado desde las creencias religiosas
o humanistas, hoy es orientado por una cultura que trata de explotar con fines consumistas, la
cultura del HEDONISMO.
Por eso, desde nuestra fidelidad en el seguimiento a Jesucristo, podemos y debemos dar otras
respuestas:
• a la necesidad de la seguridad, hay que responder con la COMUNIÓN,
• a la necesidad del reconocimiento social, con el SERVICIO y
• al disfrute y goce, con la REALIZACIÓN PERSONAL.
Así construiremos otro tipo de persona: HOMBRE-CRISTIANO-HUMANISTA.
d. El resultado es el SECULARISMO
Frente al individualismo y al hedonismo, como atmósfera cultural en la que tiene que vivir dia-
riamente la persona, las llamadas de nuestra fe pueden aparecer como arcaicas, trasnochadas, de
otros tiempos, porque van en contra de lo que exige la cultura hedonista en los seres humanos. Y
surge así, de este individualismo y hedonismo, el secularismo, que es como un proceso progresivo
en el que trata de excluir a Dios de todas las formas de vida personal, ambiental e institucional
y de excluir a la moral como fundamento de la razón que ahora se basa en términos de utilidad,
beneficio, consenso, poder...
Este secularismo tiene las siguientes manifestaciones:
1ª. Privatizar la fe y la moral. Es un primer paso. Nos dirán que eso pertenece al ámbito de
lo privado, de la conciencia individual, pero para la “calle” lo que importa y se lleva es la
moral sin ningún tipo de referencia a la vida y a los demás. Una cosa es mi fe y otra lo que
hago.
2ª. Abandonar la fe y la moral. Es el segundo paso. No es que la fe, la ética y la moral
transcendente no sirvan para vivir, es que cada vez son más contrarias a la forma de vida
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que exige esta dinámica para el hombre de la calle, cada vez son “un mayor estorbo” y una
dificultad para vivir a sus anchas.
3ª. La indiferencia religiosa. Es el tercer paso y más grave. Dios y la moral ni me importan
ni los necesito.
Recordamos, así, que con esta manera de sentir, pensar y actuar, los derechos humanos, por ejem-
plo, se fundamentan ahora en el acuerdo político, en el consenso. Hoy no existe la verdad o los
derechos, existen los votos. Lo que vale es lo que decide la mayoría. Un ejemplo, se ve “razonable”
que las multinacionales farmacéuticas mantengan su tasa de beneficios o incluso los aumenten,
sobre el derecho a la vida de los enfermos del sida en Asia o en África. O esos derechos pueden ser
cambiados cuando las necesidades políticas lo pidan, como ocurre con el derecho a una familia, a
una vivienda, a una educación libre.
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3. CONTRASTE PASTORAL
Señala algún hecho de secularismo o relativismo que se da en tu pueblo o ciudad.
¿Qué actitudes aparecen? ¿Cómo está influyendo en la familia, en las relaciones del pueblo, en la vida
cristiana?
4. ORACIÓN
Señor Jesús,
en el análisis de nuestra realidad descubrimos actitudes de:
egoísmo, poder, querer ser más que los demás.
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La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
10ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(3ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 65
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. ¿Se puede hacer frente al consumismo y al egoísmo, presente en nuestras comunidades y grupos? ¿Se
puede hacer algo?
Pág. 66 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
• Conocer vitalmente estas situaciones y a las personas que las están sufriendo para partir de
ellas.
• Trabajar para transformar esas situaciones de injusticia, de individualismo y hedonismo,
tratando de hacer a las personas protagonistas de su vida.
4. Ayudar a que el conjunto de la Iglesia se plantee la misión desde estas perspectivas. Para ello:
• Hay que dialogar más, partir de la realidad, no sentirnos superiores y menos autosuficientes,
legalistas o moralistas.
• Impulsar esta Pastoral Familiar.
• Ayudar a crear esta conciencia en nuestras comunidades, grupos y movimientos.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 67
3. CONTRASTE PASTORAL
¿Qué planteamientos pastorales hay que hacer para ser cristianos en esta sociedad?
4. ORACIÓN
Pág. 68 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”
11ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(4ª parte)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 69
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. ¿Por qué situaciones pasan muchas familias de tu pueblo, barrio o ciudad?
¿Cuáles son los problemas más urgentes a los que tienen que hacer frente?
Si te es posible manifiesta tu opinión a través de un hecho concreto que conozcas de alguna familia
1. Introducción
La familia, como venimos diciendo, es una necesidad esencial para la vida de las personas y para una
sociedad decente, justa y humana. Sin embargo, muchas familias no pueden llegar a alcanzar esta rea-
lidad a la que están llamadas. Entre otras cosas porque lo que se está haciendo con el trabajo dificulta
gravemente la vida familiar. El cada vez más difícil acceso al trabajo digno se ha convertido en un gran
obstáculo para la vida de las familias, con graves consecuencias para las personas y para la sociedad.
La situación de las familias trabajadoras, como resultado de la crisis y de cómo se ha afrontado, es
mucho más grave que en el año 2006. Las dificultades para la vida familiar han aumentado mucho y el
empobrecimiento se ha extendido de forma alarmante. Por eso, hoy más que nunca, es necesario afirmar
los derechos sociales de las familias.
Pág. 70 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
cias negativas desde el punto de vista de la organización social son evidentes: desde la crisis demo-
gráfica hasta las dificultades educativas, desde la dificultad para acoger la vida naciente hasta la
percepción de la presencia de los ancianos como un peso y la difusión de un malestar afectivo que,
en ocasiones, llega a la violencia. Es responsabilidad del Estado crear las condiciones legislativas
y laborales para garantizar el porvenir de los jóvenes y ayudarles a realizar su proyecto de fundar
una familia” (n. 6).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 71
Así, el cuidado de la vida, esencial para el ser humano, se convierte en un coste que disminuye la renta-
bilidad económica y, por eso, se tiende a reducirlo al máximo. Por eso, nuestro modelo social tiende cada
vez más a negar en la práctica el derecho a la vida y el derecho a vivir con dignidad. Es fundamental
tener esto en cuenta porque el cuidado de la vida es esencial para el ser humano. Sin cuidarnos los unos
a los otros no podemos vivir dignamente.
Hay dos esferas o espacios de acogida y cuidado de la vida que son los más básicos y fundamentales:
el seno materno y la familia. Y en nuestro modelo social se descuidan. Es más, nuestro modelo laboral,
sometido a la lógica de la máxima rentabilidad, penaliza esas dos esferas esenciales para el cuidado de la
vida, porque desde esa perspectiva económica se perciben como “costes”, como “cargas”. Por ejemplo,
vemos cómo se penaliza la maternidad, de tal manera que no pocas mujeres tienen que elegir entre la
maternidad o el empleo, porque el ser madre está penalizado en nuestras relaciones laborales. Y vemos
igualmente cómo se penaliza la familia, porque se desean individuos lo más rentables posible, no per-
sonas con relaciones familiares, sociales... Y la dedicación a las tareas de cuidado, las necesidades de la
vida familiar, son una “carga” para la rentabilidad, hacen a las personas menos rentables.
El descuido de estas dos esferas no lo ha provocado la “crisis” financiera y económica. Ya existía antes.
La crisis lo que ha hecho ha sido agudizar aún más, porque:
1. En las familias trabajadoras que no han perdido el empleo, siguen presentes los mismos proble-
mas de horario, de movilidad laboral que dificulta la vida familiar, más incluso que antes por el
miedo a perder el puesto de trabajo.
2. Para muchas otras familias, el desempleo y la extrema precarización del empleo, les ha llevado
a verse privadas de los recursos indispensables para una vida digna.
3. Ha aumentado la desigualdad y la exclusión social en muchas familias.
4. Se han reducido y recortado aún más las prestaciones y servicios sociales para las personas y
las familias.
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3. CONTRASTE PASTORAL
¿Hay organizado algo en tu parroquia, grupo o movimiento para hacer frente a tantas familias que lo
están pasando cada día peor?
4. ORACIÓN
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Pág. 74 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
ANEXO I
LA FAMILIA Y LA VIVIENDA
EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
1. El tema de la vivienda ha sido abordado en los documentos sociales del magisterio reciente de la
Iglesia. La afirmación fundamental presenta la Vivienda como derecho específico del hombre o al me-
nos como elemento necesario del derecho del mismo a vivir una vida humanamente digna (cf. GS 26),
derecho que se ha convertido hoy en uno de los servicios o bienes cuya satisfacción tiene prioridad en el
momento actual y del que los gobiernos deben, por tanto, ocuparse:
“Es necesario que los gobiernos pongan todo su empeño para que el desarrollo económico y el
progreso social avancen al mismo tiempo y para que, a medida que se desarrolla la producti-
vidad de los sistemas económicos, se desenvuelvan también los servicios esenciales, como son,
p. ej., carreteras, transportes, comercio, agua potable, vivienda, asistencia sanitaria...” (PT 64).
2. La satisfacción de este derecho impone una política global que permita a la familia disponer del es-
pacio vital suficiente.
“Es preciso considerar bien de frente, en toda su plenitud, el deber de dar a innumerables fa-
milias, en su unidad natural, moral, jurídica y económica, un justo espacio vital que responda,
siquiera sea de una manera modesta, pero al menos suficiente, a las exigencias de la dignidad
humana” (Pío XII, Nous vous adressons, 5: AAS 42, 1950, 485-846).
“Una vivienda digna de personas humanas es condición previa para lograr la estabilidad social
que con razón la Humanidad ansía”, dijo Pío XII (cf. La vostra gradita presenza, 5: AAS 35, 1943,
172-173). El carácter de la vivienda como elemento necesario para la defensa de la familia y como
elemento integrante del nivel de vida propio del hombre, ha sido también recordado por san Pablo
VI: el hombre “tiene un derecho a la existencia, a la integridad corporal, a los medios necesarios
para un decoroso nivel de vida, como son, principalmente, el alimento, el vestido, la vivienda, el
descanso, la asistencia médica...” (PT 11).
3. Sobre las condiciones que debe reunir la Vivienda, aunque el Magisterio eclesiástico no haya entrado,
como es lógico, en demasiados detalles, pueden encontrarse en él algunos criterios generales. Así, por
ejemplo, cuando se refiere a los inconvenientes que se derivan de la falta de independencia o estrechez
de las mismas:
“Son, en efecto, los más débiles las víctimas de las condiciones de vida humana, degradantes
para las conciencias y dañosas para la institución familiar: la promiscuidad de las viviendas
populares hace imposible un mínimo de intimidad; los matrimonios jóvenes, en la vana espera
de una vivienda decente y a un precio asequible, se desmoralizan y hasta su misma unidad puede
quedar comprometida; los jóvenes abandonan el hogar demasiado reducido y buscan en la calle
compensaciones y compañías incontrolables. Es un deber grave de los responsables tratar de
dominar y de orientar este proceso” (OA 11).
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ANEXO II
LA VIVIENDA Y EL ACCESO A LA EDUCACIÓN Y LA
SANIDAD, DERECHOS SAGRADOS DE LA FAMILIA
1. La Doctrina social es un terreno fecundo para cultivar el diálogo y la colaboración en campo ecu-
ménico, que hoy día se realizan en diversos ámbitos a gran escala: en la defensa de la dignidad de las
personas humanas; en la promoción de la paz; en la lucha concreta y eficaz contra las miserias de nuestro
tiempo, como el hambre y la indigencia, el analfabetismo, la injusta distribución de los bienes y la falta
de vivienda (CDSI 535).
2. La falta de viviendas es grave en muchas partes del mundo, tanto en las zonas rurales como en las
grandes ciudades, porque los presupuestos estatales sólo suelen cubrir una pequeña parte de la deman-
da. No sólo los pobres, sino una gran parte de la sociedad sufre serias dificultades para acceder a una
vivienda propia. La posesión de una vivienda tiene mucho que ver con la dignidad de las personas y con
el desarrollo de las familias (cf. LS 152).
3. El acceso a la educación y a la sanidad, la lucha contra la desnutrición y el esfuerzo por asegurar a
todos una vivienda digna, ha de tener un puesto principal en un plan de desarrollo que se preocupe de la
dignidad humana. En última instancia, la grandeza del ser humano consiste en trabajar por la dignidad
de sus semejantes. (Papa Francisco, 28 de noviembre de 2015, discurso a la clase dirigente).
4. En cada lugar y circunstancia, los cristianos, alentados por sus Pastores, están llamados a escuchar el
clamor de los pobres, como tan bien expresaron los Obispos de Brasil: “Deseamos asumir, cada día, las
alegrías y esperanzas, las angustias y tristezas del pueblo brasileño, especialmente de las poblaciones de
las periferias urbanas y de las zonas rurales –sin tierra, sin techo, sin pan, sin salud– lesionadas en sus
derechos” (EG 191).
5. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir
mi voz a la de ustedes: las famosas “tres T”: tierra, techo y trabajo, para todos nuestros hermanos y
hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el
clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra. (cf. Papa Francisco, discurso a
los Movimientos Populares, 9 de julio de 2015).
6. ¿Por qué estamos sin hogar, por qué estamos sin un techo? Son preguntas que muchos de ustedes pue-
den hacerse a diario, y se las hacen. Al igual que José se cuestionan: ¿Por qué estamos sin un techo, sin
un hogar? Y a los que tenemos techo y hogar son preguntas que nos harán bien también: ¿Por qué estos
hermanos nuestros están sin hogar, por qué estos hermanos nuestros no tienen techo? Las preguntas de
José siguen presentes hoy. (cf. Papa Francisco, discurso a los sin techo, 24 de septiembre de 2015).
7. No hay ningún motivo de justificación social, moral o del tipo que sea para aceptar la falta de aloja-
miento. Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas
a nuestro lado. No nos deja solos. Jesús no solo quiso solidarizarse con cada persona, no solo quiso que
nadie sienta o viva la falta de su compañía y de su auxilio y de su amor. Él mismo se ha identificado
con todos aquellos que sufren, que lloran, que padecen alguna injusticia. Él lo dice claramente: “Tuve
hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero y me dieron alo-
jamiento” (Mt 25,35). (Ib.).
8. La falta de una vivienda digna o adecuada suele llevar a postergar la formalización de una relación.
Hay que recordar que “la familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida familiar y pro-
porcionada al número de sus miembros, en un ambiente físicamente sano, que ofrezca los servicios bási-
cos para la vida de la familia y de la comunidad”. Una familia y un hogar son dos cosas que se reclaman
mutuamente. Este ejemplo muestra que tenemos que insistir en los derechos de la familia, y no sólo en
los derechos individuales (AL 44).
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ANEXO III
Instituto Social León XIII
Centro para la Investigación y Difusión de la
Doctrina Social de la Iglesia
Retiros y talleres de oración
a partir del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia
La familia, célula vital de la sociedad
Mt 19,1-12
Vocaciones al amor: don y opción por el Reino
La vocación al matrimonio, al ministerio sacerdotal, a la vida consagrada, son vocaciones al amor, un
don de Dios y una respuesta generosa a su proyecto de salvación. La raíz vocacional está normalmente
en la familia, en el corazón del ardor familiar configurado por el amor. Así, la familia cristiana realiza
su vocación de anuncio, propuesta y acompañamiento de la vocación de sus hijos a partir de su palabra
y del testimonio lleno de afecto y generosidad.
Este retiro o taller de oración quiere contemplar la realidad familiar vivida por cada uno y desde su
vocación específica, con la finalidad de profundizar en la misión de la familia tal como la presenta el
Compendio de Doctrina social de la Iglesia, en cuanto la contempla como célula vital de la sociedad y
primera sociedad natural. Iluminada por la luz del mensaje bíblico, la Iglesia considera la familia como
la primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios, y la sitúa en el centro de la vida
social: “relegar la familia a un papel subalterno y secundario, excluyéndola del lugar que le compete
en la sociedad significa causar un grave daño al auténtico crecimiento de todo el cuerpo social”. (Juan
Pablo II, Carta a las familias Gratissimam sane, 17).
La familia, ciertamente, nacida de la íntima unión de comunión de vida y de amor conyugal fundada
sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer (cf. GS 48), posee una específica y original dimensión
social, en cuanto lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad (cf.
AA 11): es una institución divina, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organiza-
ción social” (Compendio DSI, 211).
“En la familia se aprende a conocer el amor y la fidelidad del Señor, así como la necesidad de correspon-
derle (cf. Ex 12,25-27; 13,8.14-15; Dt 6,20-25; 13,7-11; 1Sam 3,13). Los hijos aprenden las primeras y más
decisivas lecciones de sabiduría práctica a las que van unidas las virtudes (cf. Prov 1,8-9; 4,1-4; 6,20-21;
Eclo 3,1-16; 7,27-28). Por todo ello, el Señor se hace garante del amor y de la fidelidad conyugales (cf.
Mal 2,14-15). Jesús nació y vivió en una familia concreta aceptando todas sus características propias y
dio así una excelsa dignidad a la institución matrimonial constituyéndola como sacramento de la nueva
alianza. (cf. Mt 19-3-9). En esta perspectiva, la pareja encuentra su plena dignidad y la familia su soli-
dez” (Compendio de DSI, 210).
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 77
ella. La vivencia de la oración en familia, por muy sencilla que sea o haya sido, siempre deja grabada
en el corazón de quienes la comparten una referencia inolvidable: la de un Dios que es Padre, cercano y
accesible gracias a la persona de su Hijo Jesús. Ello incide directamente en la relación entre las personas
y la variada experiencia de la sociabilidad humana.
El Compendio de DSI nos ofrece unas magníficas pautas para profundizar en ello y hacerlo tema y con-
tenido de oración, tanto si valoramos la importancia de la familia para la persona individual como si la
referimos a la sociedad.
1. En primer lugar, la familia es importante y central en relación con la persona. En esta cuna de vida y
de amor, la persona nace y crece. Cuando nace un niño, la sociedad recibe el regalo de una nueva perso-
na, que está “llamada, desde lo más íntimo de sí a la comunión con los demás y a la entrega a los demás”
(ChL 40). En la familia, por tanto, la entrega recíproca del hombre y de la mujer unidos en matrimonio,
crea un ambiente de vida en el cual el niño puede “desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente
de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible. La primera estructura fundamental
a favor de la ecología humana es la familia, en cuyo seno el hombre recibe la primeras nociones sobre
la verdad y el bien; aprende que quiere decir amar y ser amado y, por consiguiente, que quiere decir en
concreto, ser una persona” (cf. CA 39).
2. En segundo lugar, la familia, comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana,
contribuye en modo único e insustituible al bien de la sociedad. La comunidad familiar nace de la co-
munión de las personas: “La comunión se refiere a la relación personal entre el yo y el tu. La comunidad,
en cambio, supera este esquema apuntando hacia una sociedad, un nosotros. La familia, comunidad de
personas, es por consiguiente la primera sociedad humana” (Juan Pablo II, Carta a las familias Gravis-
simam sane, 7). Una sociedad a medida de la familia es la mejor garantía contra toda tendencia de tipo
individualista o colectivista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atención en cuanto fin
y nunca como medio.
Dice el Catecismo de la Iglesia católica:
• “La familia constituye el medio natural para la iniciación del ser humano en la solidaridad y
en las responsabilidades comunitarias. Los padres deben enseñar a los hijos a guardarse de los
riesgos y las degradaciones que amenazan a las sociedades humanas” (2224).
• “Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Testimonian esta respon-
sabilidad, ante todo por la creación de un hogar, done la ternura, el perdón, el respeto, la fideli-
dad y el servicio desinteresado son norma. La familia es un lugar apropiado para la educación
de las virtudes. Esta requiere el aprendizaje de la abnegación, de un sano juicio, del dominio de
sí, condiciones de toda libertad verdadera. Los padres han de enseñar a los hijos a subordinar las
dimensiones materiales e instintivas a las interiores y espirituales” (2223).
• “Por la gracia del sacramento del matrimonio, los padres han recibido la responsabilidad y el
privilegio de evangelizar a sus hijos. Desde su primera edad, deberán iniciarlos en los misterios
de la fe, de los que ellos son para sus hijos los “primeros heraldos”. Desde su más tierna infan-
cia, deben asociarlos a la vida de la Iglesia. La forma de vida en la familia puede alimentar las
disposiciones afectivas que, durante toda la vida, serán auténticos cimientos y apoyos de una fe
viva” (2225).
Pág. 78 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
unirse en matrimonio, respetando el significado y los valores propios de esta institución, que no depende
del hombre, sino de Dios mismo” (nº 215). “Ningún poder puede abolir el derecho natural al matrimonio
ni modificar sus características ni su finalidad. El matrimonio tiene características propias, originales y
permanentes” (nº 216).
Los rasgos característicos del matrimonio son: la totalidad, en razón de la cual los cónyuges se entregan
recíprocamente en todos los aspectos de la persona, físicos y espirituales; la unidad que los hace “una
sola carne” (Gén 2,24); la indisolubilidad y la fidelidad que exige la donación recíproca y definitiva; la
fecundidad a la que naturalmente está abierto (cf. FC 13).
El matrimonio, en su verdad objetiva, está ordenado a la procreación y educación de los hijos (cf. GS
48.50). Sin embargo, no ha sido instituido únicamente en orden a la procreación: su carácter indisoluble
y su valor de comunión permanecen incluso cuando los hijos, aún siendo vivamente deseados, no llegan
a coronar la vida conyugal. Los esposos, en este caso, “pueden manifestar su generosidad adoptando
niños abandonados o realizando servicios abnegados en beneficio del prójimo” (CEC 2379) [nº 218].
Lectio divina
1. Partimos de la vida
• La experiencia personal de mi vida de familia:
• ¿Qué influencia ha ejercido sobre mi vida?
• ¿Qué valores me ha transmitido y me transmite?
• ¿Qué he aportado a mi familia?
• ¿Qué incidencia ha tenido mi familia en el planteamiento de mi vocación cristiana?
(al matrimonio, al sacerdocio, a la vida consagrada, etc.)
• ¿Qué valoración hago de esta influencia?
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 79
2. Escuchamos la Palabra de Dios
Después de un tiempo de silencio que nos ayude a acoger la Palabra de Dios, la leemos pausadamente y
la escuchamos con atención. A continuación dejamos unos momentos para que cada uno repase perso-
nalmente el texto. Se trata de compartir la resonancia del texto evangélico en la propia vida, aportando
cada uno y de manera sencilla lo que está descubriendo.
Mt 19, 1-12
Después de haber dicho estas cosas, Jesús se marchó de Galilea y llegó a la región de Judea que
está al oriente del Jordán. Mucha gente le siguió, y allí sanó a los enfermos. Unos fariseos se acer-
caron a Jesús, y para tenderle una trampa le preguntaron: —¿Le está permitido a uno separarse de
su esposa por un motivo cualquiera?
Jesús les contestó: —¿No habéis leído en la Escritura que Dios, al principio, “hombre y mujer los
creó”? Y dijo: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los
dos serán como una sola persona”. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por lo tanto, no separe el
hombre lo que Dios ha unido.
Ellos le preguntaron: —¿Por qué, pues, mandó Moisés entregar a la esposa un certificado de se-
paración cuando se la despide?
Jesús les dijo: —Precisamente por lo tercos que sois os permitió Moisés separaros de vuestras
esposas; pero al principio no fue así. Yo os digo que el que se separa de su esposa, a no ser por
motivo de inmoralidad sexual, y se casa con otra, comete adulterio.
Le dijeron sus discípulos: —Si esta es la situación del hombre respecto de su mujer, más vale no
casarse.
Jesús les contestó: —No todos pueden comprender esto, sino únicamente aquellos a quienes Dios
ha dado que lo comprendan. Hay diferentes razones que impiden a los hombres casarse.
Algunos ya nacen incapacitados para el matrimonio; a otros los incapacitan los hombres, y otros
viven como incapacitados por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo
acepte.
El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, dice que “Cristo revela la verdad original del matri-
monio, la verdad del principio” (cf. Gn 2,24; Mt 19,5) y, liberando al hombre de la dureza del corazón,
lo hace capaz de realizarla plenamente. Del amor esponsal de Cristo por la Iglesia, cuya plenitud se
manifiesta en la entrega consumada en la Cruz, brota la sacramentalidad del matrimonio, cuya Gracia
conforma el amor de los esposos con el amor de Cristo por la Iglesia. El matrimonio, en cuanto sacra-
mento, es una alianza de un hombre y una mujer en el amor” (nº 219).
• ¿Qué piensa Jesús sobre el matrimonio y la familia?
¿Qué exige cualquier vocación al amor?
• ¿Cómo hacer posible la propuesta de Jesús en las actuales circunstancias?
¿Qué valores de fondo nos propone vivir?
• ¿Qué explica la reacción de los discípulos?
3. Volvemos a la vida
Recuperamos el texto bíblico y partimos nuevamente de él. Lo acogemos en nuestro interior y dejamos
que nos llegue al corazón.
• ¿Qué nos dice hoy el texto evangélico que estamos meditando y como ilumina el ser y el
hacer de la familia?
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• ¿Cómo explicar que la renuncia a casarse por causa del Reino de los cielos –en palabras de
Jesús– son un medio válido de entrega y disponibilidad pastoral?
• ¿Qué elementos de formación creemos necesarios hacia los jóvenes, e incluso imprescindi-
bles hoy, para hacer realidad el tipo de matrimonio y familia que define Jesús en evangelio
y la Iglesia propone en su enseñanza?
4. Oramos juntos
• ¿Qué oración me inspira la Palabra de Dios que hemos compartido y que expresa la actitud
que hace nacer en mi corazón contemplando toda vocación al amor, según el designio de
Dios?
Podemos también hoy rezar juntos:
Te damos gracias, Padre, por los esposos a los que has llamado a amarse para siempre, signo de
tu ternura y fidelidad.
Ayúdalos a vivir su amor como tu Hijo, Jesucristo, ama a su Iglesia, entregándose a ella hasta el
extremo de la donación de su vida.
Haz que sean siempre una sola persona y contagien el amor que viene de ti, que es respeto,
atención, solidaridad y justicia para todos los hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y niños.
Acompaña con amor de Padre a los que pasan por dificultades o padecen el dolor de una ruptura:
ábreles caminos de reconciliación y de esperanza.
Bendice con los dones de tu Espíritu Santo el amor de todos los cónyuges y de todas las familias,
para que cada casa sea la “Iglesia doméstica”, pequeña Iglesia que quieres viva en el corazón de
nuestra Iglesia y de nuestra sociedad, a la que amas.
Bendice también a los sacerdotes y a todos los que han consagrado su vida a ti por causa de tu
Reino e identificado totalmente con Jesucristo, tu Hijo. Hazlos signos vivos de tu amor por la
entrega y disponibilidad para anunciar y testimoniar tu Palabra y convocar la familia cristiana en
tu nombre.
Amén.
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Pág. 82 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
ALGUNAS REFERENCIAS A LA FAMILIA
EN EL MAGISTERIO
Concilio Vaticano II • fundamento de la sociedad (GS 52)
• unidad y estabilidad (CD 12) • en su seno deben ser formados los jóvenes sobre
el amor conyugal (GS 49)
• hay que garantizar su seguridad (GS 66)
• la familia cristiana proclama las virtudes del rei- • se ve perturbado por la actual situación econó-
no de Dios (LG 35) mica, socio-psicológica y civil (GS 47)
• testimonio y ejemplo (LG 35) • hará partícipes a otros de sus riquezas espiritua-
les (GS 48)
• procede del consorcio matrimonial (LG 11)
• experimenta cambios (GS 5)
• en ella nacen nuevos ciudadanos (LG 11)
• aparecen en ella discrepancias (GS 8)
• sus miembros, regenerados por el Espíritu Santo,
se hacen hijos de Dios (LG 11) • es como un primer seminario (OT 2)
• es la Iglesia doméstica (LG 11) • es vínculo necesario para el cultivo del hombre
(GS 25)
• los padres, los primeros predicadores con la pa-
labra y el ejemplo (LG 11) • Dios ha querido que todos los hombres constitu-
yan una familia (GS 24)
• importancia de su apostolado (AA 11)
• responde a la naturaleza del hombre (GS 25)
• cumplirá su misión si se ofrece como santuario
doméstico de la Iglesia (AA 11) • es derecho de la persona (GS 26)
• célula primera y vital de la sociedad (AA 11) • el derecho de fundarla lo exige la vida humana
(GS 26)
• conveniencia de su agrupación en asociaciones
(AA 11) • familia numerosa, digna de atención (GS 50)
• cómo cumplirá su misión (AA 11) • la santificó Cristo (GS 32)
• origen y fundamento de la sociedad (AA 11) • fuente de la vida social (GS 32)
• sea iniciación al apostolado (AA 30) • en ella los hijos deben educarse personal y so-
• todos deben contribuir a su progreso (GS 52) cialmente (GE 3)
• los científicos pueden contribuir a su bien (GS • es la primera escuela de virtudes sociales (GE 3)
52) • a ella compete en primer lugar el deber de edu-
• el poder civil debe reconocer su verdadera natu- cación (GE 3)
raleza (GS 52) • los introduce en la sociedad civil y el Pueblo de
• madre de la educación (GS 61) Dios (GE 3)
• en ella los hijos aprenden la jerarquía de las co- • importancia de la familia cristiana para el pro-
sas (GS 61) greso del Pueblo de Dios (GE 3)
• escuela de humanismo (GS 52) • debe ser para los hijos la primera sociedad hu-
mana e Iglesia (GE 3)
• ayuda a armonizar los derechos personales con
las demás exigencias de la vida social (GS 52) • tiene su origen en el matrimonio (GE 48)
• exige la cooperación de los esposos en la educa- • sociedad que goza de derecho propio y primor-
ción de los hijos (GS 52) dial (DH 4)
• al tratar de formarla, los hijos deben escuchar los • tiene derecho a ordenar libremente su vida reli-
consejos de los padres (GS 52) giosa (DH 4)
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 83
• dan testimonio del evangelio (AA 11) • prioridad de la familia, sociedad y Estado 214,
• manifiesta la naturaleza de la Iglesia (GS 48) 252, 254
Pág. 84 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
• familia y trabajo 249, 269, 274, 284, 287, 294 Catecismo
• familia, trabajo y salario familiar 250 El número señalado corresponde al Catecismo de
• trabajo de la mujer y familia 251, 295 la Iglesia Católica.
• promover la familia, sociedad y Estado 252 1
• derechos de la familia 253 525ss
• políticas familiares y derechos de la familia 253 753ss
• identidad de la familia y otras formas de convi-
764
vencia 253
• domingo y familia 285 815
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 85
X Sínodo Diocesano
• campo prioritario del compromiso laical III 16
• creación de un Centro de orientación familiar I 34
• dimensión esencial de evangelización I 7.8, III 15
• elaborar proyecto pastoral familiar I 33
• escuela de formación al servicio de los pobres IV 13.35
• espacio privilegiado de educación fe jóvenes II 2
• espiritualidad familiar V 37
• formar a padres en catequesis presacramentales I 44
• grupos y movimientos familiares I 35
• impulsar las escuelas de padres I 38, II 30
• matrimonio, vocación y camino de santificación V 13
• presentes en la iniciación cristiana V8
• tarea esencial el servicio a la familia III 15
Pág. 86 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
ALGUNOS ARTÍCULOS DE TEOLOGÍA
SOBRE LA FAMILIA
En la revista Selecciones de Teología
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Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 87
GARCÍA HERRERO, J., Los padres y su implicación en la iniciación sacramental de sus hijos, en Sal
Terrae 2006-12-01.
GÓMEZ SERRANO, P. J., La familia, escuela de liberación, justicia y solidaridad, en Sal Terrae 2003-
05-01.
GRUPO MARÍA, Paro, familia e incertidumbre, en Sal Terrae 101 (2013) 453-466; “Non multa sed
multum”: padres e hijos agotados, en Sal Terrae, 2014-07-01; Solo en casa. Educación, familia y soledad,
en Sal Terrae 2007-06-01.
GUERRERO RODRÍGUEZ, P., “Llegó donde él y, al verlo, se conmovió” (LC 10,33). Cuidar de las
familias heridas, en Sal Terrae 104 (2016) 627-638.
HUARTE, M., - GARCÍA BARO, M., La autoridad en el interior de la familia. Experiencias, buenos
deseos y perplejidades, en Sal Terrae 2003-05-01.
IGEA ARISQUETA, F. - GONZÁLEZ PARRA, M., El tiempo en familia. Una historia en tres edades,
en Sal Terrae 101 (2013) 35-46.
MARTÍNEZ GARCÍA, C., Del menor como objeto de protección al niño como sujeto de derechos, en
Sal Terrae 104 (2016) 359-372.
MARTÍNEZ MAROTO, A., Envejecimiento, dependencia y familia, en Sal Terrae 105 (2017) 255-268.
MONTERO CENTENO, D., Acompañar a la persona con discapacidad intelectual y a su familia a lo
largo de la vida, en Sal Terrae 106 (2018) 525-536.
MORÁN GARCÍA-RENDULES, L., Modelos de relación en la familia y violencia infantil, en Sal Te-
rrae 2014-02-01.
ORDÓÑEZ CARABAÑO, A., Educamos para la alegría, en Sal Terrae 104 (2016) 721-736.
PALAUDÀRIES, J. M., Integración educativa, el caso de las familias marroquíes, en Sal Terrae 2001-
05-01.
PRIETO URSÚA, M., Reconciliación y familia, en Sal Terrae 105 (2017) 829-841.
PUIGGRÒS LLAVINÉS, M., Familia y escuela: juntos en el camino, en Sal Terrae 2015-05-01.
SÁEZ ORTEGA, P., Familia y escuela: desencuentro o diálogo, en Sal Terrae 2001-09-01.
SALGADO RUIZ, A., Diversidad y unidad: estructura, funciones y fortalezas de la familia, en Sal
Terrae 2015-06-01.
SANTAMARA ERAÑA, B. - SALGADO RUIZ, A., Pareja, familia, profesión, ciudadanía: el reto de
ser malabaristas sin perder el norte ni la sonrisa, en Sal Terrae 107 (2019) 245-260.
URIARTE, J. M., Por una familia cristiana, en Sal Terrae 97 (2009), 659-666.
VIDAL FERNÁNDEZ, F., El regreso de la familia extensa: desparentalización y recuperación de la
comunidad familiar, en Sal Terrae 105 (2017) 643-656; El devenir de la familia: una comunidad contra-
cultural, reflexiva y plural, en Sal Terrae 2003-05-01.
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MATERIALES DIDÁCTICOS
INSTITUTO SOCIAL LEÓN XIII
Para tener acceso a estos materiales de Doctrina Social de la Iglesia hay que entrar en el enlace
http://www.instituto-social-leonxiii.org/index.php/publicaciones/materiales-didacticos y pin-
char en la serie que se crea conveniente u oportuno. Dentro de cada serie aparecen las diversas fichas
de trabajo.
Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 89
Serie conocer: para conocer la encíclica Caritas in Veritate
Pág. 90 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
VOCABULARIO
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VOCABULARIO
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CALENDARIO DE SESIONES
“FORMACIÓN BÁSICA”
DÍA MES LUGAR HORA
CALENDARIO DE SESIONES
“FORMACIÓN ESPECÍFICA”
DÍA MES LUGAR HORA
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Calendario diocesano
2019 - 2020
XIV Encuentro Diocesano de Capacitación Pedagógica
UNIDADES PASTORALES
Proceso, pedagogía y acompañamiento
Encuentro-retiro de Adviento
• Pago de San Clemente, sábado, 14 de diciembre de 2019
Ejercicios espirituales
• Pago de San Clemente, 7 de marzo de 2020
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en el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”,
de la Escuela de Agentes de Pastoral,
Diócesis de Plasencia,
el día 9 de Junio del año 2019,
Solemnidad de Pentecostés,
en los talleres de Hermanos del Castillo,
Madreselva, 17, Navalmoral de la Mata, Cáceres.
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