Escuela de Agentes de Pastoral - La Familia

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Escuela de Agentes de Pastoral

Diócesis de Plasencia

La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

FORMACIÓN BÁSICA

La Escuela de Agentes de Pastoral es un servicio de la


Diócesis que pretende ofrecer a los agentes de pastoral
una formación cristiana básica e integral para responder
a los desafíos de nuestro tiempo; la capacitación necesaria
para desarrollar una tarea educativa y evangelizadora en
la Iglesia y en la sociedad; y el acompañamiento a todos
aquellos que están comprometidos en los diversos ámbitos
de la vida eclesial y pública (Sínodo Diocesano I, 12, 48).

DESTINATARIOS
Todas aquellas personas que, por iniciativa propia o envia-
das por su parroquia, arciprestazgo u otras asociaciones
e instituciones diocesanas, quieran profundizar en el co-
nocimiento de la fe; descubrir y alimentar el compromiso
socio-político; y/o asumir la responsabilidad de animar y
coordinar las acciones pastorales en sus diversos niveles.

PROYECTO DE FORMACIÓN
FORMACIÓN BÁSICA
Las materias a desarrollar son:
• Sagrada Escritura
• Cristología
• El Dios de Jesucristo
• Eclesiología
• Antropología teológica
• Moral cristiana
• Doctrina social de la Iglesia
• Teología de los sacramentos
• Teología del laicado y de la acción pastoral
• Síntesis teológica

FORMACIÓN ESPECÍFICA
Las materias a desarrollar serán las ofrecidas por las dele-
gaciones y secretariados diocesanos para la capacitación
teórico-práctica de responsables de las diversas acciones
pastorales.

INFORMACIÓN
Dirigirse al sacerdote de tu parroquia, o a la Secretaría de
la Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral. Obispado
de Plasencia. C/. Plaza de la Catedral, s/n. 10600 Pla-
sencia (Cáceres). Teléfonos: 927 41 16 12; 659 83 32 22;
email: escuelaagentes@diocesisplasencia.org.
FORMACIÓN BÁSICA

La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

Escuela de Agentes de Pastoral


Diócesis de Plasencia
Nihil obstat
Francisco Rico Bayo
Vicario General

Pág. 6 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Siglas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Método de trabajo de cada sesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Sesión 1ª. La familia. Noción y naturaleza (1ª parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Sesión 2ª. La familia. Noción y naturaleza (2ª parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Sesión 3ª. Los derechos de la familia (1ª parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Sesión 4ª. Los derechos de la familia (2ª parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

Sesión 5ª. Los derechos familiares de las personas


La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados. (1ª parte) . . . . . . . . . . . . 37

Sesión 6ª. Los derechos familiares de las personas


La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados. (2ª parte) . . . . . . . . . . . . 43

Sesión 7ª. Los derechos familiares de las personas


La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados. (3ª parte) . . . . . . . . . . . . 49

Sesión 8ª. Los derechos sociales de la familia


La familia amenazada por la actual cultura dominante (1ª parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

Sesión 9ª. Los derechos sociales de la familia


La familia amenazada por la actual cultura dominante. (2ª parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

Sesión 10ª. Los derechos sociales de la familia


La familia amenazada por la actual cultura dominante. (3ª parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

Sesión 11ª. Los derechos sociales de la familia


La familia amenazada por la actual sistema económico-laboral. (4ª parte) . . . . . . . . . . . . . 69

Anexo I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

Anexo II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

Anexo III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

Algunas referencias a la familia en el Magisterio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

Algunos artículos de teología sobre la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

Materiales didácticos Instituto Social León XIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

Vocabulario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

Calendario de sesiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

Calendario diocesano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 7
Pág. 8 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
INTRODUCCIÓN
El Plan Pastoral Diocesano 2018-2021, que, durante estos años, trabajaremos de una manera coordinada
en nuestra Diócesis, tiene como tema central la Pastoral Familiar siguiendo el marco y las orientaciones
de la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia”, del Papa Francisco. Y lleva como título: “La alegría
del amor compartido en el matrimonio y la familia”. Con un objetivo general: “Anunciar con nuevas
energías, con audacia y con lenguaje renovado el Evangelio en la familia teniendo en cuenta las
diversas situaciones”.
La pretensión del Papa y de la Iglesia es “enseñar y cuidar el amor” en la familia:
“El amor matrimonial no se cuida ante todo hablando de la indisolubilidad como una obligación, o
repitiendo una doctrina, sino afianzándolo gracias a un crecimiento constante bajo el impulso de la
gracia” (AL 134).
Por una parte, para evitar confusiones, clarificamos, desde el principio, algunas cuestiones:
1. Hay que tener en cuenta el contexto de esta formación –Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral– y
el objetivo de la misma: iluminar desde la Doctrina Social de la Iglesia la situación “social” por la que
está pasando la familia actual, tratando de analizar las causas –sistemas políticos, culturales, sociales,
y económicos que están influyendo “negativamente” en la institución familiar, para iluminar desde la
fe: Palabra de Dios, Magisterio de la Iglesia, Doctrina Social, esas situaciones– y preparar nuestras con-
ciencias para actuar pastoralmente en consecuencia. Se trata de un análisis “sociológico” con mirada
cristiana.
2. El Plan Pastoral Diocesano recoge muy bien ciertos aspectos que hacen referencia al acompañamien-
to antes de la celebración del sacramento, a la liturgia, la celebración, actuación pastoral ante las nuevas
situaciones de la familia actual, al discernimiento de las llamadas situaciones “irregulares”, a la lógica
de la misericordia pastoral, a la ética y la moralidad, etc..., pero no tiene suficientemente en cuenta
otros, que son los que se trata de asegurar en este contenido formativo.
3. Es necesario analizar las causas, partir de la realidad, tomar conciencia de cómo influyen en las
personas y el tipo de persona y familia que están haciendo. Eso hay que tenerlo en cuenta si queremos
acompañar, ayudar a crecer y evangelizar la familia actual. Con estos ojos hay que “ver” este trabajo de
Doctrina Social de la Iglesia.
4. La DSI está formada por “principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción” (SRS
8). Es decir, el campo propio de la DSI es el de los principios generales y de los juicios y orientaciones
basados en ellos. No la corresponde constituir un modelo de organización de la sociedad determinado,
que pueda enfrentarse como alternativa a otros modelos, ni tampoco un programa de actuación políti-
ca, económica o social. Ni es tercera vía, aunque sus principios puedan ser fuentes de inspiración y de
orientar la acción humana, demandando la aplicación práctica de esos principios.
5. No es misión de la Iglesia responder técnicamente a los problemas y situaciones sociales, políticas,
económicas y culturales por las que, en concreto, está pasando la familia hoy. Esas, tienen que venir
desde el compromiso de los cristianos para transformar esas realidades, presentes en los campos de la
política, la economía y la cultura actual.
6. La DSI tiene como objetivo: “interpretar esas realidades, examinando su conformidad o diferencia
con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y de su vocación terrena y, a la vez, transcendente
para orientar en consecuencia la conducta cristiana” (SRS 41). Por eso “partimos de la realidad que su-
fre la familia en el campo social, económico y cultural”. Esta realidad nos puede parecer “pesimista y
sin esperanza en muchos campos”, pero es la que es y es desde ahí, desde donde tenemos que construir
la familia según el Evangelio y los principios y valores de la DSI.
Por otra parte, tendremos presente en el contenido de nuestra formación la Exhortación Apostólica
postsinodal, “Amoris laetitia”, “La alegría del amor”, del Papa Francisco. Esta nos ayuda a compren-

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 9
der la Familia desde algunas imágenes bíblicas, desde algunas alegrías compartidas y desde algunos
criterios básicos que ayudan a su aplicación concreta, que el mismo Papa, ha compartido en distintos
lugares y con diferentes personas.

1. Tres imágenes bíblicas


“Quisiera recuperar junto con vosotros algunas ideas/tensiones claves surgidas durante el camino
sinodal, que nos pueden ayudar a comprender mejor el espíritu que se refleja en la exhortación. Y me
gustaría hacerla con tres imágenes bíblicas que nos permitan entrar en contacto con el paso del Espí-
ritu” (Discurso en el Congreso Eclesial de la diócesis de Roma, 16 de Junio de 2016).
a. “Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es tierra sagrada” (Ex 3,5).
Esta fue la invitación de Dios a Moisés ante la zarza ardiente. Y ésta es la actitud que queremos
asegurar en nuestra reflexión y estudio. La vida de cada persona, la vida de cada familia deber ser
tratada con mucho respeto y mucha atención. Pisamos terreno sagrado.
b. “¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúl-
teros, ni tampoco como este publicano” (Lc 18,11).
Una de las tentaciones a las que estamos expuestos, como dice el Papa (cf. AL 229), es tener una
lógica separatista. Es interesante. Para defendernos, creemos que ganamos en identidad y en se-
guridad cada vez que nos diferenciamos o nos aislamos de los demás, especialmente de aquellos
que están viviendo una situación distinta.
El realismo evangélico:
1. Se compromete con el otro sin hacer del “deber ser” un obstáculo para poderse encontrar.
2. Se ensucia las manos porque sabe que “trigo y cizaña” crecen juntos.
Nuestro respeto y atención anterior, se hacen comprensión y misericordia.
c. “Los ancianos tendrán sueños proféticos” (Jl 3,1).
Dice el Papa que hay que dejar espacio para que los ancianos “sueñen” y los jóvenes tengan “vi-
siones”. Como sociedad hemos privado de su voz a nuestros ancianos –esto es un pecado social
actual– los hemos privado de su espacio, y los hemos descartado. Y así nos hemos privado del
testimonio de cónyuges que no sólo han perseverado en el tiempo, sino que conservan en su cora-
zón la gratitud por todo lo que han vivido. (cf. AL 38).
Estas tres imágenes nos recuerdan cómo “la fe no nos aleja del mundo sino que nos introduce más pro-
fundamente en él” (AL 181). Con esa confianza, con esa certeza, con mucha humildad y respeto, quere-
mos acercarnos a todos nuestros hermanos para vivir la alegría del amor en la familia.

2. Algunas alegrías de “La Alegría del Amor”


En esta Exhortación se aprecia, se saborea y se agradece el regusto a Concilio Vaticano II, cuando en
GS, decía:
“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, so-
bre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias
de los discípulos de Cristo” (GS 1).
Primera alegría: “Mea culpa”. Cuando en la Iglesia se abordaba la llamada pastoral familiar y de la
vida, quedaba reducida a posicionarse contra el aborto –algo que se debería dar por supuesto en la Igle-
sia, sin necesidad de insistir siempre en ello– y a organizar cursillos prematrimoniales y presacramenta-
les de escasa rentabilidad pastoral y causa de muchas frustraciones. La Exhortación reconoce que no lo

Pág. 10 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
hemos hecho bien y manifiesta la necesidad de recomponer todo este campo de trabajo desde las claves
de la humildad y el realismo. (cf. AL 36-38).
Segunda alegría: “La misericordia”. Toda la presentación que se hace de los temas de la exhortación
se enmarcan en el lenguaje entrañable de la misericordia y en la actitud misericordiosa, como eje com-
pasivo de la acción de la Iglesia con los matrimonios, la familia y, de manera especial, con las situa-
ciones complejas y difíciles por las que pasa la familia y que tenemos que abordar en nuestra pastoral
familiar. (cf. AL 49,78, 79 y todo el capítulo VIII).
Tercera alegría: “¡Qué importante es el trabajo!”. Ha sido una alegría grande comprobar que el Papa
recoge la experiencia y el sentido de la centralidad del trabajo humano para la vida de las personas y
las familias (cf. AL 23-25, 40, 44). Algo que la Pastoral Obrera viene constatando desde hace mucho
tiempo, empieza a adquirir carta de naturaleza en el Evangelio de la familia que estamos llamados a
anunciar. Lo que pasa con el trabajo humano es esencial a la hora de plantear una pastoral familiar, por-
que afecta inexcusablemente a la realización digna y posible de cualquier proyecto personal y familiar.
También para quienes queremos plantear nuestro proyecto familiar en clave cristiana es importante
considerar cómo afecta el trabajo, o su precariedad, o su ausencia, a multitud de dimensiones de la vida
matrimonial y familiar. La exhortación ayuda a tomar conciencia de que este aspecto es fundamental y
hay que tenerlo en cuenta en una correcta pastoral familiar. (cf. AL 201, 252).
Cuarta alegría: “La espiritualidad de la familia” (AL 29). Esta propuesta recoge dimensiones hasta
ahora olvidadas y que son imprescindibles si se quiere, de verdad, conformar un proyecto familiar que
sea iglesia doméstica, por ejemplo, las necesarias dimensiones de la apertura familiar a los pobres, de
comunión, de gratuidad (cf. AL 183) y una vida familiar construida desde la fe, como llamada a vivir la
comunión.

3. Algunos criterios
El Papa reconoce que la caridad pastoral entendida como búsqueda continua de los alejados es fatigosa,
ya que se trata de una pastoral de “cuerpo a cuerpo” que no puede reducirse a “mediaciones progra-
máticas, organizativas o legales, aunque estas sean necesarias”. Y señala cuatro actitudes pastorales:
acoger, acompañar, discernir e integrar.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 11
Pág. 12 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
SIGLAS
AA Apostolicam Actuositatem, Concilio Vaticano II, 1965.
AG Ad Gentes, Concilio Vaticano II, 1965.
AL Amoris Laetitia, Exhortación Apostólica de Francisco, 2016.
CD Christus Dominus, Concilio Vaticano II, 1965.
CDSI Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Pontificio Consejo “Justicia y Paz”.
CEC Catecismo de la Iglesia Católica, 1992.
DH Dignitatis humanae, Concilio Vaticano II, 1965.
DIM Dives in misericordia, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1980.
CIC Código de Derecho Canónico, 1983.
ChL Christifideles Laici, Exhortación Apostólica de San Juan Pablo II, 1988.
EG Evangelii Gaudium, Exhortación Apostólica de Francisco, 2013.
EN Evangelii Nuntiandi, Exhortación Apostólica de San Pablo VI, 1975.
FC Familiaris Consortio, Exhortación Apostólica de San Juan Pablo II, 1981.
GE Gravissimum educationis, Concilio Vaticano II, 1965.
GS Gaudium et Spes, Concilio Vaticano II, 1965.
HV Humane vitae, Carta Encíclica de San Pablo VI, 1968.
LE Laborem exercens, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1981.
LG Lumen Gentium, Concilio Vaticano II, 1964.
LS Laudato Si’, Carta Encíclica de Francisco, 2015.
MD Mulieris dignitatem, Carta Apostólica de San Juan Pablo II, 1988.
OA Octagesima Adveniens, Carta Apostólica de San Pablo V, 1971.
OT Optatam totius, Concilio Vaticano II, 1965.
PP Populorum Progressio, Carta Encíclica de San Pablo VI, 1967.
PT Pacem in Terris, Carta Encíclica de San Juan XXIII, 1963.
RH Redemptor Hominis, Encíclica de San Juan Pablo II, 1979.
RM Redemptoris Missio, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1990.
RN Rerum Novarum, Carta Encíclica de León XIII, 1891.
SRS Sollicitudo Rei Socialis, Carta Encíclica de San Juan Pablo II, 1987.

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Pág. 14 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
MÉTODO DE TRABAJO DE
CADA SESIÓN
1. El material de los talleres, que cada persona ha recibido con antelación, puede ser leído y trabajado
antes de la reunión de forma individual o en grupo, dependiendo de las posibilidades de cada persona.

En la preparación previa se trata de:

a. Leer el punto 1 “Nuestra realidad”. En este punto se hacen algunas afirmaciones y/o pregun-
tas que intentan sugerir, provocar, animar el diálogo en grupo. Se trata de reflexionar sobre
estas afirmaciones y/o preguntas para compartir nuestro parecer en la reunión de grupo.

b. Leer el punto 2 “Iluminación de nuestra realidad” y señalar las cuestiones que no quedan
claras, y las cuestiones que más te llaman la atención.

c. Contestar, si se puede, a las preguntas del punto 3 “Contraste pastoral”.

d. Preparar alguna petición o acción de gracias, si el punto 4 “Oración” así lo indica.

2. La sesión de trabajo en grupo tiene las siguientes partes y sigue el orden que a continuación se
indica:

a. Nuestra realidad
Comunicamos nuestro parecer o valoración sobre las afirmaciones y las preguntas ofrecidas
con el fin de partir en cada sesión de nuestra vida.

b. Iluminación de nuestra realidad


Después de leer el contenido de la “Iluminación” expresamos en el grupo las cuestiones que no
nos han quedado claras y aquellas que más nos llaman la atención. El/la profesor/a aclarará los
aspectos que sean necesarios y resaltará aquello que considere oportuno y conveniente.

c. Contraste Pastoral
Compartimos las respuestas a las preguntas que se plantean con el objetivo de hacer realidad
los aspectos, actitudes, acciones que vamos descubriendo.

d. Oración
Este espacio pretende que a través de la oración, en sus diferentes formas, vayamos uniendo
la fe con la vida. Acoger lo que vamos descubriendo como un regalo de Dios que es posible y
realizable con la experiencia de la fe.

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Pág. 16 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

1ª SESIÓN
La familia. Noción y naturaleza
(1ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
La familia. Noción y naturaleza (1ª parte)
1. Introducción
2. Elementos constitutivos de la comunidad familiar
2.1. Elementos personales
2.2. Elementos espirituales
2.3. Elementos culturales
2.4. Elementos sociales
2.5. Elementos económicos
3. Valor e importancia de la familia
4. La familia y la persona humana
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 17
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Partiendo de la realidad de tu pueblo, ciudad o barrio:
• ¿Cómo viven las familias?
• ¿Qué necesidades tienen?
• ¿En qué ponen empeño especial?
• ¿Por qué luchan?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

La familia. Noción y naturaleza (1ª parte)


1. Introducción
El enfoque sociológico de la familia consiste en el estudio de la familia como realidad social a lo largo
del tiempo y del espacio. Se trata de saber cómo es la familia y por qué es así la familia.
La Doctrina Social de la Iglesia no puede dejar de tener en cuenta los datos positivos de la sociología y
sus conclusiones, aunque su campo propio es el estudio de lo que debe ser la familia según la Revelación,
la ley natural, los santos padres y el resto de la doctrina de la Iglesia.
La familia, tanto en la Doctrina Social de la Iglesia como en la sociología, se puede considerar como un
grupo –conjunto de personas– o como una institución –conjunto de elementos culturales–.
Dentro de los grupos, la Doctrina Social de la Iglesia considera la familia como una comunidad, funda-
mentada en el amor como elemento constitutivo de esa comunidad.
“La familia íntima comunidad conyugal de vida y amor” (GS 48).
“La familia unidad jurídica, social y económica y comunidad de amor y solidaridad”
(Preámbulo de la Carta de los Derechos de la Familia, 22 de Octubre, 1983).
“La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y
del Hijo en el Espíritu Santo” (CEC 2205).
Para la Doctrina Social de la Iglesia que la familia sea una institución, quiere decir, que alrededor de
ella existe en cada sociedad un conjunto de valores, usos, costumbres, normas, invenciones culturales
referentes al matrimonio, al parentesco, a la descendencia y la organización de la misma.
“Del acto humano por el cual los esposos se dan y reciben mutuamente, nace, aún ante la socie-
dad, una institución confirmada por la ley divina” (GS 48).
En conclusión, la familia la podemos definir, como lo hace san Juan Pablo II en la “Carta a las Familias”,
diciendo que “es una comunidad de personas, la célula social más pequeña, y como tal es una institución
fundamental para la vida de la sociedad”.

2. Elementos constitutivos de la comunidad familiar


Considerada la familia como una comunidad, es como toda forma social, una realidad compleja forma-
da por elementos diversos, que se pueden agrupar en:

Pág. 18 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
2.1. Elementos personales. Son el padre, la madre, los hijos y las demás personas, parientes o amigos,
que eventualmente conviven en la familia.
El padre y la madre, los dos conjuntamente, son los que fundan la familia. Su pertenencia a ella tiene
su presupuesto en la naturaleza biológica, sexualmente distinta y complementaria de los dos, y se basa
en un acto voluntario, el matrimonio, por el que ambos se entregan y reciben mutuamente a sí mismos,
como esposos, con el fin de establecer la familia y una comunidad de vida plena.
Los hijos son traídos a la vida o engendrados por los padres y, por tanto, entran a formar parte de la
familia de forma natural, donde son cuidados y tutelados.
Las demás personas, que eventualmente forman parte de la familia, lo hacen por lazos de sangre o por
solidaridad de la familia con otras personas, aunque no sean de la misma sangre. Son las personas que
conocemos como familiares y amigos.
2.2. Elementos espirituales. Son los vínculos que existen entre sus miembros, con el fin de compartir el
mismo proyecto de vida, a través del amor, que da sentido a la entrega matrimonial y anima toda la vida
familiar y las relaciones dentro de ella.
“Este amor... entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas, entre parientes y familiares, está
animado e impulsado por un dinamismo interior e incesante que conduce la familia a una comu-
nión cada vez más profunda e intensa, fundamento y alma de la comunidad conyugal y familiar”
(FC 18).
2.3. Elementos culturales. Son las creencias y los valores vigentes, las normas jurídicas que la regulan,
los usos sociales practicados en su ambiente social.
2.4. Elementos sociales. Son los diversos tipos de relaciones entre sus miembros, es decir, las relaciones
conyugales –entre marido y mujer–, paterno-filiales –entre padres e hijos– y fraternales –entre herma-
nos–. La DSI pone de relieve la decisiva función de la madre en la familia como centro del hogar y su
insustituible labor en la educación de los hijos.
“El criterio moral de la autenticidad de las relaciones conyugales y familiares consiste en la
promoción de la dignidad y vocación de cada una de las personas, las cuales logran su plenitud
mediante el don sincero de sí mismas” (FC 22).
“Estas relaciones exigen un gran espíritu de sacrificio y una pronta y generosa disponibilidad de
todas y de cada una, a la comprensión, a la tolerancia, al perdón, a la reconciliación” (FC 21).
2.5. Elementos económicos. Son los ingresos suficientes para tener una vida digna, disponer de una
vivienda confortable, disfrutar de un entorno ecológico aceptable alrededor de la vivienda.

3. Valor e importancia de la familia


La familia es, sin duda, el grupo primario más esencial e importante en todas las sociedades. Cumple las
dos funciones fundamentales para la subsistencia y continuidad de la sociedad: la procreación de nuevos
miembros y su crianza y socialización.
“Célula vital de la sociedad” (Pío XII. Discurso Congreso Internacional de Estudios Sociales.
3,6, 1950).
“La semilla primera y natural de la sociedad humana” (PT 16).
“La familia célula primera y vital de la sociedad” (AA 11).
La familia en el orden social, es, como la célula en los seres vivos, el elemento más natural, más íntimo,
más simple y fundamental.
Pero también es la “sociedad primera”, porque es la primera asociación reclamada por la condición

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 19
humana. Aunque esto no evita reconocer que la familia es insuficiente por sí sola para una vida social
plena.
“La familia es una sociedad imperfecta, porque no posee en sí misma todos los medios para el
logro perfecto de su fin propio” (Pío XI, encíclica Divini illius Magistri 8).
En la familia está también la institución cultural más importante de la sociedad, en ella se guarda y se
transmite el lenguaje, los valores, las normas y pautas de conducta.
Y, por último, la familia cristiana participa del carácter sagrado de la Iglesia. En el libro del Génesis
aparece su origen divino, Jesucristo la eleva a la categoría de sacramento y el Concilio Vaticano II la
llama “Iglesia doméstica” (cf. LG 11).

4. La familia y la persona humana


El origen inmediato y directo de la familia es la persona humana, por las siguientes razones:
a. En primer lugar, porque
“ fundada por el creador y en posesión de sus propias leyes, la íntima comunidad conyugal de
vida y amor se establece por la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su consentimiento perso-
nal e irrevocable. Así del acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente
nace, aun ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina” (GS 48).
b. En el orden natural, la misma constitución personal corporal del hombre y la mujer, complementa los
órdenes de la vida humana: físico, biológico, psíquico y moral, y reclama una unidad en la que se agru-
pen, armonicen y funden los rasgos de cada sexo.
c. Y la razón más decisiva es la condición peculiar de la persona humana durante su niñez. El hombre
tiene un desarrollo fuera del seno materno totalmente distinto al resto de los animales. Ningún animal
tiene la necesidad de que los padres le aseguren la alimentación, el cuidado, la seguridad, el aprendizaje
como sucede con el hombre.
Las personas son así su fundamento. La familia no se concibe sin don de sí, sin entrega mutua, sin amor.
Solamente es capaz de dar el que posee y en la medida en que posee.

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.

2. Sesión de trabajo en grupo.


Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

Pág. 20 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
3. CONTRASTE PASTORAL
La familia, se ha afirmado en NUESTRA REALIDAD, es una necesidad esencial para la vida de las
personas y de la sociedad. Está llamada a ser “Célula vital de la sociedad”, “Semilla primera y natural
de la sociedad humana”. Sin embargo, muchas familias no pueden llegar a alcanzar esa realidad a la
que están llamadas.
1. ¿Conoces alguna familia de tu parroquia que pase por situaciones que no la permitan desarro-
llarse como familia? ¿Por qué ocurren esas situaciones?
2. ¿Qué respuestas se dan, en esos casos, desde la parroquia, desde el arciprestazgo, desde la dió-
cesis?
3. ¿En qué crees que se debería implicar más la parroquia, el arciprestazgo y la diócesis?

4. ORACIÓN

Oración del Papa Francisco

Jesús, María y José, en ustedes contemplamos


el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.

Sagrada Familia de Nazaret,


haz que también nuestras familias
sean hogares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.

Sagrada Familia de Nazaret,


que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división.
Que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.

Sagrada Familia de Nazaret,


que, como Iglesia en camino, podamos despertar en todos
la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia.

Jesús, María y José,


escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 21
Pág. 22 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

2ª SESIÓN
La familia. Noción y naturaleza
(2ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
La familia. Noción y naturaleza (2ª parte)
5. El matrimonio, fundamento de la comunidad familiar
5.1. El matrimonio, comunidad de amor indisoluble
5.2. El matrimonio, comunidad de amor ordenado a la vida
5.3. El matrimonio, comunidad de amor ordenado a la
educación de los hijos
6. La familia, célula básica de la sociedad y de la Iglesia
7. Familia y sociedad
7.1. La familia es una verdadera sociedad
7.2. Anterior a la sociedad civil
7.3. Pero ambas complementarias
7.4. Con derecho a la asistencia
7.5. Se denuncia una mentalidad contra la vida
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 23
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Decimos que el matrimonio es el fundamento de la familia. ¿Por qué?
También vamos a afirmar que la institución familiar es anterior al Estado y a la sociedad civil, ¿qué
crees tú que queremos decir con esa afirmación?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

La familia. Noción y naturaleza (2ª parte)


5. El matrimonio, fundamento de la comunidad familiar
Dios, al llamar al hombre a la existencia por amor, le ha llamado al mismo tiempo al amor, de manera
que “el amor es por tanto la vocación fundamental innata de todo ser humano” (FC 11) y, por lo mismo,
el principio interior, la fuerza permanente y la meta última de la comunión conyugal. El matrimonio es
el único lugar que hace posible la recíproca donación total del hombre y de la mujer, y es, a la vez, el
fundamento y alma de la comunidad familiar: “sin el amor la familia no puede vivir, crecer y perfeccio-
narse como comunidad de personas” (FC 18).
Tres notas principales destaca la Doctrina Social de la Iglesia al referirse al matrimonio.

5.1. El matrimonio, comunidad de amor indisoluble


La familia se asienta en la base del matrimonio.
“Íntima comunidad conyugal de vida y amor, establecida sobre el consentimiento personal e irre-
vocable de los cónyuges” (GS 48).
En el caso de los bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo a la dignidad de sacramento, sig-
nificando así la unión esponsal de Cristo con la Iglesia. (cf. GS 48; FC 13; CIC 1660-1661).

5.2. El matrimonio, comunidad de amor ordenado a la vida


Ese amor no se agota dentro de la pareja, sino que se expande en la donación de la vida a una nueva
persona humana, su “don más excelente” (GS 50; CIC 1664 y 2378). Desde una opción cristiana, se
muestran de ese modo los esposos cooperadores del amor de Dios Creador (cf. GS 50), quien unió inse-
parablemente los dos significados del acto conyugal: el unitivo y el procreador. (cf. HV 12; FC 32 y CIC
2263 y 66).

5.3. El matrimonio, comunidad de amor ordenado a la educación de los hijos


A lo anterior se añade el derecho-obligación de educar los padres a sus hijos, puesto que son “los pri-
meros y obligados educadores” (GS 48; CIC 1653 y 2223). El magisterio califica este derecho-deber
educativo de los padres como esencial, original y primario, insustituible inalienable, cuya razón de ser
deriva del amor paterno y materno.

6. La familia, célula básica de la sociedad y la Iglesia


La familia constituye la base, el principio, el fundamento de la sociedad, la célula original, primera y
vital de la sociedad, la comunidad social básica. La familia constituye la base de la organización social

Pág. 24 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
y adquiere primacía sobre las demás sociedades que componen la sociedad global (cf. GS 47; PT 16; FC
42; SRS 33; CIC 2207).
A través de la familia se integra la persona en la sociedad y en la Iglesia.
• Los hombres entran a formar parte de la sociedad civil a través de la familia en la que fueron
engendrados (cf. RN 11).
• El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido al bienestar de la comunidad
conyugal y familiar (cf. GS 47).
• La primera estructura fundamental a favor de la “ecología humana” es la familia, en cuyo seno
el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad, y el bien, aprende qué quiere decir amar
y ser amado, es decir, qué quiere decir en concreto ser persona (cf. CA 39).
La familia es la primera escuela de las virtudes sociales que la sociedad necesita.
• La familia es la “iglesia doméstica” (LG 11), ya que en su seno han de ser los padres los prime-
ros que han de anunciar a sus hijos la fe con su palabra y con su ejemplo, fomentar su vocación
personal y, en particular, su vocación a la vida consagrada (cf. CIC 1656). Así se convierte el
hogar en la primera escuela de vida cristina, además de ser la escuela del más rico humanismo,
“la primera y fundamental escuela de sociabilidad” (FC 37 y 43), donde se aprende la paciencia
y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso... (cf. CIC 1675).
• La familia constituye el “lugar natural y el instrumento más eficaz de humanización y de perso-
nalización de la sociedad” (FC 43).
• Hay que educar, por eso mismo, a los hijos en la justicia, la dignidad personal, el amor (cf. FC
37 y 43).
• La autoridad, la estabilidad y las relaciones familiares constituyen los fundamentos de la liber-
tad, de la seguridad y de la fraternidad en el seno de la sociedad (cf. CIC 2207).
• Es un lugar apropiado para la “educación de las virtudes”, para la iniciación de la persona en la
sociedad y en las responsabilidades comunitarias (cf. CIC 2223 y 2224).

7. Familia y sociedad
La familia constituye una verdadera sociedad, la más cercana al individuo, anterior aunque no indepen-
diente, sino complementaria, de la sociedad civil, de la que debe recibir apoyo, sobre todo en la promo-
ción y defensa de la vida.

7.1. La familia es una verdadera sociedad


• La familia es una verdadera sociedad doméstica, que precisa de unos derechos y deberes propios,
totalmente independientes de la voluntad del poder civil (cf. RN 9).
• La familia goza de un derecho propio y primordial. El Estado, en sus relaciones con la familia,
se debe atener al principio de subsidiariedad (cf. DH 5).
• La vida familiar es un derecho natural y una vocación del hombre, es una comunidad hecha po-
sible gracias al trabajo y la primera escuela del trabajo para todo hombre (cf. LE 10).

7.2. Anterior a la sociedad civil


• La familia es la sociedad más antigua. Y al ser anterior a la sociedad civil, sus derechos y deberes
son también anteriores. El poder público y el Estado no pueden ir en contra de los derechos de
la familia (cf. RN 9 y 10).
• La familia es anterior al Estado (cf. QA 49; GS 52).

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 25
7.3. Pero ambas complementarias
• La familia es la escuela del más rico humanismo y ella constituye el fundamento de la sociedad
(cf. GS 52).
• La familia punto de armonía entre las personas y la sociedad (cf. PP 36).
• Cada hombre asume en la familia los contenidos y valores que componen la cultura de una de-
terminada nación (cf. LE 10).
• La familia y la sociedad desempeñan una función complementaria en la defensa y promoción del
bien de los individuos y del bien común.
• La familia debe abrirse y participar en la sociedad, en la Iglesia y en su desarrollo, también la
sociedad debe respetar y promover a la familia (cf. FC 44 y 45).

7.4. Con derecho a la asistencia


• No es justa una sociedad cuyos poderes públicos perjudican a la familia en lugar de ayudarla (cf.
RN 9).
• Derecho del obrero a un salario suficiente para satisfacer las necesidades propias y las de su fa-
milia (cf. QA 71).
• La familia debe ser atendida en el aspecto económico, social y cultural (cf. PT 16).
• Todos los poderes deben contribuir al progreso de la familia (cf. GS 52).
• Debe remunerarse el trabajo de la persona adulta con responsabilidades en la familia de manera
que sea una remuneración suficiente para fundar y mantener dignamente a la familia (cf. LE 19).
• La familia constituye un valor indispensable e irrenunciable de la comunidad civil. La autoridad
pública debe asegurar a las familias cuantas ayudas económicas, sociales, educativas, políticas,
culturales… necesite. Las leyes y las instituciones del Estado no solo no ofendan, sino que sos-
tengan y defiendan positivamente los derechos y los deberes de la familia. En particular, la socie-
dad deberá crear y desarrollar las condiciones adecuadas para el trabajo doméstico (cf. FC 44).
• La familia es una comunidad de trabajo y de solidaridad a la que debe ayudar el Estado (cf. CA
49).

7.5. Se denuncia una mentalidad contra la vida


• La Iglesia está a favor de la vida y hay que promoverla en cualquier condición o fase de desarrollo
en que se encuentre: antes de nacer, ya nacido, niño y adolescente, joven, adulto y anciano (cf.
FC 30). Por eso:
– Condena la limitación, por parte de los gobiernos, de la libertad de los esposos en la decisión
sobre los hijos.
– Condena cualquier violencia de las autoridades en favor del anticoncepcionismo, de la este-
rilización y del aborto procurado.
– Rechaza el que la ayuda internacional para la promoción de los pueblos, esté condicionada
a programas de anticoncepcionismo, esterilización y aborto.
• La familia es el santuario de la vida. (cf. CA 39)

Pág. 26 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.
a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.

2. Sesión de trabajo en grupo.


Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

3. CONTRASTE PASTORAL
Teniendo en cuenta esta sesión:
• ¿Qué contenidos habría que introducir en las catequesis –de niños jóvenes y adultos–?
• ¿Qué aspectos tendría que tener en cuenta, en su programación, el Consejo Pastoral de tu Pa-
rroquia?

4. ORACIÓN
Señor Jesús, la familia actual atraviesa
una crisis cultural profunda,
como todas las comunidades con vínculos sociales.

En el caso de la familia,
la fragilidad de los vínculos
se vuelve grave porque se trata
de la célula básica de la sociedad,
el lugar donde se aprende
a convivir en la diferencia
y a pertenecer a otros,
y donde los padres transmiten la fe a sus hijos.

Señor Jesús, el matrimonio tiende a ser visto


como una mera forma de gratificación afectiva
que puede constituirse de cualquier manera
y modificarse de acuerdo con la sensibilidad de cada uno.

Señor Jesús, ayúdanos a descubrir que el matrimonio no procede


del sentimiento amoroso, efímero por definición,
sino de la profundidad del compromiso asumido por los esposos
que aceptan entrar en una unión de vida total. Amén.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 27
Pág. 28 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

3ª SESIÓN
Los derechos de la familia
(1ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos de la familia (1ª parte)
Los derechos familiares de las personas y
los derechos sociales de las familias.
1. Introducción
2. ¿Cúales son los derechos familiares de las personas y
los derechos sociales de las familias más importantes?
2.1. Los derechos familiares de las personas
2.2. Los derechos sociales de la familia
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 29
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. “¿Por qué nos acostumbramos a ver cómo se destruye el trabajo digno, se desahucia a tantas familias,
se expulsa a los campesinos de las tierras que ellos trabajan, se hace la guerra y se abusa de la natura-
leza?” Son preguntas del Papa Francisco. ¿Por qué te parece a ti?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos de la familia (1ª parte)


Los derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las familias

1. Introducción
La realidad actual por la que pasa la familia nos puede ayudar a comprender algo que es muy importan-
te: las personas no somos individuos aislados, sino seres singulares y comunitarios, y nuestro yo se va
forjando y desarrollando en nuestras relaciones con los demás. El cuidado de la vida, tan esencial para
todo ser humano, nos llama a cuidar las relaciones y los ámbitos de vida en común en que se hace posible
el desarrollo de la vida, el desarrollo de nuestra humanidad.
Por eso es tan importante mirar los derechos de las personas, que son expresión de la dignidad del ser
humano, no desde una perspectiva individualista –como si fuéramos individuos aislados– sino desde
nuestro ser unos con otros. En concreto, por eso es tan importante mirar los derechos de las personas
también desde la perspectiva familiar y eclesial como el ámbito más básico para el desarrollo de nuestra
humanidad.
Si miramos así la realidad, podemos darnos cuenta mejor de que el cuidado de la vida significa, entre
otras cosas que las personas, por el mero hecho de serlo, tenemos unos derechos familiares y las familias
unos derechos sociales. Unos y otros son los que hacen posible las condiciones básicas de desarrollo de
la vida humana, que las personas podamos realizar nuestra humanidad.
¿De qué estamos hablando al referirnos a los derechos familiares de las personas y a los derechos socia-
les de las familias? Estamos hablando de la necesidad de las personas de tener un entorno familiar que
les permita su desarrollo como personas y de la necesidad de las familias de unas condiciones sociales
que hagan posible realizar su vocación al servicio de las personas. Esas necesidades se nos plantean
como derechos y, por tanto, como responsabilidades. Si son derechos vinculados a la dignidad de las
personas reclaman su reconocimiento y, por tanto, son responsabilidades. Tenemos la responsabilidad
de hacerlos posibles y efectivos. Son, por ello, responsabilidades para las personas, para la sociedad y
para el Estado como servidor de la sociedad. Sin asumir esas responsabilidades los derechos no pueden
hacerse efectivos. Es muy importante que no olvidemos esto.

2. ¿Cuáles son los derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las
familias más importantes?

2.1. Los derechos familiares de las personas


1º. El derecho a un entorno familiar adecuado, por tanto, el derecho a formar una familia y a de-
sarrollar la vida familiar.

Pág. 30 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
2º. El derecho a la propiedad, es decir, a poseer los bienes que permiten el desarrollo de la vida
familiar y que hacen posible una vida libre, digna y que permite desarrollar un proyecto de vida.
3º. El derecho a ser lo que cada persona es en la familia: madre, padre, hijo/a, abuelo/a.
4º. El derecho a educar a los hijos y el de los hijos a la educación. Según sus propios valores.
5º. El derecho a cuidar a los ancianos y el de los ancianos a ser cuidados.
6º. El derecho a cultivar las relaciones de pareja y todas las demás relaciones familiares.
7º. El derecho a cultivar la propia vocación, la singularidad de cada persona.
8º. El derecho a un trabajo y su remuneración compatible con la vida y la situación familiar.
9º. El derecho a desarrollar un compromiso en la vida social y política, a contribuir a la construc-
ción de la vida social.
10º. El derecho a no ser penalizado de ninguna manera por el ejercicio de estos derechos.

2.2. Los derechos sociales de la familia


1º. El derecho al trabajo y a que la organización del mismo se subordine a las necesidades de la
vida familiar, facilitándola.
2º. El derecho a un salario familiar o a unos ingresos que hagan posible el desarrollo de la vida
familiar.
3º. El derecho a una red de servicios sociales que garanticen el acceso a los bienes básicos de la
vivienda, la educación, la sanidad...
4º. El derecho a la protección social que atienda las necesidades de los miembros de la familia en
caso de maternidad-paternidad, desempleo, enfermedad, jubilación...
5º. El derecho a recibir la ayuda social necesaria que garantice el ejercicio de los derechos fami-
liares de las personas.
6º. El derecho a la participación y al protagonismo de la familia en la vida social y política.

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 31
3. CONTRASTE PASTORAL
¿Cuáles de los derechos familiares de las personas están más lesionados en tu pueblo, ciudad o barrio?
Pon un hecho.
¿Cuáles de los derechos sociales de la familia más se lesionan en nuestra sociedad? Pon un hecho con-
creto que conozcas.

4. ORACIÓN

Señor, tenemos escritos y reconocidos muchos derechos.


Son muchos los países que los tienen firmados.
Se nos llena la boca al hablar de derechos.
Pero todo es mera formalidad legal,
no se corresponde con la realidad
y lo que es peor, tampoco nos preocupa mucho.
Casi todos los países los incumplen,
y no pasa nada.
O mejor, sí pasa y ¡mucho!

Hoy, elevamos nuestra oración y te pedimos perdón, porque:


– No salimos a la calle cuando vimos a algunas familias que eran desahuciadas.
– Nos callamos ante tantas familias que no tienen lo necesario para vivir.
– Porque somos cobardes y aún no hemos entendido tu mensaje.
– Porque... (En silencio vamos pidiendo perdón cada uno por lo que crea.
Terminamos la oración diciendo al Señor todos:

Necesitamos tu ayuda, Señor, para salir de nuestra apatía,


para estar más cerca de los vecinos de nuestro bloque,
de las familias que lo pasan mal y forman parte de nuestra comunidad.

Queremos actuar con verdad, hacer frente a la mentira y luchar por la justicia. Amén.

Pág. 32 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

4ª SESIÓN
Los derechos de la familia
(2ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos de la familia (2ª parte)
Los derechos familiares de las personas y
los derechos sociales de las familias.
3. ¿Qué se está haciendo con estos derechos, en la sociedad actual?
4. Una tarea propiamente eclesial
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 33
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Se trata en tu comunidad parroquial, grupo o movimiento, de los derechos familiares de las personas
y de los derechos sociales de las familias? ¿Por qué? ¿Cuándo se habla? ¿Cómo se tratan estos temas?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos de la familia (2ª parte)


Los derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las familias

3. ¿Qué se está haciendo con estos derechos, en la sociedad actual?


El descuido de la vida, al que ya nos hemos referido y el hecho de que nuestro modelo social no facilita
la vida humana ni el cuidado de la vida, lleva a la negación práctica de estos derechos familiares de las
personas y de estos derechos sociales de la familia.
Los niega en la práctica porque es un modelo social guiado por la lógica economicista de la máxima
rentabilidad, en lugar de por el respeto y la promoción de la sagrada dignidad de la persona humana.
Por eso no es capaz de garantizar el derecho al trabajo, mucho menos a un trabajo digno, no es capaz de
satisfacer los derechos familiares de las personas, más bien los dificulta y no es capaz de garantizar los
derechos sociales de las familias.
Y no es capaz porque, volvemos a insistir, no está organizado para hacerlo, no es ese su objetivo, como
debería ser, sino que está organizado para la máxima rentabilidad económica, a la que subordina todo lo
demás. Por eso provoca el empobrecimiento, la marginación y la exclusión.
No es capaz porque está reduciendo la protección social y la cobertura universal de los derechos básicos
de las personas y de las familias, para desviar esos recursos económicos a lo que resulta más rentable
en el mercado.
Por eso, luchar por la afirmación práctica de los derechos familiares de las personas y por los derechos
sociales de las familias, es un reto fundamental para todos aquellos que estamos preocupados por la
dignidad y la libertad de las personas. Es un compromiso ineludible para los cristianos y es fundamental
y primero para los planteamientos pastorales de la familia.
Situarnos en esta perspectiva es muy importante para el cuidado de la vida, para hacer posible la vida
digna. Nos queda mucho camino por recorrer para que estos derechos de las personas y de las familias
se vayan haciendo realidad. Empeñarnos en esta tarea es imprescindible para transformar nuestro mo-
delo social hacia otro en el que sí sea posible para todos la vida y vivir dignamente.

4. Una tarea propiamente eclesial


Todo lo que venimos planteando es una tarea de toda la sociedad. Pero es, también, una tarea propiamen-
te eclesial. Los cristianos y las comunidades eclesiales, estamos llamados a implicarnos activamente en
todo ello, a asumir nuestra responsabilidad en el necesario cambio de mentalidad, en la reivindicación
de políticas familiares, en la defensa de los derechos sociales y de un trabajo digno, en promover y parti-
cipar en iniciativas concretas de otras maneras de vivir. Es un camino necesario para la evangelización,

Pág. 34 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
para acoger la permanente llamada del Evangelio de Jesucristo al cuidado de la vida. Como lo es para
acoger la invitación del Papa Francisco a ser:
– “Una Iglesia en salida” (EG 20-24).
– “Una Iglesia de puertas abiertas, casa de todos, en particular de los pobres” (EG 48).
– Una Iglesia que “se primerea, se involucra, acompaña, fructifica y festeja” la vida cotidiana de
todas las familias especialmente de las trabajadoras.
– Una comunidad evangelizadora que “se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los de-
más, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana,
tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo” (EG 24).
– Una Iglesia, en definitiva, que, porque escucha a Jesús, el Cristo, escucha el clamor de los pobres,
el clamor de la justicia, y se empeña en construir justicia y solidaridad según el proyecto del
Reino de Dios (cf. EG 187-188).
Hay tres aspectos que son especialmente importantes para avanzar en ser comunidades eclesiales cada
vez más y mejor al servicio de las personas y familias:
a. Proponer la visión cristiana de la familia y de su servicio al cuidado de la vida. Aprender vital-
mente a mirar y valorar la realidad de las familias a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social
de la Iglesia, compartiendo con otros esa manera de mirar y valorar.
b. Crear y cuidar espacios abiertos en nuestras comunidades eclesiales donde podamos compartir,
reflexionar, orar... la realidad concreta de las familias.
c. Ofrecer un testimonio comunitario de entrega y servicio a las necesidades de las personas y fa-
milias, de servicio a la causa de la justicia que reclama la situación de los pobres, de tantas fami-
lias empobrecidas. Y en ello es fundamental, también, el testimonio de las familias cristianas:
La familia cristiana está llamada a ofrecer a todos el testimonio de una entrega generosa y desinteresa-
da a los problemas sociales, mediante le “opción preferencial” por los pobres y marginados (cf. FC 47).
Por ello es también llamada, desde la Doctrina Social de la Iglesia, a formar su conciencia sociopolítica
como dimensión esencial de la vivencia de la fe en Jesucristo, a conocer e implicarse en la realidad.
Nuestras parroquias, grupos, comunidades, movimientos eclesiales... necesitamos responder más y me-
jor a las llamadas como las que nos hacen estas afirmaciones del Magisterio de la Iglesia:
“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre
todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez, gozos y esperanzas, tristezas y angustias de
los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”
(GS 1).
“La familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor... La familia fundada y vi-
vificada por el amor, es una comunidad de personas... Su primer cometido es el de vivir fielmente
la realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de
personas” (FC 18).
“No se entiende que el amor a los pobres está en el centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo,
eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la Doc-
trina Social de la Iglesia” (Francisco: Discurso a los participantes en el Encuentro Mundial de
Movimientos Populares, Roma, 28 de octubre de 2014).

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 35
1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.
a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

3. CONTRASTE PASTORAL
• ¿Se entiende en tu comunidad parroquial, grupo o movimiento al que perteneces, que luchar por los
derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las familias, es evangelizar?
• ¿Esa tarea pertenece a la misión de la Iglesia?
• ¿Por qué?

4. ORACIÓN

Oh Dios, de quien procede toda paternidad


en el cielo y en la tierra,
Padre que eres amor y vida,
haz que cada familia humana sobre la tierra se convierta,
por medio de tu Hijo, Jesucristo, ‘nacido de Mujer’,
y mediante el Espíritu Santo, fuente de caridad divina,
en verdadero santuario de la vida y del amor.
Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos
para buscar siempre el bien de sus familias, velar por sus derechos y
exigir lo que en justicia les corresponde.

Te pedimos, especialmente, por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret:


– Trabajo digno para todas las familias.
– Suspender todo tipo de desahucios.
– Sanidad y educación para todos los miembros de la familia.
Tú, que eres la vida, la verdad y el amor,
en la unidad del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pág. 36 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

5ª SESIÓN
Los derechos familiares de las personas
(1ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos familiares de las personas (1ª parte)
La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados.
1. Introducción
2. La mujer
2.1. Igual dignidad que el hombre
2.2. Su presencia en la vida pública
2.3. Revalorización de las funciones maternas
2.4. Atentados contra la dignidad de la mujer
2.5. El Papa Francisco y las mujeres
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 37
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Comenta esta frase del Papa Francisco: “La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel
que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia”.
¿Qué quiere decirnos?
¿En tu comunidad parroquial se cuenta con la mujer, se la valora, participa?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos familiares de las personas (1ª parte)


La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados

1. Introducción
La familia actúa como caja de resonancia social: de ahí que sea una de las instituciones que más trans-
formaciones ha sufrido tanto en el ambiente histórico como en el cultural.
La mujer ha ido consiguiendo mayores cuotas de participación social, mayor presencia en la vida públi-
ca. El problema más acuciante de los jóvenes quizás estribe en lograr encontrar el puesto adecuado que
le corresponde en la sociedad sin que ésta le mate sus ilusiones. La ancianidad conecta con la madurez
y la sabiduría, y reclama respeto y veneración.
En cada una de las revoluciones más importantes –demográfica, urbana, científica, tecnológica...– están
presentes la familia y cada uno de sus miembros, ya que son los primeros que se sienten afectados. En
medio de las transformaciones que experimenta nuestro mundo, debe cobrar más sentido la “llamada
imborrable” que toda familia descubre en sí misma: “Familia, ¡sé lo que eres”! (FC 17). Pues ella misma
puede ser también un agente insustituible de transformación social:
“De cara a una sociedad que corre el peligro de ser cada vez más despersonalizada y masifi-
cada, y por tanto inhumana y deshumanizadora, con los resultados negativos de tantas formas
de “evasión”, como son, por ejemplo, la droga, el alcoholismo y el mismo terrorismo, la familia
posee y comunica todavía hoy energías formidables capaces de sacar al hombre del anonimato,
de mantenerlo consciente de su dignidad personal, de enriquecerlo con profunda humanidad y de
inserirlo activamente con su unicidad e irrepetibilidad en el tejido de la sociedad” (FC 43).

2. La mujer
En el Mensaje del Concilio Vaticano II a las mujeres, la Iglesia señala:
“Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora
en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzado hasta
ahora” (8 de diciembre de 1965).
La incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo ha aumentado la población activa, aunque
dista aún mucho del 50% en el que está Europa.
Alrededor de 2 millones de mujeres trabajan como empleadas del hogar, la rama de menor prestigio y

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salario –empleadas de hogar, dependientes, temporeras agrícolas...–, son más del 60%. Sin embargo la
incorporación de la mujer en puestos técnicos y profesionales, empresarias, aunque ha subido, aún es
insuficiente.
Por otra parte la crisis económica y el incremento del paro juvenil afectan de modo especial a la mujer.
En nuestra región de Extremadura la pobreza tiene “rostro de mujer”.
Persisten discriminaciones salariales, posibilidades de acceso y promoción de la mujer, a pesar de que
nuestra Constitución garantiza la igualdad de oportunidades. El salario medio de las mujeres se sitúa en
20 puntos por debajo del de los hombres. Esta discriminación salarial es menor en las jóvenes y en las
trabajadoras no cualificadas, mientras que aumenta en las categorías profesionales más elevadas.

2.1. Igual dignidad que el hombre


La toma de conciencia de la igual dignidad del hombre y de la mujer aparece como un signo de nuestro
tiempo, así también como el asumir mayores responsabilidades en la vida privada y pública y el rechazar
cualquier instrumentalización o atentados en contra de su dignidad.
El magisterio de la Iglesia –Pío XII, san Juan XXIII en PT, el Vaticano II en GS y AA, san Pablo VI que
creó una comisión especial para el estudio de los problemas contemporáneos en relación con la efectiva
promoción de la dignidad de las mujeres, el Sínodo de Obispos de 1987, san Juan Pablo II en FC y MD
y el Papa Francisco en AL– se hacen eco de la importancia y vocación de la mujer, un claro signo de los
tiempos y objeto constante de la reflexión humana y cristiana.

2.2. Su presencia en la vida pública


La igual dignidad y responsabilidad del hombre y de la mujer justifican plenamente la presencia de la
mujer en la vida pública.
• En los pueblos con tradición cristiana ha sido más rápida la incorporación de la mujer en la vida
pública (cf. PT 41).
• El proceso de urbanización, provocado por la industrialización, plantea el problema nuevo del
puesto que le corresponde ocupar a la mujer en esta nueva sociedad, de ahí que las legislaciones
deberían orientarse a proteger tanto la vocación propia de la mujer como su independencia y la
igualdad de derechos a participar en la vida económica, social, cultural y política (cf. OA 13).
• De la igual dignidad y responsabilidad de la mujer con respecto al varón, se desprenden:
– El acceso justificado de la mujer a las funciones públicas.
– Valoración de la función materna y familiar con respecto a las funciones públicas y a otras
profesiones.
– Integración de las funciones y de las profesiones entre sí para que la evolución social y cul-
tural sea plenamente humana (cf. FC 23).

2.3. Revalorización de las funciones maternas


Lo anterior no excluye que deba protegerse eficazmente la maternidad y el trabajo que desarrolla como
esposa y como madre en el hogar.
• Ya en el año 1931, el Papa, Pío X, en QA, afirmaba que las madres de familia trabajan principalí-
simamente en casa o en sus inmediaciones. Hay que eliminar el abuso de que las madres se vean
obligadas a trabajar fuera de casa a causa de la cortedad del salario (cf. 71).
• Se deben revalorizar socialmente las funciones maternas adaptando incluso el proceso laboral,
para permitir que la madre pueda atender al cuidado y educación de sus hijos, sin obstaculizar

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 39
su libertad, sin discriminación psicológica o práctica, y sin dejarla en inferioridad ante sus com-
pañeras. Es un honor para la sociedad hacer esto posible (cf. LE 19).
• FC hace tres afirmaciones, apoyándose en la renovada teología del trabajo:
– Reconocimiento y estima, por su valor insustituible, del trabajo de la mujer en casa.
– Estructuración de la sociedad de manera que las esposas y madres no se vean de hecho
obligadas a trabajar fuera de casa.
– Superación de la mentalidad según la cual el honor de la mujer deriva más del trabajo exte-
rior que de la actividad familiar (23).
• Aunque el hecho de ser padres pertenece a los dos, la contribución de la madre es decisiva y
básica para la nueva personalidad humana, porque establece una comunión con el misterio de la
vida que madura en su seno (18).

2.4. Atentados contra la dignidad de la mujer


PT hace la siguiente afirmación: la mujer no tolera que se la trate como un instrumento, sino que exige
que se la reconozcan los derechos y deberes propios de la persona humana (41).
Y FC concreta que va en contra de la dignidad de la mujer:
• El concebirla como cosa, como objeto de compraventa, al servicio del interés egoísta y del solo
placer con sus secuelas de la esclavitud, pornografía, prostitución.
• La discriminación en el ámbito de la educación, de la profesión, de la retribución del trabajo.
• Estas discriminaciones afectan gravemente a esposas sin hijos, viudas, separadas, divorciadas y
madres solteras (24).
“No se terminan de erradicar costumbres inaceptables. Destaco la vergonzosa violencia que a
veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y las distintas formas de esclavitud que
no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación. La violencia
verbal, física y sexual... Pienso en la grave mutilación genital de la mujer en algunas culturas...
en la desigualdad del acceso a puestos de trabajos dignos y a los lugares donde se toman las
decisiones... el alquiler de vientres o la instrumentalización y mercantilización del cuerpo feme-
nino en la actual cultura mediática” (AL 54).

2.5. El Papa Francisco y las mujeres


1. “La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una
intuición y unas capacidades peculiares que suelen ser más propias de las mujeres que de los varones”
(EG 103).
2. “Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que
varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que
no se pueden eludir superficialmente” (EG 104).
3. “En el curso de estos últimos decenios, junto a otras transformaciones culturales y sociales, también
la identidad y el papel de la mujer, en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, ha conocido notables
cambios y, en general, la participación y la responsabilidad de las mujeres ha ido creciendo” (Discurso
del Santo Padre Francisco a las participantes en el Congreso Nacional del Centro Italiano femenino, 25
de enero de 2014).
4. “El genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar
la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las
decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales” (EG 103).

Pág. 40 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
5. “La Virgen María era más importante que los Apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes.
La mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los sacerdotes; el cómo es lo que debemos
intentar explicitar mejor” (Conferencia de Prensa del Santo Padre Francisco durante el vuelo de regreso
a Roma, 28 de julio de 2013).
6. “Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la
solución del “machismo con faldas”, porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los
discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista. Las mujeres
están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar... La Iglesia no puede ser ella misma sin
la mujer y el papel que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia” (entrevista que el
Papa Francisco concedió al P. Antonio Spadaro, director de la revista La Civiltà Cattolica, 19 de agosto
de 2013).

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 41
3. CONTRASTE PASTORAL
¿Está la Iglesia avanzando al mismo ritmo que nuestra sociedad en la igualdad?

¿Qué pienso sobre la postura que tiene el Papa Francisco ante esta cuestión?

4. ORACIÓN

Hoy, al terminar nuestro encuentro de formación, nuestra oración es de


petición de perdón.

1. El Papa Francisco nos dice: Las mujeres están formulando cuestiones


profundas que debemos afrontar. La Iglesia no puede ser ella misma sin
la mujer y el papel que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para
la Iglesia. Porque en muchas comunidades parroquiales no se reconoce la
aportación evangélica de la mujer. Señor, ten piedad.

2. En nuestro momento cultural la sociedad española reconoce el papel


importantísimo que las mujeres ocupan en la vida civil y política. Pero no
siempre se respetan sus derechos y se les reconoce la participación activa
que les ayude a desarrollar sus cualidades y talentos. Señor, ten piedad.

3. La explotación de las personas es un crimen. La violencia contra la


mujer rompe la armonía de la familia, destruye la esperanza y adultera el
amor. Señor, ten piedad.

Pág. 42 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

6ª SESIÓN
Los derechos familiares de las personas
(2ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos familiares de las personas (2ª parte)
La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados.
3. Los jóvenes
3.1. Fisonomía de los jóvenes
3.2. Tareas fundamentales de los jóvenes
3.3. Juventud y futuro
3.4. Juventud, sexualidad y amor
3.5. Juventud y solidaridad
3.6. Fenómenos con especial significación para los jóvenes
3.7. El Papa Francisco y los jóvenes
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 43
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. “¡Hagan lío! Pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen”, dice el Papa.
¿Los jóvenes de tu comunidad, grupo o movimiento, están en esta actitud de “hacer lío”? ¿Lo hacen?
¿Qué tipo de lío?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos familiares de las personas (2ª parte)


La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados

3. Los jóvenes
Los jóvenes son un segmento social que siempre ha sido seguido, querido y apoyado por la Iglesia.
¿Cómo ve hoy la Iglesia a los jóvenes? ¿Qué características se dan en ellos hoy?

3.1. Fisonomía de los jóvenes


Así constatamos:
• La juventud como una importante etapa de la vida.
• Como una parte de la sociedad, que sufre las contradicciones y ambigüedades del mundo de los
adultos.
• Como personas: críticas, exigentes, interpelantes, esperanza para todos, buscadores de la iden-
tidad necesaria.
• Tentados a abandonar la fe.

3.2. Tareas fundamentales de los jóvenes


Para la Iglesia los jóvenes representan una fuerza transformadora de la sociedad, si saben actuar y
procuran ser consecuentes consigo mismos y solidarios con los demás. Los jóvenes se convierten en
transformadores eficaces del mundo cuando:
• Saben ser dignamente sencillos en un mundo que paga a cualquier precio el poder.
• Saben ser limpios de corazón frente a quienes solo juzgan en términos de sexo.
• Saben construir la paz en un mundo de violencia y guerra.
• Saben luchar por la justicia ante la explotación del hombre por el hombre.
• No pierden la esperanza, pase lo que pase. (San Juan Pablo II, Homilía en el Santiago Bernabeu,
Madrid 1982).
La tarea primordial de los jóvenes es ayudar en la construcción de un mundo mejor desde el amor, la paz
y la alegría, a adelantar el Reino de Dios de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, amor

Pág. 44 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
y paz. Un mundo más justo y equilibrado. (Discurso de san Juan Pablo II a los jóvenes universitarios y
obreros, en Gabón, 1982).
San Juan Pablo II señala como los males contra los que el joven debe ver, juzgar y actuar a la luz del
Evangelio: el soborno y la corrupción, la malversación gubernativa, los gastos extravagantes, la os-
tentación de la riqueza, el descuido de los pobres, el tribalismo, el nepotismo, el antagonismo político,
el aborto y la contracepción. (Discurso de san Juan Pablo II a los jóvenes universitarios y obreros, en
Gabón, 1982).

3.3. Juventud y futuro


El futuro es difícil para todos, pero especialmente para los jóvenes. Ellos sienten, a veces, el miedo a la
soledad, el temor a las propias limitaciones, la inseguridad ante la situación actual por la falta de trabajo
o por tener unos trabajos muy precarios que no les permite elaborarse un futuro en el nivel personal, de
relación en pareja, de independizarse del ambiente familiar, y de la necesidad de tener que emigrar fuera
del país.

3.4. Juventud, sexualidad y amor


Para muchos sectores de la sociedad y en variados medios de comunicación, se presentan estos temas
como aquellos donde hay mayor ruptura y distanciamiento entre los jóvenes, que los consideran algo
privado y propio, y la doctrina de la Iglesia Católica.
Desde la fe, encarnada en el mundo, la Iglesia señala que:
a. Existe en el mundo actual una “presión” sobre los jóvenes en estos temas.
b. Muchos modelos de conducta se presentan ante los jóvenes como algo “trasnochado y pasado”.
c. El amor real entre dos personas, hombre y mujer, es el marco propio de la donación sexual.
d. El amor no es sólo sentimiento: deber tener en cuenta el bien del otro.
e. La sexualidad hay que entenderla en la totalidad de una personalidad integral y no como un
objeto externo que se usa a placer.
f. El cuerpo humano no es una cosa, sino la manifestación de la persona, el medio de presencia
ante los otros y de comunicación interpersonal.
g. Por eso, el cuerpo propio y el ajeno exigen ser respetados.

3.5. Juventud y solidaridad


Para la Iglesia los jóvenes son el grupo social que debe mantener vivo el sentido de la apertura a todos
y de la solidaridad con los demás, especialmente con los empobrecidos, marginados y excluidos. Sen-
sibles a las necesidades de otras personas y a las desigualdades entre países. Esa solidaridad permitirá
construir la justicia, la paz y el respeto por los derechos de todos.

3.6. Fenómenos con especial significación para los jóvenes


Hay temas actuales en los que la presencia de los jóvenes es importante, tanto por lo que les está afectan-
do como por lo que les afectará en su futuro. La Iglesia ha mostrado su interés y preocupación.
1. Ciudades. Así se ha referido al fenómeno de la emigración de la juventud de las zonas rurales a
las urbanas. Este hecho ha provocado un empobrecimiento grande de las mismas. (Discurso de
san Juan Pablo II, en España, 1982).
2. Medios de comunicación. Tienen mucha importancia. Deben ser objetivos y decir la verdad
(Ib).

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 45
3. Europa. Los jóvenes tienen que comprometerse en la construcción de la nueva Europa, una
Europa que se reencuentre con todo lo que la originó (Ib).
4. El trabajo. Este no es solo una vocación humana, sino también participar y colaborar en la cons-
trucción de un mundo mejor para hacer real “los nuevos cielos y la nueva tierra” (Ib).
5. Emigración. La doctrina de la Iglesia reitera la necesidad de apoyar a los jóvenes, especialmen-
te a los que por cualquier causa abandonan su país de origen y tienen que vivir en el extranjero
(cf. PP 14).
Junto a los pobres, los jóvenes son una parte de la sociedad que necesitan de la solidaridad y del apoyo,
sin paternalismos. Es de justicia apoyar la opción por la juventud que, junto con los pobres es la opción
preferencial de la Iglesia.

3.7. El Papa Francisco y los jóvenes


1. “La juventud es tiempo de grandes ideales. A mí me viene decir muchas veces que me da tristeza
ver un joven jubilado. Qué importante es que ustedes los jóvenes –y ¡vaya que hay jóvenes acá en Para-
guay!– que ustedes los jóvenes vayan intuyendo que la verdadera felicidad pasa por la lucha de un país
fraterno”. (Discurso en el estadio León Condou, Paraguay, 11 de julio de 2015).
2. “Felices los que saben ponerse en el lugar del otro, en los que tienen la capacidad de abrazar, de perdo-
nar. Todos hemos alguna vez experimentado esto. Todos en algún momento nos hemos sentido perdona-
dos, ¡qué lindo que es! Es como recobrar la vida, es tener una nueva oportunidad”. (Discurso preparado
para el encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción, 12 de julio de 2015).
3. “Y es bueno que ustedes los jóvenes vean que felicidad y placer no son sinónimos. Una cosa es la feli-
cidad y el gozo... y otra cosa es un placer pasajero. La felicidad construye, es sólida, edifica. La felicidad
exige compromiso y entrega. Son muy valiosos para andar por la vida como anestesiados”. (Discurso en
el estadio León Condou, Paraguay, 11 de julio de 2015).
4. “Y eso es lo que necesitamos de los jóvenes hoy: jóvenes con esperanza y jóvenes con fortaleza. No
queremos jóvenes debiluchos, jóvenes que están “ahí no más”, ni sí ni no, no queremos jóvenes que se
cansen rápido y que vivan cansados, con cara de aburridos. Queremos jóvenes fuertes, queremos jóve-
nes con esperanza y con fortaleza, ¿por qué? Porque conocen a Jesús, porque conocen a Dios, porque
tienen un corazón libre”. (Palabras improvisadas en el encuentro con los jóvenes en la Costanera de
Asunción, 12 de julio de 2015).
5. “La amistad es de los regalos más grandes que una persona, que un joven puede tener y puede ofrecer.
Es verdad. Qué difícil es vivir sin amigos. Fíjense si será de las cosas más hermosas que Jesús dice: «Yo
los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre» (Jn 15,5). Uno de los secretos
más grande del cristiano radica en ser amigos, amigos de Jesús”. (Discurso preparado para el encuentro
con los jóvenes en la Costanera de Asunción, 12 de julio de 2015).
6. “Busquen charlar, aprovechen a escuchar la vida, las historias, los cuentos de sus mayores y de sus
abuelos, que hay sabiduría allí. Pierdan mucho tiempo en escuchar todo lo bueno que tienen para ense-
ñarles”. (Discurso en el estadio León Condou, Paraguay, 11 de julio de 2015).
7. “¡Hagan lío! Pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen. Las dos cosas, ¿eh? Hagan
lío y organícenlo bien. Un lío que nos dé un corazón libre, un lío que nos dé solidaridad, un lío que nos
dé esperanza, un lío que nazca de haber conocido a Jesús y de saber que Dios, a quien conocí, es mi
fortaleza”. (Palabras improvisadas en el encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción, 12 de
julio de 2015).
8. “Jesús, te pido por los chicos y chicas que no saben que Vos sois su fortaleza y que tienen miedo de
vivir, miedo de ser felices, tienen miedo de soñar. Jesús, enséñanos a soñar, a soñar cosas grandes, cosas

Pág. 46 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
lindas, cosas que, aunque parezcan cotidianas, son cosas que engrandecen el corazón”. (Palabras impro-
visadas en el encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción, 12 de julio de 2015).
9. “Por el contrario, tenemos a Jesús, que nos ofrece su jugada. No nos vende humo, no nos promete
aparentemente grandes cosas. No nos dice que la felicidad estará en la riqueza, el poder, el orgullo. Por
el contrario. Nos muestra que el camino es otro”. (Discurso preparado para el encuentro con los jóvenes
en la Costanera de Asunción, 12 de julio de 2015).
10. “Entonces, yo te pregunto a vos, joven: «¿Cómo esos ideales los amáis, día a día, en lo concreto?
Aunque te equivoques, ¿te corriges y vuelves a andar?». Pero lo concreto”. (Discurso en el estadio León
Condou, Paraguay, 11 de julio de 2015).

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 47
3. CONTRASTE PASTORAL
Después de la reflexión sobre este tema:
Comparte lo que habría que cambiar en tu comunidad parroquial, grupo o movimiento, para con-
tar con los jóvenes, para que de verdad participen.

4. ORACIÓN

Oración del Papa Francisco por los jóvenes


“Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”

Señor Jesús, dirige su mirada a todos los jóvenes del mundo.

Te pedimos para que con audacia se hagan cargo de la propia vida,


vean las cosas más hermosas y profundas
y conserven siempre el corazón libre.

Acompañados por guías sapientes y generosos,


ayúdalos a responder a la llamada que Tú diriges a cada uno de ellos,
para realizar el propio proyecto de vida y alcanzar la felicidad.

Mantén abiertos sus corazones a los grandes sueños


y haz que estén atentos al bien de los hermanos.

Como el Discípulo amado, estén también ellos al pie de la Cruz


para acoger a tu Madre, recibiéndola de Ti como un don.

Sean testigos de la Resurrección y sepan reconocerte vivo junto a ellos


anunciando con alegría que tú eres el Señor. Amén.

Pág. 48 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

7ª SESIÓN
Los derechos familiares de las personas
(3ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos familiares de las personas (3ª parte)
La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados.
4. Los ancianos
4.1. Situación y características de los ancianos actuales
4.2. Vejez: tiempo de sabiduría
4.3. Vejez: tiempo de paz y agradecimiento
4.4. Vejez: tiempo de amistad y solidaridad
4.5. Vejez: tiempo de aceptación, confianza y preparación
4.6. Problemas más actuales
4.7. El Papa Francisco y los ancianos
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 49
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Sabemos que en nuestras comunidades parroquiales participan “personas mayores y ancianas” y más
ellas que ellos. ¿Por qué?
¿Se valora en tu pueblo o ciudad la ancianidad y la vejez? ¿En qué se nota?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos familiares de las personas (3ª parte)


La mujer, los jóvenes y los ancianos y sus derechos lesionados

4. Los ancianos

4.1. Situación y características de los ancianos actuales


Poco a poco la sociedad española ha visto acrecentarse el número de los ancianos, como en general ha
sucedido en otras sociedades europeas. Algunas causas de este aumento de ancianos son el descenso de
la natalidad y de la mortalidad por una parte, y los progresos en el campo de la medicina, la mejora de
la alimentación y, en general, la elevación de la calidad de vida, por otra.
Todo ello ha ido poniendo más de manifiesto la importancia social de un segmento significativo de la
población, al que hoy denominamos: “tercera edad”, “viejos”, “ancianos”, “personas de edad avanzada”,
etc.
Algunas características de nuestros ancianos:
• Nivel cultural. La mayoría de nuestros ancianos no superaron los estudios primarios. Sólo un 2%
alcanza el nivel universitario y aún hay un alto índice de analfabetismo.
• Aspectos políticos. La mayoría no se pronuncian respecto a su postura en este campo y sus inte-
reses son otros: la salud, la seguridad, la soledad...
• Religión. La gran mayoría se identifica como católicos, de los que también, mayoritariamente se
consideran católicos “practicantes”. Una minoría se califica como “indiferente” y más minorita-
rio aún, los que se declaran “ateos”.
• Lugar de residencia. La mayoría se ubica en poblaciones de más de cien mil habitantes y casi un
tercio de los “mayores” vive en las zonas rurales. La gran mayoría rechaza vivir en residencias
alejadas de su entorno familiar, aunque la realidad es que cada día se están incorporando más,
bien por carecer de familia que se ocupe de ellos o bien por dificultades económicas.
• Situación económica. La cobertura económica llega a una amplia mayoría de ancianos. Más de
ocho de cada diez cobran algún tipo de pensión, aunque en muchos casos es insuficiente para
vivir y hay más del 20% que carecen de recursos económicos y, por tanto, son dependientes de
sus familiares.
• Asistencia sanitaria pública. Llega prácticamente a la totalidad de los ancianos, aunque la cali-
dad de esa asistencia es muy desigualmente valorada.

Pág. 50 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
4.2. Vejez: tiempo de sabiduría
La Doctrina Social de la Iglesia valora “la sabiduría” que se ha podido atesorar a lo largo de los años
y enfoca la vejez como un tiempo en el que se cosecha todo lo aprendido y experimentado. (San Juan
Pablo II, Viaje Pastoral a Alemania, 1980).

4.3. Vejez: tiempo de paz y agradecimiento


Agradecimiento por todo lo recibido a lo largo de la vida, comenzando por el don mismo de esa vida
larga y agradecimiento también a las personas que los cuidan y al cariño que de ellas reciben.
La vejez es, además, tiempo de paz consigo y con los demás, que no excluye la donación y el servicio
al prójimo, en la medida en que pueda hacerse. Esta donación es medio para encontrarse con el Señor y
ocasión para seguir creciendo humana y cristianamente. (San Juan Pablo II, Viaje Pastoral a Alemania,
1980).

4.4. Vejez: tiempo de amistad y solidaridad


La ancianidad permite a las personas disponer de un tiempo para cultivar más la amistad de los demás,
que es una forma de ayuda al prójimo y una fuente de fuerza y consuelo propios. También, en esta etapa
de la vida, hay que acordarse y solidarizarse con quienes están en peor situación que uno mismo y a
quienes se “puede socorrer”.

4.5. Vejez: tiempo de aceptación, confianza y preparación


Ante las situaciones de deterioro personal, la Iglesia aconseja asumir “en serio la dignidad” propia y
aceptar “esa carga”. Tampoco en la ancianidad Cristo nos abandona. La muerte física es una realidad.
No hay que exagerarla ni angustiarse por ello, tampoco, olvidarla, menospreciarla o “maquillarla”. Hay
que ir preparándose para el encuentro definitivo con el Señor.

4.6. Problemas más actuales


Además de la preocupación lógica por su salud y por su situación económica, el anciano en el mundo de
hoy, se encuentra con un problema importante: la soledad, el aislamiento y la carencia de cariño de per-
sonas queridas. La Iglesia ha colaborado, de palabra y de obra, a que los ancianos cultiven sus saberes,
sus amistades y su interés por los demás. Así, san Juan Pablo II, insiste en la necesidad de una pastoral
para la “tercera edad”, que potencie:
• El papel creativo de las personas ancianas.
• La reconciliación y armonía entre las diferentes generaciones.
• El valor, humano y religioso, del dolor, de la enfermedad y de la limitación física.
El valor de la vida humana, que no termina en este mundo sino que está siempre abierta a la
resurrección con Cristo resucitado. (San Juan Pablo II, Mensaje a España, 1982).
“La mayoría de las familias respeta a los ancianos, los rodea de cariño y los considera una bendición...
En las sociedades altamente industrializadas, cuyo número va en aumento mientras la tasa de natalidad
disminuye, los ancianos corren el riesgo de ser percibidos como un peso... Un gran número de ancianos
es acogido en estructuras eclesiales, donde pueden vivir en un ambiente sereno y familiar. La eutanasia
y el suicidio asistido son graves amenazas para las familias de todo el mundo. Su práctica es legal en
muchos países. La Iglesia, mientras se opone firmemente a estas prácticas, siente el deber de ayudar a
las familias que cuidan de sus miembros ancianos y enfermos” (AL 48).

4.7. El Papa Francisco y los ancianos


1. “El anciano no es un extraterrestre. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho,

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 51
inevitablemente, aunque no pensemos en ello. Y, si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos
tratarán a nosotros”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 4 de marzo de 2015).
2. “¡Que importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de huma-
nidad y de fe que es esencial para toda sociedad!”. (Reflexión antes del rezo del Ángelus, JMJ Río 2013,
26 de julio de 2013).
3. “Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha
a los abuelos es un pueblo que muere”. (Encuentro Mundial de las Familias, Roma, 27 de octubre de
2013).
4. “¡Es un gran don para la Iglesia, la oración de los abuelos y de los ancianos! La oración de los ancia-
nos y abuelos es un don para la Iglesia, ¡es una riqueza! Una gran inyección de sabiduría también para
la entera sociedad humana: sobre todo para aquella que está demasiado ocupada, demasiado absorbida,
demasiado distraída”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11 de marzo de 2015).
5. “Los abuelos tienen una capacidad para comprender las situaciones más difíciles: ¡una gran capaci-
dad! Y cuando rezan por estas situaciones, su oración es más fuerte ¡es poderosa!”. (Encuentro con los
ancianos, Ciudad del Vaticano, 23 de septiembre de 2014).
6. “¡Qué bello es el aliento que el anciano logra transmitir al joven en busca del sentido de la fe y de
la vida! Es verdaderamente la misión de los abuelos, la vocación de los ancianos. Las palabras de los
abuelos tienen algo de especial para los jóvenes. Y ellos lo saben. Las palabras que mi abuela me dio por
escrito el día de mi ordenación sacerdotal, las llevo todavía conmigo, siempre en el breviario, y las leo
a menudo, y me hacen bien”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11 de marzo de 2015).
7. “Los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar, porque esta civilización seguirá adelante sólo
si sabe respetar su sensatez y su sabiduría”. (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 4 de
marzo de 2015).

El descarte de los ancianos


Y más que una frase, lo siguiente es un llamado de atención a todos nosotros, a la sociedad entera que a
veces nos olvidamos del tesoro que existe en cada uno de estos abuelos y abuelas, sobre todo aquellos
que viven en hogares de retiros y de cuidados.
“¡Es feo ver a los ancianos descartados, es una cosa fea, es pecado! ¡No nos atrevemos a decirlo
abiertamente, pero se hace! Hay algo vil en este acostumbrarse a la cultura del descarte. Pero nosotros
estamos acostumbrados a descartar a la gente”.

El cuidado de los ancianos


“Los que cuidan a los mayores con amor, colaboran al bien de la sociedad”. Papa Francisco.
No podemos pasar por alto en felicitar a todas las personas que realizan una honorable labor en dedicarse
al cuidado de los ancianos en todos los ambientes, sea en sus hogares, casas de retiros u hospitales.
Un aplauso a todos ellos, por dedicarse a este servicio de amor, con entrega y dedicación como lo es el
atender a los abuelitos, a quererlos y apoyarlos en su vejez, ya que, como dice un viejo dicho: “para allá
vamos todos”.
“Hijo mío, socorre a tu padre en su vejez y no le causes tristeza mientras viva. Aunque pierda su lucidez,
sé indulgente con él; no lo desprecies, tú que estás en pleno vigor. La ayuda prestada a un padre no
caerá en el olvido y te servirá de reparación por tus pecados” (Eclesiástico 3,12-14).

Pág. 52 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.
a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

3. CONTRASTE PASTORAL
Teniendo en cuenta esta sesión:
• ¿Qué esperan los ancianos de sus hijos y familiares?
• ¿Qué respuestas se dan en tu comunidad parroquial, grupo, asociación, movimiento...?

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 53
4. ORACIÓN

Hoy Señor, te pido por sus corazones, su salud y todos sus caminos.
Restablece sus cuerpos enfermos,
dales salud y largos años entre sus hijos;
fortalece sus almas y dales tu gracia
y bendición para que disfruten
de sus años en familia.
Cólmalos de alegrías siempre nuevas
y sana aquellas heridas del corazón,
que con el paso de los años han quedado
como huellas del tiempo en sus recuerdos.
Danos a nosotros la gracia:
de amarlos también sin medida,
de entender sus silencios, sus “caprichos” y “vueltas”.
Que nunca falte nuestro corazón agradecido.
Que nuestras manos se conviertan
en sostén, caricia y también abrigo.
Que nunca sientan la soledad
mientras tengan sus hijos,
más descubran que el amor que han dado,
hoy es tesoro que sus hijos
guardan como herencia aquí y en Cielo.
Que el amor no les falte, tu bendición y cariños.
Que se sientan felices de haber recorrido
parte del camino, sostenidos siempre por tu Mano
que fue Misericordia y Providencia en su destino.
Abrázalos Padre Dios,
y hazlos sentir felices,
fuertes y llenos de tu amor divino,
y a nosotros danos vida y amor
para retribuirles, de alguna manera,
tanta vida, y tanto amor
que nos han dejado
marcado a fuego en nuestros corazones
como sostén e incondicional ayuda
en este camino.
Bendíce hoy Señor
a todos los abuelos.

Pág. 54 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

8ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(1ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos sociales de la familia (1ª parte)
La familia amenazada por la actual cultura dominante.
1. Introducción
2. El proyecto de humanización
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 55
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Elegimos nuestro proyecto de humanización en el marco de una cultura. Señala los rasgos que te pa-
recen más importantes de la actual cultura dominante.
¿Cuáles de esos rasgos más se dan en tu pueblo o ciudad?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos sociales de la familia (1ª parte)


La familia amenazada por la actual cultura dominante

1. Introducción
La familia, núcleo fundamental donde se crece y se desarrolla el ser humano, es actualmente el más
castigado y en el que repercuten de manera directa los problemas que está generando el actual sistema
económico –neoliberal y neocapitalista– y la actual cultura dominante que lo defiende y que se manifies-
ta en: la ausencia prolongada de los padres del hogar familiar, la falta de atención a los hijos, el cuidado
de éstos por los abuelos, la excesiva preocupación por lo económico y las altas cotas de consumismo, la
incomunicación, las rupturas matrimoniales, el alcoholismo, el fracaso escolar, las falta de transmisión
de valores éticos, culturales, religiosos, la agresividad y la violencia, el estrés.
Este sistema productivo se ha convertido en un sistema cultural y en un modelo de organización social,
que genera condiciones de trabajo deplorables, con horarios infames, salarios de miseria y dignidad
pisoteada. Todo ello constituye un modelo de realización humana que consiste en ganar, gastar y gozar,
radicalmente contrario al Plan de Dios sobre el hombre y el mundo, en el que Dios y la Iglesia aparecen
más como un estorbo que como la posibilidad de realización y felicidad a la que todo ser aspira.

2. El proyecto de humanización
La Iglesia está siempre preocupada por el hombre, varón y mujer, pues el hombre, “es el camino primero
y fundamental de la Iglesia” (RH, 14). La Iglesia sabe que de la forma que se le dé a la sociedad depende
el bien o el mal de la persona y de la familia y no puede permanecer callada cuando las condiciones
sociales dificultan que el hombre pueda vivir con arreglo a su dignidad de hijo de Dios (cf. GS 35).
Para nosotros, que nos identificamos por ser seguidores de Jesucristo en su Iglesia, el Proyecto de Huma-
nización tiene un contenido y significado muy concretos, que pertenecen a la Fe de la Iglesia. Dicho en
pocas palabras: para nosotros el Proyecto de Humanización es Jesucristo como origen, camino y meta
del hombre.
“En la comunión de amor que es Dios, en la que las tres Personas divinas se aman recíproca-
mente y son el único Dios, la persona humana está llamada a descubrir el origen y la meta de su
existencia y de la historia” (CDSI 34).
“La persona humana tiene una nativa y estructural dimensión social en cuanto que es llamada,
desde lo más íntimo de sí, a la comunión con los demás y a la entrega a los demás: Dios, que
cuida de todos con paterna solicitud, ha querido que los hombres constituyan una sola familia
y se traten entre sí con espíritu de hermanos. Y así, la sociedad, fruto y señal de la sociabilidad

Pág. 56 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
del hombre, revela su plena verdad en el ser una comunidad de personas. Se da así una inter-
dependencia y reciprocidad entre las personas y la sociedad: todo lo que se realiza en favor de
la persona es también un servicio prestado a la sociedad, y todo lo que se realiza en favor de la
sociedad acaba siendo en beneficio de la persona” (ChL 40).
Siendo así, llamamos Proyecto de Humanización al proceso mediante el cual el hombre, varón y mujer,
se descubre como hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza y se decide a vivir su vida en coherencia
con la nueva identidad personal-comunitaria que le ha sido revelada en Jesucristo. Esto le lleva a vivir y
construir unas nuevas relaciones de comunión entre los hombres y de estos con las instituciones y con la
naturaleza que manifiesten la relación de hijos de Dios y hermanos en Jesucristo. Pues:
“Creada por Dios, amada y salvada en Jesucristo, la persona humana se realiza entretejiendo
múltiples relaciones de amor, de justicia, de solidaridad con las demás personas, mientras va
desarrollando su multiforme actividad en el mundo” (CDSI 35).

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 57
3. CONTRASTE PASTORAL
Confesar que “todos somos hijos de Dios” es afirmar que tenemos un Proyecto de Humanización.

¿Cómo se concreta ese “proyecto” en tu parroquia, en tu grupo o movimiento? ¿Qué se programa y


planifica para construirlo?

4. ORACIÓN

Señor Jesucristo, te confesamos como nuestro Proyecto de Humanización.


En Ti descubrimos que somos hijos de Dios,
creados a su imagen y semejanza.
Implicados en la construcción de unas nuevas relaciones de comunión,
entre los hombres, con las instituciones y con la naturaleza.

En el caso de la familia,
la fragilidad de esta vivencia y experiencia,
se vuelve grave porque se trata
de la célula básica de la sociedad,
el lugar donde se aprende
a convivir en la diferencia
y a pertenecer a otros,
y donde los padres transmiten la fe a sus hijos.

Señor Jesús, ayúdanos a descubrir ese proyecto de humanización,


en nuestras familias y en nuestras relaciones familiares.

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La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

9ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(2ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos sociales de la familia (2ª parte)
La familia amenazada por la actual cultura dominante.
3. El hombre como proyecto de humanización
La fuerza de la Necesidad, de la Actividad y del Impulso vital
a. El individualismo utilitarista
b. El hedonismo
c. El resultado es el secularismo
d. El relativismo y subjetivismo. La amoralidad
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 59
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. Elegimos nuestro proyecto de humanización en el marco de una cultura. Señala los rasgos que te pa-
recen más importantes de la actual cultura dominante.
¿Cuáles de esos rasgos más se dan en tu pueblo o ciudad?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos sociales de la familia (2ª parte)


La familia amenazada por la actual cultura dominante

3. El hombre como proyecto de humanización


Para la Iglesia:
“El hombre es por naturaleza y por vocación un ser religioso. Viniendo de Dios y yendo hacia
Dios, el hombre no vive una vida plenamente humana si no vive libremente su vínculo con Dios”
(CIC 44).
A cómo vivir y construir esta identidad profunda le llamamos Proyecto de Humanización.
Para construir el Proyecto de Humanización, el hombre, la persona humana, utiliza tres fuerzas con-
tenidas en su propia naturaleza: la fuerza de la Necesidad, la fuerza de la Actividad –el hacer humano
con sus capacidades para satisfacer esa necesidad– y, la más importante, la fuerza que impulsa las dos
anteriores y que consiste en la capacidad que tiene el hombre para transcender su propia situación en
una actitud de búsqueda permanente y de la que depende su propio proceso de humanización, a esta la
llamamos, la fuerza del Impulso Vital.

3.1. La fuerza de la Necesidad


Las necesidades no son solo carencias, son también fuerzas que posibilitan la humanización o deshuma-
nización del hombre.
“A diferencia de todos los demás seres vivos, el hombre tiene necesidades infinitas, porque la re-
ferencia a la transcendencia determina su ser y su vocación. A partir de esas necesidades, afronta
la aventura de la transformación de la realidad con sus ocupaciones laborales, según un ímpetu
ideal que lo impulsa cada vez más allá de los resultados conseguidos en ellas” (San Juan Pablo
II, Conferencia Internacional sobre “El trabajo, clave de la cuestión social”, 14 de Septiembre de
2001).
La necesidad es una característica de todo lo creado. Podemos comprender la creación como un sistema
integrado en el que cada unidad requiere satisfacer un conjunto de necesidades de las que depende su
propia existencia y la existencia de las demás especies, ya que nada hay en la creación que sea autosufi-
ciente. Para vivir el hombre necesita satisfacer un conjunto de necesidades.
Clasificadas como necesidades materiales, culturales y espirituales se constata que nuestra sociedad
potencia especialmente las necesidades materiales consideradas como carencias, porque así le permite
configurar el prototipo de persona y familia consumidora. Las necesidades culturales y espirituales,

Pág. 60 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
consideradas como fuerzas humanizadoras, carecen de importancia porque no son objeto del mercado.
Esto implica que la naturaleza humana ha sido manipulada, se potencia una dimensión, las necesidades
materiales, y se atrofian las que son más importantes, las culturales y espirituales.

3.2. La fuerza de la Actividad


La reflexión sobre el hacer, pone de manifiesto la relación que existe entre esta fuerza y las necesidades.
A cada necesidad corresponde una actividad, y es esta relación la que posibilita el proceso de humani-
zación. Igual que cuando no se utiliza un miembro acaba atrofiándose, de la misma manera se atrofian
todas aquellas capacidades que no se ejercitan porque corresponden a necesidades que han sido exclui-
das. El hacer humano tiene varias dimensiones:
a. El trabajo. Actividad relacionada con la producción. Se ocupa de la transformación de las cosas
para satisfacer las necesidades. Hoy, desgraciadamente, para muchos se ha convertido en mer-
cancía –instrumento para obtener rentabilidad económica– y tiende a ocupar toda la actividad de
la persona: su tiempo, su familia, su ocio, su cultura...
b. La obra. Actividad relacionada con la vocación. Lo que surge de la actividad del ser humano
–el fruto del trabajo–. Hoy, desgraciadamente, la obra o produce beneficios económicos o no se
puede realizar.
c. La acción. Actividad relacionada con lo político y social. Expresa la relación del hombre, varón
y mujer, en la sociedad. La acción es la actividad política, es decir, todo aquello que hace la perso-
na humana para organizar y realizar la convivencia social. Hoy, desgraciadamente, es cada vez
más política económica, pragmática, realizada por un reducido grupo de personas “profesionales
de la política” y no relación –acción de unas personas con otras–.
d. La contemplación. Actividad relacionada con la evaluación de la propia existencia. Permite al
ser humano valorar, discernir, enjuiciar si el trabajo, la obra y la acción humanizan o deshumani-
zan. Hoy, desgraciadamente, esta dimensión está atrofiada y se la ha sustituido por la eficacia y
la rentabilidad económica. Cuanto menos se piense, se reflexione se discierna, mejor para la actual
cultura dominante.
La normalización social de este modelo de realización humana, profundamente deshumanizado, como
acabamos de ver, se consigue dotando de sentido a la tercera fuerza.

3.3. El Impulso vital


El ser humano elige su proyecto de humanización en el marco de una cultura. La cultura dominante en
nuestra sociedad tiene una fuerza fundamental en la orientación del impulso vital, en los deseos y aspi-
raciones, en los modos de ser, pensar y actuar y en los estilos de vida que vamos asumiendo. La cultura
crea un conjunto de hábitos que definen el comportamiento “normal” de las personas.
El camino que nuestra sociedad se ha impuesto basado en el crecimiento constante de la producción y el
consumo, es un camino que va en contra de la misma vida, porque:
a. Se ha pervertido el concepto de necesidad. Se produce para consumir y se consume para pro-
ducir. El resultado es: la acumulación de capital.
b. Este proceso de producción y consumo es un proceso de INDIVIDUALIZACIÓN. Aparece el
individualismo utilitarista que se basa en el egoísmo del hombre, en dejarse llevar de los deseos,
pasiones e intereses meramente materiales. El ser humano, convertido así en fuerza de trabajo, va
a ser tratado como una:
• Unidad productiva-racional-económica, para hacer suyo un conjunto de conductas indi-
vidualistas y hedonistas, como son: la puntualidad, la permanencia en el puesto de trabajo,
la competitividad, la disciplina, a costa de su propia persona, de la familia, de la sociedad.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 61
Además, todo esto por encima de la contemplación, la política, la gratuidad, la sociabilidad...
• Este individualismo y hedonismo se oponen a cualquier tipo de humanismo y se convierte
en valores de la existencia, porque son necesarios para que el proceso productivo funcione,
que es lo que importa y vale.

c. La orientación del IMPULSO VITAL. El impulso vital consiste en una triple necesidad de
carácter psicológico que toda persona debe satisfacer:
• Necesidad de seguridad,
• Necesidad de reconocimiento y valoración social y,
• Necesidad de gozo y disfrute.
A estas tres necesidades la sociedad consumista responde con:
• el poseer –a la seguridad–,
• el poder –al reconocimiento y valoración– y,
• el consumo –al disfrute y gozo–.
Construyendo así un tipo de persona: HOMBRE-PRODUCTOR-CONSUMIDOR.
La conversión del hombre en productor-consumidor exige una profunda transformación de la na-
turaleza humana. Por ejemplo, antes el impulso vital era orientado desde las creencias religiosas
o humanistas, hoy es orientado por una cultura que trata de explotar con fines consumistas, la
cultura del HEDONISMO.
Por eso, desde nuestra fidelidad en el seguimiento a Jesucristo, podemos y debemos dar otras
respuestas:
• a la necesidad de la seguridad, hay que responder con la COMUNIÓN,
• a la necesidad del reconocimiento social, con el SERVICIO y
• al disfrute y goce, con la REALIZACIÓN PERSONAL.
Así construiremos otro tipo de persona: HOMBRE-CRISTIANO-HUMANISTA.

d. El resultado es el SECULARISMO
Frente al individualismo y al hedonismo, como atmósfera cultural en la que tiene que vivir dia-
riamente la persona, las llamadas de nuestra fe pueden aparecer como arcaicas, trasnochadas, de
otros tiempos, porque van en contra de lo que exige la cultura hedonista en los seres humanos. Y
surge así, de este individualismo y hedonismo, el secularismo, que es como un proceso progresivo
en el que trata de excluir a Dios de todas las formas de vida personal, ambiental e institucional
y de excluir a la moral como fundamento de la razón que ahora se basa en términos de utilidad,
beneficio, consenso, poder...
Este secularismo tiene las siguientes manifestaciones:
1ª. Privatizar la fe y la moral. Es un primer paso. Nos dirán que eso pertenece al ámbito de
lo privado, de la conciencia individual, pero para la “calle” lo que importa y se lleva es la
moral sin ningún tipo de referencia a la vida y a los demás. Una cosa es mi fe y otra lo que
hago.
2ª. Abandonar la fe y la moral. Es el segundo paso. No es que la fe, la ética y la moral
transcendente no sirvan para vivir, es que cada vez son más contrarias a la forma de vida

Pág. 62 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
que exige esta dinámica para el hombre de la calle, cada vez son “un mayor estorbo” y una
dificultad para vivir a sus anchas.
3ª. La indiferencia religiosa. Es el tercer paso y más grave. Dios y la moral ni me importan
ni los necesito.
Recordamos, así, que con esta manera de sentir, pensar y actuar, los derechos humanos, por ejem-
plo, se fundamentan ahora en el acuerdo político, en el consenso. Hoy no existe la verdad o los
derechos, existen los votos. Lo que vale es lo que decide la mayoría. Un ejemplo, se ve “razonable”
que las multinacionales farmacéuticas mantengan su tasa de beneficios o incluso los aumenten,
sobre el derecho a la vida de los enfermos del sida en Asia o en África. O esos derechos pueden ser
cambiados cuando las necesidades políticas lo pidan, como ocurre con el derecho a una familia, a
una vivienda, a una educación libre.

e. El relativismo y subjetivismo. La amoralidad


Implantados el secularismo y la indiferencia, y sustituida la moral por la razón, desaparece la
norma objetiva, para dar lugar al relativismo –todo es relativo, nada hay verdadero– apoyado en
el subjetivismo –según mis criterios–.
Este subjetivismo aparece revestido como el más sublime ejercicio de libertad personal. Cada uno
puede hacer lo que quiera, como quiera y cuando quiera. Y, sin embargo, es una falsa libertad
porque es un abuso de poder. Porque cuando tan válido es lo que “tú” dices como lo que “yo” digo
y no hay una moral superior que sirva como punto de referencia a los dos, termina prevaleciendo
la opinión y la decisión del más fuerte.

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 63
3. CONTRASTE PASTORAL
Señala algún hecho de secularismo o relativismo que se da en tu pueblo o ciudad.

¿Qué actitudes aparecen? ¿Cómo está influyendo en la familia, en las relaciones del pueblo, en la vida
cristiana?

4. ORACIÓN

Señor Jesús,
en el análisis de nuestra realidad descubrimos actitudes de:
egoísmo, poder, querer ser más que los demás.

Reconocemos que nos cuesta hacer frente al ambiente,


a esta cultura que nos domina.

Pero sabemos que somos llamados a hacer verdad tu Reino.


Tu Reino, Señor Jesús, que está en medio de nosotros.
Llevamos en el fondo de nuestras relaciones como hermanos
la bondad y la ternura de tu Espíritu de Amor.

Tu Reino, Señor Jesús, habita en nuestra Iglesia.


Tu Reino está presente en medio de los creyentes.
Llevamos en nuestros corazones la semilla de tu Palabra.
Llevamos en el fondo de nuestro ser el amor de tu Espíritu.

Tu Reino, Señor Jesús, que está en medio del mundo.


Tu reino está presente, aunque a veces oculto en medio de los hombres.
Donde el amor es más fuerte que el odio, allí está tu Reino.
Donde el perdón es más fuerte que la venganza, allí está tu Reino.

Con la fuerza de tu Espíritu nos sentimos hermanos y


luchamos en contra del tener, del poseer y del consumo.
Creamos lazos de amistad en nuestras relaciones,
y hacemos verdad tu Reino. Gracias, Señor.

Pág. 64 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

10ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(3ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos sociales de la familia (3ª parte)
La familia amenazada por la actual cultura dominante.
4. Consecuencias de todo este proceso cultural para la tarea
evangelizadora en la familia
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 65
1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. ¿Se puede hacer frente al consumismo y al egoísmo, presente en nuestras comunidades y grupos? ¿Se
puede hacer algo?

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos sociales de la familia (3ª parte)


La familia amenazada por la actual cultura dominante

4. Consecuencias de todo este proceso cultural para la tarea evangelizadora


en la familia
Todo lo anterior es muy importante cuando lo pensamos en clave de la misión evangelizadora de la Igle-
sia, ya que, como dice san Pablo VI en la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (1975):
“Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el evangelio... sino de alcanzar y transformar
con la fuerza del evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés,
las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que
están en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación” (19).
Para la Iglesia se trata de construir una nueva manera de sentir, pensar y actuar. Porque evangelizar es
convertir el evangelio en cultura. Por eso la Pastoral Familiar debe incidir especialmente en:
1. Hacer verdad nuestro ser servidores del evangelio de Jesucristo en la familia y en el momento
actual de la misma. Esto implica:
• Defender la dignidad de la persona humana, de los derechos de las personas en la fa-
milia y de los derechos sociales de la familia. Esto implica atención y respeto, cariño y
amor hacia los más débiles de la familia, los niños y los ancianos, luchar por los derechos
sociales de la familia, desde el trabajo, al salario digno, a la vivienda, a la igualdad de opor-
tunidades...
• Sentir como propio el sufrimiento y el dolor por el que pasan, en la actualidad, muchas
familias, tantas mujeres y hombres, jóvenes, ancianos y niños...
• Dar a la evangelización de la familia un lugar preferente en toda actividad pastoral.
2. Considerar los problemas de la familia desde el actual conflicto social que hemos analizado.
Como hemos dicho, contemplarlos desde estas dimensiones:
• Su hacer: el trabajo, el paro, las condiciones actuales de precariedad en el que se realiza.
• La orientación del impulso vital, es decir, saber acompañar, estar cercanos, atender y partir
de las situaciones en las que viven las familias.
3. Vivir desde el conflicto para convertirlo en un proceso de evangelización. Afrontar las situacio-
nes vitales que genera el conflicto para desde ahí construir la familia. Es decir:
• Estar unidos afectiva y efectivamente a las situaciones problemáticas por las que pasa la
familia hoy.

Pág. 66 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
• Conocer vitalmente estas situaciones y a las personas que las están sufriendo para partir de
ellas.
• Trabajar para transformar esas situaciones de injusticia, de individualismo y hedonismo,
tratando de hacer a las personas protagonistas de su vida.
4. Ayudar a que el conjunto de la Iglesia se plantee la misión desde estas perspectivas. Para ello:
• Hay que dialogar más, partir de la realidad, no sentirnos superiores y menos autosuficientes,
legalistas o moralistas.
• Impulsar esta Pastoral Familiar.
• Ayudar a crear esta conciencia en nuestras comunidades, grupos y movimientos.

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 67
3. CONTRASTE PASTORAL
¿Qué planteamientos pastorales hay que hacer para ser cristianos en esta sociedad?

¿Qué actitudes hay que asegurar?

4. ORACIÓN

Señor, quiero ser fiel seguidor tuyo.


Quiero hacer frente a esta cultura que me domina.
Para ello descubro que hay que tomar la mochila y andar.
Tú siempre estás andando.
Tú vas en cabeza, más cargado que nadie,
Ladeando piedras, saltando arroyos.

Ayúdame. Quiero ser fiel seguidor tuyo.

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La familia
“La alegría del amor compartido en
el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”

11ª SESIÓN
Los derechos sociales de la familia
(4ª parte)

Contenidos de esta sesión:


1. NUESTRA REALIDAD
2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Los derechos sociales de la familia (4ª parte)
La familia amenazada por el actual sistema económico-laboral.
1. Introducción
2. Una situación difícil para muchas familias
3. ¿Qué está pasando?
3. CONTRASTE PASTORAL
4. ORACIÓN

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1. NUESTRA REALIDAD
1. Lectura del evangelio del día.
2. ¿Por qué situaciones pasan muchas familias de tu pueblo, barrio o ciudad?
¿Cuáles son los problemas más urgentes a los que tienen que hacer frente?
Si te es posible manifiesta tu opinión a través de un hecho concreto que conozcas de alguna familia

2. ILUMINACIÓN DE NUESTRA REALIDAD

Los derechos sociales de la familia (4ª parte)


La familia amenazada por el actual sistema económico-laboral

1. Introducción
La familia, como venimos diciendo, es una necesidad esencial para la vida de las personas y para una
sociedad decente, justa y humana. Sin embargo, muchas familias no pueden llegar a alcanzar esta rea-
lidad a la que están llamadas. Entre otras cosas porque lo que se está haciendo con el trabajo dificulta
gravemente la vida familiar. El cada vez más difícil acceso al trabajo digno se ha convertido en un gran
obstáculo para la vida de las familias, con graves consecuencias para las personas y para la sociedad.
La situación de las familias trabajadoras, como resultado de la crisis y de cómo se ha afrontado, es
mucho más grave que en el año 2006. Las dificultades para la vida familiar han aumentado mucho y el
empobrecimiento se ha extendido de forma alarmante. Por eso, hoy más que nunca, es necesario afirmar
los derechos sociales de las familias.

2. Una situación difícil para muchas familias


La experiencia cotidiana nos muestra que muchas familias trabajadoras están atravesando una difícil
situación que tiene mucho que ver con el profundo deterioro del empleo, por condiciones laborales cada
vez más precarias o por la exclusión del empleo. La privación de un trabajo digno está dañando grave-
mente a muchas familias. Algunos datos:
• El paro juvenil es de 51,8% entre menores de 25 años.
• Una de cada 3 personas se encuentra en situación de pobreza y exclusión social. 740.000 hogares
no tienen ningún tipo de ingresos.
• El 42,2% de las personas desempleadas no recibe ningún tipo de prestación por subsidio. (Datos
Servicio Público de Empleo Estatal y el INE).
• 766.300 hogares tienen todos sus miembros en paro.
El reciente Sínodo extraordinario de Obispos, dedicado a la familia, (Octubre 2014 y 2015), dice lo si-
guiente:
“Existe también una sensación general de impotencia ante una situación socioeconómica que a
menudo acaba aplastando a las familias. Ello se debe a la pobreza y a la precariedad laboral cre-
cientes, que se viven a veces como una auténtica pesadilla... Con frecuencia las familias se sienten
abandonadas por el desinterés y la poca atención que les prestan las instituciones. Las consecuen-

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cias negativas desde el punto de vista de la organización social son evidentes: desde la crisis demo-
gráfica hasta las dificultades educativas, desde la dificultad para acoger la vida naciente hasta la
percepción de la presencia de los ancianos como un peso y la difusión de un malestar afectivo que,
en ocasiones, llega a la violencia. Es responsabilidad del Estado crear las condiciones legislativas
y laborales para garantizar el porvenir de los jóvenes y ayudarles a realizar su proyecto de fundar
una familia” (n. 6).

3. ¿Qué está pasando?


En la raíz de la difícil situación de muchas familias está un hecho, que el Papa Francisco viene denun-
ciando con fuerza:
“Dios quiso que en el centro del mundo no hubiera un ídolo, sino el hombre y la mujer, para que
saquen adelante, con su trabajo, el mundo. Pero ahora, en este sistema sin ética, en el centro
hay un ídolo, y el mundo se ha convertido en idólatra de este “dios-dinero”. ¡Manda el dinero!
Mandan todas las cosas que le sirven a él, a este ídolo” (Discurso del Papa Francisco al mundo
del Trabajo en Cagliari, septiembre 2013).
“¡La negación de la primacía del ser humano!... la dictadura de la economía sin un rostro y sin
un objetivo verdaderamente humano” (EG 55).
En el funcionamiento de nuestra economía la persona no es lo primero, en el trabajo la persona no es lo
primero. Su lugar lo ha ocupado el ídolo de la rentabilidad. En esta situación la familia se ve profunda-
mente afectada en sus funciones más elementales al servicio de la vida de las personas.
Por eso, el Papa, Francisco, planteó en el Parlamento Europeo (Noviembre, 2014) que en el cambio que
necesitamos es esencial: situar en el centro de todo la sagrada dignidad del ser humano y la afirmación
práctica de los derechos de las personas:
“Ha llegado la hora de construir juntos la Europa que no gire en torno a la economía, sino a la
sacralidad de la persona humana. El ser humano corre el riesgo de ser reducido a un mero en-
granaje que lo trata como un simple bien de consumo para ser utilizado, de modo que cuando la
vida ya no sirve a dicho mecanismo, se la descarta sin tantos reparos”.
Y se refirió a dos ámbitos básicos y estrechamente vinculados entre sí para promover el reconocimiento
de la dignidad de la persona, la familia y el trabajo:
“El primer ámbito es seguramente el de la educación, a partir de la familia, célula fundamental
y elemento precioso de toda sociedad. La familia unida, fértil e indisoluble, trae consigo los ele-
mentos fundamentales para dar esperanza al futuro. Sin esta solidez se acaba construyendo sobre
arena, con graves consecuencias sociales”.
“El segundo ámbito en el que florecen los talentos de la persona humana es el trabajo. Es hora de
favorecer las políticas de empleo, pero es necesario, sobre todo, volver a dar dignidad al trabajo,
garantizando también las condiciones adecuadas para su desarrollo. Esto implica, por un lado,
buscar nuevos medios para compaginar la flexibilidad del mercado con la necesaria estabilidad
y seguridad de las perspectivas laborales, indispensables para el desarrollo humano de los traba-
jadores. Por otro, significa favorecer un adecuado contexto social, que no apunte a la explotación
de las personas, sino a garantizar, a través del trabajo, la posibilidad de construir una familia y
de educar a los hijos”.
Vivimos en un modelo social en el que chocan la lógica que genera el dominio de la economía de la
máxima rentabilidad, beneficio y riqueza y la lógica del cuidado de la vida que nace de la dignidad del
ser humano. Desde esta lógica –que forma parte de la entraña del capitalismo– se empuja a las perso-
nas a vivir para producir y consumir siempre más. Hemos construido un modelo social en el que se ha
impuesto la lógica inhumana del vivir para producir y consumir y a esto se ha sometido la vida de las
personas.

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Así, el cuidado de la vida, esencial para el ser humano, se convierte en un coste que disminuye la renta-
bilidad económica y, por eso, se tiende a reducirlo al máximo. Por eso, nuestro modelo social tiende cada
vez más a negar en la práctica el derecho a la vida y el derecho a vivir con dignidad. Es fundamental
tener esto en cuenta porque el cuidado de la vida es esencial para el ser humano. Sin cuidarnos los unos
a los otros no podemos vivir dignamente.
Hay dos esferas o espacios de acogida y cuidado de la vida que son los más básicos y fundamentales:
el seno materno y la familia. Y en nuestro modelo social se descuidan. Es más, nuestro modelo laboral,
sometido a la lógica de la máxima rentabilidad, penaliza esas dos esferas esenciales para el cuidado de la
vida, porque desde esa perspectiva económica se perciben como “costes”, como “cargas”. Por ejemplo,
vemos cómo se penaliza la maternidad, de tal manera que no pocas mujeres tienen que elegir entre la
maternidad o el empleo, porque el ser madre está penalizado en nuestras relaciones laborales. Y vemos
igualmente cómo se penaliza la familia, porque se desean individuos lo más rentables posible, no per-
sonas con relaciones familiares, sociales... Y la dedicación a las tareas de cuidado, las necesidades de la
vida familiar, son una “carga” para la rentabilidad, hacen a las personas menos rentables.
El descuido de estas dos esferas no lo ha provocado la “crisis” financiera y económica. Ya existía antes.
La crisis lo que ha hecho ha sido agudizar aún más, porque:
1. En las familias trabajadoras que no han perdido el empleo, siguen presentes los mismos proble-
mas de horario, de movilidad laboral que dificulta la vida familiar, más incluso que antes por el
miedo a perder el puesto de trabajo.
2. Para muchas otras familias, el desempleo y la extrema precarización del empleo, les ha llevado
a verse privadas de los recursos indispensables para una vida digna.
3. Ha aumentado la desigualdad y la exclusión social en muchas familias.
4. Se han reducido y recortado aún más las prestaciones y servicios sociales para las personas y
las familias.

1. Lectura y trabajo personal o en grupo del contenido anterior.


a. Señala las cuestiones que no te quedan suficientemente claras.
b. Señala las cuestiones que más te llaman la atención.
2. Sesión de trabajo en grupo.
Puesta en común de las cuestiones anteriores y aclaraciones, si procede, del profesor.

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3. CONTRASTE PASTORAL
¿Hay organizado algo en tu parroquia, grupo o movimiento para hacer frente a tantas familias que lo
están pasando cada día peor?

¿Se implica la diócesis, el arciprestazgo o la parroquia en estas situaciones?

¿Hay conciencia de que esto es tarea cristiana y eclesial?

4. ORACIÓN

Nos pides enterrar costumbres que no ayudan,


miedos que paralizan, prejuicios que separan,
odios que matan.

Nos pides superar ilusiones irreales,


amores sin compromiso, palabras sin verdades,
camino sin horizontes.

Nos pides poner las manos en tu arado que abre surcos


de cariño, de justicia y de esperanza,
en nuestra tierra humana.

Nos pides no mirar atrás para no terminar siendo


estatuas de sal.

Nos pides que, contigo, nos la juguemos


a todo o a nada.

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Pág. 74 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
ANEXO I
LA FAMILIA Y LA VIVIENDA
EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
1. El tema de la vivienda ha sido abordado en los documentos sociales del magisterio reciente de la
Iglesia. La afirmación fundamental presenta la Vivienda como derecho específico del hombre o al me-
nos como elemento necesario del derecho del mismo a vivir una vida humanamente digna (cf. GS 26),
derecho que se ha convertido hoy en uno de los servicios o bienes cuya satisfacción tiene prioridad en el
momento actual y del que los gobiernos deben, por tanto, ocuparse:
“Es necesario que los gobiernos pongan todo su empeño para que el desarrollo económico y el
progreso social avancen al mismo tiempo y para que, a medida que se desarrolla la producti-
vidad de los sistemas económicos, se desenvuelvan también los servicios esenciales, como son,
p. ej., carreteras, transportes, comercio, agua potable, vivienda, asistencia sanitaria...” (PT 64).
2. La satisfacción de este derecho impone una política global que permita a la familia disponer del es-
pacio vital suficiente.
“Es preciso considerar bien de frente, en toda su plenitud, el deber de dar a innumerables fa-
milias, en su unidad natural, moral, jurídica y económica, un justo espacio vital que responda,
siquiera sea de una manera modesta, pero al menos suficiente, a las exigencias de la dignidad
humana” (Pío XII, Nous vous adressons, 5: AAS 42, 1950, 485-846).
“Una vivienda digna de personas humanas es condición previa para lograr la estabilidad social
que con razón la Humanidad ansía”, dijo Pío XII (cf. La vostra gradita presenza, 5: AAS 35, 1943,
172-173). El carácter de la vivienda como elemento necesario para la defensa de la familia y como
elemento integrante del nivel de vida propio del hombre, ha sido también recordado por san Pablo
VI: el hombre “tiene un derecho a la existencia, a la integridad corporal, a los medios necesarios
para un decoroso nivel de vida, como son, principalmente, el alimento, el vestido, la vivienda, el
descanso, la asistencia médica...” (PT 11).
3. Sobre las condiciones que debe reunir la Vivienda, aunque el Magisterio eclesiástico no haya entrado,
como es lógico, en demasiados detalles, pueden encontrarse en él algunos criterios generales. Así, por
ejemplo, cuando se refiere a los inconvenientes que se derivan de la falta de independencia o estrechez
de las mismas:
“Son, en efecto, los más débiles las víctimas de las condiciones de vida humana, degradantes
para las conciencias y dañosas para la institución familiar: la promiscuidad de las viviendas
populares hace imposible un mínimo de intimidad; los matrimonios jóvenes, en la vana espera
de una vivienda decente y a un precio asequible, se desmoralizan y hasta su misma unidad puede
quedar comprometida; los jóvenes abandonan el hogar demasiado reducido y buscan en la calle
compensaciones y compañías incontrolables. Es un deber grave de los responsables tratar de
dominar y de orientar este proceso” (OA 11).

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ANEXO II
LA VIVIENDA Y EL ACCESO A LA EDUCACIÓN Y LA
SANIDAD, DERECHOS SAGRADOS DE LA FAMILIA
1. La Doctrina social es un terreno fecundo para cultivar el diálogo y la colaboración en campo ecu-
ménico, que hoy día se realizan en diversos ámbitos a gran escala: en la defensa de la dignidad de las
personas humanas; en la promoción de la paz; en la lucha concreta y eficaz contra las miserias de nuestro
tiempo, como el hambre y la indigencia, el analfabetismo, la injusta distribución de los bienes y la falta
de vivienda (CDSI 535).
2. La falta de viviendas es grave en muchas partes del mundo, tanto en las zonas rurales como en las
grandes ciudades, porque los presupuestos estatales sólo suelen cubrir una pequeña parte de la deman-
da. No sólo los pobres, sino una gran parte de la sociedad sufre serias dificultades para acceder a una
vivienda propia. La posesión de una vivienda tiene mucho que ver con la dignidad de las personas y con
el desarrollo de las familias (cf. LS 152).
3. El acceso a la educación y a la sanidad, la lucha contra la desnutrición y el esfuerzo por asegurar a
todos una vivienda digna, ha de tener un puesto principal en un plan de desarrollo que se preocupe de la
dignidad humana. En última instancia, la grandeza del ser humano consiste en trabajar por la dignidad
de sus semejantes. (Papa Francisco, 28 de noviembre de 2015, discurso a la clase dirigente).
4. En cada lugar y circunstancia, los cristianos, alentados por sus Pastores, están llamados a escuchar el
clamor de los pobres, como tan bien expresaron los Obispos de Brasil: “Deseamos asumir, cada día, las
alegrías y esperanzas, las angustias y tristezas del pueblo brasileño, especialmente de las poblaciones de
las periferias urbanas y de las zonas rurales –sin tierra, sin techo, sin pan, sin salud– lesionadas en sus
derechos” (EG 191).
5. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir
mi voz a la de ustedes: las famosas “tres T”: tierra, techo y trabajo, para todos nuestros hermanos y
hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el
clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra. (cf. Papa Francisco, discurso a
los Movimientos Populares, 9 de julio de 2015).
6. ¿Por qué estamos sin hogar, por qué estamos sin un techo? Son preguntas que muchos de ustedes pue-
den hacerse a diario, y se las hacen. Al igual que José se cuestionan: ¿Por qué estamos sin un techo, sin
un hogar? Y a los que tenemos techo y hogar son preguntas que nos harán bien también: ¿Por qué estos
hermanos nuestros están sin hogar, por qué estos hermanos nuestros no tienen techo? Las preguntas de
José siguen presentes hoy. (cf. Papa Francisco, discurso a los sin techo, 24 de septiembre de 2015).
7. No hay ningún motivo de justificación social, moral o del tipo que sea para aceptar la falta de aloja-
miento. Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas
a nuestro lado. No nos deja solos. Jesús no solo quiso solidarizarse con cada persona, no solo quiso que
nadie sienta o viva la falta de su compañía y de su auxilio y de su amor. Él mismo se ha identificado
con todos aquellos que sufren, que lloran, que padecen alguna injusticia. Él lo dice claramente: “Tuve
hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero y me dieron alo-
jamiento” (Mt 25,35). (Ib.).
8. La falta de una vivienda digna o adecuada suele llevar a postergar la formalización de una relación.
Hay que recordar que “la familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida familiar y pro-
porcionada al número de sus miembros, en un ambiente físicamente sano, que ofrezca los servicios bási-
cos para la vida de la familia y de la comunidad”. Una familia y un hogar son dos cosas que se reclaman
mutuamente. Este ejemplo muestra que tenemos que insistir en los derechos de la familia, y no sólo en
los derechos individuales (AL 44).

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ANEXO III
Instituto Social León XIII
Centro para la Investigación y Difusión de la
Doctrina Social de la Iglesia
Retiros y talleres de oración
a partir del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia
La familia, célula vital de la sociedad
Mt 19,1-12
Vocaciones al amor: don y opción por el Reino
La vocación al matrimonio, al ministerio sacerdotal, a la vida consagrada, son vocaciones al amor, un
don de Dios y una respuesta generosa a su proyecto de salvación. La raíz vocacional está normalmente
en la familia, en el corazón del ardor familiar configurado por el amor. Así, la familia cristiana realiza
su vocación de anuncio, propuesta y acompañamiento de la vocación de sus hijos a partir de su palabra
y del testimonio lleno de afecto y generosidad.
Este retiro o taller de oración quiere contemplar la realidad familiar vivida por cada uno y desde su
vocación específica, con la finalidad de profundizar en la misión de la familia tal como la presenta el
Compendio de Doctrina social de la Iglesia, en cuanto la contempla como célula vital de la sociedad y
primera sociedad natural. Iluminada por la luz del mensaje bíblico, la Iglesia considera la familia como
la primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios, y la sitúa en el centro de la vida
social: “relegar la familia a un papel subalterno y secundario, excluyéndola del lugar que le compete
en la sociedad significa causar un grave daño al auténtico crecimiento de todo el cuerpo social”. (Juan
Pablo II, Carta a las familias Gratissimam sane, 17).
La familia, ciertamente, nacida de la íntima unión de comunión de vida y de amor conyugal fundada
sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer (cf. GS 48), posee una específica y original dimensión
social, en cuanto lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad (cf.
AA 11): es una institución divina, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organiza-
ción social” (Compendio DSI, 211).
“En la familia se aprende a conocer el amor y la fidelidad del Señor, así como la necesidad de correspon-
derle (cf. Ex 12,25-27; 13,8.14-15; Dt 6,20-25; 13,7-11; 1Sam 3,13). Los hijos aprenden las primeras y más
decisivas lecciones de sabiduría práctica a las que van unidas las virtudes (cf. Prov 1,8-9; 4,1-4; 6,20-21;
Eclo 3,1-16; 7,27-28). Por todo ello, el Señor se hace garante del amor y de la fidelidad conyugales (cf.
Mal 2,14-15). Jesús nació y vivió en una familia concreta aceptando todas sus características propias y
dio así una excelsa dignidad a la institución matrimonial constituyéndola como sacramento de la nueva
alianza. (cf. Mt 19-3-9). En esta perspectiva, la pareja encuentra su plena dignidad y la familia su soli-
dez” (Compendio de DSI, 210).

1. Importancia de la familia y de la persona para la sociedad


Llevar a la oración personal y de la Iglesia esta realidad tan íntima y cercana a cada uno de nosotros
como es la familia nos lleva, de entrada, a una relación con Dios que pasa por la experiencia connatural
de haber experimentado su amor en el afecto que hemos recibido de nuestros padres y de toda familia,
a pesar de las dificultades que puedan haber existido en nuestra misma casa o provenientes de fuera de

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ella. La vivencia de la oración en familia, por muy sencilla que sea o haya sido, siempre deja grabada
en el corazón de quienes la comparten una referencia inolvidable: la de un Dios que es Padre, cercano y
accesible gracias a la persona de su Hijo Jesús. Ello incide directamente en la relación entre las personas
y la variada experiencia de la sociabilidad humana.
El Compendio de DSI nos ofrece unas magníficas pautas para profundizar en ello y hacerlo tema y con-
tenido de oración, tanto si valoramos la importancia de la familia para la persona individual como si la
referimos a la sociedad.
1. En primer lugar, la familia es importante y central en relación con la persona. En esta cuna de vida y
de amor, la persona nace y crece. Cuando nace un niño, la sociedad recibe el regalo de una nueva perso-
na, que está “llamada, desde lo más íntimo de sí a la comunión con los demás y a la entrega a los demás”
(ChL 40). En la familia, por tanto, la entrega recíproca del hombre y de la mujer unidos en matrimonio,
crea un ambiente de vida en el cual el niño puede “desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente
de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible. La primera estructura fundamental
a favor de la ecología humana es la familia, en cuyo seno el hombre recibe la primeras nociones sobre
la verdad y el bien; aprende que quiere decir amar y ser amado y, por consiguiente, que quiere decir en
concreto, ser una persona” (cf. CA 39).
2. En segundo lugar, la familia, comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana,
contribuye en modo único e insustituible al bien de la sociedad. La comunidad familiar nace de la co-
munión de las personas: “La comunión se refiere a la relación personal entre el yo y el tu. La comunidad,
en cambio, supera este esquema apuntando hacia una sociedad, un nosotros. La familia, comunidad de
personas, es por consiguiente la primera sociedad humana” (Juan Pablo II, Carta a las familias Gravis-
simam sane, 7). Una sociedad a medida de la familia es la mejor garantía contra toda tendencia de tipo
individualista o colectivista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atención en cuanto fin
y nunca como medio.
Dice el Catecismo de la Iglesia católica:
• “La familia constituye el medio natural para la iniciación del ser humano en la solidaridad y
en las responsabilidades comunitarias. Los padres deben enseñar a los hijos a guardarse de los
riesgos y las degradaciones que amenazan a las sociedades humanas” (2224).
• “Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Testimonian esta respon-
sabilidad, ante todo por la creación de un hogar, done la ternura, el perdón, el respeto, la fideli-
dad y el servicio desinteresado son norma. La familia es un lugar apropiado para la educación
de las virtudes. Esta requiere el aprendizaje de la abnegación, de un sano juicio, del dominio de
sí, condiciones de toda libertad verdadera. Los padres han de enseñar a los hijos a subordinar las
dimensiones materiales e instintivas a las interiores y espirituales” (2223).
• “Por la gracia del sacramento del matrimonio, los padres han recibido la responsabilidad y el
privilegio de evangelizar a sus hijos. Desde su primera edad, deberán iniciarlos en los misterios
de la fe, de los que ellos son para sus hijos los “primeros heraldos”. Desde su más tierna infan-
cia, deben asociarlos a la vida de la Iglesia. La forma de vida en la familia puede alimentar las
disposiciones afectivas que, durante toda la vida, serán auténticos cimientos y apoyos de una fe
viva” (2225).

2. El matrimonio, fundamento de la familia


Éstas son las palabras de Jesús que nos vinculan al proyecto de Dios sobre la relación humana: “¿No ha-
béis leído en la Escritura que Dios, al principio, «hombre y mujer los creó»? Y dijo: «Por eso, el hombre
dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos serán como una sola persona». Así que
ya no son dos, sino uno solo. Por lo tanto, no separe el hombre lo que Dios ha unido”. (Mt 19,4-6).
Dice el Compendio de DSI que “la familia tiene su fundamento en la libre voluntad de los cónyuges de

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unirse en matrimonio, respetando el significado y los valores propios de esta institución, que no depende
del hombre, sino de Dios mismo” (nº 215). “Ningún poder puede abolir el derecho natural al matrimonio
ni modificar sus características ni su finalidad. El matrimonio tiene características propias, originales y
permanentes” (nº 216).
Los rasgos característicos del matrimonio son: la totalidad, en razón de la cual los cónyuges se entregan
recíprocamente en todos los aspectos de la persona, físicos y espirituales; la unidad que los hace “una
sola carne” (Gén 2,24); la indisolubilidad y la fidelidad que exige la donación recíproca y definitiva; la
fecundidad a la que naturalmente está abierto (cf. FC 13).
El matrimonio, en su verdad objetiva, está ordenado a la procreación y educación de los hijos (cf. GS
48.50). Sin embargo, no ha sido instituido únicamente en orden a la procreación: su carácter indisoluble
y su valor de comunión permanecen incluso cuando los hijos, aún siendo vivamente deseados, no llegan
a coronar la vida conyugal. Los esposos, en este caso, “pueden manifestar su generosidad adoptando
niños abandonados o realizando servicios abnegados en beneficio del prójimo” (CEC 2379) [nº 218].

3. La familia, Iglesia doméstica o pequeña Iglesia


El sacramento del matrimonio asume la realidad humana del amor conyugal con todas las implicaciones
y “capacita y compromete a los esposos y a los padres cristianos a vivir su vocación de laicos, y, por
consiguiente, a buscar el Reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios”
(FC 47; cf. LG 31).
Íntimamente unida a la Iglesia por el vínculo sacramental que la hace Iglesia doméstica o pequeña Igle-
sia, la familia cristiana está llamada “a ser signo de unidad para el mundo y a ejercer de ese modo su
función profética, dando testimonio del Reino y de la paz de Cristo, hacia el cual el mundo entero está
en camino” (Ib. 49).

4. Los cónyuges cristianos, signo e instrumento de la caridad de Cristo


Sigue diciendo el Compendio de DSI que “la caridad conyugal, que brota de la caridad misma de Cristo,
ofrecida por medio del Sacramento, hace a los cónyuges cristianos testigos de una sociabilidad nueva,
inspirada por el Evangelio y por el Misterio pascual. La dimensión natural de su amor es constantemente
purificada, consolidada y elevada por la gracia sacramental. De esta manera, los cónyuges cristianos,
además de ayudarse recíprocamente en el camino de la santificación, son en el mundo signo e instru-
mento de la caridad de Cristo. Con su misma vida, están llamados a ser testigos y anunciadores del
sentido religioso del matrimonio, que la sociedad actual reconoce cada vez con más dificultad, especial-
mente cuando acepta visiones relativistas del mismo fundamento natural de la institución matrimonial”
(nº 220).

Lectio divina
1. Partimos de la vida
• La experiencia personal de mi vida de familia:
• ¿Qué influencia ha ejercido sobre mi vida?
• ¿Qué valores me ha transmitido y me transmite?
• ¿Qué he aportado a mi familia?
• ¿Qué incidencia ha tenido mi familia en el planteamiento de mi vocación cristiana?
(al matrimonio, al sacerdocio, a la vida consagrada, etc.)
• ¿Qué valoración hago de esta influencia?

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2. Escuchamos la Palabra de Dios
Después de un tiempo de silencio que nos ayude a acoger la Palabra de Dios, la leemos pausadamente y
la escuchamos con atención. A continuación dejamos unos momentos para que cada uno repase perso-
nalmente el texto. Se trata de compartir la resonancia del texto evangélico en la propia vida, aportando
cada uno y de manera sencilla lo que está descubriendo.
Mt 19, 1-12
Después de haber dicho estas cosas, Jesús se marchó de Galilea y llegó a la región de Judea que
está al oriente del Jordán. Mucha gente le siguió, y allí sanó a los enfermos. Unos fariseos se acer-
caron a Jesús, y para tenderle una trampa le preguntaron: —¿Le está permitido a uno separarse de
su esposa por un motivo cualquiera?
Jesús les contestó: —¿No habéis leído en la Escritura que Dios, al principio, “hombre y mujer los
creó”? Y dijo: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los
dos serán como una sola persona”. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por lo tanto, no separe el
hombre lo que Dios ha unido.
Ellos le preguntaron: —¿Por qué, pues, mandó Moisés entregar a la esposa un certificado de se-
paración cuando se la despide?
Jesús les dijo: —Precisamente por lo tercos que sois os permitió Moisés separaros de vuestras
esposas; pero al principio no fue así. Yo os digo que el que se separa de su esposa, a no ser por
motivo de inmoralidad sexual, y se casa con otra, comete adulterio.
Le dijeron sus discípulos: —Si esta es la situación del hombre respecto de su mujer, más vale no
casarse.
Jesús les contestó: —No todos pueden comprender esto, sino únicamente aquellos a quienes Dios
ha dado que lo comprendan. Hay diferentes razones que impiden a los hombres casarse.
Algunos ya nacen incapacitados para el matrimonio; a otros los incapacitan los hombres, y otros
viven como incapacitados por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo
acepte.
El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, dice que “Cristo revela la verdad original del matri-
monio, la verdad del principio” (cf. Gn 2,24; Mt 19,5) y, liberando al hombre de la dureza del corazón,
lo hace capaz de realizarla plenamente. Del amor esponsal de Cristo por la Iglesia, cuya plenitud se
manifiesta en la entrega consumada en la Cruz, brota la sacramentalidad del matrimonio, cuya Gracia
conforma el amor de los esposos con el amor de Cristo por la Iglesia. El matrimonio, en cuanto sacra-
mento, es una alianza de un hombre y una mujer en el amor” (nº 219).
• ¿Qué piensa Jesús sobre el matrimonio y la familia?
¿Qué exige cualquier vocación al amor?
• ¿Cómo hacer posible la propuesta de Jesús en las actuales circunstancias?
¿Qué valores de fondo nos propone vivir?
• ¿Qué explica la reacción de los discípulos?

3. Volvemos a la vida
Recuperamos el texto bíblico y partimos nuevamente de él. Lo acogemos en nuestro interior y dejamos
que nos llegue al corazón.
• ¿Qué nos dice hoy el texto evangélico que estamos meditando y como ilumina el ser y el
hacer de la familia?

Pág. 80 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
• ¿Cómo explicar que la renuncia a casarse por causa del Reino de los cielos –en palabras de
Jesús– son un medio válido de entrega y disponibilidad pastoral?
• ¿Qué elementos de formación creemos necesarios hacia los jóvenes, e incluso imprescindi-
bles hoy, para hacer realidad el tipo de matrimonio y familia que define Jesús en evangelio
y la Iglesia propone en su enseñanza?

4. Oramos juntos
• ¿Qué oración me inspira la Palabra de Dios que hemos compartido y que expresa la actitud
que hace nacer en mi corazón contemplando toda vocación al amor, según el designio de
Dios?
Podemos también hoy rezar juntos:
Te damos gracias, Padre, por los esposos a los que has llamado a amarse para siempre, signo de
tu ternura y fidelidad.
Ayúdalos a vivir su amor como tu Hijo, Jesucristo, ama a su Iglesia, entregándose a ella hasta el
extremo de la donación de su vida.
Haz que sean siempre una sola persona y contagien el amor que viene de ti, que es respeto,
atención, solidaridad y justicia para todos los hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y niños.
Acompaña con amor de Padre a los que pasan por dificultades o padecen el dolor de una ruptura:
ábreles caminos de reconciliación y de esperanza.
Bendice con los dones de tu Espíritu Santo el amor de todos los cónyuges y de todas las familias,
para que cada casa sea la “Iglesia doméstica”, pequeña Iglesia que quieres viva en el corazón de
nuestra Iglesia y de nuestra sociedad, a la que amas.
Bendice también a los sacerdotes y a todos los que han consagrado su vida a ti por causa de tu
Reino e identificado totalmente con Jesucristo, tu Hijo. Hazlos signos vivos de tu amor por la
entrega y disponibilidad para anunciar y testimoniar tu Palabra y convocar la familia cristiana en
tu nombre.
Amén.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 81
Pág. 82 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
ALGUNAS REFERENCIAS A LA FAMILIA
EN EL MAGISTERIO
Concilio Vaticano II • fundamento de la sociedad (GS 52)
• unidad y estabilidad (CD 12) • en su seno deben ser formados los jóvenes sobre
el amor conyugal (GS 49)
• hay que garantizar su seguridad (GS 66)
• la familia cristiana proclama las virtudes del rei- • se ve perturbado por la actual situación econó-
no de Dios (LG 35) mica, socio-psicológica y civil (GS 47)

• testimonio y ejemplo (LG 35) • hará partícipes a otros de sus riquezas espiritua-
les (GS 48)
• procede del consorcio matrimonial (LG 11)
• experimenta cambios (GS 5)
• en ella nacen nuevos ciudadanos (LG 11)
• aparecen en ella discrepancias (GS 8)
• sus miembros, regenerados por el Espíritu Santo,
se hacen hijos de Dios (LG 11) • es como un primer seminario (OT 2)
• es la Iglesia doméstica (LG 11) • es vínculo necesario para el cultivo del hombre
(GS 25)
• los padres, los primeros predicadores con la pa-
labra y el ejemplo (LG 11) • Dios ha querido que todos los hombres constitu-
yan una familia (GS 24)
• importancia de su apostolado (AA 11)
• responde a la naturaleza del hombre (GS 25)
• cumplirá su misión si se ofrece como santuario
doméstico de la Iglesia (AA 11) • es derecho de la persona (GS 26)
• célula primera y vital de la sociedad (AA 11) • el derecho de fundarla lo exige la vida humana
(GS 26)
• conveniencia de su agrupación en asociaciones
(AA 11) • familia numerosa, digna de atención (GS 50)
• cómo cumplirá su misión (AA 11) • la santificó Cristo (GS 32)
• origen y fundamento de la sociedad (AA 11) • fuente de la vida social (GS 32)
• sea iniciación al apostolado (AA 30) • en ella los hijos deben educarse personal y so-
• todos deben contribuir a su progreso (GS 52) cialmente (GE 3)

• los científicos pueden contribuir a su bien (GS • es la primera escuela de virtudes sociales (GE 3)
52) • a ella compete en primer lugar el deber de edu-
• el poder civil debe reconocer su verdadera natu- cación (GE 3)
raleza (GS 52) • los introduce en la sociedad civil y el Pueblo de
• madre de la educación (GS 61) Dios (GE 3)
• en ella los hijos aprenden la jerarquía de las co- • importancia de la familia cristiana para el pro-
sas (GS 61) greso del Pueblo de Dios (GE 3)
• escuela de humanismo (GS 52) • debe ser para los hijos la primera sociedad hu-
mana e Iglesia (GE 3)
• ayuda a armonizar los derechos personales con
las demás exigencias de la vida social (GS 52) • tiene su origen en el matrimonio (GE 48)
• exige la cooperación de los esposos en la educa- • sociedad que goza de derecho propio y primor-
ción de los hijos (GS 52) dial (DH 4)
• al tratar de formarla, los hijos deben escuchar los • tiene derecho a ordenar libremente su vida reli-
consejos de los padres (GS 52) giosa (DH 4)

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 83
• dan testimonio del evangelio (AA 11) • prioridad de la familia, sociedad y Estado 214,
• manifiesta la naturaleza de la Iglesia (GS 48) 252, 254

• manifiesta la presencia del Salvador en el mundo • familia y matrimonio 215


(GS 48) • hijos, don para la familia 218,230
• importa que los niños aprendan a conocer y a • familia, Iglesia doméstica o pequeña Iglesia 220
amar a Dios (GE 3)
• familia, amor y comunión 221

Compendio de la Doctrina Social • ancianos y familia 222


de la Iglesia • promoción de la familia y entera sociedad 225
El número señalado corresponde a la página don- • uniones de hecho y familia 227
de aparece en el Compendio de la Doctrina Social
• uniones entre personas homosexuales y familia
de la Iglesia, BAC, 2005.
228
• cuestiones sociales y familia humana 9 • matrimonio monogámico y familia 229
• Concilio Vaticano II y familia humana 18 • familia, comunidad de amor y de solidaridad
• año sabático y familia de origen 24 229, 238
• familia humana e interdependencia 33 • familia, comunidad de vida 230, 244
• Iglesia y familia de los hombres 51 • procreación y subjetividad de la familia 230
• salario y familia del trabajador 91 • familia, santuario de la vida 231
• Iglesia, sociedad y familia de Dios 96 • familia y cultura de la vida 231, 237
• Gaudium et Spes y tema de la familia 96 • familias cristianas y Evangelio de la vida 231
• ruptura con Yahvé, pecado y familia 116 • familias, leyes, instituciones y derecho a la vida
231
• vida de la familia y unidad de los dos 147
• familia, paternidad y maternidad responsables
• familia e íntima naturaleza del hombre 151
232
• derecho a vivir en una familia 155
• familia y campañas de esterilización 234
• derecho a fundar una familia 155
• recién nacido y estabilidad de la familia 235
• familia y bien común 165
• familias y comunión de las generaciones 237
• familia y pleno desarrollo 168
• Declaración de los derechos del hombre y fami-
• dignidad de la persona y familia 185 lia 237
• familia y principio de subsidiariedad 187 • obra educativa, familia y hombre 238
• familia y humanización 209 • familia y educación de los hijos 239
• familia, cuna de la vida y del amor 209 • familia e institución escolar 240
• familia, amor y fidelidad del Señor 210 • familia y educación integral 242
• Jesús y familia concreta 210 • familia y derechos del niño 244
• Sagrada Familia, modelo de vida familiar 210 • subjetividad de las familias y participación 246
• familia, primera sociedad natural 211 • solidaridad y familia 246
• familia y persona 212 • familias y acción política
• familia y ecología humana 212 • familia y asociacionismo familiar 247
• familia y sociedad 213 • familia y vida económica 248

Pág. 84 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
• familia y trabajo 249, 269, 274, 284, 287, 294 Catecismo
• familia, trabajo y salario familiar 250 El número señalado corresponde al Catecismo de
• trabajo de la mujer y familia 251, 295 la Iglesia Católica.
• promover la familia, sociedad y Estado 252 1
• derechos de la familia 253 525ss
• políticas familiares y derechos de la familia 253 753ss
• identidad de la familia y otras formas de convi-
764
vencia 253
• domingo y familia 285 815

• trabajo y bien común de la familia humana 287 854


• innovaciones y familia humana 317 917ss
• científicos, cambios y familia humana 320 959
• familia humana y globalización 322 1037
• progreso y familia humana 333
1049
• empresa, madres y familia 345
1439
• solidaridad entre las generaciones y familia 367
1517
• sistema económico y familia humana 371
1632
• organismos internacionales y familia humana 371
• desarrollo económico y familia humana 372 1652ss

• acción de Dios y familia humana 428, 430 1686ss


• unidad de la familia humana 431, 432 1882
• unidad de la familia humana e ideologías 433 1908ss
• naciones y bien de la familia humana 434 1938
• conciencia de las naciones y familia 435
2183ss
• Magisterio y convivencia de la familia humana
441 2201ss

• Santa Sede y familia humana 444 2226


• familia humana y derecho al desarrollo 446 2231ss
• cooperación y familia humana 448 2265
• generaciones futuras y familia humana 467 2363
• S. Misa y paz para toda la familia de Dios 519
2373
• valores comunes a toda la familia humana 537
2390
• laico y vida en la familia 543
2685
• vida secular, vida de familia 546
2691
• persona, Iglesia y familia de los hombres 552
• defensa de la familia y convivencia 553 2831ss

• promoción de la familia y moral 569 2850

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 85
X Sínodo Diocesano
• campo prioritario del compromiso laical III 16
• creación de un Centro de orientación familiar I 34
• dimensión esencial de evangelización I 7.8, III 15
• elaborar proyecto pastoral familiar I 33
• escuela de formación al servicio de los pobres IV 13.35
• espacio privilegiado de educación fe jóvenes II 2
• espiritualidad familiar V 37
• formar a padres en catequesis presacramentales I 44
• grupos y movimientos familiares I 35
• impulsar las escuelas de padres I 38, II 30
• matrimonio, vocación y camino de santificación V 13
• presentes en la iniciación cristiana V8
• tarea esencial el servicio a la familia III 15

Código de Derecho Canónico


El número señalado corresponde al canon o cánones del Código de Derecho Canónico.
• los fieles trabajen por ésta para la edificación de la Iglesia, c. 226
• está obligada a promover las sagradas vocaciones, c. 233/1
• cura pastoral de ésta: fomentada en la oración, c. 528/1; 1248/2
• por las visitas, c. 529/1
• con ocasión del bautismo, c. 851, 2º
• ha de ser conducida a una vida más santa 196, 4º
• en la formación catequística, c. 776
• en la predicación de su unidad, estabilidad y funciones, c. 768/2
• su unidad ha de ser fomentada en el matrimonio mixto, c. 1128
• derecho y deber de los cónyugues en cuanto a la convivencia matrimonial, c. 1151
• lo que se recomienda para que se conserve en las situaciones difíciles, c. 1152/1
• o se restaure, c. 1155

Pág. 86 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
ALGUNOS ARTÍCULOS DE TEOLOGÍA
SOBRE LA FAMILIA
En la revista Selecciones de Teología
Para leer los artículos de teología hay que entrar en www.seleccionesdeteologia.net y pinchar en la
pestaña BUSCADOR.

BACQ, P., Tradición cristiana y evolución de la familia, en ST 212 (2014).


GOUJON, P., Buenas noticias para las familias, en ST 214 (2015).
HAMMAN, A., Liturgia, oración y familia en los tres primeros siglos del cristianismo, en ST 63 (1977)
HILPERT, K., Anotaciones sobre el sínodo de la familia, en ST 212 (2014).
PROVENCHER, N., Hacia una teología de la familia: la Iglesia doméstica, en ST 84 (1982).
SIEVERNICH, M., El arte del discernimiento personal y pastoral en el contexto de la familia, en ST
226 (2018).
VISCARDI, L., - GENTILI, C., Amoris Laetitia: una nueva era para la teología del matrimonio, en ST
224 (2017).

En la revista Sal Terrae


ADROHER BIOSCA, S., ¿Familia o familias?, en Sal Terrae, 2016-01-01.
AYERRA, M. P., La familia, lugar de transmisión de la fe, en Sal Terrae 2003-05-01.
AYERRA, M. P. - AYERRA, O., La familia, ámbito privilegiado de la educación para la justicia, en Sal
Terrae 1998-02-01.
AZA BLANC, G. - SANCHO ACERO, J. L., ¿Cómo prevenir las adicciones desde la familia y la escue-
la? Gonzalo, en Sal Terrae 96 (2008) 657-668; ¿Cómo prevenir las adicción desde la familia y la escuela?,
en Sal Terrae 2008-09-01.
BERASTEGUI PEDRO-VIEJO, A., Familia y trabajo: condiciones laborales y vida familiar, en Sal Te-
rrae 105 (2017) 163-178; Homosexualidad y familia, en Sal Terrae 104 (2016) 831-843; Vocación y misión
de la familia en la Iglesia y en la sociedad, en Sal Terrae 103 (2015) 501-516.
BERMEJO, J. C., Impacto de la enfermedad en el enfermo y en la familia, en Sal Terrae 2005-11-01.
BOTANA, A., La misión compartida, colaboración de sacerdotes y laicos, en Sal Terrae 2015-09- 01.
DE LA TORRE, J., ¿Qué es la familia cristiana? La que vive en el espíritu de Cristo las alegrías y penas
del hogar Javier, en Sal Terrae 105 (2017) 921-933.
EDITORIAL SAL TERRAE, Espiritualidad del matrimonio y la familia, en Sal Terrae 2011, 07,01;
Nuevas manera de ser familia, en Sal Terrae 2003-05-01.
ESPINAR FELLMANN, I., Familias reconstituidas: retos y fortalezas, FAMILIAS RECO, en Sal Te-
rrae 104 (2016) 923-933.
GARCÍA-GALLO PEÑUELA, I. - VALDÉS MOREIRAS, C., Familia, escuela, parroquia: tres pilares
en la transmisión de la fe, en Sal Terrae 2005-09-01.

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 87
GARCÍA HERRERO, J., Los padres y su implicación en la iniciación sacramental de sus hijos, en Sal
Terrae 2006-12-01.
GÓMEZ SERRANO, P. J., La familia, escuela de liberación, justicia y solidaridad, en Sal Terrae 2003-
05-01.
GRUPO MARÍA, Paro, familia e incertidumbre, en Sal Terrae 101 (2013) 453-466; “Non multa sed
multum”: padres e hijos agotados, en Sal Terrae, 2014-07-01; Solo en casa. Educación, familia y soledad,
en Sal Terrae 2007-06-01.
GUERRERO RODRÍGUEZ, P., “Llegó donde él y, al verlo, se conmovió” (LC 10,33). Cuidar de las
familias heridas, en Sal Terrae 104 (2016) 627-638.
HUARTE, M., - GARCÍA BARO, M., La autoridad en el interior de la familia. Experiencias, buenos
deseos y perplejidades, en Sal Terrae 2003-05-01.
IGEA ARISQUETA, F. - GONZÁLEZ PARRA, M., El tiempo en familia. Una historia en tres edades,
en Sal Terrae 101 (2013) 35-46.
MARTÍNEZ GARCÍA, C., Del menor como objeto de protección al niño como sujeto de derechos, en
Sal Terrae 104 (2016) 359-372.
MARTÍNEZ MAROTO, A., Envejecimiento, dependencia y familia, en Sal Terrae 105 (2017) 255-268.
MONTERO CENTENO, D., Acompañar a la persona con discapacidad intelectual y a su familia a lo
largo de la vida, en Sal Terrae 106 (2018) 525-536.
MORÁN GARCÍA-RENDULES, L., Modelos de relación en la familia y violencia infantil, en Sal Te-
rrae 2014-02-01.
ORDÓÑEZ CARABAÑO, A., Educamos para la alegría, en Sal Terrae 104 (2016) 721-736.
PALAUDÀRIES, J. M., Integración educativa, el caso de las familias marroquíes, en Sal Terrae 2001-
05-01.
PRIETO URSÚA, M., Reconciliación y familia, en Sal Terrae 105 (2017) 829-841.
PUIGGRÒS LLAVINÉS, M., Familia y escuela: juntos en el camino, en Sal Terrae 2015-05-01.
SÁEZ ORTEGA, P., Familia y escuela: desencuentro o diálogo, en Sal Terrae 2001-09-01.
SALGADO RUIZ, A., Diversidad y unidad: estructura, funciones y fortalezas de la familia, en Sal
Terrae 2015-06-01.
SANTAMARA ERAÑA, B. - SALGADO RUIZ, A., Pareja, familia, profesión, ciudadanía: el reto de
ser malabaristas sin perder el norte ni la sonrisa, en Sal Terrae 107 (2019) 245-260.
URIARTE, J. M., Por una familia cristiana, en Sal Terrae 97 (2009), 659-666.
VIDAL FERNÁNDEZ, F., El regreso de la familia extensa: desparentalización y recuperación de la
comunidad familiar, en Sal Terrae 105 (2017) 643-656; El devenir de la familia: una comunidad contra-
cultural, reflexiva y plural, en Sal Terrae 2003-05-01.

Pág. 88 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
MATERIALES DIDÁCTICOS
INSTITUTO SOCIAL LEÓN XIII
Para tener acceso a estos materiales de Doctrina Social de la Iglesia hay que entrar en el enlace
http://www.instituto-social-leonxiii.org/index.php/publicaciones/materiales-didacticos y pin-
char en la serie que se crea conveniente u oportuno. Dentro de cada serie aparecen las diversas fichas
de trabajo.

Serie crecer como personas: en el 50 aniversario de Mater et Magistra


• Actividades para trabajar la Doctrina Social de la Iglesia con niños y adolescentes

Serie didáctica: la Doctrina Social de la Iglesia en diálogo con...


• “Ciencias para el mundo contemporáneo I”
• “Ciencias para el mundo contemporáneo II”

Serie didáctica 1: la Doctrina Social de la Iglesia en diálogo con... la otra globalización


• La otra globalización

Serie didáctica 3: la Doctrina Social de la Iglesia en diálogo con... la paz


• La paz

Serie didáctica 3: la Doctrina Social de la Iglesia en diálogo con... el desarrollo


• El desarrollo. Presentación
• Ficha 1ª. ¿De qué hablamos? Desarrollo - crecimiento
• Ficha 2ª. ¿En qué consiste el desarrollo? Desarrollo integral
• Ficha 3ª. La dimensión económica y social del desarrollo. Desarrollo solidario
• Ficha 4ª. La dimensión política del desarrollo. Bien común y desarrollo
• Ficha 5ª. La dimensión ecológica del desarrollo. Desarrollo sostenible
• Ficha 6ª. La dimensión cultural del desarrollo. Desarrollo e indentidad
• Ficha 7ª. La dimensión espiritual y religiosa del desarrollo. Un humanismo pleno
• Ficha 8ª. El derecho al desarrollo. Dignidad y justicia: el desarrollo como un derecho
• Ficha 9ª. Los ámbitos del desarrollo humano. El sentido del desarrollo
• Ficha 10ª. Promover una nueva civilización. El verdadero desarrollo debe fundamentarse
en el amor

Serie didáctica 4: la Doctrina Social de la Iglesia en diálogo con... la familia


• La familia. Presentación
• Ficha 1ª. Familia ¿Quién eres?
• Ficha 2ª. Familia ¿Por qué eres?
• Ficha 3ª. Familia ¿Para quién eres?
• Ficha 4ª. Familia ¿Para qué es?

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 89
Serie conocer: para conocer la encíclica Caritas in Veritate

Serie conocer: para conocer la Doctrina Social de la Iglesia


• Hablamos de la subsidiariedad
• La construcción de una ciudad digna del hombre
• Grandes respuestas a grandes cuestiones sociales

Serie laicado: cristianos en el mundo. Somos responsables


• Cristianos en el mundo. Somos responsables (Introducción)
• Ficha 1ª. Cristianos responsables: ¿De qué? (Guía del animador y ficha de trabajo)
• Ficha 2ª. Cristianos responsables: ¿Por qué? (Guía del animador y ficha de trabajo)
• Ficha 3ª. Cristianos responsables: ¿Dónde? (Guía del animador y ficha de trabajo)
• Ficha 4ª. Cristianos responsables: ¿Con quién? (Guía del animador y ficha de trabajo)
• Ficha 5ª. Cristianos responsables: ¿Cómo? (Guía del animador y ficha de trabajo)

Serie espiritualidad: retiros y talleres de oración a partir del Compendio de la DSI


• Introducción
• Ficha 1ª. La persona humana en el designio de amor de Dios
• Ficha 2ª. Evangelización y Doctrina social de la Iglesia
• Ficha 3ª. La persona humana y sus derechos
• Ficha 4ª. La familia, célula vital de la sociedad
• Ficha 5ª. El trabajo humano
• Ficha 6ª. El uso de los bienes
• Ficha 7ª. La comunidad política

Serie Catequética: catequesis sociales a partir del Compendio de la DSI


• Catequesis sociales. Introducción
• Ficha 1ª. Dios se ha enamorado de vosotros
• Ficha 2ª. Id y anunciad el evangelio
• Ficha 3ª. Derechos humanos
• Ficha 4ª. Destino universal de los bienes

Cuadernos. Instituto Social León XIII

Para tener acceso a estos Cuadernos hay que entrar en el enlace


www.fpablovi.org/index.php/publicaciones/coleccion-cuadernos
y pinchar en la serie que se crea conveniente u oportuno.

Pág. 90 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
VOCABULARIO

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 91
VOCABULARIO

Pág. 92 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
CALENDARIO DE SESIONES
“FORMACIÓN BÁSICA”
DÍA MES LUGAR HORA

CALENDARIO DE SESIONES
“FORMACIÓN ESPECÍFICA”
DÍA MES LUGAR HORA

CALENDARIO DE OTRAS ACTIVIDADES


DÍA / MES ASUNTO LUGAR HORA

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Pág. 94 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
Calendario diocesano
2019 - 2020
XIV Encuentro Diocesano de Capacitación Pedagógica

UNIDADES PASTORALES
Proceso, pedagogía y acompañamiento

Encuentro-retiro de Adviento
• Pago de San Clemente, sábado, 14 de diciembre de 2019

Ejercicios espirituales
• Pago de San Clemente, 7 de marzo de 2020

• Cabezuela del Valle, 14-15 de marzo de 2020

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 95
Pág. 96 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”
Se terminó de imprimir este volumen de
“La Familia: La alegría del amor compartido
en el matrimonio y la familia, desde
la Doctrina Social de la Iglesia”,
de la Escuela de Agentes de Pastoral,
Diócesis de Plasencia,
el día 9 de Junio del año 2019,
Solemnidad de Pentecostés,
en los talleres de Hermanos del Castillo,
Madreselva, 17, Navalmoral de la Mata, Cáceres.

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia” Pág. 97
Pág. 98 Formación Básica: La familia. “La alegría del amor compartido en el matrimonio y la familia, desde la Doctrina Social de la Iglesia”

– Formación básica – Acompañamiento


• Bautismo y Confirmación • Ejercicios espirituales
• Creación, gracia, salvación (en coordinación con la Vicaría
• Doctrina Social de la Iglesia General de Pastoral)
• Eclesiología • Ejercicios espirituales en la
• El Dios de Jesucristo vida diaria
• El don de la fe • Encuentro de cristianos en la
• Eucaristía vida pública (en coordinación
• Iglesia, servidora de los pobres; con la Delegación de
Situaciones de pobreza y Apostolado Seglar)
respuesta de la Iglesia • Retiros de Adviento y de Cuaresma
• Ministerios laicales
• Misión Diocesana Evangelizadora – Documentos diocesanos
• Teología de los sacramentos • Constituciones Sinodales
• Teología del laicado • Plan General de la Formación
• La familia. “La alegría del amor de Laicos
compartido en el matrimonio y
la familia, desde la Doctrina – Doctrina Social
Social de la Iglesia” de la Iglesia
• Eucaristía y Doctrina Social
– Formación específica de la Iglesia
• Apostolado seglar • Familia y Doctrina Social
• Cáritas de la Iglesia
• Pastoral familiar • Laicado y Doctrina Social
• Pastoral rural misionera de la Iglesia
• Teología y pastoral catequética • Misión Diocesana Evangelizadora
y Doctrina Social de la Iglesia
– Talleres • Trabajo digno y Doctrina Social
• Bautismo y Confirmación de la Iglesia
• Cáritas
• Doctrina Social de la Iglesia – Otros documentos
• Eclesiología • Católicos en la vida pública
• Espiritualidad para una pastoral • Evangelii Gaudium
misionera y evangelizadora • Iglesia en misión al servicio de
• Eucaristía nuestro pueblo (Plan Pastoral
• Teología de los sacramentos 2016-2020. CEE)
• Gaudete et exultate
– Capacitación • Iglesia, servidora de los pobres
Pedagógica • La pastoral obrera de toda
• Acción evangelizadora la Iglesia
• Análisis de la realidad • Laudato si
• Claves pedagógicas para una • Los cristianos laicos, Iglesia
acción misionera y evangelizadora en el mundo
• Importancia de la formación de • Misericordiae Vultus
los fieles laicos en la Diócesis • Por un trabajo al servicio de
• Lectura creyente de la realidad todo el hombre
• Orar desde la Palabra de Dios
(lectura orante del Evangelio)
• Pedagogía de la acción
• Programación pastoral
• Proyecto personal de vida
• Revisión de vida
• Unidades pastorales
Todos los documentos están disponibles en la página web de la Dióce-
sis www.diocesisplasencia.org en la pestaña “Pastoral” se abre el des-
plegable y se selecciona “Formación” y desde ahí se pincha “Escuela
de Agentes de Pastoral” y dentro de ésta pinchar en la pestaña que se
quiera: “Formación básica”, “Formación específica”, “Talleres”, “Capa-
citación pedagógica”, “Acompañamiento”, “Documentos diocesanos”,
“Doctrina Social de la Iglesia” y “Otros documentos” donde aparecerá
la posibilidad de descargar los diversos documentos en formato PDF.
“La falta de una vivienda digna o adecuada suele llevar a postergar la for-
malización de una relación. Hay que recordar que «la familia tiene derecho a
una vivienda decente, apta para la vida familiar y proporcionada al número
de sus miembros, en un ambiente físicamente sano, que ofrezca los servicios
básicos para la vida de la familia y de la comunidad». Una familia y un ho-
gar son dos cosas que se reclaman mutuamente. Este ejemplo muestra que
tenemos que insistir en los derechos de la familia, y no sólo en los derechos
individuales. La familia es un bien del cual la sociedad no puede prescindir,
pero necesita ser protegida. La defensa de estos derechos es «una llamada
profética en favor de la institución familiar que debe ser respetada y defen-
dida contra toda agresión», sobre todo en el contexto actual donde suele
ocupar poco espacio en los proyectos políticos. Las familias tienen, entre
otros derechos, el de «poder contar con una adecuada política familiar por
parte de las autoridades públicas en el terreno jurídico, económico, social y
fiscal». A veces son dramáticas las angustias de las familias cuando, frente
a la enfermedad de un ser querido, no tienen acceso a servicios adecuados
de salud, o cuando se prolonga el tiempo sin acceder a un empleo digno.
«Las coerciones económicas excluyen el acceso de la familia a la educación,
la vida cultural y la vida social activa. El actual sistema económico produce
diversas formas de exclusión social. Las familias sufren en particular los pro-
blemas relativos al trabajo. Las posibilidades para los jóvenes son pocas y
la oferta de trabajo es muy selectiva y precaria. Las jornadas de trabajo son
largas y, a menudo, agravadas por largos tiempos de desplazamiento. Esto
no ayuda a los miembros de la familia a encontrarse entre ellos y con los
hijos, a fin de alimentar cotidianamente sus relaciones»” (AL 44)

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