Stephanie Kwolek fue una química estadounidense que inventó el Kevlar, una fibra sintética 5 veces más resistente que el acero que se usa en chalecos antibalas. Trabajando para DuPont, desarrolló el Kevlar de forma accidental mientras experimentaba con nuevos polímeros a bajas temperaturas en 1964. El Kevlar resultó ser extremadamente resistente y ligero, y ahora tiene más de 200 usos industriales y militares. Kwolek recibió numerosos honores por su descubrimiento antes
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Stephanie Kwolek fue una química estadounidense que inventó el Kevlar, una fibra sintética 5 veces más resistente que el acero que se usa en chalecos antibalas. Trabajando para DuPont, desarrolló el Kevlar de forma accidental mientras experimentaba con nuevos polímeros a bajas temperaturas en 1964. El Kevlar resultó ser extremadamente resistente y ligero, y ahora tiene más de 200 usos industriales y militares. Kwolek recibió numerosos honores por su descubrimiento antes
Stephanie Kwolek fue una química estadounidense que inventó el Kevlar, una fibra sintética 5 veces más resistente que el acero que se usa en chalecos antibalas. Trabajando para DuPont, desarrolló el Kevlar de forma accidental mientras experimentaba con nuevos polímeros a bajas temperaturas en 1964. El Kevlar resultó ser extremadamente resistente y ligero, y ahora tiene más de 200 usos industriales y militares. Kwolek recibió numerosos honores por su descubrimiento antes
Stephanie Kwolek fue una química estadounidense que inventó el Kevlar, una fibra sintética 5 veces más resistente que el acero que se usa en chalecos antibalas. Trabajando para DuPont, desarrolló el Kevlar de forma accidental mientras experimentaba con nuevos polímeros a bajas temperaturas en 1964. El Kevlar resultó ser extremadamente resistente y ligero, y ahora tiene más de 200 usos industriales y militares. Kwolek recibió numerosos honores por su descubrimiento antes
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Ingeniería y Sociedad
Trabajo Práctico N°1: Biografía de Stephanie Kwolek
Aufrere, Candela Nayré Galli, Juliana Reynaga, Federica Merlina Reynaga, Lourdes Antonella Stephanie Kwolek ¿Quién fué? Stephanie Kwolek nació en New Kensington, el 31 de julio de 1923, fue una química polaco-estadounidense, inventora del poliparafenileno tereftalamida conocido como Kevlar, una fibra de alta resistencia de color amarillo, que puede ser hasta cinco veces más resistente que el acero y que en la actualidad es utilizada en la elaboración de chalecos antibalas.
Su padre, un apasionado naturalista le inculcó la pasión por la ciencia, mientras
que su madre, ama de casa y costurera, despertó su interés por las fibras, los colores y las texturas de las telas. Estas dos pasiones acabarían por ser determinantes para su futuro. Inicio de su carrera Stephanie se graduó en Química en la Margaret Morrison Carnegie College en 1946. Su idea era trabajar como química de forma temporal hasta poder costearse la facultad de medicina, su verdadera vocación de entonces. Ese mismo año, el químico Charch, inventor del celofán impermeable (1927) y jefe de investigación de fibras textiles sintéticas en Dupont le ofreció un puesto en la empresa en Buffalo (Nueva York) que ella aceptó. Primer descubrimiento En 1950, Stephanie fue trasladada a Wilmington al laboratorio de investigación de fibras sintéticas de la misma empresa. Allí, trabajó en el nylon descubierto en 1935 por Carothers para DuPont, también propietaria de otros materiales sintéticos como el neopreno (1930) o el teflón (1938), y desarrolló un novedoso y sencillo procedimiento para producirlo mediante el llamado “truco de la cuerda de nylon” Registrado por DuPont en 1957, este procedimiento le valió a Stephanie el primero de sus reconocimientos en 1959, con un premio de la Sociedad Americana de Química. Comienzo de su investigación A comienzos de la década de 1960, Stephanie comenzó a experimentar con nuevos materiales sintéticos a bajas temperaturas (entre 0º y 40ºC cuando lo usual era que fibras como el nylon se confeccionarán a partir de los 200ºC) y también con procesos de policondensación para crear polímeros muy resistentes al calor que no se derretía hasta llegar a los 400ºC. En 1964 fue puesta al mando de un equipo de investigación con el fin de diseñar un nuevo tipo de fibras sintéticas más ligeras y resistentes que el nylon, capaces de aguantar en condiciones extremas y cuyo destino sería la fabricación de neumáticos de poco desgaste con el fin de ahorrar combustible. la fibra más resistente que el acero En el proceso habitual de producción de fibras sintéticas las soluciones empleadas eran transparentes, mientras que en el caso de los polímeros de poliamidas aromáticas (aramidas) su falta de transparencia y viscosidad tras ser disueltas se debía a la presencia de cristales líquidos extremadamente fluidos y turbios. A pesar de la apariencia “no-válida” de estas soluciones, Stephanie decidió no descartar una de aquellas muestras y se la llevó a un técnico para que la hilara. Tuvo que hacer frente a la reticencia del hombre a hilar aquel material, ya que consideraba que el aspecto turbio de la disolución hacía presagiar problemas con la máquina, pero se mantuvo firme hasta conseguir hacer la prueba, y el resultado fue impresionante: la fibra resultante era mucho más resistente que el nylon, cinco veces más resistente que el acero y, además, era muy ligera. El Kevlar Había nacido el Kevlar, un polímero cristal líquido en el cual las cadenas poliméricas se orientaban de tal forma que formaban hilos de una dureza y resistencia extraordinarias, y que demostró, en ensayos posteriores, ser todavía más resistente cuando se calentaba. Ante el éxito que se auguraba, DuPont puso a todo un equipo a trabajar en esa línea y, tras solicitar su patente en 1971, comenzó a comercializar el Kevlar en 1972 . Estructura química del kevlar Usos del kevlar Sus primeros usos, como se había planificado, tuvieron lugar en neumáticos, pero actualmente cuenta con más de doscientas aplicaciones. El más conocido es su uso en la fabricación de chalecos antibalas usados por policías y militares a nivel mundial. (a pesar de no haber estudiado medicina, Stephanie cumplió su sueño de salvar vidas), sus usos en la industria marítimo-naval, petrolera y náutica. Los cabos de Kevlar para ambientes marinos son un 95% más ligeros que los de acero a igual resistencia, por lo que se han ido incorporando, por ejemplo, a cabos de salvamento y remolque. La resistencia de este material también permite llevar a cabo operaciones vitales en instalaciones petrolíferas offshore. Por su parte, los usos en náutica de recreo y competición son variados también. En cuanto a las velas, el Kevlar se ha convertido en la fibra predominante para las velas de competición dado que tiene un módulo de elasticidad cinco veces superior al del PET y casi dos veces superior al del PEN. El punto débil es que el Kevlar, al igual que otras fibras de aramida tiene poca resistencia a los rayos UV, llegando a perder su resistencia el doble de rápido que el PET por los efectos de la luz solar, además de presentar una rápida pérdida de resistencia con la flexión, el plegado y el flameado, por lo que un trato cuidadoso puede resultar clave para conseguir prolongar de manera significativa la vida útil de una vela de Kevlar. Sus reconocimientos La carrera de Stephanie estuvo llena de logros, entre los cuales destacan unas 29 patentes para DuPont (la última de 1985) y su magistral invento supuso miles de millones de dólares en beneficios (un millón de chalecos antibalas vendidos hasta 2014, por ejemplo). Aquel descubrimiento, junto con el desarrollo de muchos otros materiales trajeron consigo un gran reconocimiento en el ámbito científico y público
En cuanto al reconocimiento académico, fue investida como doctora honoraria por el
Instituto Politécnico de Worcester (1981), la Universidad Clarkson de Potsdam en el Estado de Nueva York (1997) y la Universidad Carnegie-Mellon (2001), y fue miembro del Consejo Nacional de Investigación de la Academia Nacional de Ciencias (1990) y de la Academia Nacional de Ingeniería (2001). Retiro Después de cuarenta años de trabajo en DuPont, donde llegó a ser la Directora del DuPont Pioneering Lab de polímeros, y de una carrera llena de éxitos, Stephanie se retiró como investigadora en 1986, aunque continuó trabajando para Dupont Company and the National Research Council of the National Academy of Sciences (NAS) desde un puesto de consultora. Siguió trabajando para acercar a los jóvenes a la ciencia, centrándose especialmente en las niñas, y fue mentora de muchas estudiantes e investigadoras. Durante sus últimos años de vida, disfrutó de sus pasatiempos favoritos, la costura y la jardinería, hasta su muerte en Wilmington el 18 de junio de 2014, a los 90 años de edad.