Wilma Landaeta

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LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR VIOLACIÓN DE DERECHOS

HUMANOS: ORGANISMOS, FUNCIONARIOS Y ENTES PÚBLICOS.

El conocimiento de la responsabilidad del estado por violación de derechos humanos,


es un tema con muchas aristas debido a los acontecimientos de los últimos tiempos donde se
han multiplicado los comentarios, pronunciamientos, llamados y observaciones, por parte de
los organismos internacionales responsables de la vigilancia de los derechos humanos, que
hacen mención de los actos de gobiernos para la persecución de sus metas políticas.

En este contexto el Estado venezolano tiene dentro de sus fines esenciales propugnar
y garantizar, “la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos” (Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, articulo 2). En el marco de ser un Estado
democrático y social de derecho y justicia. No para la consecución de fines políticos, es el
respeto, garantía y satisfacción de los DDHH.

A estos fines y según la gravedad de tales violaciones por parte del Estado, el artículo
30 de la nuestra Constitución, establece que,

El Estado tendrá la obligación de indemnizar integralmente a las víctimas de


violaciones de los derechos humanos que le sean imputables, o a su derecho
habiente, incluido el pago de daños y perjuicios. El Estado adoptará las
medidas legislativas y de otra naturaleza para hacer efectivas las
indemnizaciones establecidas en este artículo. El Estado protegerá a las
víctimas de delitos comunes y procurará que los culpables reparen los daños
causados.

Este articulo refleja que indemnizará los hechos de violación de los derechos humanos
que le sean imputables. En cuanto a violaciones de los derechos humanos realizadas por sus
funcionarios, en el artículo 29 de la misma Constitución,

Estado estará obligado a investigar y sancionar legalmente los delitos contra


los derechos humanos cometidos por sus autoridades. Las acciones para
sancionar los delitos de lesa humanidad, violaciones graves de los derechos
humanos y los crímenes de guerra son imprescriptibles. Las violaciones de
derechos humanos y los delitos de lesa humanidad serán investigados y
juzgados por los tribunales ordinarios. Dichos delitos quedan excluidos de los
beneficios que puedan conllevar su impunidad, incluidos el indulto y la
amnistía.
Ahora bien en cuanto a si no se obtiene una respuesta inmediata por parte del estado
ante la violación de los derechos humanos, la (s) victima(s), puede acudir a entes
internacionales lo cual está sustentado por los tratados y pactos firmados por la República,
ante este caso el artículo 31 de la CRBV indica que:

Toda persona tiene derecho, en los términos establecidos por los tratados,
pactos y convenciones sobre derechos humanos ratificados por la República, a
dirigir peticiones o quejas ante los órganos internacionales creados para tales
fines, con el objeto de solicitar el amparo a sus derechos humanos. El Estado
adoptará, conforme a procedimientos establecidos en esta Constitución y en la
ley, las medidas que sean necesarias para dar cumplimiento a las decisiones
emanadas de los órganos internacionales previstos en este artículo.

Organismos, funcionarios y entes públicos encargados en Venezuela de velar por la


responsabilidad del Estado por Violación de los Derechos Humanos.

El sistema de Información sobre Institucionalidad en Derechos humanos del


MERCOSUR (SISUR), ha señalado que existen en el Estado Venezolano 33 instituciones y
8 mecanismos de articulación, esencialmente organismos dedicados a los derechos civiles y
políticos y a la protección de sectores vulnerables. También este organismo señala o suma a
este número las instituciones de protección de derechos sociales, cuya importancia política
es subrayada por el discurso oficial del gobierno.

La Constitución es explicita al establecer el deber del estado en garantizarlos


derechos humanos, y esto es a través de los órganos del Poder Público, el artículo 19 de la
CRBV señala, “respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público”. En
consecuencia el texto constitucional otorga el derecho de toda persona a la protección por
parte del Estado “a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por la ley, frente
a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de
las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes”
(CRBV, articulo 55).

En concordancia con lo antes expuesto, la institución más importante en materia de


derechos humanos, por la amplitud de su mandato que abarca todos los derechos en todo el
país, es la Defensoría del Pueblo. Esta es la Institución Nacional de Derechos Humanos
encuadrada en los Principios de París. Forma parte del Poder Ciudadano, cuya rectoría la
conforma el o la Defensor/a del Pueblo, el o la Fiscal General y el o la Contralor/a General.
La Defensoría del Pueblo lideriza la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura, un
mecanismo de articulación del que participan otras otros poderes públicos y varios
ministerios.

El artículo 280 de la CRBV, bien establece que, “la promoción, defensa y vigilancia
de los derechos y garantías establecidos en esta constitución y en los tratados internacionales
sobre derechos humanos, además de los intereses legítimos, colectivos y difusos, de los
ciudadanos y ciudadanas”. Recaen sobre la Defensoría del Pueblo, creada el 22/12/99, siete
días después de aprobado en referéndum el nuevo constitucional o la creación del Consejo
Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), como consecuencia de las recomendaciones
que una comisión de Cancilleres de la UNASUR le formuló al Estado venezolano luego de
los hechos de violencia política insurreccional animados por una parte de la oposición, entre
febrero y junio de 2014.

Otras instituciones como las vinculadas al Nuevo Modelo Policial (CGP, UNES,
VisiPol), nacen de la Reforma Policial iniciada en 2006, en la que activistas de DDHH del
país han tenido un importante protagonismo.

La relación entre la Defensoría del Pueblo y el Sistema de Justicia Penal se concreta


en el ámbito procesal; desarrollándose en tres aspectos: la legitimación activa de la
Defensoría para presentar acciones y recursos ante tribunales, la facultad de elevar
denuncias contra funcionarios en el Ministerio Público, y la facultad de velar por las
garantías del debido proceso y de la tutela judicial efectiva, en concurrencia con el
Ministerio Público, responsable de garantizar los derechos y garantías asociadas al proceso.

El Ministerio Público, también integrante del Poder Ciudadano cuenta con


dependencias dedicadas a la investigación y acusación penal contra funcionarios públicos
que violen DDHH (Dirección de Derechos Fundamentales) y con dependencias dedicadas a
la acusación penal en casos específicos de violencia de género y derechos de la niñez. La
Fiscala General (Cabeza del Ministerio Público) lideriza la Comisión de la Verdad y Contra
la Impunidad de las violaciones a los DDHH ocurridas entre 1958 y 1998, principal órgano
dedicado a la temática de Memoria y Verdad.
En el Poder Ejecutivo, la institución que concentra mayores responsabilidades en
materia de DDHH es el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia
y Paz. Su ámbito de actuación se concentra en algunos derechos civiles (vida, libertad,
integridad, justicia, seguridad, no discriminación). En particular, dentro de este Ministerio,
destacan las instituciones nacidas a partir de la Reforma Policial iniciada en 2006: el
Consejo General de Policía (CGP), la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad y
dos direcciones del Viceministerio de Sistema Integrado de Policía (VisiPol): Dirección
General de Asistencia Técnica a los Cuerpos de Policía y Dirección General de Supervisión
Disciplinaria a los Cuerpos de Policía. Este Ministerio, también cuenta con el Instituto
Nacional Contra la Discriminación Racial (INCODIR) de muy reciente creación (2014) y
con una Dirección de Derechos Humanos, cuya misión está desdibujada desde que el
Ministerio transfirió sus competencias vinculadas con la administración penitenciaria, en el
año 2012.

Aunque de muy reciente creación (2014), el Consejo Nacional de Derechos


Humanos (CNDDHH), tiene un mandato amplio en materia de DDHH por el que está
llamado a convertirse en una de las principales instituciones de DDHH del Estado
Venezolano. El CNDDHH es un Mecanismo de Articulación, dependiente de la
Vicepresidencia de la República, que cuenta con una Secretaría Ejecutiva permanente.
Articula a distintos Poderes del Estado y distintos ministerios del Ejecutivo con el fin de “…
coadyuvar en el diseño, planificación, estructuración, formulación de políticas públicas y
estrategias del Gobierno Nacional en m materia de derechos humanos” (Gaceta Oficial Nº
40.386, 03.04.14).

En la Cancillería, la institución más importante en el campo de los DDHH es la


Dirección de Asuntos Multilaterales, que lleva todo los relacionamiento internacional con
los sistemas de protección. Tiene bajo su cargo a la Agencia del Estado para los DDHH y a
la Comisión Nacional para los Refugiados.

La mayor parte de las instituciones restantes del Ejecutivo atienden derechos de


sectores específicos: mujeres, niñas y niños, jóvenes, pueblos indígenas, comunidades
afrodescendientes, personas con discapacidad, adultos mayores.
Por su parte, el Poder Judicial cuenta con una jurisdicción especial sobre violencia de
género, que incluye 47 tribunales desplegados por todo el territorio nacional y una Comisión
Nacional de Justicia de Género.

El Poder Legislativo cuenta con dos comisiones y una subcomisión dedicadas a los
DDHH. La primera (Comisión de Política Interior) prioriza el trabajo en derechos civiles y
políticos y las dos últimas, el trabajo por los derechos de los pueblos indígenas y
afrodescendientes, respectivamente.

Por otro lado el informe de SISUR tiene estadísticas de cuáles son las instituciones,
como el 43,6% (17) de las Instituciones y 7,7% (3) de los mecanismos de articulación se
dedican a la protección de derechos de sectores de especial protección; mientras que las 15
(38,5%) instituciones y el 10,3% (4) de los mecanismos de articulación restantes tienen en
su mandato la protección o promoción de algún derecho o grupo de derechos civiles o
políticos.

Según informó el Estado en informes para la Comisión Interamericana de los


derechos Humanos que, la educación tiene un sentido integral de calidad, permanente, en
igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de las
aptitudes, vocación y aspiraciones de la persona humana; es obligatoria en todos sus niveles,
desde maternal hasta el nivel medio diversificado, y la impartida por las instituciones del
Estado es gratuita hasta el pregrado universitario. Por ello, el Estado garantiza
constitucionalmente el acceso, permanencia y culminación de los estudios dentro del sistema
educativo (artículo 103), la estabilidad del docente (artículo 104), la autonomía universitaria
y la inviolabilidad del recinto universitario (artículo 109).

En este sentido, son innumerables, las noticias nacionales, regionales y locales que
no se cumple en cien por ciento la educación integral de calidad, permanente en igualdad de
condiciones y oportunidades, aquí existe una violación de los derechos humanos por parte
del Estado, porque no está garantizando ese goce, la calidad involucra satisfacción
económica, social y emocional del educador, del representante del estudiante, no hay
igualdad de oportunidades; pero cual organismo del Estado puede interferir y hacer cumplir
la responsabilidad del estado ante tal violación de los derechos humanos, al no existir
separación de poderes es una tarea muy difícil de llevar a cabo por algún organismo o ente
público.

La constitución prescribe al Estado la obligación de investigar y sancionar


legalmente los delitos contra los derechos humanos cometidos por sus autoridades. Además,
dispone de la imprescriptibilidad de las acciones para sancionar los delitos de lesa
humanidad, violaciones graves a los derechos humanos y crímenes de guerra, así como la
exclusión de los benéficos que pueda conllevar su impunidad, incluidos el indulto y la
amnistía. Nadie puede alegar que la investigación no es igual porque ha pasado mucho
tiempo (ha prescrito), como ocurre con otro tipo de delitos.

La imprescriptibilidad de las acciones judiciales dirigidas a sancionar los delitos


contra los derechos humanos también se establecen en el artículo 271 de la Constitución.

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