Alienación y Separacion
Alienación y Separacion
Alienación y Separacion
UADER
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ALIENACIÓN Y SEPARACIÓN
ALIENACIÓN: Es una palabra muy usada en la filosofía, en Hegel es estar fuera de sí.
Ser otro. En Marx es estar separado de la propia esencia. En Sartre y Merleau Ponty es
inautenticidad.
Para Lacan tendrá que ver con el primer momento de la constitución subjetiva,
momento en que el sentido viene del Otro. Es el Otro el que da significado.
En la alienación el sujeto aparece como dependiente del orden de los significantes.
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La causa se distingue de la ley, en tanto hay causa de lo que cojea. Es decir de aquello que se escapa a la
regularidad de las leyes. Aparece lo real en el lugar de la determinación.
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S XII P. 212
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Es la primera operación ya que no podría haber separación sino hubiera alienación
previa. Sin embargo no podemos pensarlas como dos operaciones separadas. En el
modo en que se produce la alienación ya está jugando la posibilidad de la separación.
En la neurosis se dan alternando una con la otra bajo la forma de pulsaciones.
El Otro precede al sujeto del inconsciente, el sujeto puro vacío, tiene que identificarse
con “los significantes amos” que toma del campo del Otro y que constituirán las
insignias del sujeto.
Tomar los significantes del campo del Otro es la alienación necesaria para el primer
tiempo de constitución subjetiva. Estos significantes van a representar al sujeto. Esta
representación es frente a otro significante, lo que anula al sujeto, lo sostiene en un
movimiento donde el sujeto está siempre reenviado a otro significante que lo represente.
(S1- S2)
Esto es la metonimia significante. Que vehiculiza la representación del sujeto, pero que
es siempre una representación en movimiento, inestable. Que se despliega en la cadena
sin que nunca se produzca una representación plena, absoluta, total. El ser se constituye
en estas identificaciones de un modo desfalleciente, porque carece de sustancialidad.
FADING es el nombre de esa desaparición del sujeto en la cadena. Particularmente en
el S2
En resumen la alienación es una operación donde el sujeto se divide entre el S1 y el S2.
Entre el significante “unario”: S1 y el “binario”: S2. Sin poder sintetizar.
Esta división se repite en acto a lo largo de su historia.
“Basta que un sujeto encuentre un sentido en un significante unario para que quede
eclipsado en otro (binario). El sujeto es esta división en acto, es lo dividido. La
“afánisis” es por el efecto del S2.
El S1 es el lapsus, el olvido, la sorpresa, la vacilación temporal, que produce la
emergencia de de algo que va en la búsqueda de su sentido. El S1 es puro sin sentido
que se dirige al S2 en búsqueda de sentido, es decir que es también el S1, un “pas de
sens”; un paso de sentido. Juego de homofonía que permite el francés.
“El rasgo unario aliena al sujeto en la identificación primordial que forma el Ideal del
yo”.4 Es la marca de una identificación primaria que aparece en el grafo como el Ideal.
El diagrama que utiliza Lacan son los círculos de Euler, y la operación es la “reunión” o
“unión” que implica poner juntos todos los elementos de los dos conjuntos menos los
que la intersección de los mismos.
Esta unión produce lo que Lacan llama la “elección forzada” o disyunción forzada
Elección que no es tal en sentido estricto. Ya que en este punto el amo del sujeto es el
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“Escritos” P 808
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Otro, no puede elegir entre el sujeto y el Otro, entre la bolsa y la vida, entre el ser y el
sentido. Por esto está dividido. Se divide. Queda como falta respecto de sí.
Zizek señala que el soldado que jura a obedecer la Bandera de su Patria debe hacerlo
libremente. Si no lo hace es arrestado. Esta libertad es la libertad reelección que tiene el
sujeto en el momento de la alienación.5
En la novela de Saramago, “El Evangelio según Jesucristo” hay un diálogo sublime, en
una barca entre Dios, el Diablo y Jesús, donde vemos claramente la operación de
alienación entre Dios y el Diablo. Están juntos para intentar convencer a Jesús que debe
llevar adelante su tarea de ser “Hijo de Dios”. A Jesús le sorprende que el Diablo y Dios
vayan juntos, cuando se esperaría que estuvieran en disyunción, donde hay una
“elección forzada”, para los creyentes: el Diablo o Dios ¡ Sin embargo en la barca
ambos están juntos para seducir con argumentos a Cristo. ¿Cuál es el secreto de ese “sin
sentido”? Que la expansión del universo de Dios es al mismo tiempo la expansión del
universo del Diablo, y que por lo tanto como se trata de una apuesta de extensión de
territorios están juntos. Reunión, donde el sin sentido que son los elementos comunes a
ambos conjuntos queda fuera de juego.
Lo que se pierde en esta “reunión” son los elementos que están en la intersección de los
conjuntos: “el sin sentido”
El deseo en los primeros seminarios tiene el atributo de ser deseo reprimido, en lenguaje
freudiano, es el deseo que es su interpretación. Es el deseo que corre bajo las palabras,
debajo de la cadena significante en ese movimiento que llamamos metonimia.
La metonimia del deseo, donde una significación remite a otra y a otra por muchas vías
llega a algo, encuentra un límite, una significación fija, congelada que indica otra cosa.
Punto real de detención. Ya no es más el objeto imaginario que produce hipnosis en
tanto objeto del deseo que está en el origen del amor y de los movimientos de masa. Es
el objeto “a” que aparece detrás, aparece como causa.
SEPARACIÓN
Cuando el Otro habla entre los significantes se cuela el deseo del Otro, transita entre
significante y significante. Está en lo que el Otro no dice, en los huecos de su discurso.
¿Por qué entre los significantes? Porque el objeto del deseo no es un significante, ni
ningún objeto empírico. Es heterogéneo al significante, es “eso” que soporta la
distancia, que hace a la “diferencia” entre S1 y S2 y que, no se agota en ese tránsito.
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Zizek, S. “El sublime objeto de la ideología” Ed. SXXI.
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Frente al deseo del Otro aparece la angustia, tal como vimos en el Grafo del deseo.
Ese punto hueco ese vacó de significante indica la castración del Otro. Se produce allí el
mal encuentro cuando aparece la falta del Otro, se produce un goce pulsional.
Será cuando se puede separar Demanda de deseo cuando pueda haber separación. Es
decir cuando se pueda preguntar:
El Otro me dice esto, pero qué me quiere decir?
Momento que podemos ejemplificar con la pregunta socrática al Oráculo de Delfos.
Dice: “eres el más sabio de los hombres”, pero “¿qué quiere decir esto?”
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Momento de constitución del fantasma. El sujeto se separa de la cadena significante, se
separa del Otro y se ajusta al objeto “a”. Puede encontrarse con el deseo del Otro. Es
decir con la castración del Otro.
Frente al vacío que responde por la pregunta respecto del deseo del Otro surge el objeto
del fantasma. Frente al vacío el neurótico supone lo que el Otro quiso decir. Para esto
es necesario que la relación entre S1 y S2 no esté solidificada, que pueda abrirse, esta
posibilidad es la de producir las creencias, las suposiciones. Ya que de ese objeto que le
falta al Otro nunca tendremos significantes que lo digan. Esta suposición se puede hacer
porque existe apertura dialéctica en la manera en que está constituida la cadena.
Permite que S1 se ligue a S3, S4…lo que implica tener creencias y poder modificar las
creencias fundamentales de la vida.
Lacan dirá que el holofraseo se relaciona con la psicosis, pero también con los
fenómenos psicosomáticos y la debilidad mental. Las tres presentan dificultades para
entrar en transferencia dado que el S1 que representa no busca un saber, no supone un
saber.
En la separación el sujeto va a quedar co-ordenado al objeto, que es un elemento no
significante, que es un elemento heterogéneo al significante.
PSICOSIS
La alienación conlleva cadenas donde los significantes están pegoteados, holofraseados.
Esto impide el espacio entre S1 y S2. Esto lleva a que en lugar de la producción de la
creencia que cubra lo que le falta al Otro, aparezca la “certeza” Certeza del goce del
Otro.
La psicosis permite pensar estas operaciones. En la psicosis nos encontramos con
sujetos que se encuentran en el lenguaje, donde la operación de alienación se efectivizó,
pero no así la de separación y por lo tanto no se encuentran en el discurso. Decimos de
ellos que están “fuera de discurso”
Alienación y separación serán “operaciones” y el efecto de estas operaciones es la
causación del sujeto.
Surge la distancia que existe entre habitar el lenguaje y habitar el discurso. Distancia
que venía siendo elaborada y que adquiere un nuevo movimiento con estos dos
conceptos.
“Lenguaje” y “discurso”. Habitar el lenguaje y habitar el discurso permite pensar la
distancia que existe entre el modo de alojarse de la neurosis y de la psicosis. Estar en el discurso
implica que hay un goce perdido. Que el sujeto está marcado por esa pérdida de goce. Que esa
marca permite el alojamiento del significante unario.
El cuerpo del psicótico es vivido de un modo diferente que el del neurótico ya que hay un goce
que no se recorta del cuerpo, el significante no agujerea y el objeto no cae. Esto es evidente en
los múltiples síntomas que afectan al cuerpo, desde las sensaciones de pérdida de órganos, a los
trastornos de la sensibilidad, que saltan a la vista de cualquiera que haya entrado en un
manicomio: pueden estar en pleno invierno sin ningún abrigo, quedarse días enteros en
posiciones corporales incomodísimas, etc, etc.
Cuando hablamos de “La carta robada” mencionamos dos tipos de comunicación Una que tiene
que ver con el lenguaje donde el objeto comanda la comunicación, y otra que tiene que ver con
el discurso donde el objeto está perdido. Cuando el objeto está perdido el mensaje que retorna
estará siempre interpretado desde el fantasma. Al igual que toda la realidad en la que viva el
sujeto. El psicótico al no poder perder el objeto queda fuera del discurso y sin recursos para
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construir un fantasma bajo el modo de la suposición o de la creencia. Por esto Lacan hablará de
“increencia” en la psicosis.
La no separación del goce es efecto del fracaso de la Metáfora Paterna, fracaso de “la
separación” No habrá verdadera “representación” del sujeto por el significante. El significante
lo aplasta, y el objeto “a” queda en medio de la cadena. Los significantes tampoco tienen
exactamente la misma cualidad y lo solicitan de un modo ilimitado, sin que haya alguno en
particular que lo represente. No hay corte entre cuerpo y goce, entre palabra y goce. Entre
palabra y cosa. Por esto las palabras pueden funcionar como cosas, y la significación emerge sin
que un significante remita a otro.
David Krezses trata el tema de alienación separación, en relación a los conceptos de “ligadura-
desligadura” respecto de la filiación. En la filiación el lazo entre generaciones es de continuidad
y de discontinuidad, corte al mismo tiempo. Critica a otros psicoanalistas que piensan el lazo
como inercialmente totalitario, como tendiendo a una ligadura, sin corte. Esto implicaría pensar
una alienación separada a la separación, y Lacan piensa las dos operaciones circularmente, es
decir una lleva a la otra aunque plantea una prioridad lógica de la alienación respecto de la
separación.
Tenemos dos ejemplos que permiten ver una situación de ligadura con desligadura del lazo en el
ejemplo que da Agamben de los ritos de los indios Vaticina
Rito de iniciación de los katcina de los indios Pueblos.
El contenido del rito secreto que se transmite es que no hay nada que transmitir,
excepto la transmisión misma, la función significante en sí"6
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¿Qué entendemos del valor significante de la transmisión? Es el valor vaciado de
contenido. No hay saber, no hay verdades respecto de quienes son los Kactina, ellos
son un engaño. Pero, entonces, ¿se transmite un engaño? Es necesario un engaño para
entender la importancia de la transmisión. Para jugar con el develamiento de una
verdad.
Se sella un pacto y una alianza entre generaciones de inclusión exclusión, a través del
secreto y el engaño. El miedo a los Kactina es, además, una de las figuras del terror
compartido.
Desde la perspectiva de la alienación separación podemos ver que el rito transmite el
“sin sentido” del miedo a los Katcina, y al mismo tiempo la necesidad de su existencia.
En las antípodas de este rito está la película La Aldea, donde se trata de un grupo de
personas que desean vivir en una comunidad ideal, protegidos de la violencia sin sentido
del mundo en el que vivían antes. A las nuevas generaciones les dicen de la existencia
de monstruos para que no atraviesen ciertos límites del poblado. En la medida en que de
lo que se huye es del encuentro con lo traumático, lo traumático y la violencia retornará
del peor modo.
Norma Barbagelata.
BIBLIOGRAFÍA
FERNANDEZ ELIDA: “LAS PSICOSIS Y SUS EXILIOS” ED. LETRA VIVA. BS.
AS. 1999