Elementos Que Debe Tener Una Demanda1
Elementos Que Debe Tener Una Demanda1
Elementos Que Debe Tener Una Demanda1
Son los requisitos comunes de todo escrito judicial. La demanda civil, como todo acto
procesal escrito de parte, debe presentarse necesariamente:
A tal fin, la ley exige que la demanda posea un contenido preciso e inequívoco que permita
al demandado saber con toda claridad quién, de quién, qué y por qué se pretende, en cuanto
a los hechos, la causa, la pretensión, las pruebas y el derecho invocado. Por ello, el
contenido de toda demanda debe reflejar clara y adecuadamente cuatro circunstancias que,
en esencia, se corresponden con los elementos de aquélla: a) quién pretende; b) respecto de
quién se pretende; c) qué se pretende y d) por qué se pretende -sujetos, objeto y causa de la
pretensión.
Deberá indicarse el nombre del juzgado, incluyendo la materia, si hay varios circuitos,
indicarlo al menos. Si hay juzgados y tribunal colegiado, es conveniente indicar si es uno y
otro.
indicar la materia a la que se dirige la demanda, algo así: Juzgado Civil del Primer Circuito
Judicial de San José.
Debe indicarse el tipo de proceso: si es ordinario -de menor o mayor cuantía-, sumario,
monitorio -de cobro o desahucio- de ejecución -prendaria o hipotecaria- o no contencioso
-identificado por la pretensión-.
El art 35.1.2 NCP exige indicar en el escrito de demanda “El nombre, las calidades, el
número del documento de identificación, el domicilio exacto de las partes y cualquier otra
información que sea necesaria. Cuando la parte sea una persona física, se indicará el sitio
exacto de residencia”.
Se requiere indicar las calidades de los sujetos procesales activo y pasivo – nacionalidad,
estado civil, profesión, es mayor o menor de edad, etc.- además su identificación –cédula
personal, jurídica o pasaporte- y el domicilio para efectos de notificación –del demandado-.
Este segundo requisito de la demanda tiene como finalidad, determinar la condición con
que se actúa, individualizar a las partes y determinar los sujetos que quedarán sometidos al
proceso y sobre quienes desplegará su eficacia la cosa juzgada de la sentencia que se dicte,
puesto que uno de los elementos de la cosa juzgada es el elemento subjetivo, que estará
determinado por la vinculación activa y pasiva fijada en la demanda.
También tiene relevancia para determinar a priori la falta de legitimación evidente, eventual
examen de una litis pendencia, cosa juzgada, la acumulación de procesos, finalmente el
examen de la capacidad y representación de los sujetos que actuarán en el proceso.
Los hechos son la unidad fáctica sobre la cual se apoya la pretensión del actor y como se
verá, el actor tendrá la carga de demostrarlos. Deben verse como una unidad lógica de
acontecimientos jurídicamente relevantes que describan el origen, desarrollo y situación del
conflicto y que contengan los presupuestos de fondo de la pretensión -pues constituyen para
de la causa petendi-. Ello implica una adecuada técnica de planteamiento y exposición.
En el escrito inicial se deben señalar los hechos que sustentan la pretensión -NCPC, 35.1.3-,
en este caso concreto, han de precisarse las situaciones fácticas que dan lugar a la petición,
puesto que de no ser así lo colocaría en indefensión al demandado, al no poder refutarlo ni
ofrecer pruebas necesarias para neutralizarlas o desvirtuarlas, por no saber de qué
defenderse. No ha de tratarse de una simple narración, sino que los hechos deben expresar
con claridad la existencia de la conducta que reclama la contraria, de interés para el
proceso, que se reconozca como susceptible de fundamentar la declaración del derecho en
el fallo.
Otra innovación del NCPC es la exigencia de que ahora los daños y perjuicios sean
cuantificados, sin importar si se reclaman como accesorios o como pretensión principal,
esto cuando el tipo de proceso permita este tipo de pretensión.
Este requisito exigido en el numeral 35.1.4 NCPC, tiene su fundamento en el hecho de que
el demandado debe saber cuál es el límite del objeto de la pretensión, para así ejercer en
forma adecuada su defensa. También para conocer la causa petendi que fundamenta la
pretensión y finalmente el quantum o límite patrimonial de las pretensiones del actor; y por
supuesto, es parte de la lealtad en el debate.
Por otro lado, la exigencia de este requisito es un derecho del demandado, para impugnar
mediante excepciones, pruebas y alegaciones el nexo de causalidad del resarcimiento, la
razonabilidad, la proporcionalidad y el límite de los montos pretendidos.
El requisito de indicar “su causa”, se refiere al motivo que origina los daños y perjuicios.
Debe entenderse como el origen de todos o un grupo de daños, por ejemplo, consecuencia
del “incumplimiento contractual”, “hecho dañoso” de la “lesión”, del “accidente”, de tal
conducta del demandado.
Para que surja el deber de indemnizar proveniente de la responsabilidad civil, cuando se
reclaman daños y perjuicios, debe existir un nexo de causalidad entre conducta y daño; es
decir, el daño debe ser la consecuencia directa e inmediata de la conducta para los efectos
del resarcimiento -art. 706 CCi-. Esto es lo que se conoce como relación de causalidad,
pues para que el reclamo de responsabilidad civil –contractual o extracontractual- pueda
tener éxito, debe acreditarse la existencia de una relación causa-efecto entre el factor de
atribución y el daño indemnizable.
El daño que aquí individualmente se describe y estima, debe tener como base o vínculo la
causa o motivo que los origina, lo cual debe verse reflejado en la relación fáctica –los
hechos-, pues para cada pretensión indemnizatoria debe existir un hecho en esa relación
fáctica y así encontrar la justificación que la norma exige.
En síntesis, cada daño o perjuicio que se pretende debe estimarse de manera individual,
lógicamente esa individualización será la de aquellos que en la sección anterior el
demandante ha explicado con una “indicación en forma separada” y “descripción…de cada
uno” y “su causa”. Nuevamente, no puede estimarse un daño o perjuicio que no se ha
reclamado o especificado en la subsección “descripción” y “su causa”.
Finalmente, esa fijación que se hace de los daños y perjuicios es en el entendido que es
provisional –art. 35.3.4 NCPC-. Primero, porque es una exigencia de la ley, segundo
porque en ese momento se carece de pruebas que cuantifiquen de antemano ese
trascendencia patrimonial líquida –aunque se tenga un informe pericial privado como
permite el Código-, y finalmente, porque el art. 62.1 NCPC permite la condena en
abstracto, siempre y cuando “se hubiera demostrado la existencia de dichos extremos pero
no su cuantía o extensión, se podrá condenar en abstracto indicando las bases sobre las
cuales se ha de hacer la fijación”, con lo cual la fijación inicial de la pretensión, salvo
renuncia expresa del actor, no impone un límite definitivo, máximo si la estimación fue
proyectada o acaecieron otros daños o perjuicios en el curso del proceso o la condena
impuso una indexación o reconocimiento de esos daños a posteriori.
Deben citarse en forma concreta, el artículo o normas de fondo, las normas procesales y
demás fuentes normativas que fundamentan la pretensión. No es necesario transcribir las
normas, menos explicarlas y así revelar la posible la estrategia o detalles de la teoría del
caso.
Este requisito se refiere a la pretensión procesal, es decir, lo pedido -la petitoria- que se
solicita se reconozca en el fallo, no a la pretensión material. Es el fin concreto que el actor
persigue; es decir, que las declaraciones que pretende se hagan en la sentencia. Esa
pretensión es, por tanto, el petitum de la demanda, lo que se pide sea reconocido o
declarado a favor del actor en la demanda.
La petitoria fija las pretensiones sobre las cuales el juez debe resolver, incurriendo en
incongruencia, por ultra petita o extra petita, si concede más, o cosa diversa de lo pedido.
Ese petitum, al igual que los hechos, debe ser claro, preciso e individualizado. En
consecuencia, no debe ser abstracta o indeterminada. Y lo de “individualizada” se refiere a
que tiene que ser puntual, específica y detallada.
En una técnica más depurada, las pretensiones no pueden comprender aspectos que no
originen un pronunciamiento decisorio de la controversia. No debe incluirse como tales,
aspectos interlocutorios, meras enunciaciones sin contenido declarativo o constitutivo –ejp
“se declare con lugar esta demanda” “que son ciertos los hechos demandados”-, reiteración
de hecho en forma de petición, cuestiones que no producirán una modificación en el mundo
jurídico o no innovan a la cuestión debatida o meramente enunciativas, pero sin ningún
contenido decisorio. Tales extremos deben ser rechazados de manera expresa y aun de
manera presunta.
a) La estimación justificada, esto es, porqué se arriba a ese monto, que tiene que ver
con el objeto de lo que se pretende, puede ser “con base en el total de los daños y
perjuicios reclamado” “el valor del bien reclamado” “en virtud del objeto de la
pretensión se estima esta demanda en”
b) Debe hacerse en moneda nacional, salvo “cuando existan pretensiones en moneda
extranjera se usará el tipo de cambio respectivo al momento de su presentación, sin
perjuicio de que en sentencia se pueda conceder lo pedido en la moneda solicitada”.
c) La estimación –que es diferente a la cuantía- debe hacerse respetando las reglas
establecidas en el artículo 35.3 NCPC, que consagra como principio general “el
interés económico de la demanda “, esto es, el valor del objeto, en sentido genérico
como lo que se reclama- o cosa reclamada, o el valor de los daños y perjuicios
ocasionados al momento de establecerse la demanda. Volveremos en este tema al
analizar las reglas de estimación de demanda, que de seguido regula la norma.
Para dar cumplimiento al art. 20.2, y los principios de celeridad y concentración, se exige a
las partes nombrar un abogado director judicial y, facultativamente, podrán designar uno o
dos suplentes, regla que se aplicará cuando la parte sea abogada, tal requisito debe
cumplirse en la demanda, bajo pena de que el juez prevenga su cumplimiento.
Por otra parte, la omisión de señalar medio sucesivo para recibir notificaciones no origina
la inadmisibilidad o prevención de corrección bajo pena de inadmisibilidad, pues es la
misma ley la que prevé otra sanción, como es la de la notificación automática -arts. 11 y 34
Ley de Notificaciones-.
En el propio escrito debe constar la firma o rúbrica del actor o su apoderado –art. 35.1.11-,
que es el acto que completa la manifestación concreta de accionar, salvo el caso de
impedimento físico, sin firma no hay demanda. Como vimos al comentar el art. 27.1 NCPC
la ausencia de firma de la demanda, debe suplirse con la prevención de que se cumpla, en el
plazo de 3 días, aplicando analógicamente dicho artículo 20.1 NCPC, en virtud de los
principios además de: pro sentencia, el carácter instrumental del derecho procesal, la
erradicación del formalismo excesivo y la prohibición de la imposición de sanciones
procesales por analogía.
Además de la lista enunciativa de requisitos del artículo 35.1 del NCPC, existen otras
normas que contienen otros requisitos formales, para las demandas: Como vimos todo
proceso civil solo puede ser dirigido por un abogado, que elabore la demanda, le de
contenido y forma jurídica y garantice una adecuada defensa a la parte en el proceso.
Conforme al art. 20.1 “En los actos escritos se requerirá la autenticación de un abogado y,
si tal requisito se omitiera, los tribunales prevendrán la subsanación en un plazo de tres días
o la ratificación escrita, bajo pena de declarar inatendible la gestión” voto 3495-1994-. Para
poder autenticar una demanda, o en general un escrito judicial, es necesario ser abogado,
incorporado en el Colegio de Abogados y no es estar suspendido al día de la autenticación.
El artículo 20.2 señala “La firma del abogado autenticante implicará, salvo manifestación
expresa en contrario, dirección del proceso con las facultades de actuar en nombre de la
parte para todo lo que le beneficie, siempre y cuando no se requiera poder especial judicial
o la participación personal de la parte”. Es lo que se denomina patrocinio letrado.
Analizamos los sujetos que, conforme a la ley, no tengan capacidad procesal gestionarán,
por medio de sus representantes o de las personas autorizadas según la ley, sus estatutos o
la escritura social. Además, que los representantes deben demostrar su capacidad procesal
desde su primera gestión. Finalmente, “a falta de capacidad procesal y la defectuosa
representación podrá ser apreciada de oficio u objetada por simple alegación de la parte en
cualquier momento; de existir el defecto, podrá ser subsanado oportunamente” –art. 19.2
NCPC-.
En razón de estas reglas es la previsión ahora del 35.2 –que ya estaba en el 292 CPC, según
el cual “si los documentos presentados justificativos de la capacidad procesal tuvieran
algún defecto, el tribunal prevendrá su subsanación en el plazo de cinco días, bajo
apercibimiento de declarar inadmisible la demanda. Si los documentos constaran en un
registro público, con acceso por medios informáticos, la parte interesada en acreditarla
señalará al tribunal la forma de constatarla”.
El numeral 23.2 NCPC, como vimos, exige una serie de requisitos para que proceda la
acumulación de pretensiones: “siempre que haya conexión entre estas, que no se excluyan
entre sí y que el tribunal sea competente para conocer de todas. Si fueran excluyentes,
podrán acumularse como principales y subsidiarias”. Tales condiciones deberán revisarse y
cumplirse en el escrito de demanda.
Es una mejorada técnica conviene que todos esos litisconsortes necesarios estén
relacionados en el elenco de hechos formulados y que la pretensión cubra o comprenda a
todos ellos, por eso conviene hacer la pretensión de forma impersonal -se condene a los
demandados a…-, y no indicarlo por nombres en la petitoria, para evitar dejar por fuera, en
una pretensión a uno de los litisconsortes. Ahora, aunque es poco usual, si a pesar del
litisconsorte necesario la responsabilidad para determinada pretensión se identifica
parcialmente con una pretensión, nada obsta para que esa se refiera solo a uno de los
demandados y no a todos.
Con la demanda hay que acompañar copias de las demandas y de las pruebas aportadas,
tantas, como sujetos demandados existan –art. 27.2 NCPC “De los demás escritos y
documentos que se presenten se acompañarán tantas copias como personas litigantes
haya.”-, con las excepciones dichas de las pruebas respaldadas en medios informáticos, que
solo se remitirá copia de dicho respaldo.
En materia civil debe pagarse y adherirse a la demanda, los timbres del Colegio de
Abogados, requisito que, si bien no está en el CPC, proviene de otras normas legales y
reglamentarias. El no pago o reintegro de timbres del Colegio de Abogados, no tiene como
sanción la inadmisibilidad de la demanda; ni siquiera le faculta al juez para ordenar su
cumplimiento bajo pena de inadmisibilidad, puesto que la sanción prevista en la Ley del
Colegio de Abogados y en el Decreto Ejecutivo de Honorarios de Abogado, es la
prevención de pago, y, en caso de no cumplirla no se le oyen futuras gestiones, sin perjuicio
de cumplir esa obligación procesal en cualquier momento art. 109 inc. b) del Decreto-, sin
retroacción de plazos o términos.
La forma será escrita, firmada por la parte, autenticada por un abogado y deberá presentarse
o enviarse digitalmente -cuando se permita- al tribunal que conoce el proceso. La demanda
deberá contestarse, aunque se formule alegatos de demanda inadmisible o informal, de
demanda improponible, recusación contra el juez o alegación de cualquier naturaleza –art.
37.1-.
En cuanto a la contestación, la doctrina y la redacción del numeral 36 NCPC nos dan las
pautas y la forma como debe hacerse. La contestación de la demanda comprende:
Frente a un hecho el demandado puede simplemente aceptarlo, en tal caso dejará de ser
controvertido y se le releva de prueba. Aquí el demandado no tiene que justificar porque lo
acepta –exaltación del principio dispositivo-. La segunda forma de contestar es aceptando
parcialmente un hecho y negándolo o rechazándolo en parte –variantes o rectificaciones-,
aquí sí debe dar razón de su dicho y en la parte objetada del hecho, dar las razones fácticas
o jurídicas del porque tal hecho no es cierto. En cuanto a rechazar el hecho por inexacto,
falso o no cierto, aquí también debe dar razón de su dicho. Tales condiciones se leen del
texto del 37 NCPC.
En este aparte, rige en todo caso el principio iura novit curia, por lo que el tribunal no se
encuentra sujetado a las normas alegadas por una parte o refutadas por la otra. La norma
exige al demandado, que, al contestar los hechos o mejor la demanda, debe indicar los
fundamentos legales en que se apoye su contestación. El Art. 37.1 es muy impreciso puesto
que la frase “…su posición en cuanto a la pretensión y…los fundamentos legales”, no se
sabe si se refiere a los casos de contestación negativa o rechazo de un hecho, y entonces es
el fundamento fáctico de esa negativa; o si, por el contrario, se refiere al fundamento
jurídico de toda la oposición, por qué considera que demanda debe ser rechazada total o
parcialmente. En una interpretación informal de la norma y como se aplica en la práctica,
habría que sostener y coincidir que ese “fundamento legal en que se apoya la contestación”
se refiere a las razones jurídicas, defensas en sentido genérico normas legales y
jurisprudencia que sirve de fundamento a la oposición, tesis, estrategia y argumentos de
defensa del demandado.
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anda_contestacion.pdf