Consideraos Muertos Al Pecado

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Romanos 6:11 ►
Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús.

1 Pedro 2:24
y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al
pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.

Colosenses 3:3
Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Consideraos muertos al pecado”

 significa que debemos estimar nuestra vieja naturaleza pecadora


como muerta y sorda al pecado.

Debido a nuestra unión e identificación con Cristo, ya no estamos


atados a esos viejos motivos, deseos y metas.

Así que considerémonos según lo que Dios ha hecho en nosotros.


Tenemos un nuevo comienzo y el Espíritu Santo nos ayudará a
transformarnos cada día en lo que Cristo ha declarado que somos.

El viejo hombre, las viejas costumbres, los malos hábitos que


durante años se cimentaron y acrecentaron por causa del
desconocimiento de Cristo, hoy que ya es creyente usted debe
tomar la firme decisión de renunciar, despojarse de esa vida
infructuosa y vestirse del nuevo hombre creado según
Dios Efesios 4:22-24.

Cada mañana al despertar, dígase: “Estoy muerto al pecado.


Estoy vivo en Cristo.
El pecado (los deseos) están ocultos en el cuerpo. La tentación
despierta al pecado, pero no debemos dejar que el pecado
reine. Justo en el momento en el que vemos que un deseo
(pecado) se levanta, tenemos que considerarnos muertos al
pecado.

Es imposible resistir al pecado bajo la ley, porque la ley solo


funciona después de que el pecado se ha
manifestado. “Porque lo que era imposible para la ley, por
cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó
al pecado en la carne.”  Romanos 8:3.

En nuestro proceso por la piedad, mientras peleamos la buena


batalla de la fe contra los deseos en nuestros miembros, tenemos
a Jesucristo como nuestro fiel Sumo Sacerdote, ya que Él
mismo fue tentado y por eso puede socorrer a los que son
tentados.

todas, absolutamente todas las acciones, actitudes y


reacciones que son comunes a la naturaleza pecaminosa del
ser humano, van pasando una a una, y a veces en grupo,
delante de aquella persona, tratando por todos sus medios,
seducirla, cegarla, atraparla y vencerla con sus encantos,
sutilezas y maquinaciones, sin embargo…:
Esa persona no hace nada.
Esa persona permanece inmutable.
Esa persona sigue sin reaccionar.
La gran pregunta es ¿Por qué?
Nos acercamos a ella y entonces encontramos la respuesta:
Esa persona está muerta. Ya no siente, no piensa, no habla,
no reacciona y no hace absolutamente nada de lo que
acostumbraba hacer, precisamente, porque ha dejado de
existir.
Físicamente es así. Esto es lo que pasa cuando uno muere.
Y es la analogía perfecta para la enseñanza que comparte el
apóstol Pablo con los Romanos refiriéndose a la Salvación y a
los efectos de la Gracia en la vida del creyente cuando éste se
bautiza.
Cuando una persona muere, queda libre del dominio del
pecado (Romanos 6:7 BLPH).

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