178 - Divino Afflante Spiritu - Pio XII

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ENCICLICA “DIVINO AFFLANTE SPIRITU”^

(30-IX-1943)
SOBRE EL ESTUDIO DE LA SAGRADA ESCRITURA

P I O PP. X I I
Venerables Hermanos: Salud y bendición apostólica
In t r o d u c c ió n humano, quiso liberalmente dar para
enseñar, para convencer, para corregir,
Ocasión: la Encíclica <eProvidentissimus para dirigir en la justicia, a fin de que
Deus” . - Modo de celebrar su el hombre de Dios sea perfecto y esté
cincuentenario apercibido para toda obra buenafD. No
AAS 1. Los Papas custodian, defienden es, pues, de admirar que la Santa Igle-
35 y emplean para alimento de los fieles sia, tratándose de este tesoro dado del
297 la Biblia. Por inspiración del divino cielo, que ella posee com o preciosísima
Espíritu escribieron los sagrados escri- fuente y divina norma de la doctrina
tores aquellos libros que Dios, confor- sobre la fe y las costumbres, así como
me a su paterna caridad con el género(* ) lo recibió incontaminado de manos de
(*) A. A. S., 35 (1943) 297-325. Versión española publicada por la Tipografía Vaticana. Las notas del
original van entre (. .) y las añadidas por nosotros en [. .]. (P. H.).
Introducción [para el lector no versado en asuntos bíblicos y exegéticos:]
Los errores de los herejes originan definiciones y precisiones de la verdad evangélica. Aunque no
lleguen a herejías, ciertas exageraciones dentro y fuera del campo católico dan no pocas veces ocasión
a que el Magisterio de la Iglesia publique sus orientaciones y documentos. Estas declaraciones gene-
ralmente sobrepasan lo accidental y esporádico del ataque y presentan la verdad católica concerniente
a fondo. Este es el caso de muchos documentos pontificios y parece ser también el de la prfesente
Encíclica “ Divino Afilante Spiritu” . Pues, los principales errores y exageraciones que un sacerdote
italiano cuyo raro seudónimo era “ Dain Cohenel” y su verdadero nombre Dolindo Ruotolo, difundió
en sus voluminosas “ meditaciones” : “ La Sacra Scrittura” y su opúsculo anónimo: “ Gravísimo peligro” ,
fueron tratados como “ ex professo” en la parte doctrinal de esta Encíclica, rebasando naturalmente en
mucho, aunque incluyéndolo, el rechazo de las falsas opiniones de dicho sacerdote. Conviene, pues,
recordar los detalles del incidente, porque arrojan no poca luz sobre el modo de presentarse las
enseñanzas y las formulaciones de la presente Encíclica.
En efecto, entre los años 1929 y 1939 difundíase por toda Italia y en pequeña escala fuera de ella
una obra de meditaciones en 13 tomos que abarcan los libros que van del Génesis al Eclesiástico, escrita
en italiano, intitulada: “ La Sagrada Escritura, Psicología, Comentario, Meditación” , bajo el seudónimo
de Dain Cohenel, el sacerdote napolitano Don Dolindo Ruotolo, personalmente piísimo y sin tacha
pero por desgracia “ literalmente ayuno de estudios bíblicos” , como alguien dijera. El Santo Oficio
puso la obra (todos los volúmenes y todas las ediciones), “ doñee corrigatur” , “ hasta tanto no se
corrija” , en el Indice de los libros prohibidos, por decreto del 20 de Noviembre de 1940 (AAS. 32,
[1940] 553). En la página siguiente de AAS. se lee que el autor “ se sometió humildemente al juicio
de la Iglesia” . Mas a fines de Mayo de 1941 fue presentado a Pío XII, según anunció el anónimo
autor, que era el mismo Ruotolo, un opúsculo intitulado: “ Un gravísimo peligro para la Iglesia y
para las almas” , el cual fue enviado luego también en sobre abierto “ anónimamente” y “ reservadí-
simo de conciencia” a todos los Cardenales y Obispos y Superiores de Ordenes Religiosas” . Atribuye
en el opúsculo (48 págs.) la condenación de su obra “ La Sacra Scrittura” a “ inevitables imperfecciones
de toda obra humana” y a “ defectos de forma” ; llama a los estudiosos “ descuartizadores” de la
Biblia que escriben sus comentarios con “ excesos de orgullo, de ilogicidad, de presunción, de confu-
sión y de profanación con frecuencia, sacrilega, de la palabra de Dios” .
El 20 de Agosto de 1941 la Pontificia Comisión Bíblica se dirigió en una carta aprobada por Pío XII
en audiencia del 16 del mismo mes y año a los Arzobispos y Obispos de Italia, que habían recibido
el opúsculo anónimo también, para refutar las tesis equivocadas de Ruotolo. (La carta fue “ anónima” ,
pero, efectivamente resultó ser del Pbro. Ruot¡olo). El texto íntegro de la Carta de la Comisión está
en AAS 33 (1941) 466-470, firmada por el Card. Tisserant y el secretario P. Vosté O. P. En su primera
parte hace un resumen de los errores diciendo:
“ El opúsculo quiere ser una defensa de una cierta exégesis llamada de “ meditación” ; más, sobre
todo, es una virulenta acusación contra el estudia científico de las Sagradas Escrituras.
“ El examen filológico, histórico, arqueológico, etc., de la Biblia no son otra cosa, según ese opúsculo
y su autor, que racionalismo, naturalismo, modernismo, escepticismo, ateísmo, etc.; para entender bien
la Biblia, precisa dejar libre curso al espíritu, como si cada uno estuviese en comunión personal con
la Sabiduría divina, y recibiese del Espíritu Santo especiales luces individuales, como pretendieron
(1) II Tim. 3, 16 ss.
— 1623 —
1624 E n c íc l ic a s del PP. P ío XII (1943) 178, 2

los Apóstoles, así lo haya custodiado por sagrados y canónicos los libros en-
con todo esmero, defendido de toda teros con todas sus partes, tal es como
falsa y perversa interpretación y em- se han solido leer en la Iglesia Católica
pleado solícitamente en el ministerio y se hallan en la antigua edición Vul-
de comunicar a las almas la salud so- gata l a t i n a Y en nuestro tiempo el
brenatural, como lo atestiguan a toda Concilio Vaticano, a fin de reprobar las
luz casi innumerables documentos de falsas doctrinas acerca de la inspira-
todas las edades. Por lo que hace a ción, declaró que estos mismos libros
298 los tiempos modernos, cuando de un se han de tener por sagrados y canó-
modo especial corrían peligro las divi- nicos no ya porque compuestos con la
nas Letras en cuanto a su origen y recta sola industria humana hayan sido des-
exposición de ellas, la Iglesia tomó a pués aprobados con su autoridad, ni
su cuenta el defenderlas y protegerlas solamente porque contengan la revela-
todavía con mayor diligencia y empeño. ción sin error, sino porque escritos con
la inspiración del Espíritu Santo tienen
2. El Tridenfino define el canon y a Dios por autor, y como tales fueron
el Vaticano y León XIII la inspira- entregados a la misma Iglesia(2 3L Más
ción. De ahí que ya el Sacrosanto adelante, cuando contra esta solemne
Concilio Tridentino pronunció con de- definición de la doctrina católica, en
creto solemne que deben ser tenidos la que a los libros enteros con todas
los primeros protestantes. Por eso el anónimo con extremada violencia ataca a personas e institutos
científicos pontificios; denigra el espíritu de los estudios bíblicos científicos; “ el espíritu maldito de
orgullo, de presunción, de superficialidad, paliada con investigación ceñuda y con hipócrita escrupu-
losidad de la letra” (pág. 40), desprecia la erudición, el estudio de las lenguas orientales y de las
otras ciencias auxiliares, y se desliza en graves errores acerca de los principios fundamentales de la
hermenéutica católica conformes con la noción teológica de la inspiración bíblica, desconociendo la
doctrina de los sentidos de las Sagradas Escrituras, y tratando con suma ligereza el sentido literal y
su cuidadosa investigación; por último, como si ignorase la historia de los textos originales y de las
versiones antiguas, así como la naturaleza y la importancia de la crítica textual, propugna una falsa
teoría sobre la autenticidad de la Vulgata.”
La refutación de que cada uno de los puntos (El sentido literal, el uso de la Vulgata, el de la
crítica textual y el estudio de las lenguas «orientales y de las ciencias auxiliares hace la Comisión
Bíblica por intermedio de su presidente, Cardenal, Tisserant y su Secretario P. Vosté O.P. lo daremos
literalmente en los respectivos capítulos de esta Encíclica. (Notas (25), (26), (27) y [31]).
* * *
El resumen de la Encíclica “ Divino Afilante Epiritu” .
En la primera (de las dos partes de que se compone la Encíclica) de carácter histórico, enumera
Pío XII las enseñanzas dadas y las obras bíblicas realizadas p»or sus inmediatos antecesores (León XIII,.
Pío X, Benedicto XV y Pío XI), mencionando la creación de la Pontificia Comisión Bíblica y de la
L ’Ecole Biblique de Jerusalén bajo el Pontificado de León XIII, la concesión de títulos académicos por
parte de la Comisión, la ordenación de los estudios bíblicos en los Seminarios y la creación del Ponti-
ficio Instituto Bíblico de Roma, bajo San Pío X y la obligatoriedad de grados académicos en Sagrada
Escritura para los profesores del ramo en los Seminarios y la erección del monasterio benedictino de
San Jerónimo para la revisión de la Vulgata, bajo Pío XI, para nombrar aparte la recomendación
de la Sociedad de San Jerónimo bajo Benedicto XV.
Pío XII no menciona las obras bíblicas pontificias más bien defensivas, como la lucha antimodernis-
tica, la condenación de Loisy, la Encíclica “ Pascendi” , el Decreto “ Lamentábili” , la Encíclica “ Spirilus
Paraclitus” , las resoluciones y respuestas de la Pontificia Comisión Bíblica.
El impulso dado a la ciencia bíblica por León XIII ha sido fecundo: florece la crítica textual, los
comentarios bíblicos, las versiones, el apostolado de la divulgación bíblica, las asociaciones, congresos,
semanas, bibliotecas y el movimiento popular bíblico.
La segunda parte es doctrinal y pastoral y gira alrededor del tema: Estudio y aprovechamiento de
la Biblia en los tiempos presentes. Habla de lo que la ciencia ha hecho por los estudios bíblicos desde
la Encíclica “ Providentissimus Deus” de León XIII, por medio de las excavaciones, de descubrimientos
de monumentos literarios, papiros, códices, luego por medio del estudio de las lenguas antiguas, de la
crítica textual y su relación con la autoridad de la Vulgata. A continuación explica el sentido literal
y el recto uso del sentido espiritual. Finalmente señala las obligaciones del exégeta contemporáneo,
los géneros literarios y el modo de tratar las cuestiones difíciles y el empleo de la Sagrada Escritura
en la instrucción de los fieles, para terminar en oposición a Ruotolo y otros expresando el reconoci-
miento de la Iglesia a los estudiosos Maestros de Sagrada Escritura.
* * *
Véase también la nota [43] en que la Pontificia Comisión Bíblica da instrucciones prácticas para
muchos puntos expuestos en la parte doctrinal de esta Encíclica. (P. H.).2

(2) Conc. de Trento, ses. IV decr. 1; Ench. (3) Conc. de Trento, ses. III c. 2; Ench. Bibl.
Bibl. Nr. 60 (45); Denz-Umb. Nr. 784; Mansi, Coll. Nr. 77 (62); Mansi Coll. Conc. 51, 431.
Conc. 33, 22.
178, 3-4 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1625

sus partes se atribuye esta divina auto- A) P a r t e His t ó r ic a


ridad inmune de todo error, algunos
escritores católicos osaron limitar la SOLICITUD DE LEON XIII Y SUS
verdad de la Sagrada Escritura tan sólo SUCESORES POR LOS ESTUDIOS
a las cosas de fe y costumbres, y en BIBLICOS
cambio lo demás que perteneciera al
orden físico o histórico reputarlo como I. - L a o br a de L e ó n XIII
dicho de paso y en ninguna manera í. Doctrina de la inerrancia o exclu-
— como ellos pretendían— enlazado sión de todo error de la Biblia
con la fe, nuestro Antecesor de inmor-
tal memoria L e ó n X iii en su Carta En- 4. Lenguaje, modismos, credibilidad
cíclica uProvidentissimus Deus” , dada e inspiración. El primero y sumo em-
el 18 de noviembre del año 1893^, peño de L e ó n XIII fue el exponer la
reprobó justísimamente aquellos erro- doctrina de la verdad contenida en los
res, y afianzó con preceptos y normas Sagrados Libros y vindicarlos de las
sapientísimas los estudios de los Divi- impugnaciones. Así fue como con graves
nos Libros. palabras declaró que no hay absoluta-
mente ningún error, cuando el hagió-
3. Pío XII aprovecha la celebración grafo, hablando de cosas físicas, se
del cincuentenario para hablar del atuvo (en el lenguaje) a las apariencias
estudio bíblico. Y toda vez que es con- de los sentidos, como dice el An g é l i -
veniente conmemorar el término del c o (7*
), expresándose o con cierta ma-
año cincuentenario desde que fueron nera de traslación, o como se estilaba en
publicadas aquellas Letras Encíclicas aquellos tiempos en el lenguaje común
que se tienen como ley principal de los y que aun hoy se usa en muchas cosas
estudios bíblicos, Nos, según la solici- de la vida cotidiana, aun entre los mis-
mos hombres más doctos. Añadiendo
tud que desde el principio del Sumo
que ellos los escritores sagrados, o por
Pontificado manifestamos respecto de
mejor decir — son palabras de Sa n
las disciplinas s a g r a d a s j u z g a m o s
Ag u s t ín (8)— el Espíritu de Dios que
que había de ser oportunísimo confir- por ellos hablaba, no quiso enseñar a
mar e inculcar por una parte lo que los hombres estas cosas — a saber la
Nuestro Antecesor sabiamente estable- íntima constitución de las cosas visi-
ció y sus sucesores añadieron para bles— que de nada servían para su
afianzar y perfeccionar la obra, y de- salvación(9); lo cual útilmente ha de
cretar por otra lo que al presente pa- aplicarse a las disciplinas allegadas,
recen exigir las circunstancias!4 6!, para
5 principalmente a la historia, es a saber,
más y más incitar a todos los hijos de refutando de modo análogo las falacias
la Iglesia, que se dedican a estos estu- de los adversarios y defendiendo de sus
dios, a una empresa tan necesaria y tan impugnaciones la fidelidad histórica de
loable.4
5 la Sagrada Escritura^10) . Y que no se
[4] A.S.S. 26 (1893/94) 269-292; en esta Colecc. errores de Ruotolo expuestos en su obra “ La
Encícl. 66, págs. 488-506. Acerca de las senten- Sacra Scrittura” y en su opúsculo anónimo: “ Un
cias “ dichas de paso” , etc. de Newman, D’ Hulst gravísimo peligro...” , para luego refutarlos uno
vea la introducción a la Encícl. de Benedicto XV por uno (véase AAS, 33 (1941) 465-472 y nuestras
Spiritus Paraclitus, “ Nota introductoria” de esta notas más abajo: (25), (26), (27) [31] y [34] como
Colección pág. 934. también la Nota introductoria de la presente
(5) Véase Pío XII, Alocución a los alumnos Encíclica.
seminaristas de Roma; 24-VI-1939. AAS. 31 (1339) (7) Santo Tomás, Summa Theol. I, q. 70, a.
245-251. 1, ad 3.
[61 La palabra “ circunstancias” se referirá en (8) S. Agust. De Genesi ad litt. 2, 9, 20 (Migne
parte, por lo menos, a los escritos del sacerdote P.L. 34, 270; Corp. Script. Eccl. Lat. 28, sect. III,
Ruotolo y el revuelo que ellos causaran, como pars. 2, p. 46.
señalamos en la “ Introducción” a la presente (9) León XIII, Ene. Providentissimus Deus,
Encíclica. Con la aprobación de Pío XII, dada 18-XI-1893; ASS. 26 (1893/94) 286; Leonis XIII,
el 16 de Agosto de 1941, el presidente de la Acta 13, 355; Ench. Bibl. Nr. 121 (106); en esta
Pontificia Comisión Bíblica, Cardenal Tisserant Colección: Encíclica 66, 40 pág. 502.
y su secretario consultor P. Vosté O.P. enviaron (10) Benedicto XV, Ene. Spiritus Paraclitus;
el 20 de Agosto de 19M, una carta a los Arzobis- AAS. 12 (1920) 396; Encbir. Bíbl. Nr. 458 (471);
pos y Obispos de Italia, en que resumieron los en esta Colección Encícl. 120, 12, pág. 142.
1626 En c íc l ic a s d e l PP. P í o XII (1943) 178, 5-6

ha de imputar el error al Escritor Sa- cipalmente, a los que la divina gracia


grado, si en la transcripción de los có- llamó al sagrado orden, emplearan cada
dices se les escapó algo menos exacto día, como es justísimo, mayor diligen-
a los copistas, o si queda oscilante el cia e industria en leerlas, meditarlas y
sentido genuino de algún pasaje. Por exponerlas^12).
último, que no es lícito en modo algu-
no o el restringir la inspiración de la 2. Impulso dado a los estudios bí-
Sagrada Escritura o algunas partes tan blicos: La Escuela Bíblica de Je-
sólo, o el conceder que erró el mismo rusalén y la Pontificia Comisión
300 sagrado escritor, siendo así que la divi- Bíblica
na inspiración por sí misma no sólo
excluye todo error, sino que lo excluye 6. Institutos de incremento de estu-
y rechaza con la misma necesidad abso- dios bíblicos. Por lo cual el mismo
luta con la que es necesario que Dios, Pontífice, así como ya hacía tiempo
Verdad Suma, no sea en modo alguno había alabado y aprobado la Escuela
autor de ningún error. Esta es la anti- de Estudios Bíblicos fundada en S a n
gua y constante fe de la Iglesia E s t e b a n de Jerusalén, gracias a la so-
licitud del Maestro General de la Sa-
5. Refutación de las razones del ra- grada Orden de Predicadores, escuela
cionalismo. Ahora bien: esta doctrina, de la que, como él mismo dijo el cono-
que con tanta gravedad expuso Nues- cimiento de la Biblia recibió no leve
tro Predecesor L e ó n XIII, también Nos incremento y los espera mayores(13>;
la proponemos con Nuestra autoridad así el último año de su vida añadió
y la inculcamos a fin de que todos la todavía una nueva razón, para que es-
retengan religiosamente. Y decretamos tos estudios, tan encarecidamente reco-
que con no menor solicitud se obedez- mendados por las Letras Encíclicas
ca también el día de hoy a los consejos “ Providentissimus Deus” , cada día se
y estímulos que él sapientísimamente perfeccionasen más y con la mayor
añadió conforme al tiempo. Pues co - seguridad se adelantasen. En efecto:
mo surgieran nuevas y no leves difi- con las Letras Apostólicas “ Vigilantice” , 301
cultades y cuestiones, ya por los pre- dadas el 30 del mes de octubre del año
juicios del racionalismo que por do- 1902, estableció un Consejo, o com o se
quiera perniciosamente cundía, ya so- dice Comisión, de graves varones, que
bre todo por las excavaciones y descu- tuvieran por encomendado a sí el cargo
brimientos de documentos antiquísimos, de procurar y lograr por todos los me-
llevados a cabo por doquiera en las dios, que los divinos oráculos hallasen
regiones orientales, el mismo Predece- entre los nuestros en general aquella
sor Nuestro, impulsado por la solicitud más exquisita exposición que los tiem-
del oficio apostólico, a fin de que esta pos reclaman, y se conservasen incólu-
tan preclara fuente de la revelación ca- mes no sólo de todo hálito de errores,
tólica no sólo estuviera abierta con más sino también de toda temeridad de opi-
seguridad y abundancia para utilidad niones^11); el cual Consejo también,
de la grey del Señor, sino también para Nos, siguiendo el ejemplo de Nuestros
no permitir que en manera alguna fue- antecesores, lo confirmamos y fomen-
se contaminada, ardientemente deseó tamos de hecho, valiéndonos, como mu-
que fuesen cada vez más los que sóli- chas veces antes, de su ministerio, para
damente tomaran a su cargo y mantu- encaminar los intérpretes de los Sagra-
viesen constantemente el patrocinio de dos Libros a aquellas sanas leyes de la
las Divinas Letras; y que aquellos prin- exégesis católica, que enseñaron los
(11) León XIII, Encícl. Providentissimus Dens, (13) León XIII, Carta Apost. Hierosoljjmae in
18-XI-1893; AAS. 26 (1893/94) 288; León XIII, Acta coenobio, 17-IX-1892; Leonis XIII Acta 12, 239-241,
13, 357; Ench. Bibl. Nr. 124 (109); en esta Colecc. véase pág. 240.
Encíclica 66, 44, pág. 503. (14) León XIII, Carta Apost. Vigilantiae, 30-X
(12) León XIII, Prov. Deus; AAS. 26 (1893/94) 1902; ASS. 35 (1902/03) 235; Leonis XIII Acta 22,
270; Leonis XIII, Acta 13, 328, Enchir. Bibl. Nr. 232 ss.; Ench. Bibl. Nr. 137-147 (130-141); véase
82-83 (67-69); en esta Colecc.: Encíclica 66, 3, nrs. (130, 132).
pág. 489
178, 7 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1627

Santos Padres y los Doctores de la hicieron nuestros antecesores, y que


Iglesia y los mismos Sumos Pontífi- podríamos llamar complemento o fruto
ces*15). de la feliz empresa Leoniana. Y en
primer lugar Pío X, queriendo propor-
II. - L a o b r a d e l o s suc e so r e s d e
cionar un medio fijo de preparar un
L e ó n XIII buen número de maestros, que, reco-
1. Pío X : Creación de grados acadé- mendables por su gravedad y pureza de
micos; programa de estudios bíbli- doctrina, interpreten en las escuelas ca-
cos y el Instituto Bíblico de Roma nónicas los Divinos Libros, ...instituyó
7. La obra de Pío X. Y aquí no pa- los grados académicos de licenciado y
rece ajeno al asunto recordar con gra- doctor en Sagrada Escritura... que ha-
titud las cosas principales y más útiles brían de ser conferidos por la Comisión
para el mismo fin que sucesivamente Bíblica*16); luego dio una ley sobre la

(15) Véase la carta de la Pontificia Comisión cuitad) dotado del más alto profesorado e instru-
Bibl. a los arzobispos y obispos de Italia, 20-VIII mental docente, adonde concurrieran de todas
1941; AAS. 33 (1941) 465-472; Ench. Bibl. nrs.. 521- parles jóvenes escogidos que pudieran especiali-
532; véase el texto en la traducción y en las no- zarse en la ciencia de la divina palabra.
tas: (6), (25), (26) y (27) de esta Encíclica. “ Mas, como quiera que al presente nos falta,
(16) San Pío X, Carta Apost. Scripturae Sanctae, igual que a Nuestro Predecesor, la posibilidad de
23-11-1904; Pío X, Acta I, 176-179; Enchir. Bibl. llevar a cabo este propósito, cosa que esperamos
149-157 (142-150); véase nrs. 150-151 (143-144). ha de ser un día realidad por la generosidad de
los católicos, de momento hemos decretado por
Pío X, apenas exaltado al Solio Pontificio, re- el tenor de las presentes Letras realizar lo que
solvió en estas Letras Apostólicas, Scripturae las circunstancias nos permiten.
Sanctae, ampliar las atribuciones que León XIII “ Así, pues, en beneficio de la causa católica,
había conferido a la Pontificia Comisión Bíblica con Nuestra autoridad apostólica, instituimos los
en el Acta de fundación de ella por las Letras grados académicos de licenciado y doctor en
Apostólicas Vigilantiae, del 30 de Octubre de 1902 Sagrada Escritura, que habrán de ser conferidos
(ASS. 35 [1902/03] 234-238 o Leonis XIII, Acta 22, por la Comisión Bíblica con arreglo a las normas
232-238) y en el “ Reglamento Oficial’ * de la Co- que siguen:
misión, del mes de Abril de 1903, dándole la
facultad de conceder grados académicos. Scriptu- “ I. - Nadie será admitido a los grados acadé-
rae Sanctae fija las condiciones para la obtención micos en Sagrada Escritura si no es sacerdote de
de grados y señala la competencia de la Comi- uno u otro clero y está, además, en posesión del
sión para fijar los programas de estudio para los título de doctor en sagrada teología por alguna
exámenes y los examinadores. El texto íntegro Universidad o Ateneo aprobado por la Sede Apos-
es el siguiente: tólica.
“ La conciencia del Oficio Apostólico Nos acon- “ II. - Los candidatos a los grados de licen-
seja promover más y más entre el clero el estu- ciado o doctor en S.E. sufrirán exámenes orales
dio de la Sagrada Escritura, precisamente en y escritos; la materia sobre que ha de versar el
estos tiempos, en que frecuentemente vemos pues- examen será prefijado por la Comisión Bíblica.
ta en peligro, por la intemperancia de la huma- (III. - La Comisión fijará las mesas examinado-
na razón, esta fuente de revelación y de la fe ras. IV. - La licenciatura puede hacerse inme-
divinas. Viendo ya esto Nuestro Predecesor, de diatamente después de haber alcanzado el docto-
feliz memoria, León XIII, no se contentó con rado en teología, pero entre Licenciado y docto-
publicar en 1893 las Letras Encíclicas Providen- rado debe pasar, por lo menos, un año. V. - Para
tissimus Deus, sobre la cuestión bíblica, sino que el doctorado es además necesario presentar una
pocos meses antes de su muerte, con las Letras tesis por escrito y hacerse su defensa pública).
Apostólicas Vigilantiae, instituyó una particular “ Esto queremos, publicamos y establecemos sin
Comisión Romana, compuesta de algunos Carde- que obste nada en contrario.
nales y de otros varones doctos, para que, a la “ Sólo resta que los Ven. H. en el episcopado
luz de la doctrina y de la tradición de la Iglesia, y los demás prelados, cada uno para utilidad
aportara a la legítima exégesis bíblica los pro- de su diócesis, procuren sacar de esta providencia
gresos de la erudición y a la vez sirviera a los Nuestra el fruto que Nos esperamos abundante.
católicos para ayudar y dirigir sus estudios en Y así exhorten y ayuden a adquirir grados en
esta materia y para dirimir las controversias que esta disciplina a los que en su clero vieren más
entre ellos pudieran surgir. inclinados y aptos para especializarse en estudios
“ También Nos, como era justo, hemos puesto bíblicos, y, una vez graduados, los prefieran para
Nuestros cuidados y autoridad en favor de este encomendarles la enseñanza de las Escrituras en
preclaro monumento de la providencia pontificia los Seminarios
que Nos legó Nuestro Predecesor. Más aún, desde “ Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el
ahora, confiados en la diligencia de dicho Conse- anillo del Pescador, a 23 de Febrero fiesta de
jo o Comisión, pretendemos ampliar su ayuda San Pedro Damiano, de 1904, año primero de
para un negocio que consideramos de grande Nuestro Pontificado.
importancia para promover el culto de las Sa- PIO PAPA X” .
gradas Escrituras. Queremos establecer la ma- * * *
nera de que se pueda preparar abundancia de En posteriores documentos, después de fundado
maestros que con garantía de gravedad y since- el Pontificio Instituto Rfblico se modificaron al-
ridad en la doctrina interpreten los libros divi- gunas condiciones. La Carta Iucunda sane, 22-III-
nos en las escuelas católicas. Para ello sería muy 1911, de Pío X ordena que al final de cada uno
conveniente —y sabemos que fue ya un deseo de los tres años que abarca el curso completo de
de León XIII— fundar en Roma un Ateneo (Fa- Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bí-
1628 E n c íc l ic a s d e l PP. P í o X I í (1943) 178, 7

norma de los estudios de Sagrada Es- elevados relativos a los Sagrados Li-
critura que se ha de guardar en los bros, que promoviese del modo más efi-
Seminarios de Clérigos, con el designio caz posible la doctrina bíblica y los 302
de que los alumnos seminaristas no sólo estudios a ella anejos, según el sentir
penetrasen y conociesen la fuerza, m o- de la Iglesia católica, fundó el Pontifi-
do y doctrina de la Biblia, sino que cio Instituto Bíblico, que encomendó a
pudiesen además ejercitarse en el mi- la ínclita Compañía de Jesús y quiso
nisterio de la divina palabra con com- estuviera provisto de las más elevadas
petencia y probidad, y defender... de cátedras y todo recurso de erudición
las impugnaciones los libros escritos bíblica, y prescribió sus leyes y disci-
bajo la inspiración divina(*17); final- plina, declarando que en este particular
mente, para que en la Ciudad de Roma ponía en ejecución el saludable y pro-
se tuviera un centro de estudios más vechoso propósito de L e ó n X III(18).
i 'i
Mico se tengan exámenes de la materia explicada, día mayores frutos tanto a los pastores de la
y autoriza al rector a extender el certificado co- Iglesia como a los fieles en general.
rrespondiente (AAS. 3 [1911] 230-232). El 12 y 24 Nos inducía primeramente a ello la presente
de Mayo de 1911 fija la Pontificia Comisión Bí- necesidad de la Iglesia, nacida de la confusión y
blica el programa y las normas que han de regir perturbación, que las disputas bíblicas h im «cu-
los exámenes para la obtención de grados acadé- lado en las mentes. Apremiaba también el deseo
micos en S. E. En la Carta “ Ac? Pontificium Insti- que abrigábamos en Nuestro ánimo y la obliga-
tutam Biblicum” se da el texto del diploma de ción inherente a Nuestro cargo promover, según
grados en el Instituto de que había hablado Nuestras fuerzas, el estudio de las Sagradas
Iucunda Sane. (AAS. 4 [2-VI-1912] 471-472). Pío XI Escrituras, y de proporcionar, a los jóvenes ca-
en el Motu Proprio Bibliorum Scientiam, 27-IV- tólicos principalmente, elementos católicos de
1924 (AAS. 16 [19-1924] 180-182) trata de fomen- estudio para que no se vieran tentados a diri-
tar la concurrencia al Instituto Bíblico, conce- girse, con gran peligro para la doctrina, a los
diendo a los grados académicos de Comisión Bí- autores heterodoxos, y expuestos a volver imbui-
blica y del Instituto Bíblico los mismos derechos dos del espíritu de los modernistas.
y efectos canónicos que a los grados de teología 2. Proyecto de León XIII. Para oponer a estos
o derecho canónico, exigiendo para el cargo de males de la Iglesia eficaces y nuevos remedios
canónigo lectoral, de profesor de S. E. en los y para procurar un mayor incremento de los
Seminarios o centros docentes de la Iglesia el estudios bíblicos, ya León XIII, de feliz memoria,
dicho licenciado o doctorado o en su defecto el proyectó la creación en Roma de un Ateneo Bí-
diploma de dos años cursados en el Instituto blico que, dotado de los mejores maestros y de
Bíblico, exhortando a los Superiores Generales todos los instrumentos de erudición bíblica, pro-
y a los Obispos enviar al Instituto los alumnos porcionara sobre todo abundancia de excelentes
que consideren más aptos, y fundando dos becas profesores para explicar en las escuelas católicas
para tal fin. Hay varias otras modificaciones y los libros sagrados.
aclaraciones sobre las condiciones de los títulos,
el canónigo lectoral etc. que no son de interés 3. Los propósitos de S. Pío X y sus esperanzas
general. al respecto. Solidario con este saludable y pro-
vechoso propósito de Nuestro Predecesor, ya en
(17) Pío X, Carta Apost. Quoniam in re bíblica, Nuestras Letras Scripturae Sanctae, del 23 de
27-III-1906; ASS. 39 (1906) 77-80; Pii X acta 3, febrero de 1904, advertimos que Nos parecía
72-76; Enchir. Bibl. nrs. 162-180 (155-173), véase oportunísimo el proyecto de fundar dicho Ateneo
162 (155). Bíblico en Roma donde “ se reunieran jóvenes
Dada la importancia de estas Letras Apostólicas escogidos de todas partes para salir maestros en
de Pío X como primera y fundamental ordena- la ciencia de la divina palabra” , y añadíamos
ción detallada de los estudios bíblicos en los Nuestra esperanza buena y cierta de que la po-
Seminarios, las dimos íntegramente en su lugar sibilidad de llevarlo a cabo que entonces a Nos,
correspondiente: en esta Colección: Encíclica 99, como antes a Nuestro Predecesor, faltaba, algún
pág. 761-763. día sería proporcionada por la liberalidad de
(.18) é>. Pío X, Carta Apost. Vinea electa, 7-V los católicos.
1909, AAS. I (1909) 447-449; Enchir. Bibl. nrs. 4. La erección del Pontificio Instituto Bíblico.
296-309 (293-306); véanse nrs. 297 (294). 299 (296). Así, pues, para bien de la Catolicidad, con Nues-
León XIII ya había concebido el plan de la tra Autoridad Apostólica, por el tenor de las
creación de un Instituto en Roma donde los presentes “ Motu Proprio” , a ciencia cierta y
futuros profesores de Sagrada Escritura pudie- tras madura deliberación, erigimos en esta ciudad
ran formarse. S. Pío X, con las presentes Letras el Pontificio Instituto Biblico, cuyas leyes y dis-
Apostólicas dio forma a estos proyectos: creando ciplina establecemos como sigue:
el Instituto y señalándole sus finalidades y es- 5. Las finalidades que debe cumplir el Insti-
tructura. tuto. La finalidad del Pontificio Instituto Bíblico
A continuación reproduciremos el texto íntegro será que en la ciudad de Roma haya un centro
de dicho documento. de altos estudios relacionados con los libros sa-
grados, para promover de la manera más eficaz
CARTA APOSTOLICA “ VINEA ELECTA” posible, dentro del espíritu de la Iglesia Cató-
(7-V-1909) lica, la ciencia bíblica y todos los estudios con
Para perpetuo recuerdo ella relacionados.
1. Preocupaciones de S. Pío X por los estudios A este fin tiende en primer lugar el que los
bíblicos y sus razones. Desde el comienzo de jóvenes escogidos de uno y otro clero y de
Nuestro gobierno apostólico, siguiendo las huellas distintas naciones, acabado el curso ordinario^ de
de Nuestros Predecesores, hemos luchado con el filosofía y teología, se perfeccionen y se ejerciten
mayor ahinco por conseguir que la viña esco- en los estudios bíblicos de tal manera que pue-
gida de la Sagrada Escritura proporcione cada dan luego explicarlos tanto en privado como en
178, 8 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1629

2. Pío XI: Prescripción de grados canónicamente se incluyera la carga de


académicos; el Monasterio de San explicar al pueblo la Sagrada Escritura,
Jerónimo para la revisión de la si, además de otras condiciones, el su-
Vulgata jeto no hubiese obtenido o la licencia o
la láurea en Escritura. Y exhortando a
8. La obra de Pío XI. Todo esto, la vez juntamente tanto a los Superio-
finalmente, lo colmó Nuestro próximo res mayores de las Ordenes regulares,
Predecesor de feliz recordación Pío XI, como a los Obispos del orbe católico,
al decretar entre otras cosas, que nin- a enviar a las aulas del Instituto Bí-
guno fuese profesor de la asignatura de blico, para obtener allí los grados aca-
Sagradas Letras en los Seminarios, sin
démicos, los más aptos de sus alumnos,
haber legítimamente obtenido, después
confirmó tales exhortaciones con su
de terminado el curso peculiar de la
propio ejemplo, señalando de su libe-
misma disciplina, los grados académi-
ralidad para este mismo fin rentas
cos en la Comisión Bíblica o en el Insti-
tuto Bíblico. Y estos grados quiso que anuales^19).
tuvieran los mismos efectos que los El mismo Pontífice, después que con
grados legítimamente otorgados en la el favor y aprobación de Pío X, de
Sagrada Teología o en el Derecho Ca- feliz memoria, el año 1907 se encomen-
nónico; y asimismo estableció, que a dó a los monjes Benedictinos el cargo
nadie se concediese beneficio en el que* 7 de investigar y preparar los estudios en
6
público, escribiendo o enseñando, y, recomenda- 8. Sus publicaciones. Un tercer instrumento
dos por la gravedad y sinceridad ele la doctrina, será una serie de varios escritos que sp h de
sean aptos para defender su dignidad, bien como publicar bajo el nombre y autoridad del Insti-
profesores en las escuelas católicas, bien como tuto, destinados unos a eruditas investigaciones,
escritores en pro de la verdad católica. otros a defender la verdad católica en torno a las
Al mismo fin pertenece el que tanto los maes- Letras Sagradas, y otros a difundir por todas
tros y alumnos adscritos al Instituto como los partes la sana doctrina sobre las cuestiones bí-
simples oyentes e incluso los huéspedes que blicas.
deseen llevar a cabo en el Instituto un curso 9. Estructura y funcionamiento. En cuanto a
extraordinario de estudios en las disciplinas la constitución y ordenación del Instituto esta-
bíblicas, dispongan de todos los medios que para blecemos lo siguiente:
los estudios y trabajos de este género se estimen I. - El Pontificio Instituto Bíblico dependerá
más oportunos. inmediatamente de la Sede Apostólica y se re-
Finalmente, entra dentro de los fines del Insti- girá por sus prescripciones y leyes.
tuto el defender, promulgar y promover una II. - El gobierno del Instituto estará encomen-
doctrina sana acerca de los libros sagrados que dado a un presidente nombrado por Nos; éste,
esté del todo conforme con las normas estable- en virtud de su cargo, representará la persona
cidas o que con el tiempo se establezcan por del Instituto y nos informará de las cosas más
esta Santa Sede Apostólica contra las opiniones importantes que atañen al Instituto, rindiendo
falsas, erróneas, temerarias o heréticas espe- cuenta todos los años de su getión.
cialmente de los modernos. III. - Los profesores ordinarios constituirán el
6. Su obra y tarea. Para que el Instituto pue- Consejo del Instituto, que juntamente con el
da conseguir lo que pretende, será dotado de presidente cuidará de la buena marcha y desarro-
todos los instrumentos pertinentes. llo del Instituto.
Abarcará en primer término lecciones y ejer- IV. - Los principios y decretos que la Sede
cicios prácticos de todas las materias bíblicas; y Apostólica o la Pontificia Comisión Bíblica hayan
ante todo se tratarán aquellos temas que pre- promulgado o promulguen en adelante constitui-
paren a los alumnos para su examen ante la rán la suprema norma y regla de los estudios y
Pontificia Comisión Bíblica. A esto se añadirán regla de los estudios y del gobierno del Instituto.
lecciones y ejercicios sobre cuestiones particula- Todos cuantos de una u otra forma pertenezcan
res de interpretación, introducción, arqueología, al Instituto o en él se dediquen a los estudios bí-
historia, geografía, filología y demás disciplinas blicos, sepan que están especialmente obligados a
relacionadas con los libros sagrados. Se dará tam- observar y defender fiel, íntegra y sinceramente
bién una metódica y práctica información a los tales principios y decretos.
alumnos con la cual sean instruido y ejercitados En las propias leyes del Instituto, que acompa-
para llevar de manera científica las disputas bí- ñan a estas Nuestras Letras, declaramos más
blicas. Se tendrán, además, públicamente confe- detalladamente lo que mira más de cerca a la
rencias de asuntos bíblicos con miras a la nece- constitución y ordenación de este Instituto Bí-
sidad y utilidad común de muchos. blico.
7. Su biblioteca y museo bíblicos. Otro sub- (10. Confirmación y declaración de validez se-
sidio necesarísimo será la biblioteca bíblica que gún estilo curial.)
abarque sobre todo las obras antiguas y moder- Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el
nas necesarias o útiles para el verdadero apro- anillo del Pescador, el 7 de mayo de 1909, en
vechamiento en las disciplinas bíblicas y para el año sexto de Nuestro Pontificado.
llevar a cabo con fruto los estudios ordinarios PIO PAPA X.
de los profesores y alumnos del Instituto. Habrá R. Card. Merry del Val, Secr. de Estado.
también un Museo Bíblico o colección de aquellas (19) Pío XI, Motu Proprio Bibliorum Scientiamy
cosas que se consideren útiles para ilustrar las 27-IV-1924; AAS. 16 (1924) 180-182; Enchir. Bibli-
Sagradas Escrituras y las antigüedades bíblicas. cum nrs. 505-512 (518-525).
1630 E n c íc l ic a s d e l PP. P ío XII (1943) 178, 9-10

que haya de basarse la edición de la recomendado otras cosas oportunísimas


Versión Latina de las Escrituras, que en estas materias y que nunca se deben
recibió el nombre de Vulgata^20), que- olvidar, exhortó a todos los hijos de la
riendo afianzar con mayor firmeza y Iglesia, principalmente a los clérigos, a
seguridad esta misma trabajosa y ardua juntar la reverencia de la Sagrada Bi-
303 empresa, que exige largo tiempo y su- blia con la piadosa lectura y asidua
bidos gastos, cuya grandísima utilidad meditación de la misma; y advirtió que
habían evidenciado los egregios volú- en estas páginas se ha de buscar el ali-
menes ya dados a la pública luz, levan- mento con que se sustente hasta llegar
tó desde sus cimientos, el monasterio a la perfección la vida del espíritu
Urbano de Sa n Je r ó n imo , que exclusi- y que la principal utilidad de la Escri-
vamente se dedicase a esta obra, y lo tura pertenece al ejercicio santo y fruc-
enriqueció abundantísimamente con tuoso de la divina palabra; y el mismo
biblioteca y todos los demás recursos de nuevo alabó la obra de la Sociedad
de investigación^21). llamada del nombre del mismo Sa n
Je r ó n imo , gracias a la cual se divulgan 304
III. - So l ic it u d d e l o s Su mo s P o n t í - en grandísima extensión los Evange-
f ic e s POR EL USO Y DIFUSIÓN DE LA SA- lios y los Hechos de los Apóstoles, de
GRADA E s c r it u r a suerte que ya no haya ninguna familia
cristiana que carezca de ellos, y todos
9. Divulgación y lectura bíblicas.
se acostumbren a su lectura y medita-
Ni parece que aquí debe pasarse en
ción cotidiana(23L
silencio con cuánto ahinco los mismos
Predecesores Nuestros, con diferentes IV. - Fr u t o s d e e s t a a c c ió n mú l t ipl e
ocasiones, recomendaron ora el estudio,
ora la predicación, ora en fin la pía 10. Progreso de la ciencia bíblica
lectura y meditación de las Sagradas entre los católicos: Asociaciones, Con-
Escrituras. Porque Pío X, respecto de gresos, Semanas, Bibliotecas, Lecturas.
la Sociedad de San Jerónimo, que tra- Y a la verdad es cosa justa y grata el
ta de persuadir a los fieles de Cristo la confesar que no sólo con estas institu-
costumbre, en verdad loable, de leer y ciones, preceptos, y estímulos de Nues-
meditar los santos Evangelios y hacer- tros Antecesores, sino también con las
los más accesibles según sus fuerzas, la obras y trabajos arrostrados por todos
aprobó de todo corazón y la exhortó a aquellos que diligentemente los secun-
que animosamente insistiera en su pro- daron, ya en estudiar, investigar y escri-
pósito, declarando que esta obra es la bir, ya en enseñar y predicar, com o
más útil y que mejor responde al tiem- también en traducir y propagar los Sa-
po, toda vez que contribuye no poco grados Libros, ha adelantado no poco
a extirpar la idea de que la Iglesia se entre los católicos la ciencia y uso de
resiste a la lectura de las Sagradas Es- las Sagradas Escrituras. Porque son ya
crituras en lengua vulgar, o pone para muchísimos los cultivadores de la Es-
ello impedimento^22) . Por su parte Be - critura Santa, que salieron ya y cada
n e d ic t o XV, al cumplirse el ciclo del día salen de las aulas en las que se
décimo quinto siglo, desde que dejó la enseñan las más elevadas disciplinas en
vida mortal al Doctor Máximo en expo- materia teológica y bíblica, y princi-
ner las Sagradas Letras, después de ha- palmente de Nuestro Pontificio Insti-
ber esmeradísimamente inculcado, ya tuto Bíblico, los cuales animados de
los preceptos y ejemplos del mismo ardiente afición a los Sagrados Volú-
Doctor, ya los principios y normas da- menes, imbuyen en este mismo espíritu
das por L e ó n XIII y por Sí mismo, y al clero adolescente, y constantemente
(20) S. Pío X, Carta al Abad Dom Aidano Gas- (1907) 135.
quet, 3-XII-1907; Pii X Acta 4, 117-119; Enchir. (23) Benedicto XV, Encícl. Spiritus Paraclitus,
Bibl. Nr. 288 (285). 15-TX-1°?0: ASS. 12 (1920) 385-422; Enchir. Bibl.
(21) Pío XI, Const. Apost. Inter praecipuas, nrs. 443-494 (457-508): véanse nrs. 443 (457), 481
15-VT-1033: ASS. 20 (1934) 85-87. (495), 483 (497) 477 (491); en esta Colecc. Encí-
(22) S. Pío X, Carta al Cardenal Casetta Qui clica: 120 nrs. 1, 26, 31, 32, 29, 27, págs. 935,
piam, 21-1-1907; Pii X Acta 4, 23-25; ASS. 40 948, 949, 950, 951; 948-49.
178, 11-14 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1631

le comunican la doctrina que ellos be- con estos asuntos. Ahora en cambio las
bieron. No pocos de ellos han prom o- investigaciones de este género no sólo
vido y promueven todavía con sus es- han aumentado muchísimo en cuanto
critos los estudios bíblicos, o bien edi- al número, sino que además, cultivadas
tando los sagrados textos redactados con más severo método y arte por el
conforme a las normas del arte crítica, mismo ejercicio, nos enseñan muchas
y explicándolos, ilustrándolos, tradu- más cosas y con más certeza. Y en
ciéndolos para su pía lección y medi- efecto, cuánta luz brote de estas inves-
tación, o bien por fin cultivando y ad- tigaciones para entender mejor y con
quiriendo las disciplinas profanas úti- más plenitud los Sagrados Libros, lo
les para la explanación de la Escritura. saben todos los peritos, lo saben cuan-
Así, pues, con estas y otras empresas tos se consagran a estos estudios. Crece
que cada día se propagan y cobran todavía la importancia de estas explo-
fuerza, como, por ejemplo, las asocia- raciones por los documentos escritos
ciones en pro de la Biblia, los congre- hallados de vez en cuando, que contri-
sos, las Semanas de asambleas, las bi- buyen mucho al conocimiento de las
bliotecas, las sociedades para meditar lenguas, letras, sucesos, costumbres y
el evangelio, concebimos la esperanza cultos más antiguos.
nada dudosa de que en adelante crezcan
doquiera más y más para bien de las 12. Papiros y códices. Exégesis pa-
almas la reverencia, el uso y el cono- trística y modo antiguo de escribir. Ni
cimiento de las Sagradas Letras, con es de menor momento el hallazgo y la
tal que con firmeza, valentía y confian- búsqueda, tan frecuente en esta edad
za retengan todos la regla de los estu- nuestra, de papiros, que han tenido tan-
dios bíblicos prescripta por L e ó n XIII, to valor para el conocimiento de las le-
explicada por sus Sucesores con más tras e instituciones públicas y privadas,
305 claridad y perfección, y por Nos con- principalmente del tiempo de Nuestro
firmada y fomentada — que es en rea- Salvador. Se han hallado además y edi-
lidad la única segura y confirmada por tado con sagacidad vetustos códices de
la experiencia— , sin dejarse arredrar los Sagrados Libros; se ha investigada
en modo alguno por aquellas dificul- con más extensión y plenitud la exégesis
tades que, como en las cosas humanas de los Padres de la Iglesia; finalmente,
suele acontecer, nunca le faltarán tam- se ilustra con innumerables ejemplos el
poco a esta obra preclara. modo de hablar, narrar y escribir de
los antiguos.
B) Pa r t e D o c t r in a l

LOS ESTUDIOS BIBLICOS DE 13. Estímulo por estos descubri-


NUESTRO TIEMPO mientos. Todo esto, que no sin espe-
cial disposición de la providencia de
I. - E n : Est ado ac t
g e n e r a l u a l d e l o s
Dios, ha conseguido esta nuestra épo-
ESTUDIOS BÍBLICOS
ca, invita en cierta manera y amonesta
11. Progreso por las excavaciones y a los intérpretes de las Sagradas Letras
documentos. No hay quien no pueda a aprovecharse con denuedo de tanta
fácilmente echar de ver que las con- abundancia de luz para examinar con
diciones de los estudios bíblicos y de más profundidad los Divinos Oráculos,
los que para los mismos son útiles han ilustrarlos con más claridad y propo-
cambiado mucho en estos cincuenta nerlos con mayor lucidez.
años. Porque, pasando por alto otras
cosas, cuando Nuestro Predecesor pu- 14. Papel de las Encíclicas. Y si, con 306
blicó su Letra Encíclica “ Providentis- sumo consuelo en el alma, vemos que
simus Deus” ^ \ apenas se había co - los mismos intérpretes denodadamente
menzado a explorar en Palestina uno u han obedecido ya y siguen obedeciendo
otro lugar de excavaciones relacionadas a esta invitación, ciertamente no es este
[24] León XIII, Encfcl. Prov. Deus, 18-XI-1893, en esta Colecc.: Encícl. 66, pág. 488-506.
ASS. 26 (1893-94) 288; Encliir. Bibl. 81-134 Í66-119);
1632 E n c íc l ic a s d e l PP. P í o XII (1943) 178. 15

el último ni el menor fruto de las so cargo, y en dar nuevo acicate y nue-


Letras Encíclicas ((Providentissimus vo ánimo a los operarios que trabajan
Deus” , con las que Nuestro Predecesor constantemente en la viña del Señor.* 4
3
L e ó n XIII, como presagiando en su áni-
mo esta nueva floración de los estudios
II. - R e c u r s o a l o s t e x t o s o r ig in a l e s
bíblicos, por una parte invitó al trabajo
a los exégetas católicos, y por otra les 1. Estudio de las lenguas bíblicas
señaló sabiamente cuál era el modo y
método de trabajar. Pero también Nos 15. Los Padres de la Iglesia lo reco-
con estas Letras Encíclicas queremos mendaban. Ya los Padres de la Iglesia
conseguir que esta labor no solamente y en primer término Sa n Ag u s t ín , al
persevere con constancia, sino que cada intérprete católico que emprendiese la
día se perfeccione y resulte más fecun- tarea de entender y exponer las Sagra-
da, puesta sobre todo Nuestra mira en das Escrituras le recomendaban enca-
mostrar a todos lo que resta por hacer, recidamente el estudio de las lenguas
y con qué espíritu debe hoy el exégeta antiguas y volver a los textos primiti-
católico emprender tan grande y excel-* 4
3 vos(25). Con todo llevaba consigo la
(25) Véase por ej. S. Jerónimo Praef. in IV exégetas, un fin es sí mismo, sino ordenado a
Evang. ad Damasum (Migne P.L. 29, 526-527); y la inteligencia y exposición precisa y clara de la
S. Agusiín De doctrina christ. 2, 16 (Migne P.L. palabra divina, a fin de que nutra, lo más po-
34, 42-43). En la carta que la Pontificia Comisión sible, la vida espiritual, y no por una mezquina
Bíblica dirigió a los Arzobispos y Obispos de pedantería, ni por una mal velada desconfianza
Italia (véase nota 6) se exponen los ataques del contra la inteligencia espiritual, se recomienda
sac. Ruotolo hechos al estudio de las lenguas y se inculca la averiguación del sentido literal
orientales y las ciencias auxiliares se señala su con los auxilios de la filología y de la crítica, y
verdadera misión en orden a una mejor compren- se desaprobaría a quien se valiese de los mismos
sión de los textos bíblicos, en los siguientes tér- con exceso y exclusivamente, mucho más si
minos: abusivamente, como si no fuese divino el libro.
“ Mueven a compasión, dice la Pontificia Co- Pero al propio tiempo no se puede permitir que
misión Bíblica, “ y al mismo tiempo indigna la con el pretexto del abuso se intente hacer sos-
ligereza y arrogancia increíbles con que el autor pechoso y quitar el uso de los verdaderos prin-
del anónimo (Ruotolo) habla de esta materia (del cipios exegéticos: ” el abuso no quita el uso” .
estudio de las lenguas orientales y ciencias auxi- El autor ha añadido al opúsculo 4 págs. con el
liares). “ El hebreo, el siríaco, el arameo” serían título “ Confirmación sacada de la Encíclica
solamente materia de orgullo de los “ científicos” Pascendi” , como para poner su desventurada
(pág. 4), “ ostentación de erudición” (pág. 14), “ el empresa bajo el patrocinio del santo Pontífice
orientalismo se ha mudado en un verdadero fe- Pío X, expediente desgraciado, porque, si la ense-
tichismo” , y “ la sabiduría orientalista es con ñanza de la Sagrada Escritura recibió de León
harta frecuencia muy discutible” (pág. 46). Tanta XIII en la Encíclica Providentissimus Deus la
superficialidad cuya consecuencia natural es ena- Magna Charta, que reclamaba la atención de la
jenar los espíritus del duro estudio y fomentar Iglesia entera sobre el importantísimo tema, fue
la ligereza y desenvoltura en el trato de los Pío X quien dio, por iniciativa propia y perso-
libros divinos, con el resultado inevitable de nal, la ordenación definitiva a aquella enseñanza,
disminuir la reverencia suma y la sumisión total especialmente en Roma y en Italia, habiendo él
a ellos y el saludable temor de hacer un uso mismo observado de cerca, en su experiencia de
menos conveniente, está en pleno contraste con Obispo (y Rector de Seminario), las deficiencias
la tradición de la Iglesia, la cual, desde los tiem- de la enseñanza bíblica y los efectos desastrosos
pos de San Jerónimo hasta los nuestros, ha fa- que de ella se derivaban.
vorecido el estudio de las lenguas orientales, sa- Comenzó, en efecto, por instituir, ya a los
biendo que “ es necesario a los maestros de la pocos meses de su elección, el 23 de Febrero de
Sagrada Escritura... tener conocimiento de aque- 1904, los grados de licenciado y doctorado en
llas lenguas, en las cuales los libros canónicos Sagrada Escritura (véase nota 16 de la presente
fueron primitivamente redactados por los hagió- Encíclica), sabiendo bien que la creación de títu-
‘grafos” (León XIII, Encíclica Providentissimus los especiales era medio eficaz para obtener que
Deus, Enchir. Bibl. n. 103; AAS 26 (1893/94) 288; algunos estudiosos se dedicasen de un modo
en esta Colecc. Encícl. 66, 37, pág. 501, y ha particular a la investigación. No pudiendo luego,
recomendado “ que en todas las Academias (Uni- por falta de medios, fundar inmediatamente el
versidades) ...haya cátedras también de las otras Instituto de altos estudios bíblicos en el cual
lenguas antiguas, principalmente semíticas y de pensaba, Pío X estimuló, en 1906, la enseñanza
la congruente erudición en ellas” (León XIII, Le- de la Sagrada Escritura en el Pontificio Semina-
tras Apostólicas Vigilantiae, 30-X-1902 con que rio Romano, aprobó, en los años 1908 y 1909, la
•creó la Pontificia Comisión Bíblica, Ench. Bíbl. creación de una enseñanza superior de Sagrada
n. 133). El anónimo, Ruotolo, olvida que el estudio Escritura en la Gregoriana y el Angélico, y, fi-
de las lenguas bíblicas, del griego y hebreo, re- nalmente, creó en el mismo año de 1909 el Pon-
comendado por León XIII a las Academias (Uni- tificio Instituto Bíblico cuya obra no ha cesado
versidades) teológicas se ha hecho obligatorio de desarrollarle fructíferamente bajo la mirada
en las mismas por Pío X (Enchir. Bibl. n. 171), de los Sumos Pontífices con una continuidad de
y que tal ley fue llevada a la Constitución: Deus directivas tan evidente que no exige demostra-
Scientiarum Dominus (arts. 33-34; Ordinationes, ción. Cuánto haya hecho el Instituto Bíblico para
art. 27, I). prom over el progreso del estudio de la Sagrada
“ Naturalmente, el estudio de las lenguas orien- Escritura, especialmente en Italia, lo demuestra
tales y de las ciencias auxiliares no es, para los el número de los alumnos y oyentes de naciona-
178, 16-20 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1633

condición de aquellos tiempos el que interpretación con todos aquellos re-


conocieran pocos la lengua hebrea, y cursos que provienen de toda clase de
éstos imperfectamente. filología. ,
16. Decadencia en la Edad Media 18. Ejemplo de San Jerónimo y
y recuperación en nuestra época. Por otros. Lo cual, en verdad, lo procuró
otra parte en la Edad Media, cuando la conseguir solícitamente S a n J e r ó n i m o ,
Teología Escolástica florecía más que según los conocimientos de su época;
nunca, aun el conocimiento de la len- y así mismo no pocos de los grandes
gua griega desde mucho tiempo antes intérpretes de los siglos 16 y 17, aunque
se había disminuido de tal manera en- entonces el conocimiento de las lenguas
tre los Occidentales, que hasta los mis- fuese mucho menor que el de hoy, lo
mos supremos Doctores de aquellos intentaron con infatigable esfuerzo y
tiempos, al explicar los Divinos Libros, no mediocre fruto.
solamente se apoyaban en la versión
latina, llamada Vulgata. Por el contra- 19. Basar la Interpretación en el
rio en estos nuestros tiempos no sola- m ejor texto y pericia lingüística. De
mente la lengua griega, que desde el la misma manera conviene que se ex-
renacimiento de las letras humanas en plique aquel mismo texto original, que
cierto sentido ha sido resucitada a nue- escrito por el sagrado autor tiene ma-
va vida, es ya familiar a casi todos los yor autoridad y mayor peso, que cual-
cultivadores de la antigüedad, sino que quiera versión, por buena que sea, ya
aun el conocimiento de la lengua he- antigua, ya moderna; lo cual puede sin
brea y de otras lenguas orientales se ha duda hacerse con mayor facilidad y
propagado grandemente entre los hom- provecho si, respecto del mismo texto,
bres doctos. se junta al mismo tiempo con el cono-
cimiento de las lenguas una sólida
17. Facilidad de hoy y obligación pericia en el manejo de la crítica.
de aprovecharla. Es tanta además la
abundancia de medios para aprender
estas lenguas, que el intérprete de la 2. Importancia de la crítica
Biblia que, descuidándolas, se cierra la 20. La opinión de San Agustín.
307 puerta para los textos originales, no Cuánta importancia se haya de atribuir
puede en modo alguno evitar la nota a esta crítica, atinadamente lo advirtió
de ligereza y desidia. Porque al exégeta S a n A g u s t í n , cuando entre los precep-
pertenece el andar como de caza, con tos que deben inculcarse al que estudia
sumo cuidado y veneración, aun de las los Sagrados Libros puso por primero
cosas más mínimas que, bajo la inspi- de todos el cuidado de poseer un texto
ración del Divino Espíritu, brotaron de exacto. En enmendar los Códices — así
la pluma del hagiógrafo, a fin de pe- el clarísimo Doctor de la Iglesia— debe
netrar su mente con más profundidad ante todo estar alerta la vigilancia de
y plenitud. Procure, por lo tanto, con aquellos que desean conocer las Escri-
diligencia adquirir cada día mayor pe- turas Divinas, para que los no enmen-
ricia en las lenguas bíblicas y aun en dados cedan su puesto a los enmenda-
las demás orientales, y corrobore su dos^ .
lidad italiana, y el de los inscritos en las Sema- (véase nota [6]) rechazáronse los ataques del sac.
nas Bíblicas, convocadas cada una con creciente Ruotolo a la crítica textual y se expusieron sus
frecuencia y fruto. Fue Pío X quien fiió también verdaderos alcances, en los términos siguienfes:
las directivas del estudio de la Sagrada Escri- “ Con la idea del valor, casi único de la Val-
tura en los Seminarios, cuando publicó las Letras gata, y mínimo o casi nulo de los textos origina-
Apostólicas Quoniam in re Bíblica, 27-TIT-lf>06, les y de las otras versiones antiguas, no causa
(Ench. Bibl., 155-173; véase la nota 16 de la pre- maravilla que el anónimo (Ruotolo) niegue la
sente Encíclica), y proveyó a su aplicación de necesidad y la utilidad de la crítica textual, no
Obispos y Regulares en fecha del 10 de Mayo obstante que los recientes descubrimientos de
de 1907.” textos preciosísimos hayan confirmado lo contra-
(26) San Agust. De doctrina christ. 2, 21 (Mig- rio. Puesto que “ es la Iglesia, dice Ruotolo, la
ne, P. L. 34, col 46). que nos presenta y garantiza el Texto Sagrado”
En la carta que la Pontificia Comisión Bíblica (pág. 10), hacer crítica textual “ es tratar el
dirigiera a los Arzobispos y Obispos de Italia Libro Divino como un libro humano” (pág. 23),
Encíclicas Pontificias 52
1634 E n c íc l ic a s d e l PP. P í o XII (1943) 178, 21-23

21. La crítica textual de hoy. Ahora algunos decenios no pocos han emplea
bien, hoy este arte, que lleva el nom- do absolutamente a su capricho, y no
bre de crítica textual y que se emplea pocas veces de tal manera que pudiera
con gran loa y fruto en la edición decirse haberla los mismos usado para
de los escritos profanos, con justísimo introducir en el sagrado texto sus opi-
derecho se ejercita también, por la re- niones prejuzgadas, hoy ha llegado a
verencia debida a la divina palabra, en adquirir tal estabilidad y seguridad de
los Libros Sagrados. Porque por su leyes, que se ha convertido en un insig-
mismo fin logra que se restituya a su ne instrumento para editar con más
ser el sagrado texto lo más perfecta- pureza y esmero la divina palabra, y
mente posible, se purifique de las de- fácilmente puede descubrirse cualquier
pravaciones introducidas en él por la abuso.
deficiencia de los amanuenses, y se li- 23. Estímulo de la Iglesia y edicio-
bre, cuanto se pueda, de las inversio- nes críticas católicas. Ni es preciso
308 nes de palabras, repeticiones y otras recordar aquí — ya que es cosa notoria
faltas de la misma especie, que suelen y clara a todos los cultivadores de la
furtivamente introducirse en los libros Sagrada Escritura— en cuánta estima
transmitidos de uno en otro por mu- ha tenido la Iglesia ya desde los prime-
chos siglos. ros siglos hasta nuestros días estos
22. Abusos de la crítica y su sano estudios del arte crítica. Así es que hoy,
manejo. Y apenas es necesario adver- después que la disciplina de este arte
tir que esta crítica, que desde hace ha llegado a tanta perfección, es un
y el único uso que puede hacerse del texto ori- arte crítica” (Decreto De Mosaica autentia Pen-
ginal y de las antiguas versiones es el de con- tateuchi, 27-VI-1906, Enchir. Bibl. n. 177) véase
sultarlos “ en alguna dificultad que haya que también el Decreto “ sobre los Salmos” , l-V-1910
iluminar” (pág. 6); el texto griego no puede “ ha- en que la Comisión expresa que considera impru-
cer fe” contra otro texto y “ contra el mismo dente negar que David sea el principal autor de
texto oficial de la Iglesia” (pág. 8), y “ no pueden los salmos, o afirmar que sólo unos pocos le
de ningún modo echar fuera... del Texto, no sólo pueden ser atribuidos; especialmente se mantiene
de la Iglesia (es decir, de la Vulgata), sino del el origen davídico de los seis salmos 2, 15, 17,
original, líneas enteras o versículos enteros” 31, 68 y 109; se niega la probabilidad a la sen-
(pág. 7), por tanto ni cuando ciertamente ausen- tencia que adscribe no pocos salmos a la época
tes de la primitiva tradición del texto, penetra- de Esdras y Nehemías o aun a los tiempos ina-
ron más tarde en él; tentar de establecer el Sa- cabaicos; se defiende al carácter profético y me-
grado Texto con medios críticos es “ descuarti- siánico individual, contra los que restringen su
zar” la Biblia (pág. 9). De ahí las numerosas significado sólo al destino del pueblo judío; y
páginas del opúsculo llenas de inventivas contra aun reconociendo que los títulos de los salmos no
el “ criticismo científico” , “ naturalismo” y “ mo- sean auténticos, se sostiene su venerable anti-
dernismo” . güedad y se considera imprudente rechazarlos
“ Que la ciencia bíblica católica, desde los tiem- sin causa grave. La Comisión concede sí en esta
pos de Orígenes y de San Jerónimo hasta la respuesta que, a pesar de su título y de la opi-
“ Comisión para la revisión y enmienda de la nión de muchos Santos Padres, no todo el Sal-
Vulgata” , instituida precisamente por el Papa terio “ davídico” es de David, admitiendo asimis-
de la Encíclica Pascendi, se haya fatigado para mo que algunos salmos, como por ejemplo el
establecer la forma más pura posible del texto “ Miserere mei, Deus” hayan podido ser levemen-
original y de las versiones, comprendida (por no te retocados en épocas posteriores a David para
decir sobre todo) la Vulgata; que León XIII re- adaptarlos a las nuevas circunstancias históricas
comiende encarecidamente: “ Que los nuestros o litúrgicas, dejando así un amplio margen de
cultiven, con nuestra vehemente aprobación, la libertad a los estudiosos; Enchir. Bibl. n. 345;
disciplina del arte critica, como útilísima para AAS. 2 (1910) 354-355; que el Santo Oficio haya
percibir plenamente la sentencia de los hagió- permitido y permita a los exégetas católicos dis-
grafos. Estos mismos, no Nos oponemos a ello, cutir la cuestión del “ Comma” de Juan (1 Juan
perfeccionen esta misma facultad con la aguda 5, 7-8), que es una adición de la Vulgata Clc-
de los heterodoxos” (Letras Apostólicas Vigilan- mentina que no se halla en los códices griegos,
tiae, 30-X-1902, en que se creó la Pontificia Co- siendo su origen probablemente africano, véase
misión Bíblica, Enchiridion Bibl. n. 135); que la Denz. 2198) y, “ pesados cuidadosamente los argu-
Pontificia Comisión Bíblica haya respondido que, mentos que hay por una y otra parte, con aque-
en el Pentateuco (y “ servatis servandis” , “ con lla moderación y temperancia que la gravedad
las debidas reservas” también en los otros libros) del caso requiere, inclinarse a la sentencia con-
se puede admitir que “ en un tan largo decurso traria a la genuinidad” (Declaración del Santo
de los siglos se hayan introducido algunas... mo- Oficio, 2-VI-1927, Enchir. Bibl. n. 121): Todo esto
dificaciones, como: adidamentos después de la disimula u olvida el autor del opúsculo anónimo
muerte de Moisés o añadidos por autor inspira- para tachar de error la obra de los exégetas ca-
do, o glosas y explicaciones intercaladas en el tólicos, los cuales, fieles a la tradición católica
texto; ciertos vocablos y formas de lenguaje y a las normas inculcadas por la suprema auto-
anticuado traducidos a la lengua más reciente: ridad eclesiástica, prueban con el hecho mismo
lecciones, finalmente, erróneas debidas a defecto de sus serios y penosos trabajos de crítica tex-
de los que copiaron el texto, de todo lo cual sea tual, en cuánta veneración tengan el Texto Sa-
lícito disputar y juzgar según las normas dél grado” (AAS. 33 [19411 465).
178. 24-25 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1635

oficio honorífico, aunque no siempre piense nadie que este uso de los textos
fácil, el procurar por todos los medios, primitivos, conforme a la razón de la
que cuanto antes por parte de los cató- crítica, sea en modo alguno contrario
licos se preparen oportunamente edi- a aquellas prescripciones que sabia-
ciones tanto de los Sagrados Libros, mente estableció el Concilio Tridentino
com o de las versiones antiguas, hechas acerca de la Vulgata Latina(27). Docu-
conforme a estas normas, que junten, mentalmente consta, que a los Presi-
es a saber, con una reverencia suma del dentes del Concilio se dio el encargo
sagrado texto la escrupulosa observan- de rogar al Sumo Pontífice a nombre
cia de todas las leyes críticas. Y tén- del mismo Santo Sínodo — como, en
ganlo todos por bien sabido, que este efecto, lo hicieron— mandase corregir
largo trabajo no solamente es necesa- primero la edición Latina, y luego, en
rio para penetrar bien los escritos da- cuanto se pudiese, la Griega y la He-
dos por divina inspiración, sino que brea, con el designio de divulgarla al
además es reclamado por la misma pie- fin para utilidad de la Santa Iglesia de
dad por la que debemos estar suma- Dios(28). Y si bien, a la verdad, a este
mente agradecidos a aquel Dios provi- deseo no pudo entonces por las dificul-
dentísimo, que desde el trono de su tades de los tiempos y otros impedi-
majestad nos envió estos libros a ma- mentos responderse plenamente, con-
nera de cartas paternales, como a pro- fiados que al presente, aunadas las
pios hijos. fuerzas de los doctores católicos, se
pueda satisfacer con más perfección y
3. Sentido del decreto Tridentino so- amplitud.
bre el uso de la Vulgata. Versiones
en lenguas vulgares 25. Los motivos del Concilio para
24. Los decretos tridentinos no se recomendar la Vulgata. Mas por lo que
oponen a las ediciones críticas. Ni hace a la voluntad del Sínodo Trid en-
(27) Conc. de Trento; ses. IV, Decreto sobre la tura” (pág. 8), es un “ sustituirse con presunción
edición y uso de los Libros Sagrados (Conc. Trid. a la autoridad (de la Iglesia), la cual sola puede
edición Soc. de Goerres, Frib. 5, 91; Mansi 33, 23). presentarnos un texto auténtico, y “ sola nos lo
En la carta que la Pontificia Comisión Bíblica presenta de hecho con el citado Decreto del Con-
dirigiera a los Arzobispos y Obispos de Italia cilio de Trento” (pág. 28): toda operación crí-
(véase nota [6]) explícase cuál es la autoridad de tica sobre el texto bíblico, cual viene presentado
la Vulgata, rechazando al mismo tiempo las en la Vulgata, es “ el libre examen, mejor, el
ideas erróneas del sac. Ruotolo, diciendo: desatinado examen personal, sustituido a la
“ Mas palpable (que el error acerca del sentido autoridad de la Iglesia” (pág. 9).
literal de la Biblia) es todavía el error del “ anó- Pues bien, tal pretensión no es solamente con-
nimo” (Ruotolo) acerca del sentido y de la tra el sentido común, el cual no aceptará jamás
extensión del decreto del Tridentino sobre el uso que una versión pueda ser superior al texto ori-
de la Vulgata Latina. El Concilio Tridentino, ginal, sino que va también contra la mente de
contra la confusión ocasionada por las nuevas los Padres del Concilio, cual aparece de las
traducciones latinas y en lengua vulgar entonces Actas; es más, el Concilio se dio cuenta de la
divulgadas, quiso sancionar el uso público, en necesidad de una revisión y corrección de la
la Iglesia Occidental, de la versión latina común, misma Vulgata, cuya ejecución encomendó a los
justificándola en el uso secular que de ella venía Sumos Pontífices, los cuales la hicieron, como
haciendo la Iglesia misma, pero por nada pensó hicieron, según la mente de los más autorizados
en disminuir la autoridad de las versiones anti- colaboradores del Concilio mismo una edición
guas usadas en las Iglesias Orientales, señalada- corregida de los LXX ( “ Septuaginta” , bajo Sixto
mente de la de los Septuaginta usada por los V), y después la del Antiguo Testamento griego,
mismos Apóstoles, y menos todavía la autoridad encargando de ello a comisiones a propósito. Y
de los textos originales, y resistió a una parte está abiertamente contra el precepto de la Encí-
de los Padres, que querían el uso exclusivo de clica Prouidentissimus Deus: “ Sin embargo, no
la Vulgata como única autoridad. Ahora bien, el habrán de dejarse de tener en cuenta las anti-
anónimo sentencia que en virtud del decreto guas versiones, que la antigüedad cristiana alabó
Tridentino se posee en la versión latina un texto y empleó, principalmente los códices primitivos”
declarado superior a todos los demás, reprocha (Enchir. Bibl. n. 91; AAS 26 [1893/94] 281; en esta
a los exegétas querer interpretar la Vulgata con Colección: Encíclica 66, 23 pág. 496).
la ayuda de los originales y de las otras versio- En suma, el Concilio Tridentino declaró “ autén-
nes antiguas. Para él el decreto da la “ certeza tica” la Vulgata en sentido jurídico, esto es, en
del Sagrado Texto” , así que la Iglesia no tiene cuanto se refiere a la “ fuerza probativa en cosas
necesidad de “ buscar aún la auténtica palabra de fe y m oral” , mas sin excluir de ningún modo
de Dios” (pág. 7), y esto no solamente “ en las posibles divergencias con el texto original y con
cosas de la fe y de la moral” , sino en todos los las antiguas versiones, como todo buen libro de
aspectos (incluso literarios, geográficos, crono- Introducción Bíblica expone claramente según las
lógicos, etc.). La Iglesia con aquel decreto nos ha Actas del Concilio mismo” (AAS. 33 [1941] 468).
dado, según él, “ el Texto auténtico y oficial, del (28) Conc. Trid. Decr. de edit. et usu Sacr.
cual no es lícito apartarse” (pág. 6), y hacer la Lbr. (Conc. Trid. Goerres, Frib. X, 471; véase voi.
crítica textual es un “ mutilar la Sagrada Escri- V, 29, 59, 65; X 446-447).
1636 E n c íc l ic a s d e l PP. P ío XII (1943) 178, 26

tino de que la Vulgata fuese la versión dad y sin peligro de errar en las dispu-
latina que todos usasen como auténtica, tas, lecciones y predicaciones; y por
esto en verdad, com o todos los saben, tanto este género de autenticidad no se
solamente se refiere a la Iglesia latina, llama con nombre primario crítica, sino
y al uso público de la misma Escritura, más bien jurídica.
y no disminuye sin género de duda en
modo alguno la autoridad y valor de 26. Los textos originales prevalecen
los textos originales. Porque no se tra- aún en las versiones populares. Por
taba de los textos originales en aquella lo cual esta autoridad de la Vulgata en
ocasión, sino de las versiones latinas cosas doctrinales de ninguna manera
que en aquella época corrían de una prohibe — antes por el contrario hoy
parte a otra, entre las cuales el mismo más bien exige— que esta misma d oc-
Concilio con justo motivo decretó que trina se compruebe y confirme por los
debía ser preferida la que había sido textos primitivos, y que también sean
aprobada en la misma Iglesia con el a cada momento invocados como auxi-
liares estos mismos textos, por los cua-
largo uso de tantos siglos. Así, pues,
les dondequiera y cada día más se pa-
esta privilegiada autoridad o, com o di-
tentice y exponga el recto sentido de
cen, autenticidad de la Vulgata no fue
las Sagradas Letras^. Y ni aun siquie-
establecida por el Concilio principal- ra prohibe el decreto del Concilio Tri-
mente por razones críticas, sino más dentino que, para uso y provecho de
bien por su legítimo uso en las iglesias los fieles de Cristo y para más fácil
durante el decurso de tantos siglos; con inteligencia de la divina palabra, se
el cual uso ciertamente se demuestra hagan versiones en las lenguas vulga-
que la misma está en absoluto inmune res, y eso aun tomándolas de los textos 310
de todo error en materia de fe y de originales, como ya en muchas regiones
costumbres; de modo que, conforme al vemos que loablemente se ha hecho,
testimonio y confirmación de la misma aprobándolo la autoridad de la Igle-
Iglesia, se puede presentar con seguri- sia!80].
[29] Pío XII rompió por primera vez con la les, más cercano al clásico que se estudia hoy
tradición varias veces secular de emplear la ver- día en los Colegios humanísticos, resultó más
sión de la Vulgata en el Oficio Divino que los fácilmente inteligible, que fue una de las fina-
sacerdotes latinos están obligados a rezar diaria- lidades de la nueva versión. En el Motu Proprio
mente, pues, a partir de San Pío V (1566-1572), de 1945 relata Pío XII brevemente la historia del
el texto litúrgico oficial latino del Breviario era Salterio de la Vulgata, señalando sus deficien-
el de la Vulgata, declarado auténtico por el Con- cias para afirmar luego que con la nueva ver-
cilio Tridentino y que corresponde al llamado sión se ha querido hacer eco de las preces que
Salterio galicano, una de las tres ediciones lati- se han elevado a la Santa Sede pidiendo una
nas de los Salmos que sobre la base de la versión nueva versión autorizada, y concede su libre uso.
latina de las Héxaplas de Orígenes (seis versio- Todas las ediciones del Breviario hechas desde
nes en seis diferentes idiomas y columnas que entonces adoptaron el nuevo texto. El P. Bea
presentó Orígenes). Aun después de la reforma dice en su libro: El Nuevo Salterio (Barcel<?na,
del Breviario de San Pío X, en que se ordenaba Herder, 1947, 169-171) señala la transcendencia de
el rezo del Salterio íntegro cada semana (por la este paso que rompe en cuanto al Salterio con la
Constitución Apostólica Divino Afflatu, l-XI-1911; Vulgata: “ La idea de Su Santidad Pío XII de
AAS. 3 11911] 633-638) no varió el texto de la sustituir la traducción de los Salmos, arraigada
Vulgata que no está hecho directamente del he- en la Iglesia por un uso plurisecular, es dema-
breo sino de la versión griega de los Septua- siado grandiosa para ser comprendida en.segui-
ginta (LXX). Como esa traducción resultaba en da por todos; es ésta una de aquellas atrevidas
no pocos casos de difícil inteligencia, Pío XII inspiraciones con las cuales el Espíritu Santo
encargó una traducción latina, directa del hebreo suele hacer avanzar a la Iglesia aun contra la
a los profesores del Pontificio Instituto Bíblico expectación de muchos, e incluso contra la vo-
que estaba entonces bajo la rectoría del P. Agus- luntad de algunos. Por lo demás, esta atrevida
tín Bea, S.J. El 24 de Marzo de 1945 ofrecía idea ha encontrado entusiasta acogida en muchos,
Pío XII, por su Motu Proprio In Cotidianis Pre- e incluso no faltan voces que cauta y calurosa-
cibus, (AAS. 37 [1945] 65-67) la nueva traducción, mente peroran la causa de una nueva traducción
conocida hoy con el nombre de Salterio piano, de los textos originales de toda la Biblia... De
para su empleo facultativo en la recitación del cualquier modo que sea, el paso —¿o diremos
Oficio Divino tanto público como privado. Según quizás el primer paso?— dado por el Santo Pa-
respuesta de la Pontificia Comisión Bíblica del dre, otorgando a la Iglesia una nueva traducción
22 de Actubre de 1947 (AAS. 39 [1947] 508) puede de los Salmos, quedará, ciertamente, como uño
emplearse la nueva versión también en las de- de los más memorables en la historia de la Sa-
más oraciones y ceremonias litúrgicas, siempre grada Escritura.”
que se trate de salmos íntegros fuera de la Santa [30] Con la aprobación de Pío XII, dada el 22
Misa. Escrita no en latín eclesiástico estricto sino de Agosto de 1943, el P. Jaime M. Vosté, O.P.,
en aquel que se emplea en los documentos oficia- consultor Secretario de la Pontificia Comisión
173,27 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1637

esta obra tengan ante los ojos los in-


III. - D e l a in t e r p r e t a c ió n
térpretes que como la cosa principal de
1. Importancia e investigación del todas, han de procurar el distinguir
sentido literal bien y determinar cuál es el sentido de
las palabras bíblicas llamado literal.
27. La interpretación es el oficio Sea este sentido literal de las palabras
supremo clei exégeta. Determinará el el que ellos averigüen con toda dili-
sentido literal. Armado egregiamente gencia, por medio del conocimiento de
con el conocimiento de las lenguas anti- las lenguas, valiéndose del contexto y
guas y con los recursos del arte crítica, de la comparación con pasajes seme-
emprenda el exégeta católico aquel ofi- jantes; a todo lo cual suele también
cio, que es el supremo entre todos los apelarse en favor de la interpretación
que se le imponen: a saber, el hallar y de los escritos profanos, para que apa-
exponer el sentido genuino de los Sa- rezca en toda su luz la mente del
grados Libros. Para el desempeño de autor I31].
Bíblica se expidió el mismo día 22 de Agosto so- vernácula, a no ser que estén aprobadas por la
bre el uso de las versiones de la Sagrada Escri- Sede Apostólica, o que se publiquen bajo la vigi-
tura en lengua vulgar, hechas sobre los textos lancia de los Obispos y con notas sacadas princi-
primitivos, en los templos. Algunos habían exa- palmente de los santos Padres de la Iglesia y de
gerado el alcance de una respuesta de la misma escritores doctos y católicos, véase también Com.
Comisión (30-IV-1934) que sólo permitía la lectura Pontif. Interpr. 20-V-1923, AAS. 16, (1923) 115,
pública del Evangelio y de la Epístola de la misa respecto de las anotaciones), pueden legítima-
en lengua vulgar, hecha sobre la Vulgata. En la mente ser usadas y leídas por los fieles para su
nueva respuesta se aclara que sigue mantenién- piedad privada (uso extralitúrgico); y además,
dose la conveniencia de la lectura pública según si alguna versión, tras el diligente examen tanto
alguna versión hecha sobre la Vulgata, que es el del texto como de las anotaciones llevado a cabo
texto litúrgico, pero se permite ilustrar este texto por varones competentes en las ciencias bíblica y
con los recursos a los textos originales y se teológica, ha sido hallada más fiel y apta, los
reconoce la utilidad del uso extralitúrgico de Obispos, cada uno de por sí o congregados en
versiones directamente hechas sobre el original, conferencias provinciales o nacionales, pueden,
con tal que se hagan bajo la competencia de si les place, recomendarla de un modo especial
alguna autoridad eclesiástica. Dice: a los fieles confiados a su cuidado.
“ La Pontificia Comisión Bíblica para resolver “ 2. La traducción que de las perícopas bíblicas
la cuestión que le ha sido propuesta acerca del suelen leer los sacerdotes al pueblo en lengua
uso y autoridad de las versiones bíblicas en len- vulgar, según costumbre u oportunidad, después
gua vulgar, principalmente de las hechas sobre de leído el mismo texto litúrgico en la celebra-
los textos primitivos, y para declarar más su ción de la S. Misa, debe ser conforme al texto
decreto Del uso de ¡as versiones de ¡a Sagrada latino, o sea litúrgico según la respuesta de la
Escritura en los templos dado el 30 de Abril de Pontificia Comisión Bíblica (AAS. . . . [19341 315),
1934, ha juzgado oportuno dar y recomendar las permaneciendo íntegra la facultad de ilustrar
siguientes normas: aptamente aquella misma versión, si es necesario,
“ Puesto que por León XIII, en la Carta Encí- con el auxilio del texto original o de otra versión
clica Provid. Deus (Acta Leonis XIII, vol. 13, 342: más clara.”
Enchiridion Bibl. n. 91; en esta Colección: Encí-
clica 66, 23, pág. 496) fue recomendado, que se [31] En la carta dirigida a los Arzobispos y
empleen los textos primitivos de los libros santos Obispos de Italia (véase nota [6]) la Pontificia
para el conocimiento profundo y la declaración Comisión Bíblica se refiere al sentido literal y
más perfecta de la divina palabra; y hecha aque- espiritual en los siguientes términos:
lla recomen dación no ciertamente para la sola “ El anónimo (el sac. Ruotolo), aunque asegure
comodidad de exégetas y teólogos, ha parecido por forma que el sentido literal es la “ base de
sobre manera conveniente, que aquellos mismos la interpretación bíblica” (pág. 6), de hecho pre-
textos sean traducidos, desde luego bajo la cui- coniza una exégesis absolutamente subjetiva y
dadosa vigilancia de la competente autoridad alegórica, según inspiración personal, o mejor,
eclesiástica, a las lenguas comúnmente conocidas según la fantasía más o menos viva y fecunda de
o vulgares, según las leyes comprobadas de la cada uno. Ahora bien, si es proposición de fe
ciencia sagrada y profana; que debe tenerse por principio fundamental, que
“ y, pues, entre las versiones latinas que enton- la Sagrada Escritura contiene, además del senti-
ces circulaban, el Concilio Tridentino declaró la do literal, un sentido espiritual o típico, como
Vulgata edición como la única y sola auténtica ha sido enseñado por la práctica de Nuestro
(Conc. Trid. sesión IV, decret. De editione et Señor y de los Apóstoles, sin embargo, no toda
usu Ss. Librorum (Ench. Biblic. n. 46), de la sentencia o narración contiene un sentido típico,
cual se han tomado casi siempre las perícopas y fue un exceso grave de la escuela alejandrina
bíblicas que deben leerse públicamente en los el querer encontrar por doquiera un sentido sim-
libros litúrgicos de la Iglesia Latina para el sa- bólico, aun con daño del sentido literal e histó-
crosanto Sacrificio de la Misa y para el Oficio rico. El sentido espiritual o típico, además de
Divino: fundarse sobre el sentido literal, debe probarse
“ Cumpliendo lo que se debe cumplir: ya por el uso de Nuestro Señor, de los Apóstoles
“ 1. Las versiones de la S. Escritura en lengua o de los escritores inspirados, ya por el uso
vulgar sea de la Vulgata sea de los textos primi- tradicional de los Santos Padres y de la Iglesia,
tivos, con tal que sean editadas con licencia de especialmente en la sagrada Liturgia, puesto que
la competente autoridad eclesiástica en conform i- “ lex orandi, lex credendi” . Una aplicación más
dad con el canon 1391 (que dice: “ No se pueden amplia de los textos sagrados podrá sin duda
imprimir las versiones de las S. Escr. en lengua justificarse con el fin de la edificación en homi-
1638 En c íc l ic a s del P P . P í o X II (1943) 178, 28-30

28. Las declaraciones del Magis- ción de los mismos no solamente ayude
terio; explicación de los Padres y ana- a los doctores teólogos para proponer y
logía de la fe. Sólo que los exégetas confirmar los dogmas de la fe, sino que
de las Sagradas Letras, acordándose sea también útil a los sacerdotes para
que aquí se trata de la palabra divina- explicar ante el pueblo la doctrina cris-
mente inspirada, cuya custodia e inter- tiana, y finalmente sirva a todos los
pretación fue por el mismo Dios enco- fieles para llevar una vida santa y dig-
mendada a la Iglesia, no menos dili- na de un hombre cristiano.
gentemente tengan cuenta de las expo-
siciones y declaraciones del magisterio 2. Recto uso del sentido espiritual y
de la Iglesia, y asimismo de la explica- los otros sentidos
ción dada por los Santos Padres, como 30. Recházase el abuso de la inter-
también de la analogía de la fe, co - pretación llamada mística. Una vez
mo sapientísimamente lo advirtió L e ó n que hubieren dado, como hemos dicho,
XIII en las Letras Encíclicas t{Provi- ante todo tal interpretación teológica,
dentissimus Deus” (Z2\ eficazmente obligarán a callar a los que
aseverando que en los comentarios bí-
29. Preferencia a la doctrina teoló- blicos apenas hallan nada que eleve la
gica. Traten también con singular em- mente a Dios, nutra el alma, promueva
peño de no exponer únicamente — cosa la vida interior, repiten que es preciso
que con dolor vemos se hace en algunos acudir a cierta interpretación espiri-
comentarios— las cosas que atañen a tual, que ellos llaman mística. Cuán
la historia, arqueología, filología y otras poco acertado sea éste su modo de ver,
disciplinas por el estilo; sino que, sin lo enseña la misma experiencia de mu-
dejar de aportar oportunamente aqué- chos que, considerando y meditando
llas, en cuanto pueden contribuir a la una y otra vez la palabra de Dios, per-
exégesis, muestren principalmente cuál feccionaron sus almas, y se sintieron
es la doctrina teológica de cada uno de movidos de vehemente amor a Dios;
los libros o textos respecto de la fe y com o también lo muestran a las claras
costumbres, de suerte que esta exposi- la perpetua educación de la Iglesia y
lías y en obras ascéticas; mas el sentido resul- puesta por Agustín, a saber, no hay que apar-
tante aun de las acomodaciones más felices, tarse lo más mínimo del sentido literal, y por así
cuando no esté comprobado, como se ha dicho decir obvio, a no ser en tanto en cuanto o la
más arriba, no puede llamarse verdadera y es- razón impida retenerlo o la necesidad obligue a
trictamente sentido de la Biblia ni puede decirse abandonarlo” (Ench. Bibl. n. 97; en esta Colec-
que fue inspirado por Dios al hagiógrafo. ción: Encíclica 66, 29 pág. 498). Así habla tam-
“ En cambio, el anónimo, que no hace ninguna bién Benedicto XV en la Encíclica Spiritus Pa-
de estas distinciones elementales, quiere impo- raclitus: “ Consideremos con la mayor diligencia
ner las elucubraciones de su fantasía como sen- las palabras mismas de la Escritura, para que
tido de la Biblia, como “ verdaderas comuniones conste con certidumbre qué dijo el escritor sa-
espirituales de la sabiduría del Señor’ ’ (pág. 45), grado” (Enchiridion Bibl. n. 498; AAS. 12 [1920]
y desconociendo la capital importancia del sen- 410; en esta Colecc.: Encíclica 120, 32 pág. 951);
tido literal, calumnia a los exégetas católicos donde, ilustrando el ejemplo y los principios
de considerar “ sd/o el sentido literal” y conside- exegéticos del “ Doctor Máximo en la exposición
rarlo “ de modo humano, tomándolo sólo mate- de las Sagradas Escrituras” , San Jerónimo, el
rialmente, por aquello que suenan las palabras” cual “ colocado a buen seguro el significado lite-
(pág. 11), más aún, de estar “ obsesionados por ral e histórico, investiga los sentidos interiores
el sentido literal de la Escritura” (pág. 46). El y más profundos, para apacentar el espíritu con
rechaza de este modo la regla de oro de los manjar más exquisito” (Ench. Bibl. n. 499; AAS.
doctores de la Iglesia, tan claramente formulada 12 [1920] pág. 411; en esta Colecc.: Encíclica 120,
por el Aquinatense: “ Todos los sentidos se fun- 33 pág. 952), recomienda a los exégetas “ modes-
dan sobre uno, a saber el literal, del cual sólo tamente y moderadamente ascienden del sentido
puede argumentarse” (S. Thomas, Sum. Theol. literal a más altas consideraciones” (Ench. Bibl.
I, q. 1, 10 ad lum ); regla que los Sumos Pontí- n. 499; AAS. 12 [19201 412; en esta Colecc.: Encí-
fices sancionaron y consagraron cuando prescri- clica 120, 34 pág. 953). Finalmente ambos Sumos
bieron que, ante todo, se busque con sumo cui- Pontífices, León XIII y Benedicto XV, insisten,
dado el sentido literal. Así por ejemplo, León con las palabras mismas de San Jerónimo, sobre
XIII en la Encíclica Providentissimus Deus: el deber del exégeta: “ Oficio del comentarista es
“ Por tanto, con el estudio de ponderar qué exponer, no lo que él quiere, sino lo que siente
valor tengan las palabras mismas, qué signifique aquel, a quien interpreta” (Ench. Bibl. n. 91;
la ilación de las cosas, qué la semejanza de lu- n. 500; en esta Colecc.: Encícl. 66, 23; 120, 35 pá-
gares y demás por el estilo, asóciese también la ginas 496 y 953).
luz de una adecuada erudición” (Enchiridion Bi- (32) León XIII, Encícl. Provident. Deus, 18-XI-
blicum n. 92; en esta Colección: Encíclica 66, 24 1893. ASS. 26 (1893/94) 281; Leonis XIII Acta 13,
pág. 496) y más adelante: “ Sujétese religiosamen- 345-46; Enchir. Bibl. nrs. 109-111 (94-96); en esta
te (el exégeta) a aquella regla sabiamente pro- Colección: Encíclica 66, 27 pág. 497.
178, 31-34 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1639

las amonestaciones de los mayores critura le es como externo y añadido,


Doctores. que sobre todo hoy no carece de peli-
gro, cuando los fieles, aquellos especial-
31. El sentido espiritual dado por mente que están instruidos en los cono-
Dios. Y no es que se excluya de la Sa- cimientos tanto sagrados como profa-
grada Escritura todo sentido espiritual. nos, buscan qué es lo que Dios en las
Porque las cosas dichas o hechas en el Sagradas Letras nos da a entender, y
Antiguo Testamento de tal manera fue- no más bien qué es lo que el facundo
ron sapientísimamente ordenadas y dis- orador o escritor expone, empleando
puestas por Dios, que las pasadas sig- con cierta destreza las palabras de la
nificaran anticipadamente las que en Biblia. Ni tampoco aquella palabra de
el nuevo pacto de gracia habían de JDios viva y eficaz y más penetrante que
verificarse. Por lo cual el intérprete, espada de dos filos, y que lleva hasta
así como debe hallar y exponer el sen- la división del alma y del espíritu, y
tido literal de las palabras, que el ha- de las coyunturas y médulas, discerni-
giógrafo pretendiera y expresara, así dora de los pensamientos y conceptos
también el espiritual, mientras conste del corazón(33), necesita de afeites o de
legítimamente que fue dado por Dios. acomodación humana, para mover y
Ya que solamente Dios pudo conocer y sacudir los ánimos; porque las mismas
revelarnos este sentido espiritual. Sagradas Páginas, redactadas bajo la
inspiración divina, tienen por sí mis-
32. Cristo, los Apóstoles, la Tradi- mas abundante sentido genuino; enri-
ción y la Liturgia emplean el sentido quecidas por divina virtud, tienen fuer-
espiritual. Ahora bien, este sentido en za propia; adornadas con soberana her-
los Santos Evangelios nos lo indica y mosura, brillan por sí mismas y res-
enseña el mismo Salvador; lo profesan plandecen, con tal que sean por el in-
también los Apóstoles, de palabra y por térprete tan íntegra y cuidadosamente
escrito, imitando el ejemplo del Maes- explicadas, que se saquen a luz todos
tro; lo demuestra la doctrina tradicio- los tesoros de sabiduría y prudencia
nal perpetua de la Iglesia; lo declara en ellas ocultos.
por último el uso antiquísimo de la
liturgia, dondequiera que pueda recta-
mente aplicarse aquel conocido enun- 3. Cómo se debe fomentar el estudio
ciado: La ley de orar es la ley de creer. de los Santos Padres y de los gran-
Así, pues, este sentido espiritual, inten- des intérpretes
tado y ordenado por el mismo Dios, 34. Especial aptitud exegética de los
descúbranlo y propónganlo los exégetas Padres. En este desempeño podrá el
católicos con aquella diligencia que la exégeta católico egregiamente ayudarse
dignidad de la palabra divina reclama. del industrioso estudio de aquellas
obras con las que los Santos Padres,
33. Empleo y peligros del sentido los Doctores de la Iglesia e ilustres
acomodaticio. Mas tengan religiosa intérpretes de los pasados tiempos ex-
cautela en no proponer com o sentido pusieron las Sagradas Letras. Porque
genuino de la Sagrada Escritura otros ellos, aun cuando a veces estaban me-
sentidos traslaticios. Porque aun cuan- nos pertrechados de erudición profana
do, principalmente en el desempeño del y conocimiento de lenguas que los in-
oficio de predicador, puede ser útil pa- térpretes de nuestra edad, sin embargo,
ra ilustrar y recomendar las cosas de en conformidad con el oficio que Dios
la fe cierto uso más amplio del Sagrado les dio en la Iglesia, culminan por
Texto, según la significación acomoda- cierta suave perspicacia de las cosas
ticia de las palabras, siempre que se celestes y admirable agudeza de enten-
312 haga con moderación y sobriedad, nun- dimiento, con las que íntimamente pe-
ca sin embargo debe olvidarse que este netran las profundidades de la divina
uso de las palabras de la Sagrada Es- palabra, y ponen en evidencia todo
(33) Hcbr. 4, 12.
1640 En c íc l ic a s del PP. P ío XII (1943) 178, 35-36

cnanto puede conducir a la ilustración antiguos en el decir con la mayor eru-


de la doctrina de Cristo y santidad de dición y arte de los modernos, para
la vida. producir, sin duda, nuevos frutos en
el campo de las divinas Letras, nun-
35. Descuido actual y aprovechar ca bastantemente cultivado, nunca ex-
miento que se impone y frutos de él. hausto.
De doler es, en verdad, que tan pre-
ciosos tesoros de la antigüedad cristia- IV. - Pu n t o s a l o s q u e e s p e c ia l m e n t e
na sean demasiado poco conocidos por DEBEN ATENDER LOS INTÉRPRETES DE
no pocos de los escritores de nuestros NUESTRO TIEMPO
tiempos, y que también poco los culti-
1. Condición actual de la exégesis
vadores de la historia de la exégesis
hayan todavía llevado a término todo 36. Facilidad nuestra y dificultades
aquello que, para investigar con per- de los Padres. Es además muy justo
fección y estimar en su punto cosa de esperar que también nuestros tiempos
tanta importancia, parece necesario. puedan contribuir en algo a la inter-
313 Ojalá surjan muchos que, examinando pretación más profunda y exacta de
con diligencia los autores y obras de las Sagradas Letras. Puesto que no p o-
la interpretación católica de las Escri- cas cosas, sobre todo entre las concer-
turas, y agotando, por decirlo así, las nientes a la historia, o apenas o no
casi inmensas riquezas que aquellos suficientemente fueron explicadas por
acumularon, contribuyan eficazmente los expositores de los pasados siglos,
a que por un lado aparezca más claro toda vez que les faltaban casi todas las
cada día cuán hondamente penetraron noticias necesarias para ilustrarlas me-
ellos e ilustraron la divina doctrina de jor. Cuán difíciles fuesen y casi inacce-
los Sagrados Libros, y por otro tam- sibles algunas cuestiones para los mis-
bién los intérpretes actuales tomen mos Padres, bien se echa de ver, por
ejemplo de ello y saquen oportunos omitir otras cosas, en aquellos esfuer-
argumentos. Pues así por fin se llegará zos, que muchos de ellos repitieron,
a lograr la feliz y fecunda unión de la para interpretar los primeros capítulos
doctrina y espiritual suavidad de los del Génesis!34]; y asimismo por los re-
[34] Las dificultades intrínsecas de los tres pri- jes (véase para todo las notas [37] y [43] de la
meros capítulos del Génesis, ya sentidas por los presente Encíclica).
Santos Padres y hoy día incrementadas por los 3. - En su Carta al Cardenal Suhard de París,
descubrimientos de la paleontología y de nume- el 16 de Enero de 1948, el P. Vosté, secretario
rosas descripciones de los orígenes del hombre Consultor de la Comisión Bíbl. trató a fondo el
que se hallaron en las literaturas, documentos y tema ampliando las consideraciones a los prime-
monumentos orientales, hizo titubear aun a algu- ros 11 capítulos del Génesis (véase el texto en
nos autores católicos entre la historicidad y el la nota [43] de la presente Encíclica).
simbolismo de esos capítulos a pesar de poner
esta postura en tela de juicio una parte de los 4. - Pío XII mismo recogió en un discurso a la
principios dogmáticos de nuestra Religión acerca Pontificia Academia de Ciencias, el 30 de No-
del hombre. viembre de 1941, de paso, un aspecto del pro-
blema repitiendo que en el relato del Génesis
La Pontificia Comisión Bíblica y al final Pío está contenida la enseñanza dogmática de la
XII mismo intervinieron varias veces en las dis- espiritualidad del alma humana, de su inmediata
cusiones. creación por Dios; pero concedió, como es justo,
1. - En su “ Respuesta 2? sobre las narraciones a las ciencias profanas el derecho y la compe-
bíblicas sólo en apariencia históricas” , del 23 de tencia de estudiar el problema del origen y de la
Junio de 1905 (ASS. 38 [1905/06] 124-125) rechaza posible evolución o descendencia del solo cuer-
la Comisión Bíbl. el principio general de que esos po humano, añadiendo, sí, que hasta el momento
capítulos sean declarados simbólicos y exige só- no habían llegado esas ciencias a nada cierto y
lidos argumentos para afirmar que en pasajes seguro al respecto.
que parecen históricos (com o el Génesis) el 5. - En la Encíclica Humani Generis, 12-VIII-
autor no intentó escribir historia sino “ proponer 1950 (AAS. 32 [1950] 561-578) señala Pío XII que
alguna parábola o alegoría o algún sentido ajeno algunos autores de la “ Nueva Teología” (véase la
a la significación propiamente literal o histórica “ Introducción de esa Encíclica) “ traspasaron
de las palabras” . audazmente los límites y las cautelas establecidas
2. - En su “ Respuesta 6? sobre el carácter his- por la Iglesia” , al negar historicidad a los libros
tórico de los tres primeros capítulos del Génesis, históricos del Antiguo Testamento, “ invocando
del 30 de Junio de 1909 rechaza la afirmación indebidamente la Carta” del P. Vosté al Cardenal
gratuita de que las narraciones de esos capítulos Suhard (ver el nr. 3 de esta nota). “ Esta carta
sean fábulas tomadas de la mitología o alegorías advierte claramente, continúa Pío XII en Humani
y símbolos, enumerando luego las verdades reli- Generis, que los once primeros capítulos del Gé-
giosas indudablemente contenidas en esos pasa- nesis, aunque propiamente no concuerden con el
178, 37-38 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1641

petidos tanteos de Sa n Je r ó n imo para edad, así com o acumula nuevas cuestio-
traducir los Salmos de tal manera que nes y nuevas dificultades, así también, 314
se descubriese con claridad su sentido ¡por el favor de Dios, suministra nue-
literal, o expresado en las palabras mis- vos recursos y subsidios de exégesis.
mas. Hay por fin otros libros o sagra- Entre éstos parece digno de peculiar
dos textos cuyas dificultades ha descu- mención el que los teólogos católicos,
bierto precisamente la época moderna, siguiendo la doctrina de los Santos Pa-
desde que por el conocimiento más pro- dres y principalmente del An g é l ic o y
fundo de la antigüedad han nacido Común Doctor, han explorado y pro-
nuevos problemas que hacen penetrar puesto la naturaleza y los efectos de la
con más exactitud en el asunto. Van, inspiración bíblica mejor y más per-
pues, fuera de la realidad algunos que, fectamente que como solía hacerse en
no penetrando bien las condiciones de los siglos pretéritos.
la ciencia bíblica, dicen sin más que al
exégeta católico de nuestros días no le 38. La inspiración no suprime la
queda nada que añadir a lo que ya
característica del hagiógrafo. Dehe es-
produjo la antigüedad cristiana; cuan-
tudiarse. Porque partiendo del princi-
do por el contrario estos nuestros tiem-
pio de que el escritor sagrado al com -
pos han planteado tantos problemas
poner el libro es órgano o instrumento
que exigen nueva investigación y nuevo
del Espíritu Santo, con la circunstancia
examen, y estimulan no poco el estudio
de ser vivo y dotado de razón, recta-
activo del intérprete moderno.
mente observan que él, bajo el influjo
de la divina moción, de tal manera usa
2. Se ha de tener en cuenta la índole de sus facultades y fuerzas, que fácil-
del escritor sagrado mente puedan todos colegir del libro
37. Atender la naturaleza y los efec- nacido de su acción la índole propia de
tos de la inspiración. Porque nuestra* 6 cada uno y por decirlo así sus singula-
método histórico usado por los eximios historia- La Pontificia Comisión Bíblica en su decreto
dores grecolatinos y modernos, no obstante per- sobre la autenticidad mosaica del Pentateuco,
tenecen al género histórico en un sentido verda- 27-VI-1906 (ASS. 39 [1906] 377-378) declara que
dero, que los exégetas han de investigar y pre- las razones aducidas contra la autenticidad de
cisar, y que los mismos capítulos, con estilo sen- Moisés no son de tanto peso que den derecho a
cillo y figurado, acomodado a la mente del pue- afirmar la no procedencia de Moisés; admite la
blo poco culto, contienen las verdades princi- posibilidad de que Moisés haya empleado secre-
pales y fundamentales en que se apoya nuestra tarios y usado fuentes anteriores, de que haya
propia salvación, y también una descripción po- habido ulteriores adiciones —dejando en salvo la
pular del origen del género humano y del pueblo autenticidad mosaica substancial—, cambios de
escogido” . vocablos arcaicos por otros más modernos y
6. - Otro problema muy discutido que plantea errores de los copistas, pero rechaza la tesis de
el Génesis es la autenticidad mosaica del “ Pen- que la mayor parte de los libros sean compila-
tateuco” (los primeros cinco libros de la Biblia). ciones de fuentes posteriores a Moisés.
Tanto judíos como cristianos han tenido a Moisés Una “ Introducción especial al Antiguo Testa-
por autor del Pentateuco. Pero por cuanto Moi- mento” de Holzhey fue 1912 prohibido para los
sés vivió en el siglo XIII antes de Cristo no pudo seminaristas y 1913 puesto en el Indice de los
ser testigo presencial de todos los acontecimien- Libros prohibidos por mostrarse excesivamente
tos que relata. No hay necesidad de creer que favorable a la tesis de Wellhausen (AAS. 4 [1912]
tuvo revelaciones directas de los hechos ni se 530-531 y AAS. 5 [1913] 9-10). Y en 1920 condenó
presume, sino que aprovechó ciertas fuentes el Santo Oficio un artículo de Touzard sobre
orales y escritas anteriores a él. (Otras partes “ Moisés y Josué” por la misma razón (AAS. 12
como por ejemplo su propia muerte y sepultura [1920] 158). Aparece allí la mente de la Iglesia.
[Deuteron. 31-34] fueron compuestos naturalmente La Carta de la Comisión Bíblica, 16-1-1948, al
por otro autor inspirado). Cardenal Suhard de París trata en su primera
La “ crítica” racionalista y, sobre todo, Graf y parte expresamente del problema de las fuentes
Wellhausen distinguieron después cuatro fuen- del Pentateuco, diciendo que la Respuesta del 27
tes, aplicando diversos criterios lingüísticos, lite- de Junio de 1906 no se opone “ a un ulterior exa-
rarios, históricos y, ante todo, litúrgicos y cultua- men verdaderamente científico de aquellos pro-
les; mas el principio decisivo y criterio ordena- blemas” pero cree que, por el actual estado pro-
dor fue para ellos el evolucionismo cultural y visorio de las investigaciones, no hay necesidad
religioso, principio y criterio que resultan hoy de “ nuevos decretos sobre dichas cuestiones”
día insostenibles científicamente. El sistema well- (véase el texto completo en la nota [43] de la
hausiano fue aceptado universalmente por los no presente Encíclica).
católicos y resistido por los autores católicos, Si se conserva la “ substancial autencidad mo-
aunque algunos de ellos, como por ejemplo el saica del Pentateuco” , la Iglesia deja libertad a
célebre P. Lagrange O.P., consideraron el sistema los investigadores y aceptará los sólidos e irre-
probable en lo sustancial (naturalmente no en su futables argumentos científicos que se aporten
aspecto evolucionístico). acerca de las fuentes.
1642 E n c íc l ic a s d e l PP. P í o XII (1943) 178 , 39-40

res caracteres y rasgos^5K Así, pues, el claro en las palabras y escritos de los
intérprete con todo esmero, y sin des- antiguos Orientales com o en los escri-
cuidar ninguna luz que hayan aportado tores de nuestra edad. Porque no es
las investigaciones modernas, esfuér- con solas las leyes de la gramática o
cese por averiguar cuál fue la propia filología, ni con el solo contexto del
índole y condición de vida del escri- discurso con lo que se determina qué
tor sagrado, en qué edad floreció, qué es lo que ellos quisieron significar con
fuentes utilizó ya escritas ya orales, y las palabras; es absolutamente necesa-
qué formas de decir empleó. Porque a rio que el intérprete se traslade men- 315
nadie se oculta que la norma principal talmente a aquellos remotos siglos del
de interpretación es aquella en virtud Oriente, para que, ayudado convenien-
de la cual se averigua con precisión y temente con los recursos de la historia,
se define qué es lo que el escritor pre- arqueología, etnología, y de otras disci-
tendió decir, como egregiamente lo ad- plinas, discierna y vea con distinción
vierte S a n A t a n a s i o : Aquí, como con- qué géneros literarios, como dicen, qui-
viene hacerlo en todos los demás pasa- sieron emplear y de hecho emplearon
jes de la divina Escritura, se ha de los escritores de aquella edad vetus-
observar con qué ocasión habló el taí3
37b
6
3
5
Apóstol; se ha de atender con cuidado
40. El Antiguo Oriente pensaba en
y fidelidad cuál es la persona, cuál el forma distinta, la cual debe investi-
asunto que le movió a escribir, no sea
garse. Porque los antiguos Orientales
que uno, ignorándolo, o entendiendo
no empleaban siempre las mismas for-
algo ajeno a ello, vaya descarriado del
mas y las mismas maneras de decir que
verdadero sentido^*). nosotros hoy, sino más bien aquellas
que estaban recibidas en el uso corrien-
4. Importancia del género literario, te de los hombres de sus tiempos y paí-
especialmente en la historia ses. Cuáles fuesen éstas, no lo puede el
39. El sentido que fluye del ambien- exégeta establecer com o de antemano,
te antiguo. Por otra parte, cuál sea el sino con la escrupulosa indigación de
sentido literal, no es muchas veces tan la antigua literatura del Oriente. Ahora
(35) Véase Benedicto XV, Encícl. Spiritus Pa- cas o simbólicas, ni en parte históricas y en
raclitus, 15-IX-1920; ASS. 12 (1920) 390; Enchir. parte fingidas para edificación de los lectores
Bibl. nr. 445 (461); en esta Colecc.: Encícl. 120, 6 sino que no puede ponerse en duda el sentido
págs. 937-938. literal histórico, sobre todo en aquellos puntos
que constituyen “ /os fundamentos de la Religión
(36) S. Atanasio, Contra Arianos, 1, 54 (Migne cristiana, como son, entre otros, la creación de
P. G. 26, col 123). todas las cosas hechas por Dios en el principio
(37) Ya los Santos Padres habían sentido las del tiempo; la peculiar creación del hombre; la
dificultades del texto del Génesis, hoy al parecer formación de la primera mujer del primer hom-
aumentadas por los descubrimientos de la paleon- bre; la unidad del género humano; la felicidad
tología y los relatos de los orígenes del género original de los primeros padres en el estado de
humano y las literaturas orientales y de los pue- justicia, integriclad e inmortalidad; el precepto
blos primitivos en general. Lo que hoy los exé- puesto por Dios al hombre para probar su obe-
getas tratan de resolver en parte con los géneros diencia; la transgresión del divino precepto por
literarios que variaron de ayer a hoy, a fines del sugestión del demonio bajo la forma de serpiente;
siglo pasado no pocos autores, entre ellos aun la expulsión de los primeros padres de aquel
algunos católicos pensaban poderlo resolver de- primitivo estado de inocencia, y la promesa de
clarando relato simbólico el de los primeros un Reparador futuro” . En otros puntos de la
capítulos del Génesis. respuesta concede, sin embargo, que no todas las
frases y palabras deben tomarse en sentido pro-
La Pontificia Comisión Bíblica respondió pri- pio, ni menos aun científico, que los días del
mero a una pregunta más general de si se podía primer capítulo pueden interpretarse como lar-
admitir como principio de recta exégesis la sen- gos períodos, que hay libertad de opinar donde
tencia que sostiene que los libros de la Sagrada no hay consentimiento unánime de los Santos
Escritura tenidos total o parcialmente históricos, Padres y que, además del sentido literal pueden
solamente presenten apariencia de historia, que, admitirse aún interpretaciones alegóricas o pro-
debe probarse con sólidos argumentos y sólo en féticas.
el caso en que la Iglesia no haya manifestado su El 16 de Enero de 1948 volvió la Pontificia
juicio en cierto sentido positivo o negativo (Res- Comisión Bíblica en su célebre carta al Cardenal
puesta del 23 de Junio de 1905, ASS. 38 [1908/09] Suhard de París sobre el tema ampliando sus
124-125, Enchir. Bibl. 154); luego respondió a una consideraciones a los once primeros capítulos del
pregunta más precisa (30 de junio de 1909; AAS. Génesis (véase nota [43] de esta Encíclica).
1 [1909] 567-569, Enchir. Bibl. n. 332-39) de si El Papa mismo trató el asunto en la Encíclica
dichos tres primeros capítulos son históricos: que Humani Gerteris, 12-VIII-1950 haciendo referencia
esas narraciones no son mitológicas, ni alcgóri- a la Carta anterior (AAS. 42 [1950] 561).
178, 41-42 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1643

bien, esta investigación, llevada a cabo ñas, se hicieron semejantes en todo al


en estos últimos decenios con mayor humano lenguaje, excepto en el error;
cuidado y diligencia que antes, ha ma- lo cual en verdad lo ensalzó ya con
nifestado con más claridad qué formas sumas alabanzas Sa n Ju a n C r i s ó s t o -
de decir se usaron en aquellos antiguos m o , como una sincatábasis o condes-
tiempos, ora en la descripción poética cendencia de Dios providente, y afirmó
de las cosas, ora en el establecimiento una y varias veces que se halla en los
de las normas y leyes de la vida, ora Sagrados Libros(40).3
9
8
por fin en la narración de los hechos
42. Prudente empleo del género lite-
y acontecimientos. Esta misma investi-
gación ha probado ya lúcidamente que rario y valor apologético. Por esta ra-
el pueblo israelítico se aventajó singu- zón el exégeta católico a fin de satisfa-
larmente entre las demás antiguas na- cer a las necesidades actuales de la
ciones orientales en escribir bien la ciencia bíblica, al exponer la Sagrada
historia, tanto por la antigüedad, como Escritura y mostrarla y probarla inmu-
por la fiel relación de los hechos, lo ne de todo error, válgase también pru-
cual en verdad se concluye también por dentemente este medio, indagando qué
el carisma de la divina inspiración y es lo que la forma de decir o el género
por el peculiar fin de la historia bíblica, literario empleado por el hagiógrafo
que pertenece a la religión. contribuye para la verdadera y genuina
interpretación; y se persuada que esta
41. Ciertas características peculia- parte de su oficio no puede descuidarse
res de los Orientales. No por eso debe sin gran detrimento de la exégesis ca-
admirar a nadie que tenga recta inteli- tólica. Puesto que no raras veces — para
gencia de la inspiración el que también no tocar sino este punto— cuando al-
entre los Sagrados Escritores, como en- gunos reprochándolo cacarean que los
tre los otros de la antigüedad, se hallen Sagrados Autores se descarriaron de la
ciertas artes de exponer y narrar; cier- fidelidad histórica, o contaron las cosas
tos idiotismos, sobre todo propios de con menos exactitud, se averigua que
las lenguas semíticas; las que se llaman no se trata de otra cosa sino de aque-
aproximaciones, ciertos modos de ha- llas maneras corrientes y originales de
blar hiperbólicos; más aún, a veces decir y narrar propias de los antiguos,
hasta paradojas para imprimir las co - que a cada momento se empleaban mu-
sas en la mente con más firmeza. Por- tuamente en el comercio humano, y
que ninguna de aquellas maneras de que en realidad se usaban en virtud de
hablar, de que entre los antiguos, par- una costumbre lícita y común. Exige,
ticularmente entre los Orientales, solía pues, una justa equidad del ánimo, que,
servirse el humano lenguaje para ex- cuando se encuentran estas cosas en el
presar sus ideas, es ajena de los Libros divino oráculo, el cual, com o destinado
Sagrados, con esta condición, empero, a hombres, se expresa con palabras hu-
que el género de decir empleado en manas, no se las arguya de error, no
ninguna manera repugne a la santidad de otra manera que cuando se emplean
y verdad de Dios, según que, conforme en el uso cotidiano de la vida. Así es
a su sagacidad, lo advirtió ya el mismo que, conocidas y exactamente aprecia-
D o c t o r A n g é l i c o por estas palabras: das las maneras y artes de hablar y
En la Escritura las cosas divinas se nos escribir en los antiguos, podrán resol-
dan al modo que suelen usar los hom- verse muchas dificultades que se obje-
bres^383 >. Porque así com o el Verbo
9 tan contra la verdad y fidelidad histó-
sustancial de Dios se hizo semejante a rica de las Divinas Letras; ni será me-
los hombres en todas las cosas excepto nos a propósito este estudio para cono-
el pecado(S9\ así también las palabras cer más plenamente y con mayor luz la
de Dios, expresadas en lenguas huma- mente del Sagrado Autor.
(38) Tomás de Aquino, Comment. ad Hebr. c. 1; (40) S. Juan Crisóst. véase por ej. In Gen. 1, 4
lectio 4. (Migne, P.G. 53, 34-35); In Genes. 2, 21 (Migne,
(39) Ilebr. 4, 15. P.G. 53, 121); In Genes. 3, 8 (Migne, P.G. 53, 135);
Hom. 15 in Joan, ad I, 18 (Migne, P.G. 59, 97-98).
1644 E n c íc l ic a s d e l PP. P í o XII (1943) 178, 43-45

5. Se han de promover los estudios de Dios felizmente ha acontecido que


de las antigüedades bíblicas no pocas de aquellas cuestiones que
en la época de Nuestro Predecesor de
43. Aporte de las ciencias auxiliares. inmortal recordación L e ó n XIII susci-
317 Papel de los seglares^4 41). Así, pues,
4 taron contra la autencidad, antigüedad,
nuestros cultivadores cíe estudios bíbli- integridad y fidelidad histórica de los
cos pongan también su atención en Libros Sagrados los críticos ajenos a la
esto con la debida diligencia, y no omi- Iglesia o también hostiles a ella, hoy
tan nada de nuevo que hubieren apor- se hayan eliminado y resuelto. Puesto
tado sea la arqueología, sea la historia que los exégetas católicos, valiéndose
antigua o el conocimiento de las anti- justamente de las mismas armas de
guas letras, y cuanto sea apto para me- ciencia de que nuestros adversarios no
jor conocer la mente de los escritores raras veces abusaban, han presentado
vetustos y su manera, forma y arte de por una parte aquellas interpretacio-
razonar, narrar y escribir. Y en esta nes, que están en conformidad con la
cuestión aun los varones católicos del doctrina católica y la genuina sentencia
estado seglar tengan en cuenta que no heredada de nuestros mayores, y por
sólo contribuyen a la utilidad de la otra parecen haberse al mismo tiempo
doctrina profana, sino que son también capacitado para resolver las dificulta-
beneméritos de la causa cristiana si des que a las nuevas exploraciones y
se entregan, como es razón, con toda nuevos inventos trajeren, o la antigüe-
constancia y empeño a la exploración dad hubiere dejado a nuestra época
e investigación de la antigüedad, y ayu- para la resolución. De aquí ha resul- 318
dan conforme a sus fuerzas a resolver tado que la confianza en la autoridad y
las cuestiones de este género, hasta verdad histórica de la Biblia, debilitada
ahora menos claras y transparentes. en algunos un tanto por otras impugna-
Porque todo conocimiento humano, ciones, hoy entre los católicos se haya
aun no sagrado, así como tiene su restituido a su entereza; más aún, no
como nativa dignidad y excelencia faltan escritores no católicos que, em-
— por ser una cierta participación fi- prendiendo investigaciones con sobrie-
nita de la infinita ciencia de Dios— dad y equidad, han llegado al punto de
así recibe una nueva y más alta digni- abandonar los prejuicios de los moder-
dad y como consagración, cuando se nos y volver, a lo menos acá y allá, a
emplea para ilustrar con más clara las sentencias más antiguas. El cual
lumbre las mismas cosas divinas. cambio de situación se debe en gran
parte a aquel trabajo infatigable con
que los expositores católicos de las Sa-
V. - M o d o d e t r a t a r l a s c u e s t i o n e s gradas Letras, sin dejarse arredrar en
MÁS DIFÍCILES modo alguno de las dificultades y obs-
táculos de todas clases, con todas sus
í. Dificultades felizmente resueltas fuerzas se empeñaron en usar debida-
con los estudios modernos mente de los medios que la investiga-
ción actual de los eruditos proporcio-
44. Dificultades resueltas por las
naba para resolver las nuevas cuestio-
nuevas investigaciones y esperanza de
nes, ora en el campo de la arqueología,
más soluciones, confirman la autori-
ora en el de la historia y filología.
dad de la Biblia. Por la exploración
tan adelantada, que arriba dijimos, de
las antigüedades orientales, por la in- 2. Dificultades todavía no resueltas
vestigación más esmerada del mismo o insolubles
texto primitivo, y asimismo por el más
amplio y diligente conocimiento ya de 45. Búsqueda afanosa y sin desma-
las lenguas bíblicas, ya de todas las que yos de nueva luz. Humildad en el fra-
pertenecen al Oriente, con el auxilio caso. Nadie, con todo eso, se admire
[41] Véase también nota [24] de esta Encíclica.
178, 46 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1645

de que no se hayan todavía resuelto y ras y demasiado lejanamente remotas


vencido todas las dificultades, sino que de nuestros tiempos y de Nuestra ex-
aún hoy haya graves problemas que periencia, y pudiendo también la exé-
preocupan no poco los ánimos de los gesis, como las demás disciplinas más
exégetas católicos. Y en este caso no graves, tener sus secretos, que, inacce-
hay que decaer de ánimo; ni se debe sibles a Nuestros entendimientos, no
olvidar que en las disciplinas humanas puedan describirse con ningún esfuerzo.
no acontece de otra manera que en la
naturaleza: a saber, que los comienzos 3. Se han de buscar las soluciones
van creciendo poco a poco y que no positivas
pueden recogerse los frutos sino des-
pués de muchos trabajos. Así ha suce- 46. Prudencia en la presentación de
dido, que algunas disputas que en los nuevas soluciones y comprensión de
tiempos anteriores se tenían sin solu- los investigadores intrépidos. Con to-
ción y en suspenso, por fin en nuestra do, en tal condición de cosas el intér-
edad con el progreso de los estudios se prete católicos, movido por un amor
han resuelto felizmente. Por lo cual eficaz y esforzado de su ciencia, y sin-
tenemos esperanza que aun aquellas ceramente devoto a la Santa Madre
que ahora parezcan sumamente enma- Iglesia, por nada debe cejar en su em-
rañadas y arduas, lleguen por fin con peño de emprender una y otra vez las
el constante esfuerzo a quedar patentes cuestiones difíciles no desenmarañadas
en plena luz. Y si la deseada solución todavía, no solamente para refutar lo
se retarda por largo tiempo, y el éxito que opongan los adversarios, sino para
feliz no nos sonríe a nosotros, sino que esforzarse en hallar una explicación
acaso se relega a que lo alcancen los sólida, que de una parte concuerde fiel-
venideros, nadie por eso se incomode, mente con la doctrina de la Iglesia, y
siendo, como es, justo que también a nominalmente con lo por ella enseñado
nosotros nos toque lo que los Padres, y acerca de la inmunidad de todo error
especialmente S a n A g u s t í n ^42), avisa- en la Sagrada Escritura, y de otra sa-
ron en su tiempo: a saber, que Dios tisfaga también debidamente a las con-
con todo intento sembró de dificulta- clusiones ciertas de las disciplinas pro-
des los Sagrados Libros, que él mismo fanas. Y por lo que hace a los conatos
inspiró, para que no sólo Nos excitá- de estos estrenuos operarios de la viña
ramos con más intensidad a revolverlos del Señor, recuerden todos los demás
y escudriñarlos, sino también, experi- hijos de la Iglesia, que no sólo se han
mentando saludablemente los límites de juzgar con equidad y justicia, sino
de Nuestro ingenio, Nos ejercitáramos también con suma caridad; los cuales,
319 en la debida humildad. No es, pues, a la verdad, deben estar alejados de
nada de admirar, si de una u otra cues- aquel espíritu poco prudente, con el
tión no se ha de tener jamás respues- que se juzga que todo lo nuevo, por lo
ta completamente satisfactoria, siendo mismo de serlo, debe ser impugnado,
así que a veces se trata de cosas oscu- o tenerse por sospechoso^43!.
(42) S. Agust. Epist. Íb9 ad Paulinum Nr. 34 latos de los primeros 11 capítulos del Génesis “ no
(Migue, P.L. 33, 644); De diversis quaestionibus contienen historia en el sentido moderno de la
c[. 53, 2 (Migne, P.L. 40, 36); Enarrat. in Ps. 146, palabra” según los cánones grecolatinos y en
12 (Migne, P.L. 37, 1907). uso hoy día; pero son historia verdadera, hechos
[43] Haciéndose eco de estas palabras de Pío relatados a la manera de concebir la historia los
XII, la Pontificia Comisión Bíblica, por interme- antiguos orientales, impulsando así, serenamente
dio del consultor secretario P. G. M. Vosté, O.P., la discusión de “ los géneros literarios” del Anti-
dijo en su Carta del 16 de Enero de 1948 al Car- guo Oriente. (AAS. 40 [1948] 45-48.
denal Suhard, arzobispo de París, aprobada por La parte principal reza:
el Papa en la audiencia del mismo 16 de Enero: “ En cuanto a la composición del Pentateuco,
que las respuestas anteriores de la Comisión Bí- ya en la respuesta 3? (III.), 27-VI-1906, la Comi-
blica (23-VI-1905; 26-V-1906; y 30-VI-1909) no se sión Bíblica reconocía que se podía afirmar que
oponían de hecho, a un ulterior examen verda- “ Moisés, al componer su obra, se sirvió de do-
deramente científico del carácter histórico de tos cumentos escritos y de tradiciones orales” , y
primeros tres captítulos del Génesis y de la admitir también modificaciones o añadiduras pos-
autenticidad mosaica del Pentateuco. El docu- teriores a Moisés (ASS. 39 [1906] 377-378; Enchir.
mento da por cierta la existencia de diferentes Bibl. 176-177). Nadie ya, en el día de hoy, pone
fuentes en el Pentateuco y reconoce que los re- en duda la existencia de tales fuentes o rehúsa
1646 E n c íc l ic a s del PP. P ío XII (1943) 178, 47

47. Las razones que deben mover a fuerzas contribuya a la utilidad de to-
la comprensión de los investigadores. dos, al adelanto cada día mayor de la
Libertad cuando no hay declaración doctrina sagrada y a la defensa y honor
del Magisterio. Porque tengan en pri- de la Iglesia. Esta verdadera libertad
mer término ante los ojos que en las de los hijos de Dios, que retenga fiel-
normas y leyes dadas por la Iglesia se mente la doctrina de la Iglesia, y como
trata de la doctrina de fe y costumbres; don de Dios reciba con gratitud y em- 320
y que entre las muchas cosas que en plee todo cuanto aportare la ciencia
los Sagrados Libros, legales, históricos, profana, levantada y sustentada, eso sí,
sapienciales y proféticos se proponen, por el empeño de todos, es condición
son solamente pocas aquellas cuyo sen-
y fuente de todo fruto sincero y de todo
tido haya sido declarado por la auto-
sólido adelanto en la ciencia católica,
ridad de la Iglesia, ni son muchas aque-
llas de las que haya unánime consenti- como preclaramente lo amonesta Nues-
miento de los Padres. Quedan, pues, tro Antecesor de feliz recordación L e ó n
muchas, y ellas muy graves, en cuyo XIII, cuando dice: Si no es con el con-
examen y exposición se puede y debe sentimiento de los ánimos y colocados
libremente ejercitar la agudeza y el en firme los principios, no será posible
ingenio de los intérpretes católicos, a esperar de los esfuerzos aislados mu-
fin de que cada uno conforme a sus* chos grandes frutos en esta ciencia^K
admitir un progreso creciente de las leyes mosai- antiguos pueblos de Oriente, su psicología, su
cas, debido a condiciones sociales y religiosas de modo de expresarse y la noción misma que ellos
los tiempos posteriores, progreso que se refleja tenían de la verdad histórica. En una palabra,
incluso en los relatos históricos. Sin embargo, haría falta unir sin prejuicios todo el material
sobre la naturaleza y el número de tales docu- científico, paleontológico e histórico, epigráfico y
mentos, sobre su nomenclatura y fecha, se pro- literario. Sólo así puede esperarse ver más claro
fesan hoy, aun en el campo de los exégetas no en la naturaleza de ciertas narraciones de los
católicos, opiniones muy divergentes. Y no faltan primeros capítulos del Génesis. Con declarar a
en varios países autores, que, por motivos mera- priori que estos relatos no contienen historia en
mente críticos e históricos, sin ninguna tendencia el sentido moderno de la palabra, se dejaría fá-
apologética, rechazan resueltamente las teorías cilmente entender que en ningún modo la con-
hasta ahora más en boga y buscan la explicación tienen, mientras de hecho refieren en un lengua-
de ciertas particularidades del Pentateuco, no je simple y figurado, acomodado a la inteligencia
tanto en la diversidad de los supuestos documen- de una humanidad menos avanzada, las verdades
tos cuánto en la especial psicología y en los sin- fundamentales presupuestas por la economía de
gulares procedimientos, ahora mejor conocidos, la salvación, al mismo tiempo que la descripción
del pensamiento y de la expresión entre los anti- popular de los orígenes del género humano y del
guos orientales, o también en el diverso género pueblo elegido. Entre tanto hay que practicar la
literario requerido por la diversidad de materia. paciencia que es prudencia y sabiduría de la
Por eso invitamos a los doctos católicos a estu- vida” . Y para confirmación de esta última verdad
diar estos problemas sin prevenciones, a la luz aduce las palabras de Divino Afflantc Spirita
de una sana crítica y de los resultados de aque- que se consignan aquí en el nr. 21. (AAS. 35
llas ciencias que tienen interferencias con esta [1943] 319).
materia. Tal estudio conseguirá, sin duda, con' Las palabras del último párrafo de la carta de
formar la gran parte y el profundo influjo que la Comisión Bíblica fueron aprovechados por
tuvo Moisés como autor y como legislador. algunos para negar totalmente la historicidad
“ Bastante más oscura y compleja es, continúa de los 11 primeros capítulos del Génesis. Dos
el importante documento, la cuestión de las for- años más tarde deploró Pío XII, en la Encíclica
mas literarias de los primeros once capítulos del Iiumani Generis, 15-VIII-1950, la falsa interpre-
Génesis. Tales formas literarias no responden a tación que se habían dado a tan mesuradas y
ninguna de nuestras categorías clásicas y no se claras palabras, diciendo:
pueden juzgar a la luz de los géneros literarios "D el mismo modo que en las ciencias biológicas
grecolatinos o modernos. No se puede, pues, ne- y antropológicas, hay algunos que también en las
gar ni afirmar en bloque la historicidad de todos históricas traspasan audazmente los límites y las
aquellos capítulos, aplicándoles irrazonablemente cautelas establecidas por la Iglesia. Y de un
las normas de un género literario bajo el cual modo particular es deplorable el modo extraordi-
no pueden ser clasificados. Que estos capítulos nariamente libre de interpretar los libros histó-
no forman una historia en el sentido clásico y ricos del Antiguo Testamento. Los fautores de
moderno, podemos admitirlo; pero es un hecho esta tendencia, para defender su causa, invocan
que los datos científicos actuales no permiten dar indebidamente la carta que no hace mucho tiem-
una solución positiva a todos los problemas que po la Comisión Pontificia para los Estudios Bíbli-
presentan dichos capítulos. El primer oficio de cos envió al arzobispo de París” (AAS. 42 [1950]
la exégesis científica en este punto consiste, ante 576).
todo, en un atento estudio de todos los proble-
mas literarios, científicos, históricos, culturales (44) León XIII, Carta Apost. Vigilantiac, 30-X
y religiosos que tienen conexión con aquellos 1902; ASS. 35 (1902/03) 237; Leonis XIII Acta 22,
capítulos. Después sería preciso examinar con 237; Enchir. Bibl. nr. 143 (136).
más detalle el procedimiento literario de los
178, 48 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1647

VI. - L a Sa g r a d a E s c r it u r a
en l a siglos. Quien considerare aquellos
INSTRUCCIÓN DE LOS FIELES Y AL SERVICIO enormes trabajos que la exégesis cató-
DE LA CURA DE ALMAS t45l lica ha echado sobre sí por casi dos
mil años, para que la palabra de Dios
I. Varias maneras de emplear la Sa- concedida a los hombres por las Sagra-
grada Escritura en el ministerio das Letras se entienda cada día con
sagrado más profundidad y perfección y sea
48. Obligación de los sacerdotes de más ardientemente amada, fácilmente
aprovechar la labor exegética de los * lo se persuadirá que a los fieles de Cristo,
[45] “ Para que estas recomendaciones y pres- la Sagrada Escritura, que en otros tiempos era
cripciones del Soberano Pontífice se lleven a para los clérigos, tanto seculares como regulares,
efecto con el máximo cuidado y fidelidad, la un ejercicio tan sagrado como la meditación:
Comisión Pontificia de Estudios Bíblicos ha juz- más aun, esta lectura era para ellos una medi-
gado útil aplicarlas de un modo especial a la tación (véase Josué 1, 8; S. Jerónimo In Titum
enseñanza en los Seminarios e Institutos religio- III, 9; Migne P.L. 26, 59k; Ep. 25, 7, 8, P .L . 22.
sos, donde no se puede dar con la misma ampli- 533; C.S.E.L. 5k, V26-h28; De Imitatione Christi
tud que en las Facultades de Teología y en los I cap. k)... Recomiéndeles continuar la práctica
Institutos especializados” . de este ejercicio tan útil durante todo el tiempo
Así dice la “ Instrucción de la Pontificia Co- de sus estudios, para que lean toda la Sagrada
misión Bíblica a los Obispos, Superiores Genera- Escritura de una manera seguida, bien en versión
les de Ordenes Religiosas, a los Rectores de Se- de la Vulgata, bien en una traducción reciente
minarios y Profesores de Sagrada Escritura, el hecha en lengua vulgar del texto original y
13 de mayo de 1950” . (AAS. 42 [1950] 495-505). aprobada regularmente por los superiores ecle-
El documento se dirige no sólo a los Obispos siásticos, a menos que el texto primitivo les ayu-
y Superiores Generales sino también —cosa no- de más. Esta lectura de la Sagrada Escritura se
table y desusada— a los Rectores de Seminarios hará con tanto más fruto si los alumnos han
y a los Profesores de Sagrada Escritura. A los sido ya formados metódicamente, desde los co-
profesores exige eximia virtud y preparación mienzos de sus estudios, en leer bien los libros
científica, señala las normas sobre las explica- santos y han sido dirigidos con breves resúme-
ciones en clase; en la materia acentúa las intro- nes y análisis, o como se hace habitualmente en
ducciones especiales a los libros y la enseñanza la “ introducción especial” . (Véase Pío X, Carta
sobre el origen del género humano; manda que Apostólica Quoniam in bíblica: Ench. Bibl. nr. 169;
el profesor dé a los más aventajados alumnos un Pío XII L’ Osservatore Romano l-X-1930; véase
cursillo especial y vigile la predicación de las Enchr. Clericorum Nr. 1476; consulte nota (17)
homilías predicadas por los alumnos; y dispone de la presente Encíclica). Con esta lectura diaria,
la inclusión de cuestiones de Sagrada Escritura continua, hecha con método y atención, los can-
en los programas de exámenes sinodales y las didatos al sacerdocio estarán mejor dotados para
“ conferencias morales” del clero. Destacaremos la inteligencia correcta y la digna celebración de
lo más importante. la santa liturgia. Esta lectura diaria no se omi-
“ 1. - Del profesor de Sagrada Escritura. tirá ni en tiempo de vacaciones, bien sea que se
haga en común, bien por cada uno en particular,
“ Para establecer y desarrollar los estudios bí- más aun, es en estos días de mayor descanso
blicos en los Seminarios y Colegios religiosos son cuando con mayor intensidad se deben dedicar
precisos, ante todo, profesores perfectamente a ella...
aptos para enseñar rectamente esta disciplina,
que supera a todas las demás en santidad y 2. En la manera de “ llevar la clase” , el p ro-
sublimidad” . fesor de S. Escr. tendrá un cuidado celosísimo
por suministrar a sus alumnos todo aquello que
“ 1. Apenas es preciso advertir que el profesor les haga falta en el futuro trabajo sacerdotal,
de Sagrada Escritura debe sobresalir entre los tanto para su santidad personal como para ganar-
demás por su vida y sus virtudes sacerdotales, las almas a Dios.
aun más que todos los otros, dado que goza de
un contacto diario con la palabra de Dios. a) Por lo cual, la Sagrada Escritura será ense-
ñada en los Seminarios y Escolasticados de una
“ 2. Debe, además, poseer un conocimiento su- manera suficientemente metódica, sólida y com-
ficiente de las materias bíblicas, adquirido por pleta, para que los alumnos la conozcan en su
estudios serios y conservado y aumentado por un conjunto y en cada una de sus partes, para que
trabajo asiduo (León XIII, Ene. Provident. Deus; sepan bien cuáles son las cuestiones más im por-
Ench. Bibl. nr. 88); debe tener título académico tantes que en nuestra época se proponen a pro-
(Motil Proprio, “ Bibliorum Scientiam” 27-IV-1924, pósito de los libros bíblicos, cuáles son las obje-
Ench. Bibl. nr. 522) y “ para que pueda consa- ciones y dificultades que se plantean de ordina-
grarse completamente a su cargo” ,... no debe ser rio a la historia y a la doctrina bíblicas y, en
obligado a enseñar, al mismo tiempo, otra mate- fin, para que en los pasajes de los santos libros
ria importante en el Seminario... ni cargarle con que deben explicar al pueblo se apoyen sobre
otras funciones o ministerios importantes por sólidas razones científicas.
santos y loables que sean fuera del Seminario” ,
para que “ pueda consagrarse completamente a su b) Como el tiempo que se puede dedicar a la
cargo” . (Divino Afflante Spiritu, AAS. 35 [1943] enseñanza de la Sagrada Escritura es con mucha
324). frecuencia demasiado corto para permitir que la
extensa materia de las ciencias bíblicas pueda
“ II. - Sobre la manera de enseñar ¡a Sagrada darse por entero, el profesor tendrá cuidado de
Escritura. escoger prudentemente los puntos más im por-
“ 1. El deber del profesor es excitar y alimentar tantes, inspirándose no en sus propios estudios o
en sus alumnos, al mismo tiempo que el debido en sus aficiones, sino considerando con cuidado
conocimiento de los libros santos, “ un amor el interés de sus alumnos que deben ser predi-
activo y duradero a las Sagradas Escrituras” . cadores de la palabra divina. No les será real-
(Divino Afflante Spiritu, 35 [1943] 321). Recomien- mente útil sino exponiéndoles con claridad cuá-
da la Comisión para ello a) La lectura diaria de les son las principales “ verdades” propuestas
1648 En c íc l ic a s d e l PP. P í o XII (1943) 178, 48

y sobre todo a los sacerdotes, incumbe durante tantos siglos por los más excel-
la grave obligación de servirse abun- sos ingenios. Porque los Sagrados Li-
dantemente de este tesoro, acumulado bros no se los dio Dios a los hombres
por el Espíritu Santo tanto en el Nuevo como gresos de esta ciencia debidos a la sagácidad de
en el Antiguo Testamento, cómo se perciben los nuestros contemporáneos sacará él su provecho,
progresos de la revelación desde los orígenes pero despreciará las opiniones temerarias de los
hasta Nuestro Señor Jesucristo y los apóstoles, innovadores” (Pío X, Quoniam in re bíblica,
cuál es la relación y la unión que existe entre 27-III-1906, Pii X Acta 3, 75; ASS. 39 (1906) 79;
el Antiguo y el Nuevo Testamento, y no olvidará Enchir. Bibl. nr. 168; Muñoz Iglesias, Documen-
mostrarles bien cuál es la importancia espiritual, tos Bíbl. nr. 182, p. 270; en esta Encícl. nota 17).
aun en nuestra época, del Antiguo Testamento. “ En la elección de las partes que haya de
Esfuércese, pues, en exponer con gran cuidado explicar con más cuidado no se basará sobre la
estas cosas cada vez que tenga ocasión de ello, pura erudición, sino que expondrá lo que aclara
bien en la “ Introducción general o especial” , y define la “ dpctrina” de los dos Testamentos,
bien en la exégesis. Es de gran utilidad, a este para no limitarse, según expresión de San Gre-
propósito, ilustrar con ejemplos sacados de la gorio, a “ morder” la corteza, sin llegar al meollo
historia, sagrada y profana, cuánto ha hecho (Moralia, 20, 9; Migne, P.L. 76, 149). Y así expli-
Dios para salvar a todos los hombres y condu- cará en el Antiguo Testamento principalmente la
cirlos al conocimiento de la verdad (Véase I Tim. doctrina de los orígenes del género humano, las
2, 4) y cómo su providencia paternal ha dispues- profecías mesiánicas, los salmos; en la explica-
to y gobernado todas las cosas con sabiduría para ción del N.T. dará un resumen metódico de toda
que cooperen “ al bien de aquellos que, según su la vida de Cristo y comentará en detalle, por
designio, han sido llamados a la santidad” (véase lo menos, las partes del Evangelio y de las epís-
Romanos 8, 28). tolas que son leídas en público en la Iglesia los
“ No cabe dudar que estas razones sobrenatu- Domingos y días de fiesta. Añadirá la historia de
rales y religiosas, expuestas y demostradas como la Pasión y de la Resurrección, y explicará com -
conviene, han de provocar en las almas de los pletamente una, al menos, de las epístolas de San
alumnos un más profundo amor y una mayor Pablo, sin olvidar los pasajes de las otras cartas
estima de los libros santos, con lo que resultarán que tienen una importancia doctrinal.
fáciles, y agradables aun los estudios más áridos, “ En su oficio de interpretación, el profesor
como los de las lenguas hebrea y griega, estu- expondrá en primer lugar, clara y suficiente-
dios que no pueden ser completamente omitidos mente, el sentido literal del texto, recurriendo, si
en los Seminarios y Escolasticados sin que con es preciso, al texto original. Pero en la deter-
ello se corra el peligro de que la ignorancia de minación del sentido literal no procederá como
estas lenguas aleje a los clérigos de los textos hacen hoy, desgraciadamente, muchos exégelas,
inspirados originales y les impida comprender que no tienen en cuenta sino las palabras y el
bien y juzgar rectamente de las traducciones contexto próximo, sino que deberá tener ante los
modernas” . (Véase Pío X, Letras Apostól. Quo- ojos las antiguas reglas que el Soberano Pontí-
niam in re bíblica, 27-III-1906, Pii X Acta 3, 72- fice Pío XII, gloriosamente reinante, ha recordado
76; ASS. 39 [1906] 77-80; Enchr. Bibl. nr. 165; Mu- de nuevo en la Encíclica Divino Afilante Spiritu,
ñoz Iglesias Documentos Bíblicos B.A.C. 1955 p. es a saber, que el exégeta busque atentamente lo
266-271, nrs. 169-187; veáse en esta Encíclica no- que la Sagrada Escritura enseña en otros lugares
ta (17). paralelos, qué explicación dan de este texto los
Aunque reducidas, lenguas y crítica, a sus Santos Padres y la tradición católica; qué es lo
rasgos más generales, “ producirán de día en día que exige “ la analogía de la fe” ; cuáles, en fin,
frutos más abundantes en orden a la inteligencia si el caso lo requiere, la decisión de la Iglesia
del sentido de los libros. sobre la interpretación del texto (Pío XII Div.
“ En la “ Introducción general” se insistirá, Affl. Spiritu, 30-IX-1943, AAS. 35 [1943] 310; en
sobre todo, sin omitir, no obstante, por completo la presente Encíclica n. 27, pág. 1637; Muñoz Igle-
las otras cuestiones, en la doctrina de la inspi- sias, Documentos Bíblicos BAG 1955, nr. 635-636,
ración e inerrancia de las Sagradas Escrituras y págs. 538-539).
en las reglas de interpretación (hermenéutica). "Para llevar a cabo perfectamente todas estas
En la “ introducción especial” , tanto al Antiguo cosas, habrá de estar muy versado también en
como, sobre todo, al Nuevo Testamento, el pro- la teología y lleno de un grande y sincero amor
fesor tratará diligentemente de los libros santos a la ciencia sagrada, y no separará jamás, apo-
y mostrará con claridad el argumento de cada yándose exclusivamente sobre los principios crí-
uno, cuál es su fin, el autor que lo ha escrito y ticos o literarios, su actividad exegética del con-
en qué época” . Sin perderse en una vana erudi- junto de la doctrina teológica.
ción “ tratará, sobre todo, exponer y demostrar “ Se esforzará también por explicar debidamen-
con vigor lo que a los hombres de nuestro tiempo te el sentido espiritual de las palabras, con tal
puede servir de provecho espiritual y auxiliarles que, conforme a las reglas sapientísimas pro-
eficazmente a resolver las dificultades y objecio- puestas asimismo por los Soberanos Pontífices,
nes” . (Véase Pío X, Letras Apostól. Quoniam in conste con certeza que tal sentido ha sido inten-
re bíblica, 27-III-1906, Pii X Acta 3, 73; 39 [1906] tado por Dios” (León XIII, Encícl. Providentissi-
78; Enchir. Bíblic. nr. 159; Muñoz Iglesias, Do- mus Deus, 18-XI-1893, AAS. 26 [1893/94] 284; en
cumentos Bíbl. p. 268 nr. 173; véase nota (17) de esta Colección: Encíclica 66, 29-30, pág. 498;
esta Encíclica). Enchir. Bíbl. nr. 97; Benedicto XV, Spiritus
“ En la exposición exegética, el profesor no Paraclitus, 15-IX-1920, AAS. 12 [1920] 411; en esta
olvidará jamás que es la Iglesia a quien Dios ha Colección: Encícl. 120, 33 págs. 951-52; Enchir.
encargado no solamente la guarda de las Sagra- Bibl. nr. 498 s.; Muñoz Iglesias, Documentos Bíbl.
das Escrituras, sino también el cuidado de inter- BAC 1955 nr. 535 p. 440-441; Pío XII Encíclica
pretarlas, y que éstas no deben ser explicadas Divino Afflante Spiritu, arriba n. 30-31 pág. 1638-
sino en nombre de la Iglesia y con su espíritu, 1639; AAS. 35 [1943] 311.
dado que ella es “ la columna y apoyo de la “ Este sentido espiritual, expuesto con tanto
verdad” (ver I Tim. 3, 15). Por eso “ mirará cuidado y amor por los Santos Padres y los
como un deber sagrado no alejarse jamás ni un grandes exégetas, le será tanto más inteligible y
solo punto de la doctrina común y de la tradi- lo propondrá a sus alumnos con tanta mayor
ción de la Iglesia; de todos los verdaderos pro- piedad cuanto el mismo esté lleno de una mayor
178, 48 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1649

para satisfacer su curiosidad o para Apóstol, para que estos divinos orácu-
suministrarles materia de estudio e in- los nos pudieran instruir para la salud
vestigación, sino, como lo advierte el por la fe que es en Cristo Jesús y a fin
pureza de corazón, de una más alta elevación de Acta 3, 76; ASS. 39 [1906] 80; véase nota 17 de
alma, de una más profunda humildad de espíritu, esta Encíclica) de los Seminarios y Colegios deben
de un mayor respeto y amor hacia Dios que nos añadirse a los Padres de la Iglesia y a los co-
revela. mentarios de los grandes intérpretes católicos las
“ Las dificultades y oscuridades que al intér- mejores obras de teología bíblica, de arquología
prete ocurren con frecuencia en los libros de las y de historia sagrada y, además, las enciclope-
Sagradas Escrituras, el profesor no los atenuara dias o diccionarios bíblicos y las revistas de
ni las disimulará, sino que, después de haber ciencia bíblica, obras todas que los profesores,
expuesto leal y concienzudamente la cuestión, se por diversas razones, no pueden procurarse fá-
esforzará, según sus posibilidades, por resolver cilmente por sí mismos, con grande inconveniente
el problema, ayudándose de las diversas disci- para él y sus alumnos.
plinas. No olvide, sin embargo, que Dios ha 2. Procuren los superiores de los Seminarios y
sembrado de propósito los libros sagrados, que Colegios con igual cuidado y diligencia poner a
El mismo inspiró, de ciertas dificultades para disposición de los clérigos en su biblioteca par-
excitarnos a investigarlos y escudriñarlos con ticular, aparte del volumen de la Biblia y del
mayor atención y para ejercitarnos con la salu- manual de Sagrada Escritura, de que todos de-
dable experiencia de nuestra propia limitación berán estar provistos, las obras que mejor y
en la debida humildad de espíritu” (Divino Affl. más eficazmente les ayuden a repasar las leccio-
Spiritu, véase arriba nrs. 30 y 31; nrs. 44 y 45 nes oídas en las clases y complementarlas útil-
pág. 1644-1645; A. A. S. 35 [1943] 328). mente.
“ El profesor expondrá, en la medida de lo 3. El profesor de ciencias bíblicas, para cumplir
posible, de manera sintética, todo esto, tratando convenientemente su oficio, debe entregarse com-
con mayor detenimiento las cosas más importan- pletamente a estas funciones y no ser cargado
tes y dando a las otras el desarrollo y el lugar con otras responsabilidades importantes; y los
que les convengan. Apliqúese desde el comienzo superiores velarán sobre él y le concederán las
a esta manera de exponer y procure perfeccio- ayudas pecuniarias u otros apoyos precisos, hasta
narse en ella cada día, bien persuadido de que el punto de que acepte gustoso permanecer en
el fruto y la eficacia de su enseñanza dependen su puesto de profesor incluso durante toda su
de ello en gran parte. vida.
“ 3. El fin y el tono de las lecciones de Sagrada La primera condición de progreso para los
Escritura que se dan a los alumnos de los Semi- estudios bíblicos consiste en suministrar al pro-
narios y Colegios quedan determinados por el fesor todos los libros y subvenciones en dinero,
hecho de que no están destinados a formar “ es- para que pueda progresar en la ciencia y asimi-
pecialistas” , sino futuros sacerdotes y apóstoles. lar los progresos de ella, asistir a los congresos
La formación de los sacerdotes, bien que depen- que se celebren en favor de estos estudios, visi-
da en conjunto de las condiciones de vida y orga- tar, si la ocasión se presenta, Tierra Santa y
nización del Seminario o del Colegio, recibe, sin publicar el fruto de sus investigaciones.
duda alguna, un impulso especial del estudio y Se aconseja, allá donde los alumnos son nume-
del conocimiento de la Biblia. Es sobre todo a rosos (y aun en otras ocasiones para prever
través de esas lecciones, en efecto, como hay que con tiempo las futuras necesidades), que se nom-
obtener que los futuros sacerdotes se den cuenta bren dos profesores: uno para el Antiguo y otro
y se persuadan de la grandísima influencia que para el Nuevo Testamento.
los libros santos tienen sobre el desarrollo de su 4. Se recomienda insistentemente al profesor de
propia vida sacerdotal y sobre la fecundidad de Sagrada Escritura cuidar del progreso de los
su vida apostólica. Por eso, el profesor, no con- alumnos; que dé a un grupo de alumnos m ejor
tento con suministrar a sus alumnos las nociones dotados un curso libre especial, ya sea de len-
y conocimientos útiles y necesarios, les demos- guas bíblicas o de otras que son necesarias o
trará también, siempre que tenga ocasión, cómo útiles a los estudios escriturísticos, ya de teolo-
el conocimiento sólido, la lectura asidua y la gía bíblica, de historia, de arqueología o de algu-
piadosa meditación de las Sagradas Escrituras na otra ciencia auxiliar. (Así también Pío X en
les ayudará a nutrir su propia santidad sacerdo- Letras Apost. Quoniam in re bíblica, ASS. 39
tal, a formarla, a desarrollarla (véase S. Jerónimo [1906] 78; Muñoz Iglesias, Documentos Bíblicos
Epist. 130 in fine; Migne P.L. 22, 1224 [al 1124]; BAC. 1955, nr. 179 p. 269; Ench. Bibl. nr. 165;
Corp. Sacr. Eccl. Lat. 56, 201) y hacer fecundo véase nota 17 de la presente Encíclica).
su ministerio apostólico, especialmente los sermo- 5. Se le aconseja también que prepare para
nes y el catecismo. los estudios especiales, con la prudencia y la
“ III. - Consejos y Normas moderación requeridas y con el consentimiento
“ Todo el mundo admite que los estudios bíbli- de los superiores, a los mejores alumnos que den
cos, tan útiles para la piedad sacerdotal y la pruebas de especial afición a los libros santos,
actividad apostólica, merecen ser hechos y desen- sin que, no obstante, olviden otros estudios
vueltos con el mayor celo, y por eso no puede (Pío X, Quoniam in re bíblica, Enchir. Bibl.
menos de deplorarse vivamente que no se les nrs. 157, 165; nr. 172; véase nota 17 de esta Encí-
dé siempre el honor que merecen y que se les clica) donde el Papa indica el tema de sus lectu-
sacrifique injustamente con frecuencia a otros ras y estudios; Pío XI, Motu Proprio Bibliorum
estudios y, a veces, hasta se los olvide indigna- Scientiam sobre el valor de los grados y diploma
mente. Así, la Comisión Pontificia de Estudios por el Pontif. Instituto Bibl. 27-IV-1924; AAS. 16
Bíblicos, movida por las informaciones y los [1924] 180-182; Muñoz Iglesias Documentos Bíblicos
ruegos que le han venido de diversas partes del BAC 1955 nr. 565 p. 475; Enchir. Bibl. 418 s.).
mundo, ha juzgado útil recomendar instantemente 6. Dado que, en el corto espacio de tiempo
a los Ordinarios y Superiores de las Ordenes asignado frecuentemente a los cursos de Sagrada
religiosas, lo mismo que a los superiores de los Escritura, es muy difícil hacer frente de modo
Seminarios y a los profesores de Sagrada Escri- oportuno a todo el programa requerido para la
tura, lo que sigue: formación teológica y ascética de los clérigos
1. En la Biblioteca bíblica (véase Pío X, Letras y para el buen empleo de la Sagrada Escritura
Apost. Quoniam in re bíblica, 27-III-1906, Pii X en la Liturgia y en la predicación, es muy de
1650 E n c íc l ic a s del PP. P ío XII (1943) 178, 49-50

de que el hombre de Dios fuese per- bién en sus ánimos suma veneración a 321
fecto y estuviese apercibido para toda la Sagrada Escritura.*
8
.7
S
obra buena^K
50. Fomento del conocimiento de la
49. La exposición de estos tesoros, Biblia en el pueblo. Edición y difusión
evitando el sentido acomodaticio. Los de la Biblia. Por lo demás esta vene-
sacerdotes, pues, a quienes está enco- ración procúrenla aumentar más y más
mendado el cuidado de la eterna salva- cada día los sagrados Prelados en los
ción de los fieles, después de haber fieles encomendados a ellos, dando
indagado ellos con diligente estudio las auge a todas aquellas empresas con las
sagradas páginas, y habérselas hecho que varones llenos de espíritu apostó-
suyas con la oración y meditación, ex- lico se esfuerzan laudablemente en ex-
pongan cuidadosamente estas sobera- citar y fomentar entre los católicos el
nas riquezas de la divina palabra en conocimiento y amor de los Sagrados
sermones, homilías y exhortaciones; Libros. Favorezcan, pues, y presten
confirmen asimismo la doctrina cris- su auxilio a todas aquellas pías asocia-
tiana con sentencias tomadas de los ciones que tengan por fin editar y di-
Sagrados Libros, ilústrenla con precla- fundir entre los fieles ejemplares im-
ros ejemplos de la historia sagrada, y presos de las Sagradas Escrituras, prin-
especialmente del Evangelio de Cristo cipalmente de los Evangelios, y procu-
nuestro Señor, y todo esto — evitando rar con todo empeño que en las fami-
con cuidado y diligencia aquellas aco- lias cristianas se tengan ordenada y
modaciones propias del capricho indi- santamente cotidiana lectura de ellas;
vidual y sacadas de cosas muy ajenas recomienden eficazmente la Sagrada
al caso, lo cual no es uso, sino abuso Escritura, traducida en la actualidad a
de la divina palabra— expónganlo con las lenguas vulgares con aprobación de
tanta elocuencia, con tanta distinción la autoridad de la Iglesia, ya de pala-
y claridad, que los fieles no sólo se bra, ya con el uso práctico, cuando lo
muevan y se inflamen a poner en buen permiten las leyes de la Liturgia; y o
orden su vida, sino que conciban tam-* 8 tengan ellos, o procuren que las tengan
.7
S
alabar y se recomienda encarecidamente la prác- y Rdmos. Superiores de Ordenes religiosas que
tica, ya empleada con fruto en muchos colegios acepten y pongan por obra, con el amor y el
religiosos, de dar a los alumnos una introducción cuidado del bien común del que están animados,
sumaria para alentar y dirigir la lectura de la todo lo que acabamos de exponer. Se trata, en
S. E., que ellos proseguirán durante el curso de efecto, de hacer progresar de día en día la edu-
sus estudios. Si esto se hace bien, el profesor cación de nuestros futuros sacerdotes y de nu-
podrá, a lo largo de los cuatro años de teología, trirlos con la ciencia sólida y sagrada de que
detenerse más en la explicación de la doctrina deben servirse ya en el curso de sus estudios y
bíblica. luego durante toda su vida, evitando toda lige-
7. Los clérigos alumnos de teología deberán reza, toda temeridad; siguiendo no su propio
componer una o dos veces en el curso del año juicio o su propia inspiración, sino las normas
una homilía sobre un pasaje de la Escritura, y de la ciencia sagrada y las leyes y preceptos
el profesor (de exégesis) dirigirá por si mismo de la Iglesia y las reglas de la más pura tradi-
este trabajo y lo corregirá con cuidado... “ Así ción eclesiástica, de tal suerte que los libros sa-
aprenderá a escribir” y “ a proponer ya a expli- grados sean para él el alimento y el desarrollo
car al pueblo cristiano, con la ciencia, la com- cíe su vida espiritual, como el pan cotidiano, la
petencia y el respeto necesario desde lo alto de luz y la fuerza, y en §1 ministerio apostólico, el
la cátedra, el sentido verdadero y justo de la socorro eficaz gracias al que atraigan muchas
palabra de Dios. almas a la verdad, al temor y al amor de Dios,
8. Para favorecer los estudios bíblicos poste- a la virtud y a la santidad. No ignoramos, cierta-
riores a la ordenación tanto para los sacerdotes mente, los numerosos y graves obstáculos que
seculares como regulares deberán los exámenes se oponen a una rápida y perfecta realización de
“ comprender cada año (además de las otras ma- lo que se acaba de recomendar; pero tenemos la
terias) la preparación de algunas cuestiones im- certeza de que los prelados diocesanos y los Su-
portantes de introducción general y especial y periores religiosos harán todos los esfuerzos po-
de exégesis, según las prescripciones del Derecho sibles, sin desalentarse jamás, para que el estu-
Canónico” (Cód. Der. Canon, cánones 130 y 590). dio y el amor de la Sagrada Escritura florezca
Lo mismo vale de las colaciones o conferencias con nuevo vigor entre los clérigos y sacerdotes
que debe tener regularmente el clero secular y y aporten a sus almas y a su actividad frutos
regular, según los términos del mismo Derecho abundantes de vida y de gracia.”
Canónico (cánones 131 y 591). El profesor de Pío XII aprobó y ordenó su publicación en la
Sagrada Escritura escogerá el tema con cuidado, audiencia otorgada al Secretario consultor de la
será comentada y, si el caso lo requiere, publi- Pont. Com. Bíbl. P. Atanasio Miller, OSB., el
cado en el Boletín diocesano u otra publicación. día 13 de mayo de 1950.
“ Rogamos instantemente a los Exc. Ordinarios (46) II Tim. 3, 15-17.
178, 51-56 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1651

otros sagrados oradores de gran peri- 54. Principalmente doctrina teoló-


cia disertaciones o lecciones de asun- gica. Método. Por lo cual la exposición
tos bíblicos. exegética atienda principalmente a la
parte teológica, evitando las disputas
51. Las Revistas Bíblicas. Y por lo inútiles y omitiendo aquellas cosas que
que atañe a las revistas, que periódica- nutren más la curiosidad que la ver-
mente se editan en varias partes del dadera doctrina y piedad sólida; pro-
mundo con tanta loa y tanto fruto, ya pongan el sentido llamado literal y
para tratar y exponer cuestiones según sobre todo el teológico con tanta soli-
la norma científica, ya para acomodar dez, explíquenlo con tal competencia
los frutos de estas investigaciones o al e incúlquenlo con tal ardor, que en
ministerio sagrado o a la utilidad de cierto modo sus alumnos experimenten
los fieles, todos los sagrados ministros lo que los discípulos de J e s u c r i s t o que
les presten su ayuda según sus fuerzas, iban a Emaús, los cuales, después de
y divúlguenlas oportunamente entre los oídas las palabras del Maestro, excla-
varios grupos y clases de su grey. maron: ¿No es cierto que nuestro co-
razón se abrasaba dentro de nosotros,
52. Valerse de todos los medios. Y mientras nos descubría las Escritu-
los mismos sacerdotes en general estén ra s?^ .
persuadidos de que todas estas cosas
y todas las demás que por el estilo que 55. Provecho personal y pastoral»
el celo apostólico y el sincero amor de De este modo las divinas Letras sean
la divina palabra inventare, a propósito para los futuros sacerdotes de la Igle-
para este designio, han de serles un sia por un lado fuente pura y perenne
eficaz auxiliar en el cuidado de las de la vida de cada uno, y por otra
almas. alimento y fuerza del sagrado cargo de
predicar que han de tomar a su cuenta.
2. Formación bíblica en los Semi- Y a la verdad, si esto llegaren a conse-
narios guir los profesores de esta gravísima
asignatura en los Seminarios, persuá-
53. La base bíblica está en el Semi-
danse con alegría, que han contribuido
nario. La enseñanza esté encaminada
en sumo grado a la salud de las almas,
a ¡a labor pastoral. Pero a nadie se le
al adelanto de la causa católica, al ho-
esconde que todo esto no pueden los
nor y gloria de Dios, y que han llevado
sacerdotes llevarlo a cabo en regla, si
a término una obra la más íntimamente
primero ellos mismos, mientras perma-
unida con el ministerio apostólico.
necieron en los Seminarios, no bebie-
ron este activo y perenne amor de la
Sagrada Escritura. Por lo cual los sa- 3. Oportunidad de la palabra de Dios
grados Prelados, sobre quienes carga en este tiempo de guerra: consuelo
el paternal cuidado de sus Seminarios, para los atribulados, camino de
vigilen con diligencia para que también justicia para todos.
en este punto nada se omita que pueda 56. Hoy más que nunca necesario.
ayudar a la consecución de este fin. Estas cosas que hemos dicho, Venera-
Y los maestros de Sagrada Escritura bles Hermanos y amados hijos, si bien
de tal manera lleven a cabo en los en todas las épocas son necesarias,
Seminarios la enseñanza bíblica, que urgen sin duda mucho más en nuestros
armen a los jóvenes que han de for- luctuosos tiempos, mientras los pue-
marse para el sacerdocio y para el blos y las naciones casi todas se su-
ministerio de la divina palabra con mergen en un piélago de calamidades,
aquel conocimiento de las divinas Le- mientras la gigantesca guerra acumula
2 tras y los imbuyan en aquel amor hacia ruinas sobre ruinas y muertes sobre
ellas, sin los cuales no se pueden obte- muertes, excitados mutuamente los
ner abundantes frutos de apostolado.4 7 odios acerbísimos de los pueblos, ve-
(47) Luc. 24, 32.
1652 En c íc l ic a s d e l P P . P í o XII (1943) 178, 57-59

mos con sumo dolor que en no pocos justicia, caridad y misericordia; y al


se extingue no sólo el sentido de la género humano desgarrado y trepidan-
cristiana benignidad y caridad, sino aun te le están abiertas las fuentes de aque-
el de la misma humanidad. Ahora bien: lla divina, gracia, postergada la cual,
a estas mortíferas heridas del comercio y dejada a un lado no podrán los pue-
humano ¿quién otro puede poner re- blos ni los directores de los pueblos
medio, sino aquel a quien el Príncipe iniciar ni establecer ninguna tranquili-
de los Apóstoles, lleno de amor y de dad de situación ni de concordia de los
confianza, invoca con estas frases: Se- ánimos; allí finalmente aprenderán to-
ñor, ¿a quién irem os? Tú tienes pala- dos a Cristo, que es cabeza de todo prin-
bras de vida eterna^s\ cipado y p o t e s t a d y que fue hecho
L_ para nosotros por Dios sabiduría y
57. Jesucristo y la Biblia, Con- justicia y santificación y redención (53L
suelo en la tribulación; justicia y
caridad. Es, pues, necesario redu- Co n c l u s ió n
cir a todos y con todas las fuerzas E xhortación a los cultivadores de
a este misericordiosísimo Redentor los estudios bíblicos
323 nuestro, porque El es el divino conso- 58. Felicitación y aliento. Expues- 324
lador de todos los afligidos; El es quien tas, pues, y recomendadas aquellas
a todos — sea que presidan con pública cosas que tocan a la adaptación de los
autoridad, sea que estén sujetos con el estudios de las Sagradas Escrituras a
deber de obediencia y sumisión— ense- las necesidades de hoy, resta ya, Vene-
ña la probidad digna de este nombre, rables Hermanos y amados hijos, que
la justicia integral y la caridad gene- a todos y cada uno de aquellos culti-
rosa; El es finalmente, y sólo El, quien vadores de la Biblia, que son devotos
puede ser firme fundamento y sostén hijos de la Iglesia y obedecen fielmente
de la paz y de la tranquilidad. Porque a su doctrina y normas, no sólo les
nadie puede poner otro fundamento,
felicitemos con ánimo paternal por ha-
fuera del puesto, que es Cristo J esú s^ K ber sido elegidos y llamados a cargo
Y a este Cristo, autor de la salud, tan excelso, sino que también les de-
tanto más plenamente le conocerán los mos nuevo aliento, para que continúen
hombres, tanto más intensamente le cumpliendo con fuerzas cada día reno-
amarán, tanto más fielmente le imita- vadas, con todo empeño, y con todo
rán, cuanto con más afición se sientan cuidado la obra felizmente comenzada.
movidos al conocimiento y meditación
de las Sagradas Letras, especialmente 59. Excelsa misión y apostolado.
del Nuevo Testamento. Porque, como Excelso cargo, decimos: ¿qué hay, en
dijo el Estridonés: El ignorar las Escri- efecto, más sublime que escudriñar,
turas es ignorar a Cristo ( 5° ) , y si algo explicar, proponer a los fieles, defen-
hay que en esta vida interese al hombre der contra los infieles la misma pala-
sabio, y lo persuada a permanecer con bra de Dios, dada a los hombres por
igualdad de ánimo entre los aprietos y inspiración del Espíritu Santo? Se apa-
torbellinos del mundo, creo que más cienta y nutre con este alimento espi-
que nada es la meditación y ciencia de ritual el mismo espíritu del intérprete
las Escrituras (51). Porque de aquí sa- para recuerdo de la fe, para consuelo
carán los que se ven fatigados y opri- cíe la esperanza, para exhortación de la
midos con adversidades y ruinas ver- caridad^M\ Vivir entre estas ocu pacio-
dadero consuelo y divina virtud para nes, meditar estas cosas, no conocer, no
padecer, para aguantar; aquí, en los buscar nada más, ¿n o os parece que
Santos Evangelios, se presenta a todos es un goce anticipado en la tierra del
Cristo, sumo y perfecto ejemplar de4 2 reino celeste?
1
0
5
9
8 Apaciéntense también
(48) Juan 6, 69. (53) I Cor. 1, 30.
(49) I Cor. 8, 11. (54) S. Apnst. Contra Fauztum 13, 18 (Migne,
(50) S. Jerónimo, In Is. Prólogo P.L. 24, 17 42, 294: Corp. Script. Eccl. Lat. 25, p. 400),
(51) Jerónimo In Eph. Pról. P.L. 26, 467. (55) S. Jerónimo, Epist. 53, 10 (Migne 22, 519;
(52) Col. 2, 10. Corp. Script. Eccl. Lat. 54, p. 463).
178, 60-61 En c íc l ic a “ Div in o Af f l ant e Sp i r it u ” 1653

en este mismo manjar las almas de los ción que les espera: toda vez que aque-
fieles para sacar de él conocimiento y llos que hubieren sido sabios brillarán
amor de Dios y el propio aprovecha- como la luz del firmamento; y los que
miento y felicidad de las almas. enseñan a muchos la justicia, como es-
trellas por toda la eternidad(58>.5 7
6
60. Los puntos de su cometido y su
galardono Entréguense, pues, de todo 61. Bendición Apostólica. Entre tan-
corazón a este negocio los expositores to, mientras a todos los hijos de la
de la divina palabra. Oren, para enten- Iglesia, y especialmente a los profeso-
cter(56)7
;5 trabajen para penetrar cada res de la ciencia bíblica, al clero ado-
día con más profundidad en los secre- lescente y a los sagrados oradores
tos de las Sagradas Páginas; enseñen ardientemente les deseamos que, medi-
y prediquen, para abrir también a otros tando continuamente los oráculos de
los tesoros de la palabra de Dios. Lo Dios, gusten cuán bueno y suave es el
que en los siglos pretéritos llevaron a espíritu del S e ñ o r i l; a vosotros todos
cabo con gran fruto aquellos preclaros y a cada uno en particular, Venerables
intérpretes de la Sagrada Escritura, Hermanos y amados hijos, com o pren-
enrúlenlo también según sus fuerzas los da de los dones celestes y testimonio
intérpretes del día, de tal manera que, de Nuestra paterna benevolencia, os
como en los pasados tiempos, así tam- impartimos de todo corazón en el Se-
bién al presente tenga la Iglesia eximios ñor la Bendición Apostólica.
Doctores en exponer las Divinas Letras; Dado en Roma, en San Pedro, el día
y los fieles de Cristo, gracias al tra- 30 del mes de setiembre, en la festivi-
bajo y esfuerzo de ellos, perciban toda dad de Sa n Je r ó n imo , Doctor Máximo
la luz, fuerza persuasiva y alegría de en exponer las Sagradas Escrituras, el
las Sagradas Escrituras. Y en este em- año 1943, quinto de Nuestro Pontifi-
pleo, arduo en verdad y grave, tengan cado.
también ellos por consuelo los Santos
5 L i b r o s y acuérdense de la retribu» PIO PAPA XII.
(56) S. Affust. De doctr. christiana 3, 56 (Migne (58) Dan 12, 3.
P.L. 34, 89). (59) Véase Sabid. 12, 1.
(57) I Macab. 12, 9.

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