Codigo 1929

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG

CAPÍTULO IV. Código de 1929. . . ......... ... .... .... .. ...... . 69

l. Sistema general de actiones liberae in causa ..... .... .... 69


2. Minoridad.......... . . .... .. .. ... . .. ........ .. .. .. .... 70
3. Sordomudez... .. ... . .... .. ... .. ... .... ... ............ 70
4. Trastorno mental transitorio (hipótesis asimilables).... ... 71
5. · rr�� torno mental permanente (hipótesis asimilables) . .. .. 72
_
Apena1ce . .. .... ...... .... .............. . . .. ..... ... .... 73
Preceptos del Código Penal de 1929.. ...... ....... . ... . ... 73

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG

CAPÍTULO IV

CÓDIGO DE 1929

l. Sistema general y actiones liberae in causa. 2. Minoridad. 3. Sor­


domudez. 4. Trastorno mental tra_nsitorio (hipótesis asimilables). 5.
Trastorno mental permanente (hipótesis asimilables).

l. Sistema general y actiones liberae in causa

No apuntó el código de Almaraz ninguna noción positiva de la im­


putabilidad; por el contrario, la enfrentó a través de las excluyentes,
que considerablemente redujo, acorde con las ideas positivistas que
hasta cierto punto lo inspiraron, al trastorno mental transitorio. 1 De
esta suerte se inició, al modo que perdura en el código de 1931 y en el
anteproyecto de 1949, la imputabilidad de enajenados y sordomudos.
El código comentado conservó la atenuante de ignorancia y supers­
tición extremas, que privan al agente, en el momento de la infracción,
del discernimiento necesario para conocer toda la gravedad de su con­
ducta (artículo 59, VI).
La actio libera in causa no pasó inadvertida al legislador de 1929: la
ingestión de substancias que provoquen automatismo cerebral ha de
ser involuntaria y accidental (artículo 45, I); y el agente no debe ha­
berse producido conscientemente el estado psíquico anormal, pasajero
y patológico que le excluye de responsabilidad penal (artículo 45, 11).
La embriaguez y la intoxicación preordenadas son agravantes de
cuarta clase (artículo 63, XV). La actio libera in causa se sanciona siem­
pre a título de dolo: la presunción de intencionalidad no se rle�truye
cuando el agente pudo prever la consecuencia dañosa, por ser efecto
ordinario del hecho u omisión y estar al alcance del común de las gen-

1
ALMARAZ criticó la clásica clasificación de excluyentes y su fundamento, aduciendo
que "la sociedad tiene que defenderse de los locos, de los anormales, de los alcohólicos,
de los toxicómanos y de los menores delincuentes. Desde el punto de vista de la defensa
social, tan anormales son estos individuos como los normales, y tal vez en ellos esté más
indicada la defensa. Lo que deberá variar es la clase de sanción, de tratamiento, en vista
de la adaptación o la eliminación, de la corrección o de la inocuización". Exposirión de
motivos del Código Penal de 1929. México, 1931, s.p.i., p. 69.

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG
70 SERGIO GARCÍA RAMÍREZ

tes (artículo 15, 11) (culpa sin representación, pues, a pesar del código).
Y aquí salta una oposición entre los artículos 15 y 16: en efecto, para el
artículo 16, I, existe imprudencia punible cuando el agente, por "im­
previsión", no evita el daño. Entonces, ¿dolo o culpa?

2. Minoridad

Ningún código mexicano ha acentuado tanto, y con tan poca for­


tuna, la imputabilidad penal de los menores, como lo hizo el de 1929.
Y esto porque, programáticamente fundado en la responsabilidad so­
cial, extremó sus prevenciones hasta el punto de sujetar a los menores,
en ciertos casos, a las mismas penas prescritas para los mayores, según
fue el caso de las llamadas "Sanciones complementarias" y del extra­
ñamiento, el apercibimiento y la caución de no ofender. 2 No sólo tuvo
en cuenta el legislador consideraciones de escuela y de defensa social,
sino también problemas constitucionales, al regular de esta suerte el
régimen de los menores, según declaró José Almaraz. 3 También apli­
cadas, como medida tutelar, por la legislación específica que deman­
daba la altura de los tiempos. 4

3. Sordomudei;

Imputables los sordomudos, sólo sobre la base biológica de la caren­


cia de habla y oído, sin discriminación alguna entre instruidos y no
instruidos, capaces o incapaces para discernir lo ilícito de su conducta,
el código de Almaraz dispuso para ellos el internamiento en escuela o
institución especial para sordomudos, por todo el tiempo necesario
para su instrucción o educación. Y agregó que la duración de esta
2
En este aspecto, el código se redactó sobre la base de que, "desapareddo el principio
de responsabilidad moral y con él las excluyentes relativas a la menor edad, se imponía
escoger las sanciones o medidas adecuadas para transformar a los menores delincuentes
en individuos socialmente capaces para vivir en sociedad". ALMARAZ, Exposición ae motivos
del Código Penal de 1929, p. 122.
3 Para no pecar de inconstitucional, dijo, "la Comisión considera delincuentes, desde

el punto de vista social y no moral, a los menores que con sus actos revelan el estado
peligroso. De este modo, se logran también los fines que persigue la doctrina posi­
tiva ..." Exposición de motivos del Código Penal ae 1929, pp.68-69.
• ALMARAZ razonaba su postura en estos términos: "Como este proyecto se basa exclu­
sivamente en la doctrina de la defensa social y como las sanciones para delincuentes
adultos persiguen un fin correccional y carecen de todo carácter de expiación o de
compensación, desaparece la necesidad de crear un cuerpo de leyes especiales para me­
nores. Esto no quiere decir de ningún modo, que las medidas educativas que deben
aplicarse a los menores no sean cualitativamente distintas de las sanciones para adultos."
Exposición de motivos del Código Penal de 192'1, p. 69.

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG
LA IMPUTABILIDAD EN EL DERECHO PENAL MEXICANO 71

medida no sería menor, en ningún caso, de la que correspondería a la


pena que se habría impuesto al agente normal (artículo 125).
En un doble sentido erró el código de 1929. Por una parte, al desti­
nar a educación o instrucción incluso a los sordomudos educados e
instruidos, que perfectamente pudieron ser imputables y quedar suje­
tos, por ende, a penas auténticas. Por otra parte, al igualar la duración
de la pena eventualmente pertinente y de la medida impuesta al sor­
domudo. En efecto, si el internamiento del carente de sentido se justi­
ficaba como medida correccional y defensista, ¿qué argumeoto podía
esgrimirse para mantenerle interno, a pesar de que ya hubiese reci­
bido instrucción o educación y de que se encontrara resocializado?
¿Por qué mantener interno a un sordomudo en una institución de la
que ya no necesita, simplemente en virtud de que aún no se ha cum­
plido el tiempo de sanción que le habría convenido si hubiese sido
normal al momento de la infracción. 5

4. Trastorno mental transitorio (hipótesis asimilables)

Las fracciones I y II del artículo 45 contemplan supuestos de tras­


torno mental transitorio: la primera, por automatismo cerebral que
perturbe la conciencia y que sea provocado por la ingestión accidental
e involuntaria (es decir, sin conocimiento del sujeto, agrega el código,
inseguro de su propia fórmula) de substancias enervantes o tóxicas; la
segunda, por estado psíquico anormal, pasajero y de orden patológico,
que perturbe las facultades o impida conocer la ilicitud del acto u omi­
sión de que se acusa al sujeto, con tal de que éste no se haya producido
conscientemente tal estado. Fuera quedan como eximentes, por tanto,
los trastornos de etiología ajena a la patológica, y, por lo demás, se
utiliza diverso criterio al redactar las excluyentes: así, una invoca la
falta de capacidad de entender, y la otra nada dice sobre ella. Final­
mente, la falta de alusión a la capacidad de querer, en la segunda trac­
ción citada, permite llegar a la absurda conclusión de que es imputable
quien conoció la ilicitud de su conducta, pero no pudo inhibir el im­
pulso delictivo, bajo la fuerza del trastorno.
El trastorno (ceguedad y arrebato) de causa psicológica, sólo fue
atenuante (artículos 56, I; 59, VII; y ¿57, 11?).
Inconsecuente con su propia escuela, el código de 1929 omitió im­
poner medida asegurativa al trastornado transitorio, cuando el estado
patológico se presentara en una personalidad psicopática y, por ende,
eventualmente peligrosa.

5 En materia de sordomudos, la comisión tomó las ideas de F. CASTREJÓN. Cfr. ALMA­


RAZ, Exposición de motivos del Código Penal de 1929, p. ti7.

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG

72 SERGIO GARCIA RAMÍREZ

5. Trastorno mental permanente (hipótesis asimilables)

Quiso Almaraz, con plausibles razones, desterrar del código la ex­


presión "loco". 6 Pero el viejo término se sostuvo y formó filas, d_entro
de una inconveniente fórmula enumerativa, en el artículo 126. Este y
el 127, conformes con los postulados positivistas, consagraron la r.es­
ponsabilidad social del enajenado y declararon imputable al incapaz de
entender y de querer. Amén de este error -clara consecuencia de otro:
pensar que la inimputabilidad del enajenado ha de llevar, por fuerza,
a la indefensión social-, el código de 1929 utilizó la enumeración y la
ejemplificación, que nada enseñan ni al jurista ni al perito psiguiatra, y
que por fuerza abren lagunas que un término omnicomprens1vo evita­
ría. Así, los artículos 126 y 127 mencionados, hablan de locos, idiotas,
imbéciles y de quienes sufran cualquiera otra debilidad, enfermedad o
anomalía mentales (artículo 126), así como de los delincuentes psicopa­
tológicos distintos de los ya indicados, por ejemplo: aquellos que pa­
dezcan obsesiones de la inteligencia, de la sensibilidad o de la acción,
dijo el código consultado, ejemplificando sin tapujos y afiliándose re­
sueltamente a una escuela psicológica (artículo 127). 7

6
"Los términos loco e imbécil nada significan en la moderna psiquiatría. Son restos
de los tan debatidos conceptos: orgánico y funcional. Y esto ni es útil ni interesa. El
concepto locura se presta, además, a 11;raves confusiones en los asuntos penales ... " Exf}o­
sición de motivos del Código Penal de 1929, pp. 59-60.
7
Desde luego, el Código Almaraz desterró la imputabilidad disminuida: "la escuela
clásica y el Código derogado resolvían fácilmente el problema: si la responsabilidad no
era completa, si el delincuente era un defectuoso mental, había que atenuar la pena en
proporción al defecto sufrido. Pero esto ei, un absurdo: ante el moderno criterio de la
defensa social, dichos individuos son peligrosos, acaso mucho más que muchos norma­
les". ALMARAZ, Exposición de motivos del Código Penal de 1929, pp. 66-67.

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG

Apéndice

Preceptos del Código Penal de 1929

ART. 45. Las circunstancias que excluyen la responsabilidad pe­


nal, es decir, las de justificación legal, son: l. Encon­
trarse el acusado, al cometer el acto u omisión que se le
impute, en un estado de automatismo cerebral que per­
turbe su conciencia y que sea provocado por haber in­
gerido substancias enervantes o tóxicas, siempre que la
ingestión haya sido enteramente accidental e involunta­
ria, es decir, sin su conocimiento; II. Encontrarse el
acusado en un estado psíquico anormal, pasajero y de
orden patológico, que perturbe sus facultades o le im­
pida conocer la ilicitud del acto u omisión de que se le
acusa, con tal que ese estado no se lo haya producido
conscientemente el paciente; ...

ART. 56. Son atenuantes de primera clase: l. Hallarse al delin­


quir en estado de ceguedad y arrebato, producido por
hechos del ofendido contra una persona ligada con el
delincuente por un gran afecto lícito, si éste no es un
agravio para el mismo ofendido .. .

ART. 59. Son atenuantes de cuarta clase: ... VI. Ser el delin-
cuente tan ignorante o supersticioso, que en el acto de
cometer el delito no haya tenido el discernimiento nece­
sario para conocer toda la gravedad de aquél; VII. Co­
meter el delito en estado de ceguedad y arrebato, pro­
ducidos por hechos del ofendido, ejecutados contra el
delincuente, su cónyuge, sus ascendientes o descendien­
tes, o contra cualquiera otra persona con quien lo liguen
vínculos de gratitud, de estrecha amistad o de grande
afecto lícito; ...

ART. 63. Son agravantes de cuarta clase: ... XV. Embriagarse o


intoxicarse intencionalmente, para asegurar o facilitar la
ejecución del delito; ... XVI. Las condiciones de anor­
malidad orgánica o psíquica, antes, durante y después

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG

74 SERGIO GARCÍA RAMÍREZ

del delito que, no constituyendo debilidad mental, reve­


len en el delincuente tendencias criminales ...

ART. 69. Las sanciones para los delincuentes comunes mayores


de dieciséis años son:
l. Extrañamiento;
11. Apercibimiento;
111. Caución de no ofender;
IV. Multa;
V. Arresto:
VI. Confinamiento;
VII. Segregación, y
VIII. Relegación.
ART. 71. Las sanciones para los delincuentes menores de dieciséis
años, además de las procedentes que menciona el artí­
culo 73 y las tres primeras fracciones del 69, son:
l. Arrestos escolares;
11. Libertad vigilada;
111. Reclusión en establecimientos de educación correc­
cional;
IV. Reclusión en colonia agrícola para menores, y
V. Reclusión en navío-escuela.

ART. 72. Las sanciones para los delincuentes en estado de debili­


dad, anomalía o enfermedad mentales, además de las
que procedan del artículo siguiente, son:

l. Reclusión en escuela o en establecimiento especial


para sordo-mudos;
11. Reclusión en manicomio o departamento especial
de manicomio
111. Reclusión en hospital de toxicómanos, y
IV. Reclusión en colonia agrícola de trabajo para neu-
rópatas y maniacos curables.

ART. 121. La libertad vigilada consistirá: en confiar, con obliga­


ciones especiales apropiadas a cada caso, el menor de­
lincuente a su familia, a otra familia, a un estableci­
miento de educación o a un taller privado, bajo la vigi­
lancia del Consejo Supremo de Defensa y Prevención
Social, por una duración no inferior a un año y que no
exceda del cumplimiento de los veintiuno por el menor.

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG

LA IMPUTABILIDAD EN EL DERECHO PENAL MEXICANO 75

ART. 122. La reclusión en establecimiento de educación correccio­


nal, se hará efectiva en una escuela destinada exclusi­
vamente para la corrección de delincuentes menores de
dieciséis años, con aislamiento nocturno y aprendizaje
industrial o agrícola durante el día, con fines de educa­
ción física, intelectual, moral y estética. La reclusión no
será inferior a un año ni excederá del cumplimiento de
los veintiuno por el menor; pues desde que los cumpla,
se le trasladará al correspondiente establecimiento para
adultos o se le dejará libre a juicio del Consejo Supremo
de Defensa y Prevención Social,

ART. 123. La reclusión en colonia agrícola, se hará efectiva en una


granja-escuela con trabajo industrial o agrícola durante
el día, por un término no inferior a dos años, y sin que
pueda exceder del cumplimiento de los veintiuno por el
menor. Es aplicable a la reclusión en colonia agrícola lo
dispuesto en el artículo anterior sobre aislamiento noc­
turno, fines educativos y traslación a establecimientos
para adultos en su caso.

ART. 124. La reclusión en navío-escuela se hará en la embarcación


que para el efecto destine el Gobierno, a fin de corregir
al menor y prepararlo a la marina mercante. Esta reclu­
sión durará todo el tiempo de la condena y el de la re­
tención en su caso; pero no excederá del cumplimiento
de los veintiún años del menor.

ART. 125. A los sordomudos que contravengan los preceptos de


una ley penal, se les internará en escuela o estableci­
miento especial para sordomudos, por todo el tiempo
que fuere necesario para su educación o instrucción, y
que en ningún caso será menor del tiempo que de ser
normales, se les hubiere impuesto como sanción.

ART. 126. Los delincuentes locos, idiotas, imbéciles, o los que su­
fran cualquiera otra debilidad, enfermedad o anomalía
mentales, &,erán recluidos en manicomio o en departa­
mentos especiales, por todo el tiempo necesario para su
curación y sometidos, con autorización del facultativo, a
un régimen de trabajo.

ART. 1�7. Los delincuentes psicopatológicos distintos de los a que


se refiere el artículo anterior -como aquellos que padez-

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG
76 SERGIO GARCÍA RAMÍREZ

can obsesiones de la inteligencia, de la sensibilidad o de


la acción- serán recluidos por todo el tiempo necesario
para su curación, en colonia agrícola especial, cuando, a
juicio de los peritos médicos, les convenga el trabajo al
aire libre.
ART. 128. Los ebrios habituales y los toxicómanos, serán recluidos
en un hospital o departamento especial del manicomio,
donde permanecerán hasta que estén completamente
curados o corregidos, a juicio de los facultativos del es­
tablecimiento y del Consejo Supremo de Defensa y Pre­
vención Social. Durante el periodo de curación, serán
sometidos a un régimen de trabajo con aislamiento noc­
turno.
ART. 181. Las sanciones que correspondan a los menores delin­
cuentes, tendrán la duración señalada para los mayores;
pero desde que cumplan dieciséis años, quedarán al
cuidado del Consejo Supremo de Defensa y Prevención
Social, el que señalará el establecimiento adecuado al
que deban trasladarse.
ART. 182. El menor delincuente que no fuere moralmente aban­
donado ni pervertido, ni en peligro de serlo y cuyo es­
tado no exija un tratamiento especial, será confiado en
situación de libertad vigilada a su familia, mediante cau­
ción adecuada, a juicio del Consejo Supremo de De­
fensa y Prevención Social.
ART. 183. El menor delincuente moralmente abandonado, será
confiado en situación de libertad vigilada, a una familia
honrada. Si esto no fuere posible, o si no se cumplen las
obligaciones especiales a que se refiere el artículo 142, el
menor se confiará a una escuela, a un establecimiento
de educación o a un taller privado.
ART. 184. Al menor que hubiere cometido un delito cuya sanción
sea la privación de libertad por más de dos años, si está
moralmente pervertido o revela persistente tendencia al
delito, se le aplicará la sanción correspondiente, que
cumplirá en un establecimiento de educación correccio­
nal.
ART. 185. El delincuente mayor de doce años y menor de dieciséis,
podrá ser condenado condicionalmente, si el delito co-

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México


Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv Libro completo en: https://goo.gl/JptnvG

LA IMPUTABILIDAD EN EL DERECHO PENAL MEXICANO 77

metido no merece sanción mayor de 5 años de segrega­


ción; en caso contrario, cumplirá su condena en colonia
agrícola.

ART. 186. Si el delito tuviere una sanción mayor o si el menor re­


vela tendencia persistente al delito, se le destinará desde
luego a la colonia agrícola o al navío-escuela.
ART. 187. En tanto se establecen las colonias agrícolas y el navío­
escuela, las sanciones que se impongan a los menores se
extinguirán en la escuela de educación correccional.
ART. 188. Las sanciones con que se conminan los delitos en el Li­
bro Tercero de este Código, deberán subsutuirse, para
los menores de dieciséis años, de la siguiente manera: l.
Segregación y relegación, por reclusión, en estableci­
mientos de educación correccional,. colonias agrícolas o
navío-escuela; 11. Confinamiento, por libertad vigilada;
y 111. Multa, por libertad vigilada, arrestos escolares o
reclusión en establecimientos de educación correccional,
según la temibilidad del menor.
ART. 189. Las sanciones que deben imponerse a los delincuentes
en estado de debilidad, anomalía o enfermedad menta­
les, se aplicarán en los términos que prescribe el Capí­
tulo X del Título Segundo, de este Libro, oyendo pre­
viamente a los médicos legistas y al Ministerio Público
en los términos prescritos en el Código de Procedimien­
tos Penales.

ART. 190. Los alcohólicos y toxicómanos que hayan sido condena­


dos por delitos distintos de la embriaguez habitual o to­
xicomanía, y que durante su condena no se hubieren
curado, continuarán recluidos en el establecimiento es­
pecial respectivo por todo el tiempo necesario para su
curación.

ART. 191. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, los al­


cohólicos y toxicómanos, así como los mencionados en el
artículo 127 que, previo dictamen médico, puedan ser
sometidos a un régimen de trabajo, serán recluidos en
colonia agrícola especial.

ART. 192. La circunstancia de ser alcohólicos o toxicómanos los de­


lincuentes, se investigará de oficio por los jueces.

DR © 1981. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

También podría gustarte