La Sirenita

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Autor:

 
Hans Christian Andersen
Edades:
 
A partir de 8 años
Valores:
bondad, amor, entrega, sacrificio
En medio del mar, en las más grandes
profundidades, se extendía un reino
mágico, el reino del pueblo del mar. Un
lugar de extraordinaria belleza rodeado
por flores y plantas únicas y en el que se
encontraba el castillo del rey del mar.

Él y sus seis hijas vivían felices en medio


de tanta belleza. Ellas pasaban el día
jugando y cuidando de sus flores en los
majestuosos jardines de árboles azules y
rojos. La más pequeña de ellas, era la más especial. Su piel era blanca y
suave, sus ojos grandes y azules, pero como el resto de las sirenas, tenía
cola de pez. A la pequeña sirena le fascinaban las historias que su abuela
contaba acerca de los seres humanos, tanto que cuando encontró una
estatua de un hombre en los restos de un barco que naufragó no se lo
pensó y se la llevó para ponerla en su jardín. La abuela les contó que algún
día conocerían la superficie.

- Cuando cumpláis quince años podréis subir a la superficie y podréis


contemplar los bosques, las ciudades y todo lo que hay allí. Hasta entonces
está prohibido.

La pequeña sirena esperó a que llegara su turno ansiosa, imaginando como


sería el mundo de allá arriba. Cada vez que a una de sus hermanas le
llegaba el turno y cumplía los quince años, ella escuchaba atentamente las
cosas que contaba y eso aumentaba sus ganas porque llegara el momento
de subir.

Tras años de espera por fin cumplió quince años. La sirena subió y se
encontró con un gran barco en el que celebraban una fiesta. Oía música y
alboroto y no pudo evitar acercarse para tratar de ver a través de una de
sus ventanas. Entre la gente distinguió a un joven apuesto, que resultó ser
el príncipe, y por quien quedó embelesada al observar su belleza.

Continuó allí mirando hasta que una tormenta cayó sobre ellos
repentinamente. El mar comenzó a rugir con fuerza y el barco empezó a
dar tumbos como si se tratase de un barquito de papel, hasta que
finalmente logró partirlo y mandarlo al fondo del mar. En medio del
naufragio la Sirenita buscó al príncipe, logró rescatarlo y llevarlo sano y
salvo hasta la playa. Estando allí oyó a unas muchachas que se acercaban,
y rápidamente nadó hasta el mar por miedo a que la vieran. A lo lejos vio
como su príncipe se despertaba y conseguía levantarse.

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