Estrategias para Potenciar El Aprendizaje y El Rendimiento Académico en Estudiantes Universitarios
Estrategias para Potenciar El Aprendizaje y El Rendimiento Académico en Estudiantes Universitarios
Estrategias para Potenciar El Aprendizaje y El Rendimiento Académico en Estudiantes Universitarios
ISSN: 1315-9984
rvgluz@gmail.com
Universidad del Zulia
Venezuela
Resumen:
Esta investigación tiene como objetivo reflexionar y debatir a partir de los diferentes fundamentos teóricos y enfoques sobre la
gestión de la calidad y los principios que la respaldan. La investigación es de orden cualitativa de corte documental, apoyada en
artículos científicos y documentos de la autoría de diversos autores (Gutiérrez, 2010; Camisón, Cruz y González, 2006; Cantú,
2006; Hernández, Barrios y Martínez, 2018; Lizarzabul, 2016), que permiten profundizar el conocimiento y confrontar teorías
que posteriormente puedan enriquecer el conocimiento existente. Luego del análisis y la discusión teórica realizada, los resultados
indican que los principios más resaltantes de la gestión de la calidad son la satisfacción del cliente; el liderazgo, la gestión del talento
humano; la gestión de los procesos; la mejora continua y las relaciones con los proveedores, concluyendo que las empresas deben
asumirlos para consolidar sistemas de gestión de calidad de clase mundial.
Palabras clave: calidad, gestión de la calidad, principios de gestión de la calidad.
Abstract:
is research aims to reflect and debate from the different theoretical foundations and approaches, on quality management and
the principles that support it. e research is of a qualitative nature of a documentary nature, supported by scientific articles
and documents authored by various authors (Gutiérrez, 2010; Camisón et al, 2006; Cantú, 2006; Hernández, Barrios and
Martínez, 2018; Lizarzabul, 2016), that allow to deepen knowledge and confront theories that can later enrich existing knowledge.
Aer analysis and theoretical discussion, the results indicate that the most outstanding principles of quality management are
customer satisfaction; leadership, human talent management; process management; continuous improvement and relationships
with suppliers, concluding that companies must take them on to consolidate world-class quality management systems.
Keywords: quality, quality management, quality management principles.
1. Introducción
Desde sus inicios, las organizaciones buscan servir a la sociedad, satisfaciendo necesidades; expresadas
por clientes, usuarios o simplemente consumidores de productos y servicios. En este sentido, la calidad
se constituye en un elemento fundamental; englobando el aumento incesante por satisfacer y cubrir
necesidades, requerimientos y deseos de clientes; quienes exigen cada vez más características de valor, ante la
complejidad creciente de productos, servicios, procesos y sistemas.
Al hablar de calidad se alude fundamentalmente a dos concepciones o enfoques de análisis, una establecida
por la escuela nórdica, también llamada tradición europea, y otro enfoque que resalta los postulados de
la escuela norteamericana, denominada como tradición norteamericana. El primer modelo formulado por
Grönroos (1984), precisa las dimensiones de la calidad en términos globales como consistencia funcional y
calidad técnica, relaciona calidad con imagen corporativa, planteando que la calidad que los clientes perciben
es la resultante de la integración, en términos tangibles o técnicos y la calidad funcional, es decir, cómo se
entrega; con base en estos dos elementos entonces es posible medir la calidad percibida (Hernández, Barrios
y Martínez, 2018).
Por otro lado, el modelo norteamericano, definido por Parasuraman, Zeithaml y Berry (1988), ha servido
de guía para innumerables investigaciones, se sustenta en la evaluación de las percepciones y expectativas
de manera separadas considerando dimensiones específicas (Hernández, Barrios y Martínez, 2018), o
características que van desde la fiabilidad, responsabilidad, empatía, aseguramiento y tangibilidad. Siendo
la concepción americana, la más reconocida y asumida, por su gran desarrollo y divulgación, realzando la
interacción social entre cliente y empleados.
Es importante indicar, que esta división entre las dos tradiciones, la norteamericana y la europea, se han
diferenciado por su posición geográfica, en función del lugar donde los investigadores las desarrollaron, pero
en la actualidad, se utiliza una perspectiva u otra, con independencia del contexto geográfico donde se aplique.
Se debe destacar que son dos modos distintos de entender la calidad, aunque podrían ser complementarias
al ampliar la visión en su análisis y estudio.
La calidad, a través del tiempo, ha sido definida por los autores desde diferentes enfoques, lo que ha dado pie
a establecer concepciones diferentes sobre este tema polémico en el mundo empresarial, y de gran relevancia
en la actual coyuntura internacional (Lizarzaburu, 2016).
Bajo la óptica de autores clásicos, la calidad es definida básicamente como una dimensión de un servicio o
producto definido por el cliente (Krajewski y Ritzman, 2007), algo intangible que se basa en la percepción
(Besterfield, 2009). Es decir, tiene que ver con cuán adecuado es un producto o servicio para el uso que se
pretende hacer de él; para aquello que desea el cliente (Lizarzaburu, 2016).
Otros la asumen como un término subjetivo, para el cual cada persona o sector tiene su propia definición
(American Society for Quality -ASQ), pues desde su aplicación técnica, puede tener dos significados: las
características de un producto o servicio que inciden en su capacidad para satisfacer las necesidades explícitas
o implícitas, o un producto o servicio que está libre de deficiencias (Dave y Susan, 2007). Implica según
Alcalde (2008) la satisfacción de las necesidades de los consumidores y, en la medida de lo posible, superar
sus expectativas. Una definición más trascendente de la calidad la realiza la norma ISO 9000, precisando
que se constituye en el grado con el que un conjunto de características inherentes cumple los requisitos. Sin
embargo, el significado de grado, puede significar que la calidad pueda definirse con adjetivos como mala,
buena y excelente.
Estas variaciones a nivel de los grados, son cuestionables, pues la calidad existe o simplemente no existe,
no hay grados intermedios para su medición, se tiene o no. No es correcto decir, la empresa cuenta con un
poco de calidad, porque simplemente no cumple a cabalidad las exigencias y requisitos para una calidad plena
o total. Un producto o servicio es de calidad cuando sus características tangibles e intangibles, satisfacen las
necesidades de los usuarios a plenitud. La calidad la define el cliente; es un juicio que éste realiza sobre un
producto o servicio que por lo general es de aprobación o rechazo (Gutiérrez, 2010), sin niveles de grados
intermedios.
Un cliente queda satisfecho si se le ofrece todo lo que él esperaba encontrar y más. Así, la calidad, es ante
todo la satisfacción del cliente, la cual está ligada a las expectativas que éste tiene sobre el producto o servicio;
y tales expectativas son generadas de acuerdo con necesidades, antecedentes, precio, publicidad, tecnología,
imagen de la empresa, entre otros aspectos.
Para Hernández, Barrios y Martínez, 2018), la calidad comienza a proyectarse como un elemento más del
conjunto de factores que integran la responsabilidad social empresarial, llevando al diseño de sistemas de
gestión acordes con este propósito.
Ahora bien, a pesar de que la calidad ha evolucionado con el transcurrir de los años (Hernández, Barrios
y Martínez, 2018; Lizarzaburu, 2016;), pasando de concepciones básicas a nuevos enfoques que engloban la
organización como un todo.
Para Lizarzaburu (2016), este proceso ha permitido aumentar y refinar sus objetivos y lograr que se enfoque
en la satisfacción plena de las expectativas de los consumidores de bienes y los usuarios de servicios; pasando
de la inspección, al control de calidad (1930 a 1949), al aseguramiento (1959 y 1979), hasta llegar al concepto
de gestión de calidad (1980), y calidad los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) que retoman fuerzas a partir
del año 2015 (Hernández, Barrios y Martínez, 2018).
El movimiento internacional por la calidad aglutina el estudio y el trabajo de un amplio número de agentes
económicos y sociales, que han laborado en común para construir los principios, prácticas y técnicas de
gestión de la calidad que cualquier organización puede hoy en día adoptar. Recoge iniciativas y esfuerzos de
más de un siglo, emanados de distintas disciplinas, naciones y foros.
En este contexto, es interesante la aproximación de Ho (1997: 276), retomada por Lau y Anderson (1998),
quienes extraen el concepto de las propias siglas de su denominación Gestión de la Calidad Total (GTC),
el componente “gestión” destaca el papel de la dirección, a través de su compromiso con el concepto, su
esfuerzo por asegurar la implicación de todos los empleados y su decisión de fomentar un cambio en la cultura
empresarial.
En este sentido, el componente “calidad” reconoce la necesidad de centrarse en la satisfacción de las
necesidades y expectativas de los clientes y de buscar la mejora continua en todos los procesos. El componente
“total” alude a la participación y esfuerzo de todos los miembros de la organización, así como a la orientación
de todos los procesos y niveles hacia la satisfacción del cliente y la mejora continua.
Por su parte, el Deming Prize Committee de la JUSE (2004) en 1998 planteó que la gestión de la calidad
total es el conjunto de actividades sistemáticas conducidas a través de toda la organización para alcanzar eficaz
y eficientemente los objetivos de la compañía, así como para proveer productos y servicios con un nivel de
calidad que satisfaga a los clientes, en el tiempo y al precio apropiados.
Otras instituciones líderes del enfoque de aseguramiento de la calidad dan definiciones de la Gestión de la
Calidad en la línea del concepto Gestión de la Calidad Total, como la
British Standards Institution en su norma BS4778, de 1991, la cual la define como una filosofía de
dirección que afecta a todas las actividades, la cual permite satisfacer las necesidades y expectativas de los
clientes y de la comunidad, y lograr los objetivos de la organización de la manera más eficiente, a través de la
maximización del potencial de todos los empleados en un camino continuo hacia la mejora.
El American Productivity & Quality Center define la GCT exactamente desde el mismo prisma: es gestión
porque es cambio guiado, racional, que contribuye a la línea de fondo de la organización. Es planificada,
conducida por la alta dirección, y alineada con los objetivos estratégicos. Es total en el sentido de que
abraza todo: cada parte de la organización, tanto procesos como resultados, servicios así como productos,
proveedores y clientes, relaciones internas con relaciones externas. Es calidad porque trabaja para mejorar
cada producto y proceso al cual se aplique.
Finalmente, la gestión de la calidad total, puede asumirse como una función directiva capaz de generar
ventajas competitivas sostenibles, superando la mera visión de calidad de producto o de proceso (Camisón
et al, 2006).
Ante estas definiciones, se vislumbran los elementos básicos del enfoque GCT: orientación a los grupos
de interés (incluyendo tanto al cliente como a los empleados y a la comunidad en general) y a su satisfacción,
liderazgo de la dirección, integración con la estrategia, enfoque en las personas, búsqueda de ventajas
competitivas (sumando eficacia y eficiencia), diseño horizontal y global de la organización, cooperación a lo
largo de todo el sistema de valor, mejora continua y aprendizaje.
De igual manera, la norma International Organization for Standardization (ISO) señala en la norma
9000:2005, sistema de gestión de calidad, fundamentos y vocabulario; la gestión de la calidad va referida a
las actividades coordinadas para dirigir y controlar una organización en lo relativo a la calidad. La dirección
y control, generalmente incluye el establecimiento de la política y objetivos de la calidad, la planificación, el
control, el aseguramiento y la mejora de la calidad.
Al interpretar los conceptos de gestión de la calidad total aportados por los autores: la definición planteada
por la ISO, introduce la esencia e importancia de la participación de la dirección de la organización en sus
procesos para el logro de sus objetivos estratégicos, generación de sus ventajas competitivas y posicionamiento
en el mercado.
La gestión de la calidad tiene impacto estratégico en la empresa y representa una oportunidad competitiva,
poniendo especial énfasis en el mercado y en las necesidades del cliente (Ruiz, 2012). Se precisa entonces,
como objetivo de la gestión de la calidad hacer las cosas bien en forma rutinaria, según lo acordado
y cumpliendo con los requisitos obligatorios, articulando medios para detectar y satisfacer las nuevas
necesidades.
De esta manera, poner en práctica el concepto de gestión de calidad en las organizaciones, asumiendo
un enfoque en particular, requiere conocer e indagar los principios que rigen el desarrollo del concepto en
las organizaciones. El hablar de calidad sitúa su conceptualización en una continua evolución, vinculada al
desarrollo histórico y a los resultados esperados que se enriquecen con el desarrollo empresarial, industrial y
social de cada época y que, sin duda, continuará haciéndolo en el futuro de manera paralela e integral.
Los principios de gestión de la calidad, representan elementos, dimensiones o características esenciales para
encaminar a las organizaciones en el campo de la calidad en el mundo moderno. Para Hernández, Martínez
y Rodríguez (2017), estos principios derivan de la norma ISO y guardan un perfil de fácil asimilación en las
organizaciones
Para Lizarzaburu (2016), hasta la version de 2008 la norma ISO 9001 se basó en ocho principios de gestión
de calidad, hoy día en la versión 2015 (ISO 9001:2015), se establecen modificaciones de estos principios
reduciendo los mismos de ocho a siete.
Esta versión se aproxima a los esquemas de calidad total (Pyzdek & Keller, 2013) y presta más atención a
los procesos, productos y servicios y se otorga una mayor importancia a la gestión del conocimiento en tanto
activo intangible, pero valioso. Asimismo, la gestión de los riesgos y la comprensión de los grupos de interés
son dos asuntos esenciales para las empresas que deseen aplicar a esta prestigiosa certificación internacional.
En la introducción a los principios, la norma ISO 9001:2015 señala que para conducir y operar una
organización en forma exitosa se requiere que ésta se dirija y controle en forma sistemática y transparente.
Se han identificado ocho principios de gestión de la calidad que puede utilizar la alta dirección, con el fin de
conducir a la organización hacia una mejora en el desempeño.
Sobre estos principios diversos Lizarzaburu (2016); Hernández, Martínez y Rodríguez (2017), D’Aleman;
Gutiérrez (2005), entre otros autores basados en las normas ISO 9001:2015 han definido ocho principios,
entre los que destacan: 1) enfoque en el cliente, 2) liderazgo, 3) participación del personal o Recursos
Humanos, 4) enfoque basado en procesos, 5) enfoque basado de sistema para la gestión, 6) mejora continua,
7) enfoque basado en hechos para la toma de decisiones o Toma de decisiones basadas en evidencias, y 8)
gestión de relaciones mutuamente beneficiosas con el proveedor.
Estos han sido implementados en diversas organizaciones en diversos contextos geográficos, obteniendo
resultados favorables para la gestión de la calidad de cada una de ellas
Se señalan en el Cuadro 1 se señalan tales principios desde la perspectiva de diferentes autores (Camisón
et al, 2006; Gutiérrez, 2010; Lizarzaburu, 2016); Hernández, Martínez y Rodríguez, 2017; Gutiérrez, 2005;
Madriz, 2014; Delgado, 2015; Castro, 2016); entre otros que apoyados en la norma ISO 9001:2015, precisan
elementos de interés como sigue:
CUADRO 1
Principios de gestión de la calidad por diferentes autores.
Los autores referenciados en el Cuadro 1, coinciden en incluir como parte de los principios básicos de la
gestión de la calidad el cliente, el liderazgo. Gutiérrez, Norma ISO 9000:2005,
Delgado (2015), Madriz (2014) y Castro
(2016) consideran como otro elemento la mejora continua. A estos principios, Camisón, Cruz y González,
2006
(2006), Gutiérrez (2010), y la Norma ISO 9000:2005 agregan el personal como talento fundamental de
la organización, siendo de interés para Gutiérrez (2010), ISO 9000:2005; Madriz (2014), Delgado (2015) y
Castro (2016) la gestión de los procesos, no resaltada por Camisón. Gutiérrez (2010), Norma ISO 9000:2005
y Castro (2016) hacen la inclusión en común como principio el enfoque basado en hechos para la toma de
decisiones, el cual no es considerado por el resto de los autores. Luego de la consideración de los principios
en el cuadro anterior, se describen de manera concreta en la siguiente sección.
1) Enfoque en el cliente: las organizaciones dependen de sus clientes, razón por la cual se deben
comprender necesidades actuales y futuras de ellos, trabajar por satisfacer sus requerimientos y esforzarse
por exceder sus expectativas (Lizarzabul, 2016; Camisón et al, 2006; Gutiérrez, 2010; ISO 9000:2005;
Gutiérrez; 2010; Lizarzaburu, 2016; Hernández, Martínez y Rodríguez. 2017). Este principio mantiene
una orientación permanente al mercado, marcando una constante y fluida comunicación con los clientes de
manera que se puedan conocer sus necesidades y expectativas y trabajar por su satisfacción (Gutiérrez, 2010).
Para D’Aleman, los clientes son también los proveedores, los empleados y los socios de la organización, pues
manejan información y requerimientos que son esenciales para el crecimiento, desarrollo y permanencia de
la organización en el tiempo.
2) Liderazgo, con respecto a este segundo principio, Lizarzabul (2016), Gutiérrez (2010); y la norma ISO
9001:2005 señalan que los líderes establecen la unidad de propósito y orientación de la organización. Ellos
deben crear y mantener un ambiente interno en el cual el personal pueda llegar a involucrarse totalmente
en el logro de los objetivos de la organización (Gutiérrez 2010: 63). Consiste en la capacidad de conseguir
resultados sostenibles a lo largo del tiempo; su función es definir la unidad de propósito y la orientación
(rumbo) de la empresa de forma tal de posibilitar su éxito, lo cual cada día es más difícil en un entorno que
cambia constantemente. Para Gutiérrez (2010), el primer paso para un liderazgo efectivo es crear el rumbo
estratégico (la visión, la unidad de propósito) que posibilite desarrollar ventajas competitivas.
Es necesario que esa unidad de propósito sea resultado de una reflexión estratégica y promueva el desarrollo
de una comprensión del entorno de la organización y de los recursos con los que opera. Además, es necesario
se involucre el líder en asegurar que los procesos y la actuación del personal estén alineados a los objetivos.
Al final de cuentas, los líderes de una organización promueven un liderazgo efectivo y una administración
eficiente y eficaz. Sobre esto, Covey (2005) enfatiza el papel complementario del liderazgo y la
administración, de tal forma que ambos deben estar presentes para que las cosas correctas sucedan en una
empresa.
Por su parte, la norma ISO 9001:2015 (2015:3) plantea que la alta dirección debe demostrar liderazgo y
compromiso con respecto al sistema de gestión de la calidad de la empresa; debe asumir la responsabilidad
de rendir cuentas con relación a la eficacia del sistema de gestión de la calidad, establecer la política de la
calidad y los objetivos de la calidad para el sistema de gestión de la calidad, y que éstos sean compatibles con el
contexto y la dirección estratégica de la organización, entre otros aspectos relacionados con la integración de
los requisitos del sistema de gestión de la calidad en los procesos de negocio de la organización, los procesos y
el pensamiento basado en riesgos; los recursos necesarios; los resultados previstos; direccionando y apoyando
a las personas y promoviendo la mejora
3) Participación del personal o Recursos Humanos, este principio reconoce la importancia de buscar el
compromiso de las personas con los proyectos de la empresa. Esto será posible cuando desde el ámbito de la
responsabilidad, las personas, se involucren y comprometan con el reto de mejorar la organización. De allí,
la compañía debe generar el ambiente propicio para entregar el personal su talento en la mejora de sistemas
y procesos, al mismo tiempo que se desarrolle, crezca y se realice. Se requiere proporcionar capacitación y
automejora en las personas, es decir, se necesita gente que aprenda a generar los resultados que desea.
Para Lizarzabul (2016), el compromiso del personal posibilita que sus habilidades sean usadas para el
beneficio de la empresa. Las organizaciones están formadas por seres humanos, estos conforman los distintos
niveles de la organización, representan la esencia de una organización, y su total compromiso posibilita la
aplicación de sus habilidades para el beneficio de la organización (Gutiérrez; 2010; Norma ISO 9000:2005).
La norma ISO 9001:2015; establece que la organización debe determinar y proporcionar las personas
necesarias para la implementación eficaz de un sistema de gestión de la calidad y para la operación y control de
sus procesos; por ello, es necesario disponer de personal con educación, formación, habilidades y experiencia
apropiada. Es decir, el personal debe contar con: competencia, formación y comunicación.
Para Camisón et al (2006), la orientación a las personas es uno de los pilares en que se sustenta la gestión
de la calidad total, aunque está íntimamente asociado a otros valores como el compromiso y liderazgo de
la dirección, la visión global de la organización o la cooperación interna. Este principio establece que, para
que la gestión de la calidad total dé sus frutos, la organización debe desplegar conocimiento, habilidades,
responsabilidad y compromiso por todos sus ámbitos, para inducir la germinación de una conciencia de
calidad en sus miembros. La gestión de la calidad total asume que la calidad es algo que se hace «con las
personas, en vez de algo que se hace a las personas.
4) Enfoque basado en procesos, para Gutiérrez (2010) dos elementos considerados para este principio
son: identificación de los diferentes procesos y gestión de los procesos. El primero, asume el proceso
se entiende como un conjunto de actividades mutuamente relacionadas o que interactúan, las cuales
transforman elementos de entrada en resultados; por lo general, en una organización interactúan muchos
procesos para al final producir o entregar un producto o servicio, de tal forma que los elementos de entrada
para un proceso son generalmente resultado de otros procesos. Por ello, es importante enfocarse en las
actividades que producen los resultados, en lugar de limitarse a los resultados finales. Esto implica identificar
los diferentes procesos que interactúan para lograr un resultado y hacer que el trabajo y las interfases entre
los diferentes procesos fluyan en forma ágil y con la calidad adecuada (Gutiérrez, 2010).
Con respecto al segundo aspecto, gestionar un sistema con un enfoque basado en procesos significa
identificar y gestionar sistemáticamente los procesos empleados en la empresa y, en particular, las
interacciones entre tales procesos (Gutiérrez, 2010). Cuando se quiera corregir un problema de calidad o
productividad, más que limitarse a esperar el resultado, la tarea está en centrarse en los procesos que originan
tal resultado, analizando las actividades que realmente agregan valor al producto: los materiales, los métodos,
los criterios y flujos de trabajo, la actitud de trabajo, las máquinas, entre otros (Gutiérrez 2010).
De esta forma, enfocarse en los procesos es identificar las necesidades de los clientes en términos de calidad,
tiempo y precio, y con ello determinar los procesos clave y la secuencia en la que se va agregando valor a los
insumos hasta transformarlos en los productos o servicios que demanda el cliente. Es importante, analizar los
procesos clave para identificar cuáles son sus desviaciones, cuáles son los incumplimientos, dónde se originan,
cuáles son las causas y, con base en esto, generar soluciones (Gutiérrez 2010).
La norma internacional ISO 9001:2015, emplea el enfoque a procesos, incorporando el ciclo
Planificar-Hacer-Verificar-Actuar (PHVA) y el pensamiento basado en riesgos. El enfoque a procesos
permite a una organización planificar sus procesos y sus interacciones. El pensamiento basado en riesgos
permite a una organización determinar los factores que podrían causar que sus procesos y su sistema de
gestión de la calidad se desvíen de los resultados planificados, para poner en marcha controles preventivos
para minimizar los efectos negativos y maximizar el uso de las oportunidades a medida que surjan
La comprensión y gestión de los procesos interrelacionados como un sistema contribuye a la eficacia y
eficiencia de la organización en el logro de sus resultados previstos. Este enfoque permite a la organización
controlar las interrelaciones e interdependencias entre los procesos del sistema, de modo que se pueda mejorar
el desempeño global de la organización (ISO 9001:2015).
El enfoque de procesos implica la definición y gestión sistemática de los procesos y sus interacciones, con
el fin de alcanzar los resultados previstos de acuerdo con la política de la calidad y la dirección estratégica de
la organización. La gestión de los procesos y el sistema en su conjunto puede alcanzarse utilizando el ciclo
PHVA con un enfoque global de pensamiento basado en riesgos dirigido a aprovechar las oportunidades y
prevenir resultados no deseados.
5) Enfoque basado de sistema para la gestión, de acuerdo con Lizarzabul (2016), este principio permite
identificar, entender y gestionar los procesos interrelacionados como un sistema contribuye a la eficacia y
eficiencia de una organización en el logro de sus objetivos
6) Mejora continua, para
Camisón, Cruz y González, (2006) este principio se orienta al aprendizaje y a la innovación, señalando
dos clases de mejora: la continua y la radical. Este principio postula a la dirección con el deber de liderar
la organización abriendo las puertas al aprendizaje adaptativo y generativo, así como a la innovación
incremental y radical, el cual resulta cuando las organizaciones aprenden de las consecuencias de sus
actividades pasadas y, sin cuestionar el paradigma que guía la acción, emprenden nuevas actividades
mejoradas. El enfoque de la mejora continua consiste en atacar constantemente los focos de no calidad,
cuestionando las prácticas y métodos organizativos.
Este aprendizaje completo, al implicar enmiendas en las creencias subyacentes a la vida organizativa,
es desestabilizante y revolucionario, aunque fundamental para la innovación y la creatividad en ciertos
contextos. Tanto si el principio discurre por la vía adaptativa como si lo hace por la vía generativa, guarda
una estrecha conexión con otros valores de la gestión de la calidad total. La dirección con una visión de
excelencia adopta prácticas como el desarrollo de sistemas para crear una calidad única en la industria, el
establecimiento de sistemas de desarrollo de nuevos productos que acorten el lead time mientras aseguran
la calidad, o la innovación en los procesos del sistema de calidad como la ingeniería concurrente (Camisón,
Cruz y González, 2006 2006).
La implicación del personal en procesos de aprendizaje sólo es sostenible con el compromiso y la
participación. La propia eficacia del aprendizaje descansa en el enriquecimiento de los conocimientos de los
4. Consideraciones finales
5. Referencias bibliográficas
Barba, A. (2004). Calidad total en las organizaciones: poder, ambigüedad y aspectos simbólicos. Los estudios
organizacionales en México, 453474.
Besterfield, D. (2009). Control de calidad. Octava edición. Prentice Hall, Pearson México.
Camisón, C., Cruz, S. y González, T. (2006). Gestión de la calidad: Conceptos, enfoques, modelos y sistemas. Pearson
Educación, S.A.
Cantú, H. (2007). Desarrollo de una cultura de calidad. Editorial McGraw– Hill.
Cantú, H. (2006). Desarrollo de una cultura de calidad. McGraw-Hill.
Carmona-Calvoa; M., Suareza, E., CalvoMorab, A. y Periañez-Cristobal, R. (2016). Sistemas de gestión de la calidad:
un estudio en empresas del sur de España y norte de Marruecos.
Castro, R. (2016). Principios de gestión de la calidad en empresas del sector de fundición de acero del estado Zulia.
Trabajo de grado para optar al Título de Magister Scientiarum en Gerencia de Empresas Mención Gerencia de
Operaciones. Universidad del Zulia. Maracaibo. Venezuela.