Indicadores Sociales - 09
Indicadores Sociales - 09
Indicadores Sociales - 09
Administración
ECONOMIA DESCRIPTIVA II
Año 2009
1
INDICADORES DE CALIDAD DE VIDA
Se entiende por indicadores de calidad de vida todos aquellos que se refieren al nivel
y/o a la forma en que se satisfacen determinadas necesidades en un núcleo social
determinado, pudiendo ser éste una familia, hogar, ciudad, región, país, etc.
Los indicadores de calidad de vida pueden ser de tres tipos.
En primer término están aquellos referidos exclusivamente a un tipo de necesidad, a
los que se les denomina indicadores unidimensionales. Así por ejemplo se tendrá
indicadores referidos exclusivamente a la educación, a la salud o a la vivienda. Como
se verá más adelante, éstos pueden estar representados por un conjunto de variables.
En segundo término, existen indicadores referidos al grado de satisfacción de un
conjunto combinado de necesidades. Es el caso, por ejemplo, de los indicadores de
pobreza, de necesidades básicas y de desarrollo humano. A este segundo tipo de
indicadores se los denominará indicadores multidimensionales.
En tercer lugar están aquellos indicadores que tienen en cuenta los aspectos
vinculados con la forma en que se distribuye el ingreso entre los habitantes de un país.
Este tipo de indicadores reviste importancia en la medida que nos permite visualizar
las diferencias entre los distintos grupos de población de un mismo país o región.
1. INDICADORES DE SALUD
Si bien existe una amplia gama de indicadores del estado de salud de una población,
se hará referencia a los que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) incluye
en su publicación “Situación de salud de las Américas. Indicadores Básicos 2008”.
Por otra parte, se realizará una reseña de aquellos indicadores que son relevados en
el Uruguay y presentados por los distintos organismos.
Los indicadores utilizados por OPS se agrupan en las siguientes categorías:
1) Indicadores de mortalidad
2) Indicadores de morbilidad
3) Indicadores de recursos, acceso y cobertura
1) Indicadores de mortalidad
Los indicadores de mortalidad miden la frecuencia relativa de las defunciones en un
período de tiempo en relación a alguna otra variable.
Si se calcula la proporción entre el número de personas que mueren a causa de una
cierta enfermedad durante un año y la población total expuesta a dicha enfermedad,
se obtiene la tasa de letalidad. Si la proporción se establece con respecto al número
total de defunciones en un periodo, se obtiene el indicador denominado proporción de
defunciones de la causa correspondiente.
También puede compararse el número de defunciones con el número de habitantes o
el de personas nacidas vivas en un cierto período de tiempo.
2
Por su parte las tasas específicas de mortalidad se miden en relación a determinados
estratos de población.
Entre los indicadores de mortalidad, la OPS incluye tasas específicas de mortalidad de
los menores de un año (mortalidad infantil), y de menores de 5 años. En ambos casos
se miden por cada mil personas nacidas vivas. También se incluye la razón de
mortalidad materna en relación a las personas nacidas vivas (1) y la tasa de mortalidad
según diferentes causas en relación al número de habitantes.
Finalmente, la esperanza de vida al nacer, que es el resultado compuesto de un
conjunto de tasas específicas de mortalidad en un momento dado, es considerado un
buen indicador de las condiciones generales de salud de la población.
2) Indicadores de morbilidad
Los indicadores de morbilidad por su parte se desagregan según la incidencia de las
distintas enfermedades definidas, como el cociente del número de personas que
contraen una enfermedad durante un año, sobre el total de la población expuesta.
La OPS incluye entre los indicadores de morbilidad la incidencia del bajo peso al nacer
(menos de 2.5kgs) en relación al total de nacidos vivos. Esta relación es considerada
un indicador de desarrollo infantil ya que la misma constituye un buen predictor del
desarrollo y condición de salud posterior de la persona.
Por su parte, en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2), se plantea el combate al
VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades graves especialmente la tuberculosis.
Esto lleva a que los países releven indicadores específicos de estas enfermedades. Se
mencionan a continuación algunos de ellos:
Prevalencia del VIH entre las personas de 15 a 24 años
Uso de preservativos en la última relación sexual de alto riesgo
Proporción de la población de 15 a 24 años que tiene conocimientos amplios y
correctos sobre el VIH/SIDA
Tasas de incidencia y mortalidad asociadas al paludismo
Tasas de incidencia, prevalencia y mortalidad asociadas a la tuberculosis
Proporción de casos de tuberculosis detectados y curados con el tratamiento breve
bajo observación directa
(1)
Se entiende por muerte materna la defunción de una mujer mientras está embarazada o
dentro de los 42 días siguientes a la terminación del embarazo, debido a cualquier causa
relacionada con o agravada por el embarazo o su atención. Incluye también las muertes
posparto
(2)
www.un.org/spanish/millenniumgoals
3
Producto Interno Bruto del país.
La OPS incluye además dentro de este grupo de indicadores la cobertura de
inmunización entre los menores de un año según los distintos tipos de vacuna y el uso
de métodos anticonceptivos en mujeres.
La gran mayoría de los indicadores reseñados se estiman normalmente para toda la
población del país, y por lo tanto suele ocultar diferencias importantes tanto a nivel de
los distintos estratos sociales como entre las diferentes zonas geográficas.
Las principales fuentes de información consisten en registros de nacimientos y
defunciones por un lado, y en las estadísticas que surgen de los servicios de salud. En
general la misma tiene un elevado grado de agregación sólo subsanable mediante la
realización de encuestas específicas que no se realizan con demasiada frecuencia.
Estos problemas son especialmente relevantes en los países más pobres.
Indicadores de mortalidad
a) Tasa de mortalidad infantil por departamento de residencia de la madre y por causa
b) Número de defunciones por causa, sexo, edad y departamento
Acceso y cobertura
Como indicadores de la disponibilidad de los servicios de salud en el Uruguay se
utilizan una variedad de tasas de cobertura y rendimiento de los diferentes servicios.
Se hará mención a algunos de ellos.
(3)
El MSP elaboró las Cuentas Nacionales de Salud para el año 2004. Con anterioridad, se
había encargado a la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración la estimación para
los años 1999 y 2000. Existen otros cálculos para los años 1997 y 1998 realizadas en el
ámbito del MSP:
4
a) Número de afiliados a las IAMC, Seguros Privados y Emergencias móviles por área
geográfica
b) Estimación del porcentaje de población por atención de la salud (IAMC; MSP, etc.)
c) Para los afiliados a las IAMC: Tiempo promedio de demora para distintos tipos de
consultas y para intervenciones quirúrgicas. Se trata de un indicador de acceso a los
servicios y también de calidad de los mismos.
(4)
MSP. Estadísticas. SINADI.
(5)
Ver INE “Anuario Estadístico 2008” capítulo Aspectos Sociales: Salud.
5
ix) Promedio de días de estadía. Es el número de días que, en promedio, cada
paciente egresado durante un periodo ha permanecido internado. Se obtiene
dividiendo la suma de días de estadía de los pacientes egresados de un periodo por el
número de egresos del periodo.
Al manejar los indicadores de salud hay que tener en cuenta las limitaciones que los
mismos presentan. En efecto, ninguno de los indicadores vistos considera la calidad
de los servicios sanitarios que se prestan ni tienen una relación directa con el estado
de salud de la población, que son fenómenos básicos que se busca medir. Por lo cual,
su utilización debe estar acompañada de estudios que brinden información
complementaria y permitan un análisis integral del tema.
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2. INDICADORES DE EDUCACION
1) Indicadores de cobertura
Los indicadores de cobertura tienen por objetivo describir en qué medida la población
accede a los servicios educativos en sus diferentes niveles.
Los principales indicadores que reflejan la cobertura son:
- Tasas de escolarización o asistencia a la educación. La escolarización se releva a
través de la asistencia a un centro educativo, y ésta a través de la matrícula a
comienzos de año.
Estos indicadores pueden ser desagregados por ciclo educativo, género, área
geográfica, nivel de ingreso de los estudiantes según las finalidades del análisis que
se esté realizando. También se pueden presentar según los tipos de establecimientos
educativos de que se trate: horario simple, horario extendido o el tipo de
administración: público y privado.
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- Tasas de repetición: Es el porcentaje de alumnos repetidores en cada grado,
calculado a partir de la matrícula final. Se puede presentar por grado y teniendo en
cuenta las características de los centros educativos. Se considera especialmente la
repetición en primer año escolar ya que se considera que es un buen indicador
relevante del desempeño posterior del escolar en el sistema educativo.
Sin embargo, atendiendo al hecho que las demandas para participar plenamente en la
vida cotidiana están sujetas a cambios permanentes, entre los especialistas del tema
hay un consenso creciente en cuanto a que el umbral de las habilidades mínimas de
lectura y escritura necesarias para ser considerado alfabeto debería reflejar los
requerimientos para funcionar adecuadamente en la sociedad de su época. (7)
(6)
En Panorama social de América Latina 2001-2002 (LC/G/2183-P), recuadro III.1 puede verse
una metodología de construcción de las tasas de deserción en base a Encuestas de Hogares.
(7)
Ver Katzman- Rodríguez Situación de la educación en Uruguay: análisis de los datos de la
encuesta nacional de hogares ampliada de 2006.
8
de esa población, o sea, han finalizado los años de educación correspondientes (por
ejemplo, para Ciclo Básico: 6 de primaria y 3 de Ciclo Básico) El tramo de edad puede
ser definido de diferentes formas
Algunos ejemplos de indicadores calculados para el Uruguay a partir de la Encuesta
Nacional de Hogares Ampliada de 2006 son los siguientes: porcentaje de jóvenes de
20 años de edad con 12 años de escolarización completos, porcentaje de población
entre 18 y 30 años que completó 12 años de instrucción, porcentaje de población de
14 a 17 años que no asiste a establecimiento educativos.
Otros indicadores considerados de resultados tienen que ver con la asistencia y el
abandono de la enseñanza. En el Uruguay se relevan y calculan, entre otros, los
siguientes:
Se trata de un estudio comparativo internacional con ciclos de tres años que tuvo su
primera edición en el año 2000. Hasta la fecha, participan todos los países miembros
de la OCDE, así como otros 60, que han sido denominados países asociados.
Uruguay participa desde 2003 en carácter de asociado y participó en las pruebas
efectuadas en el año 2006. Más de un millón de alumnos han sido evaluados hasta
ahora. Además de las pruebas en papel y lápiz, que evalúan la competencia en
lectura, matemáticas y ciencias, los estudiantes completan cuestionarios sobre ellos
mismos, mientras que sus directores lo han hacen sobre sus centros educativos.
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3) Indicadores de recursos
Por su parte para analizar los recursos humanos dedicados a la educación los
indicadores más difundidos son dos: el promedio de alumnos por docente según nivel
de enseñanza y el salario inicial ofrecido a los docentes.
10
Fuente: Ministerio de Educación y Cultura, Anuario Estadístico 2007.
11
3. INDICADORES DE VIVIENDA
La vivienda constituye un indicador importante de las condiciones de vida de las
personas ya que se trata de un elemento imprescindible para que éstas se puedan
proteger del medio ambiente, así como preservar aspectos de privacidad e higiene,
cuya ausencia deteriora considerablemente la calidad de vida.
Se entiende por vivienda a cualquier albergue, fijo o móvil, que ha sido construido o
transformado para alojar personas en forma permanente o transitoria.
Por su parte, se considera vivienda particular la que está ocupada por uno o varios
hogares particulares. Vivienda colectiva es la que está ocupada por un hogar colectivo.
1) Características de la vivienda
1) Características de la vivienda:
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3) Tipos de tenencia de la vivienda
Propietarios (que han terminado de pagar y no), arrendatarios, y ocupantes. Dentro de
éstos últimos se distinguen los ocupantes en dependencia, los gratuitos, los sin
permiso y aquellos que son propietarios sólo de la vivienda pero no del terreno (8)
Las principales fuente de información referida a la vivienda son los Censos y las
Encuestas de Hogares.
Algunos indicadores de Vivienda en Uruguay
Total de viviendas 1.152.814
% de viviendas ocupadas 89.7%
Total de hogares particulares 1.061.762
Tamaño promedio del hogar 3
Tipos de tenencia
Propietarios 61.5%
Inquilinos 15.2%
Ocupantes 23.3%
% de viviendas con paredes 97%
de ladrillos, ticholos o
bloques
% de viviendas con techos 60.6%
con planchada de hormigón
% de viviendas con techo 28.3%
liviano con cielorraso
% de hogares con acceso a 92.2%
red general de agua potable
% de hogares con acceso a 97.8%
energía eléctrica de UTE
Fuente: Casacuberta Carlos: “Situación de la vivienda en Uruguay”. INE
(8)
Ver Situación de la Vivienda en el Uruguay. Informe de divulgación. INE. Carlos
Casacuberta. La definición de asentamiento irregular establece que pertenece a un
asentamiento irregular el hogar que habita en una vivienda que es parte de un grupo de ellas
(más de cuatro) construidas en un terreno del cual quien realiza las mejoras no es dueño
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I. INDICADORES DE CALIDAD DE VIDA MULTIDIMENSIONALES
14
1. EL METODO DE LA LINEA DE POBREZA
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I) La metodología de estimación de la línea de pobreza y sus principales
problemas
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tratamiento del consumo “fuera del hogar” (modalidad de adquisición de los alimentos),
y a los supuestos sobre la evolución de los patrones de gasto, cuando no se dispone
de encuestas recientes sobre el particular.
iii) los precios a los cuales se valora dicha canasta: la selección de los precios que se
estimen pertinentes para valorar la canasta básica de alimentos (precios medios,
mínimos los que pagan los sectores pobres, etc.), las diferencias entre regiones o
áreas, y a falta de información detallada, el índice válido para actualizar el valor de la
canasta (IPC de los alimentos, IPC de los pobres, etc.).
2. Gastos no alimentarios
(9)
Feres
17
que los hogares accedan a bienes y servicios subsidiados total o parcialmente por el
Estado.
ii) El costo de atender las necesidades no alimentarias varía a lo largo de las etapas
del ciclo de vida familiar y depende del tamaño y la composición del hogar y por lo
tanto, surge el problema de las diferencias en el valor de este coeficiente entre los
distintos tipos de hogares de un estrato de referencia.
iii) Dado que la fuente principal con la que se elabora la línea de pobreza consiste en
encuestas de presupuestos familiares, y que éstas se realizan con una periodicidad
muy baja, es necesario contar con algún criterio que permita actualizar la estructura de
gastos de los hogares. En ausencia de otra información, y sin recurrir a sofisticados
cálculos de elasticidad, una vía disponible parece ser la de considerar la evolución de
los distintos capítulos del gasto y ponderar, en cada momento, el coeficiente original
por las diferencias de los cambios en los precios relativos. La experiencia de los años
90 en América Latina respecto a variaciones dispares en los precios de los bienes
transables y no transables justifica un procedimiento de ese tipo.
Nos detendremos en las respuestas que se han dado para intentar los problemas
planteados especialmente en los puntos i) y ii).
18
comparables. Al hacerlo, se obtiene una nueva medida del ingreso del hogar o ingreso
equivalente.
Estas escalas de equivalencia son muy difíciles de obtener. Tres son las
aproximaciones principales que se utilizan para elaborarlas: i) las encuestas de
valoración de las necesidades individuales (introduce elementos subjetivos), ii) la
investigación empírica del comportamiento del gasto de los hogares (usando algún
indicador de bienestar, como el coeficiente de Engel para hogares de diferente tamaño
y composición), y iii) los estudios basados en información nutricional.
A continuación se presenta a título de ejemplo dos escalas de equivalencia: una
subjetiva y otra calculada por Vigorito (10) en base a la Encuesta de Gastos e Ingresos
de los hogares de 1994-95.
Escala subjetiva
Primer adulto 1.000
Segunda persona 0.232
Tercera persona 0.159
Cuarta persona 0.126
Quinta persona 0.105
Sexta persona 0.091
(10)
Vigorito Andrea- Rodríguez Silvia. 2003. Economías de escala y bienestar de los
hogares. Nuevas estimaciones de escalas de equivalencia.
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La metodología de líneas de pobreza no presenta grandes dificultades conceptuales
para ampliar el concepto de ingreso corriente total de los hogares a fin de incluir el
acceso efectivo a esos servicios públicos porque al incorporarlos de manera explícita
probablemente disminuiría el coeficiente de Engel (elevando por ende, la línea de
pobreza), junto con aumentar proporcionalmente el ingreso de los hogares.
Veamos un ejemplo simple, de un hogar cuyos ingresos se sitúan a nivel de la línea de
pobreza. Supongamos que su relación de gasto está dada por:
Gasto en alimentos/Gasto en alimentos+Otros gastos privados = 100 / 200 = 0.5
Un aumento de 50 en su gasto total al considerar el consumo de bienes y servicios
públicos no alimentarios se traduciría en:
Gasto en alimentos/Gasto total privado + Bienes públicos = 100 / 250 = 0.4
Si bien es cierto que con esto aumenta el gasto total del hogar y su coeficiente de
gasto en alimentos disminuye a 0.4 situando la línea de pobreza en 250, el valor del
consumo de bienes y servicios públicos también debe computarse como parte de los
ingresos de ese hogar, con lo cual la capacidad de consumo en relación a la línea de
pobreza para ese hogar en particular permanece sin variación.
El problema estriba en la validez del supuesto sobre una relativa estabilidad de la
cuantía y distribución de los bienes públicos, del cual se desprende que los hogares
toman sus decisiones de gasto con arreglo al sistema institucional vigente y que, en
consecuencia, el coeficiente de Engel es adecuado para estimar el costo global del
conjunto de sus necesidades.
Sin embargo, la situación es distinta en el plano empírico ya que las encuestas no
proveen información suficiente sobre el particular. En general no se identifica a los
hogares y personas beneficiadas con transferencias no monetarias fiscales.
Por otra parte, no necesariamente todos los hogares de la población de referencia
reciben estas transferencias.
Por ejemplo, si todos los niños en edad escolar de todos los hogares de la población
de referencia acuden a escuelas públicas, la línea de pobreza computada con el
coeficiente de Orshansky proporciona un valor adecuado para comparar con el ingreso
real de los hogares. No se debe cambiar la estimación de la línea de pobreza ni se
debe imputar ingresos a los hogares por concepto de educación subsidiada.
El problema se presenta cuando el gasto público social está desigualmente distribuido
entre los hogares de la población de referencia. Se daría entonces la misma situación
que la analizada para la vivienda.
Para tomar en cuenta estas circunstancias se debería agregar a los gastos efectivos el
valor equivalente de los subsidios a los hogares. En el caso de la escuela, una cuota
imputada debería ser agregada al gasto real de los hogares con niños que concurren a
escuelas públicas.
Estos comentarios muestran las dificultades y restricciones que tiene el método
indirecto de medición de los componentes de la línea de pobreza cuando el gasto
público es focalizado. Los programas más universales no presentan problemas. La
manera de tomar en cuenta estos factores depende de la disponibilidad de información
y de los arreglos institucionales.
Dado que en los países subdesarrollados se están realizando esfuerzos para focalizar
el gasto público, ello puede conducir a sesgos en la medición de la evolución de la
pobreza si no se considera el impacto de ese gasto.
20
II) Ventajas y limitaciones del método de la línea de pobreza
Ventajas
a) Mide la pobreza en forma relativamente directa.
b) Se apoya en una estimación empírica de requisitos mínimos de consumo y no en
un punto de corte arbitrario.
Limitaciones
a) Se cuestiona la confiabilidad del ingreso como medida debido a los sesgos en el
proceso de recolección de información.
b) El cálculo de la CBA y los supuestos que permiten definir el valor final de la línea
son débiles e imperfectos. El valor de la CBA se calcula en un año y luego la
misma se ajuste por el IPC por un período largo. Ellos supone que los mecanismos
de ajuste son adecuados para la estructura de consumo definida previamente.
Supone también que la estructura de consumo de los hogares pobres no se ha
modificado, ajustando sus preferencias a cambios en los precios relativos de los
bienes de la canasta original.
i) Incidencia de la pobreza
21
A continuación se presentan las series de incidencia de pobreza para Uruguay
construidas utilizando la línea de pobreza del año 2002.
q
BP = (1/n) ∑ [(z-yi) / z]
i=1
22
Foster, Greer y Thorbecke (1984) han desarrollado un índice que incluye una medida
de la intensidad de la pobreza. Este índice (FGT), permite analizar la intensidad de la
pobreza y la contribución de los subgrupos de pobres a la pobreza total. La utilidad de
esta medida es que permite comparar (espacial o temporalmente) distribuciones
(grupos) de pobres y determinar en cual la intensidad de la pobreza es mayor. En el
mismo sentido, es una medida útil para analizar el impacto de políticas que apunten a
mejorar el bienestar de los pobres. El Indice FGT se expresa matemáticamente de la
siguiente forma:
q
P(y,z) = (1/n) ∑ ((z-yi) / z) α
i=1
a) α = 0
q
P(y,z) = (1/n) ∑ ((z-yi) / z) 0 = q/n = H
i=1
b) α = 1
q
P(y,z) = (1/n) ∑ [(z-yi) / z)] 1 = BP
i=1
c) α = 2
23
Finalmente, a efectos de lograr una visión más completa del fenómeno de la pobreza y
realizar análisis comparativos espaciales y temporales, es necesario insistir en la
práctica de presentar un menú de diferentes indicadores teniendo siempre en cuenta,
las limitaciones de cada indicador y los aspectos de la pobreza que cada uno de ellos
focaliza.
24
2. EL METODO DE LAS NECESIDADES BASICAS INSATISFECHAS
Mientras que el método del ingreso/consumo identifica a los hogares pobres como
aquellos sin capacidad para adquirir todos los bienes y servicios necesarios para
satisfacer las necesidades básicas, el método de las Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) se apoya en la identificación de una serie de carencias
consideradas críticas derivadas de la especificación de dimensiones diversas de
bienestar (sanitarias, educativas, de confort). La ausencia en los hogares de ciertos
elementos considerados críticos para niveles mínimos de bienestar, constituye el
criterio demarcatorio para considerar a un hogar como pobre o no. El concepto
construido determina la proporción de hogares o personas cuyas necesidades básicas
se encuentran insatisfechas (NBI) y aquellos, en donde por el contrario, estas se
encuentran satisfechas (NBS).
La utilización de esta metodología permite construir “mapas de pobreza” a partir de
información censal con los datos desagregados geográficamente. De esta manera, se
puede obtener un indicador sintético para áreas pequeñas que permite focalizar las
políticas sociales con una mayor desagregación territorial así como evaluar los
impactos de dichas políticas. Hay que destacar que esta mayor desagregación
geográfica se obtiene a costa de considerar algunas necesidades básicas y dejar de
lado otras. El método del ingreso/consumo implícitamente cubre todas las
necesidades.
Debido a las necesidades que habitualmente este método toma en cuenta, el mismo
permite identificar situaciones de pobreza más estructural que el método del
ingreso/consumo.
Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que ambos enfoques no son alternativos para
medir el mismo fenómeno, sino que miden aspectos parciales de un fenómeno muy
complejo como es la pobreza.
25
d) Deberían presentar correlaciones satisfactorias con la pobreza definida por
ingresos
Sería deseable que la selección de los indicadores para medir las necesidades
básicas se basara en la situación de cada área geográfica en la que el mismo se va a
aplicar. Sin embargo, habitualmente se consideran las siguientes: a) hacinamiento, b)
vivienda inadecuada, c) abastecimiento inadecuado de agua, d) carencia o
inconveniencia de servicios sanitarios para el desecho de excretas; e) inasistencia a
escuelas primarias de los menores en edad escolar, y, f) un indicador indirecto de
capacidad económica. (Feres 2001)
La condición de hacinamiento se mide a partir del número de personas por habitación
(usualmente se considera a las viviendas con más de tres personas por dormitorio), en
tanto que la calidad de la vivienda se determina en función de los materiales de
construcción utilizados en piso, paredes y techo (CEPAL / PNUD, 1989).
La disponibilidad de agua se refiere al abastecimiento permanente de agua de buena
calidad en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de alimentación e
higiene y se mide a partir de dos características, la potabilidad del agua y la forma en
que ésta es suministrada a la vivienda. En el acceso a servicios sanitarios también se
distinguen dos características; por un lado, la disponibilidad de servicio higiénico y, por
otro, el sistema de eliminación de aguas servidas.
La elección de los indicadores vinculados a la vivienda se basa en la hipótesis de que
existe una correlación entre vivienda adecuada e ingreso.
Si bien esta correlación está lejos de ser perfecta, es razonable asumir que los
hogares que viven en una vivienda inadecuada, especialmente cuando se requieren
mínimos muy bajos, y con niños que no reciben educación básica, deben ser
considerados pobres. Existen sin embargo, otras dimensiones significativas, como la
nutrición y el acceso a servicios de salud cuya insatisfacción puede coexistir con una
vivienda adecuada y la concurrencia a la escuela como se establece en los índices de
pobreza basados en el método de las NBI.
Otra razón por la cual la vivienda ha sido seleccionada como una variable básica en la
confección del Indicador (cuatro de las seis variables mencionadas están relacionadas
con la vivienda) tiene que ver con la disponibilidad de información respecto a al misma
que se encuentra en los Censos de Población.
La educación básica constituye un requerimiento mínimo para que las personas
puedan incorporarse adecuadamente a la vida productiva y social, por lo que se la
considera una necesidad básica. Si bien no sólo es importante la asistencia a un
establecimiento de educación, sino también la calidad del mismo, las fuentes de datos
normalmente utilizadas para estos fines sólo brindan información sobre el primer
aspecto.
El indicador de capacidad económica, no mide una necesidad básica propiamente,
sino que intenta reflejar la capacidad de generar ingresos de los hogares. Esta
dimensión trata de medir capacidad y no realidad. La misma se mide combinando el
índice de dependencia (tamaño del hogar/número de perceptores de ingreso del
hogar) y el nivel educativo del jefe de hogar. En muchos países la contribución
marginal de este factor al indicador general ha sido pequeña.
Una vez elegidos los indicadores de necesidades básicas, es necesario establecer los
umbrales de privación que definen la situación de carencias críticas. Para que toda la
población esté en capacidad de superar en algún momento esas carencias, el umbral
elegido debe corresponder a la mínima satisfacción posible de necesidades que sea
compatible con una participación adecuada en la sociedad. La correlación de distintos
26
niveles de satisfacción para cada necesidad con la insuficiencia de ingresos puede
ayudar en la determinación de los umbrales mencionados.
A continuación se presenta, a vía de ejemplo, los umbrales seleccionados en el
estudio realizado en Uruguay a partir del Censo de Población y Vivienda del año 1985.
2. El problema de la agregación
Desde un punto de vista conceptual el principal problema del método de las NBI
consiste en cómo ponderar los diferentes indicadores.
En América Latina el criterio establecido indica que un hogar será clasificado como
pobre si no alcanza el mínimo en por lo menos uno de los indicadores. Este criterio
parece especialmente apropiado si los límites son muy bajos y reflejan situaciones de
extrema privación.
La idea detrás de este enfoque reposa en dos supuestos básicos: por un lado en que
todas las necesidades son igualmente importantes y por otro en que todas ellas son
básicas y críticas para reflejar la pobreza. Esto implica que la imposibilidad de
satisfacer cualquiera de ellas será suficiente para clasificar a un hogar como pobre.
También se podría alternativamente asignar diferente importancia a cada necesidad
considerada o requerir que más de una necesidad debería ser satisfecha.
En síntesis, cuando un hogar presenta carencia en alguna de las dimensiones, éste se
considera con NBI. Por lo tanto, en rigor, este método permite medir el número de
hogares que no ha satisfecho alguna necesidad básica, pero no necesariamente mide
la pobreza. Esto se debe, entre otros factores, a que no existe una forma única y
establecida de relacionar el número de necesidades básicas insatisfechas con la
condición de pobreza, lo que implica que la clasificación final en pobres y no pobres es
arbitraria y depende enteramente del criterio del investigador (Feres 2001)
3. Fuentes de información
Una vez que se produce el mapa de pobreza sobre la base de un censo de población,
se puede estimar la evolución de algunas variables que también se relevan en
encuestas de hogares. Si bien los datos de las encuestas no son estrictamente
27
comparables con los utilizados en la confección de los mapas de pobreza (las
encuestas generalmente relevan datos de población urbana), pueden resultar de
utilidad para monitorear la evolución de algunas variables en el período intercensal.
Ventajas
3) Este método permite estudiar la evolución temporal de cada una de las necesidades
básicas insatisfechas por separado y, con un poco de cautela, evaluar la efectividad de
ciertas políticas destinadas a satisfacer necesidades básicas.
Limitaciones
28
Si bien las variables seleccionadas pueden haber mostrado en el momento de
construcción del indicador una alta correlación con las otras carencias y con pobreza
definida por ingresos, esta situación puede modificarse en el tiempo.
Ello se debe, por una parte, a que el método no capta adecuadamente situaciones que
se pueden caracterizar como de pobreza reciente, en las que los hogares siguen
satisfaciendo sus necesidades aunque sus recursos hayan disminuido drásticamente.
Por ejemplo, se menciona el caso de América Latina durante los años ochenta, donde
la pobreza medida por NBI no muestra un empeoramiento de las condiciones de vida,
a pesar de la notable caída experimentada en el nivel de empleo y de los salarios.
4) Finalmente, existe un riesgo que no es propio del indicador pero surge de comparar
la evolución de los hogares con NBI entre un punto y otro en el tiempo como
variaciones en la cantidad de hogares pobres, y atribuir dichas variaciones a
programas específicos de ataque a la pobreza.
Por ello es necesario tener en cuenta que parte de las variaciones en algunos
indicadores, por ejemplo hacinamiento y capacidad de subsistencia, pueden deberse a
cambios en la fecundidad o a variaciones en el empleo y no a programas específicos
de vivienda y educación. Por otra parte, como el índice carece de información directa
sobre ingresos, no permite captar hogares cuya movilidad descendente reciente (por
ingresos) los colocaría en situación de pobreza, pero no afectaría en forma inmediata
otros aspectos haciendo que su clasificación continúe siendo como Hogares con
Necesidades Básicas Satisfechas.
Cabe agregar, que muchos de estos indicadores se ven afectados por inversiones
pasadas con efecto retardado y persistente, aún cuándo el bienestar de los pobres y
de la población en general se vea afectado negativamente por otras fuerzas.
En conclusión, el método de las NBI es particularmente pertinente para ofrecer una
caracterización de la situación en la que viven los hogares carenciados, lo cual es muy
útil en el diseño e implementación de políticas focalizadas que apunten a aliviar
determinadas necesidades básicas. Mediante el uso de información censal es posible
registrar con alto grado de detalle la evolución de algunas necesidades básicas
insatisfechas. Esto, a su vez, se traduce en la posibilidad de construir “Mapas de
(11)
Por ejemplo, en el Uruguay se realizaron estimaciones basadas en los datos del Censo de
Población y Vivienda del año 1996 que incluyeron como necesidad básica la tenencia de
calefacción en los hogares, lo que elevó sustantivamente el número de aquellos clasificados
como teniendo NBI.
29
Pobreza” que permitan identificar geográficamente esas carencias y optimizar el gasto
social destinado a aliviarlas. En tal sentido, “los mapas de carencias críticas
constituyen la utilización más ambiciosa y de mayor éxito de la información censal con
fines de programación social” (Kaztman, 1996). Sin embargo, al mismo tiempo y por
las razones mencionadas este método presenta serias limitaciones como alternativa
para la medición de la pobreza. Por lo tanto, parece más adecuado circunscribir sus
alcances al aprovechamiento de sus ventajas específicas, lo que incluye la utilización
de sus resultados como un complemento importante de la visión del fenómeno de la
pobreza que proporcionan otros métodos de medición, más consistentes conceptual y
estadísticamente, como es el caso del ya aludido método de líneas de pobreza. (Feres
2001)
30
3. EL APORTE DE KATZMAN: LA HETEROGENEIDAD DE LA POBREZA
NBS NBI
Hogares por encima de la línea de pobreza Hogares en Pobreza inercial
condiciones de
integración social
Hogares por debajo de la línea de pobreza Pobreza Reciente Pobreza Crónica
31
presentan situaciones de insuficiencia de ingresos.
Pobreza Inercial: Dichos hogares presentan la configuración opuesta a los de pobreza
reciente. Sus ingresos son suficientes, pero una o más de las carencias consideradas
críticas persisten.
Esta tipología permite, en primer lugar, discriminar la evolución de la pobreza de
acuerdo a tipos antes que a niveles lo que facilita inferencias relativas a las fuentes de
mejora o deterioro en el comportamiento de los indicadores.
Además, al permitir diferenciar entre tipos de pobreza, incrementa la información
necesaria para la formulación de políticas de combate a la pobreza.
Considérese países con bajos niveles de desarrollo general que asisten a un boom
económico que se traduce en mejoras claras de empleo y salarios. Muchos hogares se
beneficiarán de estas tendencias e incrementarán sus ingresos más allá de los
umbrales básicos. Sin embargo, dado que estos países carecen de obras de
infraestructura, no han expandido sus servicios de salud y educación en forma
adecuada, y poseen déficits habitacionales, estos mismos hogares no serán capaces
de superar muchas de las carencias críticas. Las políticas públicas deberán orientarse
en estos casos a créditos en vivienda, cobertura educativa e inversión en
infraestructura antes que a políticas de empleo e ingresos.
Supóngase el caso de países de mediano a alto desarrollo social que sufren períodos
recesivos. En períodos cortos, muy posiblemente, ello no se traduzca en incremento
de carencias críticas tal como se definen a partir del índice de necesidades básicas.
Sin embargo la capacidad adquisitiva de estos hogares se encontrará por debajo de
los umbrales mínimos de consumo necesario. Políticas de subsidio alimenticio, de
complemento de ingresos o programas de empleo, constituyen en este caso las
medidas más adecuadas de combate a la pobreza. Finalmente los hogares pobres
crónicos requieren de programas sociales integrales que permitan mejorar condiciones
de vivienda, sanitarias y educativas así como incrementar sus niveles de ingreso.
32
4. EL INDICE DE DESARROLLO HUMANO
33
importancia de adquirir altos niveles de capacitación y así diferenciar los países con
mayor potencial desde el punto de vista educativo. Finalmente, en 1995 la escolaridad
promedio se sustituyó por la tasa bruta de matriculación combinada primaria,
secundaria y terciaria.
El tercer componente, el nivel de vida, es el más difícil de medir. Se opta entonces por
utilizar el ingreso per cápita. Sin embargo, dadas las distorsiones que esta variable
presenta en los distintos países debido a factores tales como los tipos de cambio,
aranceles e impuestos, entre otros, se realiza un ajuste por el poder adquisitivo del
ingreso logrando de esta forma una mejor aproximación al poder relativo de comprar
artículos.
El primer paso consiste en calcular para cada país el valor de cada uno de los tres
componentes de la siguiente forma:
Esperanza de vida: se define como el número de años que viviría un recién nacido si
las pautas de mortalidad en el momento de su nacimiento siguieran siendo las mismas
a lo largo de toda su vida.
Logro educacional: Es un indicador que combina dos variables. Por un lado la tasa de
alfabetismo adulto, que el Informe de Desarrollo Humano la define como el porcentaje
de personas de 15 años o más que pueden leer y escribir y por otro la tasa bruta de
matriculación combinada primaria, secundaria y terciaria.
Las dos variables, alfabetismo adulto (a1) y tasa de matriculación (a2) se combinan
atribuyendo una ponderación de dos tercios a la primera y un tercio a la segunda, de
forma que:
Nivel de vida La medición del nivel de vida se realiza por medio del ingreso per capita,
previamente modificado en dos aspectos: a) se plantea en términos de un mismo
poder adquisitivo, utilizando factores PPA (Paridad de Poder Adquisitivo); b) se aplica
la función logaritmo, para dar cuenta de los retornos decrecientes al ingreso. Por
ejemplo, no tiene el mismo efecto sobre el bienestar de la población un incremento de
ingreso per capita de U$S 500 en Bolivia que en Suecia.
Una vez calculados los valores de los componentes del IDH para cada país, se sigue
adelante con el resto de los pasos.
El segundo paso consiste en la determinación de un valor máximo y uno mínimo para
cada una de las variables. Hasta el año 1993, el menor valor de cada dimensión
quedaba establecido en el del país peor clasificado, y el máximo era aquel
correspondiente al del país mejor clasificado. En el año 1994 se cambió la forma de
cálculo. Se fijaron valores “normativos” que no van a ser modificados año a año. El
mínimo es aquel que ha sido históricamente observado como más bajo en los últimos
30 años. Por su parte, el máximo es el límite que se prevé en los próximos 30 años.
Los máximos y mínimos para cada variable quedaron fijados como sigue:
34
Mínimo Máximo
Esperanza de vida (años) 25 85
Alfabetismo adulto (%) 0 100
Matriculación combinada primaria, 0 100
secundaria y terciaria
Ingreso (PBI per capita en PPA) 100 40.000
35
Índice del PIB = log (8.407) – log (100)/ log (40.000) – log (100) = 0,740
IDH = 1/3 (índice de esperanza de vida) + 1/3 (índice de educación) + 1/3 (índice del
PIB) = 1/3 (0,773) + 1/3 (0,812) + 1/3 (0,740) = 0,775
Ventajas
1) La construcción del IDH constituye un importante esfuerzo por parte de los
organismos internacionales en lograr información comparable para 177 países a fin de
resumir en un solo índice el grado de avance de desarrollo alcanzado por los mismos.
2) El IDH permite la comparabilidad de países en materia de desarrollo socio-
económico, yendo más allá de las medidas simples de PIB per cápita. Al agregar
medidas directas de desarrollo social, el IDH, arroja una cifra que se corresponde
mejor, con la noción de desarrollo socio -económico que si se considerara solamente
el PIB.
3) Su metodología está siendo permanentemente revisada incorporándose distintas
formas de medición de los mismos fenómenos o agregándose otras mediciones.
4) Una ventaja del IDH (12) es la facilidad con la que puede desagregarse por regiones
geográficas o modificarse para captar desigualdades distributivas de diversos tipos. Un
ejemplo de ello es el Indice de Desarrollo de Género (IDG), que abarca las mismas
dimensiones del IDH, pero ponderadas de acuerdo a la disparidad de logros entre
hombres y mujeres. Adicionalmente figura el Indice de Potenciación de Género
(IPG), creado para medir la desigualdad en participación política y económica entre
géneros. Algunos Informes han presentado cálculos del IDH corregido por inequidades
en la distribución de recursos, en los que se pondera el ingreso de acuerdo al
coeficiente de Gini de cada país. El Indice de Libertad Humana, calculado
únicamente entre 1991 y 1993, constituye una forma más compleja de enriquecer la
información del IDH, tomando en cuenta la situación de los derechos y libertades en
cada país.
Una extensión más reciente al IDH es el Indice de Pobreza Humana (IPH),
introducido en 1997 para medir específicamente la pobreza. En el IPH, la longevidad
se representa por el porcentaje de personas que no sobrevivirá hasta los 40 años, y la
falta de conocimientos se mide como el porcentaje de adultos analfabetos. El indicador
de nivel de vida es el promedio simple entre el porcentaje de personas sin acceso a
agua potable, el porcentaje sin acceso a servicios de salud y el porcentaje de niños
(12)
Feres J.C – Mancero X. Enfoques para la medición de la pobreza. Breve revisión de la
literatura
36
menores de cinco años con peso insuficiente. Dado el sesgo de este índice hacia los
países en desarrollo, en 1998 se le dio el nombre de IPH-1 y se creó además un IPH-
2, aplicado a los países industrializados. Entre otras características, el IPH-2 toma en
cuenta la exclusión –medida por la tasa de desempleo– y utiliza el porcentaje de
personas que viven bajo la línea de pobreza (relativa) como indicador del nivel de vida.
En resumen, el IDH cuenta entre sus ventajas su multimensionalidad ya que toma en
cuenta aspectos cruciales del desarrollo humano como la longevidad y la educación.
Por otra parte, provee información más completa y útil para las políticas públicas ya
que capta mejor aspectos de distribución del ingreso por lo que puede ser considerado
más consistente y amplio que las medidas utilizadas previamente de Ingreso per
capita.
Limitaciones
1) Una crítica habitual se refiere al hecho de que el IDH refleja valores promedios
ocultando las disparidades internas que se verifican en los distintos países. En
respuesta a esta crítica, se generaron los correctivos distributivos que permiten
ajustar el IDH por niveles de desigualdad general y diferenciales de ingreso por
género.
2) Muchos critican la inclusión del PIB per cápita ya que ello significa legitimar una
variable estrictamente económica para medir un fenómeno de "desarrollo humano".
Sin embargo, hay que reconocer que el ajuste que se realiza al ingreso diluye en
buena medida la importancia de esta variable. En este sentido, resulta un buen
ejercicio restar la posición relativa del país en IDH menos su posición relativa si sólo
se lo clasificara por PIB per cápita. De esta manera un país posicionado en el lugar 35
por IDH pero 53 por PIB per cápita presenta un desarrollo social por encima de su
desarrollo económico.
Por ejemplo, en el Informe publicado en el año 2008 Uruguay ocupaba el lugar 46 en
el ranking del IDH, en cambio si se lo hubiera clasificado solamente en base al PBN
per cápita hubiera ocupado el lugar 62. Dentro de los países clasificados como de alto
IDH se da una situación de este tipo entre otros en Australia, Japón, España y Nueva
Zelandia, Polonia, Chile, Costa Rica y Argentina. Por su parte la situación inversa, es
decir de menor posición según la clasificación del IDH que de acuerdo al PBN, se
encuentra Estados Unidos, Luxemburgo, Hong Kong, Brunei, Qatar y Emiratos Arabes
Unidos entre otros.
3) Los dos primeros componentes del IDH (la esperanza de vida y el logro
educacional) son variables de stock. Si las mismas han alcanzado valores altos en el
pasado, requiere un lapso relativamente prolongado que el declive socio económico
tenga efectos negativos. En este sentido, se puede decir que se están tomando en
cuenta los esfuerzos en educación y salud por un largo período de tiempo en el
pasado, no las inversiones recientes en capital humano.
4) Finalmente, algunos autores cuestionan el hecho de que los tres componentes del
índice tengan la misma ponderación. Se podría dar el caso de que un incremento en el
PIB compense una caída en la matriculación, por ejemplo.
Estas críticas deben ser matizadas por una cuota de realismo. Pedirle más al IDH
resulta muy difícil dada la existencia de fuentes de información muy limitadas para la
totalidad de los países en la mayoría de los indicadores que podrían mejorar el índice.
Lo que conviene destacar es que el IDH tiende a favorecer países que crecen
económicamente -aún si ello no implica mejoras distributivas sustantivas- y a aquellos
que han logrado avances en las áreas blandas del desarrollo social, en modalidad
promedial y agregada.
37
III. INDICADORES DE DISTRIBUCION DEL INGRESO
Una de las medidas comúnmente utilizadas para evaluar “desarrollo” sin diferenciar
muy claramente si el mismo es de índole económica o social ha sido el de PBI per
cápita. Se argumenta en este sentido, que incrementos en dicho indicador se traducen
en mejoras en el bienestar general de la población, incluyendo en este a los sectores
pobres. Ello es sin duda cierto, siempre y cuando la distribución del ingreso no se
modifique.
Importa detenerse en los indicadores que procuran evaluar el desarrollo social de las
naciones desde la dimensión distributiva o de la desigualdad. Estas medidas ayudan a
entender quién gana y quién pierde, al menos en términos relativos en procesos de
transformación económicos y sociales, permitiendo adquirir una visión del desarrollo
social que no se detiene solamente en la medición y monitoreo de la magnitud y
bienestar "absoluto" de los sectores más pobres.
Una forma simple de abordar este tema es la estrategia que observa la participación
del ingreso de la población dividida en deciles (10%), quintiles (20%) o cuartiles (25%).
Por ejemplo, esos cuartiles de población se apropian de una proporción determinada
del ingreso nacional (esto se logra simplemente dividiendo el ingreso del 25% más rico
sobre el ingreso total y así sucesivamente con los restantes cuartiles).
Una estructura del siguiente tipo: 19%, 22%, 24% y 35%-para los respectivos cuartiles
de más pobre a más rico- es un buen ejemplo de una sociedad igualitaria. Por su
parte, una estructura del siguiente tipo; 5%, 10%, 15%, 70%, representaría el polo
opuesto, una sociedad altamente desigual.
Esta medida permite ver en el tiempo que sucede con la distribución del ingreso
nacional. Si trabajamos con deciles (intervalos del 10% de la población), ello nos
permite concentrarnos en forma más detallada en sectores deprimidos de la población
y su estructura interna de desigualdad (i.e. comparar la participación en el ingreso
nacional de los tres deciles más pobres y su evolución).
Hay que tomar en cuenta que estas medidas pueden ser elaboradas tanto para los
hogares como para las personas, por ejemplo, considerando el 20% de los hogares
más pobres o el 20% de las personas más pobres.
Una importante aclaración es que esta medida debe usarse con cautela si se pretende
que la misma de cuenta del fenómeno de la pobreza. En puridad esta medida permite
percibir formas de pobreza relativa y su evolución -en comparación a sectores no
pobres, no pobreza absoluta. El 25% más pobre de la población puede ver disminuida
su participación en el ingreso nacional de 10% a 8%, pero si el ingreso nacional se
duplicó en el mismo periodo, ese mismo 25% más pobre se encuentra en términos de
bienestar absoluto mejor, no peor.
38
1. CURVA DE CONCENTRACIÓN DE LORENZ
Supóngase que el ingreso se encuentra distribuido en forma equitativa entre la
población, de tal forma que a cada uno le corresponde una fracción proporcional del
total del mismo.
En este caso, en una población de 100 miembros, cada uno percibirá el 1% del total. O
sea que, en una distribución equitativa, un porcentaje cualquiera de la población recibe
ese mismo porcentaje de ingreso.
En un gráfico donde se tiene en el eje horizontal el porcentaje acumulado de personas
u hogares y en el eje vertical el porcentaje acumulado del ingreso, la equidistribución
puede representarse como una línea de 45º que pasa por el origen. Así por ejemplo, el
20% de las personas u hogares recibiría el 20% del ingreso.
Si existiera desigualdad perfecta, o sea, si un hogar o persona poseyera todo el
ingreso, la curva coincidiría con el eje horizontal En general la curva se encuentra en
una situación intermedia entre estos dos extremos.
Por lo tanto, la diagonal de la equidistribución sirve de base de comparación para una
forma de distribución del ingreso menos equitativa que se puede representar en el
mismo gráfico con una línea que se alejará más de la diagonal cuanto mayor sea la
concentración.
En el gráfico siguiente se presenta con una línea punteada una situación de ese tipo.
Curva de Lorenz
100%
90%
80%
70%
Porcentaje de ingresos
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Porcentaje de personas
39
correspondientes porcentajes acumulados de ingreso queda configurada la llamada
curva de Lorenz.
A continuación se presenta a título de ejemplo los datos originales que dieron origen a
la curva presentada más arriba.
%
% de % de acumulado
personas ingreso de ingreso
Cada par de porcentajes acumulados, como por ejemplo 20% para la población y 3.6%
para los ingresos, puede ubicarse como un punto en el gráfico. Este punto indica que
el 20% más pobre de la población percibe el 3.6% del ingreso mientras que el 20%
más rico percibe el 53.1%.
La distancia entre la curva de Lorenz y la diagonal de equidistribución es indicativa del
grado de concentración del ingreso. Cuánto más alejada de la diagonal se encuentre
la curva, mayor será la concentración.
Una curva de Lorenz que se encuentre por debajo de otra para todos los porcentajes
de población (excepto por supuesto 0 y 100), indica indudablemente una mayor
concentración. Sin embargo, cuando dos curvas de Lorenz se cortan, no puede
establecerse claramente en cuál caso es mayor la concentración y por lo tanto, no
será posible establecer comparaciones en base a dos curvas de Lorenz.
40
Z= X + W = 0.5 por lo tanto,
X = 0.5 - W de donde
Indice de Gini = G = X/Z = (0.5 – W) / 0.5 = 1- 2W
Si se divide el área W en trapecios, se tiene que la base de cada uno de ellos es la
diferencia entre el porcentaje acumulado de población (pi y pi+1) y la altura corresponde
al porcentaje de ingreso acumulado por el pi por ciento de la población.
De tal forma que:
W= ∑ (yi –1 + yi) (pi – p i –1) /2
Por lo tanto el Indice de Gini es:
G = 1 - ∑ (yi –1 + yi ) (pi – p i –1)
Esta forma de cálculo es más precisa cuanto mayor sea el número de grupos. En
caso de paridad de áreas de concentración es necesario recurrir a un procedimiento
más sofisticado que describa punto por punto la curva de concentración.
A continuación se presenta el cálculo del Indice de Gini utilizando los datos
presentados al construir la curva de Lorenz anterior.
% de % de % acumulado
personas ingreso de ingreso Yi-1+yi pi-pi-1 (Yi-1+yi)*(pi-pi-1)
G = 1 – 0.526 = 0.474
Como puede apreciarse, aunque el índice de Gini es una medida asociada a la curva
de Lorenz, no debe confundirse con ésta. Al arrojar resultados numéricos, el índice
permite comparar dos o más situaciones de distribución, lo que no sucede con las
curvas de Lorenz cuando se cruzan entre sí.
El Indice de Gini presenta entonces la gran ventaja de permitir la comparabilidad entre
distintos países o regiones del mismo país. Por otra parte, los datos necesarios para
su cálculo provienen generalmente de Encuestas de Hogares que se relevan
periódicamente.
Las críticas que ha recibido este indicador se basan en que el mismo otorga
demasiado peso a los sectores medios y por lo tanto su sensibilidad ante cambios en
la distribución en el corto plazo es relativa.
41
A continuación se presentan algunos datos de distribución del ingreso y su evolución
para Uruguay:
42
Bibliografía
43
Vigorito Andrea.- Una estimación de escalas de equivalencia con datos de la Encuesta
de Gastos e Ingresos de los Hogares 1994/1995
Vigorito Andrea- Rodríguez Silvia. 2003. Economías de escala y bienestar de los
hogares. Nuevas estimaciones de escalas de equivalencia.
44
INDICADORES DE CALIDAD DE VIDA
1. INDICADORES DE SALUD
2. INDICADORES DE EDUCACION
3. INDICADORES DE VIVIENDA
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