Casuistica - Sesion 4
Casuistica - Sesion 4
Casuistica - Sesion 4
PARA EL ACCESO AL
CARGO DE DIRECTOR
DE UGEL
SESIÓN 04
TEXTO 1
En el año 1821, el relativamente joven intelectual Arthur Schopenhauer regresa a su patria,
Alemania, tras una estancia de diez meses en tierras italianas, y se dispone a intentar una carrera
docente como profesor universitario. Anteriormente, a sus treinta años, había publicado ya, entre otros
trabajos, una obra de honda densidad filosófica que era una concepción sistemática, en prosa
meridiana, de toda la filosofía. Pero su gran libro El mundo como voluntad y representación apenas
había logrado eco entre los lectores. Y en los círculos especializados del mundo intelectual y
universitario no había cosechado más que silencio: ni reseñas, ni críticas, ni comentarios.
Después de ponderar diversas opciones para sus proyectadas tareas académicas, se había
decidido por la Universidad de Berlín. Venía cargado de talento, pero vacío de éxito o de reconocimiento
a su labor. En esa misma universidad, en el apogeo de su gloria, el profesor Georg Wilhelm Friedrich
Hegel exponía sus famosas lecciones sobre la Idea de lo Absoluto, sobre el Desarrollo del Espíritu
Universal. Schopenhauer siempre consideró la filosofía de Hegel poco más que pura palabrería sin
sentido. Lo llamaba «charlatán de estrechas miras».
Para sus clases, el nuevo docente –la modestia nunca fue una de sus virtudes– escogió
ostentosamente un aula frente a la de Hegel, haciendo que coincidieran los horarios de sus clases. Un
error de cálculo, seguido de fracaso. Los oyentes seguían llenando el aula del eminente profesor Hegel,
prestigiosa figura en el mundo universitario alemán, dejando casi vacía el aula de Schopenhauer. Pero
al margen de esto que es anecdótico y, en la perspectiva del tiempo, irrelevante, lo que aquí nos interesa
destacar es que ambos docentes, entre otras materias que exponían en sus lecciones, se interesaban
por aparentemente lo mismo: la dialéctica. Sin embargo, los significados que daban a este término eran
muy diferentes, como si hablasen de dos temas completamente distintos. Para Schopenhauer, en su
mirada dirigida al mundo de lo cotidiano, la dialéctica era una técnica para tener razón en las disputas,
para persuadir y convencer a un interlocutor, un arte para oponer, gracias a silogismos artificiosamente
dispuestos, el adversario a sí mismo y así obligarlo o bien a decir lo que uno quiere que diga, con lo
cual nos da la razón, o a callarse. Un instrumento al servicio de la arrogancia y vanidad humanas. Para
Hegel, elevándose a planos filosóficos más altos, la dialéctica ha de entenderse como una estructura
no solo del pensamiento sino de la realidad misma, y refleja el desarrollo y despliegue del espíritu. Eran
dos concepciones que no tenían nada en común, aunque válidas en sus respectivas esferas. En 1831,
la naturaleza –con su mano implacable y silenciosa– puso punto final a las actividades docentes de los
dos filósofos en la forma de una epidemia que ese año asoló Berlín. Hegel, el gran maestro en el cenit
de su gloria, sucumbió al cólera. La muerte selló sus labios para siempre, pero sus concepciones de la
dialéctica no se perderían en el Olimpo del mundo intelectual. Su filosofía siguió resonando con
despliegues y turbulencias en el mundo político y social, hasta en direcciones a veces opuestas (derecha
e izquierda hegelianas), y su eco todavía llega hasta nuestros días.
Por su parte, Schopenhauer decidió abandonar precipitadamente el Berlín plagado por la
epidemia y trasladar su residencia a Francfort. En su maleta llevaría el manuscrito del pequeño tratado,
donde había ido anotando, en sus años de docencia en Berlín, una serie de estratagemas dialécticas
para tener razón en las discusiones. Esta obra, ya casi en fase final, quedó así interrumpida. La gloria,
tan deseada por él y que hasta entonces no había conseguido, vendría más tarde a iluminar, con el
esplendor dorado de un atardecer, sus años otoñales en el retiro de Francfort.
1. En el texto la palabra MERIDIANA connota
4. Con relación al público estudiantil alemán del tiempo de estos dos notables filósofos, es posible inferir
que:
A) desconfiaba de la idea de progreso que la modernidad y la ilustración habían sugerido.
B) se mostró muy hostil ante la obra El mundo como voluntad y representación de Schopenhauer.
C) prefería planos filosóficos más elevados antes que reflexionar sobre la cotidianidad.
D) usó la dialéctica hegeliana para destruir los sesudos argumentos de Schopenhauer.
E) seguían a Hegel por su gran capacidad oratoria y su uso de recursos retóricos
6. Si El mundo como voluntad y representación hubiese suscitado, desde el principio, una admiración
ecuménica,
A. Schopenhauer no habría sido derrotado tan contundentemente por Hegel en su búsqueda de
audiencia.
B. el gran Hegel habría abandonado su sistema filosófico sobre el desarrollo de la Idea absoluta.
C. Hegel habría previsto la epidemia de cólera, y habría evitado la muerte por el mal del cólera.
D. su concepción de la dialéctica habría sido defendida por los hegelianos de izquierda y de derecha.
E. Schopenhauer habría sentido una profunda y verdadera admiración por el sistema de Hegel.
7. Se colige que el autor del texto
A) propugna que las estratagemas de Schopenhauer son inconducentes.
B) admira la filosofía de Hegel y desprecia la obra de Arthur Schopenhauer.
C) está en contra del pugnaz juicio de Schopenhauer sobre Georg W. Hegel.
D) considera que la historia de la filosofía carece de profundidad y seriedad.
E) desprecia radicalmente los productos del Olimpo del mundo intelectual.
TEXTO 2
En La educación, su filosofía, su psicología y su método, Reynaldo Suárez Díaz,
prestigioso educador mexicano, clasifica a los profesores en cuatro tipos: el dictador,
aquel cuyo objetivo primordial es conservar la autoridad dentro del grupo con el fin de
evitar el desorden y la pérdida de tiempo valioso; el profesor madre, aquel que sacrifica
los objetivos académicos para que sus alumnos estén contentos; el doctor, aquel que se
preocupa porque sus clases sean ordenadas y ricas en contenido, pero carentes de
corazón, por lo que son indiferentes a los sentimientos de sus alumnos; y el educador. En
un análisis fulminante, descarta los tres primeros y destaca al último, al educador.
Lo aprecia, pues es académicamente exigente y humanamente comprensivo. No
teme el diálogo ni la libre discusión, pues tiene suficiente claridad conceptual y sustento
racional. No confunde orden con uniformidad, ni autoridad con autoritarismo. No teme
reconocer sus limitaciones y eventuales errores, ya que su actividad no está centrada en
A) todo docente debe tener sustento teórico para impedir los debates.
B) el profesor madre confunde el orden con el deseo de uniformidad.
C) el docente debe mantener una distancia para con sus alumnos.
D) la educación debe priorizar el aspecto formativo de los alumnos.
E) la búsqueda de la autoridad es tan nefasta como el autoritarismo.
TEXTO 3
19. Del texto se puede inferir que el “lector nuevo” es alguien que
A. Supera la comprensión lectora del lector tradicional.
B. Tiene la misma competencia que el lector tradicional.
C. Fomenta la lectura obligatoria de los libros clásicos.
D. Está muy relacionado con la cultura de la oralidad.
E. Se embelesa por los nuevos productos de la tecnología.
TEXTO 4
23. Sobre la base de las investigaciones en el campo de los colores, se puede inferir
que
24. A partir del estudio aludido en el último párrafo se puede concluir que la evidencia
TEXTO 5
30. En virtud de las ideas del texto, un hombre puede dejar de ser solidario
A. Debido a su naturaleza mutidimensional.
B. Por la presión de una cultura individualista.
C. Con el fin de plasmar su vocación por lo humano.
D. Gracias a una reflexión sobre su propia condición.
E. Con el fin de concretar su compleja naturaleza.
TEXTO 6
36. Si las áreas lingüísticas del cerebro hubiesen surgido hace 150 mil años,
A. La teoría de Giacomo Rizzolati tendría más asidero.
40. Si se demostrara que en todas las culturas prístinas humanas se prohíbe hablar
a los infantes,
A. Los comentarios de Tattersal se verían beneficiados.
B. Ello indicaría que la laringe no existe en los chimpancés.
C. La explicación de Fitch podría objetarse razonablemente.
D. El lenguaje perdería todo su enorme valor adaptativo.
E. El origen del lenguaje sería un misterio insondable.