Harenes Masculinos y Femeninos

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Harenes masculinos y femeninos

¿Cuántos hombres a lo largo de la historia no han soñado con tener


un harén a su disposición? Una pregunta difícil si se trata de mujeres
porque nunca en la historia nos han hablado de los harenes
masculinos.

¿Qué es un harén?

Si seguimos a la Real Academia de la Lengua nos define así la palabra


harén:

“Departamento de las casas de los musulmanes en que viven las m


ujeres. Entre los musulmanes, conjunto de todas las mujeres que
viven bajo la dependencia de un jefe de familia”.

La palabra harén proviene de las palabras árabes de raíz “h-r-


m”, que significa términos como prohibido, sagrado o tabú y viene a
decirnos que es un recinto sagrado. Su origen nos lo señala como
un espacio diferenciado de la vivienda.
La idea que tenemos es la clásica imagen del harén musulmán. Pero
como veremos posteriormente, hay otras concepciones de harenes
que se distinguen según de la cultura que estemos hablando. No
tienen nada que ver los harenes de culturas como la persa, egipcia,
como la que se desarrolla en el mundo hindú con la zenana.

Las raíces del harén tienen su base en la práctica de la poligamia. Si


seguimos la historia antigua, vemos como la poligamia era una
práctica habitual. En el Antiguo Testamento vemos como Abraham
tiene dos esposas y comprobamos como muchos reyes de Israel
practicaban la poligamia.

En la religión musulmana en su libro sagrado el Corán permite


claramente la poligamia y dice “Podéis desposar a dos, tres o cuatro
mujeres que os gusten… pero si teméis no poder ser equitativos,
entonces desposar solo a una”.

Las tres grandes religiones monoteístas permitieron la poligamia. En


el mundo cristiano a raíz del Concilio de Trento en 1563, la poligamia
es condenada y repudiada.

¿Existen harenes masculinos?


Podemos afirmar claramente que sí, pero la historia de estos
harenes ha sido continuamente ocultada, porque en una sociedad
en que el patriarcado es el modelo social único, no puede
entenderse que un hombre pueda servir a una mujer.

Hay dos tipos de harenes masculinos:

El primero, los harenes masculinos al servicio de la mujer. A lo largo


de varios años he ido publicando una serie de artículos bajo el título
de Mujeres en la Historia y actualmente llevo publicadas 72 mujeres.
Entre ellas, hay tres historias de mujeres que poseen harenes
masculinos. Veamos

La emperatriz china Wu Chao (625-702) que gobernó con mano de


hierro un país tan inmenso como China y que consiguió su
estabilidad política y social. Respecto a la emperatriz Wu Chao hay
dos aspectos que llaman tremendamente la atención, el primero es
que impuso la práctica del cunnilingus. Cuando recibía a
embajadores extranjeros u otros personajes les hacia lavarse bien
las manos y la boca y a continuación le tenían que practicar el
cunnilinguis.

El segundo aspecto que es muy llamativo es, que teniendo ya


sesenta años constituyó una especie de harén masculino que le
llamó “el instituto de la grulla”, compuesto por unos cincuenta
hombres jóvenes, para que la atendieran en todas sus necesidades
sexuales.

La gran líder bereber Kahina de Mauritania (637-702) pertenecía a la


tribu de los zenatas, era de religión judía y era sacerdotisa. Fue la
encargada por su tribu para hacer frente a la expansión del mundo
musulmán en el norte de África.
Kahina de Mauritania disponía de un harén masculino de unos
cuatrocientos hombres para que la atendieran en sus necesidades
sexuales.

Otro caso es el de la reina Nzinga de Ndongo (Angola) nace en el año


1582 y muere en 1663. Fue una mujer que luchó por lograr la
independencia de su pueblo ante el colonialismo portugués. Es
conocido que tenía a su disposición un amplio harén de hombres
para que la atendieran.

En segundo lugar, se sabe de la existencia de otro tipo de harenes


que eran complementarios a los de las mujeres y que estaban
compuestos por hombres homosexuales. El más conocido es el del
emperador Jahangir de la India (1569-1627) que tenía un harén
femenino y otro con unos mil hombres jóvenes.

De estos harenes masculinos se saben poco pues todo ha sido


destruido, ya que la homosexualidad ha sido perseguida a partir del
dominio del cristianismo y los documentos que los ilustraban han
desaparecido. Este es uno de los aspectos más negativos de la labor
cultural de la iglesia, que sólo nos permite conocer aquello que ellos
desean.

El harén en China

El harén imperial está en una zona separada de los hombres y


recibía el nombre de hou gong. Los harenes chinos significan
riqueza y esto solo era posible en las clases adineradas, nunca en las
clases pobre. El más famoso era el de la Ciudad prohibida de Pekín.

Debemos saber que la prohibición de la tenencia de harenes tardó


mucho en quitarse en China y así en Hong Kong estuvo vigente la
posibilidad de tener harenes hasta el año 1971 en que se prohibió.

El harén del emperador chino estaba situado en la Ciudad Prohibida.


Estaba totalmente amurallado y se combinaban patios junto a largos
pasillos, todo ello lleno de una abundante y bella vegetación. El lujo
estaba presente en todas las partes.

La principal figura del harén era la emperatriz, que disponía de su


propio palacio y su función era conseguir una buena administración
del harén, de la que era la máxima responsable. Después se
encontraban las favoritas y el resto de concubinas que disponían de
lujosas habitaciones, con muebles bien tallados y elegantes, telas de
seda para su vestimenta. A todo ello hay que unir la existencia de
abundantes joyas.

El harén se regía por un estricto y riguroso reglamento. Cada una de


las mujeres que formaban parte del harén tenía un rango, y en él,
podemos comprobar que había una jerarquía de hasta ocho niveles.
En cada nivel estaba reglado que objetos podían disponer en sus
habitaciones, la calidad de las telas de sus vestidos e incluso se
incluía la dieta de cada una de las mujeres.

Podemos pensar que un harén era un lugar idílico de una paz


continua, nada más alejado de la realidad, pues la vida en él era muy
complicada, ya que había grandes rivalidades y competían entre
ellas con la finalidad de ascender dentro de la escala jerárquica de
las favoritas del emperador. Las intrigas, conspiraciones, asesinatos
y muertes raras entre las mujeres del harén eran muy frecuentes,
así como la de sus hijos.

Había una tradición en el harén imperial chino, y era que cuando el


emperador moría, todas las mujeres que formaban parte del mismo
eran rapadas y se les conducía a un convento budista donde
permanecerían de por vida hasta su muerte.

Anteriormente hemos hablado de la emperatriz Wu Chao y


podemos ver como era su vida en el harén. Tenía catorce años y era
una mujer muy bella. Su padre decidió venderla al emperador Tai
Tsung (de la dinastía Tang), para que la convirtiera en concubina en
su harén.

El heredero al trono Kao Tsung, conoció a Wu Chao siendo la


concubina de su padre y se enamoró de ella. Era tradición china, que
cuando muriera el emperador, todas sus concubinas fueran
encerradas en un convento budista, se les rasurara el pelo y debían
permanecer en él durante el resto de sus vidas, sin poder salir nunca
de dicho convento.

Wu Chao permaneció encerrada en el convento siete años. En ese


período conspiró con el fin de evadirse, para ello, consiguió
contactar con la madre del emperador Kao Tsung y le pidió que la
sacara del convento, para volver al lado del emperador, ya que
ambos estaban enamorados. Consiguió escapar y el emperador la
convirtió en concubina.

Cuando Kao Tsung llega a emperador ya tenía una esposa oficial y


una concubina principal, así que lo máximo que consiguió fue
convertirla en concubina de segundo grado.
La emperatriz no tuvo un hijo con el emperador. Rápidamente Wu
Chao le dio su primer hijo. Esto provocó fuertes intrigas y
conspiraciones por parte de la emperatriz y de la primera concubina,
que veían en peligro su posición en el harén. Wu Chao conspiró
contra la emperatriz acusándola de asesinar a su hijo, cuando fue
ella misma quien lo hizo asfixiándole.

Se distinguía por su dulzura y sensualidad, consiguió eliminar a sus


adversarias provocando su destierro y posterior asesinato. Al
emperador de dio cuatro hijos.

Wu Chao fue nombrada primera consorte y en consecuencia


emperatriz. Lo primero que hizo fue deshacerse del primer hijo de
la primera esposa, que era heredero al trono, mandándole como
embajador a un país lejano.

La vida sexual del emperador era muy intensa y estaba muy


controlada pues tras cada uno de sus actos sexuales se tomaba nota
por parte del jefe de los eunucos. Además se dedicaba ya a preparar
el siguiente encuentro sexual del emperador.
Dentro del mundo chino había la creencia de que la vida del
emperador sería mucho más longeva en función de su actividad
sexual, por lo que el acto sexual era práctica diaria en la vida del
emperador.

Resulta sorprendente la historia


del emperador Huan Di (146-168 d. C.), que obvió sus deberes
políticos y se dedicó a tiempo completo a la práctica sexual. Disponía
de un harén de seis mil mujeres y tuvo grandes problemas para
tener hijos. Para conseguirlo, el jefe de los eunucos le preparaba
cada noche nueve concubinas, ya que para los chinos el número
nueve es mágico.

En los harenes sólo podían entrar el dueño del mismo. La única


figura que podía permanecer dentro del mismo era los eunucos. Si
seguimos la RAE dice que un eunuco es un “Hombre castrado que se
destinaba en los serrallos a la custodia de las mujeres”.

La castración en China la hacía un knifers, que cobran por la


realización de la castración. Si esta era voluntaria se realizaba un
ritual. La operación se hacía en un edificio cerca del Palacio Imperial.
El nivel de supervivencia de los que se castraban no era muy alta,
debido sobre todo a las infecciones.

Debemos saber que la castración también era una práctica habitual


cuando un ejército vencía a otro y los vencidos eran castrados para
lograr su total humillación. El Knifer seccionaba los testículos y pene
por la base. El hombre no podía orinar durante los tres días
siguientes ni beber líquido alguno. El dolor era increíble.

Pasados los tres primeros días si conseguía orinar, tenía muchas


posibilidades de sobrevivir, y si no lo hacía tendría una muerte con
grandes dolores. Para evitar que se cegara la uretra y así poder
orinar, se introducía una pequeña sonda que tenía que retirarse en
cada micción.

Tanto les testículos como el pene seccionados se guardaban durante


toda la vida porque un hombre no puede entrar incompleto en el
cielo, ya que así lo marca la religión taoísta.

Pasados los tres primero meses de la operación, el eunuco podía


entrar al servicio del Palacio bajo la estricta dirección de un eunuco
maestro, y aprendería distintos oficios.

Tras la operación, solía darse un periodo de incontinencia urinaria,


que en algunos casos se hacía perpetua. Uno de los insultos más
habituales que recibían los eunucos era su olor a orina, porque eran
incapaces de controlar la micción y a veces lo hacían en los sitios más
inoportunos. De ahí que en muchos casos fueran castigados
recibiendo algunas veces hasta diez latigazos.
Muchos eunucos llegaron a controlar la micción, pero por si acaso
llevaban vendados su bajo vientre haciendo el papel de pañal.

Los eunucos más apreciados por las mujeres del harén eran los
eunucos de unos diez años, puesto que eran considerados casi niñas
y se les permitía el acceso a la intimidad de las mujeres. Se les
denominaba “eunucos puros”. Conforme crecían eran alejados de la
intimidad femenina y sustituidos por otros más pequeños.

Cada año, los eunucos eran examinados por los médicos para
certificar que seguían sin sexo, pues algunas veces el grosor de la
cicatriz hacía pensar que se le estaba reproduciendo, cuestión esta
que era imposible.

Veamos cuales han sido los diez harenes más conocidos a lo largo
de la Historia:

 El Rey Tamba de Benarés del siglo VI que tenía dieciséis mil


concubinas.

 El sultán Ghijas-ud-Din Khiji del siglo XV que tuvo unas quince
mil concubinas.
El rey Mongkut de Siam (1804-1868) que disponía de nueve mil
mujeres y vivían en una ciudad amurallada, llamada Nang Harm
(mujeres veladas).

Kublai Khan de los mongoles (1215-1294) con siete mil mujeres.

El emperador Jahangir de la India (1569-1627) que disponía de seis


mil trescientas mujeres y un harén masculino de mil hombres. Aquí
es donde aparecen los harenes masculinos al servicio del hombre.

 El emperador Akhar el grande de la India (1542-1605) con


trescientas esposas y cinco mil sirvientas dedicadas a darle
placer sexual.

 El emperador Achyuta Deva del imperio de Vjayanager,


reinando entre 1529-1542. Tuvo a su servicio a doce mil
mujeres de las que cuatro mil de ellas vivían en el palacio y su
finalidad era la reproductiva.

 El emperador Mulai Ismail de Marruecos (1646-1727) que tenía


cuatro mil concubinas y su deseo era hacer el amor cada noche
con una mujer virgen.
 El emperador Yan Ti, de la dinastía Sui (569-618), que tenía una
emperatriz, dos reinas suplentes, seis consortes reales,
setenta y dos damas reales, tres mil sirvientas de palacio y dos
concubinas de su padre. Su harén estaba formado por tres mil
ochenta y tres mujeres, la mayoría jóvenes, que satisfacción
todos sus deseos carnales.

 Firuz Shah (1315-1388) del sultanato de Tughluq, que poseía a


más de tres mil mujeres bellísimas. Ordenó a muchos
mercaderes que recorrieran el mundo para traerle las mujeres
más exquisitas y sensuales del mundo.

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