Historia Garifunas 1 Parte

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1.

HISTORIA 
CONTEXTO ÉTNICO A NIVEL LOCAL, NACIONAL Y REGIONAL DE LOS GARÍFUNAS DE
HONDURAS
La colonización en las Antillas Menores cambió el curso de la historia de los aborígenes arawak-caribe. El
auge de la Conquista y el éxodo masivo de exploradores y esclavistas hacia el Nuevo Mundo dio lugar al
tráfico intensivo de mano de obra africana, a raíz de lo cual se formó un nuevo grupo racial en la isla de
San Vicente, de donde surgió la comunidad garífuna o calíponam (Suazo, 1997). Al incorporarse los
negros africanos a los calíponam, aquellos se vieron obligados a aprender la lengua nativa, y de esta
manera le incorporaron la fonética africana (Taylor, 1951: 41).

Durante la época colonial (1650-1797) los garífunas fueron asediados por los franceses e ingleses en su
afán por conquistar la isla, y si bien ocurrían confrontaciones bélicas entre ambos grupos, terminaban por
firmar la paz. Esta situación contribuyó a fomentar relaciones comerciales entre garífuna y colonizadores.
A raíz de esta actividad de compra-venta, los garífunas llegaron a dominar las lenguas inglesa y francesa,
e incorporaron una buena cantidad de vocablos europeos a la lengua calíponam o garífuna.

Las versiones sobre la llegada a San Vicente alrededor de los años 1635-1675 relatan que los sobrevi-
vientes, luego del naufragio de dos barcos españoles cargados de negros provenientes de África
Occidental, tomaron en matrimonio a mujeres calíponam, dando lugar a un nuevo mestizaje que recibiría
el nombre de caribes negros, para distinguirlos de sus antepasados caribes rojos o amarillos. Con el
tiempo se convertirían en garífuna (Suazo, 1997).

En el siglo XVIII los garífunas empezaron a desplazarse a las costas de Belice, Guatemala, Honduras y
Nicaragua huyendo de las condiciones en que vivían bajo el mandato de los españoles, y a la vez,
buscando mejores oportunidades de vida y trabajo en las empresas de banano, caña de azúcar y madera
(Obando Sán- chez, 1999).

A finales del siglo XVIII, los indígenas caribes (garífuna) buscando establecer alianzas empezaron a
recibir a los negros fugitivos de las plantaciones y a otros náufragos, que fueron integrados en sus
comunidades. Según Suazo (1997) el 2 de febrero de 1797, un total de 4,584 garífuna alzados en
defensa de sus territorios habían sido capturados por los ingleses en la isla de San Vicente y trasladados
a la isla de Roatán, llegando al atardecer del miércoles 12 de abril de 1797. Fueron 2,026 los
sobrevivientes garífunas que tocaron suelo hondureño, entre hombres, mujeres y niños.

William Davidson cita registros históricos que hablan de la presencia de hombres garífuna al sur de Blue-
fields o internados en el río San Juan en la década de 1860, bajo el supuesto de trabajar en la
construcción de un canal interoceánico a través de Nicaragua. También se afirma que la actividad
comercial del puerto de Greytown tuvo que haber atraído al garífuna (Obando Sánchez, 1999).
Los ancestros garífuna que llegaron a Nicaragua trajeron su propia lengua y empezaron a perderla al
adoptar el creole, para evitar que los demás pobladores los considerasen inmigrantes. Los garífunas no
fueron reconocidos como nicaragüenses precisamente porque hablaban una lengua desconocida.

Actualmente el garífuna se habla en la costa Caribe de Honduras, Guatemala, Belice y Nicaragua.

Anhelo de ser reconocidos

La lucha para que el gobierno de Belice reconociera oficialmente la cultura garífuna no fue fácil. Si bien
fueron aceptados en el país, los garífunas fueron discriminados, especialmente mediante las trabas que
se pusieron al uso del idioma garífuna en las escuelas y la condena en las iglesias a su espiritualidad.

"Cuando los garífunas sufrieron discriminación espiritual por parte de los católicos romanos, que
entonces era la religión dominante en Belice, incorporamos algunos de sus santos en nuestra religión y
sobrevivimos".

(https://www.bbc.com/mundo/vert-cul-46533873)

DÍA NACIONAL DE LOS GARÍFUNAS


Los miembros de la etnia garífuna celebran cada 12 de abril, el aniversario de su llegada a Honduras.
En el gobierno de Carlos Roberto Reina mediante Decreto Legislativo número 70 – 96, se declara 1997
año del Bicentenario Garífuna y el 12 de Abril de cada año, a partir de 1997 Día de la Etnia Negra de
Honduras.
El Decreto 70 – 96, es la primera Ley que reconoce la presencia Negra en la vida nacional, creando así
un importante espacio de participación que ayuda a sacar de la invisibilidad histórica a la Comunidad
hondureña de ascendencia africana.
Según apuntes históricos, los primeros negros llegaron a Honduras el 12 de abril de 1797, como esclavos
traídos de la isla de San Vicente.
Entonces, se asentaron en la comunidad de Punta Gorda, en la isla de Roatán, en el Caribe hondureño, y
luego se dispersaron a lo largo de toda la costa hasta constituir lo que ahora son 36 pueblos garífunas.
Como parte de la conmemoración, en abril los garífunas celebran el «Mes de la herencia africana» con
diversas actividades todo el mes de abril.

(https://redhonduras.com/eventos/12-de-abril-dia-de-la-etnia-negra-hondurena/)
2. SITUACION SOCIOECONOMICA 

Aspectos sociales económicos, culturales, políticos y ambientales de las comunidades garífunas. 

TERRITORIO Y RECURSOS NATURALES

Desde el 12 de abril de 1797, la comunidad Garífuna se asentó en el territorio de Honduras, como


descendientes de africanos que anteriormente habitaban en la isla de San Vicente. De esta forma, se
comenzaron a establecer las diferentes comunidades en toda la costa norte del país.

En lo social las características culturales de los garífunas se manifiestan en sus arcaicas estructuras
sociales y familiares, las que han sufrido muchos cambios en los últimos 300 años, en respuesta a
nuevas necesidades y por el contacto con otras poblaciones. Es una etnia que conserva su identidad
cultural, precisamente porque cambia sus patrones culturales conforme a sus necesidades. Su cultura
cambia rápida y voluntariamente, imprimiendo su propio sello a lo novedoso. En otras palabras,
convierten en propias, las costumbres que adoptan.

La conservación de los recursos naturales según la visión ancestral de las comunidades se basa en la
experiencia y el conocimiento local sumados a la herencia local tradicional, en donde las comunidades
son dueñas de sus recursos y buscan alcanzar el bienestar común. En cambio, la conservación de los
recursos naturales desde la perspectiva del capitalismo occidental va acompañada de legislaciones
impuestas. Este es el caso de la declaración de Wawashang como área protegida y la ley que regula las
áreas protegidas (decreto 42-91). Estos dos diferentes sistemas de conservación provocan tensiones
porque derivan de modos de vida y sistemas de producción completamente diferentes.

Sistema de posesión del territorio garífuna


La comunidad garífuna hace uso de la tierra en forma individual, sin embargo, el territorio es una
posesión colectiva. Es un patrimonio colectivo que abarca todos los recursos naturales que las
comunidades necesitan para su sobrevivencia.

Los poblados garífunas presentan una apariencia regular y ordenada, con construcciones que siguen un
patrón rectangular. Todos los poblados, excepto los más pequeños, están divididos en secciones
(barrios) que compiten entre sí en forma más o menos amistosa. Estas divisiones son más que todo
territoriales, sin embargo, esto proporciona a la gente, especialmente en los jóvenes que han crecido
juntos, un sentimiento de participación en un grupo común.

El patrón ideal propuesto para las relaciones individuales hace énfasis en la armonía, la cooperación y la
ayuda mutua, y cuando está a punto de ocurrir un acto que pueda romper la armonía, los amigos
comunes de las partes indispuestas se preparan para activar como mediadores (Galvao. 1995:55).

PRINCIPALES ACTIVIDADES ECONOMICAS

RELIGION
La religión de los garífunas está formada por enseñanzas y prácticas católico-romanas, creencias
heredadas de sus antepasados africanos o indoamericanos. El culto a los ancestros, si se considera en
términos de sus implicaciones prácticas y como agente para preservar las tradiciones del grupo, es
considerado el corazón del credo garífuna. Según el credo garífuna, de la jerarquía de los seres
sobrenaturales, los espíritus de los ancestros están al mismo nivel de los “ángeles”, con quienes a
menudo se les identifica. 

SITUACIÓN SOBRE EL USO Y VITALIDAD DE LA LENGUA


Historia y estado de la lengua
La lengua original de los indios igneri (o arawak), naturales pacíficos de Yurumain (San Vicente, Antillas
Menores), pertenece a la familia arawak-maipure. Los kallinagu (o caribe), indígenas belicosos, provenían
de Galibi (Guyana Caribe), y su lengua pertenece a la familia kallina. Los kallinagu exterminaron a los
varones igneri para apoderarse de las mujeres (Taylor, 1951; 138).

De la unión de estas dos lenguas (arawak-kallina) surgió una nueva que fue llamada caríbana, galibana,
calíponam o garífuna, en referencia al lugar de procedencia de los kallinagu. Esta lengua de estructura
dual fue fácilmente asimilada y comprendida por toda la población; las mujeres igneri enseñaban a sus
hijos e hijas el arawako, y los varones les enseñaban el kallina.

Los líderes o representantes de las distintas comunidades garífuna identificaron en consenso la lengua
como la manifestación cultural primordial que necesita ser revitalizada con urgencia. La declaración
universal de la lengua y cultura garífuna como patrimonio intangible de la humanidad abre el espacio para
revitalizar las expresiones culturales que están en riesgo de perderse.

En los últimos años las comunidades garífunas han participado en actividades de intercambio y revitali-
zación cultural con las comunidades garífuna de Honduras y Belice, como fue la Cumbre Garífuna de
2005.

Existen unas diez personas que pueden conversar en la lengua ancestral, la mayoría en Orinoco. Sólo
existe registro de un recuerdo sobre la educación recibida hace más de cincuenta años, descrita por
Marcelina Zenón, en Orinoco: “En tiempo de Somoza vino una maestra, pero se fue. Los viejos pudieron
estudiar cuando fueron a Costa Rica” (Marcelina Zenón, diciembre 2007).

El tambor garífuna
Para el garífuna el sonido del tambor, el canto y la danza tienen efectos curativos y son medios para
complacer a los gubida espíritus de los ancestros que además actúan como ayudantes en las ceremonias
mortuorias para facilitar el contacto con los antepasados.

“El que no conoce nuestra cultura puede decir que es un irrespeto bailar y cantar cuando alguien está
enfermo o muerto. No es así. Esa es nuestra costumbre… Así lo hicieron nuestros ancestros. Es como
cuando alguien llora y llora, después se siente distinto, como menos pesado. Así pasa con el canto y el
baile. Usted como que lucha para que no lo venza la muerte, y ese es el secreto garífuna”.

Una celebración sin tambor no es una celebración garífuna. Es el sonido que gusta a los espíritus gubida.
La purificación mediante la danza regenera el universo garífuna. De la fusión de tambor, tie- rra, sangre y
ancestros nace de nuevo el enfermo y con él la etnia.

“Un garífuna que no baile, que no cante, o que no le gusta el tambor, ese no es garífuna. Los garífunas
llevamos el canto y el baile en la sangre. Así es nuestra costumbre. Y así lo hacían nuestros
antepasados”.

De los tres tambores, el central es el que llaman tambor corazón, lanigi garauon

“El sonido del tambor es similar al humo del bubé que usa el sukia para espantar a los malos espíri- tus.
Con el ruido del tambor los malos espíritus no entran a la casa. Los tres tambores se colocan en la
ventana y allí no pueden entrar los malos espíritus”.

“El tambor central es el que juega un papel importante en la curación de la persona. Los otros dos
tambores ayudan en el ritmo, pero no tienen poderes curativos. El sonido del tambor mantiene en
movimiento el cuerpo. Y así como es el sonido, así se danza. Con el ruido del tambor se mantiene
a toda la gente danzando y cantando. Como que todos nos animamos y nos sentimos con fuerza. Y así
los malos espíritus se alejan. Y no los dejamos entrar. En los cantos del hamalijani el sukia nos va
diciendo en qué momento sonamos el tambor con más fuerza o con menos fuerza. Y así se va animando
la gente, y van siguiendo el ritmo. Y eso les gusta a los espíritus gubida”.

“El tambor es un instrumento que nosotros utilizamos con amor, porque con esos instrumentos bailaron
nuestros antepasados. El tambor es algo especial para nosotros los garífunas. Nuestros antepasados no
dejaron sus tambores cuando fueron expulsados de San Vicente. Para nosotros es una ofensa que nos
digan que no podemos usar el tambor”.

El etnomusicológico Idalberto Suco (1987) reconoce los siguientes garaones o tambores, fabricados de
un tronco de madera y un cuero de venado tensado con bejucos o sogas:
Libiama garauon, significa tambor primero; mide 25.5 cm de diámetro y 39 cm de altura.
Linigui garauon, significa corazón del tambor, tambor principal y segundo, mide 30 cm de diámetro y 45
cm de altura.

Luruvan garauon, significa ayuda, tercer tambor; mide 27 cm de diámetro y 40 cm de altura.


King drummer, es el tambor más grande y principal para ejecutar en los rituales.
Sísiras o siseró, son sonajas fabricadas de jícaros y con agarraderos de madera (Álvarez, 2010)

En la actualidad se siguen tocando los tambores, sin embargo, las personas declaran que hace falta la
materia prima, pues los animales y árboles del bosque han mermado y no se dispone de suficiente
material para reparar los que se tienen ni para hacer nuevos (Álvarez, 2010).

La escasez de materias primas y la facilidad para obtener instrumentos industriales ha tenido como
consecuencia la lenta sustitución de los instrumentos originales por instrumentos electrónicos que alteran
la autenticidad de la música. Además, ocurre que en algunos casos tratan de imitar sones garífunas de
otras zonas de Centroamérica, dejando de lado la música autóctona (Álvarez, 2010)

BAILE

 Por otro lado, la expresión artística tradicional más famosa de los garífunas, tanto a nivel nacional como
internacional es la música y la danza, en donde se percibe fuertemente su origen africano. El más famoso
de los bailes es el conocido como “la punta”, así como el yancunu, la parranda, el jungu-jungu y el
piyamanadi (Centeno García. 1996:99).

JUEGOS TRADICIONALES

Los juegos tradicionales se practican sobre todo en tiempos festivos: navidad, Semana Santa,
año nuevo y día de las madres. En la actualidad se está perdiendo la costumbre de los juegos
tradicionales a favor de los video juegos.

Los portadores culturales de los juegos tradicionales son: David Sambola Howard, Robert
Sambola Ha- risson, Anaida Sambola Harisson, Jimmy Sambola Harisson, Verónica Sambola
Jiménez, Rafaela Ramírez López, Carmen Morales Jiménez.

Marble game (chibolas)

Hay diversas modalidades para jugar a las


chibolas. El triple hoyo consiste en llegar de un
hoyo a otro cruzando to- dos los hoyos en la
línea. La rueda: se traza un círculo donde cada
jugador pone su chibola, y quien tira procura
sacar las chibolas de los demás. Nudillos consiste
en golpear la chibola del contrincante desde un
puesto determinado. El perdedor recibe golpes
en los nudillos con la chibola.

Hald over

Se juega con una cuerda: los niños tiran de


un extremo y las niñas del otro. Gana el equipo
que tira con más fuerza.

Jump in sack (encostalados)

Se juegan carreras saltando con las piernas metidas en


un costal. Pierde quien se cae.
Gig game (trompo)

Este juego consiste en hacer girar el trompo o bailarlo en la mano hasta neutralizar
al otro jugador gol- peando su trompo. El perdedor termina con su trompo destruido.

Boys get together to make gig and play. This is made with a piece of stick, a nail,
carving it to the size and style they desire, getting a piece of string, wrapping it around
the gig and play it, using it as competition.
Play house (jugar a la casita)

Niñas y niños juegan a imitar los roles de los hombres y las mujeres en la comunidad.

A large group of children, boys and girls, develop their knowledge to become mother
and father. They usually name the older one to be to their parents, working as a family,
building house, play hunting and planning to serve as parents.
Greasy pole (palo lucio)

El juego consiste en treparse hasta la cima del palo lucio para conseguir el premio. Se
forman equipos
de ocho personas y comparten el premio.

It need more than 1 or 2 man to go in the bush and get a young tree, cut off the top of
the tree, the tree will be like 15 feet high, bring it to the town peel it off and grease it up
with black oil or Albany grease, then get a small box or a little sack and put things into it
whatsoever you want like such as biscuits, bombom, rum, cigarette, and money; then
you put the sack or box on the top of the greasy pole and several individual try to climb it
all different type of way. Who get the box or the sack will run around the town or to the
water side when they get the prize. In case they did not get the prize they continue the
game the next day.
Dory race (carrera de cayucos)

Compiten de 2 a 10 participantes navegando en cayucos con una meta establecida.

Dory sailing, a captain and a sailor trying to reach the point, turn the dory to continue the
race, who
reach first become the winner. This dory race carries a jib sail and mainly which we all call
three piece.

Hide the whip (Escondé el chilillo)

Se esconde el chilillo, y cuando alguien lo encuentra, le da un chilillazo a otro


jugador, quien deberá, a su vez, esconderlo.
Raise Run

Este juego consiste en organizar dos filas, una de niños y otra de niñas. Cada cual
tiene que correr hasta un cierto lugar y regresar a tocar a su pareja, quien a su vez hará
lo mismo para que siga la competencia. Gana el grupo que termina primero.

Tradición oral y literatura


En la literatura hondureña, los garífuna han sido caracterizados mediante estereotipos. En la poesía pesó
bastante la influencia del Movimiento de la Negritud, que difundió figuras estereotipadas tales como el
negro que tiene “alma blanca”; la rememoración de la herencia africana en el lenguaje, la religión y el arte
musical, y el anhelo de generar una conciencia de “liberación” en los pueblos negros de América.

En la narrativa son constantes los estereotipos del negro como “lujurioso”, “hechicero”, “supersticioso”,
“brujo”, “borracho”, “bailarín” y “haragán”. Todas estas visiones han sido aceptadas como reales, tanto
entre los garífuna como entre mestizos. Asimismo, se les ha representado como personajes secundarios
y subordi- nados a los mestizos, con lo cual resulta evidente que tanto los indígenas como los negros han
sido excluidos e invisibilizados en el imaginario colectivo de la nación (Amaya, 2005).

Las primeras apariciones de la poesía garífuna en la literatura hondureña del siglo XX son las del poeta
Claudio Barrera (1912-1971). Miembro de la “generación del 35”, fue el primer escritor hondureño que
tomó la cultura garífuna como tema de inspiración artística en los años 40 (Barrera, 1967).

Barrera captó la magia de la cultura garífuna en su ciudad natal, La Ceiba, “la novia de Honduras” o “la
ciudad más alegre del país”. El poeta creció en aldeas garífuna durante el auge de las compañías
bananeras, y recibió el influjo del Movimiento de la Negritud, especialmente del poeta cubano Nicolás
Guillén. El más representativo de sus poemas acaso sea “Danza caribe del yancunú”, que describe una
difícil y vistosa danza guerrera, el yancunú o baile de wuanáragua o “baile de los máscaros”. Esta es una
danza de hombres, llevan ropas muy coloridas, usan máscaras y se atan ristras de caracoles en las
rodillas.

Jacobo Cárcamo (1916-1959), también miembro de la generación del 35, muestra la misma tendencia,
particularmente en su “Canción negroide”. Véase aquí un fragmento: (Cárcamo, 1982.)
GASTRONOMÍA

Los portadores culturales (siete mujeres y tres hombres) de la gastronomía garífuna en


Orinoco coinciden en que son diez los platillos que se preparan desde 1912, año de la
fundación de Orinoco, entre platos prin- cipales, atoles, postres y bebidas: harabada,
maumout, pulali, baami o ereba, fufu, boilup, fufudara, arroz dulce (sweet rice), dani y
run down.

La gastronomía garífuna tiene como ingredientes principales yuca, coco, plátano,


banano, arroz, pescado y mariscos. Los condimentos son chile, albahaca, ajo, cilantro,
cebolla, jengibre y hierbabuena.

En la actualidad se utilizan sazonadores artificiales: consomé industrial, pimenta molida,


salsas embo- telladas, mostaza industrial, pasta de tomate y mayonesa, que contienen
ácidos artificiales, dañan la salud y causan la pérdida de la tradición. Otros productos
industriales que se están introduciendo son los embutidos y los pollos rostizados. La
televisión presenta gastronomía de otros países, lo que también influye en las
costumbres alimentarias de la comunidad.

Otros factores que inciden en la pérdida de la tradición culinaria es que las viviendas
modernas no dis- ponen de cocina artesanal separada del resto de la casa, y que
muchos matrimonios jóvenes son multiétnicos y tienden a mezclar sus tradiciones
culinarias. Por su parte los jóvenes expresaron que saben preparar las comidas típicas,
pero les requiere mucho esfuerzo, muchas horas y mucho fuego.

La tradición culinaria se recrea durante las festividades del día de madre, día de la
autonomía, Semana Santa, días de campo, aniversario de la comunidad, día
internacional garífuna, navidad y año nuevo. Se or- ganizan ferias y competencias para
premiar los mejores platillos garífuna.

TRADICIÓN ORAL Y LITERATURA


SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA
Desde el golpe de 2009 y la recesión mundial, el crecimiento económico de Honduras ha tenido una
desaceleración hasta una tasa promedio anual de 3,5 por ciento desde una tasa anterior de más del 5,7
por ciento. Tras un alivio de deuda multilateral en 2005 y 2007 y tres años de niveles de déficit
presupuestario bastante bajos, Honduras se encontraba en una posición relativamente sólida para
responder ante la recesión. Sin embargo, el gobierno de hecho redujo el gasto en ambos 2010 y 2011 y
el sector público se convirtió en un obstáculo al crecimiento.
A pesar de que Honduras experimentó tasas positivas de crecimiento en años recientes, los indicadores
sociales han empeorado considerablemente. Durante los dos años tras el golpe, Honduras tuvo el
aumento más acelerado de la desigualdad en Latinoamérica y se coloca hoy en día como el país con la
distribución del ingreso de mayor desigualdad en la región.

La pobreza y la pobreza extrema, después de experimentar marcadas caídas durante el gobierno de


Zelaya, ambas han aumentado considerablemente. El desempleo y el subempleo también han
aumentado, y más del 43 por ciento de la fuerza laboral trabaja a tiempo completo pero con un ingreso
menor al salario mínimo. Esto ha ocurrido al mismo tiempo que la continua reducción del gasto social por
parte del gobierno durante los últimos tres años.

ACTUALIDAD
Las proyecciones del Banco Mundial apuntan hacia una recuperación económica esperanzadora, pues el
organismo prevé que Honduras tenga un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,8 por ciento
en 2021, en medio de la reactivación de la actividad económica interna y la recuperación de la inversión y
la demanda externa.
Triple impacto a economía nacional
En 2020, la economía de Honduras fue la más golpeada de la región. El BM indica que el PIB nacional
cayó en -9,7 %.
Las economías de Panamá y El Salvador reportan por su parte una caída de -8,1 % y -7,2%,
respectivamente.
Pero estas mismas economías lideran el crecimiento de Centroamérica en 2021, con 5,1 % de Panamá;
4,6 % de El Salvador y 3,8 % de Honduras, según las nuevas proyecciones del Banco Mundial.
A diferencia de los demás países del istmo, Honduras no solo enfrentó el impacto de la emergencia
sanitaria por la pandemia de coronavirus, sino que los hondureños también sufrieron los embates de la
naturaleza.
El impacto económico que representarán para Honduras en los próximos años los daños sufridos por la
infraestructura productiva a causa de las tormentas tropicales Eta Y Iota es el más grande en la historia
del país.
El reporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentado al Gobierno
registra en 46 mil millones de lempiras el impacto de las tormentas; mientras que los daños económicos
generados por la pandemia de covid-19, según las estimaciones del Banco Central de Honduras (BCH)
son más 55 mil millones.
Así, el año 2020 dejó al país un impacto de más de 100 mil millones de lempiras en pérdidas.
Actualización de proyecciones
Todos los países centroamericanos reportan una caída económica significativa debido a las medidas de
confinamiento que detuvieron toda actividad económica por varios meses para prevenir la covid-19.
En el caso de Honduras, tras registrar un golpe a la economía que supera los daños del huracán Mitch en
1998 y de la crisis política de 2009, las proyecciones del último informe del Banco Mundial son un indicio
de una recuperación.
La revisión realizada por el Banco Mundial a las economías, publicada a inicios de año, indica que
Honduras también tendrá uno de los mayores crecimientos a nivel regional en 2022, con una estimación
de 3,9 %.
En el reporte de octubre de 2020, el BM destacó que “en años recientes, Honduras había registrado las
segundas tasas de crecimiento económico más altas de Centroamérica, superadas solo por las de
Panamá. El crecimiento del PIB del país alcanzó el 4,8 por ciento en 2017, el 3,7 por ciento en 2018 y el
2,7 por ciento en 2019, por encima del promedio en Centroamérica y muy por encima del promedio en
América Latina y el Caribe (ALC)”.
En las proyecciones anteriores, antes del embate de las tormentas Eta y Iota, las proyecciones para
Honduras apuntaban a una recuperación económica en 2021, con un crecimiento del 4,9 %.
El Banco Mundial destaca que “Honduras posee múltiples fortalezas con el potencial para un crecimiento
más rápido y una mayor prosperidad compartida, con su ubicación estratégica, una creciente base
industrial, esfuerzos continuos para diversificar sus exportaciones y una población joven y en
crecimiento”.
A nivel regional, se espera una recuperación del crecimiento, al 3,6 %, este año, con el respaldo de un
mayor ingreso de remesas y una demanda de exportación más sólida.
Las economías mundiales se enfrentan durante este año a un escenario donde se visualiza una recesión
mundial más profunda en medio de una pandemia prolongada que podría debilitar la recuperación
económica y seguir amenazando la salud y el bienestar de la población.
(https://sde.gob.hn/2021/01/18/proyecciones-del-bm-economia-hondurena-entre-las-que-mas-
crecera-en-2021/)
ACERCA DE MITOS Y REALIDADES EN EDUCACION

La educación aparece a fines de siglo como un motor fundamental del crecimiento económico y
de la competitividad en los nuevos mercados globalizados. La calidad en conocimientos de la
población de un país constituye en los actuales escenarios económicos un factor diferenciador
estratégico. Contar con una mano de obra calificada abre paso a la incorporación de progreso
tecnológico en las organizaciones, les permite innovar y realizar cambios sabiendo que su
personal puede manejarlos, crea condiciones para avanzar gerencialmente hacia un perfil de
"organizaciones que aprenden permanentemente", considerado el perfil ideal en nuestros días.
Los niveles de educación de su personal van a repercutir fuertemente tanto en el rendimiento
individual, como en los rendimientos colectivos de las organizaciones. Los trabajadores
calificados tienen una incidencia técnica positiva sobre su grupo, y apuntalan la productividad
de conjunto.

Por todas estas y otras razones, la educación es percibida como una de las inversiones de más
elevado retorno sobre la inversión. Las empresas de punta en el mundo, han aumentado en los
últimos años significativamente sus asignaciones en capacitación de los miembros de la
organización, y la concepción de la capacitación en general se ha expandido transformándose
en Desarrollo de Recursos Humanos (DHR).

A nivel de personas y de familias la educación es vista como uno de los mayores canales de
movilidad social. Se observa estadísticamente que hay correlaciones significativas, no
mecánicas, dado que interviene la situación de la demanda laboral entre los niveles de
educación y las remuneraciones que las personas pueden alcanzar.

Dadas todas estas virtualidades y otras añadibles, se concibe normalmente a la educación


como una estrategia central para mejorar las desigualdades. El razonamiento básico es
sumariamente que su expansión generará mejores calificaciones que serán un instrumento
decisivo en "romper" desigualdades.

Sin embargo, las realidades empíricas parecen señalar que las relaciones entre educación y
desigualdad son más complejas, y que es necesario atender en forma realista a esa
complejidad para poder movilizar las potencialidades de la educación como agente de cambio y
mejoramiento.

Veamos algunas de las principales tendencias observables en América Latina al respecto. Ante
todo ha habido en la región un proceso vigoroso y positivo de expansión matricular. La
cobertura de la escuela primaria se ha extendido fuertemente. Las tasas de inscripción en
primaria superan el 90% en la mayoría de los países. También han aumentado
considerablemente las tasas de inscripción en secundaria, y en educación superior. La
legislación contiene la obligatoriedad de la educación primaria, y la población tiene libre acceso
a inscribirse en ella.
El estudio, en base a la Encuesta Nacional Permanente de Hogares para Propósitos Múltiples
del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), indica que de los seis millones 246,419 hondureños
encuestados, 799,215 no saben leer ni escribir, por lo tanto son analfabetas.
Cabe resaltar que han existido avances en este proceso de alfabetización, ya que para el 2001,
Honduras contaba con el 19% de su población analfabeta, ya en el año 2018, el porcentaje
disminuyó al 12.8%, lo que indica una mejoría porcentual del 6.2%.
Por otra parte, la investigación resalta que solo el 31 por ciento de la Población
Económicamente Activa tiene escolaridad de ciclo común en adelante, y apenas 20,101
hondureños han logrado obtener un título de posgrado.
Pero todo ello es una parte del panorama educativo. La otra que preocupa profundamente en
los medios educativos de la región, tiene que ver con los serios problemas que se afrontan en
las áreas de deserción, repitencia, y calidad de la educación.

En lo que se refiere a deserción, la gran mayoría de los niños en edad escolar comienzan la
escuela primaria, pero, según las estimaciones, menos de la mitad la finalizan.
También la mayoría de los que inician la secundaria no la completan. Se forma así un
amplísimo grupo de niños y jóvenes con primaria incompleta, y secundaria incompleta. Su peso
cuantitativo es observable en las estadísticas sobre el nivel de preparación de la mano de obra
activa potencial de la región. Ubicados fuera de los marcos de la educación formal, y con
dificultades importantes para insertarse laboralmente, constituyen un extenso grupo social que
está de hecho excluido de aspectos básicos de la vida de la sociedad.
( Carpeta 11- Desigualdad y desarrollo social en América Latina)

ACTIVIDADES ECONOMICAS

En cuanto a la economía de los garífunas, en casi toda su historia ha sido de subsistencia


fundamentalmente concentrada en la pesca y la pequeña producción agrícola. La pesca es una
actividad que se ha tornado difícil, debido a que empresas nacionales y extranjeras han
invadido las zonas pesqueras garífunas; y de igual manera, por lo inhóspito de las
comunidades, las redes del narcotráfico han encontrado espacios adecuados para realizar sus
actividades.

La pesca no es solo un medio para asegurar el consumo de proteínas sino la actividad


masculina por excelencia, y como tal, un deporte y fuente de prestigio. Pescar en preparación a
una festividad en honor de los ancestros, es parte de un ritual. Por su parte, se espera que los
ancestros protejan a las expediciones pesqueras de sus descendientes. Se utilizan diversas
técnicas: rampas, redes, anzuelos y cordel para pescar.

De igual manera, durante gran parte del siglo XX, los garífunas han compensado la actividad de
la pesca con la del trabajo asalariado en las plantaciones de las compañías bananeras que se
afincaron en Honduras desde finales del siglo XIX. En efecto, la United Fruit Company, con su
subsidiaria la Tela Railroad Company y la Standard Fruit Company, han constituido espacios en
donde los garífunas han sido contratados devengando un salario arriba del promedio nacional,
lo cual provocó que muchos abandonaran la forma de explotación económica tradicional como
la pesca (Kepner y Soothil, 1957; May, Stacy y Galo, 1959; Valadés, 1975). 

Asimismo, muchos garífunas han comenzado a buscar posiciones de trabajo en las flotas
camaroneras de Islas de la Bahía. Los productos de la pesca, generalmente pescado y
crustáceos (cangrejos, langostas, caracoles) se complementan con los que se obtienen de la
agricultura. La agricultura, tradicionalmente una actividad realizada por mujeres, aunque
también participan los hombres, ha tenido como cultivos principales los tubérculos (yuca,
camote, mandioca, malanga), los frijoles, el arroz y en menor medida el maíz.
Tasa de natalidad
Gladys Massé, doctora en Demografía y magíster en Demografía Social, está a cargo de la
Dirección de Estadísticas Sociales y de Población del INDEC, y explica que este fenómeno se
debe a dos razones: “La baja de la tasa de la natalidad como indicador es fruto de la
disminución del número de nacimientos pero también del aumento de la esperanza de vida al
nacer. Porque de esta manera llegan más personas a edades avanzadas y estas personas se
siguen contando en el denominador de la tasa. De todas formas, la disminución en el número
de nacimientos, que es el numerador de esa tasa de natalidad, se correspondería más con el
descenso en la tasa global de fecundidad. La tasa global de fecundidad es el número promedio
de hijos que tiene una mujer, y en este caso se trataría de la disminución de ese número
promedio en las mujeres en Argentina”.
Argentina no es para nada un caso excepcional. A lo largo y ancho del mundo, esta realidad se
replica, y los expertos señalan que la tendencia a la baja en el número de nacimientos llegó
para quedarse. 
En 1980, en el país había un promedio de 3,3 hijos por mujer. En 2010, ese promedio había
bajado a 2,4 hijos por mujer, y en 2019, según la Dirección de Estadística de Información de
Salud del Ministerio de Salud, se habría alcanzado una cifra récord de 1,8 hijos por mujer.
Las proyecciones estiman que para mediados de este siglo las muertes van a empezar a
sobrepasar a los nacimientos. Y ahí vendría un efecto espiral. 
La explicación es simple: una vez que una tendencia demográfica arranca o toma envión, se
disparara exponencialmente. Si hay menos nacimientos, hay menos gente para tener hijos, y
así sucesivamente. Lo mismo pasa a la inversa. 
La fecundidad de reemplazo refiere a la fecundidad mínima que se necesita para que una
población se mantenga en el tiempo sin disminuir su volumen. Para eso, se busca que una
mujer tenga 2 hijos, para reemplazarse a sí misma y a su pareja. Suele cifrarse en 2,1 porque
se agrega un decimal para compensar por las mujeres que no tienen hijos.
Tanto en la Argentina como en la mayoría de los países se registra una caída sostenida en las
tasas de natalidad, al mismo tiempo que la esperanza de vida de las personas es cada vez
mayor. Se estima que para mediados de siglo la cantidad de muertes superará al nacimiento. Y
esto tiene implicancias económicas, sociales y ambientales, que deben considerarse desde
ahora.
Año a año, en la Argentina cada vez nacen menos bebés. Según registros oficiales, en la
ciudad de Buenos Aires los nacimientos bajaron un 41% en la última década. Pasaron de casi
86.000 en 2010 a alrededor 50.000 en 2020. En la provincia de Buenos Aires, el número bajó
casi un 30% en el mismo período de tiempo.
Esta tendencia descendiente en la cantidad de nacimientos no es novedad: en 1980, había 25
nacimientos cada 1.000 habitantes en el país. Y para 2018 había bajado a 15,4 nacimientos
cada 1.000 habitantes.
¿Qué es la tasa de natalidad y cómo se calcula?
Gladys Massé, doctora en Demografía y magíster en Demografía Social, está a cargo de la
Dirección de Estadísticas Sociales y de Población del INDEC, y explica que este fenómeno se
debe a dos razones: “La baja de la tasa de la natalidad como indicador es fruto de la
disminución del número de nacimientos pero también del aumento de la esperanza de vida al
nacer. Porque de esta manera llegan más personas a edades avanzadas y estas personas se
siguen contando en el denominador de la tasa. De todas formas, la disminución en el número
de nacimientos, que es el numerador de esa tasa de natalidad, se correspondería más con el
descenso en la tasa global de fecundidad. La tasa global de fecundidad es el número promedio
de hijos que tiene una mujer, y en este caso se trataría de la disminución de ese número
promedio en las mujeres en Argentina”.
Argentina no es para nada un caso excepcional. A lo largo y ancho del mundo, esta realidad se
replica, y los expertos señalan que la tendencia a la baja en el número de nacimientos llegó
para quedarse. 
En 1980, en el país había un promedio de 3,3 hijos por mujer. En 2010, ese promedio había
bajado a 2,4 hijos por mujer, y en 2019, según la Dirección de Estadística de Información de
Salud del Ministerio de Salud, se habría alcanzado una cifra récord de 1,8 hijos por mujer.
Las proyecciones estiman que para mediados de este siglo las muertes van a empezar a
sobrepasar a los nacimientos. Y ahí vendría un efecto espiral. 
La explicación es simple: una vez que una tendencia demográfica arranca o toma envión, se
disparara exponencialmente. Si hay menos nacimientos, hay menos gente para tener hijos, y
así sucesivamente. Lo mismo pasa a la inversa. 
La fecundidad de reemplazo refiere a la fecundidad mínima que se necesita para que una
población se mantenga en el tiempo sin disminuir su volumen. Para eso, se busca que una
mujer tenga 2 hijos, para reemplazarse a sí misma y a su pareja. Suele cifrarse en 2,1 porque
se agrega un decimal para compensar por las mujeres que no tienen hijos.
Tasa de natalidad mundial
China mantuvo durante varios años una política de ‘‘un solo hijo”. Se había establecido en 1979
porque en su momento las proyecciones auspiciaban un crecimiento sostenido que, si no se
corregía, impedirían los programas de desarrollo, económicos y modernización que se proponía
el Gobierno. Se considera que se evitaron entre 350 y 400 millones de nacimientos gracias a
esta política. En 2016, ya atentos a esta baja en los nacimientos, el país abolió esta política y
permitió que la población tuviera dos. Pero la medida no fue suficiente para frenar la caída en
nacimientos.
Una noticia que es síntoma claro de todo esto fue cuando hace pocos días el gobierno chino
anunció que va a empezar a permitir que la gente tenga tres hijos.

¿Por qué disminuye la tasa de natalidad?


“La tendencia a la disminución del número de nacimientos tiene que ver con los cambios en el
rol de la mujer, pero también con la urbanización, la cultura más hedonista o individualista.
También se relaciona con una mayor autonomía y libertad que gozan actualmente las mujeres,
desde el punto de vista de poder planificar respecto de cuántos hijos se quiere tener y en qué
momento, evaluando postergar la concepción hasta una determinada instancia, priorizando tal
vez otros objetivos, como por ejemplo los educativos o laborales. En general, esta es la
característica de las mujeres de los sectores medios urbanos. Pero cabe resaltar que esa no es
la situación de las mujeres de los sectores más vulnerables, que son las que manifiestan en
estos momentos una fecundidad más alta”, indica Gladys Massé.
‘‘En todo el mundo, los países están experimentando un estancamiento de la población y un
desplome de la tasa de fertilidad, un brusco giro sin precedentes a lo largo de la historia‘‘. Así
empieza un artículo que publicó a fines de mayo el New York Times. La nota habla sobre cómo
en los países desarrollados se ve recurrentemente la postal de jardines maternales
abandonados o cerrados, cómo en Corea del Sur las universidades se están quedando sin
estudiantes, y en Alemania se están demoliendo zonas con viviendas sin uso.
¿Qué consecuencias tiene para un país contar con tasas más bajas de natalidad?
Varios estudios señalan los beneficios que podría traer una disminución en la población. Un
mundo con menos presión demográfica podría traer alivio en términos climáticos, una
menor huella de carbono y explotación de recursos naturales. Las mujeres quizás estarían
menos sobrecargadas por tareas domésticas y habría una mayor apertura a la recepción de
inmigrantes en países desarrollados. 
Por el otro lado, el sistema económico hasta ahora en el mundo se organizó en torno a un
principio básico, que estaría comprometido: el de un crecimiento económico motorizado por la
fuerza laboral, compuesta por generaciones jóvenes, ayudaría a sostener a los más ancianos,
los que ya no están en edad productiva.
Massé explica que “el envejecimiento demográfico, ocasionado por un descenso en los niveles
de natalidad y fecundidad y un simultáneo incremento de los años de esperanza de vida de los
individuos no necesariamente es malo, sino que debe ser tenido en cuenta como indicador para
poder proyectar políticas que prioricen la atención de sociedades que están modificándose en
su estructura por edad y sexo.”
Las propuestas que aparecen en el horizonte van desde subir la edad de jubilación a crear
fomentos para que la gente decida tener hijos, como brindar subsidios para alivianar la carga
financiera que afrontan los padres con la crianza y la educación.
“Es prioritario e imprescindible que estas modificaciones empiecen a implementarse desde
ahora, porque los cambios demográficos ya están entre nosotros. Modificaciones para mejorar
la atención a la salud, en el incremento en los niveles educativos y también desde el ámbito
privado. Algo que también se está ya observando es la segmentación del mercado, es decir
comenzar a considerar a los adultos mayores entre los potenciales consumidores de servicios
recreativos, por ejemplo, que contribuyan a dinamizar la economía. Es decir, no como
demandantes sino también como formando parte de una sociedad activa, adultos mayores en
actividad” opina Massé sobre la importancia de las medidas para adaptarse a este cambio.
Algunos países ya se preparan. El Estado francés está trabajando en beneficios como
extensiones en las licencias por paternidad y maternidad, además de ya contar con subsidios
únicos de casi 1.000 euros por cada nacimiento nuevo, para ayudar en los primeros gastos, y
otros subsidios básicos durante los primeros tres años del niño o niña. 
Claramente, la situación pide que se empiecen a diseñar políticas y generar cambios en el
sistema desde ahora para poder atender a esta realidad y este futuro, que ya llegó.

(https://www.redaccion.com.ar/tasa-de-natalidad-mundial-cada-vez-mas-baja/)

Honduras: Número de nacimientos por cada 1000 personas, por año


1960 - 2019: Para este indicador, El Banco Mundial proporciona datos para Honduras desde
1960 a 2019. El valor medio para Honduras durante ese período fue de 37.66 nacidos vivos en
un año por cada 1.000 personas con un mínimo de 21.34 nacidos vivos en un año por cada
1.000 personas en 2019 y un máximo de 49.95 nacidos vivos en un año por cada 1.000
personas en 1960.
Definición: La tasa bruta de natalidad indica el número de nacidos vivos que se producen
durante el año, por cada 1.000 habitantes estimado a mediados de año. Restar la tasa bruta de
mortalidad de la tasa bruta de natalidad proporciona la tasa de crecimiento natural, que es igual
a la tasa de cambio de la población en ausencia de migración.
(https://es.theglobaleconomy.com/Honduras/Birth_rate/)
La fecundidad cae por debajo del nivel de reemplazo y sigue
La tasa global de fecundidad (TGF) de América Latina y el Caribe en 2015-2020 es estimada en
2,04 nacidos vivos por mujer y por primera vez está debajo del nivel de reemplazo8. La
proyección de la TGF de la región indica que ésta seguirá bajando y llegará a 1,72 en 2070-
2075 con una leve recuperación subsecuente, llegando a 1,73 en 2095-2100
La edad media de la fecundidad tuvo una tendencia decreciente en la región entre 1950 y 2000
(gráfico 7) debido a la disminución del número de hijos tenidos por mujeres y tuvo su valor
mínimo en 2000-2005 con 27,0 años. A partir de entonces, empezó a subir y actualmente se
observa un valor de 27,3 años, lo que señala que la baja fecundidad viene acompañada por un
número mayor de mujeres teniendo hijos en edades más avanzadas. De acuerdo a las
proyecciones, se espera que esa tendencia continúe y que la edad media alcance 30,7 años en
2095-2100.
Si bien se observa una convergencia de las TGF hacia bajos niveles de fecundidad en los
países de la región, la heterogeneidad persiste. Las TGF más elevadas se observan en Guyana
Francesa (3,36 nacidos vivos por mujer de 15 a 49 años), Haití (2,96), Guatemala (2,90) y
Estado Plurinacional de Bolivia (2,75). Las TGF más bajas se observan en Puerto Rico (1,22),
Santa Lucía (1,44), Cuba (1,62), Barbados (1,62), Chile (1,65), Trinidad y Tobago (1,73) y Brasil
(1,74). El valor regional observado para América Latina y el Caribe está influenciado,
principalmente, por países con mayor número de mujeres en edades reproductivas (15-49
años), como Brasil, México, Colombia, Argentina, Perú, República Bolivariana de Venezuela y
Chile, que en conjunto concentran 80% de la población regional de mujeres en este grupo
etario.

Respecto a la fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años (indicador ODS 3.7.2), las


estimaciones indican que ha disminuido, pasando de 68,1 nacidos vivos por cada mil
adolescentes en 2010-2015 a 63 en 2015-2020. Sin embargo, sigue siendo un valor elevado
comparado con otras regiones del mundo a pesar de tener la TGF por debajo del nivel de
reemplazo, y es 48% mayor que el promedio mundial (cuadro 2). Nueve países de la región se
encuentran entre los 60 países con mayor tasa de fecundidad adolescente del mundo en 2015-
2020 (cuadro 3).
Ese indicador es utilizado para monitorear la situación del ODS 3 “Garantizar una vida sana y
promover el bienestar de todos a todas las edades”, específicamente para el objetivo 3.7 “De
aquí a 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva,
incluidos los de planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud
reproductiva en las estrategias y los programas nacionales”, dónde la región todavía tiene
desafíos que enfrentar.

Cuadro 1
Mundo y regiones: Tasa de fecundidad de las adolescentes (mujeres entre 15 y 19
años), 2015-2020
(hijos nacidos vivos por 1000 mujeres entre 15 y 19 años)
Regiones Tasa de
fecundidad

África 95,0
América Latina y el 63,0
Caribe
Asia 24,5
Europa 12,7
Norte América 18,9
Oceanía 27,9
Mundo 42,5

Fuente: CELADE - División de Población de la CEPAL. Revisión 2019 y Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económi- cos y
Sociales, División de Población (2019). World Population Prospects, 2019, edición online.
Cuadro 2
América Latina y el Caribe: Países y territorios con mayor tasa de fecundidad de las
adolescentes (mujeres entre 15 y 19 años), 2015-2020
(hijos nacidos vivos por 1000 mujeres entre 15 y 19 años)

Países LAC Tasa de fecundidad Ranking Mundial


República Dominicana 94,3 26
Venezuela (R.B. de) 85,3 31
Panamá 81,8 34
Ecuador 79,3 35
Guatemala 70,9 46
Paraguay 70,5 47
El Salvador 69,5 48
Colombia 66,7 53
Bolivia (E.P. de) 64,9 58
Argentina 62,8 61
México 60,4 65
Brasil 59,1 67
Uruguay 58,7 68
Guyana Francesa 58,4 69
Perú 56,9 71
Fuente: CELADE - División de Población de la CEPAL. Revisión 2019 y Naciones Unidas, Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales, División de Población (2019). World Population Prospects, 2019, edición online.

Cobra importancia la migración intrarregional


La migración internacional ha tenido una presencia constante en la historia de los países de
América Latina y el Caribe. Como resultado de su vinculación al viejo mundo, desde los
períodos de la colonia y la independencia y hasta mediados del siglo XX, la región recibía
inmigrantes de ultramar. Posteriormente, pasó a ser una región expulsora de población con
saldos migratorios netos negativos desde 1950 hasta los días actuales.
Uno de los principales desafíos para el estudio de la migración es la disponibilidad de fuentes
de datos que den cuenta de los patrones migratorios, flujos y características de la población
migrante, tomando en consideración también que, a diferencia del nacimiento y de la muerte,
una persona puede migrar varias veces o bien nunca hacerlo durante su vida.
De los movimientos migratorios recientes de países latinoamericanos y caribeños llama la
atención la migración intrarregional, que cobra mayor importancia. Tal es el caso de la reciente
migración de ciudadanos y ciudadanas haitianas a países sudamericanos y los flujos
migratorios de ciudadanos y ciudadanas venezolanas. Estos movimientos migratorios han
producido cambios importantes en los saldos migratorios9 de los países receptores, así como
en los países de origen. Se estima que en el período 2015-2020 el saldo migratorio de la
República Bolivariana de Venezuela es de 3,3 millones de personas y que, dentro de la región,
los principales países receptores de estos migrantes fueron Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y
Perú.

Para efectos de las proyecciones poblacionales, se considera que una parte de las personas
emigrantes de la República Bolivariana de Venezuela, una vez atenuada la crisis, empiecen a
retornar a su país. En el caso de la Revisión 2019, se proyecta este retorno para los
quinquenios 2020- 2025 y 2025-2030, aunque esta hipótesis puede cambiar dependiendo de
una serie de factores.
El dinamismo con que se dan los cambios demográficos en la región, en especial el descenso
de la fecundidad y los movimientos migratorios, llevan a un constante monitoreo y revisión de
las estimaciones y proyecciones de población.
Para esto se requiere contar con información oportuna y de calidad, un gran desafío para la
región: llevar a cabo censos de población, encuestas demográficas y fortalecer los registros
administrativos, en especial los registros de nacimientos y defunciones. Solo con información
oportuna y de calidad es posible elaborar estimaciones y proyecciones de población que
reflejen la realidad demográfica de los países y de la región.

(https://www.cepal.org/es/publicaciones/44824-dia-mundial-la-poblacion-2019)

La fecundidad y la emigración
Latinoamérica y el Caribe tendrán su punto poblacional más alto en 2055, con 715 millones de
habitantes, y se reducirá hasta los 575 millones para 2100.
A 80 años vista, "habrá un 20 por ciento menos de población en la región", destaca Lozano.
Como ocurre en otras partes del mundo estudiadas, la clave está en la caída de la tasa de
fecundidad, es decir, el número promedio de niños que tiene una mujer en su vida.
No obstante, esa bajada se produce mayoritariamente por una buena noticia: el aumento de
niveles educativos de las mujeres y el mayor acceso a anticonceptivos.
Si esa tasa cae por debajo de 2,1, entonces el tamaño de la población comienza a disminuir.

Actualmente, en la región "a día de hoy tenemos siete países que ya están por debajo de la
tasa de reemplazo" (en 2,1), subraya Lozano, en referencia a que una pareja pueda tener dos
hijos que "reemplacen a la pareja".

"En cinco años, vamos a tener 12 países, con excepción de Perú y Bolivia, que ellos tendrán su
cambio de tasa de reemplazo después de 2050. El resto lo tendrá antes".

"En términos absolutos -incide Lozano-, los países que más perderán población por migración
son Perú, México, El Salvador, República Dominicana, Venezuela. En términos relativos, es
decir, en relación con su población, El Salvador va a perder muchísima población porque es
una población actualmente menor".

En ese último caso, "emigrará muchísima gente y se reducirá también su fecundidad, porque se
da una salida de personas en edad reproductiva".
Pese a que eso puede ser una buena noticia en términos de medio ambiente, por la reducción
de las emisiones de carbono o en los recursos, también genera graves consecuencias
económicas, sociales y políticas.
A la baja
Aparte de El Salvador, algunos de los casos que destacan en las estimaciones del IHME por su
descenso poblacional para finales de siglo son Cuba, Brasil o Puerto Rico.

Para explicar el impacto que puede tener esta caída y el consecuente envejecimiento de la
población, Lozano ahonda en el caso de Brasil.

Y expone varias claves: el país "cruzó por debajo de la tasa de reemplazo en 2008" y va a bajar
en un 20% la fecundidad en un periodo de 80 años.
¿Qué significa esto?
"La pregunta es quién va a sostener a los jóvenes, a los niños y a los viejos", responde Lozano.

¿Quién pagará impuestos? ¿Quién pagará por sostener un sistema de salud? ¿Podrá la gente
jubilarse?
"Los que estamos en edad productiva [entre 15 y 64 años], nuestra solidaridad es financiar o
sostener económicamente a los menores de 15 años y a los mayores de 65 o más. Esa relación
tiene que ser baja, es decir, mientras la proporción de dependientes es menor con respecto a
los que son económicamente activos, la economía se mueve".
Y cuando esa balanza se hunde, la presión en el sistema crece.
En ese sentido, el caso de El Salvador -continúa- "es dramático".
De la población que se queda en el país, "la dependiente va a aumentar dos veces más en
relación a la que produce".
En el caso de Nicaragua, Colombia o Cuba, un país expulsor y que por su nivel de escolaridad
y control de la natalidad se sitúa a los bajos niveles de fecundidad de Europa, es similar, apunta
el profesor.
"Cuba es una sociedad que tiene todos los elementos para que, si no cambia su política, va a
entrar en problemas de orden económico, y eso no tiene que ver con el bloqueo", el embargo
económico de Estados Unidos sobre la isla.
En el caso de Puerto Rico, la complejidad de su situación como territorio asociado de Estados
Unidos le seguirá pesando en términos de migración: "No va a recibir inmigración, va a bajar
muchísimo".

Al alza
Entre los países de la región que experimentarán subidas, Lozano comenta los casos de Perú,
Bolivia y Panamá.
Bolivia es un país que está en una fase de crecimiento poblacional y cuenta con la tasa de
fecundidad más alta de la región, en 3,24.
El país, añade Lozano, no es "exactamente expulsor" y su tasa de reemplazo "cambiará hasta
2060".
"El caso de Perú -ahonda- es muy interesante, porque Perú, en términos de población de 65
años o más, no va a dejar de crecer, va a seguir creciendo hasta el año 2100. En cambio, la
población menor a 15 años sí va a empezar a disminuir en más o menos 8 años".

Según sus estimaciones, la población productiva peruana seguirá creciendo unos 50 años. En


el caso de Perú, la baja mortalidad infantil y el hecho de que su fecundidad baje de forma más
lenta jugará a su favor.
Panamá es uno de los países más destacados por el estudio a nivel global, pues es uno de los
muy pocos territorios del mundo que seguirán creciendo consistentemente hasta el año 2100.
"Es el único de la región", incide Lozano.
Medidas
Algunos países han utilizado la migración para suplir sus caídas en fecundidad, si bien esto
dejará de servir como solución si todos los países empiezan a experimentar caídas.
"Pasaremos de un periodo en el que abrir las fronteras es una opción a una competición abierta
por migrantes, porque no habrá suficientes", incide a la BBC el autor principal del
estudio, Christopher Murray.
América Latina y el Caribe
581,95 millones en 2017
715,51 millones punto más alto al que podría llegar en 2055
575,16 millones población en la que podría quedarse la región en 2100
Fuente: Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME)
Una cuestión urgente que América Latina debería abordar es las implicaciones que tiene "la
política de inmigración desordenada como región".
"Yo buscaría una cumbre para discutir esto", considera el experto, y plantea tres puntos clave a
discutir: cambios de fecundidad, políticas de población como región e implicaciones de las
epidemias.
Quedarse sin hacer nada no es una opción, según Ibrahim Abubakar, profesor de epidemiología
de la University College London, que no participó en la investigación.
La migración "puede ser una solución potencial", pero para que sea exitosa, "necesitamos
reconsiderar a fondo la política global", urge en un comentario sobre el estudio publicado
también en The Lancet.
"Un mayor multilateralismo y un nuevo liderazgo global debería propiciar que los países
receptores y exportadores de migrantes se beneficien, al mismo tiempo que se protegen los
derechos de los individuos", señala.
"Los países necesitarán cooperar a niveles que no hemos logrado hasta la fecha para apoyar
estratégicamente y financiar el desarrollo del exceso de capital humano cualificado en países
fuente de migrantes".

(https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53494536)
Fecundidad Honduras

El proceso de transición demográfica significa el cambio de altas tasas de mortalidad y de


fecundidad a bajas tasas de mortalidad y de fecundidad.

Este proceso de cambio demográfico no sucede uniformemente ya que primero se reduce la


mortalidad y después la fecundidad. En América Latina y por ende en nuestro país se redujo
primero la mortalidad, básicamente por las mejoras en las condiciones sanitarias, introducción
de medicamentos de bajo costo y una mayor infraestructura de salud. En el descenso de la
fecundidad ha influido la expansión de la preferencia por proles más pequeñas, que ha creado
mecanismos que hacen desventajosas las proles numerosas, entre ellos el acceso a la escuela,
canales simbólicos y la diseminación de los medios de comunicación, así como el acceso a la
actividad laboral de las mujeres que han idealizado a la familia pequeña como signo de
bienestar.

En Honduras el descenso de la fecundidad fue posterior al de la mortalidad y su velocidad ha


sido más lenta, porque el acceso a los mecanismos de descenso de la fecundidad fue posterior
a los mecanismos por preservar la vida. La mortalidad venía disminuyendo muy lentamente
desde los años treinta, pero desde los años cincuenta y sesenta este proceso se fue haciendo
más notorio. En cambio, en la fecundidad la reducción se hizo más evidente desde los años
setenta. Descensos no sincronizados produjeron el crecimiento acelerado de la población, con
las repercusiones significativas principalmente en los países en desarrollo (en el país a partir de
los años cincuenta). A este fenómeno es que la opinión mundial prestó atención y llevó al
debate internacional la discusión del crecimiento demográfico, donde sobresalen opiniones en
su favor, en contra y los que abarcan las dos opciones.
En nuestro caso se produjeron tasas de crecimiento demográfico natural superiores al tres por
ciento entre los años cincuenta hasta finales de los años noventa, manifestando sus mayores
valores en los años sesenta y setenta.

En los últimos años hay una tendencia hacia el descenso al igual que los países de la región.
Sin embargo, en Honduras este cambio demográfico es tardío. El efecto más palpable se
manifiesta en el crecimiento demográfico inercial, que incide en las demandas de salud, de
educación, de empleo, de vivienda y de servicios públicos. Sin embargo, con los descensos en
las tasas de fecundidad, mortalidad y en la tasa de crecimiento también se han producido y
producirán cambios en la estructura por edades de la población que vislumbra un panorama
diferente que implica cambios en las políticas públicas.
La composición por edad de la población hondureña continúa teniendo una estructura Joven,
porque todavía la proporción de población en edades de la niñez y juventud es alta. Sin
embargo, las estimaciones de población para la mitad de la centuria muestran cambios
significativos en la estructura por edad (AST), donde las edades de la niñez cederán su peso
significativo a las edades de la juventud, adultos y viejos.

Las pirámides de la población de Honduras muestran más claramente los cambios en la


estructura por edades. Estas han presentado formas expansivas con bases anchas para el
pasado, donde se reflejan los procesos de ampliación y reducción de las bases, producto
primero de la alta fecundidad, después de ampliación de la brecha con la reducción de la
mortalidad, que incluso produjo más nacimientos y aumentó la proporción en las primeras
edades, lo cual rejuveneció la población entre los años cincuenta y sesenta. Finalmente se nota
la reducción de la fecundidad que llevó a reducciones de las proporciones de la base, desde los
años setenta. Esto se observa en las pirámides de población de la década del cincuenta al
noventa del siglo pasado.
Para el futuro las pirámides de la población tendrán formas constrictivas, producto de las
reducciones en la base por la continua disminución de la fecundidad. Asimismo, las cúspides se
ampliarán por el envejecimiento de la población, reflejo de aumento en la esperanza de vida de
las personas.

Clasificando a la población por grandes grupos (menores de 15 años, de 15 a 64 años y los de


65 años y más) se notan cambios espectaculares. En términos absolutos, todas estas
subpoblaciones incrementan sus volúmenes en general entre los años 1950 al 2050, sin
embargo, población menor de quince años lo hará hasta el 2025 cuando en adelante empezará
la tendencia a descender en efectivos.
La población en edades productivas se convierte en el subgrupo más importante de los tres ya
que incrementará espectacularmente su número, de 4.2 millones en el año 2005, incrementará
en veinte años a 7 millones y llegando en el año 2050 a 9.2 millones de personas. En cambio,
en términos relativos, la población menor de quince años tenía una tendencia al incremento en
su peso en el total de la población desde 1950 hasta 1975, cuando se revirtió esa tendencia e
inició un descenso que se mantiene desde ese año y se mantendrá en el futuro.
El grupo de población en edades productivas (15 – 64 años) se convierte desde la mitad de los
años setenta en el grupo que más peso tiene en la población total, actualmente representa un
57% y en el año 2050 dos tercios de la población pertenecerá ha ese segmento, siendo el
grupo donde se localizan los mayores niveles de producción.
La población de 65 años y más ha crecido desde la mitad de los años cincuenta (2.3%) y
continuará aumentando su peso en el total de la población, tal es el caso que en el año 2050
alcanzará el 12.5%. Lo anterior es la muestra del proceso de envejecimiento de la población.

Los cambios en la estructura por edades también se manifiestan en los segmentos de población
según la etapa del ciclo de vida de las personas, que distinguen los diferentes tipos de
necesidades y demandas, tanto de carácter público o privado. En general, en Honduras todos
los grupos que conforman las etapas de ciclo vital están actualmente incrementando sus
efectivos. Sin embargo, el grupo que compone la niñez (0 a 14 años) llegará a su nivel máximo
en los próximos veinte años; para llegar al final del período (2050) a tener similares valores
conjuntamente con el grupo de la juventud (15 a 29 años) y los adultos jóvenes (30 a 44 años).

Ahora bien el porcentaje de la niñez en la población total va decreciendo desde los años
setenta y llegará al final del período a ser muy similar al de la juventud y adultos jóvenes,
quienes actualmente incrementan su peso, pero revertirá su comportamiento en los próximos
años tres años para la juventud, mientras que los adultos jóvenes les llevará aproximadamente
treinta años.

Dentro del grupo funcional de la niñez se encuentra la cohorte de nacimientos (0 a 4 años) que
tuvo sus mayores porcentajes en los años sesenta (19.7% del total) y desde allí esta
descendiendo, llegará a 7.2% en el 2050, resultado de la baja de la fecundidad y cambio de
estructura de edades.

Las edades adultas, en retiro temprano (60 a 74 años) y vejez (75 años y más) vienen
incrementando su peso en el total de la población en todo el período, y ha sido más notorio
desde inicios del siglo actual.

En realidad los efectos del crecimiento son notorios en todas las edades funcionales, aunque
los aportes de las tres primeras etapas sean más importantes. La juventud aportará grandes
contingentes de población, convirtiéndose en el grupo de edad que deberá ser mejor atendido
en el corto plazo. Sin embargo, a través del tiempo los contribución porcentual de las tres
primeras edades será muy similar en el largo plazo

Los cambios en la estructura por edad llevan a cambios en las relaciones de dependencia de
las personas. En Honduras la Relación de Dependencia Total (RDT) y la Relación de
Dependencia de la Niñez (RDN) han tenido un comportamiento muy similar a través del tiempo,
ambas aumentaron desde los años 1950 hasta 1970. A partir de ese año han tenido un
descenso sostenido y paralelo hasta el 2015, donde se ampliará la brecha entre ambas ya que
la RDT a partir del 2040 tenderá al aumento, mientras las RDN seguirán descendiendo. La
Relación de Dependencia de la Vejez (RDV) tiene una tendencia creciente desde los años
cincuenta y continuará en todo el período.

En el quinquenio actual la RDT (que incorpora la carga demográfica de niños y viejos) es de


74.9 por cien que significa que de cada cien personas en edades productivas 75 son personas
en edades dependientes. Alcanzará su valor más bajo en el período en el 2040 cuando
descienda a 47.2 por cien. Presenta un panorama positivo en un período de veinticinco años
porque la carga demográfica desciende a valores nunca observados haciendo que las
poblaciones productivas sostengan menos dependientes, es decir se produce una ventana
demográfica de oportunidades, que algunos estudios llaman también bono o dividendo
demográfico, que es un período de varias décadas que sumado al estimulo de políticas y
acciones en capital humano, generación de empleo, ahorro e inversión, se convierte en nuevas
oportunidades para las poblaciones.

Fecundidad y Mortalidad
Se observa que la población afrohondureña registra las tasas más bajas de mortalidad infantil,
inclusive inferiores a la nacional que indica 34 defunciones entre niños menores de un año por
cada 1,000 nacidos vivos. Tanto los Garífunas como los Negro Ingleses registran tasas de
mortalidad infantil de 27%. Los Tolupanes registran las tasas más altas de mortalidad infantil.
Características Socioeconómicas con 52%, seguidos por los Lencas (43%) y los Chortís (39%).
Mismo comportamiento se observa con las tasas globales de fecundidad. La población
afrodescendiente registra tasas inferiores a la nacional de 4.1%, siendo la Garífuna de 4% y la
de los Negros Ingleses de 3.8%. Mientras que los Tolupanes y Misquitos tienen las tasas más
elevadas de 6.1%, las cuales están seguidas muy de cerca por los Lencas (5.9%), Chortís
(5.8%) y los Tawahka (5.6%).

De igual manera los afrodescendientes registran tasas globales de natalidad menores que el
resto de los grupos étnicos hondureños. Ambos grupos muestran tasas de 29.9%, mientras que
la nacional es de 32.8%. Los demás grupos registran tasas que oscilan de 37% (Chortís) a
42.3% (Pech). Las relaciones de dependencia son igualmente menores en los afrohondureños y
más altas en los grupos indígenas con excepción de los Misquitos.

Cuadro 1: Tasas de Mortalidad Infantil, Global de Fecundidad, Brutas de Natalidad y Relación


de Dependencia según Grupo Étnico.

Grupo TMI TGF TBN Nacimient IM RD


Étnico os
Honduras 34.0 4.1 32.8 213,943 97.8 83.0
Garífuna 27.0 4.0 29.9 1,493 87.8 97.3
Negro Inglés 27.0 3.8 29.9 397 100.4 75.4
Tolupán 52.0 6.1 36.2 375 105.7 104.
6
Pech ** SD 5.7 42.3 175 93.7 94.7
Misquito 25.0 6.1 41.8 2,321 94.7 112.
3
Lenca 43.0 5.9 37.0 11,135 101.8 103.
0
Tawahka *** SD 5.6 38.3 101 102.2 108.
5
Chortí 39.0 5.8 37.4 1,387 104.1 96.3
Otro 33.0 4.2 32.4 196,559 98.0 88.1

Notas: **Las tasas correspondientes a los Pech y Tawahka deben usarse con reservas ya que
la insuficiencia de casos puede subestimar el resultado o ser poco representativo.

SD Insuficiente número de casos; TMI: Número de defunciones entre niños de menos 1 año de
edad por 1,000 nacidos vivos. LA TMI se estimó con información censal del número de hijos
nacidos vivos e hijos sobrevivientes por edad de la madre. Se usó la metodología BRASS
aplican do el programa QFIVE (ONU 1990); T GF: Número promedio de hijos por mujer. Se
estimó indirectamente usando método de Arriaga del libro “Análisis de Población con
microcomputadoras;” TBN: Número de nacimientos por cada 100 mujeres en una población; IM:
Numero de hombres por cada 100 mujeres en una población. Índice o razón de dependencia
(RD): Relación entre personas en edades dependientes (menores de 15 y mayores de 64) y las
personas en edades económicamente productivas (15-64 años).
Con respecto al Índice de Masculinidad, se observa que el menor índice lo apuntan los
Garífunas (87.8%) un poco más bajo que el nacional (97.8%). Este grupo es el que registra una
marcada emigración de población para trabajar al extranjero, sobre todo a los Estados Unidos.
No se conocen encuestas específicas de la emigración Garífuna, pero informalmente se
asegura que en su mayoría emigran los hombres.

Cuadro 2: Porcentaje de Jefas Mujer según Grupo Étnico

Cuadro 11: Porcentaje de Jefas Mujer según Grupo Étnico


Garífuna Tolupán Misquit Lenc Tawahka
o a
Negro Pech Chortí
Inglés
43 34 18 16 24 21 22 18
Fuente: INE, Censo 2001.
Se observa que son precisamente los afrohondureños los que cuentan con un mayor porcentaje
de hogares con jefas mujer. Los demás grupos promedian un 18% de hogares con jefas mujer.
Solamente los misquitos registran una tasa relativamente superior que el resto de los grupos
indígenas, pero siempre inferior a los afrodescendientes.

(https://documents1.worldbank.org/curated/en/333621468274216757/pdf/363950HN0Afrohondu
renos01PUBLIC1.pdf)

Morbilidad

Un 54% de las personas buscó asistencia en los servicios de salud debido a problemas
respiratorios, un 18% a causa de otras enfermedades infecciosas, un 6% por enfermedades
crónicas y el resto por otras causas.

En Honduras se han logrado avances importantes en enfermedades prevenibles por


vacunación, como ser la erradicación del polio virus salvaje desde 1989, del sarampión desde
1997 y rubéola desde 2002, y el control de la difteria, tétanos neonatal y no neonatal y la
meningitis tuberculosa. Estos logros son resultado de las altas tasas de cobertura de
vacunación que se observan en el país. El principal problema de salud, especialmente entre los
menores de cinco años, son las enfermedades infecciosas intestinales y las enfermedades
respiratorias agudas. Las enfermedades transmisibles por vectores y crónicas, continúan con
elevadas tasas de incidencia y prevalencia, especialmente en las zonas más pobres.
Existe una fuerte relación entre estas enfermedades y la pobreza, ya que las mismas son
favorecidas por condiciones como el no acceso a servicios básicos, el bajo grado de
escolaridad, los hábitos y costumbres no saludables y la existencia de factores ambientales que
favorecen su aparición. Entre las enfermedades transmisibles más frecuentes en el país se
pueden señalar el dengue, la malaria, la enfermedad de Chagas, la Leishmaniasis y la
Tuberculosis.

Un 30% de niños menores de 5 años presenta deficiencia de hierro, mientras que la


desnutrición crónica llega al 33% en este grupo de edad. El retardo global de crecimiento en
escolares es de 36.2%, pero en las áreas rurales llega hasta el 42.1%. El retardo severo de
crecimiento en escolares alcanza el 11.8%.
Entre todas estas enfermedades nutricionales y la pobreza existe también una relación directa.
Las enfermedades crónicas no transmisibles han ido aumentando en los últimos años, como
producto de la transición demográfica y epidemiológica que vive el país. Un estudio elaborado
en la Maestría en Demografía Social de la UNAH cuantifica la tendencia decreciente del peso
relativo de las enfermedades infecciosas y transmisibles por vectores, y la creciente de las
enfermedades crónicas no transmisibles. La violencia basada en género es un factor de
morbilidad.
Según datos del 2019-2020, el 15% de las mujeres fue víctima de maltrato alguna vez a partir
de los 15 años. Las mujeres sin educación son maltratadas con más frecuencia que las que
tienen un nivel educativo superior. Sin embargo, no existe una relación directa tan evidente
entre nivel de riqueza y maltrato, ya que éste está distribuido de forma más o menos uniforme
entre todos los estratos, y en el nivel intermedio es donde se dan más casos. El abuso sexual
es más frecuente entre las mujeres sin educación y no parece tener una relación directa con el
nivel de riqueza. La incidencia del abuso sexual es ligeramente mayor en el área rural.

En el 2019, el Departamento de Medicina Forense realizó 1,468 evaluaciones por denuncia de


abuso sexual. Un 84.5% de esas evaluaciones correspondió a mujeres. Los grupos de edad
más afectados fueron los niños y niñas de 10 a 14 años (532 casos, 484 en niñas y 48 en
niños) y los de 15 a 19 años (426 casos, 385 en mujeres y 41 en hombres.

(https://honduras.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/analisispoblacional.pdf)

Enfoque intercultural de la salud La Región de las Américas es un universo heterogéneo en


cuanto a sus aspectos económicos, sociales y culturales. La población de la mayoría de los
países de la Región, entre ellos Honduras, tiene un carácter multicultural, pluriétnico y
plurilingüe. Los pueblos indígenas cuya población asciende a 43 millones de personas,
pertenecientes a más de 400 pueblos diferentes, forman parte de estas culturas y etnias de las
Américas y constituyen el 6% de los habitantes del Continente y conforman el 24% de la
población rural de América Latina.
El analfabetismo, el desempleo, la carencia de tierra y territorio, las altas tasas de morbilidad
por causas evitables y las grandes limitantes de acceso y utilización de los servicios por
barreras geográficas, económicas y culturales, son problemas que afectan a la mayoría de
comunidades indígenas. Sin embargo, es necesario reconocer las potencialidades culturales,
lingüísticas y de organización y liderazgo, ligadas a principios éticos comunitarios de
reciprocidad y respeto y en conocimientos ancestrales, que les ha permitido a estos pueblos
generar mecanismos de sobrevivencia ante situaciones adversas. Por ejemplo, los pueblos
indígenas de la Región han desarrollado un conjunto de prácticas y conocimientos sobre la
restauración y mantenimiento del bienestar individual y colectivo, muy complejo y bien
estructurado en sus contenidos y en su lógica interna, cuyo "eje conceptual" o cosmovisión, se
basa en el equilibrio, la armonía y la integralidad. Este conjunto de prácticas y conocimientos
presentes en los pueblos indígenas de la Región, generalmente ha sido agrupado en la
denominada Medicina Tradicional.

Desafortunadamente, las diferencias de las culturas en cuanto a lengua y comunicación,


valores y creencias, formas de vida y organización del tiempo, en general, no han sido tomadas
en cuenta en la atención de salud. Esto ha determinado problemas asociados con el
desempeño del personal, los horarios de atención, la disposición física y los procedimientos
técnicos utilizados por los servicios públicos de salud. Cada una de estas manifestaciones
representan la incongruencia entre la organización y provisión de los servicios de salud y la
dinámica de las poblaciones multiculturales.

En este contexto, y teniendo en cuenta los principios de la reforma del sector salud (equidad,
calidad, eficiencia, sostenibilidad y participación social), la incorporación del enfoque
intercultural de la salud en los programas de formación y capacitación de los recursos humanos
y en los modelos de atención, se presenta como una estrategia para el mejoramiento del
acceso equitativo a una atención de calidad por parte de la población de Honduras,
particularmente de la población indígena y negra del país. Este enfoque se basa en la
convicción de que la salud debe ser entendida como el bienestar biológico, psicológico, social y
espiritual del individuo y de la comunidad/sociedad.

Las causas de morbilidad varían de un pueblo a otro según las condiciones del medio en que
habitan. Los pueblos Garífunas, Isleños, Misquitos y Tawahkas, ubicados en zonas costeras de
bosque tropical y con suelos bajos que permiten el estancamiento de agua lluvia y de lagunas
naturales, sufren de una alta incidencia de malaria. Los pueblos negros (Garífunas y de habla
inglesa) están siendo afectados en forma ascendente por el VIH/SIDA debido básicamente a
que están localizados en las principales zonas turísticas del país. La etnia Tolupán registra una
alta incidencia de la enfermedad de Chagas e infecciones respiratorias agudas con énfasis en
tuberculosis, los Pech registran incidencia de leishmaniasis, cutánea y mococutánea, los
Lencas y Chortí sufren la incidencia de la enfermedad de Chagas e infecciones respiratorias
agudas con fuerte prevalencia en neumonías. De cada 100 niños indígenas que nacen 68
mueren de enfermedades infecto-contagiosas. A esta morbilidad que registra datos particulares
para cada comunidad se deben agregar síndromes diarreicos, parasitosis intestinal,
desnutrición y dermatopatías.

La desnutrición es un problema generalizado entre todos los pueblos indígenas de Honduras,


95% de la población indígena menor de 14 años sufre de desnutrición.

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