Las Criptomonedas
Las Criptomonedas
Las Criptomonedas
El panorama de las criptomonedas es enormemente diverso. Con pocas barreras que superar, casi
cualquier persona que lo desee y entienda sobre tecnología blockchain puede crear su propia
criptomoneda. Existen más de 1.600 criptomonedas ofrecidas en las principales, medianas y
especializadas plataformas de intercambio.
Sobre estas criptomonedas y tokens digitales, es justo decir que el número que tiene real
significancia puede ser reducido a una lista de dos dígitos. Este grupo más pequeño puede además
ser reducido a su vez hasta las criptomonedas que son operadas lo suficiente como para tener
liquidez significativa, o que son usadas con regularidad para pagar por usos de plataformas de
blockchain como tokens de utilidad. En esta categoría, podríamos con mucha probabilidad incluir
entre 20 a 30 monedas digitales.
BITCOIN
Bitcoin está considerado como la cripto original, su lanzamiento en 2009 es considerado como lo
que inició todo el movimiento de las criptomonedas. Bitcoin - y la tecnología blockchain en la que
opera - fue desarrollada por una persona o grupo de trabajo bajo el pseudónimo de Satoshi
Nakamoto. Bitcoin se presentó como una alternativa al sistema monetario tradicional, y que en el
mundo de las criptos se conoce como monedas fiats. La verdadera identidad de Satoshi Nakamoto
nunca ha sido revelada.
ETHEREUM
RIPPLE XRP
Ripple XRP es otra moneda de utilidad. Su plataforma de blockchain está configurada para facilitar
las transferencias internacionales de monedas fiats y aumentar su eficiencia. Estrechamente
vinculada y respaldada por varios bancos desde su lanzamiento, Ripple XRP es considerada como
la criptomoneda del establecimiento.
LITECOIN
Litecoin es otra alternativa potencial a las monedas fiats y un rival destacado del Bitcoin. Sus
creadores esperan que eventualmente el Litecoin sea utilizado para pagar servicios y bienes del
día a día. Esta criptomoneda se ha posicionado como una alternativa más práctica y
tecnológicamente superior al Bitcoin. Las transacciones por medio de Litecoin pueden ser
confirmadas en la red P2P con mayor rapidez que las transacciones por medio de Bitcoin.
NEO
Al igual que Ethereum, NEO es una plataforma de contratos inteligentes y Dapps. lanzada en 2014,
el objetivo de NEO fue mejorar Ethereum al ofrecer aproximadamente la misma utilidad por
medio de una tecnología de blockchain más sofisticada.
Hay muchas personas que afirman que NEO es una plataforma superior a Ethereum, pero como
sucede con Litecoin y Bitcoin, la antigüedad y mejor posicionamiento de Ethereum le ha ayudado a
mantener una mayor cuota de mercado.
IOTA
IOTA es una criptomoneda única, basada en la estructura de Gráfico Acílico Dirigido (DAG). Fue
creada para trabajar con dispositivos compatibles con internet de las cosas, o IoT por sus iniciales
en inglés. El IoT facilita micro-transacciones sin costos que involucran dispositivos conectados, y
que además ayuda a mantener la integridad de la información. Recientemente, IOTA saltó a lo más
alto de la lista de criptomonedas más operadas y parece tener un gran futuro con la tecnología IoT
convirtiéndose en el estándar.
SATOSHI NAKAMOTO
Satoshi Nakamoto es como se conoce al creador de Bitcoin. Y aunque no sepamos quién es o era
Satoshi Nakamoto, sí sabemos lo que ha hecho.
Nadie conoce su identidad, algo que hace más misterioso todo esto. La identidad de Satoshi es un
tema que siempre genera curiosidad. Es por esa razón, que publicamos este artículo haciéndonos
eco de las informaciones que existen hasta la fecha.
En 2009 publicó la primera versión del cliente de bitcoin y participó con otros en el proyecto hasta
que su presencia empezó a diluirse hacia finales de 2010.
Trabajó con otros al principio, aunque se cuidó mucho de no hacer visible información personal y
el último que supo de él/ella fue en la primavera de 2011, cuando dijo que “estaba a otras cosas”.
No podemos saber a ciencia cierta si era japonés o no, ni siquiera su sexo, edad o cualquier otro
dato.
No, pero las conclusiones a las que llega la gente cuando se pone a investigar, pueden dar lugar a
informaciones aún más intrigantes. Joshua Davis, del New Yorker, cree que Satoshi Nakamoto es
Michael Clear, un estudiante de criptografía del Trinity College de Dublín.
Sacó esta conclusión tras analizar 80.000 palabras de los escritos de Nakamoto y buscando
coincidencias gramaticales.
También sospechó del sociólogo, economista y también desarrollador de videojuegos finlandés Vili
Lehdonvirta.
Ambos han negado ser los creadores de bitcoin, haciéndolo en público Michael Clear en la Web
Summit de 2013.
Adam Penenberg, de Fast Company contradijo esa información asegurando que Nakamoto eran
tres personas:
Llegó a esta conclusión escribiendo frases sueltas del artículo científico de Nakamoto en Google
para ver si se usaban en algún otro sitio.
Las criptomonedas han ido tomado gran relevancia, sobre todo por el aumento de valor en el
Bitcoin y los anuncios de grandes compañías como Facebook y Walmart sobre la creación de su
propia criptodivisa.
Si bien puede sonar atractivo ingresar a este negocio, es importante considerar el proceso que se
lleva a cabo para conseguir la divisa digital, es decir, en lugar de comprar o intercambiar dinero
digital, conocer el proceso para “crear” un Bitcoin.
Como se menciona en el sitio de la revista Forbes en su versión en inglés, una de las cosas que más
llaman la atención en cuanto al Bitcoin, es que se les paga a las personas que mantienen su cadena
de bloques en funcionamiento, además de segura.
Dicha cantidad puede sonar algo exorbitante, sobre todo si es el premio por resolver solo un
rompecabeza, sin embargo, es importante considerar que el rompecabezas tiene su propio grado
de dificultad, debido a que consiste en mezclar una serie de números, para crear un resultado con
23 ceros, lo que, debido a las matemáticas involucradas, significa que el minero debe hacer
literalmente miles de millones de billones de cálculos para encontrar un código de contraseña.
Para lograrlo, los mineros ejecutan estos miles de millones de cálculos, analizando las respuestas
incorrectas, con el objetivo de llegar a una sola que sea correcta.
Este proceso puede tomarle al minero hasta tres años, tiempo en el que una computadora
especializada para este trabajo, realiza aproximadamente 50 billones de cálculos por segundo, lo
que se traduce en un gasto de miles de dólares en electricidad y equipo para lograrlo, a medida
que se avanza en el proceso.
Para muchos entusiastas, tecnólogos y libertarios, el Bitcoin y otras criptomonedas son el futuro
de un mundo con un mercado libre sin restricciones gubernamentales ni bancos centrales. Una
moneda más democrática, segura y anónima. Para otros, una burbuja que nunca será una
moneda. Y mejor que no lo sea. ¿Por qué?
CLAVES:
La burbuja del Bitcoin muestra que esta no es la moneda del futuro sino del pasado: el
futuro ya existe con la moneda electrónica.
El Bitcoin tiene otros dos grandes problemas: es deflacionaria y poco flexible para el
mundo real.
El Bitcoin y las criptomonedas están aún en fase de innovación pero es necesario resolver
tres problemas: decidir si son inversiones o herramientas; separarse de la noción de que
son monedas; y resolver problemas de almacenamiento y venta.
La lógica de todas las burbujas es siempre la misma: excesivo optimismo sobre el valor de un bien
y la expectativa de que el precio del mismo siga subiendo. Cuando estalla la burbuja, el precio
colapsa.
¿En qué se basa las expectativas con el Bitcoin y similares? La idea es que son la moneda del
futuro pero “nada está más alejado de la verdad”. De hecho, indica De Grauwe, el Bitcoin es una
moneda arcaica que utiliza, al igual que el oro, recursos escasos.
Por tanto, más que una criptomoneda del futuro, el bitcoin es una moneda del pasado: en cambio,
la moneda electrónica, cada vez más barata en términos de producción, es la moneda del futuro. Y
aunque los Bitcoins puedan disminuir sus costes de producción, se comparan muy mal con la
tecnología ya existente.
Existen además otras razones relevantes por las que las criptomonedas no tienen futuro como
medios de pago y unidades de cuenta, es decir, las funciones principales del dinero. En primer
lugar, la oferta de Bitcoins se fija asintóticamente, no respondiendo a la creciente demanda y
necesidad de oferta de esta moneda. La economía basada en Bitcoin, entonces, encararía una
deflación permanente con profundas consecuencias económicas para los inversores,
emprendedores y el crecimiento futuro.
En esta línea, Matt O’Brien en The Washington Post también reniega del papel del Bitcoin como
moneda y destaca este mismo aspecto: el misterioso creador de la moneda decidió que
únicamente existirían 21 millones de Bitcoins. Eso explica por qué cuando aumenta la demanda
también aumenta el precio. Pero, se pregunta, “¿qué significa que una moneda incremente su
valor, como ha hecho el Bitcoin, de los $775 el año pasado a más de $17.000 hoy?” Pues que, con
la misma moneda, se puede comprar 22 veces más cosas que antes. Esto quiere decir que “los
precios de todo se han desplomado en términos de Bitcoin”. Es decir, de nuevo, deflación: un 95,4
por ciento, para ser exactos.
Y esto es, ni más ni menos, la muerte de una divisa. Entonces, ¿estamos realmente ante la
criptomoneda del futuro? ¿Contrataría una hipoteca en Bitcoin que era originalmente de $200.000
pero que pueden convertirse en $3,4 millones en año más tarde?
De Grauwe señala también un segundo aspecto, incluso más relevante aún respecto al futuro del
Bitcoin, que hace del Bitcoin una moneda peligrosa puesto que enfrenta a un supuesto mundo
idealizado –donde el Bitcoin sería central– con el mundo real. El Bitcoin no estaría respaldado por
un prestamista de última instancia, los bancos centrales, y cuando llegase las crisis, y siempre
llegan, todos irían hacia la liquidez pero esta sería inexistente. Si no hay bancos centrales que
proporcionen liquidez, se va hacia la deflación e insolvencia. Una economía del Bitcoin no es lo
suficientemente flexible.
Pero esta ausencia de bancos centrales es para los “fundamentalistas del mercado” lo más
destacable. Para algunos, el Bitcoin se ha convertido en el “símbolo de un mundo de libre
mercado” donde, liberados de los controles gubernamentales, se creará riqueza para muchos, con
mercados auto-regulados que evitarán las crisis. Ahí, el Bitcoin jugará ahí un papel central. Pero en
el mundo real no, concluye De Grauwe.
Pero, entonces, si no es una moneda, ¿qué es lo que es? O’Brien es igualmente crítico: no es sólo
una moneda fallida, también es un sistema de pagos fallido por su lentitud y costes (como el ancho
de banda necesario para realizar las transacciones), que hacen que sea un nuevo y no mejorado
PayPal.
Como indica Scott Rosenberg en Wired, toda nueva tecnología experimenta, en sus inicios, un
período de expansión por lo que esta tecnología se supone que podrá solucionar todos los
problemas posibles e imaginables hasta que llega un momento en el que se ven de un modo más
claro sus ventajas e inconvenientes. Esto está ocurriendo con la moneda electrónica Bitcoin en
particular y con las criptomonedas en general al igual que con el blockchain.
2018 será el año de “las criptomonedas para todo”. De hecho, se han levantado más de $4.000
millones –la mayoría en este último año– en la introducción de nuevas criptomonedas. “El futuro
en el que cada uno de nosotros tengamos nuestra propia moneda sigue siendo improbable. Pero
uno en el que cada gran empresa tecnológica expida un token como una moneda propia
probablemente no esté tan lejos.
Para que estas monedas avancen de verdad es necesario resolver estos problemas. Aunque, de
fondo, todos los problemas a los que se enfrentan estas monedas pueden resumirse en
“confianza”, lo que no deja de ser paradójico puesto que estos sistemas se basaron precisamente
en una idea “tecnolibertaria” de un mundo sin “necesidad de confianza” debido a la garantía
irrefutable del blockchain.
Mientras, existe apetito inversor y tecnología a disposición para seguir invirtiendo en esta
tecnología. Seguimos aún en la fase de expansión, pero habrá que empezar a ver sus utilidades
reales y capacidad de resolver problemas concretos. O, si no, no servirán para nada.
ALTERNATIVAS DE BLOCKCHAIN