Camino Al Exito

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EL CAMINO AL ÈXITO

Josué 1:1-9
¿En que consiste?
Por: Juan Ramon Chávez
INTRODUCCION
Literalmente la palabra camino se refiere a la franja de terreno o vía que pisan nuestros
pies y por donde transitan los vehículos constantemente. Sirve para unir ciudades y
pueblos. De allí que camino encierra la idea de movimiento progresivo. La Biblia habla
mucho de caminos. Pero se utiliza mucho en sentido figurado. Por ejemplo, camino hace
referencia a:
1. A una persona: Jesucristo. Juan 14:6 dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí”
2. Al movimiento del cristianismo. De hecho, Saulo de Tarso perseguía a los que
pertenecían a este camino (Hechos 9:2; 19:9-23; 24:14).
3. Al comportamiento moral de las personas. Por eso Genesis 6:12 dice: “porque toda
carne había corrompido su camino”. Salmos 1:1 también dice: “Bienaventurado el
varón que no…estuvo en camino de pecadores”.
4. Al medio para conseguir o alcanzar un objetivo. De allí que Luc 1:79 dice que Jesús
vino “Para encaminar nuestros pies por camino de paz”. Y también habla de
“camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:14).
Y aunque puede haber muchos más sentidos en que se usa la palabra camino en la Biblia,
yo quiero hablar del último sentido, el medio para conseguir o alcanzar un objetivo. Pero,
¿Cuál es el objetivo que queremos alcanzar? Pues, el mismo que quería alcanzar Nehemías
cuando le dijo a Dios: “concede ahora buen éxito a tu siervo” (Nehemías 1:11). Así que,
Si, queremos hablar del camino al éxito.

¿Pero, que es el éxito? “El termino Éxito proviene del latín exĭtus, que significa «Salida»
de ahí se determina que Éxito se refiere al resultado final y satisfactorio de una tarea”
(https://conceptodefinicion.de/exito/). Es lo contrario a fracaso. Pero dependiendo a quien le preguntemos

nos dará lo que para el es éxito. Por ejemplo,


1. Para un deportista de los juegos olímpicos éxito puede ser ganar la medalla de oro.
2. Para un vendedor puede ser convertirse en numero 1 de su empresa.
3. Para un estudiante puede ser obtener su titulo universitario.
4. Para una ama de casa puede ser tener la casa más bonita.
5. Para un hombre de negocios puede ser ganar mucho dinero.
Para muchos el éxito se define como alcanzar riquezas, fama y poder. Pero todos estos
existo son engañosos y pasajeros. Por eso vamos al plano espiritual, al plano cristiano.
¿Para el cristiano, que es el éxito? Cuando observamos los hombres de Dios en la Biblia
podemos definir éxito.
1. Desde el punto de vista humano se podría decir que Noe fue un predicar fracasado.
Un pregonero de justicia que no salvo a nadie. Pero desde el punto de vista
espiritual, diríamos que Noe fue un predicador exitoso porque se salvo el y salvo a
su familia.
2. Desde el punto de vista humano se podría decir que Moisés fue un fracaso porque
no entro en la tierra prometida. Pero desde el punto de vista espiritual Moisés fue
un hombre exitoso porque saco al pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. Moisés
es mas conocido, no porque apareció en el monte de la transfiguración, sino porque
liberto al pueblo de Israel.
3. Desde el punto de vista humano se podría decir que Pedro fue un fracaso porque en
la misma noche que trato de defender a Jesús con la espada cortando la oreja de
Malco, también en esa misma noche, horas mas tarde, estaba negando a Jesús. Pero
desde el punto de vista espiritual Pedro se convirtió en un hombre exitoso porque
se arrepintió y se convirtió en uno de los apóstoles mas sobresalientes de Jesús y
anciano de la iglesia (1 Pedro 5:1-5).
Así que en vista de todo esto podemos definir éxito como llegar a ser la persona que
Dios quiere que seamos y alcanzar lo que ha preparado para nosotros. Por lo tanto,

I). EL CAMINO AL ÉXITO CONSISTE CONOCER EL PLAN DE DIOS PARA TU


VIDA. 1:1-2
A. En que tu seas suyo. Jos 1:1 “Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de
Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés…”.
Después de los 30 días de duelo por la muerte de Moisés (Deuteronomio 34:8), Dios
llamo a Josué. Porque, aunque mueren a esta vida los siervos de Dios, la obra sigue. La
obra de Dios nunca depende sólo de un hombre. Por eso también Dios selecciono a
Eliseo después de Elías. Josué había sido el asistente de Moisés (Éxodo 33:11) y aunque
había cuando menos de la antigua generación otro hombre capaz llamado Caleb, y
muchos de la nueva generación, no obstante, Dios quiso apartar a Josué desde mucho
antes de la muerte de Moisés (Números 27:18).

Quizás algunos de nosotros nos preguntemos ¿Porque yo? Pues vemos que hay otros
más capaces y talentosos que nosotros. Pero la verdad es que Dios quiso que fuéramos
suyos y nuestra elección no estaba basada en nuestros méritos, sino en los méritos de
Cristo. Nosotros no elegimos al Señor, el Señor nos eligió a nosotros (Juan. 15:16). Y
no fuimos elegidos por casualidad, suerte o accidente, sino porque Dios así lo quiso.
Porque Dios no comete errores. Dios no nos dio a Jesús, a su Espíritu Santo, a su
Palabra, su perdón, la salvación, por equivocación, sino porque Dios ya lo había
planeado que fuera así. Dios siempre hace lo que ha pensado hacer. El plan de Dios
para nuestras vidas es más antiguo que el mundo (Efesios 1:4).

B. En que tu avances. Jos 1:2 “Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y
pasa este Jordán”.
Es como si Dios le dijera a Josué, “Moisés ha terminado su trabajo, ahora te toca a ti”.
El tiempo de llorar a concluido, ahora es tiempo de secar las lágrimas y poner manos a
la acción. Aunque Josué era un hombre de Dios muy capaz, estaba, como lo estaríamos
cualquiera de nosotros, triste, desalentado y angustiado por lo que seria del futuro.
Desde el punto de vista humano no era el tiempo ideal para asumir nuevos retos. Porque
había perdido a su amigo y su mentor. Además, no habían podido entrar aun a la tierra
prometida. Hombres de Dios como Moisés dejan un gran vacío difícil de llenar. Sin
embargo, para Dios ese era el momento propicio para levantarse y marchar hacia
adelante.

Esto nos enseña que no podemos detenernos ante las dificultades, hay que avanzar. Si
Dios no se detiene, sus hijos tampoco se deben detener. Por mas difíciles que hayan
sido nuestras experiencias, son parte del pasado. Y Dios nos esta motivando a movernos
hacia el futuro. Ningún estudiante, ningún deportista, ningún vendedor, ningún
empresario y ni ningún cristiano. Nadie ha triunfado en la vida sentado y con los brazos
cruzados lamentado su “mala suerte”. Como cristianos tenemos muchas cosas que
lograr por eso, como dice Pablo debemos extendernos hacia a lo que esta por delante
(Filipenses 3:13). No podemos detenernos porque nuestra misión aun no ha terminado.
Aún tenemos cosas que cambiar en nuestras vidas, aún tenemos que salvar a nuestros
hijos, y familiares, aún tenemos que edificar a los santos. Para avanzar hay que dejar el
pasado y movernos a lo nuevo que cada día Dios tiene para nosotros.

C. En que tu guíes a otros. Jos 1:2 “levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo,
a la tierra que yo les doy”.
Por más de 40 años Josué había ayudado a Moisés con el pueblo de Israel, pero con
Moisés muerto, el pueblo de Israel era su responsabilidad. Así como Moisés saco de la
tierra de Egipto al pueblo, ahora Josué los debería sacar del desierto. Así como Moisés
los cruzo por el mar rojo, así Josué los debería cruzar por le rio Jordán. Había dejado
de ser seguidor para convertirse en guía. Dios está siendo especifico con Josué, no solo
el debía entrar a la tierra prometida, sino también ayudar a que otros entraran. Y esto
es importante porque ha habido hombres que debieron guiar a otros a Cristo, pero
fracasaron. Judas debía guiar a otros a Cristo y fracaso. Demas debía guiar a otros a
Cristo y fracaso. Ananías y Safira y fracasaron (Hechos 5:1-11).

El plan de Dios para nuestras vidas es que seamos buenos guías para la esposa y para
los hijos, porque esa es una de las funciones de ser cabeza (Efesios 5:23). Que demos
un ejemplo positivo que otros puedan seguir (1 Corintios 11:1). Debemos querer que
otros vayan al cielo como lo queremos nosotros. Para para lograr esto necesitamos tener
un verdadero interés en los demás.

II). EL CAMINO AL ÉXITO CONSISTE EN CONFIAR EN LAS PROMESAS DE


DIOS. 1:3-5
A. Confiar en la promesa de la recompensa. Jos 1:3 “Yo os he entregado, como lo
había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie”.
Aunque la tierra de Canaán aún no estaba conquistada ya estaba segura por eso se
menciona como ya entregada. Es como si ya la tuvieran en sus manos. Era tan segura
que Dios les da las fronteras de dicha tierra. Josué 1:4 dice: “Desde el desierto (En el
sur) y el Líbano (En el Norte) hasta el gran río Eufrates, (Al oriente) toda la tierra de
los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, (Mar Mediterráneo al accidente) será
vuestro territorio”. El pueblo de Israel tenia que reclamarla con los pies, es decir, tenía
que estar allí para reclamarla. Era suya por promesa divina, pero todavía faltaba que se
apropiasen de ella.

El apóstol Pedro dice que Dios “nos ha dado preciosas y grandísimas promesas” (2
Pedro 1:4). Como: La promesa de su perdón. 1 Juan 1:9, La promesa de su presencia.
Mateo 28:20, La promesa de sabiduría. Santiago 1:5, La promesa de la vía de escape
de la tentación. 1 corintios 10:13, La promesa de la segunda venida de Cristo. 2 Pedro
3:9, La promesa de un hogar celestial. Juan 14:1-3.

Pero estas promesas solo son nuestras mediante la fe y obediencia en nuestro Señor
Jesucristo. Estas promesas no pueden ser nuestras hasta que reclamemos a Jesucristo
como nuestro Señor, como nuestro maestro, como nuestro Salvador, etc. Existe mucha
tierra por poseer en los “lugares celestes”. Y son tan seguras las promesas de Dios que
la promesa de la vida eterna se menciona como algo que ya disfrutamos los cristianos.
1 Juan 5:13 dice: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo
de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del
Hijo de Dios”.

B. Confiar en la promesa de la victoria. Josué 1:5 “Nadie te podrá hacer frente en


todos los días de tu vida”.
La tierra de Canaán pertenecía al pueblo de Israel por decisión divina. Pero era habitada
por naciones guerreras, con ciudades fortificadas (Nm. 13:28–29). Sus soldados eran
literalmente gigantes y expertos en combate. No cualquiera los vencía. Y no se iban a
rendir son pelar. Pero cuando Dios da una orden, generalmente va acompaña de una
promesa. Así que, Dios le aseguró a Josué que saldría victorioso sobre sus enemigos.
Josué podía estar seguro que la victoria que Dios le dio a Moisés sobre el Faraón y
sobre todos sus enemigos en su viaje por el desierto, a él también se la daría. Josué no
moriría en el campo de batalla.

Así como Dios le prometió la victoria a Josué, también a nosotros la ha prometido.


Por eso Pablo dijo: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos
8:31). Quizás no conquistemos naciones, pero siempre hay retos que conquistar. Dios
pone delante del cristiano todos los recursos necesarios para que el cristiano salga
victorioso de todas sus luchas diarias. Pero no importa lo impresionantes que sean
nuestros adversarios, la victoria es nuestra a través de Jesucristo.

C. Confiar en la promesa de su presencia. Josué 1:5 “… como estuve con Moisés,


estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”.
Las frases “no te dejaré, ni te desampararé” son sinónimas, y se usan juntas para poner
énfasis en la promesa de Dios. Josué podía estar seguro de la permanente presencia de
Dios con él. La presencia de Dios jamás le seria retirada. Dios lo acompañaría a lo largo
de su vida. La victoria no estaba asegurada porque Josué fuera un gran guerrero o un
gran estratega, sino porque Dios estaría con él. La presencia de Dios es lo que
garantizaba su éxito, no su espada. La confianza en la presencia de Dios le permitía a
Josué estar listo para cualquier misión.

Las frases “no te dejaré, ni te desampararé” también son citadas por el escritor a los
Hebreos para inspirarnos confianza y alejarnos de la avaricia (Hebreos 13:5). Dios a
prometido estar con los suyos y ayudarlos no importa lo que estemos enfrentando. La
presencia de Dios hoy día es una realidad por medio de su Hijo. Por eso Jesús dijo: “he
aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:20).
Los amigos nos pueden dejar, la esposo (a), los hijos, los hermanos, incluso los padres,
pero Dios es fiel y ha prometido estar con nosotros siempre. No importa que estemos
pasando, no lo debemos tomar como que Dios se ha alejado de nosotros, porque Él no
nos abandonara. No lo dudemos. Y si el no nos abandona, nosotros tampoco lo debemos
abandonar.

III). EL CAMINO AL ÉXITO CONSISTE EN TENER UNA ACTITUD


DISPUESTA. 1:6-7
Tres veces el Señor le dijo a Josué: “esfuérzate y sé muy valiente” (Josué 1:6-7; 9) y una
más es mencionada por el pueblo a Josué (1:18). La razón es clara Josué las necesitaba
escuchar. Porque su maestro había muerto y ahora ocupaba un puesto que el no busco. El
pueblo era rebelde y contradictor. Y la tierra por conquistar estaba llena de enemigos
dispuestos a defender la tierra. Así que, la presión que Josué sentía era mucha porque su
tarea no era nada fácil. Pero Dios quiere enseñarle a Josué que para alcanzar el éxito es
necesario tener una buena actitud.
A. Una actitud dispuesta al esfuerzo.
Porque nada sucede por casualidad. Si queremos alcanzar algo, necesitamos
esforzarnos. No se puede dirigir al pueblo de Dios sin esfuerzo. El rio no se cruza, sin
esfuerzo y los muros no caen sin esfuerzo. Esfuerzo significa caminar la segunda milla.
Es dar el extra. La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es el esfuerzo extra.
Pablo es ejemplo de esfuerzo: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado, pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que esta delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).

Hoy Dios también demanda esfuerzo de su pueblo.


1. Esfuerzo para tener una vida de oración.
2. Esfuerzo para escudriñar las escrituras.
3. Esfuerzo para asistir a la iglesia.
4. Esfuerzo para predicar el evangelio.
5. Esfuerzo para cantar mejor a Dios.
6. Esfuerzo para alejarnos de la influencia del mundo.
7. Esfuerzo para dar un buen testimonio.
Hoy en día existen muchos cristianos que están viviendo vidas ligeras y facilistas.
Porque no quieren nada que demande esfuerzo. Se han conformado con ir de vez en
cuando a la iglesia, pero sin comprometerse. La Biblia se llama tibios a este tipo de
cristianos (Apocalipsis 3:15-16). Por eso viven vidas derrotadas. Porque donde no hay
esfuerzo no hay victorias. No se pueden cosechar éxitos.

B. Una actitud dispuesta a la valentía.


¿Qué fue lo que motivo a David enfrentarse a Goliat? ¿Qué fue lo que motivo a Elías
enfrentarse a los 450 profetas de Baal? ¿Qué fue lo que motivo a Juan el bautista,
señalar el pecado de rey? ¿Qué motivo a Bernabé entrevistarse con uno que tenia fama
de asesino y perseguir de la iglesia? La valentía. De hecho, la vida cristiana es una vida
de valentía. “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, al reino de los cielos se
hace fuerza, y los valientes lo arrebatan” (Mateo 11:12. RV Versión antigua).

Pero esta valentía no nace en nosotros es derivada de Dios. Por eso Pablo dijo: “Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
(2 Timoteo 1:7). Ser valiente no significa no sentir temor. Todos los hombres hemos
sentido temor alguna vez. Aun Pablo cuando estuvo en corinto (1 Corintios 2:3). Mas
bien valentía es enfrentar nuestros temores y continuar hacia adelante. Es mejor hacer
las cosas con miedo que no hacerlas. Debemos recordar las palabras del salmista: “Dios
es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto,
no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del
mar; 3 Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su
braveza” (Salmos 46:1-3).

Existen muchas diferencias entre los valientes y los cobardes:


1. El cobarde se desanima con facilidad. El valiente persevera hasta el fin (Hebreos
10:39).
2. El cobarde cuando se cae, allí se queda. El valiente cuando se cae, se levanta y
comienza de nuevo.
3. El cobarde publica los errores de los demás. El valiente los trata en privado para
buscar la restauración.
4. El cobarde excusa sus pecados. El valiente los admite y pide perdón.
5. El cobarde evita los compromisos. El valiente siempre esta dispuesto a servir.
6. El cobarde busca soluciones fáciles a sus problemas. El valiente, solo lo que Dios
ha mandado.
Hoy mas que nunca se necesitan cristianos valientes. Que tengan el valor de creer en la
Biblia. El valor de expresar sus convicciones espirituales. El valor de pelear por las
almas de su familia. El valor para decir no a las tentaciones del diablo. El valor por
luchar por el cielo. Solo los que se esfuerzan y son valientes para llevar a cabo la
voluntad de Dios son exitosos.
IV). EL CAMINO AL ÉXITO CONSISTE EN ATENDER A LA PALABRA DE
DIOS. 1:8-9
A. Enseñándola. Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley”
Josué debía dirigir al pueblo de Dios con la palabra de Dios. No conforme él creía que
era mejor. Al contrario, las instrucciones que debía dar debían estar basadas en la
voluntad de Dios. Por lo que le sucedió a Moisés, Josué sabia las trágicas consecuencias
si no se seguían las instrucciones de Dios. Su trabajo no era hacer leyes nuevas, sino
seguir y enseñar las leyes de Dios que ya estaban. Enseñar la palabra era parte del
trabajo de Josué aun después de asentarse en la tierra de Canaán (Deuteronomio 31:10-
13; Josué 8:35).

Hoy en día no solo “los Josué” tienen acceso a la palabra de Dios, todos la tenemos.
Todos tenemos la Biblia y podemos compartir con los demás el mensaje de Dios. Jesús
encargo que se debe transmitir su mensaje al mundo (Mateo 28:18-20). Y al hacerlo lo
debemos hacer fielmente. Pedro dijo: “Si alguno habla, hable conforme a las palabras
de Dios” (1 Pedro 4:11). Dios nos ha llamado a ser comunicadores de su mensaje, un
gran privilegio que no tienen los ángeles.

B. Estudiándola. Josué 1:8 “sino que de día y de noche meditarás en él”.


Se trataba de leer la palabra de Dios y reflexionar. Era considerar profundamente las
cosas que uno va estudiando de la Palabra Dios. Si alguien era un hombre ocupado era
Josué. Se le había encargado una gran tarea. 1. Tenía que organizar al pueblo. 2. Tenía
que enviar espías para calcular las fuerzas del enemigo. 3. Tenía que mandar circuncidar
a todos los varones que habían nacido en el desierto. 4. Debía buscar el lugar más
propicio para cruzar el rio Jordán. Etc. Sin embargo, Dios le estaba diciendo que estudie
su palabra y la medite de dia y de noche. En medio de tantos quehaceres Josué debía
darse el tiempo para leer y meditar en la palabra de Dios. Porque de eso dependía su
éxito.

Esto nos enseña que también debemos hacer el tiempo de leer a Biblia. La Biblia no
debe ser usada como caja fuerte para guardar el dinero, o como álbum de fotografías o
como un antídoto contra el insomnio. Al contrario, debe ser usada como lo que es, la
palabra de Dios, la guía para nuestras vidas. El salmista dice que quien la leer y la
medita “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su
tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará” (Salmos 1:2-3). La lectura
de la Biblia no solo nos informa, sino también nos educa a la manera de Dios. Todo lo
que queramos saber de Dios está en Su Palabra. Por tanto, debemos leerla para saber
directamente lo que Dios quiere de nosotros y para saber que hacer para conseguir el
éxito en nuestra vida cristiana. “Si Josué pudo conquistar Canaán teniendo sólo los
cinco primeros libros de la Biblia, ¡cuánto más nosotros debemos vencer ahora que
tenemos la Biblia completa!” (Bosquejos expositivos de la Biblia - Warren W. Wiersbe).
C. Obedeciéndola. Josué 1:8 “para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
Aunque Josué era un hombre experimentado en combate, fuerte y con autoridad, debía
someterse a lo mandado por Dios. Por mas calificado que estuviera no debía colocarse
por encima de la ley de Dios. No era suficiente que Josué escuchara su llamado y
conociera la voluntad de Dios para su vida, debía obedecer a Dios. Porque no era su
preparación, experiencia o habilidad lo que le daría el éxito en su misión, sino la
obediencia a la voluntad de Dios.

Cuando el Rey David estaba a punto de morir, le dio este consejo a su hijo Salomón, el
hijo que le iba a suceder: “Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus
caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios,
de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que
hagas y en todo aquello que emprendas” (1 Reyes 2:3). Nótese que no le dijo que
construyera un palacio grande, que reuniera grandes ejércitos, que amasara riquezas,
que conquistara más territorios, etc. Porque todo esto éxito desde el punto de vista
humano. Mas bien le dijo que obedeciera a Dios.

Para tener éxito, debemos seguir los consejos Dios contenidos en su palabra. Es posible
que no triunfe según las normas del mundo, pero triunfará a los ojos de Dios porque le
hizo caso a su palabra. La palabra de Dios vivida es una garantía del éxito del cristiano.

CONCLUSION
Hemos hablado del camino al éxito y hemos dicho que el camino al éxito consiste en
conocer el plan de Dios para nuestras vidas. Consiste en confiar en las promesas de
Dios. Consiste en tener una actitud dispuesta. Y consiste en atender a la palabra de
Dios. ¿Sabía usted que Josué nació como esclavo en Egipto? Su nombre en ese entonces
era Oseas (Números 13:8; Deuteronomio 32:44) y Moisés se lo cambió por Josué
(Números 13:16). Desde el punto de vista humano le podrían decir que nunca saldría
del pozo, que nunca dejaría de ser un “pobre diablo”, un don nadie. Pero Dios lo liberto
y se convirtió en un gran siervo de Dios. Así que, no importa donde hayamos estado
antes, las cosas aún no están perdidas. Aun podemos alcanzar el éxito que Dios quiere
para nosotros. Solo caminemos el camino que Dios ha elegido para que eso se haga
posible. El camino es Jesucristo (Juan 14:6). Síguelo y de seguro serás uno mas de los
hombres y mujeres exitosos que me están escuchando este día. Dios te bendiga.

Juan Ramón Chávez Torres


E-mail: monche91@hotmail.com

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