La Voz de La Torah - Parashat Ajare Mot

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Pa r a s h a t Aj a r e M o t

CAPITULO XVI

1 – Y HABLO ADONAI A MOSHE DESPUES DE LA MUERTE DE LOS DOS HIJOS


DE AHARON, LOS CUALES SE ACERCARON ANTE LA PRESENCIA DE ADONAI,
(PRESENTANDO UN FUEGO EXTRAÑO) Y MURIERON,

1 – Y HABLO ADONAI A MOSHE. Najmánides afirma que esta comunicación se


produjo al día siguiente del fallecimiento de los hijos de Aharón, después de la
prohibición Divina, relativa al consumo de vino o licor fuerte en el momento del servicio
Sagrado (X, 9). Pero Rabí Leví enseña (Guittín 60) que el presente capítulo forma parte
de ocho pasajes que fueron promulgados el mismo día de la edificación del
Tabernáculo, es decir, el día de la neomenia del mes de Nissán, que presenció la
muerte de los Aharónidas. Por cierto, añade Rashí, el capítulo trata de las Leyes del
Día de kipúr, pero fue sin embargo proclamado el primero de Nissán, porque los hijos
de Aharón habían muerto ese día por haber penetrado sin motivo en el Tabernáculo.
Por esta razón, Aharón recibió a continuación la advertencia de “no entrar a cualquier
hora en el Santuario”, etc. Rashí en su comentario a nuestro versículo, retorna esta
misma idea y cita la sentencia de Rabí Elé'azar Ben ‘Azariá (recogida en Sifrá), para
quien la palabra Divina, de la cual forma parte el versículo, no pudo haber tenido más
contenido que la severa advertencia hecha a Aharón. “Es como un enfermo al cual se
acerca el médico. Y le dice: No consuma alimento frío y no se acueste en lugar húmedo.
Viene otro y le dice: No consuma alimento frío y no se acueste en lugar húmedo para
que no muera como murió fulano. Este ha expresado una advertencia más severa que
la primera. Por este motivo, fue citado: Después de la muerte de los dos hijos de
Aharón”. Rabí Moshé Sofér piensa, sin embargo, que esta advertencia, no era
necesaria más que para los descendientes. En cuanto a Aharón, a quien Moshé había
consolado al destacar las cualidades excepcionales de sus hijos, la advertencia general
expresada en el versículo 2 era en definitiva suficiente.

DESPUES DE LA MUERTE DE LOS DOS HIJOS DE AHARON. Adoptando un punto


de vista diferente, Rabí Jiledi explica, que si la muerte de los hijos de Aharón es evocada
es relación con el servicio del Día de Kipúr se debe a que “la muerte de los justos posee
un poder expiatorio como el servicio de Kipúr’ (Lev. Rabbá cap. 20). Este poder
descansa en el hecho de que la desaparición de los justos suscita el recogimiento y el
arrepentimiento. Y la grave pérdida que ello representa constituye el sacrificio infligido
a la Comunidad de Israel, que recuerda los sacrificios ofrecidos antiguamente, el Día
de Kipúr en el Templo de Jerusalén. Así la muerte de los justos representa un {korbán
jatát}, sacrificio expiatorio. El Zóhar preferiblemente se expresa en estos términos
“Quien vierta lágrimas cuando lee en la Toráh, la muerte de ida hijos de Aharón, puede
estar seguro de que no verá morir sus hijos mientras viva”. Sin duda, el Zóhar desea
llamar nuestra atención sobre el efecto que debe producir en nosotros, el relato de la
muerte de los hijos de Aharón, que la Toráh no cita sus nombres en esta oportunidad,
pero que ella califica como los “dos hijos de Aharón”, haciendo así una alusión discreta
a la responsabilidad de los padres. Estos dos hijos eran justos, habían sido criados en
un ambiente de Santidad y teniendo en cuenta sus futuras funciones de asistentes del
Sumo Sacerdote. Tuvieron sin embargo que morir por haber “realizado una ofrenda
extraña que el Eterno no había ordenado en absoluto”. ¡Que lección de moral
pedagógica se desprende de esta lectura en beneficio de todos los padres! Si saben
sacar de ella las conclusiones que se imponen y si se proponen, el Día Sagrado de
Kipúr, velar por la educación de sus hijos de manera que éstos no vayan a “ofrecer
ofrendas extrañas no deseadas por Dios”, podrán entonces contemplar con confianza
el porvenir de sus hijos. Nuestro versículo sirve como título del capítulo, que en conjunto
forma parte de la Liturgia del Día de Kipúr.

LOS CUALES SE ACERCARON ANTE LA PRESENCIA DE ADONAI. Tal es la


interpretación de Rabí Yossé Hagalilí, mientras que Rabí ‘Akivá interpreta: Cuando
ofrecieron su sacrificio (Sifrá). Ver nuestra exégesis sobre estas explicaciones
diferentes en Com. X, I.

Y MURIERON. El Medrásh desarrolla aquí el tema contenido en la sentencia del


Eclesiastés IX, 2: “Una misma suerte esperan al justo y al malo”. Así, Kóraj y sus
seguidores, que fomentaron la rebelión contra Moshé perecieron fulminados, y los hijos
de Aharón, que habían ofrecido sus sacrificios al Eterno, murieron igualmente
fulminados. Los justos tienen, por cierto, conciencia de esta igualdad de los hombres
ante el destino, señala Rashí, pero optan sin embargo, por el bien, pues tienen
confianza en la justicia compensatoria en el más allá. Existe sin embargo un matiz
diferente entre los dos casos, declara Rabí Shim'ón Bar Yojái (Zóhar). La Toráh señala,
en efecto, respecto al tema de Kóraj y de sus cómplices que “desaparecieron del medio
de la comunidad” {vayobédu mitój ha-kahál}, lo cual hace alusión a la pérdida del mundo
futuro (Rabí ‘Akivá en Mishnáh Sanh. X,3). Pero la Toráh no hace ninguna alusión de
este tipo con respecto a los hijos de Aharón. Sus almas sobrevivieron, como se ha
indicado en los Com. X, 2.

En cuanto al hecho de que nuestro versículo se refiere en dos ocasiones a la muerte


de los hijos de Aharón, el Zóhar lo explica en estos términos: “Habían perecido ante el
Eterno”, pero la Toráh subraya que su muerte representaba una extinción material
definitiva, dado que habían querido permanecer solteros y que no habían dejado hijos.
Por esta razón, añade una palabra: {vayamútu… y murieron}.

2 – Y DIJO ADONAI A MOSHE: MANDA A AHARON, TU HERMANO, QUE NO EN


TODO TIEMPO ENTRE EN EL SANTUARIO, DEL VELO ADENTRO, DELANTE DEL
PROPICIATORIO QUE ESTA SOBRE EL ARCA, NO SEA QUE MUERA: PORQUE
YO APAREZCO EN LA NUBE ENCIMA DEL PROPICIATORIO.

2 – Y DIJO ADONAI A MOSHE. La primera palabra Divina dirigida a Moshé es iniciada


con el verbo {vaidáber}, la segunda con el verbo {vayómer}. Esta diferencia refleja el
cambio de tono adoptado en la segunda comunicación con respecto a la primera. Esta
última está impregnada de la mayor severidad, y menciona en dos ocasiones el castigo
mediante la pena capital como una sanción a la ofrenda ilícita hecha a Dios. (El verbo
{dabér} se usa para expresar “palabras duras”: el verbo {amór} para expresar un
lenguaje dulcificado (Rashí Exo. XIX,3). La segunda comunicación significa, por el
contrario, una nota de misericordia con respecto al Sumo Sacerdote Aharón. Pues
sucede que el verbo {daber} se relaciona a veces con una palabra de consuelo,
particularmente cuando le sigue el atributo: {‘al lev… al corazón}. Es así como el Profeta
Yeshayáhu comienza su gran capítulo de consuelo por medio de esta exhortación:
{daberu ‘al lev Yerushaláyim…}. Hablad al corazón de Jerusalén, y clamad que su
tiempo de prueba ha terminado se acabó, que su falta fue expiada (XL, 3; Lev. Rabbá).
A su vez, Moshé fue llamado a dirigirle asa hermano palabras de consuelo, diciéndole
que su tiempo de prueba había terminado y que tales pruebas habían proporcionado la
expiación de sus faltas anteriores.

Aún más: Aharón recibe aquí, el derecho formal de poder entrar en todo momento en
el recinto del Santuario, aunque cumpliese en pequeña medida el ritual del sacrificio
prescrito en este capítulo. Tal es la opinión acreditada por Lev. Rabbá y recogida por
los grandes Maestros citados en nuestro Com. Anterior, vers. 24. Moshé, quien tenía el
privilegio de poder entrar siempre en el Sancta Sanctórum, donde el Eterno se le
revelaba (Exo. XXV, 22), tenía temor de que su hermano fuera apartado del recinto
Sagrado. Había interpretado mal la frase {ve'al yabó bejól ‘et… y que no venga a cada
instante}. El significado de ésta era en realidad el siguiente: que no entre cuando quiera,
ni como quiera, sino solamente después de realizar el servicio ordenado (Lev. Rabbá).

DEL VELO ADENTRO, DELANTE DEL PROPICIATORIO. Dedicándose a un análisis


minucioso del texto, Rabí Yehudáh concluyó en el Tratado Men. 27b, que la entrada en
el propiciatorio que está sobre el arco (es decir, la cobertura del arco donde el Eterno
se manifiesta en una nube) es punible con la pena de muerte, mientras, que la entrada
en el recinto del velo constituye la violación de una prohibición y es punible con la pena
de {malkút… treinta y nueve palos}.

PORQUE YO APAREZCO EN LA NUBE ENCIMA DEL PROPICIATORIO. Rashí


explica: “Pues Yo me aparezco en ese sitio constantemente en una columna de nubes.
Y, puesto que Mi Majestad se revela ahí, que él se cuide de no habituarse a entrar en
dicho sitio”. Esta es una explicación literal. Atribuye a la conjunción {ki} una significación
causal. Pero Rashí cita también la interpretación del Medrásh que, al igual que la
Halajáh, toman esta palabra por el adverbio {éla}, salvo, exclusivamente. “Que no entre
ahí sino con la nube de incienso el Día del Gran Perdón”. Dado que, añade Racanati,
los hijos de Aharón debieron sufrir la muerte por haber contemplado la Shejináh con
arrogancia en el interior del Santuario, como ha quedado expuesto en nuestro Com.
Cap. X, la Toráh ordena a Aharón producir una nube de incienso al entrar en el
propiciatorio que está sobre el Arca, con el fin de proteger la nube [manifestación] de la
Majestad Divina de sus miradas. Cf. Com. vers. 13.

QUE NO EN TODO TIEMPO ENTRE EN EL SANTUARIO. Rabí Abbá decía: “Existen


tiempos de benevolencia ante el Eterno, en el curso del año, el mes y el día, que son
propicios a la dispensación de bendiciones y a la atención de los ruegos. Ciertos
momentos son, por el contrario, favorables a los castigos, y otros en fin, tienen un
carácter suspensivo [en espera]” (Zóhar). Esta verdad, apoyada por numerosas fuentes
Tanájicas (por ejemplo Tehilím X, 1 y LXIX, 14; Yeshayáhu LV, 6; Yirmiyáhu XXXI, 2)
descansa en la naturaleza misma, que es el Libro de Dios. Ella tiene sus estaciones
fecundas y radiantes, que son portadoras de tesoros de bendiciones, y contiene otras
que son ásperas y están cargadas de peligros de toda especie. El día comprende
también períodos variables, calificados por tres atributos de {jésed, dín ve-rajainím…
benevolencia, justicia y misericordia}, el rayo matinal, expresión de la plenitud
resplandeciente que nos llama a la vida, la puesta de sol que nos prepara para una
existencia privada de los beneficios de la luz y el calor, y en fin, las sombras de la noche,
época de angustia e incertidumbre (Cf. Com. Gén. XXVIII, 11). En virtud de esta
referencia a la naturaleza, la creencia en la hora propicia, {‘et ratzón}, no es
comprendida en el precepto: {lo te'onenú}, (Lev. XIX, 26) que prohibe entregarse a los
presagios mediante procedimientos mágicos, como cuando se dice: “Tal día es fasto
para comenzar un trabajo, tal hora es nefasta para salir”. (Rashí). Los mismos
fenómenos de los incidentes favorables o desfavorables se encuentran en la dimensión
del espacio. Existen lugares “predestinados a la desgracia”, como lo demuestra el
ejemplo de Shejém, citado por Rashí en Gén. XXX, 14. Se notará por el contrario que
ciertos lugares son naturalmente favorables a la inspiración profética. Es sobre todo
Jerusalén, de la cual los Sabios del Talmúd dirán: {ha-nzakom gorém… el lugar lo
propicia} (‘Avodáh Zaráh 8b). Notabilidades como Najmánides (Lev. XVIII, 27); Rabi A.
Ibn Ezrá (Exo. XIV, 40) y Rabí Yehudáh Haleví (Kuzári II, 14 y IV, 17) intentan darles a
estos hechos explicaciones racionales.

Cuando el Sumo Sacerdote penetraba en el Sancta Sanctórum para obtener el perdón


por los pecados de su Pueblo, y para atraer sobre sí la bendición Divina, oficiaba en
condiciones ideales. Aquel lugar era el más Sagrado del mundo, y el día, el más
favorable del año. Ver igualmente Com. Anterior, versículo 29.

3 – CON ESTO, PUES, HA DE ENTRAR AHARON DENTRO DEL SANTUARIO: CON


UN NOVILLO JOVEN PARA OFRENDA POR EL PECADO, Y UN CARNERO PARA
HOLOCAUSTO.

3 – CON ESTO, PUES, HA DE ENTRAR AHARON DENTRO DEL SANTUARIO. Los


Medrashím traducen: “Con esto {bezót}, Aharón entrará en el Santuario” y relacionan el
pronombre demostrativo con las numerosas Mitzvót que la Toráh introduce o hace
acompañar por este pronombre. Tales son los casos de la Toráh, de la circuncisión, del
Shabbat, de los sacrificios, de las porciones del diezmo y la Terumáh. Rodeado por el
mérito de este “haz [conjunto] de Mitzvót” {javilót shel Mitzvót} el Sumo Sacerdote
penetrará en el Sancta Sanctórum para implorar el perdón para su Pueblo.

Los Sabios nos dan a entender desde el comienzo de este importante capítulo, que el
perdón no se obtiene únicamente mediante el servicio solemne de los sacrificios
descritos en otra parte, ni tampoco por el cúmulo de circunstancias exteriores favorables
mencionadas en el Comentario del versículo precedente. El día del Gran Perdón, el
Sumo Sacerdote debe poder ante todo referirse al “haz de las Mitzvót” realizadas por
la Nación, a nombre de las cuales acaba de presentar ante el Eterno el Salmo XXVII,
{le-David, Adonái orí ve-yish'í… Dios es mi luz y mi salvación}, que el Medrásh interpreta
en relación con las fiestas del mes de Tishrí, hace alusión a esta significación de la
palabra {bezót} en su frase: {bezót ani botéaj… “con esto” yo tengo confianza}. “Que un
ejército tome posición contra mí, mi corazón no experimentará ningún temor; que la
guerra se recrudezca contra mí (alusión a todas las fuerzas adversas que, el día del
juicio, se levantan acusadoras), en {zót} (el haz de las Mitzvót) yo pongo mi confianza”.

El valor numérico de la palabra {zót} es igual a 408, nombre que corresponde al total
de tres palabras Ikol, tzóm vemamón… voz [rezos], ayuno y dinero [tzedakáh} que
figuran en el Majzór de Yom Kipúr, al lado de las palabras {teshuváh, tefiláh, tzedakáh},
las cuales indican el modo de ejecución práctica. El retorno a Dios, la oración y la
caridad son tres factores decisivos que pueden desviar al pecador del mal destino y
asegurarle el perdón. Con esto, {zót}, debe efectuarse la {‘avodáh} del Día de Kipúr.
CON UN NOVILLO JOVEN. La Toráh comienza por citar los sacrificios que debe ofrecer
Aharón a título personal, antes de designar los sacrificios que debe ofrecer la [por]
comunidad, la cual los hace preceder de los vestidos pontificales, “comprados”
igualmente por la tesorería del Templo” (Rashí).

4 – SE VESTIRÁ LA TUNICA SAGRADA DE LINO, Y LOS CALZONCILLOS DE LINO


ESTARÁN SOBRE SU CARNE, Y SE CEÑIRÁ EL CINTURON DE LINO, Y CON UN
TURBANTE DE LINO SE ENVOLVERÁ (SU CABEZA). ESTAS SON LAS
VESTIDURAS SAGRADAS; BAÑARA, PUES, SU CUERPO EN AGUA, Y ASI SE LAS
VESTIRÁ.

4 – SE VESTIRÁ LA TUNICA SAGRADA DE LINO. Rashí explica: “Este versículo


enseña que él no debe oficiar en el interior, con las ocho piezas de vestido que usa en
el exterior, y que contienen oro, pues el fiscal (el oro, que recuerda el pecado del
“becerro de oro”) no puede hacer función de abogado”. Cf. Com. IX, 2. Para cumplir el
servicio más Sagrado en el recinto mismo del Sancta Sanctórum, el Sumo Sacerdote
debía deshacerse de sus vestidos ricamente guarnecidos de oro y de telas preciosas,
que sin embargo lucía durante el servicio en los otros recintos del Templo, y vestirse de
la manera más sencilla, con vestidos de bisos blancos, idénticos a los de los Sacerdotes
más simples. El Sumo Sacerdote aparecía así a los ojos de la Nación en su uniforme
prestigioso, que le confería la grandeza oficial, pero se despojaba de este aparato y de
todos los artificios cuando se dirigía al Sancta Sanctórum, donde reinaba la Shejináh,
con el objeto de confesar sus pecados y los de su Pueblo e implorar el perdón Divino.
Nadie más debía encontrarse en el Santuario cuando el Sumo Sacerdote iba a
presentarse ante la Shejináh (vers. 17). En esa hora, la verdad, donde el más
encumbrado de los hombres se convierte en un simple mortal, y nada puede desviar la
responsabilidad del hombre frente a sus actos. En esta confrontación sublime, todos los
artificios humanos pierden su valor. Ante el tribunal celestial, sólo cuenta el hombre,
sus actos y sus méritos.

ESTAS SON LAS VESTIDURAS SAGRADAS. Sin duda en virtud de este contexto, que
evoca el día inevitable del juicio, se estableció la costumbre en Israel de vestirse el Día
de Kipúr, a imitación del traje blanco del Sumo Sacerdote, con su propia mortaja,
confeccionada con anticipación, y la cual recibe el nombre de Kittel o Shargheness
(probablemente de sargenes Tuch. Sargtuch). Esta explicación es citada por el Shulján
‘Arúj (Glosas 610) que añade sin embargo el segundo motivo: “Uno debe llevar el Día
de Kipúr vestidos de un blanco inmaculado para asemejarse a los ángeles, que están
“vestidos de lino blanco” (Daniel X, 5). Vistas las cosas desde este ángulo, el color
blanco está destinado a presentarnos como ejemplo, la imagen de la pureza moral, tal
como se realiza en el reino de los ángeles.
BAÑARA SU CUERPO EN AGUA. Rashí señala: “Ese día, cada uno de sus cambios
de traje exige una inmersión. Cambiaba cinco veces su traje, pasando del servicio en
el interior al servicio en el exterior y viceversa. Cada cambio exigía la inmersión y dos
purificaciones de las manos y los pies en la tina”. Se concibe, por cierto, que la
inmersión y la purificación se exija cuando se trata de pasar del servicio en el exterior
al del interior, alcanzándose así un grado superior de Santidad. En el orden inverso, sin
embargo, estos actos se explican por el hecho de que la aplicación del ideal de la
Santidad, a una esfera de grado inferior exige, por parte del que emprende esta obra,
una Santidad acrecentada.

5 – Y TOMARA DE PARTE DE LA CONGREGACION DE LOS HIJOS DE ISRAEL,


DOS MACHOS CABRIOS PARA OFRENDA POR EL PECADO, Y UN CARNERO
PARA HOLOCAUSTO.

6 – ENTONCES AHARON PRESENTARA EL NOVILLO DE LA OFRENDA POR EL


PECADO, QUE ES DE EL; Y HARÁ EXPIACION POR SI MISMO Y POR SU CASA.

6 – HARA EXPIACION POR SI MISMO Y POR SU CASA. Rashí: “Confesará sus


pecados y los pecados de su casa”. Cf. Com. IX, 7.

7 – LUEGO TOMARA LOS DOS MACHOS CABRIOS Y LOS HARA COLOCAR


DELANTE DE ADONAI, A LA ENTRADA DE LA TIENDA DE REUNION.

7 – LUEGO TOMARA LOS DOS MACHOS CABRIOS. El Talmud señala en el Tratado


Yomá 67b la Ley del “macho cabrío o chivo expiatorio” del servicio del Día de Kipúr
entre la serie de Leyes para las cuales no se conoce ningún motivo racional, {jok}.

Los malos instintos, explica Rashí, tratan de inducir a Israel al error deliberadamente,
diciéndole: “La Toráh no es la verdad, ya que, ¿para qué pueden servir las Leyes?” A
pesar de este carácter dogmático, abiertamente reconocido, nuestros exegetas han
intentado hacer esta ley más accesible para la comprensión lógica. Maimónides, en
primer lugar, se expresa en estos términos: “El macho cabrío expiatorio estaba
destinado a la expiación total de grandes pecados, de suerte que no existe ningún
sacrificio público relacionado con el pecado que haga expiar tanto como él, ya que
abarca de cierta manera todos los pecados; no se debía, por tanto, ni degollarlo, ni
quemarlo, ni ofrecerlo en sacrificio, sino que se debía alejarlo lo más posible y lanzarlo
en la tierra llamada Guezeráh (XVI,22) es decir, alejadas del mundo habitado. Es
indudable para todo el mundo, que los pecados no son en modo alguno, cuerpos que
se pueden transportar de la espalda de un individuo a la de otro. Pero todo estos actos
no son más que símbolos destinados a ejercer presión sobre el alma, con el objeto de
que esta impresión conduzca a la penitencia; se quiere decir: nos hemos
desembarazado del fardo de todas nuestras acciones precedentes, que hemos dejado
atrás, a una gran distancia de nosotros” (Guía de los Desc. III, 46). Al igual que
Maimónides, Rabí’ S.R. Hirsch pone el acento sobre el valor simbólico de la Mitzváh,
aunque en un contexto diferente: “Nos encontramos en presencia de una institución
cuya práctica se suspendió desde la destrucción del Templo, pero que era el punto
culminante de la jornada; se mantuvo como el Día Sagrado por excelencia. Los dos
machos cabríos de Yom Kipúr eran, según la Tradición, de conformación rigurosamente
idéntica. Edad, color, precio, nada los distinguía. Al mismo tiempo eran presentados
ante el Sacerdote, quien les colocaba encima la placa de oro sobre la cual está grabada
la palabra que los envía a la perdición o a la consagración. Es verdad que este sacrificio
es uno de los símbolos más poderosos que conozca la Toráh. Todo el Día de Yom Kipúr
está colocado bajo el signo de la renovación total a la cual está llamado el judío. Se
podría casi decir, que no es de Dios, sino de sí mismo de quien el hombre debe esperar
el perdón. Cada hombre posee, de una manera integral y en cada instante de su vida,
la facultad de poder orientarse hacia el camino del bien y del mal. Ninguna huella de
ese “pecado original” del cual el cristianismo no ha creído poder desprenderse. La
libertad entera del hombre comporta su grandeza y su miseria. Delante del Santuario,
nos presentamos con todos los elementos de esta libertad, que nos hace tan difícil la
elección, pero también tan noble. Pero ese Día de Kipúr, nos enseña que toda opción
intermedia es imposible. No existen tres machos cabríos delante del Sacerdote, sino
dos. No tenemos otra elección: cuando rechazamos el camino hacia el Santuario, sólo
nos queda el desierto, la nada, la soledad, la desaparición”.

8 – Y AHARON ECHARA SUERTES SOBRE LOS DOS MACHOS CABRIOS, LA UNA


SUERTE PARA ADONAI Y LA OTRA PARA ‘AZAZEL.

8 – LA OTRA PARA ‘AZAZEL. Rashí explica, siguiendo los términos de b“t “Es una
montaña, una roca dura y alta, pues se ha dicho en el vers. 22 (éretz guezeráh) tierra
aislada”. Se enseñaba sin embargo en la Escuela de Rabí Yishma'él que el sacrificio
de ‘Azazel está destinado a expiar los pecados de la disipación, {‘arayót}, que son
{ma'asé ‘Uzáh ve-Aza'él}, obra de ángeles caídos que, según el Gén. VI, se entregaron
a la disipación con “las hijas de los hombres’ (Yomá 67b). La Halajáh concluyó sin
embargo que el macho cabrío expiatorio absuelve todos los pecados, ligeros y graves,
con excepción de {tum-át mikdásh uk-dasháv} expiado por otro macho cabrío (Shevu'ót
2b).

Una concepción totalmente diferente es expuesta por Rabí Eli'ézer Hagadól, la cual es
citada por Najmánides. Según ella, ‘Azazel designa los demonios del desierto o el genio
del mal identificado por lo demás como el ángel Samael. Esta interpretación se deriva
del hecho que la palabra {se'irím} empleada aquí, se reencuentra en el capítulo XVII, 7
con el sentido de demonio, como señala Rashí.

Ahora bien, este versículo es el trigésimo tercero después de nuestro versículo, y es


precisamente a este “misterio” al que hace alusión Rabí A. Ibn Ezrá (como lo demuestra
Najmánides) en estas palabras enigmáticas: Cuando tengas treinta y tres años, lo
sabrás. La institución del macho cabrío expiatorio enviado al Demonio, no tiene sin
embargo ninguna relación con la idolatría pagana ni con la demonología cristiana. Y es
precisamente en el versículo 7 del capítulo XVII, el trigésimo tercero después de nuestro
versículo, donde la Toráh prohíbe hacer sacrificios a los demonios, pues hacerlo
significa personificarlos. También Rabí Eli'ézer (ibíd) le da a la Ley del macho cabrío
expiatorio la significación siguiente: El macho cabrío es enviado a ‘Azazel no tanto como
sacrificio, sino como {shójad}, regalo de favor y apaciguamiento, con el fin de que él
testimonie en favor del Pueblo Judío y no como acusador, como lo hace corrientemente.
No se trata de un culto en provecho de ‘Azazel; es más bien en el plano Divino que el
macho cabrío le es enviado, en tanto que esclavo del Señor. Esto recuerda a un súbdito
del rey que prepara un festín en honor del soberano. Este le da la orden de reservar
una parte para su esclavo. Así, el súbdito no ofrecerá nada por su parte al esclavo;
actuará solamente según la voluntad del rey que desea, con respecto a su
homenajeante, que todos sus esclavos participen en el festín, para que no hablen de el
más que en términos elogiosos. Por esta razón, el Sacerdote no puede decidir cuál de
los dos machos cabríos será para el Eterno, y cual para ‘Azazel. Dispondrá de los dos
{la-Adonái} para el Eterno, y el Eterno decidirá cuál de los dos quiere destinar a ‘Azazel.
Sin duda, esta concepción descansa sobre la idea de que no basta, el día en que se
deciden los destinos futuros, asegurarse el perdón y el amor del Señor, sino que
conviene, además, apartar todas las amenazas provenientes de fuerzas hostiles y
demoníacas que se yerguen contra nosotros en la sociedad y que nos acechan en la
naturaleza. El Tanáj mismo nos ofrece a menudo algunos ejemplos al respecto. ¿No
había enviado el Patriarca Ya'akóv regalos a su hermano ‘Esáv para apaciguar su
rencor, a pesar de la confianza que tenía en Dios y en sus promesas de protección?
¿No hizo la Reina Esther invitar a Hamán a su mesa, colmándolo de honores, con el
objeto de burlar sus proyectos siniestros, a pesar de la confianza que tenía en Dios?
(Zóhar). Y el ejemplo de Iyóv, no nos muestra que todo hombre, aunque sea el más
ilustre justo del mundo, vive a la merced de los ataques socarrones de Satán, aunque
este último no sea más que “uno de los servidores de Dios”. El macho cabrío expiatorio
nos acaba de recordar que corresponde defendernos de las amenazas de nuestros
enemigos, siguiendo el ejemplo y los métodos de ilustres personajes bíblicos, y esto
conforme a la voluntad misma del Eterno. La lección de esta enseñanza es aplicada sin
demora, pues desde la fiesta de Sucót, los hijos de Israel oran y ofrecen sus sacrificios
en favor de las “setenta naciones del mundo”, y estas ofrendas “los preservaron de
todas las pruebas en la época del Templo”, como hace notar Rashí en Núm. XXIX, 18.

9 – ENTONCES PRESENTARA AHARON EL MACHO CABRIO, SOBRE EL CUAL


CAYO LA SUERTE PARA ADONAI, Y LO OFRECERÁ COMO OFRENDA POR EL
PECADO;

10 – PERO EL MACHO CABRIO SOBRE EL CUAL CAYO LA SUERTE DE ‘AZAZEL,


SERA COLOCADO VIVO DELANTE DE ADONAI, PARA HACER EXPIACION POR
MEDIO DE EL, ENVIÁNDOLE A ‘AZAZEL EN EL DESIERTO.

11- AHARON ENTONCES PRESENTARA EL NOVILLO DE LA OFRENDA POR EL


PECADO, QUE ES DE EL, Y HARA EXPIACION POR SI Y POR SU CASA,
DEGOLLANDO EL NOVILLO DE LA OFRENDA POR EL PECADO QUE ES DE EL.

11 – AHARON PRESENTARA EL NOVILLO DE LA OFRENDA POR EL PECADO.


Rashí: “Toda su expiación no se relaciona sino con la impureza comunicada al
Santuario y a los {tutn-át mikdásh uk-dasháv} como se dice en el versículo 16: El
limpiará el Santuario de las impurezas, etc. “Todas las Leyes concernientes a la
impureza levítica, explica Rabí S.R. Hirsch, se refieren a {mikdásh uk-dasháv}, al
Santuario y a las ofrendas sagradas, dado que encarnan el ideal de Santidad y que la
impureza se define en relación con este ideal. Estas Leyes tienen vigencia mientras el
Templo exista, cesan de estar en vigor desde el momento en que éste desaparezca.
Por este motivo, el Santuario y sus ofrendas sagradas, son objeto de medidas de
protección particulares, y toda profanación que se les ocasione, conscientemente o no,
requieren una expiación. Esta se produce a través de los sacrificios de Yom Kipúr, pero
todos los sacrificios del Musáf de la neomenia y de los días de fiesta tienen el mismo
fin (Rashí Núm. XXVIII, 15).

12 – LUEGO TOMARA UN INCENSARIO LLENO DE BRASAS DE SOBRE EL


ALTAR, QUE ESTA DELANTE DE ADONAI; TOMARA TAMBIEN SUS DOS PUÑOS
LLENOS DE INCIENSO AROMÁTICO, BIEN MOLIDO, Y LO TRAERÁ ADENTRO
DEL VELO;

12 – TOMARA UN INCENSARIO LLENO DE BRASAS. Rashí precisa que estos


carbones ardientes eran tomados del altar “que está delante del Eterno”, lo que indica
el altar exterior “del lado que está delante de la entrada, el lado oeste”. Hemos explicado
la importancia de esta prescripción en nuestro Com. X, 1 así como las circunstancias
en las cuales los dos hijos de Aharón la contravinieron, atrayéndo así la pena de muerte.
El texto enseña aquí que el Sumo Sacerdote, tomará dos puñados de yerbas
aromáticas y las introducirá con el incensario lleno de carbones en el Sancta
Sanctórum. Entonces meterá el incienso en el fuego y lo hará humear. Los Saduceos
tenían otra opinión sobre este asunto y pretendían que el Sumo Sacerdote esparcía el
incienso en el exterior, es decir, en el atrio de incienso. Ellos se fundaban en el final del
versículo 2 y arguyeron, además, que se actúa de la misma manera en el caso habitual
de un ciudadano corriente. Se entra en su casa con el incienso humeando (z “r). Pero
esta teoría, se ha destacado, refleja, en un plano más general, la mentalidad saducea.
Esta consiste en introducir en el Santuario del Judaísmo ideas venidas de afuera, “que
se encendieron en el exterior”. Los Sabios las han rechazado.

13 – Y PONDRÁ EL INCIENSO SOBRE EL FUEGO, DELANTE DE ADONAI, PARA


QUE LA NUBE DEL INCIENSO CUBRA EL PROPICIATORIO QUE ESTA SOBRE EL
ARCA DEL TESTIMONIO, PARA QUE EL NO MUERA.

13 – PARA QUE LA NUBE DEL INCIENSO CUBRA EL PROPICIATORIO. Cf. Com.


anterior, versículo 2.

14 – EN SEGUIDA TOMARA DE LA SANGRE DEL NOVILLO Y ROCIARA CON SU


DEDO SOBRE LA SUPERFICIE DEL PROPICIATORIO, A LA PARTE DEL ORIENTE;
Y DELANTE DEL PROPICIATORIO ROCIARA SIETE VECES DE AQUELLA
SANGRE CON SU DEDO.

14 – ROCIARA SIETE VECES DE AQUELLA SANGRE CON SU’ DEDO. Rashí explica:
Una aspersíon hacia lo alto y siete hacia abajo, como precisa el Talmúd (Yomá 55a).
La aspersión de sangre, comenta Rabí S.R. Hirsch, simboliza la consagración de
nuestras fuerzas vitales a la causa Divina, dado que la cobertura del Arca Santa, objeto
de aspersiones, guarda las Tablas de la Ley. El primer movimiento es de elevación
hacia la cobertura, es decir, hacia la cumbre de la Santidad {ájat lem'aláh}, pero debe
ser seguido de siete aspersiones hacia abajo, {shév'a lemátah}, lo cual representa la
penetración del ideal de Santidad, hasta las capas inferiores de la vida terrenal. El Sumo
Sacerdote repetía estas aspersiones en Kipúr con la sangre del macho cabrío, como lo
había hecho primero con la sangre del toro. Mezclaba a continuación las dos sangres y
las esparcía sobre el altar de oro y sobre sus cuernos. El número total de aspersiones
era de cuarenta y tres.

15 – DESPUES DEGOLLARA EL MACHO CABRIO DE LA OFRENDA POR EL


PECADO, QUE ES DEL PUEBLO; Y TRAERÁ SU SANGRE ADENTRO DEL VELO,
Y HARÁ CON SU SANGRE LO MISMO QUE HIZO CON LA SANGRE DEL NOVILLO,
ROCIÁNDOLA SOBRE EL PROPICIATORIO Y DELANTE DEL PROPICIATORIO.

16 – ASI HARÁ EXPIACION POR EL SANTUARIO, A CAUSA DE LAS INMUNDICIAS


DE LOS HIJOS DE ISRAEL Y DE SUS TRANSGRESIONES, CON MOTIVO DE
TODOS SUS PECADOS. Y DEL MISMO MODO HARÁ CON LA TIENDA DE
REUNION, QUE RESIDE CON ELLOS, EN MEDIO DE SUS INMUNDICIAS.

16 – QUE RESIDE CON ELLOS EN MEDIO DE SUS INMUNDICIAS. Rashí: “Aun


cuando sean impuros, la Majestad Divina permanece entre ellos”. Cf. Rashí Núm.
XXXV, 34 y Com. Exo. XIV, 17; Lev. XXII, 2.

17 – Y NO HA DE HABER HOMBRE ALGUNO EN LA TIENDA DE REUNION,


CUANDO EL ENTRARE PARA HACER EXPIACION DENTRO DEL SANTUARIO,
HASTA QUE SALGA: ASI HARA EXPIACION POR SI Y POR SU CASA, Y POR
TODA LA ASAMBLEA DE ISRAEL.

17 – NO HA DE HABER HOMBRE ALGUNO EN LA TIENDA DE REUNION. Cf Com.


Gén. XXII, 5 y Exo. XXVIII, 35.

18 – LUEGO SALDRÁ AL ALTAR QUE ESTA DELANTE DE ADONAI, Y HARA


EXPIACION POR EL. A ESTE EFECTO, TOMARA DE LA SANGRE DEL NOVILLO Y
DE LA SANGRE DEL MACHO CABRIO, Y LA PONDRÁ SOBRE LOS CUERNOS
DEL ALTAR ALREDEDOR.

19 – TAMBIEN ROCIARA CON SU DEDO DE LA SANGRE SOBRE EL SIETE


VECES: ASI LO PURIFICARA Y LO SANTIFICARA DE LAS INMUNDICIAS DE LOS
HIJOS DE ISRAEL.

20 – Y CUANDO HUBIERE ACABADO DE HACER EXPIACION POR EL


SANTUARIO, Y POR LA TIENDA DE REUNION, Y POR EL ALTAR, HARA
PRESENTAR EL MACHO CABRIO VIVO.

21 – Y PONDRA AHARON AMBAS MANOS SOBRE LA CABEZA DEL MACHO


CABRIO VIVO, Y CONFESARA SOBRE EL TODAS LAS INIQUIDADES DE LOS
HIJOS DE ISRAEL Y TODAS SUS TRANSGRESIONES A CAUSA DE TODOS SUS
PECADOS, CARGANDOLOS ASI SOBRE LA CABEZA DEL MACHO CABRIO, Y LE
ENVIARA AL DESIERTO POR MANO DE UN HOMBRE IDONEO.

22 – Y EL MACHO CABRIO LLEVARA SOBRE SI TODAS LAS INIQUIDADES DE


ELLOS A TIERRA INHABITADA; Y ASI EL HOMBRE DEJARA IR AL MACHO
CABRIO POR EL DESIERTO.

22 – Y EL MACHO CABRIO LLEVARA SOBRE SI TODAS LAS INIQUIDADES DE


ELLOS. Los Sabios del Medrásh, basándose en el hecho de que la palabra {se'ír}
(macho cabrío) designa igualmente al “hombre velludo”, {ish sa'ír} epíteto a ‘Esáv (Gén.
XXVII, 11) dan a nuestra frase un sentido metafórico El hombre velludo (‘Esav
representando al mundo gentil) cargar los pecados de Ya'akóv, su hermano {‘avonotám}
compuesto de {‘avonót –tam}, los pecados del hombre íntegro {tam}, atributo de
Ya'akóv, en Gén. XIV, 27.) Esta interpretación se deriva del hecho de que buen número
de pecados y de fechorías cometidos por el Pueblo Judío son imputables a los
sufrimientos y a las tribulaciones que le han infligido en el curso de los siglos de la
dispersión y del exilio, por el mundo gentil. El día en que imploramos el perdón de
nuestras faltas, hacemos endosar simbólicamente nuestros pecados por “(se'ír), el
velludo” es decir, por ‘Esáv, prototipo del hermano enemigo, que después d la época
del Patriarca Ya'akóv siguió siendo la causa de nuestra persecuciones y de nuestras
faltas (Gén. Rabbá cap. 65). Finalmente, sin embargo, el macho cabrío, encargado de
los pecados de los hijos de Israel, es precipitado en la nada, desde lo alto de una roca
(Mishnáh Yomá VI, 6). Es así que el resto de los pecados del año pasado, que no han
podido ser ni perdonados ni expiados así como aquellos por los cuales los hijos de
Israel no son los únicos responsables, son liquidados en definitiva y echados a olvido.
El Zóhar recuerda en relación con esto la sentencia de Profeta Mijá: “Qué Dios como
Tú que perdonas las iniquidades… Tu volverás a tener piedad de nosotros, ahogarás
nuestras faltas lanzarás todos nuestros pecados en las profundidades del mar” (VII, 19).
En este versículo se basa la Tradición de recitar L oración de (Tashlíj) al borde de las
aguas antes de Yom Kipúr. Deseamos que nuestros pecados sean echados en la
profundidad de las aguas.

23 – MIENTRAS TANTO ENTRARA AHARON EN LA TIENDA DE REUNION, Y


QUITANDOSE LAS VESTIDURAS DE LINO CON QUE SE VISTIO AL ENTRAR EN
EL SANTUARIO, LAS DEJARA ALLÍ.

23 – ENTRARA AHARON EN LA TIENDA DE REUNION. Rashí refiriéndose al Tratado


de Yomá 71a, muestra que todo capítulo sigue el orden de las ceremonias, salvo este
versículo que invoca la entrada a la Tienda de Asignación y que no está aquí en su
lugar, dado que esta entrada tuvo lugar después del cumplimiento del holocausto de
Aharón y del Pueblo, y después de la combustión de las partes de grasa del toro y del
macho cabrío (pero, según Maimónides y Najmánides siguiendo el {korbán tamíd}, de
la noche). El presunto motivo del desplazamiento de este versículo es que ciertos ritos
debían cumplirse con ropa de lino y otros con ropa de oro. Ahora bien, los ritos
mencionados en esa sección, desde el principio hasta nuestro versículo, se hacen
todos, sin excepción, con ropa de lino. Antes de terminar con este grupo, la Toráh
menciona el último rito que forma parte del mismo, aunque se lleve a cabo
posteriormente. La Toráh no precisa la finalidad de esta nueva entrada en la Tienda de
Asignación. Pero Rashí nos lo indica, en nombre de la Tradición: “Era para retornar la
lanzadera y el incensario, con las cuales había hecho ahumar el incienso en el Sancta
Sanctórum”. Rabí Israel Bá'al Shem-Tov sacó de ahí la conclusión: Cuando se sirve a
un Talmíd Jajám, el sacar los recipientes, incluso vacíos, forma parte del servicio, así
como el sacar la lanzadera y el incensario {kaf u-majtáh} forman parte del Servicio
Divino. Cf. Com. VI, 4. El emplazamiento de nuestro versículo encuentra, sin embargo,
su justificación ante la teoría formulada por el Gaón Rabí Eliyáhu de Vílna y citado por
Rabí Abrahám Danzig . Esta se basa en la observación del Medrásh Rabbá según la
cual “Aharón podía entrar en cualquier momento en el Sancta Sanctórum” cumpliendo
con los ritos indicados en nuestro capítulo. Esto explica el hecho de que el Día de Kipúr
no se encuentre mencionado sino a partir del vers. 29 y que el nombre de Aharón no
se reemplace sino al final del capítulo (vers. 32) por el de Cohén. (Otras peculiaridades
se citan además por Rabí Abrahám Danzig). Pues la entrada al Sancta Sanctórum
estaba estrictamente prohibida a los Sumos Sacerdotes que le sucedieron a Aharón,
fuera del Día de Kipúr. Para Aharón, sin embargo, la entrada durante el año estaba
subordinada al servicio de los sacrificios, con excepción de las cinco inmersiones y las
diez purificaciones de las manos y de los pies, aunque este servicio se terminaba
después de haber cumplido con la ofrenda del macho cabrío y de haber sacado la
lanzadera y el incensario. Visto desde este ángulo, nuestro versículo marca la clausura
del servicio que se va a efectuar, cuando Aharón quería ir al Sancta Sanctórum durante
el año. A partir de ese momento, el capítulo final se relaciona con el servicio
complementario reservado al Día del Kipúr y a la intención de Aharón y de sus
sucesores.

24 – LUEGO LAVARA SU CARNE CON AGUA EN LUGAR SAGRADO, Y SE


PONDRÁ SUS VESTIDOS (COMUNES); Y SALDRÁ ENTONCES Y OFRECERÁ SU
HOLOCAUSTO Y EL HOLOCAUSTO DEL PUEBLO, HACIENDO LA EXPIACION
POR SI Y POR EL PUEBLO.

25 – Y HARÁ CONSUMIR SOBRE EL ALTAR EL SEBO DE LA OFRENDA POR EL


PECADO.

26 – Y AQUEL QUE HUBIERE LLEVADO EL MACHO CABRIO A ‘AZAZEL, LAVARA


SUS VESTIDOS, Y BAÑARA SU CUERPO EN AGUA; Y DESPUES DE ESTO PODRÁ
ENTRAR EN EL CAMPAMENTO.

27 – MAS EN CUANTO AL NOVILLO DE LA OFRENDA POR EL PECADO Y AL


MACHO CABRIO DE LA OFRENDA POR EL PECADO, CUYA SANGRE FUE HUIDA
DENTRO DEL SANTUARIO PARA HACER EXPIACION, LOS SACARAN FUERA
DEL CAMPAMENTO, Y QUEMARAN A FUEGO SUS PIELES Y SU CARNE Y SU
ESTIERCOL.
28 – Y EL QUE LOS QUEMARE LAVARA SU VESTIMENTA, Y BAÑARA SU
CUERPO EN AGUA, Y DESPUES DE ESTO PODRÁ ENTRAR EN EL
CAMPAMENTO.

28 – EL QUE LOS QUEMARE LAVARA SU VESTIMENTA. Ciertamente, escribe


Najmánides, los sacrificios que se ofrecen fuera del recinto Sagrado, tales como la vaca
bermeja, el macho cabrío, la “novilla con la nuca quebrada, {‘agláh ‘arufáh}”, así como
los despojos que se transportan y se queman fuera del campamento, tales como “el
toro expiatorio y el macho cabrío expiatorio” mencionados en el versículo precedente,
parecen confirmar las alegaciones de los paganos, que afirman que el culto de los
sacrificios se ofrecería a los espíritus impuros y a los demonios que habitan los campos
y los desiertos. Estas aseveraciones no tienen fundamento, pero es suficiente el
contacto de la impureza que se manifiesta fuera del Santuario, para hacer impuros a
los que tengan que ver con el servicio de este género de sacrificios. Eso es por lo que
“el que los haya quemado, lavará su ropa y bañará su cuerpo en agua ” Cf. Lev. XVII,
4.

29 – Y (ESTO) OS SERA ESTATUTO PERPETUO: EN EL MES SEPTIMO, EL DIA


DECIMO DEL MES AFLIGIREIS VUESTRAS ALMAS, Y NINGUN TRABAJO
HAREIS, TANTO EL NATIVO COMO EL EXTRANJERO QUE MORA EN MEDIO DE
VOSOTROS;

29 – EN EL MES SEPTIMO, EL DIA DECIMO DEL MES. “El Eterno fijó en su gracia,
un día al año, destinado al arrepentimiento y a la expiación de los pecados. Hubiera
sido peligroso para las criaturas dejar acumularse indefinidamente el número de
pecados no expiados. Este día se consagró y destinó a este efecto desde la creación
del mundo {yom ejád} se relaciona con el único día del año que representa Yom Kipúr.
Gén. Rabbá). Fue desde entonces, dotado de una virtud expiatoria que contribuye a la
absolución de los pecados” . Rabí Eli'ézer Hagadól enseña, sin embargo, que el diez
del mes de Tishrí se convirtió en el Día del Perdón, desde que el Eterno acordó en este
día, a los hijos de Israel, con respecto al pecado del “becerro de oro”. Moshé descendió
entonces del Monte Sinái con las Tablas de la Ley en sus manos y este día fue legado
a los hombres, “al autóctono como al extranjero”, como día de perdón para todos los
tiempos. Numerosos usos observados en el Yom Kipúr y especialmente la frecuente
recitación de los {y” ág midót ha-rajámim… trece atributos de misericordia) se remontan
a este origen. En todo caso, los sacrificios que se ofrecen en ese día, no constituyen
una condición [sine qua non] para la expiación de los pecados, como subraya
Najmánides (Lev. XXIII, 16-28). Estos se reemplazan, después de la desaparición del
Templo, por el ayuno y la aflicción, por las oraciones y las confesiones de nuestros
pecados.
30 – PORQUE EN ESTE DIA HARÁ (EL SUMO SACERDOTE) EXPIACION POR
VOSOTROS PARA PURIFICAROS; Y DE TODOS VUESTROS PECADOS
QUEDAREIS PUROS DELANTE DE ADONAI.

30 – PORQUE EN ESTE DIA. El texto, destaca el Zóhar, no marca {ki ha-yóm hazé…
porque este día}, lo que significaría que el día conlleve un poder de expiación. Pero la
fórmula {bayóm haze… en este día} sobrentiende que en este día, se hará propiciación
sobre usted y esto corrobora la enseñanza del último capítulo de la Mishnáh Yomá,
según el cual, el Día de Kipúr posee en sí mismo una virtud expiatoria, limitada sin
embargo, a ciertos casos precisos cuyos detalles son indicados por Maimónides en
Hiljót Teshuváh, I. Sólo entre los Tanaítas, Rabí defiende el punto de vista de que el
efecto de Yom Kipúr es independiente del arrepentimiento personal (Yomá 85b). En
cuanto a la opinión general que se opone a esta tesis, reconoce en el Día de Kipúr cierto
valor intrínseco a causa de las reflexiones formuladas en nuestro Com. XVI, 2 y 29.

DE TODOS VUESTROS PECADOS. El giro de esta frase inspira a Rabí El'azár Ben
‘Azariá la reflexión siguiente: El Día de Kipúr lleva a la expiación de los pecados
cometidos al Eterno; pero los pecados cometidos hacia el prójimo, no se expían sino
después de haber obtenido el perdón del prójimo (Mishnáh Yomá, al final).

QUEDAREIS PUROS DELANTE DE ADONAI. Fue al escuchar al Sumo Sacerdote,


pronunciar el Nombre Sagrado del Eterno en esta frase, que los Cohaním y el Pueblo,
encontrándose en el Atrio del Templo, se prosternaron y se pusieron boca abajo
recitando la frase: {barúj shem kevód, vegomér}. El Nombre Sagrado fue pronunciado
por él en varias oportunidades durante el Día de Kipúr. Este Nombre Sagrado fue
pronunciado según su escritura {Shém ha-Meforásh}, según la opinión de Rabénu
Asher, citado en Túr, Oraj Chayim § 621. Pero el Gaón Rabí Hái afirma que se trataba
del Nombre Divino compuesto de cuarenta y dos letras, {Shém shel Mém-Bét}, y
Rabénu Bajyáh Ibn Pakúda, su discípulo, nos explica que este nombre muy Sagrado
sobresale del primer versículo de la Toráh. La palabra {bereshít… al principio} está
compuesta de seis letras y esta cifra multiplicada por siete (correspondiente al número
de las palabras del versículo) da el número cuarenta y dos. Esta composición expresa
la idea que la naturaleza, cuya historia la introduce la palabra {bereshít} cuyo signo es
la cifra seis (Com. Lev. IX,1), evoluciona bajo el número siete, que designa la libertad
creadora y moral, que domina la naturaleza (ibíd.) (Para detalles más amplios ver M. M.
Kasher, Enciclop. Bíblica, vol. I, No. 39). Ahora bien, es precisamente esta primacía del
principio moral sobre el principio puramente legal de la naturaleza, la que conviene
invocar el Día de Kipúr. Pues declara Najmánides, si, el Día de Rosh Hashanáh es el
factor del derecho estricto {midát ha-dín} el que prevalece en la balanza de la justicia,
es por el contrario, el de la gracia {midát ha-rajamím} el que constituye la nota
dominante en el Día de Kipúr (Lev. XXIII, 24). El Nombre Divino de las cuarenta y dos
letras hace mención a este hecho.

31- DESCANSO ABSOLUTO OS SERA; EN EL CUAL HABEIS DE AFLIGIR


VUESTRAS ALMAS: ESTATUTO PERPETUO ES.

31- DESCANSO ABSOLUTO OS SERA. Shabbat, Shabbaton. La Toráh comprende la


prohibición en el Día de Kipúr hasta de los trabajos prohibidos rabínicamente, aunque
sirvieran para el cumplimiento de una Mitzváh. Eso es por lo que ella caracteriza este
día como un Shabbat doble (Sifrá 73,9; Cf. y el Malbím) o como un Shabbat reforzado.
Pero Rabí Ell'ézer ve en la designación: doble Shabbat, la indicación de que el Día de
Kipúr, trae no sólo la paz (sabática) en cuanto a las pruebas que se tienen que pasar
aquí abajo, sino igualmente la paz del alma en vista de futura existencia en el mundo
del más allá. Esta opinión se une a las de los Tosafistas (R. H. 16b) que relacionan los
decretos celestiales del Kipúr con la vida del mundo futuro, mientras que Najmánides y
otros se las atribuyen a la vida del mundo terrenal.

El Día de Kipúr, nos hacen resaltar en otra fuentes, comporta un aspecto particular en
el sentido que los sacrificios y los actos de abnegación, mantienen su lugar del {‘óneg}
(delicia) del Shabbat ordinario. (Ver Onkélos Exo. XXIV, 10: Los hijos de Israel
saborearon el placer de sus sacrificios, favorablemente otorgados, como si hubieran
bebido y comido). El Kipúr es en este sentido un doble Shabbat.

32 – Y EL SACERDOTE QUE FUERE UNGIDO Y CONSAGRADO PARA SER


(SUMO) SACERDOTE, EN LUGAR DE SU PADRE, HARA LA EXPIACION, Y SE
VESTIRÁ LAS VESTIDURAS DE LINO, LAS VESTIDURAS SAGRADAS;

33 – Y HARÁ EXPIACION POR EL SANTO SANTUARIO; POR LA TIENDA DE


REUNION, TAMBIEN POR EL ALTAR HARÁ EXPIACION; ASIMISMO POR LOS
SACERDOTES, Y POR TODO EL PUEBLO DE LA CONGREGACION HARÁ
EXPIACION.

33 – Y HARÁ EXPIACION POR EL SANTO SANTUARIO. Esto se relaciona con el


Sancta Sanctórum, aunque no se haya vuelto impuro en el sentido propio, ya que nadie
entraba allí. La expiación era, sin embargo, necesaria, porque los pecados de Israel
podían provocar la partida de la Shejináh. Sucede, además, que nuestros lugares más
Sagrados, son profanados por nuestro comportamiento.

POR EL ALTAR. Cf. Com. Exo. XXIX, 36 y XXX, 10.


34 – Y ESTO OS SERA ESTATUTO PERPETUO, PARA HACER EXPIACION POR
LOS HIJOS DE ISRAEL, A CAUSA DE SUS PECADOS, UNA VEZ AL AÑO. HE HIZO
(AHARON) SEGUN HABIA MANDADO ADONAI A MOSHE.

34 – Y ESTO OS SERA ESTATUTO PERPETUO. Se ha observado anteriormente bajo


el nombre de Rabí Eli'ézer Hagadól (Com. vers. 29) que el diez de Tishrí se instituyó
como Día del Perdón después que el Eterno perdonó este día, el pecado del “becerro
de oro”. La expresión {jukát ‘olát… estatuto perpetuo} le permite incluso concluir que el
Día de Kipúr no se abolirá en ningún momento (como la fiesta de Purím) aunque las
otras fiestas perdieran su razón de ser por el advenimiento mesiánico (Yalkút Prov. X,
citado en Pirké de Rabí Eli'ézer No. 46). Partiendo de este punto de vista, la frase toma
la significación de una promesa dada por Dios, sobrentendiendo que el diez de Tishrí,
seguirá siendo el Día del Perdón, cualquiera que sea el grado de fidelidad de los hijos
de Israel.

HIZO (AHARON) SEGUN HABIA MANDADO ADONAI A MOSHE. Rashí, citando una
de las explicaciones de Sifrá, comenta: “Este versículo quiere contar la alabanza de
Aharón, que no se ha puesto esta ropa para su gloria, sino como alguien que cumple la
orden del rey”. Según Najmánides, el texto denota, que Aharón esperó pacientemente
el diez de Tishrí, para la ejecución de estas órdenes, aunque hubieran sido
comunicadas en el mes de Nissán. Se abstuvo toda su vida de entrar en el Sancta
Sanctórum, excepto el Día de Kipúr. El Gaón de Vílna piensa, por el contrario, que
Aharón cumplió sin más tardanza el servicio que le permitió entrar en el transcurso del
año al Sancta Sanctórum, conforme a su concepción, reproducida en el Com. del vers.
23. La Toráh podría también querer revelarnos que si Yom Kipúr ha adquirido una
poderosa influencia en el alma judía, a pesar del hecho de que no era una fiesta de
peregrinación y que no ha podido hacer vibrar el sentimiento nacional tanto como la
fiesta de Pésaj, fue gracias al fervor Sagrado, al celo y a la dedicación con las que
Aharón cumplió todas sus prescripciones, desde el primer año de su observancia, que
logró comunicarle un grado de Santidad excepcional y que dejó sus huellas por toda la
eternidad.

CAPITULO XVII

1 – Y HABLO ADONAI A MOSHE, DICIENDO.

2- HABLA A AHARON Y A SUS HIJOS Y A TODOS LOS HIJOS DE ISRAEL, Y


DILES: ESTO ES LO QUE ADONAI HA MANDADO, DICIENDO:

2 – HABLA A AHARON Y A SUS HIJOS. Las prescripciones siguientes se dirigen a los


Cohaním, pues se refieren a la prohibición de ofrecer sacrificios fuera del Tabernáculo
y se dirigen al mismo tiempo a “todos los hijos de Israel”, pues éstas les prohíben
proceder por sí mismos a hacer tales sacrificios. La sucesión de temas, puede
explicarse por el hecho de que ciertos sacrificios del Día de Kipúr, son para ofrecer o
para que se consuman fuera del Santuario, como se acaba de exponer en el capítulo
precedente (Cf. Com. XVI, 28). Eso es por lo que la Toráh caracteriza estos sacrificios
excepcionales, autorizados por motivos particulares. Enuncia en esta ocasión la
prohibición de ofrecer los sacrificios fuera de la Tienda de Asignación, abstracción
hecha de los casos citados en el Com. anterior.

3 – CUALQUIER HOMBRE DE LA CASA DE ISRAEL QUE DEGOLLARE BUEY O


CORDERO O CABRA DENTRO DEL CAMPAMENTO, O QUE LOS DEGOLLARE
FUERA DEL CAMPAMENTO,

3 – QUE DEGOLLARE BUEY O CORDERO O CABRA. Rashí observa: “La Toráh habla
de sacrificios”. Esta breve observación, hace alusión a la controversia entre Rabí
Yishma'él y Rabí ‘Akivá citada en el Talmúd, Tratado Julín 17a, con referencia al sentido
que se le da a nuestro versículo. Se trata de animales, incluso los consagrados y
destinados al uso profano, {julín} a menos que se les haya llevado “a la entrada de la
Tienda”, etc, y ofrecido como ofrenda remunerativa, {shelamín}. No fue sino a partir de
la entrada en Tierra Santa, que se le permitió comer {bassár taaváh}, es decir de tomar
parte en una comida simple que incluía carne preparada ritualmente, pero no
consagrada en sacrificio, como resulta de nuestro Com. Deut. XII, 20. Rabí ‘Akivá
afirma, sin embargo, que nunca se les prohibió en el desierto comer {bassár taaváh}.
También nuestro texto sólo se aplica a los sacrificios, y esta opinión que tiene fuerza de
ley, fue adoptada por Rashí Maimónides llega, sin embargo, a la conclusión siguiente,
que representa una síntesis de las dos opiniones. “Al principio, cuando los israelitas
estaban en el desierto, no se les ordenó proceder a la matanza ritual de animales
profanos; podían matarlos o degollarlos como los otros pueblos. Más tarde, cuando se
erigió el Tabernáculo, se le dio la orden a cualquiera que quisiera matar un animal
ritualmente, que lo ofreciera como sacrificio remunerativo, como se dijo en el vers. 5.
Sin embargo, los que querían matar un animal de otra forma y consumir su carne tenían
autorización para ello. Este derecho, que solo era válido para la duración de la estancia
en el desierto, fue abolido a partir de la entrada en Tierra Santa. En adelante, el
consumo de cualquier carne {Julín} estaba permitido después del acto de matanza ritual
del animal, sin restricción de lugar”.

4 – Y NO LOS TRAJERE A LA ENTRADA DE LA TIENDA DE REUNION, PARA


PRESENTAR LA OBLACION DE ADONAI DELANTE DEL TABERNACULO DE
ADONAI, SANGRE LE SERA IMPUTADA AL TAL HOMBRE; HA DERRAMADO
SANGRE (ILICITAMENTE), Y AQUEL HOMBRE SERA CORTADO DE EN MEDIO DE
SU PUEBLO;

4 – Y NO LOS TRAJERE A LA ENTRADA DE LA TIENDA DE REUNION. La razón por


la cuál la Toráh prohíbe con gran severidad, ofrecer sacrificios fuera del recinto del
Santuario, está indicada en el texto: “A fin de que los hijos de Israel, que sacrifican sus
víctimas en pleno campo, las conduzcan en adelante al Eterno…. y no ofrecerán más
sus sacrificios a los demonios, en pos de los cuales ellos se prostituyen….” Maimónides
comenta: Como los israelitas persistieron en seguir la costumbre bien conocida en la
que habían sido educados, de fraternizar con los demonios comiendo alrededor de la
sangre, Dios les prohibió absolutamente comer en el desierto carne no consagrada,
pero quiso que todo animal destinado al consumo, fuera ofrecido como sacrificio
remunerativo y su sangre regada sobre el altar… (Guía de los Desc. III, 46). Cf. Com.
Lev. XVI, 28. Los autores cabalistas, establecen en cuanto a los sacrificios su
equivalencia con la oración. El Rey Shelomó, dirigiéndose al Eterno, después de la
inauguración del Templo de Jerusalén, implora para que todas las oraciones de todos
los que Lo buscan y que “serán dirigidas a esta Casa” sean escuchadas por El desde
lo alto de los cielos, y esta fórmula se repite en muchas oportunidades (I Reyes VIII).
Los Sabios del Talmúd, sacan de aquí la conclusión que nuestras oraciones deben
recitarse en dirección hacia el Templo (Ber. 29b). Ya el Patriarca Ya'akóv había
designado el emplazamiento del futuro Templo como si fuera “la puerta del Cielo” (Gén.
XXVIII, 17). Eso es por lo que las oraciones deben, de alguna manera, “pasar” por esta
puerta para poder alcanzar al Trono Celestial, que se sitúa frente al Templo (Rashí Exo.
XVI, 17). Reciben allí al salir de un mundo profano e impuro, y antes de subir al Trono
de Dios, el sello de la Santidad, al igual que el perfume de amor que se eleva al altar.
Sucede así, dicen los autores cabalistas, con los mismos sacrificios. Un sacrificio
ofrecido en pleno campo, en un lugar cualquiera, sin haberse presentado “a la puerta
del Santuario” para ofrecerse en el recinto Sagrado, es rechazado por Dios. El paso de
lo profano a lo Sagrado, no se efectúa sin transición. Exige un acto preparatorio que se
cumple en grados sucesivos.

SANGRE LE SERA IMPUTADA AL TAL HOMBRE. Rashí explica: “Como el que vierte
sangre humana y que se ha hecho culpable en su alma (culpable de pena de muerte)”.
Este severo veredicto se explica, por el hecho de que los hombres” no están autorizados
a disponer de la carne de los animales, sino para fines precisos: la expiación (por el
sacrificio animal), el alimento, el remedio o cualquier otro fin útil al hombre. Pero la
matanza sin ninguna utilidad, se considera como un asesinato, no como el asesinato
de un ser humano, (con el cual no se podría comparar la matanza de un animal) sino
como un derramamiento de sangre ilícita”. Diferentes puntos de vista formulados en
relación con este tema, se han expuesto en nuestro Com. Lev. XI, 3. Aparece sin
embargo, a la luz de nuestro contexto y según la opinión de Rabí Yishma'él traído a
colación en vers, precedente, que estaba prohibido, durante la estancia en el desierto,
degollar animales, incluso los destinados al uso privado, {julín} a menos que se vayan
a ofrecer como sacrificio remuneratorio en el recinto del Santuario. La carne de un
animal que ha muerto fuera de este recinto era, pues, inutilizable y la matanza
correspondía a un simple asesinato. Según Rabí ‘Akivá, la sanción se explica al
considerar que el texto se relaciona con los sacrificios ofrecidos en lugares elevados en
la época en la que éstos estaban prohibidos. (El término {al pené ha-sadéh… sobre la
faz del campo} se aplica en efecto a los lugares elevados por las causas expresadas
por el Malbím.) Esta violación se castigaba severamente.

5 – (SE ORDENA ESTO) A FIN DE QUE LOS HIJOS DE ISRAEL TRAIGAN SUS
SACRIFICIOS QUE SACRIFICAN SOBRE LA HAZ DEL CAMPO, Y LOS
PRESENTEN A ADONAI A LA ENTRADA DE LA TIENDA DE REUNION, AL
SACERDOTE, Y LOS OFREZCAN COMO SACRIFICIOS PACIFICOS A ADONAI.

5 – TRAIGAN SUS SACRIFICIOS… A LA ENTRADA DE LA TIENDA DE REUNION. El


Medrásh Rabbá pone énfasis en los castigos que se infligieron a los Israelitas a
continuación del ejercicio del culto de los sacrificios en los lugares elevados prohibidos
por la Ley. Según Maimónides, esta prohibición se inserta en el cuadro de las
restricciones impuestas por la Toráh, al antiguo culto de los sacrificios (como se observó
en Com. Lev. I, 9): “Aunque el culto de los sacrificios se dirigiera a Dios, no fue prescrito,
sin embargo, como había sido anteriormente, es decir, ofrecer sacrificios en cualquier
lugar y en cualquier momento. No se podían erigir templos por doquier ni tomar como
sacrificador al primer recién llegado. El Eterno, por el contrario, hizo erigir un Templo
único y prohibió hacer sacrificios en otra parte que no fuera allí, y sólo había una familia
en particular que pudiera ejercer el sacerdocio. Todo esto tenía como finalidad, el
restringir este género de culto y de dejar que subsistiera sólo lo que la Sabiduría Divina
juzgara que no debía abandonarse. Pero las invocaciones y las oraciones, se hacían
en cualquier lugar y por cualquiera; se acercaban más al fin principal y eran necesarias
para obtenerlo. Sucedió lo mismo con los Tzitzít, con los Tefilím y con otros objetos
similares del culto” (Guía de los Desc. III, 32).

6 – EL SACERDOTE PUES ROCIARA LA SANGRE SOBRE EL ALTAR DE ADONAI,


A LA ENTRADA DE LA TIENDA DE REUNION, Y RARA CONSUMIR EL SEBO POR
OLOR GRATO A ADONAI;
7 – A FIN DE QUE ELLOS NO OFREZCAN MAS SUS SACRIFICIOS A LOS
DEMONIOS, TRAS LOS CUALES SIGUEN IDOLATRANDO. ESTATUTO
PERPETUO LES SERA ESTO DURANTE SUS GENERACIONES.

7 – NO OFREZCAN MAS SUS SACRIFICIOS A LOS DEMONIOS. Cf. Com. XVI, 8

8 – Y LES DIRÁS: CUALQUIER HOMBRE DE LA CASA DE ISRAEL, O DE LOS


EXTRANJEROS QUE MORAN EN MEDIO DE VOSOTROS, QUE OFRECIERE
HOLOCAUSTO O SACRIFICIO,

8 – Y LES DIRÁS. Dirigiendole la palabra a Moshé, el Eterno le había indicado (en el


vers. 7) el motivo de la prohibición relacionada con la inmolación de los sacrificios fuera
del Santuario. Pero a ellos, prosigue el Eterno, es decir, a los hijos de Israel, tú les dirás
la prohibición y la sanción, sin, no obstante, añadir el motivo. Pues podrían sacar falsas
conclusiones y arrogarse dispensas bajo pretextos falaces.

9 – Y NO LO TRAJERE A LA ENTRADA DE LA TIENDA DE REUNION PARA


SACRIFICARLO A ADONAI, SERA CORTADO EL TAL HOMBRE DE ENTRE SU
PUEBLO,

9 – SERA CORTADO EL TAL HOMBRE DE ENTRE SU PUEBLO. Rashí: “Su


descendencia se apagará y sus días se acortarán”. Najmánides contesta, sin embargo,
que la descendencia del que cometa este pecado se apagará, esta sanción estaba
reservada a los casos de {karét) relacionados con los pecados de incesto y de adulterio
(Lev. XVIII, 29). Ver igualmente nuestro Com. Lev. VII, 25 sobre el concepto de
Najmánides en cuanto al consumo de sangre y la pena de Karét.

10 – ASIMISMO CUALQUIER HOMBRE DE LA CASA DE ISRAEL, O DE LOS


EXTRANJEROS QUE MORAN ENTRE ELLOS, QUE COMIERE CUALQUIER CLASE
DE SANGRE, YO ME VOLVERE CONTRA EL QUE COME LA SANGRE, Y LE
EXTERMINARE DE ENTRE SU PUEBLO;

10 – QUE COMIERE CUALQUIER CLASE DE SANGRE. Ver sobre los motivos de la


prohibición de la sangre, nuestro Com. Lev. VII, 25.

11- PORQUE LA VIDA DE LA CARNE ESTA EN LA SANGRE, Y YO OS LA HE


MANDADO PONER SOBRE EL ALTAR PARA EXPIAR VUESTRAS ALMAS, PUES
LA SANGRE ES LA EXPIACION POR LA VIDA.

12 – POR ESO HE DICHO A LOS HIJOS DE ISRAEL: NADIE DE ENTRE VOSOTROS


COMERÁ SANGRE, NI TAMPOCO EL EXTRANJERO QUE MORA ENTRE
VOSOTROS LA HA DE COMER.
12 – NADIE DE ENTRE VOSOTROS. Rabí Yisják ‘Arama observa en ‘Akedá cap. 64
que las prohibiciones relativas a las ofrendas fuera del Santuario se dirigen al hombre
cuyo nombre es {ish}, como en los vers. 3-4 y 8-9 mientras que es el nombre {néfesh}
el que aparece en referencia con las prohibiciones relacionadas con el consumo de
sangre y de la carne prohibida, como en los vers. 10-12-15. Sucede lo mismo con las
prohibiciones de las alianzas no permitidas en el cap. XVIII, 29. La diferencia consiste
en lo que las últimas prohibiciones toquen de una manera más directa al alma humana
con sus pasiones, sus apetitos y sus .instintos, mientras que la costumbre de ofrecer
sacrificios fuera del Santuario, descansa simplemente en un error politeísta. Tampoco
es necesario dirigirse al “alma humana” para corregirla, es suficiente, el hacer un
llamado al buen sentido, al hombre, simplemente.

13 – Y CUALQUIER HOMBRE DE LOS HIJOS DE ISRAEL, O DE LOS


EXTRANJEROS QUE MORAN ENTRE ELLOS, QUE CAZARE UN ANIMAL O UN
AVE, DE QUE ES LICITO COMER, DERRAMARA SU SANGRE Y LA CUBRIRÁ CON
POLVO.

13 – Y LA CUBRIRA CON POLVO. Se han formulado opiniones divergentes en cuanto


a los motivos de esta ley. Para algunos, la sangre de la caza debe cubrirse de tierra
para evitar las sospechas de los que estarían tentados en creer que la sangre fue
consumida indebidamente o utilizada para un sacrificio prohibido. Pero la pregunta se
plantea después de saber por qué esta ley se limita a la sangre de los animales salvajes
o voladores (Rabí A. Ibn Ezrá). Najmánides opina que esta ley obedece a la prohibición
contenida en los versículos, precedentes de consumir la carne de otro modo y no al
ofrecer el animal como sacrificio de {shelamím}. Esta prohibición, válida durante la
permanencia en el desierto, fue anulada a partir de la llegada a Tierra Santa. Eso es
por lo que la Toráh no se opuso, a que la sangre de los animales puros se regara en la
tierra, pero mantuvo la orden de cubrir la sangre de los animales salvajes y voladores,
para abolir el uso de sacrificar estos animales a los demonios de los campos y de los
bosques (Deut. XII, 22.) La Toráh no excluyó de esta regla a las tórtolas y a las jóvenes
palomas, que son aves puras, dado que “la Ley no tiene en cuenta lo que es
excepcional”, como Maimónides observa en su Guía de los Desc. III, 34. Maimónides,
fiel a su teoría general relativa al culto de los sacrificios, escribe: “El Eterno prescribió
que, cuando se degollara un animal salvaje o cualquier ave de las que se permite comer
la carne, se cubre la sangre con tierra, para que uno no se reúna para comer alrededor
de la sangre. Es así que se logra completamente el objetivo de romper la fraternidad
entre los que estaban realmente poseídos, y sus demonios” (Guía de los Desc. III, 46).
En oposición a estos argumentos, Rabénu Chayím Ben ‘Attar recalca la diferencia que
existe entre la naturaleza del alma de los animales domésticos {behemáh} y las de los
animales salvajes y las aves {jayáh ve-‘of}. Mientras que el principio vital de estas
especies está contenido en la sangre, el alma de los animales domésticos posee una
naturaleza más evolucionada y se conectan a ciertos factores otros que la sangre.
Hemos dado constancia de esta gradación de fuerzas del alma según las especies de
la creación en nuestro Com. Lev. XI, 8. Eso es por lo que la Toráh recuerda aquí que el
alma de cualquier carne es su sangre. La sangre de los animales, como los animales
salvajes y las aves, “que contiene alma” se cubrirá de tierra por respeto a la misma, así
como se ha ordenado enterrar el cuerpo humano por respeto. Estos diferentes niveles
que marcan las relaciones del alma y del elemento de sangre pueden explicar las
variantes del texto del versículo 14 que se refiere a estas relaciones. Rashí los comenta
y Najmánides les da una interpretación adecuada.

14 – PORQUE LA VIDA DE TODA CARNE ES SU SANGRE CON EL ALMA QUE


ESTA EN ELLA; POR ESO HE DICHO A LOS HIJOS DE ISRAEL: NO COMEREIS
LA SANGRE DE NINGUNA CARNE, PORQUE LA VIDA DE TODA CARNE ES SU
SANGRE, CUALQUIERA QUE LA COMIERE SERA EXTERMINADO.

14 – CUALQUIERA QUE LA COMIERE SERA EXTERMINADO. La pena de aislamiento


por el consumo de sangre se repite en tres ocasiones en la Toráh constatan nuestros
Sabios en el Tratado Keritút 46. Esta se refiere al consumo de sangre de los sacrificios
(la sangre está reservada al acto de expiación en el altar), la sangre de los animales
comunes {julín) y la que debería haber estado cubierta de tierra (XII, 27, XVIII, 10-14).
Por lo demás el corte del animal y la prohibición de la sangre son dos medidas
esencialmente correlativas y una siempre implica la otra; lo que prueba que ésta
operación tiene como finalidad no solamente asegurar y acelerar la muerte del animal
sino de ponerlo lo más exangüe [desangrado] posible. Es con el mismo objetivo que el
Talmúd obliga a los Israelitas a extraer todas las venas y arterias, y a salar la carne
antes de la cocción (L.W.)

15 – Y TODA PERSONA QUE COMIERE BESTIA MUERTA O DESGARRADA, SEA


DE LOS NATIVOS O EXTRANJEROS, LAVARA SUS VESTIDOS Y SE BAÑARA EN
AGUA Y SERA IMPURO HASTA LA TARDE; LUEGO SERA PURO.

15 – TODA PERSONA QUE COMIERE BESTIA MUERTA O DESGARRADA. Dado


que la impureza comunicada por el consumo o el contacto de un cadáver de
cuadrúpedo ha sido ya el objeto de la Ley de Lev. XI, 39-40, la Tradición relaciona
nuestro versículo con el cadáver de un pájaro puro”. No hace impuro sino el momento
en que se traga por la garganta (la deglución), y nos enseña acá que nos impurifica solo
por su consumo (Rashí). La Toráh nos cita así, como conclusión a este capítulo, un
caso extremo que nos permite medir la importancia capital que atribuye a las leyes de
la alimentación. El hecho por sí solo de haber tragado carroña de un pájaro muerto sin
degollar {Shejitáh}, aunque fuere el consumo del tamaño de una aceituna, hace impuro
al hombre, así como la ropa que lleva en el momento del consumo. “Permanecerá
inmundo hasta la noche y entonces volverá a ser puro. Si él no lava su ropa y no baña
su cuerpo, llevará su falta consigo. Es decir, explica Rashí, que será castigado con el
aislamiento por omisión de haber bañado su cuerpo, y será castigado de flagelación por
omisión de haber lavado su ropa”. Estas disposiciones enfatizan el carácter de impureza
levítica del que consume la carne prohibida. Se le condena a la proscripción, y su
condena más severa será el estar alejado del Santuario y no poder participar en las
comidas sagradas celebradas después del servicio de los sacrificios (Rashí).

16 – Y SI NO LAVA (SUS VESTIDOS) NI BAÑA SU CUERPO, LLEVARA SU


INIQUIDAD”.

CAPITULO XVIII

1 – Y HABLO ADONAI A MOSHE, DICIENDO:

2 – HABLA A LOS HIJOS DE ISRAEL Y DILES: YO SOY ADONAI, VUESTRO DIOS.

2 – SOY YO ADONAI, VUESTRO DIOS. El acceso de los hijos de Israel al nivel de “un
Pueblo de Sacerdotes y de una Nación Santa” se ha reconocido al comienzo del
Levítico (Com. I,1) como el objetivo supremo de las Leyes que éste contiene. Ahora
bien, el legislador prosigue su obra de educación moral, espiritual y religiosa,
añadiéndole a las leyes precedentes de la Santidad, relativas al servicio Sagrado, a las
prescripciones alimenticias y a la pureza levítica, el presente capítulo que se relaciona
con la pureza de las costumbres y la moral sexual. Este nuevo apartado no se nos
presenta por razones de orden social, ni obedeciendo las normas de conservación
[ecológicas] ni de higiene sexual. Es Dios quien las proclama. El es la fuente y la causa
de la Legislación. Se le debe obediencia, porque la orden emana de Dios. El imperativo
Divino es motivo autosuficiente. Es en este espíritu que esta fórmula aparece repetida
al final del capítulo a manera de sello y que reaparecerá en varias ocasiones en el
capítulo siguiente, como justificación de las leyes morales fundamentales. A la cabeza
de toda la legislación social de la Toráh, figura la orden del Génesis: “Creced y
multiplicáos”. Así, el matrimonio, lejos de ser una simple consagración de nuestro
instinto, se eleva al rango de una verdadera institución nacional que transciende el
funcionamiento de las facultades físicas innatas. Es de Dios de quien hemos recibido
la orden de contribuir, no solo físicamente sino también moralmente para la edificación
del universo humano. En efecto, no era necesario en absoluto, proclamar la ley de la
procreación en presencia de una disposición natural que incita a cumplirla. Es pues, por
lo que debemos comprender esta ley, en el conjunto de las grandes obras que el Eterno
nos ofrece, para la apertura de toda nuestra personalidad. El matrimonio judío, no se
concibe sino cuando su idea inicial, responde al fin que el Creador nos ha asignado. El
milagro de la procreación proviene de lo sobrenatural y deriva de la Fuerza Creadora
de los orígenes. Eso es por lo que las reglas, que sólo pueden garantizar a esta creación
su perfecto cumplimiento, no podrían emanar de nadie más que del Creador: Soy Yo,
el Eterno, vuestro Dios (Rabí S. R. Hirsch). Estas palabras indican, además, el poder
universal que no tolerará la violación temeraria de estas leyes fundamentales, como lo
destaca Rashí en su comentario. En fin, la invocación solemne del Nombre Inefable, a
la cabeza del capítulo, que trata de las infracciones que revisten a menudo un carácter
íntimo, nos recuerda que el Eterno es Omnipotente y que frente a El, no hay secretos
de corazones ni secretos de alcobas.

3 – NO HAREIS SEGUN PRACTICA DE LA TIERRA DE EGIPTO, DONDE


MORASTEIS; NI OBRAREIS CONFORME AL USO DE LA TIERRA DE KENA'AN,
ADONDE YO OS LLEVO; NI SEGUIREIS SUS LEYES.

3 – NO HAREIS SEGUN PRÁCTICA DE LA TIERRA DE EGIPTO. La Toráh llama a los


hijos de Israel, a una verdadera ruptura con las costumbres de la época presinaítica.
En ninguna otra parte, la distinción que hará de Israel, de ahora en adelante, un Pueblo
Santo, ha sido tan visible como en el dominio de las costumbres. Las grandes
civilizaciones de la antigüedad, no solamente ignoran cualquier ley que pueda restringir
las relaciones conyugales, sino que la consideran como una traba de alguna naturaleza
que es como una injuria a la “libertad del hombre”, como un obstáculo insoportable al
ejercicio de una función natural. La Legislación del Sinái, aporta una verdadera
revolución a las costumbres de la Humanidad, en este sentido, que los hombres
aprenden por primera vez, a someter sus instintos a una disciplina, a una ley. Pero estas
disciplinas no son simples cargas físicas; se convierten en el instrumento de una
espiritualización progresiva del acto físico, de la canalización de una actividad animal
hacia un objetivo altamente ideal. Los Israelitas supieron con certeza, preservar su
fuerza familiar durante su estancia en Egipto. El Tanáj le rindió homenaje por esto, y
Rashí destaca este testimonio en su favor, en su Comentario de Lev. XXIX, II. “Estabais
en Egipto — expresan los Sabios en Lev. Rabbá — como una rosa entre espinas”
(según Cánt. II, 2). Continuad conduciéndoos de esta manera cuando estéis en
Kená'an: No imitéis en absoluto las prácticas del país de Egipto, ni las del país de
Kená'an adonde os conduzco. Ese es el sentido de la exhortación, dirigida a los hijos
de Israel, por boca de Moshé, al principio de esta importante Legislación.

DONDE MORASTEIS. “Esto atestigua, escribe Rashí, que las prácticas de los Egipcios
y de los Kena'aneos eran más corruptas que las de todas las otras naciones, y el lugar
donde habitaba Israel era peor que todo el resto”. ¿Por qué hacía falta imponerles a los
Israelitas permanecer en ese país durante siglos? Ver nuestros Comentarios en Gén.
XXVI, 3 y XLVI, 3. Estos últimos se relacionan con la orden que el Eterno le dio al
Patriarca Ya'akóv y que parece contrastar con nuestro texto: “No temas descender en
Egipto, pues allí haré que te conviertas en una gran Nación”.

ADONDE YO OS LLEVO. Rabí S. Efrayím Luntschitz, le da a nuestro versículo la


interpretación siguiente: No actuéis (de ahora en adelante en países extranjeros) como
habéis hecho en Egipto, donde vosotros queríais instalaros para vivir (y adoptar sus
costumbres, como lo había hecho una parte del Pueblo, según Rashí Exo. X, 22). Y no
actuéis más (desdeñosamente como en el presente) con relación al país de Kená'an,
adonde Os He conducido (a pesar de vosotros).

NI SEGUIREIS SUS LEYES. Cualquiera que sea el carácter racional {mishpatím} o


irracional {jukím} de sus leyes y costumbres, no las sigáis. Cf. Com. Exo. XXIII, 24.

4 – PRACTICAREIS MIS DECRETOS Y GUARDAREIS MIS LEYES, CAMINANDO


EN ELLAS. YO SOY ADONAI, VUESTRO DIOS.

4 – PRACTICAREIS MIS DECRETOS Y GUARDAREIS MIS LEYES. (jukotái… Mis


dogmas). Rashí: “Los estatutos que son un decreto del rey, contra los cuales la
inclinación al mal y las naciones del mundo elevan objeciones, por ejemplo, la
prohibición de comer puerco, etc…”. Cf. Com. Lev. XI, 7.

5 – OBSERVAREIS, PUES, MIS LEYES Y MIS DECRETOS QUE EL HOMBRE QUE


LOS PRACTIQUE VIVIRA EN ELLOS, YO SOY ADONAI.

5 – QUE EL HOMBRE QUE LOS PRACTIQUE VIVIRÁ EN ELLOS. Los Sabios han
deducido de estas palabras, que las Mitzvót no deben aplicarse de manera tal, que
pongan la vida en peligro (Yomá 85b). Cf. Com. Exo. XXXI, 14. En sentido propio, el
versículo significa, sin embargo, que la Ley Divina procura, en este mundo, la vida
moral, (es decir, la paz del alma, los gozos de la conciencia) e incluso el bienestar físico,
así como la longevidad. No obstante, Rashí relaciona estas palabras, con la vida
espiritual del inundo futuro. Pues, “si tú dijeras que se trata del mundo actual ¿no morirá
él [hombre] finalmente?” Rabí Yoséf Albo añade también como argumento, que el que
cumpla las Mitzvót no tiene [garantizada], verdaderamente, la vida más larga que los
otros hombres (‘Ikarím IV, 40.) Los Sabios, además, han reconocido la verdad de que
las Mitzvót no son recompensadas en este mundo (Kid. 39b). En nuestro versículo, sólo
se trata de la vida del mundo futuro. El problema de la retribución del bien, analizado
aquí por Najmánides, se trata en nuestro Com. al principio de la Sidrá de {Bejukotái}.
Pero observemos, de ahora en adelante, que la Toráh no limita en ninguna parte sus
promesas de recompensa a una categoría especial de hombres. Escoge, por el
contrario, condiciones que pueden incluir todos los grados de la escala social, desde el
Sumo Sacerdote hasta el gentil. Eso es por lo que aquí emplea el término {adám} que
comprende “el pagano respetuoso de sus leyes” (Sanh. 59a) y evita emplear la
expresión Cohén, Levita o Israelita. Cf Com. Gén. XVII, 13.

6 – NINGUNA PERSONA SE ALLEGUE A CUALQUIERA DE SUS PARIENTES


PROXIMOS PARA DESCUBRIR SU DESNUDEZ. YO SOY ADONAI.

6 – NINGUNA PERSONA. Nuestro versículo proclama la prohibición general de las


uniones incestuosas por matrimonio o fuera de él, mientras que los detalles continúan
en los versículos 7 al 18. En lugar de dar reglas de aplicación general relacionadas con
los matrimonios prohibidos, la Toráh indica como ordinarios los casos determinados
que sirven de base para el establecimiento del reglamento que trata la unión del hombre
y de la mujer. La legislación que contiene este capítulo, corresponde a una necesidad
urgente. Las naciones contemporáneas legitiman un buen número de copulaciones
incestuosas. El imperio romano las declaraba ilícitas hasta principios de la edad media.
El matrimonio entre hermanos y hermanas era corriente en Egipto, especialmente en
las familias reales. Los griegos aprobaban el matrimonio con una media hermana. Las
alianzas con la madre, las hermanas o las hijas estaban recomendadas por los persas,
y estaban consagradas por las tradiciones mitológicas. No se trataba de costumbres de
tribus bárbaras y depravadas, sino de las naciones civilizadas de la antigüedad. La
influencia que las Leyes Mosaicas han tenido sobre las naciones del Cercano Oriente
y del Occidente, muestra que el Judaísmo ha sabido dotar a la Humanidad de una
civilización religiosa. Si las uniones incestuosas se califican al final de este capítulo
como abominaciones, es porque las relaciones íntimas con los parientes cercanos son
un acto opuesto a la naturaleza, y es el resultado de una perversión de los sentidos. Es
por esto que la moral universal condena el incesto, y que los grandes legisladores lo
proscriben. Los autores cabalistas reconocen que estas prohibiciones no descansan en
la lógica, sino que forman parte de leyes irracionales {jukím}, como recuerda
Najmánides en relación con el Tratado Yomá 67a (Cf Maharsháh). Se remontan, en
efecto, a los “secretos de la creación, {sod ha- yesiráh}” (ibíd.). Es en este sentido que
la línea de demarcación que ellos trazan en las relaciones entre las criaturas humanas,
encuentra su origen en los principios fundamentales del orden cosmológico. Rabí S.R.
Hirsch recuerda en relación con esto la ley capital de las especies {leminó} que presidía
en el Génesis y que encuentra aquí una nueva aplicación. La madre solo puede ser
madre, la hermana debe seguir siendo hermana. Ser hermana y esposa a la vez, borra
los límites de cada categoría al punto que no queda más que una sola característica: la
hembra. Ahora bien, es precisamente, para evitar el papel exclusivo del deseo y de
permitirle al hombre fundar su unión sobre bases más nobles que las de la afinidad
física solamente, que la Ley no sólo ordena sino que por sobre todo coordina los
factores que deben entrar en las consideraciones del hombre que se une a la mujer. Es
partiendo de reflexiones análogas que Najmánides, Racanati y Rabí Bajyéh, invocan en
sus explicaciones la imagen del árbol. Su salud y su fertilidad, dependen del respeto a
las leyes naturales. Estas establecen la estricta distinción de sus diversas partes, tales
como la raíz y las ramas. Estas no admiten ningún tipo de mezcla en relación con el
orden pre-establecido. “Solo los órganos alejados entre sí se prestan a una unión
armoniosa, mientras que los órganos muy cercanos son refractarios”. Esa es la ley que
rige las relaciones sexuales de las criaturas humanas y cuya violación conlleva, según
Najmánides, a la esterilidad de la pareja o el nacimiento de hijos degenerados. (Estos
hechos no implican, añade Rabí Bajyéh, la condena de la cohabitación de los esposos,
con otros fines que no sea la procreación). Maimónides clasifica igualmente, las leyes
relativas a las uniones prohibidas en la categoría de los {jukím}, leyes irracionales. Pero,
fiel a su método, intenta sin embargo, darles una explicación racional en su Guía de los
Descarriados III, 49. “Los mandamientos relativos a las uniones ilícitas tienen todos
como objetivo el hacer más rara la cohabitación y hacer que se experimente
repugnancia y que se la busque lo menos posible. Es por esto por lo que está prohibido
casarse con mujeres que se encuentran continuamente con el hombre en la misma
casa; ella accederá fácilmente a su deseo, estará pronta a dejarse tomar, y él podrá
hacerla venir a su presencia fácilmente. En efecto, desde que un hombre ha tomado a
una mujer, la madre de ésta, su abuela, su hija, su nieta y su hermana, se encuentran
la mayor parte del tiempo cerca de este esposo, que se las encuentra continuamente,
al entrar, al salir y al ocuparse de sus asuntos; asimismo, la mujer se relaciona con
frecuencia con el hermano de su marido, con su padre y con su hijo. Se sabe también
que el hombre se encuentra muy a menudo con sus hermanas, con sus tías maternas
y paternas, con la esposa de su tío y que a menudo se ha criado con ellas”. Esta
motivación, sin embargo, la califica. Najmánides de muy débil y de insuficiente para
justificar la severa sanción de cercenamiento, mientras que se le permite al hombre
entregarse a la cohabitación con otras numerosas mujeres. Cf. Com. infra vers. 13 y
XX, 17 sobre la tesis de Rabí Menajém Méndel de Lubávitch [shelitáh].

NINGUNA PERSONA SE ALLEGUE. “Esta prohibición, dice Rashí, se dirige tanto a la


mujer como al hombre, esa es la razón por la cual se usa aquí el plural”. La Toráh se
conforma así con esta alusión para afirmar que las prohibiciones de este capítulo, se
refieren tanto a la mujer como al hombre. Pero más adelante, cuando proclama las
sanciones que castigan la violación de estas leyes, se hace más explícita: el hombre y
la mujer adúlteros serán condenados a muerte, serán condenados a muerte los dos;
serán entregados al fuego, él y ella; serán separados los dos del seno de su Pueblo,
etc. (Cap. XX). Cf. Com. XI, 4. La importancia de estas leyes es tal, que la menor
imprecisión sobre las sanciones que comporta su transgresión podría resultar fatal.
Varias fuentes Medráshicas y Talmúdicas, además, acentúan el hecho que al emplear
los términos {Lo tikrévu… no se acerquen}, la Toráh da a entender que repudia no sólo
el acto ilícito sino igualmente su “acercamiento”, es decir, todo acercamiento que pueda
conducir a {gilúi ‘arayót… adulterio). Rabénu Chayím Ben ‘Attar denuncia en relación
con nuestro versículo, las fantasías impuras y las miradas impúdicas como los medios
empleados por el instinto del mal, para “acercar” al hombre al pecado. Son estas
tentaciones, las que debe evitar para no sucumbir.

7 – NO DESCUBRIRÁS LA DESNUDEZ DE TU PADRE NI LA DE TU MADRE; ES TU


MADRE, NO DESCUBRIRÁS SU DESNUDEZ.

8 – NO DESCUBRIRÁS LA DESNUDEZ DE LA MUJER DE TU PADRE; ES LA


DESNUDEZ DE TU PADRE.

8 – LA MUJER DE TU PADRE. Esta prohibición impide el matrimonio con la madrastra.


A esta se le considera como consanguínea del primer grado, dado que el matrimonio
consagra la unión del marido y su esposa. La costumbre oriental quería que los
herederos al trono tomaran posesión de las mujeres de su padre para hacer valer sus
derechos de sucesión. Ellas se identificaban así a los ojos de la población con la
personalidad del soberano difunto. (Cf. II Sam. XVI, 20-22). El carácter consanguíneo
conferido a la esposa por el acto conyugal implica igualmente, según Sefórno, la
prohibición del matrimonio con la mujer del hermano y con la mujer del tío paterno,
incluso después de la disolución del matrimonio, y esto, a pesar de la ausencia de todo
parentesco consanguíneo.

9 – LA DESNUDEZ DE TU HERMANA, HIJA DE TU PADRE O HIJA DE TU MADRE,


NACIDA EN CASA O NACIDA FUERA, LA DESNUDEZ DE ESTAS NO LA
DESCUBRIRÁS.

10 – LA DESNUDEZ DE LA HIJA DE TU HIJO O DE LA HIJA DE TU HIJA, LA


DESNUDEZ DE ESTAS NO DESCUBRIRÁS, PORQUE SON TU MISMA DESNUDEZ.

11 – LA DESNUDEZ DE LA HIJA DE LA MUJER DE TU PADRE, ENGENDRADA DE


TU PADRE, TU HERMANA ES, LA DESNUDEZ DE ELLA NO DESCUBRIRÁS.

11 – LA HIJA DE LA MUJER DE TU PADRE. La descendencia de una misma madre


fue considerada por largo tiempo como que establecía nexos de parentesco más
estrechos que la descendencia de un mismo padre. Rashí hace alusión a este hecho
en sus Com. Gén. XX, 12 y Exo. VI, 20. Eso es por lo que nuestro versículo prohíbe el
matrimonio con las hermanas, progenitura de tu padre (pero no de tu madre, dado que
la prohibición análoga del vers. 9 puede hacer alusión a una hermana uterina. El
derecho mosaico modificó así la legislación de Nóaj (Cf. Maimónides, Melajím IX, 55)
seguida igualmente por los Israelitas hasta la revelación del Sinái. Esta sólo prohibía el
matrimonio con la hermana, hija de la misma madre.

12 – LA DESNUDEZ DE LA HERMANA DE TU PADRE NO DESCUBRIRÁS;


PARIENTA CERCANA DE TU PADRE ES.

13 – LA DESNUDEZ DE LA HERMANA DE TU MADRE NO DESCUBRIRÁS,


PORQUE PARIENTA CERCANA DE TU MADRE ES.

13 – LA DESNUDEZ DE LA HERMANA DE TU MADRE. El padre de Moshé, ‘Amram,


desposó sin embargo, a su tía por parte de padre, que no estaba prohibido en la época
pre-sinaítica (Exo. VI, 20). El hecho de que hijos de un valor extraordinario, Miriám,
Aharón y Moshé surgieran de este matrimonio, prueba según Sefórno, que el
matrimonio entre consanguíneos lejos de ser contrarios a la naturaleza, es
fisiológicamente adecuado, dado el parentesco de naturalezas físicas y morales de los
cónyuges. La recomendación que hicieron los Sabios de casarse con la sobrina, hija de
la hermana (o del hermano, según la opinión adoptada), es otro argumento a favor de
esta tesis (Yebamót 62b). Este caso constituye la única excepción de matrimonio
autorizado entre consanguíneos. Sin embargo, si los otros casos fueron prohibidos,
porque la promiscuidad en la que viven los parientes cercanos incita al exceso de los
actos sexuales, que conduce a la decadencia física y moral. (Esta explicación
corresponde a Maimónides, citada anteriormente). Plenamente conscientes de la
gravedad de este peligro, los Sabios de Israel reunieron sus esfuerzos para obtener,
gracias a su intercesión, la atenuación del deseo sexual, en relación con los parientes
cercanos, como lo refiere el Tribunal en el Tratado Yomá 6b. Estos instintos se
apaciguaron desde entonces, sin haber desaparecido completamente (Cf. Maharsháh
ibíd.). En lo sucesivo, el incesto se convirtió en un acto opuesto a la naturaleza. En
oposición a esta concepción, Rabí S. R. Hirsch defiende la tesis según la cual, el
parentesco de naturalezas individuales es nefasto y fisiológicamente perjudicial para la
progenitura. El principio de la complementación de los cónyuges, se ha establecido
desde la Creación y proclamado en la palabra Divina, que caracteriza la esposa con
{‘ézer ke-negdó}; para poder ser el complemento de su marido {‘ézer} ella debe
diferenciarse de él {ke-negdó} en sus cualidades específicas. Los parientes cercanos
pueden tener las mismas virtudes, pero también los mismos vicios y los mismos
defectos. Su unión tendrá por efecto, acentuar las particularidades familiares, tanto para
el bien como para el mal, pero no hacer que las personalidades se complementen
mutuamente. Los grados alejados contienen, por el contrario, divergencias beneficiosas
y saludables que fundan los cónyuges en un ser perfecto, {bashár ejád… un solo
cuerpo}, en vista de la realización más pura y más completa de la vocación humana.
(Gén. II, 24). Estas consideraciones, que son generalmente válidas para los Noáquides,
{‘arayót bené Nóaj}, se añaden al círculo judío, en el que aparecen prohibiciones ya a
partir de los {kidushín… del acto matrimonial}, argumentos citados en nuestro Com.
sobre vers. 6.

14 – LA DESNUDEZ DEL HERMANO DE TU PADRE NO DESCUBRIRÁS; A LA


MUJER DE EL NO TE LLEGARAS; TU TIA ES.

14 – LA DESNUDEZ DEL HERMANO DE TU PADRE. El texto enumera tres mujeres


que no son parientes cercanas, pero con las cuales se prohíbe el matrimonio a causa
de la consanguinidad de su marido. Son: la mujer del hermano del padre, la mujer del
hijo y la mujer del hermano. Al presentar este caso con la frase: La desnudez del
hermano de tu padre, la Toráh pretende determinar que la mujer sólo está prohibida a
causa del marido. La mujer del hermano de la madre, {éshet ajé ha-ém} no se cita entre
los matrimonios prohibidos. Este caso está comprendido en las prohibiciones
Rabínicas, llamadas {sheniyót le'arayót}, prohibiciones de segundo grado, y cuya
promulgación se atribuye al Rey Shelomó (Yeb. 21a). Los Rabinos han extendido las
uniones prohibidas del primer grado en línea ascendente y en línea descendente, es
decir, que las uniones con la abuela y la bisabuela están prohibidas como con la madre;
asimismo está prohibida la unión con la mujer del abuelo, la nuera y la mujer del nieto,
como esta prohibida la unión con la suegra. Las uniones de segundo grado, deben
disolverse por un acto de divorcio; los hijos nacidos de esta unión son legítimos. Pero
los hijos nacidos de un matrimonio incestuoso, prohibido en primer grado por la Ley
Mosaica, son bastardos (mamzerím). Dicho matrimonio es ilegítimo, considerado por la
ley como nulo y no avenido, y su disolución no exige ningún acto de divorcio.

15 – LA DESNUDEZ DE TU NUERA NO DESCUBRIRÁS; MUJER DE TU HIJO ES;


LA DESNUDEZ DE ELLA NO DESCUBRIRÁS.

16 – LA DESNUDEZ DE LA MUJER DE TU HERMANO NO DESCUBRIRÁS; LA


DESNUDEZ DE TU HERMANO ES.

17 – LA DESNUDEZ DE UNA MUJER Y DE SU HIJA NO DESCUBRIRÁS; NI


TOMARAS LA HIJA DE SU HIJO NI LA HIJA DE SU HIJA PARA DESCUBRIR SU
DESNUDEZ; PARIENTAS CERCANAS DE ELLA SON: ACCION EXECRABLE ES.

17 – LA DESNUDEZ DE UNA MUJER Y DE SU HIJA. La prohibición de unirse a su


propia hija, no está expresamente establecida en nuestro texto, pero se deduce ella
misma por el hecho que está prohibido casarse “con una mujer y su hija”, como lo indica
Rashí en el vers. 10. Se desprende igualmente de una conclusión a fortiori partiendo
de la prohibición de la unión con la hija del hijo. Dado, sin embargo, que una deducción
a fortiori no es suficiente para decretar una pena, el Talmúd se refiere a este tema
{guezeráh shavá}, analogía concluyente de términos. Cf. Yeb. 3a. La prohibición tiene
el carácter de una Ley Mosaica. La ausencia sorprendente de la prohibición formal de
la unión con la propia hija en el texto de la Toráh, la relaciona Maimónides con otra
ausencia no menos asombrosa, la de la prohibición del consumo de una mezcla de
carne y de leche (sólo se prohíbe la cocción en el texto). Estas prohibiciones, se
remontan a las traducciones que emanan de los mismos Profetas y que encuentran sus
puntos de apoyo en ciertas alusiones del texto que los Sabios han destacado.
Constituyen, prosigue Maimónides, leyes de una importancia fundamental, pero la
Toráh las ha pasado por alto, sin embargo, para permitir a los Sabios que las enseñen
gracias a sus deducciones. La tendencia de querer dejar a los Sabios el cuidado de
enunciar las leyes fundamentales, basándose en investigaciones minuciosas en el texto
de la Ley Escrita, aparece a menudo en el cuadro de la Legislación Judía. Se encuentra,
a manera de ejemplo, en la estipulación del derecho de herencia del hijo, no formulado
en la Toráh (B. B. 110a) y en los reglamentos importantes, relacionados dentro del
ámbito de la impureza levítica. En el espíritu de la Tradición Judía, esta tendencia está
ligada al amor que caracterizan las relaciones de los hijos de Israel y su Dios, y que
tiene como resultado propender todos los esfuerzos de los Sabios de Israel hacia el
conocimiento profundo de la Voluntad Divina. El primer versículo del Cantar de los
Cantares, formulado hacia Dios, expresa sus sentimientos bajo una forma alegórica: ”
“¡Que me prodigue los besos de su bocal… Pues tus caricias son más deliciosas que
el vino!”. Rabí Yojanán (citado en Cánt. Rabbá I, 19) interpreta: Los besos de su boca,
hacen alusión a la Ley Oral, que es el deleite del espíritu. Pues tus amigos, es decir, los
Sabios (la palabra {dod} significa amigo y caricia) son más agradables que el vino (de
la Toráh). Es a los “agradables” amigos de Dios (los Sabios) que les corresponde el
privilegio de interpretar su palabra y esta distinción constituye una prueba de estimación
y de afecto.

ACCION EXECRABLE ES, {ZIMAH}. Rashí explica este término siguiendo a Onkélos:
“Consejo vicioso. Es tu inclinación al mal la que te aconseja pecar”. Pero Najmánides
demuestra que la palabra se relaciona con el pensamiento. No se usa más que en
ocasión de la unión con “una mujer y su hija” (así como más adelante XX, 14) para
motivar la prohibición: es un pecado cohabitar con una mujer pensando en su hija o
viceversa, como nuestros Sabios han subrayado en el Tratado Ned. 20b.

18 – NI TAMPOCO TOMARAS UNA MUJER JUNTAMENTE CON SU HERMANA,


PARA QUE LE SEA RIVAL, DESCUBRIENDO TU LA DESNUDEZ DE ESTA,
ADEMAS DE LA DE AQUELLA, DURANTE SU VIDA.
18 – PARA QUE LE SEA RIVAL, (LIYZROR). Najmánides destaca que el motivo de la
consanguinidad, no es la causa de la prohibición del matrimonio con “una mujer y su
hermana”, como es el caso de las otras leyes. La razón que da la Toráh es, no crear
una rivalidad entre dos hermanas, que la naturaleza predestina a amarse. Tampoco es
válida la prohibición después de la muerte de la mujer, contrariamente a otras
prohibiciones que continúan en vigor, después del deceso del cónyuge o pariente
cercano.

Se sabe que el Patriarca Ya'akóv se encontró en el caso de casarse con dos hermanas,
y de esa forma, violó la prohibición ulterior de la Toráh. Ver en relación con esto nuestro
Com. Gén. XXIX, 28.

19 – NI TAMPOCO TE LLEGARAS A UNA MUJER EN LA IMPUREZA DE SU


MENSTRUO, PARA DESCUBRIR LA DESNUDEZ DE ELLA

19 – EN LA IMPUREZA DE SU MENSTRUO. Cf. Com. XV, 19. Cada Mitzváh, escribe


Rabí Meír Israel Ha-Cohén de Rádin, depende del factor suerte {mazaláh}. Así nuestro
capítulo contiene una serie de prohibiciones que conllevan todas el mismo castigo en
caso de violación; la pena de cercenamiento. Y sin embargo, ¡observad, qué grande es
la distancia entre ellas! Unas se refieren al incesto y el que comete este pecado se
coloca fuera de la sociedad y se estigmatiza como un ser abyecto e innoble. Pero el
pecador que tiene relación íntima con una mujer en estado de niddáh disfruta a menudo
de la consideración general, y se le llama a las más altas funciones de la Comunidad.
Si no fuera por la ignorancia y el poco caso que se le hace a los Mandamientos Divinos,
no nos atreveríamos a hacer distinciones y cumpliéramos escrupulosamente la
prohibición de las de niddáh, como se observa la de la unión con los parientes cercanos.

20 – NI TENDRÁS AYUNTAMIENTO CARNAL CON LA MUJER DE TU PROJIMO,


CONTAMINANDOTE CON ELLA

20 – CARNAL. {lezárah} sobrentiende, según Najmánides, las relaciones íntimas que


son castigadas con la pena de karét. Rabí A. Ibn Ezrá interpreta, por su parte: inclusive
con miras a la procreación (y no por placer o por medida higiénica). Se prevé la pena
capital por estrangulación para el caso de adulterio cometido después de advertencia
previa y en presencia de testigos. Cf. Rashí XX, 10. El Rey Shelomó considero como
degradante este pecado en estos términos: “¿Se puede atizar fuego en su seno sin que
se consuman las ropas? ¿Se puede caminar sobre carbones ardientes sin quemarse
los pies hasta dejarlos en carne viva? Así sucede con el que se acerca a la mujer de su
prójimo; el que la toque, no quedará indemne” (Prov. VI, 27).
21 – Y NO DARÁS DE TUS HIJOS, HACIENDOLOS PASAR (POR EL FUEGO) A
MOLOJ [MOLED]; NI PROFANARAS ASI EL NOMBRE DE TU DIOS. YO SOY
ADONAI.

21- NO DARÁS DE TUS HIJOS, HACIENDOLOS PASAR (POR EL FUEGO) A MOLOJ.


La Mishnáh (Meguiláh 25a) condena severamente a los que interpretan las leyes
relativas a las uniones prohibidas, en un sentido alegórico: Se le impondrá el silencio,
a aquel que tergiverse la prohibición de descubrir la desnudez del padre o de la madre
en estos términos: No develarás (públicamente) la vergüenza de tu padre o de tu madre.
Rabí El'azár declara indigno del beneficio del mundo futuro al que le da una falsa
explicación a la Toráh (es decir, opuesta a la concepción tradicional). Nuestro versículo
constituye el ejemplo típico, pues algunos le atribuyen el sentido de la prohibición “de
dar tu semilla para fecundar a una pagana” y de consagrar el hijo a la idolatría (Mishnáh
ibíd. y Tos. Yom Tov; Avót III, 11). La Toráh entienden que aquí se proclama la pena
de Karét para quien se entregue al abominable culto del que Rashí hace descripción.
Cualquier otra interpretación es ilícita (y especialmente la que atribuye la pena de Karét,
al pecado de cohabitación con una mujer pagana. Cf. Rashí XX, 10).

NI PROFANARAS ASI EL NOMBRE DE DIOS. Entregarse a un culto tan bárbaro e


inhumano, es parodiar la verdadera religión y el servicio Sagrado de Dios. Cf. Com.
Infra. XX, 2.

22 – NI CON VARON TE ACOSTARAS DEL MODO QUE UNO SE ACUESTE CON


MUJER; ES ABOMINACION.

23 – NI CON NINGUNA BESTIA TE AYUNTARAS, CONTAMINANDOTE CON ELLA;


NI LA MUJER SE PONDRÁ DELANTE DE UN ANIMAL PARA QUE ESTE TENGA
AYUNTAMIENTO CON ELLA; ES UNA ACCION ABOMINABLE.

23 – CON NINGUNA BESTIA TE AYUNTARAS. Cf. Com. Exo. XXVI, 18.

24 – NO OS CONTAMINEIS CON NINGUNA DE ESTAS ABOMINACIONES,


PORQUE POR MEDIO DE TODAS ELLAS SE HAN CONTAMINADO LAS NACIONES
QUE VOY A ECHAR DE DELANTE DE VOSOTROS;

24 – NO OS CONTAMINEIS CON NINGUNA DE ESTA ABOMINACIONES. En su


Introducción al Levítico, Najmánides destaca que los atentados contra las costumbres,
no se califican de pecados, sino de suciedades del alma. El objetivo esencial de las
Leyes del Levítico es, en efecto, el reino de la Santidad, a nivel de la Nación, que es la
condición de la presencia benéfica de la Shejináh en su seno. Ahora bien, todo lo que
estorbe este objetivo, constituye un factor de impureza, en el sentido levítico, que tiene
por efecto alejar la Shejináh de los hijos de Israel y abrir así la vía del exilio. Ver también
nuestras reflexiones sobre este tema en Com. Lev. XI, 1. Cuando desaparece el amor
en la unión conyugal, elemento que legítima y proporciona respeto a la pareja humana,
esta ausencia representa una mancha de la persona pertinente. Nuestros Sabios
consideran la inmoralidad sexual como la peor mancha, {tum-áh… impureza), que
provoca el alejamiento de Dios.

25 – DE TAL MODO QUE SE HA CONTAMINADO LA TIERRA, POR LO CUAL YO


VISITE SU INIQUIDAD SOBRE ELLA, Y LA TIERRA MISMA VOMITO A SUS
HABITANTES.

25 – Y LA TIERRA MISMA VOMITO A SUS HABITANTES. Rashí explica: “Comparable


a un príncipe, a quien se le da a comer una cosa desagradable que no permanece en
sus entrañas, sino que vomita; así, el Pueblo de Israel, no conserva a los pecadores…
se deshace de ellos. Hemos mostrado en nuestro Com. Gén. VI, 7 en ocasión del relato
del diluvio, cómo la creación constituye en todas sus partes una unidad orgánica. Está
ligada por un tipo de comunidad de destino, que se manifiesta para lo mejor y lo peor y
que tiene como efecto, hacerle experimentar a la tierra las consecuencias de la
depravación moral de los hombres. Pero si estas relaciones existen en estado latente
en el conjunto de la creación, se revelan bajo su forma más sensible, en la tierra de
Israel. Najmánides describe, cómo esta tierra fue destinada desde los orígenes al
Pueblo Elegido, para realizar allí el ideal de Santidad. La Tierra Santa está, en cierta
forma, predispuesta a la revelación del Espíritu Divino, a la profecía y a la manifestación
de los milagros. No sostiene a los pecadores y termina por rechazarlos, como fue el
caso de las poblaciones perversas kena'aneas (nuestro versículo es una anticipación
de los acontecimientos futuros). Ninguna reacción similar tuvo lugar en Egipto para las
poblaciones desvergonzadas. Este punto de vista sobre la vocación de la Tierra Santa,
está compartido por Rabí A. Ibn Ezrá (Exodo XXV, 40 y Deut. XXXI, 16) y por Rabí
Yehudáh Haleví (Kuzári II, 14 y IV, 17). Fueron en efecto, los pecados de los hijos de
Israel los que le valieron el ser echados, a su vez, de su país, como atestiguan los
Sabios de la Mishnáh, Avót V, II. El autor que se cita a continuación sostiene, sin
embargo, una opinión divergente.

26 – VOSOTROS, PUES, GUARDAREIS MIS LEYES Y MIS DECRETOS; Y NO


HABEIS DE HACER NINGUNA DE ESTAS ABOMINACIONES, NI EL NATIVO, NI EL
EXTRANJERO QUE MORA ENTRE VOSOTROS;

27 – (PORQUE TODAS ESTAS ABOMINACIONES COMETÍAN LOS HOMBRES DE


AQUELLA TIERRA, LOS QUE LA OCUPABAN ANTES DE VOSOTROS; Y FUE
CONTAMINADA LA TIERRA);
28 – QUE NO OS VOMITE LA TIERRA A VOSOTROS, CUANDO LA HUBIERES
CONTAMINADO, COMO VOMITO A LA NACION QUE LA OCUPABA ANTES DE
VOSOTROS;

28 – QUE NO OS VOMITE LA TIERRA A VOSOTROS. Esa es, según Maguíd Rabí


Ya'akóv de Duvno, la significación de este versículo. Pero la continuación del texto que
invoca la pena de Karét como motivación de la promesa hecha en nuestro versículo,
exige una explicación. En la respuesta, el autor citado anteriormente, se basa en la
parábola siguiente: Un rico propietario tenía un hijo único y criaba en su hogar a un
huérfano de la misma edad para que fuera amigo y camarada de estudio de su hijo.
Ahora bien, este huérfano se hizo el íntimo de la familia, pero abandonó como
consecuencia sus estudios, se puso perezoso e insolente, de manera que hizo que lo
echaran de la casa. En cuanto al hijo, imitó cada vez más el ejemplo de su antiguo
amigo. El padre lo llamó y le impuso una dura corrección. Asombrado de este proceder,
el hijo le preguntó a su padre, por qué se había contentado con echar a su amigo,
mientras que él, había tenido que sufrir tratos crueles. El padre respondió que el
huérfano no era su hijo, lo había tratado bien mientras su conducta fue buena y lo echó
cuando constató la vanidad de sus esfuerzos. Pero tú que eres mi hijo, repuso el padre,
¿cómo te podría echar? No te abandonaré nunca, pero te pondré correcciones durante
el tiempo que sea necesario para traerte por el buen camino. La misma diferencia
aparece en nuestro capítulo en cuanto a los procedimientos empleados en relación con
Israel y las naciones del mundo. No actuéis como ellas, se dice al principio y no imitéis
sus prácticas… pues se han ensuciado por estas costumbres y el país los ha vomitado.
Pero vosotros, hijos de Israel, respetad bien Mis leyes y Mis estatutos, pues “la tierra”
no os vomitará cuando la ensuciéis. Experimentaréis castigos del Eterno: “El que haya
cometido una de estas abominaciones, será aislado del seno de su Pueblo. (De igual
forma). Observad con cuidado de no seguir estas leyes infames… Yo soy el Eterno,
vuestro Dios (que no te rechazará nunca”).

29 – PORQUE TODO AQUEL QUE COMETIERE CUALQUIERA DE ESTAS


ABOMINACIONES, SI, LAS PERSONAS QUE TAL HICIEREN, SERÁN CORTADAS
DE EN MEDIO DE SU PUEBLO.

29 – SERÁN CORTADAS DE EN MEDIO DE SU PUEBLO. Significa, según


Najmánides, que los que cometen el pecado de incesto y de adulterio, verán a su
descendencia apagarse y sus días acortarse. Las teorías de Racanati y de Najmánides
sobre la pena de {karét} se han expuesto en nuestros Com. Génesis XVII, 14 y Lev. VII,
25 y XVII, 9. El hecho de que la mayor parte de los treinta y seis casos de pena de Karét
contenidos en la Toráh se relacionen con las uniones prohibidas, constituyó, a los ojos
de estos Maestros, una prueba de la gravedad del pecado. La pena capital está
prevista, además, en dieciséis otros casos relativos a este pecado, mientras que este
castigo es completamente desconocido en toda la extensión de la legislación, que
concierne a los alimentos prohibidos. Cf. Com. XX, 3. Najmánides estima, en fin, que la
pena de “aislamiento del alma” presupone el principio de la inmortalidad del alma. La
Toráh no explica este principio, que se comprende por sí mismo, dado el carácter
inmaterial del alma. También se conforma con citar los casos de excepción en los que
un alma pecadora no se beneficia de los disfrutes espirituales del más allá, a causa del
castigo Divino que la corta de sus orígenes como “se corta la rama del árbol” (la palabra
(karét) significa cortar, suprimir). (Cf. Com. XXII, 9 sobre la diferencia entre {karét} y
(mitáh bidé shamáyim… muerte por decreto celestial).

30 – GUARDAD, PUES, MI PRECEPTO, NO SIGUIENDO NINGUNA DE ESTAS


COSTUMBRES ABOMINABLES QUE SE HAN PRACTICADO ANTES QUE
VOSOTROS, NI OS CONTAMINEIS CON ELLAS. YO SOY ADONAI VUESTRO
DIOS”.

30 – GUARDAD, PUES, MI PRECEPTO. Rashí explica: “Este versículo hace al Tribunal


humano responsable”. La nueva puesta en guardia se dirige a las autoridades, a fin de
que tomen las medidas necesarias para que estas abominaciones no se cometan (Yeb.
21a). Estas tienen el deber sagrado de erigir “una valla protectora alrededor de la Ley”,
para alejar a los hombres del pecado y hacerles tomar conciencia de la gravedad de
estas prohibiciones. De ahí, la extensión de las Leyes Mosaicas a las “prohibiciones de
segundo grado”, que emanan de los Rabinos y fueron expuestas en el Com. vers. 14.

SOY YO ADONAI, VUESTRO DIOS. Cf. Com. vers. 2.

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