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Revista de Estudios Taurinos

Nº 3, Sevilla, 1995 , págs. 225-230

Leiris, Michel: Espejo de Tauromaquia, traduccón de A.


Martínez-Novillo y Pedro Romero de Solís, Turner, 1995, en
8º mayor, rústica.

Fig. nº 56.- Leiris, Michel: Espejo de Tauromaquia ,


traducción de Álvaro Martínez-Novillo y Pedro
Romero de Solís, Turner, 1995. (Apud.: portada) .

En los años treinta vieron la luz una serie de trabajos


literarios relacionados con la tauromaquia verdaderamente
innovadores. Con ellos se abrían nuevos horizontes al tema y
226 Álvaro Martínez-Novillo

parecía que Ja prosaica polémica de toros si-toros no, pasaba


finalmente a un plano secundario. También estas nuevas apor-
taciones suponían una visión diferente de la folclórica y cos-
tumbrista habitual y se presentaba Ja fiesta de los toros como
una manifestación que, sobre todo, estaba profundamente
enraizada en nuestra contradictoria condición humana.
También en el terreno del arte, por aquel mismo tiempo, exis-
tía un interés semejante por el mundo ae la corrida y Picasso,
por citar el nombre señero, realizaba unas obras -dibujos,
grabados y pinturas- en esta misma línea conceptual a través
de las cuales ofrecía una visión autobiográfica de la tauroma-
quia verdaderamente revolucionaria que, posteriormente,
sería adoptada por varios miembros del grupo surrealista,
entre ellos André Masson.
Tres nombres nos parecen claves en la literatura rela-
cionada con los tóros de este momento: Emest Hemingway,
José Bergamín y Michel Leiris, Hemingway publicó por
entonces su célebre Muerte en la tarde, libro muy complejo
en el cual el escritor americano combina pasajes de crónica
informativa del mundo de los toros de la época y sus antece- '
dentes, muy en la línea de su actividad como corresponsal de
prensa y en la tradición de los libros anglosajones de viajes, .
con otros capítulos de gran inspiración poética en los cuales
rebasa el mero tema taurino y llega incluso a esbozar una
emocionante semblanza de nuestro país y sus gentes, llena de
intuiciones y de afecto por la España previa a la guerra civil.
Además incluía en su obra ideas sobre la visión .de las
corridas de toros muy inteligentes tal como cuando señalaba
su mayor proximidad con la tragedia clásica que con los
deportes modernos. También hacía reflexiones sobre la sign1-
Recensiones de libros 227

ficación del arte, un poco en la línea de los diálogos de


Diderot, y así destacaba que los toros son «Un arte efímero,
como el canto y la danza, una de estas artes que Leonardo
aconsejaba a los hombres que evitasen; un arte que, cuando el
ejecutante ha desaparecido, no existe más que en la memoria
de los que lo han visto y muere con ellos ... [Así] el individuo
que le hizo posible, que era su piedra de toque, que era su ori-
ginal, se pierde y, hasta que aparece otro individuo tan grande
como él... [Porque] todo arte es hecho por un individuo».
Un poco antes Bergamín había publicado su Arte del
. Birlibirloque una obra mucho más seria de lo que parece a
primera vista debido a su brevedad y su apariencia engañosa-
mente festiva. Aquí nos encontramos a un español que cono-
ce profundamente la corrida, que toma partido dentro de sus
escuelas y que nos ofrece una imagen quintaesenciada y ori-
ginal de la tauromaquia. Sus afirmaciones como la de que «no
hay nada menos castizamente español que la lidia de un toro
en la plaza cuando es ejecutada perfectamente. Nada más clá-
sico, más romanticamente clásico; y, a la inversa, apolíneo y
dionisíaco a un tiempo; nada más singularmente bello, y por
tanto, universal», se convirtieron en un revulsivo inteleétual,
minoritario pero eficaz, y tuvieron una decisiva influencia en
la gestación de otras obras literarias sobre el tema, tal corno
seguramente ocurrió con Espejo de Tauromaquia de Michel
Leiris terminado de escribir en un año tan conflictivo como
1837, unos meses después del Guernica de Picasso.
Michel Leiris no era sólo un poeta vinculado al arte
nuevo -los azares de la guerra harían que, poco después, su
apellido pasase a dar nombre.a la galería de D. H. Kanhweiler-
sino un científico de sólida formación académica y con una
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excepcional experiencia como antropólogo de campo. La déca-


da de los treinta fue el momento de formación del "Museo del
Hombre" de París y se promovieron diversas campañas de
recogida de material entre las sociedades todavía primitivas,
especialmente en el Africa negra. Leiris participó.en la famosa
expedición "Dakar-Ybuti" a partir de 1931 y, entre otros traba-
jos, le cupo presenciar el rito del sacrificio del toro de Seyfú-
Chenger en Etiopía, que recogería en un artículo publicado en
la revista Minotaure de Albert Skira.
Esta experiencia, prácticamente única, que le ponía a
Michel Leiris en contacto con las esencias más primitivas de
los sacrificios de toros, es, aunque no se cite expresamente
en Espejo de Tauromaquia, es una especie de telón de fondo
para su interpretación de las corridas de toros actuales en las
cuales el autor ve fundamentalmente una representación viva
de la tangencia de lo recto-derecho y de lo siniestro-torcido
que es esencial no sólo en el arte sino en el conjunto de nues-
tra vida. En este punto es realmente muy interesante ver las
convergencias y divergencias entre Bergamín y Leiris, ya
que en el primero afirmaba que «la rectitud es siempre
moral : nunca artística». Aunque quizás también hubiera que
introducir en la discusión lo que cantaban los abisinios
durante su cruento y secular sacrificio, que según nos tras-
mite Leiris, era así:

«Ved su sangre, ved su sangre,


del señor ved el toro ...
La lucha con la bestia será larga
pues sólo el derecho es el buen lado ...»
Recensiones de libros 229

La presente traducción tiene por eje central las ver-


siones realizadas por Álvaro Martínez-Novillo y Pedro
Romero de Salís que han sido refundidas en una sola. El
texto de la traducción de Martínez-Novillo fue revisado por
María Fortunata Prieto, y el de Romero de Solís por Martine
de Osario. Posteriormente se han incluido algunas de las
sugerencias propuestas al texto de Romero de Salís por
Fortunata Prieto. El procedimiento final de trabajo para
lograr la refundición ha consistido en leer paralelamente la
traducción de Martínez-Novillo y la de Romero de Salís sus-
tituyendo, sobre el texto de este último, los párrafos de aquél
que parecían aportar mayor claridad o precisión.

Álvaro Martínez-Novillo
Fundación de Estudios Taurinos

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