Calidad y Sostenibilidad de La Educación Virtual
Calidad y Sostenibilidad de La Educación Virtual
Calidad y Sostenibilidad de La Educación Virtual
José Silvio
Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior
en América Latina y el Caribe
- IESALC -
jsilvio@cantv.net
Resumen
El objetivo principal de este trabajo es demostrar cómo se puede realizar una mejor gestión del
mejoramiento permanente de la calidad de la educación virtual a distancia, articulando de manera
óptima la educación virtual con la no-virtual y garantizar su sostenibilidad. En primer término, se
analiza el concepto de calidad en el marco de una educación articulada según varias modalidades:
educación no-virtual y presencial, educación no-virtual a distancia; educación virtual y
presencial y educación virtual a distancia. Hay diversos grados de articulación entre las variables
analizadas. Así el estudio de la calidad de la educación debe necesariamente enfocarse en función
del grado y tipo de articulación y su definición será variable, habrá características e indicadores
de calidad generales y comunes y particulares a cada grado y tipo de articulación. En segundo
lugar, no es suficiente con adoptar e introducir la educación virtual con un adecuado grado y tipo
de articulación, sino sostenerla en el tiempo y sostener su calidad. El concepto de sostenibilidad,
al igual que el de calidad, debe traducirse en prácticas cónsonas con una gestión de mejoramiento
permanente e la calidad. Si se aspira lograr un desarrollo sostenible en la sociedad, centrado en el
ser humano, es lógico pensar que todos los factores y componentes de ese desarrollo, tan deseado,
sean portadores de la sostenibilidad, un desarrollo mejor, es decir, de mejor calidad y más
humano. Así, la calidad y sostenibilidad de la educación virtual articulada son valores
indisociables. Para concluir, se aborda el problema de asegurar la sostenibilidad de la calidad de
la educación virtual, se trazan los lineamientos básicos de una gestión adecuada para ello y se
examinan diversas iniciativas orientadas hacia esa finalidad, en América Latina y otras regiones
del mundo.
Todos conocemos la distinción entre educación presencial y a distancia, pero la diferencia entre
educación virtual y no-virtual requiere más elaboración porque son términos más nuevos, sujetos
a más equívocos e interpretaciones ambiguas.
En primer lugar, la educación no-virtual y presencial, que se caracteriza por la presencia de todos
los actores al mismo tiempo en el mismo lugar. Segundo, la educación no-virtual a distancia,
modalidad que describe la educación a distancia tradicional, en la cual se utilizan soportes muy
variados de información no-digitales y no-numéricos ni computarizados, en papel, audio-
cassettes, video-cassettes, películas, diapositivas, láminas de acetato, etc., todas ellas son soportes
heterogéneos de información. En tercer lugar, tenemos la educación virtual presencial, que
consiste en actos educativos realizados mediante computadora, pero todos los actores se
encuentran en el mismo lugar y al mismo tiempo. Esta sería la situación en la cual, profesores y
estudiantes interactúan a través de una red de computadoras en un laboratorio de computación, en
el cual cada estudiante y el profesor poseen una computadora conectada en red a las demás. De
esta manera, la clase es presencial, pero basada en soportes virtuales, digitales o numéricos de
información. Por último, encontramos la educación virtual a distancia, es decir, los actores
interactúan a través de representaciones numéricas de los elementos del proceso de enseñanza y
aprendizaje, pero se encuentran en lugares y momentos de tiempo distintos. Esta es la modalidad
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Ahora que sabemos de qué estamos hablando, veamos ahora qué implicaciones tiene la nueva
concepción educativa para la calidad de la educación y su sostenibilidad, en el contexto de las
nuevas tecnologías de información y comunicación.
¿Qué implicaciones tiene este nuevo paradigma, su tecnología asociada y sus medios
tecnológicos para la calidad de la educación, en particular la educación virtual a distancia? A la
par del desarrollo de la educación virtual, como alternativa de la educación tradicional, han
proliferado también las concepciones de la calidad de esta modalidad de educación, al igual que
metodologías para evaluarlas y sistemas para garantizar su gestión, mantenimiento y
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Todo ello tiene implicaciones directas sobre la calidad de la educación. Normalmente, la calidad
se determinaba en función de necesidades satisfechas por parte del usuario real o potencial de un
bien, producto o servicio. En el viejo paradigma educativo, la calidad implicaba prácticamente a
dos actores: el profesor (quién tramsitía conocimiento) y el estudiante (quién recibía y reproducía
conocimiento. Al modificarse el rol del profesor de transmisor a facilitador y creador de
condiciones para producir aprendizaje y el del estudiante de receptor a agente participativo y
constructor de su propio conocimiento, hay nuevas variables y nuevos actores implicados, lo cual
hace más compleja la evaluación y gestión de la calidad de la educación. No se trata sólo de
satisfacer las necesidades, expectativas y aspiraciones del estudiante como usuario final de la
educación y los conocimientos que de ella se derivan, sino a toda una gama de actores y
organizaciones que participan en ese proceso y se benefician o perjudican según se obtenga o no
una educación de calidad. Hay pues, criterios evaluativos internos e intrínsecos al conocimiento
impartido o derivado de la educación y externos relacionados con los diversos usuarios de esa
educación, entre los cuales lógicamente el estudiante es el usuario final y más importante. Pero, el
usuario es portador y representante de los objetivos y necesidades de otras organizaciones e
instituciones interesadas también en el acto educativo y su calidad.
La educación virtual, presencial o a distancia, tiene una especificidad que requiere nuevos
criterios, metodologías y una nueva gestión de la calidad, que desafía las concepciones, criterios y
métodos evaluativos y gerenciales de la calidad de la educación de acuerdo al viejo paradigma
educativo. Recordemos que nuevos paradigmas resuelven nuevos y viejos problemas de nuevas
maneras y los paradigmas están estrechamente asociados a tecnologías que los hacen relevantes y
aplicables para resolver esos problemas.
Otro problema que es necesario resolver es la tendencia a oponer la educación virtual con la no-
virtual y la presencial con la no-presencial. Esta oposición parte de la falsa premisa según la cual
una educación (en este caso la virtual a distancia) debe reemplazar a la otra (la no-virtual
presencial. Se escuchan afirmaciones como "la educación virtual a distancia debe ser de la misma
calidad que la educación no-virtual presencial", "la educación virtual a distancia no substituye el
contacto humano, además de tal o cual cualidad de la educación presencial". Estas afirmaciones
no contribuyen a resolver el problema de la nueva educación sino a crear una polémica que tarde
o temprano será resuelta por el nuevo paradigma educativo y su tecnología, el cual terminará
irreversiblemente por imponerse. Estas son las actitudes y conductas típicas de quienes se resisten
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a la innovación. En primer lugar, si se aspira que la educación virtual a distancia sea la misma que
la tradicional entonces no habremos logrado ningún progreso, pues los sistemas educativos
actuales son fuertemente criticados por la disminución progresiva de su calidad, como resultado
de la masificación y otros problemas asociados. Entonces, si se trata de hacer lo mismo con
nuevas tecnologías, estaremos contribuyendo a incrementar la ineficiencia y favoreciendo la
proliferación y el reforzamiento de la mala calidad y las malas prácticas pedagógicas, con una
tecnología más poderosa. Por otro lado, estamos reduciendo la educación virtual a las mismas
características que la educación no-virtual, olvidando su especificidad. En cuanto al contacto
humano y la interacción directa, pienso que esta afirmación sería cierta cuando el profesor atiende
un número muy reducido de alumnos con los cuales él puede interactuar directamente y de
manera relativamente profunda, como en un régimen semi-tutorial. Pero no es el caso de los
actuales sistemas educativos presenciales, en los cuales el profesor simplemente se halla presente,
transmite conocimientos a números elevados de alumnos congregados en amplias salas, pero no
interactúa con ellos. Si esta es la virtud que queremos lograr con la nueva tecnologías, lejos de
incrementar y mejorar el contacto humano, estamos nuevamente reforzando prácticas indeseables
del pasado y incrementado viejos problemas que no han podido ser resueltos por el viejo
paradigma educativo presencial.
No se trata de reemplazar una cosa por la otra. La solución consiste en articular un tipo de
educación con el otro, de una manera óptima y aprovechando las bondades de ambos tipos de
educación. No sustento los esfuerzos de muchos investigadores que invierten mucho tiempo y
mucha energía en comparar la educación no-virtual presencial con la virtual a distancia, para
determinar cuál es mejor y realizan complicados análisis experimentales para llegar a este
objetivo y cuando mucho a demostrar que ambos tipos de educación pueden ser igualmente
buenos. Por mi parte, parto del principio según el cual existe una nuevo paradigma, una nueva
tecnología, con nuevos medios tecnológicos, es decir, nuevos artificios y sus artefactos, que me
permiten lograr muchos objetivos y realizar muchas actividades que antes no se podían realizar.
Si ambos tipos de educación tienen sus virtudes, ¿por qué no tratar de aprovecharlas todas
articulándolas en un modelo educativo nuevo e integrado?
Estas reflexiones tienen implicaciones directas sobre la calidad, pues sitúa el concepto de calidad
en una nueva dimensión, más abierta y acorde con las necesidades de la nueva educación para
una sociedad más abierta, participativa y compleja y dinámica. No es compatible una visión
estática y extremista en una sociedad que exige dinamismo e integración. La determinación de la
calidad de la educación es, pues, la de una educación articulada entre lo no-virtual y lo virtual y lo
presencial y a distancia. Los criterios, concepciones, metodologías y modalidades de gestión de la
calidad deberán ajustarse a estos lineamientos y tener la suficiente flexibilidad para adaptarse a
nueva condiciones en un permanente equilibrio inestable. Naturalmente, es mucho más fácil
refugiarse en los extremos porque eso nos da más seguridad: es más facil ser presencialista o a
distancia, virtualista o no-virtualista. En esos extremos uno se siente seguro porque hay toda una
serie de concepciones ya establecidas que me permiten aplicar con seguridad las reglas de un
paradigma de pensamiento y acción pedagógicos, muy bien enraizado, pero que ya no tiene la
misma vigencia que antes. Es más difícil tratar de mantener un equilibrio que se ve
permanentemente perturbado por la turbulencia del ambiente en el cual se desarrolla la educación
en la actualidad y que se afirmará con mayor fuerza en el futuro. Pero, creo que no tenemos otra
alternativa si queremos educar mejor en un mundo dinámico y variado, con una efervescencia de
innovaciones y lleno de transitoriedades del conocimiento.
Los estudiosos de la calidad de la educación virtual a distancia coinciden en que ella posee una
especificidad propia y su evaluación no puede reducirse a los mismos criterios que la educación
no-virtual presencial. Es posible que existan criterios aplicables por igual a ambas modalidades
educativas, pero al adentrarnos en su análisis encontraremos especificidades de la educación no-
virtual a distancia que requiere de criterios y metodologías particulares para evaluar su calidad.
Según Sangrà (2002) existen dos tendencias básicas en cuanto a la relación entre la determinación
de la calidad de la educación virtual: quienes la consideran un instrumento auxiliar de la
presencialidad y quienes la conciben como una entidad con especificidad propia. La tendencia
predominante que se afirmará cada vez con mayor fuerza es la segunda. Otros autores Todos los
otros especialistas consultados coinciden también en la especificidad de la educación virtual, sea
esta presencial o a distancia (Middlehurst, 2001), (Duart y Martínez, 2002), (Barbera et al, 2002),
Hope (2001) y PREAU (2002)
Hay algunas variantes de las concepciones de estos autores sobre la calidad de la educación
virtual a distancia (EVAD), los criterios y la metodología utilizada para evaluarla y gestionar su
mantenimiento y mejoramiento. Para Sangrà la EVAD debe evaluarse de acuerdo a criterios en
cuanto a la oferta formativa, y su pertinencia en relación con necesidades sociales y de mercado
laboral; la organización y tecnología; los materiales; la docencia y la creación de conocimiento.
Los enfoques de tipo más global pueden ser de dos tipos, los sistemas de evaluación de la calidad
centrados en modelos de calidad estándar y los basados en la práctica del "benchmarking", como,
por ejemplo, el proyecto BENVIC de la Comisión Europea, en el cual juega un papel muy
importante la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) (Sangrà, 2002)
Duart y Martínez (2002), presentan un modelo de evaluación de la calidad del docente, como
contribución básica a la evaluación de la calidad en general de la EVAD. Destacan la necesidad
de un modelo articulado sobre tres insumos informativos diferentes: la evaluación externa del
docente a cargo de los estudiantes (como "clientes" principales), la evaluación interna por parte
del equipo docente (coordinadores de programas y responsables académicos) y los resultados
académicos. El modelo contempla la ponderación de los diversos criterios y es aplicable
mediante cuestionarios dirigidos a cada uno de los actores relevantes para la evaluación.
propios estudiantes.
Hope (2001) señala que todos los productos de aprendizaje son una combinación o sistema de
insumos, recursos, procesos y prácticas. Si bien todos son importantes, desde el punto de vista del
estudiante, como usuario y consumidor principal, los resultados son lo más importante, luego los
procesos y las prácticas y finalmente los insumos y recursos que se utilizan en el diseño, la
producción y la entrega del producto o servicio de aprendizaje. Estos son, para Hope, los factores
más importantes que contribuyen al de una buena calidad de la EVAD y a su evaluación.
Middlehurst (2001) destaca varios dilemas que deben resolverse para una evaluación y
aseguramiento de la calidad de la EVAD: la homogeneidad vs. la heterogeneidad de los curricula;
los aspectos culturales inherentes a los usuarios y los problemas que surgen para evaluar la
calidad cuando esta se realiza en ambientes comerciales o académicos. En la EVAD existen, sin
duda, más actores y usuarios, más variados, a tomar en consideración cuyas necesidades y
expectativas son importantes determinar para evaluar la calidad de la EVAD en toda su extensión.
Según Middlehurst, esta variedad de agentes con diferentes necesidades introduce un alto grado
de complejidad en la evaluación de la calidad de la EVAD. Todo ello está conduciendo a cambios
signifcativos en las concepciones de la enseñanza y el aprendizaje, lo cual introducirá también
cambios en los conceptos de calidad y su aseguramiento. Middlehurst identifica cuatro estrategias
básicas para evaluar la calidad, según ella se realice de manera interna o externa y se realice en el
marco del mercado externo o del Estado. Cada una de ellas requiere de un enfoque diferente. Nos
encontramos aquí frente a una concepción bastante flexible y variada en cuanto a la metodología
de evaluación de la calidad, que se adapta según las circunstancias. Además, las estrategias serán
distintas según la evaluación la realice una Universidad, una empresa, el gobierno u otro tipo de
organización.
En el mundo francófono se destaca un estudio reciente realizado por el PREAU, una organización
dedicada a la promoción del uso de las nuevas tecnologías en la educación virtual a distancia,
basado en Francia, el cual parte de la premisa según la cual, el aseguramiento y mejoramiento
continuo de la calidad de la "e-formación", como la llama el PREAU, es una imperiosa necesidad
si se quiere desarrollar con éxito esta modalidad educativa en beneficio de sus usuarrios de toda
índole. Al igual que los otros autores, subraya la especificidad de la educación virtual y la
necesidad de evaluarla de acuerdo a criterios y metodologías especialmente diseñadas para cubrir
sus particularidades y su variedad. Estas particularidades derivan principalmente de un enfoque
pedagógico centrado en el estudiante, el nuevo estatus de los recursos pedagógicos, el apoyo de
las nuevas tecnologías de información y comunicación a la prestación de servicios pedagógicos y
la complejidad de la cadena de producción pedagógica. Hay que tomar en cuenta igualmente que
la naturaleza del mercado en el cual se desenvuelve la EVAD influye también en su calidad y los
criterios para su evaluación. En este aspecto, existe un mercado nuevo, con nuevos actores,
complejo y muy segmentado, cambiante y con límites difusos. La legislación sobre la EVAD es
también muy variable de un país a otro y a veces muy imprecisa, en muchos casos inexistente. El
estudio del PREAU identificó muchos instrumentos y metodologías de evaluación pero
heterogéneos, con campos de especialización diversos, puntos de vista diferentes y confiabilidad
muy variable. El PREAU privilegia los enfoques evaluativos centrados en los clientes de la
formación, principalmente, el estudiante, los agentes prescriptores de la formación y los agentes
financiadores de la misma. Cada usuario o cliente tiene sus necesidades y el grado de satisfacción
de las mismas es un factor e indicador de referencia obligada en toda evaluación de la calidad. El
estudio del PREAU es muy vasto y complejo y su análisis se encuentra fuera de los límites de
esta breve introducción al tema de la gestión de la calidad de la EVAD. Su realización es
producto de la confluencia de los esfuerzos de 9 organizaciones muy diversas y es un buen
ejemplo de la necesaria cooperación que debe existir entre universidades, empresas, gobiernos y
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Los objetivos de este proyecto son el desarrollo de las bases para un sistema de elaboración de
estándares de calidad y la validación preliminar de dichas bases mediante consultas y pruebas
piloto. En primera fase, actualmente en marcha, se contempla el desarrollo de un sistema de
estándares de calidad, el análisis por parte de expertos de una muestra representativa de casos, la
propuesta de estándares específicos y una reunión técnica para evaluar la propuesta con la
participación amplia de un conjunto de instituciones relevantes. En la segunda fase, se ha previsto
el desarrollo de instrumentos de comunicación y diseño de base de datos y la realización de una
prueba piloto para verificar la operacionalidad del sistema en varias instituciones de educación
superior. El paso final será la puesta de la versión final del sistema a disposición de los
interesados. Esto se facilitará mediante el acceso al mismo a través de un sitio Web público en
INTERNET. Como resultados esperados a corto plazo se encuentran la creación de un modelo de
estándares de calidad para la educación a distancia y de instrumentos para su utilización y mejora
permanente en línea; contribuir con instituciones y gobiernos latinoamericanos a proveer una
educación a distancia calidad e incrementar las posibilidades de exportación de servicios
educativos. A mediano plazo, se espera instrumentar alianzas cooperativas e realizar proyectos
grandes en el ámbito iberoamericano (Villarroel, 2002.
Estas evidencias dan una idea panorámica de los desarrollos acelerados de las metodologías de
evaluación de la calidad de la EVAD. Pero la evaluación es sólo un aspecto relativamente estático
del problema. Lo importante es asegurar, mantener y mejorar continuamente la calidad de la
EVAD y para ello debemos realizar una buena gestión. La base de una buena gestión de la
calidad de la educación virtual a distancia en la educación superior virtual a distancia, es, sin
duda, un sistema eficiente de evaluación de su calidad. La evaluación proporciona los elementos
necesarios para monitorear el desarrollo de los programas educativos y su mejoramiento, al saber
cuánto y cómo se han desviado de sus objetivos y de las necesidades de los usuarios.
educación virtual es mejor hay mayores probabilidades de que sea sostenible y permanente en el
tiempo, pero no es suficiente. La pertinencia es otra variable importante. La educación virtual
puede ser buena pero no pertinente a lo requerido y puede hacerse insostenible por inadecuada
para las necesidades de sus usuarios..
• Que todos los actores implicados en el proceso educativo internalicen su rol en él y realicen
sus tareas conforme a las expectativas que se tienen entre ellos
• Estimular y mantener una permanente comunicación entre los actores, utilizando con el
mayor provecho las tecnologías digitales de información y comunicación
• Mantener el costo de producción, utilización por parte del usuario, de la educación,
implementación, seguimiento y control de la educación virtual en niveles razonables y
sostenibles para todos los actores y las organizaciones a las cuales estos pertenecen
• Mantener la accesibilidad y el uso de la tecnología y los medios tecnológicos utilizados en la
educación virtual a todos los actores, especialmente a los usuarios finales
• Monitorear de manera permanente la evolución de las necesidades y aspiraciones de los
usuarios y adaptar de manera dinámica y flexible la educación virtual a sus necesidades y
aspiraciones emergentes
• Monitorear el desarrollo de estándares de calidad, sus cambios en el tiempo y el espacio y
aplicar los nuevos estándares a nuevas situaciones de enseñanza y aprendizaje virtual. En este
sentido, el Centro Virtual para el Desarrollo de Estándares para la Educación Virtual, ya
mencionado, con sede en la Universidad Técnica Particular de Loja (www.utpl.edu.ec) en
Ecuador puede ser de gran utilidad en la región iberoamericana
• Desarrollar y mantener una dinámica cooperación permanente entre diversas organizaciones
que participan en proyectos de educación virtual, tales como, universidades, empresas,
gobiernos, organismos internacionales y organizaciones no-gubernamentales. Los aportes y la
implicación de estos tipos de organización, incrementan las probabilidades de sostenibilidad
de la calidad de la educación virtual
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Referencias
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(www.uoc.edu/web/esp/art/uoc/0105018/ensapren.html)
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• Duart, Josep y Martínez, María Jesús (2002). Evaluación de la calidad docente en
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España. (www.uoc.edu/web/esp/art/uoc/0109041/duartmartin.html)
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virtual education. The Commonwealth of Learning (www.col.org/virtualed/)
• Lévy, Pierre (1997). Cyberculture. Editions Odile Jacob. Paris.
• Lévy, Pierre (1998). Qu'est-ce que le virtuel?. Editions La Découverte. Paris.
• Middlehurst, Robin (2001). Quality assurance and accreditation for virtual education: a
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(www.unesco.org/education/studyingabroad/highlights/global_forum/presentations/middl
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• PREAU (2002). Quelle modèle de qualité pour la e-formation?: les normes qualités
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• Sangrà, Albert (2002). La calidad en las experiencias virtuales de educación superior.
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Colegio de las Américas (COLAM), Organización Universitaria Interamericana (OUI) y
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• Silvio, José (1999). The virtual paradigm in higher education: implications on quality,
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Viena, 1999.
• Silvio, José (2000). La virtualización de la Universidad: ¿cómo podemos transformar la
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Venezuela.
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