Apuntes para Hacer Demamda or Intimacion
Apuntes para Hacer Demamda or Intimacion
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EN SU NOMBRE
JUZGADO PRIMERO DE LOS MUNICIPIOS CABIMAS, SANTA RITA
Y SIMÓN BOLÍVAR. CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO
ZULIA.
Al igual que:
” Litis Expensas son los gastos que debe sufragar el cliente en el proceso,
indistintamente de las costas, tales como publicidad de carteles, traslado de
abogado de un sitio a otro, comidas…”
PUBLÍQUESE Y REGÍSTRESE.
PODER JUDICIAL
Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui
Barcelona, 31 de enero de 2011
200º y 151º
ASUNTO: BP02-M-2006-000037
JURISDICCIÓN MERCANTIL
I
DE LAS PARTES Y SUS APODERADOS.
A los fines de dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, se establecen en el presente procedimiento como partes y
apoderados judiciales las siguientes personas:
II
SÍNTESIS DE LA CONTROVERSIA
Por auto de fecha dieciocho de mayo de 2.007, este Tribunal admitió la presente
demanda que por Intimación y Estimación de Honorarios Profesionales,
derivados de una condenatoria en costas, hubiere propuesto el ciudadano JAIME
CHUCHUCA BASANTES, venezolano, mayor de edad, de este domicilio,
abogado en ejercicio, titular de la cédula de identidad Nº V-13.419.463, e inscrito
en el Inpreabogado bajo el Nº 98.166, asistido por el Abogado en ejercicio
MARCELO RAFAEL CARREÑO, venezolano, mayor de edad, de este
domicilio, titular de la cédula de identidad Nº V-11.910.256, e inscrito en el
Inpreabogado bajo el Nº 109.118, en contra del ciudadano PEDRO ANTONIO
ORTIZ LABARIN, venezolano, mayor de edad, de este domicilio, titular de la
cédula de identidad Nº V- 1.152.207, ordenándose la citación del demandado
para su comparecencia, al primer día de despacho siguiente a la constancia en
autos de su citación.
“…Si por resistencia de una parte a alguna medida legal del Juez, por abuso de
algún funcionario, o por alguna necesidad del procedimiento, una de las partes
reclamare alguna providencia, el Juez ordenará en el mismo día que la otra parte
conteste en el siguiente, y hágalo ésta o no, resolverá a mas tardar dentro del
tercer día, lo que considere justo; a menos que haya necesidad de esclarecer
algún hecho, caso en el cual abrirá una articulación por ocho días sin término de
distancia.
Si la resolución de la incidencia debiere influir en la decisión de la causa, el Juez
resolverá la articulación en la sentencia definitiva; en caso contrario decidirá al
noveno día…”
Artículo 29
En el mismo acto de la consignación de los emolumentos o dentro de las dos
audiencias siguientes, se constituirá el Tribunal retasador. La decisión se dictará
como Tribunal Colegiado, dentro de los ocho días hábiles siguientes a partir de
su constitución.
Una vez revisadas los alegatos de las partes que constan en las actas procesales
que conforman el presente expediente, así como las pruebas aportadas y las
disposiciones legales que regulan el presente procedimiento de Intimación y
Estimación de Honorarios profesionales, estima este sentenciador que estamos en
presencia del supuesto de hecho contenido en el Artículo 23 de la Ley de
Abogados, vale decir, en el cual un profesional del derecho que representó a la
parte gananciosa en un juicio, en el cual hubo condenatoria en costas a la parte
perdidosa, intima por honorarios profesionales a la parte contraria. Asimismo en
la oportunidad de contestar la demanda la parte demandada solicita la retasa de
honorarios, de conformidad con lo establecido en el artículo 25 de la Ley de
Abogados, y una vez designados los retasadores, y aceptado el cargo por éstos
prestando el juramento de Ley, fueron fijados sus honorarios, pero la parte
demandada no cumplió con la consignación de los honorarios en la oportunidad
fijada para tal fin, por lo tanto de conformidad con lo establecido en al artículo 28
ejusdem, por lo cual debe entenderse que la parte demandada ha renunciado al
derecho a retasa, y se da como cierto el monto reclamado y estimado por
concepto de Honorarios Profesionales por la parte demandante. Así se declara.
Asimismo, de autos se desprende que la parte demandante no alega en la
contestación a la demanda el haber pagado dichos Honorarios Profesionales, sino
que la parte actora debe demandar a la persona que contrato sus servicios, pues
no reconocía que debía ningún tipo de honorarios, que si reconocía de la
sentencia en la que se condena en costas, y expresamente manifestó que
cumpliría con el pago de la misma una vez que el ciudadano Enzo Máltese le
cancelara la cantidad adeudada y demandada por antes los tribunales. Siendo
evidente que esta posición es contraria a lo establecido en la ley de abogados,
razón por la que es desechada por este sentenciador, por lo cual habiendo sido
probada la obligación de pagar honorarios profesionales por parte del
demandado, la pretensión del actor debe ser declarada con lugar, tal como se hará
en la parte dispositiva de este fallo. Así se declara.
V
PUNTO PREVIO
VI
DECISIÓN
PODER JUDICIAL
Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y Tránsito
de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, de El Tigre.
El Tigre, catorce de enero de dos mil once
200º y 151º
ASUNTO: BP12-M-2010-000157
Vista la anterior Demanda de COBRO DE BOLIVARES (VIA INTIMATORIA),
incoada por el ciudadano JESUS ARMANDO LEONETT MOYA, venezolano, mayor
de edad, titular de la cédula de identidad N° V-8.493.208, actuando en su
condición de Presidente de la sociedad Mercantil, TRANSPORTE Y SERVICIOS
GABY 98, C. A., debidamente asistido por el abogado OSCAR ANTONIO
MARCANO inscrito en el inpreabogado bajo el N° 33.949, contra la empresa
LODOS DE VENEZUELA, C. A. (LOVENCA).-
A los efectos de la admisión o no de la misma, procede esta Juzgadora a realizar
las siguientes observaciones:
El actor en su escrito libelar procede a demandar a la empresa LODOS DE
VENEZUELA, C. A. (LOVENCA), a los fines de que sea condenada al pago de las
siguientes cantidades:
Primero: La cantidad de ciento noventa y nueve mil ochocientos cincuenta y
cinco bolívares fuertes con sesenta céntimos (Bs. F 199.855,60) monto total de
la facturas aceptadas por la empresa demandada LODOS DE VENEZUELA, C. A.
(LOVENCA), debidamente descritas en el libelo de la demanda.-
Segundo: Los intereses moratorios generados por el tiempo de vencimiento de
las facturas el cual da un total de nueve mil cuatrocientos veintinueve bolívares
(Bs. F 9.429,00), CALCULADOS AL 12% anual.-
Tercero: Los intereses moratorios que sigan causando de la fecha de la presente
demanda, hasta la fecha de la definitiva cancelación de las facturas.
Cuarto: la cantidad de cincuenta y dos mil trescientos veintiún bolívares fuertes
(Bs. F. 52.321,00) por concepto de honorarios profesionales de abogados
causados por el cobro judicial, calculados prudencialmente en un 25% del
monto del capital adeudado más los intereses, de conformidad con el artículo
648 del Código de Procedimiento Civil.
Ahora bien, observa este Tribunal que la parte actora demanda el cobro de
bolívares y el cobro de honorarios profesionales en este sentido se debe pasar a
determinar si la presente acción es admisible o no para lo cual este juzgado
realiza las siguientes consideraciones:
El artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, establece: “Presentada la
demanda, el Tribunal la admitirá si no es contraria al orden público, a las buenas
costumbres o a alguna disposición expresa de la Ley. En caso contrario, negará
su admisión expresando los motivos de la negativa. Del auto del Tribunal que
niegue la admisión de la demanda, se oirá apelación inmediatamente, en ambos
efectos.”
El artículo 78 ejusdem, expresa: “No podrán acumularse en el mismo libelo
pretensiones que se excluyan mutuamente o que sean contrarias entre sí; ni las
que por razón de la materia no correspondan al conocimiento del mismo
Tribunal; ni aquéllas cuyos procedimientos sean incompatibles entre si”.
Cabe mencionar Sentencia número 3.045, del 02 de diciembre de 2002, que el
Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional ha determinado lo
siguiente: “(…omissis…) sólo es posible la acumulación de pretensiones
incompatibles, en una misma demanda, cuando el demandante las propone de
forma subsidiaria, sin embargo, el mismo artículo coarta dicha posibilidad
cuando se trata de pretensiones con procedimientos incompatibles. Entiende
entonces esta Sala que la acumulación de pretensiones con procedimientos
incompatibles no puede darse en ningún caso, es decir, ni de forma simple o
concurrente, ni de manera subsidiaria (omissis)”.
En sentencia de fecha 09 de diciembre de 2008, Nº. 837, la Sala de Casación
Civil del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia de la magistrado Iris
Armenia Peña Espinoza, dejó sentado lo siguiente: “(…) en decisión N° 1.041 de
fecha 8 de septiembre de 2004, el cual ratificó el establecido en sentencia N°
959 de fecha 27 de agosto del mismo año, respecto al procedimiento fijado para
el cobro de los honorarios profesionales, el cual es del siguiente tenor: “…Esta
Sala, en reciente decisión del 27 de agosto de 2004 (Hela Martínez Franco y otro
c/ Banco Industrial de Venezuela C.A.) cambió su doctrina en la materia, en el
sentido de que la controversia que exista entre el abogado y su cliente con
respecto al derecho de aquél a cobrar honorarios profesionales se seguirá
conforme al artículo 386 del Código de Procedimiento Civil derogado, cuyo
texto se corresponde con el artículo 607 del mismo Código vigente, para que
una vez establecido el derecho pretendido por el abogado, éste pueda estimar e
intimar el valor que considera apropiado por las actuaciones cumplidas y cuyo
derecho fue reconocido, dando lugar entonces a la fase estimativa del
procedimiento.
La Sala de Casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, en fallo Nº. 46, de
fecha 27 de febrero de 2007, fijó criterio respecto al procedimiento por
intimación, en el cual se señaló lo siguiente:
“…El procedimiento por intimación previsto en el artículo 640 del Código de
Procedimiento Civil, es un procedimiento especial mediante el cual se busca
obtener prontamente la creación del título ejecutivo, mediante la inversión del
contradictorio, la cual se produce si el demandado se opone y formaliza la
misma, dando con ello origen a la apertura al conocimiento del juicio a través
del procedimiento ordinario.
… una vez que el juez de la cognición verifique el cumplimiento de los requisitos
establecidos en el artículo 640 del Código de Procedimiento Civil, decretará la
intimación del demandado, consistente de una orden de pago dirigida al
accionado, la cual debe contener todos los elementos necesarios para
convertirse en su oportunidad en un título ejecutivo, de esta manera, una vez
notificado el referido decreto se abre un lapso de diez días en el cual se pueden
presentar dos situaciones referidas a la oposición, conforme a lo establecido en
el artículo 651 del Código de Procedimiento Civil: Una en la que el deudor puede
hacer oposición dentro del plazo de diez días, caso en el cual, se deja sin efecto
el decreto de intimación y se procede a continuar el juicio por los trámites del
procedimiento ordinario. Otra, cuando el deudor no hiciere oposición al decreto
de intimación, con lo cual el decreto intimatorio adquiere fuerza ejecutiva,
pasando a ser definitivo e irrevocable, precediéndose como en sentencia pasada
en autoridad de cosa juzgada, por lo que se llevará a cabo su inmediata
ejecución…”.
En acorde a los criterios jurisprudenciales precedentemente transcritos, se
evidencia que las pretensiones invocadas por el demandante no podían ser
acumuladas en una misma demanda, por cuanto en el caso in comento si se
procede a admitir las acciones propuestas se estaría permitiendo la
acumulación de dos pretensiones que tienen procedimientos incompatibles,
infringiéndose de esta manera la norma contenida en el artículo 78 del Código
de Procedimiento Civil. En consecuencia, por disposición de dicha normativa no
podían acumularse en el mismo escrito liberar las referidas pretensiones, por lo
que este Tribunal estima que la demanda es inadmisible. Así se decide”.
Dicho lo anterior se concluye que en el presente caso, observa este Tribunal que
la parte actora en el libelo de demanda acumuló dos pretensiones como fueron
el Cobro de Bolívares Vía Intimatoria y el Cobro de Honorarios Profesionales.
Considera necesario este Tribunal resaltar que el Cobro de Bolívares Vía
Intimatoria se rige por un Procedimiento Especial establecido en el artículo 640
del Código de Procedimiento Civil y el Cobro de Honorarios Profesionales es un
derecho inherente a los Profesionales del Derecho que se logra a través del
procedimiento previsto en el artículo 22 de la Ley de Abogados, lo que se
evidencia que estamos en presencia de una inepta acumulación de pretensiones
que impide al Juez admitir la demanda, por ser contraria a una disposición
expresa de la Ley, a saber el artículo 78 de la Ley Adjetiva Civil, esta Juzgadora
debe declarar la INADMISIBILIDAD de la presente acción, por haberse
acumulado indebidamente tales pretensiones, como lo son el COBRO DE
BOLÍVARES VÍA INTIMATORIA Y HONORARIOS PROFESIONALES, las cuales se
ventilan por procedimientos distintos e incompatibles. Y ASI SE DECLARA.
Por todo lo anteriormente expuesto este Juzgado Segundo De Primera Instancia
Civil, Mercantil, Agrario Y Transito de la Circunscripción Judicial De La
Circunscripción Judicial Del Estado Anzoátegui, administrando Justicia en
nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley,
DECLARA INADMISIBLE por INEPTA ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES, la
presente demanda propuesta por el ciudadano JESUS ARMANDO LEONETT
MOYA, plenamente identificado en autos, actuando en su condición de
Presidente de la sociedad Mercantil, TRANSPORTE Y SERVICIOS GABY 98, C. A.,
debidamente asistido de abogado, contra la empresa LODOS DE VENEZUELA, C.
A. (LOVENCA), por Cobro de Bolívares por vía Intimatoria Y Honorarios
Profesionales.
EXPEDIENTE N° AP42-G-2001-024614
JUEZ PONENTE: ALEJANDRO SOTO VILLASMIL
-CORTE ACCIDENTAL B-
En fecha 7º de marzo de 2001, la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo recibió el escrito contentivo de la demanda por estimación e
intimación de honorarios profesionales interpuesta por el abogado PEDRO
RAMÍREZ PERDOMO, titular de la cédula de identidad Número
3.186.794, actuando en su propio nombre y representación e inscrito en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Número 8.791, contra la
sociedad mercantil KARMATY, C.A., inscrita en el Registro Mercantil de
la Circunscripción Judicial del Distrito Capital y Estado Miranda, en fecha
21 de diciembre de 1973, bajo el Número 224, Tomo 23-B.
En fecha 13 de marzo de 2001, se dio cuenta a la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo, por consiguiente, se ordenó remitir el presente
expediente al Juzgado de Sustanciación de la referida Corte, a los fines de
que se pronunciara sobre su admisión.
En fecha 13 de marzo de 2001, se pasó el presente expediente al aludido
Juzgado.
En fecha 8 de mayo de 2001, se fijó el tercer (3º) día de despacho siguiente
a la presente fecha, para proveer acerca de la admisibilidad de la presente
estimación e intimación de honorarios.
En fecha 17 de mayo de 2001, el Juzgado de Sustanciación de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo admitió la demanda por
estimación e intimación de honorarios interpuesta por el abogado Pedro J.
Ramírez Perdomo, contra la sociedad mercantil Karmaty, C.A. En
consecuencia, ordenó intimar mediante boleta a la parte demandada para
que compareciera ante el aludido Juzgado, dentro de los diez (10) días de
despacho siguientes a que constara en autos el recibo de la notificación, a
los fines de que consignara la cantidad de Cuatrocientos Millones Cien Mil
Bolívares (Bs. 400.100.000,00), en la que se ha estimado los honorarios
profesionales en referencia, o en su defecto ejerciera el derecho de retasa
que le confiere el artículo 25 de la Ley de Abogados.
En fecha 30 de mayo de 2001, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo, antes
identificado, consignó diligencia mediante la cual solicitó se practicara la
intimación de la empresa Karmaty, C.A., por correo certificado, en la
oficina mencionada en el libelo de la demanda.
En fecha 6 de junio de 2001, el Juzgado de Sustanciación ordenó la
notificación de la parte demandada mediante correo certificado.
En fecha 21 de junio del 2001, el alguacil del referido Juzgado dejó
constancia del envío de la notificación dirigida a la empresa demandada.
En fecha 26 de junio de 2001, se ordenó agregar a los autos el aviso de
recibo de Citaciones y Notificaciones Judiciales Nº 00/8445, devuelto por
el Jefe de la oficina Postal Telegráfica en razón de la imposibilidad de
hacer su entrega a la destinataria.
En fecha 26 de junio de 2001, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
consignó diligencia mediante la cual solicitó se procediera a notificar a la
empresa demandada mediante carteles, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 223 del Código de Procedimiento Civil.
En fecha 4 de julio de 2001, el Juzgado de Sustanciación de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo acordó practicar la intimación de
la empresa demandada mediante carteles, para que concurriera a darse por
intimada en el término de quince (15) días calendarios consecutivos, de
conformidad con lo previsto en el artículo 223 del Código de
Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 25 de la Ley de
Abogados.
En fecha 10 de julio de 2001, fue librado por el referido juzgado, el cartel
de citación a la parte demandada.
En fecha 17 de julio de 2001, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
actuando en su propio nombre y representación, consignó los carteles de
intimación dirigidos a la sociedad mercantil Karmaty, C.A.
En fecha 19 de julio de 2001, se fijó en la cartelera de la referida Corte el
cartel de intimación librado el día 10 del mismo mes y año, a la sociedad
mercantil Karmaty, C.A.
En fecha 19 de julio de 2001, la Secretaria del referido Juzgado, dejó
constancia de la fijación del cartel de intimación en la oficina de la
demandada, a los fines de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo
223 del Código de Procedimiento Civil y en concordancia con el artículo
25 de la Ley de Abogados.
En fecha 8 de agosto de 2001, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
consignó diligencia mediante la cual solicitó se designara a la sociedad
mercantil demandada un defensor judicial con quien se entendiera la
intimación para la continuación del proceso, en virtud de no haberse
efectuado la intimación en el lapso establecido.
En esa misma fecha, se dejó constancia que el día 7 de agosto de 2001,
venció el término de quince (15) días calendarios concedidos conforme al
artículo 223 del Código de Procedimiento Civil, para que la empresa
Karmaty, C.A., se diera por intimada.
En fecha 19 de septiembre de 2001, el Juzgado de Sustanciación de la
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo designó como Defensor
Judicial de la sociedad mercantil Karmaty, C.A., a la abogada Eira María
Torres Castro, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo
el Nº 39.288, a quien se ordenó librar boleta de notificación para que
compareciera dentro del segundo (2º) día de despacho siguiente a que
constara en autos su notificación a aceptar el cargo o a excusarse de aceptar
el mismo, y en el primero de los casos, prestar el juramento de ley, dentro
del mismo lapso.
En fecha 26 de septiembre de 2001, se dejó constancia de la notificación
practicada a la abogada María Torres Castro.
En fecha 27 de septiembre de 2001, la abogada Eira María Torres Castro,
antes identificada, consignó diligencia mediante la cual aceptó el cargo de
defensora judicial de la parte demandada y posteriormente prestó
juramento.
En fecha 2 de octubre de 2001, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
consignó diligencia mediante la cual solicitó se procediera a la intimación,
a los fines de la continuación del presente procedimiento.
En fecha 4 de octubre de 2001, el ciudadano Kenneth Blejman, titular de la
cédula de identidad Nº 6.269.812, actuando con el carácter de representante
de la sociedad mercantil Karmaty, C.A., debidamente asistido por el
abogado José Humberto Flores Rivero, inscrito en el Instituto de Previsión
Social del Abogado bajo el Nº 36.209, consignó copia certificada del poder
que acredita su representación. Asimismo, en nombre de su representada se
dio expresamente por intimado en el presente proceso.
En fecha 9 de octubre de 2001, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
actuando en su propio nombre y representación, consignó escrito de
reforma a la demanda.
En fecha 10 de octubre de 2001, el ciudadano Kenneth Blejman, en su
condición de representante de la sociedad mercantil Karmaty, C.A.,
debidamente asistido por el abogado José Humberto Flores Rivero,
consignó contrato suscrito con el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo y su
representada así como la extinción del mismo y comunicación emanada de
su representada en fecha 13 de abril de 1999, dirigida al prenombrado
abogado donde se le manifestó en forma expresa que se respetarían en
todas y cada una de sus partes los términos y condiciones del contrato
suscrito.
En fecha 17 de octubre de 2001, el Juzgado de Sustanciación de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo, para proveer, fijó el tercer (3º)
día de despacho siguiente a la presente fecha.
En fecha 24 de octubre de 2001, el referido Juzgado, admitió la reforma de
la demanda interpuesta por el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
actuando en su propio nombre y representación, en consecuencia, ordenó
intimar mediante boleta a la sociedad mercantil Karmaty, C.A., para que
compareciera dentro de los diez (10) días siguientes de despacho siguientes
a que constara en autos el recibo de la referida notificación, a fin de que
consignara la cantidad de quinientos cincuenta y cuatro millones ciento
cuarenta y seis mil cuatrocientos bolívares (Bs. 554.146.400,00), en la que
se han estimado los honorarios profesionales en la referida reforma, o en su
defecto ejerciera el derecho a retasa que le confería el artículo 25 de la Ley
de Abogados.
En fecha 31 de octubre de 2001, es librada por el referido Juzgado, la
respectiva boleta de intimación.
En fecha 22 de noviembre de 2001, se dejó constancia que no fue posible la
notificación de la sociedad mercantil Karmaty, C.A.
En fecha 29 de noviembre de 2001, la ciudadana Grace Giovanazzi
Guevara, titular de la cédula de identidad Nº 3.184.705, actuando con el
carácter de vicepresidenta de la sociedad mercantil karmaty, C.A.,
debidamente asistida por la abogada Elena Flores de Breto, inscrita en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nº 14.178, consignó
diligencia mediante la cual se dio por notificada de la reforma de la
demanda de estimación e intimación de honorarios profesionales incoada
por el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo contra su representada.
Asimismo la precitada Abogada, consigna poder que acredita su
representación.
En fecha 20 de diciembre de 2001, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
antes identificado, consignó diligencia mediante la cual indicó que estaba
en cuenta de la notificación e intimación que realizó la empresa Karmaty,
C.A el día 29 de noviembre de 2001.
En la misma fecha, la abogada Elena Flores de Breto, en su condición de
apoderada judicial de la sociedad mercantil Karmaty, C.A., consignó
escrito contentivo de las defensas correspondientes a la acción incoada en
contra de su representada.
En fecha 17 de enero de 2002, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
consignó escrito de alegatos.
En esa misma fecha, el Juzgado de Sustanciación de la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo, declaró abierta la articulación probatoria de
ocho (8) días de despacho, contados a partir de la presente fecha, de
conformidad con lo previsto en el artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil.
En fecha 22 de enero de 2002, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
consignó escrito realizando consideraciones sobre la contestación de la
demanda interpuesta por la parte demandada.
En fecha 5 de febrero de 2002, el prenombrado abogado, consignó escrito
de promoción de pruebas.
En fecha 6 de febrero de 2002, el abogado Kenneth Blejman Giovanazzi,
en su condición de apoderado judicial de la sociedad mercantil Karmaty,
C.A., presentó escrito de promoción de pruebas.
En la misma fecha anterior, el Juzgado de Sustanciación de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo consideró que el escrito de
promoción de pruebas presentado por la parte demandante, no representa
medio de prueba alguno. Asimismo, admitió las pruebas documentales
presentadas en los Capítulos I y II del escrito de promoción de pruebas
presentado por la parte demandada, en cuanto al mérito favorable de los
autos, consideró que no representa medio de prueba alguno.
En esta misma fecha, el Juzgado de Sustanciación de la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo consideró que el escrito de promoción de
pruebas presentado por la parte demandada, en su capítulo I, no
representaba medio de prueba alguno, del mismo modo admitió la prueba
documental promovida en el capítulo II.
En fecha 7 de febrero de 2002, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
actuando en su propio nombre y representación, consignó diligencia
mediante la cual solicitó se remitiera el presente expediente al Presidente
de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo.
En fecha 14 de febrero de 2002, el Juzgado de Sustanciación de la referida
Corte, ordenó realizar por Secretaría el cómputo de los días de despacho
transcurridos desde el 17 de enero de 2002.
En la mima fecha anterior, la Secretaría del Juzgado de Sustanciación de la
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, certificó que “desde el día
17 de enero de 2002, exclusive, hasta el día de hoy, inclusive, han
transcurrido ONCE (11) días de despacho, correspondientes a los días 22,
23, 24, 29, 30, 31 de enero y 05, 06, 07, 13 y 14 de febrero del presente
año”.
En fecha 14 de febrero de 2002, el referido Juzgado ordenó remitir el
presente expediente a la Corte primera de lo Contencioso Administrativo, a
los fines de que continuara su curso de ley.
En fecha 26 de febrero de 2002, se acordó remitir el presente expediente al
Presidente de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, a los
fines de dictar la decisión correspondiente.
En fecha 3 de abril de 2002, la aludida Corte dictó decisión Nº 2002-673,
mediante la cual declaró improcedente la demanda por estimación e
intimación de honorarios profesionales intentada por el abogado Pedro J.
Ramírez Perdomo, actuando en su propio nombre y representación, contra
la sociedad mercantil Karmaty, C.A.
En fecha 25 de abril de 2002, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo, antes
identificado, consignó diligencia mediante la cual se dio por notificado de
la de la referida decisión, asimismo, apeló de la misma.
En la misma fecha anterior, el ciudadano Kenneth Blejman Giovanazzi, en
su condición de representante de la sociedad mercantil demandada,
debidamente asistido por el abogado José Humberto Flores R., inscrito en
el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nº 26.209, consignó
diligencia mediante la cual se dio por notificado de la referida decisión.
Asimismo, solicitó que la apelación que realizó el abogado Pedro J.
Ramírez Perdomo sea desechada por prematura.
En fecha 8 de mayo de 2002, vista la apelación interpuesta por la parte
demandante contra la sentencia dictada el día 3 de abril del mismo año por
la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, se acordó pasar el
presente cuaderno separado al magistrado ponente, a los fines de que la
Corte decidiera acerca de la referida apelación.
En fecha 8 de mayo de 2002, el abogado Pedro J. Ramírez Perdomo,
actuando en su propio nombre y representación, ratificó la apelación
interpuesta contra la sentencia dictada el día 3 de abril del mismo año por
la aludida Corte.
En fecha 12 de junio de 2002, la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo oyó en ambos efectos la apelación interpuesta por el
abogado Pedro J. Ramírez Perdomo, contra la sentencia dictada por la
referida Corte el día 3 de abril del mismo año, en consecuencia, ordenó
remitir el presente expediente a la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia.
En fecha 27 de junio de 2002, pasó el presente expediente a la aludida Sala.
II
DE LA CONTESTACIÓN A LA DEMANDA
En fecha 20 de diciembre de 2001, la abogada Elena Flores de Breto,
actuando con el carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil
Karmaty, C.A., presentó escrito de contestación a la demanda, con base en
las siguientes consideraciones:
Indicó que “[…] es menester […] señalar la mala fe y falta de probidad con
que el Profesional del Derecho PEDRO RAMÍREZ PERDOMO ha
procedido, conducta [esa] que a tenor de lo dispuesto en el artículo 170 del
Código de Procedimiento Civil, no le es permitible ni tutelable, pues no
expuso los hechos conforme a la verdad, actuó con plena conciencia de su
manifiesta falta de fundamentos e hizo realizar tanto a la Corte Primera
como a su Juzgado de Sustanciación actos inútiles e innecesarios a la
defensa del derecho que pretende ventilar […]” (Corchetes de esta Corte y
mayúsculas del original).
Que “[c]omo consecuencia de ese mal actuar y proceder, es indudable la
responsabilidad del precitado abogado de los daños y perjuicios
ocasionados a [su] representado, ya que a tenor de los [sic] dispuesto en el
artículo in comento se presume salvo prueba en contrario, que el mismo ha
actuado con temeridad y mala fe, pues dedu[jo] a través del proceso que
sigue en contra de [su] representada, una pretensión del todo infundada y
omitió maliciosamente hechos esenciales a la causa, que en forma
inequívoca violan en forma excepcional tanto el derecho y la garantía
constitucional de [su] representada al debido proceso, consagrado en los
ordinales 1, 2, 3 y 4 del artículo 49 de nuestra Carta de Derechos
Fundamentales […]” (Corchetes de esta Corte).
Apuntó que “[…] el profesional del derecho experto en materia
expropiatoria, PEDRO RAMÍREZ PERDOMO, existe un contrato
‘vigente’ entre las partes que regulan su relación jurídica, siendo dicho
contrato de naturaleza civil, y siendo el caso que dicho contrato existe, […]
así como su correspondiente extinción, […] su eventual resolución
corresponde a la jurisdicción ordinaria en materia civil, tal como lo señalan
los artículo 1 y 28 de Código de Procedimiento Civil, y no a la simple
afirmación del autor de dar por resuelto el mismo a los fines de proponer la
temeraria acción en contra de mandante” (Corchetes de esta Corte,
mayúsculas y resaltado del original).
Destacó que “[e]s claro y evidente que el actor y omitió señalar [al]
Juzgado de Sustanciación que [su] representada le reafirmó por escrito su
voluntad de cumplir con el contrato y su extensión, en los términos y
condiciones allí establecidos […]” (Corchetes de esta Corte).
Que “[su] representada en virtud del contrato suscrito con PEDRO
RAMÍREZ PERDOMO, tenía derecho de ser juzgada por sus jueces
naturales, y no lo fue por la alteración de los hechos realizados por el
abogado PERDOMO; [su] representada tenía el derecho, y no lo tuvo, de
ser llamada a un proceso ordinario para el ejercicio de sus derechos y de
disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer para ejercer su
defensa; [su] tenía el derecho, y le fue arrebatado, de ser oída en cualquier
clase de proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo razonable
determinado legalmente, por un tribunal competente; y [su] representada
tenía el derecho de ser juzgada por sus jueces naturales en las
jurisdicciones ordinarias, con las garantías establecidas en la Constitución y
no lo está [sic] siendo por el [sic] simple razón de la mala fe del precitado
abogado” (Corchetes de esta Corte y mayúsculas del original).
Denunció que “[…] el hecho de someter a [su] representada al proceso
pautado en la Ley de Abogados para que [pagara] la cantidad intimada o
bien se [acogiera] a la retasa, sin haberse determinado la existencia, validez
y alcance del contrato suscrito con el abogado RAMÍREZ, mediante el
debido proceso y ante sus jueces naturales, constituye la más flagrante
violación a sus derechos y garantías constitucionales, […]” (Corchetes de
esta Corte y mayúsculas del original).
Apuntó que “[…] desde el día 13 de marzo de 1986 el precitado abogado
comenzó a ejercer la representación de la sociedad mercantil KARMATY,
C.A., de conformidad con lo [sic] términos y condiciones establecidos en el
contrato suscrito con [su] mandante mediante el instrumento poder que le
fuera conferido para la atención del procedimiento de Expropiación que
inicio la República de Venezuela sobre un inmueble propiedad de [su]
representada” (Corchetes de esta Corte y mayúsculas del original).
Asimismo, indicó que “[…] en dicho contrato […] se había establecido un
período de dos (2) años, para que éste realizara sus ensayos en dicho
proceso, e indic[ó] superficialmente que por documento privado se había
ratificado su representación en juicio, lo cual en su reforma maliciosamente
omitió, evitando a toda costa, como ya se dijo, el traer a los autos tanto el
documento inicial como su supuesta ratificación” (Corchetes de esta
Corte).
Que “[l]uego de una sarta de mentiras y manipulaciones, el experto en
materia expropiatoria, acusa una supuesta, incierta y mal sana perturbación
en su derecho a percibir honorarios derivado del contrato y hábilmente
indic[ó] un incumplimiento de [su] representada que le [permitiera]
accionar de conformidad con el procedimiento pautado en la Ley de
Abogados” (Corchetes de esta Corte).
Resaltó que “[…] el referido profesional del derecho dej[ó] en evidencia su
mala fe y su burda manipulación al no acompañar a su libelo de estimación
e intimación ni el contrato suscrito con [su] representada ni su posterior
ratificación. De igual forma no mencionó ni mucho menos acompañó a su
escrito las comunicaciones cruzadas entre su persona y [su] representada de
fechas 8, 9 y 13 de abril de 1999 […]” (Corchetes de esta Corte).
Que “[c]omo puede ahora pretender el profesional del Derecho Rafael
Ramírez Perdomo una intimación de Honorarios Profesionales de
Abogados cuando el hecho o condición a que se encuentran sujetos, por
haberlo así pactado con [su] representada, no se ha verificado, y mucho
más cuando él fue el redactor de dicho documento” (Corchetes de esta
Corte).
Que “[c]omo [pudo] Ramírez Perdomo engañar al Juzgado de
Sustanciación de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, al
ocultarle maliciosamente hechos y documentos circunstanciales a la acción
intentada; no cabe la menor duda de que su actuación está dirigida a
satisfacer sus intereses mezquinos sin importar la majestad de la justicia y
el imperio de la Ley” (Corchetes de esta Corte).
Destacó que “[…] la razón fundamental de haber nombrado [su]
representada al profesional del derecho ALFREDO MANINAT como
apoderado en juicio, fue como consecuencia de la desobediencia manifiesta
por parte del abogado RAMÍREZ PERDOMO de las expresas instrucciones
giradas por [su] representada, y no como pretend[ió] hacer ver [al] Juzgado
por una falta de consideración y respeto a sus catorce (14) años de
actividad profesional” (Corchetes de esta Corte y mayúsculas del original).
Finalmente, solicitó que se “[…] DECLARE SIN LUGAR EN TODAS Y
CADA UNA DE SUS PARTES la acción intentada en contra de [su]
representada con expresa condenatoria en costas a la parte accionante,
calculadas éstas sobre el monto en que estimó su acción” (Corchetes de
esta Corte y mayúsculas del original).
Asimismo, “[negó] y rechaz[ó] el derecho a reclamar y percibir Honorarios
Profesionales al precitado abogado en virtud de existir una condición o
plazo pendiente que hacen improcedente la acción propuesta, de igual
forma [negó] y rechaz[ó] que [su] representada adeude la cantidad de
QUINIENTOS CINCUENTA Y CUATRO MILLONES CIENTO
CUARENTA Y SEIS MIL CUETROCIENTOS BOLÍVARES (Bs.
554.146.400,00) y mucho menos que le sea aplicada la indexación a dicha
cantidad” (Corchetes de esta Corte y mayúsculas del original).
III
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR.
Evidencia esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo que la
presente causa se corresponde con la estimación e intimación de honorarios
profesionales realizada por del abogado Pedro Ramírez Perdomo contra la
sociedad mercantil Karmaty, C.A, derivados de un contrato previamente
suscrito, dicho lo anterior, este Órgano Jurisdiccional pasa a estudiar tal
demanda que fue ejercida en fecha 7de marzo de 2001 por el abogado
precitado, para lo cual es necesario dilucidar sobre su competencia para
conocer del asunto y a tal efecto observa:
De la competencia.
Debe esta Corte primeramente analizar su competencia para el
conocimiento de la demanda de intimación de honorarios profesionales
interpuesta por al Abogado Pedro Ramírez Perdomo contra la empresa
Karmaty, C.A, para lo cual observa que de la revisión de las actas que
conforman el presente expediente se desprende la existencia de un contrato
de servicios y honorarios profesionales suscrito por las partes con motivo
de un juicio de expropiación por causa de utilidad pública iniciado por la
República y del cual fueron objeto una serie de terrenos pertenecientes a tal
empresa.
De este modo, es necesario indicar que el artículo 23 del Reglamento de la
Ley de Abogados, estableció el procedimiento y la jurisdicción idóneos
para el cobro de honorarios profesionales pactados contractualmente, así,
los juicios de intimación de honorarios causados por actuaciones de los
Abogados se ventilaban por medio del procedimiento ordinario en
jurisdicción civil.
Por decisión de fecha 27 de mayo de 1980 emanada de la antigua Corte
Suprema de Justicia en Sala Plena, tal disposición fue anulada por razones
de inconstitucionalidad, excluyendo la vía del juicio ordinario para ventilar
el cobro de honorarios pactados por vía contractual, fuesen estos judiciales
o extrajudiciales; Al respecto, la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, mediante Sentencia Nº 04202, caso: Federico Prieto
Paredes vs Estacionamiento Concordia S.R.L, dejó sentado lo siguiente:
“[...] Ahora bien, anulado como fue el día 27 de mayo de 1980 por esta
Corte Suprema de Justicia, por razones de inconstitucionalidad, el artículo
23 del Reglamento de la Ley de Abogados..., quedan solamente dos vías
para el cobro de honorarios de abogados como son las previstas en el
artículo 22 de la Ley de abogados, cuyo texto reza: ‘El ejercicio de la
profesión da derecho al abogado a percibir honorarios por los trabajos
judiciales y extrajudiciales que realice, salvo en los casos previstos en las
leyes’. ‘Cuando exista inconformidad entre el abogado y su cliente, en
cuanto al monto de honorarios por servicio profesionales extrajudiciales, la
controversia se resuelve por la vía del juicio breve y ante el Tribunal
competente por la cuantía'... ‘La reclamación que surja en juicio
contencioso acerca del derecho a cobrar honorarios por parte del abogado,
será sustanciada y decidida de conformidad con lo establecido en el artículo
386 del Código de Procedimiento Civil y, la relación de la incidencia, si
surgiere, no excederá de diez audiencias...' La primera de dichas vías se
refiere al cobro de honorarios extrajudiciales – sin distinción de que
hubieren o no sido estipulados mediante contrato– según los términos de
dicha sentencia anulatoria, y en tal supuesto la Ley ordena que la
controversia se resuelva por los trámites del juicio breve [...]" (Subrayado y
resaltado de esta Corte).
Se colige de lo anterior, que los juicios de intimación de honorarios
profesionales convenidos contractualmente se rigen por las disposiciones
contenidas en el artículo 22 de la Ley de Abogados, de este modo la vía
para el cobro de honorarios profesionales extrajudiciales es la del
procedimiento breve y ante la jurisdicción civil.
Ahora bien, al haber sido anulado el antiguo artículo 23 de La Ley de
Abogados, se creó un vacio en cuanto al procedimiento a instarse cuando
exista un contrato de honorarios judiciales, pues el artículo 22 de tal ley
estableció la vía para el cobro de honorarios extrajudiciales pactados
contractualmente de manera tácita o expresa
Igualmente, estableció la sentencia Nº 39, de fecha 21 de septiembre de
2000, emanada de la Sala de Casación Civil del Máximo Tribunal, caso
Joel Albornoz Jaramillo contra el Banco Ítalo Americano:
“Respecto al cobro de honorarios, cuando media contrato entre las partes,
establecía el Reglamento de la Ley de Abogados, lo siguiente:
Artículo 23: Se resolverán por la vía del juicio ordinario todas las
cuestiones que se susciten entre el abogado y su cliente sobre honorarios
judiciales o extrajudiciales, cuando éstos hayan ido previamente
estipulados mediante contrato.
Esta disposición reglamentaria, referente a los honorarios estipulados
mediante contrato fue anulada por sentencia de fecha 23 de mayo de 1980
de la Corte Suprema de Justicia en Pleno, la cual expresó:
La Corte considera que de la lectura de dicho precepto legal se desprende
evidentemente que el juicio breve es el indicado para la tramitación y
decisión de la discusión del cobro de honorarios extrajudiciales resultantes
de contrato expreso o tácito, ya tenga su origen en el monto de los mismos
por existir inconformidad entre las partes o en el derecho mismo a
cobrarlos, o sea, sobre la eficacia del contrato que los causó, por lo que en
el art. 23 del mencionado Reglamento, al ordenar el juicio ordinario para el
cobro de los honorarios extrajudiciales estipulados en contrato previo, se
crea una regulación que, no sólo invade la competencia del Congreso
Nacional en la materia de legislación procesal judicial, sino que también
contraria, desacatando su espíritu y razón, la norma legal que crea el juicio
breve para el cobro de los honorarios extrajudiciales sin distinción alguna."
Dicha decisión recayó sobre el cobro de honorarios extrajudiciales, pero
declaró la nulidad de la disposición en cuestión, con efectos erga omnes,
con el resultado de que en la actualidad no existe un procedimiento
diferente para el cobro de honorarios cuando media contrato entre las
partes; por tanto, las únicas disposiciones al respecto son las previsiones
del artículo 22 de la Ley de Abogados que se transcriben a continuación
[…]”
Tal decisión, citando el fallo emitido por la Sala Plena de este máximo
tribunal, estableció que es el juicio breve el procedimiento a instarse para el
cobro de honorarios extrajudiciales pactados contractualmente sea que se
trate de discusiones sobre el derecho a cobrar tales honorarios o exista
inconformidad en el monto pautado, esto en virtud de la nulidad de la
disposición contenida en el artículo 23 de la Ley de Abogados que a
criterio del Máximo tribunal invadió la competencia del antiguo Congreso
Nacional en materia de legislación procesal judicial, se determinó
igualmente que no existe procedimiento pautado para el cobro de
honorarios judiciales contractuales
Ahora bien, señaló sentencia de Sala Constitucional, de fecha 04 de abril de
2011, caso José R. Díaz y otros Acción de amparo, lo siguiente:
“[…]Además, el tribunal a quo constitucional precisó que ante el Juzgado
26 de Primera Instancia de Control se incoó una reclamación de honorarios
pactados contractualmente, situación que se rige por el artículo 22 de la ley
(sic) de Abogados y no por el artículo 23 de su Reglamento en razón de que
esta norma fue anulada por sentencia de la Sala Plena de la Antigua Corte
Suprema de Justicia del 27 de mayo de 1980 que estableció que los
honorarios contractuales deben ser controvertidos mediante interposición
de demanda por cobro de bolívares, ya que ‘lo contrario sería admitir que el
monto de los honorarios convenidos contractualmente no tendrían ningún
efecto, ya que en el supuesto negado de que los honorarios pactados fueren
estimables e intimables en los mismos términos que los honorarios no
pactados, se pudiera someter al Tribunal de Retasa un monto superior al
convenido, contradiciendo el principio de la obligatoriedad de los contratos
consagrado en el artículo 1159 del Código Civil’. En consecuencia, el
procedimiento para tal cobro es el del juicio breve, por ante (sic) la
jurisdicción civil de acuerdo con la cuantía, y no por la vía de una
intimación incidental como en este caso se ha tramitado incorrectamente en
contradicción con la sentencia de Sala Plena antes señalada que resulta
vinculante y de obligatorio acatamiento”. En tal sentido, dicho juzgado
colegiado ordenó la nulidad absoluta de todo lo actuado en el
procedimiento de intimación a que se refiere esta acción de amparo a los
fines de que la parte interesada proponga su acción de cobro judicial por
sus actuaciones profesionales ante los tribunales civiles correspondientes.
(…Omisis…)
De modo que, conforme al criterio asentado en la anterior decisión, la cual
esta Sala hace suya, se precisa que, en el caso de que un abogado demande
sus honorarios profesionales basados en un contrato pactado con su cliente
con anterioridad a la actuación que deba realizar, el procedimiento que
debe seguirse para dirimir el cumplimiento o no de ese contrato es el juicio
breve (el cual debe ser conocido por un Tribunal con competencia civil),
conforme a lo señalado en el artículo 22 de la Ley de Abogados, que
prescribe:
[…omisis…]
En efecto, esta Sala observa que lo que se ventila en las demandas de
honorarios profesionales previamente pactados a través de un contrato
necesariamente tiene relación con la materia civil, esto es, con las reglas
concernientes al cumplimiento o no del contrato, su resolución, entre otros
aspectos, por lo que la solución judicial de esos conflictos contractuales le
corresponde únicamente a un “Tribunal Civil competente por la cuantía”.
[Destacado del original] [Subrayado de la Corte]
De los anteriores criterios jurisprudenciales se desprende, que cuando
exista un contrato de prestación de servicios en el cual se convengan de
alguna manera honorarios judiciales o extrajudiciales, las discusiones que
eventualmente pudieren surgir en cuanto a estos se resolverán siempre
tomando en consideración los términos de tal contrato, pues el mismo
según lo preceptuado en el artículo 1159 del Código Civil es ley entre las
partes, ello significa que relacionándose la materia referente a la existencia,
cumplimiento o resolución de contratos con la jurisdicción civil, la solución
judicial para este tipo de controversias corresponde de manera excluyente
al Tribunal Civil que sea competente por la materia; Al respecto, preceptúa
el Código de Procedimiento Civil, en su artículo 28:
“la competencia por la materia se determina por la naturaleza de la cuestión
que se discute, y por las disposiciones legales que la regulan”
Por otro lado, se hace necesario para este Órgano Jurisdiccional resaltar
que la competencia constituye un presupuesto de validez de la relación
jurídico procesal y la misma implica que entre el cúmulo de Jueces y
tribunales que se encuentren en un territorio Jurisdiccional, sólo es uno
dentro de ese conglomerado el que por ley tendrá atribuido Con preferencia
o exclusión de los demás, de determinada controversia.
En este sentido, la Sala Constitucional del Máximo Tribunal, en sentencia
Nº 144 de fecha 24 de marzo de 2000, expediente Nº 00-0056, (caso:
Universidad Pedagógica Experimental Libertador), estableció:
(…) Los jueces a quienes la ley ha facultado para juzgar a las personas en
los asuntos correspondientes a las actividades que legalmente pueden
conocer, son los jueces naturales, de quienes se supone conocimientos
particulares sobre las materias que juzgan, siendo esta característica, la de
la idoneidad del juez, la que exige el artículo 255 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (…).
Para evitar un caos, y ordenar la administración de justicia, hay reglas de
competencia que se consideran de orden público y son inderogables,
mientras que hay otras que no lo son. La competencia por la materia se
encuentra entre las primeras, mientras que las que determinan el territorio,
por ejemplo, están entre las segundas. El órgano que ejerce la jurisdicción,
en cuanto a la competencia por la materia, es por excelencia el juez natural
de las personas que tengan que ventilar litigios relativos a esas materias.
Como el ser juzgado por el juez natural es una garantía judicial, y un
elemento para que pueda existir el debido proceso, la abrogada
Constitución de 1961 en su artículo 69, así como la vigente en su artículo
49, consagran el derecho de las personas naturales o jurídicas de ser
juzgadas por dicho juez, quien además debe existir como órgano
jurisdiccional con anterioridad a los hechos litigiosos sin que pueda crearse
un órgano jurisdiccional para conocer únicamente dichos hechos después
de ocurridos. El citado artículo 49 de la vigente Constitución es claro al
respecto: En su numeral 4, reza:
Artículo 49: El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales
y administrativas y, en consecuencia:
(Omissis)
La Secretaria Accidental,
MARGLY ELIZABETH ACEVEDO ARTEAGA.
Exp. 12.616 / 28
Visto el escrito presentado por las abogadas MARIA AGRIPINA GONZÁLEZ y MAYOLA
GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, por medio del cual demandan por ESTIMACIÓN E INTIMACIÓN DE
HONORARIOS PROFESIONALES a la ciudadana ELIZABETH PIRELA CASTILLO, este Juzgador
considera oportuno establecer que el ejercicio del derecho constituye para el abogado
litigante un medio de vida que lo ayuda, si así lo decide, a obtener ingresos monetarios, es
decir, que la asistencia jurídica, la representación judicial o cualquier forma de ejercicio del
derecho, da potestad al abogado a percibir honorarios profesionales que pudieren devenir de
ello, a menos que expresamente haya pactado lo contrario.
Dicha concepción se encuentra avalada por sentencia No. 449, de fecha 27 de Marzo de 2001,
emanada de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, que estableció
textualmente: “Finalmente considera la Sala, que el ejercicio de la profesión de abogado tiene
un carácter eminentemente oneroso, salvo que las partes dispongan expresamente lo
contrario; es por ello que la Ley de Abogados les otorga expresamente, el derecho a percibir
honorarios profesionales causados por los trabajos judiciales o extrajudiciales…”
Por lo que, establecido el derecho que pudiere tener un abogado a percibir un pago por sus
servicios, resulta conveniente para esta Jurisdicente efectuar algunas puntualizaciones sobre el
cobro de honorarios profesionales y al efecto señala:
La Ley de Abogados en sus Artículos 22, 23, 24 y 25 y el Código de Procedimiento Civil en sus
artículos 167 y 648, establecen el derecho que tiene el abogado de percibir honorarios
profesionales por los trabajos que realice.
Igualmente, la misma Sala, mediante sentencia de fecha 27 de febrero de 2003, No. 0063, Exp.
01-0875, estableció el siguiente criterio:
“…dependiendo del tipo de trabajo que realizó el abogado se determinará el procedimiento a
seguir para exigir el pago de los honorarios que se pretendan por el ejercicio de la profesión.
Asi (sic), si el reclamo es por los servicios extrajudiciales, la controversia se deberá seguir por el
juicio breve y si es por cuestiones judiciales, el proceso a seguir será el de intimación.”
En este sentido, la Sala en sentencia N° 67 de fecha 5 de abril del 2001, caso Ada Bonnie
Fuenmayor Viana c/ Banco República C.A., Exp. Nº 00-081, dejó establecido lo siguiente:
“...En cuanto a la acción de cobro de honorarios profesionales, existen dos posibilidades: uno
cuando los mismos se hayan generado por actuaciones judiciales dentro de un proceso
contencioso y ante un órgano judicial, y; otra cuando los mismos sean el resultado del ejercicio
de la profesión ante cualquier otro ente cuya naturaleza jurídica difiera de la jurisdiccional. En
este sentido, la Ley de Abogados, en su artículo 22, ha permitido esta distinción al señalar ‘El
ejercicio de la profesión da derecho al abogado a percibir honorarios por los trabajos judiciales
y extrajudiciales que realice...’.
En este sentido, la Sala de Casación Social en sentencia No. 137 del día 12 de junio de 2001,
Exp, 00252, estableció lo siguiente:
Esta Sala en efecto, al examinar las actas procesales observa que el escrito introductorio de la
pretensión de estimación e intimación de honorarios profesionales contiene en su mayoría
actuaciones judiciales, las cuales por su naturaleza tienen un tratamiento distinto a la acción
incoada para el cobro de honorarios profesionales derivados de actuaciones extrajudiciales, y
se aprecia además que el modo como se intentó la acción es el contemplado para reclamar el
cobro de honorarios derivados de este tipo de actuaciones, a saber, como una incidencia en el
juicio en el que se causaron. Ahora bien, el artículo 22 de la Ley de Abogados, regula en forma
diferente el camino procesal y el acceso de los abogados a los órganos jurisdiccionales para
tramitar el cobro de los honorarios profesionales a que tienen derecho por sus diferentes
gestiones....(omissis)... Por otra parte, para exigir judicialmente el cobro de honorarios
profesionales por razón de actuaciones de abogado realizadas extra juicio, debe interponerse
demanda que cumpla con los requisitos del artículo 340 del Código de Procedimiento Civil, con
arreglo a lo que disponen las normas del juicio breve, establecidas en el artículo 881 del Código
de Procedimiento Civil. Los referidos procedimientos judiciales que establece la Ley, son
incompatibles entre sí, por lo que existe prohibición legal de acumular ambas pretensiones, de
conformidad con lo establecido en el artículo 78 del Código de Procedimiento Civil.
Así las cosas, siendo que los honorarios profesionales que fueron señalados en el escrito libelar
corresponden a actuaciones tanto judiciales como extrajudiciales, los cuales deben ser
reclamados mediante procedimientos distintos, en virtud de que en el caso de los honorarios
judiciales, su estimación e intimación debe sustanciarse a través del procedimiento especial
establecido en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, y en el caso de tratarse de
honorarios extrajudiciales, su reclamación debe sustanciarse mediante el juicio breve
establecido en los artículos 881 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, tal como lo
establece el mencionado artículo 22 de la Ley de Abogados, debe entonces, verificarse su
procedencia, a la luz de los artículos 78 y 341 del Código de Procedimiento Civil, que
establecen:
Artículo 78 “No podrán acumularse en el mismo libelo pretensiones que se excluyan
mutuamente o que sean contrarias entre sí; ni las que por razón de la materia no
correspondan al conocimiento del mismo Tribunal; ni aquellas cuyos procedimientos sean
incompatibles entre sí.
Sin embargo, podrán acumularse en un mismo libelo dos o más pretensiones incompatibles
para que sean resueltas una como subsidiaria de otra siempre que sus respectivos
procedimientos no sean incompatibles entre sí.”
Así las cosas, establecida como ha sido la diferencia entre los procedimientos a sustanciarse en
caso de reclamarse honorarios profesionales judiciales o extrajudiciales, y por cuanto de la
lectura del libelo de la demanda se desprende que las actuaciones allí reclamadas, versan,
algunas sobre actuaciones judiciales en el juicio principal contenido en el expediente 12.616 de
la nomenclatura interna, que consiste en una demanda de Partición de Herencia, y otras sobre
actuaciones extrajudiciales realizadas por la parte accionante ante otros entes distintos,
traduce esto una acumulación prohibida de causas, que a su vez, encuadra con lo
presupuestos de inadmisibilidad de la demanda, establecidos en el artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil, ya que se está contrariando una disposición expresa de la ley; por lo que
resulta congruente para este Tribunal, en acogimiento a los artículos 78 y 341 del Código de
Procedimiento Civil y 22 de la Ley de Abogados, declarar la inadmisibilidad de la presente
demanda, por evidenciarse una acumulación prohibida de pretensiones con procedimientos
disímiles e incompatibles entre sí que no son susceptibles de ser llevados o sustanciados en el
mismo juicio, todo lo cual trae como consecuencia que debe declararse Inadmisible en
derecho la presente causa, lo cual quedará establecido en la parte dispositiva del presente
fallo. ASI SE DECIDE.-
DECISIÓN
En consecuencia, en vista de los argumentos de hecho y de derecho antes expuestos, este
Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Transito de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia, declara INADMISIBLE la presente demanda que por ESTIMACIÓN E
INTIMACIÓN DE HONORARIOS PROFESIONALES, incoaren las Abogadas MARIA AGRIPINA
GONZÁLEZ y MAYOLA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, contra la ciudadana ELIZABETH PIRELA
CASTILLO, antes identificadas. ASI SE DECIDE.-
No hay condenatoria en costas.-
Déjese por secretaría copia certificada del presente fallo.
REGÍSTRESE y PUBLÍQUESE
Dada, firmada y sellada en la sala del Despacho del Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, a los ocho (08) días
del mes de marzo de 2.012. Años 201º de la Independencia y 153º de la Federación.
EL JUEZ
En la misma fecha, siendo las diez de la mañana (10:00am) se dictó y publicó el fallo que
antecede, quedando anotado bajo el No.______.-
La Secretaria
CEMC/MRAF/28
Exp. 12.616