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Una mirada a la formación y prestigio social del docente

UNA MIRADA A LA FORMACIÓN Y PRESTIGIO


SOCIAL DEL DOCENTE

Judith Bracamonte

RESUMEN

La formación docente es la capacitación para ejercer la docencia en


los diferentes niveles del sistema educativo y garantizar la formación
de personas en las diferentes etapas de la vida. Sin embargo, el
docente a pesar de ser importante dentro del sistema educativo por
la variedad de roles que desempeña, su trabajo no aparece como
un trabajo de prestigio social, el estatus profesional está siendo
afectado debido a las transformaciones tecnológicas, políticas,
económica y sociales, las cuales inciden en la imagen que tienen
de ellos y en las funciones que cumplen dentro de la sociedad. Este
artículo hace referencia al docente, sus cualidades, componentes,
los modelos utilizados en la formación y prestigio social.

Palabras clave: formación, docente, prestigio.

Recibido: 28/09/2013 Aprobado: 07/04/2014

ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 8 Nº 14. Enero-Junio 2014 / 337-349 337
Judith Bracamonte

A LOOK TO THE TRAINING AND SOCIAL PRESTIGE OF


THE TEACHER

Abstract

Teacher training is the capability to teach at different levels of


education system and to ensure training to people at different stages
of life. Nevertheless, the work of teacher, despite being important
in the educational system for the variety of roles he plays, is not
considered as of social prestige. Professional status is being affected
due to technological, political, economic, and social transformations,
which affect the image the teacher has and the roles they fulfill
in society. The present article refers to the teacher, his qualities,
components, models used in training, and social prestige.

Keywords: education, teaching, prestige.

Introducción

La labor del docente es de gran responsabilidad y transcendencia


pero, por estar tan vinculada a lo cotidiano, no parece ser tan especial
o tan profesional; sin embargo, existe un quehacer científico que
respalda ese trabajo pedagógico y cada vez se incrementa el arsenal
de teorías, métodos y tecnologías al servicio de la educación y es
necesario un profesional más competente y calificado. Siempre se ha
planteado la importancia del conocimiento y dominio del contenido
de la asignatura que el docente va a enseñar; una buena preparación
garantiza el desenvolvimiento en el aula y la capacidad de orientar
a los estudiantes a vencer las dificultades que suelen presentarse y
afectar el rendimiento académico e interferir en la realización de
planes y metas.

Sin embargo, en sociedades tan complejas y con personas tan


diferentes; ya no es suficiente la transmisión de conceptos, es
necesario desarrollar habilidades, destrezas; por lo tanto, el docente
debe estar en un constante proceso de actualización; para responder
a las nuevas exigencias y ser multiplicadores de conocimientos a los
futuros profesionales que se van a desempeñar en las distintas áreas
del saber, porque las actividades de las instituciones educativas

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cambian con el transcurrir de los años, de acuerdo a las ideas,


modelos y maneras predominantes en la sociedad. Este artículo hace
referencia al docente, las cualidades, los componentes y modelos
utilizados en la formación y prestigio social.

Definición de formación docente

La formación docente es un proceso de aprendizaje que se realiza


en varias fases de la vida, que combina el rol del docente con otras
funciones. Puede definirse como la preparación que una persona
recibe durante el transcurso de la carrera para ejercer la docencia.
Para Sanjurjo (2002) la formación docente “es el proceso a través
del cual se produce una apropiación del conocimiento científico y
tecnológico de una disciplina específica, la reelaboración de una
cultura del trabajo docente y el dominio de ciertas competencias
específicas” (p. 39). En otras palabras, es la capacitación de personas
en conocimientos generales y específicos, que relacionados con la
experiencia de la vida, ayuda a adueñarse de las teorías, creencias,
valores para la construcción de un conocimiento personal y enmarcar
el rumbo profesional.

En Venezuela, el sistema educativo está estructurado por


subsistemas, que tienen como propósito garantizar la formación
de las personas durante las diferentes etapas de sus vidas, los
cuales se mencionan a continuación: el Subsistema de Educación
Básica conformando por el nivel de Educación Inicial (maternal y
preescolar), el nivel de Educación Primaria, el nivel de Educación
Media General (liceo bolivariano y escuelas técnicas) y el subsistema
de Educación Universitaria. Los encargados de trabajar en los
diferentes subsistemas y contribuir la formación de las personas son
los docentes o profesores, quienes son definidos por Blat y Marín
(1980) como “los que se dedican profesionalmente a educar a otros,
quienes ayudan a los demás para que desplieguen al máximo sus
potencialidades y participen activamente en la vida social” (p. 32).
En este sentido, el docente debe considerar los cambios científicos,
tecnológicos, sociales y reflexionar constantemente sobre su
actuación dentro del ámbito educativo, porque el docente es el
encargado de llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje, por
lo tanto, es necesario que posea ciertas características y cualidades
que faciliten su relación e integración en el desarrollo individual,
social y moral de los estudiantes.

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Al respecto, Sperb (1973) hace referencia a las cualidades que debe


poseer un docente:

- Al docente no le basta observar a las personas en su


vida cotidiana, procura conocerlas en sus tendencias
y capacidades, en sus relaciones, motivos y acción. En
especial comprende las dificultades y conflictos de
presiones académicas que pueden tener.

- Interés por los estudiantes: capacidad de estimular guiar


y orientar a los estudiantes para que piensen y reconozcan
los intereses y necesidades individuales.

- Preparación: posee conocimiento de las asignaturas o


área de especialización y una formación general que le
permite desenvolverse en el aula de clases.

- Capacidad de expresión: oral, gestual y escrita.

- Sabe crear ambientes que reflejen una filosofía de persona


feliz, comunicativa, líder, optimista, desenvuelto y
siempre dispuesto a servir a todos.

La labor del docente, es una práctica educativa y a la vez una


práctica social, porque las personas aprenden normas, valores,
roles para integrarse y participar en un determinado contexto,
tal como lo expresa Setúbal (1996) el docente tiene que ser capaz
de incorporarse a la sociedad, interactuar con las personas y las
diferentes instituciones que la conforman, para poder convertir la
escuela en el primer espacio público del niño creándole posibilidades
de percibir, vivir y actuar interactuando con múltiples relaciones
dentro de la sociedad.

Por lo tanto, le corresponde a los docentes y al sistema educativo,


contribuir a la formación de las personas y cooperar con el
sistema económico de dos maneras: formar para el mundo
laboral, proporcionando los conocimientos básicos que ayuden
a desenvolverse en el complejo sistema productivo y colaborar en
el avance de la ciencia a través de aportes científicos promoviendo
el desarrollo de la sociedad, siendo el subsistema de educación
universitaria, a quien le corresponde girar en torno a los avances

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científicos y tecnológicos, buscando nuevas maneras y guiar el


proceso de formación del recurso humano acorde con las necesidades
a nivel local, regional, nacional e internacional, garantizando a los
estudiantes de las diferentes carreras una formación ideal acorde
con las demandas vigentes, de tal forma que el país tenga un recurso
humano preparado, con dominio de conocimientos, habilidades y
destrezas para un desempeño exitoso en el mercado laboral.

Así como lo establece la Conferencia Mundial sobre la Educación


Superior en el s. XXI Visión y Acción (1998) en el artículo 7 con
relación a reforzar la cooperación con el mundo del trabajo y el
análisis y la previsión de las necesidades de la sociedad:

En un contexto económico caracterizado por los cambios


y la aparición de nuevos modelos de producción basados en
el saber y sus aplicaciones, así como en el tratamiento de la
información, deberían reforzarse y renovarse los vínculos
entre la enseñanza superior, el mundo del trabajo y otros
sectores de la sociedad (p. 7).

Es por ello, que a las instituciones de educación universitaria


le corresponde formar profesionales de la docencia preparados,
comprometidos con la realidad de la enseñanza, aportándoles los
saberes conceptuales, procedimentales, actitudinales de acuerdo
a los constantes avances científicos, tecnológicos, sociales y los
cambios en las actividades económicas.

Componentes en la formación docente

El docente actual tiene que buscar la manera de comprender el


avance de la ciencia moderna, los cambios del orden social y tener
conocimiento del desarrollo psicológico de los estudiantes. Según
Izquierdo (2002) la formación docente debe organizarse en función
a tres componentes: el científico, el psicopedagógico y cultural.

El componente científico: ayuda al docente a adquirir conocimientos,


crear estrategias para la formación de los estudiantes. Por esta
razón el docente tiene que estar actualizado en relación a los nuevos
conocimientos a través de la formación permanente ya sea mediante
talleres, diplomados o postgrados.

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El componente psicopedagógico: los docentes reciben información


que abarca el contenido social y el contenido relacionado con el
ámbito educativo. En relación al contenido social, el docente analiza
los elementos sociológicos de la educación y conoce la afinidad
entre las instituciones educativas, la situación política, económica,
social del momento. En cuanto a la metodología en la transmisión
de contenidos los docentes intercambian experiencias, analizan
los currículos oficiales, diseñan materiales didácticos y, resulta
conveniente el manejo de técnicas audiovisuales y la informática.

Componente cultural: es indispensable que el docente conozca el


medio cultural en el cual se desenvuelven los estudiantes, porque
este va cambiando constantemente y cada vez es más complejo. El
interés por la cultura y el perfeccionamiento docente están muy
relacionados, tienen que estar al día con los avances que se producen
en la sociedad. Este componente es necesario porque los estudiantes
en la actualidad manejan mucha información sobre la realidad local,
nacional e internacional a través de los medios de comunicación y
las nuevas tecnologías de información.

Es importante mencionar que el docente además de adquirir


conocimientos y habilidades para desenvolverse en el aula de clases,
tiene que desarrollar habilidades cognitivas e interpersonales,
adaptarse a diferentes contextos y reflexionar sobre su desempeño.
Como lo establece la Resolución 01 (1996) emanada del Ministerio
de Educación:

El trabajo del docente es considerado como una actividad


intelectual y no solo técnica, como un proceso de acción
y reflexión cooperativa, de indagación y experimentación
personal y grupal, en el que el educador es un “intelectual
autónomo y cooperativo” en proceso permanente de
desarrollo profesional que considera estrategias de enseñanza-
aprendizaje como hipótesis de acción, para analizarlas y
comprobar su eficacia, eficiencia y pertinencia, a fin de
actualizarlas o sustituirlas (p. 291).

Evidentemente, las instituciones de formación de docentes


estructuran estrategias que orienten y desarrollen el conjunto de
competencias personales y profesionales, acordes con las exigencias

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de la sociedad. Al mismo tiempo, es necesario hacer énfasis en la


reflexión sobre la acción pedagógica que conlleve al desarrollo
de un pensamiento crítico, constructivo y se generen soluciones
apropiadas dentro del ámbito educativo.

Uno de los métodos más utilizados para la enseñanza de los docentes


es el modelamiento, el cual va mas allá de la imitación, abarca la
demostración de acciones, valores, comportamientos que en un
principio son desempeñados por el profesor, y luego, el estudiante
los aplica en las prácticas docentes o cuando ingresan a trabajar en
contextos educativos. Al respecto, Alfaro (2003) hace referencia a
los modelos de enseñanza utilizados en la formación de docentes:
el modelo tradicional o academicista, el modelo técnico y el modelo
práctico reflexivo.

En el modelo tradicional o academicista: el docente es el encargado


de transmitir la herencia cultural cual es considerada indispensable
para el proceso de socialización de las personas de generación en
generación. El docente representa la autoridad, es el poseedor del
conocimiento, expone los contenidos en forma ordenada y clara,
mientras que los estudiantes aprenden la información.

En el modelo técnico: el docente utiliza las aplicaciones del


conocimiento científico generadas por otros y las considera como
normas para su desempeño. En este modelo la actividad del docente
está destinada a la solución de problemas a través de la aplicación
de las tecnologías educativas, evitando de esta manera que los
sentimientos, emociones y sus subjetividades interfieran en su labor.

En el modelo práctico reflexivo: la acción educativa es considerada


como un proceso reflexivo y el diálogo es necesario en la toma de
decisiones, la formación docente se fundamenta en la práctica,
porque el docente cuando se encuentra en el contexto educativo,
afronta situaciones complejas, que a veces no se solucionan con la
aplicación de una teoría o a través de una serie de pasos establecidos
previamente; en ese momento, el docente requiere de su habilidad
intelectual, tomar decisiones y encarar situaciones desconocidas.

Sin embargo, hay autores que opinan lo contrario entre ellos García
(1995) quien señala que la docencia no reúne las condiciones para
ser considerada una profesión, porque el lapso de formación es

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muy corto, no disponen de conocimientos que los justifiquen y


orienten, falta una cultura común que se pueda transmitir a los
futuros docentes, escaso prestigio social y las personas que estudian
educación son los que tienen el promedio más bajo y porque no
tuvieron otra opción en el subsistema de educación universitaria.

Ante este planteamiento es necesario mencionar que hay diversidad


entre las personas que cursan estudios en las escuelas de educación:
edades comprendidas entre diecisiete y cincuenta años, muchos
ingresan al culminar los estudios en el nivel de educación media,
otros deciden estudiar la carrera después de haber ejercido durante
años la docencia en los diferentes niveles de los subsistemas
educativos, otros estudian educación después de culminar estudios
universitarios en otras carreras.

En cuanto a la capacitación formal es necesario mencionar que


los egresados de las instituciones de educación universitaria, que
forman docentes, adquieren conocimientos científicos, tecnológicos,
comportamientos y habilidades que al finalizar la carrera, lo ubica
dentro del perfil del profesional de la educación, para Páez (1999)
el perfil es un “conjunto de actitudes, conocimientos, destrezas y
habilidades, característicos de un profesional” (p. 273). Dentro del
perfil se encuentran las competencias las cuales son definidas por
Cárdenas (2005) como “el dominio de procesos o métodos para
aprender de la práctica, la experiencia y la intersubjetividad (p.
30). Se puede decir que las competencias capacitan a una persona
para desenvolverse exitosamente en su área de especialización de
acuerdo a las características, exigencias y necesidades del entorno.

Las competencias se dividen en competencias básicas y específicas.


Las competencias específicas son definidas por Braslavky (1998) como
“aquellas que permiten al docente resolver problemas (pedagógicos-
didácticos) y enfrentar desafíos coyunturales (políticos-
institucionales) y estructurales (productivos-interactivos), entre
otras” (p. 88). En este sentido, se puede afirmar que las competencias
específicas son actitudes propias de una rama específica del saber u
oficio y las competencias básicas son aptitudes que todo profesional
debe poseer independientemente de su especialidad.

A manera de ejemplo, se menciona el caso de la Facultad de


Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo un ejemplo

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de competencias especificas son enseñadas en las menciones


(Matemática, Física, Química, Biología, Informática, Orientación,
Educación Integral, Idiomas Modernos, Educación para el Trabajo,
Lengua y Literatura, Educación Física Deportes y Recreación,
Ciencias Sociales, Artes Plástica, Música), ya que los docentes
egresados de estas menciones poseen competencias específicas
relacionadas con el área de conocimiento y aunque son menciones
diferentes los egresados poseen ciertas competencias en común
como: creatividad, comunicación, liderazgo, capacidad para
adaptarse al cambio y habilidad para resolver problema, es por esta
razón que el programa de estudios está dividido en asignaturas
básicas y de la especialidad.

Entre las asignaturas básicas que cursan los estudiantes están:


las teorías filosóficas que invitan a pensar y reflexionar e inferir
acerca del por qué de las cosas, ya que uno de los propósitos
del sistema educativo y por lo tanto, del docente es ayudar al
estudiante a formar parte de la sociedad, comprendiéndola y
adaptándose a ella de una forma natural, con una visión concreta
de la vida, sus valores y significados. También, estudian las Teorías
Sociológicas, por ser la educación un proceso social que gira en
torno a los avances y necesidades del contexto en el cual se pone
en práctica. Además la finalidad del proceso educativo es contribuir
al progreso, formando personas capaces de tomar decisiones,
resolver problemas y comprometidos con el contexto; el docente
es el encargado de propiciar, en el escenario del aula, disertaciones
que coadyuven a definir su posición en el contexto histórico social
en el cual se desenvuelven; por lo tanto, al docente le corresponde
efectuar aproximaciones de los hechos, clasificarlos, situarlos en
una perspectiva histórica y extraer su significación.

Así mismo, los estudiantes de educación cursan asignaturas


relacionadas con la psicología con la finalidad de conocer las
diferentes formas de aprendizaje y comportamientos de las
personas según las diferentes teorías psicológicas, ya que en el
momento de enseñar se promueven aprendizajes en estudiantes,
con características y necesidades diferentes y es necesario tener
conocimiento pleno de cómo y por qué se lleva a cabo el proceso
educativo, esto es muy importante porque ahora se ha agregado al
docente el componente afectivo, debido al deterioro del rol de la
familia, la diferencia de valores, el cual se ejerce considerando las

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características de los estudiantes para contribuir en su formación


personal, social, emocional y profesional.

Por otro lado, los estudiantes de educación, y futuros docentes,


realizan varias Prácticas Profesionales las cuales constituyen
un ejercicio guiado y supervisado, allí ponen en práctica
los conocimientos adquiridos durante el proceso formativo
desarrollado a lo largo de su carrera. En las prácticas profesionales
los estudiantes reconocen los límites de la teoría y acceden a los
requerimientos de la realidad.

Prestigio social del docente

Durante el siglo XX ser docente o profesor, era realmente un


privilegio, porque formaba parte de un grupo con posibilidades
de autorrealización y era respetado dentro de la sociedad. En los
últimos años, los constantes cambios en el ámbito social, económico,
político y cultural han influido de manera directa e indirecta en el
desempeño del docente, ya que este cumple una función social y
le corresponde adaptarse y responder a las exigencias del contexto
socio histórico en el cual se desenvuelve. El prestigio social del
docente ha cambiado en los últimos años debido a la masificación
de la profesión, la ambigüedad del rol, las condiciones laborales y
económicas, tal como lo señala García (1998):

Las razones para el limitado éxito de la profesión docente en


el juego de la vida son más que obvios se sitúa un circulo de
bajo estatus, ausencia de recursos competitivos, incapacidad
de controlar su propia selección, formación y cualificación
desde una organización dividida, así como un grado de
interferencia y control del estado, todo lo cual propicia un
escaso poder de reivindicación, baja remuneración y bajo
estatus social (p. 37).

Se puede decir, que el trabajo del docente o profesor no aparece


como un trabajo de prestigio social, a pesar de su importancia
dentro del sistema educativo. Cada día son más las funciones del
docente, porque ahora tiene menos colaboración por el deterioro del
rol de la familia, debido a esto hay más estudiantes con problemas
de comportamiento, además con la influencia de la televisión y las

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nuevas tecnologías, el docente se ve obligado a desempeñar nuevos


roles para afrontar situaciones de la vida cotidiana.

En la actualidad, consideran que el docente dejó de ser un modelo


a seguir, para convertirse en un trabajador social cambiando
su estatus, lo cual condujo a la pérdida del prestigio social. Son
muchas las críticas que hacen a los docentes, las cuales están
relacionadas con: las condiciones laborales y los salarios bajos.
El docente ejerce su labor en instituciones educativas que por lo
general están ubicadas lejos de sus hogares y presentan problemas
de espacios, humedad e iluminación; trabajan con numerosos
grupos de estudiantes, con diferentes personalidades, intereses,
comportamientos, rendimiento académico, carecen de apoyo
social; aunado a esto no cuentan con los materiales didácticos
necesarios para desarrollar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
En general, los docentes tienen un salario bajo establecido por el
Estado y esta situación los obliga a trabajar en varios sitios para
obtener un mejor ingreso.

En conclusión: la formación docente es el proceso a través del cual


se relacionan los conocimientos científicos, con la experiencia de la
vida cotidiana y el docente se va adueñando de las creencias, teorías,
valores para construir un conocimiento personal y enmarcar el
rumbo profesional. Además, es importante señalar que la presencia
del docente es esencial para promover el proceso de enseñanza y
aprendizaje en los diferentes niveles de los subsistemas educativos,
al respecto Hargreaves (1998) dice:

…los docentes no solo enseñan como lo hacen gracias a las


técnicas que hayan podido o no aprender. Su forma de enseñar
se basa también en su biografía. Sus carreras, sus esperanzas,
sus sueños, sus oportunidades y aspiraciones o frustración de
las mismas” (p. 20).

Porque a pesar de los novedosos recursos educativos y diferentes


avances tecnológicos, el docente es quien se encarga de dar vida al
contenido, explicando, parafraseando, analizando e interpretando
cada uno de los contenidos de las asignaturas a través del uso de
diferentes estrategias, creando expectativas y experiencias útiles en
los estudiantes.

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Referencias

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FEDUPEL.

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Venezuela: Impresos Rápidos, C.A.

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de educación Básica. Revista de educación (pp. 241-276).

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Superior hacia y el nuevo milenio. Revista de ciencias de la
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Sanjurjo, L. (2002). La formación práctica de los docentes. Reflexión y


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Setúbal, M. (1996). Demandas que surgen de la autonomía y


descentralización: Ponencia presentada en Seminario Regional:
Formas de Aprender y Nuevas formas de Enseñar, Santiago,
Chile.

Sperb, D. (1973). El currículo su organización y planeación de aprendizaje.


Buenos Aires: Ed. Kapeluz.

Judith Bracamonte: Licenciada en Educación


mención Educación Comercial. Magíster en Desarrollo
Curricular y estudiante del Doctorado en Educación
de la U.C. Profesora Ordinaria en la FaCE-UC.
jbracamontep@gmail.com

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