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Universidad Nacional de Cajamarca

NEURO-CONECTIVIDAD Y
APRENDIZAJE
ACADÉMICO

MARCIAL ABANTO FLORIDA


Docente principal UNC
Filosofía
Epistemología
Psicología

Cajamarca
Noviembre
2020
Marcial Abanto Florida

NEURO-CONECTIVIDAD Y APRENDIZAJE ACADÉMICO


“…Muy grave error generalizado en nuestros
académicos: el aprendizaje no es la simple
incorporación psico–mecánica y acumulativa
de información. Tal proceso carece de sentido
y validez. Es muchísimo más hondo y
complejo de lo que solemos creer. No es lo
que predican los neoconductistas de hoy.
Trasciende inmensamente a toda
‘competencia’. Su espacio es actitudinal–
neuronal–glandular–cuántico. No es posible
medirlo. Solo valorarlo y maravillarnos ante
él…”
(M. Abanto. Conferencia en UNT. EPG. Oct. 2019)

1. TERMINUS A QUO. Para empezar


Esta virusemia global nos ha traído enormes incertidumbres y
descomunal dolor. Pero también nos está legando señales para el
repensar y la reflexión y así entender mejor el mundo y nuestros
problemas raigales. Y des–aprender al máximo, eliminando las
costras habituales. Y re–aprender nuevas sinfonías que posibiliten
una existencia ojalá más racional.
Sobre tal perspectiva pretende instalarse nuestro artículo.
Intenta esclarecer ideas y conceptos para la comprensión del
APRENDIZAJE ACADÉMICO a partir de los actuales aportes
neurocientíficos que he estudiado e investigado desde hace ya
mucho tiempo, sin prescindir de mi formación en el psicoanálisis.
Mi tesis es que los docentes no podemos hablar de ‘aprendizaje
académico’ (en torno al cual justificamos nuestro quehacer habitual)
sin antes entender qué es lo que está ocurriendo (o qué debiera
ocurrir) en el organismo del ‘aprendizante’ en el momento en que está
aprendiendo; o si en verdad las lecciones o clases que impartimos
ayudan para que nuestros alumnos aprendan. ¿O acaso sirven
demasiado poco? ¿O, sencillamente, no se produce el aprendizaje
esperado? En esa talidad reside el ‘quid’ de la cuestión.
Un tópico medular es la cuestión de la ‘neuroconectividad’ en el
aprendizaje académico (o pedagógico) y sus correlatos, ya sea bio-
químicos (glandulares), bio–eléctricos o bio–cuánticos. Así, resulta
que los aprendizajes de cualquier índole, incluido el académico, es
principalmente neuroconectividad; y ello es lo que hay que saber y
conocer siquiera de modo elemental. Lo que sigue es el resultado de
mis indagaciones e investigaciones de los recientes meses, gracias
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Marcial Abanto Florida

a los aportes de brillantes neurocientíficos como, entre otros, S. R. y


Cajal, F. Crick, L. Galvani, O. Loewi, F. Thomson, D. Hubel, S. Seung,
M. Nicolelis, S. Pinker, S. Rose. Y por mi interés en conocer algo de
los entretelones de lo que viene develándose (2000-2020) en la
exclusiva y críptica de la Blue Brain Project y la Human Connectome
Project. Interés mío en clave epistemológica (no factual ni
experimental).
Al respecto, no podría desplegarme en el análisis sin antes
referirme previamente a algunas categorías conceptuales básicas,
como, de modo breve, las siguientes:

CONECTIVIDAD. En la teoría de sistemas (sobre todo los


sistemas abiertos de los organismos vivos) se considera que nada es
aislado; todo está vinculado, conectado en ‘complex’ como lo
sostienen Prigogine, Von Foester, H. Atlan, L. Bertalanffy, F. Capra,
E. Morin (no el ingenierismo sistemista). En las estructuras o
sistemas todo está conectado e interconectado. No existen mónadas
sino articulaciones comunitarias. Sí que a nivel neuronal (la neurona
es también un sistema), “muy complejas asambleas conectómicas”,
como acertadamente lo sostienen los afamados Nobel
neurocientíficos T. Wiesel y D. Hubel. Hay dos grandes clases de
conectividad: (1) la externa o exógena y (2) la interna o endógena.
En el ámbito externo–social los políticos, comunicadores y
tecnócratas solo se refieren a lo primero. De lo segundo casi nadie
se ocupa. Menos de la neuroconectividad, que es esencialmente
interna, crucial y decisiva. Y en su correlato con lo académico ni
siquiera los psicopedagogos, dadas sus carencias neurocientíficas.
En Perú hay solo algunas excepciones (aclaro: dentro de las que no
estoy; obviamente. Solo me desenvuelvo en epistemología de las
neurociencias).

NEUROCONECTIVIDAD. Conectividad interna que se actualiza


dentro del sistema neuronal como totalidad o estructura (central,
autónomo, simpático, parasimpático, periférico) a través de las
numerosísimas fluencias sinápticas, bioquímicas
(neurotransmisores), bioeléctricas y cuánticas. La neuroconectividad
es el pilar fundamental de los aprendizajes en los vertebrados y
muchos no vertebrados diminutos (como el caenorhabditis elegans).
Hay que acotar que los hongos, las bacterias y virus también
aprenden; donde hay vida, existe aprendizaje. La neuroconectividad
en el individuo humano es, sine qua non, esencialísima; sin ella no
es posible aprendizaje alguno que posibilite el ser y el existir.

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APRENDIZAJE ACADÉMICO. Producto de la


neuroconectividad. Asimilación de experiencias significativas a nivel
neuronal, bioglandular, bioeléctrico o cuántico del organismo
humano. Tal asimilación se funda indispensablemente en la memoria
neuronal de índole genética o epigenética, como en la previsión
académica de corto plazo (psicopedagogía didáctica). Todo
aprendizaje académico, para ser tal deberá suscitar en el
aprendizante la actitud indagatoria (investigativa), observacional,
analítica, reflexiva y crítica. El aprendizaje académico posee un
amplio espectro taxonómico, cuyos ámbitos fundamentales son: lo
kinestésico–motórico, lo cognitivo, lo cognoscitivo, lo metacognitivo;
también los aprendizajes informacionales, afectivos, volitivos,
actitudinales, éticos, estéticos, espirituales, entre muchos otros. Y
algo de suma importancia, sobre todo para los docentes: (1) no
confundir aprendizaje académico con manifestación del aprendizaje
académico que suele ser externo, al que el neoconductismo
ideologiza llamándole ‘competencia’. Tal externalización no es lo más
importante; (2) En el individuo humano, lo fundamental y esencial de
los aprendizajes va al inconsciente (en más del 85%, según los
neurocientíficos). Habría un 15% que pasa a ser consciente por
ciertos momentos. Los que fluyen en el inconsciente se hallan
latentes entre el hipotálamo y el cerebelo; probablemente nunca se
manifiesten, pero deciden el rumbo existencial, muchas veces
dramático, del individuo, frente al que el psicoanálisis ha efectuado
innegables aportes. Los exámenes o pruebas de evaluación que
usamos los docentes pretenden ‘capturar’ equívocamente la
manifestación de los aprendizajes. En alta proporción, tampoco ello
es posible dada su complejidad.

VIRTUAL. Este término posee varias acepciones. Las más


importantes son: (1) lo que se encuentra latente y tiene la ‘virtud’ de
manifestarse o no; es el sentido más lato del término; (2) cuanto
sucede o creemos que sucede por el ordenador, las imágenes y
sonidos generados por él, cuyo soporte es el software incorporado;
una maravilla tecnológica que no pocas veces va más allá del
entendimiento común. Hoy es frecuente hablar de realidades e
inteligencias virtual-digitales; (3) El micro–mundo es virtual; es el
reino del quantum, en física cuántica (física de partículas
elementales) todo es virtual y paradójico. Los conceptos de materia,
espacio, tiempo, causalidad, linealidad (newtoniano–cartesiano,
todos) casi que ya no son operantes (no sirven) para entender y
conocer el mundo y la vida. Es el micro–universo–multiverso de la
incertidumbre (Heisenberg), la paradoja y la energía pura. Es el

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complejísimo ámbito de las infinitas potencialidades; es decir, de lo


virtual. Lo virtual en su acepción 2 devino en posible por la virtualidad
precisada en esta acepción 3. Las imágenes y el sonido producidos
por el ordenador tienen origen y fundamento cuántico. De igual modo
la luz, la electricidad. Nuestras neuronas y conectomas se
estructuran y funcionan debido a leyes cuánticas. Es más, todo tipo
de aprendizaje posee mecanismos y fundamentos cuánticos,
incluidos los aprendizajes académicos. Por ello es que desde hace
un cuarto de siglo viene desarrollándose la nueva disciplina científica
denominada NEURO–PSICODÁCTICA CUÁNTICA, en buena parte
gracias a los trabajos pioneros de Maturana y Varela; o, desde el año
2012, la NEURO–CONECTÓMICA–CUÁNTICA, dos de las
muchísimas neurociencias que debieran interesarnos para mejorar
nuestro rol docente. En fin, así vamos indagando y aprendiendo.
Leyendo, estudiando e investigando contrastivamente y con juicio
epistémico, siempre.

2. PUNTUALIZACIONES PARA ALGÚN ANÁLISIS


Así vamos en muchas de nuestras universidades, incluidas las
licenciadas:
(1) “En realidad sabemos bien qué
significa una educación con
calidad; pero los docentes (y otros)
hacemos todo lo posible para no
impartirla… El costo humano y
productivo de dilapidar las mentes
de millones de niños y jóvenes
promisorios es monumental, y
desafía la imaginación”.
(WAISSBLUTH, M. Aprendizajes
para el Siglo XXI. FCE, Chile 2020).
(2) “Los exámenes son la cúspide de la
pirámide burocrática. Sin embargo,
un ministro de Educación de
Singapur declaró en 2005 que los
‘niños y jóvenes debieran ser
educados para el test de la vida, no
para una vida de test’. Su
advertencia fue premonitoria”.
(Id. Supra).

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Marcial Abanto Florida

(3) “Debieras saber que la


neuroconectividad es la esencia y
el pilar fundamental de los
aprendizajes en la cadena animal y
humana. Sin conocer tal condición
es casi imposible siquiera intuirlos;
menos conocerlos de verdad”.
(DEBONO, E. Cómo Enseñar a
Pensar más Allá de la
Competencia. Muralia, México,
2010).

Uno de los imperativos categóricos mayores que los académicos


debiéramos ejercitar es aprender a escuchar, a reflexionar, a pensar
con independencia y criterio analítico; a tomar decisiones maduras y
serias, previo el conocer y el discernimiento, sin prisas angustiosas y
pragmatismos pedestres que son por completo la antítesis de lo que,
en esencia, es la universidad. Y en el marco de tal imperativo,
generar interrogantes como: ¿conozco realmente la índole de los
aprendizajes académicos?; ¿Cuanto vengo haciendo como
suscitador de aprendizajes tiene sentido y validez, en lo que atañe a
los fundamentos científicos y epistémicos? ¿Acaso no me hace falta
algo de información sobre neuroconectómica para entender mejor los
aprendizajes? ¿La actual ‘conectividad’ digital–virtual en Perú es
compatible con la neuroconectividad pertinente para los aprendizajes
académicos? ¿Qué es eso de curriculum por competencias y de
syllabus por competencias, fomentado en América Latina (y Perú) por
la ideología imperial tobónica (pragmatismo neoconductista) sin
antes informarnos sobre neuroconectómica de los aprendizajes,
donde las ‘competencias’ constituyen apenas la epidermis de ciertos
tipos de aprendizajes, teniendo en cuenta que la mayoría de estos,
quizás los más importantes y decisivos, son no manifiestos? (al
respecto, véase Peñaloza, W. Los Propósitos de la Educación; el
único libro que se ha publicado en Perú, dedicado con exclusividad y
en serio al análisis sobre ‘competencias’ de aprendizaje. Sí. Pero,
léalo y piénselo). O la pregunta deóntica: ¿Qué es lo que tengo que
hacer desde hoy mismo para conocer mejor los procesos del
aprendizaje académico, sus problemas y su neuroconectividad si
acaso me interesa de verdad la educación con calidad e impartirla
con decencia, atentos a la objeción waissblutheana, que tampoco es
novedosa? Los apuntes que siguen pretenden, al respecto, inducir
rumbos racionales, luego de algunos momentos de reflexión. Quizás
el análisis sea ya a posteriori. Lo que viene a continuación, entonces,

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solo es un breve esbozo puntual. No espero respuestas. Hacen más


falta reflexiones y nuevas interrogantes.

TESIS BÁSICAS
▪ Sin duda. La conectividad externa es de suma importancia,
indispensable e inevitable (infraestructura, equipamiento, internet,
redes, plataformas, ordenadores, técnicos operadores, etc.). Sobre
todo, pensando en sus usos nobles, constructivos; en nuestro caso,
para la mejora de los aprendizajes; para la calidad educativa real y
no ficticia. ¡Ah! Pero a condición de, previo conocimiento, dar
atención, igualmente prioritaria, a la fuente y origen de los
aprendizajes académicos: la conectividad interna
(neuroconectividad; conectómicas neuronales para los
aprendizajes);

▪ La talidad de los aprendizajes en el ser humano es que gran


parte de ellos no se hace evidente. Permanecen ocultos,
inconscientes en su hábitat neuronal–molecular–cuántico,
decidiendo “clandestinamente” el rumbo existencial de la persona.
Solo se manifiesta un leve segmento de ellos. Es también
exactamente lo que acontece con los aprendizajes académicos:
ocultos, tal vez los más importantes; ‘clandestinos y conspirantes’;
demasiado lábiles e inasibles, cuya captura por las pruebas o
exámenes es casi imposible o, por lo menos, dudoso. Ante lo que,
entonces, el ‘quid’ del asunto es que nos resistimos a darnos cuenta
de que la acción docente se halla en cuestión, desde los albores de
la pedagogía en Occidente. Aquí hay un iatus que, antropológica e
históricamente, viene funcionando como tabú. Y esto, considero que
es grave.

▪ Las ideas pioneras sobre vida académica y neuroconectividad


ya las encontramos en los eminentísimos médicos docentes Santiago
Ramón y Cajal (1852–1934) y Gregorio Marañón (1887–1960);
ambos, científicos de gran reputación. Españoles. Pero ha sido R. y
Cajal quien alcanzó cimeros logros en las neurociencias de entonces,
hasta que recibió el Nobel en histología del sistema nervioso. Y
recuerdo con nostalgia que ya en el segundo año de mi secundaria
había leído con sumo deleite su muy notable libro El Cerebro en las
Charlas de Café, el que se hallaba atesorado en nuestra biblioteca
de familia, que mi ilustrado padre ya había leído. Tan importante
experiencia me marcó por siempre. Sí pues, cómo no sentirse
maravillado ante la hondura fenomenal de sus tesis, expresadas con

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sencillez tras largos años de investigación en histología cerebral,


confirmadas cincuenta años después por el neurocientífico E. Kandel
y por la muy reciente disciplina ‘epigenética neuroconectiva’ (B.
Lipton y otros, desde el año 2005 adelante). Y, pues, estas tesis las
encontramos en el libro del maestro Cajal ya mencionado:
(1) “Las células nerviosas son como las mariposas. La veloz
vibración ondular de su vuelo es la metáfora apropiada para
entender el aleteo indescriptible del contacto sináptico”. Cajal
había descubierto en su elemental laboratorio de histología
cerebral la estructura y la compleja fisiología de la célula
nerviosa, incluido el misterioso contacto sináptico. Recibió el
Nobel.
(2) “Todo hombre, si se lo propone, puede ser escultor de su
propio cerebro. El secreto: conocer las conexiones y las
reconexiones dentro de la estructura cerebral, para luego
desplegar actos volitivos”. Cajal se estaba refiriendo a gestas
de epigenética ejercidas sobre lo neuronalconectivo
(experiencias externas, aprendizajes, educación), modificando
las estructuras neurosinápticas, incluso al ADN mismo como lo
vienen sosteniendo no pocos neurocientíficos actuales.

▪ Lo dramático es, sin embargo, que los gestores de


conectividades externas (funcionarios, técnicos, docentes, etc.)
terminan ocasionando DIS–neuroconectividades, ya en los procesos
del aprendizaje académico mismo, debido a un sinnúmero de
factores distorsionantes que los expondré en otro lugar y momento.
Debiéramos saber que una dis–neuroconexión es el colapso total o
parcial de lo neuronalsináptico procesador de los aprendizajes.
Acudo solo a un ejemplo: respecto de las ‘clases virtuales’ normadas
para el sector educativo de nivel básico (primaria); que los niños
estén ‘muy bien conectados’ externamente ante el monitor, por más
de hora y media continuada, de lunes a viernes, sin los cuidados
psico–didácticos más elementales, es casi una barbarie que nadie
presta la mínima atención. Un sistemático e institucional hacer contra
los aprendizajes y el equilibrio en la neuroconectividad, ya pautado
por la Convención Zeigarnick de neurocientíficos y pedagogos
reputadísimos (Finlandia, 2002), recomendada incluso por la
UNESCO. Consiste en que niños menores de 12 años no tengan
clases por más de tres horas y media día, y sí con las debidas pausas
y suspensos tácticos. Con mayor razón en las virtuales, porque el
riesgo de disfunción neuroconectiva es mayor. Lo paradójico es que,

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Marcial Abanto Florida

luego, los padres de familia, los maestros y hasta los médicos no


saben cómo explicar los síndromes de ansiedad, angustia, stress,
depresión y diversas patologías somáticas que aparecen, muy
precozmente, en nuestros niños. Causa ostensible: pasan mucho
tiempo frente al monitor. O los digito–tecleados bastante recurrentes.
De ahí que, como nunca antes (y sin tener en cuenta aquí la
virusemia global), nuestro comportamiento habitual resulta obseso–
compulsivo a cual más. Sin embargo, aclaro: no estoy sosteniendo
que la única causa sea la obsesión virtual–digital. Pero sí que tal
fenoménica, muy carente del contralor psicodidáctico, ocasiona
disfunciones neuroconectivas, las que afectan severamente los
aprendizajes académicos. Sobre ello, no tengo duda alguna.
▪ Es absolutamente decisiva la homeostasis Beta–Alfa y la
neuroconectividad existente durante los aprendizajes académicos.
Observemos y reflexionemos. En nuestro vigente y hegemónico
paradigma educativo (la pedagogía standard) todo es “rapidación
estéril” como bien lo expresara el Papa Francisco en la presentación
de su bellísimo libro Laudato Sí, cuyo sexto capítulo está
íntegramente dedicado a la raigal problemática educativa del siglo
XXI. ¿Cómo negarlo? Exacto, solo observemos y reflexionemos
nuevamente. En las instituciones educativas en general (incluimos la
universidad), todo el mundo deprisa, con apuros obseso–
compulsivos casi en la totalidad de actividades, centralmente en las
de índole docente lectiva. Carecemos de pausas y de buen sentido
común. Estudiantes sometidos a presión no pocas veces lacerante.
Y los vemos tensos, disgustados, irascibles, irritados; el stress y la
ansiedad se apoderan de ellos. En los docentes, no menos (ojito. Y
ya desde mucho antes de estos tiempos de confinamiento). Es
penoso. Algo feo está aconteciendo en la homeostasis neuro–
conectiva–cerebral de los actores aprendizantes y enseñantes.
¿Quién se ocupa de indagar racionalmente la muy posible crisis
homeostática neuronal Beta–Alfa que está aconteciendo en alumnos
y docentes, por lo general volviéndose un tanto endémica e, incluso,
tóxico–adictivo? Sí. También tóxico–adictivo. Pues ya para finales de
los XX los neurocientíficos conocían bastante bien este fenómeno
intra e interneuronal. Hoy, a veinte años del XXI, ya es conocido
muchísimo mejor gracias al neuro–tomo–magneto–cuántico de
altísima resolución, el que precisamente permite ‘oír–ver’
interconectividades neuronales de aprendizaje y sus respectivos
espectro–matices escalonados de ondas cerebrales electro–
magnéticas. Como resultado de tales avances científicos sabemos
que la homeostasis neuro–conectiva ‘Beta–baja–Alfa–baja’ de ondas

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Marcial Abanto Florida

cerebrales corresponde a los aprendizajes académicos significativos,


deseables y saludables, cuyo espacio de origen se halla
principalmente en la cima del lóbulo frontal del neocórtex. Es el
espacio por excelencia de la altruidad, la imaginación y la creatividad.
Pues allí debiera apuntalar la pedagogía. Pero en los aconteceres
reales de los procesos pedagógicos convencionales ello no ocurre,
sino apenas en no más del 7% Aprox. Debido a los absurdos
mayúsculos de la exo–conectividad (hechos didácticos y
psicodidácticos sumamente equivocados, entre otros factores).
Insisto: los procesos académicos de aprendizaje a cargo de nosotros
los docentes no acontecen en tal rango de frecuencias
neuronalconectivas, sino en ‘Beta–alta’ solamente. Allí, el
aprendizaje académico significativo sencillamente no se produce. La
psiquis–Beta es el territorio neuronal de los estados ansiosos, del
stress, las angustias, las obsesiones, las compulsividades, las
depresiones, las histeriformias diversas. Allí la neuroconectividad
para el aprendizaje académico significativo entra en colapso.
Colapso crónico convertido en tabú: de ello no hay que hablar. Sobre
ello, prohibido pensar. Así estamos desde los tiempos pedagógicos
proto–pandémicos, la apoteosis del absurdo en pedagogía.
▪ Finalizo con la tesis sobre otro absurdo–tabú. La academia
oficial ha ‘prohibido hablar’ acerca de ello. A finales de los noventas
del XX asistí a un seminario de Pensamiento Hermenéutico en la
PUCP. En su stand de ventas encontré un libro excelente, tabuado
por cierto. Su autor, el afamado Nobel en Física D. Bohm (físico
cuántico, a la vez, neurocientífico). Su título: Física de Partículas
Elementales y Cerebro Humano. En él obtuve este dato clave: el
cerebro no está construido para receptuar información exógena, ab
infinitum, en enormes cantidades, sin poner en alto riesgo el equilibrio
mental neuroconectivo y los aprendizajes para el buenhacer. En la
misma ruta de investigación, con semejantes resultados, nos
encontramos hoy (2020) en materia neurocientífica, sobre la
información (cantidades, calidades, pertinencia informativa, etc.) y el
aprendizaje. En el mundo del conocimiento académico existe, desde
hace un cuarto de siglo, un desborde colosal de información que
deviene ya en altamente psico–patogénico. En tal marco se
encuentran los muy recientes aportes neurocuánticos de A. Loyd, B.
Johnson, J. Dispenza, A. Goicoechea, J. Robbins, entre muchos
otros. A este fenómeno suprainflativo de información y
neuroconectividad, algunos académicos de América Latina hemos
denominado “hiper–info–polución–neuro–conectiva”, cuyo uso y sus
fundamentos epistémicos han tenido éxito en foros especializados de

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Marcial Abanto Florida

los recientes diez años. Esta última tesis que he expuesto


brevemente aquí es que la pedagogía standard ignora que la
neuropolución ya es plausiblemente muy fuerte en la población
escolar post–infancia. Y la padecemos los académicos en ya alta
proporción. Muchas distorsiones de neuroconectividad y aprendizaje
académico se explican por tal polutividad (Beta–alta). Y una serie de
psicopatogenias tienen su origen allí. Los aprendizajes fallidos
también ¡Cómo no!

3. ARMONIZAR LA NEUROCONECTIVIDAD (Beta B. Alfa B.)


Pese a que el muy útil Teorema de Arrow nos advierte que los
‘óptimos son inalcanzables’, mi temperamento me conduce a cierto
optimismo cauteloso. Creo que nuestra neuroconectividad y toda
índole de aprendizajes pueden mejorar sustantivamente, si acaso
optásemos, con alguna dosis de coraje, por cambios reales de índole
existencial–cotidiana, superando diversos condicionamientos
adictivos que alguna vez hemos aprendido y que luego se fijaron
como costras estereotipadas en las tinieblas de nuestro inconsciente.
Pues ello hay que transcender a partir de hoy mismo, sin
procastinación alguna. He aquí selectas pautas que debieras seguir
para mantenerte ojalá, en modo Beta B – Alfa B de los interflujos
neuroconectivos. La validez y eficacia de estas pautas están
contrastadas. Y hay una inmensa cantidad de información científica
al respecto que tú debieses consultar. Casuísticas sin fin. Entonces,
en muy alta proporción, solo dependerá de ti mismo para la mejora
de tus neuroconectividades, como, principalmente, de tus alumnos,
quienes se merecen lo más deseable. Servicio académico con
calidad y eficacia. Y algo excelente para la salud.

• Un estilo de vida austero, discreto, silencioso, pausado;


• Cultivar el ocio constructivo;
• Recreo (sin alcohol);
• Paseos en el campo, sin apuros;
• Observar sin juicios ni prejuicios;
• Aprende a escuchar con empatía;
• Despliega gratitud, compasión y altruidad;
• Buena música (de preferencia instrumental);
• Nunca ‘rajes’. Nunca injuries;

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Marcial Abanto Florida

• Cultiva las manualidades (escribir con lápiz, tejidos a mano,


etc.);
• Horticultura y bio–huertos;
• Apertura hacia otros;
• Aprende a controlar tu ego;
• Dialoga. Conversa con sinceridad. Discute con decencia;
• Buena lectura; siempre pausada–reflexiva;
• Evita trajinares y automatismos;
• Buena nutrición celular. Recomendable: alimentos ricos en
vitaminas y minerales (magnesio, potasio, zinc, hierro);
aumenta verduras, leguminosas, cereales andinos. Disminuye
los carbohidratos. Contraindicados: grasas saturadas, sales y
azúcares procesados, comida chatarra, envasados en
general;
• Varios vasos de agua caliente antes de mediodía;
• Relajación. Meditación Tao; meditación Zen; prana–yoga; tai–
chi; shiatsu; feng–shui; reiki;
• Sentir y expresar gratitud. Alegría. Perdón;
• Psicoterapias: Gestalt; psicoanálisis; cognitiva–conductual;
• Gimnasia suave. Deportes no competitivos;
• En lo posible, desprenderse de teléfonos y ordenadores.

Como constatarás, más de la mitad de pautas están respaldadas por


la razón común. Otras, en una sólida tradición científica y académica.
Y todas se hallan validadas por un sinnúmero de observaciones
sistemáticas y casuísticas. Según fuesen tus opciones, te invito a
ejercitarlas. Éxitos.

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Marcial Abanto Florida

4. TUS CONSULTAS

• PEÑALOZA R. Wálter. –
Los Propósitos de la Educación;
• Mc. LAREN, Peter. –
Pedagogía Pública en el Vientre de la Bestia;
• CUSSIANOVICH, Alejandro. –
Pedagogía de la Ternura y Pedagogía Crítica;
• ROBINSON, Ken. –
Changing Education Paradigms. Video 2020
• ORTIZ, Pedro. –
-Educación y Formación de la Personalidad;
-Por las Bases Científicas de la Educación;
• WAISSBLUTH, M. –
Educación para el siglo XXI;
• ORTIZ, T. –
Neuro–ciencia y Educación;
• PIZARRO De Z. B. –
Neuro–ciencia y Educación;
• BANDLER, R. –
Usa tu cabeza para Variar;
• SEUNG, S. –
Neuro–conectomas;
• GOICOECHEA, A. –
Neuro–conectividad y Dolor;
• DISPENZA, J. –
-El Neuro–Yo Cuántico;
-Deja de Ser Tú;
• CAPRA, F. –
Tao de la Física y Cerebro;
• ABANTO, F. M. –
-Psicología Neuroanalítica;
-Psicología para el Éxito;
-Epistemología Reconstructiva;
-Sentir el Tao.

C. Nov. 2020
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Marcial Abanto Florida

REFERENCIA

El autor es docente titular principal de la


Universidad Nacional de Cajamarca. Se
formó en Filosofía, Epistemología,
Psicoanálisis, Psicología Neuro–Analítica,
Politología y humanidades en general
(UNT, UNMSM, PUCP). En la Decana de
América fue discípulo y alumno de insignes
filósofos como Mariano Iberico, A. Salazar
Bondy, F. Miró Quesada, L. Chiappo, entre
otros. Es autor de ocho libros; el más
reciente, Filosofía Jurídica y Ciencia
Política, como de gran cantidad de
ensayos, papers y artículos académicos.
Ha dado más de cuarenta conferencias
magistrales de filosofía y psicología en
certámenes académicos nacionales e
internacionales. Investigador en Ciencias
para la K. Gödel. Representante en Perú de
la Cátedra Latinoamericana E-LÉVINAS.
Profesor visitante de prestigiosas
universidades. Socio Honorario ‘Cum
Laude’ de la Sociedad Peruana de Filosofía
(UNMSM, Nov. 2019).

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