Dioses Griegos
Dioses Griegos
Dioses Griegos
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En las cosmogonías y teogonías de la mitología griega aparece una serie variable
de entidades o deidades primordiales que existieron en los inicios del mundo,
generalmente identificadas con elementos o principios naturales.
Además de los titanes, Gea alumbró a los cíclopes, gigantes de un solo ojo, que
fueron llamados Brontes (el que truena), Estéropes (el que da el rayo) y Arges (el
que brilla). También a los hecatónquiros, gigantes con cien brazos y cincuenta
cabezas de «fuerza inagotable y poderosa», llamados Briareo, Giges y Coto.25
Según Francisco Rodríguez Adrados, la genealogía hesiódica proporciona una
descripción del mundo y los elementos que lo componen, culminando en los
titanes, «que ya no son dioses "naturales".» 1 Con los titanes se inicia una
narración sobre el sucesivo dominio y destronamiento de soberanos divinos:
Urano es finalmente emasculado por su hijo, el titán Crono, quien a su vez será
posteriormente destronado por Zeus.
El primer mito propiamente hablando en la Teogonía es el que cuenta la disolución
de la unión entre Gea y Urano y el derrocamiento de este último, motivado por el
maltrato a su mujer e hijos. Urano odiaba a todos sus hijos y no les permitía
emerger a la luz, lo que causaba tanta angustia a Gea que finalmente esta les
instó a rebelarse contra él. Fue Crono, el benjamín de los titanes, el que armado
con una hoz que había preparado expresamente Gea emasculó a Urano cuando
se acercaba a su madre, permitiendo que sus hermanos salieran a la luz
finalmente. Crono lanzó los genitales de su padre al mar, donde la espuma se
reunió alrededor para generar a la diosa Afrodita Urania; algunas gotas de la
sangre de Urano cayeron sobre Gea, que concibió tres últimas series de hijos de
Urano: las erinias (personificación de la venganza), los gigantes y las melias.20La
separación de la pareja primordial Cielo-Tierra es un mito extendido en muy
diversas culturas; en el antiguo Egipto Shu, personificación del aire, se interpuso
entre Geb (el dios-Tierra) y Nut (la diosa-Cielo) para elevar a la segunda; mucho
más lejos de Grecia, en los mitos maoríes de Nueva Zelanda, la unión
entre Papa (Tierra femenina) y Rangi (Cielo masculino) era la primera fuente de
vida, que quedaba prisionera por el apretado abrazo de los dos amantes, hasta
que Tane, dios de los bosques, usó su cuerpo para separarlos. El mito hitita-
hurrita de Kumbarbi tiene tales paralelismos con la historia de Urano y Crono
como para sugerir que fuera conocido por el autor de la Teogonía. Hesíodo no
incidió en la elevación del cielo, centrándose sobre todo en las implicaciones
dinásticas del conflicto familiar.26
El significado de la palabra «titanes» es incierto, como lo es la cuestión de su
origen y de quiénes fueron los primeros en creer en ellos. Buena parte del
conocimiento elaborado sobre ellos es deducido de pocos y dudosos datos,
aunque puede darse por cierto que se trata de figuras tenidas por
extremadamente antiguas ya durante la Grecia histórica. La batalla de los titanes
contra los dioses olímpicos y la victoria de estos últimos, según Rose, es
posiblemente una reminiscencia del enfrentamiento entre una cultura previa y los
griegos.27