AFRODITA

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Orígenes[editar]

Afrodita tiene numerosas equivalentes: Inanna en la mitología sumeria, Astarté en


la fenicia, Turan en la etrusca y Venus en la romana. Tiene paralelismos con diosas
indoeuropeas de la aurora, tales como Ushás o Aurora. Según Pausanias, los primeros que
establecieron su culto fueron los asirios y después de ellos pafosianos de Chipre y
los fenicios que vivían en Ascalón (Palestina), quienes enseñaron su culto a los habitantes
de Citera.1 Se decía que Afrodita podía hacer que cualquier hombre se enamorase de ella con
solo poner sus ojos en él.
El nombre Ἀφροδίτη era relacionado por etimología popular con ἀφρός aphrós, ‘espuma’,
interpretándose como ‘surgida de la espuma’ y personificándola en un mito etiológico que ya
era conocido para Hesíodo.2 Tiene reflejos en el mesapio y el etrusco (de ahí «abril»), que
probablemente fueron tomados prestados del griego. Aunque Heródoto estaba al tanto de los
orígenes fenicios de Afrodita,3 los intentos lingüísticos por derivar el nombre «Afrodita»
del semítico Aštoret, mediante transmisión hitita sin documentar, siguen sin ser concluyentes.
Una sugerencia de Hammarström,4 rechazada por Hjalmar Frisk, relaciona el nombre con
«πρύτανις», un préstamo griego de un cognado del etrusco (e)pruni, ‘señor’ o similar. Mallory
y Adams ofrecen una etimología del indoeuropeo abhor, ‘muy’ + dhei, ‘brillar’.5 Si procede del
semítico, un étimo plausible sería el del barīrĩtu asirio, un demonio femenino hallado en textos
babilónicos medios y tardíos.6 El nombre puede significar «la que [viene] al anochecer», una
manifestación del planeta Venus como estrella vespertina, un atributo bien conocido de la
diosa mesopotámica Inanna/Ishtar.

Culto[editar]

Afrodita agachada. Museo Británico.

El epíteto Afrodita Acidalia fue ocasionalmente añadido a su nombre, por la fuente que usaba


para bañarse, situada en Beocia.7 También era llamada Cipris o Cipria (Kypris)
y Citerea (Cytherea) por sus presuntos lugares de nacimiento en Chipre y Citera,
respectivamente. La isla de Citera era un importante centro de su culto. Estaba asociada
con Hesperia y era frecuentemente acompañada por las Cárites, las diosas de las
festividades.
Afrodita tenía sus propios festivales, las Afrodisias, que se celebraban por toda Grecia, pero
particularmente en Atenas y en Corinto. En el templo de Afrodita ubicado en la cima
del Acrocorinto (antes de la destrucción romana de la ciudad en 146 a. C.) las relaciones
sexuales con sus sacerdotisas eran consideradas un método de adoración a la diosa. Este
templo no fue reconstruido cuando la ciudad se refundó bajo dominio romano en 44 a. C., pero
es probable que los rituales de fertilidad perdurasen en la ciudad, cerca del ágora.
Afrodita estaba asociada con el mar, y con frecuencia era representada con él y con
los delfines, las palomas, los cisnes, las almejas, las veneras, las perlas, y árboles como
el granado, el manzano, el mirto y las rosas.

Culto en la actualidad[editar]
Afrodita es una de las deidades adoradas en el actual culto dodecateista. Las ofrendas
comunes que se le ofrecen a la diosa son granadas, manzanas y limas. 8 Uno de los rituales
modernos más sencillos y que forman parte de una tradición popular, consiste en nadar en
torno a la roca Petra Toy Romiou en Chipre entre Limasol y Pafos, lugar donde Afrodita
nació. 9 Este ritual le aseguraría a la persona que lo realiza una eterna belleza o al menos ser
afortunado en el amor. 10

Prostitución ritual[editar]
Un aspecto universal del culto de Afrodita y sus predecesoras que muchos mitógrafos de los
siglos XIX y XX han omitido11 es la práctica de la prostitución religiosa en sus santuarios y
templos. El eufemismo griego para estas prostitutas es hieródula, ‘sierva sagrada’. Esta
costumbre fue una práctica inherente a los rituales dedicados a las antecesoras de Oriente
Medio de Afrodita, la sumeria Inanna y la acadia Ishtar, cuyas meretrices de los templos eran
‘mujeres de Ishtar’, ishtarium.12 Esta práctica ha sido documentada en Babilonia, Siria y
Palestina, en ciudades fenicias y en la colonia tiria de Cartago, y para la Afrodita helénica
en Chipre, el centro de su culto, Citera, Corinto y Sicilia.12 Afrodita es en todas partes la
patrona de las heteras y cortesanas. En Jonia, en la costa de Asia Menor, las hieródulas
servían en el templo de Artemisa.

Periodo romano tardío[editar]


Durante el periodo romano (a partir del siglo II d. C.), el culto de Afrodita se extendió sobre
todo en Oriente (Siria y Egipto), apareciendo allí como una forma helenizada de Isis, Hathor o
Astarté. En las listas que aparecen en los contratos matrimoniales, a partir del siglo I, se
registran a veces estatuillas de bronce o, más raramente de plata, que no se incluían en la
dote y permanecían en propiedad de la mujer tras el matrimonio. En el lararium de las casas
se encuentran a veces imágenes de la diosa siguiendo los modelos griegos, pero producidas
por talleres locales y a los que se pueden añadir otros atributos, como es propio del
sincretismo helenístico. 13

Afrodita Urania y Afrodita Pandemos[editar]


A finales del siglo V a. C., los filósofos habrían separado Afrodita en dos diosas diferentes,
pero indistintas en el culto: Afrodita Urania, nacida de la espuma después de que Crono
castrase a Urano, y Afrodita Pandemos, la Afrodita común ‘de todo el pueblo’, nacida de Zeus
y Dione.14 Entre los neoplatónicos y finalmente sus intérpretes cristianos, Afrodita Urania figura
como la Afrodita celestial, representando el amor del cuerpo y el alma, mientras Afrodita
Pandemos estaba asociada con el mero amor físico.
La representación de Afrodita Urania, con un pie descansando sobre una tortuga, fue
interpretada más tarde como emblemática de la discreción del amor conyugal; la imagen se
atribuye a Fidias, en una escultura criselefantina hecha para Elis, de la que solo tenemos un
comentario pasajero de Pausanias.15
Por esto, según Platón16 Afrodita es dos diosas: una vieja y la otra joven. La mayor, Urania, es
la hija de Urano; la menor se llama Pandemos, y es la hija de Zeus y Dione. Pandemos es la
Afrodita común. El discurso de Pausanias distingue dos manifestaciones de Afrodita,
representadas por dos historias: Afrodita Urania (‘celestial’) y Afrodita Pandemos (‘común’).

Nacimiento[editar]
Artículo principal: Venus Anadiomena

Afrodita, copia de la época helenística. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

La ‘surgida de la espuma’ Afrodita nació del mar, cerca de Pafos (Chipre) después de


que Crono cortase los genitales a Urano con una hoz y los arrojase tras él al mar. En
su Teogonía, Hesíodo cuenta que los genitales «fueron luego llevados por el piélago durante
mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de
ella nació una doncella» ya adulta. Este mito de Venus (el nombre romano de Afrodita) nacida
adulta, Venus Anadiómena (‘Venus saliendo del mar’),17 fue una de las representaciones
icónicas de Afrodita, famosa por la admiradísima pintura de Apeles, hoy perdida, pero descrita
por Plinio el Viejo en su Naturalis Historia.
Por esto, Afrodita es de una generación anterior a la de Zeus. Homero, no obstante, cuenta en
el libro V de la Ilíada otra versión sobre su origen, según la cual sería hija de Zeus y Dione,
quien era la diosa oracular original («Dione» significa simplemente ‘diosa’, forma femenina de
Δíος, ‘diosa’, el genitivo de «Zeus») en Dodona. Según Homero, Afrodita, aventurándose en
batalla para proteger a su hijo Eneas, es herida por Diomedes y vuelve con su madre,
postrándose de rodillas para ser reconfortada. «Dione» parece ser equivalente a Gea,
la Madre Tierra, a quien Homero trasladó al Olimpo y alude a un hipotético
panteón protoindoeuropeo original, con dios jefe (Di-) representado por el cielo y el rayo y la
diosa jefa (forma femenina de Di-) representada como la tierra o el suelo fértil. La propia
Afrodita fue llamada a veces «Dione». Una vez que el culto a Zeus hubo usurpado el oráculo-
robledo de Dodona, algunos poetas lo tuvieron por padre de Afrodita.
El principal centro de adoración a Afrodita permaneció en Pafos, al suroeste de la costa de
Chipre, donde la diosa del deseo había sido adorada desde mucho tiempo atrás
como Ishtar y Astarté. Se dice que desembarcó tentativamente primero en Citera, un lugar de
parada para el comercio y la cultura entre Creta y el Peloponeso. Así quizás tengamos pistas
del camino del culto original a Afrodita desde el Levante hasta el continente griego.
Algunos autores consideran que Afrodita era hija de Talasa, la personificación femenina del
mar, y Zeus.

Vida adulta[editar]
Afrodita no tuvo infancia: en todas las imágenes y referencias nació adulta, núbil e
infinitamente deseable. En muchos de los mitos menores tardíos en los que participa se la
presenta vanidosa, malhumorada y susceptible. Aunque casada en el panteón griego, le es
infiel a su marido, algo común en el Olimpo. Hefesto es una de las deidades helénicas más
ecuánimes; en el relato recogido en la Odisea Afrodita parece preferir a Ares, el voluble dios
de la guerra. Es uno de los pocos personajes que desempeñó un papel importante en la causa
original de la propia guerra de Troya: no solo ofreció a Helena de Esparta a Paris, sino que el
rapto se llevó a cabo cuando este, al ver a Helena por primera vez, se vio abrumado por el
deseo de poseerla, lo que corresponde a la esfera de Afrodita.

Matrimonio con Hefesto[editar]

El romance de Afrodita y Ares ha sido uno de las más retratadas en el arte.

Debido a su inmensa belleza, Zeus temía que Afrodita fuera la causa de violencia entre los
otros dioses. Por ello la casó con Hefesto, el severo, cojo («rengo») y malhumorado dios del
fuego y la fragua. Otra versión de esta historia cuenta que Hera, la madre de Hefesto, lo arrojó
del Olimpo al considerarlo feo y deforme. Este obtuvo su venganza atrapándola en un trono
mágico y exigiendo a cambio de su liberación la mano de Afrodita. Hefesto estaba
contentísimo de haberse casado con la diosa de la belleza y forjó para ella hermosa joyería,
incluyendo el cesto, un cinturón que la hacía incluso más irresistible para los hombres.

Romance con Ares[editar]


La infelicidad de Afrodita con su matrimonio hizo que buscase la compañía de otros,
especialmente con Ares, dios olímpico de la guerra. Hefesto fue informado del adulterio que
su esposa mantenía con Ares por Helios. Planeó entonces atraparlos con una red de cadenas
invisibles que había dispuesto sobre el lecho, capaz de inmovilizarlos. Ares sabía que Hefesto
retornaría al hogar al salir el sol, así es que prevenidamente dispuso de su secuaz
favorito, Alectrión, para que le avisara. Pero Alectrión se quedó dormido. Efectivamente, el sol
salió, y las redes cayeron sobre Ares y Afrodita «en plena ocasión», y quedaron inmóviles.
Hefesto enfurecido llamó a todos los demás dioses olímpicos para burlarse de ellos («las
diosas se quedaron en casa, todas por vergüenza»); y contrariamente las burlas cayeron
sobre Hefesto: algunos dioses adoraron la belleza de Afrodita, otros comentaron que con
gusto tomarían el lugar de Ares. Hefesto no los liberó hasta que Poseidón le prometiera que
Ares pagara desagravios, pero ambos escaparon tan pronto como levantó la red y no
mantuvieron su promesa. Ares convirtió a Alectrión en gallo, para que siempre avisara la
salida del sol.

Afrodita y Psique[editar]
Artículo principal: Eros y Psique

Afrodita aparece como un personaje secundario en la historia de Eros y Psique, que aparecía
al principio como una digresión narrada en la novela de Apuleyo, El asno de oro, escrita en el
siglo II a. C. En ella Afrodita estaba celosa de la belleza de una mujer mortal llamada Psique:
sus templos comenzaron a vaciarse, la población entera comenzó a adorar a esta nueva y
bella mujer. Pidió a su hijo Eros (Cupido, en la mitología romana), que usara sus flechas
doradas para hacer que Psique se enamorase del hombre más feo del mundo. Eros accedió
pero terminó enamorándose él mismo de Psique, al pincharse con una flecha dorada por
accidente.
Mientras tanto, los padres de Psique estaban preocupados porque su hija siguiera soltera.
Consultaron un oráculo que les dijo que ella no estaba destinada a ningún amante mortal, sino
a una criatura que vivía en la cima de cierta montaña, a quien incluso los dioses temían. Eros
había preparado al oráculo para que dijera esto. Psique se resignó a su destino y subió a la
cumbre de la montaña, pidiéndole a los ciudadanos que la seguían que la dejaran y le
permitiesen afrontar sola su destino. Allí Céfiro, el viento del oeste, la bajó flotando
suavemente hasta una cueva. Psique entró y se sorprendió de hallarla llena de joyas y
adornos. Eros la visitaba cada noche en la cueva y hacían el amor apasionadamente. Le pidió
solo que no encendiese jamás ninguna lámpara porque no quería que Psique supiera quién
era (sus alas lo hacían inconfundible). Sus dos hermanas, celosas, la convencieron de que su
marido era un monstruo y que debía clavarle una daga. Así que una noche encendió una
lámpara, pero reconoció a Eros al instante y dejó caer su daga. Una gota de aceite caliente
cayó sobre el hombro de Eros, lo despertó y huyó, diciendo: «¡El amor no puede vivir donde
no hay confianza!»
Eros y Psyque. Eros, dios del deseo, hijo producto del romance entre Afrodita y Ares.

Cuando Psique contó a sus celosas hermanas mayores, estas se regocijaron secretamente y
cada una de ellas fueron por separado a la cima de la montaña e hicieron como Psique les
había dicho para entrar en la cueva, esperando que Eros las preferiría a ellas. Eros seguía
con el corazón roto y no las cogió, por lo que murieron al caer hasta la base de la montaña.
Psique buscó a su amante por buena parte de Grecia, tropezando finalmente con un templo
a Deméter, donde el suelo estaba cubierto de montones de grano mezclado. Empezó a
ordenar el grano en montones ordenados y, cuando hubo terminado, Deméter le habló,
diciéndole que la mejor forma de encontrar a Eros era buscar a su madre, Afrodita, y ganarse
su bendición. Psique encontró un templo a Afrodita y entró en él. Afrodita le asignó una tarea
similar a la del templo de Deméter, pero le dio un plazo imposible de cumplir. Eros intervino,
pues aún la amaba, e hizo que unas hormigas ordenaran el grano por ella. Afrodita se
enfureció por este éxito de Psique y le dijo que fuese a un campo donde pastaban unas ovejas
doradas y consiguiese lana de oro. Psique fue al campo y vio las ovejas, pero fue detenida por
el dios del río que tenía que cruzar para llegar al campo. Este le dijo que las ovejas eran
malas y crueles y podían matarla, pero que si esperaba hasta mediodía, las ovejas irían a
buscar la sombra en el otro lado del campo y se dormirían, y que entonces podría agarrar la
lana que quedaba enganchada en las ramas y la corteza de los árboles. Psique así lo hizo y
Afrodita se enfureció todavía más al ver que había sobrevivido y superado su prueba.
Por último, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como
resultado de la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza.
Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su
belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le dio. Psique fue a una torre,
decidiendo que el camino más corto al inframundo sería la muerte. Una voz la detuvo en el
último momento y le indicó una ruta que le permitiría entrar y regresar aún con vida, además
de decirle cómo pasar al perro Cerbero, Caronte y los otros peligros de dicha ruta. Psique
apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que la llevase al
Hades. En el camino, vio manos que salían del agua. Una voz le dijo que les tirase un pastel
de cebada, pero ella rehusó. Una vez allí, Perséfone dijo que estaría encantada de hacerle el
favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y le dio el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el inframundo y decidió abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí
misma, pensando que si hacía esto Eros la amaría con toda seguridad. Dentro estaba un
«sueño estigio» que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y
limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse
con Psique. Estos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique. Afrodita bailó en la boda de Eros
y Psique, y la hija que estos tuvieron se llamó Hedoné (Placer) o Voluptas en la mitología
romana.

Adonis[editar]

Afrodita Calipigia (Museo del Hermitage).


Afrodita era amante de Adonis y tomó parte en su nacimiento. Cíniras, el rey de Chipre, tenía
una bellísima hija llamada Mirra. Cuando la madre de esta cometió hibris contra Afrodita al
afirmar que su hija era más bella que la afamada diosa, Mirra fue castigada con una incesante
lujuria hacia su propio padre. Cíniras rechazó esto, pero Mirra se disfrazó de prostituta y
durmió secretamente con su padre. Finalmente, Mirra quedó embarazada y fue descubierta
por Cíniras. Enfurecido, persiguió a su hija con un cuchillo. Mirra huyó de él, pidiendo
misericordia a los dioses. Estos oyeron su plegaria y la transformaron en un árbol
de mirra para que su padre no pudiese matarla. Finalmente, Cíniras se suicidó en un intento
por restablecer el honor de familia.
Mirra dio a luz a un bebé llamado Adonis. Afrodita pasaba junto al árbol de Mirra cuando vio al
bebé y se apiadó de él. Puso a Adonis en una caja y lo llevó al Hades para
que Perséfone cuidase de él. Adonis creció hasta ser un joven increíblemente hermoso, y
Afrodita volvió finalmente por él. Sin embargo, Perséfone detestaba darlo por perdido y quería
que Adonis permaneciera con ella en el inframundo. Las dos diosas se involucraron en tal
disputa que obligó a Zeus a interceder. Este decretó que Adonis pasase un tercio del año con
Afrodita, otro tercio con Perséfone y otro con quien desease. Adonis, por supuesto, elige a
Afrodita.
Adonis empieza su año en la tierra con Afrodita. Una de sus mayores pasiones es la caza, y
aunque Afrodita no es naturalmente una cazadora, participa para poder estar con Adonis.
Pasan cada hora que están despiertos juntos, y Afrodita queda extasiada con él. Sin embargo,
su ansiedad empieza a crecer por sus deberes abandonados, y se ve obligada a dejarlo por
un corto tiempo. Antes de marcharse, le da un consejo a Adonis: no atacar a un animal que no
demuestre miedo. Adonis acepta el consejo, pero secretamente duda de las habilidades de
Afrodita como cazadora, olvidando rápidamente el consejo.
No mucho después de que Afrodita se marche Adonis se encuentra con un enorme jabalí,
mucho mayor que todos los que había visto. Se sugiere que el jabalí es el dios Ares, uno de
los amantes de Afrodita celoso de su continua adoración a Adonis. Aunque los jabalíes son
peligrosos y cargan contra el cazador cuando se les provoca, Adonis hace caso omiso del
aviso de Afrodita y persigue a la criatura gigante. Sin embargo, pronto es Adonis el
perseguido, no siendo rival para el jabalí. En el ataque, Adonis es castrado por el jabalí y
muere desangrado. Afrodita vuelve apresuradamente a su lado, pero llega demasiado tarde
para salvarlo y solo puede llorar sobre su cuerpo. Donde cae la sangre de Adonis Afrodita
hace que crezcan anémonas en recuerdo suyo. Jura que en el aniversario de su muerte, cada
año se celebrará una fiesta en su honor.
Al morir, Adonis vuelve al inframundo y Perséfone se complace al verlo de nuevo. Finalmente,
Afrodita advierte que él está allí, y corre a recuperarle. De nuevo, Perséfone y ella riñen sobre
quién puede quedarse a Adonis hasta que Zeus interviene. Esta vez dice que Adonis debe
permanecer seis meses con Afrodita y seis con Perséfone, como debió haber sido la primera
vez.

El juicio de Paris[editar]
Artículo principal: Juicio de Paris

El juicio de Paris, Peter Paul Rubens, c. 1638-1639 (Museo del Prado, Madrid).


Tanto los dioses y diosas como diversos mortales fueron invitados a la boda
de Peleo y Tetis (que luego serían padres de Aquiles). Solo la diosa Eris (Discordia) no fue
invitada, pero apareció con una manzana dorada con la palabra kallistēi (‘para la más
hermosa’) inscrita, que arrojó entre las diosas. Afrodita, Hera y Atenea reclamaron ser la más
bella y por tanto la justa propietaria de la manzana. Estuvieron de acuerdo en llevar el asunto
ante Zeus, quien, al no querer el favor de ninguna diosa, dejó la elección en manos
de Paris de Troya. Hera intentó sobornarlo con un reino (Asia Menor), mientras Atenea le
ofreció sabiduría, fama y gloria en la batalla, pero Afrodita le susurró que si declaraba que era
la más bella le daría la mujer mortal más hermosa del mundo como esposa, por lo que Paris
eligió a Afrodita. Esta mujer era Helena. Las otras diosas se enfurecieron y a través del rapto
de Helena por Paris provocaron la guerra de Troya.

Pigmalión y Galatea[editar]
Pigmalión era un escultor que no había hallado mujer alguna digna de su amor. Afrodita se
apiadó de él y decidió enseñarle las maravillas del amor. Un día, Pigmalión fue inspirado por
un sueño de Afrodita para fabricar una mujer de marfil semejante a ella, a la que
llamó Galatea. Pigmalión se enamoró de la estatua y decidió que no podría vivir sin ella. Rezó
a Afrodita, quien llevó a cabo la última parte de su plan infundiendo vida a la exquisita
escultura. Pigmalión amó a Galatea y pronto estuvieron casados.
Otra versión de este mito cuenta que las mujeres de la ciudad en la que Pigmalión vivía se
enfadaron de que no se hubiera casado, y pidieron a Afrodita que lo obligase. Afrodita aceptó
y fue esa misma noche a ver a Pigmalión, pidiéndole que eligiese una mujer con la que
casarse y advirtiéndole de que si no, lo haría ella en su lugar. No queriendo casarse,
Pigmalión le suplicó más tiempo, pidiéndole que le permitiese hacer una escultura de Afrodita
antes de que tuviese que elegir novia. Halagada, aceptó.
Pigmalión empleó mucho tiempo haciendo pequeñas esculturas de arcilla de la diosa,
afirmando que era necesario para poder elegir la pose adecuada. Cuando comenzó a hacer la
escultura real, quedó sorprendido al descubrir que quería terminarla, incluso sabiendo que
tendría que casarse con alguien al hacerlo. La razón de esto era que se había enamorado de
la escultura. Cuanto más trabajaba en ella, más la cambiaba, hasta que no se pareció a
Afrodita en nada.
En el mismo momento en que Pigmalión se separó de la escultura terminada, Afrodita
apareció y le dijo que eligiera a su novia. Pigmalión eligió la estatua, a lo que Afrodita
respondió que no podía ser, pidiéndole que eligiese otra. Pigmalión abrazó la estatua, y pidió
a Afrodita que lo transformase en estatua para así poder estar con ella. Afrodita se apiadó de
él y en vez de esto infundió vida a la estatua.

Otras historias[editar]


Afrodita de Cnido

En una versión de la historia de Hipólito, Afrodita era el catalizador de su muerte.


Hipólito desdeñó su culto por el de Artemisa y, en venganza, Afrodita provocó que
su madrastra, Fedra, se enamorase de él, sabiendo que Hipólito la rechazaría. En
la versión más popular de la historia, el Hipólito de Eurípides, Fedra buscaba
venganza contra Hipólito suicidándose y dejando una nota en la que contaba
a Teseo, su marido y padre de Hipólito, que este la había violado. Hipólito había
jurado no mencionar el amor de Fedra por él y rehusó noblemente defenderse a
pesar de las consecuencias. Teseo maldijo entonces a su hijo, maldición
que Poseidón estaba obligado a cumplir y así Hipólito fue sorprendido por un toro
que surgió del mar y asustó a sus caballos, haciendo volcar su carro.
Curiosamente esta no es la muerte que Afrodita urde en la obra, pues en el
prólogo afirma que espera que Hipólito sucumba a la lujuria con Fedra y Teseo les
sorprenda juntos. Hipólito perdona a su padre antes de morir y Artemisa revela la
verdad a Teseo antes de hacerle jurar que matará a uno de los amores de Afrodita
(Adonis) en venganza.

 Algunas versiones del rapto de Perséfone por parte de Hades ponen a Afrodita y a


su hijo Eros como los instigadores del suceso. Afrodita estaba molesta con la
decisión de Demeter de alejar a su hija del Olimpo para evitar el acoso que sufría
por parte de los dioses que la pretendían como esposa, y se mantuviese virgen al
igual que Atenea y Artemisa. Al mismo tiempo, Afrodita también quería también
extender su influencia al Inframundo, por lo que envió a su hijo Eros a que
flechase a Hades cuando inspeccionaba los campos de Nisa en la superficie, tras
lo cual quedó perdidamente enamorado de Perséfone al verla.
 Glauco de Corinto, hijo de Sísifo, enfadó a Afrodita, quien hizo que sus caballos
enfureciesen durante los juegos funerarios en honor al rey Pelias, y lo
despedazasen. Su fantasma asustaba supuestamente a los caballos durante
los Juegos Ístmicos.
 Afrodita era con frecuencia acompañada por las Cárites, que son las Tres
Gracias; Aglaya (‘Belleza’), Eufrósine (‘Júbilo’) y Talia (‘Floreciente’).
 Afrodita fue una de las diosas de las que se mofó Momo, lo que provocó su
expulsión del Olimpo.
 Afrodita figura como la bisabuela del dios Dioniso, aunque en otras versiones
figuraba como su amante.
 En el libro III de la Ilíada de Homero, Afrodita salva a Paris cuando está a punto de
ser asesinado por Menelao.
 Afrodita era muy protectora con su hijo, Eneas, quien luchó en la guerra de
Troya. Diomedes estuvo a punto de matar a Eneas en batalla pero Afrodita lo
salvó. Diomedes hirió a Afrodita y esta dejó caer a su hijo, volando al monte
Olimpo. Entonces Eneas fue envuelto por una nube creada por Apolo, quien le
llevó a Pérgamo, un lugar sagrado de Troya. Artemisa curó allí a Eneas.
 Convirtió a Anaxáreta en piedra por reaccionar tan desapasionadamente a las
súplicas de Ifis para amarla, incluso tras el suicidio de este.
 Afrodita ayudó a Hipomenes en una carrera contra Atalanta para ganar la mano de
esta, dándole tres manzanas con las que la distrajo. Sin embargo, como la pareja
no dio las gracias a Afrodita, esta los convirtió en leones.

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