Este documento describe varios problemas éticos comunes como el abuso de poder, la discriminación, el soborno y la corrupción. También explica qué es un dilema ético y cómo surgen en la vida profesional, mencionando tres principios para resolverlos: maximizar el beneficio para la mayoría, seguir los principios más altos y tratar a los demás como quisieras ser tratado.
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Este documento describe varios problemas éticos comunes como el abuso de poder, la discriminación, el soborno y la corrupción. También explica qué es un dilema ético y cómo surgen en la vida profesional, mencionando tres principios para resolverlos: maximizar el beneficio para la mayoría, seguir los principios más altos y tratar a los demás como quisieras ser tratado.
Este documento describe varios problemas éticos comunes como el abuso de poder, la discriminación, el soborno y la corrupción. También explica qué es un dilema ético y cómo surgen en la vida profesional, mencionando tres principios para resolverlos: maximizar el beneficio para la mayoría, seguir los principios más altos y tratar a los demás como quisieras ser tratado.
Este documento describe varios problemas éticos comunes como el abuso de poder, la discriminación, el soborno y la corrupción. También explica qué es un dilema ético y cómo surgen en la vida profesional, mencionando tres principios para resolverlos: maximizar el beneficio para la mayoría, seguir los principios más altos y tratar a los demás como quisieras ser tratado.
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LOS PROBLEMAS ÉTICOS Y EL DILEMA ÉTICO
1. LOS PROBLEMAS ÉTICOS
La reconocida escritora Velasquez (2018), nos comparte qué es un problema
ético y algunos ejemplos para entender mejor este mal.
1.1. ¿Qué es un problema ético?
Un problema ético se estima como todo aquello que no se encuentra bien, no
cumple las normas, no es correcto, y que impacta en la sociedad y en las personas. Estos inconvenientes pueden comprometer la dignidad y el bien común de las personas.
1.2. Ejemplos de problemas éticos más destacados
Abuso de poder
Es una experiencia social en donde el comportamiento se fundamenta en
custodiar relaciones de poder y de diferencia. Es decir, la persona que tiene más autoridad sobre otras personas, bien sea en cuestiones política o sociales, esta posición se usa para tener poder, pero a su beneficio. Por lo tanto, el abuso de poder se encuentra presente cuando una persona con mayor rendimiento económico y social, usa este beneficio para realizar autoridad de poder sobre otro individuo inferior, causando daños morales a la persona que recibe el maltrato. Discriminación La discriminación en los últimos años ha sido uno de los problemas éticos más considerables. Estos tipos de problemas tienen mayor influencia en las sociedades más vulnerables. Un ejemplo notable se ve en las personas con discapacidad. Los cuales sufren del rechazo por parte de la sociedad, solo por tener capacidades muy diferentes. Los derechos para este tipo de persona, como contar con un trabajo digno o relacionarse con otras personas, son violados por personas desensibilizadas que los consideran como inferiores o hasta anormales. Soborno Soborno es la dádiva con que se soborna y la acción y efecto de sobornar. Este verbo, con origen en el latín subornāre, se refiere a corromper a alguien con dinero, regalos o algún favor para obtener algo de esta persona. Corrupción Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales. Lealtad excesiva Este es uno de los ejemplos de problemas éticos que ocurren cuando una persona es capaz de mentir para proteger la conducta inapropiada de otra persona, sin interesarle sus propios principios sociales y hasta morales. Falta de confidencialidad Este es un problema ético muy preocupante entre los trabajadores que desempeñan funciones en el medio de comunicación, los cuales se ven obligado en revelar información íntima o confidencial, pero su acción no es tan impugnada como cuando un psicólogo dice en público los problemas contados por un paciente después de una consulta. Falta de compromiso La falta de responsabilidad puede suceder cuando el trabajador pretende no cumplir con sus deberes y no contribuye al máximo para mejorar y optimizar la producción laboral. Control social Sucede por medio del favorecimiento o compromiso de estrategias y medidas políticas, que limitan el desarrollo y progreso social de la humanidad. Estos problemas se forman con fines netamente económicos y políticos. Problema de interés Este es uno de los ejemplos de problemas éticos donde una persona emite normas o ejecuta actos con beneficio e interés propio. Un ejemplo eficaz de esto, es el nombramiento de amigos o familiares al momento de una elección de personal en determinada sociedad o en fundaciones del Estado, aunque el elegido no sea conveniente para el puesto, la persona en cuestión prefiere contratarlos por ser un conocido o familiar. Bienestar por encima de principios Tantos las persona como compañías o fundación se ven afectados por este tipo de problema ético, debido a que dejan de lado la normativa moral para realizar acto inescrupulosos sobre alguien. Sin importarle que la persona o compañía este pasando por una mala temporada económica siempre actuara en beneficio propio. Hipocresía Los principios personales pueden tener malas pasadas para aquellas personas que los defienden a toda costa. La hipocresía puede ser uno de los detonantes que arruinan los ideales más estables. Por ejemplo: un miembro sindicalista, después de reprochar a la clase rica, y llega a un puesto más distinguido como de: alcalde, gobernador o hasta presiente de un país, comienza a comprar autos de lujo, mansiones entre otros, dejando de lado lo dicho, automáticamente se convierte en una persona hipócrita ante la sociedad. 2. EL DILEMA ÉTICO Según los psicólogos Amaya y Berrío Acosta (2021); nos dicen que. un dilema ético o moral es una situación en la que se hace presente un aparente conflicto operativo entre dos imperativos éticos en forma tal que la obediencia a uno de ellos implica la transgresión del otro. En general, se denomina dilema ético cuando un agente (el profesional, en este caso) tiene razones para llevar a cabo dos acciones (o más), cada una de las cuales favorece un principio diferente, y no es posible cumplirlas sin violentar alguno de ellos. De esta forma, el agente está en una situación en la que está condenado a cometer una falta: sin importar lo que haga, hará algo “equivocado” o faltará a una obligación. 2.1. Dilemas Éticos en la Vida Profesional Es poco frecuente encontrarse en la práctica profesional dilemas perfectos, en los que se oponen dos o más principios de idéntico valor. Hay una cierta tendencia a considerar la beneficencia como principio principal. En ese caso una situación no sería un dilema perfecto porque primaría la beneficencia. Sin embargo, en los casos en los cuales el profesional se encuentra en una relación dual, se puede oponer la beneficencia respectiva de cada población vinculada a la relación dual. Así ocurre por ejemplo, en el entorno escolar, donde el profesional se puede encontrar en una situación en la que se oponga la beneficencia de un estudiante concreto a la beneficencia de otro alumno o integrante de la comunidad académica. Víctor Cláudio, miembro del Comité Permanente de Ética de la Federación de Asociaciones de Psicólogos (EFPA) de Europa, señala que el dilema ético “surge del conflicto entre procesos morales, éticos y emocionales, y las normas jurídicas” (Claudio, 2009). Sin embargo, suele preservar la definición clásica de dilema, donde un agente (el psicólogo en estos casos) tiene razones morales para ejecutar cada una de las opciones, pero debe decidirse por una de ellas. El factor crucial de un dilema ético es que todas las opciones posibles deben ser hechas, pero hay una imposibilidad para su ejecución (McConnell, 2010). Por ejemplo, cuando hay una exigencia de beneficencia (proveer los mejores medios para la solución de una situación psicológica) pero para lograrlo, parecería ser necesario revelar información confidencial obtenida en la intervención. Así, el psicólogo se enfrenta a defender la beneficencia y respetar la confidencialidad, conducta que no es posible simultáneamente en esta situación. De forma operacional, una situación ética dilemática se presenta cuando: 1. El agente debe elegir entre dos o más opciones relacionadas con Principios Éticos. 2. El agente está obligado a actuar, porque abstenerse de actuar atenta contra algún principio ético (Beneficencia, Justicia, etcétera). 3. Las opciones presentes para proceder involucran acciones contra diversos principios, y entonces el actor debe seleccionar, por ejemplo, atentar contra la autonomía o atentar contra la beneficencia, en alguno(s) de sus estándar(es). En términos generales, se reconocen varios tipos de conflictos en situaciones dilemáticas: 1. Entre dos principios éticos. 2. Entre ética y ley, una situación frecuente desde el inicio de la legislación sobre las consecuencias judiciales del trabajo disciplinar. 3. Entre ética personal (valores) y exigencias del rol profesional, o entre los valores de tipo religioso del profesional y del paciente. 4. Entre principios y leyes. 5. Entre sistemas de creencias del profesional y el rol profesional. 2.2. Tres principios para resolver dilemas éticos (uno basado en los extremos, otro en los principios, el tercero en la atención) Según el profesor estadounidense Kidder (2010); nos dice que existen tres principios para la resolución de dilemas éticos. Así comienza esta parte: Principios de resolución Ya sea que nos demos cuenta o no, todos estamos familiarizados con tres de esos principios, tan ampliamente utilizados que vienen a la mente fácilmente, frases coloquiales: 1. «Haz lo mejor para la mayor cantidad de personas» (que nos referiremos aquí como un pensamiento basado en los extremos). 2. «Sigue tu más alto sentido de principio» (o pensamiento basado en reglas). 3. «Haz lo que quieras que otros te hagan a ti» (o pensamiento basado en la atención). No solemos detenernos para analizar estos principios. De hecho, podemos estar tan familiarizado con ellos que nunca pensamos en cuán claramente diferentes son uno del otro. Tampoco solemos aplicar todos ellos en cada situación: es posible que nos hayamos apegado tanto a uno que raramente recurrimos a los demás. Pero lo más probable es que, si se lo fuerza a articular el razonamiento que usamos para resolver un dilema difícil, encontraremos nosotros mismos usando la lógica desarrollada a partir de uno o más de estos principios. ¿Por qué? Simplemente porque estos principios surgen directamente de experiencia humana cotidiana. Es cierto, cada uno tiene una larga historia en moral filosofía o instrucción religiosa. Pero no son inventos abstractos impuesto por filósofos o teólogos. Han trabajado su camino hacia la enseñanza y la práctica de la ética simplemente porque cada uno es una parte tan familiar del pensamiento humano. Para estar seguro, los tres principios esbozados aquí no son los únicos posiciones filosóficas que uno podría tener en cuenta sobre este tema. Ética, después de todo, se trata del concepto de «debería». No se trata de lo que tiene que hacer porque la regulación lo obliga (como pagar para viajar en el tren) o la naturaleza lo requiere (como comer y dormir). Se trata de lo que debería hacer, tener la obligación de hacerlo, porque es «correcto». No sorprendentemente, hay quienes reconocen obligaciones distintas de las tres sugerencias aquí, como maximizar su propio interés propio independientemente de otros, o haciendo solo lo que dice su líder, o actuando en interés nacional, o siguiendo lo que Juana de Arco llamó sus «voces» o haciendo lo que se siente bien. Y hay quienes no reconocen obligaciones en absoluto, afirmando que la ética es completamente relativa y situacional y que no pueden existir reglas generales. Estas personas sin duda preferirán otros principios. Los tres propuestos aquí, sin embargo, se encuentran entre los más ampliamente reconocidos y comúnmente utilizados. 2.3. Ejemplos de dilemas éticos Estos ejemplos son según el Psicólogo Clínico; Castillero (2018). Y los comparto por si desean analizarlos. 1. Dilema de Heinz Uno de los dilemas éticos más conocidos es el dilema de Heinz, propuesto por Kohlberg para analizar el nivel de desarrollo moral de los niños y adolescentes (infiriéndose a partir del tipo de respuesta, el porqué de la respuesta dada, el nivel de obediencia a las normas o la relativa importancia que pueda tener su seguimiento en algunos casos). Este dilema se presenta de la siguiente manera: “La mujer de Heinz está enferma de cáncer, y se espera que muera pronto si no se hace nada por salvarla. Sin embargo, existe un medicamento experimental que los médicos creen que puede salvar su vida: una forma de radio que un farmacéutico acaba de descubrir. Aunque esta sustancia es cara, el farmacéutico en cuestión está cobrando muchas veces más cantidad de dinero de lo que le cuesta producirla (le cuesta 1.000 dólares y cobra 5.000). Heinz reúne todo el dinero que puede para comprarla, contando con la ayuda y el préstamo de dinero de todos sus conocidos, pero solo alcanza a reunir 2.500 dólares de los 5.000 que cuesta el producto. Heinz acude al farmacéutico, a quien le dice que su esposa se muere y a quien le pide que le venda el medicamento a menor precio o que le deje pagar la mitad más tarde. El farmacéutico sin embargo se niega, aduciendo que debe ganar dinero con él ya que ha sido quien lo ha descubierto. Dicho esto, Heinz se desespera y se plantea robar la medicina.” ¿Qué debería hacer? 2. Dilema del tranvía El dilema del tranvía o del tren es otro clásico entre los dilemas éticos/morales, creado por Philippa Foot. En este dilema se propone lo siguiente: “Un tranvía/tren circula fuera de control y a toda velocidad por una vía, poco antes de un cambio de agujas. En esta vía hay atadas cinco personas, que morirán si el tren/tranvía les alcanza. Tú te encuentras delante del cambio de agujas y tienes la posibilidad de hacer que el vehículo se desvíe a otra vía, pero en el que se encuentra atada una persona. Desviar el tranvía/tren hará que muera una persona. No hacerlo, que mueran cinco. ¿Qué harías?” Este dilema dispone además de múltiples variantes, pudiendo complicar en gran medida la elección. Por ejemplo, la elección puede estar en que puede detener el tranvía, pero ello hará que descarrile con una posibilidad del 50% de que todos sus ocupantes mueran (y 50% de que todos se salven). O se puede buscar más la implicación emocional del sujeto: proponer que en una de las vías hay cinco o más personas que morirán si no se hace nada y en la otra una, pero que esta una es la pareja, hijo/a, padre/madre, hermano/a o familiar del sujeto. O bien un niño. 3. Dilema del prisionero El dilema del prisionero es uno de los dilemas empleados por John Nash para explicarlos incentivos y la importancia de las decisiones no solo propias sino también ajenas para obtener determinados resultados, siendo necesaria la cooperación para lograr el mejor resultado posible. Aunque es más económico que ético, también tiene implicaciones en este sentido. El dilema del prisionero propone la siguiente situación: “Dos presuntos delincuentes son detenidos y encerrados, sin que puedan comunicarse entre sí, ante la sospecha de su implicación en un robo a un banco (o un asesinato, dependiendo de la versión). La pena por el delito es de diez años de cárcel, pero no existen pruebas palpables de la implicación de ninguno en estos hechos. La policía le propone a cada uno de ellos la posibilidad de salir libre si delata al otro. Si los dos confiesan el crimen cumplirán cada uno seis años de prisión. Si uno lo niega y el otro proporciona pruebas de la implicación de éste, el informador saldrá en libertad y el otro será condenado a los diez años de cárcel. Si los dos niegan los hechos, ambos permanecerán en prisión un año.” En este caso, más que de moral estaríamos hablando de las consecuencias de cada acto para uno mismo y para el otro y de cómo el resultado depende no solo de nuestra actuación sino también de la ajena. 4. El ladrón noble Este dilema plantea lo siguiente: “Somos testigos de cómo un hombre roba un banco. Sin embargo, observamos que el ladrón no se queda el dinero, sino que lo entrega a un orfanato que carece de recursos para sustentar a los huérfanos que en él viven. Podemos denunciar el robo, pero si lo hacemos es probable que el dinero que el orfanato ahora puede usar para alimentar y cuidar a los niños tenga que devolver lo robado”. Por un lado, el sujeto ha cometido un delito, pero por otro lo ha hecho por una buena causa. ¿Qué hacer? El dilema puede complicarse si se añade, por ejemplo, que durante el atraco al banco ha muerto una persona. 5. El examen A veces, la decisión correcta se da en una situación muy ambigua en la que no sabemos si hemos cometido una infracción o no. Este dilema ético se basa en este tipo de situaciones. Nos plantea este escenario: "Estás en un aula de universidad realizando un examen: todos los alumnos estáis sentados en sillas-pupitre alineadas, respondiendo a preguntas que deben ser respondidas por escrito. En determinado momento, llevas varios minutos intentando resolver una pregunta que se te resiste, y viendo que no vas mal de tiempo, decides descansar durante un par de minutos, para ver si desconectando puedes evocar mejor los recuerdos. Sin embargo, tras llevar un rato con la mente en blanco y sin pensar en nada en concreto y con la mirada perdida, te das cuenta de que acabas de ver la respuesta correcta en la hoja de respuestas de la persona que tienes delante. Teniendo en cuenta que lo más probable es que no fueras a poder recordar la respuesta correcta, ¿respondes a la pregunta, o la dejas en blanco?". Es una simple pregunta de un examen, pero... ¿debes hacerte cargo de haber "copiado", aunque sea de manera no del todo voluntaria? ¿O por el otro lado no tienes la culpa de que tu mirada se haya dirigido a la hoja de examen de la otra persona?