Ensayo Calidad e Inocuidad Alimentaria - Cavazos Frausto
Ensayo Calidad e Inocuidad Alimentaria - Cavazos Frausto
Ensayo Calidad e Inocuidad Alimentaria - Cavazos Frausto
de Nuevo León
Facultad de Salud Pública
y Nutrición
Matrícula: 1913215
Septiembre 8, 2020
Introducción.
La calidad como un concepto general, puede definirse como “la medida en que los
niveles del conjunto de características que ofrece un producto o servicio satisfacen
unas necesidades expresadas o implícitas de los consumidores”. Es decir, la
manera en la que un producto o servicio cumple con nuestras expectativas o
complace nuestras necesidades. (Rivera, 2013)
Ahora bien, adentrándonos un poco más en el tema, vamos a hablar
específicamente de la calidad de los alimentos. Ésta enlaza cada atributo que hace
referencia a una parte, a la presentación, la composición, la pureza, el tratamiento
tecnológico y la conservación que hacen del alimento algo más o menos apetecible
al consumidor y, por otra parte al aspecto sanitario y valor nutritivo del alimento.
Siendo así, la calidad puede clasificarse como un concepto subjetivo, ya que
realmente está determinada por el consumidor, el cliente o la sociedad a quien está
dirigido dicho producto. Es decir, no hay un parámetro que nos propicie con
exactitud qué es lo que hace a un producto “de calidad”.
Por otro lado, existe otra característica en los alimentos llamada inocuidad, que,
como concepto, podemos definirla como “la característica intrínseca de un alimento
de no causar daño al ser ingerido como está indicado”, y esto no necesariamente
implica que sea saludable. Al hablar de inocuidad, incluimos en conjunto todas esas
condiciones y medidas necesarias durante la producción, almacenamiento,
distribución y preparación de alimentos para asegurar que una vez ingeridos, no
representen un riesgo para la salud del consumidor, y es este mismo el que asume
la inocuidad de un alimento. Asimismo, está implícita la idea de hacer prevalecer el
aspecto preventivo de las medidas a tomar, de manera que la inocuidad de los
alimentos debe verse como parte esencial de los cuidados preventivos de la salud
pública.
Tener la certeza de que algo no hace daño nunca ha sido asunto de apariencias.
Suponemos que los sabores desagradables, los olores fétidos, las texturas
reblandecidas, los exudados y los colores pálidos pudieron haber sido los primeros
indicadores de alimentos en mal estado. Pero no solamente la descomposición
sensorialmente perceptible habría sido problema de inocuidad, también podemos
suponer que los primeros humanos tendrían temor de enfermarse al comer, pero
estaban aún muy lejos de deducir las relaciones entre causa y efecto que ahora nos
parecen obvias.
De esta manera, existe una gran relación entre estos dos parámetros de los
alimentos: la inocuidad es parte de la calidad. Se puede ver que la calidad es
negociable y lo que para uno es bueno, para otro tal vez no. Por ejemplo, al comprar
una fruta, el consumidor tal vez esperará que los sabores sean dulces, tenga una
forma, una textura y un tamaño usuales y que aporte las vitaminas que
supuestamente aportan y así el cliente consideraría la fruta como un producto de
calidad; no obstante, si una fábrica de algún alimento industrializado busca esa
misma fruta, seguramente revisará que ésta tenga un tamaño más grande de lo
usual, un color más brillante o un sabor más fuerte. Sin embargo, la inocuidad es
una característica obligada: si no es inocuo, no puede llamarse alimento. Garantizar
la calidad e inocuidad representa tener clientes satisfechos, sobre todo por lo difícil
que es recuperar la imagen perdida por problemas de calidad e inocuidad.
Pero a pesar de la complejidad de los parámetros de calidad, existen ciertos
indicadores o atributos que la industria toma en cuenta para llegar a un producto de
calidad:
Atributos positivos
o Las propiedades organolépticas como el color, el olor, el aroma, el
sabor o su textura, también el origen del producto y la ausencia de
contaminantes
o Inocuidad (riesgos, crónicos o agudos, que pueden hacer que los
alimentos sean nocivos para la salud del consumidor)
Atributos negativos
o Estado de descomposición
o Contaminación con suciedad
o Decoloración y olores desagradables
Para esto, existen métodos para la evaluación de estos parámetros, por ejemplo,
para la evaluación de la calidad por métodos subjetivos se utilizan grandes paneles
de degustación, y, por otro lado, para la evaluación de la calidad por métodos
objetivos, se utilizan los ensayos físico-químicos.
Otros autores mencionan atributos o características más específicas sobre el control
de calidad de los alimentos. M. J. Schöder agrega la especie, el sistema de
producción, entre otras cosas:
Fuentes básicas de Grasas
energía Hidratos de carbono
Proteínas
Nutrientes Minerales
funcionales Vitaminas
Composición Compuestos Probióticos
bioactivos Flavonoides
Factores dietéticos Fibra
Prebióticos
Complementos Aditivos
Suplementos nutritivos
Accesibilidad Pequeño comercio
Gran superficie
Otros Versatilidad Fácil sustitución y
aspectos complementariedad
Atención al cliente Sugerencias, servicios, ayudas
Presentación Comodidad para abrir el empaque
Distribuido en porciones
Por último, cabe destacar que existen leyes y compromisos de los cuales cada
empresa debe responsabilizarse. Existe una estrategia llamada control de calidad,
que consiste en la implantación de programas, mecanismos, herramientas y/o
técnicas en una empresa para la mejora de la calidad de sus productos, servicios y
productividad. Es una estrategia para asegurar el cuidado y mejora continua en
la calidad ofrecida. Es de suma importancia darles seguimiento, pues cada producto
ofrecido al consumidor tendrá una consecuencia positiva o negativa en él.
Conclusión.