Plasticidad Neuronal
Plasticidad Neuronal
Plasticidad Neuronal
Espacio semipresencial
Ficha 2
DESARROLLO NEUROBIOLÓGICO
MIGRACIÓN NEUROBLÁSTICA
PLASTICIDAD NEURONAL
• Introducción
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A continuación se detalla una breve reseña de los estadios del desarrollo del SNC
• Migración neuroblástica
La formación de la sustancia gris cerebral es un proceso genéticamente ordenado.
Esquemáticamente sus etapas fundamentales son, como se ha mencionado anteriormente:
multiplicación celular, migración neuroblástica, entre otros procesos. La migración neuroblástica
se iniciará con la producción y multiplicación de neuroblastos y de los precursores gliales en las
zonas germinales adyacentes a la pared de los ventrículos laterales y del III ventrículo.
Proseguirá con la migración de los neuroblastos desde esas zonas germinales hacia su destino
final en la corteza cerebral. Allí las neuronas se diferenciarán en distintos tipos: Piramidales,
estrelladas, etc. donde, para constituir el patrón citoarquitectónico cortical. La migración se
produce por dos maneras: una migración neurofílica donde los neuroblastos entran en contacto
con otras neuronas en desarrollo, por ejemplo como sucede en la protuberancia. Otro
mecanismo es el gliofílico donde los neuroblastos avanzan hacia la superficie en contacto con
un tipo especial de glia, la glia radial que es transitoria y luego de migrar el neuroblasto
desaparece formando los atrocitos.
El momento de máxima producción de neuroblastos ocurre entre las semanas 10ª y 18ª de
gestación y la estructura cortical está prácticamente completa en la semana 20ª, sin embargo esta
producción continúa lentamente a lo largo de toda la gestación, e incluso algunas neuronas, por
ejemplo las del hipocampo y el tronco encefálico, migran post-natalmente.
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fibras radiales. La alteración de la corteza cuando las neuronas ya han migrado se atribuye a
procesos hipóxico-isquémicos.
Los axones neuronales compiten entre sí, por una cantidad limitada de factor neurotrófico
que provee el órgano blanco. Esta estrategia neurotrófica de regulación del número de neuronas,
sería sólo un ejemplo de un mecanismo mucho más general que sirve para regular la cantidad de
otras células que necesitan señales para sobrevivir. Estas señales parecen estar suprimiendo un
programa intrínseco de suicidio celular cuyo componente proteico esta comandado
genéticamente.
Dado que tales factores neurotróficos se obtienen al contactarse la neurona con su blanco
y producirse la actividad sináptica, la inhibición de la muerte celular programada una de cuyas
formas es la apoptosis, sería acción dependiente. Si el sistema no entra en funcionamiento, no se
posibilita el equilibrio entre supervivencia y muerte neuronal que lleva a su adecuada maduración.
• Plasticidad neuronal
Hasta hace algunos años, la concepción relativamente estática del sistema nervioso central
aparecía como contradictoria con las observaciones de la clínica con niños y adultos lesionados.
La relevancia de las condiciones del entorno sobre la maduración, la evidente recuperación
de niños con diferentes lesiones neurológicas, la singularidad que caracteriza a los modos de
construcción madurativa y también las maneras de responder a diferentes lesiones, generaban
permanentes preguntas.
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Entendemos la plasticidad cerebral como la posibilidad de adaptación funcional del Sistema
Nervioso Central. Esto es posible gracias a la capacidad de producir cambios estructurales
(nuevas conexiones) y funcionales por efecto de influencias endógenas y exógenas, las que
pueden ocurrir en cualquier período de la vida, pero sobre todo en los primeros años de la misma.
Cuando los cabos de un nervio son cortados y permanecen así durante un tiempo, los
extremos de los axones y en especial el del extremo proximal (cercano al soma neuronal), puede
crecer hasta encontrarse con el otro extremo amputado y así reinervar nuevamente la zona.
La complejidad funcional del SNC implica una gran diversidad en el número, tipo y función
de sus elementos. Estos forman una gran red plástica de circuitos que se mantiene en constante
movimiento, capaz de responder a presiones ambientales, lesiones o modificaciones en el estado
interno del organismo, incluyendo procesos tan poco conocidos como el aprendizaje y la memoria.
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Las dendritas también pueden repararse. Neuronas vecinas pueden tomar el lugar de las
lesionadas. Puede haber reparación por la glía: las células de Schwann del Sistema Nervioso
Periférico pueden reparar las vainas de mielina del SNC. Las células gliales, con la acción de
factores neurotróficos como el NGF (Nerve Growth Factor) pueden modificarse e inervar tejido
muscular así como almacenar y liberar el neurotransmisor acetilcolina.
Se agrega la acción de los neurotransmisores que pueden regular su concentración y
disponibilidad y aún cambiar su tipo, jugando un papel fundamental en la plasticidad.
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Cuando se plantea que los efectos de las diferentes noxas sobre el sistema nervioso están
en vinculación con los momentos madurativos particulares en que estas actúen debe tenerse en
cuenta también el estado de construcción y distribución de la vasculatura dado que esto tendrá
efectos importantes en la localización de las lesiones hipóxico-isquémicas y hemorrágicas
principalmente.
Uno de los ejemplos clásicos de neuroplasticidad humana en respuesta a diferentes
injurias, es la que se produce en el sistema visual en el estrabismo del niño, seguida de
disminución de la visión.
El bebé estrábico fija un ojo en los objetos, el cerebro visual ignora lo que es visto por el ojo
desviado para evitar la confusión entre las dos imágenes superpuestas, producidas por los ojos no
alineados. Si esto perdura hasta los 6 años la visión del ojo perdido decrece en forma
permanente, a veces en forma total.
El daño en áreas del lenguaje en el niño produce menor pérdida de función que lesiones
similares en etapas posteriores. Esto puede deberse a la intervención de áreas vecinas que toman
las funciones del lenguaje, especialmente las que tienen funciones vinculadas a él.
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Dado que la neuroplasticidad es una cuestión inherente a la estructura y función del
sistema nervioso, que se observa en la maduración normal y en diferentes situaciones
patológicas, al arribar a un diagnóstico no hemos llegado a una verdad absoluta e inamovible.
Lo que suceda en el proceso madurativo de ese niño portador de una alteración dependerá
del entramado singular que formen la información genética que ha recibido, la historia previa a la
lesión, lo que le ofrezca el entorno, lo que se le diga, lo que se le pida, el lugar donde se lo sitúe,
las experiencias que se le brinden y lo que se espere de él.
También las intervenciones terapéuticas, lo que digan y hagan los profesionales, las
modalidades de abordaje de las cuestiones instrumentales, las indicaciones, prescripciones y
prohibiciones, el techo que se le pronostique, etc.
Existen momentos críticos, por lo que no es lo mismo atender a un niño pequeño que a uno
mayor con respecto a su potencial de plasticidad. Pero es interesante saber que el sistema
nervioso mantiene su capacidad de responder a situaciones cambiantes mucho mas allá de lo que
pensábamos, lo que abre nuevas expectativas. El efecto de los trastornos parecen ser muchos
más profundos para un cerebro en desarrollo que para uno maduro. Químicos, drogas,
infecciones, factores ambientas, etc. pueden causar alteraciones en el cerebro inmaduro.
Asimismo, estos mismos factores en un cerebro maduro pueden producir un daño demostrable o
solamente un efecto transitorio. Hay dos excepciones a este concepto:
Bibliografía
• Churchland, P. 1998. Perspectiva in cognitive neuroscience. Rev. Neuroscience
• Granovsky, G. 2003. III Curso sobre Prematurez y alto riesgo. Hospital Materno Infantil
Ramón Sardá.
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• Terzaghi, M. 2004. Mimeo. La plasticidad cerebral.