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Los Esponsales

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Introducción

Cuando el hombre institucionalizó la unión matrimonial, creó al mismo tiempo las


prácticas religiosas y las costumbres legales pertinentes. Entre ellas, una de las
más importantes por su trascendencia social y jurídica fueron los esponsales.

Esta palabra esponsales proviene de la voz latina spondeo, promesa, porque -


afirma Ulpiano- fue costumbre de los antiguos romanos es tripular las condiciones
según las cuales se prometía a la mujer para un enlace próximo. Y de aquí
también que a la prometida se le llamara es posa, y al sujeto a quien se prometía,
esposo.

Los esponsales, por lo tanto, en un


sentido estricto son futurarum
nuptiarum promissa, es decir, la
promesa de futuras nupcias. Es el
mismo sentido en que se pronuncia
Florentino en el Libro III de sus
Instituciones al decir que los esponsales son mención y promesa de matrimonio
futuro.

El artículo 139 del Código Civil Federal establecía que "la promesa de matrimonio
que se hace por escrito y es aceptada, constituye los esponsales.

Sin embargo, la palabra esponsales tiene también otros sentidos, a saber:

a) En un sentido impropio, se toma por las arras y los regalos que se


intercambian los futuros esposos.
b) b) Indica el matrimonio, aún no celebrado, porque en los esponsales hay
cierta promesa de entrega mutua.
c) Se refiere a la promesa de futuro matrimonio, llamándose entonces
esponsales de futuro, para distinguirlos del matrimonio propia mente al cual
se le daba el nombre de esponsales de presente.
d) d) En el Derecho canónico se les conoce también con los nombres de fides
pactionis, fides consensus, spes matrimonii, seu nuptiarum y también
sacramentalia matrimoni (porque constituyen una disposición previa para el
sacramento de matrimonio).

Ahora bien, existe una reforma que deroga el concepto del Código Civil Federal y
de la legislación en le estado de Hidalgo, por ello me parece interesante
desarrollar el tema respecto a esta situación.

Desarrollo

Los esponsales constituyen una promesa matrimonial que se otorga por escrito y
es mutuamente aceptada por las partes. Esta promesa no produce la obligación
de contraer matrimonio y no puede prever penalidades por su incumplimiento; es
un contrato preliminar o preparatorio por medio del cual ambas partes se obligan a
celebrar un contrato a futuro determinado que no pueden o no desean celebrar por
el momento.

Así para realizar esta promesa se requería que el varón tuviera 16 años y la mujer
14, por lo menos. En este caso el consentimiento para otorgar la promesa de
matrimonio lo daban sus representantes legales.

Se solicito la derogación de estos artículos en 2019, en razón de que atentaba


contra el principio del interés superior de la niñez, consagrado en el artículo 40, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Asimismo, porque si la
promesa de matrimonio deriva en casamiento durante este periodo de la vida
entonces se estaría privando al niño o a la niña de disfrutar de la adolescencia, en
razón de que tendría que enfrentar otras obligaciones distintas al estudio, la
diversión y aspiraciones naturales de esa etapa de madurez progresiva,
cambiándolas por deberes de sostener un hogar, embarazo y hasta un parto
prematuro.

Lo que representa un alto riesgo de mortalidad infantil e incluso poner en riesgo la


vida misma de la niña.

También se consideró que en el contrato de esponsales quien otorga el


consentimiento es el representante legal del niño o niña, transgrediendo uno de
los principios fundamentales de la Convención sobre los Derechos del Niño,
Instrumento internacional ratificado por el Estado mexicano el 21 de septiembre de
1990.

Dicho principio consiste en el derecho de todo niño, niña o adolescente a opinar


en todos los asuntos que le afectan y a que sean debidamente tomadas en
consideración sus opiniones.

Es decir, mientras que tratándose de una persona mayor de edad ésta puede
decidir lo que le resulta más favorable, en el caso de niñas y niños es otro quien
decide lo mejor para el titular del derecho. En este caso los padres, tutores,
autoridades jurisdiccionales o administrativas estaban decidiendo quién es la
pareja adecuada para la persona menor de edad

El dictamen en comento tuvo por objeto desaparecer de nuestro horizonte jurídico


vigente los enunciados legales que soportan y dan vida a la institución de los
esponsales, la finalidad de inhabilitar, a la postre, de la federación con los
preceptos que determinan una figura jurídica y social anquilosada en otra maldad
diversa y por lo mismo insustancial e improcedente para responder
adecuadamente a las necesidades y expectativas de la sociedad mexicana actual.
La prioridad de toda legislación es que ésta sea acorde con la realidad social de
los destinatarios de las mismas, así el conjunto de normas que conforman el
marco jurídico de cualquier estado no debe reflejar más que la expresión de los
valores sociales en un tiempo y espacio determinado. Las transformaciones en la
vida social de una comunidad son impulsadas por varios factores, como los
cambios culturales, las nuevas orientaciones de conciencia y la evolución en las
formas de entender el mundo. Lo cierto es que hay por hoy el orden jurídico de
nuestro país se sigue contemplando y regulando figuras jurídicas que resultan por
demás inoperantes y en un completo desuso.

La sociedad mexicana se encuentra deseosa y a la espera de contar con diseños


y dispositivos legales vinculantes que generen convivencias armoniosas,
respetuosas y de equidad, siempre bajo el amparo y la tutela de auténticos
ordenamientos positivos, viables y funcionales en su extensión e implementación.

Conclusiones

La finalidad de este término era instituirse como una condición previa al


matrimonio, la cual contempla un conjunto de promesas que se formulan entre dos
personas emocionalmente unidas. Sin embargo, resulta sorprendente que este
tipo de formas sigan teniendo vigencia en nuestro derecho positivo,
primordialmente por dos factores; el primero de éstos es la baja de la tasa de
matrimonios y el aumento en la tasa de divorcios en la última década, fenómeno
que sin duda alguna encuentra como causa principal la incursión de la mujer en la
vida social, política y económica y su participación activa en todos estos ámbitos,
cosa que antes le estaba negada.

Si queremos un México moderno, debemos empezar en casa, educando a


nuestros hijos, fomentarles el estudio, la lectura, la cultura en todas sus
categorías; impulsar sus ideales y sueños; enseñar a las niñas y niños que no solo
van a crecer para casarse. Si queremos igualdad, erradiquemos esas figuras
arcaicas de nuestra legislación.

Otro aspecto que va muy de la mano con lo antes comentado son los cambios en
la concepción de la familia tradicional y con ello el reconocimiento de nuevas
formas de unión, como lo son el concubinato, la sociedad en convivencia y la
cohabitación, que si bien no constituyen un sustituto perfecto del matrimonio son
opciones reales, por lo que la legislación ha buscado, a través del fortalecimiento
de éstas, crear la confianza necesaria entre las personas que deseen colaborar
con una empresa en común, llámese familia, plan de vida, etcétera, cuyo éxito
requiere una intervención enorme de recursos y tiempo de ambas partes.

Con base en todo lo anterior y reconociendo que actualmente la figura de los


esponsales sobre todo tiene efectos de tipo social, coincido en la derogación de
los artículos que la contemplan en el Código Civil Federal.

Es necesario echar a andar las acciones pertinentes, a fin de que se homologuen


los criterios en cuanto al contenido de las leyes en el ámbito federal y local.

Es importante destacar que, en las entidades federativas, tales como Coahuila,


Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Jalisco, Ciudad de México,
Estado de México, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí,
Sonora, Yucatán y Zacatecas, los legisladores han derogado la institución de los
esponsales códigos civiles locales.
Cámara de Diputados, decreto por el que se derogan los artículos 139-145 del Código Civil
Federal. Obtenido de pdf
https://www.diputados.gob.mx/sedia/biblio/prog_leg/111_DOF_24dic13.pdf

Cámara de Diputados, Código Civil Federal 2022. Obtenido de pdf


https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/2_110121.pdf

Código Civil para el Estado de Hidalgo . (06 de septiembre de 2021).


Obtenido de pdf:
http://www.congreso-hidalgo.gob.mx/biblioteca_legislativa/Leyes/02Codigo%20Civil%20para%20el
%20Estado%20de%20Hidalgo.pdf

Ley para la Familia del Estado de Hidalgo. (28 de octubre de 2021).


Obtenido de pdf:
http://www.congreso-hidalgo.gob.mx/biblioteca_legislativa/leyes_cintillo/Ley%20para%20la
%20Familia%20del%20Estado%20de%20Hidalgo.pdf

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