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Civil 1 Unión Consensual

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Nombre

Irina Paola Candelaria Campos

Matrícula
1-23-8801

Tema
La unión libre o consensual de una pareja a la luz de distintas legislaciones
dominicanas

Docente
Carlos Ciriaco

Fecha
2-15-24
En la República Dominicana, la unión consensual ha ido adquiriendo una importancia creciente
en el tejido social y legal del país. Esta forma de convivencia, que no cuenta con el
reconocimiento formal del matrimonio, ha ganado terreno como una opción común para parejas
que desean compartir una vida en común sin formalizar su unión legalmente. Este fenómeno ha
despertado el interés de legisladores, académicos y profesionales del derecho, quienes exploran
las implicaciones legales, sociales y culturales de esta práctica en la sociedad dominicana.

A lo largo de los años, se han observado cambios significativos en la percepción y regulación de


la unión consensual en la República Dominicana. Desde el ámbito legal hasta el reconocimiento
en políticas de seguridad social, se han producido avances que reflejan una mayor comprensión y
aceptación de esta forma de convivencia en la sociedad.

En este contexto, resulta fundamental profundizar en el estudio de la unión consensual, así como
en su tratamiento legal y social. Comprender sus implicaciones y desafíos permitirá avanzar
hacia una regulación más inclusiva y equitativa que garantice los derechos y protecciones
adecuados para todas las parejas, independientemente de su forma de convivencia.

A continuación, exploraremos cómo la legislación dominicana ha abordado la implementación de


los derechos y deberes de quienes eligen la unión libre. Examinaremos desde disposiciones en el
Código Civil y la Constitución, hasta consideraciones en el Código del Menor, entre otros
documentos relevantes.

En términos generales, las personas que tienen capacidad para estar en unión libre son aquellas
que han alcanzado la mayoría de edad y que no están legalmente impedidas para contraer
matrimonio. Esto significa que cualquier adulto que no esté casado legalmente y que cumpla con
los requisitos legales establecidos en la legislación dominicana puede optar por la unión libre.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen algunas restricciones legales, como, por
ejemplo, la prohibición de contraer matrimonio entre parientes, que también podrían aplicarse a
las uniones consensuales.
El artículo 48 de la Constitución de 1963 marca un hito al abordar legalmente la unión
consensual en la República Dominicana. En este artículo se establece que la ley debe definir en
qué circunstancias las uniones de hecho entre personas con capacidad para contraer matrimonio
pueden tener efectos económicos equiparables a los del matrimonio, con el fin de promover la
equidad y proteger el interés social. Esta disposición constitucional reconoce la importancia de
regular las uniones consensuales para garantizar derechos y protecciones a las parejas que optan
por esta forma de convivencia. Es crucial señalar que esta disposición constitucional no perduró
debido al golpe de estado contra el presidente Juan Bosch y la intervención de Estados Unidos.
Pero más adelante podemos observar dentro del contexto de la Ley 14-94 Código del Menor en
su versión anterior, el artículo 19 marca un importante reconocimiento legal hacia la unión
consensual o de hecho como una forma válida de constituir una familia en la República
Dominicana. Este artículo amplía la tradicional definición de familia, no limitándola únicamente
a aquellas basadas en el matrimonio, sino también incluyendo aquellas formadas por un padre y
una madre, o por uno de ellos y sus descendientes, nacidos de una unión consensual o de hecho.

Esta disposición legal refleja un cambio significativo en la comprensión y aceptación de las


diversas estructuras familiares presentes en la sociedad dominicana. Reconoce y valida
legalmente la existencia de familias que surgen fuera del marco del matrimonio formal, lo cual
refleja una mayor sensibilidad hacia la diversidad y complejidad de las relaciones familiares en
el país.

Al reconocer la unión consensual como una forma legítima de constituir una familia, el artículo
19 del Código del Menor proporciona un marco legal sólido que garantiza derechos y
protecciones a las parejas y a sus descendientes nacidos de estas uniones. Esto incluye derechos
relacionados con la filiación, la custodia de los hijos, el acceso a la herencia y otros aspectos
importantes que afectan el bienestar y la estabilidad de las familias formadas de esta manera.

Dentro de esta misma ley, los artículos 14, 32 y 75 ofrecen una perspectiva legal sobre la unión
consensual o de hecho y sus implicaciones en la dinámica familiar y la adopción.
El artículo 14 establece un principio fundamental de igualdad para todos los hijos e hijas,
independientemente de si nacen de una relación consensual o de matrimonio. Esto significa que,
en términos de derechos y calidades, los hijos de una unión consensual son equiparados a
aquellos nacidos dentro del matrimonio, incluyendo el acceso a la herencia y la sucesión.
El artículo 32 permite a las parejas, ya sea casadas o unidas consensualmente, formalizar la
adopción del hijo o hija del otro. Esta disposición otorga a las parejas en unión consensual la
oportunidad legal de expandir su familia a través de la adopción, manteniendo los vínculos de
filiación entre el adoptado y el cónyuge o pareja del adoptante, así como con sus respectivos
parientes.
Finalmente, el artículo 75 establece los procedimientos y condiciones para la adopción,
asegurando que los bienes del adoptado sean administrados con la misma diligencia y
responsabilidad que los de los hijos legítimos. Esto implica que, en caso de adopción por parte de
ambos esposos o la pareja consensual, los bienes del adoptado se manejarán en condiciones
similares a las de un hijo biológico, garantizando así su protección y bienestar económico. Estos
artículos del Código del Menor proporcionan un marco legal sólido para la protección y el
reconocimiento de las familias formadas a través de la unión consensual en la República
Dominicana.
En el ámbito penal también podemos ver la unión consensual como un tema de importancia para
las autoridades dominicanas, por esta razón mencionamos el Artículo 309-2 de la Ley No. 24-97
que establece que la violencia doméstica o intrafamiliar incluye cualquier patrón de conducta que
implique el uso de fuerza física, violencia psicológica, verbal, intimidación o persecución contra
uno o varios miembros de la familia o contra cualquier persona que mantenga una relación de
convivencia. Esto abarca a cónyuges, ex-cónyuges, convivientes o ex-convivientes, así como a
parejas consensuales, y también a la persona con quien haya procreado un hijo o una hija.

Esta disposición legal reconoce la importancia de proteger a las personas que están en una
relación de convivencia, ya sea en unión consensual o de hecho, de cualquier forma de violencia
doméstica. Asimismo, establece que tanto el padre, la madre, el tutor, el guardián, el cónyuge, el
ex-cónyuge, el conviviente, el ex-conviviente o la pareja consensual, así como cualquier persona
bajo cuya autoridad, protección o cuidado se encuentre la familia, pueden ser responsables de
cometer actos de violencia doméstica.

En este sentido, el artículo mencionado proporciona un marco legal para la protección de las
personas que están en una unión consensual o de hecho, reconociendo que la violencia doméstica
puede ocurrir en cualquier tipo de relación de convivencia y estableciendo medidas para prevenir
y sancionar este tipo de comportamiento perjudicial.

La sección c del artículo 123 de la Ley No. 87-01, que crea el Sistema Dominicano de Seguridad
Social, pone de relieve la importancia de la unión consensual en el acceso a los beneficios de la
seguridad social en la República Dominicana. En este artículo se establece que el cónyuge del
afiliado y del pensionado, o en su defecto, el compañero de vida con quien haya mantenido una
vida marital durante los tres años anteriores a su inscripción, o haya procreado hijos, podrá
recibir beneficios del sistema. Es relevante destacar que esta disposición se aplica siempre y
cuando ambos no tengan impedimento legal para contraer matrimonio.

Esta disposición resalta la preocupación por garantizar la protección y el bienestar de las parejas
que han optado por una unión consensual o de hecho. Reconoce que, aunque estas parejas no
estén formalmente casadas, han establecido una vida en común durante un período significativo
de tiempo o han formado una familia procreando hijos. Asimismo, la disposición refleja una
sensibilidad hacia la diversidad de las estructuras familiares en la sociedad dominicana y busca
garantizar que estas parejas no sean excluidas de los beneficios de la seguridad social debido a su
estado civil. En resumen, el artículo destaca la importancia de reconocer y proteger los derechos
de las parejas en unión consensual en el ámbito de la seguridad social en la República
Dominicana.
El certificado que documenta la unión consensual, en cierto modo, actúa como una validación
oficial de dicha unión, otorgando reconocimiento legal y permitiendo establecer la filiación en el
seguro social de salud. Este certificado es fundamental para obtener los beneficios y protecciones
asociados con la familia del asegurado, como se establece en el Artículo 5 de la Ley 87-01. En
este artículo, se especifica que la familia del asegurado incluye al cónyuge o compañero(a) de
vida debidamente registrado.

La referencia a "debidamente registrado" en este contexto se refiere a la necesidad de presentar


un acta oficial que valide la unión consensual ante las autoridades correspondientes. Esta acta es
emitida para formalizar la unión y proporciona evidencia legal de la relación entre las partes
involucradas. Además de servir como prueba de la unión consensual, este documento facilita el
acceso a los beneficios y derechos asociados con el estado civil de pareja.

El proceso de registro de la unión consensual implica cumplir con ciertos requisitos legales y
procedimientos administrativos establecidos por las autoridades competentes. Esto puede incluir
la presentación de documentos que demuestren la identidad y el estado civil de los involucrados,
así como la declaración oficial de su intención de formar una unión consensual. Una vez
completado este proceso, se emite un acta que certifica la existencia de la unión consensual y
permite su reconocimiento oficial en diversos ámbitos legales y sociales.

En resumen, el certificado de la unión consensual desempeña un papel crucial en la


formalización y reconocimiento legal de esta forma de convivencia. Actúa como una prueba
documental que valida la relación entre las partes y facilita el acceso a los derechos y beneficios
asociados con el estado civil de pareja. La referencia a estar "debidamente registrado" en la ley
destaca la importancia de esta acta como evidencia de la unión consensual ante las autoridades
correspondientes.

Art. 58.- DENOMINACIÓN DE FAMILIA. Se entiende por familia el grupo integrado por:
a) El padre y la madre, los hijos(as) biológicos(as), adoptados(as) o de crianza, frutos de un
matrimonio o de una unión consensual;
A medida que pasa el tiempo, la unión consensual ha ido adquiriendo una mayor importancia y
relevancia dentro del marco legal dominicano. Este cambio se refleja en disposiciones como el
Artículo 58 de la Ley 136-03, que establece que la familia está compuesta por el padre y la
madre, así como por los hijos biológicos, adoptados o de crianza, frutos tanto del matrimonio
como de una unión consensual. Esta inclusión en la definición legal de familia resalta el
reconocimiento y la protección que se otorgan a las familias surgidas de una unión consensual en
la República Dominicana.

Esta evolución en la legislación refleja una mayor sensibilidad hacia la diversidad de estructuras
familiares presentes en la sociedad dominicana y reconoce el valor y la importancia de las
relaciones familiares más allá del marco del matrimonio formal. Además, demuestra un esfuerzo
por garantizar que todas las familias, independientemente de su forma de constitución, tengan
acceso a los mismos derechos y protecciones legales. En este sentido, el reconocimiento de la
unión consensual dentro de la ley dominicana es un paso importante hacia la equidad y la justicia
social en el ámbito familiar.

En el Código de Trabajo, específicamente en el Artículo 54, se aborda la cuestión de la unión


consensual en relación con los derechos laborales. Este artículo establece que el empleador tiene
la obligación de otorgar al trabajador ciertos días de licencia con salario en caso de eventos
familiares específicos. Entre estos eventos se incluye la celebración del matrimonio del
trabajador, lo que sugiere un reconocimiento implícito de la unión consensual como una
situación equiparable al matrimonio en términos de derechos laborales.

Este enfoque del Código de Trabajo refleja un reconocimiento práctico de las uniones
consensuales en la vida laboral de los dominicanos. Al otorgar días de licencia con salario para la
celebración de unión consensual, se reconoce la importancia y validez de esta forma de relación
en la sociedad dominicana.

Esta disposición también resalta la sensibilidad del marco legal hacia la diversidad de estructuras
familiares presentes en la sociedad, reconociendo que las uniones consensuales son una realidad
común y válida para muchos trabajadores dominicanos.

El Artículo 54 del Código de Trabajo proporciona un ejemplo concreto de cómo las leyes
laborales en la República Dominicana reconocen y abordan la unión consensual como una
realidad importante en la vida de los trabajadores, asegurando que se respeten sus derechos en el
ámbito laboral.
El artículo 55 de la Constitución actual de la República Dominicana establece los derechos
fundamentales de la familia como el pilar de la sociedad y el espacio esencial para el desarrollo
integral de las personas. La familia puede formarse a través de vínculos naturales o jurídicos,
como el matrimonio o la decisión responsable de conformarla. Esto resalta la importancia y la
diversidad de las estructuras familiares presentes en la sociedad dominicana.

En particular, el numeral 5 del mismo artículo reconoce la unión singular y estable entre un
hombre y una mujer como una forma válida de familia. Esta unión, conocida como hogar de
hecho, genera derechos y deberes en las relaciones personales y patrimoniales de acuerdo con la
ley. Este reconocimiento constitucional de la unión consensual resalta su importancia dentro del
marco legal y social del país.

Este enfoque de la Constitución refleja una sensibilidad hacia la diversidad de formas familiares
presentes en la sociedad dominicana. Reconoce que la familia no se limita únicamente al
matrimonio formal, sino que también incluye las uniones consensuales como una expresión
válida de la vida familiar. Esto garantiza que todas las familias, independientemente de su forma
de constitución, sean reconocidas y protegidas por la ley.

El reconocimiento de la unión consensual en la Constitución también tiene implicaciones


importantes en términos de derechos y protecciones para las parejas que optan por esta forma de
convivencia. Al garantizar que estas uniones generen derechos y deberes de acuerdo con la ley,
se asegura que las parejas en unión consensual tengan acceso a los mismos beneficios y
protecciones que las parejas casadas en términos legales y sociales.

Además, este reconocimiento constitucional fomenta la igualdad y la inclusión en la sociedad


dominicana al reconocer y valorar todas las formas de convivencia familiar. Esto contribuye a la
construcción de una sociedad más justa y equitativa donde todas las personas,
independientemente de su estado civil, sean tratadas con dignidad y respeto.

Este artículo conoce y protege la diversidad de formas familiares, incluida la unión consensual,
como un derecho fundamental de las personas. Este reconocimiento constitucional refleja una
evolución en la percepción y regulación de las relaciones familiares en la sociedad dominicana,
promoviendo la igualdad, la inclusión y el respeto hacia todas las formas de convivencia familiar.
El quinto ordinal del artículo 55 de la Constitución aparenta equiparar las relaciones
concubinarias al matrimonio en términos de efectos legales, especialmente en lo concerniente al
patrimonio y la comunidad de bienes entre los convivientes. Sin embargo, al examinar más
detenidamente este ordinal, se revela que la regulación de estos aspectos queda sujeta a la ley
vigente, como indica la expresión "de conformidad con la ley". Esto implica que, aunque la
unión consensual pueda existir, es necesario que se establezca una sociedad de hecho entre el
hombre y la mujer para generar vínculos patrimoniales.

Cualquier persona que mantenga una relación de monogamia, permanencia, singularidad y


estabilidad, demostrable, tiene derecho a reclamar el 50% de los bienes adquiridos durante su
convivencia en unión libre o concubinato. Es importante señalar que, al igual que en el
matrimonio, los bienes heredados no entran en la categoría de bienes comunes sujetos a división.

La institución del concubinato, tal como se consagra en la Constitución, constituye un avance


significativo en la protección de los derechos patrimoniales de las parejas que conviven sin estar
formalmente casadas. Esta medida contribuye a prevenir la violencia económica o patrimonial
que, en el pasado, era ejercida con frecuencia por el hombre sobre la mujer, al reconocer el
derecho de la mujer a participar en la propiedad y gestión de los bienes adquiridos durante la
convivencia en concubinato, independientemente de su condición laboral.

Es importante tener en cuenta que la unión consensual no se trata simplemente de unirnos


y declararnos como tal. Esta relación requiere de ciertos elementos significativos para que sea
reconocida legalmente como una unión consensual. Por esta razón, vamos a mencionar cuáles
son estos aspectos relevantes.

1. La cohabitación es el elemento distintivo que diferencia una unión consensual de una simple
relación casual. Si los individuos no comparten un hogar común, no se puede argumentar la
existencia de una unión consensual para los diferentes efectos legales que pueden surgir. Esta
cohabitación implica compartir la vida en todos los aspectos que requieren consideración y
solución por parte del derecho. Además, implica la existencia de relaciones sexuales entre los
individuos, o al menos la apariencia de ellas debido a la intimidad con la que comparten la vida.

2. La notoriedad implica que la unión de un hombre y una mujer debe ser conocida
públicamente; es decir, no debe mantenerse en secreto por los individuos involucrados. La falta
de este requisito afectará los efectos legales que afectan a terceros, como, por ejemplo,
proveedores del hogar común que no podrán invocar el estado matrimonial aparente.
3. La singularidad implica que todos los elementos que constituyen la unión consensual deben
darse exclusivamente entre los dos individuos involucrados. Sin embargo, la singularidad no se
ve afectada si algunos de estos elementos se dan entre uno de los individuos y otra persona,
siempre que sea posible.

4. La permanencia es un aspecto fundamental de la unión consensual; la relación entre los


individuos no puede ser breve o accidental. Debe ser duradera, tanto que la falta de esta
característica haría inaplicables la mayoría de los efectos legales que se atribuyen a la unión
consensual. Aunque puede haber rupturas temporales, seguidas de reconciliaciones rápidas, estas
no afectan la naturaleza duradera de la relación.

Es de igual vitalidad mencionar que las personas que desean vivir bajo este marco, no puede uno
de los implicados o ambos estar legalmente casados con otras personas, si desean adquirir
derechos de pareja en unión libre. De igual importancia, la unión consensual se reconoce
tradicionalmente como una unión entre un hombre y una mujer.

Las obligaciones personales de las parejas en unión marital de hecho se desglosan y ordenan
de la siguiente manera:

1. El deber de fidelidad, socorro y asistencia mutua: Esto implica mantener la lealtad y el


compromiso hacia la pareja, así como brindar apoyo emocional y asistencia en momentos de
necesidad.

2. La obligación de asegurar justos la dirección moral de la familia: Las parejas tienen la


responsabilidad de promover valores morales y éticos en el hogar, así como proporcionar un
ambiente seguro y saludable para el desarrollo de los miembros de la familia.

3. La obligación de contribuir, en medida de lo posible, en el sustento del hogar: Esto


implica compartir responsabilidades financieras y contribuir económicamente al mantenimiento
del hogar y el bienestar de la familia.

4. La obligación de una comunidad de vida estable: Las parejas en unión marital de hecho
deben establecer una convivencia estable y armoniosa, compartiendo un hogar común y
colaborando en la gestión y organización de la vida cotidiana.
5. El respeto a su dignidad individual: Cada miembro de la pareja tiene derecho a ser tratado
con respeto y dignidad, preservando su autonomía y su integridad personal en todo momento.

6. El derecho de disponer libremente del producto de su trabajo: Las parejas tienen el


derecho de gestionar y disponer libremente de los ingresos y recursos generados por su trabajo,
así como de tomar decisiones conjuntas sobre el uso y la administración de dichos recursos en
beneficio del hogar y la familia.

Cabe destacar el caso famoso del 2001 ganado mediante el artículo 1382 del Código Civil
Dentro del Código Civil dominicano, no existe un artículo como tal que hable o mencione la
unión libre, el concubinato o la unión consensual, pero si se ha tomado un artículo para favorecer
a las personas que están bajo este vínculo. En la República Dominicana, se han registrado
numerosas demandas relacionadas con indemnizaciones por daños y perjuicios sufridos por un
concubino en caso de muerte del otro concubino en un accidente. En general, estas demandas
suelen resolverse a favor del demandante en la mayoría de los casos.

Los jueces suelen fallar a favor del concubino basándose en el artículo 1382 del Código Civil,
que establece la responsabilidad civil por los daños causados a otra persona como principio
general, sin hacer distinciones. Este artículo protege a las víctimas de cualquier daño causado por
acciones humanas, lo que incluye los casos en los que un concubino sufre daños como resultado
de la muerte del otro concubino en un accidente.

Una sentencia notable de la Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana, emitida en


respuesta a un recurso de casación presentado por la señora Fidelina María Suazo el 17 de
octubre de 2001, ejemplifica este principio. En dicha sentencia, la demandante fue favorecida
principalmente con una indemnización por daños y perjuicios, respaldada por el artículo 1382 del
Código Civil Dominicano.

Las parejas en unión libre o concubinato en la República Dominicana están protegidas por
disposiciones legales que garantizan sus derechos en caso de daños y perjuicios. Aunque el
Código Civil no aborda directamente esta forma de unión, la jurisprudencia ha demostrado un
reconocimiento de responsabilidad civil en casos relacionados con estas situaciones. Esto refleja
una adaptación del sistema legal para abordar las necesidades y realidades de las relaciones
familiares contemporáneas en el país.
La unión libre o consensual de una pareja es un tema de creciente importancia en el contexto
legal y social de la República Dominicana. A lo largo de este análisis, hemos explorado diversos
aspectos relacionados con este tipo de convivencia, desde su reconocimiento en la legislación
hasta su impacto en diferentes ámbitos de la vida cotidiana. A través de la revisión de
disposiciones constitucionales, leyes laborales, civiles y de seguridad social, hemos observado
cómo la unión consensual ha ido adquiriendo relevancia y reconocimiento en el marco jurídico
dominicano.

Desde la Constitución hasta el Código Civil y el Código del Trabajo, se evidencia un progresivo
reconocimiento de la unión consensual como una forma válida de convivencia. El artículo 55 de
la Constitución, por ejemplo, establece que la familia se constituye por vínculos naturales o
jurídicos, incluyendo la decisión libre de un hombre y una mujer de formar una unión
consensual. Además, se reconoce expresamente la unión singular y estable entre un hombre y
una mujer como generadora de derechos y deberes, aunque sujetos a regulación legal.

En el ámbito laboral, el Código del Trabajo garantiza ciertos derechos a los trabajadores en
relación con eventos familiares, como la celebración del matrimonio o el fallecimiento de un
familiar cercano, lo que implica un reconocimiento indirecto de la unión consensual como una
forma de familia legítima.

La evolución en la percepción y regulación de la unión consensual en la República Dominicana


refleja un cambio en la sociedad hacia una mayor inclusión y reconocimiento de la diversidad de
formas de convivencia familiar. Este reconocimiento no solo tiene implicaciones legales, sino
también sociales y culturales, al promover la igualdad de derechos y oportunidades para todas las
personas, independientemente de su estado civil o tipo de relación.

A lo largo de los años, hemos sido testigos de cómo la unión consensual ha pasado de ser
marginada o ignorada en el ámbito legal a ser reconocida y protegida como una forma legítima
de convivencia. Este avance representa un paso importante hacia una sociedad más justa e
inclusiva, donde todas las formas de amor y convivencia son valoradas y respetadas.

En conclusión, la unión libre o consensual de una pareja ha emergido como un tema de


importancia creciente en el contexto de las legislaciones dominicanas. A medida que la sociedad
avanza y se adapta a nuevas realidades familiares, es fundamental que el marco legal siga
evolucionando para garantizar la protección de los derechos y el bienestar de todas las personas,
independientemente de su forma de convivencia.

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