Centellografía de Riñón y Vías Urinarias
Centellografía de Riñón y Vías Urinarias
Centellografía de Riñón y Vías Urinarias
Hay muchas formas de evaluación renal en medicina nuclear. Hay fármacos que se pueden utilizar dependiendo
de qué aspecto del riñón y de la función renal se quiere estudiar. Se puede, por ejemplo, valorar el flujo renal con
gases como Xenón 133 y Kriptón 85 o con albúmina marcada. Sin embargo, son estudios que se emplean
fundamentalmente en investigación y no se utilizan en la práctica clínica.
A nivel de la nefrona, podemos valorar el riñón utilizando fármacos de filtración glomerular, de fijación tubular y
de secreción tubular:
El servicio de medicina nuclear dispone de los tres radiofármacos renales mencionados anteriormente.
Representa un porcentaje muy importante de los estudios nefrourológicos en los servicios de medicina nuclear.
Hoy en día, en los estudios ultrasonográficos de seguimiento en el periodo gestacional, se detectan casos de
dilatación de la vía urinaria a nivel pielocalicial y ureteral.
Antiguamente, la dilatación de la vía urinaria se consideraba prácticamente sinónimo de obstrucción y
actualmente sabemos que esto no es así. Antes se sometía a los niños o adultos a un procedimiento quirúrgico
para tratar de reparar un proceso obstructivo que en realidad no existía. Entonces la medicina nuclear trata de
diferenciar cuáles pacientes con dilatación de la vía urinaria realmente presentan una obstrucción. Esto se realiza
mediante la centellografía renal excretora en diuresis forzada.
Pobre hidratación: Esto porque no se puede inducir diuresis exitosamente si el paciente está pobremente
hidratado.
Distensibilidad del sistema colector: Podría afectar la interpretación del estudio. La pobre distensibilidad
podría eventualmente generar falsos negativos, pero es una condición menos frecuente.
Gran volumen hidronefrótico (fallo de reservorio): Cuando existen grandes dilataciones en la vía urinaria,
que actúan como una especie de reservorio. Esto puede afectar el estudio, sobre todo dando falsos
positivos.
Entonces el fallo de reservorio significa la presencia de un tiempo aparentemente prolongado de
retención del radiofármaco en vías urinarias, por una gran dilatación, lo cual dificulta la valoración. Ocurre
por ejemplo en niños con síndrome de Prune Belly, que tienen enormes dilataciones pieloureterales y en
los cuales la valoración es muy difícil.
Factores modificadores
Cuando se realiza una centellografía renal excretora en diuresis forzada, hay que tomar en cuenta que hay una
serie de potenciales factores controlables e incontrolables, que pueden modificar el resultado:
Estandarizar radiofármaco:
En el servicio siempre se utiliza la 99mTc-MAG3.
Estandarizar diurético:
En nuestro caso se usa la furosemida.
Dosis niños 1 mg/kg en la primera dosis y 0,5 mg/kg si requiere segunda dosis.
Dosis adultos 40 mg, que podría aumentar al doble en caso de insuficiencia renal
Esto quiere decir que está bien estandarizado y que se realiza metódicamente en todos los pacientes
Curvas de renograma de tiempo-actividad. La flecha corresponde al momento en que se administra el diurético. La curva B corresponde a
una dilatación sin obstrucción (antes de la flecha hay un aumento lento del llenado por el llenado pielocalicial progresivo, luego con el
diurético, se da un aclaramiento rápido, además la curva no logra caer hasta cero). La curva C muestra una dilatación con obstrucción (con
morfología inicialmente ascendente) y en la curva D se observa una respuesta indeterminada (aclaramiento parcial muy lento después del
diurético, se puede deber a un sistema muy distendido, además con esta curva no se puede descartar obstrucción)
¿Cómo es el estudio normal?
Se recibe la dosis a nivel del área renal en proyección posterior, de manera que lo que está a nuestra derecha
corresponde al lado derecho del paciente. Luego se observa la llegada del bolo radioactivo a los riñones, que da
una valoración grosera pero útil de la perfusión renal. Nos da una idea del grado de parénquima funcional y si
existe o no compromiso significativo del parénquima.
Riñones con flujo urinario normal, que logran una excreción completa de la orina
Estas imágenes se obtienen cada segundo (durante el primer minuto) y luego se realiza una adquisición continua
de imágenes durante 20 minutos. Luego estas se comprimen en el ordenador para mostrar las imágenes cada 2
minutos.
La primera imagen nos permite valorar la morfología, tamaño y ubicación de los riñones. Posteriormente, las
imágenes secuenciales nos permiten valorar el tiempo de tránsito intraparenquimatoso y ver el comportamiento
de la excreción de orina de vejiga urinaria. Estas imágenes se pueden ver en forma de cine (una imagen tras otra),
para valorar con mayor certeza la dinámica del flujo urinario.
En este estudio, la fase de perfusión o angiográfica nos muestra que el riñón izquierdo está aumentado de
volumen en comparación al riñón derecho, sin embargo es evidente que es un riñón que conserva un grado de
funcionalidad muy importante. En primera imagen, que es una imagen de captación inicial de actividad cortical, se
observa cómo evidentemente el riñón está aumentado de volumen, está un poco desplazado el polo inferior
hacia lateral y presenta mínimo adelgazamiento de la corteza, con una zona hiliar prominente y con un sistema
pielocalicial dilatado, que se va llenando lentamente.
El riñón derecho descargó la orina normalmente, pero el riñón izquierdo persiste con los cálices renales llenos de
orina, por lo que se difiere forzar diuresis. La imagen central corresponde a la diuresis forzada y vemos que
durante esta, el sistema pielocalicial dilatado permanece lleno de orina radioactiva y además no se logra visualizar
el uréter.
Luego de obtener estas imágenes, se estima el aporte de cada riñón a la función renal global y en este caso el
riñón izquierdo conserva la función renal. Como este riñón está aumentado del volumen, el programa
sobreestima un poco su función renal y arroja un mayor porcentaje.
Colocando después un área de interés sobre el sistema pielocalicial dilatado, sustraemos la actividad de fondo y
en este caso se obtiene una curva que es esencialmente plana (recordar que este tipo de curva indica
obstrucción). Además el tiempo medio de excreción es superior a los 300 minutos y eso nos indica que ese riñón
tiene una dilatación pielocalicial (hidronefrosis moderada), con un comportamiento congruente con obstrucción
a su drenaje y al no visualizarse el trayecto del uréter izquierdo, podemos señalar que probablemente la
obstrucción es alta, a nivel de la unión pieloureteral.
En la primera fase, se observa el riñón izquierdo con parénquima preservado y con un sistema pielocalicial
dilatado. Posteriormente se realiza la diuresis forzada y la estimación del aporte porcentual de cada riñón a la
función renal global, el cual es un dato muy importante para el urólogo, ya que en casos de compromiso muy
importante de la función (hidronefrosis con riñón que aporta menos del 10% de la función renal global), se debe
realizar nefrectomía.
La curva excretora del riñón izquierdo tiene una morfología muy normal y un tiempo medio de 8 minutos, que
indica una hidronefrosis moderada no obstructiva. Estos datos hacen que al paciente se le deba dar seguimiento,
se pueden hacer ultrasonidos periódicos para ver si la corteza renal se va adelgazando o no.
El seguimiento debe ser de acuerdo al comportamiento. Si se presentan infecciones urinarias o hay pérdida en el
espesor de la corteza renal hay que volver a estudiar al paciente.
Estudio excretor con IDAG (imagen de drenaje asistida por efecto de gravedad)
Se emplea en pacientes con tiempo de excreción indeterminado o prolongado. Consiste en colocar al paciente de
pie, ponerlo a subir y bajar una escalerilla (si es un bebé el padre o la madre lo mueve como dando saltitos), para
que, si no hay obstrucción, se excrete la radioactividad que está acumulada en el sistema pielocalicial dilatado.
Con esto va disminuyendo significativamente el tiempo de excreción.
En la imagen se nota un riñón derecho con un leve adelgazamiento de corteza y un sistema pielocalicial dilatado
que se mantiene con orina radioactiva, que va disminuyendo significativamente en el tiempo. La morfología de la
curva también nos ayuda a analizar que no hay un proceso obstructivo, a pesar de que el tiempo medio de
excreción (14 minutos) cae en el rango de indeterminado.
Por medio de la IDAG, se estima el porcentaje de orina radioactiva que queda en el sistema pielocalicial
(comparamos la fase diurética de los últimos 5 min vs una imagen de 5 min después de que el paciente se puso a
caminar). Si el porcentaje es inferior al 50%, es un hallazgo que va en contra de obstrucción.
Imagen de drenaje asistida por efecto de gravedad. Se observa tiempo de excreción en rango indeterminado,
con curva y comportamiento de imágenes secuenciales que indican dilatación no obstructiva.
MALFORMACIONES CONGÉNITAS
En ocasiones se estudia a pacientes con malformaciones renales. En estos casos también se puede valorar la
función renográfica.
Riñones en herradura:
Ambos riñones fusionados en los polos inferiores.
Con frecuencia presentan algún grado de dilatación pielocalicial.
Se puede estimar el aporte de cada riñón en la función renal global.
También se pueden obtener curvas de tiempos medios de drenaje completo, si estas son normales, se
puede decir que no hay obstrucción.
Otras alteraciones:
Ectopia renal, riñones en torta, ectopia renal cruzada con y sin fusión.
Mediante la centellografía se puede estudiar la función renal diferencial, es decir, cuánto aporta cada riñón a la
función renal global. Esto se puede valorar con fármacos de fijación tubular como el DMSA.
Para realizar una valoración un poco más exacta del aporte de cada riñón, se utiliza lo que se denomina la media
geométrica, que corresponde a la raíz cuadrada del producto de las imágenes de las proyecciones anterior y
posterior del riñón.
FILTRADO GLOMERULAR
Hay métodos para estimar el filtrado glomerular de una forma más absoluta. En este se debe estimar la dosis que
se va a inyectar y hay que tomar muestras de sangre a diferentes intervalos para después estimar el filtrado. Hay
algunos métodos que no requieren muestreo de sangre, sino que analizan la acumulación a nivel renal del
radiofármaco.
Esto solo se emplea en circunstancias muy calificadas. Se hace una valoración global de la función renal global,
viendo la captación a nivel renal, intensidad y valorando el tiempo de tránsito intraparenquimatoso.
Esta clasificación la hacen los radiólogos. Gammagráficamente solamente podemos decir si el reflujo alcanza o no
la pelvis renal y si la pelvis está o no está dilatada. A pesar de esto, el diagnóstico gammagráfico tiene una ventaja
sobre la cistografía contrastada y es que tiene una dosis menor de radiación, alrededor de 100 veces menos la
radiación requerida en comparación a una cistografía. Lo que suele hacerse es empezar con la cistografía y luego
seguir los controles con estudio gammagráfico. La otra ventaja es que es más sensible que la cistografía para ver
reflujo.
Procedimiento:
Paciente se coloca en la camilla en decúbito supino, el detector en posición posterior (sobre área que incluya
vejiga). Luego se coloca la sonda vesical, se coloca una bolsa de suero fisiológico estéril, a temperatura corporal,
de 60-90cm por encima de la camilla para que la vejiga urinaria se llene por gravedad. Se instila 10 cc de suero
fisiológico y se emplea como radiofármaco sulfuro coloidal (dosis de 0,5 a 1 milicuries), ya que este no se
absorbe.
Se le quitan los calcetines al niño porque generalmente cuando se produce el llenado vesical, las piernas del niño
empiezan a temblar y hace dorsiflexión del primer ortejo. Después las imágenes se observan en forma de cine y
se ve cómo se descarga la vejiga y si hay alteraciones de reflujo.
Se realizan dos ciclos de llenado, porque el reflujo suele ser intermitente. Si el paciente no muestra reflujo en el
primer ciclo, se hace un nuevo ciclo de llenado y vaciado, esto porque repetirlo aumenta la sensibilidad del
estudio.
RESIDUO URINARIO
Con la vejiga llena, se produce la micción, se vuelve a obtener una imagen, y se estima el porcentaje que queda en
la vejiga urinaria.
Actualmente, la centellografía renal cortical con 99mTc-DMSA representa el método de elección para el diagnóstico
y seguimiento de la pielonefritis. El 99mTc-DMSA es un fármaco que, una vez inyectado en la vena periférica, es
atrapado por las células del túbulo renal y se fija en estas células por un tiempo prolongado. Esto nos permite
obtener imágenes planares para hacer los estudios del aporte porcentual de cada riñón en la función renal global
y en una cámara con colimador de hueco de aguja (colimador Pinhole) se obtienen imágenes magnificadas en
proyección posterior, que permiten ver muy claramente si existen alteraciones en la acumulación del
radiofármaco a nivel del parénquima renal.
También se pueden obtener imágenes tomográficas, algunos grupos la prefieren, en nuestro contexto se
prefieren las imágenes magnificadas, las cuales son mucho más sencillas de interpretar.
Pielonefritis en la etapa aguda
La mayoría de los pacientes hipertensos sufre de hipertensión esencial, pero un tipo de pacientes sufre
hipertensión renovascular, que es consecuencia de la isquemia renal. El cuadro clínico debe sospecharse en
pacientes con historia de hipertensión arterial de difícil manejo, que puede o no presentar un soplo en el flanco,
en el área renal, donde existe la posibilidad de que la HT sea consecuencia de una isquemia renal. Esta
diferenciación de la hipertensión esencial es importante ya que la hipertensión de origen renal es curable.
Valoración
En un estudio que no haya alteración, lo esperable es que haya una arteriola aferente de buen calibre que lleve el
flujo sanguíneo al glomérulo renal que será filtrado debido a la presión de filtración glomerular, produciendo el
filtrado glomerular. Finalmente, la sangre saldrá por la arteriola eferente.
En condiciones de hipertensión renovascular hay estenosis a nivel de la arteria renal por lo que el flujo
sanguíneo está disminuido de forma que llega menos sangre al glomérulo. Los mecanismos de compensación de
autorregulación se activan, de forma que hay actividad aumentada del SRAA. De esta forma hay una producción
aumentada de renina y angiotensina I y su transformación a angiotensina II que es un potente vasoconstrictor
sobre todo de la arteriola eferente. Este mecanismo compensatorio mantiene la TFG. Debido a esto, el estudio
gamagráfico puede ser normal a menos que se realice una intervención farmacológica: test de captopril. Lo que
se hace es realizar la centellografía con 99mTc-MAG3 pero 1 hora antes de inyectar el radiofármaco se le
suministra al paciente una dosis de captopril (adulto: 25-50 mg). El paciente debe llegar en ayuno de al menos 4
horas para que haya una rápida absorción del captopril. Se dan las tabletas partidas en pedacitos para aumentar
la absorción, se hidrata bien (al menos 7 mL/kg de peso corporal) y se le toma una vía con suero fisiológico,
porque en algunos casos el captopril puede inducir hipotensión de forma que se abre a chorro para restaurar la
PA del paciente.
Después se enfoca un área de interés en la corteza renal, dejando por fuera el sistema colector y se obtienen
curvas de actividad cortical versus tiempo a nivel de esa área de corteza renal. Se calcula el porcentaje de
regresión cortical al minuto 20 después de infusión:
Grados Descripción
Grado 0: curva normal La actividad cortical residual al minuto 20 es < 30%
Grado 1: obstrucción El pico se retarda y después la caída es lenta y al
minuto 20 hay mucha actividad cortical residual.
Grado 2: obstrucción mayor El pico se retarda más y la caída es aún más lenta y
al minuto 20 hay mucha actividad cortical residual.
Grado 3: permanentemente ascendente Existe una coartación muy importante en el tiempo
de tránsito intraparenquimatoso. Es de las curvas
más anormales.
Grado 4: función renal comprometida Pacientes que tienen compromiso significativo
inicial de la función del riñón afectado pero que
siempre tienen pico y una caída.
Grado 5: función renal muy comprometida El pico tiene una caída muy rápida que no permite
una valoración renal debido a que casi no hay
función residual.
En presencia de hipertensión renovascular, los estudios basales pueden estar normales debido a los mecanismos
de compensación. Luego se realiza el estudio estimulado (test de captopril) y se comparan. Se suelen hacer
estudios dinámicos en los que se cita al paciente un día y se le hace un estudio estimulado y si sale alterado se
hace un estudio basal otro día.
No es un estudio morfológico, sino más bien funcional. La importancia de esto es que es un estudio con valor
pronóstico.
Este test no es una prueba de tamizaje. Debe realizarse en pacientes que presenten moderada sospecha de
hipertensión renovascular y preferiblemente en pacientes con alta sospecha debido a que la prevalencia de la
enfermedad es tan baja que el valor predictivo positivo sería muy bajo también (como se vio en tercer año).
Recordar que los valores predictivos son muy dependientes de la prevalencia de la enfermedad y por lo tanto de
la probabilidad pre-test de la enfermedad.
Seguimiento de trasplante renal
Cuando se hace un trasplante renal, rutinariamente, a los riñones se les realiza un seguimiento 2 veces por
semana las 2 primeras semanas, después una 1 por semana por 2 semanas y luego se hace de forma variable
dependiendo de la condición del paciente. Inmediatamente después de la cirugía se hace la primera valoración.
Se recibe el bolo radiactivo a nivel del riñón trasplantado: en la región pélvica. Como los huesos de la pelvis
ofrecen blindaje a los fotones, se hace en proyección anterior en vez de proyección posterior. De esta forma lo
que se encuentra a la mano izquierda del operador es derecho y lo que está a su mano derecho es izquierdo. Se
recibe el bolo radiactivo que viaja de la aorta a la arteria iliaca que se le ha hecho anastomosis con el riñón
trasplantado.
Esta primera fase es la más importante de la valoración. Si la perfusión renal está conservada todo va bien. Si hay
alteraciones en esta fase habrá problemas.
Se inicia después de 1 minuto durante 20 minutos donde se valora la función renal, la captación, el tiempo de
tránsito intraparenquimatoso, la dinámica del flujo urinario y la producción de la orina.
Obstrucción de la arteria renal: Representa una catástrofe que implica que el riñón se pierde.
Obstrucción de la vena renal. Representa otra catástrofe que implica también pérdida del riñón
usualmente.
Rechazo hiperagudo. Ocurre durante la operación; no se observa la perfusión del riñón.
Rechazo agudo. Ocurre en los días subsiguientes a la operación. Las primeras imágenes son normales
pero en el seguimiento, días después, disminuye la captación del riñón con un tiempo de tránsito
intraparenquimatoso prolongado. La ventaja es que las alteraciones gamagráficas anteceden a las
alteraciones en la creatinina por lo menos 24 horas, permitiendo que actúe rápidamente el nefrólogo.
Rechazo crónico. Actualmente se utiliza el término enfermedad crónica del trasplante renal ya que es una
mezcla de rechazo, nefrotoxicidad por drogas, entre otros. Lo que se observa es un riñón que no perfunde
muy bien, la captación inicial no es buena, el tamaño del riñón está un poco disminuido y el tiempo de
tránsito está prolongado.
Necrosis tubular aguda. Es muy frecuente. La mayoría de pacientes que reciben un trasplante de un
donante cadavérico la presentan, debido a que el riñón ha estado en isquemia fría más o menos tiempo.
Su característica es que la perfusión del trasplante está bien conservada. Se presenta con distintos
grados de captación más o menos conservados y con prolongaciones más o menos grandes del tiempo de
tránsito intraparenquimatoso, dependiendo de la severidad de la NTA. Cuando es muy severa, siempre
habrá una perfusión conservada. Después el riñón puede perderse o desvanecer pero aun así hay que
mantener la calma ya que es cuestión de mantenimiento; en algún momento recuperará su función y
orinará. El manejo será conservador porque se supone que el riñón está perfundiendo bien.
o Patrón de riñón fantasma se distingue una zona fotodeficiente donde se observa el riñón pero
no perfunde, observándose una zona hueca en vez del riñón. Ocurre en 3 situaciones:
Obstrucción de la arteria renal
Obstrucción de la vena renal
Rechazo hiperagudo: La implicación del riñón fantasma es que el rechazo es no viable.
Nunca se ha reportado un caso de riñón fantasma que se pueda salvar. La indicación es
quitar el trasplante.
Infarto renal. Se da sobre todo en los polos. Los riñones del donante tienen arterias polares que al ser
ligadas durante el trasplante se produce un infarto del polo del riñón. La zona afectada no capta.
Isquemia renal. Se observa un poco diferente al infarto renal. En el estudio se distingue una zona
ampliamente perfundida y otra no. Además, esta zona con isquemia tendrá un retardo marcado en el
tiempo de tránsito intraparenquimatoso como se observa en una hipertensión renovascular. Esto podría
ser causa de hipertensión. Después se distinguen imágenes en espejo (donde se veía claro ahora se ve
oscuro y viceversa).
Urinoma. Es más un diagnóstico ultrasonográfico, en el que se observan colecciones peri-renales,
generalmente a nivel de la anastomosis uretero-vesical. Lo importante es que cuando se sospeche un
escape de orina entre el riñón y la vejiga se deberá determinar si está activo o inactivo, de forma que
determinará el manejo.
Hipertensión renovascular.
Otras colecciones linfocele, hematomas.