El Millonario de La Puerta de Al Lado (EXITO)
El Millonario de La Puerta de Al Lado (EXITO)
El Millonario de La Puerta de Al Lado (EXITO)
Portadilla
Créditos
Dedicatoria
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
CONOCE AL MILLONARIO DE LA PUERTA DE AL LADO
AHORRO, AHORRO, AHORRO
TIEMPO, ENERGÍA Y DINERO
NO ERES LO QUE CONDUCES
AYUDA ECONÓMICA EXTERNA
DISCRIMINACIÓN POSITIVA AL ESTILO FAMILIAR
ENCUENTRA TU LUGAR
TRABAJOS: MILLONARIOS VERSUS HEREDEROS
AGRADECIMIENTOS
Apéndice 1
Apéndice 2
Apéndice 3
PRÓLOGO
Thomas J. Stanley
Junio de 2010
Atlanta, Georgia.
w.w.w.thomasjstanley.com
Hay mucha gente que se plantea a menudo esta pregunta. Suele ser gente que
trabaja mucho, que está bien formada, que tiene ingresos elevados. Entonces,
¿por qué no es rica?
Los millonarios y tú
Nunca ha habido en EE. UU. tanta riqueza en manos de particulares como en
la actualidad (más de 22 billones de dólares en 1996). Pero la mayoría de los
estadounidenses no son millonarios. Cerca de la mitad de esa riqueza está en
manos del 3,5 % de los hogares norteamericanos. Gran parte de los demás
hogares ni siquiera se acerca a ellos. Con «demás hogares» no nos estamos
refiriendo a los sectores marginales de la economía, sino a millones de hogares
compuestos por personas que ganan salarios moderados, incluso altos. Más de
25 millones de hogares norteamericanos tienen unos ingresos anuales superiores
a 50.000 dólares; más de 7 millones de hogares tienen unos ingresos anuales de
más de 100.000 dólares. Pero a pesar de tener buenos ingresos, muchas de esas
personas tienen poca riqueza acumulada. Muchos viven de fin de mes a fin de
mes, y ésos son los que sacarán mayor provecho de este libro.
El hogar medio norteamericano tiene un patrimonio neto de unos 15.000
dólares, sin incluir el valor de la casa. Si dejamos de lado el valor de los coches,
los muebles y demás, y… ¿qué sucede entonces? La mayoría de los hogares no
tienen bienes financieros, como valores de renta fija o acciones. ¿Cuánto tiempo
puede sobrevivir un hogar norteamericano medio con un único salario mensual?
Quizás un mes o dos en la mayoría de los casos. Incluso aquellos que están en el
primer quintil no son realmente ricos, su patrimonio neto es de menos de
150.000 dólares. Si descontamos el valor de la casa, el patrimonio medio de ese
grupo baja a menos de 60.000 dólares. ¿Y qué hay de la gente mayor? Sin
prestaciones de la seguridad social, casi la mitad de los norteamericanos de más
de 65 años viviría en la pobreza.
Tan sólo una minoría de la población estadounidense posee activos
financieros de las clases más convencionales. Únicamente un 15 % de los
hogares tiene un depósito bancario que les reporte beneficios; un 22 %,
certificados de depósito; un 4,2 % ha metido dinero en un fondo de inversión; un
3,4 % ha adquirido bonos municipales o bonos privados; menos de un 2,5 %
posee acciones y ha invertido en fondos mutuos; un 8,4 % tiene propiedades en
arrendamiento; un 18,1 % tiene bonos de ahorro estadounidenses y un 23 %
cuenta con un plan de pensiones de jubilación.
Sin embargo, el 65 % de los hogares cuenta con el patrimonio de su propia
casa, y más del 85 % tiene en propiedad uno o más coches. Los automóviles
suelen depreciarse rápidamente, mientras que los bienes financieros suelen
aumentar de valor.
Los millonarios de los que hablamos en este libro son financieramente
independientes. Pueden mantener su estilo de vida habitual durante años y años
sin percibir ni siquiera un salario mensual. La mayoría de esos millonarios no
son descendientes de los Rockefeller o de los Vanderbilt. Más de un 80 % es
gente común que ha acumulado riqueza en una sola generación. Lo ha hecho
poco a poco, ininterrumpidamente, sin firmar un contrato multimillonario con el
equipo de los Yankees, sin ganar a la lotería, sin llegar a ser el Mick Jagger de
turno. Las ganancias imprevistas proporcionan grandes titulares, pero son muy
poco frecuentes. En el curso de la vida de una persona adulta, la probabilidad de
hacerse millonario por esas vías es de menos de 1 entre 4000. Contrasta esa
probabilidad con la proporción de hogares norteamericanos (3,5 %) que tiene un
patrimonio neto de 1 millón de dólares.
La investigación
La investigación realizada en El millonario de la puerta de al lado es el
estudio más exhaustivo que se ha hecho nunca sobre los millonarios
norteamericanos y el modo en que consiguieron serlo. Gran parte de la
investigación se desarrolló a partir de los más recientes sondeos, que, a su vez,
partieron de los estudios que realizamos durante los veinte años previos. Esos
estudios incluyen entrevistas personales y colectivas con más de quinientos
millonarios y las respuestas de más de once mil personas encuestadas con
grandes patrimonios netos o rentas altas.
Más de mil personas respondieron a nuestra última encuesta,2 que llevamos a
cabo entre mayo de 1995 y enero de 1996. Pregunté a cada encuestado sobre su
actitud y comportamiento con respecto a una gran variedad de temas
relacionados con la riqueza. Cada participante del estudio respondió a 249
preguntas. Las preguntas tocaban temas que iban de la planificación de la
compra de una casa, o la falta de planes, a los temores y preocupaciones en el
ámbito financiero; y de métodos de negociación a la hora de adquirir un
automóvil a las categorías de regalos financieros, o los «gestos amables» con los
que la gente pudiente obsequia a sus hijos adultos. Otros apartados del
cuestionario se referían a la cantidad más alta que los encuestados habían
gastado en un coche, en un reloj, en ropa, calzado, vacaciones y cosas así. Este
estudio fue el más ambicioso y concienzudo de todos los que habíamos
realizado.
Ningún otro estudio se ha centrado en los temas clave que explican cómo
llega la gente a hacerse millonaria en una sola generación. Ni ningún estudio ha
revelado por qué hay tanta gente, incluso la mayoría de los que tienen enormes
ingresos, que nunca llegan a acumular una modesta cantidad de dinero.
Además de nuestra entrevista, fue otro estudio el que nos permitió llegar a
tener un amplio conocimiento de los rasgos peculiares del millonario de la puerta
de al lado. Pasamos miles de horas dirigiendo y analizando en profundidad
entrevistas realizadas a millonarios que se habían hecho a sí mismos.
Entrevistamos asimismo a muchos de sus consejeros, como los CPA3 y otros
expertos profesionales. Esos expertos fueron de gran ayuda en nuestra
investigación de temas que subyacen a la acumulación de riqueza.
RETRATO DE UN MILLONARIO
DEFINICIÓN DE «RICO»
Está claro que el señor Ford, el abogado, tiene que gastar mucho más dinero
para mantener el estilo de vida de clase media-alta que lleva. ¿Qué tipo de coche
se ajusta al estatus del abogado? Un coche de lujo de importación, sin duda.
¿Quién necesita llevar cada día al trabajo un traje diferente y de buen corte?
¿Quién necesita pertenecer a uno o más clubes privados? ¿Quién necesita tener
cubertería y bandejas de plata?
El señor Ford, el MAR, es mucho más propenso a gastar que los miembros
del grupo de los BAR. Los MAR suelen vivir por encima de sus posibilidades y
acostumbran a consumir mucho. Y suelen menospreciar muchos de los factores
clave que contribuyen a la acumulación de riqueza.
Hoy día sabemos mucho más acerca del estilo de vida de los ricos. Cuando
actualmente entrevistamos a los millonarios, les ofrecemos unos piscolabis
mucho más ajustados a su estilo de vida. Les invitamos a café, refrescos,
cerveza, whisky (durante las sesiones de la tarde) y algunos sándwiches. Y, por
supuesto, les pagamos entre 100 y 250 dólares a cada uno. De vez en cuando,
ofrecemos también algunos incentivos adicionales. Muchos de los encuestados
eligen un grande y costoso oso de peluche como uno de los regalos no
monetarios; nos dicen después que a su nieto o nieta le encantó el oso. Es
lamentable que haya personas que juzgan a los demás por lo que comen y beben,
por cómo visten, o por los coches que conducen. Para ellas, las personas
acaudaladas tienen gustos excelentes, pero en realidad es más fácil adquirir
bienes de consumo que denotan superioridad que ser realmente superior en
cuanto a rendimiento económico se refiere. Gastar tiempo y dinero intentando
parecer superiores tiene un resultado predecible: menos logros económicos.
¿Qué tres palabras definen el perfil de un millonario?
TABLA 2-1
precios que pagan los millonarios en concepto de ropa y accesorios
¿Cómo pueden vivir los Johnnys gastando tan poco dinero? Johnny no
necesita vestir ropa cara. No es un abogado de éxito que tenga que impresionar a
sus clientes. Tampoco tiene que impresionar a una amplia reunión de accionistas
en su junta anual, ni a la prensa financiera, ni a banqueros inversores. Johnny no
tiene que dirigirse a un consejo de administración ni vestirse como un alto cargo
directivo que constantemente debe reunirse con la plana mayor de la empresa.
Johnny necesita, sin embargo, impresionar al personal de su empresa de
limpieza. ¿Cómo? Pues haciéndoles ver que no está ganando tanto dinero como
para permitirse pagar a un sastre un traje de mil dólares o más.
La mayoría de los millonarios que hemos entrevistado en los últimos veinte
años tenían un modo de pensar parecido al de Johnny. Entonces, ¿quién se
compra esa ropa tan cara? Nuestro estudio ha revelado esta interesante
correlación.
Por cada millonario que tiene un traje de 1000 dólares hay al menos 6
propietarios de ese tipo de trajes que perciben unos ingresos anuales de 50.000 a
200.000 dólares, pero que no son millonarios. Sus hábitos de compra sin duda
tienen algo que ver con el hecho de que no sean ricos. ¿Quiénes son estas
personas? Por lo general no son propietarios de negocios, sino directores de
empresas, abogados, especialistas en marketing, empleados comerciales y
médicos.
¿Por qué iba alguien a sugerir que tú gastas más en ropa que el millonario
típico? En un artículo publicado recientemente, un propietario de trajes muy
caros afirmaba que eran una excelente inversión (Lawrence Minard, You’re
Looking Rather Prosperous, Sir, Forbes, 8 de abril de 1996, pp. 132-133). El
señor Minard se pregunta y responde a la pregunta sobre la conveniencia de
invertir en ropa cara:
«¿Merecen la pena los trajes hechos a medida de 2000 dólares? Los míos sí.
Catorce años después y con siete kilos más, todavía me sientan bien… Créame,
he hecho una inversión excelente» (Minard, p. 132).
El señor Minard cuenta a sus lectores que al principio fueron dos ejecutivos
de alto rango quienes le recomendaron las sastrerías de Savile Row en Londres,
dos expertos profesionales a los que consideraba con «buen gusto», pero sin
tener hábitos de consumo «frívolos»:
Johnny Lucas nunca se compró un traje hecho a medida. ¿Tiene una «relación
única y personal» con su vestuario de la línea JC Penney?5 ¿Te sorprende saber
que algunos millonarios compran en esos almacenes? Pues aún te sorprenderá
más saber que un 30,4 % de los encuestados que son millonarios tienen una
tarjeta de crédito de JC Penney. Los trajes de la marca Stafford Executive, de la
cadena JC Penney, recibieron recientemente elogiosas críticas por su durabilidad,
buen corte y buena presencia en una prestigiosa publicación de consumidores:
JUGAR A LA DEFENSIVA
Los ricos, en general, contestaron «sí» a estas tres preguntas que les
planteamos en nuestras encuestas:
1. ¿Eran sus padres ahorradores?
2. ¿Es usted ahorrador?
3. ¿Es su esposa más ahorradora que usted?
La mayoría de la gente nunca llegará a ser rica en una sola generación si está
casada con personas derrochadoras. Una pareja no puede acumular riqueza si
uno de sus miembros es un consumista nato. Y eso es especialmente cierto
cuando uno de los dos está intentando crear un negocio próspero. Pocas personas
pueden mantener hábitos despilfarradores y a la vez crear riqueza.
¿Por qué no eres rico, preguntas? Bueno, vamos a echar un vistazo al estilo de
vida que llevas. ¿Eres un buen delantero? ¿Estás en la categoría de los que
ingresan 70.000, 100.000 o 200.000 dólares al año? ¡Felicidades, ocupas una
magnífica posición de ataque! Pero, ¿cómo es que pierdes en ese juego llamado
«acumular patrimonio»?
Sé sincero, ¿no será que juegas muy mal como defensa? A la mayoría de los
que generan ingresos elevados les sucede lo mismo, pero no a la mayoría de los
millonarios. Éstos juegan tan bien de delanteros como de defensas. Y harto a
menudo su magnífica labor defensiva les ayuda a apuntarse más tantos (más
dinero) que aquellos que saben atacar magníficamente (ganan más).
La clave de acumular patrimonio está en la defensa, y esa defensa debe
basarse en administrarse y planificar bien.
Subastadores acaudalados
Nuestro último sondeo entre subastadores reflejó que más del 35 % de ellos
eran millonarios. Este porcentaje es ligeramente mayor que la proporción de
familias millonarias que viven en los barrios urbanos y suburbanos más
prestigiosos de Norteamérica.
Los subastadores han estado en nuestra lista de personas más productivas
desde que realizamos nuestro primer estudio de profesiones, en 1983, fecha en
que ocupaban el sexto lugar entre quienes tenían ingresos anuales de más de
100.000 dólares. Pero sus ingresos en sí no fueron lo que nos llamó la atención.
Con un mismo nivel de ingresos ¿quién acumula más riqueza, un subastador que
reside en una pequeña población norteamericana o alguien que vive en un barrio
urbano o suburbano de alto standing? Como puedes imaginar, el típico
subastador.
Los subastadores son más ahorradores que sus congéneres (en términos de
ingresos) que viven en barrios prestigiosos; tienen unos gastos estructurales
inferiores, tanto en sus hogares como en sus negocios. En cierto modo, esos
datos son atribuibles al menor coste que representa vivir y montar un negocio en
una población pequeña. Sin embargo, incluso descontando el efecto del coste de
la vida, los subastadores son más propensos a acumular riqueza. Hay que tener
en cuenta los datos siguientes:
• En promedio, los subastadores millonarios tienen unos 50 años, es decir, son
de 6 a 8 años más jóvenes que sus homólogos urbanos.
• El subastador millonario medio gasta en vivienda tan sólo un 61 % de lo que
gasta un millonario urbano.
• Los millonarios urbanos son más de tres veces más proclives a poseer
automóviles de importación de lujo.
• Los subastadores tienen una mayor proporción de su patrimonio invertido en
activos que otros productores de riqueza e invierten en productos en los que
son expertos.
• Los subastadores tienen experiencia en quiebras. Son conscientes de que los
bienes de consumo generan unos cuantos centavos de dólar. Una subastadora
nos explicó por qué era tan ahorradora:
Cuando era muy joven, vi a una mujer que lloraba sentada frente a la
puerta de su casa. Mientras, los compradores iban saliendo de la casa con
todos los bienes que una vez habían sido suyos. Nunca olvidaré a aquella
mujer.
mantienen su estatus.
¿Te has fijado en esa gente que vemos corriendo y entrenándose cada día?
Son los únicos tipos que no parecen necesitar correr. Pero están en plena
forma gracias a que corren. Quienes tienen mucho dinero trabajan para
mantenerse económicamente en forma, pero quienes no están
económicamente en forma hacen muy poco por cambiar su condición.
Ahora, cierra los ojos e imagina que eres un millonario con un patrimonio
neto de cerca de 4 millones de dólares. ¿Cuántas tarjetas de crédito tendrías de
conformidad con tu estatus social? Puede que encabezaran la lista la American
Express Platino, la Diner’s Club, o la Carte Blanche. Tal vez te consideras un
millonario moderno y tendrías tarjetas de crédito de Brooks Brothers, Neiman
Marcus, Saks Fifth Avenue, Lord & Taylor, o incluso Eddie Bauer. Si las
tuvieras, estarías entre la minoría de millonarios. Los resultados de nuestra
encuesta nacional de millonarios revelan algunas preferencias en materia de
tarjetas de crédito (véase la tabla 2-2).
Algunos detalles significativos:
• Como la mayoría de los hogares norteamericanos, las familias acaudaladas
tienen una MasterCard y una Visa.
• Los hogares millonarios son cuatro veces más proclives a poseer una
Searscard (43 %) que una Brooks Brothers (10 %).
• Las tarjetas de crédito de Sears y Penney’s son más populares entre la gente
acaudalada que las de las tiendas de lujo.
• Tan sólo un 21 % de los hogares acaudalados norteamericanos tienen una
tarjeta Neiman Marcus; un 25 % la Lord & Taylor; y sólo un 8,1 % tienen la
tarjeta Eddie Bauer.
• Un 6,2 % de los millonarios dicen tener la American Express Platino y
menos de un 1 %, la Carte Blanche.
TABLA 2-2
TARJETAS DE CRÉDITO DE LOS MIEMBROS DE HOGARES
MILLONARIOS
N=385
Pregunta n.º 3. ¿Tienes objetivos claramente definidos
por días, semanas, meses o años?
El origen de esta pregunta fue la intervención de un multimillonario al que
entrevistamos hace doce de años. Nos contó que él puso en marcha un negocio
mayorista en el sector de la alimentación cuando tenía diecinueve años. Nunca
terminó la escuela secundaria, pero finalmente consiguió un título equivalente.
Le preguntamos que cómo explicaba el hecho de que a pesar de haber sido un
fracasado escolar hubiera llegado a acumular una fortuna de más de 10 millones
de dólares. Su respuesta fue la siguiente:
Señor Clark: ¡Ah, objetivo, había entendido oro!… Veamos, mis objetivos.
He cumplido lo que me había propuesto hacer… Mi objetivo a largo plazo
ha sido, claro está, acumular el dinero suficiente para dejar de trabajar y
disfrutar de la vida. Lo he conseguido…, tengo una buena reputación
internacional. Mi empresa es una de las más importantes empresas de
soldaduras de todo el mundo. No quiero retirarme. Pero ahora mi objetivo
es mi familia y me siento satisfecho por lo que he conseguido.
Las personas que son independientes económicamente son más felices que
aquellas que teniendo la misma edad y los mismos ingresos no lo son.
¿Qué es lo que motiva a Theodore «Teddy» J. Friend? ¿Por qué trabaja tanto?
¿Por qué se ve impulsado a ganar tanto dinero? ¿Por qué gasta tanto? Teddy te
diría que porque él es competitivo. Pero también lo son casi todos los
profesionales de alto nivel. Su competitividad no es la principal razón de su
comportamiento.
Cuando Teddy era pequeño, su familia era una de las más pobres de un barrio
de clase trabajadora. La pequeña casa familiar era de madera reciclada y
materiales de desecho. Hasta que Teddy no fue al instituto, su padre era quien le
cortaba el pelo, lo cual ahorraba dinero en casa, pero, al decir de Teddy, la gente
podía afirmar que «su cabeza llevaba escrito el trabajo de un aficionado».
En el instituto de enseñanza pública al que asistía había estudiantes de
diferentes niveles socioeconómicos. Muchos vivían en casas de lujo, «niños
ricos» que llenaban el aparcamiento del instituto con sus coches caros. Estos
coches siempre dejaban a Teddy con la boca abierta. Durante sus estudios en el
instituto su familia sólo tenía un coche. Era un Ford viejo que su padre había
comprado cuando él tenía diez años.
Durante sus últimos años escolares, el señor Friend se prometió a sí mismo
que algún día sería más que sus padres. «Ser más» significaba para él tener una
casa bonita en un barrio residencial, buena ropa para toda la familia, coches con
clase, tarjetas de clubes privados y muchas cosas compradas en las mejores
tiendas de la ciudad. El señor Friend se dio cuenta de que «llegar a ser más»
podía lograrse con una buena colocación y trabajando mucho.
El señor Friend nunca equiparó «ser más» con acumular riqueza. Para él
significaba mostrar un nivel social alto exhibiendo objetos de «alto standing».
Teddy nunca dio demasiada importancia a los beneficios derivados de una buena
cartera de inversiones. Para él, contar con una renta alta era la manera de superar
su sentimiento de inferioridad social. Una renta alta era el resultado de trabajar
mucho. «Tener ingresos en forma de ganancias de capital» era algo que a él le
sonaba a chino.
Los padres del señor Friend no servían para guardar dinero para los malos
tiempos. Sus planes financieros eran muy simples: gastar cuando había dinero.
Cuando andaban cortos de dinero, dejaban de gastar. Si necesitaban algo, como
una lavadora o un nuevo techo, ahorraban para poder adquirirlo. También
compraban muchas cosas a plazos. Nunca tuvieron bonos o acciones. Nunca
reservaron dinero para invertir, Ellos no entendían ni confiaban en el mercado de
valores. El único patrimonio que tenían era una pequeña pensión y su modesta
casa en propiedad.
Hoy día, su hijo siente la necesidad de compensar su pasado de clase
trabajadora y una formación educativa deficiente. Teddy Friend nunca terminó
los estudios universitarios. Incluso se siente obligado a superar a todos los
universitarios con los que compite. Te dirá que disfruta vistiendo mejor,
conduciendo mejores coches, teniendo una vivienda mejor, y, en general,
gozando de un nivel de vida superior al de todos los «chicos universitarios» que
se mueven en su entorno.
El señor Friend es un consumidor a lo grande. Tiene dos barcos, una moto
acuática y seis coches (dos con contrato de arrendamiento financiero y los otros
comprados con tarjeta de crédito). Curiosamente, en la casa sólo hay tres
conductores. Es miembro de dos clubes de campo y lleva un reloj que cuesta
más de 5000 dólares. Se compra la ropa en las mejores tiendas. Y también tiene
en propiedad un apartamento para pasar las vacaciones.
El año pasado los ingresos del señor Friend fueron de 221.000 dólares. Dada
su edad, 48 años, ¿a cuánto ascendería su patrimonio neto? Según la ecuación
que vimos anteriormente, debería tener un patrimonio neto de 1.060.800 dólares.
¿Cuál es su patrimonio neto real? Menos de una cuarta parte de esa cifra.
¿Cómo es posible que el señor Friend tenga un patrimonio neto de menos de
una cuarta parte del valor esperado? La respuesta la tenemos en la manera de
pensar del señor Friend. A él no le motiva atesorar riqueza. Curiosamente, el
señor Friend cree firmemente que si fuera realmente rico no ganaría tanto dinero.
Con frecuencia declara que las personas que vienen de familias acomodadas
tienen poca motivación para destacar en su puesto de trabajo.
El señor Friend ha encontrado un método para mantener e incluso elevar su
patrimonio neto. Ha descubierto que el miedo es un gran motivador. Así que
compra más y más cosas a crédito. Al aumentar la cantidad de dinero que debe,
en consecuencia aumenta el temor del contable. A su vez, el miedo, basado en el
aumento de las deudas, le anima a que cada vez trabaje más duramente y de un
modo más agresivo. Para él, tener una gran casa es un recordatorio de la gran
hipoteca que paga y de la necesidad de rendir a un alto nivel.
El señor Friend no es un gran derrochador en todas las categorías, productos y
servicios. Pregúntale cuánto dinero dedica al asesoramiento financiero. A ese
nivel es muy sensible a los precios. Así, por ejemplo, elige un contable
basándose exclusivamente en sus honorarios, no en su categoría profesional.
Siempre ha creído que la calidad del servicio que ofrecen los contables es
parecida y que son sus honorarios los que cambian, por ello contrató a un
contable barato. En claro contraste con ello, la mayoría de los ricos creen que en
el ámbito del asesoramiento financiero obtienes provecho de lo que pagas.
El señor Friend emplea una cantidad extraordinaria de tiempo en trabajar, y
aun así le preocupa constantemente perder la llamada ventaja competitiva. Le
inquieta que su necesidad de superar a los chicos ricos, a los universitarios,
decaiga. El señor Friend se recuerda sin cesar su pasado humilde y su falta de
preparación universitaria, y no deja de castigarse psicológicamente. A sus ojos,
él tiene un historial inferior al de los graduados con los que compite. Con
frecuencia se asombra al verlos tan contentos, dados sus escasos rendimientos
del trabajo.
El señor Friend no disfruta realmente con su vida. Posee un montón de
artículos de lujo, pero trabaja tan duramente y durante tantas horas cada día que
nunca tiene tiempo de disfrutar de ella. Tampoco tiene tiempo para su familia.
Sale cada día de casa antes del amanecer y rara vez regresa a tiempo para la hora
de la cena.
¿Te gustaría ser el señor Friend? Su estilo de vida es atractivo para muchas
personas. Pero si esas personas comprendieran realmente a su yo interior, lo
evaluarían de manera diferente. El señor Friend está poseído por sus posesiones.
Trabaja para ellas. Su motivación y sus pensamientos se centran en los símbolos
del éxito económico. Necesita constantemente convencer a los demás de ese
éxito. Por desgracia, nunca se ha convencido a sí mismo. Fundamentalmente,
trabaja, gana dinero y se sacrifica para impresionar a los demás.
Esos factores son los que subyacen en la mentalidad de muchos
infraamasadores de riqueza. En la mayoría de los casos, los MAR dejan que sean
«otros factores determinantes» los que marquen su estilo de vida financiero.
Curiosamente, esos «otros factores determinantes», o grupos de referencia,
suelen ser más imaginarios que reales. ¿Te motivan a ti los «otros factores
determinantes»? Tal vez deberías darle a tu vida un enfoque diferente. Tal vez
deberías reorientarte.
¿Están todas las personas con ingresos altos y orígenes humildes destinadas a
convertirse en MAR? ¿Tomarán todas ellas la senda del señor Friend? No, en
absoluto. Más allá de las carencias sociales y educativas percibidas por el señor
Friend, hay una razón fundamental que explica cómo llegó a convertirse en un
MAR: las enseñanzas que recibió de sus padres. A pesar de sus modestos
ingresos, sus padres no eran nada ahorradores, se gastaban prácticamente todo lo
que ganaban. Eran unos profesionales en gastar sus recursos. Destinaban
cualquier aumento o cualquier devolución de impuestos al consumo inmediato.
Incluso el reembolso de impuestos anticipados los asignaban al consumo mucho
antes de recibir los cheques. Ese comportamiento consumista influyó mucho en
su hijo.
Le transmitían siempre este mensaje:
Se gana para gastar, cuando uno necesita gastar tiene que ganar más.
¿Qué nos dicen de los millonarios esos resultados? Nos sugieren que el
propietario de un negocio con unas ganancias anuales de, pongamos por caso, 2
millones, tiene una renta líquida gravable de sólo 73.200 dólares, o sea un 3,66
% de los 2 millones. ¿Podrías vivir hoy con 73.200 dólares y aun así invertir un
mínimo de un 15 % al año? No, no es fácil. Pero tampoco es fácil ser
económicamente dependiente.
Independencia financiera
Una vez le hicimos a un director de empresa (a quien llamaremos señor
Rodney) con altos ingresos y bajo patrimonio esta sencilla pregunta:
Aún más reveladoras son las entrevistas que hicimos a las viudas de los
MAR. En muchos casos, la viuda había sido ama de casa toda su vida. Con
frecuencia, su pareja, un tipo con grandes ingresos y poco patrimonio, estaba
asegurado por debajo del valor real o no tenía ningún seguro de vida.
No es una situación fácil. ¿Cómo pueden unas personas con una buena
formación y grandes ingresos ser tan ingenuos acerca del dinero? Pues porque
tener una buena formación y generar unos buenos ingresos no se traduce en tener
una independencia financiera. Eso requiere planificación y sacrificio.
¿Y si tu objetivo es llegar a ser financieramente independiente? Tu plan debe
sacrificar el gran consumo de hoy día en aras de la independencia financiera de
mañana. Cada dólar que ganas para gastarlo después pasa primero por la
Agencia Tributaria. Ganar unos 100.000 dólares al año puede pasar por tener que
comprarse por ejemplo un barco de 68.000 dólares. Los millonarios suelen
pensar de esa manera. Por eso sólo una minoría tiene barcos en propiedad. ¿Tu
plan es vivir en un barco cuando te jubiles? ¿O preferirías vivir con un plan de
pensiones de 3 millones de dólares? ¿Puedes hacer las dos cosas?
Si todavía no eres rico, pero quiere serlo algún día, nunca te compres una
casa con una hipoteca que sea más del doble de los ingresos anuales de tu
familia.
Vivir en una zona menos costosa te permitirá gastar menos e invertir más de
tus ingresos. Pagarás menos por tu casa y en consecuencia menos impuestos de
propiedad. Probablemente tus vecinos no conducirán coches caros. Verás que es
más fácil mantenerte al día, incluso más que la familia de los Jones y además
acumular patrimonio.
Es tu elección. Quizás elegirás mejor que el joven corredor de bolsa, Bob, al
que recientemente aconsejamos. Le dimos el mismo consejo acerca de la
proporción ideal de inversión en una casa. Este corredor de 37 años de edad
tenía unos ingresos netos de 84.000 dólares. Quería que le aconsejáramos sobre
la opción de comprar una casa de 310.000 dólares. Pensaba realizar un pago
inicial de 60.000 dólares. También planeaba llegar a ser rico. Pero pensamos que
cargar con una hipoteca de 250.000 dólares sería un impedimento para su
objetivo.
Le sugerimos que comprara una casa algo más barata, una casa de unos
200.000 dólares con una hipoteca de 140.000. Eso estaría dentro de los
parámetros de nuestra regla. Bob rechazó el consejo. No quería vivir en un
barrio lleno de «camioneros y albañiles». Después de todo, él es un asesor
financiero con carrera universitaria.
Pero de lo que Bob no se da cuenta es de que muchos trabajadores de la
construcción y sus cónyuges tienen unos ingresos conjuntos de más de 84.000
dólares. En el banco, por supuesto, su agente hipotecario le dijo que podía optar
a una hipoteca de 250.000 dólares. Pero eso es como pedirle a un zorro que
contabilice cuántas gallinas tienes en tu gallinero.
Los BAR dedican al mes casi el doble de horas que los MAR en planificar
sus inversiones.
¿Son unas preocupaciones reales? Sí. Aunque los MAR pasan más tiempo
pensando en esos temas que en dar pasos determinantes hacia cambiar su
tendencia al hiperconsumo y a la falta de inversión.
¿Qué tipo de persona indicó recientemente que tenía miedo y preocupación
acerca de los temas siguientes?
1. Experimentar una gran reducción en su nivel de vida.
2. No tener un ingreso lo suficientemente alto como para satisfacer los hábitos
de consumo de su familia.
¿Quién es esta persona? Tal vez sea un transportista con dos hijos en la
universidad. O tal vez una persona soltera, con bajos ingresos que tiene que criar
a tres hijos. ¿Te imaginas al gerente de una empresa que recientemente ha sabido
que su puesto de trabajo será eliminado? Son unos supuestos bastante lógicos.
La gente de esas diferentes categorías sociales puede muy bien expresar sus
temores de tener que reducir su nivel de vida y de no tener suficientes ingresos
para satisfacer sus hábitos de consumo. Pero ninguna de esas personas
corresponde al perfil de la que estamos a punto de presentar.
La persona encuestada que manifestó esos miedos y preocupaciones es un
cirujano de unos cincuenta años al que llamaremos doctor South (véase la tabla
3-1). Está casado y tiene cuatro niños. ¿Por qué debería preocuparse por su nivel
de vida y su patrimonio? ¿Es que ha tenido mala suerte? ¿Es que está
inhabilitado para practicar la medicina? No, en realidad es un médico estupendo
que el año antes de nuestra entrevista ganó más de 700.000 dólares. Pero, a pesar
de esos extraordinarios ingresos, su patrimonio en términos reales está
disminuyendo. Tiene razones para sentir miedo y preocupación.
El doctor North tiene la misma edad que el doctor South, y un patrimonio y
una familia similares. Pero el doctor North es un BAR. Su perfil también queda
detallado más adelante, en este capítulo. Tiene bastantes menos preocupaciones
que el doctor South, no teme ver reducido su estándar de vida. Al contrario que
al doctor South, a él no le preocupa que su patrimonio no sea suficiente para
satisfacer las necesidades de su familia. Esto es especialmente interesante
teniendo en cuenta que ambos, el doctor South y el doctor North tienen ingresos
similares. Los datos que siguen te darán una idea de esos dos médicos y sus
familias. Sabrás muchas cosas acerca de cómo cada uno de ellos usa su tiempo,
su energía y su dinero, pero antes de estudiar sus perfiles detalladamente,
hablaremos de los ingresos y de los hábitos de consumo de los médicos en
general.
TABLA 3-1
INQUIETUDES, TEMORES Y PREOCUPACIONES:
DR. NORTH VERSUS DR. SOUTH
MÉDICOS BARS y MARS
En promedio, los médicos ganan cuatro veces más que lo que ingresa un
hogar medio norteamericano: 140.000 dólares frente a 33.000 dólares. Pero el
doctor South y el doctor North no son médicos corrientes, sino excelentes
especialistas, altamente cualificados. De hecho, el ingreso anual medio de
alguien de su especialidad es de más de 300.000 dólares. Sin embargo, ellos son
extraordinarios, incluso entre sus colegas. El año pasado cada uno de ellos ganó
más de 700.000 dólares. A pesar de sus ingresos, el doctor South tiene
acumulado un patrimonio relativamente pequeño. Gasta mucho e invierte poco.
En nuestras pesquisas hemos averiguado que los médicos en general no suelen
ser atesoradores de riqueza. De hecho, entre todas las profesiones con elevados
ingresos, la profesión médica es la más propensa a tener patrimonios bastante
bajos. Por cada médico de la categoría BAR, hay dos de la categoría MAR.
¿Por qué los médicos van a la zaga en la carrera por la riqueza? Existen varias
razones. La más importante de ellas es la correlación entre la riqueza y la
educación. Esta relación puede sorprender a algunas personas, pues en todos
aquellos que cuentan con grandes ingresos (los que ganan por lo menos 100.000
dólares al año), la relación entre la educación y acumulación de riqueza es
negativa. Hay bastantes menos BAR que MAR que son licenciados, abogados o
médicos. Los millonarios suelen indicar en nuestras encuestas «propietario de
una empresa» con «estudios medios», «graduado» o «sin estudios
universitarios».
Advertencia a los padres: no aconsejen a sus hijos que dejen los estudios y
emprendan un negocio. La mayoría de las empresas fracasan al cabo de pocos
años de haber sido creadas, sólo una minoría de dueños de negocios tienen unos
ingresos de 100.000 dólares o más. Pero los que lo hacen suelen acumular más
riqueza que otros con los mismos ingresos.
Los tipos de «estudios medios», «graduados» o «sin estudios universitarios»
que tienen grandes ingresos con frecuencia aventajan a los trabajadores con
formación académica. Los médicos y otros profesionales con estudios empiezan
más tarde la carrera de las ganancias. Es difícil acumular riqueza mientras se está
en la universidad. Cuanto más tiempo permanece uno en la universidad, más
tarde empieza a ganar dinero y a crear un patrimonio.
La mayoría de los expertos en acumular riqueza manifiestan que cuanto más
pronto se empieza a invertir, más posibilidades hay de generar un buen
patrimonio. El señor Denzi, por ejemplo, es un empresario que cursó 2 años de
formación en una escuela técnica de procesado de datos. Empezó a trabajar y a
generar riqueza a los 22 años de edad. Hoy día, 30 años después, se ha
beneficiado enormemente del meteórico incremento de su plan de pensiones.
En claro contraste con esto vemos el caso del doctor Dokes, el cual se graduó
en la escuela secundaria el mismo año que el señor Denzi. Al acabar sus estudios
universitarios, abrió una consulta médica privada, 12 años más tarde que el señor
Denzi abriera su empresa. Durante esos 12 años, el doctor Dokes pasó su tiempo
estudiando y gastando sus ahorros, el dinero de sus padres, y el dinero que pidió
prestado para los gastos de matrícula y de manutención. Durante el mismo
tiempo, el señor Denzi, que se calificaba a sí mismo de «material no
universitario», concentró sus recursos en construir su empresa y en llegar a ser
económicamente independiente.
¿Quién pertenece hoy día a la categoría MAR? ¿El propietario «material no
universitario», el señor Denzi, o el mejor estudiante de su clase, el doctor
Dokes? La respuesta es obvia: el señor Denzi es un BAR prototípico mientras
que el doctor Dokes es un MAR. Curiosamente, ambos ganaron
aproximadamente lo mismo el año pasado (casi 160.000 dólares). Pero el señor
Denzi tiene de 5 a 6 veces más patrimonio acumulado que su compañero de
secundaria. Y no tiene deudas.
El señor Denzi puede enseñarnos algo sobre el arte de acumular riqueza:
empezar a ganar e invertir temprano, en la vida adulta. Eso te permitirá superar
el nivel de riqueza de incluso los llamados niños dotados de tu clase de
secundaria. Recuerda, la riqueza es ciega, no le importa si sus clientes están bien
formados o no. Así que los autores de este libro tienen una excusa. ¿Cómo
explicar si no que dos especialistas en temas de riqueza no sean ricos? Pues en
parte porque emplearon un total de ¡casi veinte años en finalizar sus estudios
superiores!
Otra razón por la que la gente muy bien formada suele quedarse atrás en la
escala de riqueza tiene que ver con el estatus que les adjudica la sociedad. De los
médicos, así como de otras profesiones de estudios superiores, se espera que
desempeñen su función social. El señor Denzi es propietario de una pequeña
empresa. A pesar de ser rico, la sociedad no espera de él que viva en un barrio
exclusivo. No está fuera de lugar que viva en una casa modesta o que conduzca
un coche del montón. Sus gastos domésticos son significativamente menores que
los del doctor Dokes.
Muchas personas nos dicen que sí se puede juzgar un libro por su cubierta, lo
que significa que se espera que médicos, abogados, contables y demás vivan en
casas caras. También se espera de ellos que vistan y lleven un estilo de vida en
consonancia con su capacidad de desarrollar sus profesiones. ¿Qué piensas tú de
los profesionales a los que recurres? Hay demasiadas personas que los juzgan
exclusivamente por lo que exteriorizan. Se valoran más aquellos que usan ropa
cara, conducen automóviles lujosos y viven en barrios exclusivos. Creen que un
profesional es probablemente mediocre, incluso incompetente, si vive en una
casa modesta y conduce un Ford Crown Victoria de tres años de antigüedad.
Muy muy pocas personas juzgan la calidad de los profesionales que tratan
atendiendo a su patrimonio neto. Muchos profesionales nos han dicho que deben
tener una imagen exitosa para convencer a sus clientes de lo que son.
Hay, por supuesto, excepciones. Pero las personas que pasan muchos años en
la universidad, en colegios profesionales o en escuelas de posgrado son más
propensas a tener unos gastos domésticos más elevados que las personas de
menor nivel educativo.
Por regla general, los médicos tienen niveles excepcionalmente altos de
sobrecargas domésticas. La preocupación en muchos de estos hogares es
consumir, no invertir.
Los médicos consideran a menudo que vivir en barrios ricos tiene sus
desventajas. Las personas que viven en zonas caras suelen ser bombardeadas con
llamadas de expertos en inversiones. Muchas de estas personas que llaman
suponen que la gente de barrios prestigiosos tiene dinero para invertir, pero en
realidad a muchas de las personas que viven con grandes lujos les sobra poco
dinero porque han de financiar un estilo de vida consumista.
Algunos ingenuos expertos en inversiones cuentan para sus llamadas a
potenciales clientes con unas listas que atienden a dos criterios. En primer lugar,
los candidatos deben ser médicos. En segundo lugar, tienen que vivir en barrios
exclusivos. No es de extrañar que los médicos sean el blanco favorito de algunos
de los vendedores de ideas inversionistas más agresivos de los Estados Unidos.
Con demasiada frecuencia, los médicos que reciben esas ofertas suponen que las
personas que llaman son «tan profesionales como los médicos». Muchos nos han
dicho que han tenido malas experiencias al realizar inversiones atendiendo a los
consejos de esos vendedores. De hecho, muchos han salido tan chamuscados que
no han vuelto a invertir en el mercado de valores. Algo lamentable, habida
cuenta del crecimiento global del mercado de valores. Y al rechazar ese
mercado, imaginaron que tendrían más dinero para gastar. Esta actitud no es tan
extraña como uno podría pensar:
Un cirujano plástico nos dijo que tenía tres barcos y cinco coches, pero
que no había llegado a reunir un plan de pensiones. ¿Inversiones
financieras? No, tampoco. Hablando de sus colegas, el cirujano dijo, «No
conocen ni a un solo tipo que no haya fracasado en los mercados
financieros, así que no tienen nada. Al menos yo disfrutaré de mi dinero
gastándolo».
Después, resumió su filosofía financiera diciendo: «El dinero –dijo
haciendo un movimiento con la mano– es el recurso más fácilmente
renovable». (Thomas J. Stanley, «Why You’re Not As Wealthy As You
Should Be» (Por qué no eres tan rico como deberías), Medical Economics,
julio de 1992).
¿Qué otros factores explican que haya tantos médicos miembros del grupo
MAR? Nuestras investigaciones muestran que por lo general son personas
desinteresadas. En promedio, contribuyen a causas nobles con un porcentaje
mayor que otros profesionales con ingresos también altos. Además, los médicos
se encuentran entre las personas que reciben menos herencias de sus padres. Sus
hermanos y hermanas menos formados tienen muchas más probabilidades de
heredar dinero. En algunos casos, los padres de los médicos les piden que
ayuden a sus hermanos menos afortunados en el caso de que no puedan pagar
sus cuentas. Estos hallazgos se detallan en el capítulo 6.
Los médicos suelen dedicar mucho tiempo a sus pacientes. Rara vez trabajan
menos de 10 horas al día, gastando así la mayor parte de su tiempo, energía e
intelecto en sus pacientes. De este modo, tienden a descuidar su bienestar
económico. Algunos consideran que trabajar mucho supone grandes ingresos y
que, por lo tanto, no hay necesidad de diseñar un presupuesto familiar. Algunos
preguntan por qué deberían perder el tiempo planificando un presupuesto
doméstico e invirtiendo cuando hay tanto dinero por ganar. Muchos individuos
del grupo MAR piensan de este modo.
En cambio, los BAR suelen pensar totalmente diferente. Para ellos, el dinero
es un recurso que nunca debe ser desperdiciado. Saben que planificar,
presupuestar y ahorrar son elementos esenciales para atesorar riqueza, incluso
para quien tiene muchos ingresos. Éstos deben vivir por debajo de sus
posibilidades si tienen la intención de llegar a ser financieramente
independientes. Y si no eres financieramente independiente, gastarás cada vez
más tiempo y energía en preocuparte por tu futuro socioeconómico.
PLANEAR Y CONTROLAR
Planear y controlar son factores clave para acumular riqueza. Por lo tanto,
cabría esperar que los BAR como el doctor North dediquen tiempo a planificar
sus presupuestos. Pues sí, lo hacen. El doctor South, por el contrario, no tiene
más control sobre su consumo familiar que el límite que le marcan sus ingresos.
Preguntemos a los doctores North y South por sus respectivos sistemas de
control y planificación.
Llevar una casa sin un presupuesto familiar es como dirigir una empresa sin
un plan, sin objetivos y sin dirección. Los North tienen un presupuesto que les
exige invertir anualmente al menos una tercera parte de sus ingresos antes de
impuestos. De hecho, el año en el que entrevistamos al doctor North, él y su
esposa habían invertido casi el 40 % de sus ingresos. ¿Cómo pudieron hacerlo?
Resumiendo: consumieron al mismo nivel que una familia media con unos
ingresos de aproximadamente un tercio de los suyos.
¿Y los South? Pues ellos consumen al mismo nivel que la familia media que
gana casi dos veces más que ellos. De hecho, sus tarjetas de crédito están más en
línea con las de las familias que ganan varios millones de dólares al año. Los
South suelen gastarse anualmente todos sus ingresos, o incluso algo más.
Les hacemos a ambos médicos otra serie de preguntas:
1. ¿Sabe usted lo que gasta anualmente su familia en alimentación, ropa y
vivienda?
2. ¿Dedica mucho tiempo a planificar su futuro financiero?
3. ¿Es usted ahorrador?
TABLA 3-2
HÁBITOS DE CONSUMO: FAMILIA NORTH VERSUS FAMILIA SOUTH
El equipo familiar
La mayoría de los hogares con rentas altas están compuestos por matrimonios
tradicionales con hijos. Tanto los hogares de los South como el de los North son
tradicionales. Habíamos determinado mucho tiempo atrás que los hábitos de
ambos cónyuges presentan variaciones respecto a la acumulación de riqueza. Las
ideas del cónyuge sobre el ahorro, el consumo y la inversión son factores
significativos para comprender la posición de un hogar en la escala de riqueza.
¿Quién es el tacaño de la familia? En el caso de la familia North, tanto el
marido como la mujer dan el perfil. Ambos viven muy por debajo de sus
posibilidades. Ambos contribuyen a planificar un presupuesto anual bien
estructurado. A ninguno de los dos les importa conducir coches usados. Ambos
pueden decir cuánto gasta la familia anualmente en diversos productos y
servicios. A ninguno de ellos les importa enviar a sus hijos a colegios públicos.
Ambos priorizan el poder ser financieramente independientes. Sin embargo, esos
objetivos no se traducen nunca en privar a sus tres hijos de lo que es justo. Pagan
a sus hijos los estudios universitarios, así como las matrículas y cuotas de los
posgrados. También les proporcionaron fondos para que se compraran sus
viviendas y los gastos asociados. Los North pagan fondos de inversión que
reservan para sus hijos. Los South, por el contrario, no son inversores. Casi todo
lo que se gastan para la familia proviene de los ingresos que obtienen, es decir,
que viven al día.
¿Qué pasa cuando tu familia genera unos ingresos moderadamente altos y
tanto tú como tu pareja sois ahorradores? Pues que cuentas con una buena base
para alcanzar y mantener la condición de un BAR. Por otra parte, es muy difícil
que una pareja llegue a acumular un buen patrimonio si uno de sus miembros es
un derrochador. En un hogar con una orientación financiera dividida es poco
probable que se llegue a acumular una renta significativa.
Peor aún es cuando tanto el hombre como la mujer son derrochadores. Ésa es
la situación doméstica en la que se encuentran hoy en día los South.
Curiosamente, en la casa de los South el tacaño es él. Él es quien controla las
compras y el consumo de su mujer. Pero gastar todo lo que entra en la casa, o
incluso algo más, es cosa de dos. Ambos son hiperconsumistas, ambos
contribuyen a tener un nivel de riqueza inferior a lo que sería de esperar.
Vamos a evaluar el rendimiento del doctor South con respecto a la
acumulación de patrimonio. Él es el encargado de llevar el dinero a casa. Y no
hay duda de que en ese sentido lo hace extraordinariamente bien. Su actuación le
sitúa en el percentil 99,5 de los individuos con grandes ingresos en EE. UU. Pero
él también es el encargado, en parte, de tomar otras decisiones domésticas. Él es
quien compra los coches y se encarga del asesoramiento financiero. También es
quien realiza las inversiones. Pero ni él ni su esposa realizan ningún presupuesto
familiar.
La señora South se encarga de comprar la ropa de toda la familia. Al año
gasta unos 30.000 dólares para ella y su familia. También pesa
significativamente el hecho de gastar más de 40.000 dólares en cuotas de clubes
y gastos relacionados. Ambos decidieron embarcarse en una hipoteca de 107.000
dólares al año. La mayoría de los MAR cuentan que las grandes hipotecas les
ayudan a deducir impuestos. Claro que si los South siguen ahorrando dinero de
ese modo, nunca podrán jubilarse.
A menudo se critica a las personas que compran casas y automóviles caros
por su estilo de vida extravagante. Pero al menos las casas, en la mayoría de los
casos, mantienen su valor, aunque sólo sea en un sentido nominal. Incluso los
automóviles siguen teniendo algún valor pocos años después de su compra. Los
grandes gastos en viviendas y automóviles pueden tener un efecto demoledor en
lo que respecta a la acumulación de patrimonio, pero al menos se puede negociar
con ellos, al alza o a la baja. Existen peores culpables.
¿Cuánto vale hoy en día la ropa por valor de 30.000 dólares que compraron
los South el año pasado? ¿Cuánto valdrán mañana las vacaciones de 7000
dólares que disfrutaron hace poco? ¿Cuánto valor remanente queda de los más
de 40.000 dólares que emplearon el año pasado en gastos relacionados con
clubes privados y con sus caprichos personales? Añade a esto los buenos
restaurantes, servicios de limpieza, clases particulares, jardinería, asesores de
decoración, seguros y demás.
Los hábitos de consumo de los South están relacionados con el hecho de no
tener ningún control global de sus gastos. Gran parte de su consumo es una
función independiente en este drama doméstico. Éste no es el caso de la familia
North. El doctor North y su esposa se dedican activamente a elaborar
presupuestos y controlar los gastos del hogar. Juntos planean y se consultan sus
respectivos gastos. Describiremos en detalle su sistema, pero examinemos antes
la situación de los South.
La señora South es la responsable de la compra de una gran variedad de
productos y servicios de su hogar. Ella no consultó con nadie el gasto de 30.000
dólares en ropa del año pasado. Ella hace sus cosas, y su marido, las suyas. Ella
tiene sus tarjetas de crédito, y él, las suyas.
La señora South es una mecenas de las tiendas de lujo, entre otras Neiman
Marcus, Saks Fifth Avenue y Lord & Taylor. Tiene las tarjetas de crédito de cada
una de estas tiendas, y además ella y su marido tienen una Master Card (oro) y
una tarjeta Visa (preferente). El doctor South tiene además la tarjeta platino de
American Express.
¿Cuál es el problema? A menudo, el señor y la señora South no tienen ni idea
de lo que el otro está comprando o cuánto está gastando. Eso es especialmente
cierto en cuanto a los bienes tangibles se refiere, tales como ropa, regalos y
entretenimiento. Ambos son presa fácil de vendedores profesionales, asesores
financieros, concesionarios de automóviles y agentes crediticios de los bancos.
Si fueras una de esas personas, ¿a quién llamarías? ¿A quién mantendrías
informado sobre nuevas ofertas de productos y servicios? ¿A quién aconsejarías
acudir a una presentación especial de la última moda o de nuevos modelos de
automóviles?
¿Por qué gasta tanto dinero la señora South? En el más clásico estilo MAR, su
marido la anima a hacerlo. Él es el resultado de unos padres indulgentes y con
ingresos altos. El doctor South da a su esposa prácticamente un cheque en blanco
a la hora de ir de compras. Y, por supuesto, los South se asocian con otros
hiperconsumidores. Pero eso es algo que ellos no saben. Son únicos. No son los
consumidores típicos. Nadie les ha dicho nunca que la mayoría de la gente con
su nivel de ingresos, los North incluidos, nunca gasta tanto dinero como ellos.
Lamentablemente, los South nunca han oído hablar de los atesoradores
extraordinarios de riqueza.
Los North son muy diferentes de los South en cuanto a sus gastos. Tanto el
señor como la señora North provienen de ambientes de austeridad y ahorro. En
su matrimonio siempre se han comunicado entre ellos acerca de la asignación de
recursos. Su plan presupuestario se basa en un estilo de vida con un nivel de
gastos controlado. A diferencia de los South, ellos no tienen tarjetas de crédito
de tiendas de lujo. Eso está bien. La familia North, cuyo patrimonio neto es 18
veces mayor que el de los South (7.500.000 frente a 400.000 dólares), no tienen
tarjetas de crédito de Neiman Marcus, Saks Fifth Avenue o Lord & Taylor. Ellos
compran en esas tiendas en «ocasiones especiales». Casi todas las compras de la
casa las hacen con una tarjeta de crédito «central», una tarjeta Visa (preferente).
Cada mes anotan sus gastos en una lista común. Cada mes determinan cuánto
dinero asignar a qué gastos, según conceptos, y, al final de cada año, consultan
esas anotaciones para calcular cuánto gastan en total por cada concepto. Esas
anotaciones les facilitan poder administrarse y realizar asignaciones para el año
siguiente. Y lo más importante: la planificación, la administración y el consumo
son acciones coordinadas. A diferencia de los South, los North tienen una cuenta
corriente común que les permite controlar los gastos que no abonan con tarjeta
de crédito.
¿Y si deseas planificarte, pero no te agrada ese procedimiento? Hace poco
entrevistamos a un asesor contable que ofrece servicios de elaboración de
presupuestos domésticos y planificación del consumo. El señor Arthur Gifford
tiene varios cientos de clientes con ingresos muy altos. La mayoría son
profesionales autónomos o empresarios. Algunos son BAR, y algunos, MAR.
Preguntamos al señor Gifford quién utiliza su sistema de planificación de
presupuestos y consumo. Su respuesta era previsible, atendiendo a los casos
estudiados de los South y los North:
El señor Gifford tiene razón. Pero ¿no son los BAR por lo general reacios a
gastar en servicios? No siempre. No son reacios a gastar en servicios que les
ayuden a controlar el consumo familiar.
¿Sabes exactamente lo que gastó tu familia el año pasado en cada concepto y
servicio? Sin esos datos es difícil controlar los gastos. Si no controlas tus gastos,
es muy poco probable que llegues a acumular una gran riqueza. Un buen
comienzo es seguir un registro exacto de todos y cada uno de los gastos que tu
familia hace mensualmente. O bien pedir a tu contable que te ayude a establecer
un sistema para anotar y contabilizar esos gastos. Después trabaja con él para
desarrollar un presupuesto. El objetivo es permitirte ahorrar para invertir
anualmente al menos un 15 % de tus ingresos antes de impuestos. Por cierto, el
«método del 15 %» es una sencilla estrategia del señor Gifford para llegar a ser
rico.
Existe una relación inversa entre el tiempo que uno dedica a comprar
artículos de lujo, como coches y prendas de vestir, y el tiempo que dedica a
planear su futuro financiero.
Los MAR de ingresos elevados como el doctor South gastan gran parte de su
renta en lujosos automóviles y prendas de vestir caras. Pero para adquirir y
mantener un gran número de bienes de consumo de elevado coste se necesita
más que dinero. Esas compras tienen que ser planeadas. Se necesita tiempo para
ir de compras, y se necesita tiempo para cuidar grandes cantidades de artefactos
caros y de alto standing. Tiempo, energía y dinero son recursos finitos, incluso
entre quienes tienen elevados ingresos. Nuestras investigaciones demuestran que
incluso los individuos que encabezan la lista de las rentas más altas no pueden
tener el pastel y comérselo a la vez. Por otro lado, el doctor North, y los BAR en
general, dedican su tiempo libre a actividades que creen que pueden aumentar su
patrimonio (véase la tabla 3-6 de este mismo capítulo). Entre tales actividades se
incluyen el estudio y la planificación de sus estrategias de inversión. Más
adelante estudiaremos ese tema con más detalle.
Los MAR como el doctor South, por el contrario, trabajan duramente para
mantener y mejorar el tren de vida que llevan. A menudo, estos MAR de
elevados ingresos, el doctor South incluido, gastan más que sus ingresos de seis
cifras. Entonces, ¿cómo equilibran esa necesidad que tienen de mantener un
nivel de vida tan alto con unos ingresos que son finitos? Muchos compran
gangas compulsivamente.
El método South
Fíjate en lo que hace el doctor South antes de comprarse un automóvil.
Quizás saques la conclusión de que es un tacaño. La mayoría de los MAR como
el doctor South reafirman su comportamiento de hiperconsumidores diciendo a
los que pudieran criticarlos que todo lo que compran les sale prácticamente a
precio de coste, al coste, por debajo del coste o cosas por el estilo. Es cierto que
el doctor South es un activo comprador de gangas. Pero acaba de pagar más de
65.000 dólares por un extravagante coche deportivo. ¿Es eso realmente una
ganga? El doctor South hizo esa compra «casi a precio de distribuidor». Pero
¿cuáles fueron los costos reales en tiempo y esfuerzo de esa llamémosle ganga?
La mayoría de los individuos que ganan grandes sumas de dinero, ya sean BAR
o MAR, trabajan más de 40 horas a la semana. Por lo general, la cantidad de
tiempo que les sobra cada semana se asigna de manera coherente con sus
objetivos.
Los MAR, con extraordinaria frecuencia, dedican horas incontables a estudiar
el mercado, pero no el mercado de valores. Conocen los nombres de los
concesionarios de los coches más lujosos, pero no los de los asesores de las
mejores inversiones. Saben cómo hacer compras y gastar, pero no saben cómo
invertir. Conocen los estilos, precios y disponibilidad de varios concesionarios
de automóviles, pero saben muy poco o nada de las diferentes tasaciones de las
ofertas del mercado de valores.
A modo de ejemplo, compara las más recientes compras de automóviles del
doctor South con las de los millonarios típicos. En promedio, el millonario
estadounidense emplea de cuatro a cinco técnicas para comprar gangas cuando
se compra un automóvil. El doctor South lo hace de manera bastante diferente,
utiliza al menos unas nueve tácticas y estrategias con los vendedores a la hora de
negociar el precio de un coche.
Contempla los conocimientos en materia de compra de automóviles que ha
adquirido el doctor South recientemente y que nunca le servirán para mejorar sus
ingresos, percibir dividendos reales o incrementar la productividad de su
negocio. Claro que sabe todo sobre cada uno de los concesionarios Porsche que
hay en un radio de seiscientos kilómetros alrededor de su casa. El doctor South
podría decirte también cuánto cuesta, a precio de concesionario, casi cada
modelo Porsche; el coste de las diversas opciones y accesorios, y las
características técnicas de la mayoría de los modelos. Se necesita mucho tiempo
y esfuerzo para reunir toda esa información…
El doctor South tiene un estilo característico en lo que respecta a la compra de
automóviles. Primero decide la marca y modelo del coche que quiere y los
equipamientos correspondientes. Después, con toda esa información empieza a
buscar y a negociar. Por costumbre, pasa todo un mes dando vueltas por los
concesionarios buscando «la mejor oferta». En ese proceso suele descubrir el
precio de coste del distribuidor. Esto lo hace antes de entrar en negociaciones
serias con un concesionario. A continuación, llama por teléfono a todos los
concesionarios (tiene una larga lista) y les invita a que compitan entre ellos. Él
no tiene ningún problema en comprar un Porsche de un concesionario de las
afueras de la ciudad conocido por sus bajos precios. Aquellos distribuidores que
dicen que ajustan los precios pasan a la lista de preselección del doctor South.
Los demás quedan fuera de toda consideración.
Después, el doctor South vuelve a ponerse en contacto con los vendedores de
la lista de preselección. En esa fase del proceso, interroga a los distribuidores
sobre la posibilidad de que le vendan el automóvil a buen precio, recordándoles
los precios que le ofrecen otros concesionarios. También les pregunta por los
coches de kilómetro cero o de demostración, aunque su corazón siempre se
inclina por un modelo completamente nuevo.
A final del mes, el doctor South vuelve a contactar con los concesionarios de
bajo precio, y lo hace porque cree que en esos momentos tienen que cumplir sus
«cupos de venta» y atender los pagarés. Invita a todos a que le hagan su «oferta
definitiva». En su última compra, el último día del mes y después de un aluvión
de llamadas telefónicas, aceptó finalmente la oferta de un concesionario de las
afueras de la ciudad.
El doctor South es el típico hombre que mira tanto el dinero que acaba
gastándose un dineral cuando compra un coche. Pero él está convencido de que
es un comprador muy sensato. Después de todo, dedica un montón de tiempo y
de energía a comprar coches a precio casi de coste. Pero puede que un precio de
coste de un distribuidor sea un precio demasiado alto a pagar. Es difícil acumular
riqueza si dedicas gran parte de tu tiempo, tu energía y tu dinero a obtener un
supuesto precio de coste de distribuidor de un coche extremadamente caro.
Ten en cuenta esto: la mayoría de los millonarios que hemos entrevistado
nunca en su vida han gastado 65.000 dólares, ni mucho menos, en un coche. En
realidad, tal como comentamos en el capítulo 4, más de la mitad de los
millonarios entrevistados nunca han pagado más de 30.000 dólares por un coche.
Recuerda, sin embargo, que el doctor South no es millonario. Lo cierto es que,
en términos de patrimonio neto, los millonarios pueden permitirse de sobra
comprar un coche de 65.000 dólares, pero pasan de esas oportunidades. Como se
suele decir, «¡por eso son millonarios!».
Lo cierto es que consumir coches carísimos da al traste con la posibilidad de
llegar algún día a acumular una riqueza significativa. El año en que le
entrevistamos, el doctor South gastó más de 70.000 dólares en la compra de su
último coche, los impuestos que conlleva y los seguros. Sin embargo, durante
ese mismo período de tiempo, ¿cuánto dinero colocó en su plan de pensiones?
¡Unos 5700 dólares! En otras palabras, tan sólo dedicó 1 de cada 125 dólares de
sus ingresos a financiar su jubilación. La cantidad de tiempo que el doctor South
dedicó a buscar la mejor oferta para la compra del coche también fue
contraproducente. Estimamos que dedicó más de 60 horas a estudiar, negociar y
comprar su Porsche. ¿Cuánto tiempo y esfuerzo necesita alguien para colocar
dinero en un plan de pensiones? Una pequeñísima fracción de ese tiempo y esa
energía. Es fácil para el doctor South decir que quiere hacerse con un
patrimonio, pero sus acciones dicen más que sus palabras. Tal vez eso explique
por qué ha perdido una cantidad considerable de dinero en inversiones
imprudentes. Invertir cuando se tiene poca o ninguna base intelectual para tomar
decisiones se traduce con frecuencia en grandes pérdidas de dinero.
El método North
El doctor North no es un experto en coches, pero cuando decide comprar uno
se fija mucho en los precios. Le preguntamos al doctor North acerca del último
coche que se había comprado. Recordemos que la compra más reciente del
doctor South fue la del último modelo de coche, y tengamos en cuenta que
menos del 25 % de los millonarios de Estados Unidos conducen coches de
último modelo. Y que, por supuesto, el doctor South no es millonario. El doctor
North nos informó con orgullo de que su coche más reciente lo había comprado
hacía seis años. Anticipamos tu pregunta: ¿quiere decir que durante seis años no
se ha comprado un automóvil nuevo? No sólo el doctor North no se ha comprado
un coche nuevo durante los últimos seis años, sino que el que se compró fue uno
de segunda mano: un Mercedes-Benz 300, de tres años, que le costó 35.000
dólares.
Al doctor North le encanta el coche: un precio estupendo, y económico, «Es
un diésel», nos dijo. Y por supuesto antes de que un Mercedes diésel necesite
una puesta a punto tiene que haber recorrido bastantes miles de kilómetros.
Además tiene un diseño clásico.
¿Cuánto tiempo y energía dedicó el doctor North a la compra de su
Mercedes? Vamos a ver el proceso de elección que siguió. En primer lugar,
pensó que necesitaba cambiar su «viejo coche», después de todo tenía ya veinte
años. Sabía que muchos coches europeos de gama alta se devalúan a los tres
años de salir al mercado, de modo que imaginó que posiblemente podría ahorrar
una cantidad considerable de dinero y comprarse un Mercedes Benz de tres años.
Confirmó su idea averiguando el precio de venta al público del modelo que
estaba interesado en comprar. Una visita rápida a un concesionario local le bastó
para saberlo. Después, el doctor North decidió que su mejor opción sería
comprarse un modelo de tres años, así que llamó por teléfono a un par de
distribuidores y les informó de lo que le interesaba. También echó un vistazo a
varios anuncios clasificados del periódico. Finalmente, se decidió por un modelo
con pocos kilómetros recorridos que le había ofrecido un concesionario local.
Tal como nos explicó:
TEMORES Y PREOCUPACIONES
TABLA 3-3
CONTRASTE ENTRE INGRESOS Y PATRIMONIO
OBJETIVOS FINANCIEROS:
Muchos BAR y MAR con rentas elevadas comparten los mismos objetivos en
cuanto a la acumulación de un buen patrimonio. Más de tres cuartas partes de
ambos grupos indicaron que tenían los siguientes objetivos:
• Llegar a ser rico en el momento de su jubilación.
• Incrementar su patrimonio.
• Enriquecerse por medio de la revalorización del capital.
• Construir su capital conservando el valor de sus activos.
Los BAR y los MAR difieren también en la cantidad de tiempo que realmente
dedican a planificar sus inversiones.
La planificación se da normalmente como un hábito muy arraigado en las
personas que tienen una demostrada propensión a acumular riqueza. La
planificación y la acumulación de riqueza están muy asociadas a los inversores
con ingresos modestos. En nuestra muestra de 854 encuestados con ingresos
medios (véase la tabla 3-5), por ejemplo, se observa una gran correlación entre la
planificación de la inversión y la acumulación de riqueza.
Uno de los hallazgos más interesantes de nuestros estudios sobre los
millonarios se refiere a la razón de que muchas personas dediquen tan poco
tiempo a planificar sus inversiones. Muchas personas que planifican poco o nada
las inversiones suelen pensar lo mismo que nuestros encuestados:
No vale la pena…
Nunca tengo tiempo para hacer cuentas.
Nunca tenemos mucho… pero cuanto más ganamos, menos parece que
acumulamos.
Dedicamos todo nuestro tiempo a nuestras carreras profesionales.
No dispongo de 20 horas a la semana para liarme a invertir dinero.
TABLA 3-5
PLANIFICACIÓN DE INVERSIONES Y CONTRASTES DEMOGRÁFICOS:
BAR CON INGRESOS MEDIOS FRENTE A MAR
Descubrimos que los BAR con ingresos medios dedican a planificar sus
inversiones un promedio de tan sólo 8,4 horas al mes. Esto se traduce en unas
100,8 horas al año. Dado que un año tiene 8.760 horas, dedican a planificar sus
inversiones el 1,2 % de su tiempo aproximadamente.
Los MAR, en promedio, dedican a planificar sus inversiones unas 4,6 horas al
mes, o alrededor de 55,2 horas al año. En otras palabras, los BAR dedican en
promedio a la planificación de sus inversiones un 83 % más horas (100,8 frente a
55,2 horas anuales) que los MAR, y éstos dedican tan sólo 1 de cada 160 horas
de su tiempo total disponible a la planificación de sus inversiones. Los BAR
dedican 1 de cada 87 horas.
¿Se convertirían los MAR en BAR automáticamente si simplemente
duplicaran el número de horas que dedican a la planificación de sus inversiones?
Probablemente no. La planificación es sólo uno de los muchos ingredientes clave
para crear riqueza. La mayoría de los BAR tiene un calendario de
planificaciones reglamentado. Cada semana, cada mes, cada año planean sus
inversiones. Y además empiezan a hacerlo a una edad mucho más temprana que
los MAR.
Por otro lado, los MAR son muy parecidos a algunas personas con sobrepeso,
que de vez en cuando se mueren de hambre para llegar a su peso ideal. Sin
embargo, muy a menudo recuperan después todo el peso perdido y más. Los
MAR pueden comenzar el nuevo año con un plan que incluye varios objetivos
de inversión. Esos objetivos suelen ser el producto de un par de días de
planificación dinámica que especifica el número de dólares asignados a las
inversiones. Es posible que también incluyan en el plan una reducción
significativa del consumo de bienes y servicios. La mayoría de las veces este
«plan de choque» y el correspondiente cambio radical de estilo de vida son tan
duros que no funcionan. En este caso, el típico MAR se desencanta rápidamente
de su nuevo planteamiento para crear riqueza. Enseguida vuelve a las andadas,
rompiendo una vez más su compromiso de planificar, invertir más y consumir
menos.
Muchos MAR piensan que un plan profesional y bien preparado les
convertirá en BAR de la noche a la mañana, pero incluso los mejores planes
financieros son ineficaces si no los sigues al pie de la letra. Con demasiada
frecuencia los MAR creen que otros pueden «perder peso» por ellos.
Lo que en tales casos les iría realmente bien a los MAR sería comprender
cómo funcionan los BAR. Éstos planifican un poco cada mes, y sólo dedican a
ello unas 8 horas mensuales. Los MAR podrían planificar más si supieran que
ello no les obligaría a «renunciar a sus quehaceres diarios». Los BAR crean
riqueza lentamente. No viven de manera espartana, sino que tienen un régimen
determinado que equilibra trabajo, planificación, inversión y consumo.
Tu tiempo es tuyo
El factor trabajo es importante para comprender las diferencias entre los BAR
y los MAR. Observa en nuestro estudio de encuestados con ingresos medios el
porcentaje de los BAR frente al de los MAR (59,1 frente a un 24,7) que trabajan
por cuenta propia (véase la tabla 3-5). En este estudio, los trabajadores
autónomos estaban significativamente relacionados con la planificación de
inversiones. En general, los autónomos pasan más tiempo planificando sus
estrategias de inversión que los que trabajan por cuenta ajena. Los trabajadores
por cuenta propia, incluidos aquellos que tienen ingresos medianos, suelen
integrar en su vida laboral la planificación de inversiones. En cambio, la mayoría
de los empleados por cuenta ajena abordan una serie de tareas relacionadas con
el trabajo que no tienen que ver con planificar estrategias de inversión. ¿Por qué
sucede eso?
En la categoría de trabajadores autónomos, aquellos que tienen éxito nunca
dan por sentada su posición económica. La mayoría de los individuos de
mediana edad que son trabajadores por cuenta propia han pasado por tiempos
buenos y por tiempos malos, económicamente hablando. Suelen compensar los
inevitables altibajos de sus ingresos planificando e invirtiendo. Tienen que ser
ellos mismos quienes creen y gestionen sus planes de pensiones. Deben confiar
en sí mismos, tanto en lo relacionado con su situación financiera actual como
con sus perspectivas de futuro. Muy a menudo, a la larga sólo sobreviven
económicamente los trabajadores autónomos muy disciplinados.
Ahora bien, quizás te preguntes ¿y esa gente no trabaja muchas horas y muy
duramente? Sí, quienes tienen más éxito son los autónomos que trabajan de 10 a
14 horas al día. De hecho, por eso hay tantos empleados que ni siquiera
consideran lo de «montarse la propia empresa». Quieren algo menos exigente.
Quieren ser empleados. Sin embargo, la mayoría de los trabajadores, incluidos
los de ingresos medianos, también trabajan muchas horas y muy duramente. En
cuanto a aquellos que ganan ingresos con cifras de entre cinco y seis dígitos,
dedican la mayoría de su tiempo y su energía a sus trabajos. Por lo general no
tienen la ventaja de proyectar sus trabajos, y sus tareas no incluyen reservar unas
cuantas horas a la semana para planificar sus inversiones. Los trabajadores
autónomos, por el contrario, especialmente los que cuentan con ingresos
elevados, tienen objetivos diferentes: uno de ellos es el de llegar a ser
económicamente independientes. Los empleados por cuenta ajena, por el
contrario, dependen con gran frecuencia de sus jefes, por lo que suelen tener
menos independencia a la hora de planificar sus inversiones de manera que les
permitan acumular un buen patrimonio.
Hay otra cuestión a tener en cuenta en el tema de la planificación: los MAR
dedican menos tiempo a planificar sus inversiones que los BAR, en parte debido
a la naturaleza de sus inversiones. Los MAR consideran invertible el dinero en
efectivo y las cuentas de ahorro, los fondos de mercado y los bonos del tesoro a
corto plazo. Los MAR tienen casi el doble de probabilidades que los BAR de
reservar al menos un 20 % de su patrimonio en efectivo o equivalentes de
efectivo. La mayoría de ese tipo de dinero está asegurado por el Gobierno
federal, y de la mayoría se puede disponer fácilmente cuando surgen imprevistos
de consumo. Y, por supuesto, se necesita menos tiempo para planificar
inversiones de dinero en efectivo que para invertir el patrimonio de la manera
que suelen hacer los BAR.
Los BAR son más propensos a invertir en planes financieros que por lo
general ganan en valor, pero no producen ingresos. Ellos suelen invertir una
parte mayor de su patrimonio en capital privado en empresas con pocos
accionistas, en bienes raíces, en planes de renta variable que cotizan en bolsa, y
en sus planes de pensiones, rentas vitalicias y otro tipo de impuestos diferidos.
Este tipo de inversiones requiere planificación, y son la base de la riqueza. Los
MAR tienen una parte mayor de su patrimonio invertida en vehículos y otros
activos que tienden a depreciarse.
Ten en cuenta que los ingresos anuales netos de este corredor superan los
200.000 dólares. Pero debido a que es un inversor muy activo, rara vez deja que
crezcan las semillas de inversión que siembra. Realiza cualquier ganancia a corto
plazo y por tanto ha de tributar por ella. No es el tipo de corredor que gusta a un
millonario. Entonces, ¿qué tipo prefieren? Inversores. Inversores mucho menos
activos. Prefieren tratar con aquellos que basan las compras en el estudio y
después mantienen la inversión.
Volvamos a nuestros casos de estudio, los señores North y South, para ver en
acción los planes de financiación.
TABLA 3-6
HORAS DEDICADAS:
DR. NORTH Y DR. SOUTH COMPARADOS CON MUESTRAS DE BARS Y
MARS
¿Quién pasa más tiempo gestionando sus inversiones actuales? Una vez más,
la respuesta es predecible: el doctor North, en promedio, dedica cerca de 20
horas al mes, o 240 horas al año, en ese propósito, mientras que su homólogo
afirmó haber dedicado tan sólo 1 hora al mes a la gestión de sus inversiones
actuales. Sin duda, éste es un factor que contribuye al bajo patrimonio neto del
doctor South.
El doctor North es un inversor bien centrado. Él tiene dos tipos de inversión
favoritos: tierras en el medio rural y acciones en la industria médica:
Primero fue por un compañero con el que estudié medicina… Salvó la vida
a un paciente que creía en la inversión en agricultura. Mi colega invirtió
ahí y me habló de ello. Me dijo que era gente muy honesta. Me reuní con
ellos y acepté. He estado invirtiendo desde entonces… y lo sigo haciendo
regularmente.
He invertido más en acciones de compañías farmacéuticas… en la
industria médica y en empresas de instrumental médico… conozco ese
campo. Realizo investigaciones en el campo de los fármacos… Eso es lo
que hace Warren Buffett… Invierte en empresas que conoce y de las que
controla el tema. Hay que sembrar semillas (ahorrar para invertir) en
áreas que se conozcan. Yo tengo más de 2 millones de dólares en mi plan
de participación en los beneficios.
Las posibilidades de que te contraten con una llamada, sobre todo con una
llamada así, son prácticamente nulas. Así pues, ¿por qué tanta gente contrata a
un asesor financiero contestando a una llamada de ofrecimiento? Pues porque no
tienen experiencia alguna en contratar empleados.
¿Por qué no eres tan rico como podrías ser? Pues puede deberse al modo en
que llevas tus asuntos domésticos. ¿Sería un buen negocio, sobre todo uno muy
productivo, contratar a un empleado clave sin revisar sus antecedentes ni hacerle
una entrevista en profundidad? ¡No! Sin embargo, la mayoría de la gente,
incluidos aquellos que tienen ingresos elevados, contrata a asesores financieros
sin tener apenas información sobre el perfil del candidato.
Algunas personas con ingresos elevados han respondido a nuestro punto de
vista sobre este tema afirmando: «Pero yo no estoy contratando a un empleado,
sólo estoy invirtiendo algo de dinero en un tipo que me telefoneó». Nuestra
respuesta a eso es simple: gestiona tu hogar como si gestionaras un negocio
productivo. Las mejores empresas emplean a los mejores trabajadores. También
buscan a los mejores proveedores. Utilizar los mejores recursos humanos y
rodearse de los mejores proveedores son dos razones principales por las que las
empresas más productivas alcanzan el éxito mientras otras fracasan. Debes
contemplar a los asesores financieros que desean que seas su cliente como
simples candidatos a un puesto de trabajo. Contémplalos como posibles
empleados o proveedores de tu hogar. Después, plantéate algunas preguntas
sencillas: ¿qué criterios seguiría un jefe de personal productivo a la hora de
evaluar a uno de estos candidatos? ¿Compraría el jefe de compras o el director
financiero de una empresa productos bursátiles a este potencial proveedor? ¿Qué
criterios, qué información clave del C. V. de esos potenciales proveedores
utilizaría para evaluarlos?
Antes de que una empresa prestigiosa llegara a contratar a un asesor
financiero o un especialista en productos bursátiles, insistirían en algunos
aspectos clave de la información que presentara, como:
• Varias referencias.
• Título universitario.
• Comprobación de los datos.
• Una serie de entrevistas personales.
• Una solicitud de empleo bien detallada.
• Documentos que acrediten la capacidad del solicitante para llevar a cabo los
deberes y tareas requeridas.
El método martin
Hace varios años tuvimos el placer de entrevistar al señor Martin, un inversor
muy astuto y millonario hecho a sí mismo. El señor Martin participó en una
entrevista de grupo que realizamos con 8 multimillonarios. Para ser incluidos en
el grupo los encuestados debían tener un patrimonio neto de 5 millones de
dólares como mínimo. Reunir un patrimonio neto de 5 millones de dólares o más
en una sola generación es todo un logro. Sin embargo, el señor Martin es raro
incluso dentro de esa categoría, ya que él nunca tuvo unos ingresos anuales
(como asalariado) que superaran los 75.000 dólares. ¿Qué hizo el señor Martin
para llegar a ser tan rico? Él es uno de los mejores inversores que hemos
entrevistado. Amasó su fortuna gracias al mercado de valores. Descubrimos que
era extremadamente inteligente y que estaba muy bien informado sobre diversas
inversiones. Tiene además un buen ojo para evaluar asesores de inversión.
Como era de esperar, el señor Martin está suscrito a una amplia variedad de
publicaciones relacionadas con las inversiones. Varias de ellas venden sus
listados de direcciones electrónicas a los corredores de bolsa. Son miles los
asesores financieros que tienen acceso a la dirección y el número de teléfono del
señor Martin. Éste estima que cada semana le llaman al menos tres o cuatro
corredores solicitando que invierta con ellos. ¿Cómo trata con ellos el señor
Martin? Le dice a su secretaria que siga con ellos el «Método Martin». ¿Qué es
el «Método Martin»? Esto fue lo que nos contó durante la entrevista:
Y yo siempre les digo: «¿Puede darme algunas ideas de inversión que sean
realmente buenas?». Me dicen: «Por supuesto, sobre todo si está usted
dispuesto a mover su cartera de valores. Yo sólo manejo cuentas con un
mínimo de 200.000 dólares».
Tal vez te preguntes cómo encuentra tiempo el señor Martin para evaluar
todos esos montones de credenciales que recibe de corredores de bolsa. Durante
muchos años, el señor Martin ha sido un inversor activo y ha recibido
innumerables ofertas telefónicas. ¿Cuántos de esos solicitantes al puesto de
asesor financiero de la familia Martin presentaron referencias? ¡Ninguno! Ni uno
solo de esos montones de solicitantes facilitó datos acerca de sus ingresos y su
patrimonio.
Según el señor Martin, «Si esos tipos fueran realmente buenos, no perderían
el tiempo llamándome». Eso suena razonable, señor Martin. Pero no todo el
mundo en Estados Unidos tiene su habilidad para invertir, sus ingresos y su
patrimonio. Muchas personas estarían mejor económicamente si utilizaran los
servicios de un asesor financiero, incluso alguno de esos que los llaman, por la
sencilla razón de que la mayoría de ellos tienen bastantes más conocimientos
sobre métodos de inversión que un MAR con ingresos altos.
El modo de contactar con un asesor financiero está relacionado con la
valorización de la riqueza. ¿Cómo lo hizo el señor Martin? Como la mayoría de
los BAR: utilizó la comunicación interpersonal. Al principio de su carrera
profesional, pidió a su contable que le enviara un buen asesor financiero. El
contable le proporcionó los nombres de varios de esos asesores. El señor Martin
pidió referencias de ellos a clientes cuyas inversiones parecían ir siempre bien.
Desde entonces ha recurrido a diversos asesores financieros, y también confía en
otros asesoramientos, como el de su abogado y contable profesionales.
El señor Martin siempre ha confiado en los sabios conocimientos bursátiles
de sus asesores financieros porque todos ellos fueron aprobados por su contable
o por inversores de éxito. Además, el señor Martin comprendió acertadamente
que esos asesores financieros le tratarían como a un cliente especial. Y, de hecho,
se esforzaron al máximo por proporcionarle buenos consejos y pronósticos
oportunos. ¿Por qué? Pues porque de otro modo pondrían en peligro su prestigio
y sus buenas referencias. ¿Qué habría hecho el señor Martin si sus asesores le
hubieran proporcionado un mal servicio y un mal asesoramiento? Se habría
quejado al contable profesional que había recomendado a esas personas, y a éste
no le habría gustado perder al señor Martin como cliente y habría borrado a esos
asesores de sus redes de referencia. A ningún asesor financiero le gusta ser
despedido de esta manera. Incluso los asesores más prestigiosos se esfuerzan en
mejorar la calidad de sus servicios para atender a los buenos contactos.
¿Qué podemos aprender de estos supuestos? Hay que elegir un asesor
financiero que esté refrendado por un buen contable o por clientes cuya cartera
de valores sobresalga por sus éxitos. Si no dispones de un contable, contrata uno.
Otro aspecto relacionado con la acumulación de riqueza es el empleo de un
contable profesional no sólo para los temas de impuestos o asesoría fiscal, sino
también para que aporte consejos de inversión. Para encontrar un buen contable,
consulta a amigos o compañeros que se ajusten al perfil de un BAR. Puedes
recurrir al colegio oficial de contables y administradores de empresas. O hablar
con los profesores de alguna escuela de administración de empresas para que te
faciliten los nombres de antiguos alumnos que cuenten con una brillante carrera
en el campo de las inversiones bursátiles. Otro método consiste en llamar a los
despachos de empresas contables, las cuales suelen ser muy selectivas con sus
empleados. Incluso las grandes empresas tienen clientes pequeños. Nosotros
seleccionamos a nuestros contables siguiendo dos criterios: el primero fue que
estuvieran recomendados por profesores universitarios de esa carrera; y el
segundo, que fueran contables de grandes empresas que posteriormente se
habían montado con gran éxito su propia empresa. Vimos que los mejores
contables profesionales y asesores financieros habían seguido este camino.
Hay contables profesionales mejores que otros a la hora de ayudar a sus
clientes a acumular riqueza. Habla con varios. Elige al que tenga más clientes
BAR, pero puede que les tengas que explicar qué es el concepto BAR.
NO ERES LO QUE CONDUCES
Creen que ser económicamente independiente es más importante que hacer gala
de un estatus social elevado.
El tipo de pesca que hace el señor Allan incluye tirar el pescado sangriento en
el asiento trasero de su berlina, un coche nada lujoso con cuatro años de vida y
de fabricación estadounidense. Esa manera de hacer no es coherente con
conducir un Rolls-Royce hasta el lago. Estaría fuera de lugar. El señor Allan no
se sentiría cómodo con un coche así. Por lo tanto, pensó, tendría que dejar de ir a
pescar o rechazar el regalo.
Vamos a considerar el dilema del señor Allan. Su despacho está ubicado en la
planta de fabricación de su empresa, que se encuentra en una antigua zona
industrial. Un coche como el que le ofrecen estaría fuera de lugar en un entorno
así. Y, por supuesto, el señor Allan no quiere tener que funcionar con dos coches,
sería poco operativo. Cree además que un coche de lujo le alejaría mucho de sus
trabajadores. Podrían tener la sensación de que su jefe los está explotando.
¿Cómo si no podía permitirse un vehículo tan caro? Están además estas otras
consideraciones:
El señor Allan reconoce que hay muchos artefactos que pueden ser una
verdadera carga, cuando no un impedimento, para llegar a ser económicamente
independiente. La vida ya tiene sus propias cargas, ¿por qué añadirle otras?
TABLA 4-2
LOS COCHES DE LOS MILLONARIOS: PRECIOS DE VENTA
Más del 80 % de los millonarios compran sus coches. Cuando más del 50
% de ellos opten por alquilarlos cambiaremos nuestra recomendación.
MARCAS DE COCHES
¿Qué tipo de coches conducen los millonarios? Los fabricantes de coches
estadounidenses pueden estar orgullosos de saber que fabrican el 57,7 % de los
vehículos que conducen los millonarios. Un 23,5 % son coches de empresas
japonesas, mientras que un 18,8 % son vehículos europeos. ¿Cuáles son las
marcas de coches más populares entre los millonarios? A continuación,
enumeramos las marcas en función de sus respectivas cuotas de mercado:
1. Ford (9,4 %). Los modelos más populares son la camioneta F-150 y el
utilitario deportivo Explorer. (Los coches utilitarios y deportivos en general
son cada vez más populares entre la gente acaudalada). Alrededor de 3 de
cada 10 millonarios que conducen un vehículo de la marca Ford tienen una
camioneta F-150. Y aproximadamente 1 de cada 4, un Ford Explorer. La
camioneta F-150 es el número uno de los vehículos vendidos en Estados
Unidos, así que los conductores de ese vehículo tienen algo en común con
muchos millonarios.
2. Cadillac (8,8 %). Más del 60 % de los conductores que poseen un Cadillac
tienen el modelo De Ville/Fleetwood Brougham.
3. Lincoln (7,8 %). Alrededor de la mitad de los propietarios tienen un Lincoln
Town Car.
4. Un triple empate: Jeep, Lexus, Mercedes (6,4 % cada uno). Casi todos los
millonarios que tienen un Jeep eligen el modelo Grand Cherokee. De hecho,
este modelo encabeza la lista de los modelos elegidos por los millonarios.
Casi dos terceras partes de los conductores de Lexus optan por el modelo LS
400. El favorito de los Mercedes-Benz es el Clase S.
5. Oldsmobile (5, %). El modelo preferido es el Olds 98.
6. Chevrolet (5,6 %). Esta marca está representada por diez modelos. Entre los
más populares están los deportivos utilitarios Suburban y Blazer.
7. Toyota (5,1 %). El modelo Camry es el que se lleva la palma.
8. Buick (4,3 %). Los más populares son los modelos Sabre y Park Avenue.
9. Empate de dos: Nissan y Volvo (2,9 % cada uno). El modelo más popular de
Nissan es el Pathfinder, y el de Volvo, el de la Serie 200.
10. Otro empate de dos: Chrysler y Jaguar (2,7 % cada uno).
Entre otras marcas populares están: Dodge, BMW, Mazda, Saab, Infiniti,
Mercurio, Acura, Honda, GMC, Volkswagen, Land Rover, Subaru, Pontiac,
Audi, Isuzu, Plymouth y Mitsubishi. Los tres principales fabricantes son General
Motors, con aproximadamente el 26,7 % de compradores millonarios; Ford
Motor, con un 19,1 %, y Chrysler, con cerca de 11,8 %. Como puedes ver, la
mayoría de los millonarios conducen lo que se llama el metal de Detroit. La
mayoría de los estadounidenses que tienen coche también tienen metal de
Detroit. Entonces, ¿cómo saber si tu vecino que conduce un Ford, un Cadillac o
un Jeep es millonario o no? No puedes. No es fácil juzgar el patrimonio de la
gente sólo por el coche que conduce.
Cada vez son más las personas acaudaladas que se compran coches fabricados
en EE. UU., especialmente de las marcas Buick, Cadillac, Chevrolet, Chrysler,
Ford, Lincoln y Oldsmobile. Esta tendencia está relacionada con la creciente
popularidad de los utilitarios deportivos que fabrican Chrysler, Ford y General
Motors. ¿Qué hay en Detroit que atrae a los ricos? Podemos responder a esa
pregunta con algo que ocurrió hace más de quince años.
Después de entrevistar a un grupo de diez millonarios, fuimos al
aparcamiento del centro de investigación. Nos quedamos muy sorprendidos al
ver que casi todos los millonarios que acabábamos de entrevistar tenían coches
de Detroit: Buick, Ford y Oldsmobile. Nos miramos unos a otros y alguien dijo:
«¡Esta gente no pertenece a un estatus, compran los coches al peso!».
Es cierto. Muchos millonarios suelen comprarse coches de gran tamaño que
tienen un bajo coste por gramo de peso. El precio medio de todos los vehículos
nuevos es de 6,86 dólares por libra (= 450 gramos). El Buick sedán de cuatro
puertas se vende en la actualidad a unos 6,00 dólares por libra; el Chevrolet
Caprice, a unos 5,27 dólares; el Ford Crown Victoria, a alrededor de 5,50; el
Lincoln Town Car, a unos 10,00; y el Cadillac Fleetwood, a 8,26. El Ford
Explorer se vende a unos 5,98 dólares. El modelo más popular entre los
millonarios es el Jeep Grand Cherokee, que se vende a 7,09 dólares por libra.
¿Cómo son esos precios al peso de los coches extranjeros del mismo tamaño?
El sedán BMW 740 cuesta más de 15 dólares por libra; el Mercedes-Benz 500
SL tiene un precio de más de 22 dólares por libra, y el Lexus LS400 sale a la
venta por más de 14,00 dólares por libra. ¿Qué pasa con el Ferrari F40? ¡Pues
que su costo es de 175 dólares por libra de peso! (El precio estimado por libra lo
encontrarás en el apéndice 2 de este libro).
A muchos de los encuestados les complace conducir coches que no reflejen su
elevado estatus. Les interesan más las tasaciones de valor objetivas. Hay
millonarios que se gastan sumas considerables en automóviles de lujo, pero son
una minoría. El año pasado, por ejemplo, se vendieron en EE. UU. unos 70.000
coches de la marca Mercedes. Esto se traduce en la mitad del 1 % de los más de
14 millones de coches vendidos. Al mismo tiempo, los hogares millonarios eran
cerca de 3,5 millones. ¿Qué significa eso? Pues que los miembros de la mayoría
de los hogares ricos no conducen lujosos coches de importación. La realidad es
que 2 de cada 3 compradores o arrendadores de vehículos extranjeros de lujo no
son millonarios.
Durante mucho tiempo han sido los millonarios de más edad los que preferían
las marcas nacionales. Creemos que esta actitud se está volviendo más común
incluso entre los millonarios más jóvenes. ¿Por qué? Pues porque el crecimiento
real en el mercado millonario sigue proviniendo del sector empresarial. Los
empresarios, por regla general, son más sensibles a los precios cuando se trata de
la adquisición de vehículos. Los empresarios de éxito juzgan cada gasto por su
productividad. Suelen plantearse el impacto que el gasto que supone adquirir un
coche tendrá sobre la rentabilidad de su negocio y, en última instancia, sobre su
patrimonio. Con frecuencia determinan que las inversiones en temas tales como
publicidad o nuevos equipamientos son mucho más productivas que la inversión
en un coche de lujo.
MANERAS DE COMPRAR
TABLA 4-3
TENDENCIA DE LOS MILLONARIOS A LA HORA DE ADQUIRIR UN
COCHE
ciertos beneficios a la hora de comprar coches nuevos a un mismo
distribuidor, pero eso no significa que entren en su concesionario favorito, digan
amén a todo y compren. Al contrario, para ellos el precio es un tema importante.
Tal vez creas que esos tipos leales son unos perezosos. ¿Son tal vez miembros de
los llamados «ricos ociosos»? No, ésa no es la razón por la que acuden siempre
al mismo concesionario. Tal vez pienses que simplemente esos compradores
sienten afecto por sus distribuidores. Pues no, el cariño tampoco es la respuesta.
Es más sencillo: los compradores leales prefieren ahorrar esfuerzo al tener
que elegir tanto un concesionario como un tipo de coche (nuevo o usado, por
ejemplo).
Los compradores leales propensos a comprar coches nuevos invierten una
enorme cantidad de tiempo y esfuerzo en generar sus altos ingresos. Consideran
que ganarán más dinero trabajando que yendo de un concesionario a otro en
busca del «chollo del coche usado». Este grupo de compradores acude a unos
determinados distribuidores porque creen que les proporcionarán las mejores
ofertas. Algunas de esas «ofertas» van más allá de los precios y de las
dimensiones físicas de un vehículo.
¿Por qué compran estos millonarios coches nuevos en vez de coches usados?
¿Por qué son menos sensibles a la diferencia de precio que los compradores de
coches usados? En primer lugar, a los compradores de los vehículos nuevos les
gustan los vehículos nuevos, aunque ésa no es la única razón por la que los
compran. Según su mentalidad, comprar algo nuevo en vez de usado es bastante
más fácil, requiere menos tiempo y menos esfuerzo. Según ellos, los vehículos
nuevos son más fiables y es más fácil que estén disponibles en los modelos,
colores y accesorios que ellos prefieren. En resumen, saben que tienen que pagar
más para conseguir más.
Sin embargo, también el precio es algo importante para este grupo. Antes de
visitar a su distribuidor favorito, casi la mitad (el 46 %) consulta el precio de
concesionario del modelo que buscan. Aproximadamente 1 de cada 3 contacta
con al menos 2 distribuidores para tener «cierta idea de la inminente compra».
Algunos de ellos consultan revistas especializadas y guías de precios que revelan
las cifras de los distribuidores. La ubicación es otro factor a tener en cuenta para
entender el modo de actuar de este grupo. Muchos se pondrán en contacto con
vendedores de fuera de su zona, pero la mayoría se atiene a comprobar las
ofertas de su entorno. Tan sólo 1 de cada 10 aproximadamente compra
asiduamente a distribuidores de fuera de su ciudad.
Hay otro factor que explica la lealtad de estos compradores hacia un mismo
distribuidor:
Las redes sociales gozan de muy buena salud entre la gente acaudalada en
Norteamérica. Muchos empresarios adinerados creen firmemente en la
reciprocidad. Piensa un momento: si fueras un contratista de obras, por ejemplo,
¿dónde te comprarías los coches? ¿Los comprarías a un desconocido con un
firme apretón de manos, o al vendedor del concesionario de automóviles que te
contrató para pavimentar su aparcamiento? La respuesta es obvia.
Muchos de los compradores leales que son profesionales autónomos, como
por ejemplo médicos, abogados, contables, asesores financieros o arquitectos,
creen también en ese tipo de reciprocidad. Los más inteligentes suelen comprar a
los distribuidores de vehículos que les compran a ellos. No es inusual para el
dueño de un concesionario tener más de un centenar de proveedores diferentes
que abastecen su negocio con productos y servicios. En consecuencia, tienen
cierta expectativa de que esos proveedores le devuelvan alguna vez el favor.
Muchos de los compradores leales acaudalados reciben ofertas de los
concesionarios de automóviles a los que compran. A su vez, el 25,5 % de ellos
indica que envía a sus socios y amigos a los concesionarios que conocen bien.
Éstos les corresponden con unos significativos descuentos en sus compras.
Hay muchos millonarios que son compradores leales por otras razones.
Alrededor del 20 % compra en concesionarios que son propiedad de un pariente
o de un amigo personal. Otros lo hacen porque prefieren tratar directamente con
el propietario del concesionario que frecuentan; el 37 % trata exclusivamente
con los propietarios. ¿Por qué? Porque creen que eso les asegurará una compra
excelente.
Compradores de concesionarios que prefieren vehículos
nuevos (34,8 %)
La persona acaudalada que prefiere vehículos nuevos cree que los descuentos
que obtiene mediante compras agresivas y arduas negociaciones con diversos
distribuidores merecen el tiempo y la energía gastados en ello. De promedio, han
gastado en el coche más caro que han comprado un 9 % menos que los
partidarios de coches nuevos que son leales a un concesionario concreto.
En su última adquisición, pagaron alrededor de un 14 % menos que los
compradores leales. Éstos suelen comprar los coches un poco más caros, lo que
representa cerca de la mitad de la variación de precios medios pagados por los
miembros de los dos grupos. Por el contrario, los compradores de vehículos
nuevos son más sensibles a las variaciones de precios de los distribuidores de la
competencia. Estos compradores suelen ser expertos negociadores; muchos
disfrutan de las compras y del regateo.
Por el contrario, a los leales, los que compran a los comerciantes son
muchísimo menos propensos a recurrir a distribuidores que están en manos de
parientes o amigos personales, a dirigirse a proveedores que les corresponden
con descuentos significativos, o a comprar a distribuidores con los que hacen
negocios. Con mucho prefieren emplear semanas, incluso meses, a «ir de tiendas
buscando la mejor oferta», exigir un «precio de consignatario» o «comprar un
nuevo modelo que tenga un descuento muy importante y luego revenderlo al
cabo de uno o dos años casi al mismo precio o incluso algo más».
A: ..................................
Jefe de ventas de coches nuevos
Dice lo mismo a todas las personas con las que contacta. Además, tiene una
época favorita para negociar: afirma que el mejor momento está entre las dos
últimas semanas de diciembre hasta febrero. En invierno, añade, los vendedores
no encuentran demasiados compradores disponibles. Los gastos navideños y las
actividades invernales desalientan a los potenciales compradores. Pero no
desalientan a muchos de los compradores de vehículos usados. En esas fechas no
es inusual que un comprador tenga a cuatro o más vendedores compitiendo en
torno a él por hacer un buen negocio.
Por lo general, los miembros de este grupo adquieren coches de bajo
kilometraje, que tienen de dos a cuatro años de antigüedad. Sus marcas favoritas
son Ford, Mercedes, Cadillac, Lexus, Chevrolet, Nissan y Acura.
TABLA 4-4
ECONOMÍA Y ESTILO DE VIDA SEGÚN LOS DIFERENTES TIPOS DE
ADQUISICIÓN DE COCHES
Su comportamiento ahorrador se basa en un fuerte conjunto de creencias. En
primer lugar, creen en los beneficios de ser financieramente independientes. En
segundo lugar, creen que ser ahorrador es la clave para lograr la independencia.
Se inhiben ellos mismos de consumir productos caros recordándose
constantemente que mucha gente que posee artículos de consumo de lujo, como
ropa cara, joyas, coches y piscinas, tienen poco patrimonio. Con frecuencia
hablan de ello con sus hijos. En uno de los casos que estudiamos, un joven le
había preguntado a su padre por qué ellos no tenían piscina. Su padre le contestó
con la clásica respuesta que muchos ahorradores emplean: «Mucho sombrero,
pocas reses». Le dijo que podían instalarse una piscina, pero que eso supondría
no poder mandarle a Cornell.
Hoy día ese muchacho, Carl, ya ha acabado sus estudios universitarios en la
Universidad de Cornell. Y no, nunca tuvieron piscina. ¿Qué sucederá cuando los
hijos de Carl pregunten a su padre por su tendencia al ahorro? ¿Podrá defender
su postura en cuanto a las compras y su naturaleza ahorradora en general? Las
respuestas a estas preguntas quedan reflejadas en los resultados de la tabla 4-4.
Los compradores de coches usados son propensos a hacer estas declaraciones:
• Mis padres son (eran) muy ahorradores.
Una vez, un miembro de este grupo nos habló de sus hábitos ahorradores. Nos
contó que sus padres eran agricultores:
Mi familia en Nebraska comprendía lo que valía un dólar. Papá solía decir
que las semillas son muy parecidas a los dólares. Puedes comerte las
semillas o sembrarlas. Pero cuando ves que las semillas se convierten
en… plantas de maíz de tres metros de altura… ya no quieres
desperdiciarlas. Las consumes o las plantas. Siempre me ha encantado ver
crecer las cosas.
Para ahorrar adecuadamente, hay que llevar un registro de los gastos. Una vez
más, el comprador de coches usados es más exigente que cualquiera de los otros
grupos. La mayoría de ellos conviene en que:
• Sé lo que mi familia gasta anualmente en comida, ropa y vivienda.
Estos compradores son proclives también a las ofertas en lo concerniente a las
compras de ropa. Tienen una puntuación de 145 (véase la tabla 4-4). Una gran
parte de ellos asume esta afirmación:
• Nunca compro un traje que no esté de oferta (con descuento).
En Norteamérica en mucho más fácil ganar mucho dinero que hacerse rico.
¿Por qué es así? Pues porque somos una sociedad orientada al consumo. Y los
vecinos –no millonarios que ganan mucho dinero– de los compradores de coches
de segunda mano están entre la gente que más consume en Norteamérica.
CASOS DE ESTUDIO
AEE
Muchos de los padres que ofrecen una AEE demuestran gran habilidad
acumulando riqueza en sus vidas. Por lo general son ahorrativos en su propio
consumo y en su estilo de vida. Pero algunos no son tan ahorradores cuando se
trata de contentar a sus hijos y nietos con «actos de bondad». Estos padres se
sienten forzados, incluso obligados, a efectuar con sus hijos adultos y las
familias de éstos «actos de gentileza». ¿Cuál es el resultado de esos obsequios?
Los progenitores que ofrecen una AEE a sus hijos tienen menos riqueza que
aquellos que con la misma edad, ingresos y estatus tienen hijos adultos
económicamente independientes. Y, en general, cuanto más dinero reciben los
hijos adultos, menos acumulan, mientras que aquellos que reciben menos dinero,
acumulan más.
Quienes ofrecen una AEE suelen afirmar que sus hijos adultos no podrían
mantener un estilo de vida de clase media o alta y gran consumo si no los
mantuvieran. En consecuencia, en la actualidad hay un número cada vez mayor
de familias formadas por hijos e hijas de millonarios que adoptan el papel de
individuos con rentas altas, sin embargo ese estilo de vida es sólo una fachada.
Estos hijos e hijas de ricos son grandes consumidores de bienes y servicios de
alto nivel, con viviendas de estilo colonial y coches de lujo importados. Con sus
clubes y con los colegios privados a los que llevan a sus hijos demuestran una
regla simple que siempre se da con respecto a las AEE: es mucho más fácil
gastar el dinero de otras personas que no gastar el dinero que uno mismo gana.
Las AEE están muy extendidas en Estados Unidos. Más del 46 % de los ricos
norteamericanos facilita a sus hijos y nietos adultos una ayuda anual de al menos
unos 15.000 dólares. Casi la mitad de los hijos adultos de los ricos menores de
35 años de edad reciben de sus padres regalos anuales en forma de dinero en
efectivo. Esos regalos van disminuyendo a medida que los hijos adultos se hacen
mayores. Aproximadamente 1 de cada 5 hijos adultos entre los cuarenta y tantos
y los cincuenta recibe una AEE. Hay que tener en cuenta que esas estimaciones
se basan en encuestas realizadas a los hijos adultos de los ricos y que los
receptores de tales regalos son propensos a subestimar tanto la ayuda como la
cantidad de ésta. Curiosamente, cuando son encuestados, los donantes hablan de
cantidades mucho mayores en concepto de regalo que sus hijos adultos, los
receptores. Es interesante destacar que en las entrevistas, los que dan esas
ayudas, los padres, hablan de unas cantidades más altas que las que dicen recibir
sus hijos.
Gran parte de las AEE se distribuye en un solo pago o de manera irregular.
Así por ejemplo, hay padres y abuelos acaudalados que proporcionan a sus hijos
colecciones enteras de monedas, de sellos, y regalos similares por medio de una
transferencia. Aproximadamente 1 de cada 4 padres pudientes han regalado ya a
sus hijos adultos o a sus nietos ese tipo de colecciones. Del mismo modo, suelen
pagar a los nietos gastos médicos o gastos de ortodoncia, así como
intervenciones de cirugía plástica. Alrededor de un 45 % de las personas
acaudaladas pagan los gastos médicos de sus hijos adultos o de sus nietos.
Durante los próximos 10 años, la población norteamericana acaudalada
(definidos como aquellos que tienen un patrimonio neto de más de 1 millón de
dólares) aumentará de 5 a 7 veces más rápidamente que la población general.
Paralelamente a ese crecimiento, la población acaudalada tendrá muchos más
hijos y nietos por familia que en el pasado. La AEE aumentará también
considerablemente durante ese período. Los patrimonios de más de 1 millón de
dólares se incrementarán en un 246 % durante la próxima década; esos
patrimonios tendrán un valor total (en dólares constantes de 1990) de más de 2
billones de dólares. Sin embargo, cerca de esa misma cantidad se distribuirá
antes que los padres millonarios mueran. Gran parte de esta riqueza será
distribuida por los padres y abuelos acaudalados a sus hijos y nietos.
Los costes de proporcionar una AEE también aumentarán considerablemente
en el futuro. Las matrículas de los colegios privados, los coches de lujo
extranjeros, las casas en barrios de moda, los servicios médicos, las
universidades y muchos otros bienes y artículos están aumentando a un ritmo
que supera enormemente el índice general del coste de vida.
Por otra parte, a medida que nuestra población envejece, son más los padres y
abuelos acaudalados que llegan a la edad de pagar los impuestos al patrimonio.
Las viudas y los viudos, especialmente, son cada vez más conscientes de que el
Gobierno puede gravarles el 55 % o más de su patrimonio a través de los
impuestos. Así, cuando los ricos se hacen mayores aumentan las cantidades y
frecuencias de sus AEE a fin de reducir la carga fiscal de sus patrimonios.
MARY Y LAMAR
TABLA 5-1
AYUDAS ECONÓMICAS QUE LOS PADRES ACOMODADOS
PROPORCIONAN A SUS HIJOS ADULTOS O A SUS NIETOS*
Estoy que se me llevan los demonios. ¿Qué se supone que tengo que hacer
con mi dinero? La familia de mi hija lo pasa mal para llegar a fin de mes.
¿Sabes los problemas que hay aquí con la escuela pública? Voy a enviar a
mis nietos a colegios privados.
Resulta obvio que a esta abuela no le satisface demasiado que tenga que
proporcionar a su hija una AEE. El verdadero problema no es el de las escuelas
públicas, sino que la familia de su hija está en una situación de dependencia
económica. El problema de la madre es que su hija se casó con un tipo que no
gana mucho dinero. Su hija y sus nietos no pueden permitirse vivir en un entorno
de clase media-alta similar al suyo, de modo que está decidida a mejorar el
entorno de la familia de su hija. La ayudó en gran parte a comprar una casa que
económicamente estaba fuera del alcance de su hija y su yerno. La vivienda se
encuentra en un barrio exclusivo donde la mayoría de los residentes envían a sus
hijos a colegios privados. La única forma de que sus hijos puedan vivir en esa
zona residencial es pasándoles una buena inyección económica. Pero la madre
no se da cuenta de que ese entorno tiene más inconvenientes que la
independencia económica, aun cuando eso signifique aceptar seguir un estilo de
vida menos pudiente.
Mary es bastante parecida a la hija de la abuela de nuestra audiencia. Ambas
han recibido ayuda económica externa. Los donantes en ambos casos piensan lo
mismo: la AEE servirá para «dar un empujón a los jóvenes», y después ya no la
necesitarán más. La madre de Mary se equivocó, estuvo ayudando a su hija y a
la familia de ésta con la AEE durante más de 25 años. La familia de su hija es
económicamente dependiente.
Lamar también se ha beneficiado de la AEE. Poco después de que él y su
esposa se casaran, Lamar dejó de trabajar para hacer un máster. Sus padres le
pagaron la matrícula y los gastos asociados. Esto no es un caso aislado; de
hecho, el 32 % de los millonarios norteamericanos pagan los estudios
universitarios de sus hijos adultos.
El primer hijo de la pareja nació poco después de que Lamar empezara sus
estudios de posgrado. A la madre de Mary no le gustaba el apartamento que la
pareja alquiló inicialmente cerca de la universidad donde Lamar estudiaba. Ella
misma se encargó de enviarles un equipo de limpieza regularmente para
«refrescar el lugar». Pero tenía en mente que ése no era el lugar apropiado para
la familia de su hija, así que se ofreció a ayudarles a comprar una casa.
Lamar ayudaba a llegar a fin de mes. Recibía unos pocos cientos de dólares al
mes por un trabajo a tiempo parcial en la universidad, como ayudante de
personal. Mary no trabajaba en esa época. De hecho, fue exclusivamente ama de
casa durante todo su matrimonio.
La madre de Mary aportó una considerable suma inicial para la casa de la
pareja. Cerca de 6 de cada 10 padres adinerados (un 59 %) con hijos adultos
admiten proporcionar a sus hijos ayudas económicas para la compra de una casa.
La madre de Mary contribuyó también en el pago de la hipoteca de la pareja. El
17 % de los millonarios entrevistados indican haber realizado estos pagos (véase
el cuadro 5-1). Inicialmente, la madre de Mary les proporcionaba esos fondos
como un préstamo sin intereses. Pero, finalmente, el préstamo se convirtió en un
préstamo más convencional. Perdonar los préstamos es una cosa bastante
habitual entre los receptores de la AEE. El 60 % de los norteamericanos
acaudalados han proporcionado esos «préstamos» a sus hijos adultos. ¿Qué
sucedió cuando la pareja se mudó a una casa más cara? Pues que la madre de
Mary, una vez más, subvencionó la compra. Finalmente, la pareja se trasladó a
su residencia actual. Y de nuevo recibieron una AEE para parte de esa compra.
Lamar paso unos cuatro años en la universidad, y durante ese tiempo obtuvo
dos graduaciones. En la actualidad trabaja como administrador en la universidad,
pero puesto que su salario anual es inferior a 60.000 dólares, a Mary y a él les
cuesta llegar a fin de mes. Si bien su suegra les regala anualmente 15.000
dólares, sus ingresos siguen siendo insuficientes para el nivel de vida de clase
media-alta que llevan. Cabe destacar que los 60.000 dólares anuales de Mary y
Lamar no constituyen un caso excepcional. Alrededor de un 30 % de los hogares
norteamericanos tienen esos ingresos anuales o menos. ¿Se trata de que esos
hogares tienen un presupuesto muy creativo o más bien de que la AEE está muy
extendida en Norteamérica? Pues en su mayoría se debe a que son miembros
MAR que reciben una AEE.
Según Mary, no es demasiado complicado atender las necesidades básicas de
la familia con los ingresos de Lamar y la ayuda extra anual de su madre. Lo que
es difícil es comprar coches. Y Mary y Lamar disfrutan de «extranjeros de lujo».
¿Cómo encajan esas compras en su presupuesto? ¿Compran coches usados para
mitigar el «dolor económico»? No, ellos compran coches nuevos cada tres años.
¿Por qué tan a menudo? Pues porque ése es el ciclo de su madre, cada tres años,
la madre de Mary les regala unas acciones, como hace aproximadamente el 17
%de los padres acaudalados norteamericanos. Algunos hijos se quedan esas
acciones, pero no Mary y Lamar. Ellos venden los valores de inmediatos y se
compran un coche nuevo con la venta.
Pero, ¿qué pasará con Mary y Lamar cuando la madre ya no viva?
Obviamente, ésa es una de las principales preocupaciones de esta pareja. Por
desgracia, no somos adivinos, así que no pudimos decirles cuánto dinero le iba a
dejar esa madre a su hija. Les deseamos buena suerte. No pasará mucho tiempo
antes de que Mary y Lamar consuman una buena herencia. Ya planean qué hacer
con esa inyección económica. En su horizonte, una casa más grande, una
segunda residencia de vacaciones y un viaje alrededor del mundo.
Los adultos que se sientan a esperar a la siguiente dosis de AEE no son por lo
general demasiado productivos. Con demasiada frecuencia, esos regalos en
efectivo son destinados al consumo y a llevar un tren de vida poco realista. Esto
es precisamente lo que les sucedió a Mary y a Lamar. Sus ingresos laborales de
60.000 dólares al año son los mismos que gana una pareja de clase trabajadora
con horas extras en su mismo condado. Una pareja en la que tanto el hombre
como la mujer son conductores de autobús, pero tienen una visión más realista
de lo que son y de lo que tienen. Mary y Lamar, por el contrario, viven en el
reino de la fantasía. Su meta en la vida es llevar un estilo de vida
socioeconómico de clase media-alta.
¿Significa eso que todos los hijos adultos de padres acaudalados están
destinados a convertirse Marys y Lamars? Por supuesto que no. De hecho,
estadísticamente, cuanta más riqueza acumulan los padres más disciplinados
económicamente serán sus hijos adultos. Ten en cuenta que los millonarios
estadounidenses tienen 5 veces más probabilidades de tener un hijo o una hija
médico y 4 veces más probabilidades de tener un hijo abogado que un hogar
medio.
Pagar por la educación de tus hijos es el equivalente a enseñarles a pescar. La
madre de Mary enseñó a su hija y a su yerno algo más, les enseño cómo gastar.
Les enseño a verla como una máquina dispensadora de peces. Existen muchas
AEE y algunas influyen muy positivamente en la productividad de sus
receptores. Entre ellas se incluye pagar a los hijos una educación y, lo que es más
importante, asignarles unos fondos para que puedan empezar o mejorar una
empresa. Muchos millonarios y empresarios hechos a sí mismos lo saben de
manera intuitiva. A diferencia de la madre de Mary, prefieren regalar a sus
vástagos acciones que no puedan cambiar inmediatamente por coches de lujo de
importación.
Por el contrario, ¿cuál es el efecto de los regalos en efectivo que se destinan a
sabiendas a consumir y respaldar un cierto estilo de vida? Nos encontramos con
que la entrega de ese tipo de regalos es el factor más significativo a la hora de
explicar la falta de productividad entre los hijos de los ricos. Con demasiada
frecuencia esos regalos «temporales» afectan psicológicamente a los
destinatarios. Los regalos en efectivo destinados al consumo menoscaban la
propia iniciativa y la productividad. Llegan a convertirse en un hábito, y
finalmente tienen que perdurar durante gran parte de la vida del receptor.
El estilo de vida subvencionado de muchos adultos tiene otra consecuencia
más. Los vecinos contemplan la vida que llevan Mary y Lamar. ¿Qué
consecuencia extraen? Pues muy frecuentemente consideran que un consumo
excesivo en una forma aceptable de vida. Así, por ejemplo, durante varios años,
Mary y Lamar han formado parte del comité de bienvenida de su barrio.
Recuerda que la pareja ha participado activamente también en la recaudación de
fondos para la escuela privada de sus hijos. ¿Cuál es el mensaje que Mary y
Lamar comunican a sus nuevos vecinos? Hace poco, un peso pesado, el exitoso
gerente y vicepresidente de una empresa, se mudó a vivir con su familia a ese
mismo barrio. El ejecutivo tenía tan sólo 35 años de edad y ganaba 3 veces más
que Lamar. Él y su esposa tenían tres hijos en edad escolar.
A los veinte minutos de darle la bienvenida, Lamar empezó a soltarles una
perorata. Les dijo que las escuelas públicas de la zona eran malas, pero que él
conocía la solución para ese problema, les dio una conferencia sobre los
beneficios de la escuela privada. Los vecinos, que le escuchaban atentamente, le
preguntaron sobre las tarifas de esos colegios. Lamar les dijo que los costes eran
mucho menos significativos que los beneficios. La matrícula y las
mensualidades ascendían, dijo, a tan sólo 9000 dólares anuales, y les soltó lo que
siempre les decía a todos los vecinos nuevos, que 9000 dólares era un precio
pequeño para la gran educación que se pagaba. Sabemos, por supuesto, por qué a
Lamar le encantaba aquel colegio, para él era una verdadera ganga mandar los
niños allí, pues era la madre de Mary la que pagaba el 100 % de las cuotas.
Más tarde, el ejecutivo y su esposa estudiaron el sistema de enseñanza pública
de la zona y comprobaron que académicamente era mucho mejor de lo que
Lamar les había dicho, por lo que decidieron que sus tres hijos asistirían a la
escuela pública. Se mostraron satisfechos de la calidad de educación que
impartía.
¿Qué valor le das a la educación de una escuela privada, a los coches de lujo,
a viajar al extranjero, y a tener una casa encantadora? ¿Cómo te afectan los
precios de esos bienes y servicios? Lamar es bastante insensible a los altos
precios. El alto ejecutivo es justamente lo contrario. A Lamar le resulta mucho
más fácil gastar el dinero de otras personas que el suyo. El alto ejecutivo, por
otra parte, nunca recibió una AEE, a excepción de alguna beca por su
licenciatura. Hoy día es totalmente autosuficiente. ¿Por qué? Pues porque ni él ni
su familia reciben ninguna AEE destinada al consumo. Se pasa la mayor parte de
su tiempo mejorando su productividad, trabajando más e invirtiendo sabiamente.
Por el contrario, Lamar y Mary pasan el tiempo esperando recibir dosis mayores
de la AEE.
Sin embargo, no podemos negar que los hijos que reciben dinero de sus
padres difieren de los que no lo reciben. Vamos a contrastar las características de
los ingresos y del patrimonio de los hijos que sí reciben dinero con las de los que
no lo reciben. Puesto que la edad está muy relacionada tanto con el patrimonio
como con los ingresos anuales, es importante limitarse a una misma franja de
edad cuando se establecen comparaciones entre estos dos grupos. También es
útil examinar las diferencias de ambos grupos atendiendo a cada una de las diez
clasificaciones por tipo de ocupación, pues cada una de ellas suele generar
diferentes niveles de ingresos y patrimonio netos.
Veamos una entrevista realizada a receptores y no receptores de ayudas
económicas de todas las categorías económicas en unas edades comprendidas
entre los 40 y los 55 años. Los datos se muestran en la tabla 5-2.
TABLA 5-2
RECEPTORES VS. NO RECEPTORES DE AYUDA ECONÓMICA EN
EFECTIVO: ¿QUIÉN TIENE MÁS INGRESOS Y PATRIMONIO?
Hay que tener en cuenta que en 8 de las 10 categorías laborales, los
receptores de dinero tienen menores niveles de patrimonio neto (riqueza) que
aquellos que no reciben regalos. Por ejemplo, de promedio, los contables que
tienen aproximadamente unos 50 años de edad y reciben dinero en efectivo de
sus padres tienen sólo el 57 % del patrimonio neto de los contables con la misma
edad que no reciben dinero. Además, los contables que reciben esos regalos
generan sólo el 78 % de los ingresos anuales de los contables que no reciben
regalos.
Observemos también que los regalos de dinero en efectivo no están incluidos
en el cómputo de ingresos anuales de los contables que reciben dinero. Cuando
esos regalos exentos de impuestos se añaden a los ingresos de los que los
reciben, entonces, de promedio, los que reciben dinero tienen aproximadamente
el 98 % de los ingresos anuales de los que no lo reciben. A pesar de ello, siguen
teniendo sólo el 57 % de patrimonio neto de los contables que no reciben regalos
monetarios.
Los contables que reciben los regalos no son el único grupo profesional que
tiene menores ingresos y menos patrimonio neto. Como se puede ver en la tabla
5-2, los receptores de regalos de las otras siete categorías laborales también
tienen niveles más bajos de patrimonio neto que los no receptores, incluidos los
abogados, el 62 %; los publicistas y profesionales de ventas, el 63 %; los
empresarios, el 64 %; los altos directivos/ejecutivos, el 65 %; los
ingenieros/arquitectos/científicos, el 76 %; los médicos, el 88 %; y los mandos
intermedios, el 91 %.
Los receptores de regalos monetarios sólo tienen mayores niveles de
patrimonio que los no receptores en 2 de los 10 grupos. A pesar de tener menos
ingresos que los no receptores, los receptores de regalos que son maestros de
primaria y secundaria tienen más patrimonio que los no receptores. Los maestros
que reciben dinero tienen el 185 % del patrimonio neto de la media de los no
receptores; pero sólo el 92 % de los ingresos. Los profesores de universidad que
reciben dinero tienen el 128 % del patrimonio neto y el 88 % de los ingresos de
los no receptores. Los padres ricos pueden aprender mucho de los receptores de
regalos que son maestros y profesores. Los maestros y los profesores que reciben
regalos en forma de dinero efectivo tienen mayor propensión a acumular riqueza
que los otros 8 grupos laborales que reciben dinero también. ¿Cómo puede
explicarse esta peculiaridad? Para hacerlo, es importante en primer lugar explicar
por qué la mayoría de los que reciben dinero suelen acumular menos patrimonio
que los que no lo reciben.
Una de las principales razones por las que los receptores de esas ayudas
económicas se consideran a sí mismos gente acomodada es que reciben
subsidios de sus padres.
Y la gente que se considera rica tiende a gastar. De hecho, estadísticamente,
son tan proclives a considerarse ricos como los que realmente lo son sin recibir
ayuda económica. Esto es así, a pesar de no ganar más que el 91 % de los
ingresos y de no tener más que el 81 % del patrimonio de los que no reciben
dinero.
Mira la situación desde la perspectiva de uno de estos receptores. William,
durante toda su vida adulta, ha recibido una donación anual de sus padres de
10.000 dólares libres de impuestos. Tiene 48 años. ¿Qué capital hace falta para
generar un rendimiento anual de 10.000 dólares libres de impuestos? Pongamos
que la rentabilidad es del 8 %. Esto supondría que se requiere un capital de
125.000 dólares. Añade a esa cantidad a su patrimonio actual. ¿Cuál es el
resultado? William considera que tiene 125.000 dólares más de lo que tiene.
Plantéate esta analogía: ¿te has enfrentado alguna vez a un muchachito o una
muchachita de ocho años plantados frente al jardín de entrada de la casa de sus
padres? Si tú, un desconocido, intenta entrar en la propiedad, ellos, Billy o Janie,
te dirían probablemente: «No puede entrar en mi casa. Ésta es mi propiedad».
Billy o Janie creen que aquélla es su propiedad. A la edad de ocho años eso es
correcto. Después de todo, ellos son los niños que viven en esa casa. A esta edad,
los niños sienten que el jardín de entrada, la casa y el coche son propiedad de la
familia. Pero cuando los Billys y las Janies maduran, se convierten en personas
debidamente socializadas por sus padres. Se convierten en adultos
independientes, unos adultos que saben distinguir fácilmente entre lo que es suyo
y lo que no lo es. Sus padres les enseñan a ser independientes.
Por desgracia, a un número cada vez mayor de hijos adultos no se les enseña
el valor de ser emocional y económicamente independientes de sus padres.
¿Cómo han comprobado unos padres recientemente si su hijo era independiente?
Utilizaron el «efecto Montage» para realizar la prueba.
Tras la cena de Acción de Gracias en casa de sus padres, éstos y su hijo James
tuvieron una conversación. Los padres dijeron a James que habían decidido
regalar varias piezas de «su» propiedad a la universidad privada local. El padre
le dijo: «Sé que comprenderás que este regalo será muy útil para la universidad».
La respuesta de James, si se escribiera al estilo de un titular de prensa, sería algo
así como:
El hijo de una pareja acomodada clama a voz en grito: «Eso también es mío,
es de mi propiedad, y la gente de la universidad no puede acceder a ella (al
jardín de mi casa)».
Bueno, Bill, para ser una persona de 44 años con unos ingresos 70.000
dólares al año, lo estás haciendo muy bien. Bastante bien si tenemos en
cuenta tu bonita casa, el barco que tienes, los coches de lujo, las
donaciones que haces e incluso tu cartera de valores.
¿Pensaría el asesor lo mismo si Bill le hubiera contado que recibe cada año
20.000 dólares libres de impuestos de parte de mamá y papá?
En este punto es importante hacer hincapié es algo que hemos dicho a lo largo
de todo el libro: no todos los hijos de padres ricos se convierten en MAR. Esos
que suelen tener padres que subvencionan en gran parte el nivel de vida de sus
hijos. Hay otros muchos hijos e hijas de padres pudientes que se convierten en
BAR. Hay pruebas de que esto sucede cuando los padres son ahorradores y
disciplinados e inculcan esos valores a sus hijos, así como el de la independencia
económica.
La prensa popular acostumbra a ofrecer otra imagen. A menudo venden las
historias de «Abe Lincoln». Cargan la tinta en casos como el del obrero que llega
a convertirse en empresario de éxito, cuentan que en Estados Unidos ser pobre es
requisito indispensable para convertirse en millonario. Si eso fuera cierto, cabría
esperar que hoy día este país tuviera al menos 35 millones de hogares
millonarios, pero sabemos que sólo hay una décima parte de esa cifra.
Es cierto que la mayoría de los millonarios son hijos de gente no millonaria,
pues en EE. UU. la población no millonaria es 30 veces mayor que la millonaria.
Hace apenas una generación era 60 veces mayor. El enorme tamaño de la
población no millonaria tiene bastante que ver con el hecho de que la mayoría de
los millonarios provienen de hogares que no lo son. En términos de probabilidad,
es más probable que los millonarios generen millonarios. Por lo tanto,
atendiendo a ello, las posibilidades de convertirse en millonario son menores
para los individuos que provienen de hogares no millonarios.
UN PROFESOR Y UN ABOGADO:
UN CASO DE ESTUDIO
Henry y Josh son hermanos, pero tener los mismos padres no implica que
haya que ser parecidos. Henry tiene 48 años; Josh, 46. Henry es profesor de
matemáticas de un instituto y Josh es abogado y socio de un bufete modesto.
Los hermanos son dos de los seis hijos de Berl y Susan, unos millonarios que
hicieron fortuna con una empresa contratista. La pareja siempre ha sido generosa
con sus hijos. Cada año regalan a Henry, a Josh y sus otros hijos e hijas unos
10.000 dólares en efectivo. Cuando se hicieron mayores siguieron dándoles a
todos ese dinero. Berl y Susan pensaban que dándoles esas cantidades irían
reduciendo su patrimonio y por consiguiente los impuestos que sus hijos
tendrían que pagar algún día por la herencia.
Berl y Susan querían además ayudar a sus hijos a empezar bien sus vidas,
pensaban que esas ayudas les permitirían en última instancia llegar a ser
económicamente independientes. La pareja fue siempre escrupulosamente
democrática a la hora de distribuir su patrimonio. Cada hijo adulto recibía año
tras año la misma cantidad y también un dinero extra para comprarse una
vivienda.
Cabría esperar que los hijos de este tipo de familias llegaran a ser
económicamente independientes. Y Berl y Susan pensaban ciertamente de ese
modo. Siempre habían supuesto que ellos habrían tenido aún más éxito si
hubieran asistido a la universidad y hubieran tenido ayuda económica por parte
de sus padres. Pero los progenitores de ambos eran pobres. Berl y Susan tuvieron
éxito porque sus padres les dieron algo diferente del dinero. Cada uno de ellos se
había criado en un hogar muy disciplinado. Berl y Susan no sólo eran muy
disciplinados, sino que además habían aprendido por ellos mismos a hacer frente
a la adversidad, y la adversidad había hecho de ellos lo que hoy día son: unos
exitosos millonarios. Los tiempos difíciles en el negocio de las contratas
acabaron con los que eran débiles e improductivos. Berl y Susan nunca fueron
débiles de corazón y siempre llevaron a cabo operaciones de bajo costo y
altamente productivas. Eso lo aplicaron tanto en su familia como en sus
negocios.
Ni siquiera a día de hoy esta pareja tiene un coche de lujo. Nunca han ido a
esquiar, y nunca han viajado al extranjero. Ni siquiera se han hecho socios nunca
de ningún club social. Pero pensaban que si sus hijos pudieran acceder al
conocimiento de una buena universidad, viajar al extranjero, y relacionarse con
personas de un mayor estatus social podrían llegar económicamente más lejos
que ellos.
Berl y Susan se equivocaron al hacer tales suposiciones. Los hijos de padres
acaudalados no funcionan automáticamente tan bien como sus padres a la hora
de atesorar dinero. Eso no quiere decir que los Henrys y los Joshes de
Norteamérica nunca lleguen a superar a sus padres. Algunos lo hacen. Pero entre
los hijos de los ricos constituyen una minoría. Es importante señalar que los
hijos de padres millonarios tienen (en dólares de hoy día) 1 probabilidad de cada
5 de acumular en su vida una cantidad de siete cifras, mientras que los hijos de
padres no millonarios tienen 1 de cada 30 aproximadamente.
¿Es millonario alguno de los hijos de Berl y Susan? ¡No! Pero es probable
que pronto uno de ellos entre en el club de los que tienen un patrimonio neto de
siete cifras. ¿Será Henry, Josh o cualquiera de sus otros hermanos? Los otros
hijos de Berl y Susan son bastante más jóvenes que Henry y Josh. Ciertamente,
la edad está relacionada con la acumulación de riqueza. No es probable que uno
de los jóvenes haya atesorado una buena cantidad de dinero por su cuenta.
Además, los otros cuatro hijos no han recibido la AEE de sus padres durante el
mismo período de tiempo que sus hermanos mayores.
Muchos observadores habrán supuesto que Josh acumulará las siete cifras de
patrimonio neto antes que su hermano. Es comprensible que deduzcan eso, los
abogados por lo general generan ingresos significativamente más altos que los
profesores de secundaria. Una vez más, los ingresos se relacionan en gran
medida con la acumulación de riqueza. El año pasado, los ingresos totales de
Henry (sin incluir el dinero en efectivo que le regalaron Berl y Susan) fueron de
71.000 dólares; los de Josh, de 123.000 dólares. Con esas cifras se podría
suponer que fuera Josh el que acumulara más patrimonio, después de todo, sus
ingresos doblan prácticamente a los de su hermano. Pero los que así piensan
pasan por alto la norma fundamental para atesorar riqueza.
Sean cuales sean tus ingresos, vive siempre por debajo de tus posibilidades.
Henry, a pesar de que su sueldo es más bajo, vive por debajo de sus
posibilidades. Josh, en cambio, vive bastante por encima de sus ingresos. De
hecho, Josh «cuenta con los 10.000 dólares de papá y mamá para mantenerse al
día». Esos 10.000 dólares más los 123.000 dólares que gana lo sitúan a la cabeza
del 4 % de los hogares norteamericanos con ingresos más altos.
Recuerda que aproximadamente un 3,5 % de los hogares norteamericanos
cuenta con un patrimonio neto de 1 millón o más de dólares. Pero Josh tiene un
patrimonio neto que incluso siendo optimista lo sitúa muy por debajo de esa
cifra. Su patrimonio neto total, incluyendo el valor de su casa, su parte en el
bufete, su plan de pensiones y otros activos es de 553.000 dólares.
¿Y qué hay de Henry? A pesar de que sus ingresos con mucho menores,
Henry ha acumulado bastante más patrimonio. Contado a la baja, su patrimonio
neto es 834.000 dólares. ¿Cómo es posible que un profesor de instituto con casi
la mitad de ingresos haya atesorado bastante más riqueza que un abogado?
Dicho de manera llana: Henry y su esposa son ahorradores; Josh y su esposa
son grandes consumidores. Gran parte de esa diferencia se debe a sus respectivas
posiciones. Vemos que, como grupo, los profesores son ahorradores. Además,
los abogados que reciben ayuda económica de sus padres gastan más y ahorran e
invierten menos que los abogados que con la misma edad no reciben ayudas
económicas. Como hemos dicho anteriormente, los abogados que reciben dinero
de sus padres tienen sólo el 62 % de la riqueza y el 77 % de los ingresos del que
tienen los abogados en el mismo grupo de edad que no reciben regalos (véase
tabla 5-2).
¿Dónde se sitúan los profesores que reciben dinero en el ranking de riqueza e
ingresos? Los hogares de profesores que reciben ayuda de sus padres tienen, de
promedio, un 185 % del patrimonio neto y un 92 % del ingreso anual de los
hogares de las personas en la misma categoría profesional y edad que no reciben
regalos en efectivo.
Los profesores que reciben ayuda económica de los padres suelen trabajar en
colegios privados, los cuales por lo general pagan menos que los públicos. Tal
vez sin saberlo, muchos de los Berls y las Susans subvencionan los colegios
privados regalando a sus hijos dinero en efectivo. Esto, a su vez, puede animar a
gente como Henry a desear trabajar por menos dinero en un colegio privado.
Henry puede pensar que dado que recibe una AEE de sus padres no necesita
ganar unos cuantos cientos de dólares más enseñando en una institución pública.
Y aunque trabaja en un centro privado, se siente cómodo conduciendo su Honda
Accord de cuatro años o la furgoneta de su esposa.
Josh, por el contrario, vive en un entorno completamente diferente. De hecho,
el complejo de oficinas donde aparca su coche está lleno de sedanes de lujo y
deportivos. Josh es el responsable en parte de la gestión de un nuevo negocio de
su empresa. Así que aunque a él le gustara conducir un Honda de cuatro años, es
probable que sus clientes habituales y potenciales no desearan viajar con él.
Podrían llevarse una impresión equivocada.
Josh y su esposa tienen tres coches último modelo. Se tratan de un BMW
serie 7, un Volvo con siete plazas, ambos en alquiler con derecho a compra, y un
Toyota Supra. Sus hábitos en cuanto a la compra de coches son similares a los de
otros consumidores con ingresos bastante más altos. Josh gasta de promedio en
coches tres veces más que su hermano Henry.
También gasta casi el doble que Henry en pagos de hipoteca. Josh vive en una
más grande, una casa más lujosa, situada en un barrio de prestigio. Henry vive
en una casa mucho más modesta, en un barrio de funcionarios y empleados de
mediana edad. Él y su familia se encuentran muy bien en ese barrio. Sus hábitos
de consumo son los de la clase media, ello a pesar de que el hogar de Henry
cuenta con un patrimonio de 4 a 5 veces mayor que el de los hogares vecinos.
¿Y cómo es el barrio de Josh? Su residencia principal (tiene también una
residencia compartida en un centro de esquí) se encuentra en un barrio de lujo.
Sus vecinos cuentan con ingresos altos, son médicos, altos ejecutivos,
profesionales del marketing y de las altas finanzas, abogados y empresarios
influyentes. Josh se siente cómodo en ese entorno, y es ideal para tratar con sus
clientes y asociados. Pero hay algo que Josh no tiene en cuenta: si bien sus
ingresos están en el tercer cuartil en comparación con los de sus vecinos, su
patrimonio neto le sitúa en el ranking más bajo.
Josh y su familia desempeñan el papel de quienes tienen dos, tres y más veces
el patrimonio neto que ellos tienen. Josh, tú no eres el único. Al menos 1 de cada
5 hogares de tu vecindario desempeña ese mismo papel. Ellos, también, tienen
una AEE, y también gastan más e invierten menos que otras personas de su
entorno social.
¿Cómo es el presupuesto de Josh? ¿Cómo encaja en él su propensión a
gastar? Josh como muchos otros, es de las personas que priorizan gastar, y lo que
le queda es lo que ahorra e invierte. Esto significa que en realidad no ahorra ni
invierte otra cosa que no sea su plan de pensiones y de beneficios. Más de dos
tercios de su patrimonio corresponden al valor de su vivienda, a su parte en la
empresa y su plan de pensiones. Esencialmente, Josh y su familia invierten cero
dólares de sus ingresos personales. Pero es posible que de todos modos se
sientan ricos. Josh recibe cada año 10.000 dólares, y espera heredar mucho más
algún día.
¿Y qué pasa con los hijos de Josh? ¿Es probable que ellos reciban también
algún día una AEE de sus padres? Es muy poco probable. Sin embargo, esos
chicos están creciendo en un entorno de gran consumo. Es probable que intenten
imitar los hábitos de consumo de su padre. Pero eso es difícil de emular, sobre
todo sin tener una buena ayuda económica.
Los hijos de Henry, por el contrario, se sorprenderían al saber que su padre ha
acumulado una pequeña fortuna. Henry y su esposa nunca han estirado más el
brazo que la manga. Henry tiene el aspecto de un profesor, conduce el coche de
un profesor, viste como un profesor, y compra en las tiendas en las que compran
los profesores. No tiene los objetos de diseño que su hermano posee. No tiene
piscina, ni sauna, ni bañera de hidromasaje, ni barco, ni pertenece a ningún club.
Tiene dos trajes y tres chaquetas deportivas.
Las actividades de Henry son mucho más sencillas, cuestan mucho menos, y
están muchos menos enfocadas a un determinado estatus social. Sale a correr de
vez en cuando, y tanto él como su familia son amantes del senderismo y las
acampadas. Tienen dos tiendas de campaña, varios sacos de dormir, y dos canoas
(una de segunda mano). Henry lee mucho, es miembro activo de su Iglesia y de
su grupo juvenil, al que está afiliado.
Su estilo de vida más sencillo hace que pueda contar con unos cuantos dólares
que ahorra e invierte. En su primer año como profesor, un alto miembro del
equipo de profesores le aconsejó que invirtiera sus ahorros en un plan de
pensiones del Estado, el 403b. Desde que empezó su carrera como profesor,
Henry ha ido invirtiendo cada año en ese plan, y también ha invertido la mayoría
del dinero que sus padres le han ido regalando cada año.
¿Quién podrá retirarse algún día cómodamente, Henry o Josh? Sus padres
están repartiendo su patrimonio no sólo entre sus hijos, sino también entre sus
nietos. Por lo tanto, puede que Henry y Josh hereden muy poco. El ritmo de
consumo de Josh no le permitirá retirarse cómodamente. Henry podrá hacerlo.
Las perspectivas apuntan a que con su plan de pensiones combinado y sus
inversiones, Henry podrá contar con un buen capital cuando llegue a los 65 años.
Cuando damos una charla acerca de la relación entre las AEE y los logros
económicos, normalmente, la gente del público no pregunta: «¿Cuál es la mejor
ayuda económica si no lo es el dinero en efectivo?». Están ávidos por aprender a
mejorar la rentabilidad económica de sus hijos. Y, una vez más, les recordamos
que es esencial enseñar a los hijos a ser ahorradores. Es frecuente que aquellos
que son educados de otro modo suelan convertirse en unos adultos
hiperconsumistas que necesitan de ayudas económicas, de jóvenes y también de
adultos.
¿Cuál es el traspaso intergeneracional que puede ayudar a los hijos a
convertirse en adultos económicamente productivos? ¿Qué debe dárseles? Los
ricos dan gran importancia a una educación de alta calidad. Les pedimos que nos
dijeran si estaban de acuerdo con la siguiente afirmación:
Debilitar al débil
Entonces, ¿qué pueden hacer los padres pudientes con su riqueza? ¿Cómo y
cuándo deben distribuirla entre sus hijos? En el próximo capítulo detallaremos la
distribución de la riqueza. Pero ahora, he aquí unos elementos para la reflexión:
la mayoría de los ricos tienen al menos dos hijos. Por lo general, el que es más
productivo económicamente recibe menos dinero de sus padres, mientras que los
menos productivos se benefician de la llamada cláusula leonina, es decir, la
mejor parte de la AEE y de la herencia.
Imagina por un momento que eres un típico padre acaudalado, has observado
que tu hijo o tu hija mayor, ya desde temprana edad, ha sido una persona
extraordinariamente independiente, emprendedora y disciplinada. Tu instinto es
fomentar esos rasgos y tratar de no controlar sus decisiones. Pero, en vez de eso,
pasas el tiempo ayudando a tu hijo menor, menos emprendedor, a que tome
decisiones o directamente tomando decisiones por él. ¿Qué lograrás? Fortalecer
al fuerte y debilitar al débil.
Supón que tienes un hijo o una hija de 10 años que va a hacerse un chequeo
médico. El médico que le examina dice que el niño está por debajo de su peso y
un tanto subdesarrollado. ¿Cómo responderías a ese diagnóstico? Buscarías las
formas de mejorar la salud física de tu hijo. Probablemente, le animarías a que
hiciera ejercicio, tomara vitaminas, levantara pesas, y jugara a algún deporte. La
mayoría de los padres atacarían un problema así de manera proactiva. ¿No te
parecía extraño que el padre tomara el camino contrario? ¿Qué te parecería que
el padre instara al niño a comer menos y a hacer menos ejercicio?
Con gran frecuencia, este método de debilitar al débil se aplica a niños que
muestran una personalidad débil. En un caso conocido, se les dijo a los padres
que su hijo tenía un problema con la escritura y también con el lenguaje. ¿Cómo
respondieron los padres a ese problema? En primer lugar, cambiaron al niño de
colegio. El problema del lenguaje no mejoró, sin embargo, el padre comenzó a
hacerle los deberes a su hijo. Él chico está acabando el instituto y su padre le
sigue haciendo los trabajos.
En otro caso, una pareja acomodada tenía una hija de 12 años que era muy
tímida y rara vez hablaba con nadie si no le animaban a ello. Preocupada por su
hija, la madre escribió una nota a la profesora pidiéndole que dejara que la niña
se sentara al final de la clase, pues allí se sentiría más cómoda. Le decía que «los
profesores preguntan más a los niños que se sientan en las primeras». La
profesora no cambió a la niña. La madre llamó esa misma mañana a la profesora
para protestar por ello. Ésta no pudo ponerse en ese momento y tampoco le
devolvió la llamada. La madre, sintiéndose desairada, volvió a cambiar a la niña
de colegio.
Y otro caso más: un día, un eminente profesor recibió una llamada telefónica
de un vecino que estaba furioso.
Vecino: Doctor…, usted está bien informado y necesito su consejo. ¿Qué puedo
hacer para que despidan a un profesor? Quizá no le conozca. Está en la
universidad pública.
Profesor: ¿Por qué quiere que le despidan?
Vecino: Mi hija está perdiendo el curso. Él le dice que no tiene formación
suficiente para estar en su clase… Él tiene el pelo largo, nunca lleva traje…
¡es un estúpido! Ya he hablado con el director, pero me responde con
evasivas. Quiero que despidan a ese tipo.
Profesor: Bueno, ¿y por qué no deja su hija esa clase?
Vecino: Es que entonces tendría que recuperar la asignatura en la escuela de
verano.
Profesor: Hay cosas mucho peores que ir a la escuela de verano.
Vecino: Si ella va a la escuela de verano, no podrá ir Europa con nosotros.
Llevamos dos años planeando ese viaje. Su madre no se irá sin su hija. ¿Qué
puedo hacer?
¿Qué hacen los padres de todos esos casos? Contribuyen a que sus hijos sean
más débiles. Si tu hijo tiene problemas con el lenguaje, dedícate a conseguir que
supere ese problema. En otro caso, un padre reconoció que su hijo era
extraordinariamente bueno en matemáticas, pero que no supera el nivel
adecuado de lenguaje. El padre atacó el problema. Cada noche, durante la cena,
le pedía a su hijo que definiera tres palabras tomadas del SAT, unas pruebas
estandarizadas que se utilizan en las admisiones de las universidades
norteamericanas. Durante montones de cenas, el padre dio clases a su hijo, y
además le puso un profesor particular. La combinación de ambas cosas funcionó.
En la actualidad su hijo se ha podido graduar en la Ivy League School, un grupo
de ocho universidades norteamericanas de gran prestigio que ostenta los
requisitos de ingreso más duros.
El resultado de la aee
¿Qué sucede cuando los hijos «debilitados» se convierten en adultos? Pues
que, por lo general, carecen de iniciativa. Con frecuencia, no producen grandes
ingresos, pero tienen una gran propensión a gastar. Por ello necesitan ayuda
económica, para poder mantener el nivel de vida que disfrutaban en casa de sus
padres. Lo vamos a repetir nuevamente:
Cuánto más dinero reciben los hijos, menos dinero acumulan; en cambio,
los que reciben menos, acumulan más.
Ésta es una relación que está estadísticamente probada. Sin embargo, hay
muchos padres que siguen pensando que con su riqueza pueden cambiar
automáticamente a sus hijos y transformarlos en económicamente productivos.
Se equivocan. La disciplina y la iniciativa son cosas que uno no puede comprar
como si fueran coches o ropa.
Un estudio reciente ayudará a ilustrar nuestro punto de vista. Una pareja
acaudalada estaba decidida a darle lo mejor a su hija, la señora BPF. Así que
cuando ésta expresó cierto interés por emprender un negocio, le respondieron de
manera típica. Crearon lo que pensaban que era el entorno ideal. En primer lugar,
querían que iniciara el negocio libre de deudas, de modo que pusieron todo el
dinero que requería el negocio. La hija no puso nada, ni siquiera pidió un
préstamo comercial.
En segundo lugar, se vieron en la obligación de proporcionarle una AEE.
Pensaban que eso situaría a su hija en un buen puesto en el ranking de
empresarios norteamericanos.
Los padres de BPF creían que su hija estaría mejor viviendo en la casa
familiar, de este modo podría dedicarse totalmente a su empresa. Viviría con sus
padres sin tener que pagar alquiler. No tendría dedicar tiempo a hacer la compra,
limpiar la casa, o ni siquiera a hacerse la cama. Este tipo de ayuda ya va incluso
más allá que la AEE.
¿Vivir sin pagar alquiler es lo mejor para un joven empresario? Nosotros no
lo creemos así. Ni tampoco que el negocio sea un regalo. Los dueños de las
empresas con más éxito con aquellos que más recursos propios invierten en su
aventura empresarial. Muchos tienen éxito porque tienen que tenerlo. Invierten
su dinero, su producto, su reputación. No tienen red de seguridad. No tienen a
nadie más en quien apoyarse tanto para el éxito como para el fracaso.
En tercer lugar, los padres de la señora BPF añadieron un elemento más a la
ecuación. ¿Y si su hija no tuviera que preocuparse inicialmente por los
beneficios de su empresa? Creyeron que liberándola de esa carga, aumentaría sus
probabilidades de éxito. La señora BPF se convirtió en un miembro más del club
de los subvencionados. Sus padres le dan aproximadamente unos 60.000 dólares
en efectivo al año.
¿Cuál ha sido el resultado de haberle creado ese «entorno ideal»? Hoy día la
señora BPF está cerca de los 40 y aún vive con sus padres. No tiene ningún
préstamo comercial a su cargo, los viejos le financiaron la empresa y lo siguen
haciendo. El pasado año su negocio le aportó cerca de 50.000 dólares. Sus
padres siguen dándole 60.000 dólares cada año y siguen creyendo que en algún
momento del futuro ella será totalmente independiente. Nosotros, en ese aspecto,
no somos tan optimistas como los padres
La mayoría de los empresarios de éxito no son como la señora BPF. ¿Cuántos
empresarios que todavía están en la fase de puesta en marcha del negocio harían
lo que acaba de hacer la señora BPF en un año?
• Comprarse un coche de 45.000 dólares sin negociar ni el precio ni las
condiciones.
• Pagar 5000 dólares por un reloj, 2000 por un traje, y 600 para unos zapatos.
• Pagar más de 20.000 dólares en ropa (fondo de armario).
• Pagar más de 7000 dólares en gastos e intereses de tarjetas bancarias y en
tarjetas de crédito sin número fijo de cuotas, «crédito revolvente».
• Pagar más de 10.000 dólares por de cuotas de clubes privados.
La respuesta es que muy pocos. El negocio de la señora BPF no es realmente
un éxito. Está muy respaldado directa e indirectamente por el dinero de otras
personas.
En realidad, los padres de la señora BPF la están embaucando. Quizá nunca
sabrá si podría hacerlo por su cuenta. Las condiciones «ideales» que crearon
para su hija fueron un incentivo para que ella gastara de manera
desproporcionada bienes de consumo. Siempre trató a su negocio como si fuera
un hijastro.
¿Quién crees que tiene más miedos y preocupaciones, la señora BPF o el
típico propietario de una empresa que no recibe ayuda alguna? Lo lógico sería
suponer que la señora BPF no debería tener ningún problema, ya que recibe
cuidados intensivos económicos de sus padres. Pero lo cierto es que ella tiene
muchos más temores que los hombres y mujeres acaudalados que no tienen
ningún tipo de ayuda económica.
Los típicos hombres de negocios acaudalados tienen tres problemas
principales (véase tabla 3-4, capítulo 3). Todos ellos están relacionados con el
Gobierno. Temen las políticas y las regulaciones que son desfavorables para los
empresarios y la gente rica en general.
¿A qué tiene miedo la señora BPF? Nos contó que tenía dos principales
temores. ¿Cómo es posible que una persona que está casi completamente
resguardada de los riesgos financieros tenga muchos más miedos que el típico
empresario próspero? Pues porque esos empresarios han superado la mayoría
de sus temores. Se han autovacunado de muchos temores convirtiéndose en
autosuficientes. Y esa misma lucha por llegar a ser autosuficientes es la que ha
ayudado a esos empresarios a superar sus miedos.
¿Cuáles son algunos de los principales temores y preocupaciones de la señora
BPF? Recuerda que esos miedos no son significativos para la población
acomodada autosuficiente. La señora BPF tiene un miedo sustancial a lo
siguiente:
• Que el patrimonio de sus padres reciba una carga fiscal muy fuerte.
• Que su nivel de vida se vea reducido significativamente.
• Que su negocio fracase.
• Que su patrimonio no le permita retirarse cómodamente.
• Que sus hermanos y hermanas la acusen de recibir de sus padres más dinero y
más herencia de lo que por justicia le pertenece.
¿Quiénes son más seguros, quienes están más satisfechos, quienes son más
capaces de lidiar con la adversidad? Desde luego no las señoras BPF
norteamericanas. Lo son aquellos que han sido educados por sus padres
premiándolos por su forma de pensar y su comportamiento independiente. Lo
son quienes no se preocupan por el dinero que tienen los demás, quienes se
preocupan más por tener éxito en sus asuntos que no por saber cuánto
patrimonio tienen los demás. Además, si uno vive por debajo de sus
posibilidades, no tiene por qué preocuparse frente a la posibilidad de verse
obligado a reducir su nivel de vida. Los padres de la señora BPF no han logrado
su meta. Su objetivo era tener una hija «que nunca tendría de qué preocuparse».
Pero el método que usaron produjo el resultado contrario. Las personas tienden a
sobreproteger a sus hijos de las realidades económicas de la vida. Pero esa
sobreprotección suele producir adultos que sufren constantemente por el
mañana.
Se estima que el volumen anual de ventas de Kinko supera los 600 millones
de dólares. Pero ¿y si los padres del señor Orfalea hubieran rodeado a su hijo de
un entorno similar al de la señora BPF? ¿Sería hoy día tan productivo? Es muy
poco probable. El señor Orfalea tiene lo que todos los empresarios con éxito
tienen: un coraje tremendo. Arriesgarse, en términos financieros, es una prueba
de coraje. Pero ¿qué riesgos ha tomado la señora BPF? Muy pocos.
El diccionario Webster define el valor como «fuerza mental o moral que
permite resistir la adversidad, el peligro y las penurias». Implica firmeza de
carácter y plantar cara a los peligros y dificultades extremas. El coraje puede
desarrollarse, pero no madurará en un entorno que elimine todos los riesgos,
todas las dificultades, todos los peligros. Ésa es precisamente la razón por la que
señora BPF no tiene la valentía para dejar la casa de sus padres, ampliar su
negocio, y desengancharse de las grandes ayudas económicas de sus padres.
Se necesita mucho valor para trabajar en un entorno en el que uno se ve
compensado por lo que rinde. La mayoría de los ricos tienen coraje. ¿Qué
pruebas sustentan esta afirmación? La gran mayoría de los ricos norteamericanos
son o bien propietarios o bien empleados que cobran por incentivos. Recuerda
que, ya sean los padres ricos o no, la mayoría de los millonarios norteamericanos
han atesorado su riqueza por su cuenta. Tuvieron el valor de emprender negocios
empresariales y otras oportunidades financieras que conllevaban un riesgo
considerable.
Uno de los más grandes empresarios y profesionales del marketing de todos
los tiempos, Ray Kroc, buscaba coraje a la hora de seleccionar a los propietarios
y ejecutivos para franquicias de McDonald. Kroc daba la bienvenida a todos los
profesionales de «telemarketing», un procedimiento para captar clientes,
telefónicamente, por correo electrónico o por las redes sociales. Le dijo a su
secretaria que los aceptara a todos. ¿Por qué? Pues porque no es fácil encontrar
personas que tengan el coraje de ser evaluados estrictamente por su propio
trabajo. Kroc vendió su primera franquicia fuera de California a Sanford y Betty
Agate por 950 dólares (véase McDonald’s Behind the Arches [Toronto: Bantam
Books, 1986], pp. 78-79, 96-97). La primera vez que se encontró con Betty
Agate fue mientras ella estaba haciendo telemarketing con gente del distrito
financiero de Chicago. La secretaria de Kroc le preguntó: «¿Qué demonios hace
una judía vendiendo biblias católicas?». «Ganarse la vida», fue su respuesta.
Kroc razonó que cualquier persona lo suficientemente valiente para hacer lo que
Betty Agate estaba haciendo era sin duda un excelente candidato para comprar
una de sus franquicias.
¿Cuántas llamadas de ésas de telemarketing había hecho la señora BPF en su
vida? Cero llamadas. La mayoría de las personas que le compran a ella son
amigos, compañeros de trabajo de sus padres, o familiares. Las llamadas a esas
personas no tienen nada que ver con el telemarketing, son llamadas amistosas y
fáciles. A menudo los padres nos preguntan cómo infundir coraje a sus hijos. Les
sugerimos que sus hijos entren en contacto con el mundo de las ventas. Que les
animen a presentarse a algún cargo en su clase del instituto y a aprender a
venderse frente al alumnado. Incluso la práctica típicamente norteamericana de
vender galletas para recaudar fondos para las Girl Scout puede ser muy positiva
para las jóvenes. Los trabajillos de venta al menudeo proporcionan otra manera
de poder ser evaluados por terceras personas.
¿Te imaginas dónde estaba tu compañero esta mañana a las 5.30 horas?
Estaba embarcando en un vuelo de primera hora. Aunque el avión tenía
cabida para más de un centenar de pasajeros, a bordo sólo había unas
veinte personas. Poco después de tomar asiento, nos dijeron que había
niebla en el aeropuerto de destino y que tendríamos uno de esos famosos
«pequeños retrasos». Cuando me incorporé, la mujer que se sentaba frente
a mí (a quien llamaré Laura) también lo hizo. Le dije que estaba molesto
porque había tenido que levantarme muy temprano para tomar ese vuelo.
Ella me contestó que había estado volando toda la noche y que aún tenía
pendiente otro enlace.
Pregunté a Laura por qué estaba ella viajando por la noche y me contestó
que era mucho más económico volar de noche. Poco después descubrí que
no tenía por qué viajar con billetes baratos, pues de hecho era rica, pero
también era muy ahorradora. ¿Cuál era el propósito de su viaje? Laura me
dijo que iba a un congreso de ejecutivos del sector inmobiliario donde le
iban a entregar el Premio de Ejecutiva del Año. Entonces le pregunté cómo
llegó a la profesión inmobiliaria y Laura me contestó: «Por necesidad».
Me contó que una mañana se encontró en la mesa de la cocina una nota de
su marido que decía:
Sé que querrás saber qué es lo que según Laura contribuyó a tal éxito. Me
dijo:
Es increíble lo que uno puede hacer cuando pone todo su empeño en ello.
Le sorprendería saber la cantidad de llamadas telefónicas que se pueden
hacer cuando no se tiene otra alternativa que tener éxito.
Cuando era una chica joven, Laura había desarrollado una excelente
estrategia que luego le serviría para las ventas. Durante los años de
colegio, convenció a varias empresas para que la contrataran para trabajos
de verano. Y luego, mientras asistía al instituto y después a la universidad,
realizó muchos trabajillos a tiempo parcial. Era tan buena consiguiendo
empleo que incluso ayudaba a sus amigos a hacerlo. No hay duda de que
hubiera tenido mucho éxito en una empresa de caza de talentos. Laura fue
también jefa de campaña de varios amigos que ganaron las elecciones a
delegado estudiantil en el instituto y la universidad.
Es irónico que la desgracia de Laura de casarse con un hombre que carecía
de integridad la llevara a conseguir una vida mucho mejor para ella y sus
hijos. Gracias a las deficiencias de él, ella fue capaz de sacar el máximo
provecho de sus habilidades. Otra ironía más es que ella siempre tuvo
mucho más mano para los negocios que su marido. Es un hecho probado:
hoy día Laura está en una posición «muchísimo mejor» que la de su
exmarido. Su éxito es también fruto de su gran integridad moral, algo de lo
que carecía su exmarido.
Después de varios años excepcionales como profesional de ventas, Laura
fundó una próspera empresa inmobiliaria. A pesar de su gran éxito
financiero, Laura sigue volando con los más madrugadores. Por su aspecto
nunca hubiera pensado que esta mujer reuniera tanto coraje y fortaleza.
Calculo que mide alrededor del metro cincuenta y que no pesa más de 43
kilos, pero las apariencias son mucho menos importantes que el coraje, la
disciplina y la determinación de las personas que son económicamente
productivas.
DISCRIMINACIÓN POSITIVA AL ESTILO
FAMILIAR
AMAS DE CASA: ¿A o B?
En gran parte, las diferentes sumas de dinero que los padres regalan a sus
hijos vienen determinadas por las ocupaciones de éstos (o nivel socioeconómico)
y por su género. A través de nuestros estudios hemos descubierto que las amas
de casa suelen ser las que, de todos los grupos divididos por ocupación, reciben
más herencias y también AEE periódicas (véanse las tablas 6-1 y 6-2). De hecho,
las amas de casa tienen 3 veces más probabilidades de recibir herencias
sustanciales de sus padres que el promedio de los hijos adultos de los ricos. En
esencia, las amas de casa ocupan el primer lugar tanto en el tamaño de las
herencias como en la posibilidad de heredar el patrimonio de sus padres.
También tienen más posibilidades de recibir anualmente significativas ayudas
monetarias.
Hemos identificado dos tipos distintos de ama de casa de ricos, y les hemos
llamado tipo A y tipo B. Ambos tipos se benefician en diferentes grados de las
creencias de sus padres, éstos piensan que las mujeres que no trabajan necesitan
tener «dinero propio»; que la cuestión económica es en general desfavorable a
las mujeres, y que no se fían de que los yernos pueden mantener a la mujer y a
los hijos que tengan.
El ama de casa de tipo A difiere significativamente de las de tipo B. Las de
tipo A suelen estar casadas con hombres de éxito que ganan mucho dinero.
Tienden a tomar la iniciativa de cuidar a sus ancianos y a veces discapacitados
padres. Los regalos y la herencia que suelen recibir son, en parte, una
compensación por los cuidados que realizan y que sus hermanos y hermanas que
trabajan suelen rehuir. Las amas de casa de tipo A suelen tener una buena
formación y ser albaceas del patrimonio de sus padres. Acostumbran a ser
líderes y voluntarias de diversas organizaciones educativas y caritativas.
TABLA 6-1
PROBABILIDAD DE RECIBIR UNA HERENCIA IMPORTANTE:
COMPARATIVA SEGÚN LAS DIFERENTES OCUPACIONES DE LOS
HIJOS
TABLA 6-2
PROBABILIDAD DE RECIBIR SUSTANCIALES REGALOS
ECONÓMICOS: COMPARATIVA ENTRE LOS HIJOS DE LOS
MILLONARIOS
SEGÚN SUS OCUPACIONES
Las amas de casa de tipo A son vistas por sus padres como el resto de sus
hermanos y personas de confianza. Se las considera inteligentes, buenas líderes y
con frecuencia son consultadas sobre asuntos familiares importantes, como
propiedades, planes de jubilación, ventas de negocio familiares y también
respecto a la elección de los servicios profesionales. También están
familiarizadas con las tasas fiscales. Acostumbran a animar a sus padres a que
reduzcan el patrimonio repartiendo donaciones entre los hijos para evitar así los
impuestos estatales. Las amas de casa de tipo A reciben sustanciales regalos en
efectivo casi toda la primera parte de su vida adulta y hasta la madurez, a
menudo desde el momento en que se casan. Más tarde, esos regalos van
asociados a la compra de una casa y, en algunos casos, a la compra de algún
inmueble a modo de inversión.
En una familia, la presencia de un ama de casa de tipo A es de gran ayuda
para unos padres acomodados, y también para los otros hermanos adultos, ya que
con frecuencia ella es quien se hace cargo de cubrir las necesidades médicas y
emocionales y mediales de los padres cuando son ya ancianos.
Las amas de casa de tipo B, por el contrario, son consideradas personas que
necesitan una AEE, e incluso también apoyo emocional. Suelen depender de los
demás y es poco probable que sean líderes en ningún tipo de ocupación. Estas
amas de casa suelen casarse con hombres que generan pocos ingresos, y
generalmente tienen menor formación que las amas de casa de tipo A. Sus
padres acostumbran a pasarles una ayuda económica para que puedan mantener
al menos un nivel de vida de clase media. Mantienen relaciones estrechas con
sus padres y a menudo salen de compras con sus madres.
También es frecuente que las de mediana edad reciban dinero para comprarse
ropa. Los padres acostumbran a pensar en este tipo de amas de casa a la hora de
redactar sus últimas voluntades. Les regalan también dinero en efectivo y
propiedades en herencia porque consideran que «necesitan realmente dinero».
En resumen: las amas de casa de tipo B reciben atenciones de sus padres, y no al
revés.
Los padres de las amas de casa de tipo B se contienen a la hora de regalarles
cantidades importantes de dinero por temor a que sus hijas y sus yernos no sepan
administrarse bien. Así pues, los regalos en efectivo que les proporcionan suelen
estar en función de las necesidades, como cuando, por ejemplo, el marido está
«entre un trabajo y otro», o cuando hay un nacimiento en la familia. Las
donaciones se precipitan a menudo por las crisis, y pueden estar directamente
dirigidas a pagar ropa o cuotas de colegios. No obstante, las amas de casa de tipo
B reciben la mayor parte del patrimonio de sus padres en forma de herencia. A
menudo, los padres redactan unas voluntades específicas que van dirigidas a
cubrir la formación educativa de sus nietos. Es frecuente que la familia de un
ama de casa de tipo B no llegue a ser nunca financieramente independiente. Y no
es nada raro que este tipo de ama de casa, en plena cincuentena, siga recibiendo
ayuda económica de sus padres.
Tampoco es raro que el marido de una ama de casa de tipo B trabaje en el
negocio de sus suegros. En algunos casos, el nivel de compensación que recibe
es sustancialmente mayor que el del mercado de trabajo correspondiente. En
otras palabras, el yerno en ese tipo de situaciones gana más dinero como
empleado de sus suegros del que ganaría trabajando para una objetiva tercera
parte. Incluso los yernos que están empleados fuera de la empresa familiar a
menudo trabajan a tiempo parcial para la familia, cobrando salarios superiores o
haciendo trabajos ocasionales.
Las hijas que no son amas de casa sino que están empleadas a tiempo
completo tienen menos probabilidades de recibir regalos en efectivo y herencias
que sus hermanas que no trabajan. Pero incluso las hijas que están trabajando en
puestos muy bien remunerados tienen más probabilidades de recibir regalos en
efectivo y herencias que sus hermanos económicamente exitosos. ¿Por qué?
Como hemos comentado anteriormente, los padres adinerados tienen la creencia
de que las mujeres, incluso aquellas que trabajan, deben tener «dinero propio».
También sostienen que no confían plenamente en que sus yernos pueden «ser
leales…, apoyar… y proteger» a sus hijas. En realidad, los ricos son bastante
perspicaces en ese sentido: según nuestros datos, más del 40 % de sus hijas se
divorcian al menos una vez.
TABLA 6-3
MEDIA ANUAL DE INGRESOS ANUALES:
HOMBRES VERSUS MUJERES EN LAS VEINTE OCUPACIONES
CON MAYORES INGRESOS
• Las mujeres poseen casi un tercio de las pequeñas empresas
estadounidenses, sin embargo, aproximadamente dos tercios de esas
empresas tienen ingresos anuales inferiores a 50.000 dólares.
• Las mujeres trabajadoras son cuatro veces más proclives que los hombres a
dejar el puesto de trabajo.
Los datos objetivos lo dejan bien claro. En Estados Unidos, las probabilidades
están en contra de las mujeres con ingresos altos. Parte de esta diferencia de
ingresos puede explicarse sin duda por las tendencias del mercado, pero los
sesgos en sí no explican totalmente el hecho de que haya cinco hombres por cada
mujer en el 1 % que más ingresos percibe. ¿Podría ser que la tendencia que
tienen los padres adinerados de subvencionar a sus hijas contribuya a perpetuar
esta desigualdad?
Las hijas de parejas millonarias no suelen prosperar profesionalmente por su
cuenta. ¿Por qué? En los últimos 20 años, la población adinerada estaba
típicamente compuesta por un tipo de familia: más del 80 % eran matrimonios
en los que la mujer no trabajaba a tiempo completo. ¿Qué mensaje les llegaba a
las hijas de esas parejas? Pues algo así: «Mamá no trabajó (y el matrimonio salió
a flote), así que quizás yo no tendría que trabajar». Es difícil discutir una lógica
así. El modelo tradicional de familias millonarias funciona realmente bastante
bien. Las parejas de millonarios tienen una tasa de divorcios que no llega ni a la
mitad de lo habitual.
Aquello de «el padre trabaja, y la madre mima y hace todo lo posible por su
familia» es un sistema que siguen las mujeres de esos matrimonios. Muchos
padres millonarios animan a sus hijas a que no trabajen, no hagan una carrera y
no sean económica ni psicológicamente independientes. Los padres ricos, con el
tiempo, van inculcando a sus hijas esa característica de dependencia con claves
sutiles. De modo que los padres adinerados dan este tipo de mensajes a sus hijas:
EL DÉBIL Y EL FUERTE
Sería tan fácil… aceptar el dinero de mis padres… para la casa…, para
pagar un colegio privado…, pero eso siempre conlleva ciertas
condiciones… Mi hermana [Beth, de treinta y siete años] lo ha sabido…
Ella no controla su propia vida… Ha aprendido que no trabajar tiene un
precio…, hacer lo que hizo mi madre.
TABLA 6-4
REGALOS Y HERENCIAS DE EJECUTIVOS DE EMPRESA:
CONTRASTES ENTRE HIJOS ADULTOS DE PADRES RICOS
Al igual que mucha gente rica, Sarah está subvencionando los ingresos de
otras personas, producto de unos padres hiperconsumidores y que generan pocos
ingresos. La gente nos pregunta a menudo cómo los hijos de unos mismos padres
difieren tanto entre sí en cuanto a atesorar riqueza. ¿Cómo podían ser Sarah y su
hermana tan diferentes? Estamos convencidos de que existen algunas diferencias
desde el nacimiento. Sin embargo, la gran diferencia estriba en el modo en que
los padres tratan a cada uno de sus hijos.
Papá animó a Sarah a que se convirtiera en una gran atesoradora de riqueza a
la vez que fomentó el rasgo opuesto en su hermana. En resumen: fortaleció a la
hija fuerte y debilitó a la más débil. Cuando Sarah se fue de casa, rompió los
lazos familiares. No recibió ninguna ayuda económica. No tuvo más remedio
que «aprender a pescar» por sí misma. Y aprendió muy bien por sí sola. Al
mismo tiempo, su hermana empezó a depender cada vez más del dinero de papá.
Sarah sentía compasión por sus padres, especialmente por su padre. Éste se
había sacrificado y trabajado mucho para convertirse en el propietario de un
negocio próspero. Estaba decidido a que sus hijos no tuvieran que trabajar tan
duro ni enfrentarse al riesgo de «hacer las cosas por su cuenta». Sin embargo,
precisamente fueron la voluntad, la capacidad de trabajar duro y de asumir
riesgos y el sacrificio las cualidades que le convirtieron en el dueño de un
negocio exitoso y próspero. De algún modo, al igual que muchos como él, olvidó
cómo se hizo rico.
Muchos padres dicen que no hay nada malo en proveer a sus hijos de una
AEE. Eso es cierto si los destinatarios ya están bien educados, son disciplinados
y han demostrado ser capaces de llevar una buena vida sin el dinero de otras
personas. Por ejemplo, ¿cómo habría afectado a Sarah recibir una AEE una vez
que ella había aprendido por su cuenta a tener éxito, a sobresalir en el campo
laboral que había elegido? La respuesta es que probablemente muy poco. Ella
era ya lo suficientemente madura, lo suficientemente fuerte, para saber
administrar el dinero, el suyo o el de otros.
La verdadera tragedia está en la impotencia de los que acaban dependiendo de
una AEE. Sin la gentileza y bondad de la tía Sara, sus sobrinas estarían
probablemente aterrorizadas por su futuro. Por suerte para ellas, Sarah las está
ayudando. Más inteligente que el papá, ella proporcionará ayuda a estas jóvenes
en forma de fideicomisos. Esta ayuda económica las beneficiará mucho más a
largo plazo que las donaciones en efectivo. Algunos de esos fideicomisos que la
tía Sarah está configurando para sus sobrinas se destinarán a su educación, el
resto no será efectivo hasta que las chicas no alcancen una madurez
considerable. Sarah define madurez como la demostrada capacidad para saber
ganarse la vida. Su intención es no crear una nueva generación de «hermanas
débiles». Aun así, Sarah es muy realista acerca de las hijas de su hermana, se da
cuenta de que es muy difícil que las adolescentes se reorienten a sí mismas. No
está claro que sus sobrinas adolescentes lleguen a convertirse en unas mujeres
fuertes e independientes, como su tía Sarah. Puede que sea demasiado tarde. Es
posible que haya sido mamado en su casa un estilo de vida basado en el
consumo y la dependencia. Afortunadamente, Sarah es un fuerte ejemplo a
seguir. Está convencida de que su comportamiento puede ser un impacto positivo
en el comportamiento y personalidad de sus sobrinas. Por otra parte, la
compasión y el amor que Sarah da a sus sobrinas no se puede medir en dólares.
¿Qué es lo que Sarah realmente quería de su padre? Mucho más que dinero,
ella quería su amor y que le reconociera sus espléndidos logros. Hoy Sarah no se
lamenta de nada. No mira al pasado, excepto cuando habla de su padre. Si bien
sigue pensando que su padre no llegó a reconocer sus méritos, cree que ella
aprovechó bien esa necesidad. Gran parte de la ambición y el empuje de Sarah
provienen de la necesidad de sentirse reconocida por los demás. Es el caso de
muchas Cenicientas, que pasan de la adversidad de los primeros años de su vida
a unos tiempos llenos de logros.
¿En qué suelen hacer hincapié los MAR como el señor Andrews cuando nos
hablan de sí mismos? De sus ingresos, de sus hábitos de consumo, y de los
bienes que poseen. Los BAR suelen hablar de sus logros, de cosas como las
becas que han conseguido y de cómo han construido sus empresas.
Comprobarás que el señor Andrews, el MAR, tiene una orientación financiera
muy diferente a la de los ocho BAR que participaron en la entrevista de nuestro
grupo de sondeo.
Varios de los encuestados más relevantes reflexionaron acerca de sus
experiencias con detalles inusualmente minuciosos. Creemos que toda esa
información no habría fluido tan fácilmente de no haber sido por los iniciales
comentarios del señor Andrews. Sus puntos de vista –tan diferentes de los de los
demás– impulsaron un intercambio que llevó a los BAR a proporcionar valiosos
consejos en temas como las ayudas económicas a los hijos, el papel y la elección
de los albaceas, los conflictos entre los herederos, los fideicomisos, y los pros y
los contras de «controlar a los hijos y los nietos desde la tumba».
Empezamos la entrevista preguntándoles:
Todos los encuestados tenían sus propias empresas y las gestionaban o bien se
habían retirado ya después de venderlas. Todos –excepto el señor Andrews, que
tenía 62– tenían entre los 65 y los 70 años. Después de haberse presentado
brevemente, hablaron de sus objetivos económicos. El primero en responder fue
el señor Andrews.
El señor Andrews habló del dinero que daba a sus hijos y de cómo repartiría
en un futuro su patrimonio:
Tengo un yerno que es médico… y otro es abogado. Los dos están muy
bien situados (perciben muy buenos ingresos). Ambos están en el tramo de
impuestos más alto… No necesitan dinero.
Pero sus mujeres…, mis chicas…, o sea, mis hijas, sí. Ellas son
gastadoras… Yo, claro está, siempre las he malcriado, y ahora estoy
pagando por ello… Me llaman y me piden que pague los pianos de los
niños, y yo los pago. Bicicletas para los cumpleaños, también. Disfruto
dándoles dinero.
Mis hijas son las beneficiarias de todas mis pólizas de seguros, más que
suficiente para cubrir los impuestos y los gastos. Las chicas se quedan con
el resto.
Para el señor Andrews, «ser felices» significa tener dinero para gastar. Y estar
orgullosos es tener hijas casadas con tipos que ganan mucho dinero. Sacó a
relucir estos temas repetidas veces.
Sentado al lado del señor Andrews estaba el señor Russell, un caballero muy
rico, jubilado, que recientemente había vendido su empresa. Inmediatamente
después de la confesión que había hecho el señor Andrews sobre malcriar a sus
hijas, el señor Russell se incorporó en su silla y dijo:
Tengo 3 hijas… Todas tienen carreras. Todas trabajan. Todas son felices.
Todas viven muy lejos de aquí. Tienen que vivir sus propias vidas… No me
preocupa su futuro… ni tampoco lo que son… No hablamos de ello, pero
cuando muera dejaré una gran suma… Un buen montón, estoy seguro, que
quedará después de mi muerte.
Todo el dinero que saco de mi empresa lo dedico a mis hijas y a sus hijos…
Yo no necesito el dinero. Mis hijas lo utilizan, yo les doy lo máximo dentro
de los límites que marca la ley.
El señor Andrews admitió que no. ¿Entonces por qué le exige a su hijo mayor
y empleado clave que compre el negocio? ¿Por qué no cedérselo a él? Recuerda
que el señor Andrews da todos los beneficios de la empresa a sus hijas. Y
también planea darles los ingresos que reciba por la venta del negocio, es decir,
lo que le paga su hijo por quedarse la empresa. Por otra parte, las hijas ya
reciben de su padre unos considerables regalos en efectivo. Pero Billy no. Billy,
según su padre, no necesita esas ayudas. Él es extraordinariamente productivo y
genera muchos ingresos. Puede enfrentarse a grandes retos. El señor Andrews
considera que sus hijas, por el contrario, no podrían mantener por sí mismas el
estilo de vida de clase media-alta que llevan. Pero ¿qué hay de los enormes
ingresos que tienen sus yernos?
Según el señor Andrews, sus yernos nunca generarán ingresos suficientes
para poder mantener los hábitos de gran consumo de «las niñas» Además, nos
dijo:
Uno nunca puede confiar plenamente en sus yernos… El divorcio es
siempre una posibilidad.
¿Qué pasará con la futura AEE de sus hijas? Billy, el sustituto del señor
Andrews, les solucionará el problema. El plan del señor Andrews es exigir a
Billy que siga haciendo esos pagos a sus hermanas una vez él haya muerto. El
dinero para esos pagos anuales provendrá de las ganancias de «su negocio». ¿Es
esto una cosa inusual? No, los empresarios, gerentes y médicos se encuentran a
menudo en circunstancias similares (véanse las tablas 6-5 y 6-6).
Resumiendo: Billy tendrá que subvencionar en gran parte el estilo de vida de
sus hermanas, un estilo de vida basado en un consumo excesivo y ostentoso. El
señor Andrews está «bastante seguro» de que Billy acatará sus deseos. Tal vez lo
haga. Pero ¿qué te parecería a ti ese plan si fueras la esposa de Billy? Piensa un
momento, tu marido pagando la ropa cara de sus hermanas, sus coches de lujo,
sus vacaciones y así sucesivamente. La mayoría de los cónyuges creen que la
caridad empieza por la propia casa. Los conflictos familiares suelen iniciarse con
respecto a las desigualdades a la hora de distribuir el patrimonio.
Los demás participantes no criticaron abiertamente el plan del señor
Andrews. Cuando cada uno de ellos hablaba, se dirigía al grupo en general, no al
señor Andrews. Sin embargo, a medida que avanzaba la discusión, se fue
haciendo cada vez más evidente que los otros encuestados calificaban de malo el
plan del señor Andrews.
Uno de los encuestados reflexionó sobre una historia relacionada:
Un hijo se sentía muy impaciente con respecto al negocio familiar. Deseaba
hacerse cargo de los negocios de su padre, pero no quería esperar a que su padre
muriera, así que abrió su propio negocio y se puso a competir con su padre.
El señor Andrews contestó rápidamente:
Tengo dos hijos. Se llevan muy bien entre sí, entre los dos pueden llevar
muy bien mi patrimonio…, pero lo harán en compañía de mi abogado…,
los tres son los albaceas de mis propiedades. Puse al abogado sólo para
mantener el equilibrio. Ya saben lo que puede pasar cuando hay dinero de
por medio. Quiero seguir manteniendo buenas relaciones familiares…,
pero las buenas relaciones pueden deteriorarse en el último momento si no
hay un buen profesional de por medio.
Después intervino el señor Andrews, quien preguntó un poco desafiante:
Los herederos del señor Ring no comenzarán a recibir sus herencias hasta que
se acerquen a la treintena. Mientras que algunos abuelos ricos dan a sus nietos
bienes y privilegios, la familia Ring les da educación; son donaciones destinadas
a reforzar la disciplina, la ambición y la independencia de sus nietos.
A continuación, habló el señor Graham. Reflexionó sobre sus propias
experiencias como coalbacea y cómo ello le había servido para elegir a los
coalbaceas de su propio patrimonio.
Elegí unos abogados jóvenes porque pensé que ellos comprenderían mejor
las necesidades de los herederos de mi patrimonio. Ambos albaceas son
íntegros y compresivos… y los dos se conocen profesionalmente.
El abogado que redactó mi testamento era el mismo que elegí para que
actuara de albacea junto a mi sobrina. Pensé que si había conflictos entre
mis hijos y mis yernos o nueras…, él sería un buen árbitro. Por eso le
elegí. Durante mucho tiempo ha sido un amigo y también un hombre de
negocios brillante.
Los comentarios del señor Ward concuerdan con gran parte de los resultados
de nuestra investigación. En primer lugar, la mayoría de los BAR mantienen
estrechas y largas relaciones con profesionales clave: los mejores abogados y
contables. En segundo lugar, muchas personas del nivel del señor Ward tienen
familiares o amigos cercanos que los asesoran sobre testamentos, fideicomisos,
sucesiones y donaciones. De hecho, partiendo de casos similares, los
patrimonios en los que los herederos, generalmente los hijos e hijas, son
abogados financieros suelen tributar menos. Los herederos que son abogados
actúan como asesores legales formales e informales y consejeros de sus padres
millonarios. Suelen influir bastante en cuanto a la elección de un abogado
contable, de provisiones testamentarias, uso de fideicomisos, y en la cantidad de
donaciones que deben darse a hijos y nietos.
Los «abogados de la familia» son los que normalmente aconsejan a sus padres
millonarios cómo minimizar los impuestos de bienes realizando donaciones
anuales a los hijos y nietos. Por lo tanto, la presencia de un hijo o una hija
abogado en la familia aumenta las probabilidades de que todos los hijos reciban
de sus padres unas sustanciales donaciones en efectivo. (En consecuencia, estos
hijos heredan cantidades más pequeñas que la media de los hijos de los
millonarios, pues gran parte del patrimonio de sus padres lo han recibió ya antes
de la muerte de sus padres).
¿Qué es lo que aquellos experimentados encuestados estaban intentando
decirle al señor Andrews? En primer lugar, que su patrimonio era complejo, y
que muchas de sus disposiciones eran subjetivas. Él había reconocido que su
plan contenía numerosas promesas verbales y compromisos monetarios. El señor
Andrews necesitaba el consejo de un experto que le asesorara acerca de cómo
manejar esos complejos arreglos. Lo prudente en su caso sería considerar la
posibilidad de contar con un abogado/árbitro como coalbacea de su patrimonio.
De lo contrario, su plan testamentario podría llegar a convertirse en la causa de
muchos conflictos y animadversión entre sus hijos.
Pero, ¿y si el señor Andrews es como muchos otros de los MAR que hemos
entrevistado? En ese caso, no es probable que establezca relaciones de trabajo
estrechas y duraderas con abogados profesionales. Recuerda que el señor
Andrews dijo que no necesitaba ayuda externa porque «confío en mis hijos…,
todo se basa en la confianza». Pero la confianza no es lo único que cuenta en ese
tipo de situaciones.
La gente rica con hijos adultos que han triunfado profesionalmente nos han
aportado una valiosa información acerca del modo en que los han criado. A
continuación sus reglas generales:
Los chicos son muy inteligentes. No seguirían unas reglas que sus propios
padres no seguirían. Nosotros (mi mujer y yo) fuimos muy disciplinados…
Seguíamos unas reglas…, les enseñábamos con el ejemplo… Nuestros
hijos aprendieron con el ejemplo.
Tiene que haber congruencia entre lo que hacen los padres y lo que dicen
a sus hijos que hay que hacer. Los chicos son muy receptivos y sacan sus
propias consecuencias.
3. Asegúrate de que tus hijos no perciban que eres rico hasta que no
hayan alcanzado la madurez, lleven una vida disciplinada y tengan una
profesión.
Y, una vez más, el doctor North hizo unos magníficos comentarios:
El doctor North nos dijo también que nunca había dado a sus hijos donaciones
en efectivo, ni siquiera ahora que ya son adultos.
El dinero les ofrece demasiadas opciones…, sobre todo si son jóvenes. Los
medios de comunicación, especialmente la televisión, controla los valores
de nuestros jóvenes, del mismo modo que intenta hacernos creer lo que es
divertido y lo que no con las risas enlatadas… Los medios enfatizan
demasiado en el consumo… yo nunca les he dado dinero por esa razón.
Siempre he dicho a mis hijos que si necesitan hacer una gran compra,
antes deben ahorrar para poder financiar por sí mismos una buena parte
del gasto.
¿Qué tienen de malo este tipo de ofertas? Pues que a veces quienes las reciben
ven en ellas un símbolo de culpabilidad por parte de sus padres.
Este mismo millonario nunca ha querido que ninguno de sus hijos se hiciera
empresario, y, en realidad, la mayoría de los hijos de los ricos nunca llegan a
serlo. El dinero es el segundo o tercer objetivo de su lista de fines y logros.
9. Alaba los logros de tus hijos, no importa lo pequeños que sean, pero no
los símbolos del éxito.
Enseña a tus hijos a lograr, no a consumir. Ganar dinero para aumentar el
consumo no debe ser el objetivo final. Esto es lo que siempre le enseñó a Ken su
padre. Especializado en Marketing y Finanzas, estudió Ciencias Empresariales y
obtuvo un máster. Su padre era médico y miembro de pleno derecho del grupo
de los BAR.
A menudo le decía:
El padre de Kent vivía de acuerdo con sus creencias. Vivía por debajo de su
nivel e invertía prudentemente. Kent nos cuenta:
10. Enseña a tus hijos que hay muchísimas cosas más valiosas que el
dinero.
¿Por qué no eres rico? Puede que no hayas ido en busca de las oportunidades
que existen en el mercado. Existen unas magníficas oportunidades empresariales
para quienes se centran en las personas ricas, en los hijos de los ricos, y en las
viudas y viudos de los ricos. Con gran frecuencia, quienes abastecen a la gente
rica llegan a ser también ricos. Por el contrario hay mucha gente, entre ella
empresarios, profesionales autónomos, profesionales de las ventas e incluso
trabajadores asalariados, que nunca llega a producir unos buenos ingresos. Es
posible que ello se deba a que sus clientes tienen poco o ningún dinero.
Pero, pensarás, nos has dicho que los ricos suelen ser ahorradores. ¿Cómo es
eso de tener de objetivos a aquellos que no son «grandes consumidores»? ¿Por
qué centrar la atención en individuos que son muy sensibles a la variación de los
precios de productos y servicios? Los millonarios, especialmente los millonarios
que se han hecho a sí mismos, son ahorradores y tienen muy en cuenta los
precios relacionados con los productos de consumo y servicios. Pero no son tan
sensibles en lo referente a la compra de servicios y asesoramiento financieros,
servicios legales, tributarios, pólizas de seguros y de vida para ellos y sus
familias, formación y viviendas. Dado que la mayoría de los millonarios son
empresarios, profesionales autónomos, gestores y directores, son además
compradores de bienes y productos industriales. Son consumidores de todo
aquello concerniente a oficinas, despachos y servicios informáticos. Por otra
parte, no son en absoluto cautos a la hora de comprar productos y bienes para sus
hijos y sus nietos. Ni lo son los hijos de los ricos cuando se trata de gastar los
sustanciosos regalos en metálico que sus padres y abuelos les proporcionan.
SIGUE AL DINERO
En la próxima década, este país tendrá más millonarios que nunca. Las
oportunidades de servir a la gente rica serán mayores que nunca. Fíjate en estos
datos sobre la economía norteamericana:
• En 1996, aproximadamente 3,5 millones de familias norteamericanas (de un
total de 100 millones de familias) poseían un patrimonio de 1 millón o más
de dólares. Los hogares millonarios suponen cerca de la mitad de todo el
patrimonio privado estadounidense.
• Durante el período de 1996 a 2005, se espera que la riqueza de los hogares
norteamericanos crezca casi 6 veces más rápidamente que las familias. Hacia
2005, el patrimonio total neto de los hogares norteamericanos será de 27,7
trillones de dólares, es decir un 20 % superior al de 1996.
• Se espera que en 2005, la población de familias millonarias llegue a los 5,6
millones. En ese momento, en EE. UU., la mayoría de la riqueza privada
(16,3 trillones de 27,7 trillones, o un 59 % aproximadamente) estará en
manos de un 5,3 % de hogares con un patrimonio neto de 1 millón o más de
dólares.
TABLA 7-1
DISTRIBUCIÓN* ESTIMADA DE PATRIMONIOS VALORADOS
EN 1 MILLÓN O MÁS DE DÓLARES
TABLA 7-2
HONORARIOS* ESTIMADOS EN SERVICIOS PATRIMONIALES
(MILLONES DE DÓLARES)
Renta o patrimonio
¿Cuál es entre los ricos el concepto que más erosiona su renta? El impuesto
sobre la renta. Los ricos que entran en la categoría de renta anual realizada de
200.000 dólares y más representan tan sólo alrededor del 1 % de las familias
estadounidenses, pero pagan el 25 % del impuesto sobre la renta personal.
Desearán mejorar realizando en el futuro ingresos más bajos.
¿Qué sucederá en el año 2005, cuando los hogares millonarios
norteamericanos controlen el 59 % de la riqueza privada en EE. UU.?
Posiblemente el Gobierno presionará más a los millonarios creando otros modos
de gravar el patrimonio. Ésa es una perspectiva, según nuestros encuestados
millonarios, que la clase adinerada tiene muy presente. Lo que más temen es
tener que pagar unos impuestos cada vez más elevados para cubrir los gastos del
Gobierno y reducir el déficit federal. Ya hay diversos estados norteamericanos
que cuentan con impuestos al patrimonio, y anualmente los residentes de esos
estados tienen que declarar sus activos financieros, y hay impuestos que gravan
valores, bonos, depósitos, y demás. ¿Es muy difícil que nuestro Gobierno federal
grave de este modo el patrimonio? No demasiado, pues ya conoce el modo en
que algunos estados cobran impuestos sobre el capital antes de que se convierta
en un ingreso realizado.
Creemos que en los próximos 20 años, los millonarios tendrán que utilizar
todos los recursos legales disponibles para seguir siendo ricos. Es un segmento
de nuestra economía que estará asediado por la política liberal y su amigo, el
inspector de la hacienda pública. Lo más probable es que los millonarios tengan
que gastarse el dinero en asesores legales que les ayuden a soportar el asedio. El
abogado fiscal demostrará ser una parte esencial de la defensa. Por consiguiente,
en el campo del derecho, la segunda especialidad que recomendamos a ese padre
que su hijo estudie es la de abogado experto en asesoramiento fiscal.
TABLA 7-3
NÚMEROS Y VALORES ESTIMADOS* DE LOS ESTADOS
DE 1 MILLÓN O MÁS DE DÓLARES
TABLA 7-4
NÚMERO DE ESTADOS VALORADOS* EN 1 MILLÓN O MÁS DE
DÓLARES
CLASIFICACIÓN POR NÚMERO DE ESTADOS PARA EL AÑO 2000
Oferta: Plaza en EE. UU.
La tercera rama de la abogacía que recomendamos es la de experto en leyes
de inmigración. Los abogados que se especializan en la ley de inmigración
tienen grandes posibilidades de beneficiarse de los proyectos previstos en esa
área. Cada vez, por ejemplo, será más difícil emigrar a este país y convertirse en
un ciudadano de pleno derecho. Al mismo tiempo, aumentará en gran medida la
demanda de nacionalidad norteamericana, sobre todo entre extranjeros ricos.
Piensa en lo que los empresarios millonarios y los defensores de la libre empresa
que viven en Taiwán esperan acerca de su futuro. China también desea su dinero
y el país; del mismo modo que quiere a Filipinas por su petróleo. ¿Quién puede
imaginar cómo tratará el Gobierno chino a la población millonaria de un país
con el que negocia? China es una amenaza real para muchos de los millonarios
que viven de su influencia. Muchas de esas personas buscarán tener ciudadanía
estadounidense, y los abogados expertos en leyes migratorias se beneficiarán
indudablemente de esa tendencia.
Especialistas en propiedades
inmobiliarias/productos/servicios
Más de la mitad de la población millonaria proporcionará a sus descendientes
ayuda económica para la adquisición de una vivienda. Esta cifra no refleja
exactamente la incidencia de este tipo de ayuda económica, pues a menudo son
otras donaciones económicas no específicas las que se utilizan para la compra de
la vivienda y otros gastos relacionados con ella. Los que reciben de sus padres
«ayuda para adquirir una casa» no son tan sensibles a las variaciones de precios
de las viviendas como los que no reciben tales ayudas. (Una vez más, nuestros
datos confirman que es mucho más fácil gastar el dinero de los demás). Esta
tendencia puede beneficiar a mucha gente que trabaja en empresas inmobiliarias
y en el negocio de los préstamos hipotecarios.
Las ayudas económicas para adquirir viviendas no eliminan la necesidad de
pedir un préstamo bancario. En realidad, los padres que proporcionan parte del
dinero para adquirir una vivienda, a menudo propician que sus hijos e hijas
compren casas más caras y firmen hipotecas más grandes.
Especialistas que se beneficiarán:
• Contratistas y constructores de casas
• Prestamistas de hipotecas
• Contratistas de obras y reformas
• Promotores inmobiliarios
• Agentes inmobiliarios
• Oficios como pintores, albañiles, decoradores, etc.
• Vendedores de sistemas de alarma y de seguridad y los servicios de
consulta de seguridad en el hogar
• Proveedores de servicios de diseño de interiores y decoración
TABLA 7- 5
NÚMERO ESTIMADO DE HOGARES MILLONARIOS EN EL AÑO 2005
Teniendo esto en mente, hemos estimado el número de hogares en Estados
Unidos que en 2005 tendrán un patrimonio neto de 1 millón o más de dólares.
Hemos estimado también cuántos de esos hogares habrá en cada uno de los 50
estados, en el distrito de Columbia y entre los estadounidenses que viven fuera
de EE. UU. (véase tabla 7-5). Hay que tener en cuenta que California tiene la
población de millonarios más numerosa. Sin embargo, en cuanto a la
concentración por cada 100.000 hogares, Connecticut ocupa el primer lugar.
Hace unos diez años, nos llamó una periodista de una revista de ámbito
nacional. Nos preguntó algo que siempre nos preguntan:
Nos hemos apartado un poco de nuestro camino para hacer hincapié en que
no hay unos pasos determinados que conduzcan a hacerse millonario. Con
demasiada frecuencia, los periodistas pasan por alto los datos, hacen
sensacionalismo y tergiversan los resultados de nuestros estudios. Sí, tienes más
posibilidades de hacerte rico si eres un trabajador autónomo, pero lo que no
cuentan algunos periodistas es que la mayoría de los autónomos no son
millonarios y nunca llegarán remotamente a serlo.
Lo que hemos contado a los periodistas es que hay negocios que son más
productivos que otros. Por consiguiente, aquellos que poseen empresas más
rentables suelen por ende tener más ingresos, pero el sólo hecho de estar en un
sector lucrativo no significa que tu empresa sea altamente rentable. Y es posible
que, aunque obtengas altos rendimientos, nunca llegues a ser millonario. ¿Por
qué? Pues porque aunque ganes mucho dinero puedes también gastar mucho en
bienes y servicios no relacionados con tus negocios. Puede que te hayas
divorciado tres veces o que te guste apostar a las carreras de caballos. Puede que
no tengas un plan de pensiones o acciones en empresas de negocios publicitarios
o de calidad. Puede que no sientas la necesidad de acumular riqueza, que el
dinero no sea para ti la fuente renovable más sencilla. Si piensas así, es posible
que seas un derrochador, nunca un inversor.
Pero ¿y si eres una persona ahorradora y un inversor serio? Pues en ese caso
tienes probabilidades de llegar a hacerte rico.
Hay negocios en los que es más fácil tener grandes beneficios, en este
capítulo señalaremos algunas de las empresas más rentables. Pero, una vez más,
advertimos a los lectores que no deben simplificar excesivamente nuestros
descubrimientos y nuestras sugerencias. Es muy frecuente que la gente desee
conocer la «fórmula mágica» para hacerse millonario, y peor aún es quien
tergiversa los datos que aportamos. En ese sentido, fíjate en el mensaje que
recientemente nos dejó un agente de bolsa:
He pensado que te gustaría saber que se ha editado un folleto en el que se
explica que eres un profesor de la Universidad de Stanford que ha
descubierto que el 20 % de los millonarios estadounidenses tienen
negocios de lavandería ¿es eso cierto?
TABLA 8-1
CLASIFICACIÓN DE CATEGORÍAS SELECCIONADAS DE
EMPRESARIOS AUTÓNOMOS SEGÚN EL PORCENTAJE DE QUIENES
PERCIBEN LA RENTA NETA INDICADA:* 1984 y 1992
PROFESIONALES AUTÓNOMOS
VERSUS EMPRESARIOS
¿RIESGO O LIBERTAD?
¿Por qué la gente dirige sus propios negocios? En primer lugar, la mayoría de
los propietarios exitosos te dirán que cuentan así con una gran libertad. Ellos son
sus propios jefes y, además, nos dicen que ser autónomo es menos arriesgado
que trabajar para otros.
El profesor de la escuela de negocios MBA (Master in Business
Administration) hizo una vez esta pregunta un grupo de 70 estudiantes, los
cuales eran ejecutivos de empresas públicas:
¿Cuál es el riesgo?
Un estudiante contestó:
¡Ser empresario!
TABLA 8-3
EMPRESAS Y OCUPACIONES DE LOS AUTÓNOMOS MILLONARIOS
En realidad, los empresarios se enfrentan a un riesgo financiero considerable,
pero lo cierto es que tienen una serie de ideas y principios que les ayudan a
minimizar el riesgo o al menos a percibirlo:
• Controlo mi destino.
• El riesgo está en trabajar para un empresario despiadado.
• Puedo resolver cualquier problema.
• El único modo de llegar a ser CEO (Chief Executive Officer = Director
ejecutivo) es tener tu propia empresa.
• Puedo obtener ganancias sin límites.
• Enfrentándome a los riesgos y adversidades cada día, soy más fuerte y más
experto.
Hoy días hay más gente trabajando en puestos que no les gustan. Te diré
sinceramente que el hombre de éxito es un tipo que tiene un puesto de
trabajo, que le gusta la tarea que hace, que por las mañanas se levanta
entusiasmado con ganas de ir a la oficina, y ése es mi criterio. Yo siempre
he sido así. No puedo esperar a levantarme, llegar al despacho y ponerme
a trabajar.
Para este hombre (viudo, sin hijos), el dinero no es lo que cuenta. De hecho,
planea que su herencia vaya a parar a un fondo de becas.
¿Cómo eligieron este hombre y otros como él el tipo de negocios que
deseaban llevar a cabo? Él tuvo una buena formación universitaria, tutelado por
profesores de ciencias e ingeniería de los cuales muchos eran también los
empresarios. Estos profesores fueron sus modelos a seguir. La mayoría de los
dueños de negocios exitosos, antes de abrir sus empresas, tenían conocimientos
o experiencias previas en el sector elegido. Larry, por ejemplo, trabajó más de
doce años vendiendo servicios de impresión. Fue el empleado más destacado,
pero cansado de estar siempre acuciado por el temor de que la empresa para la
que trabajaba fuera a la quiebra, decidió abrir su propia imprenta. Para hacerlo,
buscó nuestro consejo.
Hicimos a Harry una sencilla pregunta: «¿Qué es lo esencial para una
imprenta?». De inmediato respondió: «Más trabajos, más ingresos, más
clientes». De ese modo, fue Larry el que se respondió a sí mismo. Comenzó su
propio negocio, pero no fue una imprenta. Se convirtió en un corredor autónomo
de servicios de impresión. Ahora representa a varias empresas de impresión
destacadas y recibe una comisión por cada venta que realiza. Su negocio tiene
pocos gastos estructurales.
Antes de emprender su propio negocio, Larry nos dijo que no se atrevía a ser
empresario, que sentía pánico cada vez que pensaba en «ir por su cuenta». Larry
creía que los autónomos no sentían miedo, que esa palabra no estaba en su
diccionario.
Tuvimos que ayudar a Larry reajustar sus ideas. Comenzamos explicándole
que su idea de miedo estaba equivocada. ¿Cómo definimos el valor? El coraje se
comporta de un modo que conjura el miedo. Sí, Larry, las personas valientes,
emprendedoras, reconocen el miedo en lo que están haciendo, pero le hacen
frente, lo superan, por eso tienen éxito.
Hemos dedicado bastante tiempo a estudiar personas valientes. Ciertamente
Ray Kroc tuvo un valor enorme al pensar que podía abastecer alimentos en todo
el mundo. Recordemos que en la Primera Guerra Mundial era un conductor de
ambulancia, lo mismo que hizo Walt Disney. Lee Iacocca tuvo el extraordinario
coraje de decir en el Congreso y al mundo entero que Chrysler volvería «a lo
grande». No encaja en la definición estricta de emprendedor, pero en nuestras
mentes todos vemos que lleva sangre emprendedora en las venas.
El miedo abunda en EE. UU. Pero, según nuestros estudios, ¿quién es quien
siente menos miedos y preocupaciones? ¿Dirías que la persona con una cuenta
fiduciaria de 5 millones de dólares o un empresario hecho a sí mismo con un
patrimonio de varios millones de dólares? Por lo general, es el empresario, la
persona que se enfrenta al riesgo diariamente, quien pone su valor a prueba
continuamente. De ese modo aprende a vencer el miedo.
* * *
El siguiente caso de estudio lo hemos dejado para el final porque creemos que
compendia las diferencias entre los BAR y los MAR. A lo largo de este libro,
hemos hecho hincapié en que los miembros de estos dos grupos tienen diferentes
necesidades. Los BAR para llegar, para crear riqueza, para ser financieramente
independientes, construir algo desde cero. Los MAR necesitan más mostrar un
estilo de vida de alto estatus. ¿Qué sucede cuando los miembros de estos dos
grupos intentan ocupar el mismo espacio al mismo tiempo? Como veremos en el
siguiente caso, el resultado más probable es el conflicto.
El señor W. es un millonario hecho a sí mismo que cuenta con un patrimonio
de más de 30 millones de dólares. Un BAR típico, el señor W. es el dueño de
varias empresas que producen equipos industriales, equipos de medición e
instrumentos especializados. También se ocupa de muchas otras actividades
empresariales, entre ellas las empresas inmobiliarias.
El señor W. vive en un barrio de clase media rodeado de gente que apenas
posee una pequeña fracción del patrimonio que él ha acumulado. Él y su esposa
conducen coches tipo sedán de General Motors. Su vida y sus hábitos de
consumo son muy similares a los de la clase media. Nunca lleva corbata ni traje
de vestir.
El señor W. disfruta aventurándose en lo llama propiedades inmobiliarias de
lujo.
¿Cómo saben que pesa más de siete kilos? ¿Cómo lo sabéis? Podría estar
hueco… No voy a deshacerme de mi perro.
Soy el tipo al que le han estado ustedes enviando cartas acerca de…
nuestro perro. He tenido en cuenta su propuesta y he decidido que no voy
a deshacerme de mi perro, ni tampoco voy a vender mi vivienda.
Según el señor W., su perro era muy importante para él y para su familia.
Tanto es así que vendieron el apartamento a un precio de ganga. También
vendieron otros apartamentos en otros edificios en los que la gente no quería
perros. Así pues, ¿cuánto vale ese perrito? Para la familia W. varios cientos de
miles de dólares. Eso es lo que el señor W. calcula que perdió en la venta de sus
apartamentos, pues los vendió a un precio por debajo del precio del mercado. Un
ambiente hostil, incluso en una atmósfera de «gente guapa» no es un buen lugar
para perros o para BAR.
AGRADECIMIENTOS